Carisma es un regalo dado por el Espíritu que ayuda a construir cada comunidad cristiana con un “sabor”propio… El sabor del evangelio.

CARISMA SOMASCO

San Jerónimo Emiliani (1486-1537), patricio veneciano, seglar, fue un ejemplo para sacerdotes y laicos en el compromiso con el evangelio.

El ejemplo de Jerónimo Emiliani fue asumido por la “Compañía de los

Siervos de los Pobres”, origen de la Orden de religiosos de los Padres

Somascos: hombres que dejaron todo para seguir a Jesús de Nazaret, como

Jerónimo, viviendo en comunidad.

Desde entonces, primero en Italia y luego en el resto del mundo, los Padres Somascos han trabajado codo con codo con seglares, que han compartido el carisma de Jerónimo y la responsabilidad del trabajo bien hecho, compartiendo la espiritualidad de nuestro fundador.

Desde la segunda mitad del siglo XX las nuevas fundaciones u obras somascas superan las 80 en Europa (Italia, España, Rumanía, Polonia), en Asia (Filipinas, India, Sri Lanka), en América (Brasil, Colombia, Ecuador, San Salvador, Honduras, Guatemala, México, USA), y ahora, en África (Mozambique).

La Iglesia, en 1928, por obra del Papa Pío XI, proclamó a Jerónimo Emiliani “Patrono universal de los huérfanos y de la juventud abandonada”. Celebramos su festividad cada 8 de febrero.

Los religiosos somascosllegaron a España en 1957. Se

instalaron en La Guardia (Pontevedra) y abrieron una

escuela para el pueblo. Al año siguiente fueron invitados a

dirigir el colegio S. Fermín en Caldas de Reis (Pontevedra).

Llegaron luego a Aranjuez, en 1961, donde asumieron un colegio que tenía un “patronato” de empresas del municipio. Poco a poco, el Colegio fue creciendo, y hoy conviven y estudian en él más de 1.500 alumnos.

Más tarde, abrieron una residencia universitaria en Madrid. Se encargaron en 1983 de la parroquia del Santo Rosario en Badalona (Barcelona) y en 1985 del Llar Santa Rosalía - casa de menores (Cataluña), además de otra casa de menores en Santiago de Compostela.

En estos últimos años, valientemente se ha dado un paso más: ¡a África…! La Aldea infantil São Jerônimo de Inhamizoa, en Beira, Mozambique, es la última obra e inicio de un nuevo camino por andar para todos los somascos, sacerdotes y laicos.

Siguiendo el ejemplo de San Jerónimo, los religiosos somascos quieren testimoniar a Dios como base para su labor educativa. El pedagogo somasco educa en el conocimiento y la práctica de la doctrina cristiana. El trabajo y el estudio son los medios más eficaces y dignos para una formación integral de la persona.

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Un papel importante lo desempeña el voluntariado social, los LAICOS: la implicación e incorporación de estos colaboradores (voluntarios, monitores, catequistas, etc.) a las distintas actividades, son la mejor manera de encarnar la solidaridad humana y cristiana.

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Los padres somascos y los laicos somascos, contratados y voluntarios, profesionales y colaboradores, trabajan en casas para niños, centros de enseñanza, centros asistenciales para menores, internados en zonas deprimidas, centros para recuperación de drogadictos, se ocupan de parroquias, de colegios, de fundaciones, de hogares de menores…

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Un somasco, religioso o laico, quiere vivir:

Trabajo, devoción, caridad: los tres son el fundamento de las obras somascas, los tres pilares que sostienen todas las actividades.

"Quiero vivir y morir con ellos", respondióJerónimo Emiliani a un amigo… Es el compromiso del educador somasco: el don de su presencia, siempre, dondequiera. Un somasco, sacerdote o laico, siempre es educador…

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Un somasco, religioso o laico, quiere vivir:

Confiando en Jesús: “Estar en Dios”.La presencia de María, nuestra Madre, que nos guía y acompaña.La adhesión a la Iglesia, desde una profunda labor catequística y evangelizadora.

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Es vivir en Cristo, como vivió Jéronimo Emiliani, pero aquí, ahora y juntos...

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