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Cara a cara El caballero de la mano en el pecho EL GRECO (h. 1580) Aprender a mirar [5] FAMILIA ( P.1 ) Un hombre serio y distinguido nos mira muy concentrado ¿Qué nos querrá demostrar? Como hojas de escarola, de su jubón negro salen el cuello y el puño rizados de una camisa blanca de gasa. Por abajo, asoma la empuñadura de una espada: ¡Debe ser la otra mano la que la apoya de pie en el suelo! Antiguo y misterioso, ¿quién es este señor? Ni siquiera sabemos su nombre. Pero por su actitud orgullosa, la elegancia de su ropa –a la moda del Renacimiento–, y la barba puntiaguda que luce al estilo de Don Quijote, tan sólo puede ser un hombre de honor: ¡Un caballero español! Su piel pálida y delicada es propia de un hidalgo, de un noble, y no de un campesino o artesano que trabaja a pleno sol. Además, mira lo que sobresale de su jubón de seda: ¡Otra PISTA de su condición: Una cadena de oro con un medallón! ¡Los gestos hablan por sí solos! Cuando nos llevamos una mano al pecho, sabemos que normalmente es para declarar una verdad o aceptar una responsabilidad. La mano extendida del protagonista nos indica que está prestando juramento o aceptando una tarea importante. Y la espada… ¿La va a desenvainar o la lleva de adorno sin más? ¡Las dos respuestas son correctas! La espada aún está envainada, pero en este caso sólo funciona como un símbolo de prestigio, de poder social. ¡Como en los desfiles militares! ¡Sobre el lado izquierdo, donde está el corazón! ¿Qué instante inmortalizó el pintor? Parece como si El Greco hubiera querido detener el tiempo en mitad de una ceremonia. Aunque, ¡nuestra sensación es que con quien está haciendo un pacto este señor es con el espectador!

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Cara a cara

El caballero de la mano en el pechoEL GRECO (h. 1580)

Aprender a mirar [5]FAMILIA

( P.1 )

Un hombre serio y distinguido nos mira muy concentrado¿Qué nos querrá demostrar?

Como hojas de escarola, de su jubón negro salen el cuello y el puño rizados de una camisa blanca de gasa. Por abajo, asoma la empuñadura de una espada: ¡Debe ser la otra mano la que la apoya de pie en el suelo!

Antiguo y misterioso, ¿quién es este señor? Ni siquiera sabemos su nombre. Pero por su actitud orgullosa, la elegancia de su ropa –a la moda del Renacimiento–, y la barba puntiaguda que luce al estilo de Don Quijote, tan sólo puede ser un hombre de honor: ¡Un caballero español!

Su piel pálida y delicada es propia de un hidalgo, de un noble, y no de un campesino o artesano que trabaja a pleno sol. Además, mira lo que sobresale de su jubón de seda: ¡Otra PISTA de su condición: Una cadena de oro con un medallón!

¡Los gestos hablan por sí solos! Cuando nos llevamos una mano al pecho, sabemos que normalmente es para declarar una verdad o aceptar una responsabilidad. La mano extendida del protagonista nos indica que está prestando juramento o aceptando una tarea importante.

Y la espada… ¿La va a desenvainar o la lleva de adorno sin más? ¡Las dos respuestas son correctas! La espada aún está envainada, pero en este caso sólo funciona como un símbolo de prestigio, de poder social. ¡Como en los desfiles militares!

¡Sobre el lado izquierdo, donde está el corazón!

¿Qué instante inmortalizó el pintor? Parece como si El Greco hubiera querido detener el tiempo en mitad de una ceremonia. Aunque, ¡nuestra sensación es que con quien está haciendo un pacto este señor es con el espectador!

( P.2 )

FAMILIA

Poco después de que se pintara este cuadro, Cervantes –que entonces tenía la edad de este personaje, unos treinta años– escribió Don Quijote de la Mancha, una novela

que cuenta las increíbles aventuras de otro hidalgo o caballero español.

El retrato o la imagen descriptiva de una per-sona es un tema constante de la pintura desde el siglo XV. ¡Pues, no había fotos! Además de inmortalizar la apariencia física del personaje o modelo, mostraba su carácter, su riqueza, poder e incluso también sus creencias o aficio- nes. ¡La gente poderosa los encargaba para darse buena fama!

¿SABÍAS QUÉ…?

¡Los objetos / símbolos que llevan los modelos (aquí una espada y una medalla) nos dan una información extraordinaria!

Los retratos tenían varios usos… Además de recordar a una persona ausente, que había fallecido o se encontraba de viaje, también servían para que dos personas alejadas se pudieran conocer, como los novios que se iban a casar –por decisión de sus padres– sin haberse visto antes. Y así, ¡los cuadros viajaban por tierra y por mar!

¿Qué estaría pensando?Su mirada es firme, segura, altiva y distante.

¿Qué impresión nos querría dar?De fortaleza y autocontrol.

¿Qué virtudes nos quiso transmitir?Valentía, templanza, prudencia y fidelidad.

Nos miran fijamente, sin inmutarse, con las cejas ligeramente arqueadas. Pero, realmente, el modelo está abstraído, ensimismado pensando en lo suyo…

¡Descubre los trucos del pintor!

Fijaos en las formas de este caballero. ¡El cuerpo es un triángulo! ¡La cabeza es un óvalo! ¡La barba tiene forma de rombo! Para hacer esta figura frontal sobre fondo gris, El Greco utilizó formas geométricas; no quiso darle sensación de volumen.

¡Observa detenidamente estos ojos!¡¡Para un caballero el honor

es lo primero!!

Este cuello de gasa se llama gorguera.

¡Un artista griego y español! Domenicos nació en la isla de Creta, por eso le llamamos «El Greco». Pero, se habla de él como si fuera un pintor español, ya que trabajó la mayor parte de su vida en Toledo, donde recibió sus encargos más importantes: retratos y obras religiosas. ¡Si vas a esta ciudad no te pierdas su obra maestra: El entierro del conde de Orgaz!

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