Capítulo 29: Biomas, ecosistemas y ecología global
Transcript of Capítulo 29: Biomas, ecosistemas y ecología global
Elaborado por Miguel Ángel Gamboa-Gaitán (MAGG)
Capítulo 29: Biomas, ecosistemas y ecología global
Introducción
El clima es el principal factor determinante del tipo de productores primarios de un lugar particular, los cuales a su vez
determinan la presencia de los heterótrofos. La unión de los productores y los consumidores de un sitio dado lleva a la
formación de asociaciones naturales que forman grandes tipos de ensamblajes de comunidades, originando así los biomas.
Éstos pueden ser entendidos como el máximo nivel organizacional de la biota en nuestro planeta, cuya estabilidad está
estrechamente relacionada con los cambios climáticos globales del planeta. En este apartado se estudiarán los diferentes
tipos de biomas hallados en la biosfera de la tierra, siempre tratando de transmitir la importancia de considerar la gran
complejidad de las interacciones a nivel global que afectan a todo el sistema terrestre.
Contenido
29.1. El clima es el último determinante de la ecología global.
29.2. Los ciclos biogeoquímicos son procesos naturales fundamentales para el mantenimiento del equilibrio dinámico de la
biósfera.
29.3. Los estudios a nivel de ecosistemas se concentran en la estructura trófica y el flujo de energía.
29.4. El cambio climático global y la hipótesis de GAIA.
29.2. Los biomas representan el máximo nivel organizacional al interior de la biósfera.
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
546
29.1. El clima es el último determinante de la ecología
global.
Los seres vivos no están distribuidos de una manera
aleatoria en el planeta. Los organismos heterótrofos, por
ejemplo, dependen de la disponibilidad de alimento para
existir, por lo que su distribución está determinada por la
presencia de los seres autótrofos. Un buen ejemplo de
esto son los movimientos de los grandes depredadores
que siguen a las migraciones de los herbívoros, los cuales
se movilizan en respuesta a la disponibilidad de la
vegetación que los alimenta. Las plantas, a su vez,
cambian su disponibilidad anual con base en las
condiciones climáticas, como la intensidad de los vientos,
los valores extremos de la temperatura, la riqueza mineral
de los suelos y, muy particularmente, con la cantidad de
agua líquida disponible. Como puede verse, es el clima el
que en última instancia determina qué tipo de plantas y
animales puede haber en un sitio dado:
CLIMA → VEGETACIÓN → FAUNA.
Es por ello que los lugares que tienen
condiciones climáticas similares permitirán también el
establecimiento de comunidades de seres vivos parecidas
entre sí, las cuales están principalmente determinadas por
los productores primarios, es decir, por los organismos
autótrofos. Es importante entender que las formaciones
vegetales naturales que se establecen en un sitio dado,
representan el factor biótico clave que da origen a los
diferentes tipos de biomas, entendidos como los lugares
del planeta que comparten clima, fauna y flora y que
serán revisados en la sección 29.2.
29.1.1. Los vientos son un elemento clave del clima del
planeta.
Los patrones climáticos globales están íntimamente
relacionados con la circulación atmosférica, la que a su
vez es muy influenciada por la energía que llega del sol.
Este es un concepto importante que siempre debe tenerse
presente, ya que la última fuente de energía de la biósfera
de nuestro planeta es la estrella alrededor de la cual éste
se mueve, en la característica órbita elíptica descrita por
J. Kepler. Esta particular órbita y la inclinación del eje de
rotación de la tierra con respecto a dicho plano, que es de
23.5˚, hacen que la cantidad de radiación solar que llega a
la tierra no sea igual en toda su superficie durante el año
(Figura 29.1). En efecto, las zonas ecuatoriales,
denominadas también tropicales, reciben más luz solar y
de una manera más constante que las zonas polares, ya
que los trópicos (Cáncer y Capricornio), son los paralelos
al norte y al sur más alejados del ecuador donde el sol
alcanza a iluminar verticalmente. Por esta razón es que
existen estaciones climáticas marcadas por fuera de la
región intertropical (el espacio entre Cáncer y
Capricornio), en la parte del planeta conocida como la
zona templada.
Una consecuencia importante de la radiación
solar desigual es que la atmósfera no se calienta de
manera uniforme, por lo que la región tropical tiene la
mayor temperatura promedio anual del planeta. Esto hace
que el aire tropical cargado de humedad se caliente y
eleve, tras lo cual se enfría condensando su humedad y
dando lugar a las copiosas precipitaciones tropicales, que
pueden llegar a ser de 11,000 mm anuales en zonas como
el Chocó biogeográfico. El aire frío a elevada altitud se
mueve hacia los polos y desciende en una zona cercana a
los 29˚ de latitud sur y norte, donde tiene muy poca carga
de agua y por lo tanto extrae la humedad del ambiente,
creando las características zonas desérticas que están a
esa latitud en ambos hemisferios. Cuando este aire llega a
la superficie parte de él vuelve al ecuador formando un
sistema cíclico llamado la celda de Hadley, mientras que
la otra parte se mueve en dirección de los polos. Esta
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
547
celda es un cinturón atmosférico que actúa como un
transportador de aire y humedad desde latitudes
templadas hacia el ecuador, el cual, junto al cinturón de
Ferrel y al cinturón Polar, forman el sistema que
determina los patrones globales de vientos y lluvias
(Figura 29.2).
Si bien los vientos se mueven en patrones fijos,
las masas continentales no son planas y uniformes, sino
que están surcadas por montañas que alteran el flujo del
viento y su efecto en el clima. Los vientos que vienen del
mar cargados de humedad y se encuentran con cordilleras
altas, ascienden y se enfrían a una tasa de 1˚C por cada
100 m, por lo que el agua se condensa y la precipitan en
la ladera con la que chocan. Al pasar por la cima de la
montaña a la otra ladera están secos y se calientan
reteniendo la humedad del ambiente, por lo que
contribuyen a formar ecosistemas más secos de lo que su
latitud permitiría predecir. Un buen ejemplo es la parte
tropical de la cordillera de Los Andes, cuya ladera
occidental es golpeada por vientos que hacen de este sitio
uno de los más lluviosos del mundo, mientras que su
ladera oriental forma parte de ecosistemas más secos,
como el valle geográfico del río Cauca. Ahora bien, las
grandes masas continentales también afectan el flujo de
vientos y el clima, ya que las partes más internas son más
secas de lo previsto, debido a que están alejadas del mar
y no hay vientos que transporten humedad hacia allá.
29.1.2. Las corrientes marinas también determinan
aspectos importantes del clima y de la distribución de
los seres vivos.
Los vientos y la rotación terrestre crean las corrientes
marinas, otro factor muy importante en la regulación del
clima y por tanto en la distribución de los organismos en
la tierra. Dichas corrientes se mueven en patrones
circulares en la dirección de las manecillas del reloj en el
hemisferio Norte y en sentido contrario en el hemisferio
Sur (Figura 29.3), debido a la fuerza de Coriolis. Su
papel regulador del clima se puede mostrar con la
corriente fría de Humboldt, que viene de la Antártida y
refresca el clima de las zonas costeras tropicales de
Ecuador y Colombia, aunque también hay corrientes
cálidas que aumentan la temperatura en lugares fríos,
como la corriente del Golfo que va desde el Caribe hacia
Europa. De otra parte, el movimiento de estas masas de
agua facilita también la migración y dispersión de los
seres vivos, tanto heterótrofos como autótrofos, así como
de las sustancias que pueda haber disueltas en el agua. Es
pertinente anotar que en los océanos también hay
movimiento en forma vertical, aspecto que es
determinado en gran parte por los gradientes de
temperatura a diferentes profundidades.
29.2. Los ciclos biogeoquímicos son procesos naturales
fundamentales para el mantenimiento del equilibrio
dinámico de la biósfera.
La materia se mueve entre los organismos vivos y el
ambiente en ciclos biogeoquímicos que tienen efectos
importantes a varias escalas, tanto locales como
regionales y globales. Los elementos o moléculas que
forman la materia se mueven a través de los mencionados
ciclos conectando los ecosistemas entre sí. Los más
importantes para la vida son los ciclos del agua, el
nitrógeno y el dióxido de carbono, pero debe tenerse
presente que todos los elementos, hasta los encontrados
en cantidades muy pequeñas, experimentan estos ciclos.
Algunos fenómenos físicos comunes que se dan durante
estos ciclajes son la disolución, la precipitación, la
fijación y la volatilización, así como también hay
fenómenos bioquímicos como la síntesis, la degradación
y las transformaciones óxidorreductoras.
Es importante comprender que todos los seres
vivos participan en los ciclos biogeoquímicos, si bien los
que ejercen los papeles más relevantes por su versatilidad
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
548
metabólica y por estar presentes en casi todos los
ambientes, son los microorganismos. Algunas
características son comunes a todos los ciclos, como el
hecho que siempre existe alguna forma química que sirve
de reservorio a cada elemento, si bien cada uno de ellos
posee su propia tasa de recambio. A continuación se
revisan los ciclos de algunas sustancias y elementos muy
importantes para las plantas.
El ciclo del agua es el más conocido por afectar
en gran medida la vida humana de manera directa. El
agua fluye a través de los océanos, los cuerpos de agua
dulce, la atmósfera, la tierra y los organismos vivos,
pasando por los tres estados en que puede permanecer,
sólido, líquido y gaseoso. Para que este proceso se
verifique el agua líquida debe evaporarse a la atmósfera y
luego condensarse para caer en forma de precipitación, lo
que permite que fluya por los ríos y aguas subterráneas
de donde es tomada por los organismos vivos. Estos la
devuelven en forma de transpiración y excretas o cuando
sus órganos se descomponen tras la muerte. A todo el
conjunto de reservorios de agua que hay en el planeta,
tales como océanos, ríos, lagunas, hielo glacial, etc., se le
denomina en conjunto la hidrósfera.
En cuanto al carbono se puede decir que está en
la atmósfera en forma de CO2 en una proporción menor
al 1%. También hay carbono en la forma de carbonato
(CO32-) y bicarbonato (HCO3
-) en los cuerpos de agua,
pero la mayoría de dicho elemento está almacenada en
rocas en forma no disponible para la biota. Los
organismos fotosintéticos fijan el dióxido de carbono de
la atmósfera y lo retornan en forma de CO2 cuando
respiran, formando la fase corta del ciclo de este
elemento. La fase larga, por así decirlo, se da por los
largos periodos que el carbono está almacenado en rocas
o incluso en estructuras de seres vivos como troncos o
conchas, de donde es difícil que se exponga al ambiente y
pase nuevamente a la atmósfera. De hecho, los
combustibles fósiles que la humanidad ha estado
quemando a gran escala en la historia reciente, son
depósitos de carbono que se cree fue fijado de la
atmósfera por fotosíntesis hace millones de años. El
aumento del CO2 atmosférico, que en poco más de un
siglo pasó de 270 ppm a 340 ppm, debido a la actividad
industrial, es considerado uno de los principales
responsables del calentamiento global que está
experimentando la tierra, dado que este gas puede
absorber radiación roja (calor) y generar un efecto de
invernadero. El metano es otro gas al que también se le
ha atribuido un papel importante en este tema y su
producción excesiva está asociada a la actividad
agroindustrial.
El ciclo del nitrógeno, de otra parte, está muy
influenciado por los organismos fijadores de dicho
elemento. En la atmósfera casi un 78% es nitrógeno
gaseoso (N2), el cual no es utilizable por los seres vivos.
Para poder incorporarlo en las proteínas y otras
moléculas orgánicas, debe estar en la forma de nitritos
(NO2-), nitratos (NO3
-) o amonio (NH3). La conversión
del nitrógeno gaseoso a estas formas asimilables sólo la
pueden hacer algunas bacterias y cianobacterias (Tabla
29.1), lo cual se realiza en ambientes anaerobios y a
causa de una enzima fijadora de nitrógeno llamada
nitrogenasa. Esta proteína es muy compleja, posee dos
coproteínas que contienen Fe y Mo y es muy sensible al
oxígeno. El ciclo del nitrógeno se puede dividir en cinco
partes: fijación, nitrificación, asimilación, amonificación
y denitrificación (Figura 29.4). La forma en que el
nitrógeno vuelve al ambiente abiótico es a través de las
excretas de los animales y a través de la descomposición
de sus cuerpos al morir.
Otro elemento muy importante es el fósforo, el
cual se toma en la raíz para ser incorporado en
compuestos como las azúcares fosfatos, los fosfolípidos y
los nucleótidos. El fósforo es esencial para todos los
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
549
sistemas vivos pero no es un elemento abundante en la
tierra. Además, su disponibilidad está restringida porque
tiende a precipitar en presencia de Ca2+, Mg2+ y Fe3+. En
los sedimentos de los grandes cuerpos de agua es común
encontrar un gran reservorio de fósforo de reciclado
lento. Algunos microorganismos como Nitrosomonas y
Thiobacillus producen ácidos orgánicos que ayudan a
solubilizar fosfato que no está disponible para las plantas.
El principal punto de entrada del fosfato al metabolismo
vegetal es en la formación de ATP a partir de ADP y
fósforo inorgánico, reacción que es alimentada por la
energía del NADH en la fosforilación oxidativa de la
mitocondria o por la fotofosforilación del cloroplasto.
Adicionalmente, el fosfato es asimilado en el citoplasma
cuando se incorpora en el ácido1,3-bisfosfoglicérico,
donde forma un grupo acil fosfato de alta energía, útil en
la formación de ATP a nivel de sustrato. Dado que hay
una gran pérdida del fosfato en los sedimentos marinos,
hay ya alguna preocupación acerca de la disponibilidad
de este elemento en un futuro cercano.
29.3. Los estudios a nivel de ecosistemas se concentran
en la estructura trófica y el flujo de energía.
Los ecosistemas se pueden considerar la sumatoria de la
biota y los componentes abióticos de un lugar dado. Es
esta otra de las difusas definiciones halladas en la
biología, la ciencia de los límites poco claros. Los seres
vivos en los ecosistemas son asignados a tres categorías
básicas, productores, consumidores y descomponedores.
Esto hace evidente que los aspectos más importantes de
los organismos en los ecosistemas son su forma de
alimentarse y su lugar en la cadena transductora de
energía. Los productores son los organismos que crean su
propio alimento, siendo las plantas y los
microorganismos fotosintéticos los principales
productores primarios en este planeta. Sin embargo, hay
un tipo particular de organismo autótrofo en las
profundidades de los océanos, donde la energía
geotérmica es la fuente que reemplaza a la luz solar. Los
organismos consumidores se alimentan de los
productores primarios, algunos consumiéndolos
directamente y otros consumiendo a consumidores. Se
crean así las cadenas o, mejor decir, redes tróficas, las
cuales describen el flujo de energía entre los seres vivos.
La última categoría es la de los descomponedores,
microorganismos que rompen la materia orgánica para
obtener energía, produciendo moléculas de muy bajo
peso molecular o elementos minerales que retornan al
medio abiótico.
La distribución de las especies en las
mencionadas categorías no es aleatoria, sino que por el
contrario la naturaleza mantiene un fino balance de ella.
Esto es necesario porque la sobrecarga en uno de dichos
roles podría alterar el flujo de energía en las redes
tróficas. Tal flujo es lineal y su fuente primaria es la luz
solar, que es usada por los productores para fabricar
alimento, el cual es consumido por los varios niveles de
organismos heterótrofos de los siguientes niveles
tróficos. Como en todos los niveles hay pérdida de calor,
que es irrecuperable, el flujo energético es lineal, lo que
crea una limitante para la complejidad de las cadenas
tróficas, al menos en lo que a su longitud se refiere.
Además existe el problema del bajo aprovechamiento de
la energía, que se estima es inferior al 10% en cada nivel
trófico. En teoría esto significaría que podría haber
cadenas tróficas de hasta 10 niveles, pero en realidad en
la naturaleza rara vez se observan consumidores de 4˚ ó
5˚ nivel. Probablemente no es energéticamente viable ser
un depredador a tal nivel, porque eso implicaría tener que
cazar animales muy fieros. Piénsese en un animal que
pudiera cazar águilas arpías, leones o cocodrilos, que
ocupan el tercer o cuarto nivel en sus respectivas redes
tróficas.
Un último concepto importante para discutir en
este apartado es el de las especies claves y las cascadas
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
550
tróficas. Las primeras hacen referencia a especies que
poseen una gran importancia en los ecosistemas, razón
por la cual una alteración en su número de individuos
tendrá grandes consecuencias en toda la red trófica.
Puede tratarse de un depredador de alto nivel cuyo
número disminuya considerablemente, produciendo el
aumento de otro heterótrofo que consumirá en gran
medida a los productores primarios, provocando así un
efecto en cascada que puede alterar todo el ecosistema. O
puede tratarse de un productor primario clave, cuya
ausencia lleve a la hambruna a los organismos
heterótrofos basales de la cadena trófica pudiendo
llevarlos a la extinción.
29.4. El cambio climático global y la hipótesis de
GAIA.
La temperatura ambiental es un factor que altera las
funciones fisiológicas de los seres vivos, ya que las muy
bajas pueden inducir congelamiento del agua en las
células y romperlas, mientras que las muy altas
desnaturalizan las proteínas. Por ello hay un rango de
temperatura en el que puede existir la vida en la tierra y
esto ha sido uno de los principales factores que ha
determinado la distribución geográfica de las especies.
Esto ha llevado a pensar que un cambio global de la
temperatura podría alterar considerablemente la
localización geográfica de especies particulares o de
ecosistemas enteros o incluso de los centros agrícolas y
forestales. Si bien la tierra experimenta actualmente un
aumento natural de la temperatura por encontrarnos en un
periodo posglacial, existe una justificada preocupación
por el calentamiento adicional producido por la emisión
de ciertos gases a la atmósfera como consecuencia de la
actividad industrial. Dichos gases tienen la capacidad de
absorber calor y por lo tanto podrían aumentar
considerablemente la temperatura de la atmósfera. Se
trata de los denominados gases del efecto invernadero y
entre ellos están los clorofluorocarbonos, el metano, los
óxidos de nitrógeno y, el más importante, el CO2. Si bien
el cambio en temperatura del planeta ha sido bajo, de
unos 0.5˚C, según las mediciones tomadas desde finales
del siglo XIX, se piensa que lo preocupante del asunto es
que sucedió en un corto tiempo. Además, los modelos
predicen que de continuar con la tendencia actual podría
haber un aumento de hasta 4.5˚C en el futuro cercano, lo
que cambiaría el patrón de precipitaciones en todo el
planeta y produciría un incremento en el nivel del mar
por el deshielo de los glaciares (Figura 29.5).
Esta situación ha llevado a que la preocupación
por el futuro del planeta se incremente, dado que la
actividad humana no sólo afecta la temperatura, sino que
también ha producido una creciente contaminación en
casi todos los ambientes naturales. Por ello aumentó el
interés por el estudio del funcionamiento de la tierra,
particularmente por tratar de entender cómo se mantiene
la vida en ella. Este interés llevó a la creación de la
hipótesis GAIA, cuyo nombre está inspirado en la
divinidad griega de la tierra. Esta hipótesis plantea que la
biota y los componentes físicos del planeta (como el
suelo, el agua, la atmósfera, etc.), interactúan en un
sistema complejo que mantiene estables las condiciones
climáticas y biogeoquímicas prolongando así el
mantenimiento de la vida. Parte de los argumentos que
postulan su creador (J Lovelock) y su más asidua
difusora (L Margulis), para defenderla, son la estabilidad
que se ha mantenido en la temperatura de la superficie
terrestre, la salinidad del agua de los mares y la
composición de la atmósfera, las cuales, según ellos,
deberían haber cambiado hace mucho tiempo.
GAIA ha sido entendida como una propuesta a
favor de la existencia de una homeostasis planetaria, lo
que fue interpretado (erróneamente, hay que decirlo), por
algunos ambientalistas entusiastas como la postulación
que la tierra es en realidad un ser vivo. La idea tiene
seguidores asiduos así como grandes detractores, por lo
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
551
que se ha generado un gran debate en torno a ella, pero lo
que es quizá más importante es el hecho de que tal
hipótesis se desarrolló como consecuencia de pensar
críticamente en la estrecha interrelación de los seres
vivos con su entorno, en el delicado equilibrio que existe
en la tierra y en lo dañina que puede resultar la actividad
humana descontrolada. Independientemente que esta idea
sea correcta o no, es sin duda una muestra del aumento en
la toma de conciencia respecto a nuestra realidad
ambiental.
29.5. Los biomas representan el máximo nivel
organizacional al interior de la biósfera.
El nivel de organización más básico de la vida está
conformado por las células, las cuales se asocian
formando tejidos, éstos constituyen órganos y sistemas,
que a su vez conforman los individuos. Éstos se asocian
en poblaciones, varias de las cuales constituyen las
comunidades, las cuales se asocian a gran escala
formando los biomas. Cada uno de estos niveles es más
que la suma de los elementos del nivel anterior, dado que
poseen propiedades que no están presentes en los
anteriores, razón por la cual se les denomina propiedades
emergentes. El bioma, es necesario tenerlo presente, no
es un lugar geográfico sino que es una agrupación de
especies particulares que depende completamente de las
condiciones climáticas, es decir, es un nivel de
organización que sólo acepta las especies que se adapten
a un ambiente dado. Esto conlleva a que su ubicación
geográfica no sea fija, ya que en teoría ésta podría
cambiar de lugar si el clima se modifica.
Los biomas son identificables por el tipo de
formaciones vegetales naturales que hay en ellos, es
decir, por el tipo de productor primario. Esto llevó a que
los biomas hayan sido asimilados a tipos de plantas
terrestres (selvas, bosques de coníferas, cactus y
xerófitas, etc.), pero es necesario tener en cuenta que los
organismos heterótrofos son también una parte
fundamental de ellos y que, además, en los ambientes
acuáticos los productores primarios no son plantas
terrestres sino algas verdes y protistas fotosintéticos.
Por todo lo anterior es que los biomas deben ser
entendidos como asociaciones a gran escala de
comunidades similares, cuyas especies constituyentes
pueden ser diferentes pero que se estructuran de una
forma similar formando asociaciones naturales
equivalentes. Por ejemplo, la selva tropical del Amazonas
posee especies distintas de la selva del Borneo, aunque
ambas representan el bioma bosque húmedo tropical. Los
biomas terrestres más distintivos son el bosque tropical,
el bosque templado, el desierto, la pradera, la tundra y la
taiga, pero hay otros ensamblajes de comunidades que no
se ajustan precisamente a estas categorías y también
serán revisados donde se considere más apropiado. Ellos
son el chaparral, el bosque de coníferas, el páramo, las
comunidades marinas, los glaciares y los ambientes
acuáticos continentales.
29.5.1. El bosque tropical es el bioma terrestre más
rico en especies.
La región tropical es la más abundante en especies en
todo el planeta. Su ubicación geográfica está limitada por
el trópico de Cáncer y el trópico de Capricornio, a los
23.4˚ de latitud norte y sur, respectivamente. Los trópicos
comprenden la zona del planeta donde al menos una vez
al año el sol está justo sobre el punto más alto (cenit), ya
que en las zonas templadas nunca sucede esto. El bosque
tropical no es homogéneo, pues los accidentes
geográficos crean gradientes altitudinales que afectan su
diversidad. En general, se observa un descenso de la
biodiversidad desde el nivel del mar hacia las cimas de
las montañas tropicales, al igual que sucede desde el
ecuador hacia los polos. Debido a las montañas, los
bosques tropicales se pueden dividir en dos clases, el
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
552
bosque de tierras bajas que también es conocido como
bosque lluvioso tropical (comúnmente llamado selva o
jungla), y el bosque tropical montano.
El bosque lluvioso tropical ocupa alrededor del
5-7% de la superficie terrestre (Figura 29.6), pero
contiene más del 50% de toda la biodiversidad conocida.
Desafortunadamente, ha sido un bioma altamente
intervenido y se estima que más de la mitad ya fue
destruido. Las condiciones climáticas en que se da son
altas temperaturas (25˚C-32˚C), así como elevadas
precipitaciones, normalmente mayores de 2,000 mm al
año y elevada humedad relativa (>80%). También es
notable la ausencia de estaciones muy marcadas, por lo
que no hay restricciones para el crecimiento y la
reproducción durante todo el año. Otras características
muy particulares de los bosques tropicales son el poseer
muchas especies representadas por pocos individuos
esparcidos y presentar una gran cantidad de complejas
relaciones entre los seres vivos.
Los bosques tropicales son estratificados
verticalmente, lo que hace que presenten niveles con
diferente composición de especies. Al menos tres estratos
pueden reconocerse: 1) la parte alta del dosel a más de 30
m de altura, 2) las especies de capas intermedias o
sotobosque y 3) hasta las plantas herbáceas del suelo que
a menudo presentan hojas anchas u otras adaptaciones a
la penumbra. Las formas vegetales del bosque lluvioso
tropical son únicas, pues además de los árboles grandes
hay lianas muy largas, hierbas gigantes, árboles
estranguladores y numerosas epífitas. Una característica
notable de este bioma, es que los suelos donde crecen
tantas especies son muy pobres en nutrientes, pues las
continuas lluvias los arrastran y lixivian. Es por ello que
la agricultura intensiva, como se practica en otros
lugares, no es sostenible allí.
Otro aspecto notable de la vida de las plantas de
la selva, es la ardua competencia por la luz solar, la cual
es más escasa y menos rica en luz fotosintéticamente
activa a medida que avanza hacia el suelo. Por ello
muchas especies poseen hojas anchas u otras
adaptaciones que aumentan su capacidad para interceptar
la luz solar, ya que por su posición sombreada dependen
en algunos casos de periodos cortos de radiación solar
directa (PeCRaS, en inglés sunflecks), durante los cuales
puede verificarse hasta el 90% de la ganancia del carbono
de la planta. Es notable que la abrupta entrada de
radiación solar al piso del bosque luego de la formación
de un claro (por ej. por un huracán), induce la rápida
germinación y crecimiento de especies que estaban en
dormición en el banco de semillas del suelo, lo que forma
parte natural del complejo equilibrio dinámico de este
bioma.
En términos de la ecología global, las selvas
tropicales tienen varios roles claves, como el ser
sumideros de carbono muy importantes, lo que sucede
porque la biomasa acumulada es grande, pues gran parte
de ella está en los masivos cuerpos de los árboles. Otro
rol clave de este bioma está en el ciclo del agua, ya que la
vegetación boscosa evapotranspira una gran cantidad de
agua que va a la atmósfera donde eventualmente se
condensa y cae en forma de lluvia.
De otra parte, el bosque tropical de montaña
(Portada del capítulo y figura 29.7), posee también gran
diversidad a causa de los microhábitats que crea la
irregularidad del relieve y se puede dividir en categorías
más o menos formales, como el bosque montano bajo, el
bosque altoandino o bosque de niebla y el páramo
(Figura 29.8), que bien podría considerarse un bioma
independiente. Los bosques montanos también poseen
estratificación marcada y alta diversidad, pero la altura
del dosel se va haciendo menor a medida que se asciende
y el piso se va cubriendo cada vez más de hierbas y
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
553
briófitas. El bosque de niebla posee una gran cantidad de
epífitas que cubren casi todas las superficies y en algunas
partes es característicamente bajo, por lo que se le
denomina bosque enano. Los límites altitudinales varían
de acuerdo con las condiciones ambientales locales, pero
puede establecerse que el bosque montano bajo inicia
alrededor de los 1,000 m y llega hasta casi los 2,000 m,
donde empieza a aparecer el bosque de niebla que puede
alcanzar alrededor de los 3,000 m, a partir de donde
empieza a aparecer el páramo. El descenso de la
temperatura con la altitud, que es de entre 6˚C y 10˚C por
cada 1,000 m de ascenso, es quizá el principal
acondicionador climático de la biota en estos
ecosistemas.
29.5.2. Los páramos son ecosistemas muy importantes
para la regulación del recurso hídrico.
Por arriba de los 3,000 m y casi hasta la aparición de las
nieves perpetuas de los glaciares tropicales, existe un
ecosistema muy particular, cuya temperatura anual está
alrededor de los 5˚C y que se caracteriza por pastizales y
arbustos bajos. Se trata del Páramo (Figura 9.8), un
silencioso bioma en el que las plantas están muy
adaptadas a las bajas temperaturas y a los fuertes vientos.
Con base en la estructura del suelo se puede hablar de
dos clases informales, el páramo seco y el húmedo. Los
páramos húmedos están completamente cubierto por
briófitas, comúnmente especies del género Sphagnum, las
cuales sirven como retenedoras y reguladoras del agua.
En los páramos neotropicales las plantas más conspicuas
son los frailejones del género Espeletia, mientras que en
África las plantas dominantes en estos ecosistemas son
del género Senecio, pero es asombrosa la similitud
fenotípica de ambos grupos, por lo que este es un buen
ejemplo de convergencia mediada por los factores
ambientales.
Los páramos son ecosistemas naturalmente
reguladores de la escorrentía, debido a la alta capacidad
que tienen sus especies nativas para almacenar, retener y
liberar gradualmente el agua. En época de invierno
sobresale su capacidad de esponja, mientras que en el
estiaje (niveles mínimos de agua por la sequía), el
páramo libera de manera gradual el agua almacenada.
Esto hace que muchas poblaciones humanas dependan
del páramo para un adecuado suministro de agua, tal
como sucede en grandes ciudades como Bogotá. Se
estima que el 70% de los ríos colombianos son regulados
en sus cabeceras por páramos y que el 4% de la oferta
hídrica superficial colombiana depende de este bioma. En
varios páramos se originan ríos importantes, comúnmente
en lagunas, las cuales son rezagos de la retirada de los
glaciares. Un buen ejemplo de estos páramos se da en el
Macizo Colombiano, donde nacen los dos ríos más
importantes de los valles interandinos: el Cauca y el
Magdalena. Otros ríos importantes originados allí son el
Patía, Putumayo y Caquetá.
29.5.3. Los desiertos y ecosistemas áridos son
abundantes y están en expansión.
Un gran porcentaje de la superficie terrestre, quizá hasta
un tercio de ella, está cubierta por desiertos y ecosistemas
áridos (Figura 29.9), los cuales se cree son de reciente
aparición, pues se estima que tienen apenas unos 20,000
años. Su aparición coincide con la culminación de la más
reciente glaciación, por lo que se pueden entender como
consecuencia del calentamiento del planeta. Los desiertos
y ambientes xerofíticos están en lugares que reciben
menos de 600 mm de agua al año, pero como puede
haber variantes en la distribución anual de la lluvia, la
cantidad y calidad de la vegetación varía de un sitio a
otro. La alta temperatura es el otro factor característico de
estos ecosistemas, pues al menos unos 32˚C se alcanzan
durante el día, si bien se ha llegado a registrar hasta 45˚C
en algunos desiertos.
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
554
Algo muy curioso de los desiertos es que en la
noche la temperatura puede bajar mucho, lo cual sucede
por la ausencia de vapor de agua ya que no hay muchas
plantas que transpiren. Por ello en un solo día la
fluctuación de la temperatura puede ser de varias decenas
de grados. Las plantas de los desiertos están adaptadas al
estrés ambiental causado por la escasez de agua y las
altas temperaturas, para lo cual desarrollaron
adaptaciones como la fotosíntesis MAC (Metabolismo
ácido de crasuláceas, Sección 11.7), las raíces muy
profundas, la presencia de una gruesa cutícula y pocos
estomas, la reducción notable del número de hojas y la
alta capacidad de almacenar agua (suculencia). Algunos
sostienen vegetación herbácea, si bien el elemento
vegetal típico del desierto americano son los cactus
(Figura 29.10).
Los fenómenos responsables por la formación de
los desiertos son varios, como las zonas subtropicales de
alta presión, donde los vientos secos extraen agua del
ambiente y las llevan hacia el ecuador, generando
regiones muy secas alrededor de los 29˚ de latitud norte y
sur. Otro fenómeno que favorece la desertificación es la
presencia de grandes masas continentales, ya que las
tierras en su interior que están lejos del mar no reciben
humedad. Las corrientes frías también aumentan la aridez
de las zonas costeras ya que las aguas frías se evaporan
menos que las cálidas. El desierto de Atacama, en la
costa occidental de Suramérica, paralela a la cual fluye la
corriente fría de Humboldt, es considerado el desierto
más seco del planeta. Un último factor ambiental que
favorece la aparición de desiertos son las altas montañas,
ya que del lado que sopla el viento se condensa el agua y
hay altas precipitaciones, mientras que en lado opuesto el
aire está seco y caliente, lo que extrae la humedad del
ambiente generando zonas áridas.
Los desiertos también son formados por la
actividad humana, pues el crecimiento poblacional ha
llevado a presionar ambientes subxerofíticos u otros
ecosistemas, transformándolos en ambientes áridos. La
ganadería y agricultura extensivas, así como la
sobreexplotación de los suelos y subsuelos transforman el
paisaje ya que destruyen la cobertura vegetal y agotan el
agua y los nutrientes. El resultado es que tras los
asentamientos humanos el paisaje queda desolado, lo cual
ha aumentado las zonas desérticas en el planeta. El norte
de África representa quizá el ejemplo más patético, pues
toda la vegetación boscosa fue eliminada por la actividad
humana y hoy día el desierto del Sahara, el más grande
del mundo, cubre completamente esta zona. En
Colombia, los suelos del valle geográfico del río Cauca
están sufriendo una permanente salinización por el
sobreuso de fertilizantes en tierras cultivadas con caña de
azúcar, las cuales estaban cubiertas por bosques
inundables y por bosques subxerofíticos. Esto ha llevado
a pensar que está gestándose un proceso de
desertificación de dicha región (Figura 29.11).
29.5.4. El bosque deciduo es uno de los principales
biomas de las zonas templadas.
En las zonas templadas, principalmente del hemisferio
norte, hay grandes extensiones que naturalmente deberían
estar cubiertas por bosques. Se trata del bosque templado
deciduo, el cual se caracteriza porque las hojas de los
árboles caen periódicamente. Esto se debe a la presencia
de estaciones bien marcadas, ya que en el invierno la
disponibilidad de agua líquida es casi nula. En primavera
muchas plantas herbáceas aparecen en el suelo del
bosque, las cuales liberan sus semillas antes que los
árboles produzcan nuevamente hojas. La diversidad de
este bioma es considerablemente menor que la del bosque
tropical y tiene la particularidad de ser dominado por
pocas especies que presentan muchos individuos. Los
suelos son ricos por la abundante hojarasca, la cual se
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
555
tarda bastante en descomponer debido a las bajas
temperaturas estacionales. La fauna se caracteriza por
aves migratorias, mamíferos hibernantes e insectos que
entran en diapausa. Las condiciones climáticas ideales
para que se dé son un verano cálido, una precipitación
anual no mayor a los 2,500 mm y un invierno en el que se
alcanza el punto de congelación. Este bioma se distribuye
en el oriente de Norteamérica, el norte de Europa y parte
de Rusia por debajo de la taiga así como la parte este de
China y Japón. En el hemisferio sur hay pequeñas áreas
en Australia y Suramérica.
En la costa oeste de Norteamérica también
debería existir este tipo de bosque, pero las condiciones
ambientales que redujeron la disponibilidad de agua en el
verano llevaron a que en su lugar crecieran los bosques
de coníferas con las gigantescas secuoyas y otras plantas
emparentadas. Su equivalente en el hemisferio sur son las
coníferas de la costa chilena, pero este tipo de bioma
existe también en los países nórdicos, el Himalaya, los
Pirineos, el Cáucaso, los montes Urales y las grandes
elevaciones en África. Este bosque de coníferas se parece
a la Taiga en el tipo de especies que hospeda, pero no hay
congelamiento permanente del suelo y no está restringido
al hemisferio norte.
Otra comunidad muy particular de la zona
templada, que se puede considerar el resultado de la
mezcla de bosques deciduos y perennes en zonas con
inviernos húmedos y frescos y veranos secos y calientes,
es el bosque mediterráneo. Su nombre es derivado de la
región geográfica mediterránea, entre el sur de Europa y
el norte de África, si bien se le encuentra también en la
costa oeste de Norteamérica, la costa central de Chile, la
parte suroccidental de África y la parte sur y del
suroccidente de Australia. Todas estas regiones están
muy separadas unas de otras, por lo que cada una
desarrolló su propio ensamblaje de especies, las cuales
son fenotípicamente muy similares entre sí pero no están
cercanamente emparentadas, constituyendo as otro
ejemplo de convergencia biológica. Este bioma tiene la
particularidad de recibir varios nombres: en el oeste de
E.U.A. se denomina chaparral, en Chile matorral y en el
Mediterráneo maquis. Su vegetación es herbácea,
arbustiva y de árboles pequeños y las especies están
adaptadas al fuego, ya que de forma natural ocurren
incendios periódicamente. Es común que las plantas de
estos biomas posean rizomas o raíces gruesas que
sobreviven bajo la tierra y que rebrotan luego de los
incendios para renovar los individuos.
29.5.5. La pradera y la sabana son biomas dominados
por pastos.
La pradera se distingue de la sabana básicamente por su
posición geográfica, pues la primera se asocia a las
regiones templadas mientras que la segunda es tropical.
La verdad es que se trata de un solo ecosistema de
grandes extensiones de vegetación herbácea y arbustiva,
dominado por gramíneas, en la cual puede haber árboles
o pequeños bosques aislados (Figura 29.12). En
condiciones naturales es común la presencia de incendios
en estos biomas, así como la existencia de mamíferos
herbívoros, algunas veces muy grandes, los cuales
siempre están acompañados de sus depredadores. Las
gramíneas dominantes tienen rizomas subterráneos que
resisten las condiciones adversas como el pastoreo y el
fuego, además de un sistema radicular extensivo que les
permite colonizar nuevos ambientes rápidamente. Los
suelos de estos ecosistemas son ricos en materia orgánica
por lo que han sido muy usados para la agricultura y la
ganadería, lo que los amenaza en gran medida. La
pradera se ubica en la franja situada entre los desiertos y
los bosques templados, donde las precipitaciones están
entre unos 250 y 1,000 mm anuales. De otra parte, las
sabanas tropicales abarcan un 20% de la superficie
terrestre y casi la mitad de ellas son suramericanas,
distribuidas entre los llanos colombovenezolanos, el
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
556
cerrado brasilero y las sabanas bolivianas y de la Guyana.
Estos ecosistemas reciben diversos nombres según la
región, como por ejemplo estepas rusas, pampas
argentinas y llanos colombianos.
29.5.6. Una gran extensión de tierra está dominada
por coníferas y nieve: la taiga.
La taiga es un bosque de coníferas del hemisferio norte,
también conocido como bosque boreal, el cual está
ampliamente distribuido en Norteamérica y Eurasia ya
que en el hemisferio sur no hay masas de tierra a la
latitud apropiada para la existencia de este bioma (Figura
29.13). Los límites de la taiga son al sur las praderas y los
bosques montanos templados, mientras que al norte se
extiende hasta donde las duras condiciones climáticas del
ártico lo permitan, para dar paso a la tundra. Sin
embargo, la taiga puede existir en zonas templadas en las
partes más altas de las montañas. La precipitación anual
está entre 400-500 mm y la mayor parte de ella ocurre en
el verano, lo que no evita que en la taiga haya lagos y
pantanos ya que la evaporación es poca y no hay buen
drenaje. El aire frío del invierno es muy seco y el relieve
es poco accidentado por los glaciares que aplanaron el
suelo, el cual es de tendencia ácida y pobre en nutrientes.
Además de las dominantes coníferas, este bioma posee
una capa arbustiva, una herbácea y una al nivel del suelo
formada por líquenes y musgos. Todas estas plantas están
adaptadas a las particulares condiciones ambientales de la
taiga: una estación de crecimiento corta (90-120 días),
bajas temperaturas, baja humedad y nieve abundante.
29.5.7. Otro de los biomas terrestres más extensivos es
la tundra.
Se estima que la tundra ocupa un 25% de la superficie
terrestre y la mayor parte está en el Círculo Ártico. Este
bioma se caracteriza por la ausencia total de árboles y la
presencia de una capa de congelamiento permanente en el
suelo, denominada permafrost. En las partes altas de las
montañas de zonas templadas puede existir este bioma,
justo antes de la zona de nieves perpetuas. También
puede haber tundra en pequeñas áreas de los montes
tropicales más altos, donde luego del páramo y antes de
las cimas congeladas de las montañas aparece un paisaje
desolado y muy frío (Figura 29.14). La precipitación
anual es menor de 250 mm pero los depósitos de agua
como lagunas y charcos son comunes porque el suelo no
drena y porque hay baja evaporación; el suelo es pobre en
nutrientes y de baja profundidad; los vientos son fríos y
muy fuertes. La escasa vegetación consta de algunos
pastos y arbustos, musgos y líquenes, siendo estos
últimos capaces de fotosintetizar a temperaturas bajo
cero. Las pocas angiospermas de este ecosistema se
reproducen sexualmente rara vez, ya que la reproducción
vegetativa es la más usada. Otra notable característica
observada en las plantas de la tundra es la producción de
pigmentos del tipo antocianinas, los cuales ayudan a
aumentar la temperatura de la planta hasta en 15˚C.
29.5.8. Parte de la superficie de la tierra está
permanentemente cubierta de hielo.
Se trata de los glaciares y ecosistemas polares, los cuales
incluyen los desiertos polares de la Antártica y el Polo
Norte, así como las nieves perpetuas de las altas
montañas, que en regiones tropicales están a más de
4,500 m (Figura 29.6A), mientras que en zonas
templadas se ubican a altitudes más bajas. Estos biomas
constituyen cerca de un 10% de la superficie terrestre. El
origen de los biomas congelados está asociado con las
glaciaciones, la más reciente de las cuales, la glaciación
Würm, estaba en su máximo punto hace unos 115,000
años, cuando la capa de hielo del hemisferio norte podía
alcanzar hasta 4 km de altura. Este glacial empezó a
derretirse hace unos 14,000 años, cuando el clima se hizo
más cálido, permitiendo que la vegetación empezara a
ocupar su posición actual. El retroceso de estos hielos no
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
557
ha concluido y las lagunas de las altas montañas, así
como los picos con nieves perpetuas y los casquetes
polares son los rezagos de la edad del hielo.
La Antártida, el casquete polar continental del
hemisferio sur, se estima que alberga alrededor del 80%
del agua dulce de la tierra, a pesar de lo cual debe
considerarse un desierto polar, ya que la disponibilidad
de ella es casi nula. Si el hielo de este continente se
derritiera, se cree que el nivel del mar subiría al menos 45
m. En verano las temperaturas apenas si superan el punto
de congelamiento del agua y el continente alcanza su
mínima superficie, que es de un poco más de 14 millones
de kilómetros cuadrados. En invierno, el agua cercana al
continente se congela y la superficie total puede alcanzar
los 29 millones de kilómetros cuadrados. La colonización
de la vegetación está impedida por las duras condiciones
ambientales y por su aislamiento, ya que la parte
continental más cercana es Suramérica, a unos 850 km.
Se han registrado líquenes, musgos, algas y hasta dos
especies de plantas en este bioma, el cual es
extensivamente usado para realizar investigación
científica, particularmente la dirigida a entender la vida
en ambientes extremos, que se considera fundamental
para la búsqueda de vida en otros planetas (exobiología).
29.5.9. Los cuerpos de agua dulce constituyen
ecosistemas distintivos y muy parecidos entre sí.
Los ecosistemas de agua dulce constituyen una pequeña
fracción de la superficie terrestre pero son muy
biodiversos. Algunos aspectos que modulan esta
biodiversidad son el movimiento del agua, la
profundidad, el contenido de oxígeno, las sustancias
disueltas y el tamaño y la forma del cuerpo de agua. Con
base en el movimiento los sistemas acuáticos se dividen
en lénticos y lóticos (Figura 29.15), dependiendo si están
quietos o tienen un flujo intenso, respectivamente. En la
primera categoría se ubican los lagos, lagunas y
humedales, mientras que en la segunda están los ríos y
quebradas. Las zonas geológicas más jóvenes son las que
se caracterizan por poseer lagos y lagunas, sobre todo las
que presentan cambios geológicos en los pasados 20,000
años. Los lagos profundos poseen una capa superficial de
agua llamada epilimnion, que es calentada directamente
por el sol y que se mezcla por acción de los vientos.
Luego está la termoclina, que es una capa de transición,
bajo la cual se encuentra el hipolimnion, que recibe poca
influencia directa de los vientos y el sol (Figura 29.16).
Un concepto importante para entender la
biología de los lagos es el que se basa en la
productividad, ya que hay una zona eufótica que recibe la
luz y por lo tanto es donde se ubican los autótrofos. Su
profundidad depende de la disponibilidad de luz solar y
la claridad del agua, que a su vez depende de las
partículas disueltas en ella. El límite inferior de la zona
eufótica se da en el punto en que la producción
fotosintética es igual a la energía usada por la respiración
y se conoce como el nivel de compensación. El grado de
productividad de un cuerpo de agua estancado se puede
clasificar como oligotrófico si es bajo, o eutrófico cuando
es muy alto. Los ecosistemas eutroficados poseen una
alta carga de materia orgánica que aumenta la tasa
respiratoria y la turbidez del agua, factores que
contribuyen a disminuir la cantidad de oxígeno disuelto
en ella.
Si bien la eutroficación se puede dar por
procesos naturales, la actividad humana es
particularmente aceleradora de este fenómeno, ya que la
descarga de aguas residuales y la contaminación por
materia orgánica aumenta notoriamente el deterioro de
las aguas estancadas (Figura 29.17). En los cuerpos de
agua eutroficados a menudo proliferan malezas acuáticas
como algas, cianobacterias y aun plantas vasculares, pero
la diversidad es baja porque pocas especies dominan el
escenario, contrario a lo que ocurre en sistemas
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
558
oligotróficos. Para medir el nivel de eutroficación de un
ecosistema se usa el concepto de demanda bioquímica de
oxígeno (DBO), que es la diferencia entre el oxígeno
producido por los autótrofos y el consumido por todos los
organismos del ecosistema dado.
Los lagos profundos de las zonas templadas
están más estratificados que los de las zonas tropicales
por las mayores diferencias en la temperatura a diferentes
niveles de profundidad. El agua fría desciende y causa
que haya mezclado de las capas a varios niveles, mientras
que los lagos tropicales son más isotermos, es decir, su
temperatura es más parecida y estable, por lo que esta
dinámica no existe. Otro factor muy importante para las
comunidades de los lagos y lagunas es el pH, el cual
afecta en gran medida el tipo de peces e invertebrados
que allí habitan. Para distinguir el sitio particular dentro
de los cuerpos de agua donde viven los organismos,
existen los términos litoral, bentónico y pelágico.
El primero hace referencia a las orillas del
cuerpo líquido, donde hay una transición entre la tierra y
el agua. Allí viven organismos como algas ancladas y
plantas acuáticas enraizadas. Estas plantas y las que
viven flotando libres, se conocen colectivamente como
macrófitas, a las cuales hay siempre algas y otros
microorganismos adheridos que se denominan el
perifiton. De otra parte, los organismos del bentos son los
que ocupan el fondo y las paredes profundas del lago,
ambiente que es generalmente oscuro y en el que viven
microorganismos descomponedores y fauna
especializada. En la zona pelágica, que en general se
refiere a las aguas poco profundas del cuerpo de agua,
viven las plantas flotantes y los organismos que viven y
nadan libre e independientemente (necton), o los que
flotan y son transportados por las corrientes (plancton).
Este último grupo posee muchos microorganismos
fotosintetizadotes, a los cuales se les llama en conjunto el
fitoplancton, que son vitales para la productividad de los
ecosistemas acuáticos.
Los ecosistemas lóticos, mejor conocidos como
ríos y quebradas, poseen una flora y fauna muy diferentes
a las de las comunidades lénticas. Los organismos están
adaptados a permanecer en su sitio a pesar de las fuertes
corrientes y también están acostumbrados a una alta
presencia de oxígeno en el agua dada por la mezcla
continua que produce la corriente. En general, puede
decirse que en los ecosistemas de agua dulce los
productores primarios más importantes son las algas del
fitoplancton, ya que las plantas vasculares ocupan el
segundo lugar. El grueso de la biomasa de heterótrofos la
conforman los insectos, los crustáceos y los peces.
Un tipo muy particular de ecosistema acuático
dulceacuícola es el humedal, categoría en la que cabe
básicamente cualquier espejo de agua temporal o
permanente que no sea un lago o laguna (Figura 29.18).
Algunas características comúnmente asociadas a los
humedales son su baja profundidad, la presencia de
macrófitas y una fauna aviar asociada. El humedal se da
en lugares donde la tasa de evaporación es superada por
la precipitación, así que el suelo está saturado de agua y
generalmente está cubierto por el espejo de agua.
Algunos humedales tienen una productividad primaria
muy alta por lo que son verdaderos sumideros de
carbono. A vegetación asociada a los humedales es
generalmente herbácea o arbustiva, destacándose los
pastos y otras plantas de hojas lanceoladas y polinización
anemófila, como las tifas.
29.5.10. Las comunidades marinas forman otro bioma
muy importante en el planeta.
Los biomas recientemente revisados corresponden a la
tierra firme, los cuales han sido más explorados por estar
en nuestro hábitat natural. Por ello el término bioma ha
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
559
sido siempre entendido como un tipo de formación
vegetal, pero en realidad los biomas deben ser entendidos
como grandes asociaciones de comunidades similares.
Esto hace necesario considerar a los ambientes marinos
como otro tipo de bioma muy importante, el cual es el
más grande del planeta, pues los mares cubren cerca del
70% de la superficie de la esfera terrestre. Las vastas
comunidades marinas pueden dividirse informalmente en
dos categorías con base en su ubicación, las costeras y las
de mar abierto. Entre las costeras están los arrecifes
coralinos, los acantilados, las playas y zonas
intermareales, los estuarios y los manglares, mientras que
en mar abierto habitan los grandes cardúmenes de peces
y mamíferos acuáticos, así como una inmensa masa de
fito y zooplancton que forman la base de las redes
tróficas oceánicas. En las profundidades abisales existe
una muy rica y casi completamente desconocida variedad
de formas de vida. Las aguas oceánicas presentan una
gran variedad de temperaturas y disponibilidad de
oxígeno y luz de acuerdo con la profundidad, lo que
podría llevar a una clasificación compleja de los subtipos
de biomas marítimos, la cual escapa a alcance de este
libro.
Una vista de perfil del océano permite
identificar una zona intermareal cerca de la playa, la cual
se continúa con la zona nerítica, que está sobre las placas
continentales. Más externamente está la zona oceánica o
mar abierto, que alcanza las mayores profundidades en la
zona pelágica, donde la luz no llega y la productividad
fotosintética es nula (Figura 29.19). A continuación se
revisará un poco en detalle algunos de los ecosistemas
marinos más importantes, comenzando con el arrecife
coralino, uno de los biomas más bellos y frágiles del
planeta, el cual es básicamente de distribución tropical
(Figura 29.20).
Los corales son colonias de microorganismos
que producen un esqueleto externo de carbonato de calcio
en el que se refugian los pólipos de varias especies de
celenterados. La estructura de tipo rocoso que forman es
el hogar de numerosas especies de animales marinos, por
lo que su destrucción traería consecuencias graves para la
supervivencia de muchas especies. Los corales sólo
crecen en un restringido rango de condiciones
ambientales, que incluyen una temperatura de 18-36˚C,
una profundidad máxima de 25-29 m, así como la
presencia de corrientes marinas constantes que remueven
los sedimentos y renuevan los suministros de nutrientes y
oxígeno. Adicionalmente, los arrecifes requieren de agua
cristalina y con pocas fluctuaciones en el nivel de
salinidad del agua, por lo que no se dan cerca a las
desembocaduras de los ríos. La disponibilidad de buena
luz es muy importante para sostener las algas que viven
con los corales, los cuales constituyen un bioma muy
productivo y uno de los más biodiversos del océano.
Otro ecosistema litoral muy importante se da en
las desembocaduras de los ríos al mar, donde se forman
estuarios y manglares (Figura 29.21). Esta zona posee
diversos niveles de salinidad dependiendo de la distancia
al mar y del grado de mezcla de las aguas. En este bioma
las plantas como los varios tipos de mangle se han
adaptado a vivir en aguas saladas, por lo que constituyen
el elemento estructural más importante. Algunas especies
descartan el exceso de sal por sus hojas a través de
glándulas especiales (Figura 29.21B). Asociadas a estos
vegetales viven plantas epífitas y una fauna de
invertebrados y peces muy diversa. La mayoría de los
restos vegetales no son consumidos por los herbívoros,
por lo que van al fondo de los manglares, marismas y
estuarios, donde son la base alimenticia de una
comunidad muy grande de microorganismos
descomponedores. El elemento productor primario más
importante del océano, tanto en el litoral como en el mar
abierto, es el fitoplancton. Se estima que al menos la
mitad de la actividad fotosintética de la tierra es llevada a
cabo por estos microorganismos, por lo que algunos
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
560
autores postulan que al aumentar su eficiencia fijadora de
CO2 se podría contribuir significativamente a reducir el
calentamiento global. Algunos experimentos muestran
que el principal factor limitante de la fotosíntesis
planctónica es el hierro, por lo que han añadido dicho
elemento a ciertas zonas con resultados prometedores.
BIBLIOGRAFÍA
Atlas RM & Bartha R. 2002. Ecología microbiana y
microbiología ambiental, 4 ed. Addison Wesley, Madrid,
España.
Bateson G, Lovelock J, Margulis L, Atlan H,
Maturana H, Varela S, Thompson WI, Henderson H
& Todd J. 1989. Gaia: implicaciones de la nueva
biología. Editorial Kairós, Barcelona, España.
Graham LE, Graham JM & Wilcox LW. 2003. Plant
biology. Prentice Hall, Pearson Education, Inc., Upper
Saddle River, Nueva Jersey, E.U.A.
Rippstein G, Escobar G & Motta F (eds.). 2001.
Agroecología y biodiversidad de las sabanas en los llanos
orientales de Colombia. CIAT & CIRAD, Cali,
Colombia.
Stiling PD. 1996. Ecology. Theories and applications, 2
ed. Prentice Hall, Upper Saddle River, NJ, E.U.A.
Figura portada del capítulo
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
561
Figura 29.1. La luz solar y la tierra. La cantidad de energía solar que llega a la atmósfera es de unos 1,367 W/m2, de la cual
sólo el 40 % alcanza la superficie terrestre. A) La radiación solar por unidad de área es menor cerca de los polos (1), que en
el ecuador (2), B) la órbita elíptica de la tierra hace que ella esté más cerca al sol en ciertas épocas del año (perihelio), a la
vez que en otras épocas está en su máximo punto de alejamiento (afelio). El plano de inclinación de la tierra con respecto al
sol varía durante el año y genera cambios en la duración del día con respecto de la noche: 1) Solsticio de verano en el
hemisferio sur y de invierno en el hemisferio norte (21 de diciembre), 2) equinoccio de primavera en el hemisferio norte ya
que se pasa de invierno a primavera, mientras que en el hemisferio sur es el equinoccio otoñal porque se pasa de verano a
otoño (20 de marzo), 3) solsticio de invierno en el hemisferio sur y de verano en el hemisferio norte (21 de junio), 4)
equinoccio autumnal en el hemisferio norte, se pasa del verano al otoño y equinoccio vernal en el hemisferio sur, se pasa de
invierno a primavera (23 de septiembre). Las fechas son aproximadas.
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
562
Figura 29.2. Flujo del aire y la humedad sobre la superficie de la tierra. El movimiento del aire se debe básicamente a las
diferencias en temperatura causadas por una insolación diferencial en las masas de aire, la cual es muy afectada por la
rotación y traslación terrestres. Arriba se ve el sistema de celdas o cinturones atmosféricos transportadores de aire y
humedad en el planeta. Se notan los vientos Alisios soplando hacia el ecuador y desviándose hacia el oeste por la rotación
terrestre, formando la Zona de Convergencia Intertropical (ZCI), cuando se unen cerca del ecuador. Por su parte, los vientos
Céfiros soplan desde el oeste y también se denominan ponientes. En la imagen de satélite de abajo se muestra la ZCI en
forma de una banda de nubes que se ubica cerca al ecuador geográfico pero cuya ubicación exacta cambia con la
temperatura (Foto en dominio público por cortesía del gobierno federal de E.U.A).
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
563
Figura 29.3. Flujo de las principales corrientes marinas del planeta. De particular importancia para el trópico americano es
la corriente fría del Perú o de Humboldt, que corre en sentido sur – norte en la costa occidental de Suramérica. Figura en
dominio público por cortesía del gobierno federal de E.U.A.
Figura 29.4. El ciclo del nitrógeno es clave para el mantenimiento de la vida en el planeta. El nitrógeno atmosférico sólo
puede ser fijado por bacterias asociadas a las raíces de las plantas, luego de lo cual se oxida a nitritos y nitratos que son
formas utilizables por los seres vivos. Cuando éstos mueren o producen excretas, el nitrógeno fijado a moléculas orgánicas
se amonifica o es desnitrificado también por bacterias.
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
564
Figura 29.5. Glaciares. El derretimiento de las capas permanentes de hielo es un fenómeno global, cuya causa no se conoce
plenamente y es muy evidente en los nevados colombianos (A) que muestran un retroceso continuo. En las zonas templadas
también se observa este fenómeno (B, Foto cortesía PDPhoto.org.).
Figura 29.6. Distribución del bosque lluvioso tropical, también conocido como selva húmeda tropical o jungla. Es el bioma
más biodiverso del planeta y uno de los que más ha sufrido deforestación. El situado en la costa pacífica colombiana,
concretamente en el departamento del Chocó, es probablemente el sitio más lluvioso del planeta, donde se han registrado
más de 10,000 mm de lluvia anual.
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
565
Figura 29.7. Bosque tropical montano bajo en la zona de amortiguación del Parque Nacional Natural Los Farallones de
Cali. En estos bosques la presencia de yarumos (copas claras en el centro de la foto, Cecropia spp.), implica algún grado de
intervención reciente, pues se trata de especies pioneras de rápido crecimiento.
Figura 29.8. Los páramos son ecosistemas de alta montaña en los ecosistemas tropicales, generalmente situados arriba de
los 2900 m, en los cuales son notables los frailejones (Espeletia spp.), así como también son comunes las lagunas glaciares,
que son restos del retroceso natural de los glaciares. Foto cortesía de C. Arango.
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
566
Figura 29.9. Distribución de los desiertos calientes en el planeta. Si bien estos son los desiertos más notorios, en términos
de la poca disponibilidad de agua líquida y la baja biodiversidad, la Antártida y el ártico son técnicamente también
ecosistemas desiertos.
Figura 29.10. Los ecosistemas áridos son muy abundantes y el elemento vegetal característico de ellos en América es el
cactus. En Colombia las zonas desérticas más notables están en la Guajira y en el desierto de la Tatacoa (en realidad es un
bosque xerofítico), que se muestra en la figura. Estas zonas son generalmente muy ricas en fósiles, ya que la poca humedad
permite la conservación de los materiales que quedan enterrados.
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
567
Figura 29.11. Monocultivo de caña. El valle geográfico del río Cauca ha sido sometido durante muchos años al sobreuso
por el monocultivo de la caña de azúcar, lo cual ha saturado el suelo con agroquímicos y sales. Si a esto se agrega el hecho
que su vegetación nativa fue prácticamente destruida, es viable pensar que el destino de estos suelos sea el convertirse en un
desierto.
Figura 29.12. Biomas planos. A) Pradera en regiones templadas, caracterizadas por abundantes gramíneas y escasa
vegetación arbustiva, B) distribución de las sabanas tropicales en el planeta. En Colombia dicho bioma está representado
por las extensiones de los llanos orientales que se continúan con los de Venezuela, así como también los hay en la región
Caribe y aun en la Amazonia.
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
568
Figura 29.13. La taiga es el bioma terrestre más extenso que hay. Se trata de un bosque de coníferas con pocas especies
vegetales (baja riqueza), pero que presentan poblaciones muy numerosas. Es muy abundante en Rusia y Canadá.
Figura 29.14. La tundra ártica es la más extensa y conocida, si bien también la hay en zonas templadas, la Antártida y aún
en los trópicos justo antes de la zona de nieves perpetuas.
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
569
Figura 29.15. Los ecosistemas acuáticos pueden clasificarse con base en el movimiento del agua. Los lóticos hacen
referencia a ríos y masas de agua con desplazamiento, donde la aireación es generalmente alta, mientras que los lénticos se
refieren a aguas lentas o estancadas, como las lagunas y los humedales.
Figura 29.16. El perfil de un lago profundo muestra una capa superior denominada epilimnion (E), cuyo movimiento está
muy influenciado por el viento, luego está la termoclina (T) y en la parte más profunda el hipolimnion (H).
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
570
Figura 29.17. Cuerpo de agua invadido por el buchón (Eichornia crassipes). Se puede apreciar que esta planta cubre casi
toda la superficie evitando que la luz penetre profundo en el agua e incluso dificultando la navegación (Foto cortesía del
N.O.A.A., gobierno federal de E.U.A.).
Figura 29.18. Los humedales son cuerpo de agua generalmente de baja profundidad, que pueden cambiar su extensión de
acuerdo con la temporada de lluvias. En ciertas ocasiones se cubren de macrófitas, algas o helechos acuáticos y sirven de
refugio a la fauna local o migratoria.
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
571
Figura 29.19. Esquema del perfil del mar. La zona bentónica hace referencia a la región en que la vida está sobre el
sustrato, en contraposición a la zona pelágica donde los seres vivos flotan libremente. La zona oceánica es el mar abierto y
la nerítica se refiere a la parte más cercana a la playa, generalmente limitada por la placa continental.
Figura 29.20. Distribución de los corales en el mundo. Estos ecosistemas son propios de los trópicos y algunas regiones
subtropicales, siendo ambientes altamente amenazados en la actualidad por su fragilidad ante la contaminación ambiental.
MAGG – Botánica General: Introducción al estudio de las plantas
572
Figura 29.21. Detalle de manglar. A) Perfil de un manglar cuando la marea está alta. Se nota la utilidad de las raíces
arqueadas que le proveen estabilidad a la planta en el suelo inundable en el que crecen (Foto en dominio público por
cortesía del N.O.A.A., gobierno federal de E.U.A.), B) cristales de sal depositados sobre la superficie foliar en Avicennia sp.
(Foto cortesía de autor anónimo «Peripitus» a través de internet).
Tabla 29.1. Algunas características notables de algunos microorganismos fijadores de nitrógeno.
Microorganismo fijador de nitrógeno Características
Rhizobium, Bradyrhizobium Simbiontes con leguminosas
Frankia Simbionte con árboles (Casuarina)
Azospirillum Simbionte con pastos tropicales
Anabaena Simbionte con helechos acuáticos (Azolla)
Nostoc, Anabaena, Calothrix, Gloeotrichia Cianobacterias no simbióticas
Azotobacter Fijadores no simbióticos aerobios
Bacillus, Klebsiella Fijadores no simbióticos, aerobios facultativos
Clostridium, Methanococcus Fijadores anaerobios
Rhodospirilum, Chromatium Fijadores anaerobios fotosintéticos