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Historia Universal Siglo XL a.C. - XV d.C. | Krismar Educación

Mesopotamia

Geografía: Suroeste de AsiaLímites: Norte: Montañas de Armenia; sur: Desierto de Arabia; este: Meseta de IránHidrografía: Ríos Tigris y ÉufratesPrincipales ciudades: Ur, BabiloniaImperios: Sumerios, Acadios, Babilonios, Asi-rios, CaldeosÉpoca: 4000 a.C. - 331 a.C.

Mesopotamia es considerada la cuna de la cul-tura occidental, lugar donde los asentamien-tos humanos verificados provienen desde el Neolítico. Ahí, seis milenos antes de nuestra era, comenzaron a crearse las primeras cultu-ras en la región, entre ellas destaca la Umm Dabaghiyah con antecedentes desde 6,000 años a.C., la cual en su evolución desembocó en cultura de Hassuna, cuyos vestigios datan de 5,000 años a.C. Esos pueblos extendieron en el territorio que hoy es el norte de Irak, cubriendo una zona situada en el valle alto del Tigris y los llanos del norte y sur del Jebel Sinjar, al oeste de la actual ciudad de Mo-sul. Los asentamientos más significativos son los de Tell Hassuna y sobre todo Yarim Tepe I, después vino la transición hacia la cultura de Samarra, con lo que habría que añadir un

cuarto grupo, la cultura de Halaf, diferen-ciada al mismo tiempo por unas asociaciones recurrentes del registro arqueológico y por criterios de tipo cronológico y geográfico.

Mesopotamia, "país entre ríos", el Tigris y el Éufrates, que discurren por la depresión existente entre los montes Zagros, en Irán, y la meseta de Arabia. Estos ríos nacen en las montañas Antitauro, en el Asia menor, y cer-ca de su desembocadura en el golfo Pérsico forman un único curso fluvial llamado Shat-al-Arab. Mesopotamia vio nacer, gracias a las condiciones para la vida entonces existentes, los primeros grandes imperios, las primeras ciudades de la antigüedad y algunas destaca-das invenciones humanas, como la escritura y la legislación, ya antes citamos el Código Hammurabi y la escritura cuneiforme.

La mayor parte del actual estado de Irak cons-tituye lo que fue la antigua región de Meso-potamia, geográficamente, ésta se encuentra dividida en dos zonas: al norte, la alta, de carácter más montañoso donde se instalaron los asirios; al sur, la baja, formada por llanu-ras que sirvió de asentamiento a sumerios y babilonios.

CAPÍTULO 2Civilizaciones del viejo mundo


CAPÍTULO 2 | Civilizaciones del viejo mundo 2

Las primeras Ciudades Sumerias (3500 - 1950 a.C.)

• Se crean las primera ciudades: Eridú, Ur, Umma, Uruk y Lagash.

• Las ciudades evolucionan hacia dinastías como la de Urukaguina, rey de Lagash y Uruk.

• Tras la invasión de los Guti se produce un renacimiento sumerio, liderado por el Pa-tesi Gudea de Lagash, y continuó bajo la III dinastía de Ur.

• Se establece una monarquía religiosa que obtiene victorias militares y compila un código que servirá de referencia a Ham-murabi.

• Esta civilización fue destruida por nóma-das asirios que se establecen al norte de Mesopotamia.

El Imperio Acadio (2350-2150 a.C.)

• Pueblo de origen semítico, procedentes de Arabia, El Sinaí o la Alta Siria.

• Sargón consigue derrotar a los sumerios con un arco más ligero.

• Establecieron un imperio desde Armenia hasta el Golfo Pérsico y desde los Zagros al Mediterráneo.

• La existencia de diferentes pueblos en el imperio provocó frecuentes rebeliones.

• Esta debilidad interna facilitó la invasión

de los Guti, procedentes de los Zagros.

La 1ª dinastía de Babilonia (1850-1530 a.C.)

Tras la rivalidad entre varias ciudades estado se impuso la hegemonía de los Amorritas de Isín, que se habían traslado a Babilonia.

• Hammurabi consiguió unificar toda Meso-potamia, confeccionó un código jurídico y textos políticos, religiosos y jurídicos. Mi-tanni, la Babilonia Casita y el Reino Asirio Medo.

• Tras la decadencia de la primera dinastía de Babilonia se produce una coexistencia entre Babilonia, Asiria y el reino Hurrita de Mitanni al norte.

• Época agitada con alternancias en la he-gemonía.

• A partir del siglo XIV a.C., entra en escena el imperio hitita que convierte en vasallo a Mitanni y amenaza Asiria.

• Los asirios consolidan un estado en torno a Nínive y Assur, el reino asirio medio. El Imperio Asirio.

• Al romperse el equilibrio, los asirios es-tablecieron un gran imperio basado en su poderoso ejército.

• La primera fase de la expansión se rea-lizó mediante el cobro de impuestos sin suprimir la autonomía de los estados, en los siglos IX y 1ª mitad del VIII a.C.

• A mediados del siglo VIII a.C. se convir-tieron en provincias asirias los territorios conquistados.

• Los funcionarios asirios controlaban y en-viaban los productos excedentes hacia Ní-nive, la capital, de unos 200,000 habitan-tes.

• Unificación de Mesopotamia y Egipto a me-diados del VII a.C. Imperio Neo babilónico.

• Alrededor del año 650 a.C., los caldeos de Babilonia y los medos destruyeron el im-perio Asirio.

• Inicia el reino neo babilónico, que llegó su



esplendor con Nabucodonosor II (604-562 a.C.).

• La oposición entre las provincias occiden-tales y el reino babilónico propicio su des-trucción.

• El rey persa Ciro, que había sustituido a los medos en Irán, invadió Babilonia en el año 539 a.C.

• Babilonia y Mesopotamia se convirtieron en provincias del imperio persa.

Sumeria

Geografía: Sur de MesopotamiaLímites: Noreste de la Baja MesopotamiaHidrografía: Ríos Tigris y ÉufratesPrincipales ciudades: Eridú, Ur, Uruk, LagashÉpoca: 4,000 a.C. - 2,000 a.C.

Las distintas excavaciones arqueológicas realizadas en Mesopotamia desde mediados del siglo XIX revelaron la existencia de asen-tamientos humanos a partir del año 10,000 antes de la era cristiana en los territorios septentrionales, ya que la baja Mesopotamia no se ocupó hasta el cuarto milenio. La pre-sencia permanente del hombre en épocas tan remotas se debió a las favorables circunstan-cias geográficas y climáticas, que permitieron a sus habitantes pasar de un sistema de vida nómada, basado en la caza y la recolección, a otro de tipo sedentario, apoyado en la agri-cultura.

Esta primitiva civilización consiguió desarro-llar las técnicas de irrigación y la construc-ción con ladrillos, a la vez que creó un com-plicado panteón de divinidades. Dos grandes acontecimientos históricos sobrevinieron en el cuarto milenio anterior a nuestra era, en los territorios meridionales: primero, el nacimiento de las ciudades y, más tarde, la invención de la escritura, ambos hechos se debieron al pueblo de los sumerios, quizá ori-

ginario del Cáucaso o de las costas del golfo Pérsico.

Las excavaciones arqueológicas en los asen-tamientos sumerios, entre ellos Eridu, Kish, Uruk, Lagash y Ur, sacaron a la luz miles de tablillas de arcilla escritas con caracteres cu-neiformes, la mayoría de estas tablillas no eran más que inventarios de bienes o regis-tros de transacciones, otras contenían listas de reyes, algún relato literario y diferentes temas religiosos, gramaticales o científicos, las demás tenían un indudable carácter his-tórico y hablaban de disputas y guerras entre las ciudades y reyes de Sumer.

Uno de los reyes más famosos fue el semita Sargón, de la ciudad de Acad, que construyó el imperio más antiguo y extendió sus domi-nios hasta el Mediterráneo por el oeste, y los montes Zagros por el este. El poderío acadio decayó como consecuencia de las invasiones de los Guti y los Amorritas, procedentes de las montañas del norte. Cuando éstos fueron expulsados, la cultura mesopotámica renació con la dinastía III de Ur, entre 2112 y 2004, coetánea de las dinastías de Isin y Larsa. Las sucesivas oleadas de invasores semitas pro-vocaron la fragmentación de Mesopotamia en diferentes ciudades-estado, una de las cua-les, Babilonia, impuso entonces su hegemo-nía.



Babilonia

Geografía: MesopotamiaLímites: Desde el Golfo Pérsico hasta el Mar mediterráneoHidrografía: Ríos Tigris y ÉufratesPrincipales ciudades: Isin, Larsa y BabiloniaPersonaje: Rey HammurabiÉpoca: 1830 a.C. - 539 a.C.

El más brillante gobernante del primer impe-rio babilónico fue el rey Hammurabi, en el si-glo XVIII a.C., conocido por su célebre código de leyes, conservado en una gran estela. En-tre los siglos XVII y XV, Babilonia decayó ante la invasión de pueblos bárbaros como los hu-rritas, los casitas y los mitani. Sin embargo, a fines del XV, la ciudad de Asur, en el norte de Mesopotamia, recobró la preeminencia políti-ca e instauró un poderoso imperio.

Destacados reyes asirios, como Adad-Narari I, Salmanasar I o Tukulti-Ninurta I extendieron sus dominios sobre los territorios de los mita-ni, los casitas y los hurritas, e incluso ocupa-ron parte de Babilonia. El máximo esplendor asirio llegó con Asurnasirpal II, en el siglo IX a.C., que realizó importantes construccio-nes en la capital, Kalaj. Tras una prolongada época de crisis, a mediados del siglo VIII un usurpador, Tiglat-Pileser III, fundó el nuevo

imperio asirio y se proclamó rey de Babilo-nia, entre sus sucesores sobresalieron Sargón II, Asarhadón, que ocupó Egipto en el 671, y Asurbanipal, creador de la famosa biblioteca de Nínive. Posteriormente se aceleró el decli-ve y el imperio asirio cayó bajo los ataques de los medos, los babilonios y los escitas.

La ciudad de Babilonia volvió a resurgir con la dinastía de los caldeos, fundada por Na-bopolasar a fines del siglo VII, comenzaba así el nuevo imperio babilónico, que contó entre sus reyes con Nabucodonosor II, quien destru-yó Jerusalén en el 587 y deportó a Babilonia a miles de judíos, este nuevo imperio sucumbió pocos años después, en el 539, cuando Nabó-nides fue derrotado por el persa Ciro II. En el 550 a.C., Ciro fundó la dinastía Aqueménida, que terminó en el 330 a.C., a la muerte de Darío II Codomano, así el imperio persa cayó ante el empuje de Alejandro Magno en el si-glo IV. Babilonia se transformó en un presti-gioso foco cultural en el que confluyeron la cultura griega y la oriental, gobernado por Seléuco I Nicator, general de Alejandro, fun-dando en el 312 a.C. la dinastía seléucida que permaneció vigente hasta el año 64 a.C. Pos-teriormente, la cultura mesopotámica inició un lento declive, la región fue ocupada por los persas sasánidas y luego por los romanos, gracias a las campañas militares del empera-dor Trajano. En el siglo VII de la era cristiana, la región fue conquistada por los musulmanes y quedó integrada dentro de la civilización árabe.

Hititas

Geografía: Anatolia CentralLímites: Mar negro, al norte del Éufrates y al sur las montañas TaurusHidrografía: Ríos KizilPrincipales ciudades: NesaPersonajes: Hatsuil, Mursil, Suppiluliumas



Época: 1680 a.C. - 1200 a.C.

Los hititas llaman a su propia lengua nesita (de la ciudad de Nesa), pero, por diversas ra-zones, hoy la llamamos hitita. No es segura la procedencia de los hititas; acaso de las tie-rras al oeste del Mar Negro. Su entrada no fue destructiva, sino gradual. Unas pocas tablillas de Bogazkšy son anteriores al siglo XVII a.C. Una habla de dos reyes semilegendarios de Kussara, Pitjanas y Anittas, que conquistaron gran número de ciudades, incluida Nesa, su capital, así como Hattusas (Khattusas), des-truida por Anittas y que sería luego capital del Imperio.

El Reino Antiguo. Los grandes periodos de la historia hitita son el llamado Reino Antiguo (1680-1450 a.C.) y el Reino Nuevo o Imperio Hitita (1400-1180), separados por un oscuro periodo de cien años, a veces llamado Reino Medio. El texto más relevante del Reino Anti-guo es el llamado Rescripto de Telipinu. En él hay un resumen, más o menos legendario, de los orígenes del poder hitita.

“Antiguamente, Labarna fue Gran Rey; y sus hijos, hermanos, aliados por matrimonio, pa-rientes y soldados estuvieron unidos. El país era pequeño, pero doquiera llevaba la ba-talla, subyugaba las tierras y las sometía e hizo del mar su frontera. Cuando regresó de la batalla dio a cada hijo una parte del país; a Hupisna, a Tuwanuwa, a Nenassa, a Landa, a Zallara, a Parsuhanda y a Lusna y gobernó el país y en sus manos florecieron las grandes ciudades. Después, fue rey Hatusil (...)".

El nombre Labarna se transformó, en título de honor (como César en Roma). En 1957 se halló una inscripción bilingüe (hititao-acadia) del segundo rey, Hatusil, al que se llama La-barna en acadio y, en hitita, "Rey de Hattu-sas" y "Hombre de Kussara", acaso porque la dinastía fue oriunda de esta ciudad. Quizá la

traslación de la capital a Hattusas hizo que este segundo Labarna cambiase el nombre por Hatusil.

Las tierras conquistadas mencionadas por Te-lipinu están todas al sur del río Kizil (Halys), en lo que los hititas llamaron “país Inferior”. En el segundo de gobierno, Hatusil llega al Tauro y norte de Siria, cerca de Karkemish. En esta expansión, el principal rival de Hatti fue el reino de Alepo. En el tercer año, combate contra Arzawa, un extenso reino al suroeste de Anatolia, y los hurritas aprovechan para anexionarse las conquistas del sureste hitita, aunque Hatusil reaccionó y las recuperó, en lo que se fueron los dos siguientes años. Su sexto año de campañas fue también contra los hurritas apoyados por Alepo.

La sucesión recayó en su nieto Mursil (Mus-hilish), que lo vengó, derrotó a los hurritas y destruyó Alepo. Llevó a cabo una fulminan-te incursión contra Babilonia y, según Telipi-nu, la destruyó. Pero los casitas, llegados a Mesopotamia por las mismas vías que antes los hurritas, empezaban a debilitarla y no es imposible que Mursil pactase con ellos. La expedición ocurrió inmediatamente antes o después de la muerte del último rey babiló-nico, Samsuditana, (1595), año que pudo ser el de la muerte de Mursil, asesinado por unos parientes. Le sucedió su cuñado Hantil (Han-tilish), bajo cuyo gobierno el Reino estuvo a punto de extinguirse.



La conquista de Adana (Cilicia, la zona lito-ral bajo el Tauro) por los hurritas supuso un fuerte golpe para Hatti. Los hurritas la lla-maron Kizzuwadna y dificultaron desde allí la vía hitita a Siria. Telipinu hubo de pactar con ellos para fijar con seguridad sus fronteras. Preocupado por la inestabilidad de la corona, sujeta a las querellas de la aristocracia, lan-zó una ley sucesoria detallada que obliga a que las quejas contra el rey o sus hijos no se resuelvan por la fuerza, sino legalmente, por denuncia ante el pankus o asamblea gene-ral, que algunos han pretendido sea la típica asamblea indoeuropea de guerreros y jerar-cas de linaje, pero sobre la que no hay infor-mación detallada. El llamado Reino Medio. Suele tenerse a Telipinu como último rey del Reino Antiguo. Hubo de abandonar las provin-cias sirias en manos hurritas; éstos, a su vez, fueron derrotados por Egipto. Hacia 1471, Hatti y Egipto cooperaban mediante tributos hititas a cambio de ayuda egipcia para res-tablecer las fronteras. Pero la ayuda egipcia no parece haber sido tan poderosa como la presencia del nuevo estado de Mitanni, en el que una nueva dinastía indoeuropeo revivifi-có la presencia hurrita en Siria y dominó Ki-zzuwadna de nuevo (en tiempos de Amenho-tep II, 1426-1400). El faraón aceptó a Mitanni como fuerza regional hegemónica y Tutmosis IV (1400-1390) casó con una hija de Artatama I de Mitanni. Hatti quedó relegado a un papel irrelevante.

El Imperio Hitita (1380-1180 a.C.) En una fase en que la influencia hurrita es visible en Ha-tti, quizá porque la dinastía reinante fuera oriunda de Kizzuwadna, los hititas desarrollan una fructífera política expansiva. Los reyes hititas desde finales del siglo XV son grandes conquistadores. Tudhaliyas II reconquista Ar-zawa y Assuwa (la Asia de los griegos) y se alía con Kizzuwadna, que luego conquistará tam-bién, para poder destruir Alepo y derrotar a Mitanni. Por el norte, el acceso al Mar Negro

se vio impedido por la presencia de los kaska de las montañas, que no dejaron de hostigar a Hatti. Pero estos dominios eran efímeros y Arnuwandas I, se vio atacado por todos los frentes e, incluso, ardió su capital, Hatusas. Su hijo Tudhaliyas III procuró enderezar la si-tuación. El gran soberano hitita de la época es Suppiluliumas I (1380? -1318?). Fortificó Hattusas, y se dispuso a la guerra con Mitan-ni, su más fuerte enemigo. Logró entrar en Mitanni por la inusual ruta de Malatya y el alto Éufrates y tomó la capital, Wassukkani. Las ciudades del norte de Siria le ofrecieron sumisión, sobre todo tras la inútil resisten-cia de Kadesh, y los hititas llegaron cerca de Damasco. Eran los tiempos de Amenofis IV y Egipto no se opuso a la nueva situación. Bajo dominio hitita quedó el territorio Sirio del norte, incluyendo Líbano e importantes ciu-dades como Alepo y Alalaj.

Suppiluliuma dejó a uno de sus hijos, Telipinu como regente de esos territorios. La derro-tada Mitanni, se volvió hacia Asiria. Suppilu-liuma concluyó la conquista de Siria, tomó Karkemish. Más tarde tomó la vieja capital mitania, Wassukkani. La prueba del poderío del Gran Rey de Hatti la suministra el hecho de que la corte egipcia le pidió a uno de sus hijos como marido para la reina de Egipto. Partió el hitita para la boda, pero fue asesi-nado antes de llegar, por orden del sacerdote Ay, que aspiraba al trono y se hizo con él. Al poco, Suppiluliuma murió de peste y su pri-mogénito, Arnuwandas II, le siguió. El trono quedó en manos del joven Mursil II, su her-mano, que perdió el control de Wassukkani a manos de Asurubalit I (1354-1318), el cual lle-vó sus fronteras al Éufrates. Siria se alzó, con ayuda de Asiria y Egipto, pero Mursil II pudo restablecer su dominio. No son seguras las fe-chas del reinado de Mursil II (1345-1317?). Su sucesor Muwatallis heredó un Imperio todavía sólido. Ramsés II atacó allí a Muwatallis en 1275. El faraón salvó la vida por poco en una



batalla cuya descripción táctica es la primera conocida, según un texto egipcio. Quizás el miedo por Asiria llevó a la paz a Hattusil y Ramsés por un tratado (1259).

A la muerte de Hattusil, su hijo Tudhaliyas IV (1240-1210) siguió la obra reformadora. En esta fase se esculpirían los grandes relieves de Yazilikaya, cerca de Hattusas, con el pan-teón hurrita. Tudhaliyas IV no pudo oponerse con éxito a los avances de Tukulti Ninurta I de Asiria (1233-1197), que propició rebelio-nes en Siria. Apenas se sabe de los dos reyes siguientes, Arnuwandas III y Suppiluliumas II: hay noticias sueltas, como la de una expedi-ción a Chipre; pero en esas fechas ya debía de haber empezado la invasión de Anatolia que sumiría al territorio de Hatti en una os-curidad casi absoluta.

Los reyes hititas:

Pitjanas (de Kussara) Anittas (id.) - hijoLabarnas I 1680 -Labarnas II (Hattusilis I) 1650 hijoMursilis I 1620 adoptadoHantilis I 1590 cuñadoZidantas I 1560 yernoAmmunas 1550 hijoHuzziyas I 1530 hijo?Telipinus 1525 cuñadoTahurwailis (?) 1500 -Alluwamnas - -Hantilis II - -Zidantas II - -Huzziyas II - -Muwatallis I (?) - -Tudhaliyas I (?) 1420 -Hattusilis II 1400 -Tudhaliyas II 1390 -Arnuwandas I 1370 hijoTudhaliyas III 1355 hijoSuppiluliumas 1344 hijoArnuwandas II 1322 hijo

Mursilis II 1321 hermanoMuwatallis II 1295 hijoUrhi Teshub (Mursilis III) 1271 hijoHattusilis III 1264 tío paternoTudhaliyas IV 1239 hijoArnuwandas III 1209 hijoSuppiluliumas II 1205-? hermano

Asiria

Geografía: Norte de MesopotamiaLímites: Conquistaron Babilonia, Siria, Egipto y PalestinaHidrografía: Ríos Tigris y ÉufratesPrincipales ciudades: Assur y NínivePersonajes: Sargón IIÉpoca: 1225 a.C. - 612 a.C.

En las márgenes del río Tigris se desarrolló un imperio basado en el dios Assur, dando paso a una de las culturas que pobló Asia Menor. La historia de Asiria se divide en diversos perío-dos en los cuales hay épocas en que los asirios son dominados por otras potencias e impe-rios, y épocas en que son los asirios quienes dominan.

Las dinastías asirias contaron con caudillos con una fuerte personalidad que se ganaban sobradamente su prestigio de “reyes solda-dos”, los monarcas asirios se denominaban a



sí mismos reyes de la totalidad, denotando con éste concepto su forma de contemplar al mundo y sus ambiciones.

La cultura asiria fue muy influenciada por las culturas de otros pueblos vecinos, esto es comprensible dada la circunstancia de que era costumbre entre los asirios convertir en esclavos a grandes masas extraídas de los pueblos sojuzgados. El sistema político de los asirios se basaba en el terror, cada primave-ra el caudillo asirio salía en campaña con su ejército para recordar a todos sus vecinos la necesidad de mantener la paz a cambio del tributo. El sometimiento de los pueblos ve-cinos de Asiria era un mandato divino, y los ejércitos de los monarcas asirios mostraban la más fiera de las crudezas tanto con los ejér-citos enemigos como con la ciudadanía de los pueblos sometidos para mantener el imperio: “el destino manifiesto”, ¡la humanidad se ha matizado, pero no ha cambiado!

Los asirios mantenían a los pueblos por ellos conquistados en una opresión y explotación feroz. Naciones enteras eran deportadas como simples esclavos de acuerdo con la vo-luntad y el capricho de sus amos los asirios. Los asirios tenían fama de ser extremadamen-te crueles con las naciones que sometían.

La política de Asiria consistía en exigir el

completo sometimiento y la rendición incon-dicional y perpetua del tributo, a cambio de la vida, aquellos pueblos que osaban contra-decir la voluntad del jefe asirio eran, para público escarmiento, sojuzgados y diezma-dos, llegando incluso al aniquilamiento: era costumbre entre los asirios pasar a cuchillo ciudades enteras, asesinando a todos sus ocu-pantes, sean estos varones, mujeres, jóve-nes, niños, o ancianos, los sobrevivientes, si los había, eran esclavizados y deportados a cualquier parte del imperio para su explota-ción, también solían torturar a sus víctimas antes de asesinarlas: a los combatientes ene-migos les cortaban la lengua, las orejas, la nariz, les sacaban los ojos, los despellejaban, y los arrastraban por el suelo hasta matarlos.

El arte asirio muestra a soldados jugando a la pelota con las cabezas de los vencidos, así como a reyes pisoteando a enemigos mori-bundos. El ejército asirio estaba compuesto básicamente por infantería y caballería, es-tas unidades empleaban carros de guerra, maquinaria militar y arqueros, fue uno de los ejércitos más temidos y terribles de la Anti-güedad. El arte de la guerra y del terror era no sólo del conocimiento de los asirios, sino de su dominio absoluto y lo usaban para sus fines expansionistas.

La cruel dominación que los asirios ejercie-ron sobre otros muchos pueblos sometidos despertó todo tipo de odios y de deseos de venganza. El final de Asiria necesariamente había de ser tan enérgico como había sido el desarrollo de su historia, los pueblos some-tidos y circundantes, hartos de la amenaza y de los crímenes asirios, formaron una gran coalición, como resultado Asiria fue destruida y asolada por los pueblos coaligados en bus-ca de paz y venganza, dando fin al imperio e historia de Asiria, su caída no fue la lenta agonía de un imperio, su derrota en el campo de batalla fue limpia, los vencedores pura y



simplemente borraron del mapa para siem-pre toda huella de este reino. Asiria nunca más volvió a resurgir de sus cenizas, mató y destruyó con el hierro, fue muerta y destrui-da con el hierro. La historia de Asiria es un ejemplo de lo que la locura humana es ca-paz de hacer para crear fantasías de poder, terminando en su destrucción a manos de las mismas fuerzas que su crueldad creo.

Persas

Geografía: Oriente medioLímites: Desde Asia menor hasta el valle IndoHidrografía: Ríos Tigris y ÉufratesPrincipales ciudades: PersépolisPersonajes: Ciro, DaríoÉpoca: 900 a.C. - 637 d.C. En Oriente Medio hubo diversos intentos de superar el marco político de la ciudad para crear un imperio estable, pero tales tenta-tivas fueron por lo general poco duraderas. Sólo el pueblo persa, a pesar de su notable diversidad y de los profundos antagonismos entre las comunidades nómadas y las agríco-las, siempre combinó la continuidad políti-ca con el pluralismo cultural, sólo los persas consiguieron estabilizar un imperio que abar-có desde Asia Menor hasta el valle del Indo, que duró desde el siglo VI a.C., hasta el IV a.C.

Sus gobernantes utilizaron, siempre el mismo régimen para regir el país: una monarquía autoritaria, de inspiración divina. Las sucesi-vas civilizaciones establecidas en el territorio persa heredaron también las más antiguas ri-validades: Grecia, Roma y Bizancio fueron sus grandes oponentes occidentales.

Los Partos, pueblo Escita, se estableció en Hircania, región al sur del Mar Caspio; hacia el siglo III a.C. se rebeló contra los Seleúci-das; en el 250 a.C. Arsaces fundó un imperio que se sostuvo hasta el año 224 d.C., cuando Ardshir I Nieto de Sasán, derrotó a los partos y en el 226 el reino de los Partos quedo den-tro del nuevo Imperio Persa de los Sasánidas.

Los gobernantes persas supieron manejar muy bien a sacerdotes y astrólogos para ase-gurar por designio divino la lealtad popular en beneficio del sistema de gobierno. Asu-mieron la religión “Mazdeísta”, cuyo profeta era Zoroastro, basada en la creencia en dos principios opuestos: “Ormuz”, el bien y “Arri-man” el mal que finalmente será derrotado. El profeta Manes modificó esta religión, deno-minándose “Maniqueísta”, pero conservó sus principios esenciales y se extendió más allá de los confines de Persia; llegó a tener bas-tantes adictos entre los cristianos europeos de la Edad Media. Los sacerdotes controlaron gran cantidad de riqueza y los guerreros te-rratenientes gobernaron como señores feuda-les, así sacerdotes, guerreros y funcionarios, coludidos en religión, fuerza y legislación, fueron las figuras dominantes en una socie-dad en la que los empleados y mercaderes tenían un papel insignificante.

El apogeo del imperio Persa comenzó con Sapor I (241 - 272), cuyos ejércitos asolaron Armenia, Antioquia y Siria, e incluso con-siguieron derrotar y capturar a Valeriano, emperador romano, destruyendo a todo el ejército que le acompañaba, Valeriano mu-



rió asesinado en el año 272. A pesar de las dificultades, los sucesores de Sapor supieron mantener la agresividad y ambición de éste, Cosroes I lucho contra los herederos de Roma en Bizancio y, en 540 tomó Antioquia. Con el reinado de su nieto empezó la decadencia del imperio Sasánida, al emprender campañas arriesgadas cayó derrotado en Constantino-pla. El estado Sasánida desapareció definiti-vamente con la invasión árabe acaecida en el año 637.

Darío sucedió a su padre Cambises en el trono de Persia, tras haber matado al mago usur-pador Gaumata. Sofocó las revueltas internas asegurando el poder real, estableció de nue-vo la división del imperio en satrapías, im-plantó un importante programa de reformas, especialmente en la infraestructura guberna-mental, una su vez se sintió dueño absoluto del poder, recuperó las ansias expansionistas de sus antecesores Ciro y Cambises y se lanzó a la conquista. Los primeros enfrentamientos se produjeron en el reino Escita pero éstos rehusaron el combate. La rebelión de los jo-nios motivó el incendio de Sardi y la consi-guiente batalla con Darío, quien venció en Mileto, reconquistando las sublevadas Tracia y Macedonia.

Ariandes entronizado Sátrapa de Egipto tuvo que sofocar una revuelta Libia, aunque la ex-pedición sufrió diversas dificultades Ariandes tuvo éxito y se consideró el dueño absoluto de Egipto, acuñando moneda propia, según refiere Herodoto. Esta actitud provocó que Darío le castigara con la muerte, y designa-ra a Udjahorresne nuevo Sátrapa de Egipto, encomendándole la reorganización del terri-torio.

Se redactó una recopilación de las leyes egip-cias para administrar a los súbditos con su propia legislación. En el año 518 a.C. Darío viajó a Egipto, conquistando la simpatía de

sus súbditos tras la donación de cien talen-tos de oro, según lo registra Polieno. La ac-tividad constructiva se reinició, reabriéndose las canteras del Wadi Hammamat. La pros-peridad económica que vivió Egipto en esta época permitió la llegada de ricos tributos a tierras persas. Para fomentar el desarrollo económico reanudó la obra de conexión entre el Nilo y el mar Rojo, iniciada por Nekao.

En 496 a.C. se produce una rebelión en la zona del Delta En 490 a.C. Darío se enfren-tó con los griegos, dirigidos por Milciades en la batalla de Maratón, sufriendo una contun-dente derrota. En los años siguientes el rey persa se dedicó casi en exclusiva a tomarse la revancha, descuidando la defensa de la pro-vincia egipcia, Darío piensa atacar a griegos y egipcios a un tiempo pero fallece en 486 a.C., antes de llevar a cabo su proyecto. Le sucedió en el trono su hijo Jerjes.

El imperio Arsácida

Geografía: Noreste del actual IránLímites: Desde la orilla del Éufrates a la del IndoPrincipales ciudades: Amol, Ecbotana, Ctesi-fonte, Susa, NisaPersonajes: Arsaces I, Fraates IVÉpoca: 247 a.C. - 224 d.C.

El estado Parto o Arsácida, fundado por Arsa-ces I, trató desde el principio de restablecer la tradición Aqueménida. Mitrídates I (171-138) engrandeció el reino Parto a costa de los Seléucidas, a los que arrebató los territorios de Irán y Babilonia.

A partir del año 140, los soberanos Arsácidas adoptaron el título de “Rey de Reyes” que habían empleado los emperadores Aquemé-nidas. El dominio parto se extendió desde la orilla del Éufrates a la del Indo.



Roma, que aspiraba a la reconstrucción del mítico imperio de Alejandro, trató en varias ocasiones de sojuzgar al imperio Arsácida, sin conseguirlo, finalmente, el emperador romano Augusto concluyó en el año 20 a.C. un tratado de paz con el Arsácida Fraates IV fijando la frontera entre ambos imperios en el río Éufrates. La paz duró algo más de un siglo, durante el cual se desarrolló extraor-dinariamente el comercio de caravanas, que unía, a través de Persia, a la India y China con Roma. A lo largo del siglo II de la era cristiana nuevas campañas militares dieron a Roma la posesión de Mesopotamia, lo que debilitó al imperio Arsácida.

El imperio Sasánida

Geografía: Comprendía los actuales territo-rios de Irán, Irak, Armenia, Afganistan y par-tes del este de Turquía y Siría.Pincipales ciudades: CtesifonteÉpoca: 309 a.C.-379 a.C.

Ardashir I (224-241), gobernante de un pe-queño reino Iranio que se decía descendiente de los grandes emperadores Aqueménidas, fue incrementando sus dominios a costa del Imperio Parto, hasta apoderarse de él, dan-do comienzo Ardashir I a la dinastía Sasáni-da, que gobernó un nuevo imperio persa has-ta que la conquista árabe lo derrumbó en el año 636 tan violentamente como las tropas de Alejandro habían acabado con el imperio Aqueménida.

En su interés por restaurar el esplendor Aqueménida, los Sasánidas adoptaron el “Zo-roastrismo” como religión de estado, sin em-bargo, a diferencia de lo sucedió en el Imperio Persa, la intolerancia religiosa fue notable. El expansionismo sasánida hizo presa en los do-minios romanos, más tarde bizantinos. Sha-pur I (241-272) extendió su imperio desde el Cáucaso hasta el Indo. Cosroes II (591-628)

llegó a apoderarse efímeramente de Siria, Palestina y Egipto.

Un nuevo imperio y una nueva religión surgie-ron en Arabia en la tercera década del siglo VII: el Islam. Dueños de Siria, los ejércitos is-lámicos invadieron Mesopotamia, derrotaron a los persas en Qadisiya en el 637 y se apo-deraron de la capital imperial, Ctesifonte. El último soberano sasásida, Yazdgard III, fue derrotado definitivamente en Nehavend en el 642, y murió asesinado en el exilio diez años más tarde, mientras los invasores se apodera-ban de la meseta Iraní.

Fenicios

Geografía: Costa del Cercano OrienteHidrografía: Mar mediterráneoPrincipales ciudades: Cártago, Biblos, Sidón y TiroAportaciones: Comercio marítimo, fabrica-ción del vidrio, sistema fonéticoÉpoca: 700 a.C. 117 a.C.

Pueblo de navegantes, artesanos y comer-ciantes, los fenicios asimilaron las culturas de Egipto y Mesopotamia y las extendieron por todo el Mediterráneo, desde el Cercano Oriente hasta las costas levantinas y meri-dionales de Iberia. Su mayor contribución a la historia de la humanidad fue la creación



de un alfabeto del que derivan el griego y el latino, base actual del sistema escrito de los pueblos ligados a la cultura occidental.

La antigua región de Fenicia se extendía por el territorio de lo que posteriormente sería el Líbano, y parte de Siria y Palestina, ahí se establecieron en Biblos (Yabayl), Sidón (Say-da), Tiro (Sur), Beritos (Beirut) y Arados, que fueron las principales ciudades de Fenicia.

El nombre de Fenicia se deriva del griego Phoiníke, "país de la púrpura", en la Biblia, la región recibe el nombre de Cananea, deriva-do de la voz semita “Kena‘ ani”, que significa "mercader".

Los fenicios fueron los mejores marinos de la antigüedad y se convirtieron en grandes ex-ploradores del Mediterráneo, además consti-tuían un pueblo muy culto, con dos sistemas de escritura que tuvieron una influencia deci-siva en el alfabeto griego, también eran gran-des fabricantes de vidrio, conocían el arte de teñir y muchas otras técnicas artesanas. El puerto de Tiro constituía, al principio, el cen-tro neurálgico de Fenicia, pero los sucesivos ataques que sufrieron de otros pueblos gue-rreros auspiciaron el traslado del poder medi-terráneo a la gran colonia de Cartago.

El esplendor económico y cultural de Feni-

cia se vio amenazado desde principios del siglo IX a.C., cuando Asiria, que necesitaba una salida al mar para fortalecer su posición política en el cercano oriente, comenzó a introducirse en la región. El rey asirio Asur-nasirpal extendió su influencia a Tiro, Sidón y Biblos, a las que impuso fuertes tributos, la dominación asiria obligó a las ciudades fe-nicias a firmar una alianza: a mediados del siglo VIII a.C., Tiro y Sidón se unieron para enfrentarse a los asirios, a quienes opusieron una tenaz resistencia; pese a estos esfuerzos independentistas, Asiria consiguió mantener su hegemonía. Los egipcios, sometidos tam-bién a la influencia asiria, acordaron un pacto defensivo con Tiro a principios del siglo VII, pero fueron vencidos. A fines de ese siglo, el rey Nabucodonosor II impuso la hegemonía de Babilonia en el cercano oriente. El rey de Ba-bilonia conquistó la región de Palestina y, tras un largo asedio, sometió la ciudad de Tiro en el 573 a.C.

Persia sustituyó a Babilonia en el 539 a.C. como poder hegemónico, a partir de enton-ces, la ciudad de Sidón pasó a ejercer la supre-macía sobre las ciudades fenicias y colaboró con el imperio persa en contra de los griegos, sus principales enemigos en el control comer-cial del Mediterráneo. Los persas incluyeron a Fenicia en su quinta satrapía (provincia), junto con Palestina y Chipre. Sidón intentó un acercamiento a los griegos, cuya influen-cia cultural se acentuó en Fenicia.

En el siglo IV, el macedonio Alejandro Magno irrumpió en Fenicia, Tiro fue una vez más la ciudad que presentó la resistencia más feroz y duradera, pero agotada por tantos años de luchas continuas, cayó en poder de Alejandro en el 322, tras su derrota, toda Fenicia fue tomada por los griegos. Finalmente, Roma in-corporó la región a sus dominios dentro de la provincia de Siria en el año 64 a.C.



Egipto

Geografía: Norte de ÁfricaLímites: Norte: Mar Mediterráneo; este, Mar Rojo; sur, desierto de Nubia; oeste; desierto de LibiaHidrografía: Río NiloPrincipales ciudades: Menfis, TebasPersonajes: Ramsés II, MentuhotepÉpoca: 5000 a.C. - 332 a.C.Sobresaliente: Pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos

Como señaló el historiador griego Herodoto, "Egipto es un don del Nilo", desde los primeros momentos de su historia, los egipcios crearon una sociedad basada en el aprovechamiento de las aguas del río para la agricultura me-diante la construcción de obras hidráulicas capaces de regular las crecidas anuales y la configuración de un rígido y jerárquico siste-ma político que habría de mantenerse, con escasos cambios, durante cerca de tres mil años.

La civilización del Antiguo Egipto se desarro-lló en una de las áreas más desérticas, áridas y extensas del planeta. Este hecho pudo pro-ducirse única y exclusivamente gracias a la presencia del río Nilo.

La historia de Egipto, de acuerdo a su evo-lución como pueblo primigenio de la región

se ha dividido en periodos, que en su época antigua se conocen como:

1. Egipto Arcaico2. Época Tinita 4000 - 3400 a.C., aproxima-

damente3. Imperio Antiguo 3400 - 2200 a.C.4. Imperio Medio 2200 - 1500 a.C.5. Imperio Nuevo 1500 - 332 a.C.

Civilización Hindú

Geografía: Sur de Asia, en la península del In-dostánLímites: Norte, Himalayas; este: golfo de Bengala; sur y oeste: Océano IndicoHidrografía: Ríos Indo y GangesPrincipales ciudades: Mohenjo Daro y Hara-ppaÉpoca: 3,000 a.C. al 10 a.C.

Hacia el año 3 mil antes de Cristo, encontra-mos diversas culturas neolíticas en el valle del Indo siendo las más destacables las de Kulli, Nundara, Amri, Nal y Quetta. Ya en época his-tórica se desarrolla la cultura de Harappa que dominó todo el valle del Indo, esta cultura presenta las primeras ciudades dirigidas por reyes “Rajás” o grandes reyes “Maharajás”.

Las urbes estaban ordenadas en cuadrículas, siendo las edificaciones de ladrillo, controla-das desde una fortificación elevada.

Se ha constatado su conocimiento de la me-talurgia, a excepción del hierro, así como lo evolucionado de su agricultura y de su co-mercio fluvial, tomando el Indo como eje co-mercial, el cual desciende de los Himalayas para regar una extensa llanura. Conocemos su escritura pero no ha podido ser descifrada, en cuanto a su arte, existen sellos con re-presentaciones religiosas y animalísticas que recuerdan a las culturas sumerias.



La civilización de Harappa sucumbió ante el empuje de las migraciones de los arios, tri-bus de lengua indoeuropea procedentes del noroeste que se asentaron en la llanura del Ganges. Esta inmigración se produjo de ma-nera escalonada hacia la mitad del II Mile-nio a.C. Los arios (de “arya” que en sánscrito quiere decir noble), pueblo guerrero, comba-tían con arcos y flechas, equipados con co-raza y casco, utilizando el carro de guerra tirado por caballos. Con esta potencia militar se impusieron fácilmente a la población indí-gena, iniciando el Período Védico que abarca hasta los inicios del primer milenio.

Entre los arios se produce un reparto de tierras que desencadena la existencia de haciendas individuales y la fragmentación del territorio en reinos dispersos que se enfrentan entre sí. La aristocracia domina el poder y los reyes se suceden por herencia. Entonces aparecen los “Veda”, una de las más antiguas muestras de la literatura sagrada que se conservan, están escritos en “Sánscrito” y en ellos se establece la religión india, donde existe una fuerza universal de carácter impersonal lla-mada “Rita”, que comparte veneración con “Varuna”, divinidad de los juramentos, y con “Mitra”, divinidad de los contratos. Las fuer-zas naturales también son objeto de culto, y como tal, así considerada, “Indra” la guerra.

La representación de los vedas corresponde

a los sacerdotes en exclusiva, denominados “Brahmanes”. En algunos textos se hace re-ferencia al yoga como elemento de liberación mediante la unión con la suprema realidad.

Será en estos momentos cuando se establez-ca la existencia de un régimen de castas en la sociedad hindú dirigida por los brahmanes o sacerdotes, donde la nobleza militar tiene en su poder la fuerza de las armas, los campe-sinos libres y la clase agrícola y artesana so-metida eran la base de la sociedad, mientras que los parias no pertenecen a clase alguna, son los descastados.

Esta estructura social viene reflejada en el código de “Manu”. Las castas surgieron del cuerpo de Brahma, el dios creador. La polí-tica estaba dirigida por el reino de Maghada, dueño y señor del delta del Ganges desde el siglo VII a.C., época en que hicieron acto de presencia en la India dos movimientos reli-giosos reformistas: el “Budismo” y el “Jainis-mo”. El budismo fue fundado en Nepal por un miembro de la familia guerrera de los Sakya llamado Siddharta Gautama y más conocido por “Buda”, el Iluminado. Este sistema filo-sófico religioso elabora una doctrina para la salvación del hombre con la extinción del do-lor al que conduce el Nirvana. La teoría de la reencarnación viene definida por el auto perfeccionamiento del individuo que se reen-carnará en un ser superior o inferior, depen-diendo de su comportamiento.

El sistema de castas será la referencia utili-zada para la reencarnación, recurriendo en ocasiones a animales para descender de cas-ta. El jainismo será fundado por Vardhamana, también llamado “Jina”, el Victorioso, y Ma-havira “Alma Grande”, según esta doctrina el sufrimiento terrenal es producto de la unión del espíritu y la materia, cuando se separen ambos elementos se alcanzará la liberación, utilizando como instrumentos liberadores la



ascesis o el ayuno hasta la muerte.

El centro del jainismo será la negación de la violencia y el principio del “ahimsa”, no ha-cer daño a criatura alguna. Los jainitas for-marán sectas para su consolidación.

En el año 512 a.C. Ciro se introduce hasta las orillas del Ganges, arrasando la capital del territorio. Con Darío I los territorios de Gand-hara y Sind se incluyen en el Imperio Persa para formar una satrapía, desarrollando un importante comercio con Grecia.

Durante casi dos siglos, la India queda bajo el dominio persa hasta que entre 327 y 325 Alejandro Magno controla la mayor parte del territorio, venciendo y haciendo prisionero al rey Poro del Pendjab en el 326 a.C. en la batalla a orillas del río Hidaspes. Al regresar Alejandro a Grecia se crea inmediatamente un vacío de poder en la región que será apro-vechado por Chandragupta (315 - 291 a.C.) quien inicia la dinastía Maurya, divulga la re-ligión búdica, militarmente derrota al último rey de la dinastía Nanda de Magadha, y re-chaza un ataque del antiguo general de Ale-jandro, Seleuco I Nicator, al que entregó dos-cientos elefantes por abandonar la India, así instaló la capital en Pätaliputra. El creador del gran Imperio Indio será Asoka, dominando la mayor parte de la Península India y buena parte de la meseta de Irán, su conversión al budismo se produjo tras la brutal batalla de Kalinga que provocó más de 100,000 muer-tos e igual número de deportados, después de lo cual su pacifismo y tolerancia religiosa le convierten en uno de los personajes más importantes de su tiempo.

Celtas

Geografía: Centro de EuropaLímites: Desde Irlanda hasta el Mediterráneo

Principales regiones: Italia, España, Francia, Escocia, Irlanda, BretañaPrincipales pueblos Celtas: Celtíberos, Galos, Helvecios y BritanosAportaciones: Cerámica, trabajos en metales (II Edad de Hierro) y formas arquitectónicasÉpoca: 700 a.C. al 100 d.C.

Los celtas, pueblo de origen indogermánico, formaron una etnia con gran capacidad gue-rrera, ocuparon la parte central de Europa durante 800 años, entre 700 a.C. y el año 100 d.C., luego de extenderse desde Irlanda has-ta las costas del Mar Negro.

Todas las tribus y clanes de esa región es-tán abarcados en la denominación de celtas, nombre que, paradójicamente, jamás utiliza-ron para ellos mismos.

Los antiguos griegos en un principio los deno-minaron Hiperbóreos, y desde el siglo V a.C. pasaron a ser Keltoi, posteriormente Keltai y también los llamaron Gálatas, que significa altos y nobles.

La cultura Celta alcanzó su máximo desarro-llo hacia el 1200 a.C., habiendo comenzado lentamente su expansión desde el 2000 a.C. Entre los siglos Xll y VIII a.C. floreció la cultu-ra de los campos de urnas, considerada como la primera gran expansión del pueblo celta. Sus principales características fueron la uti-



lización y el consumo de objetos de bronce y la celebración de un ritual funerario distinto al de la cultura de los túmulos: el muerto se incineraba y sus cenizas eran introducidas en una urna.

Hacia el siglo VII se desarrolló el período de Hallstatt, donde se explotaron los primeros yacimientos de hierro para la fabricación de armamento. Los celtas se extendieron por la Alemania meridional y oriental, al nordeste de Francia, el sudeste de Inglaterra y la pe-nínsula ibérica. La difusión de la siderurgia, el arte decorativo geométrico, los ritos fune-rarios de inhumación e incineración, las forti-ficaciones y el armamento de hierro, son los elementos característicos de este período.

Para el siglo V a.C., la cultura de Hallstatt evolución en la cultura de La Tène. Fue en esta etapa cuando los celtas alcanzaron su máxima expansión y poderío, a partir de las influencias griegas y etruscas, los celtas em-pezaron a elaborar formas artísticas en las que los motivos geométricos fueron sustitui-dos por los florales, animales y humanos.

El auge económico de los celtas se hace pre-sente con la acuñación de monedas a partir del siglo IV a.C., en este periodo, los celtas fijaron su residencia en lugares que fueran de fácil defensa y difícil acceso para los posi-bles enemigos, rodeados de un fuerte muro de piedra y de un foso, o bien en la orilla de los ríos. En el siglo IV a.C., los celtas inicia-ron una profunda incursión en Italia, llegaron a Roma hacia el 390, atacaron a los etruscos y se establecieron en lo que posteriormente se conocería después con el nombre de Galia Cisalpina, en la llanura del río Po. Ocuparon el noroeste de Hungría, el sudoeste de Eslo-vaquia y parte de Transilvania.

Durante el siglo III a.C., la expansión de los celtas alcanzó Macedonia y amenazó Delfos,

desde ahí continuaron hacia Asia menor, don-de fundaron el reino de Galacia, pero tras ser rechazados se instalaron en lo que hoy es Bul-garia, llamándolo reino de Tylis.

La expansión celta se detuvo a partir del si-glo III a.C., debido a la reacción defensiva de los pueblos del Mediterráneo, principalmente Roma. El poderío romano comenzó a impo-nerse sobre una civilización que, carente de unidad política, no pudo mantenerse en una extensión tan grande, la decadencia de los celtas se prolongó hasta el siglo I a.C.

Con el tiempo, los romanos les arrebataron también sus dominios británicos e ibéricos. A finales del Antiguo Imperio Romano, los celtas tan sólo ocupaban partes del noroes-te de Francia, Irlanda, Gales y algunas zonas de Escocia, durante el transcurso de la Edad Media, reforzaron su control de Escocia e hi-cieron varios intentos de ampliar su territorio en Inglaterra.

Los Celtas eran gente supersticiosa, lo so-brenatural influía en cada aspecto de su vida terrena y espiritual, para ellos los espíritus estaban en todas partes: los árboles antiguos, las piedras extrañas, los lagos y los pantanos, ninguna parte del día podía llevarse a cabo sin alguna consideración de los dioses, ellos eran los responsables de las estaciones y con-trolaban el mundo natural del cual el ser hu-



mano era parte. Ellos debían ser aplacados a través de sus intermediarios, los “druidas” que conocían el arte de la adivinación y po-seían gran sabiduría, los druidas sabían lo que se tenían que hacer en el momento indicado.

Los celtas pensaban que si una vida huma-na estaba en riesgo por causa de una enfer-medad grave era porque los dioses estaban molestos. La única manera de calmar sus antagonismos, y salvar su vida, era ofrecer otra vida en su lugar. Los criminales eran los preferidos para rituales de sacrificio, pero si estos faltaban, las cuentas debían ajustarse con hombres inocentes.

Existían diversos métodos de sacrificio, sin embargo el más dramático fue conocido a través de la pluma de Cesar: “Algunas tribus, tienen jaulas colosales de mimbre, que eran llenadas de hombres para luego ser incen-diadas hasta que todos quedaran muertos." Cesar enfatizó en los sacrificios humanos, mostrando su horror, para así justificar en las mentes de los lectores sus brutales campañas en contra de los Celtas de la Galia, pero sin duda los sacrificios humanos eran parte im-portante del ritual Celta.

Debido a las múltiples migraciones y uniones con otros pueblos se hace evidente que no se puede afirmar la existencia de una raza celta. Por otro lado el concepto de raza ha sido úl-timamente abandonado por los antropólogos, se considera más adecuado considerar que la cultura, arte, tradiciones, música, leyendas, mitos, y la lengua son aspectos que, en su totalidad o la unión de algunos, definen a un pueblo o una etnia. En el caso particular de los celtas, constituyen la base cultural y ét-nica de varias naciones con identidad propia.

Los Druidas eran los sacerdotes, magos, maestros y jueces. Desde los comienzos de la historia celta fueron una clase educada, res-

petuosa de su sabiduría y conocedores de sus propios poderes como intermediarios entre las tribus y los dioses. Hubo tres categorías entre estos sabios: Los bardos, en donde la historia y las tradiciones de la tribu eran in-mortalizadas; los auguristas, quienes hacían los sacrificios y adivinaban el futuro; y los druidas propiamente dichos, quienes sabían de leyes y filosofía, encargados de conservar la antigua sabiduría celta.

Los bardos adquirían su conocimiento por tradición oral reconstruyendo las genealógi-cas de su gente, ellos componían versos para sus patrones u otros aristócratas. Las escue-las donde se enseñaban estas destrezas, flo-recieron en Irlanda, a finales del siglo VII. Las actividades judiciales de los druidas eran de vital importancia en la sociedad Celta, todos con jurisdicción propia, arreglaban disputas individuales, homicidios, y pleitos sobre lími-tes territoriales y herencias, sus decisiones eran indiscutibles.

Los druidas eran filósofos de la sociedad, estudiaban los movimientos de los grandes cuerpos celestes, la astronomía, el tamaño de universo y de la tierra, los poderes y las habilidades de los dioses. Otro aspecto im-portante de su incumbencia era su estudio sobre la vida después de la muerte, pensaban que el alma no perecía después de la muerte, pasaba de un cuerpo a otro. Esto influyó en su gran valentía a la hora del combate.

Los Gálatas: Celtas que se fueron al oriente

En el este europeo las tribus celtas habían lle-gado al Danubio, cuando bajaron hasta Bulga-ria se encontraron con Alejandro Magno, que realizaba una campaña militar en esa misma zona, el célebre macedonio recibió una em-bajada en el 335 a.C. e intercambió tratados de paz con ellos. Después de la muerte de Alejandro, en el 323 a.C., su enorme imperio



se fragmentó, por lo tanto también se debi-litó, y dejó las riquezas de Grecia al alcance de los guerreros celtas que por ese motivo avanzaron hacia el sur.

En el año 279 a.C. los griegos llamaron Gála-tas a los celtas que amenazaron el santuario de Apolo, en Delfos. El ataque fracasó por una combinación de resistencia griega y desastres naturales, según contó el historiador grie-go Pausanias, consistentes en un terremoto acompañado por rayos, truenos y una terrible tormenta seguida de una cruda noche de he-ladas y nevadas, además del desprendimien-to de rocas de las montañas, el mismo jefe de los gálatas, Brennos, resultó gravemente he-rido en el asalto a Delfos y, desesperado, se suicidó bebiendo una gran cantidad de vino puro, escribió Pausanias. El resto del ejército se replegó y cruzó el estrecho de los Darda-nelos hacia Asia Menor y allí establecieron el reino de Galacia.

El nombre servirá para referirse tanto a los celtas orientales (especialmente a los que se establecieron en el Asia Menor, en el curso del Halys, actual Kizilirmak, como a los oc-cidentales. Posteriormente Polibio emplea el nombre de celtas o gálatas para indicar a los celtas cisalpinos o los transalpinos. El equiva-lente latino de Gálatas es tal vez Galos (ga-lli), que aparece medio siglo más tarde. Se usa para la Galia Cisalpina, actual territorio del norte de Italia, y Transalpina, actualmen-te Francia, Países Bajos y la zona alemana al oeste del Rhin, sin embargo se utiliza el nom-bre de celtas, en latín Celti, especialmente para los transalpinos.

La Italia céltica

En realidad los galos cisalpinos fueron las tribus celtas que atravesaron los Alpes, para atacar Italia y saquear en el año 390 a.C. la ciudad que posteriormente fue la capital de

un imperio que los conquisto: Roma. Ante-riormente habían llevado el conocimiento del hierro y extendido su uso a la zona situada al norte de los Alpes.

Después del saqueo se establecieron en el norte de Italia, pero antes de abandonar Roma exigieron que la ciudad pagara un rescate en oro por su liberación, 150 años después vino la venganza romana, cuando los vencieron en la batalla de Telamón y conquistaron el norte de Italia.

La Galia

Julio Cesar incorporó el resto de la Galia en una guerra que duró del año 58 al 51 a.C., y que fue especialmente sanguinaria, como la toma de Avaricum, donde de los 40,000 habi-tantes que tenía sólo escaparon 800. La con-tienda quedó definida con la caída de Alesia en el 52 a.C., y la rendición del principal jefe galo, Vercingétorix.

En el año 125 a.C., para resguardar las comu-nicaciones entre sus dominios de la Península Ibérica, los romanos tomaron la zona equi-valente a la actual Provenza en Francia, que pasó a denominarse Galia Narbonense, en ho-nor a Narbo Martius, quien fundó la primera colonia romana en las Galias. Sin embargo, a pesar de la dominación, se considera que la sociedad gala vivió su apogeo económico y cultural durante los siglos I y II d.C. En el siglo V d.C. las invasiones de varias tribus germáni-cas visigodos, burgundíos, francos, vándalos, etc., desbastaron la Galia y se repartieron su territorio. La Bretaña Armoricana fue la única región en donde los celtas sobrevivieron me-dianamente libres.

La pequeña Galia

En Galicia algunos autores hablan de una po-blación aborigen protocéltica que fue con-



quistada por los celtas Sefes o Serpes, pueblo que ocupó Galicia y Portugal y que poseían como tótem la serpiente, sin embargo, el de-sarrollo celta en Galicia fue interrumpido por los romanos. Las legiones romanas penetra-ron en el territorio noroeste de la península ibérica, en el año 137 a.C., acaudilladas por Décimo Junio Bruto, procónsul de España Ul-terior. Allí se encontraron con una manera de pelear semejante a la que enfrentaron en las Galias y en el norte de Italia, con igual fer-vor guerrero de sus hombres auxiliados por sus mujeres, los idénticos gritos de guerra, armados con similares espadas hallstáticas de antenas, desnudos con sólo un cinturón y luciendo al cuello los mismos torques, prote-gidos con uno de los genuinos escudos celtas: la caetra y con el peculiar casco de La Téne, también tropezaron con el mismo símbolo áureo de siempre del culto solar: el triskel celta, y la svástica de cuatro o más brazos, símbolo común a todos los pueblos célticos e indoeuropeos.

Los romanos denominaron a ese territorio Gallaecia “pequeña Galia”, al que consiguen dominar, en dos etapas, tras más de cien años de encarnizada lucha en el 25 a.C. comanda-dos por Augusto. Después de la invasión de Decio Junio Bruto el territorio quedó dividi-do en dos partes: una que después se llamó Galicia bracarense y otra, al norte, que fue extraña a esa sujeción. Posteriormente pasa-ron y se establecieron numerosos pueblos que terminaron por configurar al pueblo gallego: los suevos, los visigodos, los árabes, las inva-siones normandas y sarracenas, la integración y también dominación de los reinos leoneses, castellanos y finalmente el estado español. Irlanda

Las leyendas irlandesas que se narran en el "Libro de las Conquistas de Irlanda", cuentan las invasiones de los celtas a Irlanda por los

denominados hijos de Milesio, se reconocen dos grandes migraciones celtas a Irlanda. La primera fue cercana al año 1000 a.C. La se-gunda, en los siglos IV y V a.C., y se duda del lugar exacto de su procedencia, las posibili-dades son del norte de España, sur de Fran-cia o de Inglaterra, norte de Francia y Países Bajos.

Con respecto a la versión que postula al nor-te de la península Ibérica, más propiamente de Galicia, se han descubierto en Irlanda nu-merosas hachas iguales a las que aparecie-ron en territorio gallego, también por el lado de las leyendas hay coincidencias ya que se considera que Milesio era descendiente de Breogán, un legendario rey celta gallego, su-puestamente el creador de la famosa torre de Hércules.

Irlanda permaneció como el único territo-rio propiamente céltico, ya que no fue con-quistada por los romanos ni por otro pueblo. Cuando en el 423 San Patricio cristianiza el pueblo celta, se produjo el primer cambio importante en la isla desde la colonización celta: la aparición de monasterios con reglas monásticas propias y una iglesia indepen-diente de Roma, ambos aspectos generaron una notable actividad religiosa e intelectual. Estos monasterios se convirtieron en verda-deros centros culturales y educativos, desde donde salieron numerosos monjes y misione-ros que recorrieron toda Europa, arrasada en ese tiempo por la invasión de tribus germá-nicas.

Muchos pueblos recibieron la influencia cul-tural céltica de los monjes irlandeses, porque ellos fueron quienes transcribieron todas las leyendas, mitos y leyes celtas que estaban bajo la tradición oral.

Desde fines del siglo VIII se empiezan a pade-cer los saqueos de los noruegos. Brian Boru,



rey de Irlanda (1002-1014) contuvo estas in-vasiones, venció a los escandinavos en Lime-rik y liberó su país de una nueva invasión en Clontarf, su triunfo y muerte en esa batalla, lo transformó en un héroe de características míticas. Enrique II Plantagenet, rey de Inglaterra y se-ñor de media Francia, uno de los reyes más poderosos de su época, aprovechando las pe-leas internas invadió el último país celta libre en el año 1172 y obtuvo del papado la "con-cesión" del pueblo irlandés y la soberanía de su Iglesia.

Los Astures

Así se denominaba el pueblo celta que dio nombre a la región de Asturias, quienes junto a los cántabros, los galaicos y los vaceos se rebelaron contra los romanos en una guerra que duró desde el 29 al 19 a.C., en la que tuvo que intervenir el propio emperador Oc-tavio Augusto. Del campamento romano sa-lieron sus legiones y sus mejores generales, Lucio Emiliano, Cayo Furnio, Carisio, final-mente en el 19 a.C. el célebre Agripa, logró imponerse aunque el espíritu de libertad se mantuvo siempre latente. En el año 54 se su-blevaron contra Nerón, fue la época en que se cristianizó el pueblo Astur.

Luego de la invasión musulmana a la penínsu-la ibérica en el 711, los Astures, acaudillados por el noble Pelayo, fueron los que iniciaron los 800 años de reconquista en el 718, y de-rrotaron a los árabes en Covadonga en el 722. Pelayo fue proclamado rey, pero su estirpe se extingue pronto con la muerte de su hijo Fáfila; ocupa el trono Alfonso I (739-757). Su descendiente, Alfonso III, trasladó la capital de Oviedo a León, dando origen al Reino de León, que posteriormente formó parte de Castilla y luego de España.

Gales

Parte del territorio fue conquistado por los romanos que se retiraron en el 410. Esta re-gión se encontraba habitada por dos ramas “Brython”, fue el pueblo celta el que dio nombre a las Islas Británicas los “Welsh” y los “Cornish”.

El cristianismo fue difundido por los monjes celtas irlandeses y adoptados en el siglo VI. Los clanes de pastores y granjeros sostuvie-ron luchas fronterizas constantes contra los reinos anglosajones. De esa época viene la le-yenda del rey Arturo y la Mesa Redonda, cuya capital “Camelot” proviene de “Camulos”, dios celta de la guerra.

El rey Hywel (910-950) unificó el país, codifi-có sus leyes y costumbres, otorgó protección oficial a los bardos, quienes habían de ser los propagadores de la cultura galesa. En 1282 el último rey galés, fue derrotado y muerto por Eduardo I, quien estableció en Gales el domi-nio inglés (1284) y en 1301 nombró a su hijo Príncipe de Gales, título que todavía llevan los herederos al trono de Inglaterra.

Bretaña, la parte gala de Francia

Antiguamente se denominaba Armórica fue ocupada por los galos, es decir los celtas, y conquistada por los romanos en el siglo I de nuestra era. Es la tierra de los famosos perso-najes de historietas en la Francia actual, As-terix y Obelix, los imaginarios guerreros galos invencibles.

La región recibió varias migraciones de ori-gen celta a lo largo de su historia. La más importante fue en el siglo V, los brythons y los cornish emigraron del norte como conse-cuencia de las invasiones de los anglos y de los sajones a Inglaterra, se fusionaron con las antiguas tribus galas y conformaron los clanes



Bretones, que terminaron por dar nombre a esta región. En el siglo XI sus reinos se unificaron en el li-derazgo de Nomenoe (1087). Esto les permitió independizarse del dominio Carolingio y con-formar, hacia mediados del siglo XI, el Gran Ducado de Bretaña, con capital en Rennes. Constituyeron una monarquía en conflicto con los soberanos francos, pero se unió a la corona francesa por los enlaces matrimonia-les de Ana de Bretagne con Carlos VIII (1491) y Luis XII (1499) de Francia. Actualmente en la parte occidental de Bretaña aún se habla una lengua céltica denominada bretón. Escocia

Cuando llegaron los romanos, comandados por Julio Agrícola en el 82 d.C., Escocia es-taba habitada por los Pictos al norte y por los Bretones al suroeste. En el año 563 San Columbano introdujo el cristianismo desde Irlanda, en el mismo siglo VI los Escotos del norte de Irlanda ocuparon el oeste y los An-glos el sureste, estos cuatro pueblos, cuando se unieron, conformaron étnicamente el pue-blo de Escocia.

En el año 852, el rey Kenneth I, reunió a los Scott y a los Pictos, creando el reino de Alba, origen del escocés. El nombre de Scotland, tierra de los Scott, Escocia, se empezó a utili-zar durante el reinado de David I (1124-1153), quien introdujo la organización feudal de tipo normando.

Eduardo I de Inglaterra la convirtió en un rei-no vasallo en 1275, hasta que una sublevación general en 1296, encabezada por William Wa-llace, fue un largo y feroz conflicto, en 1305 Wallace fue capturado y decapitado, la lucha culminó con la victoria del rey Robert Bruce, en Bannockburn en 1314. Jacobo VI rey de Escocia (1567-1625), hijo de la reina María

Estuardo. Al morir sin descendencia Isabel I de Inglaterra, Jacobo Vi de Escocia reunió las coronas inglesa y escocesa en 1603 con el tí-tulo de Jacobo I de Inglaterra (1603-1625).

Durante el reinado de Ana Estuardo (1702-1714), hija de Jacobo II fue proclamada la unión definitiva de ambos reinos en el Acta de 1707. En 1713 se firmó el Tratado de Utrecht entre España, Inglaterra, Francia y Holanda, que puso fin al conflicto por la sucesión bor-bónica en España, con un alto costo para Es-paña que cedió Gibraltar y Menorca a Inglate-rra para entronizar a los borbones. A partir de entonces se han sucedido varios movimientos independentistas escocés que claman por su libertad hasta el día de hoy, cuestión reforza-da por poseer un idioma propio, el “gaélico escocés”, que fundamentalmente se habla en las islas y regiones montañosas.

China

Geografía: Parte oriental de AsiaLímites: Norte: Desierto de Gobi; este: Mar de China; sur: Indochina; oeste: TíbetHidrografía: Ríos Hoang-Ho y Yang-Tse-KiangPrincipales ciudades: Pekín Personajes: Confucio, Lao-Tse, Rey ChengÉpoca: 5,000 a.C. - 220 d.C.

Las formas de civilización china se iniciaron a principios del II milenio a.C., tomaron forma definitiva en poco tiempo, confirmando unas pautas que, sin demasiados cambios, rigieron la sociedad china hasta el siglo XX. Lo más destacado es la rigidez y duración de las for-mas creadas por la civilización china basada en la agricultura.

Nació esta cultura en las llanuras del Huang-Ho, donde un pueblo campesino empezó a practicar una agricultura intensiva de regadío basado en el cultivo del trigo, más adelante



los chinos se extendieron hacia el sur y ocu-paron el valle del Yangtsé, en una lenta colo-nización dedicada al cultivo del arroz.

La tierra se repartía entre dos grupos de propietarios; uno formado por una enorme masa de pequeños campesinos, con parce-las minúsculas, y un reducido número de gentes ricas dueñas de grandes extensiones de tierras cultivadas por arrendatarios. Los artesanos y comerciantes nunca tuvieron un papel preponderante dentro de la sociedad china. El grupo social que ocupaba el puesto más elevado eran los funcionarios, allí llama-dos “mandarines”, que estaban a las órdenes del emperador, cuya misión era mantener la armonía y la cohesión entre la enorme masa de la población de China, lo que se mantuvo hasta el siglo XX. La historia china empezó en el 5000 a.C., con el periodo conocido como Yangshao, el cual duró hasta el año 1,500 a.C., siguiendo el periodo Shang hasta el año 1046 y de ahí el periodo Zhou que culmina en el año 256. Sin embargo el primer imperio centralizado que data del año 222 a.C., cuando todos los es-tados independientes tuvieron que someterse al rey Cheng del imperio Chin.

Los Chin promovieron cambios duraderos que influyeron poderosamente en el devenir his-

tórico del país: introdujeron los impuestos fijos, un sistema de pesas y medidas y leyes civiles, sin duda el mayor esfuerzo material fue la construcción de la gran muralla, levan-tada en régimen de trabajos forzados, que se extiende unos dos mil kilómetros a lo largo de lo que eran entonces las fronteras del norte de China y que tenía por objeto proteger la tierra cultivada de las tribus nómadas y los bandidos. Sin embargo, los Chin perdieron el control del país antes de finalizar la muralla, debido al descontento general del pueblo, la revolución estalló y el imperio pasó a ser controlado por la segunda gran dinastía de la historia de China, la dinastía Han.

Los Han del año 206 a.C. al 220 d.C. confor-maron una sociedad muy evolucionada que deslumbraría al mundo de la Antigüedad de Oriente. El confusionismo volvió a tomar vi-gor, se formó la poderosa clase de los man-darines, y asambleas de eruditos tomaban decisiones trascendentales para el país, sin embargo, con el paso del tiempo el confor-mismo caló en la sociedad y, progresivamen-te, la centralización de los Han aumentó. Este proceso fue simultáneo a los esfuerzos expansionistas, se castigó a los secesionistas del sur y hubo que luchar contra las tribus nómadas del norte, que constituían una ame-naza permanente. Durante el reinado del em-perador Wi Tu los chinos entraron en contacto con los persas y a través de ellos con los ro-manos, estableciéndose un variado intercam-bio comercial. Tras la muerte de este empe-rador volvió el descontento social, que minó de nuevo la autoridad imperial. La lucha por la sucesión de aquella dinastía duró todo el siglo III y constituye uno de los más agitados periodos de la historia china, la lucha por el control interno se hizo todavía más compleja debido a la presión permanente de las tribus bárbaras del norte, y de los pueblos turkic y mongol al este y al oeste del país, respectiva-mente. En el siglo IV la presión de los bárba-



ros, que también se hizo sentir sobre Roma, fue irresistible, los hunos penetraron en Chi-na y asolaron las tierras del norte, durante los siglos IV y V numerosos pequeños reinos se establecieron en el norte de China. Una de las consecuencias importantes de las invasio-nes bárbaras fue que muchos chinos huyeron hacia el sur del país y allí se adaptaron a nue-vos ambientes, cultivando arroz en lugar de mijo y adquiriendo nuevas costumbres socia-les. Entre los siglos IV y VI, China pasó por un periodo de fragmentación política, profundos cambios posteriores permitieron de nuevo la unificación del país con las dinastías Sui (589-907) y Tang (618-907).

Durante las invasiones bárbaras de los siglos III al VI la religión budista se extendió rápi-damente, el confusionismo había declina-do, pues se dirigía solo a las clases altas, en cambio, el budismo ofrecía las posibilidades de una sosegada vida monástica frente a la incertidumbre de la época, y la promesa de la salvación después de la muerte. Hacia el siglo VI, cuando los Sui centralizaron el Esta-do y unificaron de nuevo China, el budismo se había extendido entre todas las clases so-ciales.

Japón

Geografía: Archipiélago japonésLímites: Mar del Japón y el Océano PacíficoPrincipales ciudades: Asuka-Kyo, Nagaoka-KyoPersonajes: YamatoÉpoca: 400 a.C. - 538 d.C.

Los primeros vestigios humanos en el archi-piélago japonés fueron de la raza blanca ar-caica de los “Ainu”, datan del neolítico. Hay vestigios antiguos de inmigraciones del conti-nente y de pueblos de origen malayo y poline-sio. En capas del mesolítico y neolítico se han encontrado instrumentos de hueso, depósitos

de conchas y piedras pulimentadas. Se estima que hacia el año 1000 a.C. un pueblo proce-dente de Corea cruzó el mar hasta la isla de Kyushu, mientras que junto con otras migra-ciones procedentes de China fueron los ante-cesores de los japoneses de hoy.

De la civilización primitiva del Japón sólo existen testimonios escritos a partir del siglo I de nuestra era, los “Ainu”, o “Ainos” consti-tuían un pueblo cazador y pescador que llegó a ocupar casi todas las islas del archipiéla-go, empezando por Hokkaido, con el tiempo nuevas migraciones los fueron arrinconando hacia el norte, donde habían principiado. Du-rante el primer periodo de su historia Japón estuvo muy influido por China y los contactos comerciales fueron estrechos.

El pueblo japonés, entonces muy receptivo a las influencias exteriores, aprendió pronto las enseñanzas de los chinos y de los corea-nos, de quienes aprendió sobre todo sus artes marciales. Esta población mixta constituyó muy pronto un pueblo homogéneo, aunque se ignora cuando se produjo esa fusión racial bá-sica ya que hasta el año 405 d.C. la historio-grafía oficial no estipula fechas políticas en sus crónicas, antes de esa época no se había difundido ningún sistema de escritura ni de calendario. Las investigaciones actuales con-ducen a suponer que todo el archipiélago su-



frió un proceso de culturización desde China a través de la península de Corea.

Antes del siglo IV d.C., la cultura Yayoi, pro-cedente de China, se extendió de Sur a Nor-te, enseñando el uso de instrumentos téc-nicos y guerreros de todo tipo, dando a los habitantes del Japón, la posibilidad de una vida sedentaria. Políticamente, la población del archipiélago estaba agrupada en unos 30 clanes “Uji”, normalmente en guerra unos con otros, que en realidad no constituían un “estado” como hoy lo entendemos.

El núcleo más poderoso fue el que formó el clan de Yamato en el distrito de ese nombre, donde residía el jefe del “linaje del sol”, de-signado, según la leyenda, por la diosa Ama-terasu y acatado por las grandes familias aristocráticas dueñas de las tierras y de sus campesinos. De esta manera, en los siglos IV y V se formó un poder soberano en torno a una de las grandes familias, que, apoyada por los clanes o “uji”, dio con el tiempo origen a la familia imperial. Esto permitirá la forma-ción por vez primera la un gobierno unitario con varones de la familia imperial con una administración.

Según datos cronológicos, la fundación del imperio japonés tuvo lugar el 11 de febrero del año 660 a.C. Desde el siglo V las relacio-nes con China y Corea, no siempre cordiales, introdujeron en Japón la escritura china y el budismo, sobre el shintoismo existente. En el siglo VIII se constituyó en Nara un Estado centralizado, tomando los diversos perío-dos medievales los nombres de las capitales imperiales, así en el período Nara de 710 a 794 de fuerte influencia budista se escriben crónicas nacionales, se codifican las leyes y se introduce la escritura ideofonética. La familia sacerdotal de los Fujiwara gobierna del 795 al 1185 en el período Kyoto o Heian, que sin tomar la identidad imperial impulsó

el shintoismo.

Las leyendas de la primera época se centran sobre todo en el mítico príncipe Yamato-Dake No Mikoto, hijo del emperador Keiko (71-130), que con su espada de la fortuna, llamada "Ku-sa-nagi" se hizo famoso por sus grandes haza-ñas combatiendo con un mago transformado en dragón. Lo cierto es, sin embargo, que las familias dirigentes entre los siglos VI y VII, se iniciaron en la escritura china y constituyeron poco a poco las bases del poder imperial, al que fueron dotando de los medios institucio-nales necesarios.

Macedonia

Geografía: Península balcánicaLímites: Desde Egipto hasta la IndiaPrincipales ciudades: Pella, Tesalia, Alejan-dríaPersonajes: Filipo II, Alejandro MagnoÉpoca: 800 a.C. - 320 a.C.

Macedonia está situada en la zona central de la península balcánica. Estuvo poblada desde el segundo milenio antes de la era cristiana por diversos pueblos dedicados al pastoreo y la agricultura, en el siglo VIII a.C., Perdicas I, fundador de la dinastía argéada, transfor-mó en reino el territorio comprendido por las



mesetas y llanuras interiores, ya que la costa estaba en poder de los griegos.

A fines del siglo V, Arquelao estableció la ca-pital en Pella y, un siglo después, Filipo II ex-tendió sus dominios por la península heléni-ca, tras sus victorias sobre griegos y persas, el máximo esplendor macedonio se produjo bajo el reinado de Alejandro Magno, que lle-vó sus conquistas desde Egipto hasta la India. Las primeras conquistas

En el verano del año 336 a.C. Filipo II fue asesinado y Alejandro ascendió al trono de Macedonia, se encontró rodeado de enemi-gos y se vio amenazado por una rebelión en el extranjero. Alejandro ordenó la ejecución de todos los conspiradores y enemigos nacio-nales, a continuación marchó sobre Tesalia, donde los partidarios de la independencia ha-bían obtenido el control, restauró el dominio macedonio.

Hacia finales del verano del 336 a.C. había restablecido su posición en Grecia y un con-greso de estados en Corinto lo eligió coman-dante del Ejército griego para la guerra con-tra Persia. En el 335 a.C. dirigió una campaña brillante contra los rebeldes tracios cerca del río Danubio. A su regreso a Macedonia, repri-mió en una sola semana a los hostiles ilirios y dardanelos cerca del lago Pequeño Prespa y

después se dirigió hacia Tebas, que se había sublevado, tomó la ciudad por asalto, escla-vizando a unos treinta mil habitantes captu-rados, la rapidez de Alejandro en reprimir la sublevación de Tebas facilitó la inmediata su-misión de los otros estados griegos.

La creación de un imperio

Alejandro comenzó su guerra contra Persia en el 334 a.C. con un ejército de unos 365,000 hombres de Macedonia y Grecia. Cerca de la antigua ciudad de Troya (en la actual Tur-quía), atacó a un ejército de 40,000 persas, sus fuerzas derrotaron al enemigo. Y después de esta batalla, toda Asia se rindió, continuó avanzando hacia el sur y se encontró con el principal ejército persa, bajo el mando de Darío III, en Isos, en el noroeste de Siria, la batalla de Isos, en el año 333 a.C., terminó con una gran victoria de Alejandro. Capturó Gaza y después pasó a Egipto, donde fue re-cibido como libertador.

Estos acontecimientos facilitaron el control de toda la línea costera del Mediterráneo. Más tarde, en el 332 a.C., fundó en la desem-bocadura del río Nilo la ciudad de Alejandría, que se convirtió en el centro literario, cientí-fico y comercial del mundo griego.

Cirene, la capital del antiguo reino de Ci-renaica, en el norte de África, se rindió a Alejandro en el 331 a.C., extendiendo sus dominios a todo el territorio de Cartago. Diri-giéndose de nuevo hacia el norte, reorganizó sus fuerzas en Tiro y salió hacia Babilonia, se encontró con Darío al frente del ejército per-sa, al que venció. Babilonia se rindió después de Gaugamela, y la ciudad de Susa, con sus enormes tesoros, fue igualmente conquista-da, más tarde, hacia mitad del invierno, se dirigió a Persépolis, la capital de Persia, des-pués de robar los tesoros reales y apropiarse de un rico botín, quemó la ciudad, lo cual



completó la destrucción del antiguo Imperio persa.

El dominio de Alejandro se extendía a lo lar-go y ancho de la orilla sur del mar Caspio, incluyendo las actuales Afganistán y Beluchis-tán, y hacia el norte a Bactriana y Sogdiana, el actual Turkestán ruso. Sólo le llevó tres años, desde la primavera del 330 a.C. hasta la primavera del 327 a.C., dominar esta vasta zona.

Para completar la conquista del resto del Im-perio persa, que en algún momento había in-cluido parte de la India occidental, Alejandro cruzó el río Indo en el 326 a.C. e invadió el Punjab, construyó una flota y bajó navegando el Hidaspo hacia el Indo, alcanzando su delta en septiembre del 325 a.C., la flota continuó hacia el golfo Pérsico. Con su ejército, Ale-jandro cruzó el desierto de Susa en el 324 a.C., la escasez de comida y agua durante la marcha había causado varias pérdidas y des-acuerdos entre sus tropas. Alejandro pasó aproximadamente un año organizando sus dominios e inspeccionando territorios del gol-fo Pérsico donde conseguir nuevas conquis-tas, llegó a Babilonia en la primavera del 323 a.C., pero en junio contrajo fiebres y murió. A su muerte, ocurrida en el 323, el imperio se dividió en diferentes satrapías.

Tras un largo período de guerras entre los dis-tintos sucesores de Alejandro, Antígono II Go-natas fue elegido en el 277 rey de Macedonia e instauró una nueva dinastía. Aliado con Aní-bal en la guerra de Cartago contra Roma, el reino macedónico fue ocupado y su territorio dividido en cuatro repúblicas, cuyas capitales

eran Tesalónica, Pella, Pelagonia y Anfípolis. Ya en el siglo II a.C., Macedonia se convir-tió en provincia romana. Desde el siglo IV de la era cristiana, Macedonia formó parte del imperio de oriente, “Imperio Bizantino”, más tarde fue invadida por pueblos eslavos, en la primera mitad del siglo IX quedó integrada en el reino búlgaro, lo que supuso un proceso de feudalismo y cristianismo de la región. En el siglo XI cayó de nuevo en manos de Bizancio, que hubo de sofocar diversos levantamientos, como el de Pedro Delain.

Macedonia fue ocupada sucesivamente, por búlgaros, servios y turcos, estos últimos ini-ciaron su islamización y, aunque debieron ha-cer frente a diversas insurrecciones, como la de 1896, mantuvieron la región integrada en el imperio otomano hasta principios del siglo XX. Correspondió en esta época a Macedonia un cierto protagonismo histórico a causa del problema de los Balcanes, pues fue causa fundamental del mismo la reivindicación del territorio por parte de Grecia, Serbia y Bul-garia, que se opusieron a la voluntad turca de integrarla en su territorio nacional. Las guerras balcánicas concluyeron con el repar-to de Macedonia entre los estados vencedo-res, Grecia, Serbia y Bulgaria. Tras su apari-ción como nuevo estado, Yugoslavia recibió en 1929 la parte serbia de Macedonia y una pequeña franja de la correspondiente a Bul-garia. Durante la segunda guerra mundial, Bulgaria se anexó, con ayuda de Alemania, la Macedonia griega y yugoslava, que hubo de devolver en 1947, la Macedonia yugoslava se convirtió entonces en una de las seis repúbli-cas federales del país hasta 1992, año en que se declaró independiente. ≥

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