CAPITULO IX Del c^osto d.e d^crs viñaas de Sc^nlaícar ( i)....CAPITULO IX D^e los díeeembolso^ y...

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CAPITULO IX D^e los díeeembolso^ y gastos !del c^ultivo de la^s viñas de Sacilúear y de lus utilidades que. ^neditúan ^l labrador. Del c^osto d.e d^crs viñaas de Sc^nlaícar ( i). Puede regularse en io.ooo reales (2) el costo que tiene cada aranzada de majuelo en Sanlíicar, antes de que rinda suficierite esquilmo a su poseedor para indemnizarle de alguna parte de sus desembolsos. A los ocho años de plantado un majuelo cuesta cada aranzada de viña bien cultivada unos >•.ooo a i.2oo reales anuales en las labores y operaciones siguientes : recoger horqui- llas y rodrigones, podar, alumbrar, cavar, binar, castrar, rebi- nar, ahorquillar las varas, custodia, recoleccián del f ruto y suel- do del capataz. Se hallan tan penetrados aquellos labradores de que es tanto más crecido el rendimiento de la viña cuanto mayo- res son las expensas del cultivo que, si fuera posible invertir en un majuelo joven y valiente los io.ooo reales que se gastan en el plantío y cuidado de una postura nueva, no dudan de que se- ría el provecho más seguro y pronto. El trabajo mttltiplica se- guramente el provecho de la vid y un majuelo ya criado empie- za a rendir desde luego, al paso que tiene quc estar parado cua- tro o cinco años el capital del que se planta de nuevo. El precic^ de los jornales es bastantemente subido en Sanlíi- car, por tener empleo fácil los operarios en otros objetos de la industria, en la navegación y varios ramos clel comercio. Aumen- (i) Debo muchas de ]as noticias de este capítulo a D. Juan Antonio Martínez de Eguilaz, hacendado inteligente y muy oeloso de los adelantamientos rurales. (2) No se olvide que estos precios son del año iRoq.

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CAPITULO IX

D^e los díeeembolso^ y gastos !del c^ultivo de la^s viñas de Sacilúeary de lus utilidades que. ^neditúan ^l labrador.

Del c^osto d.e d^crs viñaas de Sc^nlaícar ( i).

Puede regularse en io.ooo reales (2) el costo que tiene cadaaranzada de majuelo en Sanlíicar, antes de que rinda suficieriteesquilmo a su poseedor para indemnizarle de alguna parte desus desembolsos. A los ocho años de plantado un majuelo cuestacada aranzada de viña bien cultivada unos >•.ooo a i.2oo realesanuales en las labores y operaciones siguientes : recoger horqui-llas y rodrigones, podar, alumbrar, cavar, binar, castrar, rebi-nar, ahorquillar las varas, custodia, recoleccián del f ruto y suel-do del capataz. Se hallan tan penetrados aquellos labradores deque es tanto más crecido el rendimiento de la viña cuanto mayo-res son las expensas del cultivo que, si fuera posible invertir enun majuelo joven y valiente los io.ooo reales que se gastan enel plantío y cuidado de una postura nueva, no dudan de que se-ría el provecho más seguro y pronto. El trabajo mttltiplica se-guramente el provecho de la vid y un majuelo ya criado empie-za a rendir desde luego, al paso que tiene quc estar parado cua-tro o cinco años el capital del que se planta de nuevo.

El precic^ de los jornales es bastantemente subido en Sanlíi-car, por tener empleo fácil los operarios en otros objetos de laindustria, en la navegación y varios ramos clel comercio. Aumen-

(i) Debo muchas de ]as noticias de este capítulo a D. Juan Antonio Martínezde Eguilaz, hacendado inteligente y muy oeloso de los adelantamientos rurales.

(2) No se olvide que estos precios son del año iRoq.

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tan el valor de las viñas las mayores costas que exige su cultivopor esta causa.

CAftC*O I7E tiNA ARANZADA I^E MAJUELO EN SANLUCAR

n^^^i^•,

Compra de una aranzada de tierra albariza de mediana ca-]idad .......................................................................... 1.200

Et agos[ado regular de una vara de hondo, con su recaladode cuatro dedos, cuesta por aranzada I$o pesos de t$rea(es en las albarizas suaves de lentejuela, r8o pesos enlas de tosca cerrada y 20o pesos en las tierras negras debugea, que tocan en greda o biycorniZ; ,de manera que sepuede regular en r$o pesos una aranzada con otra ............ ^.qoo

Acostumbran echar generalmente en ^los agostados 40o car-gas de estiércol por aranzada, a razón de tres reales cadacarga; aunque ha habido quien ha gastado hasta t.ooocargas ........................................................................ I.zoo

EI gasto de ahoyar varía según ;os terrenos y circunstancias,pero ^puede valuarse en 2o pesos, sí ahoyan con el azadón,y en io pesos si plantan con la barra .............................. 300

I_a compra de las sarmientos para e] plantío, el señalamientode la viña, su plantío y demás operaciones de una nuevapastura pueden ascender a .......................................... $oo

Las labores del primer año ascienden a .............................. qooEI cultivo anua^l de los cuatro años siguientes, hasta que

fructifique la vid, a razón cte I.ooo reales cada año, son... 4.000

ToTni . ...... . . . ... .. . .. ... . . . .. . ... .. . . . ............ Io.3oo

Hay muchos, no obstante, que calculan en I.ooo pesos (41) elcosto de cada aranzada de majuelo; bien es verdad que echanmás estiércol y que agostan a la profundídad de vara y media,y aun a la de siete cuartas. Es difícil averiguar el verdaderocosto de semejantes majuelos, pues desean^do los dueños distin-guirse de los demás, ponderan Inuchas veces y aumentan extra-ordinariamente los gastos que ^Ian tenido que hacer.

D^el producto de las zriñ^s rle Sanlúca^r.

Tarda cinco años en fructificar, una viña recién puesta, su-ficientemente para resarcir al colono de los desembolsos, queacrecen el capital expendido desde su plantío y son indispensa-bles para el cultivo y aumento sucesivo de la vid. El producto

que rinde un ma juelo nuevo desde los cinco años hasta Ic^.^óéñ^ies bastante, por lo común, en Sanlúcar para costear ^s ex^ny..,

^sas de su cultivo anual. Desde este período hasta lóŝ treir^treinta y cinco años de su plantación, sigue la viña pr^duciabundantes esquilmos, pero se disminuye su feracidí^^^^ loŝ ,años que siguen a esta época. ^^^^<'„`^,'^^^`^^^ ^

"Puede ( i) regularse en i ^o arrobas^ (42), de 371ibras y rnéfli^a^``castellanas, el producto que rinde en Sanlúcar cada aranzada deviña de 4z5 estadales de t2 pies, o sea de i6 'varas cuadradassuperficiales. Se gradúa, con efecto, que da cada aranzada deviña vieja descuidada, computada con otras igualmente viejas,bien labradas y repuestas sus marras, cien arrobas de mosto alaño. Un majuelo nuevo rinde sobre 22o arrobas desde los diezaños hasta los treinta; de modo que se puede asegurar que elcomún de las viñas de Sanlúcar produce, por lo anenos, en ^unquinquenio, las i 2o arrobas de mosto al año, atendiendo a quehay menos majuelos que viñas viejas. Ftiede añadirse que secultivan algunas pequeñas posesiones de viña en Sanlúcar, si-tuadas en suelos tan ventajosamente feraces, que asombra suproducción; tales son dos aranzadas que en pago de "Martín 1Vli-guel" posee el cura párroco, D. Antonio Pérez Gil, que coge enella 35 carretadas por año, y aun le ha habido de 38. Otras tresaranzadas, en el pago de "ha, Callejuela", propias de D. AntonioSarmiento, producen hasta 44 y 5o carretadas de 3o arrobas; yse pueden nombrar otras rnuchas que se hallan en igual caso.)Ĵs verdad que estas viñas se cuidan a lo infinito, suministrán-dolas las labores con el mayor esmero y sin detención de gastos,y se asegura ,que se les dió ^un agostado de siete cuartas o^dosvaras de hondo con mucho estiércol. Se observa, a la verdad,que cuanto más hondo se ejecuta el agostada y se beneficia conmás estiércol, se crían en lo sucesivo tanto más valientes las ce-pas y dan mayores esquilmos." Sólo nos falta indagar si la ca-lidad •de sus vinos corresponde a la enorme cantidad de su fru-to. A vista de tan asombroso producto podemos decir muy bien,

(I) llebo esta noticia a D. Juan Antonio Martínez de Eguilaz.

con Olivier de Serres (2), "que la viña ^produce cuanto se quie-re". El fruto de estos majuelos guarda constantemente la pro-porción del trabajo o de los gastos que se han invertido en sucultivo, lo que nos ^ha querido graciosamente manifestar Colu-mela cuando refiere que, no teniendo Paladio Veteroso más bie-nes que una víña pequeña, dió una tercera parte de ella en dotea cada una de sus dos hijas, y empleando en la tercera parte,que le quedó libre, igual porción de trabajo que antes gastabaen el total de la viña, (halló que casó a sus dos hijas sin dismi-nuir su renta.

No es raro que una cepa produzca ttna arroba o más deuvas. Es más extraordinario este esquilmo, si se considera queestán muy espesas las viñas. La vara que cría muchos racímosno siempre puede madurarlos con toda perfección. Sólo en elcaso de que el año sea colmado generalmente, y la estación fa-vorable, suele no desmerecer la calidad de la uva, a pesar de lagrande cantidad del fruto. La singular abundancia y maravi-]losa fertilidad de algunas parras, que producen constantemen-te xnayores racimos y uvas más crecidas que no las cepas bajasde la misma especie, dan margen para que se medite detenida-mente sobre este punto. En algunos de Ios patios empedradosde Ias casas de Sanlúcar se ven parras disformes, que admiranpor el grueso de sus troncos, su extensión y abundantísimofruto. h7e aseguraron sujetos fidedignos que de una parra ^e-rrao^, plantada en la inmediación de un sumidero, en la casadel respetable y sabio D. Rafael Colom, se cogieron en un añoi i^. canastas de uva, que pueden regularse en otras tantasarrobas.

Logran algunos cosecheros cortos que venden el mosto ma-yores productos que los cosecheros fabricantes, por la circuns-tancia de dejar muchas veces, además de la vara, varios pulga-res con yemas limpias. Se esfuerza de este modo la vid y pro-duce más uva de la que debe llevar ; pero pierde anticipadamen-

(I) Thedtre d'agricultu^e, lib. 3, cap• I•

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te su fertilidad, con detrimento de sus sucesivas cosechas y conperjuicio de la calidad del vino.

Las cepas jóvenes rinden cuantiosos esquilmos; las cepasviejas, bien tratadas, sanas ,y robustas, producen menos uva,pero, en compensación, sazona más perfectamente y da vinosmás sobresalientes. Z.a uva de las cepas decrépitas, envejecidasy delicadas es de muy inferior calidad y muy escasa. El vino ^delas nuevas posturas es comúnmente flojo y de muy poco aguan-te, como asimismo el de las viñas decrépitas.

Utilidad de 1^as viytas.

No es fácil calcular con exactitud la utilidad que deja elculti^•o de las viñas de ^Sanlúcar. La circunstancia de hallarsetan abundantes los majuelos y el esmero y afán de aquellosIabradores para stt cultivo demuestran, patentemente, que traeventajas muy considerables al colono ia inversión de sus cauda-les en este ramo. El plantar ún majuelo se cuenta en aquellaciudad por empresa ardua, manifestando este solo heclio que esacaudalado el dueño de la viña. Es cierto que no plantan sola-mente para sí, sino para más Kíe una generación. EYpendengrandes stimas en este concepto, bien persuadidos de que, conproporción al esmero y gasto del plantío, prosperará éste y serámás o menos duradera la fertilidad ^de la viña. La utilidad de lasviñas es doble, por lo menos, de , la que rinde igual extensión detierra destinada para el cultivo de los granos. Así lo juzganYoung y Mirabeau; pero exige grandes desembolsos para quese atienda como corresponde. "No es preciso recurrir a la auto-ridad de los escritores para reconocer la necesidad, no sólo detener a su disposición un capital grande cuando se quiere plan-tar una viña, sino aun una renta, independiente de la que puedeesperarse de ella cuando haya llegado a su mayor produc-ción" ( I). Es indispensable que sea pronto el despacho de los vi-nos, que tengan estimación y consumo, y que el precio de la uva

(i) Rozier: trad. por Guerra, t• XVI, ^pág• i4o•

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que se vende exceda a las expensas e interés del dinero inverti-do, para que sea lucrativo el cultivo de las viñas. La proximidadal mar e inmediación a Cádiz, la posibilidad de los embarques yla fácil salida de estos vinos fomenta extraordinariamente suextracción de Sanlúca.r, No basta que sea aparente la tierrapara la cría de la vid y que, a beneficio de una manipulacíón in-teligente, logren los cosecheros vinos generosos ; es necesario,asimismo, que no tengan que limitarse éstos al gasto y consumodel país. La utilidad de las viñas,fluctúa en Sanlúcar con la ex-tracción más .o menos considerable de este género, lo que de-pende de la actividad del comercio. Se halla, de consiguiente, es-tancado este tráfico en Sanlúcar en tiempo de guerra marítima,siendo precisamente los vínos un ^ondo parado en semejantes^épocas de calamidad píiblica. A1 cosechero solamente le puede^ener cuenta un pronto y fácil despaeho, y de ningún modo pue-de guardar muchos años sus vinos con la esperanza de obtenerla segunda utilidad que percibe el extractor.

No siempre es la abundancia un bien en la agricultura; en loque toca a los vinos es, a veces, un grave mal por el desprecioy poca estimación del género. Se observa, en comprobación deeste aserto, que se descuidan y abandonan las viñas en tiemposde gtierra marítima, al paso de que, en tiempo de páz y de pros-peridad del comercio, se atienden coñ unos dispendios extraor-dinarios.

La uva no se vénde .en este país a peso ; solamente compranel mosto, variando su precio según las circunstancias, la .calidadde la viña y el cuidado del viñador. En el año de i8oó se vendiála bota de 3o arrobas de mosto de las viñas albarizas a razónde 36 ducados; a 34 ducados el mosto de los barros, y a 32 elde las arenas. En tiempo de paz ha solido venderse la bota demosto hasta S4 ducados las 3o arrobas. Regulando el productode lac viñas en i2o arrobas por aranzada y el precio de cadaarroba de mosto en i i reales, deja, por aranzada, al dueño uninterés de un io por ioo. I.os majuelos nuevos que no pasan delos treinta años praducen sobre 22o arrobas de mosto y rindenal cosechero un interés de un i8 por ioo. Algunos de aquellos

majuelos privilegiados y tan admirablemente distinguidos porla singularidad de sus copiosos productos, dejan al dueño un in-terés que excede a veces de un 4o por ioo. El cosec,hero fabri-ca,nte, qúe beneficia por su cuenta ,sus vinos, adquiere otra se-gunda utilidad por este concepto ( i).

En Trebujena y en algunos otros pueblos de Andalucía plan-tan las viñas ^con las idea de disfrutarlas lo más pronto posible.Agost^an los terrenos menos profundamente que en Sanlúcar,pero siembran en las almantas del majuelo, durante los tres ocuatro primeros años de su plantío, chícharos o guisantes, gar-banzos, yeros u otras leguminosas de primavera. Disfrutan deeste ^nodo el terreno y sacan fruto de él hasta que empieza allevar uvas el rnajuelo. Dejan en lo sucesivo dos o tres varas acada cepa para obtener cuantiosos esquilmos. Se cansa pronta-mente la vid y dura pocos años, pero replantan nuevamente elterreno y renuevan la serie de los cultivos que he insinuadd.Dura una viña, gobernada de este modo, unos veinte a treintaaños. El capital expendido se destruye brevemente y, aunque sereintegra ampliamente el cultivador de los gastos que ha sufri-do, podemos calcular, no obstante, que no siempre se hallará concaudal suficiente a máno para,renovar los crecidos avances queexigen el agostado y plantación de un majuelo nuevo.

Algunos jornaleros y viñadores pobres que se dedican porsu cuenta al cultivo de algunas aranzadas de viña, siembran asi-mismo en Sanlíicar semillas de primavera y aun hortalizas enlas viñas, que se sazonan sin necesidad de riego, a beneficio delas labores.

(i) Indica aquí el autor que tocará este punto en su estudio sobre las prácticasenológicas seguidas en Sanlúcar, que queda citado en la Nota b:o-bibliográfica in-cluída en esta edición. (J. del C.)