CAPÍTULO IV Las capillas y su fundación Sacra Capilla … · A los lados del retablo se abren...

HISTORIA DE ÚBEDA por D. Miguel Ruiz PrietoTomo II

Edición digital conmemorativa del centenario de su publicación: 1906-2006

39 Pí y Marg all.

Asociación Cultural Ubetense “Alfredo Cazabán Laguna” 192

CAPÍTULO IV

Las capillas y su fundación

Sacra Capilla del Salvador

AL final de la antigua plaza de Santa María, llamada paseo de lasDelicias desde 1836, y hoy de Vázquez de Molina, se levanta este grandiosotemplo, que en el siglo XVI fundó D. Francisco de los Cobos y Molina,vecino y natural de Úbeda, descendiente de Ferrán Ruiz de los Cobos, uno delos conquistadores de la ciudad, que fue heredado en ella, fijando su casa yasiento en la misma. Fue D. Francisco Secretario del emperador Carlos V, quele tuvo en mucha estima; comendador mayor de León y adelantado de laFrontera, estuvo casado con doña María de Mendoza y Sarmiento, sextacondesa de Rivadavia.

En todos tiempos ha llamado esta Sacra Capilla la atención de ilustresviajeros, que han examinado su suntuosa construcción y bellezasarquitectónicas que encierra, atribuyendo tanta grandeza, más al orgullo delpotentado que la fundó que a su sentimiento religioso, si bien haciendojusticia a tantas bellezas como acumularon el famoso arquitecto Pedro deValdelvira y los pintores y escultores que contribuyeron a decorarla. Censuraalgún crítico al arquitecto, diciendo que carecía de las firmes creencias de laEdad Media y por lo tanto ignoraba el lenguaje del alma y no sabía hablar másque a los sentidos39. En efecto, al contemplar el suntuoso templo dorado,pintado y exornado con tanta profusión, embarga el ánimo la admiraciónprofana más que el sentimiento religioso que debe infundir un templocatólico. Lo mismo sucede en muchas construcciones de aquel siglo; y nocreemos que deba culparse al orgullo del fundador, que no tuvo el placer dever su obra terminada.




El aspecto exterior del templo corresponde a su grandiosidad interior.Dos altos y robustos cubos, adornados en su extremidad por guirnaldas enrelieve recogidas por búcaros y terminados por elegantes torrecillas, encierranla fachada principal, cuyo primer cuerpo lo forman anchos pilares y grandespilastras que sirven de pedestal a los escudos de armas del fundador y de sumujer doña María, sostenidos por tenantes, que son dos guerreros el primero ydos matronas el segundo. Cuatro columnas pareadas de orden corintio, entrelas que se abren hornacinas vacías, forman lujoso marco a la hermosa puertaque da entrada a la iglesia. Sus pilares y arco semicircular están ricamenteesculpidos de caprichosas molduras, lo mismo que su archivolta e intradós. Enestos figuran de medio relieve graciosos casetones en que están esculpidoscon sus atributos, los dioses y héroes del Olimpo pagano, Neptuno, Vulcano,Venus, Febo, Júpiter, Saturno, Marte, Mercurio, Diana, Eolo y Anteo; diosesen que Pí y Margall fundó parte de su crítica. Llenan las enjutas del arco dosmagníficas esculturas de gran relieve, que representan la Fe y la Justicia,coronados por ángeles, sosteniendo una lápida encima de la clave, en la que sehallan escritas las definiciones dogmáticas de las dos virtudes: Fides estCredere quod non Vides dice la una, y «Justicia est Constan ac perpetuavoluntas jus sum uniquiesque tribuendi», dice la otra. Sobre el ábaco de lascolumnas corre entre dos cornisas un friso, ricamente esculpido con graciosasalegorías. En el segundo cuerpo ocupa el entablamento un gran relieve querepresenta la Transfiguración del Señor, el Monte Tabor con sus discípulos alos pies y a los lados columnas pareadas, como las del primer cuerpo,encerrando en los intercolumnios las figuras de San Pedro y San Andrés.Cubre el entablamento y termina la fachada un sencillo frontón con una tripleventana en su centro, pobre remate de tan soberbia fachada, cuya detallada ycompleta descripción merece más competencia que la nuestra.

Otras dos puertas embellecen el edificio. Una al Norte más sencilla, queostenta algunas molduras y figuras como la del Apóstol Santiago, encima delarco. Otra al Mediodía, con riquísima labor en sus pilares, columnas yhornacinas, y adornada con graciosas figuras, que la hacen un bellísimoejemplar del arte plateresco. Al lado de esta puerta se levanta la alta y esbeltatorre que completa el grandioso aspecto exterior del edificio.

Una sola y ancha nave constituye la iglesia, que forman catorce mediascolumnas corintias, entre las cuales se abren los atrevidos arcos de las




capillas. Una alta verja de hierro, hecha en Toledo en 1557, de gran mérito,coronada par el escudo de armas de los fundadores, separa en dos partes laiglesia, cuyo pavimento es de mármol. Sobre una gran cornisa, encima de lascolumnas, corre una galería con antepecho de madera que rodea toda laiglesia, excepto la parte que ocupa el órgano. Esta hermosa galería cubre elarranque de la bóveda de la nave y cúpula .

Numerosos rosetones que parecen acabados de dorar, adornan la graciosacimbra de la bóveda, en los cruces de sus nervios.

El espacio entre la verja y el altar mayor está cubierto por la soberbiacúpula con su linterna, ambas doradas y pintadas y con entalladuras del mejorgusto. Anchas ventanas, abiertas en el arranque de la cúpula, sobre la galería,inundan de luz la capilla, dando a los dorados retablos un aspecto fantástico ysugestivo. Otra galería rodea la cúpula en su parte superior. En los muros seabren, por debajo de la galería, dos tribunas al lado de cuyas puertas seostentan dos cariátides de excelente talla.

El retablo del altar mayor es suntuoso y de un mérito incomparable, obrasegún tradición de Alonso de Berruguete, amigo de Pedro de Valdevira. Lollena inmenso dosel de primoroso cortinaje, que es preciso tocar paraconvencerse que no es riquísima tela. En el centro se destaca la sublimeimagen del Salvador, transfigurado en el Tabor; tiene a su lado los profetasElías y Moisés y recostados a sus pies las enérgicas figuras de los apóstolesPedro, Santiago y Juan poseídos de asombro. Parece que vibran en el espaciolas sencillas palabras del primero. Señor hagamos aquí tres tiendas, una parati, otra para Moisés y otra para Elías. A los lados del depósito delSacramento hay cuatro preciosas hornacinas ocupadas por pequeñas imágenesde Adán y Eva, San Sebastián y San Roque y al lado derecho de altar unahechura de San Juan Bautista, bien modelada en alabastro, que regaló elemperador D. Carlos, según consta en inventarios y al cual se la regaló a suvez la república de Venecia. A los lados del retablo se abren cuatro nichos queocupan los evangelistas, que fueron tallados en piedra por Pedro Eviela, en1634, por cuyo trabajo recibió cien ducados, según consta en el cuaderno de lavisita hecha por el P. Miguel Díaz Ayllón, con poder del patrono D. Diego delos Cobos y Guzmán, marqués de Camarasa y conde de Riela. Tiene este altarla indulgencia de sacar una ánima del Purgatorio en cada misa que en él secelebre; concesión debida al papa Paulo III, y que concedió por su breve




fechado a 2 de mayo de 1537.Otros tres altares adornan el espacio cerrado por la verja, el de Nuestra

Señora de la Caridad, al lado del Evangelio. La bellísima imagen ocupa elcentro del retablo que es dorado, de riquísima labor, tallado en 1692, por elhermano del Orden Tercero, del hábito de Nuestra Señora del Carmen, Diegode Alarcón, maestro escultor, vecino de Úbeda. Lo adornan, además, un SanJosé y un San Antonio de Padua, y sobre el nicho de Nuestra Señora el bustode un Ecce-homo de barro cocido que era del emperador Carlos V. Antescoronaba este hermoso retablo una bellísima imagen de San Miguel, esculpidaen alabastro, que D. Juan de Austria regaló en Italia al patrono D. Baltasar delos Cobos, que la trajo a su capilla. Desgraciadamente, en 1804, la rompió porun descuido el sacristán, que arreglando el retablo la echó al suelo,reduciéndose a pedazos tan bella escultura. Igualmente adornaban este altarvarios ángeles con cartelas de plata para poner luces y dos lámparas, tambiénde plata, que hoy no existen. Por concesión del obispo de Jaén D. JuanAsensio, dada en Úbeda a 24 de noviembre de 1685, tiene cuarenta días deindulgencia el que rezare una salve a la imagen de Nuestra Señora de laCaridad.

Al lado de la Epístola se halla el altar titulado de San Francisco, cuyoretablo fue tallado por el mismo Diego de Alarcón. Tiene una buena imagendel Santo y encima del nicho que ocupa está la cabeza de San Eliseo, de laestirpe de la virgen y mártir Santa Úrsula. En otros documentos se dice quedicha cabeza es de San Elderico.

Colateral a este altar hay una capilla sobre la que se levanta la torre de laiglesia. Tiene sobre la mesa del altar un retablo que gira sobre ella, en el quehay un cuadro de Santa María Magdalena de mucho mérito pintado por elTiciano; y por el otro frente tiene una urna sostenida por cuatro ángeles, quesirve para depósito del Santísimo el Jueves y Viernes Santo.

Fuera de la verja existen las capillas y altares siguientes:Al lado del Evangelio, la de Nuestra Señora de las Angustias, cuya

imagen pintada en una gran piedra de mármol negro, regalo del gran patronoD. Baltasar de los Cobos, es de sobresaliente mérito y se halla colocada en eltestero, encima de una pequeña puerta que da paso a la Sacristía y parte de laiglesia, separada por la verja. El moderno altar, que hoy tiene la advocaciónde San Juan Nepomuceno y también de los Reyes, lo adorna un cuadro del




Santo muy moderno y de escaso mérito, y encima del retablo un tríptico(cuadro a la romana, como se dice en los inventarios antiguos), donde estápintada la Virgen de las Angustias, en la tabla central, y en las laterales dosfiguras que parecen un rey y San José.

Sigue la puerta Norte y colateral a ella, está la Capilla de las Ánimas, queantes se llamaba del Santo Cristo de la Caña, por la efigie que lo representa,que es de talla, labrado en Caña de Indias, bastante bien hecho. En otrostiempos estaba esta capilla lujosamente adornada, con otro altar y cuadrosnotables, que hoy no existen, entre ellos un San Francisco del Ticiano, deincalculable mérito que no hemos podido averiguar dónde fue a parar. En éstaterminan las capillas de este lado de la iglesia y sigue la puerta principal, cuyocancel, ricamente tallado, ostenta los escudos del fundador y las cruces deSantiago.

El Coro alto se halla encima de esta puerta ocupando la anchura de lanave, sobre cuyas medias columnas se apoya su arco y bóveda atrevidamenterebajados; la sillería de este coro es de rica labor.

A la derecha de la puerta, en el lado de la Epístola, se halla la Capilla dela Virgen de Belén, cuyo altar ocupa un cuadro que representa a dichaimagen, y un Ecce-homo de bastante mérito, que la tradición supone fueregalado por D. Juan de Austria al marqués de Camarasa, D. Baltasar de losCobos y Luna, y que en el año 1696 se trajo a esta iglesia. En los inventariosde su archivo hay confusión al anotar esta efigie y la de que hemos habladoexiste en el altar de Nuestra Señora de la Caridad. Sigue la puerta del mediodía, y colateral a ella está la Capilla y altar de San Gregorio, que nada tieneque llame la atención. Antiguamente había encima del retablo un tríptico querepresentaba el descendimiento de la Cruz, por lo que este altar y capilla sellamaba de la Santa Cruz; se llevó el tríptico a la Sacristía y se puso otro querepresenta a Nuestra Señora de los Ángeles, con otras dos imágenes en loslados. Encima de la puerta anterior está la tribuna corrida hasta, la del Coroalto. En ella está colocado el magnífico órgano, de extraordinario mérito, cuyoautor no hemos podido averiguar, aunque creemos que es obra del siglo XVII.

En el centro de la iglesia está situado el Coro bajo, formado por sillonesde nogal, tallados con un primor superior a toda ponderación, figurandoprimorosas figuras y escenas de la sagrada escritura.

Debajo de la capilla cerrada por la gran verja, hay una cripta circular en



4 0 Han venido a Úbeda arquitectos ingleses y han querido, respondiendo de la restauración,

deshacerlo para estudiar la forma de las piedras que constituyen la rara construcción

geométrica que lo constituye, pero temiendo que no re spondiera el andam iaje provisional, se

denegó el permiso.


toda la extensión de aquélla y es la sepultura de los fundadores y algunospatronos. La bóveda de la extensa cripta es muy notable, apesar de su grandiámetro, construida de paramento sencillo; es casi plana. En 20 de noviembrede 1559, con licencia del obispo D. Diego Tavera, se trasladaron a dichoenterramiento los huesos del fundador D. Francisco de los Cobos, que estabanen la Capilla de la Concepción de Santo Tomás. También se enterraron en ellalos restos de su hijo D. Diego de los Cobos, marqués de Camarasa, en 19 dediciembre de 1645, así como los de don Manuel Guzmán y Cobos, marquésde aquel título que, habiendo muerto en Cerdeña, se trajeron sus restos en 15de noviembre de 1668. Estos restos están deshechos y revueltos, lo mismo quelos ataúdes que los encerraban. No hemos podido averiguar la causa de talprofanación.

La Sacristía de la capilla es una obra maestra y grandiosa; bellascariátides sostienen sus elegantes arcos y bóvedas, labrados en graciososcasetones ricamente esculpidos. El extraño arco que da entrada por la iglesia,es un atrevido aborto del genio, que asombra a los inteligentes: basta por sísólo para dar reputación a un artista40. Contigua a la Sacristía está la salaCapitular donde se conserva parte del archivo y algunos cuadros de quehablaremos luego.El espacio que ocupa esta Sacra Capilla pertenecía a lacofradía y hermandad de los honrados viejos del Salvador, de cuya fundaciónse hablará después.

El comendador D. Francisco de los Cobos, no satisfecho sin duda con laedificación de la Capilla de la Concepción en Santo Tomás, hecha por supadre D. Diego y terminada por él, proyectó la fundación de otra mássuntuosa; y al efecto compró a la citada cofradía, por escritura hecha enÚbeda en 21 de septiembre de 1534, el terreno suficiente para fundar unacapilla de la extensión de la iglesia de San Pablo, cediendo a la Cofradía cienducados anuales, y otras concesiones según consta en la siguiente carta: «Amis Señores los Señores Cofrades de Sant Salvador de Úbeda. Señores Recibíla carta de vrs mrdes y por lo que dicen de mi subcession en el adelantamiento




les veso las manos y aunque syn que me sirvieran tenia yo bien Creydo quehabian de holgar atto pues ha de ser todo para hacer lo que Señores mandedes| cuanto al sitio que han por bien darme en ese ospital para hacer una iglesia |con que se de para el un dote de doncella de los que su Santidad tieneconcedidos para mi Capilla y que se procure un jubileo | yo Señores porservicio de Dios y por las causas que en su carta dicen avre por bien aunquetenga hecha la Capilla »que vuestras mercedes (roto el papel) de hacer laiglesia en el dicho sitio y que el dote de la doncella que piden para alimentosdlos pobres del espital se de | y así procurare que su Sant.d lo conceda | en lodel jubileo | mi capilla tiene los que Señores saveys en cada año y puesaquellos ha de hacer ay—bastan para esa Ciudad y paresceme que sera mejorprocurar para el espital algunos perdones | o indulgencias para los que en elmurieren vs mros lo vean y si desto satisfacen | hagan la donacion del sitio ydenla al Señor Arcediano para que el me la embie con los trasladosautorizados dlas bulas para que yo provea a Roma persona y se hagan lasdiligencias que convengan | guarde y acreciente ntro Señor sus muy noblespersonas y casas como lo deseo yo. De palencia a 21 de Agosto a servicio devras mrds=Covos, Comendador mayor y adelantado». Aunque no se pone elaño creemos sea el de 1533.

Después compró cinco casas colindantes a la que había edificado para suhabitación y el solar en que había de edificarse la capilla, cuyas casas eran deRodrigo Alonso de Benavides, del bachiller Pedro Herrera y sus hermanos, deSancho García, de Alonso de la Calancha y de Luis de la Iruela; y comoquiera que éstos exigieran más precio del que valían, acudió el comendador alemperador suplicándole su mediación para que le fueran vendidas por su justoprecio, puesto que eran para una fundación tan santa y útil. Su Majestad dioen este sentido su carta en febrero de 1539. También había acudido elcomendador al Santo Padre Paulo III en súplica de licencia y aprobación de lanueva fábrica y traslación a ella de las capellanías y beneficios de la Capillade la Concepción, hecha en Santo Tomás y el Pontífice la concedióexpidiendo sus bulas apostólicas a 2 de febrero de 1535, para la nuevafundación y demás, incorporando a la iglesia cuando estuviese concluida consus capillas, altares, sacristía, campanilla, campanas y cementario, con lasdemás cosas para el culto, los beneficios de la de Santo Tomás y de muchospueblos donde los tenía el fundador. Él mismo señaló dotes para casar




doncellas huérfanas, y para ayuda del alimento de los pobres del hospital delSalvador, y sesenta ducados para reparos y fábrica de su iglesia. Tambiénpidió dicho fundador al Pontífice citado licencia para fundar una cátedra oestudio general, que en cualquiera lícita facultad se leyesen lecciones y sediese cualquier grado, así como en Bolonia, París, Salamanca y Alcalá,siéndole concedida la licencia por bula de año 1541. Por la misma bula fueabsuelto de las censuras en que hubiera podido incurrir por haber desatendidolas fundaciones en atención al excesivo gasto de la obra, y prorrogado porcinco años el uso de las rentas y beneficios para la continuación de la misma,puesto que habían transcurrido los cinco que concedió en 1536, a 19 de mayo.Asimismo se le concedió licencia y facultad para fundar un monasterio, así devarones como de mujeres, de una de las órdenes aprobadas, con campanilla ycampanas, claustro, refertorio, dormitorio, huerta y demás oficinas para lasustentación, así de dicho estudio como del monasterio.

Don Francisco de los Cobos falleció en 1547 y su viuda doña María deMendoza, con su hijo D. Diego de los Cobos, marqués de Camarasa, siendocercano el fin de los cinco años concedidos para usar de las rentas ybeneficios en la fábrica de la capilla, propusieron al citado pontífice Paulo IIIque el edificio comenzado no podía llevarse a fin, ni menos el estudio ymonasterio conforme al piadoso celo del fundador; que para la capilla eramenester mayor suma de dineros de lo gastado y dudaban que el piadosopropósito del comendador pudiera efectuarse, si no se prorrogaba por otroscinco años el uso de las rentas. A esta petición accedió el Pontífice. Aún doñaMaría y su hijo demandaron nuevas prórrogas para usar de las rentas, pues lafábrica resultó más suntuosa que lo que se pensó, y las concedieron lospontífices Julio III, Paulo IV y Pío V con absolución de censuras; y porGregorio XIII, en 1572 se volvieron a conceder otros cinco anos para usar delas rentas y acabar la capilla y que, terminado este plazo, se fundase unmonasterio de monjas de la Orden de Santa Clara, bajo la obediencia ycorrección de los superiores de dicha Orden y advocación de la PurísimaConcepción de Nuestra Señora la Virgen Santa María, según había dispuestoel difunto comendador y doña María su mujer, con la dotación de cuatro milducados de oro, cuyo monasterio se había de fundar en Sabiote, y si éste y elcolegio no podían fundarse no pudiesen ser compelidos apesar de las bulasapostólicas. Se variaron algunos capítulos de la fundación, se aumentó el




número de capellanes y sus sueldos, y se impusieron otras obligaciones ainstancias de doña María.

Sin estar concluida la obra, consagró la iglesia el día 8 de octubre de 1559el obispo de Jaén D. Diego Tavera, con asistencia de D. Gabriel MerinoGuzmán, arcediano de Baeza, D. Jaime Ocón, archidiácono de Úbeda y otraspersonas. El acto de la Consagración se hizo constar en un letrero que se pusoen uno de los pilares del arco que da entrada a la iglesia por la puerta Norte,así como la fundación, en igual sitio, por la puerta del Mediodía. Consagradala capilla tomaron posesión de ella el capellán mayor D. Fernando OrtegaCabrío, deán de Málaga y dignidad de la iglesia Colegial de Santa María deÚbeda, que tenía aquel cargo en la Capilla de la Concepción de Santo Tomás,y los demás capellanes de día, aumentándose su número, según los estatutosdel ,fundador, quedando al servicio. de la nueva iglesia dicho capellán mayor,doce capellanes mayores, cuatro menores con los sirvientes necesarios para elculto y cuidado del templo, y una capilla de música con sus respectivaspensiones.

En la visita que hizo en 1568 el doctor D. Bernardino Cardoval, conasistencia del P. Fray Jerónimo de Aguilera, prior del convento de San Andrésde esta ciudad, comisionados por la viuda del fundador doña María deMendoza, se aumentaron las pensiones a los capellanes, asignándoles almayor 183.000 maravedises; a cada uno de los dos mayores 87.500, y a loscuatro menores 51.250.

Se corrigieron muchos abusos en la administración, asistencia ycompostura en los oficios divinos. Las pensiones subsistieron hasta el año de1774, en el que la patrona doña Baltasara Teresa Gómez de los Cobos Luna,Zúñiga, Manrique, Sarmiento y Córdoba, marquesa de Camarasa y condesa deRicla, las aumentó a petición de los capellanes en 50.000 maravedises más alcapellán mayor, 25.000 a cada uno de los doce de número y a 12.000 a cadauno de los cuatro menores, sin más pensión ni carga que la que en aquellafecha tenían. Hoy está reducida la capilla a dos capellanes, un pertiguero, unsacristán y un organista.

Según consta en inventarios, los fundadores y patronos descendientesdotaron a esta grandiosa capilla de ornamentos y alhajas de inmenso valorpara el mayor esplendor del culto. En el de 1568 figura un terno de brocadoriquísimo, llamado de Aljubarrota y espantavillanos, compuesto de casulla,




dalmática, dos estolas, tres manípulos, dos collares, capa pluvial y frontal, queservía en la fiesta de la Epifanía; parece que la mayor parte de estas prendasfueron hechas del manto que el emperador D. Carlos usó en su coronación, yque regaló a su secretario D. Francisco de los Cobos y éste a su capilla. Estosornamentos tuvieron un triste destino, pues a mediados del siglo XIX, cuandolas iglesias no tenían bienes que explotar, se echaba mano de lo que se podía,y dichas ricas prendas fueron quemadas por la codicia de sacar el oro de susbordados y adornos. La avara precipitación del ignorante y codicioso autor detan punible hecho malogró la operación, pues no pudo sacar oro ni plata, y síun triste y vergonzoso desengaño y privar a la capilla del rico tesoro de unosornamentos de tanto interés artístico e histórico.

La fundadora en su visita hecha en 1568 dispuso el uso de los ricos ternosque tenía la capilla de la manera siguiente: El terno rico, que dicen deAljubarrota, con su capa y frontal, se sacará en los cuatro días primeros de lascuatro pascuas del año, el día de San Salvador y el de la Santísima Trinidad,Pascua y jubileo. El terno que dicen de Ajofar, se sacará con todos susrecaudos, las kalendas, días de Pascua, el día de la Concepción, el de laAscensión y Purificación. El terno nuevo que hizo Vargas, se sacará losterceros días de Pascua y la fiesta de la dedicación de la Iglesia, el día de laAscensión, el de la Invención de la Santa Cruz y de la Corona de NuestroSeñor. El terno de brocado carmesí, los días de los Apóstoles en la fiesta delSantísimo Sacramento, el Jueves Santo y la Circuncisión. En 1563 se cita unterno azul, capa morisca con casuya de tela morisca blanca y colorada. Otrosmuchos ternos y demás ornamentos se citan en los inventarios, y aunque losmás antiguos y de más valor se han consumido o desaparecido, quedan aúnotros de mucha estima para celebrar divinos oficios con el esplendortradicional en esta capilla.

También se atesoraban en ella y aún conserva algunas ricas alhajas de oroy plata, a pesar de los robos y reliquias que ha habido. En 1809 se entregaronal Gobierno varias alhajas que pidió. En 16 y 28 de junio de 1811 se volvierona pedir y se entregaron otras cuyo peso fue de dos arrobas veinte libras deplata. En 6 de octubre de 1837 se entregaron más alhajas, entre ellas cuatrocálices, una farola, que después se devolvió por ser un monumento artístico demucho mérito y una Paz. El escribano D. José Murciano dio testimonio dehaberse llevado a Jaén y sido reconocidas alhajas por peso de diez y seis




arrobas, dos libras y dos cuartas. Creemos que están incluidas las de 1809,1811 y las de 1837, pues todas se citan en dicho certificado. Excepto la faroladevuelta en 1831, no consta la devolución de las demás en los documentosque encierra la carpeta donde se guardan estas noticias en el archivo.

En 17 de noviembre de 1829 y en marzo de 1841, se hicieron en estaiglesia robos de importancia y, como suele suceder en estos casos, no sepudieron descubrir los delincuentes. Son curiosos los expedientes que seformaron, tan curiosos como la desastrosa administración de los cuantiososbienes de esta capilla, según se ve en los cuadernos de visita y otrosdocumentos existentes en su archivo, y eso que faltan muchos que sin dudatendrían más interés.

En el día aún existen valiosas alhajas que se han podido salvar de tantocontratiempo. Una magnífica custodia de plata sobredorada, peso once librasy media, guarnecida de diamantes de varios tamaños, rubíes y magníficasesmeraldas, que donó en 1788 la patrona doña Baltasara Teresa SarmientoGómez de los Cobos, marquesa de Camarasa, condesa de Ricla y de Castro;tiene en su peana los escudos de sus armas. Una lámpara grande de plata deprimorosa labor y mucho peso; no hemos hallado el nombre del donante ni laépoca y no tiene escudo alguno. Una cruz parroquial de superior méritoartístico, labrada en 1542, sin nombre del artífice; probablemente la regalóalgún personaje amigo del fundador, pues no tiene el escudo de la casa; laadornan entre primorosas labores, los cuatro evangelistas, un Cristo, dosVírgenes y un pelícano todo esmeradamente trabajado. Dos atriles de platacon las armas de los Cobos, que se usan en el altar mayor en las grandesfestividades. Una arqueta de plata con las armas de los Cobos. Un bellísimoCáliz de oro, de gótica labor, que el emperador D. Carlos regaló al fundadorD. Francisco de los Cobos, cuyas armas tiene. La farola de que se ha hechomérito. Una sacra para el altar mayor con el Evangelio de San Juan, regalo delSr. D. Manuel de los Reyes, con un lavabo de plata que ha desaparecido.También regaló D. Pedro García una lámpara de plata para el Sagrario, que hadesaparecido. El donativo fue hecho en 6 de octubre de 1817. Hay ademásotros cálices, sacras, bandejas, mazas para el pertiguero, cruces y otros objetosde plata necesarios para el culto.

En reliquias tiene esta capilla gran número y muy estimadas. A los ladosdel tabernáculo se guardan en sus nichos cuatro cabezas de las once mil




vírgenes, con sus puertas y llave, y sólo se manifiestan en los días clásicos; enlos inventarios del archivo consta la bula de calificación de estas reliquias, sufecha 9 de junio de 1521, dada por el Pontífice León X, y dice: «cuatrocabezas de imagenes engastadas en madera, y son de Santa Marta, SantaBenedicta, Santa Egidia y Santa Paulina». En una custodia pequeña de platasobredorada, se guarda un tubo de cristal con un pedazo del Lignun Crucis,puesto sobre un relicario de madera sobredorada que contiene varias reliquias.En otra custodia hay engarzado un colmillo de San Francisco, que consiguióen Roma D. Francisco de los Cobos, el fundador. Otro relicario grande con unjardín y diferentes reliquias, lo cierran dos puertas a la romana, dicen losinventarios, en una pintada la Encarnación, y en la otra el Nacimiento delSalvador, y en el pie un enrejado con su cristal que encierra una canilla de losSantos Geveos (¿?).

Un cofrecito de ébano, que sirve de funda a otro que contiene diez sitioscon reliquias, en que hay un pedazo de la columna en que se sentó Cristo; eldedo pólice de San Lorenzo; un pedazo de hueso de San Martín; otro de SanSebastián; otro de Santa Isabel, madre de San Juan; huesos del espinazo ycabeza de San Acacio; un pedazo de la piedra en que se sentó Cristo; otro dela en que se fijó la Cruz; hueso de Santa Polonia. Otras cuatro reliquias guardaen sus cantos; pañales de Cristo; huesos de San Zacarías; San Clemente y SanEsteban, y la última un hueso de San Blas. Las cavidades de las reliquias estánorladas de plata con sus marquitos labrados y sus cristales: el cajón estáforrado de terciopelo carmesí y falta en un hueco la reliquia que dice de SanPablo. Todo esto lo atestigua un pergamino colocado en medio de la tapa, quedice: «Reynando en las Españas Felipe I y D.ª Juana su esposa, envió estaReyna a la Ilustrísima D.ª María de Mendoza muger que fue del Comendadorde León D. Francisco de los Covos Contador mayor de Castilla y a elEmperador D. Carlos V de este nombre, por mucho amor y gran voluntad queteniendola por madre, y ansi nombrándola de su voca, y por este amor laenvio estas reliquias de Santas y Santos de grandisimo valor y santidad; lascuales fueron aqui puestas en este lugar y cruz en presencia y por mano de elIlustrisimo Señor D. Alvaro de Mendoza Obispo de Palencia hermano de estaIlustrisima Señora, y el P. Fray Antonio Cedillo Guardian de Belehen, en lacual Cristo hijo de Dios vivo nació de las entrañas de su Santa Madre Factuhorno. Pusiéronse a 23 de noviembre de 1580 años y por si, ami su Señoría




Ilustrísima 1o confirmo y mando a dichos Señores y al notario, loconfirmasen. Alpalen et Comes=Fray Antonio Hermosilla, Fray AntonioCedillo=Por mandato de su Señoría Ilustrísima y reverendísima Luis deOrduña Secretario y notario». La marquesa mandó hacer el cofre.

En otro cofrecito de charol con cantoneras y cerradura de plata, hay sieterelicarios con reliquias, una de la medida de Nuestra Señora. Dentro de é1 hayotro cofrecito de Carey, guarnecido de plata con varios papeles con polvos dereliquias; y en el mismo hay otra caja a manera de hostiario en que se guardala santísima espina engastada en oro, con dos cristales y caja de plata. En lacapilla del Sagrario hay colgado un cuadro en el que constan todas lasreliquias que se conservan en la iglesia. Doña Isabel de Portacarrero dio unareliquia de Santo Tomás de Villanueva, engastada en plata.

También atesoraba esta capilla cuadros de mucho mérito y aún quedanalgunos. Ya hemos citado los que hay en la iglesia. Dentro de la Sacristíaexisten los siguientes: seis cuyo tamaño es de un metro próximamente deancho, por ochenta centímetros de alto que representan: La presentación aSalomón de la reina de Saba; El milagro del pan y los peces; El Sacramentode la Eucaristía, representado por una congregación de cardenales y doctores,para tratar la existencia del Santísimo Sacramento; La presentación de lacabeza de San Juan Bautista a Herodes; Un milagro de San Antonio, quesalvó a su padre acusado de homicidio, haciendo presentarse al muerto antelos jueces, declarando el verdadero culpable; La presentación en el templo yexplicación de las bienaventuranzas. Estos seis cuadros de sobresalientemérito, pintados en cobre, se atribuyen a Velázquez, y los regaló a la capillaen 1718 la marquesa doña Leonor de los Cobos, su patrona. Hay además trestrípticos, dos de Alberto Durero, que representan La adoración de los Reyes yEl descendimiento de la Cruz, ambos en madera y de mucho mérito. El otropintado en cobre, con La adoración de los Reyes, es debido al pincel deRafael de Urbino. Un pequeño cuadro con la imagen de Jesús Crucificado, yal pie Nuestra Señora, San Juan y la Magdalena, que también se atribuye aRafael. Otros dos cuadros hay de escaso mérito artístico, uno con El Señor dela Humildad, Nuestra Señora y San Juan. Un medallón labrado y dorado,cuyo centro ocupa la Virgen con el niño en brazos, de medio relieve enalabastro o mármol de Carrara.

En un nicho; encima de una cajonera para el vestuario, se halla una




escultura de San Francisco, que regaló el capellán mayor D. Andrés de lasCuevas. A su lado hay una calavera que hay quien dice es del fundador. Tieneescrito en el frontal: «lo que en la vida hicieres, lo hallaras cuandomurieres». Creemos que no es del fundador. El citado capellán D. FranciscoCuevas regaló también a la iglesia una hechura de Santo Tomás de Villanuevay otra de San Antonio Abad.

En la espaciosa sala capitular existe un magnífico retrato de cuerpo enterodel fundador, pintado por Ticiano. Representa a D. Francisco en su juventud.Su arrogante y simpática figura, que atrae al observador, se destaca noble yairosa. Es una obra digna del pincel del gran artista, estimado y admirado delemperador Carlos V. También hay doce cuadros con los bustos de losapóstoles, que igualmente regaló el citado capellán D. Andrés de las Cuevas,por los años de 1689. En general estos cuadros tienen buena factura. Nosparecen obra del pintor de Úbeda Juan Esteban, pero no lo aseguramos. Otrosdos con los bustos de Jesús y su Santa Madre, son más modernos y de escasomérito.

En la sala baja, ocupada con algunos enseres y cosas inútiles, hay uncuadro que es el centro de un tríptico y en él pintado un Crucifijo con dosángeles a los lados y al pie San Juan y la Magdalena. Faltan las tablaslaterales. En los inventarios se dice de este cuadro que es pintura muy fina.Los demás cuadros que hay son de poco mérito. En dichos inventarios constanotros de más valor que han desaparecido; entre ellos uno del Nacimiento deNuestro Redentor, pintado por Pedro de Orrente, que regaló el citado capellánCuevas. Este cuadro estaba en la Capilla de las Ánimas, que antes tuvo eltítulo del Señor de la Caña. Otro del Salvador del inundo que dio a la iglesiael capellán que fue de ella D. Martín de Gante. Otro de San Francisco, pintadopor Ticiano, que donó D. Andrés Almazán y estaba también en la Capilla delSeñor de la Caña, en 1692, y otro de Santa Rosalía. Igualmente consta quehabía ricos tapices para adorno de la iglesia, y que hoy no existen.

En la portería hay colgado un cuadro de la Purísima, de cuatro varas dealto por tres de ancho, hecho por el pintor de Úbeda, Juan Esteban, en el sigloXVII por el que recibió 400 reales. Está tan deteriorado que no se nota en élmérito alguno, bien es verdad que fue hecho para tenerlo en sitio más alto queel en que hoy está como cosa de desecho.

En la visita que hemos referido que hizo a la capilla, en 1568, la ilustre



41 Ha contribuido mucho a esta ordenad a vida el celo del administrado r del marqués de C amarasa

D. Leopoldo Urra y la discreción y desinterés del capellán mayor D. Blas López.


fundadora, mandó que de allí adelante se leyesen lecciones de GramáticaLatinidad y Retórica, que su Señoría y el Comendador instituyeron ymandaron por sus estatutos, y así se hizo. El mayordomo de la capilla, ainstancias del patrono D. Diego de los Cobos y Lima, marqués de Camarasa,sumiller de Corps del ilustrísimo infante Cardenal D. Fernando, hermano delrey D. Felipe IV, consiguió de éste privilegio de exención de cualquier oficiode guerra, concejiles, tutelas y curadurías, cobranza de bulas, huéspedes,repartimientos y demás cosas que acostumbran repartir; tiene este privilegio lafecha de 3 de enero de 1624.

Ya hemos dicho que la grandeza de esta capilla, ha quedado reducida ados capellanes y otros sirvientes menores para el culto. A pesar de ello estábien cuidada y asistida41; su actual patrono no deja de mandar hacer lasreparaciones necesarias, como la instalación de pararrayos, pues en pocosaños cayeron dos chispas que afortunadamente no ocasionaron gran daño. Elórgano también ha tenido un costoso arreglo.

Lo que queda del archivo se conserva bien en la sala capitular y parte enla Sacristía.

Réstanos consignar que en la obra de adorno de las puertas, estatuaria ycariátides de la iglesia y sacristía, trabajaron el autor del plan de la obra Pedrode Valdelvira mientras vivió, su hijo Andrés que también hizo la sillería delos Cobos, Alonso Barba, discípulo de Andrés por espacio de veinte años, ycreemos que también trabajó Pedro Roldán, todos artistas de nombradía.

Las pinturas al fresco que adornan la iglesia, y que son de mérito, nohemos podido hallará qué artista se deben.




I I

Capilla y Hospital de Santiago

Al final de la calle Nueva, hoy del Obispo Cobos, salida para Baeza yJaén, se halla situado este sólido, vasto y majestuoso edificio, que el celo ycaridad evangélica del obispo D. Diego de los Cobos y Molina, hijo ilustre deesta población, levantó con sus bienes en la segunda mitad del siglo XVI. Eldía 17 de septiembre del año 1562, ante el notario apostólico Miguel Aguilar,otorgó el prelado la escritura de fundación de este benéfico establecimientocon la advocación de Santiago, en el sitio de la vieja ermita de San Lázaro,llegando a abrirse las zanjas y empezar la cerca. Sin que conste la causa, seabandonó la obra y se empezó en el sitio en que hoy la admiramos, en el año1567, con arreglo al plano que dio Andrés de Valdelvira.

Cuatro robustas y altas torres con sus chapiteles de azulejos se levantanen sus ángulos; en el segundo cuerpo de la fachada principal, se ostentan losescudos de armas del fundador sobre unos tarjetones donde se lee: «Didacuslos Covos Episcopus Gienensis», y en el otro: «D. Diego de los Coros, Obispode Jaén, fundó esta casa». Entre estas dos torres corre la fachada terminadapor una cornisa sobre un friso de azulejos. En el centro se abre una granpuerta sencilla, encima de la cual, en un gran nicho, se halla una lápida quesirve de pedestal a la imagen, en alto relieve, del apóstol titular. En dichalápida, que es de mármol blanco, se lee en nexos «María Concebida sinpecado», únicos adornos de esta severa fachada con los escudos de armas delfundador. Los llamadores de bronce de las puertas son de mérito. Unaespaciosa lonja precede a la fachada y está limitada por robustos pilares sobrelos que hay cuatro leones sosteniendo cada uno el escudo de armas delprelado.

Entre el vestíbulo y la entrada a la iglesia hay un grandioso patio con másde doce metros por cada lado, y corredores de cuatro próximamente de ancho,con columnas de mármol blanco, traídas de Génova. En este hermoso patiomandó en 1707 el obispo de Jaén D. Antonio Brizuela y Salamanca construirlos grandes aljibes que hoy existen. Una triple puerta con excelentes verjas de




hierro, hechas en 1576, dan entrada a la iglesia. En dichas verjas también seostentan dicho escudo de armas, la imagen de Santiago y otros adornos ylabores de no escaso mérito.

La iglesia, que es espaciosa, consta de una sola y elevada nave concrucero; la bóveda es de cañón con recuadros y figuras, versículos y adornospintados al fresco, lo mismo que la del crucero.

El altar mayor es de sobresaliente mérito; el basamento, hasta la altura dela mesa, tiene en el frente y lados de sus pilastras esculpidos los escudos delfundador, los cuatro evangelistas y otras figuras de santos bien tallados. Elprimer cuerpo del retablo lo forman ocho columnas ricamente esculpidas,cuyas basas ostentan molduras en que figuran, de medio relieve, la entrada deJesús en Jerusalen, la Cena, la Oración del Huerto y otras figuras. En el centrodel retablo un precioso sagrario, encima una gran hornacina en la que se hallauna efigie de Santiago el menor, de excelente talla. Sobre él, otra hornacinaocupada por la imagen de Nuestra Señora de la Asunción, encima un crucifijoy por remate un adorno, todo obra del citado Andrés de Váldelvira. A loslados, en los entrepaños, con cuatro divisiones cada uno, hay imagenespintadas, muy deterioradas las del lado izquierdo.

Para pintar y dorar este hermoso retablo convocó el Cabildo Colegial aconcurso en 29 de noviembre de 1584. Se presentaron con modelos dosartistas de Granada y Gabriel Rosales. En 23 de marzo del año siguiente,dicho cabildo mandó llamar a Miguel Barroso, pintor, natural de Consuegra,para que examinase los modelos y diese su parecer, el cual confirmó que sedebía confiar la obra a los dos pintores Gabriel Rosales y Pedro Rajis, y así seacordó por la suma de 3.800 ducados por iguales partes y ciento más al que delos dos se aventajase en la obra. Se cuentan en este retablo veintiuna estatuas,talladas como queda dicho por Andrés de Valdelvira, ayudado por sus hijosFrancisco y Cristóbal.

Los atriles de la baranda, donde se leen el Evangelio y la Epístola, son debronce artísticamente trabajados y adornados con los escudos de armas delfundador. En el frente de los pilares del arco toral, se hallan sobre ménsulaslas efigies de Santo Domingo y San Francisco, procedentes del convento deSan Antonio y encima dos cuadros.

En el Crucero, al lado del Evangelio, hay los altares siguientes, cuyosretablos proceden de la iglesia de Santo Tomás: Altar de San Rafael, cuya




antigua imagen procede del extinguido convento de San Juan de Dios; encimahay un cuadro grande que se trajo de las Cadenas. Altar de la Purísima a loslados; en el testero, hay dos cuadros grandes: uno con la imagen de JesúsNazareno y otro con la de San Clemente papa, pintado por Juan Esteban; otrocuadro de un santo en oración hay colgado encima del retablo. (Los dosprimeros proceden también de las Cadenas).

Altar de San Juan de Dios, la imagen del santo procede del extinguidoconvento de su nombre.

En el lado de la Epístola se hallan: El altar de San Vicente de Paul con laimagen del santo. Encima un regular cuadro de Santa Águeda y uno deSantiago, el retablo procede de Santo Tomás.

En el testero de la sacristía (puerta de entrada) hay un buen cuadro conSan Joaquín y Santa Ana dando lección a la Virgen niña. Otro retablo y altardel Santo Cristo, de igual procedencia que los anteriores.

En la nave y lado del Evangelio se hallan el altar de Nuestra Señora delas Angustias, el retablo que fue de las Cadenas; encima de él hay unaespaciosa tribuna con baranda de madera. Colateral a este altar, hay unacapilla con un retablo, es de igual procedencia que el anterior y tiene uncuadro de la Inmaculada, y otro pequeño en lo alto que nos parece muyantiguo.

Al lado de la Epístola, hay otro altar con la advocación de San Antonio,cuya efigie procede del convento de su nombre y el retablo que tieneembutidos entre sus labores pequeños cuadros fue de las Cadenas; encimatiene un cuadro de San Ildefonso y sobre él una tribuna igual a la del altar deNuestra Señora de las Angustias. Colateral al anterior está la capilla de lasÁnimas, con un altar cuyo retablo llena un gran cuadro antiguo y de extrañacomposición, pero de regular factura.

El coro ocupa el testero de la entrada a la iglesia y sus laterales. Es unagran tribuna, cuyo suelo es de precioso mosáico de azulejos. Tiene unaadmirable sillería con dos órdenes de asientos; los de primera fila, muy bientallados con medallones y molduras de excelente ejecución, la otra fila másalta con treinta y cinco asientos, en cuyo respaldos están tallados losarcángeles San Miguel y San Rafael, los Apóstoles, los Evangelistas, variosSantos y Doctores de la iglesia, de excelente ejecución; toda obra del citadoAndrés de Valdelvira. A la derecha de la tribuna, está el pequeño órgano que




se trajo del Convento de la Madre de Dios (Cadenas), pues el magnífico quehabía lo destruyeron los franceses.

La sacristía es espaciosa, su bóveda y muros están pintados al fresco configuras y adornos y los escudos del fundador. La ante sacristía que tieneentrada por el patio, está igualmente pintada y en su bóveda, en forma decúpula, se ostentan las gigantescas figuras de los cuatro profetas, Jonas,Geremías, Eliseo y Daniel. Entre las alhajas de esta capilla existe una custodiade mucho mérito y una Cruz parroquial de primorosa labor.

Sin embargo de que en capítulo aparte nos ocuparemos de los hospitales,lo haremos en este lugar del de esta capilla por ser la misma fundación.

Ya hemos citado la escritura hecha por el obispo D. Diego de los Cobos yMolina, que era hermano de Juan Vázquez, fundador del Convento de laMadre de Dios (Cadenas). En dicho documento señaló el prelado sitio paracincuenta camas, treinta para hombres y veinte para mujeres enfermos debubas y no de otro mal, que fueran naturales de Úbeda, y no habiéndolos enella, del obispado, y a falta de una y otro, que sean naturales de estos Reinos.

Consignó que el mayordomo que se nombrare sea clérigo de misa, debuena vida y fama, que no tenga raza de judío ni moro, y ni él ni susascendientes hayan sido castigados ni penitenciados por la Santa Inquisición,para lo cual manda se haga información. Su sueldo será de doscientosducados, que suman setenta y cinco mil maravedises, y cien fanegas de pan,por mitad de trigo y cebada. Que haya dos médicos, los mejores de la ciudad,para la asistencia diaria de los enfermos, que vivan en la casa, y cuyo salariosea de seis mil maravedises a cada uno con obligación de hacer una visitaanual a la botica. Que haya un barbero para sangrar y echar ventosas. Quehaya un boticario y que se le dé aposento conveniente y se le paguen lasmedicinas que ordenen los médicos, y su salario sea de diez mil maravedises.Para asistencia de los enfermos y limpieza del local, que haya seis mujeres, alas que se dará de ración diaria una libra de vaca y libra y media de pancocido, y media azumbre de vino, con cinco mil maravedises cada año desalario. Y que también hubiera un despensero, con una libra de vaca, doslibras de pan y media azumbre de vino, y su salario de seis mil maravedises, yun portero con igual ración y diez mil maravedises de salario.

Para que los enfermos oigan misa, manda se haga una capilla incorporadaal Hospital, conforme a la traza dada por el dicho Valdelvira, y para el



42 Esta cláusula no llegó a cumplirse, ignoramos por qué causas. El obispo Cobos no tiene

estatua en su grande y trascendental fundación.


servicio de la capilla para siempre jamás haya un capellán mayor, docecapellanes, un sacristán, cuatro mozos de coro que sirvan de acólitos,amovibles en los días del fundador, y que después el patrón del mayorazgo noremueva al capellán mayor ni a los capellanes sin causa legítima de la queconozca el obispo de Jaén o su Provisor.

En el artículo 51 manda que además de las misas que ordena, se diga elprimer día de cada mes una misa Muzárabe, como se dice en la iglesia deToledo; y para ello se compre un misal y la diga uno de los capellanes quemejor leyere, la cual se diga acabada la misa mayor. Para este servicioeclesiástico señala los salarios siguientes: Capellán mayor, doscientosducados cada año; a cada uno de los doce capellanes, cien ducados; alorganista, seis mil maravedises; al sacristán, doce mil maravedises; a cada unode los acólitos, seis mil maravedises. De su prebenda por distribucióncotidiana repartida entre todas las horas a la misa mayor, a cada uno de loscapellanes, ocho maravedises; a prima y vísperas, a cada uno, seismaravedises; a tercia, sexta y nona y completas, cuatro maravedises; la otramitad la ganarán rindiendo cada día personalmente una hora.

El artículo 64 manda que el patrono señalará una dignidad y un canónigode la Colegial de Úbeda, que en cada un año, desde el día de San Andrés hastael año nuevo visiten el Hospital y los pobres y tomen la cuenta ante un notario«de nuestra Audiencia al administrador y mayordomo; y que visiten alcapellán mayor, capellanes y sacristán, para que vean cómo se cumple mivoluntad y que estos visitadores reciban cada año mil maravedises».

Manda que en la capilla delante del altar mayor se haga una bóveda, enque sea su cuerpo sepultado, traído de donde quiera que muriese; y queencima de la bóveda se ponga una cama de mármol blanco muy bien labrada,encima su cuerpo retratado vestido de pontifical, hecho del mismo mármol,con letrero alrededor en que diga el día del fallecimiento42 «e si la Señora,nuestra hermana D.ª Leonor de los Covos quisiere enterrarse en la dichacapilla, es nuestra voluntad lo pueda hacer en la dicha bóveda; y al ladoderecho de los pilares de la capilla, se puedan enterrar todos los deudos suyosque quisieran; y al lado izquierdo de los capellanes y administrador, y en lo




demás de la capilla los pobres y oficiales de dicho hospital».En el artículo 71 dice: «queremos que después de nuestros días sea patrón

el ilustre Señor Joan Vazques de Molina, nuestro hermano, Comendador deGuadalcanal y del Consejo de Estado de S. M., y después de sus días su hijomayor, varón de legítimo matrimonio, y así sucesivamante sus descendientes;y a falta de estos, que sean patronos los Canónigos y dignidades de la iglesiaColegial».

El artículo 73 manda que dicho hospital se edifique con la advocación delApóstol Santiago. En el 76 nombró por primer administrador o mayordomo aPedro de Valencia, por gratitud a los servicios que le había prestado; porveedor a Benito Romero y portero a Sebastián Rodríguez, sus criados. Porcapellán mayor nombró a Pedro Becerra, canónigo de Santa María, y a losdemás capellanes, los que servirían las capellanías en siendo ordenados demisa, y en el entretanto las pudieran servir, el dicho patrón nombró a otros ensu lugar después que fuere acabada la capilla.

En el 77 se dice que como al presente solo están comenzadas las obrasdel hospital y capilla, las rentas e intereses que deja, solo sirvan paraacabarlas, y entonces se recibiría el dicho número de pobres y comenzaran aservir los oficios nombrados, corriendo su salario.

Manda en el artículo 78, que se hagan ternos de damasco colorado, negroy amarillo con cenefas bordadas y dalmáticas; una cruz grande de plata deveinte marcos de peso, y que se compre todo lo que sea necesario para el cultodivino.

Sigue dicho documento con la relación de juros, censos y fincas queposeía el obispo y de los bienes que le donó su hermano Juan Vázquez, de lalegítima que le perteneció de su padre en 1556, y los que heredó de la señoraAldonza Perea, su madre, en 1559. Después de esta escritura de fundación,hallándose el obispo en Baeza, hizo su testamento en 29 de julio de 1565, anteel escribano Luis de Estremera, en el que nombró un primer maestro decapilla, con sesenta mil maravedises al año y tres cantores, contrabajo, tenor ycontralto con cuarenta mil maravedises cada uno; y que habiendo otros



43 El primer pensamiento del obispo Cobos, fue acoger e n su hospital a lo s que pad eciesen la

peste bub ónica. Esta enfermed ad era mu y frecuente en a quellos tiemp os en este obispado. Al

médico Alonso de Freylas establecido en Jaén, donde poseía una imprenta para editar sus

obras, se debe un maravilloso libro que trata con gran acierto de la curación del b ubón de la

peste.


hospitales para los bubosos43, sólo se admitiesen en el suyo de otrasenfermedades. Varía algunos capellanes de los que tenía nombrados, y mandaque se enseñe la doctrina cristiana, y que se dé por ello a la persona nombradadiez mil maravedises. También dispone que para siempre jamás se casen en eldía de Santiago cuatro doncellas pobres huérfanas, que sean hijasdalgo de sulinaje, las más pobres que se hallaren, que pasen de quince años, que notengan raza de moro ni confeso; y no habiendo del linaje, se elijan las quefaltaren de la ciudad, doncellas cristianas viejas, dando a éstas en dote cienducados, y a las otras trescientos.

Aún hizo el ilustre prelado, hallándose enfermo en Toledo en 28 de agostodel mismo año, otro testamento por el que legó varias mandas. Fue firmadoeste documento por varios testigos y él no pudo firmar por el grave estado enque se hallaba. En él dejó mandado que el retablo de la capilla y la reja habíande costar hasta seis mil ducados; que en medio del retablo se pusiese unaimagen del Apóstol Santiago, hecha de bulto y encima un crucifijo muydevoto con Nuestra Señora y San Juan a los lados, y en todo lo demás, que sepongan las imagenes que pareciesen a los testamentarios; y que se gasten en elretablo hasta tres mil ducados, y en la reja, que será dorada, otros tres mil.Cumplidas todas las mandas del testamento, deja por heredera universal a laiglesia Colegial de Santa María y fábrica de ella. Pocos días después de hacerel testamento murió el piadoso obispo y fue traído a Úbeda por sus familiaresy depositado en el Convento de la Merced, interín se acababa el edificio de suhospital y capilla.

En 1567 hubo algunas diferencias entre el Cabildo Colegial y el patronoJuan Vázquez y los capellanes sobre algunas cláusulas del testamento, y searreglaron cediendo el Cabildo sus derechos a los bienes, por dos milquinientos ducados, por mediación del juez Andrés Frechel, secretario delObispo, en 1568.

En el año de 1567 se empezaron las obras y se terminaron en 1575, como




consta en la inscripción puesta en el testero de la grandiosa escalera que desdeel patio de que hemos hablado da subida al segundo corredor, donde están lassalas de los enfermos y otras dependencias.

A fines del siglo XVII se hallaba la hacienda del hospital muy mermadapor la baja de los juros y otras causas, y el obispo D. Antonio Brizuelasuprimió dos capellanías y agregó los bienes que dejó el licenciado D. MartínMorata, y dejó sin cubrir otras dos capellanías, quedando ocho capellanes, yvarió los sueldos y suprimió misas, y entre ellas la Muzárabe.

En la visita que en 1715 hizo el obispo D. Rodrigo Marín y Rubio hallóque la hacienda del hospital seguía en mal estado, que se debían muchascantidades y el edificio estaba falto de reparos. En 1759 el obispo D. FrayBenito Marín reformó los estatutos, y en 1570 no había más que seiscapellanes; era mucha la pobreza; se debían al hospital por réditos de lasfincas que se impusieron más de 220.000 reales.

Los capellanes pidieron al Ministro Campomanes se diesen a la capillados retablos de la extinguida Compañía de Jesús, para colocarlos en elcrucero, a los lados del Evangelio y la Epístola, pues sólo había en amboslados un cuadro grande y otros pequeños puestos en la pared desnuda de todoadorno. En sesión de 1./ de Junio de 1767 acordó el Ayuntamiento tomar notade las fundaciones de hospitales y obras pías que estaban sin uso, cuyas rentaseran cuantiosas, y que se fundase un hospital general en el de Santiago, encuyo edificio se podían formar cuarteles y establecer fábricas de algunasindustrias. Parece que por causas que no es difícil conocer, se trató de ocultarel expediente, pero se volvió a tratar del asunto en 8 de agosto, y aun algo sehizo, pues sabemos por referencias que llegaron a establecerse algunos telares.

Parece que por Real Orden de 13 de noviembre de 1820 se pidieron datosal Ayuntamiento, que dio su informe en 16 de enero siguiente, manifestandola suntuosidad del hospital; que sus rentas fueron muchas y que a la sazónestaban en mal estado, que las de los juros no se pagaban, y extendiéndose alestado de otros establecimientos piadosos, concluye la corporación poraconsejar la conveniencia de reunir todos los fondos de estas obras pías en elHospital de Santiago, que tiene espacio para todos los establecimientosreferidos y el del hospital de San Juan de Dios.

En el año 1822 reformó nuevamente los estatutos el obispo D. AndrésEsteban y Gómez, a propuesta del visitador D. Tomás Ruíz Tauste, dejando



44 El celo de l sabio ciruja no, gloria científica de Úbeda D. Joaquín M. Cuadra, ha hecho

de este hospital uno de los más famosos centros de la medicina y de la cirujía moderna.

Será un tributo de justicia poner en este hospilal, el día que el Sr. Cuadra deje de existir,

una inscripción que diga a las generaciones venideras, que si la piedad del obispo Cobos

levantó la fe y la caridad , el talento y el altruism o del Sr. Cu adra levan taron la cienc ia, la

salud y la vida.


tres capellanes y agregando los bienes de las dos capellanías de San Juan deDios, fundadas por D. Alonso de Herrera y D. Juan de Agreda, y el productode otras tres de dicho convento suprimido.

En los años posteriores, efecto de las vicisitudes políticas, fue decayendoeste hospital, al que no le quedó más que un capellán que aún en 1849 vivía:lo era don José San Pedro, al que por sus achaques se le quitó laadministración, que se dio al seglar D. Miguel Almagro, que administraba laBeneficencia.

El obispo de la diócesis, D. José Escolano, declaró pública la Capilla delHospital, que ya había sufrido reformas con la desamortización, y se habíainstalado la casa cuna dependiente de Beneficencia Provincial. Por RealOrden de 8 de julio de 1857, a petición del Ayuntamiento, apoyado por eldiputado a Cortes por Úbeda, D. José Nacarino Bravo, se mandó viniesen parael servicio del hospital cinco hermanas de la Caridad, que fueron aumentadasaños después hasta siete que hay en la actualidad. Se hizo escritura yreglamento con 74 artículos y uno adicional. Fue un gran pensamiento elponer este establecimiento y casa cuna al cuidado de las hermanas de laCaridad, pues su abnegación y celo en el desempeño de su misión, excede atodo encomio.

En la lucha con los franceses a principios del siglo XIX, aquéllas tomaronesta población, y ocuparon el edificio de Santiago convirtiendo su iglesia encuadra para sus caballos; destrozaron y quemaron altares y retablos;destruyeron el magnífico órgano e hicieron otros daños de consideración; porlo que después que se suprimieron conventos y parroquias, se trajeron a estacapilla imagenes y retablos y cuanto se pudo salvar de la destrucción.

En la actualidad este Hospital es uno de los mejores de la provincia; sehan hecho importantes modificaciones en sus vastas dependencias, abriendoventanas en su fachada para aunmentar la luz y ventilación en las grandessalas de los enfermos y otras reformas que la higiene aconseja44.




En la actualidad este establecimiento se sostiene con el importe delinterés del capital de que el Estado se incautó, que asciende a 23.677,71pesetas, viniendo a recibir por trimestres al año 23.144 pesetas 96 céntimos.

Los honrados viejos de la antigua cofradía, se han colocado en esteedificio, y hay un capellán para el culto en la capilla y necesidadesespirituales de los enfermos y sirvientes de la casa.

También se ha establecido recientemente una escuela de párvulos dirigidapor dos hermanas de la Caridad, arreglada a los nuevos sistemas deenseñanza, escuela que está dando unos resultados que son la admiración decuantos visitan este útil establecimiento, en el que aún quedan amplios localesque con alguna reforma podrán utilizarse para las necesidades del porvenir. Eliniciador de la escuela de párvulos, fue el modesto industrial D. BaldomeroPérez Camino, concejal del Ayuntamiento.

Tal es la ultilísima fundación que para honra de Úbeda hizo su ilustre hijoD. Diego de los Cobos y Molina, cuya piedad y celo, admirarán aún muchasgeneraciones. El edificio, los estatutos, lo objetivo y lo sugetivo, lo abstractoy lo concreto, el cuerpo y la idea, todo es en él un microscomo en el pensar yel obrar de la época austera del rey D. Felipe II.

CAPÍTULO IV Las capillas y su fundación Sacra Capilla … · A los lados del retablo se abren...

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