CAPITULO 6

27

description

CAPITULO 6

Transcript of CAPITULO 6

Page 1: CAPITULO 6
Page 2: CAPITULO 6

25 25 “La sangre está

En

Mis venas”

25

Page 3: CAPITULO 6

Por:

Chavo Guetta

Page 4: CAPITULO 6

Segunda Edición

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas

en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización

escrita de los titulares del Copyright la reproducción total o

parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,

comprendidos la reprografía y el tratamiento informativo así

como la distribución de ejemplares mediante alquiler o

préstamos públicos.

Page 5: CAPITULO 6

Chavo Ghetta

Page 6: CAPITULO 6

AGRADECIMIENTO

Primeramente, agradezco a Dios Todopoderoso

por darme la capacidad y la sabiduría para hacer este pro-

yecto una realidad y cumplir uno de mis sueños. Gracias

por hacerme entender lo maravillosa que es la vida.

Agradezco a mi esposa, Lourdes Quintana Cruz,

por cada día luchar como una buena guerrera. Por poner

su mirada y capacidad en este proyecto. Gracias por decir

presente cuando te necesito.

Agradezco también a los que no creyeron en mí.

Que, con sus miradas y comentarios, pensaban que esto

era tan solo una imaginación imposible de alcanzar. Así

que, gracias por sus acciones porque me ayudaron a abrir

una puerta oculta en mi vida con un camino lleno de

bendiciones y cosas maravillosas.

Gracias…

Page 7: CAPITULO 6

CAP 6

−Esta noche necesito que hables con todos los

Cobras sin dejar a uno. Que los espero en la mansión de

Los Fronteras a las diez en punto y el que no esté allí, se

muere. Tú y estos hombres se van conmigo alante,

¿estamos? −le Dijo a Gordo.

−Estamos. ¿Y a ahora, para dónde vamos?

−Dale para la casa.

En el camino, llama a Buzo para encargarle mil quini-

entos kilos, pero Buzo le notifica que quiere hablar con él

frente a frente.

−Dale para donde Buzo primero.

Llegando a la mansión, uno de los trabajadores le dice a

Manny:

−Solo puedes entrar tú nada más.

Entrando a la mansión, lo dirigen frente a Buzo.

−Si no es así, no vienes a verme.

−No seas hablador porque cuando yo salí, rapidito

caí aquí.

−No, mentira, siéntate. Mira Manny, los mil quini-

entos kilos están y hay de más, pero lo que viene pasando

es que yo tengo un trato con Golota y tú sabes que yo soy

un hombre de palabra.

−¿Qué tú quieres decir con eso, que no me los vas

a vender?

−No, sí te los voy a vender, pero los próximos se

los tienes que comprar a Golota.

−Tú sabes que ese cabrón no sirve, y si no te los

compro a ti personalmente, desde hoy se cierran los

negocios contigo.

Page 8: CAPITULO 6

−No seas bruto, llévate esos mil quinientos y te

voy a fiar mil quinientos más en lo que esta noche hablo

con Golota.

−Te voy a explicar algo sencillo. Entiende una

cosa, yo no soy aquel muchacho que una vez vino a

pedirte ayuda y me puse bajo tus órdenes. Ya son muchos

los que tengo enterrados. Al que se meta de frente, se va

apuntando para mi lista. Así que lo que yo tenga con

Golota, es con él y no contigo. ¿Esto quedó claro?

Buzo lo interrumpe:

−Entiendo Manny, pero tú también tienes que

entenderme a mí. Cuando tú caíste preso, Golota consi-

guió unos nuevos contactos que me compran mucho más

de lo que tú me puedes comprar. Además de eso, tú sabes

que esto es negocio y no me puedo casar con nadie.

Ahora, ¿qué vas a hacer? ¿Te los llevas o los dejas?

−Te los voy a comprar, los tres mil kilos. Pero, ya

sabes que mi palabra se mantiene firme.

−Que no se hable más del tema. −y saludándolo,

Buzo llama a uno de sus trabajadores y le da la orden

para que despache la mercancía a Manny.

Al montarse en la guagua, Gordo le comenta que la

mujer de la mansión lo está esperando allí y que no puede

pasar de hoy porque tiene otros que están bien intere-

sados en la mansión.

Manny, al ver la mansión, quedó maravillado, ha-

bló con la mujer y le dijo que se quedaría con ella pero

que había un problema. El problema era que el doctor se

encontraba preso. La mujer le dice que eso no es ningún

problema, que firmara el contrato mientras tanto y se

buscara un abogado para hacer un afidávit. Manny le dice

Page 9: CAPITULO 6

que iba a hacer un trato con ella, que le iba a dar la

primera parte del dinero mientras se resolvía lo de los

documentos.

−Pues como tú quieras. Desde hoy puedes empezar

a mudarte… −dijo la mujer.

La noche calló y Manny se encuentra en la man-

sión de Los Fronteras bebiendo y comiendo en la gran

celebración que hicieron Los Fronteras. Alonso Frontera,

desde lejos, se queda observando a Manny con la inten-

ción de esa noche sacarlo de carrera, pero al ver su

hermano, Pepe Frontera, lo nebuloso que estaba su

hermano, se le acerca y le advierte:

−Este no es el momento. Así que no cometas un

error y ni siquiera intentes dañar lo que planeamos.

Uno de los del grupo de Manny, se da cuenta y

cautelosamente le advierte. Manny se imaginaba que eso

podía ocurrir en cualquier momento…

La hora había llegado de anunciar el pacto que

habían hecho. Pepe Frontera le pide a cada guerrero de

ambos grupos que presten atención diciendo:

−Sobre todas las cosas, quiero darle las gracias a

Dios por dejarnos vivir esta oportunidad tan apreciada

que ambos líderes deseamos paz. Así que esta reunión es

para informarle que Los Fronteras no atacaremos más a

los Cobras. Que el líder de los Cobras, llamado Manny, y

yo, tenemos una palabra que cumplir. Espero que a cada

uno de los que se encuentran esta noche, le quede bien

Page 10: CAPITULO 6

claro. Así que desde hoy, no habrá más guerra entre

nosotros. Manny, escuchando las palabras que decía Pepe

Frontera, decide hacer también una declaración diciendo:

−Como pueden escuchar las palabras de este caba-

llero, son más claras que el agua que ustedes mismos se

beben con su boca. La cual viene siendo, más tarde, su

peor enemigo. Así que no se hable más del tema, pero sí

les puedo asegurar que nosotros nacimos para conquistar

al mundo entero. Que nacimos para darle muerte a los

puercos que no saben caminar derecho en este negocio, y

fuimos creados para la historia. Con esto me marcho. Si

piensan que las guerras en las calles se van a acabar, se

equivocan. Unos caerán y se irán al infierno o al cielo.

Me importa un carajo para donde vayan. Cada hombre

que se encuentra aquí tiene a su familia y si quieren ver a

sus hijos crecer, tendrán que entender esto. Esta vez ire-

mos juntos contra los de Orta y los de Belinda y Golota.

Pausó, luego gritando continuó:

−Y, ¡cualquiera que se meta, sentirá la furia de no-

sotros!

Al salir de la mansión de Los Fronteras, se comu-

nica por radio con su gente preguntándoles que si todo

está en baja. El sujeto le deja saber que hay tres guaguas

nebulosas, pero que no logra distinguir a los sujetos. Les

da una orden de que los detengan hasta que él llegue.

−¿No será la gente de Los Fronteras? −preguntó

Gordo.

−No creo, ese hombre se vio muy decidido con su

plan. Pero de que me va a traicionar, eso dalo por hecho.

−Oye, el que tenía un nebuleo era Alonso Frontera.

Page 11: CAPITULO 6

−Sí, me di cuenta, pero me puse a pensar si esta

gente intenta algo, nos vamos a matar todos juntos.

Manny recibe otro código y el hombre le reafirma:

−Te tengo una sorpresa. Todo está bajo control.

Te esperamos aquí.

Después de varios minutos, llegan al lugar y

bajándose de la guagua, saca su arma y les pregunta:

−¿Con quién fue que hablé?

−Conmigo.

−¿Qué hace esta gente tirados en el piso?

−¿Quieres saber por qué están en el piso? Porque

ahí es donde pertenecen. −concluyó riéndose.

−¿Ah, sí? ¿Para quién trabajan?

−Nada más y nada menos que para Belinda y

Golota, tus queridísimos socios.

−Buen trabajo, pero ahora quiero que te vayas con

tu gente.

Retirándose la primera escolta se queda con la gente de

Belinda y Golota. Aplaudiendo, Manny les replica a los

de Belinda:

−¡Mira qué maravilloso es Dios! Ahora mismo

acabo de salir de una reunión y ustedes son los primeros

puercos que tengo de frente. Voy a hacer algo con

ustedes, ya que estoy de buen humor. Vamos a jugar el

juego del sobreviviente. −le dice a Gordo:

−Dame esa metra. Ahora bien, les pregunto,

¿saben jugar este juego?

La gente de Belinda le responden que no.

−Ya empezamos mal. Que malos jefes ustedes

tienen. Me explico, esto es fácil. Ustedes mueren. Dicien-

Page 12: CAPITULO 6

do estas palabras, Manny y su gente los acribillan. Cuan-

do ya se le acaban las balas, se ríe y les dice:

−Y yo soy el sobreviviente.

Moviéndose del lugar de la masacre, se dirige a la

casa de su abogado. Al ver a Manny, se sorprende y le

pregunta:

−¿Qué tú haces por acá?

−¿Qué tiene de malo visitar a un viejo amigo?

Mira, no te voy a quitar mucho tiempo. Acabo de com

prar una mansión y necesito un pequeño favor.

−Manny, ahora mismo las cosas para mí están muy

malas. Desde que el gobierno cambió y cogí tu caso, las

cosas no me están saliendo muy bien que digamos. Por si

no lo sabías, este año voy a correr para la candidatura de

gobernador y no me puedo envolver con ninguno de

ustedes.

−¡Wow, muy buenas noticias! Pero, no me vengas

con esas baboserías de mierda.

−No son ningunas baboserías. Así que dime, a ver

si te puedo ayudar en algo.

−Tú me ayudas y no vas a tener que gastar de tu

dinero para las campañas. Esto es fácil, necesito que

vayas a la cárcel y que hagas que el Dr. Santiago firme

unos papeles como que él está de acuerdo que se le

entregue el dinero en una fecha indicada que escojas tú.

Haz ese papel y hazme un afidávit que la mansión es mía.

−Ok, pero con una condición. Que no se te ocurra

hacerle nada a ese doctor.

−Está bien, a ese cabrón no le va pasar nada. Con

eso no va a haber problema. Ahora, me voy para no

quitarte más tiempo.

Page 13: CAPITULO 6

Con una sonrisa en su cara, le añade:

−Sabes, me conviene que ganes las elecciones.

Así que te deseo mucha suerte.

−Ni siquiera lo pienses.

Manny, riéndose, se retira.

Al llegar a su mansión, recibe una llamada de

Bellón. Este le notifica que el trabajo está hecho.

−Muy bien. Ahora, ¿con quién quieres que te envíe

el dinero?

−Entrégaselo a mi hermana, Brenda, que ella sabe

qué hacer con él.

−Tengo otro trabajo. ¿Por ahí está el Dr. Santiago?

−No, todavía no lo han subido. A lo mejor lo enví-

en a la neutral.

−Necesito que lo mates.

−Cuenta con eso.

−Para el próximo paquete, te envío lo de siempre y

lo otro es un regalo de mi parte.

−Ok, pero te dejo Manny que ahí viene el guardia.

Después de las buenas noticias que le dio Bellón,

decide estrenar la mansión. Decide hacer una fiesta de

inauguración con los Cobras. Manny decide pasar lista

para conocer a cada uno de su ganga. Se da cuenta que

falta un Cobra, el cual no está registrado en la lista.

Acercándose a él, le pregunta:

−¿Por qué tu nombre no está aquí?

−No sé por qué. Si yo llevo tiempo con ustedes.

−¿Tú sabes por qué tu nombre no está registrado

aquí?

−No tengo idea de qué me estás hablando.

Page 14: CAPITULO 6

−¿Ah no? Pues, para que se te refresque la memo-

ria, yo a ti te envié una orden y tú no la cumpliste. Mira a

ver si ahora te acuerdas.

−Lo siento, Manny, pero ese día no pude asistir a

esa reunión tan importante. Tenía al hijo mío muy enfer-

mo.

Manny les dice a todos los Cobras que salgan al patio.

Le dice al hombre que él también salga. Se dirige a su

cuarto y saca una escopeta recortada ya que no quiere

ensuciar la que carga. Sale al patio y llama al hombre y le

dice:

−Ponte de rodillas.

Rápidamente le dice a su gente:

−Quiero que presten atención a mis palabras por-

que esto va para cada uno de ustedes.

El hombre, suplicándole por su vida, interrumpe a Ma-

nny. Y Manny, con un tono muy alterado, les dice:

−Ustedes ven qué clase de guerrero tengo. Basura

como éste son los que nos hunden.

Volteando la escopeta, lo manda a que se pare y le hace

un disparo en una de las piernas. El hombre, cayendo al

piso, se revuelca como un loco. Manny comienza a reírse

y le patea la cara, haciéndole otro disparo en la cabeza.

Después de lo ocurrido, Manny se queda mirando

los sesos del hombre. Viendo cómo la sangre corre, se

recuerda cuando encontró a su padre todo ensangrentado.

Le dice al hombre muerto:

−Hoy, no fue tu día, hoy fue el mío. Pero, puede

ser que en varios años nos encontremos de frente y seas

tú el que me mate en otra vida. −concluyó riéndose.

Llamando a Gordo, le dice:

Page 15: CAPITULO 6

−Llévatelo y tíralo al frente de su casa para que la

familia no se asuste y piensen que lo secuestraron y lla-

men a la policía.

Gordo le sugiere:

−Mejor vamos a enterrarlo.

Saca su 45 y se la pone a Gordo en la frente y le grita:

−¡Haz lo que yo te diga ahora o tú serás el próximo

que se va!

−Está bien, tranquilo. Baja esa pistola, me lo llevo

ahora…

Al otro día se encuentra en Puerto Rico con Goico,

haciendo unos negocios. Recibe una llamada de Bellón.

Manny contesta diciéndole:

−¿Ya está eso Bellón?

−De eso mismo es que te quiero hablar.

−¿Qué pasó? No me digas que lo enviaron a otra

cárcel.

−No precisamente a él, pero a mí sí. Creo que no te

voy a poder hacer el trabajo. Lo lamento mucho.

−Y, ¿por qué te van a trasladar para otra cárcel?

−Esto es debido a la muerte de Chapa y su gente.

Aunque no hay prueba, somos los primeros sospechosos.

−¿Quién se va a quedar corriendo el módulo?

−Por ahora, no sé porque a todos los están movi-

endo y los que quedan, no tienen mucho futuro de sobre-

llevar esta responsabilidad.

−El hermano de Goico, ¿tú puedes pedir que lo

trasladen?

−De ese asunto no te doy muchas esperanzas.

Page 16: CAPITULO 6

−¿Por qué?

−Ese hombre lo tienen en el calabozo desde que se

formó el motín por la muerte de Junito.

−¿Tú tienes mucho dinero ahí?

−Tengo todo el cuadre y parte de mis ganancias.

−Muy bien. Mira, lo que vas a hacer es coger y

hablar con el guardia que te pasa la droga. Le vas a

entregar todo el dinero que tengas y le dices que el jefe

tuyo se lo va a multiplicar. Le dices que lo único que

tiene que hacer es trasladar al hermano de Goico.

−Está hablado.

−Ok, cuídate.

Dos semanas después logra lo que quiere. Al

trasladar al hermano de Goico, fue una preocupación

menos, ya que el guardia decidió aceptar la oferta de

Bellón. Trasladaron al Dr. Santiago al módulo 15 y se lo

entregaron en bandeja de oro al hermano de Goico.

Santiago va rumbo a las garras de la muerte. Un policía

lo llevaba esposado mientras Santiago gozaba cantando

una canción de amor que le había dedicado a su esposa

en su aniversario. El guardia, llegando a la celda del

hermano de Goico le dice, molesto:

−No te preocupes cabrón, que ahora vas a cantar

hasta por el culo.

Santiago ignora la policía. La celda se abrió y

Santiago entró. Inmediatamente se volteó al cerrar los

barrotes. Llevó sus manos a los barrotes y las sacó por

un pequeño hueco. El oficial le quitó las esposas. Des-

pués del guardia haberse marchado, Santiago se presentó:

−¿Qué tal? Linda celda. Soy Santiago. Supongo

que ya sabrás de mi.

Page 17: CAPITULO 6

El hermano de Goico estaba fumando un cigarrillo en la

cama de arriba y le dijo:

−Pues fíjate que no sé un carajo de ti y gracias por

alabar mi celda. ¿Por qué estás aquí?

−Asesinato, pero muy pronto me largo de esta

basura.

−Muy bien pensado. Esa es la actitud que necesi-

tamos nosotros.

Se bajó de la cama, metió su mano debajo de su almoha-

da y sacó una navaja aproximadamente un pie de largo,

muy afilada, la cual se la había enviado el primo de

Gordo con el mismo policía que lo había trasladado.

Santiago estaba sentado en la cama agachado y quitán-

dose los zapatos. Estaba totalmente inconsciente de la

puñalada en el cuello que recibió. Luego recibió ocho

corridas en su abdomen y cinco en su corazón. Veinte

minutos después, pasó el oficial y le dijo:

−Ya mismo envío a alguien de confianza para que

se lo lleve.

−Sí, date prisa porque el olor a sangre me pone

mal…

Después de la muerte del Dr. Santiago, Manny

decide eliminar a la mujer y le quita el dinero que le

había dado.

Una semana después de haber tenido tantos logros,

Manny y sus nuevos colegas reciben una visita inespe-

rada en su nuevo hogar. Uno de los trabajadores, le

informa que afuera de los portones se encontraba Buzo y

su gente. Manny le da la orden de que lo dejen pasar. Al

encontrarse Buzo de frente con Manny, le exclama:

Page 18: CAPITULO 6

−¡Por lo que veo, el banco se está jartando contigo!

Ya veo que te está yendo muy bien.

Y caminando unos pasos, Manny le pregunta:

−¿Quieres tomar algo?

−No te preocupes que no me voy a quedar mucho

tiempo. Nada más quiero saber cómo adquiriste esta

mansión.

Al escuchar las palabras de Buzo, Manny se echa a reír

hipócritamente.

−Te voy a decir algo. Si estás pensando que yo

tuve que ver algo con la muerte de Santiago, estás

apuntando mal. Así que trata de informarte mejor la

próxima vez y no me vengas con esas mariconadas.

−Santiago era un viejo amigo mío y te lo puedo

asegurar que el que lo hizo, lo va a pagar con su vida.

−Oye Buzo, yo entiendo que el hombre era socio

tuyo, pero ya es tarde para tu reproche. Con el respeto

que siempre te has merecido de mi parte, si lo apreciabas

mucho como dices, ¿por qué lo dejaste solo allá adentro?

¿No será porque eres tú el que quería esta mansión?

−A mí no me hace falta este ranchón porque,

¿sabes algo?, tengo dinero para ir al mismo infierno y

comprarle al mismo diablo sus cuernos. Así que ya de

una vez que estoy aquí, aprovecho para decirte que no te

trates de pasar de listo porque todavía estás joven y

puedes llegar a tener mucho éxito. Y un consejo de un

viejo como yo no va mal. No cruces líneas que no te

pertenecen si quieres llegar a hacer como yo.

Manny, furioso, restrilla la mesa y se le para de frente

diciendo:

Page 19: CAPITULO 6

−Pues sí te puedo garantizar algo, que al único

hombre que yo admiro ha sido a mi padre y lo de la línea,

no te preocupes por eso porque no voy a ser yo quien

cruce la línea. Ahora te digo yo a ti: no va mal un consejo

de un hombre que creció sin familia. Un hombre que juró

vengar la muerte de su familia y cada día que pasa, el

agua se aclara más. ¡Qué lástima! Ya me tengo que

retirar. Acuérdate de algo muy importante, cuida tus

pasos bien, que no seas tú el que cruce las líneas y en una

de esas líneas tu dinero no te ayude. Y, acuérdate, la

sangre de mi padre está en mis venas.

Después de ese gran momento inesperado, Manny

decide hacer un viaje a Minnesota para poner sus puntos

claros con Franco y los demás, dejándole saber que el

asunto de Bimbo está sumamente delicado, pero de todas

formas, lo acepta. Al Franco escuchar que de la boca de

Manny sale la respuesta esperada, lo felicita y le dice:

−Yo sabía que podía contar contigo. Ahora quiero

que nos digas cuánto sale esa cabeza de cerdo.

−Cinco de los bien grandes. No sé si Goico te dijo

pero quiero que tengan muchos ceros.

Se echa a reír y continúa diciéndole:

−¿Ustedes están consciente de lo que viene?

−Tú solamente preocúpate de hacer tu trabajo bien,

que de lo demás nos encargamos nosotros. Así que no se

hable más del tema y aquí tienes cinco de los bien

grandes como te gustan. La otra parte te la entrego

cuando el trabajo esté hecho. −dijo el hombre el cual

Manny no conocía.

Page 20: CAPITULO 6

−Muy bien, está hablado. Ahora si me disculpan,

me voy retirando.

Parándose de la mesa, J23 le pregunta:

−¿Por qué tanta prisa, Manny? Relájate que te

quiero enseñar un material que me llegó.

−¿Dónde lo tienes?

−Lo tengo muy cerca de aquí. Sígueme.

Al salir afuera de la mansión, se encuentran de frente con

Génesis. Manny se le queda mirando, se sonríe con ella

y ella le devuelve la sonrisa. Manny le dice:

−Todavía estoy esperando conocernos mejor.

−Por mi parte no hay ningún inconveniente. Tú

eres el que se ha olvidado de mí.

−No digas eso. ¿Cómo me voy a olvidar de un

ángel caído del cielo?

En esos momentos recibe una llamada y se ve obligado a

contestarla. Le dice a Génesis:

−Con el permiso que tengo que contestar esta

llamada.

Génesis, desilusionada se retira.

−Dime Gordo.

Gordo le informa que Pepe Frontera quiere hablar con él.

−Dile que esta noche lo veo. O si no, tan pronto

llegue a México, me doy la vuelta por allá.

Enganchando, se monta en la limosina de J23. Por el

camino, J23 le dice:

El hombre que te entregó el dinero es el papá de

Génesis. Ese hombre no te suelta de la boca. Dice que

quiere hacer muchos negocios contigo; que tú eres el

camino a la eternidad y como están las cosas, te conviene

a ti y a nosotros.

Page 21: CAPITULO 6

−A mí me conviene por un lado, como tú dices.

Pero por el otro, tengo demasiados problemas en México.

−¿Por qué no vienes a vivir acá?

−¿Tú eres loco? Si esto por acá está igual o peor.

El chofer, interrumpiendo, le avisa a J23:

−Jefe, llegamos.

En esos momentos, J23 recibe una llamada y se aparta de

Manny. Al terminar la llamada, le dice:

−El Pinto quiere que te lo lleves todo, si te

interesa.

−Y, ¿quién es El Pinto?

−Nada más y nada menos que el papá de Génesis.

¿Ahora entiendes por qué te conviene estar acá?

−En ese caso tengo que pensar bien las cosas.

Además de eso, tengo unos planes en México que no

quiero echar a perder.

−Si esa es tu decisión, especialmente yo te la

respeto.

Abriendo las puertas del almacén, J23 le enseña el

cargamento y Manny se queda asombrado por la cantidad

que hay y le comenta:

−¡Me lo llevo todo!

−Y, ¿por dónde lo enviamos? ¿Por la ruta vieja?

−No, esa está muy caliente. Lo que vamos a hacer

es enviar un cargamento liviano por la ruta de Buzo.

Éste lo envías por la ruta mía.

−Está todo hablado entonces. Espera mi llamada

esta semana.

Después que Manny salió de los Estados Unidos,

se dirigió a Puerto Rico para encontrarse con Goico, el

Page 22: CAPITULO 6

cual lo recogió en el aeropuerto. En el camino hacia la

mansión de Goico, Manny le pregunta:

−¿Cómo te ha ido acá en Puerto Rico? Tengo

entendido que estás viviendo en la Isla del Encanto.

−Tú mismo lo has dicho, Manny. Quien viene

aquí no da vuelta atrás. Aquí tengo todo lo que necesito,

un buen sol, belleza de las boricuas y tranquilidad. La

única preocupación que tengo es que estoy haciendo

tanto dinero que no sé dónde guardarlo.

−¿Qué pasa con los bancos? Esa gente te pueden

brindar un buen servicio y cómodo.

−Los bancos empiezan bien a lo primero y cuando

tú le das más y más, empiezan a subir los intereses. Yo

no estoy para perder mi dinero.

−Desviándome un poco del tema, Goico, ¿cómo

está corriendo el material nuevo?

−Eso ha sido un palo como dicen los boricuas. Un

pal de cargamentos y seré el dueño de toda esta isla tan

bella.

−Tú mejor que nadie sabes que eso es imposible.

Por ahora no tienes guerra con nadie, pero cuando

empieces a quedarte con los puntos, verás que esa gente

te brincará encima. −dijo Manny riéndose.

−¡Qué va a ser! Si tú sabes que yo soy un guerrero

en esto. Ya que estamos hablando de esto, necesito un

favor tuyo bien grande.

Manny se ríe de nuevo y Goico continúa diciéndole:

−¿De qué te estás riendo si todavía no te he dicho

lo que quiero?

−Tú eres un fregado. ¡Se te olvidó cuando te

necesitaba allá en México!

Page 23: CAPITULO 6

−No me digas que tú vas a seguir con lo mismo.

Y prende un tabaco mientras le dice:

−Toma, date varias cacha a ver si se te olvida.

−Esto va a ser un punto a mi favor. Con esto yo

pienso mejor y tú lo sabes.

−No Manny, fuera de broma. Necesito que me

envíes un grupo bastante grande de confianza.

−¿Tú eres loco? Me estoy quedando sin gente y tú

me estás pidiendo. No vaciles. Eso mismo vine a pedirte,

gente de confianza que estén dispuestos a dar la vida.

−Cuéntame, ¿la guerra que llevas con Belinda y

Golota, no te está yendo muy bien?

−Aquí hay algo raro. Desde que hice el pacto con

Los Fronteras, he estado perdiendo muchísima gente.

−Me cuentas ahora.

Entrando por los portones de la mansión, Goico encuen-

encuentra a uno de sus hombres sentado y le dice:

−¡Qué bonito! Yo no te pago por estar sentado.

¡Ponte a hacer tu trabajo antes que te meta un balazo en

la cabeza!

El hombre responde:

−Patrón, fue que me senté un momento.

−¿Ah sí? En un momento tu vida puede visitar el

paraíso o el infierno. Tú escoges.

−Patrón, eso no va a volver a suceder.

Goico, molesto, se baja de la guagua con su pistola en la

mano. Al Manny ver a Goico fuera de control, también se

baja, metiéndose entre medio. Le dice:

−Cálmate. El hombre te está diciendo que no va a

volver a suceder. Móntate que yo hablo con él.

Manny, dirigiéndose al hombre, le asesora:

Page 24: CAPITULO 6

−Tienes suerte que estoy aquí. La próxima, no vas

a tener tanta suerte.

Montándose en la guagua se dirigen a la mansión. En-

trando en ella, Goico le dice:

−Sígueme, que te quiero enseñar el laboratorio.

−No vaciles conmigo.

−Observa.

Pasando la tarjeta secreta, se abren las puertas y Manny

comenta:

−Estás cometiendo un error. ¿Cómo vas a tener un

laboratorio en tu casa? Estás poniendo en riesgo a tu

familia.

−Tranquilízate, esto aquí no está a nombre mío y

mi familia no visitan esta mina. Ahora bien, lo que tengo

detrás de esa pared, me dura de dos a tres semanas. ¿Qué

puedes hacer por mí?

−¿Tienes suficiente dinero?

−Si te dije que estoy haciendo tanto dinero que no

sé dónde guardarlo.

−Si estás haciendo tanto dinero, ¿por qué no te

quitas como lo tenías planeado?

−¿Por qué no te quitas tú?

−Tú sabes que no puedo hacer eso ahora, pero sí te

garantizo que la única persona que puede sacarme, se

llama Génesis.

−¡Escúchalo Dios! Vente, sígueme.

Caminando hacia la parte más alta que tiene la mansión,

toman asiento. Goico le sirve un trago y enciende otro

tabaco de marihuana. Le comenta:

−Tú ya debes saber que esa joven es la hija del

Pinto.

Page 25: CAPITULO 6

−Yo lo sé, pero a su hija yo le gusto y si él trata de

impedirlo, se muere, así de sencillo.

−A ti parece que la marihuana te está dañando el

cerebro.

Ambos se echan a reír y Manny dice:

−Esa mujer me tiene loco.

−Sí, ya lo veo.

−El problema de esto es que la mujer es cristiana.

−En ese lado, está bien. Tienes un punto a tu favor

que visites el cielo. Pero, ese no es el problema. Cuando

el Pinto se entere, te lo va a advertir una sola vez, que no

te quiere ver con su hija. Si no haces caso, a la próxima te

manda a matar, antes de que tú lo mates a él. Otra cosa,

para llegar a ese hombre, es bien difícil.

−Acuérdate Goico, nada es difícil para Manny.

Ambos se ríen.

−Mejor sígueme contando. ¿Por qué estás perdien-

do tanta gente?

−Yo no sé, pero como te dije horita. Desde que

hice el pacto con Los Fronteras, me están bajando a los

más duros y me estoy sospechando algo. Ese maldito

perro quiere dejarme sin gente para luego aplastarme

como una cucaracha.

−En esa situación, no te puedo dar de mi gente. Lo

único que puedo hacer por nosotros es viajar a varios

sitios como África, Colombia y otros lugares más. Tú me

dices y cuando sea, salimos a reclutar par de sicarios.

−Esa es buena. Tan pronto yo tenga todo listo, te

llamo. Ven acá, me dijiste que de dos a tres semanas se te

acaba el material.

−Así mismito como lo escuchaste.

Page 26: CAPITULO 6

−Ah pues bien. Estoy esperando una llamada de

un hombre. Tan pronto él me llame, me comunico conti-

go y cuadramos la ruta.

En esos momentos, por los portones, Manny ve que

vienen entrando una fila de carros. Al llegar al frente de

la mansión, Manny saca el arma que le había dado Goico

por la seguridad del.

−Guarda esa pistola, que aquí está todo bajo con-

trol.

Caminan hacia la baranda del balcón y Manny le pregun-

ta:

−¿Quiénes son esas mujeres tan preciosas?

−Mejor vete poniéndote cómodo porque esas bori-

cuas te van a hacer pedazos...

Page 27: CAPITULO 6