CAPITULO 1

“El dilema del Caballero”

Mi mayor dilema ha sido el dejarme afectar muy rápidamente por el ¿qué dirán? A veces este problema hace que aún yo sabiendo que tengo la razón cambie mi visión por pensar que esta no es de agrado para los demás atrayendo a mi vida inseguridad y baja autoestima. Yo considero que este problema para mí se desencadeno debido al rechazo que recibí desde pequeña de parte de mi padre, el siempre que se refería hacia mí lo hacía de forma grotesca, con críticas y ausencia de cariño. Esto a medida de los años era muy recurrente, pues mi relación con él no fue la mejor. He escuchado a menudo que los grandes problemas con difícil solución tienen una raíz que empieza desde nuestra niñez y que para lograr arraigarlo de nuestras vidas es necesario recordar el pasado con valentía y sanar dichas heridas. Yo hace tres años empecé a hacerme un estudio interior, gracias a las indicaciones dadas en el libro proyecto de vida que tuve la oportunidad de leer, siempre me he destacado por ser una persona que desempeña un papel de líder, soy consciente que poseo muchas capacidades y habilidades y que lo que me propongo con lucha, motivación y de la mano de Dios lo logro; pero también analicé que este problema traía a mi vida falta de seguridad y baja autoestima.Para afrontarlo trato de ver en mí, mis grandes triunfos y sentirme orgullosa de ellos, pensar que aunque pueda existir este problema yo he sido lo suficientemente valiente para seguir y lograr mis proyectos. A diario leo frases motivadoras y libros de este mismo género, me rodeo de personas que me quieran y quieran verme progresar y con respecto a mi papa, trato de entender el porqué de sus actos y no le guardo ninguna clase de rencor. En estos días leí algo muy importante de un psicólogo que sigo en una red social y dice:

CAPITULO 2

“En los bosques de Merlín”

Si considero que la comunicación con mis seres queridos es suficientemente estrecha e idónea porque son ellos las personas en las que más confío, y siempre han estado allí apoyándome en los momentos difíciles por los que he pasado y son los más felices y entusiasmados cuando he obtenido los logros en los que me proyectado, han sido participes de todo lo bueno en mi vida.

Para mí la familia es el núcleo de todo, son las personas que te motivan a mejorar como ser humano, son aquellos seres que siempre van a estar allí pase lo que pase, ellos me alientan y me inyectan de buena energía para seguir adelante; yo considero que para ellos ha sido reciproco, pues intento en lo más posible de mi ser ayudarlos en lo que necesiten, escuchar sus preocupaciones, problemas o dificultades y buscar posibles soluciones a estas. Y siento que cuando ellos obtienen sus metas parecieran ser las mías propias.

A diario los visito y es importante para mi así sea una vez al mes la integración familiar, por ello suelo recogerlos a todos en la camioneta y llevarlos a un rio un fin de semana y compartir espacios de recreación todo con el fin de afianzar mas nuestros lazos familiares e inculcarles a las siguientes generaciones la importancia de la unión familiar.

CAPITULO 3

“El sendero de la verdad”

De mi familia suelo esperar siempre lo mejor, pero de los demás no. He tenido decepciones con amigas en particular con una gran amiguita, siempre valore su amistad, e hice lo que estuviera en mi alcance para ayudarle cuando necesitaba de mí, la consideraba como parte de mi familia, aun sabiendo que yo para ella no tenía el mismo significado. Ella nunca exaltaba mis logros, ni me decía palabras motivadoras, todo lo contrario a lo que yo era con ella. Mi esposo siempre veía eso pero yo la estimaba tanto que no le daba la importancia a esa manera de ser, hasta que llego el día que abrí los ojos literalmente, y yo que acostumbraba a contarle mis proyectos solo recibí de ella palabras de desaliento.

Descubrí que ella no quería par mi lo mismo que yo si deseaba para ella, y que mis triunfos para ella le eran molestos, me aleje de ella, y con el tiempo fui dándome cuenta que lo que mi esposo o los demás que siempre habían visto sus actos de ella para conmigo no eran sinceros.

CAPITULO 4

“el castillo del silencio”

Si suelo escucharme yo misma, y más cuando sé que estoy cometiendo errores, no puedo tapar el sol con un dedo, y si me equivoco soy lo suficientemente valiente para enfrentar mi error e intentar remediarlo.

Cada anochecer antes de dormir me veo en la necesidad de cuestionar el que hice o deje de hacer en el día, con las ganas de que al día siguiente lo pueda mejorar o remediar. Soy consciente del gran uso y fuerza que tienen las palabras y que más que uno mismo para saber si lo que haces con tu vida está bien o mal hecho, claro está que esto depende si tú mismo no te quieres engañar.

Cuando esperas más de las personas, mezclando tus sentimientos y ellas no te pagan como esperabas, se siente una gran tristeza y decepción. Esto no quiere decir para mí que todas las personas son iguales y siempre van a actuar de la misma manera; de pronto esto sí ha hecho en mí, que no me abra tan rápido a una amistad, y que al contrario me tome su tiempo para ver con actos que tan sinceras son las personas.