Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se...

21
José Luis Suárez Domínguez * y José Fernando Alarcón González ** Recepción: 13 de agosto de 2014 | Aprobación: 18 de febrero de 2015 Capital cultural y prácticas de consumo cultural en el primer año de estudios universitarios La Universidad es un espacio en el cual convergen distintos procesos de socialización, valoraciones del mundo social y académico, así como construccio- nes sobre la importancia que tienen las dinámicas de consumo cultural de los estudiantes. Las disciplinas académicas a las cuales se incorporan los estudiantes regulan esas dinámicas de consumo cultural, hacien- do que el capital cultural que las definía se convierta en una variable de menor capacidad explicativa durante el primer año de estudios universitarios. De esta for- ma, mientras algunas disciplinas valoran altamente el consumo cultural, otras le dan una importancia peri- férica o lo desplazan a un plano más externo con rela- ción a la propia universidad. En este sentido, la ofer- ta cultural de la ciudad, así como el predominio que tiene el denominado consumo de cultura popular, se convierten en los principales contextos en los que los estudiantes invierten parte de su tiempo. Palabras clave: Palabras clave: disciplinas académicas, estudiantes, prácticas culturales, universidad. Cultural capital and cultural consumption in the first year of university studies University is a space in which different socialization processes, assessments of social world and academia, as well as constructions on the importance of the dy- namics of cultural consumption of students converge. Academic disciplines to which students are incorpo- rated regulate these dynamics of cultural consump- tion, making the cultural capital that used to define them, a variable with a less explanatory power in the first year of university studies. us, while some dis- ciplines highly value cultural consumption, others give it a peripheral importance to it or move it into a more external space with respect to the University. In this sense, the cultural offering of the city, as well as the dominance that the consumption of the so-called popular culture, has become the main contexts in which students invest part of their time. Keywords: academic disciplines, students, cultural practices, university. * Investigador del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana y académico en los programas de maestría y doctorado del mismo instituto. México. CE: [email protected] , [email protected] ** Académico en la Universidad Veracruzana, adscrito a la Facultad de Idiomas. Estudiante del programa de Doctorado en Investigación Educa- tiva del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana. México. CE: [email protected] , [email protected]

Transcript of Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se...

Page 1: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

� José Luis Suárez Domínguez* y José Fernando Alarcón González**Recepción: 13 de agosto de 2014 | Aprobación: 18 de febrero de 2015

Capital cultural y prácticas de consumo cultural en el primer año de estudios universitarios

La Universidad es un espacio en el cual convergen distintos procesos de socialización, valoraciones del mundo social y académico, así como construccio-nes sobre la importancia que tienen las dinámicas de consumo cultural de los estudiantes. Las disciplinas académicas a las cuales se incorporan los estudiantes regulan esas dinámicas de consumo cultural, hacien-do que el capital cultural que las definía se convierta en una variable de menor capacidad explicativa durante el primer año de estudios universitarios. De esta for-ma, mientras algunas disciplinas valoran altamente el consumo cultural, otras le dan una importancia peri-férica o lo desplazan a un plano más externo con rela-ción a la propia universidad. En este sentido, la ofer-ta cultural de la ciudad, así como el predominio que tiene el denominado consumo de cultura popular, se convierten en los principales contextos en los que los estudiantes invierten parte de su tiempo.

Palabras clave: Palabras clave: disciplinas académicas, estudiantes, prácticas culturales, universidad.

Cultural capital and cultural consumption in the first year of university studies

University is a space in which different socialization processes, assessments of social world and academia, as well as constructions on the importance of the dy-namics of cultural consumption of students converge. Academic disciplines to which students are incorpo-rated regulate these dynamics of cultural consump-tion, making the cultural capital that used to define them, a variable with a less explanatory power in the first year of university studies. Thus, while some dis-ciplines highly value cultural consumption, others give it a peripheral importance to it or move it into a more external space with respect to the University. In this sense, the cultural offering of the city, as well as the dominance that the consumption of the so-called popular culture, has become the main contexts in which students invest part of their time.

Keywords: academic disciplines, students, cultural practices, university.

* Investigador del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana y académico en los programas de maestría y doctorado del mismo instituto. México. CE: [email protected] , [email protected]

** Académico en la Universidad Veracruzana, adscrito a la Facultad de Idiomas. Estudiante del programa de Doctorado en Investigación Educa-tiva del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana. México. CE: [email protected] , [email protected]

Page 2: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

43Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

Capital cultural y prácticas de consumo cultural en el primer año de estudios universitarios

� José Luis Suárez Domínguez y José Fernando Alarcón González

Elementos teóricos del problema de investigación

Este artículo plantea una aproximación a las prácticas de consumo cultural de los estudiantes en el primer año universitario, quienes se han convertido en sujetos de investigación en distintas dimen-siones (culturales, políticas, sociales, académicas, de prácticas juveniles). La literatura especializada en los estudiantes es cada vez más amplia (De Garay, 2004; Torenbeek et al., 2010; Guzmán y Sauce-do, 2007; Guzmán y Serrano, 2011; Weiss, 2012). Una forma de observarlos es a partir de su condición de actores sociales ya que dentro de diversos contextos, uno de ellos el universitario, muestran cier-ta heterogeneidad en sus modos de comportamiento, se apropian de diferentes símbolos y códigos culturales, a través de múltiples procesos de socialización, la pertenencia a grupos diversos, o bien, mediante ciertas prácticas de consumo cultural.

Las opciones que los estudiantes tienen para llevar a cabo sus prácticas de consumo cultural reflejan la diversidad y la complejidad de los escenarios escolares y extraescolares, pero también las capacidades y disposiciones de ellos hacia las prácticas culturales. En la sociología de Bourdieu (1995), tales disposi-ciones son los resultados de un habitus, construcciones sociales adquiridas en torno a un conjunto de acciones. Es decir, las prácticas de consumo cultural en los estudiantes universitarios no han de obser-varse como expresiones aisladas de la acción social de estos sujetos, sino como el resultado de adquisi-ciones previas, orientadas hacia aquello que se considera valioso o en lo que vale la pena invertir.

Desde otras coordenadas teóricas, Berger y Luckman (1972), señalaban la importancia que tienen la socialización primaria y la socialización secundaria como dos etapas constitutivas de la construcción social de la realidad de los individuos. Los sujetos aprehenden el mundo como rea-lidad significativa y social, internalizan acontecimientos objetivos que expresan significados para ellos en la medida en que son una manifestación de los procesos subjetivos de otros. De esta forma, los sujetos comprenden el mundo en el que viven y lo apropian porque también comprenden el mundo en el cual los otros viven. Mediante la internalización, los sujetos son capaces de compar-tir, entonces, el mismo mundo y definirlo recíprocamente (Berger y Luckman, 1972: 164-165). Las dinámicas de consumo cultural siguen esta lógica, forman parte del conjunto de prácticas que los sujetos comparten con otros, y constituyen el mundo social al cual ellos pertenecen.

Page 3: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

José Luis Suárez Domínguez y José Fernando Alarcón González

44 Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

Las dinámicas de consumo cultural pueden observarse desde estas dos etapas de socialización. En la socialización primaria, se identifican los patrones de consumo cultural de los estudiantes universitarios, objeto de nuestro estudio. Cabe plantearse cuáles son las prácticas culturales que definen a estas poblaciones, en qué medida o con qué frecuencia éstas se llevan a cabo, y qué na-turaleza tienen. En la socialización secundaria entran en juego las instituciones escolares a las que dichos estudiantes asisten, en las cuales, como espacios de socialización, es posible encontrar una producción cultural de cierta relevancia.

En la amplia literatura acerca de la relación entre las características de los estudiantes y las carac-terísticas de los establecimientos escolares, una de las hipótesis más estudiadas es aquella que define al origen social como uno de los factores de mayor peso a la hora de explicar los desempeños de los estudiantes dentro del espacio escolar.

Cuando Bourdieu y Passeron (1985) establecieron que el origen social se traduce como el des-tino de los estudiantes en la escuela, se abrió una discusión sobre la importancia de la familia, las interacciones sociales y las prácticas culturales como variables que diferencian a las poblaciones estudiantiles en contraposición con las perspectivas que preconizan la influencia de los ambientes escolares en el comportamiento estudiantil.

En este punto de la argumentación tomamos una posición que orienta la lectura de los resultados de investigación en este trabajo. Creemos que las diferencias en las prácticas de consumo cultural pue-den explicarse, al menos inicialmente, desde el origen social; sin embargo, las instituciones escolares tienen cierta capacidad para modificar tales prácticas. Adoptamos la idea de que tanto las diferencias de orden social como las dinámicas de socialización de los estudiantes dentro de la universidad apor-tan elementos que definen la orientación del consumo cultural. En cierto modo, la perspectiva plan-teada constituye la base del problema de la investigación, el cual comenzaremos a construir a partir de la primera aproximación al concepto de consumo cultural, los tipos que se pueden identificar, así como la relevancia de dicho consumo en el ámbito de las instituciones universitarias.

Las dinámicas de consumo cultural

Sobre el análisis de las dinámicas de consumo cultural se generó un debate a partir de las diferen-tes tradiciones académicas que han abordado este tema. Ya desde el inicio del siglo XIX teóricos e intelectuales de áreas del conocimiento como la filosofía, la historia, la psicología, la antropología o la sociología, plantearon preguntas alrededor de la cultura de la sociedad, sus estratos y su con-sumo. Estas preguntas dieron lugar a enfoques teóricos y conceptos que aún siguen vigentes. El punto principal en el debate se ha centrado en cómo y bajo qué argumentos se clasifica y valora la producción, participación y consumo de los eventos y productos culturales de los sujetos según su condición social.

Una clasificación vigente, incluso a pesar de considerarse controversial entre los autores que tratan el tema del consumo cultural, deriva de una tradición sociológica conservadora con sus teorías acerca de la sociedad de masas. Esta tradición tuvo su origen a finales del siglo XIX en el Reino Unido con au-tores como John Ruskin, Matthew Arnold o William Morris (Martín, 2009) y continuó en los Estados Unidos en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial con sociólogos tales como Edward Shils, Dwight MacDonald, Daniel Bell y, más recientemente, con George Ritzer (Storey, 2002).

Page 4: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

Capital cultural y prácticas de consumo cultural en el primer año de estudios universitarios

45Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

Estas tradiciones diferencian a la cultura de élite, o también llamada alta cultura, del resto de las manifestaciones culturales, denominadas todas ellas como cultura popular moderna. El origen de esta diferenciación se ubica a partir de la “democratización” de los productos y las ofertas culturales, y de que las clases sociales media y baja comenzaron a tener acceso a la educación formal y a algunas tecnologías. Esta diferenciación fue el resultado de un esfuerzo de las élites letradas por mantener su hegemonía, ya no desde la posesión de bienes materiales o de dominios del conocimiento, sino a partir de la producción, consumo, posesión y valoración de ciertos productos y eventos culturales.

Es preciso señalar que si bien se ha diferenciado a la cultura de élite o alta cultura de la cultura popular moderna, sobre esta última existen al menos un par de subclasificaciones a partir del ori-gen y el sentido positivo o negativo que puedan tener. Bouza (1998), Eco (1993), Lobeto (2000) y Ve-lasco (1992), se refieren a dos tipos de manifestaciones culturales que se oponen a la cultura de élite: la cultura popular clásica y la cultura de masas.

La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo-re y las tradiciones heredadas por una sociedad, estas manifestaciones tienen un carácter positivo pues enaltecen las cualidades y los valores de un pueblo a través de su historia. Esta tradición cul-tural, que surge de los ideales del romanticismo, tanto europeo como americano, se presenta como una respuesta del pueblo ante las manifestaciones del poder de la aristocracia.

Por otra parte, según los críticos de la teoría de la cultura de masas, ésta se caracteriza por ser un producto de la estandarización de las manifestaciones culturales a partir de su difusión a través de los medios de comunicación. Por ende, el origen de esta clasificación de la cultura está situado en pleno si-glo XX y obedece a cuestiones mercantiles e ideológicas. Esta clasificación de la cultura tiene un carác-ter negativo, pues implica una cultura artificial y ajena al pueblo, creada e introducida por los medios de comunicación con fines de manipulación a partir de la promoción de una ideología determinada.

En años recientes, estas clasificaciones han sido recuperadas por otras tradiciones menos conser-vadoras, que si bien siguen utilizándolas para referirse a diferencias de clase social, sirven también para enriquecer la discusión de debates sociológicos fundamentales como el de la agencia social. Cabe señalar que el término que actualmente se utiliza para diferenciar tanto a la cultura popular clásica como a la cultura de masas de la cultura de élite, es simplemente cultura popular. En nuestra investiga-ción, recuperamos estas clasificaciones de la cultura en tanto los productos culturales que consumen los estudiantes se circunscriben en una u otra; no obstante, no pretendemos establecer jerarquías so-bre el consumo de productos culturales. Buscamos más bien la relación entre las prácticas culturales de los estudiantes y su capital cultural, en el marco de las disciplinas a las que se incorporan.

La relación entre campo, consumo y capital cultural

Observar las dinámicas de consumo cultural a partir de las diferencias de origen y los procesos de socialización y participación en los grupos de referencia culturales, implica recuperar otro conjun-to de conceptos teóricos. Las nociones de campo y capital cultural nos permiten hacer un análisis de las diferencias de origen entre los estudiantes y, al mismo tiempo, caracterizar el espacio escolar universitario, entendido como un campo.

La noción de campo, a su vez, nos ayuda a establecer una conexión con el contexto de la escuela como espacio social y su influencia sobre los estudiantes en tanto agentes sociales, como ambiente

Page 5: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

José Luis Suárez Domínguez y José Fernando Alarcón González

46 Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

que orienta las prácticas de consumo cultural. El campo es un espacio de relaciones objetivas, de-finidas a partir de las posiciones que los agentes ocupan dentro de él (Bourdieu, 1995). La posición de los agentes sociales está definida por el volumen de capital cultural con el que ellos cuentan. Este volumen es el resultado de la inversión de tiempo que los agentes hacen dentro del campo, es decir, en la medida en que ellos forman parte del mismo, adquieren recursos que les permiten avanzar, acercarse a los núcleos de poder y, por tanto, contar con mayores ventajas con respecto a quienes ocupan otras posiciones.

De la noción de campo se construye la propia de campo universitario, entendido como un es-pacio jerarquizado, la escuela como organización, como espacio social dotado de un sentido social y profesional. Al presentarse como jerarquizado, el campo universitario, se convierte en un espacio desde el cual el consumo cultural se concibe, se produce y se recrea de diferentes modos, lo cual, en última instancia es resultado de aquello que los agentes sociales conciben como válido. Como apunta Bourdieu (2008: 26), “[se trata de] un universo que depende de la representación que de él se hacen los agentes; éstos pueden sacar partido de la pluralidad de los principios de jerarquización”.

Las dinámicas de consumo cultural están asociadas a la idea de capital cultural. En el espacio social, los agentes o grupos se distribuyen de distinta manera según el volumen y la estructura del capital cultural. Esto quiere decir que los sujetos no tienen las mismas prácticas, ni pertenecen a los mismos grupos de consumo cultural. La relación entre capital cultural y consumo cultural puede analizarse mediante uno de los tipos que produce el primero.

En la sociología de Bourdieu, el capital cultural se define a través de tres tipos: el incorporado, el objetivado y el institucionalizado. Cada uno hace referencia a una dimensión específica de los recursos que los agentes sociales han acumulado a lo largo del tiempo. De esta forma, el capital objetivado se refiere a la posesión de bienes materiales que juegan a favor de determinados pro-pósitos que esos agentes persiguen. El capital institucionalizado se refiere a las trayectorias de los agentes, a las instituciones por las cuales han transitado a lo largo de su historia y que, en el caso de los estudiantes, se definen como instituciones escolares con un cierto nivel de prestigio. El capital incorporado, por su parte, se refiere a las prácticas y disposiciones interiorizadas que los agentes tienen, tales como la adquisición e incorporación de una cultura. Es una propiedad hecha cuerpo. La apropiación de este tipo de capital supone un trabajo de inculcación y asimilación, consume tiempo, que tiene que ser invertido personalmente por el inversionista (Bourdieu, 1987).

El capital incorporado tiene a la familia como su eje constitutivo. Cada vez es más frecuente aceptar la premisa de que el estudio de la familia en su dimensión amplia permite asociar al des-empeño de los estudiantes en la universidad un conjunto de elementos definidos desde la infancia, tales como si se ha avanzado o no en ciertas posiciones sociales respecto de las generaciones fami-liares anteriores, proyectos de los padres y abuelos, representaciones sociales de los roles que juegan socialmente los miembros de la familia (Desmet y Pourtois, 1993).

En este punto entran en relación las nociones teóricas de capital cultural y consumo cultural, pues este último depende del primero; es decir, las prácticas de consumo cultural son el resultado de los recursos y del capital cultural acumulado por los agentes sociales a lo largo de un determinado tiempo. Por esta razón, el consumo cultural tiene que asociarse en cierta forma a las prácticas y dinámicas familiares, pues es en este núcleo donde la cultura y sus diferentes formas de expresión adquieren un valor.

Page 6: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

Capital cultural y prácticas de consumo cultural en el primer año de estudios universitarios

47Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

De acuerdo con lo anterior, a manera de hipótesis, planteamos que las dinámicas de consumo cultural son resultado de dos grandes ámbitos de influencia. El primero se refiere a la socialización primaria, a las diferencias de origen que se traducen en prácticas que los agentes sociales llevan a cabo; en suma, el capital incorporado acumulado desde las relaciones establecidas en la familia. El segundo ámbito, alude a la socialización secundaria, al contexto de las relaciones que los sujetos establecen más allá de la familia y que, en este caso, enfocamos hacia la escuela; la universidad como espacio de influencia, como campo que diferencia entre las prácticas que dichos agentes llevan a cabo. Estas prácticas pueden referirse mediante la unidad de análisis que constituye la disciplina, en tanto estructura que organiza un conjunto de elementos que intentaremos destacar.

Campo y disciplinas académicas

El concepto de disciplinas académicas adquiere relevancia. Las disciplinas articulan los diferentes rasgos que presenta el campo universitario. Se convierten así en el contexto para observar la rela-ción entre el capital cultural, el consumo cultural y el campo. Los estudiantes, agentes que poseen rasgos específicos, tienen diferentes prácticas de consumo cultural, según las disciplinas universi-tarias a las cuales ingresan.

Las disciplinas académicas son formas de organización y producción de conocimiento que comparten ciertos valores, costumbres y rituales. Permiten distinguir ciertos límites y territorios establecidos por tribus académicas (Becher, 1997). En nuestro país, las disciplinas académicas son un rasgo constitutivo del campo universitario, porque las instituciones universitarias se han or-ganizado en función de una división de conocimiento útil para la gestión, la producción de co-nocimiento y la enseñanza misma. Esto, a su vez, refleja la composición de muchos modelos de universidad y la forma en que ellos proyectaron su organización académica. De hecho, este es un rasgo propio de estas instituciones desde 1945, donde las estructuras disciplinarias cubrieron a sus miembros con una reja protectora y no han alentado a nadie a cruzar sus líneas (Wallerstein, 1996).

Desde luego, perspectivas como la anterior encuentran un debate importante con la idea de transdisciplinariedad promovida a lo largo de la obra de autores como Morin (2003, 2007), bajo la perspectiva de pensamiento complejo, así como de interdisciplinariedad en autores como Piaget (1970). La ruptura con la idea de disciplinas como espacios donde se analizan determinados objetos de estudio. En un sentido contrario a los principios del paradigma cartesiano, la transdisciplina organiza los conocimientos de forma tal que rompe con los territorios y campos específicos de pro-ducción y recreación de conocimientos.

Si las disciplinas académicas, decíamos, son un rasgo constitutivo del campo universitario, en tanto que reflejan la racionalidad de su organización (Clark, 1991), a nuestro modo de ver se convier-ten en unidades analíticas de amplia utilidad para comparar diversos objetos de estudio, entre los cuales bien podemos ubicar al consumo cultural.

Las disciplinas académicas permiten diferenciar comportamientos o desempeños estudiantiles. La pertenencia disciplinaria, esto es, el tipo de estudios que cursan los estudiantes, regula la relación con los estudios, las aspiraciones educativas, el futuro profesional y la participación política, de acuer-do con la rama disciplinaria en la que ellos se encuentran inscritos (Grediaga, 2000; Guzmán, 2002).

Page 7: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

José Luis Suárez Domínguez y José Fernando Alarcón González

48 Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

El problema de la investigación

Desde nuestro modo de ver, contamos con los elementos necesarios para establecer el problema de investigación que constituye la estructura de este artículo. Tomamos como punto de partida la noción de capital cultural para referir las diferencias de origen que presentan los estudiantes que son objeto de nuestro estudio. Así, diremos que el capital cultural diferencia a las poblaciones de nuevo ingreso a la Universidad; de la misma forma, este capital cultural orienta las prácticas de consumo cultural; es decir, a mayor capital cultural es posible encontrar mayor frecuencia en dichas prácticas. Pero una vez que los estudiantes ingresan a la Universidad, el primer año de estudios se vuelve un contexto capaz de cambiar las orientaciones del consumo cultural, en algunos casos dis-minuyendo su frecuencia mientras que en otros casos ocurre lo contrario. Esto se debe al peso que muestra la disciplina como forma de organización dentro del campo universitario, pero también al contexto externo de la institución escolar, la oferta cultural de las ciudades, las redes establecidas por los estudiantes, entre otras cuestiones. Por consiguiente, el primer año es el espacio social don-de se observan tales cambios en la dirección del consumo cultural.

El primer año en la universidad como etapa de trasformaciones

La literatura producida alrededor del primer año universitario como objeto de estudio es muy am-plia. Se le considera como un periodo de cambios, como los que se refieren a las prácticas sociales, políticas, académicas y culturales (Tinto, 1987; De Garay, 2004; Torenbeek, 2010). Los cambios en las prácticas de consumo cultural no son fáciles de observar si no se utilizan algunos referentes de medida y seguimiento. Entenderemos como prácticas de consumo cultural a las formas de partici-pación, asistencia o pertenencia a diversas actividades relativas a la recreación o incorporación de ciertos referentes culturales. Es decir, son las prácticas que sirven para apropiarse de diversos bienes culturales (García, 1992; De Garay, 2004).

Las prácticas de consumo cultural interesan a la sociología de la educación al cumplir una fun-ción de diferenciación del desempeño estudiantil. Diversos estudios han concluido que el consumo cultural tiene una propiedad integradora al medio escolar. Con las técnicas de regresión logísti-ca se ha mostrado que quienes tienen un alto nivel de prácticas de consumo cultural, tienen una probabilidad mayor de integrarse al medio académico y social de una institución (De Garay, 2004; Torenbeek, 2010; Suárez, 2012).

A manera de preguntas de investigación cabe entonces plantearnos ¿qué tipo de prácticas de con-sumo cultural caracterizan a los estudiantes?, ¿cuáles predominan?, ¿cambian las prácticas de consu-mo cultural durante el primer año universitario? Si es así, ¿los cambios se explican según las disciplinas de adscripción?, ¿las prácticas de consumo cultural cambian por las regulaciones que los estudiantes reciben desde dentro de la universidad como espacio social, o se atribuyen a la oferta cultural externa?

Para responder a estas preguntas deben tomarse en cuenta tanto las prácticas de los sujetos como las restricciones que tienen las disciplinas a las cuales ingresaron los estudiantes. Algunas disciplinas otorgan mayor libertad de consumo cultural en comparación con otras que suelen res-tringirlo. Con las referencias anteriormente señaladas, podemos ahora referirnos a los rasgos me-todológicos del estudio.

Page 8: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

Capital cultural y prácticas de consumo cultural en el primer año de estudios universitarios

49Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

Características generales de la investigación y de la población de estudio

Los resultados que presentamos proceden de la puesta en marcha de un proyecto de investigación que llevamos a cabo en 2011. De manera particular, exploramos la dinámica que presentaron los es-tudiantes que ingresaron al área de Humanidades de la Universidad Veracruzana durante el primer año de estudios con relación al consumo cultural. Para tal efecto, establecimos un diseño metodo-lógico de tipo longitudinal, el cual nos permitió comparar el perfil de ingreso de los estudiantes y los cambios durante el primer año de estudios en cuanto a las prácticas culturales se refiere.

Fue un proyecto de corte mayormente cuantitativo. Utilizamos la encuesta como instrumento de recogida de datos. Aplicamos dos encuestas a la población de estudio (una al ingreso y una des-pués de la conclusión del primer año). La encuesta se diseñó con 57 preguntas de matriz, las cuales nos dieron la posibilidad de aplicar las técnicas de cluster y análisis factorial para conocer con pre-cisión las relaciones propuestas en la hipótesis.

La población de estudio fue el total de estudiantes que ingresaron en 2011 al área de Huma-nidades de la Universidad Veracruzana (UV), específicamente en las ocho carreras que se ofrecen en el campus Xalapa dentro de la denominada Ex Unidad de Humanidades; en ese sentido, nos planteamos un censo más que un muestreo. Sin embargo, cabe señalar que no nos fue posible com-pletar dicho censo, pues en la primera encuesta logramos cubrir 80% de los casos, es decir, de 850 estudiantes en total, encuestamos a 692. En la segunda encuesta, dada la dinámica de abandono y en virtud de que únicamente podíamos considerar a quienes habíamos encuestado por primera vez, la población susceptible de exploración disminuyó a 4071 casos, de los cuales cubrimos 95%, es decir, 389 casos. Consideramos, no obstante, que existe suficiente representatividad para hacer algunas generalizaciones en torno a los resultados.

Los estudiantes en la Universidad Veracruzana

En la UV, los estudiantes pueden observarse partiendo de dos ejes principales: el primero, que los estudiantes son actores desconocidos, con diversas prácticas académicas, culturales y sociales (De Garay, 2004; Miller, 2007; Suárez, 2012); el segundo, que viven en la universidad procesos vinculados a otras esferas de su vida social, tales como su condición de jóvenes (Guzmán y Saucedo, 2007; Guz-mán y Serrano, 2011; Weiss, 2012).

En la Universidad Veracruzana, es muy incipiente aún la literatura producida en torno a los estudiantes como agentes sociales complejos, en ese sentido, se convierten en una preocupación central entre los académicos en el terreno de las ciencias sociales. Es importante tener mayor cla-ridad sobre su procedencia, saber quiénes son, de dónde vienen, dónde viven, qué intereses han construido en torno a esta casa de estudios (Chain, 2007), así como el tipo de prácticas culturales que realizan (Molina et al., 2012).

1. En esta población no se consideró a los estudiantes de Antropología, quienes no fueron encuestados una segunda vez, pues las características de su plan de estudios (dividido en cuatro carreras pero con un primer año de formación general) no nos proporcionaba información útil para la comparación con el resto de las carreras. Antropología solo figura en los resultados de la primera encuesta, es decir, cuando los estudiantes ingresaron a la UV.

Page 9: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

José Luis Suárez Domínguez y José Fernando Alarcón González

50 Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

Sabemos, no obstante, que la Universidad Veracruzana recibe cada año a poblaciones altamente heterogéneas. En el caso del área de Humanidades, en 2011, se pudo identificar a estudiantes pro-cedentes de más de 300 localidades en el estado. Es decir, la población estudiantil es heterogénea y tiene diferentes dinámicas de consumo cultural.

Las disciplinas del área de humanidades son representativas en la UV por varias razones. En el nivel nacional y dentro del conjunto de las universidades públicas del país, la Universidad Veracru-zana tiene el segundo lugar entre las instituciones con mayor atención en su matrícula total respecto a esa área de conocimiento, pues atiende a 5,338 estudiantes, mismos que representan el 9% del total de la matrícula en la UV, la cual es de 59,711 estudiantes. Solo la UNAM tiene una cobertura mayor.

Tradicionalmente, el área de humanidades se considera de predominio femenino. En el país, tan solo en la última década, casi no ha habido cambios en este sentido, pues en 2002, de los 81,057 estu-diantes de dicha área, 34.4% eran hombres y 65.6% mujeres (México, INEGI, 2002). Para 2011, de los 74,775 estudiantes existentes, hay 39.6% de hombres y 60.4% de mujeres (México, ANUIES, 2011).

La mayoría de las carreras de humanidades se concentran en la ciudad de Xalapa, razón por la cual tiene sentido observar las dinámicas de consumo cultural no solamente en relación con la escuela, sino también con la ciudad. Ambos contextos son referentes importantes en cuanto a la oferta cultural. Por un lado, la UV se distingue por su amplia infraestructura y oferta cultural. De hecho, históricamente, en esta institución la difusión de la cultura ocupa el segundo lugar entre las funciones sustantivas. Por otra parte, la ciudad de Xalapa cuenta con una oferta cultural no menor. La conocida como “Atenas veracruzana” se ha distinguido a lo largo de su historia por su predo-minio en el contexto de algunas expresiones artísticas, tales como la fotografía, la puesta en escena —teatro—, el jazz, el cine, la danza, la escultura, entre otras.

El modelo metodológico

Las prácticas de consumo cultural de los estudiantes y la dirección que ellas toman durante el pri-mer año de estudios universitarios fueron observadas mediante la construcción de una clasifica-ción. Con el uso de la técnica de Cluster, elaboramos una tipología sobre las prácticas que los estu-diantes tenían al momento de ingresar y una tipología durante el primer año de estudios, con las cuales observamos los cambios según la disciplina de adscripción. Dada la perspectiva, el modelo consideró distinguir entre el consumo cultural interno y el externo con relación a la Universidad.

Por otra parte, en la medida que sostenemos que las disciplinas reciben diferentes tipos de estu-diantes según su consumo cultural, —derivado de su capital cultural—, construimos una graduación de este último a partir de la técnica de análisis factorial para observar si los rasgos de la disciplina, tales como su jerarquía en términos de prestigio, la posición académica que guardan en el conjunto de las disciplinas, su aproximación al carácter de ciencia social y su proyección profesional, se relacionan con el nivel de consumo cultural ya descrito. El análisis factorial es utilizado para explicar factores que pueden estar presentes en distintas pruebas, es una técnica de análisis multivariante.2

2. Todas las operaciones se realizaron con el programa estadístico SPSS (Statistical Package for Social Sciences). Los resultados de cada operación se muestran siempre a partir de una perspectiva disciplinaria, por la importancia que tienen en el estudio como unidades de análisis.

Page 10: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

Capital cultural y prácticas de consumo cultural en el primer año de estudios universitarios

51Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

La exposición de los resultados presenta, en primer lugar, los niveles de capital cultural de los estudian-tes de nuevo ingreso con relación a las disciplinas a las que se incorporaron. En segundo lugar, el nivel de consumo cultural de los estudiantes cuando ingresaron y, posteriormente, en el primer año universitario tanto dentro como fuera de la institución. Finalmente, la dirección que tomó su consumo cultural durante ese primer año. En el primer paso, las variables de capital cultural se muestran en la tabla siguiente:

Para obtener los niveles de capital cultural, clasificamos los resultados del análisis factorial. Es-tablecimos una graduación, según las desviaciones estándar resultantes, en los niveles “alto”, “me-dio alto”, “medio bajo” y “bajo”, que quedó de la siguiente forma:

Capital cultural bajo. En este nivel se agruparon los estudiantes que tienen una escasa posesión de bienes domésticos y prácticamente no cuentan con recursos tecnológicos y de comunicación, así como de acceso a Internet en casa. Asimismo, es muy bajo el número de bienes con los que cuentan para el apoyo a las actividades escolares. Se trata de estudiantes con muy pocas referencias en casa relativas a profesiones universitarias; es decir, es casi inexistente el caso de padres de familia con el nivel de licencia-tura o posgrado, que además tengan empleos derivados de sus profesiones universitarias. Finalmente, las trayectorias de estos estudiantes se dan en su mayoría en el nivel público, aunque una cuarta parte de ellos procede del nivel privado. Los estudiantes cursaron en el régimen de bachillerato vespertino, casi todos en el subsistema de telebachillerato y privado. Los rasgos que complementan a este grupo son haber obte-nido un puntaje muy bajo en el examen de admisión, y promedios por debajo de ocho en el bachillerato.

Capital cultural medio bajo. En este nivel se agruparon los estudiantes que poseen aproximada-mente la mitad de los recursos relativos a los bienes domésticos, pero solo una cuarta parte reportó contar con recursos tecnológicos y de comunicación, así como acceso a Internet en casa. Casi la totalidad de este grupo declaró contar con los recursos de apoyo a las tareas escolares. Hay pocas referencias familiares con estudios universitarios. Una cuarta parte de los casos reportó que la fi-gura paterna tiene profesiones derivadas del estudio de una carrera universitaria, mientras el resto

Variables Categoría

Posesión de bienes graduado mediante las variables: televisión, videojuegos, auto propio, auto familiar, lavadora, impresora, Internet, computadora, escritorio, espacio de estudio en casa.

Capital cultural

Referencia familiar en términos de acercamiento a la cultura universitaria: nivel de escolari-dad del padre (con estudios superiores o sin estudios superiores); nivel de escolaridad de la madre (con estudios superiores o sin estudios superiores); ocupación del padre (formación universitaria o profesión no universitaria); ocupación de la madre (formación universitaria o profesión no universitaria).

Trayectorias institucionales y obtención de certificados: promedio en bachillerato (= ó >8: <8); puntaje en examen de CENEVAL (alto, medio o bajo); tipo de bachillerato de procedencia (oficiales, tecnológicos, colegios de bachilleres, telebachilleratos, privados); régimen del ba-chillerato (público o privado); turno del bachillerato.

Fuente: Datos y elaboración propios.

Tabla 1. Variables de capital cultural de los estudiantes de nuevo ingreso a las disciplinas de Humanidades.

Page 11: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

José Luis Suárez Domínguez y José Fernando Alarcón González

52 Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

no cuenta con padres de familia que hayan estudiado el nivel superior. Predominan las profesio-nes semicalificadas. En cuanto a las trayectorias escolares, hay una diversidad de bachilleratos de procedencia; predominan las instituciones públicas. El telebachillerato es el subsistema que más estudiantes aporta, sin embargo, también tuvo una presencia importante el colegio de bachilleres y los bachilleratos tecnológicos. Los estudiantes cursaron tanto en el régimen matutino como en el vespertino, los promedios oscilan entre siete y ocho en el bachillerato, y el puntaje en el examen de admisión se considera medio bajo.

Capital cultural medio alto. Aquí se agruparon los estudiantes que poseen casi la totalidad de los recursos relativos a los bienes domésticos, al ámbito tecnológico y de comunicación, así como acceso a Internet en casa. En su totalidad, este grupo cuenta con los recursos de apoyo a las tareas escolares. Las referencias familiares en relación a los estudios universitarios se incrementaron con-siderablemente con relación a los dos grupos anteriores. Es posible encontrar que tanto la figura paterna como la materna hayan tenido estudios superiores y desarrollen una profesión derivada de ellos. En cuanto a las trayectorias escolares, cambió la proporción de bachilleratos de procedencia, si bien sigue habiendo estudiantes de telebachilleratos, estos son la minoría, pues la mayor parte procede de bachilleratos oficiales y tecnológicos, casi todos del régimen público. Los promedios de los estudiantes aumentaron también, hay un predominio de ocho y nueve. Finalmente, el puntaje obtenido con más frecuencia por este grupo en el examen de admisión es medio alto.

Capital cultural alto. En este nivel se agruparon los estudiantes que poseen la totalidad de los recursos en todos los ámbitos referidos. Predominan las referencias familiares en relación a los es-tudios universitarios. Tanto la figura paterna como la materna reportan en la mayoría de los casos profesiones universitarias. La mayor parte de los estudiantes proceden, asimismo, de bachilleratos oficiales del régimen público. Los promedios de calificaciones de los estudiantes no se incrementa-ron con respecto al grupo anterior, pues siguen siendo más frecuentes el ocho y nueve. Por último, el puntaje obtenido con más frecuencia por este grupo en el examen de admisión es alto.

Una vez clasificado el capital cultural, en segundo lugar, clasificamos las respuestas de los es-tudiantes a partir de las dos encuestas, en las cuales pudimos observar el comportamiento de las variables que se muestran en la tabla 2.

Con la aplicación del Cluster, obtuvimos tres tipos que nos sirvieron para agrupar las prácticas que los estudiantes presentaron tanto en el momento de su ingreso a la UV como en el primer año de estudios de acuerdo con el evento en el que participan y con la frecuencia en que lo hacen:

Bajo consumo general. Este grupo presentó como su característica principal un bajo nivel de asistencia a prácticamente todos los eventos culturales que fueron explorados en la encuesta. Se trata de estudiantes que no tienen este tipo de prácticas como parte de sus actividades.

Consumo de cultura popular. Este grupo se caracteriza por una alta frecuencia de asistencia a eventos populares (tales como fiestas patrias, día de muertos, fiestas patronales, bailes, raves), con-ciertos de rock y funciones de cine. En el resto de los eventos presentan una dinámica de consumo muy baja o inexistente.

Consumo de élite. Este grupo se caracteriza por una alta frecuencia de asistencia a eventos tales como danza, teatro, conferencias sobre literatura, exposiciones artísticas y conciertos de música clásica, museos y cine. Únicamente presentaron un bajo nivel de frecuencia en los eventos relativos a los eventos populares y los conciertos de rock.

Page 12: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

Capital cultural y prácticas de consumo cultural en el primer año de estudios universitarios

53Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

El capital cultural de los estudiantes de nuevo ingreso

La distribución de capital cultural en los estudiantes de nuevo ingreso puede asociarse a la disciplina que ellos eligieron. Según la tabla 3, la distribución en términos generales tiene prácticamente la mis-ma proporción de estudiantes por cada una de los niveles de capital; sin embargo, al introducir la pers-pectiva disciplinaria, se identifica a Letras Españolas, Lengua Francesa y Antropología, como aquellas

Variables Tipo de capital Categoría

Frecuencia de asistencia a los siguientes eventos: conciertos de música clásica, conciertos de rock, exposiciones artísticas (fotografía, escultura, pin-tura, etc.), eventos populares, cine, danza, teatro, museos, conferencias sobre literatura.

Prácticas de consumo cultural previas al ingre-so a la UV.

Consumo cultural

Frecuencia de asistencia a los siguientes eventos: conciertos de música clásica, conciertos de rock, exposiciones artísticas (fotografía, escultura, pin-tura, etc.), eventos populares, cine, danza, teatro, museos, conferencias sobre literatura.

Prácticas de consumo cultural dentro de la uni-versidad en el primer año.

Frecuencia de asistencia a los siguientes eventos: conciertos de música clásica, conciertos de rock, exposiciones artísticas (fotografía, escultura, pin-tura, etc.); eventos populares, cine, danza, teatro, museos, conferencias sobre literatura.

Prácticas de consumo cultural fuera de la uni-versidad en el primer año.

Fuente: Datos y elaboración propios.

Tabla 2. Variables de consumo cultural de los estudiantes de Humanidades.

n Bajo % Medio bajo % Medio alto % Alto %

Datos generales 634 25.1 25.1 25.2 24.6

Disciplina

Letras españolas 47 12.8 21.3 29.8 36.2

Filosofía 42 31 16.7 23.8 28.6

Sociología 55 23.6 34.5 25.5 16.4

Historia 56 33.9 33.9 10.7 21.4

Lengua francesa 41 22 19.5 26.8 31.7

Antropología 95 15.8 22.1 30.5 31.6

Lengua inglesa 159 23.3 25.2 26.4 25.2

Pedagogía 139 33.8 25.2 24.5 16.5

Total 634

Nt_692 Chi cuadrada=<.001

Fuente: Datos y elaboración propios.

Tabla 3. Capital cultural.

Page 13: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

José Luis Suárez Domínguez y José Fernando Alarcón González

54 Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

que reclutaron al mayor número de estudiantes con capital cultural “alto”, mientras que Pedagogía, Sociología, Historia y Lengua Inglesa reclutaron a los estudiantes con los niveles más bajos.

Veamos ahora la relación entre el capital cultural y el consumo cultural. De acuerdo con la ta-bla 4, la mayoría de los estudiantes pertenecientes a la categoría bajo consumo general, se ubicaron también en el nivel más “bajo” de capital cultural. A menor capital cultural menor concentración de prácticas de consumo de cultura popular y de élite. Pero la lectura de la tabla (4) se vuelve compleja cuando observamos que la mayor proporción de los estudiantes concentrados en la categoría con-sumo de cultura popular pertenecen al nivel “alto” de capital cultural. Es decir, no necesariamente todos los que tienen altos niveles de capital cultural llevan a cabo prácticas de élite, las cuales, como ya hemos definido, requieren del componente de apreciación artística que no es garantía de la po-sesión de un nivel socioeconómico determinado. Finalmente, en cuanto a la categoría consumo de élite, observamos que en los niveles más altos de capital cultural se incrementa el porcentaje de quienes tienen este tipo de prácticas, sin que ello indique que esta relación sea automática.

La descripción anterior confirma los presupuestos teóricos, en el sentido de que el capital cultural produce dinámicas de consumo cultural, pues estas últimas forman parte de la valoración sociocultu-ral de las familias con relación a las actividades culturales, sobre las cuales invierten tiempo y recursos.

La evolución que muestran las prácticas de consumo cultural después del primer año univer-sitario, guarda relación tanto con el lugar de procedencia de los estudiantes como con los cambios de residencia experimentados al ingresar a la UV. Como habíamos advertido, la UV es la institución más importante en el estado de Veracruz en cuanto a educación superior se refiere. Se caracteriza por la alta diversidad de poblaciones y municipios —más de 300— de los cuales proceden los es-tudiantes. En la tabla 5, construimos tres categorías de procedencia de los estudiantes: Xalapa, la periferia de la ciudad y los que provienen de poblaciones con una distancia mayor a 30 kilómetros.

Como se observa, el mayor movimiento de estudiantes se localiza en las poblaciones con más de 30 kilómetros de distancia de Xalapa. Se trata de poblaciones donde trasladarse cotidianamente a la Uni-versidad no es una posibilidad para los estudiantes y sus familias. En estos casos, el cambio de residencia a la ciudad de Xalapa es parte de la nueva condición de pertenencia a la Universidad. Pero quienes viven en la zona conurbada o periférica de la ciudad, mantienen la dinámica de asistencia diaria a la escuela

Nivel de consumo n Bajo % Medio bajo % Medio alto % Alto % Total

Datos generales 619 24.9 25.2 25.2 24.7 100

Tipo de consumo

Bajo consumo general 36.6 27.8 19 17 100

Consumo de culturapopular 15.9 24.1 28.4 31.5 100

Consumo de élite 14.9 21.1 33.3 30.7 100

Total 619

Nt_692 Chi cuadrada=<.001

Fuente: Datos y elaboración propios.

Tabla 4. Capital cultural y consumo cultural.

Page 14: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

Capital cultural y prácticas de consumo cultural en el primer año de estudios universitarios

55Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

y al final de las clases regresan a los lugares de origen. Esto explica, en buena medida, los cambios en las prácticas culturales de los estudiantes, pues quienes cambian su residencia tienen ahora mayor cercanía con la oferta cultural que propone tanto la ciudad de Xalapa como la propia UV, aun cuando dicha cer-canía no garantice el incremento en los niveles de consumo cultural en los estudiantes. La disciplina de adscripción, la socialización que está en la base de las interacciones de los estudiantes con compañeros y amigos, entre otros factores, intervienen en los cambios de dinámicas de consumo cultural.

Los cambios en la residencia están asociados a dos variables que nos proponemos identificar. La primera se refiere a los tipos de consumo de los estudiantes antes de ingresar a la Universidad y después de un año de permanencia en ella. La segunda ilustra la frecuencia de consumo. En esta variable, se aprecia también la ubicación del consumo cultural, es decir, si éste se da con mayor fre-cuencia dentro o fuera de la institución escolar.

En la tabla 6 observamos los tipos de consumo de los estudiantes hasta antes de ingresar a la UV. Como se aprecia en los datos generales, la categoría bajo consumo general es la predominante; sin embar-go, al introducir la disciplina como unidad de análisis, los porcentajes cambian su distribución. Pedago-gía, Lengua Inglesa e Historia recibieron la mayor proporción de los estudiantes que prácticamente no tenían consumo en los eventos explorados. Por su parte, Antropología, Sociología y Filosofía, recibieron a aquellos estudiantes cuyo consumo cultural era más del tipo popular. Finalmente, Letras Españolas, Filosofía y Antropología, registraron el mayor porcentaje de estudiantes con un consumo cultural de élite.

Un año después, exploramos nuevamente la distribución del consumo. Encontramos una dis-minución considerable en la categoría bajo consumo general. Buena parte de los estudiantes ubica-dos ahí reportaron haber tenido prácticas de consumo de cultura popular. Es decir, la pertenencia a la institución se tradujo para ellos en un contexto donde incorporaron actividades que no formaban parte de su espectro social. Para quienes se ubicaban en la categoría consumo de élite también hubo un decremento en estas prácticas.

Veamos ahora cómo ocurrió el primer año desde la perspectiva externa a la Universidad. Como se-ñalamos, Xalapa es una ciudad con una oferta cultural importante, por lo cual analizamos las dinámicas de consumo cultural de los estudiantes en ese contexto. Según la tabla 8, fuera de la UV también predomi-nó el consumo de cultura popular. Sin embargo, si atendemos la categoría consumo de élite, encontramos que en algunas disciplinas como Filosofía y Lengua Inglesa, disminuyeron este tipo de prácticas.

Fuente: Datos y elaboración propios.

Tabla 5. Cambios en el lugar de residencia de los estudiantes.

Antes de ingresar a la UV

Una vez que ingresó a la UV

Diferencia porcentual

Procedencia % %

Xalapa 38.6 85.7 47.1

Periferia o conurbado 11.3 10.3 1

Fuera de Xalapa 49.6 3.7 -45.9

Total 100 100

Nt_692

Page 15: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

José Luis Suárez Domínguez y José Fernando Alarcón González

56 Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

nBajo consumo general %

Consumo de cultura popular %

Consumo de élite %

Total

Datos generales 395 15.9 74.2 9.9 100

Por Disciplina

Letras españolas 34 5.9 79.4 14.7 100

Filosofía 17 11.8 70.6 17.6 100

Sociología 39 12.8 66.7 20.5 100

Historia 21 14.3 81 15.4 100

Lengua francesa 39 10.3 74.4 19.6 100

Lengua inglesa 115 19.1 76.5 4.3 100

Pedagogía 130 19.2 73.1 7.7 100

Total 395

Nt_395 Chi cuadrada=<.001

Fuente: Datos y elaboración propios.

Tabla 7. Consumo cultural en el primer año en la UV (interno).

nBajo

consumo general %

Consumo de cultura popular %

Consumo de élite %

Total

Datos generales

672 45.4 36.8 17.9 100

Por Disciplina

Letras españolas

49 34.7 38.8 26.6 100

Filosofía 45 37.8 40 22.2 100

Sociología 58 37.9 44.8 17.2 100

Historia 59 50.8 33.9 15.3 100

Lengua francesa

46 45.7 34.8 19.6 100

Antropología 97 22.7 55.7 21.6 100

Lengua inglesa

169 52.7 32 15.4 100

Pedagogía 149 58.4 26.8 14.8 100

Total 672

Nt_692 Chi cuadrada=<.001

Fuente: Datos y elaboración propios.

Tabla 6. Consumo cultural de los estudiantes antes del ingreso a la UV.

Page 16: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

Capital cultural y prácticas de consumo cultural en el primer año de estudios universitarios

57Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

Una vez ilustrados los tipos de consumo cultural, observaremos ahora el contexto de mayor fre-cuencia: dentro o fuera de la UV durante el primer año de estudios. En principio, la tabla 9 nos muestra que en la generalidad la mayor parte del consumo cultural de los estudiantes es casi igual dentro que fuera de la UV. Pero al introducir el criterio disciplinario, observamos que hay cierta variabilidad. Len-gua Inglesa y Pedagogía tienen la mayor proporción de sus estudiantes en la categoría consume mayor-mente fuera de la UV, mientras Historia, Lengua Francesa y Filosofía, una tercera parte. En ningún caso, el porcentaje de quienes consumen adentro de la institución es mayor al que consume fuera de ella.

nBajo

consumo general %

Consumo de cultura popular %

Consumo de élite %

Total

Datos generales 395 12.4 73.2 14.4 100

Por Disciplina

Letras españolas 34 8.8 73.5 17.6 100

Filosofía 17 11.8 76.5 11.8 100

Sociología 41 17.1 63.4 19.5 100

Historia 21 4.8 81 14.3 100

Lengua francesa 40 10 67.5 22.5 100

Lengua inglesa 114 13.2 76.3 10.5 100

Pedagogía 128 13.3 73.4 13.3 100

Total 395

Nt_395 Chi cuadrada=<.001

Fuente: Datos y elaboración propios.

Tabla 8. Consumo cultural en el primer año en la UV (externo).

nConsume

mayormente dentro de la UV %

Consume igual dentro y fuera

de la UV %

Consume mayormente fuera

de la UV %Total

Datos generales 378 20.1 41.3 38.6 100

Por Disciplina

Letras españolas 32 15.6 56.3 28.1 100

Filosofía 16 31.3 37.5 31.3 100

Sociología 37 16.2 59.5 24.3 100

Historia 21 14.3 52.4 33.3 100

Lengua francesa 39 20.5 46.2 33.3 100

Lengua inglesa 110 18.2 37.3 44.5 100

Pedagogía 123 23.6 32.5 43.9 100

Total 395

Nt_395

Fuente: Datos y elaboración propios.

Tabla 9. Ubicación del consumo cultural de los estudiantes en el primer año en la UV.

Page 17: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

José Luis Suárez Domínguez y José Fernando Alarcón González

58 Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

Lo anterior abre una discusión importante sobre el impacto que tiene la oferta cultural de la institución y desde luego su capacidad en cuanto a la formación académica de los estudiantes uni-versitarios se refiere.

De acuerdo con las características que presentaron las disciplinas y la forma en que sus estu-diantes distribuyeron sus niveles, tipos y frecuencias de consumo cultural, observamos que, en tan-to unidades de análisis, las disciplinas son capaces de explicar en buena medida los movimientos que los estudiantes presentaron en su paso por el primer año universitario. De esta forma, la uni-versidad se convierte en un contexto de múltiples caminos, pues mientras para algunos estudiantes por vez primera se abre la posibilidad de encontrar una oferta cultural que esté al alcance de su socialización, en otros, las restricciones propias de las disciplinas de adscripción ponen en un plano más secundario las dinámicas de consumo a las que ellos estaban acostumbrados como parte del habitus que tienen formado por su pertenencia a determinados estratos sociales y perspectivas fa-miliares socioeconómicas y socioculturales.

Conclusiones

A manera de conclusiones, tomando como referencia nuestra hipótesis, la primera relación analí-tica establecida entre el capital cultural y el consumo cultural resultó válida. Las prácticas de con-sumo cultural pueden explicarse a partir del nivel de capital que los estudiantes poseen, al menos hasta antes de su ingreso a la Universidad. Un año después, tales prácticas toman un cauce distinto pues intervienen otros factores en su dirección: la disciplina de adscripción, la oferta cultural de la institución, de la ciudad, entre otros.

De esta forma, como se observó en la tabla 4, entre más nivel de capital cultural registran los estudiantes mayores proporciones de ellos reportan prácticas de consumo de cultura popular y de élite. En cambio, el capital cultural bajo se corresponde con el bajo consumo general. No obstante, en la medida que avanza el primer año esta relación cambia y comienzan a tener relieve otros procesos.

Para algunos estudiantes, pasar a formar parte de la comunidad estudiantil universitaria se tra-duce en diversos cambios, tales como la posibilidad de independizarse, de establecer una pareja, de entrar en redes o círculos de interés particular, tomar distancia de las familias, vivir en otra ciudad (De Garay, 2004; Guzmán, 2002).

Juega un papel importante el cambio de residencia de los estudiantes, sobre todo de quienes vi-ven en poblaciones alejadas de la ciudad de Xalapa. Como vimos en la tabla 5, para estos estudiantes ingresar a la UV representa entrar en contacto, por primera vez, con una oferta cultural de mayor orden, tanto en relación con la institución como con la ciudad. Incluso para quienes viven en la pe-riferia o en Xalapa, también puede resultar novedoso entrar en contacto con dicha oferta cultural.

De acuerdo con lo anterior, no puede soslayarse la vieja idea que Baudelot y Establet menciona-ban en sus estudios sobre las condiciones estudiantiles donde proponían que los estudiantes cons-tituían una élite escolar en la medida que la escuela se convertía en un elemento de diferenciación respecto de otros jóvenes de la misma edad (Baudelot y Establet, 1981).

Por otra parte, el planteamiento de la hipótesis se formuló bajo el supuesto de un cambio en la dirección del consumo cultural regulado por las disciplinas y por las dinámicas de socialización

Page 18: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

Capital cultural y prácticas de consumo cultural en el primer año de estudios universitarios

59Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

de los estudiantes en el primer año de estudios. En este sentido, encontramos que, en efecto, un porcentaje importante de quienes reportaron un nivel de bajo consumo cultural como parte de su perfil de ingreso, modificaron sus prácticas, pasando ahora a formar parte de quienes tuvieron un consumo de cultura popular. Esto ocurrió dentro y fuera de la Universidad Veracruzana. Lo mismo se observa con el consumo de élite, pues una parte de quienes tenían este tipo de prácticas al ingreso, reportaron después de un año mayor frecuencia en el consumo de cultura popular.

Lo anterior nos lleva a concluir que la cultura popular tiene mayor impacto en la formación de los estudiantes en el primer año. Se percibe como aquella en la que es más atractivo hacer una inver-sión de tiempo. El primer año se traduce entonces en un contexto de cambios en sus dinámicas de consumo cultural: para quienes no tenían se incorporaron dichas prácticas, pero para una buena parte de quienes tenían prácticas de élite estas pasaron a ser de cultura popular.

Sobre la alta concentración de cultura popular en el primer año, debemos señalar que aun cuan-do parte de ella se lleva a cabo en el contexto de la institución, no refleja una política universitaria para la formación académica de los estudiantes. Si consideramos que en la Universidad Veracru-zana buena parte de su infraestructura está dedicada a la difusión cultural, cuyo crecimiento se ha expresado, entre otras cosas, en la contratación de personal de tiempo completo en las últimas décadas por encima del personal académico contratado para otras funciones sustantivas como la de investigación, tenemos que dicha infraestructura, que debiera traducirse en oferta cultural, no es consumida por los estudiantes universitarios.

De esta manera, el teatro, la danza, los conciertos de música clásica, las exposiciones artísticas, entre otras expresiones del arte, no forman parte de las actividades en las que los estudiantes del área humanística invierten tiempo. Esto nos lleva a suponer que dicha oferta no genera expectativas de consumo en ellos o bien la institución no tiene mecanismos de difusión eficientes para que sean in-cluidas en el espectro de actividades de formación académica para este tipo de actores, y reserva dicha oferta para el consumo de quienes pertenecen exclusivamente a las áreas académicas de las artes.

En lo que respecta al plano donde se ubicó con más frecuencia el consumo cultural de los estudiantes, durante el primer año universitario la categoría que más porcentaje de estudiantes reportó fue consu-me igual dentro y fuera de la UV, lo cual en principio nos confirma que la institución no es el referente principal de consumo cultural. De hecho, si atendemos el criterio de las disciplinas, en Lengua Inglesa y Pedagogía, el consumo tiende a darse fuera de la UV. En ningún caso los estudiantes reportaron mayor consumo cultural dentro, son más numerosos quienes reportaron mayor consumo cultural fuera.

En el planteamiento de la hipótesis se estableció que las disciplinas jugaban un papel importante en las prácticas de consumo cultural, en parte gracias a la socialización hacia la cual ellas orientan las interacciones entre los estudiantes y otros actores universitarios, pero también porque abren la posibilidad de entrar en contacto con un conjunto de valoraciones construidas, tales como la rele-vancia que el consumo cultural tiene en la formación de los estudiantes.

Como se apreció en la tabla 3, Letras Españolas, Lengua Francesa y Antropología reclutaron a la mayor proporción de estudiantes con capital cultural alto. Al mismo tiempo, estas disciplinas se ubi-can en el grupo de las que tienen el mayor porcentaje de estudiantes en la categoría consumo de élite en el momento en que ellos ingresaron a la UV. Por su parte, el predominio de estudiantes de capital cultural “bajo” se ubicó en Historia, Lengua Inglesa y Pedagogía las cuales, a su vez, registraron la me-nor proporción de estudiantes con consumo de élite y la mayor proporción con bajo consumo general.

Page 19: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

José Luis Suárez Domínguez y José Fernando Alarcón González

60 Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

Un año más tarde, el escaso margen de consumo de élite que tenían las disciplinas de Lengua Ingle-sa, Pedagogía e Historia prácticamente desaparece cuando observamos los cambios que en el consu-mo cultural se dieron dentro de la propia Universidad. ¿Qué ocurrió entonces con estos estudiantes? Una parte cambió a un consumo de cultura popular, mientras que otra continuó sus dinámicas de con-sumo cultural pero fuera de la institución. Es decir, los estudiantes de estas disciplinas no encontraron una oferta de consumo de élite que fuera valorada en el marco de sus propias disciplinas.

En contraparte, los estudiantes de Letras Españolas y Lengua Francesa que junto con Filosofía habían tenido el mayor porcentaje de consumo de élite, también tuvieron un decremento importan-te en el primer año dentro de la propia Universidad. Pero a diferencia de las anteriores disciplinas, este decremento también se reflejó en el consumo externo. El único caso que incrementó su consu-mo de élite, pero en el plano externo, fue Lengua Francesa, como se observa en la tabla 8.

Con los casos que hemos ilustrado, observamos entonces que tal como planteamos en la hipótesis, el capital cultural fue capaz de explicar las dinámicas de consumo cultural en el momento en que los estudiantes ingresaron a la Universidad Veracruzana, pero una vez que trascurrió el primer año, el capital cultural de los estudiantes deja de ser la variable que explica la dirección del consumo cultural, mientras que las disciplinas, sus procesos de socialización y la valoración que tienen construida sobre la importancia del consumo cultural pasaron a ser, junto con otros factores como la oferta cultural de la ciudad, elementos que pueden ilustrar en qué medida se orienta ahora dicho consumo.

Si recuperamos nuestro marco teórico podemos decir que hasta antes de ingresar a la universi-dad la socialización primaria es la que explica, en nuestro caso mediante la noción de capital cultu-ral, la entrada en contacto con la estructura social objetiva, matizada por las relaciones sociales que giran alrededor de su condición socioeconómica y sociocultural. De esta forma, los individuos son definidos, por un lado, según la situación que ocupan dentro de la estructura social, por otro, según la definición que reciben del mundo social objetivado en el que nacen (Berger y Luckman, 1972: 166).

A partir del primer año, entran en juego otros procesos que caracterizan a los individuos y que se ubican en el plano de la socialización secundaria, definida como todo proceso posterior que in-duce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad.

Por todo lo anterior, las prácticas culturales de los sujetos no solo son diversas en el sentido de su naturaleza como tales, sino que aparecen asimismo definidas de acuerdo con el significado objetivado que ellas tienen, pues aparecen en el mundo social como prácticas cargadas de significados distintos que en nuestra población de estudio están claramente asociados a la disciplina de adscripción.

Page 20: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

Capital cultural y prácticas de consumo cultural en el primer año de estudios universitarios

61Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

Referencias bibliográficas

Baudelot, C. y R. Establet (1981), La escuela capitalista en Francia, México, Siglo XXI.

Becher, T. (1997), Tribus y territorios académicos, Barcelona, España, Gedisa.

Berger, P y T. Luckman (1972), La construcción social de la realidad, Argentina, Amorrortu.

Bourdieu, P. (1987), “Los tres estados del capital cultural” (trad. M. Landesmann), en Sociológica, núm. 5, vol. 2, pp. 11-17.

Bourdieu, P. (1995), Respuestas. Por una Antropología Reflexiva, México, Grijalbo.

Bourdieu, P. y J. Passeron (1985), Los Herederos, México, Siglo XXI Editores.

Bourdieu, P. (2008), Homo academicus, México, Siglo XXI Editores.

Bouza, F. (1998), “Cultura popular”, en S. Giner, E. Lamo y C. Torres (eds.), Diccionario de Sociología, Madrid, Alianza.

Chain, R. y N. Jácome (2007), Perfil de ingreso y trayectoria escolar en la Universidad, México, Universidad Veracruzana.

Clark, B. (1991), El sistema de educación superior, México, Nueva Imagen/UAM-A.

Desmet, H. y J.P. Pourtois (1993), Prédire, Comprendre la Trajectoire Scolaire, Paris Presses Universitaires de France.

De Garay, A. (2004), Integración de los jóvenes en el sistema universitario, México, Pomares.

Eco, U. (1993), Apocalípticos e integrados, Barcelona, Lumen.

García, N. (coord.) (1992), El consumo cultural en México, México, CONACULTA.

Grediaga, R. (2000), Profesión académica: disciplinas y organizaciones, México, ANUIES.

Guzmán, C. (2002), “Reflexiones en torno a la condición estudiantil en los noventa: los aportes de la sociología francesa”, en Perfiles Educativos, núm. 98, vol. XXIV, pp. 38-56.

Guzmán, C. y C. Saucedo (2007), La voz de los estudiantes, México, Ediciones Pomares.

Guzmán C. y O. Serrano (2011), Las puertas del ingreso a la educación superior: el caso del concurso de selección a la licenciatura de la UNAM. Revista de la Educación Superior, núm. 157, vol. XL, pp. 31-53.

Lobeto, C. (2000), “Cultura popular: hacia una redefinición”, en R. Reyes (dir.), Diccionario crítico de ciencias sociales, Madrid, Universidad Complutense.

Martín, A. (2009), Perspectivas teóricas en torno a la sociología de la cultura, Madrid, Editorial Dykinson.

México, Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES) (2011), Anuarios Estadísticos, México, autor.

México, Instituto Nacional de Geografía y Estadística (2002), Anuario Estadístico de los Estados Unidos Mexicanos, México, autor.

Miller, D. (2007), Trayectorias escolares universitarias e institucionalización del PRONABES en la UAM. Tesis doctoral, México, FLACSO.

Molina, A. et al. (2012), Uso del tiempo y consumo cultural de los estudiantes universitarios, México, ANUIES.

Morin, E. (2003), Introducción al pensamiento complejo, España, Gedisa.

Page 21: Capital cultural y prácticas de consumo Cultural capital ... · La cultura popular clásica se relaciona con las manifestaciones culturales rescatadas del folclo- re y las tradiciones

José Luis Suárez Domínguez y José Fernando Alarcón González

62 Revista Interamericana de Educación de Adultos Año 37 • número 1 • enero - junio de 2015

Morin, E. (2007), El método, La identidad humana, España, Cátedra.

Piaget, J. (1970), Psicología y epistemología, México, Argentina.

Storey, J. (2002), Teoría y cultura popular, Barcelona, Octaedro, EUB.

Suárez, J. (2012), La integración de estudiantes universitarios en el primer año de estudios en la Universidad Veracruzana. Tesis doctoral, México, UAM-A.

Tinto, V. (1987), El abandono de los estudios superiores. Una perspectiva de las causas del abandono y su tratamiento, México, UNAM, ANUIES.

Torenbeek, M. et al. (2010), The effect of the fit between secondary and university education on first year achievement, Netherlands, University of Groningen.

Velasco, H. M. (1992), “Los significados de la cultura y los significados de pueblo. Una historia inacabada”, en Revista española de Investigaciones Sociológicas, núm. 60, pp. 7-26.

Wallerstein, I. (996), Abrir las ciencias sociales, México, Siglo XXI.

Weiss, E. (coord.) (2012), Jóvenes y bachillerato, México, ANUIES.