CAPBTULO ms. V PERCEPC~ONiESEN UNA SOC EDAD DE CASTAS · Revolución Francesa alimentando nuevas y...

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\, "CAPBTULO ms. ~Nf!)EPENDeNCHA: fiMt?AClíO V PERCEPC~ONiESEN UNA SOC EDAD DE CASTAS Este estudio parte del análisis de la independencia, resaltan- do las precondíclonee del proceso (realidades objetivas, mi- .. tos y creencias, descomposición de la sociedad de castas, y - despunte de los "sentimientos' clasistas de identificación so- . cíal), que anunciaban el comienzo del fin de un orden coloniaí regido por moldes socto-raelales. Sobre este basamento so- cial, Heno de ideas "inherentes", se movieron los símbolos de la Revolución Francesa alimentando nuevas y viejas esperanzas . de los sectores suóaltemos. Seguidamente se plantea que el 'influjo de la Revolución Haitiana y los discursos y promesas de los caudillos militares fueron el soporte de la presión soclal de las castas subordinadas. No obstarñé la presión de esas castas y su papel protagónico en la independencia, no se modificaron las relaciones de dominación ejercidas por las élites criollas. Ello se explica por el predominio de las fuerzas tradicionales que .ternteron perder sus privilegios sociales y que difícilmente . aceptaron la recepción formal del discurso republicano. 1. INDEPENDENCIA E IDEOLOGIAS POUTICAS El problema de la independencia política del virreinato del Nuevo Reino de Granada a comienzos del siglo pasado, ha si- do insistentemente abordado por los historiadores de la Aca- demia 'Colombiana de Historia; en cambio los nuevos historia- dores parecen no sentirse muy atraídos por el proceso de e- mancípaclón.It) La versión tradicional que se plantea sobre la independencia de Colombia es que ésta resulta de la proyec- ción tanto de los sucesos políticos en Estados Unidos y Fran- cia, como de su impacto sobre las élites cultas del virrelnato de la Nueva Granada.(2) Ese enfoque ínterpretatlvo -de masiva aceptación por su divulgación en manuales escolares de histo- ria- puede entenderse como una continuidad de las construc- ¡ ciones históricas del siglo XIX, específicamente la denominada historiografía liberal que justificaba el rompimiento con España y su proyecto político de introducir reformas que desmantela- ran el legado colonial (3). [65] -1;:1 FRiMe .--

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"CAPBTULO ms. ~Nf!)EPENDeNCHA: fiMt?AClíOV PERCEPC~ONiESEN UNASOC EDAD DE CASTAS

Este estudio parte del análisis de la independencia, resaltan-do las precondíclonee del proceso (realidades objetivas, mi-

. . tos y creencias, descomposición de la sociedad de castas, y- despunte de los "sentimientos' clasistas de identificación so-. cíal), que anunciaban el comienzo del fin de un orden coloniaíregido por moldes socto-raelales. Sobre este basamento so-cial, Heno de ideas "inherentes", se movieron los símbolos de laRevolución Francesa alimentando nuevas y viejas esperanzas

.de los sectores suóaltemos. Seguidamente se plantea que el'influjo de la Revolución Haitiana y los discursos y promesas delos caudillos militares fueron el soporte de la presión soclal delas castas subordinadas. No obstarñé la presión de esas castasy su papel protagónico en la independencia, no se modificaronlas relaciones de dominación ejercidas por las élites criollas.Ello se explica por el predominio de las fuerzas tradicionalesque .ternteron perder sus privilegios sociales y que difícilmente

. aceptaron la recepción formal del discurso republicano.

1. INDEPENDENCIA E IDEOLOGIAS POUTICAS

El problema de la independencia política del virreinato delNuevo Reino de Granada a comienzos del siglo pasado, ha si-do insistentemente abordado por los historiadores de la Aca-demia 'Colombiana de Historia; en cambio los nuevos historia-dores parecen no sentirse muy atraídos por el proceso de e-mancípaclón.It) La versión tradicional que se plantea sobre laindependencia de Colombia es que ésta resulta de la proyec-ción tanto de los sucesos políticos en Estados Unidos y Fran-cia, como de su impacto sobre las élites cultas del virrelnatode la Nueva Granada.(2) Ese enfoque ínterpretatlvo -de masivaaceptación por su divulgación en manuales escolares de histo-ria- puede entenderse como una continuidad de las construc-

¡ ciones históricas del siglo XIX, específicamente la denominadahistoriografía liberal que justificaba el rompimiento con Españay su proyecto político de introducir reformas que desmantela-ran el legado colonial (3).

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La supervivencia de esa pauta. analítica se explica por dosfactores: el primero, porque las imagenes herolzantes o queresaltan la capacidad ideológica de las éiites como conducto-res políticos, pretenden generar una conciencia histórica lla-mada a actuar "en el universo de la política y de las relacionessociales" (4); obviamente que lo anterior no es exclusivamenteuna característica de la versión liberal de la emancipación' sinoque esta subyace en la intencionalidad de la mayoría de lostextos de "historia patria".

El segundo factor es la rnlstlñcaclón tradicional del momen-to oríqlnarlo en que nacimos como Estado "libre e indepen-diente"; idea que tiende a perpetuarse casi que en los mismostérminos que lo plantearon los historiadores postindependentis-tas del siglo XIX, es decir, realzando la libertad frente a Españacomo un quebrantamiento radical con el pasado; la posibilidadde un "nuevo comienzo"; de incorporación a la corriente de la"civilización" o de o nacimiento a la "vida republicana" (5), a eseorden político que supuestamente nos hizo iguales a las demásnaciones del mundo. o

A la maqníñcaclón del influjo de ia independencia de losEstados Unidos y la Revolución Francesa, se 1eopone la con-cepción de entender el proceso como o resultado o de las -ideaspolíticas españolas y de la evolución de las diversas estructu-ras del mundo hispanoamericano. (6). Ese punto o de vista, aligual que el anterior, tiene sus raíces en el conflicto partidistadel siglo XIX, en cuanto que se expuso para justificar el pro-yecto conservador de la "Regeneración" (1886-1903), preten-diendo la revaloraclón positiva del pasado colonial yla recu-peración de los ideales hispánicos. (7) o

Una tercera posición sobre las filiaciones doctrlnarlas de laindependencia es la de admitir la convergencia de las tres co-rrientes ideológicas: castellana, anglosajona y francesa.(8) Elreconocimiento de la acción conjunta de varios idearios signi-ficó un avance en la forma de abordar el análisis en cuantoque éste pudo distanciarse de! debate partidista a que estabavinculado. El tema se problernatlza y adquiere mayor comple-jidad al ser examinado bajo perspectivas teóricas, métodos \jfuentes nuevas, principalmente en los trabajos de Jaime Jara-millo Uribe(9) y de Javier Ocampo López(1O); del lado de laAcademia Colombiana sobresale el libro de Rafael Gómez Ho-yos (11) por su esfuerzo de sistematización y globalización dedoctrinas filosóficas y políticas. Tales autores analizan el

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ideario de la qeneracion de independencia logrando precisarSU valoración de la herencia colonial, los argumentos con quejustificaron sus posiciones políticas,. y sus dis~ñ~s. y nocionesfilosóficas acerca o del Estado, la SOCiedady el individuo. Poste-riormente el estudio de la ideología de la independencia se ha

• enriquecido con trabajos sobre la prensa, la educación y lahistoria de la ciencia (12), que han contribuido a apreciar elambiente polñíco y cultural de la ~J??ca. Con tO?O I~_anterior

· subsisten vacros en torno a una VIS Ion compar~tlva y E? con-junto del pensamiento d~ "p'róceres" y grupos l!lt~lectu es devariadas o regiones del virreinato (usualmente limitada a per-sonajes santafereños); esto mismo conlleva a profundizar so-bre los grupos sociales, la economía y la sociedad, ubicandoel .cuadro de transformaciones o de permanencias-que expli-'quen el proce~o de "rompimiento" con la metrópoli. l_

, La idea de independencia política como resultado del influ-jo de las tres ideologías, ~rriba mencio.n~d~s, tiene como prin-cipales limitaciones anatítlcas la superñcialldad con que se en-fatizan los factores externos del proceso (la independenciade los Estados Unidos y la Revolución Francesa); en magnifi-car la actuación de la élite criolla debido a que supuestamentesólo una minoría letrada estaba en capacidad de asimilar eldiscurso revolucionario Y de "recubrir" o justificar ideológica-

~menté sus inte-reses políticos, económicos y sociales; y por úl-timo, como consecuencia de ese enfoque, en colocar a las

t masas populares en un segundo plano, exaltándolas tangen-f cialmente como base social del ejército libertador. \

Un examen no formalista de las tres influencias doctrinarlast fjdeas políticas españolas, independencia de los Estados Uni-• dos y Revolución Francesa), podría rastrear las "rutas" y "ca-I pas" ideológicas nuevas y antiguas de] ~as ~~prese~taciones¡ políticas a favor y en contra de la emancipacion. Indicaría las! mezclas de idearías, sus procesos temporales y los aspectosf originales o las readecuaciones resulta~te~ de la diversifica-

ción de realidades que presentaba el vírrelnato desde la se-, cunda mitad del siglo XVIII (diferencias e identificaciones entre: bs grupos socio-raciales; presión sobre la tierra; crisi~ ~e la! familia; el auge de conflictos y tumultos locales; etc). ASimismoi tendría que depejar los interrogantes que sugieren las usual s1 caracterizaciones tanto del movimiento comunero como del• proceso independentlsta, es decir el contraste entre dos h -¡O chos cronológicamente cercanos pero supuestamente distin-

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tos, en cuanto qua al primero se le reconoce un acendrado ea- _._ ción o la ''Virilidad'' de la edad adulta? Creemos que ésta estu-rácter popular y el segundo es percibido a partir de las actua- vo determinada tanto por la prornisorla pujanza que trajo ei si- ,ciones de las étites. Seguramente que la interpretación del glo XVIII, como por el desmoronamiento de las expectativasproceso emancipador podría variar ostensiblemente al pensar- que habían despertado las reformas borbónicas.se desde sus factores internos; desde las relaciones sociales Este intento de modernización moderada -a la "española"-entre las élites regionales y los sectores subalternos; y desde había dejado claras lecciones para las élttes hlspanoamerica-los antecedentes del proceso de crisis del orden colonial rna- nas: la primera, que la Corona no ofrecía otro tipo de relacio-nifestados con el alzamiento comunero de 1781.(13) Sólo en -nes políticas a las colonias; que estaba interesada en minar elesta perspectiva conoceríamos sobre la posterior incidencia de poder de los criollos dentro del aparato burocrático y que tanlos diversos factores g~"erales y locales que habían oriqínado solo pretendía favorecer el control sobre sus colonias. La se-la insurrección Comunera; la permanencia o la atenuación de gunda, que las colonias sólo interesaban en la medida de suslas expectativas populares que quedaron insatisfechas luego potencialidades como fuentes de materias primas y de contri-de la firma de las capitulaciones de Zipaquirá y tras el intento buclones. Y la tercera, que la preocupación de España porde José Antonio Galán de revivir la rebelión; y la experiencia adecuar las colonias a sus intereses, entraba en contradicciónque acumulan las élites para controlar la presión popular en con la estabilidad social de las élites. Era muy evidente que lasuna dinámica lnsurrecclonal tan compleja como la que présen- recientes rebeliones populares habían mostrado tanto la incon-tó el movimiento de 1781.(14) . formidad con el sistema colonial, como las tensiones_que en-

frentaban a las élites criollas y a las masas populares.

Los levantamientos de finales del siglo XVIII vinieron a dar Iforma real a la lenta pero creciente percepción de la existencia :de desequilibrios internos en la sociedad colonial. Se puso demanifiesto -que la estructura social se socavaba por su basecon las aspiraciones reivindicativas de mestizos, indios y ne-gros, surgiendo en la élite el miedo a perder su heqemonía ola conciencia de sentirse amenazados por las castas "oscuras"'de la sociedad. Ese miedo a la plebe se deja traslucir en el len-guaje de los primeros historiadores hispanoamericanos que re-lataron el desmenbramiento del imperio español; y que despre-ciaron a las castas no solo por representar lo autóctono o porel "fastidio hacia lo rústico", sino porque ellas estaban gober-nadas por los "vicios", las "bajas pasiones" y la "ignoran--cia"_(17)

Sobre los reales motivos de fa lncontormldad o "insolencia"i, de las castas hubo desde los últimos decenios del siglo xvm,• cierto grado de conciencia entre los altos funcionarios espa-

ñoles, algunos miembros de las élites y por supuesto los pro-pios sectores sociales subordinados. Tal conciencia se expre-sa en que comenzó él. rnoldearse de varias maneras una críticasocial y el intento de explicar o remediar a veces ingenuamenteciertos males que confundían o 'afectaban la sociedad. Losprincipales elementos de esa atmósfera socia! los hemos de-nominado así: virreyes borbónicos y políticas agrarias; creen-

2. ILOS INTERESES POPULARES· EN LA CRISIS DELORDEN COLONIAL

Las ideologías pudieron tener eco y nuevas elaboracionesdebido a la crítica situación que atravesó ta monarquía espa-ñola con la invasión francesa (1808), pero sobretodo por laexistencia en Híspanoamertca de condlclones internas quefavorecieron la ruptura política con España. Los intelectualeshispanoamericanos llegaron a considerar que un ciclo históri-co había llegado a su fin, en razón del proceso de transforma-ción alcanzado por las colonias españolas en aspectos tan sig-nificativos como el crecimiento demográfico, la expansiónagrícola y minera y el modesto impulso comercial. En el dis-curso de unos y otros aparece una comparación abierta y rei-terada con la noción jurídica de derecho de autonomía queadquiría el hijo frente a! padre, cuando aquel llegaba a la ma-yoría de eda , Uno de los primeros en utilizar tal argumentofue el granadino Pedro Ferrnfn de Varqas, en su gestión ante elgobierno de la Gran Bretaña en 1789(15), quien junto con elvenezolano Francisco de Miranda constituyeron el puente ge-neracional entre los hechos sociales que sacudieron a ambasregiones en los años ochenta del siglo XViII y los hechos políti-cos de la independencia.(16) ¿Cuál es el corte histórico quepermite pensar que las colonias habían adqulrtdo Ia madura-

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cías y mitos de las castas subordinadas; descomposición delorden socio-racial y las identificaciones interraciales subom¡nadas.

Procesos de colonización con iniciativa estatal se adelan-taron a partir de la década de 1780, luego del levantamientocomunero en la provincia de Antioquia donde, con gentes"ociosas", el Oidor Mon y Velarde, organizó tres colonias agrí-colas para abaratar costos e impulsar la producción minera; en

·Ia convulsionada provincia del Socorro, zona del Opón, con elargumento de limpiar ~e bandid.os las orillas del Río \Ii~~dale-na y de sostener el antiguo carnmo del Carare: en la re~lon del •• -..Darién, con campesinos del interior, con el objeto de evitar lasentradas de los ingleses; en los llanos Orientales para fortale-cer la reducción de tribus "bárbaras ", etc. (19)

2.1. Virreyes borbónícos y potttlcas Slgrarias

Los últimos virreyes del Nuevo Reino de Granadafueronclaros en indicar los problemas que' acarreaba el paulatinoproceso de concentración de tierras y las condiciones injustasde los trabajadores rurales. Uno de ellos describía la situaciónde la siguiente manera: .

2.2. Creencias y Mito$ de Has Casta$ Subordinadas....Ios hombres .medianamente acomodados se llamanaquellos que por falta de providencias precautivas de lademasiada agregación de tierras en un solo sujeto,- hanpodido a viles precios adquirir inmensos terrenos en quepor lo' regular tienen como feudatarios a los de inferiorfortuna. Los' primeros preservarán más arraigados a susposesiones por la ganancia que reciben de sus esparci-dos domésticos; pero éstos, que forman el mayor núme-ro .de habitantes libres, hacen propiamente una poblaciÓnvaga y volante que obligados de lá tiranía de los propie-tarios, . transmigran con la facilidad que les conceden elpoco peso de sus muebles, la corta pérdida de su ran-cho y el ningún amor a la pila en que fueron' bautiza-dos.... (18)

.Otra fuente originaria de nuevas preocupaciones de tipo so-cial fue la relación esclavista. Esta presentó una tendencia a lahumanización, paralelamente al gran auge de rebeliones quer,acudieron al Virreynato entre 1750 y 1790(20). Las nuevas in-quietudes frente a esa institución provenían de la tradición cris-tiana y de las teorías del derecho natural(21). Una y otrasfueron esbozadas ante los tribunales en múltiples pleitos quemostraban la actitud receptiva de las autoridades de dar res-

.puesta a las quejas de los esclavos y la permeabilidad que vadquiriendo la legislación frente a las solicitudes que versabansobre los más variados aspectos de su condición: alimenta-

.ción, buen trato, diversión en los días festivos, pago de jorna-les, salubridad, e incluso c:a~9io de amo y la. m~s~a libertad.La presencia de tales temáticas en procesos judiciales en lo'que se oponían los valores morales al valor de la propiedad,indicaban el grado de maleabilidad del derecho colonial; C'! racterístlca adquirida tanto por la reciente revii:alización del d

I recho natural de tradición romano-cristiana-española, como¡oor las nuevas realidades sociales que acompañaban el reno-: vado impulso de los alzamientos antiesciavistas, que se daban• en el marco de una sociedad mestiza en la que las "castas de~la tierra'; o los colores oscuros eran numéricamente dominan-I tes..

J la importancia de la contienda jurídica como .vehtcuío dif -sor de ideas antiesclavistas, se reflejó en la frecuencia de ma-

l numisiones judiciales; ras quejas de los esclavistas; y en losefectos sobre la población esclavizada de los triunfos legalesarrancados a e los amos. Sobre éste último aspecto, Juan Vi-

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El remedio de la situación planteada por los últimos gober-nantes coloniales, 'no fue más allá del esfuerzo por recogermendigos o por formar pequeños poblados con las "gentesdesperdigadas por los montes". Lejos estaban de considerarotra posibilidad de acceso a la tierra que no fuera la de Com-posición o compra-venta, que desdecluego constituía uno delos ingresos de las nunca satisfechas arcas de la realeza. Elotro camino que hubiera podido ser utilizado, el limitar la mo-nopolización o condicionar la titularidad a requisitos de explo-tación, habría tenido que enfrentar' la rebelión de los propie-tarios y alteraciones políticas imprevisibles. Por consiguiente,la vía más aconsejable fue la de apoyar la colonización de nue-vas tierras en áreas claves y con argumentos que no podíanser cuestionados por los propietarios, interesados por razonesobvias en mantener a su alcance y control a un exedenteapreciable de población.