Cap 10 Bioantropologia

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 47 Capítulo X BIOANTROPOLOGÍA Y BIOARQUEOLOGÍA: CAMPOS ABIERTOS A ENFOQUES INTERDISCIPLINARIOS

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CapítuloX

BIOANTROPOLOGÍA YBIOARQUEOLOGÍA:

CAMPOS ABIERTOS A ENFOQUESINTERDISCIPLINARIOS

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REFLEXIONES ACERCA DE LAUNICIDAD ANTROPOLÓGICA

ROMINA BRAICOVICH1, CAROLINA LEMA1 , GLORIA RODRÍGUEZ2,JULIA SOUL1 y VERÓNICA VOGELMAN1

Introducción

La situación actual del desarrollo de las Ciencias Antropológicas aparece fragmentada en diversos campos temáticos y disciplinares, que se desarrollan al calor de avances teóricos ‘locales’, emergentes de dichos campos y cuyas implicancias y posibilidades de generalización hacia otras áreas no se explo-ran.

El objetivo de este trabajo es realizar la experiencia de articulación entre el marco teórico-meto-dológico de la Ecología Humana - desarrollado en el campo disciplinar de la Antropología Biológica - y el problema de la reconversión productiva en la ex-SOMISA, actual Siderar - problema construido en el campo de la Antropología Sociocultural - . Este ejercicio conceptual nos permitirá dimensionar las potencialidades y los límites del marco teórico de la Ecología Humana, tal como es desarrollado por Morán (1990, traducción nuestra) para el abordaje de procesos sociales actuales1.

Proponemos retomar y problematizar la noción clave de “cambio adaptativo” tal como es desarro-llada por la Ecología Humana, para pensar los procesos de cambio social y las rupturas y las continuidades que están implicadas en ellos. Desde esta perspectiva, los sujetos desarrollan, ante los procesos de cambio, “estrategias adaptativas” que les permiten reproducir sus relaciones con el ambiente.

Intentaremos indagar en los procesos dinámicos que transforman el sistema de relaciones sociales a través del cual se define nuestra unidad de análisis, desde los dos conceptos planteados anteriormente. Epistemológicamente, es necesario dar cuenta de la complejidad y extensión de las sociedades humanas como sistemas abiertos. En este sentido, el Centro Siderúrgico General Savio (ex - SOMISA, actual Siderar) es pasible de ser analizado como un subsistema complejo con características particulares, que es parte constitutiva del sistema social mayor. Metodológicamente, es necesario abstraer, a los fines del análisis, una serie de relaciones sociales que se desarrollan durante el proceso de cambio que aborda-remos. En este artículo nos centraremos en las relaciones de trabajo, es decir aquellas que se dan en el proceso de producción en dicho centro.

Será a través de estos tres conceptos claves que realizaremos una reflexión crítica acerca de los aportes que el marco conceptual de la Ecología Humana puede realizar tanto al planteamiento como al desarrollo de problemáticas abordadas generalmente desde la Antropología Sociocultural.

1 Escuela de Antropología, Facultad de Humanidades y Artes, U.N.R.2 Centro de Estudios de Historia Obrera / U.N.R.

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Cambios y Rupturas en el ambiente. Proceso de Privatización

En el presente apartado, intentaremos explorar los límites y las posibilidades del concepto cambio adaptativo para pensar el proceso de privatización de la ex - SOMISA.

Tanto desde la reconstrucción que los sujetos realizan de este período como desde los supuestos con los que abordamos la investigación, el proceso de privatización emerge como un hito en el proceso de cambios en el ambiente. Este proceso, para los trabajadores, comienza en 1989 y atraviesa diferentes etapas hasta la actualidad.

La política de privatizaciones en el país comienza durante la primera etapa del gobierno que asume el poder en julio de 1989. En un lapso relativamente corto de tiempo, se privatizan gran parte de las empresas productoras de bienes y servicios nacionales. Las implicancias de la privatización de estas empresas no son sólo económicas. Las privatizaciones también tuvieron un fuerte impacto social y cultural, no sólo a nivel regional o nacional, sino, y particularmente, a nivel de los procesos y relaciones de trabajo en las empresas privatizadas.

En el caso que estamos abordando, la privatización se concretiza el 26 de noviembre de 1992, cuando la siderúrgica estatal pasa a manos de la Organización Techint. Sin embargo, este pasaje es parte de un proceso que comienza a partir de 1989. Desde ese momento, las distintas

Intervenciones designadas por el poder Ejecutivo Nacional, comienzan a desarrollar las políticas necesarias para aumentar (optimizar) la rentabilidad de la empresa.

Estas políticas contemplaban, como su eje principal, la reducción de personal (a través de la figura legal del “Retiro Voluntario”) y sientan las bases para el proceso posterior de reconversión productiva. Se cierran sectores considerados obsoletos (como acerías Siemens Martins) o poco competitivos (sectores de productos no - planos). Se postulan nuevos niveles de producción, que implican el cierre de uno de los dos Altos Hornos. Son particularmente las dos últimas intervenciones –la de Jorge Triacca y la de María Julia Alsogaray– las que profundizan las políticas de reducción de personal. Así, en poco menos de dos años, la dotación de personal de SOMISA pasa de 11871 a 56002 . Es decir que la cantidad de trabajadores se reduce más de un 50% y continúa reduciéndose hasta la actualidad.

Al interior de la planta, este período fue de gran incertidumbre: circulaban ‘listas negras’, con los nombres de aquellos trabajadores ‘recomendados’ para el Retiro Voluntario; a esto se sumaban los rumores de toda índole (desde el nombre del futuro comprador, hasta el de que no había más materia prima para abastecer la planta). Por otro lado, se percibía un proceso de ‘vaciamiento’ de insumos y repuestos básicos para continuar la producción. En este período es común que los trabajadores recuerden que debían fabricar ellos mismos los repuestos necesarios para continuar con la producción.

Así, entre 1989 y la actualidad, los trabajadores de la ex - SOMISA han experimentado una serie de cambios fundamentales en el ambiente con el que interactúan cuando desarrollan sus prácticas laborales.

Aproximación Descriptiva al ambiente.Problematización de categorías – ambiente y CYMAT

Para Morán el ambiente está constituido tanto por la dimensión física como por las dimensiones política, económica, social e histórica. Desde la perspectiva planteada en la Introducción, problematizar la noción de ambiente, es necesario como paso lógico para complejizar el concepto de cambio adaptativo.

Lo que presenta una primera dificultad en el caso abordado es la conceptualización de la di-mensión física del ambiente. En primer lugar, no podemos obviar el hecho de que las características del ambiente físico son producto de una actividad específicamente social y humana: la industria, por lo que es necesario un concepto que pueda expresar ese doble carácter del ambiente físico en la unidad de análisis abordada.

En el desarrollo del presente trabajo, mostraremos que la influencia del ambiente físico sobre las estrategias construidas por los sujetos se encuentra sumamente mediada por las dimensiones sociales, históricas, políticas y económicas del ambiente.

En este sentido, creemos que el concepto ‘condiciones y medio ambiente del trabajo’ (CyMAT) desarrollada por H. Neffa (1994) nos permite focalizar en las estrategias adaptativas emergentes en la interacción entre los sujetos y el ambiente de trabajo. Este comprende tanto las relaciones sociales desarrolladas en el proceso de producción, como las condiciones del ambiente físico particulares de la

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industria siderúrgica. Es necesario aclarar que las condiciones de trabajo en la industria siderúrgica son bastante particulares, dadas las características de la producción. La siderúrgica es una industria de proceso continuo. Esto quiere decir que el trabajo humano no interviene directamente en la transformación de la materia prima, sino que cumple, principalmente el papel de controlar que el proceso de transformación llegue a buen término.

El concepto Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo comprende todas aquellas variables que, en diversos niveles “... van a influir sobre la vida y la salud física y mental de los trabajadores insertados en su colectivo de trabajo, influencia que va a depender en cada caso de las respectivas capacidades de adaptación y de resistencia a los factores de riesgo” (Neffa 1994: 125.)

Así, el concepto CyMAT nos permite conceptualizar lo que de particular posee el ambiente físico de la unidad productiva del Centro Siderúrgico General Savio y visibiliza las articulaciones entre los diferentes factores constitutivos del ambiente. En lo que sigue, identificaremos cómo se manifiestan en la planta los principales factores que Neffa postula para el análisis de las CyMAT.

Las condiciones del ambiente físico de trabajo son sumamente duras: hay sectores enteros en los que los trabajadores están expuestos a temperaturas que superan los mil grados centígrados (Acerías LD, el Alto Horno y Laminación en Caliente son los más importantes). Sectores como Coquería, en los que es constante la presencia de polvillo de coque y escoria en el aire. La parte superior del Alto Horno, por la que constantemente circulan gases sumamente nocivos para los trabajadores. En todos los sectores, un nivel de ruido constante, que, incluso, aumenta en algunos de ellos.

El proceso productivo requiere la presencia constante de personal en la planta, por lo que éste está organizado en turnos. El tiempo de trabajo se ve configurado de manera particular, ya que implica rotación de horarios y trabajo nocturno. Esto repercute en “...el ‘reloj interno’, en el ritmo circadiano (...)La vida familiar y social se ve desarticulada y la fatiga se acumula” (Neffa 1994: 127/128.)

Esta serie de condiciones ambientales son aquellas constitutivas del proceso de producción de acero. Por lo tanto, sólo es posible moderar sus efectos, mas no hacerlos desaparecer –por ejemplo, los niveles de exposición al calor se pueden disminuir mediante la instalación de equipos de aire acondicionado–. Estas son condiciones ambientales que repercuten en el trabajo de manera total, esto es, tanto en su dimensión física, como en la mental y la psíquica. También suponen un nivel elevado de riesgo de accidentes de trabajo, con grados variables de gravedad, que van desde incidentes menores hasta accidentes fatales.

Es por eso que los trabajadores sometidos a estas condiciones están contemplados en un régimen especial de trabajo y de jubilación, que incluye particularidades en el régimen salarial. Al salario básico se le adicionan primas por turnicidad, por calorías y por insalubridad. La limitación de este reconocimiento es que las condiciones ambientales permanecen estables (por lo que explicitamos anteriormente) y sólo se negocian los términos de ‘venta de la salud’ de los trabajadores.

Este es un ‘núcleo estable’ de condiciones de trabajo que exige un proceso de adaptación de los trabajadores. En cuanto a la dimensión física, los trabajadores perciben las condiciones ambientales mencionadas en términos de las repercusiones sobre su salud. Numerosas patologías (cardiovasculares, traumatológicas, musculares, etc.) que se manifiestan en los sujetos - incluso después de haber abandonado el puesto - encuentran su origen en las condiciones del ambiente físico del trabajo. La percepción de los regímenes particulares de jubilación y salariales está enraizada en los problemas de salud originados por las condiciones de este ambiente.

“Es jubilación de deterioro, por qué te jubilan a esta edad? Te jubilan a esta edad porque ya nosotros... si somos buenos para la empresa en lo que hacíamos, ya empezamos a costar más de lo que tendríamos que costar... me entendés? Porque ya nos empezamos a enfermar... empezamos a pasar parte de enfermo, me pasa tal cosa. Miren lo que me pasó a mí... y eso no me pasó porque me pasó... me pasó porque... tengo una deformación en la cervical de estar... veintiocho años manejando una grúa; tengo problemas en la columna, me entendés? Tengo problemas en el oído, a través de... de los ruidos y todo... Entonces, ya un obrero, que ya cumplió su ciclo en una palabra, pasa a ser una herramienta en desuso. No te jubilan porque, un decir, eh... sos un pendejo todavía, te podés ir para tu casa y disfrutar... No. Te jubilan porque ya para la empresa, pasás a ser un estorbo.” (Entr. N° 4)

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La percepción de estas condiciones ambientales por parte de los trabajadores es compleja ya que alimentan una significación negativa del trabajo, que se expresa, como explicitamos más arriba, en relación con la salud y la seguridad del mismo.

Complejización de la categoría “cambio adaptativo”

Para Morán los procesos de cambio adaptativo deben ser conceptualizados en sentido no - evolutivo y refieren a las transformaciones “...fisiológicas y de comportamiento seleccionadas por cambios am-bientales” (Morán 1990: 27). Estos cambios, si bien permean al sistema en su totalidad, apareciendo en diferentes niveles de análisis, son observables y analizables adecuadamente sólo en un nivel, que el investigador debe explicitar (individuos, grupos domésticos, sociedad, especie).

En nuestro caso, optamos por trabajar las estrategias adaptativas a nivel individual, avanzando, en el análisis, hacia una descripción de las estrategias adaptativas a nivel poblacional. La población, aquí, está compuesta por el conjunto de los trabajadores de la ex SOMISA.

Los procesos de cambio adaptativo se desarrollan, para el autor, cuando las poblaciones “...re-conocen que las presiones ambientales cambiaron de forma acentuada y permanente y no representan simplemente variaciones estacionales.” (Moran 1990: 31).

La relación entre la población de trabajadores y los procesos de cambio adquiere algunas parti-cularidades, que analizaremos en lo que sigue, y que nos permiten repensar los conceptos con los que venimos trabajando:

En primer lugar debemos reflexionar sobre la génesis de las presiones ambientales. Éstas no responden a cambios en el medio físico. Hemos relatado cómo, en efecto, las condiciones ambientales constitutivas del proceso de producción siderúrgico –física por parte de los trabajadores– se mantienen a través del tiempo.

Las presiones ambientales –tanto en el corto como en el largo plazo– encuentran su origen en procesos de cambio en las dimensiones constitutivas del ambiente específico de las sociedades humanas, particularmente de las sociedades industriales. Así, son las dimensiones política y económica las que aparecen como aquellas desde las cuales se originan las presiones ambientales a las que se enfrenta la población trabajadora de la ex SOMISA desde 1989.

Estas presiones ambientales son percibidas por los trabajadores en términos económicos y sociales; y en estos términos se desarrollarán las estrategias adaptativas.

Desde el marco teórico de la Ecología Humana las estrategias adaptativas que estructuran las po-blaciones se nos presentan como un proceso llevado a cabo por la población en su conjunto. Sin embargo, el proceso de cambio adaptativo planteado para la población de trabajadores presenta la particularidad de que impone, al mismo tiempo que las presiones ambientales, las posibilidades de estructurar (Giddens 1995) estrategias adaptativas claramente delimitadas. Una vez visibilizadas las posibles estrategias adaptativas, no es la población de conjunto el sujeto de una estrategia común, sino sujetos individuales que la deciden en función de las opciones impuestas.

Este proceso de desarrollo de estrategias adaptativas demuestra que la población trabajadora de la ex SOMISA no emprendió un proceso de cambio adaptativo respondiendo a necesidades propias. Por el contrario, la imposición tanto del proceso de cambio como de las posibles estrategias para enfrentarlo son producto de sujetos exteriores a la población de trabajadores –aunque en íntima relación con ella–.: los nuevos propietarios, que poseen el poder de controlar el proceso productivo y su dinámica.

Un núcleo central de reflexión y problematización del concepto de cambio adaptativo tal como lo plantea Morán es que la ‘disyunción’ entre el carácter positivo y negativo de las estrategias adaptativas se resuelve planteando que “... cualquier adaptación exitosa en relación a un problema lleva, en la mayoría de los casos, a la mala - adaptación en otro nivel. Así, lo que beneficia a un individuo puede ser contraproducente para la sociedad” (Morán 1990: 28)

Creemos que resulta por lo menos insuficiente remitir a la disyunción de las estrategias adapta-tivas entre distintos niveles como principal elemento explicativo de los procesos de cambio acaecidos en la ex SOMISA.

A medida que avanzamos en el análisis del proceso se nos presenta como uno de los límites más visibles del concepto de cambio adaptativo la imposibilidad de dimensionar las relaciones de poder como constitutivas del proceso de cambio.

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Tendencias de cambio de largo plazo. Reconversión ProductivaLa adquisición de la empresa por la Organización Techint, supuso la profundización del proceso

de reconversión productiva. Desde 1992, las tendencias que consolidan el proceso de reconversión en el largo plazo (informatización del proceso productivo, reestructuración de la organización y la gestión del mismo) que se encontraban menos desarrolladas por la gestión estatal se aceleran, en tanto aquellas tendencias de corto plazo (reducción de personal, limitación de la capacidad productiva tanto en cantidad como en tipo de productos) operan de manera menos evidente.

Son tres los cambios más evidentes en el proceso productivo que la Organización Techint imple-menta, como parte de su propia estrategia productiva:

- proceso de automatización, informatización- innovaciones organizacionales y de gestión del personal.- tercerización

Estrategias adaptativas:

Las estrategias adaptativas que les son impuestas a los individuos en el marco del proceso de cambio son básicamente dos: acogerse a los planes de retiro voluntario o permanecer trabajando para la empresa. Es minoritaria la cantidad de trabajadores de la ex SOMISA que pudo efectuar una elección personal en relación con estas dos posibilidades3.

En lo que sigue enumeraremos las distintas condiciones en que se establece la ‘opción’ por el retiro voluntario, para después profundizar en el análisis de las estrategias construidas por aquellos trabajadores que permanecieron en la empresa.

Retiros Voluntarios: el carácter determinante de las “presiones psicológicas”El sector de trabajadores que ‘opta’ por el Retiro Voluntario, si bien reconoce el carácter personal

de la decisión, plantea, al mismo tiempo, las presiones de carácter psicológico que sufrían en el contexto de incertidumbre que se vivía al interior de la planta.

“Era una, una situación, viste, vos decís acá no sé que va a pasar pero todo fue, hoy visto a diez años de distancia, digamos, digamos estuvo, los tipos que lo hicieron lo hicieron bien. Crearon lo que estos de Techint llaman: “hay que generar la crisis”, dicen, no?, claro, cuando hay un problema que vos no sabes, este eh, como solucionarlo lo generan la crisis, es decir, y bueno empiezan a, este eh, a meterte determinada condiciones o algo que vos, te superan a vos, entonces, vos entras en crisis porque no sabes que hacer. Bueno, que hicieron ellos?. Generaron la crisis; que cual fue?, la incertidumbre de la gente.” (Entr. N° 3)

En este fragmento observamos que cuando la construcción de estrategias adaptativas se realiza en un nivel individual, el modo en que los sujetos introyectan las presiones ambientales es determinante de las estrategias mismas.

Los factores de esta presión psicológica que aparecen reiteradamente en la reconstrucción que los trabajadores realizan del período de la privatización son: el envío de telegramas de suspensión:

“(...)Por ejemplo, el caso mío, a mí me mandaron un telegrama, cosa que yo... no me lo esperaba que iba a... venir. Después me dijeron que no... que... tenía la posibilidad de... seguir, que los telegramas habían sido mandados (...). Y bueno, y yo no... yo por una si-tuación de orgullo no... de orgullo o de cosa personal no quise eh?... no quise seguir (... )” (Entr. N° 5)

La reubicación masiva de trabajadores en puestos diferentes al cerrar los sectores en los que se desempeñaban:“(...) Si no te vas hoy, y te querés quedar, en vez de seguir ocupando el puesto que estás ocupando, eh... pasás a ocupar el puesto que ellos quieran. El sueldo no te lo bajan, pero te... también te decían ‘bueno, si vos te vas hoy tenés treinta mil, y si vos no te vas hoy, pasás a ocupar cualquier puesto y el día que te vayas no vas a tener los treinta mil’, entonces... pasó eso, acá en San Nicolás mucha gente se fue a través de... de del dinero que le ofrecieron, pero el dinero se va.” (Entr. N°4)

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Por otro lado, existen amplios grupos de trabajadores –que constituyen la mayoría de los ‘reti-rados’– para quienes la opción se planteaba en términos del despido o el retiro voluntario. Este sector de trabajadores está constituido por aquellos que eran contratados, que por accidentes de trabajo eran discapacitados y los jóvenes de menor antigüedad en la empresa.

Los que se quedaron:Como hemos planteado, la adquisición de la siderúrgica estatal por parte del conglomerado Techint

supuso la transformación de las condiciones ambientales de trabajo.Existe un núcleo de condiciones ambientales cuyo impacto puede moderarse, más no neutralizarse.

En este sentido, las políticas de prevención de accidentes y de seguridad puestas en marcha por los nuevos propietarios de la empresa, generan una serie de percepciones vinculadas con la disminución de riesgos de accidentes de trabajo en relación con la ex - SOMISA. Éstas están ancladas en las estadísticas de acci-dentes que la empresa publicita por medio de carteles en cada sector y premios y reconocimientos para los trabajadores que cumplen ‘récords de seguridad’.

Sin embargo, en este registro estadístico de los accidentes no se contabilizan aquellos protagonizados por trabajadores contratados o eventuales. Situación que encubre el hecho de que la cantidad de accidentes fatales en Siderar en diez años es mayor que la que tuvo SOMISA en treinta.

El proceso de adaptación de los trabajadores que permanecen en la empresa puede ser descripto de manera bastante general para todos los casos. Se trata del cambio en las propias prácticas laborales, determinado por los procesos que mencionamos en el apartado dedicado a los cambios adaptativos. Desarrollaremos las implicancias de los procesos de informatización, tercerización e innovaciones en la gestión de personal, en lo que éstos tienen de determinantes para las estrategias adaptativas llevadas adelante por los trabajadores.

Informatización:Uno de los cambios más importantes percibidos por los trabajadores es la informatización de

gran parte del proceso productivo. Éste supone un cambio cualitativo en el trabajo, que es percibido por los trabajadores como de “mayor presión psicológica”, en relación con el “menor esfuerzo físico” que implica el trabajo en la actualidad.

La informatización supuso que los trabajadores emprendieran una serie de cursos de capacita-ción. Éstos pasan a ser constitutivos de la actividad laboral. Es necesaria una cierta cantidad de horas de capacitación para garantizar la permanencia en el puesto de trabajo. Esto modifica la actitud de los trabajadores frente a la necesidad de capacitación.

“ (...)a... través de cursos, a través de cursos, de charlas, cosa que SOMISA no... no... Si lo hacían no te exigían ir, si lo hacían, no te exigían ir.(...) Hoy esta empresa te pide, eh... y... tenés que firmar a los cursos que vos concurrís, me entendés? Entonces... tenés un asesora-miento, que en SOMISA no tenías. (...) Vos en ese momento, tenés que concurrir a todos los cursos que ellos te soliciten que vayás. Y... te presionan - porque vos te podés arreglar con el supervisor ‘che, mandá a otro, yo no voy’ - pero te presionan a través de las categorías. (...)” (Entr. N° 4)

Pensando cómo se relaciona la informatización con el proceso de trabajo, podemos plantear que supone la intensificación del trabajo ‘intelectual’ y una disminución del trabajo físico. Esto implica que los trabajadores se vean en la necesidad de reformular las viejas prácticas laborales ya que cambia cua-litativamente el carácter de las tareas a realizar por cada individuo.

“No, no el trabajo físico, intelectual sí, por que? Porque vos al, este eh, al darte más, digamos, más variables que controlar simultáneamente tu, tu nivel, este eh, mental de actividad aumenta. No es lo mismo el tipo que está barriendo, donde a lo mejor tiene un trabajo físico importante, pero mentalmente está pensando en cualquier cosa; que un tipo, este eh, que está barriendo pero, a su vez, tiene que pensar a quien le compra la escoba, tiene que pensar a cuanto se la compra, y tiene que pensar, este eh, porque se la compra. Por que compra una escoba y no un escobillón o una aspiradora.” (Entr. N° 3)

Innovaciones Organizacionales y de Gestión de Personal.El proceso de reconversión industrial supone innovaciones en la gestión de personal. Estas implican

la “horizontalización de las responsabilidades”, esto es: un número menor de puestos de trabajos asumen las mismas responsabilidades que antes se repartían en un pirámide jerárquica mayor. En este proceso de

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transformación todos los puestos de trabajo ven modificadas sus tareas, asumiendo el control de un mayor número de variables - el control de los costos, de los tiempos muertos, de la cantidad y calidad de incidentes/accidentes, etc.- en el proceso productivo.

Este proceso de ‘intelectualización’ del trabajo está vehiculizado por las innovaciones tecnológicas que desarrollamos anteriormente, por lo que la informatización y la mayor presión psicológica en el trabajo son percibidas por los trabajadores como dos procesos correlacionados y mutuamente imbricados.

“(...) la responsabilidad no solamente de la supervisión, de toda la empresa, este eh, aumento, aumento porque al definir como función tuya como una descripción de objetivos te hacen intervenir en cosas que vos antes no intervenías, por ejemplo, si vos necesitabas un repuesto tener que ir a hablar vos personalmente con el proveedor cosa que ante se hacía en equipos muy específicos y cuando había muchos problemas sino yo, supervisor de mantenimiento, necesitaba un repuesto iba al almacén …repuesto y lo cambiaba. Hoy yo tengo que intervenir sobre el repuesto, pedirle rebajas al proveedor, este eh, hasta controlar la calidad del repuesto.(...)” (Entr. N° 3)

Tercerización:En el período anterior a la privatización, existían algunas fases u operaciones específicas del

proceso de producción que se encontraban tercerizadas. Las características del proceso de tercerización emprendido por los nuevos propietarios son radicalmente diferentes: la tercerización avanza hacia sectores del proceso productivo que no resultan directamente necesarios para el mismo: servicios de informática, de transporte al interior de la empresa, de mantenimiento, de ingeniería de algunos equipos, etc.

La conformación de las empresas que se harán cargo de estas tareas es, en muchos casos, producto de la asociación de trabajadores de la ex SOMISA que, una vez que se acogieron a los planes de Retiro Voluntario, invirtieron el dinero obtenido en la conformación del capital para comprarle a la empresa los medios e instrumentos de trabajo.

Esto supone un cambio radical en las condiciones ambientales de trabajo de los sujetos involucrados en este proceso, fundamentalmente en las sociales y económicas. Los trabajadores pasan a ser propietarios, deben modificar sus pautas tradicionales de gestión de su propio trabajo y, en tanto ‘empresarios’, deben competir con otras empresas en los momentos en que renuevan los contratos. Por otro lado, las condiciones de contratación impuestas por Siderar, empeoran paulatinamente, fundamentalmente en lo que hace a las exigencias de costos y tiempo de producción.

“Tendencia... claro, hay algo que es inevitable, es decir... para una pers.. para un grupo de gente que ha vivido veinte o treinta años en relación de dependencia, este... vivir en la calle como... prestador de servicios es muy, muy difícil; porque... por así decir; la calle tiene otro lenguaje, tiene otra actitud, tiene otro modo. Es decir... no quiero, no quiero este... dar ejemplos que, por ahí, no son del todo correctos, pero es... es evidente. La calle tiene otra cosa. Es decir, a veces hay que hacer cosas lógicas, otras no tan lógicas y... y, eh?. Y el tipo que está en relación de dependencia, está cumpliendo una misión, llega fin de mes, le pagan, se terminó el problema y... y no, y de repente, de empleado a ser, este, empresario, es una cosa... difícil. Eso ya es un, un primer gran inconveniente. Segundo gran inconveniente, es que se daba a grupos de gente que tenían que trabajar asociada. Y las sociedades, uf, como toda sociedad, hasta la más grande, por decir así, que es el casamiento, hoy dura menos que antes.” (Entr. N° 5)

ConclusionesPlantearemos, en este apartado, lo que, a nuestro entender, son los límites y las potencialidades

de los conceptos abordados.En este sentido, el concepto de cambio adaptativo nos permite observar el desarrollo del proceso

de manera global, visibilizando las continuidades que se producen en contextos en que lo aparente es el cambio total. Aunque, en primera instancia, dicho concepto posibilita la focalización de las rupturas, un abordaje que de cuenta de la dimensión temporal del proceso, permite explorar las continuidades que perduran en el seno de los cambios y, que en el caso de los trabajadores de la ex SOMISA, aparecen como la permanencia de prácticas laborales desarrolladas a lo largo de treinta años de trabajo en la Siderúrgica.

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“Este... uno de los graves problemas que nosotros tenemos, nosotros, porque la empre-sa no lo quiere ver, uno de los graves problemas es que tenemos que ir, en muchísimas ocasiones tenemos que ir a rehacer lo que las empresas contratadas hacen, porque... hay muchísimas cosas que quedan mal.(...) Nosotros porque la experiencia nos llevó a poder hacer cosas que el que no tiene experiencia no las puede hacer; nada más que por eso.” (Entr. N° 1)

Retomando a Morán, la dimensión histórica del ambiente aparece como constitutiva de las con-tinuidades, y que el proceso de adaptación cultural aparece como “...es lento y conservador...” (Morán 19901: 70). Este conservadurismo deviene en un nivel de resistencia a la imposición de los cambios ambientales y se manifiesta en la persistencia de prácticas laborales desarrolladas en condiciones am-bientales diferentes.

“Cada respuesta al ambiente sea físico o social es una respuesta mediada por la categorización efectuada a través de estructuras lógicas (...) influenciada por experiencias pasadas y por la estructura social.” (Morán 1990:81) En este sentido, las percepciones de los trabajadores a nivel ideológico estruc-turarán tanto la introyección de las rupturas como el desarrollo de las estrategias adaptativas. ¿Adaptación a qué? Pues a las nuevas condiciones de trabajo impuestas por los nuevos propietarios de la empresa. Estas transformaciones son las que estructuran la dicotomía a través de la cual los trabajadores conden-san los cambios: trabajar para el Estado/ trabajar para un privado. En la percepción de los trabajadores, la producción de acero se encuentra visibilizada históricamente como una cuestión constitutiva de un proyecto de país, como la ‘madre de las industrias’, percepción reforzada por el hecho de que SOMISA era de propiedad estatal y, en este sentido, “de todos los argentinos”. Esto genera una serie de signifi-caciones que fortalecerán el ‘orgullo’ y la reivindicación de la experiencia desarrollada en la planta, al mismo tiempo que resultarán disparadoras de la evaluación de los nuevos propietarios.

“(...) es cierto que el trabajo es distinto, hay más presión, porque antes era nacional y ahora es privado, también es cierto que la tecnología que nos han dispuesto ahora, eh... ayuda a que trabajemos mucho más tranquilos. O por lo menos de otra forma. Lo que ocurre es que uno está acostumbrado, después de muchos años, a trabajar en una empresa del Estado; trabajar en una empresa privada, a veces cuesta, para algunos más que a otros. A mí, particularmente, no me costó nada...” (Ent. N°1)

Otra de las potencialidades abiertas por este marco es de orden metodológico. El abordaje de los procesos a un nivel determinado permite indagar en profundidad las relaciones hombre/ medio y al mismo tiempo, explorar las articulaciones de esta interacción con el resto de los niveles de integración. Este análisis por niveles permite identificar tendencias generales a corto y largo plazo y las particularidades que se manifiestan en el nivel de análisis elegido.

A lo largo del trabajo hemos esbozado dos de los principales límites que, a nuestro entender, presen-tan los conceptos desarrollados para el abordaje de los procesos sociales. La primera limitación es de orden epistemológico y deriva de la última de las potencialidades desarrolladas. Así como podemos avanzar en la comprensión de los procesos sociales a distintos niveles, obstaculiza la focalización del conflicto, porque al naturalizarlo no permite pensarlo como categoría explicativa de los procesos sociales, por eso invisibiliza las tendencias que otorgan dinámica a los mismos.

Por otro lado, y esto está directamente vinculado con la segunda de las limitaciones que esbozamos, en la explicación de las articulaciones entre los diferentes niveles las relaciones de poder desaparecen como condicionantes de las “opciones adaptativas” que se presentan en los restantes niveles.

En el proceso que hemos analizado, por ejemplo, la explicación de la articulación entre el nivel de ‘población trabajadora’ y el nivel de ‘empresa’ no puede soslayar el hecho de que la ‘estrategia adaptativa’ emprendida por la empresa, aunque puede ser evaluada como ‘positiva’, siguiendo a Morán, implica el ejercicio de relaciones de poder sobre el nivel de la población trabajadora que determinan las posibles estrategias adaptativas que ésta puede emprender.

Creemos que este problema se oculta cuando, en la explicación de las articulaciones entre niveles se parte del supuesto de que las buenas adaptaciones en un nivel implican, en la mayoría de los casos, malas adaptaciones en otro.

Notas

1. La información y registros acerca del proceso productivo en la ex – SOMISA, actual Siderar, fueron obtenidos por Julia Soul, Martín Gabiniz y Emiliano Fagotti en el transcurso del Trabajo de Campo para la tesis de licenciatura (dirigida por Gloria Rodríguez) y Seminario Regional, respectivamente. Dicho trabajo fue realizado en el transcurso del año 2001.

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2. La dotación consignada es la de la Planta General Savio. Datos extraídos de informes de la Seccional San Nicolás de la Unión Obrera Metalúrgica. La dotación total (es decir, sumando a los trabajadores de planta, a los contratados y a los de casa central, en Capital Federal) ascendía a 14303 en Mayo de 1991 y, hacia sep-tiembre del mismo año, había disminuido a 10087 (Clarín. Supl. Económico. Octubre 1991).

3. No es nuestro interés cuantificar con exactitud la cantidad de trabajadores cuyo Retiro Voluntario implicó una elección personal, sino poner de relieve las distintas dimensiones de las presiones ambientales percibidas por ellos.

Bibliografía

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UN EJEMPLO DE DENTISTERÍA PREHISTÓRICA EN UNRESTO HUMANO DEL DELTA DEL PARANÁ

LIVIA F. KOZAMEH1

Introducción

El material estudiado proviene de una población de habitantes prehispánicos, no guaraníticos, llamados por Ceruti (m.s.mec.) Tipo Cultural Goya - Malabrigo. Otras denominaciones aplicadas a este grupo son la de Chaná - Timbú y Ribereños Plásticos. La primera de ellas corresponde al horizonte etnográfico y la segunda proviene de la Arqueología.

El área insular habitualmente ocupada por estos habitantes prehispánicos se encuentra en el Delta Medio del Río Paraná y se ubica frente a la ciudad de Rosario, Departamento Victoria, Provincia de Entre Ríos (República Argentina), por detrás de la cadena de islas que a esa altura forma la margen izquierda del mencionado río, a 33 º S y 61º O (Gaspary 1950). Los sitios se hallan ubicados, preferentemente, en las islas de la llanura aluvial del Río Paraná y en la terraza adyacente. La serie de la que se tomó la muestra objeto de este estudio proviene del “cerrito” o montículo denominado “Los Marinos” y la zona mencionada fue habitada por esta población entre el 700 y 1000 AD.

Los autores consultados (Caggiano 1983, De Brito y Vulcano 1985, Lafón 1972, Serrano 1931, entre otros) coinciden en que la economía fue extractiva y que, si bien fueron cazadores y pescadores, tuvieron una dieta con algún aporte vegetal. Algunos de ellos –los Chaná– fueron agricultores de maíz en pequeña escala por influencia guaranítica, aunque sin evidencia arqueológica. Los Timbú, por su parte, habrían recolectado semillas de algarrobo (Prosopis sp.) (Serrano 1955 y 1972).

Durante estudios previos de estos restos óseos humanos se observaron inusuales perforaciones en tres piezas dentarias anterosuperiores, en un mismo y único ejemplar. Aquí se propone revisar las posibles causas que dieron origen a esta modificación, estimándose que la misma no es atribuible, espe-cíficamente, a la función masticatoria. La población cazadora a la que este resto pertenece fue analizada por Kozameh y sus conclusiones publicadas en el Boletín de la Sociedad Española de Antropología Biológica en 1993.

Materiales y métodos

Los restos mencionados forman parte de una serie exhumada por F. Gaspary en 1947 y sus resul-tados publicados en 1950. Unos años más tarde fue depositada en el Departamento de Bioantropología y Evolución de la Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario, donde actualmente se encuentra.

1 Consejo de Investigaciones y Facultad de Humanidades y Artes. Universidad Nacional de Rosario. Salta 1247, piso 12. 2000 Rosario. [email protected]

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Para este trabajo se estudiaron las arcadas dentarias, poniendo especial énfasis en las atípicas cavitaciones que presentan el canino superior izquierdo y los incisivos centrales superiores, en el cráneo de un individuo femenino, maduro, entre 45 y 50 años a la muerte (cranium Nº 2/49).

En los registros realizados a propósito de este estudio consta que los alveolos de estas piezas presentan rastros de severas patologías periapicales, con una marcada reabsorción de las raíces de los incisivos y una intensa cementosis en la raíz del canino. El resto también presenta cuatro lesiones de caries localizadas en los cuellos de los M1 y M2 inferiores, derechos e izquierdos. Este no es un dato menor si se considera que sobre un total de 23 individuos que componen la muestra “Los Marinos”, sólo tres padecieron la enfermedad de caries, totalizando 7 lesiones en 208 piezas (3,36%) (Kozameh 1993).

Cabe mencionar también que, a la muerte, este ejemplar había preservado todas sus piezas dentales con excepción del M3SD. Por causas post-depositacionales se perdieron el PM1SI, el M3SI, los cuatro IL y el CSD. La pérdida de los incisivos laterales y el canino derecho impidió verificar si las cavitaciones mencionadas afectaron también a estas piezas (Kozameh 1993).

Las piezas y sus cavitaciones fueron estudiadas mediante observación directa, lupa binocular Mild M 5 con aumento de 6X a 50 X, microscopio de reflexión Olimpus VHSM con aumentos de 50 X 500 X, y con modelos por vaciado que las reproducen.

Resultados

Piezas cavitadas, descripción de las superficies oclusales y sus alvéolos.El incisivo central superior derecho presenta un acusado desgaste que produjo la exposición de

una extensa superficie ligeramente cóncava de dentina secundaria. Esta superficie se encuentra bordeada por un delgado aro de esmalte, más espeso por labial y lingual, que se adelgaza en los lados proximales hasta desaparecer, tanto por mesial como por distal, lo que es descrito por Molnar (1971) como grado 7 de su escala. La superficie oclusal del incisivo central izquierdo presenta características semejantes a su homólogo derecho mientras que, en el canino, la concavidad de esta superficie es más acentuada ase-mejándose a un cono. Estas dos últimas piezas conservaron, hasta la muerte, el aro de esmalte completo por lo que se las clasificó como grado 6 de la escala ya mencionada.

El rasgo común preeminente en estas tres piezas es la presencia de una estructura configurada por una superficie oclusal cóncava, destacando en ella un orificio atípico que abre hacia la cámara pulpar, poniendo a ésta en comunicación con el exterior (Ver Foto 1).

▲ Foto 1Norma Basal: Cavitaciones en incisivos centrales y canino izquierdo.

En los alvéolos de los incisivos centrales se observa la pérdida de la cortical alveolar y de la tabla externa (Ver Foto 2). Respecto del canino la pérdida de la cortical alveolar se manifiesta a nivel del tercio apical de la raíz exhibiendo, también, un canal de drenaje hacia la tabla vestibular.

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Incisivo central superior derechoEn la abundante dentina secundaria de la superficie oclusal de esta pieza resalta un orificio de

forma ovalada. El diámetro mayor del mismo - próximo - proximal - mide 3,5 mm mientras que el diá-metro menor - labio - lingual - mide 2 mm. Los diámetros mesio - distal y labio - lingual de la superficie oclusal miden 7 mm.

A través de la perforación descrita, tanto a simple vista como con lupa binocular, es posible observar una cavidad cuya forma semeja a un cono truncado, con la base mayor en la superficie oclusal y la base menor ubicada donde comienza el conducto radicular. Las paredes laterales son ligeramente cóncavas.

En una imagen radiográfica, tomada desde labial, las paredes mesial y distal de la cavidad se continúan con las del conducto. Las paredes de este último son ligeramente convexas y convergentes hacia el ápice. El conjunto integrado por cavidad y conducto presenta forma de embudo. En esta vis-ta el extremo apical del conducto es radioopaco lo que indica una precipitación cálcica en la luz del mismo.

Otra imagen radiográfica, tomada desde proximal, revela que las paredes labial y lingual de la cavidad son, también, ligeramente cóncavas, casi paralelas y muestran un leve estrangulamiento que marca el comienzo del conducto radicular. La cavidad y el conducto se presentan sin alteraciones respecto de lo que es la morfología normal para estas piezas. Desde este plano la cavidad coincidiría con la de una cámara pulpar expuesta al medio bucal.

En el esmalte de la cara labial se observan líneas de fractura longitudinales y, al menos, tres líneas hipoplásicas, dos muy tenues y la tercera, más marcada, se halla próxima al CEJ.

La raíz tiene cementosis y presenta signos de una importante reabsorción.

Incisivo central superior izquierdoLa superficie oclusal del incisivo central izquierdo presenta características semejantes a la del

derecho. Una de las diferencias es la mayor longitud del eje labio - lingual, el que mide 0,25 mm más. En esta superficie también se encuentra un orificio, de forma trapezoidal, cuyas dimensiones son de 3,6 mm en el eje próximo –proximal y de 1,5 mm en el diámetro labio– lingual.

Como ocurre en el incisivo derecho, también por este orificio se accede a una cavidad cuyo va-ciado tiene forma de paralelepípedo. Es posible observar, a simple vista y a modo de techo, un puente de dentina que se interpone entre la cavidad y el conducto radicular. Este límite neto entre cavidad y conducto tiene un espesor aproximado de 0,5 mm y, observado con auxilio instrumental, revela la pre-sencia de un infundíbulo en el centro.

▲ Foto 2Norma Frontal: Lesiones alveolares de los incisivos centrales superiores y canal de

drenaje en el alvéolo del canino superior izquierdo.

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En una imagen radiográfica de la pieza dentaria, tomada desde labial, las paredes mesial y distal de la cavidad son rectas y divergentes hacia oclusal, mientras que un puente de dentina también recto, casi perpendicular al eje longitudinal de la pieza, separa la cavidad del conducto radicular. El conducto, que se encuentra muy calcificado, se distingue sólo en el tercio gingival y está ocupado, parcialmente, por depósitos cálcicos.

Otra vista radiográfica, tomada desde proximal, muestra que las paredes labial y lingual de la cavidad conservan las características descritas en el ICSD. La cavidad se encuentra separada del con-ducto radicular por el puente de dentina y la imagen del conducto responde a la descripción de la vista labial.

El puente de dentina y la acentuada calcificación del conducto radicular distinguen a esta pieza tanto de su homóloga como del canino.

Múltiples líneas de fracturas están presentes en la corona de esta pieza. En la cara labial se cuentan al menos dos, una de ellas muy marcada, que avanza por la cara oclusal hasta el borde labial del orificio. Desde las caras proximales también se verifican líneas de fractura que contactan con los respectivos bordes del orificio.

La raíz de esta pieza presenta los mismos signos que el ICSD, es decir cementosis y reabsorción.

Canino superior izquierdoAsí como en los incisivos, en esta pieza es posible observar en la superficie oclusal un orificio

circular de 1,5 mm de diámetro ubicado en la zona de más declive de su concavidad. En líneas generales, la configuración del orificio y de la cavidad responde al de una cámara pulpar expuesta al medio bucal. La imagen radiográfica muestra un conducto radicular ancho en la mitad que corresponde a su extre-midad coronaria, con una zona radiolúcida que marca el límite a partir del cual continua esfumándose hacia apical.

En el esmalte remanente se distinguen varias líneas de fractura longitudinales. De ellas se des-tacan dos, una en la cara mesial y otra en la cara distal extendiéndose desde la corona hacia la raíz, en su tercio gingival. Estas líneas se encuentran unidas por una tercera, transversal, que transcurre por la cara vestibular de la raíz.

La raíz no se encuentra reabsorbida pero sí presenta una intensa cementosis.

Examen microscópico de las superficies oclusales y cavidades.Las superficies oclusales de las tres piezas dentales presentan características semejantes. Se pue-

den observar microdesgastes normales, playas de abrasión y estrías “naturales”, habituales en este tipo de población litoral de cazadores y pescadores, cuya ingesta contiene agentes abrasivos, como arenas y phytolitos de opalina.

Los bordes de los agujeros son redondeados, suaves, continuos, pulidos y presentan los mismos microdesgastes y estrías que, continuándose, desde la cara oclusal se extienden penetrando por las paredes de la cavidad, en las zonas próximas a los orificios. Esto indica que no hubo acción mecánica post - mortem, porque de haberla habido los bordes se habrían fragmentado, serían agudos y carecerían de pulimento. Habría además, rasgos de discontinuidad entre los trazos de las estrías de la superficie oclusal y las del interior de la cavidad.

Las zonas más profundas de las paredes de las cavidades son irregulares, opacas, rugosas y no se observan microdesgastes, ni caries, ni tampoco abrasiones que indiquen acción mecánica.

Discusión

Asociados a la edad y al desgaste dentario se encuentran los procesos de precipitación cálcica que, progresivamente, van infiltrando tanto los túbulos dentinarios como la cámara pulpar y los con-ductos radiculares (Hillson 1996). Estos procesos, de esclerosis de la dentina y de formación de dentina secundaria, tratan de mantener aislado el tejido pulpar del medio externo, propósito que logran en la medida que se mantenga un equilibrio entre la pérdida y la formación de sustancia. En la mayoría de las piezas dentarias de la muestra se ha mantenido el aislamiento aún cuando los altos niveles de desgaste involucraron el espacio ocupado por las cámara pulpares.

En la intensamente desgastada superficie oclusal del PM2SD de este ejemplar, se observa una comunicación de la cámara pulpar con el exterior. Aquí la pérdida por desgaste superó al depósito de dentina pero, el caracter puntiforme de la abertura indica que, hasta cierto momento, ese proceso se

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mantuvo balanceado. Radiográficamente se observa la imagen de un proceso periapical en el alvéolo de esta pieza que, sin duda, está relacionado con la mencionada apertura puntiforme.

La atricción por función masticatoria y ciertas formas de abrasión generan un estímulo que reúne, en general, cualidades de regularidad e intensidad. Estas permiten mantener la correspondencia antedicha. Cuando la cámara no es obliterada progresivamente por dentina secundaria se puede suponer que han incidido otras causas.

El intenso desgaste modificó los bordes incisales transformándolos en superficies oclusales. Es dable suponer que éste fue previo a las cavitaciones ya que el dolor hubiera hecho imposible la masti-cación.

Los desgastes en los dos incisivos centrales y el canino tienen un patrón semejante con los que presenta este individuo en sus piezas restantes. Coinciden también con la intensidad del desgaste de los otros ejemplares de la misma franja etárea, que componen la serie “Los Marinos” (Kozameh 1993).

El proceso de precipitación cálcica se produjo en las tres piezas si bien con características que lo particularizan en cada una de ellas. A saber, en el ICSD y en el CSI el depósito cálcico se halla princi-palmente en el tercio apical del conducto, mientras que en el ICSI el conducto radicular quedó obliterado casi por completo formándose, además, un puente dentinario que lo separa de la cámara pulpar. En las tres piezas la comunicación de la cámara pulpar con el exterior es amplia y no es puntiforme.

Los indicadores mencionados conducen a pensar que los orificios no se produjeron por desgaste funcional masticatorio.

Entre los motivos que pudieron dar origen a las cavitaciones se consideraron posibles mutilaciones intencionales por razones estéticas. Según la bibliografía consultada éstas fueron practicadas, preponderante-mente, en incisivos y caninos de la arcada superior, en caras labiales y bordes incisales. Los patrones conocidos con este propósito no se corresponden con las cavitaciones halladas (Fastlight 1947-1948, Fastlight y Romero 1951, Romero 1952-1958-1960-1965).

Otra de las razones estimadas fueron las traumáticas. La pérdida abrupta de grandes volúmenes de tejido dentario por traumatismos violentos puede causar la apertura de la cámara pulpar. De ser éste el caso, no se explicarían las superficies oclusales pulimentadas que indican un uso posterior al trauma-tismo. Una de las razones es aquella ya apuntada acerca del intenso dolor que provoca la estimulación directa del tejido pulpar. A ello se suma la dificultad para explicar cómo un traumatismo de magnitud tal que fracturó dos incisivos centrales y un canino no haya afectado al ILI. Si bien no se cuenta con esta pieza intermedia, perdida post mortem, cabe pensar que se mantuvo indemne ya que no existe daño en su alvéolo, como sí ocurre en los de las otras tres piezas cavitadas. De ser así el traumatismo hubiese sido selectivo.

Vista la imagen radiográfica del ICSI se observó que guarda una similitud sorprendente con la de un tratamiento de extirpación de la pulpa coronaria que hubiera evolucionado favorablemente con la formación de un puente o tabique dentinario. (Ingle et al. 1988). La presencia del puente de dentina en el ICSI, que separa la cámara pulpar del conducto radicular, permite suponer la pérdida de la pulpa coronaria y la conservación vital de la pulpa radicular. Ninguna de las causas antes mencionadas, como probables etiologías de las cavitaciones, hubiese creado el ambiente necesario para esta presencia. Dos condiciones han sido necesarias para la formación del puente dentinario –de hecho son un requerimiento biológico– una, la vitalidad del tejido pulpar remanente y otra, la ausencia de infección.

En todas las piezas dentarias de este individuo se observan surcos oclusales con dirección próxi-mo - proximal, que conducen a estimar un eventual uso instrumental de la dentición. Es posible que la exigencia funcional haya sido mayor en estas tres piezas. Ello podría justificar que la pérdida de dentina superara la formación de la misma, sin compromiso de la vitalidad pulpar. Las precipitaciones cálci-cas en los tercios apicales de los conductos radiculares, ya mencionadas, avalarían esta hipótesis. El adelgazamiento progresivo de la dentina expuso el tejido pulpar y consiguientemente provocó dolor. Tal vez, entonces, se intentó un recurso terapéutico paliativo del dolor, abordando la cámara pulpar directamente.

En los orificios ya presentes, pudo haberse extirpado la dentina adelgazada para aumentar sus diámetros y permitir, así, la manipulación. El recurso paliativo del dolor habría permitido el uso posterior de las piezas. El pulimento de las cavitaciones estaría indicando la funcionalidad de estos dientes.

Esta operatoria supone que hubieren contado con un recurso tecnológico aprovechable. Al respecto, la información arqueológica disponible sobre estas poblaciones es sumamente escasa y limitada. Lafón (1971) dice que la región adyacente al Río Paraná, que él denomina Area Mesopotamia Central, es una de las mayores incógnitas e insiste en que los Ribereños Plásticos son una entidad fantasma. No obstante

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Serrano (1931) menciona para el área punzones, arpones y puntas confeccionadas con cuernos y huesos largos del ciervo Odocoileus paludosus, y también agujas con las que cosían los cueros de nutria para confeccionar capas o toldos. Sostiene que estos grupos han tenido intercambios comerciales con otros provenientes de áreas con distinta captación de recursos.

En Los Marinos tal vez hayan tenido alguna posibilidad de acceso a materiales duros o metales, por intercambio, como los mencionados por Serrano (1931) –sin evidencia arqueológica en el área ocupada por esta población– y con ellos practicar el recurso terapéutico sugerido.

Conclusiones

A juzgar por los surcos vistos en ambas arcadas el desgaste desigual en los dientes sugiere un uso instrumental, con predominio del sector anterior.

Las tres piezas dentarias aludidas estuvieron sometidas a un desgaste intenso que no parece obe-decer, solamente, a la funcionalidad masticatoria por requerimientos dietarios.

Este intenso desgaste no debe haber sido compensado con depósitos de dentina a nivel de las cámaras pulpares, por desbalance entre la pérdida y la reposición. El desgaste, además de intenso, presumiblemente fue rápido provocando la exposición temprana del tejido pulpar con los consecuentes accesos de dolor.

Se plantea, así, la posibilidad de haber aplicado un recurso terapéutico paliativo del dolor que afectó solamente el tejido pulpar coronario, preservando la vitalidad de la pulpa radicular, al menos por un tiempo. De este modo se formaron precipitaciones cálcicas en los tercios apicales de los tres dientes. En el ICSI el conducto no sólo resultó obliterado casi por completo, sino que también un tabique de dentina separó el conducto radicular de la cámara.

La presencia de este tabique dentinario reafirma la suposición de una cierta intencionalidad te-rapéutica, ya que la probabilidad de que espontáneamente se crearan las condiciones para su formación son muy escasas. El tejido pulpar expuesto al medio bucal se hubiese contaminado, infectándose.

Este recurso terapéutico, posiblemente logró el aislamiento de la pulpa, evitó el dolor y permitió el uso posterior de las piezas. Este uso se manifiesta en los bordes pulidos, redondeados de los agujeros y en los microdesgastes y estrías que presentan.

La atipicidad del rastro sugiere, entonces, una factura intencional.

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66 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

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ESTUDIO SOBRE OSTEOARTRITIS EN UNA MUESTRA OS-TEOLÓGICA PROVENIENTE DE BAHÍA VALENTÍN,

PENÍNSULA MITRE, TIERRA DEL FUEGO

CARLOS M. LÓPEZ1 , NORA E. TESTA1 y JUAN C. MIGUEL1

Introducción

En los últimos años la bioantropología ha realizado aportes a la arqueología permitiendo, a partir de la información obtenida del análisis osteológico, una visión ampliada del estilo de vida de las socie-dades prehistóricas.

El objetivo de este trabajo es presentar los resultados preliminares del estudio osteológico realiza-dos sobre una muestra depositada en el Departamento de Bioantropología y Evolución de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. Dicha muestra proviene de Bahía Valentín, Península Mitre, Tierra del Fuego. La serie corresponde a cazadores de altas latitudes, que al estar ex-puestos a fuertes presiones ambientales, principalmente de tipo climático, sería esperable encontrar una alta incidencia de patologías óseas relacionadas con su modo de vida. (Jurmains 1999).

Intentaremos valorar el grado de adaptación de estos individuos a través de su estructura ósea, ya que cuando se excede el límite de su plasticidad, ante las distintas exigencias corporales, suelen pro-ducirse alteraciones que dejan huellas en el esqueleto, las cuales podrían estar dando cuenta, entre otras causas, de estrés funcional.

Según Moran uno de los criterio para establecer si una población está adaptada a su medio, son las medidas de incidencias y prevalencias de enfermedades (i.e, morbilidad) y la mortalidad infantil (Moran 1990). Entre las distintas manifestaciones de enfermedades que podemos observar en los huesos, las más frecuentes son las Enfermedades Articulares Degenerativas (EAD) y los traumas óseos. (Rivero de la Calle 1985).

Centraremos nuestro estudio en la osteoartritis por constituir la forma más frecuente de las EAD y representar no sólo los cambios degenerativos que ocurren en el proceso normal de envejecimiento, sino también por ser el reflejo de actividades ocupacionales que pudieron provocar estrés funcional localizado en determinadas partes del esqueleto (Neves 1984).

Características de la región

Bahía Valentín se encuentra en el extremo sudoeste de la península (Departamento de Ushuaia, 54º 53’ S, 65º 28’ W). Existe una directa exposición a la acción de las masa de aire frío antártico y a las corrientes frías de las Islas Malvinas y del Cabo de Hornos, lo cual provoca elevada humedad ambiente y altas precipitaciones. El área relevada por Vidal (1984-1985) presenta playas de guijarros que soportan una gran abrasión marina, habiéndose formado un litoral escarpado, con presencia de fiordos y profun-das bahías ocupadas por playas de arena. Se presentan extensas zonas ocupadas por vegetación alpina o “turbal de altura”. El bosque solamente se encuentra en los lugares más reparados.

1 Departamento de Bioantropología. Escuela de Antropología. Facultad de Humanidades y Artes. UNR. Facultad de Ciencias Médicas. UNR. [email protected] [email protected]

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En la costa existe mayor concentración de recursos alimenticios que en el interior, no sólo aquellos que se corresponden con los ecosistemas litorales de aguas saladas (pinípedos, cetáceos, nutrias, aves marinas, peces, moluscos, etc.), sino también recursos terrestres como los guanacos.

La mayoría de ellos se encuentran disponibles – con fluctuaciones – durante todo el año. El inte-rior se presenta más pobre debido a la ausencia del bosque de hojas caducas – provista de un más denso sotobosque, posible refugio invernal del guanaco – podría significar un marcado descenso de los recursos disponibles en el interior, en la parte más fría del año (Vidal 1984-1985).

Material y método

La muestra esta compuesta por un individuo adulto masculino completo, una serie de restos esqueletales post–craneanos y seis cráneos entre adultos y maduros, presumiblemente pertenecientes a dicha muestra. Se focalizó el estudio en la cintura escapular, huesos largos de miembros superiores e inferiores y cintura pélvica.

La metodología utilizada consistió en:1. En el relevamiento inicial del material óseo se asignaron edades y sexos en los restos post –

craneanos según los parámetros morfológicos de los cráneos, que se presume pertenecen a la serie y que únicamente fueron incluidos para determinar dichos parámetros (Meindl y Lovejoy 1985).

2. El diagnóstico de la patología se realizó de acuerdo a:a) Ubicación en cada superficie articular y descripción macroscópica de la patología, caracte-

rizando la magnitud de la misma según la siguiente normatización generalizada:(0) Ausencia de osteoartrosis.(1) Punteado, eburnación, destrucción de la cara articular.(2) Osteofitosis.(3) Entesitis.(4) Anquilosis

b) Se estableció la localización de la patología según los puntos de diagnóstico de la división anatómica tomados del Gran Atlas de Anatomía Humana

3. Entre los puntos de diagnóstico visibles, se determinaron aquellos que presentaban patologías, y se los clasificó por su localización.

Resultados y DiscusionesOtros autores que han trabajado con la muestra constataron que:“En la serie no se hallaron marcadores que indiquen estrés alimentario. La calidad del tejido

óseo es adecuado y no se observaron líneas hipoplásicas ni defectos en el esmalte dentario que señalen alteraciones en su formación.

Los estudios tomográficos de cráneo mostraron un espesor óseo adecuado lo que indicaría que no se verifican carencias de aportes minerales, calcio, fósforo, flúor y otros minerales en el grupo estudiado (Kozameh, et. al. 2000).

El análisis de la muestra reveló la presencia de EDA en los distintos huesos que la compo-nen. En este trabajo sólo se presentan las tablas correspondientes a los huesos en donde se encuentra algún grado de EAD (Ver Tablas 1, 2, 3).

Se destaca que hay un alto porcentaje de huesos meteorizados, factor limitante de nuestro análisis, en especial en las superficies articulares de los miembros inferiores.

Los grados de EAD de la cavidad glenoidea pertenecen una de las manifestaciones más leves (grado dos) de dicha patología.

Solo hemos encontrado un húmero con EAD en el tercio distal, con un grado de patología muy leve, que se corresponde al grado uno de la tabla.

Asimismo se halló un húmero izquierdo que en su tercio proximal presenta una fractura traumática y que esta acortado en su extremidad proximal por lo que se presume que hubo impactación o que la fractura debió ser juvenil afectando el cartílago de crecimiento (foto 1).

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Se verificó en la cintura pélvica de un individuo, una anquilosis sacro-ilíaca (foto 2), en coinci-dencia con las observaciones realizadas por Kozameh, et. al. (2000).

▲ Foto 1

▲ Foto 2

Consideraciones Finales

Estos grupos de cazadores de altas latitudes desarrollaron actividades que demandaron un marcado esfuerzo, principalmente en las extremidades superiores y columna vertebral, afectando las articulaciones involucradas.

Si bien, de este estudio se deduce – aunque leve (grado uno y dos) - una mayor afección de EAD en los miembros superiores que en los miembros inferiores; estos resultados preliminares son de interés, por lo inesperado, ya que indican un bajo porcentaje de lesiones halladas respecto del total de la muestra.

Otras patologías que no están relacionadas a la vida cotidiana, no fueron relevantes.

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70 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO

Anexos

Tabla 1Superficies Articulares de los Coxales Con Patologías

COXALES Pte. Aus. Frag. Met. Niveles de Patología 0 1 2 3 4 Línea arqueada 6 2 1 2 0 0 0 0 1 Eminencia iliopéctica 4 1 1 5 0 0 0 0 1 Superficie auricular 1 2 2 6 0 0 0 0 1

Tabla 2Superficies Articulares de los Húmeros Con Patologías

HUMERO Pte Aus Frag Met. Niveles de Patología TERCIO PROXIMAL 0 1 2 3 4 Cuello anatómico 3 1 1 3 0 1 1 0 0 Troquín (tuberosidad menor) 3 1 1 3 0 2 1 0 0 Troquinter 6 1 1 0 0 1 1 0 0 TERCIO DISTAL 0 0 0 0 0 0 0 0 0 Tróclea 5 1 0 2 0 1 0 0 0 Fosa oleo 5 3 0 0 0 1 0 0 0

Tabla 3Superficies Articulares de las Escápulas Con Patologías

ESCAPULA Pte. Aus. Frag. Met. Niveles de Patología 0 1 2 3 4 Cavidad glenoidea 4 1 0 0 0 0 3 0 0

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