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Canto Rodado 4:75-93, 2009 ISSN 1818-2917 75 Patrimonio cultural en Chile Relexión desde una experiencia de trabajo arqueológico Rodrigo Lorca [email protected] Francisco Rivera [email protected] Palabras claves: Difusión, educación, patrimonio. Resumen En el marco de una relexión crítica sobre el patrimonio cultural en Chile, en términos de sus lineamientos, políticas, desarrollo y perspec- tivas, se presenta brevemente la experiencia de trabajo arqueológico llevada a cabo en el Parque Nacional Pan de Azúcar, ubicado en la re- gión de Atacama, Chile. Exponemos una discusión teórica general so- bre el patrimonio cultural, dando cuenta de su situación internacional, y sus repercusiones y directrices en Chile. En este escenario, presenta- mos esta experiencia de trabajo, en la cual se muestran los esfuerzos que se realizan por preservar y difundir el patrimonio arqueológico chileno. Key words: Education, heritage, outreach. Abstract In this article, we offer a brief account of an archaeological study carried out in the Pan de Azúcar National Park, in the so-called Third Region of Chile. We take this opportunity to cast a critical eye on the recent developments and perspectives guiding the politics of cultural heritage in Chile. We frame our argument with a general critique of the concept of heritage as it is normally described from a global standpoint, and discuss the impact that

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  • Canto Rodado4:75-93, 2009ISSN 1818-2917

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    Patrimonio cultural en Chile

    Relexin desde una experiencia de trabajo arqueolgico

    Rodrigo [email protected]

    Francisco Rivera [email protected]

    Palabras claves: Difusin, educacin, patrimonio.

    Resumen

    En el marco de una relexin crtica sobre el patrimonio cultural en

    Chile, en trminos de sus lineamientos, polticas, desarrollo y perspec-

    tivas, se presenta brevemente la experiencia de trabajo arqueolgico

    llevada a cabo en el Parque Nacional Pan de Azcar, ubicado en la re-

    gin de Atacama, Chile. Exponemos una discusin terica general so-

    bre el patrimonio cultural, dando cuenta de su situacin internacional, y

    sus repercusiones y directrices en Chile. En este escenario, presenta-

    mos esta experiencia de trabajo, en la cual se muestran los esfuerzos que

    se realizan por preservar y difundir el patrimonio arqueolgico chileno.

    Key words: Education, heritage, outreach.

    Abstract

    In this article, we offer a brief account of an archaeological study carried

    out in the Pan de Azcar National Park, in the so-called Third Region of Chile.

    We take this opportunity to cast a critical eye on the recent developments

    and perspectives guiding the politics of cultural heritage in Chile. We

    frame our argument with a general critique of the concept of heritage as it

    is normally described from a global standpoint, and discuss the impact that

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    this concept has had in the Chilean context. Our archaeological case study

    relects some of the efforts that are currently being undertaken to preserve

    Chilean archaeological heritage and make it accessible to the public. We

    believe it is crucial that archaeological research is articulated with larger

    programs of cultural-resource management and preservation in which

    heritage education has a major role to play. The conservation and research

    of heritage sites does not only generate supericial nationalistic feelings or

    promote potential intercultural crashes among local populations; it also

    contributes to the consolidation of a cultural platform from which people

    can successfully learn to confront processes of global development.

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    Si no queremos que nuestras conciencias ingresen en un torbellino de inde-

    cisiones, necesitamos apoyarnos en la historia; ser la nica posibilidad de

    pisar en irme para caminar hacia el futuro, con la conviccin de que est en

    nuestras manos construirlo.

    (Lumbreras 2000:14)

    Referirse al patrimonio cultural chileno en general y al patrimonio arqueolgico en particular implica tomar en consideracin, aunque sea a grandes rasgos, los procesos transformadores que han modelado nuestra sociedad actual. Nos referimos al proceso de globalizacin, que reduce el universo patrimonial a sus aspectos meramente economtricos.

    La necesidad de recuperacin y valoracin de lo local, se explica en el hecho de que la separacin de los sistemas sociales tradicionales de sus contextos de interaccin y su reestructuracin bajo las premisas impe-rantes de la globalizacin, no ha tomado en cuenta la diversidad cultural existente en los pases como Chile, por lo que gran parte de la poblacin se ha visto rezagada de los beneicios de la economa mundial.

    Ante las condiciones impuestas a las poblaciones de los pases que usualmente son llamados tercermundistas, han surgido diferentes res-puestas locales a un mismo proceso globalizador, las cuales en un primer momento se manifestaron en la reaccin acadmica (especialmente de las ciencias sociales) y posteriormente en grupos medianamente orga-nizados de resistencia tnica y social. Es decir, hay un intento paulatino de recuperar las identidades nacionales en general y locales en particular, con lo cual se pretende marcar lmites culturales entre lo propio y lo ex-tranjero. Es lo que ocurre con el nomadismo identitario de Hopenhayn (2001:70) el cual ...se combina de manera paradjica y mltiple, con una mayor airmacin de identidades y sensibilidades locales en el dilogo cultural global. Con esto no se pretende hacer un rescate de los nacio-nalismos extremos o visualizar las realidades locales como sociedades cerradas, ni tampoco se quieren desconocer los procesos de la globaliza-cin; simplemente se busca rescatar las identidades locales en el contexto de la globalizacin, y as enfrentar las transformaciones socioculturales y econmicas producto del desarrollo global que las afectan. Hay que tener en cuenta que este proceso de recuperacin de lo local tiene una

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    connotacin poltica clara; es un fenmeno que se ha transformado en una herramienta para evaluar crticamente los nuevos escenarios im-puestos por los modelos globales de desarrollo. Esto no implica aceptar que las transformaciones sociales se producen en las sociedades locales como entes cerrados.

    En este escrito presentamos una discusin sobre la nocin de patri-monio cultural, as como las diversas maneras de enfocarlo socialmente, mostrando a su vez una experiencia de trabajo llevada a cabo en el Par-que Nacional Pan de Azcar, ubicado en la tercera regin de Chile. A partir de esto, se plantea la necesidad de elaborar proyectos de investiga-cin que contemplen actividades de educacin patrimonial, con el in de generar una reinterpretacin por parte de la sociedad de los desarrollos de grupos humanos del pasado. As, creemos, se logra una identiicacin con el patrimonio arqueolgico, lo cual conduce a su proteccin y con-servacin por parte de la comunidad.

    El patrimonio cultural en Chile

    El conocimiento, valoracin, proteccin, preservacin y difusin del patrimonio cultural es la base para un reconocimiento identitario y, des-de esa posicin, ejercer la crtica de la razn poltica y econmica que organiza nuestra existencia (Lumbreras 2000:9). En este punto habra que hacerse la pregunta de cmo se conoce, valora, protege y difunde el patrimonio cultural. La respuesta sera a travs de la educacin patri-monial, es decir, mediante un proceso de interpretacin y signiicacin del patrimonio cultural. Particularmente, es imprescindible abogar por el uso sustentable del patrimonio arqueolgico ya que ste no es reno-vable.

    En Chile, la necesidad de una adecuada educacin patrimonial se debe, en parte, a que los intentos hasta ahora realizados para evitar el progresivo deterioro y el saqueo de los sitios arqueolgicos1, no son

    1 Entre los cuales se encuentran:

    a) La Ley de Monumentos Nacionales, publicada en el Diario Oficial el 4 de febrero de 1970, que legisla sobre los monumentos arqueolgicos, las excavaciones y prospecciones arqueolgicas, y sobre la tenencia y manipulacin de los restos culturales y naturales existentes sobre y bajo la superficie del territorio nacional.

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    suicientes para la conservacin del patrimonio arqueolgico. Se trata, fundamentalmente, de mecanismos legislativos que no promueven, de manera adecuada, la difusin de las investigaciones realizadas por los arquelogos hacia la comunidad no especialista. Es decir, en la prctica el Consejo de Monumentos Nacionales, como ente representante del Es-tado de Chile para la proteccin del patrimonio cultural y natural, vela por el cumplimiento de una serie de normas legales que los arquelogos deben cumplir para la realizacin de sus investigaciones. Por lo tanto, son los arquelogos los que tienen que asumir su papel como actores sociales; son ellos los que en primera instancia tienen una tarea que desempear en la generacin de un cambio estructural en la relacin que existe entre la sociedad y el patrimonio arqueolgico. Este cambio impli-ca la integracin de actividades como la planiicacin, la investigacin, la conservacin y el uso pblico del patrimonio arqueolgico. En otras palabras, supone realizar el trnsito de un patrimonio cultural visuali-zado como objeto de estudio de especialistas y lejano para la mayora de las personas, a un patrimonio social, es decir, participativo y dinmico (Molinari et al. 2000).

    La preocupacin sobre el patrimonio cultural a nivel internacional es muy antigua, como se puede observar en la Carta de Atenas (1931) para la restauracin de monumentos histricos (Cabeza y Simonetti 1997:3), la cual reconoce en la legislacin de los diferentes pases una tendencia, en lo que atae al patrimonio cultural, a consagrar el derecho de la colec-tividad frente al inters privado (Cabeza y Simonetti 1997:III).

    Otro caso es la Carta de Venecia (1964), en la cual se deinen los mo-numentos histricos como testigos vivientes de las tradiciones de las di-ferentes generaciones del ser humano. Tambin se plantea que el monu-mento histrico abarca el trabajo de arquitectura, as como el ambiente rural o urbano en el que se encuentra la evidencia de una civilizacin en particular; por lo tanto, la conservacin y restauracin de monumentos

    b) El Decreto Supremo N 484, de 1990, del Ministerio de Educacin: Reglamento sobre excavaciones y/o prospecciones arqueolgicas, antropolgicas y paleontolgicas, publicado en el Diario Oficial el 2 de abril de 1991, que determina las condiciones de los permisos que se otorguen y regula la conservacin del patrimonio arqueolgico, para que no se produzcan daos irreparables.

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    contribuye a salvaguardar el patrimonio cultural, no como obras de arte sino como evidencia histrica. En lo que respecta a los monumentos arqueolgicos, la Carta de Atenas establece que las excavaciones deben estar regidas por las recomendaciones formuladas por la UNESCO en la Carta de Nueva Delhi (1956) que deine los principios internacionales que debern aplicarse a las excavaciones arqueolgicas (Cabeza y Simonetti 1997:VII). En este documento se reconoce que lo relativo a las excava-ciones arqueolgicas es de competencia de las autoridades nacionales, pero pretende establecer principios comunes para las normativas de los diferentes Estados, as como principios de cooperacin internacional. Se deine que los bienes de inters pblico desde el punto de vista artstico e histrico estn sujetos a proteccin, y que la formulacin de los crite-rios para determinar su inters pblico se deja en manos de los Estados. Se llama a que todos los Estados impongan legalmente la obligacin de declarar los objetos arqueolgicos descubiertos, y que se sometan las ex-ploraciones y excavaciones a la vigilancia y previa aprobacin por parte de las autoridades competentes. As mismo, se propone la existencia de un organismo de la administracin central de cada Estado que se encar-gue de la proteccin del patrimonio arqueolgico en los trminos de la Carta de Nueva Delhi, el cual debera trabajar en forma coordinada con los institutos de investigacin y universidades, y debera mantener un archivo con documentacin relativa al patrimonio arqueolgico (Cabeza y Simonetti 1997:VII).

    Estas recomendaciones son el eje fundamental de accin de los or-ganismos responsables del tema patrimonial, tal como es en Chile el Consejo de Monumentos Nacionales2. Sin desconocer la importancia que tiene la labor realizada por esta entidad desde el punto de vista de la investigacin cientica, de las actividades aprobadas en el marco de la ejecucin de proyectos de desarrollo, y de la puesta en valor de los monu-mentos arqueolgicos, hay que recalcar que este trabajo no es suiciente. No se tiene la capacidad necesaria (econmica y humana) como para impartir, de manera efectiva, una educacin patrimonial que sea capaz de lograr una interpretacin y signiicacin de los restos arqueolgicos

    2 Creado en el ao 1925 (Decreto Ley N 651).

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    por parte de la comunidad. Por lo tanto, no se produce en la poblacin un conocimiento ni una identiicacin mnimos con su patrimonio arqueo-lgico, sino ms bien, se mantiene y se reproduce la idea de un patrimo-nio ajeno, elitista, separado de la cotidianidad social y sin continuidad histrica.

    La gran cantidad de cartas internacionales y convenciones que ha-cen referencia a la proteccin y la conservacin del patrimonio cultural3, demuestra la importancia que este tiene para el desarrollo integral de las naciones. Al mismo tiempo, constituyen la base normativa desde la cual los organismos encargados de la conservacin y restauracin del patrimonio arqueolgico desarrollan su trabajo, y plantean algunos li-neamientos de accin para que los arquelogos creen los mecanismos necesarios para la educacin y la difusin patrimonial.

    La Convencin sobre la proteccin del patrimonio mundial cultural y na-tural (Pars 1972), adquiere una signiicativa importancia, ya que es la nica convencin internacional ratiicada por Chile4 (Cabeza y Simonetti 2003:6). En esta convencin el patrimonio se aborda desde una lgica que une la proteccin del medio ambiente con la de la herencia cultural que ha recibido la sociedad.

    Se deine al patrimonio cultural y al natural en funcin de 3 catego-

    ras: monumentos, conjuntos y formaciones (conjuntos en el caso del

    3 Dentro de los documentos de mayor relevancia se encuentran:

    a) Los emanados de ICOMOS como son: las Normas de Quito (1974), la Carta de Burra (1981), la Carta de Nueva Orlens (1991) y el Documento de Nara sobre la autenticidad (1994).

    b) Las Convenciones Internacionales de UNESCO dentro de las cuales pueden mencionarse la Convencin sobre la proteccin de bienes culturales en caso de conflicto armado (La Haya 1954); la Convencin sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importacin, la exportacin y la transferencia de propiedad ilcitas de bienes culturales (Pars 1970); la Convencin sobre la proteccin del patrimonio mundial cultural y natural (Pars 1972) y la Convencin sobre la proteccin del patrimonio cultural subacutico (Pars 2001).

    c) La Convencin sobre defensa del patrimonio arqueolgico, histrico y artstico de las naciones americanas (Santiago de Chile 1976), promovida por la OEA.

    4 Pasa a tener vigencia en Chile como Ley de la Repblica en virtud del Decreto

    Supremo N 259 del Ministerio de Relaciones Exteriores, publicado en el Diario Oficial el 12 de mayo de 1980.

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    patrimonio cultural y formaciones en el del natural) y lugares. Los Esta-

    dos Parte del acuerdo, tienen la obligacin de identiicar el patrimonio

    que poseen dentro de su territorio y de procurar su conservacin hasta

    el mximo de recursos de que se disponga, debiendo recurrir a la asis-

    tencia internacional cuando ello sea necesario. Los Estados suscripto-

    res se obligan a integrar la proteccin del patrimonio en sus polticas,

    a establecer servicios de proteccin, conservacin y revalorizacin del

    patrimonio y a tomar las medidas conducentes a esos ines (Cabeza y

    Simonetti 2003:7).

    Dada la importancia que tiene la proteccin, la conservacin y la puesta en valor del patrimonio cultural en general y del arqueolgico en particular, se hace necesario conceptualizar el patrimonio cultural, dentro del cual se enfatizar lo concerniente al patrimonio arqueolgico. Las cartas y convenciones internacionales integran la categora de bienes culturales (muebles o inmuebles) al patrimonio cultural de las naciones. Desde este punto de vista, el patrimonio cultural est constituido, entre otros, por los bienes culturales, los cuales han sido deinidos como: Ob-jetos que, por razones religiosas o profanas, hayan sido expresamente designados por cada Estado como de importancia para la arqueologa, prehistoria, historia, literatura, arte o ciencia (Convencin sobre las medi-das que deben adoptarse para prohibir e impedir la importacin, la exportacin

    y la transferencia de propiedad ilcitas de bienes culturales [Pars 1970] en Cabeza y Simonetti 2003:30); lugares y monumentos de carcter arqui-tectnico, arqueolgico o histrico reconocidos y registrados como tales, ( ) vestigios del pasado no reconocidos ni registrados, y () lugares y monumentos recientes de importancia artstica o histrica (Recomenda-cin sobre la conservacin de los bienes culturales que la ejecucin de obras p-

    blicas o privadas pueda poner en peligro [Pars 1968] en Cabeza y Simonetti 2003:14); bienes que son expresin y testimonio de la creacin humana o de la evolucin de la naturaleza y que tengan, o puedan tener, a juicio de los rganos competentes de cada Estado, un valor y un inters hist-rico, artstico, cientico, o tcnico (Recomendacin sobre el intercambio internacional de bienes culturales [Nairobi 1976] en Cabeza y Simonetti 2003:14). Especicamente, los bienes culturales muebles se han deinido

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    como todos los bienes amovibles que son expresin o testimonio de la creacin humana o de la evolucin de la naturaleza y que tienen un va-lor arqueolgico, histrico, artstico, cientico o tcnico (Recomendacin sobre la proteccin de los bienes culturales muebles [Pars 1978] en Cabeza y Simonetti 2003:15).

    Estas deiniciones internacionales, dan cuenta de la preocupacin cre-ciente en el mbito mundial de la necesidad de proteccin de los bienes patrimoniales. Sin embargo, deben tomarse como una base conceptual y normativa que regule las entidades encargadas de la proteccin del pa-trimonio cultural (Funari y Domnguez 2005). Es decir, son deiniciones muy generales, las cuales tienen su mayor utilidad en la legislacin y administracin sobre el patrimonio, por lo tanto, no son suicientes para lograr una verdadera interpretacin y signiicacin de dicho patrimonio por parte de la sociedad. Esto se debe a que su preocupacin mxima radica en la monumentalidad y visibilidad del patrimonio, con lo cual queda fuera gran parte de las evidencias (muchas veces fragmentadas) de los restos arqueolgicos existentes en Chile.

    Por su parte ngel Cabeza seala que el patrimonio cultural est integrado por los bienes culturales tangibles (objetos, construcciones, lu-gares) e intangibles (lenguajes, creencias, costumbres) que nos ha legado la historia. Es la herencia que hemos recibido de nuestros antepasados, y que viene a ser el testimonio de su existencia, de su visin de mundo (en Adn et al. 2001:482). Esta deinicin tiene la capacidad de integrar desde la fragmentera arqueolgica hasta los aspectos no materiales de la cultura, lo cual se acerca ms a la realidad patrimonial existente, no solamente en Chile, sino tambin en otros pases de Amrica Latina como Per, Brasil, Venezuela o Panam. Como se aprecia, el patrimonio cultural adquiere una signiicacin poltica, en cuanto bienes culturales puestos al servicio de las sociedades actuales, no como meros objetos de vitrina, sino como una herramienta capaz de generar identiicacin y conocimiento social.

    Educacin y patrimonio

    Histricamente se ha visto que, mediante el proceso educativo, los Estados intentan crear las pautas culturales necesarias para lograr una

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    identidad nacional, que se encuentra en estrecha relacin con los mo-delos culturales globales. Sin embargo, la educacin tiene tambin la capacidad de ser utilizada como un proceso transformador del indivi-duo. Puede convertirse en una herramienta para la produccin de co-nocimiento contribuyendo a que las sociedades locales se enfrenten de manera relexiva y crtica a las transformaciones derivadas del proceso de globalizacin. A partir de esto se refuerza la necesidad de contar con una educacin patrimonial adecuada para las diferentes localidades del pas, ya sea a travs de una transformacin curricular cuantitativa y cua-litativa en la educacin formal, o mediante instancias educativas extra curriculares.

    Cuando se habla de educacin patrimonial, se est pensando en un concepto de patrimonio que integre todas sus partes constitutivas, y en este caso particular, los restos arqueolgicos, superando las nociones puramente tcnicas y academicistas de lo patrimonial, es decir, tomando en cuenta los usos sociales del patrimonio. De esta forma se da sentido y continuidad a los desarrollos sociales a travs de la historia de los pue-blos, con lo cual se transforman en generadores de identidad cultural. A partir de esta signiicacin del patrimonio (arqueolgico) por parte de la sociedad, este se valoriza, lo que lleva a la consiguiente proteccin y conservacin de sus restos (Seguel 1994).

    La educacin patrimonial tiene que ser planiicada a partir de diag-nsticos rigurosos, y perseguir la meta de contribuir a reforzar la identi-icacin y signiicacin del patrimonio y por ende a la creacin de pautas de conservacin adecuadas segn los requerimientos especicos de cada localidad. Para que un grupo social determinado se preocupe por la con-servacin y proteccin de su patrimonio arqueolgico, debe mediar un proceso de conocimiento y valoracin de sus restos culturales, con lo cual se logra una construccin social del patrimonio. Es decir, se produce una apropiacin por parte de la comunidad de su patrimonio arqueol-gico, aqul que antes solo era estudiado por los especialistas o destruido por huaqueros, empresas privadas, coleccionistas particulares o, simple-mente, personas que desconocan su existencia.

    Con educacin patrimonial y difusin, estamos pensando en un con-cepto integral de patrimonio, es decir que se d una continuidad lgica

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    entre los esfuerzos de proteccin patrimonial por parte de los organis-mos estatales, la investigacin necesaria por parte de los especialistas y la visin social de dicho patrimonio. La investigacin arqueolgica y posterior educacin patrimonial puede entregar las herramientas bsi-cas para una identiicacin con los desarrollos sociales del pasado, los cuales tienen su correlato en los restos materiales. Con esto se pone en valor el patrimonio arqueolgico y se logra un manejo sustentable por parte de la comunidad, el cual incluye la proteccin, la conservacin, el uso pblico e incluso el desarrollo del turismo local.

    En este escenario, se desarroll un proyecto orientado al registro y difusin del patrimonio arqueolgico del Parque Nacional Pan de Azcar, en el Norte semirido de Chile. El objetivo principal no slo fue el registro sistemtico de sitios arqueolgicos en un rea determinada del parque, sino tambin, la implementacin de estrategias iniciales de educacin patrimonial que permitiesen un acercamiento al conoci-miento arqueolgico por parte de personas ajenas al mbito cientico tradicional, tales como los visitantes del parque y la comunidad que habita en sus proximidades. Nuestro proyecto, por lo tanto, se ij como objetivo fundamental, hacer partcipe a la comunidad del potencial arqueolgico y patrimonial del lugar y propender a su cuidado.

    El Parque Nacional Pan de Azcar

    El Parque Nacional Pan de Azcar (Figura 1) se encuentra ubicado en el Norte semirido de Chile, en los sectores costeros de las regiones de Antofagasta y Atacama. Posee una supericie total de 43,754 hect-reas, correspondiendo 110 hectreas a un sector insular formado por la isla Pan de Azcar, los islotes Las Chatas y las rocas emergentes deno-minadas Las Mariposas, extendindose en una franja costera e interior de unos 30 kilmetros de largo (Norte-Sur), por unos 40 kilmetros de ancho (Este-Oeste).

    Las tradiciones cazadoras recolectoras y de pescadores nmadas de la zona, cuya antigedad data de alrededor de 10,000 aos, y que con-tinan con los pueblos alfareros y ocupaciones post-hispnicas, sealan un territorio multicultural, condicionando en gran medida los modos de vida actuales de muchas poblaciones de la regin. Este trabajo permiti

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    aumentar en ms de 50 los sitios arqueolgicos registrados en el Parque Nacional Pan de Azcar5, y con ello elaborar un importante material de difusin sobre este tema. Adems, fue posible realizar la capacitacin de un conjunto de actores sociales muy relevantes en cuanto a la conser-vacin del patrimonio: el personal de guardaparques de la Corporacin Nacional Forestal (CONAF) y un grupo de guas tursticos de Chaaral, la ciudad ms cercana al parque.

    La labor desarrollada durante la investigacin consisti en la identii-cacin de sitios arqueolgicos, el registro supericial de material cultural

    5 Con anterioridad a esta intervencin, se tena el registro de 13 sitios en el parque,

    en su mayora alterados y, en algunos casos, parcial o totalmente destruidos. Esta nueva investigacin, dio como resultado el hallazgo de 52 sitios arqueolgicos tanto prehispnicos como histricos (Quevedo et al. 2004).

    Figura 1. Ubicacin del Parque Nacional Pan de Azcar.

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    asociado a las diversas estructuras prehistricas e histricas detectadas y, la georreferenciacin y localizacin cartogrica digital de los sitios registrados.

    Difusin de resultados

    Para cumplir con el objetivo de promover el aprendizaje y el desarro-llo de la identidad local con base en el conocimiento del patrimonio, era importante divulgar, en la comunidad involucrada, los conocimientos generados por el proyecto. Los dos pilares fundamentales en este proce-so fueron la capacitacin de personal (desarrollo de capital humano), y la produccin de soportes fsicos de difusin.

    Para lo anterior, se efectu un taller de capacitacin sobre el patrimo-nio arqueolgico, dirigido a los funcionarios del Parque Nacional Pan de Azcar y la agrupacin de guas tursticos de la zona, y se elabor una pequea sala museogrica informativa. La idea era dar continuidad a los resultados obtenidos, potenciando la labor de difusin de los agentes locales encargados de la entrega de informacin turstica a los visitantes. Los principales contenidos desarrollados fueron:

    Introduccin a la prehistoria local: Se dio a conocer el desarrollo cultu-ral de las poblaciones que habitaron la regin en tiempos prehispni-cos e histricos, caracterizando los principales elementos constitutivos de estas unidades culturales. Adems, se entregaron herramientas terico-metodolgicas sobre la prehistoria y la conservacin del patri-monio cultural de la regin. Aspectos legales del patrimonio arqueolgico del pas: Se plante cr-ticamente la problemtica en torno a las siguientes preguntas: Cmo se protegen los bienes culturales en Chile? Qu herramientas legales poseemos para su proteccin? Cmo detenemos el saqueo y el trico de bienes arqueolgicos?Patrimonio cultural del Parque Nacional Pan de Azcar: Los resulta-dos obtenidos en el reconocimiento y registro de sitios arqueolgicos del parque, fueron difundidos a los funcionarios de CONAF con el ob-jeto de complementar los mdulos anteriores. La idea fue dar a conocer las manifestaciones arqueolgicas concretas del parque a sus adminis-tradores, para procurar su buen conocimiento, cuidado y iscalizacin.

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    La accin de difusin de los actores sociales involucrados en el Parque Nacional Pan de Az-car requera la disponibilidad de material de apoyo. Con el in de trascender el perodo de ejecu-cin del proyecto y masiicar la cantidad de pblico beneiciario del mismo, habilitamos en el Centro de Informacin Ambien-tal (CIA) del parque un conjunto de paneles exteriores de informacin sobre el patrimonio arqueolgico, adems de un conjunto de paneles interiores que constituyen una ex-posicin fotogrica y documental sobre el patrimonio arqueolgico del Parque Nacional Pan de Azcar (Figura 2).

    La entrega de este material, sumada a la contextualizacin de los ma-teriales histricos y arqueolgicos que posea CONAF, ha permitido con-formar una pequea sala museogrica, en donde los visitantes pueden obtener una visin ms acabada del patrimonio arqueolgico regional y su referente local en el parque. La muestra fotogrica es fcilmente transportable, de modo que servir, adems, como importante comple-mento de las labores de educacin ambiental que CONAF realiza con escuelas de la regin e instituciones culturales que as lo soliciten. De este modo se ampla el potencial de difusin del proyecto, extendiendo su presencia fsica fuera del parque.

    Evaluacin de la propuesta

    Luego de un ao de inalizado el proyecto, se realizaron encuestas a los visitantes y turistas del parque y entrevistas semi-estructuradas a los guardaparques, con el in de obtener una visin concreta del impacto so-cial generado por el material elaborado durante la ejecucin del proyecto. Para esto, se formularon preguntas referentes al conocimiento previo de la prehistoria de la regin, de la prehistoria del parque, y de la informa-cin disponible en el CIA.

    Figura 2. Exposicin de paneles mviles

    en el CIA.

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    La gran mayora de los encuestados (76 por ciento), no haba visitado an el CIA del parque al momento de realizar las preguntas. Esto con-cuerda con las respuestas de las entrevistas realizadas a los guardapar-ques y guas tursticos de Chaaral, en las cuales hacen una distincin sustancial respecto a las conductas y actitudes de turistas y veraneantes6 hacia los recursos culturales y naturales del parque: la gente siempre se interesa; el turista quiere conocer, leen, se informan. El veraneante no. El veraneante slo viene a hacer iestas, dejan todo sucio, lleno de botellas, colillas de cigarros creen que somos sus sirvientes, no quieren cono-cer (Entrevista Guardaparque 1).

    Lo anterior da cuenta de una realidad que se repite a lo largo del pas, con un segmento pequeo de personas interesadas en el patrimonio ar-queolgico, por lo que es necesario generar estrategias de proteccin y difusin acordes a las particularidades de cada lugar. En nuestro caso, conforme a la disponibilidad de tiempo y recursos con los que se con-taban, se instalaron soportes informativos en el centro establecido por CONAF. Sumado a esto, se disearon trpticos, con lo cual no era nece-sario dirigirse a un punto establecido del parque para obtener informa-cin. An as, en este caso, los trpticos constituyeron un medio de alcan-ce limitado, dada su cantidad insuiciente (3,000 ejemplares que fueron distribuidos en menos de un ao).

    Del total de visitantes del CIA (24 por ciento de los entrevistados), menos de la mitad conoca o tena algn referente con respecto a la exis-tencia de poblaciones prehispnicas en la regin y/o al interior del par-que. Son las manifestaciones del patrimonio natural (lora/fauna) las ms conocidas del lugar y las que ms atraen a los visitantes. Esta situacin da cuenta de la necesidad urgente de disear proyectos de difusin patri-monial que incentiven no solo el conocimiento de la prehistoria regional,

    6 Entre el grupo de guardaparques existe una diferencia importante entre los tipos

    de pblico que llega hasta el parque durante el verano, sealando a unos como veraneantes y a otros como turistas. A los primeros se los identifica como aquel grupo de personas que slo llega al parque para visitar sus playas e ir de fiestas, y que por lo general, no se interesan mayormente en los atractivos naturales o culturales del lugar. Por el contrario, son los turistas aquellas personas interesadas en conocer sus componentes naturales y culturales. Es este ltimo tipo de pblico el que se acerca al CIA con el fin de interiorizar sus actividades.

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    sino su proteccin y conservacin. Una vez que ven el tema arqueolgi-co, preguntan dnde estn las cosas como cementerios y cosas as. Pre-guntan dnde estn las cosas, en qu lugar estn los sitios arqueolgicos. Pero nosotros no les podemos dar esa informacin. Pero los interesados son los turistas, no los veraneantes (Entrevista a Guardaparque 2).

    Los visitantes del CIA, en su mayora sin previo conocimiento del patrimonio arqueolgico de la zona, se mostraron muy interesados en seguir aprendiendo sobre el tema arqueolgico, planteando la necesi-dad de replicar iniciativas como esta en otros lugares y parques nacio-nales. Con referencia a los cambios de actitud de turistas y veraneantes que llegan al parque debido a sus recursos arqueolgicos y naturales, los guardaparques y guas tursticos coinciden en que hay una conducta ms responsable: Preguntan dnde se encuentran las cosas. La misma gente de ac era la que destrua esto antes de ser parque. Ahora ya no se puede ir a esos lugares porque conocemos la importancia de las cosas (Entrevista a Gua de turismo).

    Consideraciones finales

    Las manifestaciones culturales del pasado tienen un papel activo en el presente como herramientas de valoracin y fortalecimiento de las identidades locales. Su rescate es un desafo que se puede enfrentar gracias a iniciativas de difusin que abordan los problemas del patrimonio. Si bien es cierto que estos proyectos son necesarios, pero no suicientes para la difusin, conservacin y proteccin del patrimonio arqueolgico, creemos que es importante que sigan aumentando los trabajos en esta lnea y darles seguimiento a travs del tiempo.

    Es indispensable dar cuenta de la urgencia de dirigir los estudios arqueolgicos hacia la preservacin de los restos a travs de su puesta en valor, por medio de iniciativas que contemplen la educacin patrimonial como su principal objetivo. Se trata inalmente de una oportunidad nica para el registro y rescate de diferentes restos culturales patrimoniales con inminente peligro de destruccin (Reyes et al. 1998:694), producto de los constantes procesos de urbanizacin, rehabilitacin de espacios pblicos, construccin o intervenciones varias.

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    Si bien es cierto que el Consejo de Monumentos Nacionales es el organismo tcnico del Estado que vela por el patrimonio cultural, somos los arquelogos los responsables de elaborar las estrategias de educacin patrimonial y difusin de las investigaciones hacia la poblacin; somos los arquelogos quienes tenemos que asumirnos como actores sociales capaces de producir el cambio necesario en la relacin sociedad-patrimonio arqueolgico y conducir a su puesta en valor.

    Se puede decir que con la globalizacin cultural, con su tendencia a la homogenizacin y hegemonizacin de la cultura a nivel global, donde los Estados plantean la existencia de una identidad nacional basada principalmente en la capacidad de consumo, ha disminuido el respeto y estimacin por los monumentos y obras del pasado. Es por esta razn, que la puesta en valor de sitios patrimoniales y la educacin patrimonial son de gran importancia, no para generar nacionalismos vacos ni para provocar choques interculturales, sino para poder tener una base cultural propia para enfrentar los procesos de desarrollo global.

    Agradecimientos. Agradecemos el apoyo de FONDART III Regin (Fondo Nacional de Desarrollo de las Artes y la Cultura), CONAF III Regin (Corporacin Nacional Forestal), a los guardaparques, habitantes de Caleta Pan de Azcar y a los guas tursticos de Chaaral. As mismo, agradecemos a nuestros colegas Soledad Donoso, Francisco Garrido, Ricardo Moyano, Mara Jos Fernndez, Alejandra Sejas, Christopher Valds, Rodrigo Riveros y Silvia Quevedo. Finalmente, a Beatriz Rovira y Juan Guillermo Martn por incentivar la publicacin de estas ideas y experiencias.

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