Cantar de Hervor

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CANTAR DE HERVOR La Saga de Hérvor y el rey Héidrek, una de las más conocidas de las llamadas sagas legendarias 1 , es en verdad una caótica y disparatada narración, a la que sólo dan un interés particular las composiciones de tipo éddico que contiene. Gracias a ella se nos han preservado el Cantar de Hérvor, los Acertijos de Héidrek y el Cantar de Hlod, ilustrativas muestras de aquel género, con las cuales abrimos esta primera parte de nuestra antología. El Cantar de Hérvor - sugestivo en su espeluznante ambientación de ultratumba- cuenta cómo esta valkiria despierta a su padre Angantyr, que yace muerto en su túmulo, para exigirle que le entregue su famosa espada Týrfing.Aunque de muy mal grado, pues es un arma maléfica que él sabe ha de causar la muerte de sus descendientes, Angantyr se ve forzado al fin a cedérsela, ante el cúmulo de maldiciones y conjuros con que lo agobia su hija. En su forma actual, el canto parece provenir de principios del siglo XII, si bien se basa en un material indudablemente más antiguo. Cantar de Hérvor 1 Allá la muchacha en Munarvag 2 a la puesta de sol se topó un pastor. El pastor dijo: ¿Quién tú solo 3 a la isla viniste? ¡Corre a la casa a guardarte dentro! 4 Hérvor dijo: 2 En casa ninguna guardarme quiero, que a nadie en la isla conozco yo. Dime tú rápido, antes de irte,

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CANTAR DE HERVOR

La Saga de Hérvor y el rey Héidrek, una de las más conocidas de las llamadas sagas legendarias1, es en verdad una caótica y disparatada narración, a la que sólo dan un interés particular las composiciones de tipo éddico que contiene. Gracias a ella se nos han preservado el Cantar de Hérvor, los Acertijos de Héidrek y el Cantar de Hlod, ilustrativas muestras de aquel género, con las cuales abrimos esta primera parte de nuestra antología. El Cantar de Hérvor -sugestivo en su espeluznante ambientación de ultratumba- cuenta cómo esta valkiria despierta a su padre Angantyr, que yace muerto en su túmulo, para exigirle que le entregue su famosa espada Týrfing.Aunque de muy mal grado, pues es un arma maléfica que él sabe ha de causar la muerte de sus descendientes, Angantyr se ve forzado al fin a cedérsela, ante el cúmulo de maldiciones y conjuros con que lo agobia su hija.

En su forma actual, el canto parece provenir de principios del siglo XII, si bien se basa en un material indudablemente más antiguo.

Cantar de Hérvor

1 Allá la muchacha en Munarvag2 a la puesta de sol se topó un pastor. El pastor dijo: ¿Quién tú solo3 a la isla viniste? ¡Corre a la casa a guardarte dentro!4 Hérvor dijo: 2 En casa ninguna guardarme quiero, que a nadie en la isla conozco yo. Dime tú rápido, antes de irte, dónde hallaré las tumbas de Hiórvard 5. El pastor dijo: 3 ¡No eso preguntes! Loco eres tú, señor de vikingos, que aquí te arriesgas; vámonos pronto y a todo correr, ¡paraje es éste de enorme peligro! Hérvor dijo: 4 Pagaré tu respuesta con buen regalo; ¡nada a valiente jamás lo arredra! Que a mí me colmaran de hermosas joyas,  Lindas anillas,y luego me iría6. El pastor dijo: 5 Necia locura que solo un hombre aquí se aventure lúgubre noche: fuegos flamean 7 se abren las tumbas, arde la tierra. ¡vámonos presto! Hérvor dijo: 6 Fulgores son éstos que no me espantan

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por más que la isla entera se encienda; no nos asusten tan fácilmente los hombres muertos, ¡hablemos con ellos!

El pastor escapó corriendo a la casa. Ella vio los fuegos de las tumbas, y se dirigió a ellas sin temor, y pasó por sobre aquellos fuegos como si fueran humo, hasta que llegó ante el túmulo de los berserkes. Entonces dijo:

7 ¡Despierta, Angantyr! Hérvor te llama,  tu única hija  que Tova te dio: sácame y dame tu espada afilada, la que enanos le hicieron a Svafrlami 8 8 ¡Hérvard, Hiórvard, Hrani, Angantyr! A todos os llamo ahí bajo el árbol, con yelmos y cotas, afilados hierros, escudos, pertrechos y fieras lanzas. 9 Os hicisteis vosotros, hijos de Arngrim, grandes canallas, corrupta tierra, pues ninguno queréis hablar conmigo, oh hijos de Eyfura 9, en Munarvag.

10 ¡Hérvard, Hiórvard, Hrani, Angantyr! Que ahí os pudráís costillas adentro, en tumba mudada en horrible hormiguero 10,

si no me entregáis la que Dvalin 11 forjó, ¡no es para muertos tan buena espada! Entonces respondió Angantyr: 11 Hérvor, mi hija, ¿por qué nos despiertas de hechizos llena? ¡Males te buscas! Desvarío te vino, el seso perdiste, pues osas llamar, temeraria, a los muertos.

12 Ni padre o parientes a mí me enterraron, (que enemigos míos aquí me pusieron:) 12 dos de la Týrfing se hicieron dueños, uno, él solo, después la ganó 13. Hérvor dijo: 13 ¡Falsa mentira!¡En el túmulo sufras suplicio del as14, si contigo la tienes! No quieres tú entregarle la Týrfing a esta tu hija, tu sola heredera. Angantyr dijo: 14 Chirría en el Hel15, se abren las tumbas, entera en fuego la isla se ve; pavorosa visión en torno se mira, ¡huye si puedes, hija, a tus barcos! Hérvor dijo: 15 No tan mucho en la noche ardéis que me arredren a mí los fuegos vuestros; poco me asusta el prado del brío 16 el ver a sus puertas de pie los muertos. Angantyr dijo: 16 Te diré yo, Hérvor, -¡atenta escucha, oh hija prudente!- lo que ha de ocurrir: la Týrfing será, por cierto tenlo, fatal perdición de toda tu estirpe. 17 Un hijo tendrás, que dueño un día será de la Týrfing y en ella fíe 17 ; Héidrek a él le dirán los hombres, grande el que más bajo manto del sol. Hérvor dijo: 18 Esto, oh muertos, por sino os pongo:

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que ahí por siempre vosotros quedéis fantasmas en pena, en tumba podridos. ¡Saca del túmulo y dame, Angantyr, la que hicieron enanos, que mal conserves! Angantyr dijo: 19 Poco pareces muchacha, humana aquí en la noche andando entre tumbas, con lanza labrada, metal de godos 18, con yelmo y cota al umbral de la sala 19. Hérvor dijo: 20 Por humana siempre  me tuve yo hasta ahora que vine a vuestras moradas ¡Sácame y dame  la loba de cotas20 la ruina de escudos que Hialmar mató! Angantyr dijo: 21 La que a Hiálmar mató tras los hombros tengo; envuelta en fuego está toda ella; muchacha ninguna en la tierra sé que ose en sus manos tomar este hierr Hérvor dijo: 22 En mis manos yo la afilada espada la he de tomar, no más que la logre; temor ninguno el fuego me da: mirándolas yo las llamas se aplacan. Angantyr dijo: 23 ¡Loco valor, oh Hérvor, tienes! ¿cómo tan ciega al fuego te lanzas? ¡antes prefiero darte la espada! ¡no más, muchacha, negártela puedo! Hérvor dijo:

24 Haces tú bien, de vikingos pariente, sacándome ya de tu tumba la espada. ¡Más con ella me crezco, oh rey, que si mía tuviera Noruega entera! Angantyr dijo: 25 Mal sabes tú- ¡torva dijiste  malignas palabras 21-de qué te alegras; la Týrfing será,  por cierto tenlo,  fatal perdición de toda tu estirpe. Hérvor dijo: 26 A mi jaca del mar  22ahora me vuelvo, llena de gozo la hija de rey. ¡Poco me importa, pariente de jefes, cómo mis hijos un día peleen! 23 Angantyr dijo: 27 Por largo tiempo disfrutes tú la que a Hiálmar mató, mas tenla guardada: evita sus filos, veneno tienen; mata esa espada más que la peste. 28 ¡Adiós, mí hija! Vigor te he dado de doce guerreros, por cierto tenlo, lo excelente todo, la fuerza y poder que dejamos nosotros, los hijos de Arngrím. Hérvor dijo: 29 En el túmulo todos quedéis en paz; rápida ahora me marcho y corro. ¡Peligré yo aquí en mitad de los mundos 24, tanto cercada de ardientes fuegos!

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NOTAS: 1

2 Una ensenada en la isla danesa Samsó. Según la saga, Hérvor llega allá al mando de una flota vikinga; desembarca al anochecer, ella sola, para buscar la tumba de su padre.

3 Hervor va vestida de hombre. 4 El consejo se debe a que es aquel un lugar de gran peligro tan pronto se hace de

noche, por los muertos que están allí enterrados. 5 Aunque Angantyr fue el más renombrado de los doce berserkes (colosales

guerreros) hijos de Arngrim, y el heredero de su espada Týrfing, Hiórvard debió ser el mayor, lo que justificaría que se conociesen por su nombre las tumbas (o la tumba, pues sólo de una se hablará en adelante) de todos ellos. Los doce hermanos habían perecido allí en Samsó en un duelo frente a Hiálmar y Odd el Flechas.

6 El sentido de estos dos últimos versos es confuso. Podría querer decir que sólo en el hipotético caso de que le ofrecieran riquezas de más valor que la espada que viene buscando, estaría ella dispuesta a desistir de su empeño y a volverse a sus barcos.

7 Los terroríficos fuegos fatuos de los muertos. 8 Svafrlami («el paralizado, o el que paraliza, mediante el sueño»), para el que

originariamente se forjó la Tirfing, fue según la saga un legendario rey, aunque el nombre parece más propio de un enano. Los sucesivos dueños de aquella espada a partir de Arngrim (que no sabemos cómo la ganó) fueron Angantyr I, Hervor, Héidrek y Angantyr II.

9 Eyfura, esposa de Arngrim, fue la madre de los doce berserkes. 10Puede querer decir, convertida en nido de serpientes.11 Un enano. 11 Falta el verso en el original, aunque su sentido se reconstruye fácilmente.

Angantyr miente a su hija, queriendo hacerle creer que no tiene él consigo en su túmulo la espada, sino que se la quedaron sus matadores.

12 Los dos dueños primeros a que Angantyr se refiere debieron ser Hiálmar y Odd el Flechas; al morir luego Hiálmar, a causa de las heridas que también él sufrió en su lucha con Angantyr, quedó Odd el Flechas como su único poseedor.

13 Sin duda, el dios Tor. Continúan los maléficos conjuros de Hervor. 11 Esto es, se abren las verjas del reino de los muertos. Angantyr le advierte a su hija que pone en peligro su vida, permaneciendo en aquel lugar.

16 El prado del brío: el pecho o el corazón, asiento de la valentía. 17 Confiado, para su desgracia, en el poder de aquel arma, Héidrek será muerto un

día él mismo por ella. 18 Metal de godos (héroes): la espada. 19Es decir, ante la entrada del túmulo funerario. 20La loba de cotas, la ruina de escudos: la espada. 21 Los insultos y conjuros de Hérvor en las estrofas 9, 10, 13 18. 22La jaca del mar: el barco. 23Se refiere a la maldición anunciada en las estrofas 16 y 25. 21Entre el mundo de los vivos y el de los muertos.