Campos, fabricas y talleres

download Campos, fabricas y talleres

of 49

description

Resumen de la obra de Pedro Kropotkin Campos Fabricas y Talleres

Transcript of Campos, fabricas y talleres

RESUMEN OBRA

CAMPOS, FBRICAS Y TALLERES

De Kropotkin

Autor: Sebastin Jofre

PRLOGO:

Bajo el nombre de utilidades, renta, inters sobre el capital, valor sobrante y otros parecidos, los economistas han discutido con vehemencia los beneficios que los dueos de la tierra, o el capital, o algunas naciones privilegiadas, pueden obtener del bajo precio de los salarios, de la inferioridad de la posicin de una clase social con relacin a otra, o bien del menor desarrollo econmico de una nacin respecto a otra, distribuyndose estos beneficios en una proporcin muy desigual entre los diferentes individuos, clases y naciones ocupadas en la produccin, ha costado un trabajo considerable el estudiar el actual modo de repartir las utilidades y sus consecuencias morales y fsicas, as como los cambios que en el presente estado de la sociedad puedan determinar la distribucin ms equitativa de una riqueza que cada vez se est acumulando con ms rapidez, siendo la cuestin referente al derecho a ese aumento de riqueza la causa de las encarnizadas batallas que ahora se libran entre los economistas de distintas escuelas.Entre tanto, la gran cuestin Qu hemos de producir, y cmo? Queda necesariamente postergada, por la obsesin a la ganancia; siendo que el punto fundamental de la economa social debe ser la manera de encontrar la energa necesaria para la satisfaccin de las necesidades humanas y no obtener la mayor ganancia posible. Por consiguiente, lo importante es lo ltimo que uno debe esperar hallar en los tratados de la economa en forma concreta.Las siguientes pginas van encaminadas a tratar una parte de este vasto asunto, contienen una discusin de las ventajas que las sociedades civilizadas pudieran obtener de una combinacin de los procedimientos industriales con el cultivo intensivo, y del trabajo cerebral con el manual; la importancia de tal combinacin no ha pasado inadvertida para algunos de los dedicados al estudio de la ciencia social. Fue discutida apasionadamente, har unos cincuenta aos, bajo los nombres de trabajo armonizado, educacin integral, y otros por el estilo, habindose observado en aquella poca que la mayor suma total de bienestar puede obtenerse si combinan una variedad de trabajos agrcolas, industriales e intelectuales en cada comunidad, y que el hombre da ms de s cuando est en condiciones de poder aplicar sus capacidades, por lo general variadas, a diferentes ocupaciones en la granja, el taller, la fbrica, el gabinete o el estudio, en vez de verse condenado por toda la vida a uno solo de esos trabajos.

CAPITULO 1LA DESCENTRALIZACIN DE LA INDUSTRIAEl pensador Adam Smith lo escribi, propuso la divisin del trabajo, la cual fue su bandera; esta divisin y subdivisin permanente de funciones, sobretodo esta ltima fue llevada hasta el extremo logrando dividir a la humanidad en castas, casi tan fuerte como las de la antigua India. Es tan as, en los tiempos actuales, que los seres humanos se convierten en meras partes sirvientes de una maquina superior, o sea en meras partes sueltas, que se concentran solo en ello, sin tener idea de cmo y por qu la mquina ejecuta sus rtmicos movimientos. Haciendo que la destreza del artesano se vea despreciada, como restos de un pasado condenado a desaparecer, y al artista, que antiguamente hallaba un placer esttico en sus obras, lo ha sustituido por el esclavo humano de otro de hierro.Dado los deslumbrantes resultados obtenidos por el siglo XIX, con la divisin del trabajo, y con las maravillosas invenciones, especialmente en Inglaterra, nuestros economistas y hombres polticos fueron todava ms lejos en sus sueos sobre esta divisin del trabajo y proclamaron la necesidad de dividir a la humanidad entera en talleres nacionales, es decir, cada pas con su propia especialidad particular; y lo anterior sumado a la proclamacin de que la riqueza de las naciones ha de medirse por la cantidad de beneficios obtenidos por los menos, y que las mayores utilidades se realizan por medio de la especializacin del trabajo, esto no era posible concebir hasta que existiese la cuestin, si los seres humanos se someteran siempre a tal especializacin (como forma de obtencin de la mxima ganancia posible); si se podra especializar a las naciones como se hace con lo obreros.Lamentablemente a lo largo del tiempo as se ha hecho, basado en la estrecha concepcin de la vida, que consiste en pensar que el negocio, ha de ser el principal estmulo de la sociedad humana, y en la obstinada idea que supone que lo que existi ayer ha de existir siempre, las que se hallan en desacuerdo con las tendencias de la vida humana, la cual ha tomado otra direccin.Precisamente esto se refleja (La no tendencia a la especializacin extrema), en que a medida que el trabajo que se exige al individuo en la produccin moderna se hace ms simple y fcil de aprender, y por consiguiente, tambin ms montono y cansado, surge la necesidad en el individuo de variar de trabajo, de ejercitar todas sus facultades, la cual se hace cada vez ms imperiosas, es mas la humanidad percibe que ninguna ventaja aporta a la comunidad el condenar a un ser humano estar siempre en el mismo lugar, en el taller o la mina, y que nada gana con privarle de un trabajo tal, que lo pusiera en libre contacto con la naturaleza, haciendo de l una parte consciente de un gran todo, un partcipe de los ms elevados placeres de la ciencia y el arte, del trabajo libre y de la concepcin. Y como las naciones estn conformadas por seres humanos, stas tambin se niegan a ser especializadas, e incluso ms ya por los variados terrenos y climas que tienen las diferentes naciones hacen que no se puedan especializar solo en una cosa.Existe una necesidad de la aglomeracin de diferentes actividades en la humanidad, que le permitan desarrollarse, y que se corresponden en escala menor en el individuo, por ende una divisin temporal de funciones sigue siendo la ms segura y natural garanta de xito en cada empresa particular, en cambio la divisin permanente que se da actualmente (propuesta por Smith que permite la mayor ganancia posible, pero desvirta y aturde al hombre) est condenada a desaparecer, siendo sustituida por una variedad de ocupaciones intelectuales, industriales y agrcolas, correspondientes a las diferentes aptitudes del individuo, as como a la variedad de las mismas dentro de cada grupo de seres humanos.La economa poltica ha insistido hasta ahora principalmente en la divisin del trabajo, sin embargo nosotros proclamamos la integracin, y sostenemos que el ideal de la sociedad, esto es, el estado hacia el cual marcha sta, es una sociedad de trabajo integral, una sociedad en la cual cada individuo sea un productor de ambos, trabajo manual e intelectual; incluso es mas la agricultura llama a la vida a la manufactura, y sta sostiene a aqullas, ya que ambas son inseparables, y su mutua combinacin e integracin produce los ms grandes resultados.Pero mientras que la sociedad permanezca organizada, como hasta ahora (especializacin y divisin del trabajo), de tal modo que permita que los dueos de la tierra y el capital se apropiasen, bajo la proteccin del Estado y de derechos histricos, el sobrante anual de la produccin humana (se refiere a lo que se produce como excedente de lo que se necesita como mnimo para la vida de los humanos), no ser posible se efecte por completo semejante cambio. Sin embargo, el presente sistema industrial, basado en la sobre especializacin permanente de funciones, lleva ya en s mismo los grmenes de su propia ruina; esto se aprecia en las crisis industriales, que cada da se hacen ms agudas y ms extensas, agravndose y empeorndose ms aun por los armamentos y las guerras que implica el sistema actual, que son causa de que su sostenimiento se haga cada vez ms difcil.Importante es sealar, que cualquier intento, socialista encaminado a restaurar las actuales relaciones entre el capital y el trabajo, fracasar por completo si no se han tenido presentes las tendencias antes mencionadas hacia la integracin, es decir, una sociedad reorganizada, tendr que abandonar el error de pretender especializar las naciones, que solo conlleva a luchas entre pases. Esta nueva organizacin ya sea para la produccin industrial o la agrcola, debe contar para s misma con la produccin del alimento de su poblacin, y adems de contar con mucha parte de las materias primas o casi todas (desarrollar industria o agricultura segn las caractersticas del territorio), teniendo por tanto que buscar al mismo tiempo los mejores medios de combinar la agricultura con la manufactura, el trabajo en el campo con una industria descentralizada, y vindose obligada a proporcionar a todos una educacin integral, la cual, por si sola, enseando ciencia y oficio desde la niez, puede dotar a la sociedad de las mujeres y los hombres que verdaderamente necesita, es decir, que cada nacin sea su propio agricultor y manufacturero; que cada individuo trabaje en el campo y en algn arte industrial; que cada uno combine el conocimiento cientfico con el prctico, y esta debera ser la tendencia de las civilizaciones.Un ejemplo de las consecuencias de la organizacin de la estructura poltica, con la divisin del trabajo y especializacin de pases son las terribles guerras entre Francia e Inglaterra, las cuales se han explicado con frecuencia como hijas de meras causas polticas, en realidad tenan un origen ms profundo y es la cuestin econmica, estas eran promovidas para alcanzar la supremaca del mercado del mundo, y Gran Bretaa gan la batalla hacindose suprema de los mares; no est dems decir a que precio obtuvo la victoria, fue basada en las terribles revelaciones de las comisiones parlamentarias de 1840 al 42 respect a las horribles condiciones de los trabajadores industriales, las relaciones de territorios despoblados y los robos de nios; ellos sern grficos monumentos que demuestran por qu medios la gran industria se implant en ese pas (Se refiere a las distintas formas violentas con que se obtena mano de obra para las industrias, obligndolos a ir a trabajar a la ciudad ya que les quitaban todo medio de sobrevivencia, a no ser el de vender su mano de obra y les quebraban el espritu).Pero el monopolio de la produccin industrial no poda ser de Inglaterra eternamente, ni el conocimiento industrial ni el espritu de empresa podan conservarse para siempre como un privilegio de estas islas; necesaria y fatalmente empezaron a cruzar el canal y a extenderse por el continente. La gran revolucin haba creado en Francia una numerosa clase de propietarias territoriales, quienes gozaron cerca de medio siglo de un relativo bienestar, o al menos de un trabajo seguro, y las filas de los trabajadores de las ciudades slo aumentaba lentamente; y ms la revolucin de la clase media de 1789-1793 haba ya hecho una distincin entre el campesino propietario y el proletario de la aldea, y al favorecer al primero en detrimento del segundo, oblig a los trabajadores que no tenan tierra ni hogar abandonar sus pueblos, formando as el primer ncleo de las clases trabajadoras entregadas a merced de los industriales, por lo tanto el monopolio de los que primero ocuparon el campo industrial, ha dejado de existir, y no retornar a la vida, por grandes que sean los movimientos espasmdicos que se hagan para volver a un estado de cosas que ya pertenece al dominio de la historia. Hay que buscar nuevos senderos, orientaciones nuevas: el pasado ha vivido, pero no puede seguir viviendo ms.Dado que el capital es internacional, por lo tanto con proteccin o sin ella, cruzar las fronteras; y comenzara el desarrollo industrial en el resto de los pases imperialistas (Hace referencia a pases que pueden y se les permite entre comillas, la generacin de industria, ya que la mayora de pases seguir solo como productores de materias primas y consumidores de los productos de los pases industriales), generando competencia industrial entre los pases, para ver quien tendr el dominio del comercio del mundo.

CAPTULO SEGUNDOLA DESCENTRALIZACIN DE LA INDUSTRIA (CONTINUACIN)Continuando con el punto anterior la industria se expandir en el mundo segn le convenga, porque el capital no tiene patria; y si resulta un buen negocio el utilizar a los trabajadores indios, cuyos salarios no son ms que la mitad, y algunas veces hasta de menos, de los de los obreros ingleses, el capital acudir a la India, del mismo modo que ha ido a Rusia, por ejemplo en 1886-88 el Japn importaba cinco o seis veces tanto torzal del exterior como el hilado all, al ao siguiente slo dos terceras partes del consumo total del pas fueron importadas; es ms las industrias del carbn y del hierro crecieron con tal rapidez, que el Japn pronto dejar de depender de Europa, en cuanto a estos artculos porque la ambicin de ese pas es la de construirse sus mismo buques.En los aos 1886-87 hubo un crisis econmica industrial, que se extendi por todos los pases industriales del mundo, las posibles causas de esta, en palabras simples fue que, los pases industriales no encontraron compradores que les permitieran realizar grandes beneficios. Y como la utilidad es la base de la industria capitalista, su disminucin explica todas las posteriores consecuencias, ella hace que los patronos rebajen los jornales o el nmero de obreros, o el de los das de trabajo a la semana, o bien les induce a acudir a la confeccin de otras clases de gneros ms inferiores, que, por regla general, se pagan peor que los de mejor calidad. Como deca Adam Smith, la disminucin de los beneficios trae consigo la disminucin de los salarios, y esto implica una reduccin de consumo por parte del trabajador y adems supone alguna reduccin en el consumo por parte del patrono, ambas reunidas significan menos utilidades y menos consumo, por parte de esa inmensa clase de intermediarios que ha aparecido en todo el pas industrial; lo que, a su vez, representa una nueva disminucin en las utilidades del fabricante.Un pas cuya industria tenga por principal objeto la explotacin y, por consiguiente, viva casi por completo de su comercio exterior se enfrenta al empobrecimiento general, esto sucede con todo pas que fabrique para la exportacin, ya que si la temporada es mala, y los artculos exportados no pueden venderse a doble precio del que tenan en el interior, lo sufrir sin remedio, por supuesto en esta crisis, la gente achacaba el mal a un exceso de produccin, pero semejante frase carece de sentido, a menos de que no se pretenda manifestar con ella que los que se hallan necesitados de toda clase de productos no tienen medios para adquirirlos a causa de lo reducido de los salarios, ya que el exceso de produccin significa simplemente la falta de medios de poder adquirir por parte de los trabajadores; falta que se sinti en todos los pueblos del continente durante los aos 1885-87 (aos de la crisis); es decir, la no capacidad de compra de los trabajadores sumado a la mayor oferta de productos, hace que la demanda sea insuficiente, por lo tanto la clave para revertir esto vendra de ser la de fortalecer la demanda, ya que la oferta estar siempre alta, y esto se realizara aumentando el poder del mercado interno favoreciendo el ingreso de los trabajadores.Esta situacin de crisis se refleja en la siguiente situacin de Gran Bretaa, ya que si consideramos exclusivamente el valor real de las exportaciones correspondientes a los aos 1876 al 1895, no vemos una declinacin permanente, notndose slo fluctuaciones, por ende el comercio de exportacin britnico, como el trfico general, parecen indicar una inclinacin hacia la intermitencia y el descenso.Por lo tanto se sabe perfectamente que el mercado interior se hace cada da ms importante; que los mejores del extranjero se le van de las manos, y que en los neutrales la competencia se hace sentir. Esta es la inevitable consecuencia del desarrollo de la industria en el mundo entero. Las industrias de todas clases se descentralizan y reparten por el mundo entero ( se refiere a la creacin de nuevas potencias industriales, sin embargo eso no se dio as, ya que los centros industriales imperiales clsicos son los que controlan las inversiones en otros pases subyugando la actividad de estos a los deseos imperiales), y en todas partes una variedad completa crece, en el lugar que antes ocupaba la especializacin (Esto es real solo si las potencias imperiales aceptan que existan, y el nuevo pas imperialista pueda competir con las anteriores, lo cual solo se le es permitido a ciertos pases privilegiados). Por esto se espera que cada pueblo se convierta a su vez en manufacturero, y no est lejos del da en que cada nacin de Europa, as como los Estados Unidos y hasta las ms atrasadas de Asia y Amrica, fabriquen casi todo lo que les haga falta. Y que Las guerras y otras causas accidentales podrn solo por algn tiempo contener la propagacin de la industria, pero no impedirla; eso es inevitable (tena la idea de que la tendencia era hacia una especie de autarqua en cada pas, en la que cada pas pudiera hacer de todo, es decir manufacturero y consumidor).El hecho se hace tan evidente (de la tendencia hacia la industrializacin global), que se hace tan fcil de comprender, que el afn de colonizar se ha convertido en el rasgo ms caracterstico de los ltimos veinte aos, ya que cada nacin pretende tener sus colonias propias, para tener un mercado seguro; pero no bastarn para salir de apuro. Ay Europa si el da que la mquina de vapor invada a China sigue confiando en el consumidor exterior! Y en cuanto a los semisalvajes africanos, su miseria no pueda servir de base al bienestar de una nacin civilizada. El progreso en realidad se encuentra en otra direccin, en producir para satisfacer las necesidades internas. En vez de quebrarnos la cabeza ensayando medios de buscar compradores fuera, sera mejor tratar de responder a la cuestin siguiente: Por qu el trabajador britnico, cuyas aptitudes industriales son tan altamente elogiadas en los discursos polticos, por qu el agricultor escocs y el campesino irlands, cuyos esfuerzos por hacer producir terrenos estriles son algunas veces tan encomiados, no son consumidores para los tejedores del condado de Lancaster, los cuchilleros de Sheffield y los carboneros de Northumberland y de Gales? Por qu los agricultores rusos venden el trigo y, durante cuatro, seis y algunas veces hasta ocho meses en el aos, se ven obligados a mezclar cortezas y hierbas a un puado de harina para cocerse pan? Por qu es el hambre tan frecuente entre los cultivadores de trigo y arroz de la India?Bajo las presentes condiciones de divisin de la sociedad en capitalistas y trabajadores, en propietarios y masas viviendo de jornales inseguros; la expansin de la industria sobre nuevas regiones viene acompaada siempre con los mismos hechos de inhumana opresin, matanza de nios, pauperismo y mayores dificultades para atender la subsistencia.As, el problema del capital y del trabajo se universaliza, pero se simplifica al mismo tiempo. El volver a un estado de cosas en que se siembre trigo y se fabriquen gneros para el uso de los mismo que lo cultivan y producen, tal es, indudablemente, el problema que habr de resolver durante los primeros aos de la historia europea. Cada regin vendr a ser su propia productora y su propia consumidora de artculos industriales: pero eso implica forzosamente que sea, al mismo tiempo, su propia productora y consumidora de los productos agrcolas.

CAPTULO TERCEROLOS RECURSOS DE LA AGRICULTURALa corriente industrial y comercial del mundo, durante los ltimos aos, ha sido la de la descentralizacin de la industria; pero no se trata de un mero cambio de centro de gravedad del comercio, como los que Europa ha presenciado en otro tiempo, sino tiene un profundo significado, pues excluye toda posibilidad de hegemona comercial o industrial (Por la idea de diversificacin de la industrializacin en varios pases); por ende toda tentativa de reanimar el pasado sera estril, y las naciones civilizadas necesitan emprender otro camino.Es indudable que se han de elevar muchas voces, clamando por que se mantenga a toda costa la primitiva supremaca de los iniciadores, que para lograrlo, incluso deben recurrir a la fuerza si fuera necesario; pero la fuerza es recproca; y si el dios de la guerra se pone siempre al lado de los batallones ms nutridos, resultarn tambin los ms fuertes los que combatan por nuevos derechos contra los privilegios anticuados. Y en cuanto a la noble aspiracin a una educacin ms tcnica, no se vacila en proclamar su conveniencia; ella ser un gran bien para la humanidad; para todos, entindase bien, no para una nacin determinada; porque la inteligencia no puede cultivarse slo para uso interno. La ilustracin y los descubrimientos, la fuerza del pensamiento y lo emprendedor del carcter, las conquistas del genio y las mejoras en la organizacin social, son eminentemente internacionales, y ninguna clase de progreso -intelectual, industrial o social puede mantenerse encerrado dentro de las barreras polticas.Los que suean con monopolizar el genio tcnico estn, por lo tanto, cincuenta aos atrs de la hora presente. El mundo est en la actualidad bajo el verdadero dominio de la ciencia; y si cada nacin manifiesta alguna aptitud determinada para el cultivo en una rama en especial de conocimientos, se compensan mutuamente, y las ventajas que pudieran producirles aisladamente no podran ser ms que pasajeras.Entonces volviendo al punto del desarrollo interno, a medida que las naciones manufactureras de la Europa occidental vayan encontrando dificultades siempre crecientes para poder vender el producto de su industria en el exterior, y obtener en cambio, substancias alimenticias, tendrn necesidad de confiar slo en los consumidores nacionales para el sostenimiento de su industria, y en los productores de la misma ndole para la adquisicin del alimento; y mientras ms pronto lo hagan as, tanto mejor para todos. Sin embargo aparecen dos puntos tratando de cerrar el paso en el camino que conduce a la aceptacin de la idea del desarrollo interno (que un pas pueda alimentarse y producir manufacturas por s mismo y para s mismo),uno es que se nos ha hecho creer, tanto por los economistas como por los polticos, que el territorio de los Estados Europeos occidental estn tan sobrecargados de habitantes, que no es posible que produzca todo el alimento y las primeras materias necesarias para el sostenimiento de una poblacin que se hallan siempre en constante crecimiento; de ah, pues, la obligacin de exportar manufactureros e importar artculos de alimentacin, y la otra es, que aunque fuera posible hacer producir a los pases de que hablamos todo el alimento necesario para sus habitantes, no sera ventajoso, puesto que en el exterior podra adquirirse ms barato.Pero a pesar de los malos augurios si se podra producir en el suelo de esas naciones (Europa occidental, los pases industrializados imperialistas) mucho alimento, y para ms de su poblacin actual, lo cual derivara en un inmenso beneficio. Tomemos como ejemplo el caso ms desventajoso posible: sera posible que el suelo de Gran Bretaa, que al presente slo proporciona alimento para una tercera parte de sus habitantes, pudiera producir toda la necesaria cantidad y variedad de alimento para 33.000.000 de seres humanos, cuando su extensin es slo de 5.600.000 acres? (Datos del siglo XIX) la opinin corriente es, que no es posible por ningn estilo, pero sin embargo, tan pronto como intentamos encontrar algn argumento en su favor, descubrimos que se halla desprovista de fundamento; esto se ve en un simple dato, y es que entre los aos 1853-60, el suelo de la Gran Bretaa aliment un habitante por cada dos acres de cultivo, al pasar el tiempo en 1887 se necesitaron tres, para lograrlo, eso demuestra que la tierra si tiene la capacidad para lograr esta tarea si se trabaja bien, pero de esto adems surge una pregunta y es por qu se dio es te descenso? la respuesta es sencilla y es simplemente, porque la agricultura haba sido destruida.La causa de este movimiento general de declinacin es bien clara, y es la desercin, el abandono del terruo, ya que una tercera parte de los campesinos han sido, desde 1861, enviados a las ciudades a reforzar las filas de los parados (para tener mano de obra barata y disponible en las fbricas e industrias); as que, en vez de hallarse exageradamente poblados los campos de este pas, se muere por falta de brazos. En resumen la nacin britnica no cultiva su suelo; se lo impiden; y los llamados economistas se quejan de que sta no pueda mantener a sus habitantes, siendo que slo 1.838.000 personas trabajan en los campos de Inglaterra y Gales, en tanto que, ms de 16.000.000 pertenecen a la clase profesional, domstica, indefinida e improductiva.

CAPTULO CUARTOLOS RECURSOS DE LA AGRICULTURA (CONTINUACIN)Pocos libros han ejercido una influencia tan nefasta sobre el desarrollo general del pensamiento econmico, pero sobre todo a la hora de ver la posibilidad del auto sustento, como la de el Estudio del principio de Poblacin, de Malthus.Malthus vino a afirmar, contestando a Godwin, que la igualdad es imposible; que la pobreza de los ms no es debida a las instituciones, sino que es una ley natural; es ms deca que la poblacin crece con demasiada rapidez, que los ltimos recin venidos no encuentran sitio para ellos en el festn de la naturaleza; y esta ley no puede ser alterada por ningn cambio de instituciones; de este modo le daba al rico una especie de argumento cientfico contra las ideas de igualdad; bien sabemos que, aunque todo dominio est basado sobre la fuerza, esta misma comienza a vacilar desde el momento que deja de estar sostenida por una firme creencia en su propia justificacin. Respecto a las clases desheredadas, las cuales siempre sienten la influencia de las ideas predominantes en un momento determinado entre las clases privilegiadas, las priv de toda esperanza de mejora; las hizo escpticas respecto a los ofrecimientos de los reformadores sociales, hasta nuestros das.Es ms la ciencia, hasta el presente (principalmente en siglo xix, pero su influencia no ha desaparecido aun en el siglo xxi), permanece imbuida de esta doctrina, y la economa poltica contina basando sus razonamientos sobre una tctica admisin de la imposibilidad de aumentar rpidamente las fuerzas productoras de las naciones, y poder dar as satisfacciones a todas las necesidades.Para peor casi todos los socialistas, tambin, admiten semejante afirmacin: y hasta en biologa (tan ntimamente entrelazada con la Sociologa) hemos visto recientemente la teora de la variabilidad de las especies prestarle una ayuda inesperada, por haber sido relacionada por Darwin y Wallace con la idea fundamental de Malthus, de que los recursos naturales deben inevitablemente ser insuficientes para suministrar los medios de subsistencia relativamente a la rapidez con la que se multiplican los animales y las plantas. En sntesis, podemos decir que la teora de Malthus, al revestir de una forma pseudos-cientfica las secretas aspiraciones de las clases poseedoras de la riqueza, vino a ser el fundamento de todo un sistema de filosofa prctica, que, penetrando en la mente de todas las clases sociales, ha venido a reaccionar (como lo hace siempre la filosofa prctica) sobre la filosofa terica.Y para peor la agricultura es todava considerada como una fortaleza de la seudo-filosofa maltusiana; por lo tanto los recientes adelantos de la agricultura y horticultura no son suficientemente conocidos, y mientras nuestros hortelanos desafan el clima y la latitud, aclimatan plantas tropicales, cogen varias cosechas al ao en vez de una, y se hacen ellos mismo el suelo que necesitan para cada cultivo especial; los economistas siguen diciendo, sin embargo, que la superficie del suelo es limitada y ms an sus fuerzas productivas se mantienen, como en tiempos pasados y que, una poblacin que se duplica cada treinta aos, tropezara pronto con una falta de lo necesario para la vida.Veamos ahora ejemplos de los avances en la agricultura que permitiran sustentar la idea de producir en cada pas lo que se necesita para vivir, empecemos con el cultivo en campo abierto, el del trigo, y observaremos hechos tan interesantes como el siguiente, que es que mientras con frecuencia se nos dice que el cultivo del trigo no es negocio aqu (en Europa), y, en su consecuencia, Inglaterra va reduciendo de ao en ao el rea de sus campos de este cereal, el agricultor francs lo va constantemente aumentando, distinguindose en tal concepto esas familias de campesinos que labran sus propias tierras, probando que si se puede.Incluso ms se debe tener en cuenta que durante los mismos aos, y aun dentro de los cincuenta ltimos, la horticultura, el cultivo de frutas y el destino a fines industriales, se han desarrollado inmensamente en Francia; as que no sera exagerado decir que los franceses obtienen ahora de su suelo, por lo menos, seis o siete veces ms de lo que obtenan hace cien aos. Los medios de subsistencia extrados de la tierra han crecido sobre quince veces con ms rapidez que la poblacin.En una palabra, el profesor Granseau considera probado que, combinando una serie de operaciones, tales como la eleccin de la semilla, siembra en hileras y un abono apropiado, se puede lograr que la cosecha sea aventajada, por mucho, al trmino medio de las mejores que se cogen actualmente, disminuyendo, al mismo tiempo, los gastos de produccin en un 50%, e incluso ms con slo hacer uso de mquinas poco costosas, sin mencionar las caras, como la cavadora de vapor o las pulverizadoras, que hacen el suelo que se necesita para cada cultivo en particular, lo cual nos muestra que con un trabajo adecuado, inters y la tecnologa se puede lograr generar el alimento necesario para la subsistencia de cada pas por s mismo sin la necesidad de traerlo de afuera y por lo dems tambin muestra la capacidad de que se pueda dar un desarrollo no solo agrcola sino tambin industrial en los diferentes pases.

CAPTULO QUINTOLOS RECURSOS DE LA AGRICULTURA (CONTINUACIN)Uno de los rasgos ms interesantes de la presente evolucin de la agricultura, es la extensin que ha adquirido ltimamente la horticultura intensiva, lo que antes estaba reducida solo a algunos centenares de huertos, se ha ahora extendido con sorprendente rapidez, habindose duplicado con exceso en los ltimos aos, y esto se ha dado especialmente en Francia, Blgica y Amrica, donde esta rama de cultivo ha tomado recientemente un gran desarrollo. Las caractersticas, as como la cantidad de destreza y trabajo que se necesita en este cultivo, se aprecia, en la provincia de Anjon (Francia) en donde se puede ver como se mejora un barro duro, con arenas secada del Loire y con abonos, convirtiendo a las inmediaciones de Angers, y especialmente en San Laud, en un terreno ms apto para el cultivo. Incluso ms, se ha dado pasos hacia adelante, con el objeto de emancipar la agricultura del clima, con el uso de cultivo en invernadero, de frutas, legumbres y hortalizas.En un principio el invernadero-estufa era un artculo de lujo en la casa del rico; se conservaba a una elevada temperatura y serva para criar, en los pases fros, los dorados frutos y las encantadoras flores del sur; pero ahora, y especialmente desde el progreso industrial se ha abaratado el precio del vidrio y el de la madera labrada con ayuda de la mquina, el invernadero se ha puesto al alcance de todos, pudiendo hoy dedicarse a la produccin de fruta, para el pblico en general, as como a la de legumbres, hortalizas y verduras.El invernadero aristocrtico, relleno de los ms raros rboles frutales y de las ms preciosas flores, sigue existiendo; pero poco a poco se va extendiendo y agrandando su accin hasta ponerse al alcance del mayor nmero de personas. El invernadero para uso comercial es esencialmente de origen ingls o tal vez escocs; ya en 1851, mister H. Rivers public un libro, The Orchard Hause and the Cultivation of Fruit in Post under Glass. Y segn nos dice Mt. D. Homson en el Journal of Horticulture (31 enero 1889), hace cerca de cincuenta aos, un cultivador del Norte de Inglaterra venda uvas en Febrero, algunas de las cuales era envidiadas por los compradores a Pars para la mesa de Napolen III. En la actualidad, las islas del Canal de la Mancha y Blgica se hallan a la cabeza en lo referente al desarrollo del cultivo en invernadero. La construccin de estos invernaderos es bien sencilla: paredes de granito bien altas, cristales de 27onzas de grueso, ventiladores que pueden abrir una extensin de 200 a 300pies, con solo mover un manubrio, y todo con el mismo estilo; mostrando lo econmico que son de construir.Los puntos presentados anteriormente, sobre la real capacidad de trabajo y produccin de la tierra, con los cuidados y elementos precisos, hacen mella de la falaz doctrina del exceso de poblacin. Es ms, es precisamente en los pases ms densamente poblado donde la agricultura ha hecho tales progresos que hubieran parecido como un sueo anteriormente, por ende se ve tendencia en que la densidad poblacional, un gran desarrollo industrial y un importante desenvolvimiento de la agricultura sean cosas que se den de manera simultnea, e incluso ms pudiera decirse que son inseparables.Hemos visto que existe (se refiere al principio de autonoma nacional que produzca todo lo que necesita cada pas planteada anteriormente, sin embargo esto no se da as ya que solo a ciertos pases se le permiti lograr industrializarse e imperializarse el resto en su gran mayora sigui sometido a su labor de consumidor de las mercancas y de exportador de materias primas) una tendencia actual del desarrollo econmico del mundo a inducir ms y ms a cada nacin, o mejor dicho, a cada regin, tomada en sus sentido geogrfico, a confiar principalmente en la produccin nacional de todo lo ms necesario para la vida, sin que se reduzca el comercio del mundo. Tal es la tendencia del movimiento presente (segn el autor vea esta tendencia ms como una necesidad natural que se da desde el individuo a la nacin, ya que las personas necesitan ser integrales y desarrollarse, por ende los pases tambin ya que estos se conforman por personas) , que de ningn modo debe alarmar; pues no hay ninguna nacin en el mundo que, armada con los grandes elementos de que hoy dispone la agricultura, no pueda producir en su rea cultivable todas las substancias alimenticias y la mayor parte de las primeras materias derivadas de la agricultura, que necesita su poblacin, aun cuando las necesidades de sta fueran rpidamente creciendo, como era tan natural que sucediera.Si vemos ms all, si suponemos que cada habitante de la Gran Bretaa estuviera obligado a vivir del producto de su propio pas, todo lo que tendra que hacer sera en primer lugar considerar el suelo de la nacin como patrimonio comn, del cual debe disponerse de modo que todos en general y cada uno en particular salgan beneficiados; lo que es indudablemente indispensable; despus, no tendra ms que hacer que cultivar la tierra, no de un modo extrao y extravagante, sino como se hace en miles y miles de acres en otros lados que aprovechan sus recursos; no tendra que inventar nada, sino generalizar y amplificar los sistemas cuya bondad ha sido comprobada por la experiencia; por lo tanto con un cultivo racional, pueden indudablemente obtenerse del suelo, tanto los artculos de primera necesidad como los de lujo, con mucho menos trabajo del que hoy se necesita para poder comprarlos. Por otra parte ha surgido una corriente denominada petite culture, que pregonan por todas partes las excelencias del pequeo cultivo, del hortelano francs, que ha generado un gran entusiasmo e incluso lo han considerado como el ideal de la humanidad en este aspecto, sin embargo los que piensan as se equivocan; tanto como esos que, en el otro extremo, desearan convertir a cada pas en un reducido nmero de granjas gigantescas, como las conocidas en Amrica con el nombre de Bonanza, labradas por Batallones de trabajadores organizados militarmente; en estas granjas, el trabajo humano es reducido, pero las cosechas que se cogen son demasiado pequeas, y el sistema en s no es ms que lo que pudiramos llamar un cultivo robado, en el que para nada se tiene en cuenta lo que se gasta el suelo, en tanto que la petite culture, en parcelas pequeas y aisladas, si est a cargo de individuos o familias aisladas, pero es mucho el trabajo que se desperdicia, aun cuando las cosechas sean grandes no siendo til observando una clara distorsin entre lo trabajado, producido y explotado de la tierra; por lo tanto la forma de hacerlo bien en agricultura, como en todo lo dems es el trabajo asociado y armnico entre los elementos participantes. Al hacer este trabajo de manera asociada y armnica como se busca, lo que reclamase o necesite el cultivo intensivo (necesario para sustentar a todos) para producirse, no sera el duro trabajo del siervo o del esclavo, sino que sera uno accesible para todos, fuertes, dbiles, hijos del campo o de la ciudad, por ende todos pueden trabajar es una integracin total de la comunidad, una especie de el trabajo de todos es de todos. Y as como todos podran aportar se requeriran menos trabajadores a tiempo completo para lograr esto, y esto puede darse en cualquier pas, para as proporcionar el alimento, necesario. Y como la cantidad de trabajo que se requiere para producir el alimento con un cultivo racional es tan corta, estos trabajadores se veran obligados necesariamente a emplear sus tiempos de ocio en empresas industriales, obras artsticas, estudios cientficos y ocupaciones de todo gnero.Bajo el aspecto tcnico, ningn inconveniente se presenta para que semejante organizacin empezara a funcionar desde maana con xito completo; los obstculos que contra ella se presentan no dependen de la imperfeccin del arte agrcola, o de lo infecundo del suelo o del clima; dependen, por completo, de nuestras instituciones, de nuestras costumbres hereditarias y de nuestros recuerdos del pasado, del Fantasma que nos oprime; pero tambin, hasta cierto punto, considerando a la sociedad en su totalidad, de nuestra fenomenal ignorancia, nosotros, gentes civilizada, lo sabemos todo; de todo tenemos opiniones formadas; en todo nos interesamos: lo que nicamente no sabemos es de dnde viene el pan que comemos, a pesar de que pretendemos ignorarlo, cmo se cra, qu trabajo cuesta el producirlo, qu se ha hecho para aliviar ese trabajo y qu clase de hombres son esos que se encargan de alimentarnos.

CAPTULO SEXTOPEQUEA INDUSTRIA Y PUEBLOS INDUSTRIALESLa agricultura e industria, no se han hallado siempre tan alejadas una de otra como ahora, sino que hubo un tiempo, que no se encuentra muy distante de nosotros, en que ambas estaban completamente combinadas, y los pueblos eran entonces el asiento de una variedad de industrias; los artesanos de las ciudades no abandonan la agricultura, y en muchas poblaciones se vean las dos perfectamente asociadas. En la ciudad de la Edad Media que fue la cuna de estas industrias, que tenan como objetivo satisfacer las necesidades de las clases ricas, se daba tambin la industria rural que era la que haca frente a las necesidades de la mayora, como ha sucedido en parte hasta nuestros das (Siglo XIX); luego con la aparicin de los motores hidrulicos, el vapor, el desarrollo de la maquinaria, se rompieron los lazos que anteriormente unan al taller y la granja, porque se especificaron y especializaron los procesos, por lo tanto las fbricas crecieron, y abandonaron los campos; y se reunieron all en las ciudades (porque ah estaban las fbricas), donde la venta de sus productos era ms fcil, o donde las primeras materias y el combustible podan obtenerse con mayor ventajaPor esto se erigieron nuevas ciudades, y las antiguas crecieron rpidamente, quedndose los campos desiertos; y millones de trabajadores, arrojados materialmente de la tierra por la fuerza, acudieron a las ciudades en busca de trabajo, y olvidaron pronto los lazos que anteriormente le unan al terruo; y nosotros, desvanecidos ante los prodigios realizados por el nuevo sistema industrial, dejamos de apreciar las ventajas del antiguo sistema, bajo el cual, el trabajador del campo era al mismo tiempo un obrero industrial. Nosotros condenamos a muerte todas esas ramas de la industria que antes prosperaban en los pueblos pequeos, no considerando como tal todo lo que no fuera una gran fbrica.Los resultados de la migracin campo ciudad, en verdad, fueron grandes con relacin al aumento de las fuerzas productivas y a la acumulacin, pero terribles respecto a los millones de seres humanos que fueron sumidos en la miseria, teniendo que vivir con los medio precarios que le ofrecan nuestras ciudades (Estas situaciones precarias no solo era mala alimentacin, sino malas condiciones de vivienda, falta de higiene, hacinamiento y violencia que se generaba por estas misma situaciones y la desesperacin que conllevan); esto considerando el sistema, en su totalidad.Las naciones industriales, si les interesa la vida de la mayora, estn obligadas a retornar a la agricultura, y a combinarla con la industria, y deben hacerlo as sin prdida de tiempo. El examen de la cuestin sobre la posibilidad de semejante combinacin, es la temtica de a continuacin. Es posible en cuanto se refiere al orden tcnico? Es conveniente? Hay en nuestra presente vida industrial algunos rasgos que nos permitan presumir que un cambio en la direccin indicada encontrara los elementos necesarios para su realizacin? Para resolver estas dudas no hay nada mejor que estudiar la rama inmensa, aunque menospreciada y desatendida, de las industrias descritas con los nombres de rurales, industrias domsticas y pequea industria; estudiarlas, no en las obras de los economistas, quienes se hallan demasiado inclinados a considerarlas como tipos aislados de industria, sino en su propia vida, en sus luchas, en sus fracasos y en sus xitos.Para comenzar hay que mencionar que la variedad de formas de organizacin que prevalece en las industrias pequeas es mayor de la que se piensa. En primer lugar hay, dos importantes categoras: la de las industrias que se mantienen en los pueblos relacionadas con la agricultura, y la de las que viven en poblaciones grandes y pequeas sin conexin alguna con aqulla, contando nicamente los trabajadores para su sostenimiento con su trabajo industrial.Entre estos dos extremos hay evidentemente un sin fin de formas intermedias, segn sean mayores o menores los lazos que unen el trabajador a la tierra; incluso en los pueblos pequeos, y ms an los grandes, estn habitados por trabajadores que se ocupan en pequeas industrias, y la mayora de estos poseen un huerto, una pequea arboleda, un campo o algn derecho de pasto en los terrenos comunales, generando as un vnculo con el campo.Respecto a la venta de los productos, la pequea industria ofrece la misma variedad de organizacin; aqu hay tambin dos ramas principales: en una, el trabajador vende su producto directamente al comerciante al por mayor; los ebanistas y parte de los que trabajan en la industria de juguetes se hallan en este caso; y en la otra, el obrero trabaja para un un maestro, quien, o bien vende el producto a un comerciante al por mayor, o simplemente acta como un intermediario, limitado a cumplir las rdenes que recibe de alguna firma de importancia.Este es, con propiedad, el llamado sistema del sudor, bajo el cual encontramos un gran nmero de pequeas industrias, tales como parte de la de juguetes, la de los sastres que trabajan para los grandes establecimientos de confeccin, y muy a menudo para los del Estado; las mujeres que cosen y bordan el aparado para la fbrica de calzado, y que, por lo general, no hallan en la fbrica ms que un intermediario de la explotacin, y as sucesivamente, dndose as todos los grados posibles de feudalismo y sub-feudalismo en esta organizacin de la venta de los productos.Adems, cuando se considera el aspecto industrial, o mejor dicho, el tcnico de las pequeas industrias, pronto se descubre que tambin se encuentran dos grandes ramas, por una parte esas industrias que son puramente domsticas, es decir, las que funcionan en la casa del obrero, con ayuda de la familia o de un par de trabajadores o jornal; y de la otra, las que estn constituidas en talleres separados. Encontrndose en estas dos ramas todas las variedades antes mencionadas, respecto a las relaciones del trabajador con la tierra y a los distintos medios de disponer de los productos.Por lo tanto todas las industrias posibles tejedores, trabajadores en madera, en metales, en hueso, en goma elstica y en otras muchas cosas, pueden encontrarse comprendidas en la categora de industrias puramente domsticas, con todas las gradaciones posibles entre esta forma de produccin el taller y la fbrica.Y adems as, como hay industrias que se desarrollan por completo en la casa por uno o varios miembros de la familia, hay aquellas en que el maestro tiene un pequeo taller en su misma casa o unido a ella, en donde trabaja con su familia o con algunos oficiales o peones a jornal; las hay tambin con varios obreros que se renen en una fbrica pequea que sostienen o alquilan asociados, o slo pueden trabar en ella mediante una renta semanal: y en todos estos casos trabajan, ya directamente para el negociante, o bien para un maestro, o para algn intermediario.Esta ltima forma, como pronto veremos, est muy extendida hasta nuestros das (siglo XIX), especialmente en las industrias de lana y seda, existiendo al lado de esas grandes fbricas en las que 50,100 o 5.000 asalariados, segn el caso sea, trabajan con las mquinas del patrn y se les paga por jornadas de trabajo, ya sea diariamente o semanalmente.La pequea industria es en s todo un mundo que contina existiendo aun en los pases ms industriales, al lado mismo de las grandes fbricas. En este mundo debemos ahora penetrar para echar sobre l una mirada, una mirada slo, porque se necesitaran volmenes para describir sus innumerables variedades de fundamentos y organizacin, as como sus infinitas y diversas conexiones con la agricultura y otras industrias.La mayor parte de las pequeas industrias, excepto algunas, las que se hallan relacionadas con la agricultura, estn en una posicin bien precaria. Lo que se gana es muy poco, y con frecuencia el trabajo es inseguro; la jornada es dos, tres y hasta cuatro horas ms larga que en las fbricas bien organizadas, en ciertas estaciones alcanza una extensin verdaderamente increble; en ellas, las crisis son frecuentes y durante aos enteros; el trabajador est ms a merced del traficante o del patrn, quin a su vez se encuentra dominado por el comerciante mayor, o sea ambos se encuentran en peligro de verse esclavizados, por el ltimo convertirse en sus deudores.Es ms, en algunas de las pequeas industrias, especialmente en la fabricacin de textiles sencillos, los trabajadores se hallan en una espantosa situacin; sin embargo esta no es la regla general. Cualquiera que haya vivido, supongamos, entre relojeros de Suiza, y conozca su vida privada, reconocer que la situacin de esos trabajadores es por todos conceptos, y sin comparacin, material y moralmente superior a la de millones de obreros empleados en las fbricas, siendo esta un industria pequea, y pese a todas las dificultades esta forma de industria no ha desaparecido; por el contrario, la vemos dotada de una sorprendente vitalidad; sufre de varias modificaciones, se adapta a condiciones nuevas, lucha sin perder las esperanzas en que vendrn tiempos mejores. De cualquier modo que se la considere, no se notan en ella los rasgos caractersticos de una institucin decadente, incluso ms, a pesar que en algunas industrias la fbrica sale indudablemente victoriosa; hay ramas de la gran industria en las que la pequea industria se mantiene firme, como en la industria textil, que tantas ventajas ofrece el sistema de fbricas, el telar de mano compite todava con el mecnico (Recordar que esto es sobre el siglo XIX, aunque en la actualidad aun sobrevive el telar a mano, para realizar confecciones de altsima calidad y no con bajo xito); y en la industria de la seda, sigue extendindose por Europa en su forma de industria rural, en tanto que centenares de pequeas industrias nuevas aparecen todos los aos.Ahora bien, las ventajas que ofrece una gran fbrica en compensacin con el trabajo manual, son bien evidentes respecto a la economa de trabajo, y especialmente por las facilidades, tanto para la venta como para obtener la primera materia a precios ms arreglados. Pero entonces, Cmo se explica la persistencia de la pequea industria? Por muchas causas, sin embargo, cuya mayor parte no puede valorarse econmicamente, influyen en su favor, las cuales podrn ser mejor apreciadas mediante los ejemplos siguientes.LA PEQUEA INDUSTRIA EN LA GRAN BRETAALos suburbios de Londres, Glasgow y otras grandes ciudades, a pesar de ser grandes centros industriales, estn cubiertos de pequeos talleres; y es mas hay regiones en donde la pequea industria est mucho ms desarrollada como en Suiza y Alemania.Un ejemplo de la situacin de la pequea industria en esta zona, es la de los cuchilleros, esto porque la mayor parte de los cuchilleros trabajan en sus casas con sus familias o en pequeos talleres, con ayuda de un torno mecnico que alquilan por algunos chelines a la semana, esto se verifica en los muchos terrenos que estn cubiertos de edificios, y a su vez subdivididos en infinidad de pequeos talleres, algunos de los cuales slo ocupan algunas yardas cuadradas, y en ellos hay herreros machacando todo el da hojas de cuchillo sobre un pequeo yunque, colocado prximo a la fragua; algunas veces, el herrero tiene un muchacho o dos. La cuchillera ha mantenido, pues, su antigua organizacin, siendo este hecho el ms notable, ya que lo que ganan los cuchilleros por lo general es poco; pero, as y todo, ellos prefieren vivir de esa manera, a entrar a ganar un jornal en una fbrica; y el espritu de las antiguas organizaciones industriales, de que tanto se habl hace algunos aos, se ve pues que vive todava.Con respecto a los pequeos industriales textiles, ya el telar de mano es reemplazado en muchas partes por el mecnico; pero estos industriales, deseosos de mantener su independencia (Mostrando que la ganancia econmica no es lo nico que importa y motiva a los seres humanos), acudieron a una organizacin particular, alquilaron un local o parte de l, algunas veces un telar mecnico en un taller, y trabajaron independientemente, esta organizacin caracterstica, sostenida en parte hasta nuestros das, muy decidor para ilustrar el esfuerzo de los pequeos industriales para mantener su independencia, a pesar de la competencia de la fbrica. Eso si hay que advertir y hacer hincapi que los triunfos de las fbricas se obtuvieron slo por medio de las ms fraudulentas adulteraciones y lo mal que se pagaba a los nios (Terrible y flagrante abuso infantil, pero no solo a eso sino la explotacin de los trabajadores con altas horas de trabajos y la pauperizacin de la vida de estos). La pequea industria sigue siendo un factor de la vida industrial, aun en la Gran Bretaa, a pesar de que una buena parte de la poblacin se ha replegado a las poblaciones grandes, pero si hallamos en este pas muchas menos industrias rurales que en el continente, no debemos imaginar que su desaparicin sea solamente debido a la competencia ms encarnizada de la fbrica, la causa principal fue el alejamiento forzoso de las aldeas.El crecimiento del sistema de fbricas en Inglaterra estaba ntimamente y claramente relacionado con ese obligado xodo, y las industrias enteras que prosperan en las aldeas, fueron muertas de un solo golpe, al obligar a las poblaciones rurales a abandonar el campo. Sin embargo los talleres (industria pequea), se multiplicaban mucho ms que las fbricas, desde el momento que encuentran jornales bajos (sueldos bajos); que son un rasgo caracterstico de este pas, y que los ms bajos generen un mayor nmero de gente desvalida, los que se encuentran en los grandes centros de poblacin (donde estn las grandes fbricas). La agitacin formada (sin resultado) por estas situaciones, el alojamiento de los pobres (Vivienda nefasta, con falta de higiene y hacinamiento), los parados (Alta tasa de desempleados sobre todo en las crisis) y el sistema del sudor, han puesto completamente de manifiesto la persistencia de los pequeos talleres; y las laboriosas investigaciones de M. Charles Booth, han demostrado que, una cuarta parte de la poblacin de Londres, esto es, 1.000.000, de 3.800.000, se consideraran felices si sus cabezas de familia pudieran ganar regularmente algo as como 25 francos a la semana el ao entero, por eso solo con tener para vivir son felices y eso se los puede dar los pequeos talleres que adems les da independencia. Por consecuencia, de tan reducido precio del jornal y la migracin campo ciudad por las causas antes mencionadas, es que la pequea industria y la domstica, en el continente se hallan desparramadas por los distritos rurales y en este pas se reconcentran en las ciudades. En realidad, la extensin de la pequea industria, al lado mismo de las grandes fbricas, no es cosa que nos deba admirar, es una necesidad econmica; la absorcin de la pequea industria por la grandes es un hecho, pero hay otro que marcha paralelamente con el anterior, y que consiste en la continua creacin de nuevas industrias, las cuales, por lo general, empiezan siempre en pequea escala.De este modo crecen nuevas industrias que suplantan a las antiguas; cada una de las cuales pasa por un estado preliminar, en pequea escala, antes de llegar a la categora de la fbrica, y mientras ms activo sea el genio inventivo de una nacin, mayor el nmero de estas nacientes industrias que poseer. Adems, la fbrica estimula el nacimiento de nuevas pequeas industrias, por la creacin de nuevas necesidades, y mientras ms nuevas invenciones tengamos, ms aumentar el nmero de las pequeas industrias, y mientras mayor sea el nmero de stas, ms se desarrollar el genio inventivo, cuya ausencia es tan justamente lamentada en este pas.No debemos, pues, admirarnos de ver muchas industrias pequeas en este pas; pero habremos de lamentar que el mayor nmero de ellas haya tenido que abandonar los campos, a consecuencia de las malas condiciones del arrendamiento de la tierra y de haber tenido que emigrar tan considerablemente a las ciudades, en detrimento de la agricultura.LA PEQUEA INDUSTRIA EN FRANCIALa variedad de pequeas industrias que se encuentran en Francia es bien grande, representando un papel muy importante en la economa nacional; siendo una cuarta parte de la industria (Del siglo XIX) y esto sin contar a un considerable nmero de campesinos que apelan a la industria pequea, sin abandonar por eso la agricultura, lo que stos ganan en las primeras es de tanta importancia que, en muchas partes de pas, las propiedades de las poblaciones rurales no podran mantenerse sin la ayuda derivada de aqullas.Si el espritu comunal de las aldeas se mantiene (que todos se ayudan entre s y todo es de todos), la pequea industria persiste, sin que se dejen los esfuerzos por mejorar el cultivo de las pequeas parcelas. Los horticultores y el cultivo de frutales suelen ir a menudo dndose la mano con la pequea industria, ya que la necesitan porque con ella logran un bienestar en su suelo relativamente improductivo, y esto es por la combinacin de estas dos artes hermanas, la agricultura y la industria (con los avances o elementos de la industria se mejora los procesos de produccin agrcola).Puede hasta decirse que en Francia, cuando una industria rural muere, la causa de su desaparicin no se encuentra en la competencia de las fbricas rurales (pues si ocurre algo as se adapta) sino en el decaimiento de la poblacin con el concepto de cultura agrcola; esto lo vemos continuamente, cuando los pequeos terratenientes han sido arruinados por variadas causas, como la prdida de dehesas comunales, una elevacin anormal de la renta, o el estrago cansado en algunas localidades por los marchands de biens (estafadores que incitan a los labriegos a comprar crditos), o la quiebra de alguna compaa por acciones, las cuales haban sido inocentemente tomadas por aqullos, que deben abandonar la tierra y las industrias rurales, emigrando hacia las poblaciones y centros urbanos industriales. Sin embargo este cambio no se da con tanta fuerza como se daba en un comienzo, por ejemplo en las pequeas fbricas de tejido a mano, cuyos motivos de resistencia se hacen muy visible si se observa la obra Le Coton, de Reybaud, que aunque partidario ardiente de la gran industria, Reybaud hizo notar lealmente la evidente superioridad de bienestar que existe en la casa del tejedor de aldea, comparada con la miseria en que se hallan sumidos los asalariados de las fbricas en las poblaciones. Ya entonces las ciudades de Saint Quentin, Lille, Roubaix y Amiens eran grandes centros donde haba importantes fbricas de algodn; pero al mismo tiempo, se tejan algodones de todas clases en telares de mano, en los mismo suburbios de Saint Quentin y en centenares de pueblos y aldeas de sus inmediaciones, destinados a la venta, para ser concluidos en la ciudad. Reybaud insista sobre el contraste que presentaban las horribles habitaciones de los asalariados de las fbricas y sus condiciones generales, con el relativo bienestar de los tejedores agrarios, pues casi todos estos ltimos tienen su casa propia y un pedazo de terreno que nunca dejan de cultivar; describe adems la condicin de los trabajadores rurales, que combinaban la agricultura con el trabajo en las fbricas campestres, como muy satisfactoria, especialmente si se le comparaba con la de los habitantes de las bohardillas en Rouen, y an cita uno o dos casos en los que las fbricas del pueblo permanecen a la comunidad.A pesar de esto si apreciamos la cuestin en su estado general, debemos, decir que en el Norte de Francia, donde se fbrica el algodn en Gran Escala en las fbricas de las ciudades, el tejido a mano de las poblaciones agrarias casi ha desaparecido.Por el contrario, en una industria cuyo mercado sea interior, como, por ejemplo, la de la fabricacin de pauelos de hilo, que es creacin reciente, vemos que el tejido rural se halla, aun hoy da, en completa prosperidad, en Chalet (en Maine-et-Loire, al sudoeste de Angers) que es el centro de esta industria; tiene una filatura y una fbrica de tejido; pero las dos reunidas ocupan menos brazos que el tejido domstico, que se halla extendido en unos 200 pueblos, aldeas y comarcas (es relativamente pequeo); en Orlens, encontramos otro centro prspero de industrias domsticas, relacionadas con el hilo.Cuando Bandrillart visito la ciudad normanda de Elbeuf en 1878-80, qued impresionado al ver las ventajas incuestionables que ofreca una combinacin de la agricultura con la industria, casas limpias, gentes aseadas y seales de un relativo bienestar, se encontraban por todas partes.Respecto a lo mismo, otro pensador como M. Ardouin Dumazet observa, con sorpresa que, debido a estas industrias, hay un nivel ms elevado de bienestar en estos pueblos, cosa verdaderamente imprevista, tratndose de un centro puramente agrcola.En tanto la agricultura, que progresa rpidamente, contribuye, a la par con dicha industria, a hacer ms fcil la vida, por ejemplo en Hennebout (en la costa Sur de Bretaa), 1.400 trabajadores se hallan empleados en una inmensa fbrica de latas para conservas, y todos los aos, de 22 a 23 toneladas de hierro son transformadas en acero, y luego en lata, que se manda a Pars, Burdeos, Nantes y otras partes; y esta fbrica ha creado un enjambre de talleres de hojalatera, en esta regin puramente agrcola, que adems de los mencionados, hay talleres de otras varias clases, en algunos se transforma la escoria en abono, como se ve aqu la agricultura y la industria se dan la mano.Por lo tanto las industrias domsticas marchan mano a mano con toda clase de pequea industria agrcola, tales como horticultura, cra de gallinceas, conservas de frutas, etc.; que tengan por objeto favorecer la venta y la exportacin.En tanto en las regiones forestales del Perch y el Maine, encontramos toda clase de industrias, basadas sobre la madera, que evidentemente no podran mantenerse sin la posesin comunal del bosque, y en todas las casas tienen su taller con un torno o alguna otra herramienta mecnica para cortar, labrar y tornear la madera, lo cual dio lugar a la creacin de una nueva industria, ahora se fabrican all las cosas ms curiosas y bonitas; debido a sta industria, la gente es feliz. Las ganancias no son elevadas, pero cada trabajador tiene una casa y una huerta propias, y en ocasiones un pedazo de terreno de labor.En Neufchtel se hacen zapatos de madera, y es la morada del labriego, ya que tiene un aspecto alegre y risueo, todas las casas poseen un huerto unido a ellas, y no se ven all las miserias de las grandes ciudades.Sin embargo, el principal centro de la pequea industria en Francia es Pars, all encontramos, al lado de grandes fbricas, la mayor variedad posible de pequeas industrias, dedicadas a la produccin de artculos de todas clases, tanto para el mercado interior como para la exportacin, tanta es la preponderancia en Pars de la pequea industria sobre la grande, que el trmino medio de trabajadores empleados en cada una es de 98.000 y eso que en los talleres de Pars no llega a seis por cada uno, y el nmero de personas que trabajan en talleres que tienen menos de cinco operarios, es casi dos veces igual al de las que lo hacen en los grandes establecimientos.En una palabra, Pars es una gran colmena en la que centenares de miles de hombres y mujeres fabrican en obradores pequeos todas las variedades posibles de artculos que requieren habilidad, gusto e inventiva, estos pequeos talleres, en que lo bien concluido, lo artstico de la obra y la rapidez en la ejecucin son tan celebradas, necesariamente han de estimular las facultades intelectuales de los productores; De todos modos, es indudable que, aun siendo posible la absorcin de la pequea industria por la grande, lo que parece muy dudoso, es que no se realizara con tanta rapidez como se creera, es mas la pequea industria de Pars defiende con tenacidad su existencia, demostrando su vitalidad en las innumerables mquinas-herramientas que se inventan continuamente por los trabajadores para mejorar y abaratar el producto.

CAPTULO SPTIMOPEQUEA INDUSTRIA Y PUEBLOS INDUSTRIALES (CONTINUACIN)

LA PEQUEA INDUSTRIA EN ALEMANIALas varias industrias que han retenido hasta ahora en Alemania los caracteres de industrias pequeas y domsticas, han sido objeto de muchas minuciosas investigaciones, pero en este desprecio hacia la pequea industria, claro est que estas estn de acuerdo con los economistas de la escuela ortodoxa, quienes las combaten, sin embargo notamos que la pequea industria toma un nuevo vuelo en Alemania, segn hemos visto, ha pasado en Francia.Lamentablemente cuando comparamos las miserables condiciones de los trabajadores en la pequea industria, con las de los asalariados de las fbricas en las mismas regiones y las mimas industrias, vemos que tan deplorable situacin alcanza por igual a todos, los ltimos viven de jornales que no pasan de 11.25 a 13.75 francos a la semana (miserables incluso para esa poca), teniendo por morada los tugurios de las ciudades en vez del campo; trabajan once horas al da y se hallan sujetos tambin a la sobre miseria, que pesa sobre ellos durante esas crisis que se repiten con tanta frecuencia. Al recibir con los brazos abiertos todos estos dolores de bajos salarios y vida miserable, viendo en ellos la accin de una especie de ley natural que llevo un proceso obligado hacia la concentracin de la industria, sera verdaderamente absurdo seguir sosteniendo que el pauperismo de todos los trabajadores y la ruina de toda industria rural son algo necesario para formar una ms elevada organizacin industrial, sera no slo afirmar incluso bajo el presente e imperfecto estado del conocimiento econmico, sino demostrar una carencia completa de comprensin del sentido de las leyes, tanto naturales como econmicas; por el contrario, todo el que ha estudiado la cuestin del crecimiento de las grandes industrias, debido a causas naturales, convendr indudablemente, con que el sufrimiento impuesto a la clase trabajadora con tal propsito, de ningn modo era necesario.Incluso peor los bajos salarios pagados a jvenes y nios son uno de los elementos que contribuyen a la baratura de todos los productos textiles de las fbricas, siendo consecuencia tambin de la competencia misma de la fbrica con la pequea industria. Hay un hecho que domina en todas las investigaciones que se han efectuado respecto a las condiciones de la pequea industria, lo encontramos en Alemania, lo mismo que en Francia o en Rusia, y es que en un inmenso nmero de industrias, no es la superioridad de su organizacin tcnica en la fbrica, ni las economas realizadas en la fuerza motriz lo que lucha contra la pequea industria en favor de la grande, sino las ms ventajosas condiciones para vender los productos y comprar la primera materia, de que tan fcilmente pueden disponer los acaudalados industriales. Donde quiera que tal dificultad ha sido vencida, bien sea por medio de la asociacin o a consecuencia de haber podido asegurarse un mercado para la venta del producto, se ha visto siempre, que las condiciones del trabajador o el artesano han mejorado inmediatamente; y despus, que se ha realizado un rpido progreso en el aspecto tcnico de cada industria respectiva, introducindose nuevos procedimientos para mejorar el producto o aumentar la rapidez de su fabricacin, ya inventndose nuevas herramientas mecnicas, bien apelando a nuevos motores, o acudiendo a reorganizar la industria con objeto de disminuir el costo de la produccin. Por el contrario, en todas partes donde el indefenso y aislado artesano o trabajador contina estando a merced del comprador al por mayor, quien siempre, desde los tiempos de Adam Smith, que abierta o tcticamente procura por todos los medios rebajar los precios hasta el ltimo lmite, lo que ocurre en la gran mayora de la pequea y domstica industria, sus condiciones son tan malas, que slo el deseo del trabajador de conservar su relativa independencia y el conocimiento de lo que le espera en la fbrica, es lo que le impide ingresar en esta ltima. En cuanto a la vida de las pequeas industrias y su lucha por su existencia, se observa que, si sucumben no lo hacen debido a que se pueda realizar una economa al usar un motor de cien caballos de fuerza en vez de cien motores pequeos, sino el inconveniente del que siempre se hace mencin, que con facilidad es obviado, es porque el capitalista que monta una fbrica se emancipa de los comerciante al por mayor y menor de la primera materia, especialmente porque se emancipa tambin de los compradores al por menor y le es imposible entenderse directamente con los exportadores y comerciantes que operan en alta escala, o porque puede concentrar en un mismo negocio los diferentes trabajos de fabricacin de un artculo determinadoCONCLUSIN DEL CAPITULOLos beneficios que pudieran derivarse de una combinacin de la agricultura con la industria, si esta ltima le fuera posible florecer en el pueblo, eso si no bajo su presente forma de fbrica capitalista, sino en la de una produccin industrial socialmente organizada, contando con la completa ayuda de la maquinaria y el conocimiento tcnico, son variados; sin embargo y recalco esto solo es posible cuando la pequea industria, se encuentra combinada con la agricultura, donde los trabajadores no han perdido la posesin del suelo y siguen cultivndolo.Por el contrario si por lo elevado de los impuestos o la miseria, a consecuencia de una crisis, ha forzado al trabajador domstico a deshacerse de su ltima parcela, dejndola en las manos del usurero, la ruina se le entra por las puertas y el explotador se hace omnipotente, y apela a un trabajo excesivo sobre l.Tales hechos, as como la marcada tendencia de las fbricas a concentrarse en los pueblos, son muy sugerentes; claro esta que sera un gran error imaginar que la industria debera volver a su estado de trabajo manual, a fin de combinarse con la agricultura; pues donde quiera que la mquina venga a economizar el trabajo humano, debe acudirse a ella y recibirla con los brazos abiertos. La mquina tiene que suplantar al trabajo manual en la manufactura de gneros corrientes, mientras que el arte probablemente extienda su dominio en el afinamiento artstico de muchas cosas que ahora se hacen por completo en la fbrica, as como en infinidad de nuevas y recientes industrias.Pero ocurre otra cosa ms, no hay nada que justifique el que la fbrica, con su fuerza motriz y maquinaria, no pertenezca a la comunidad, como ya sucede con la fuerza motriz de los talleres y pequeas fbricas, antes mencionadas. Es evidente que, en la actualidad, bajo el sistema capitalista, la fbrica es una calamidad para el pueblo, viniendo a sobrecargar de trabajo a los nios y a sembrar el pauperismo entre sus habitantes; siendo, por consiguiente, muy natural que los trabajadores la rechacen por todos los medios posibles, cuando han conseguido mantener sus antiguas organizaciones industriales, o tambin si an no se han visto reducidos a la ltima miseria. Pero, bajo una organizacin social ms en armona con la razn, la fbrica no hallara tales resistencias, pues se convertira en un beneficio para el pueblo, hay pruebas incuestionables que demuestran que algunas comunidades han dado paso en esta direccin.Las ventajas morales y fsicas que el hombre pudiera derivar de su trabajo entre el campo y el taller, son bien patentes; sin embargo para evitarlo se nos dice que la dificultad estriba en la necesaria centralizacin de la moderna industria y sta, como en la poltica (la centralizacin), cuenta con numerosos admiradores. Pero pese a estos esfuerzos, ambas esferas de las ideas centralistas se vienen a tierra con facilidad; pues si analizamos las industrias modernas, pronto descubrimos que, para algunas de ellas, la cooperacin de centenares o aun miles de obreros reunidos en un mismo lugar es realmente necesaria.Siendo la fbrica un negocio puramente particular, sus dueos hallan ventajoso el tener todas las ramas de una industria determinada bajo su direccin, pudiendo de ese modo acumular las utilidades de las sucesivas transformaciones de la materia prima (eso era si en el siglo XIX actualmente las empresas buscan externalizar los procesos para ahorrar); en cuanto a la pequea industria, en nada la perjudica que aumente la subdivisin de los talleres, lo mismo en la relojera que en otros ramos.En tanto con respecto a los innumerables artculos que derivan su valor principalmente de la intervencin de la mano de obra, se pueden producir tambin en fbricas pequeas, que slo emplean algunos centenares o docenas de operarios.La distribucin geogrfica de la industria en un pas determinado es indudablemente depende hasta cierto punto, de un conjunto de condiciones naturales; pues no cabe duda de que hay lugares ms favorablemente situados que otros para el desarrollo de industrias determinadas; sin embargo la causa esencial de su ubicacin son las histricas, principalmente las guerras religiosas y rivalidades entre las naciones, que han representado una parte importante en su desenvolvimiento y su actual distribucin, as como otras consideraciones relacionadas con las mayores o menores facilidades para la venta y la exportacin, las cuales ya van perdiendo su importancia con el aumento en las facilidades de transporte, y perdern ms todava cuando los productores produzcan para s y no para consumidores lejanos.Adems para desarrollar esta reunin y coordinacin agricultura industria se requiere tambin una profunda modificacin de nuestro actual sistema de educacin, ya que implica una sociedad compuesta de hombres y mujeres, en que cada uno de los cuales puede trabajar lo mismo con sus brazos que con su inteligencia, en las direcciones que quieran.

CAPTULO OCTAVOTRABAJO CEREBRAL Y MANUALEn los antiguos tiempos, los hombres de ciencia, y en particular aquellos que ms han hecho a favor del crecimiento de la filosofa natural, no despreciaron el trabajo manual, es ms para los genios, las artes mecnicas no han sido un obstculo para la investigaciones abstractas, pudiendo decirse que ms bien las han favorecido; por otro lado, los trabajadores de otros tiempos que hallaron pocas oportunidades para dominar la ciencia, muchos, al menos, tuvieron estimuladas sus inteligencias por la misma variedad de trabajos que se realizaban en aquellos talleres, donde an no haba penetrado la especializacin.En cambio nosotros (cultura moderna) hemos cambiado todo eso, con el pretexto de la divisin del trabajo, hemos separado violentamente el trabajo intelectual del manual, para peor la mayora de los trabajadores no reciben ms educacin cientfica que sus abuelos, y, adems, se ven privados de la poca que podan adquirir en los pequeos obradores, mientras que sus hijos, tanto varones como hembras, estando condenados a vivir en la mina o la fbrica desde la edad de trece aos, pronto olvidan lo poco que aprendieron en la escuela, en tanto los hombres de ciencia actuales, por su parte, deprecian el trabajo manual. Pero existe una clase de hombres que no pertenecen a ninguna de las categoras indicadas, que en su juventud fueron trabajadores manuales, y algunos de ellos siguen sindolo todava; pero, debido a algn acontecimiento feliz, han conseguido adquirir cierto conocimiento cientfico, de ese modo han logrado combinar la ciencia con el arte mecnico, y son a estos precisamente a los quien la industria debe sus principales y ms recientes inventos, pero pese a esto en la vieja Europa, al menos, constituyen una excepcin.Pese a que sea una excepcin es un tipo de hombre que se necesita, por eso surge en los pases industriales una peticin por una educacin tcnica. Si escuchan a los que conocen la industria, vern que la base de sus quejas es que, el obrero cuyo trabajo ha sido especializado por la divisin permanente de la faena, ha perdido todo inters intelectual en ella, (lo que principalmente ocurre en la gran industria) as como sus facultades inventivas, lo cual se debe a que el obrero est deprimido por la monotona del trabajo, y deja de inventar y crear.En los comienzos de la industria moderna, tres generaciones de obreros inventaron; pero ahora han dejado de hacerlo, por ende una educacin cientfica en escala elevada se ha hecho necesaria para poder realizar nuevos adelantos, y sta se le niega a los trabajadores, y de seguir as no hay medio de salir del hoyo, a menos que se combinen la educacin cientfica y el arte mecnico, tambin que la integracin de los conocimientos vengan a reemplazar la actual divisin de estos.Es decir, en este sistema de comunin, todo ser humano, sin diferencia de nacimiento, debiera recibir una educacin que le permitiera, ya fuera varn o hembra, combinar un verdadero conocimiento cientfico con otro, igualmente profundo, del arte mecnico; importante sealar que si se requiere de la especializacin de los conocimientos en muchos aspectos; pero para desarrollarse y prosperar sta debe venir despus de la educacin general, la cual debe comprender tanto a la ciencia como al trabajo manual. Proclamamos entonces la educacin integral o completa, lo que significa la desaparicin de esa distincin tan perniciosa que se ha dado ltimamente entre los trabajadores intelectuales y manuales.Claramente expresada, la aspiracin de una escuela bajo este sistema, esta debera ser la siguiente forma, partiendo por dar una educacin tal, que al dejar las aulas a la edad de diez y ocho o veinte aos, los jvenes de ambos sexos se hallaran dotados de un capital de conocimientos cientficos que les permitiera trabajar con provecho para la ciencia, dndoles al mismo tiempo un conocimiento general de lo que constituyen las bases de la enseanza tcnica, y la habilidad necesaria en cualquier industria especial para poder ocupar su puesto dignamente en el gran mundo de la produccin manual de la riqueza. Este experimento se ha hecho en la Escuela Tcnica de Mosc, durante veinte aos consecutivos, con muchos centenares de nios; segn el testimonio de los ms competentes jurados de las exposiciones de Bruselas, Filadelfia, Viena y Pars, el ensayo ha dado un resultado satisfactorio. La escuela de Mosc admite jvenes que no pasen de quince aos, y no se les exige a tal edad ms que un conocimiento general de geometra y lgebra, unido al uso corriente de la lengua del pas, recibindose alumnos ms jvenes en las clases preparatorias, la escuela est dividida en dos secciones, la mecnica y la qumica.Despus de haber estado cinco o seis aos en la escuela, el estudiante la deja con un profundo conocimiento de matemticas superior, fsica, mecnica y ciencias relacionadas con stas; tan completo, en verdad, que no tienen nada que envidiar al que se adquiere en las mejores Facultades matemticas de las ms eminentes universidades europeas. Estas personas eran hbiles artesanos educados cientficamente (trabajadores con educacin de nivel universitaria), altamente apreciados hasta por los fabricantes rusos, que tanto desconfan de la ciencia.Ahora bien; el mtodo seguido para obtener tan maravillosos resultados fue el siguiente, en lo referente a la ciencia, el aprender de memoria era poco apreciado, mientras que la investigacin independiente se estimulaba por todos los medios posibles, la ciencia se enseaba a la par que sus aplicaciones, y lo que se aprenda en la clase se aplicaba en el taller, dedicando una gran atencin a las ms elevadas abstracciones de la geometra, como medio de desarrollar la inteligencia y el amor a la investigacin. En cuanto a la enseanza del arte mecnico, el sistema seguido era muy diferente del que fracas en la Universidad de Cornell, siendo verdaderamente distinto de los usados en la mayora de las escuelas tcnicas, ya que en la escuela tcnica de Mosc no se mandaba al estudiante a un taller a aprender un oficio determinado y ganarse con l la vida lo ms pronto posible, sino que su enseanza se realizaba segn el plan elaborado por el fundador de la escuela, M. Dellavos, y que ahora se aplica tambin en Chicago y en Boston, del mismo modo sistemtico que se usa para ensear el trabajo de laboratorio en las Universidades, por lo tanto el sistema de la mano al cerebro, y viceversa, se halla completamente en accin, vindose coronado por el xito. La Escuela Tcnica de Mosc no es, sin embargo, una escuela ideal, ya que ella desatiende por completo la educacin humanitaria de los jvenes.La prdida del tiempo es el rasgo ms caracterstico de nuestro sistema actual; no slo se nos ensea una multitud de cosas tiles, sino tambin lo que no lo es. Incluso ms, estas deficiencias se dan y se notan desde el Kindergarten, del cual los maestros alemanes hacen a menudo una especie de barraca en la que cada movimiento del nio est regulado de antemano, y se ha convertido con frecuencia en una pequea prisin para los pequeuelos.Por lo tanto el desarrollo educativo debe basarse en la consigna de, De los ojos y la mano al cerebro, que es el verdadero principio de la economa de tiempo en la enseanza, ya que este les permitir lograr seres humanos capaces de trabajo intelectual y manual, y ser unos seres humanos ms integrales y plenos. Por lo anterior, se desprende entonces que la principal aspiracin de la enseanza no debe ser la de hacer un especialista del principiante, sino el de ensearle los elementos fundamentales y los buenos sistemas para trabajar; y, sobre todo, darle esa inspiracin general, que ms tarde le inducir a poner en todo lo que realiza un ardiente amor a la verdad, a mirar con placer todo lo que es hermoso, lo mismo en la forma que en el fondo, a sentir la necesidad de ser una unidad til entre los dems seres humanos, y conseguir que su corazn lata al unsono con el resto de sus semejantes.Adems si se dan obreros diestros o preparados, produce una economa de tiempo, la que se obtiene mejor por medio de la educacin que nosotros preconizamos, porque por sencillo que sea el trabajo, el obrero instruido lo har mejor y ms pronto que el que carezca de esta.Claramente no se realizara ninguna reforma importante en educacin ni en ninguno de los puntos tratados en los captulos anteriores, mientras que las naciones civilizadas permanezcan bajo el presente estrecho y egosta sistema de consumo y produccin.As lo que podemos hacer, en tanto duren las actuales condiciones, es intentar, aqu y all, en forma microscpica, hacer alguna mejora en una escala limitada; intentos que, por necesidad, han de hallarse muy por debajo de los resultados apetecidos a causa de la imposibilidad de reformar en pequea escala, cuando es tan ntima la conexin que existe entre las mltiples funciones de una nacin civilizada. La llamada divisin del trabajo es hija de un sistema que condena a las masas a trabajar todo el da entero y toda la vida en la misma montona faena, es tan as que como deca Franklin, que cinco horas de trabajo diario bastaran, por lo general, para proporcionar a cada individuo, en una nacin civilizada, las comodidades de que ahora solo pueden gozar los menos, con tal de que todos tomaran una parte en la produccin, por ende ms de la mitad de la jornada de trabajo quedara libre para que cada uno la dedicase al estudio de las ciencia y las artes, o la ocupacin de su preferencia; y su labor en este terreno sera tanto ms provechosa cuando ms productivo fuera el trabajo realizado en el resto del da, si el dedicarse a la ciencia y el arte fuera el producto de la inclinacin natural y no cuestin de conveniencia e intereses. Por lo dems, una comunidad organizada bajo el principio de que todos fueran trabajadores, sera lo bastante rica para convenir en que todos sus miembros, lo mismo varones que hembras, una vez llegados a cierta edad, por ejemplo, desde los cuarenta en adelante, quedasen libres de la obligacin moral de tomar una parte directa en la ejecucin del trabajo manual necesario, pudiendo as estar en condicin de dedicarse por completo a lo que ms le agradara en el terreno de la ciencia, del arte o de un trabajo cualquiera.

CAPTULO NOVENOCONCLUSIONES FINALESSon verdaderamente econmicos los medios que ahora se usan para satisfacer las necesidades humanas bajo el presente sistema de divisin permanente de funciones y produccin mercantilizada? Conducen realmente a economizar fuerzas humanas, o no son ms que restos dispendiosos de un pasado que, sumergido en la oscuridad, la ignorancia y la opresin, nunca se hizo cargo del valor social y econmico del ser humano?En el mbito de la agricultura puede considerarse como probado que, si una pequea parte del tiempo que ahora dedica al cultivo en cada pas o regin, se emplease en mejoras permanentes del suelo, bien meditadas y ejecutadas socialmente, la duracin del trabajo que despus se necesite para producir el pan anual para una familia compuesta, por trmino medio, de cinco individuos, sera menos de quince das al ao, y el trabajo necesario para tal objeto sera beneficioso y agradable para toda persona sana del pas.Se ha visto tambin que, siguiendo el sistema de la horticultura intensiva, (en parte bajo vidrio o invernadero) de legumbres, verduras y frutas pueden producirse en tal cantidad, que todos las tendran en gran abundancia tan slo con atender su cultivo, las horas que cada uno le dedica voluntariamente a trabajar al aire libre, despus de haber pasado la mayor parte del da en la fbrica, la mina o el estudio, eso s por supuesto, esto no es la obra del individuo aislado, sino la accin combinada y metdica de los productos y productores agrupados.Lejos de ser inferior al joven especializado, producto de nuestras universidades; el ser humano completo, educado en el uso de su cerebro y de sus brazos, tiene ventaja, por el contrario a lo que se cree generalmente, esto especialmente como iniciador e inventor, lo mismo en la ciencia que en el arte.Y est probado; es ms es la evolucin del tiempo en que vivimos la del hombre completo con formacin tcnico intelectual; evolucin hecha a pesar de los innumerables obstculos arrojados siempre en el camino de todo pensamiento elevado, que es obra de los obscuros cultivadores del terruo, de cuyas manos, Estados ambiciosos, propietarios territoriales e intermediarios, arrebatan el producto de su trabajo, aun antes de que est en sazn; y es la obra tambin de obreros intelectuales que, muy a menudo, caen aplastados bajo el peso de la Iglesia, del Estado, de la competencia comercial, de la inercia del entendimiento y de las preocupacin de todas clases.Un mes de trabajo anual, bastara para proveer al obrero de una morada saludable, y no obstante, tiene que gastar de 25% a 40 % de su salario anual; esto es, de tres a cinco meses del tiempo que trabaja al ao, para tener una habitacin que, en la mayora de los casos, es insalubre y demasiado reducida; la cual nunca llegar a ser suya, a pesar de que a la edad de cuarenta y cinco o cincuenta aos tienen la seguridad de que ser despedido de la fbrica, porque para entonces, el trabajo que l haca lo ejecutar una mquina y un nio. Todos sabemos que el joven debera, por lo menos, estar familiarizado con las fuerzas de la naturaleza que algn da tendr que utilizar; que necesitara estar preparado para ver sin prevencin el constante progreso de la ciencia y el arte; que le convendra estudiar ciencias y aprender un oficio. Todo el mundo estar conforme por lo menos en esto, pero en la prctica, qu es lo que se hace? Desde la edad de diez aos, y aun de nueve, mandamos al nio a empujar una vagoneta en una mina, o atar con la agilidad de un monito los dos extremos del hilo roto en la hilandera. Desde la edad de trece, obligamos a la muchacha, que todava no es ms que una criatura, a trabajar como una mujer en el telar de mano, a consumirse en el ambient envenenado y caliginoso de una fbrica de algodn, o perder la salud en las mortferas salas de una alfarera. En cuanto a los que han tenido la relativa buena suerte de recibir ms educacin, fatigamos su inteligencia con un trabajo excesivo, les privamos conscientemente de toda educacin, fatigamos su inteligencia con un trabajo excesivo, les privamos conscientemente de toda posibilidad de hacerse productores, y bajo un sistema de educacin cuyo objetivo es la utilidad, y los medios la especializacin, hacemos trabajar hasta el aniquilamiento a los pobres maestros que toman a pecho su labor. Qu torrentes de intiles sufrimientos derraman sobre el mundo esos pueblos que se llaman civilizados!Con respecto a las fbricas y los talleres ubquelos cerca de las huertas y tierras de labor, para trabajar en unas y otras alternativamente; y no tengan esas fbricas en las que los nios pierden hasta su apariencia de seres humanos en la atmsfera de un infierno industrial sino a aquellas ventiladas, higinicas y por consecuencia, econmicas, en las cuales la vida humana se tiene en ms valor que las mquinas o el deseo de aumentar las utilidades, y cuyos modelos, aunque limitados, se van ya encontrando en varias partes. Que sean fbricas y talleres, hacia los que los hombres, y las mujeres no se vern arrastrados por el hambre, sino atrados por el deseo de encontrar una ocupacin en armona, en donde, ayudados por el motor y la mquina, elegirn el ramo de actividad que ms les satisfaga.Que estas fbricas y talleres se construyan, no para hacer negocio vendiendo cosas intiles y nocivas a los esclavizados africanos, sino para satisfacer a las necesidades desatinadas de millones de personas incluyendo a los propios productores; y entonces los maravillar el ver con qu facilidad y en qu poco tiempo pueden cubrirse nuestras exigencia de vestidos, de miles de artculos de lujo, desde el momento en que la produccin se encamine a satisfacer verdaderas necesidades y no a engordar a los accionistas con crecidos dividendos, o derramar el oro en el bolsillo de los directores.Para terminar la civilizacin moderna tiene otra cosa que ofrecer a los hombres pensadores, y es que deben darse cuenta que para ser ricos no necesitan quitarles el pan de la boca a los dems, sino que lo ms racional sera establecer una sociedad en la que los hombres, con el trabajo de sus brazos, de su inteligencia, ayudados por las mquinas ya inventadas y por inventar creasen ellos mismos toda la riqueza imaginable para l y para todos.

2