camino a la felicidad

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libro recomendado con fines para su sabiduria en aspiracion a un poema.

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NADIE DUDE EL LUCERO / 1 edicinDiseo de portada y foto del autor (Rolando Faget en Montevideo, 1989):HCTOR ROSALESMaquetacin y coordinacin general:BLANCA MATEOSEsta edicin ha sido creada en archivo digital (PDF)para ser distribuida por Palabra Virtualcon la autorizacin del autor y supervisin del antlogo de la obraMxico / Barcelona, abril de 2009 DerechosreservadosROLANDO FAGETNADIE DUDE EL LUCEROAntologa potica(1971-2002)Edicin deHctor RosalesMxico 2009PALABRA VIRTUALESTACIONES DE LA LUZDurante su movida existencia el poeta Rolando Faget no ha dejado de buscar una luz con forma de flor en los caminos del mundo.Lo declaraba en uno de sus versos: Con todo una flor roja he de buscar. Y con una bufanda de ese color, el mnimo equipaje, su eterno corazn adolescente y la mirada fija en los horizontes, parti y volvi mil veces a la capital anclada ms al sur.Los rasgos de las ciudades estn trazados por sus habitantes. Pocos poetas uruguayos, muy pocos, como Faget, han comunicado el alma de Montevideo con la economa expresiva, la musicalidad y los sentimientos tan fieles a una ciudad joven, compleja, configurada por emigrantes, ausencias y sueos con ms problemas que alientos.Pas balcn al mar / colinas jvenes y quieta tierra buena. Ah la sntesis del Uruguay. Un pas que tiene la mitad de su poblacin en la capitaly sta mirando a un ro como mar. Es fcil,entonces,confundir capital con pas, aguas dulces con saladas, verdadera construccin con hbito de ensimismarse en utopas.Desde un balcn se puede ver un campo de tierra frtil, pero difcilmente se siembra o se cosecha, se levanta una fbrica o una escuela en ese balcn. Se trata de un mbito contemplativo, un espacio reducido en una casa o edificio, donde son ms comunes las pausas, los descansos o cualquier otro esparcimiento, que las actividades estrictamente laborales.La juventud de las colinas indica la edad de la nacin. Y la tierra, asumida como buena por naturaleza (tambin se puede asociar tierra a sociedad), est quieta, detenida en sus expectativas y en el tiempo.Faget nace y se proyecta en esa encrucijada. Con el agravante de la decadencia econmica del pas, la corrupcin poltica, la dictadura militar, el exilio, las rupturas de la memoria.No podrn devolvernos la alegra, afirma en su poema Lo que muri, mientras a lo largo y ancho de su obra perseguir los ecos de esa alegra, los aos que rob el destino, los instantes de la dicha fugaz, el tan puro no s de la nostalgia.Poeta viajero por vocacin. Pero tambin por oscuros, implacables designios. El viaje como motor de su bsqueda incesante y de un sentimiento de culpa que no se desgasta con sus pasos: desasosiego andante compulsivo / reprochables virajes de arraigo y desarraigo.Poeta urbano por gentica conviccin. En un poema no incluido en esta antologa reconoce:estoy hecho de asfalto y lo celebro.Su ciudad natal est profundamente presente en todas sus rutas y en cada ciudad que visit. Montevideo podra ser, no obstante, lo nico que realmente existe a la postre. Desde allcaminos bifurcaban / y reunan, o con efecto carcelario: ciudad como uncajn (...) porque estoyquieto y sin salida.Ante cualquiera de las significaciones de su capital geogrfica y espiritual, la poesa aport a Faget las alas ms eficientes para sus viajes de fondo. Con ella recorri las estaciones de la condicin humana, los tneles de las contradicciones, los rieles solitarios, los bancos de madera o piedra donde viejos relojes estiraban las sombras de sus agujas.Una voz narrando generalmente en primera persona, una voz atenta a sus seas de identidad, vigilando en nombre propio o colectivo: Noengaarse. Velamos.Una palabra comprometida con la luz, porfiada en las constantes referencias al sol, al verano, a las maanas. A pesar de tanta noche transcurrida, una potica anudada al lucero de la esperanza.Para estos puertos Faget propone: calificar lo mnimo / hablar claro / cantar muy limpio. Y en buena medida lo consigue en el fluir de sus letras.Mi seleccin de sus textos se concentra en las lecturas de diez colecciones comprendidas entre 1971 y 2002. Tal experiencia permite definir una escritura instintiva, despareja en sus logros formales, aunque con hallazgos, tonalidades y ritmos derivados de un genuino poeta.Sin intencin de extenderme en mis gustos particulares (que jams niego a la hora de trabajar en un autor), los resultados de esta primera antologa global de Faget exponen lo que creo ms representativo de su mejor poesa.Hemos mencionado la importancia de su smbolo ms frecuente, su talismn, la fuente (de raz mstica) donde brotar insistentemente la necesidad de iluminar la vida: sale el sol mientras tanto / de piel en piel / de mano en mano.El reverso de esa moneda literaria (Faget es muy diestro para expresar contrastes) sera esta lcida advertencia: No hay sol sino minutos luminosos. Guardarlos.En las siguientes pginas el lector tendr una cita con diversos rastros vitales que quedarntitilando ms all de los aos. Guardarlos, s, como aliados en la noche.Nadie dude el lucero.HR. / Barcelona, 7.07.2008Con nuestro agradecimiento a Miguel Motta, Gustavo Esmoris, Pablo Silva, Helena Corbellini, Alfredo Fonticelli, Marisa Guevara, William Johnston, Vctor Silveira, Lilin Caligariy todos los familiares, amistades y lectores del poeta,que han colaborado y colaborarn para que este libro atraviese horizontes.NADIE DUDE EL LUCERODePOEMAS DEL RO MARRNEs mi calle y silencioes gris horizontal compacto prolongado.Es mi calle y silenciorecuperar rutinas del venirse viviendo entre estas callescon vidrios, con veranos, libros amenazandosolos y amenazando.Lejos quedaron puertos y catedraleshoras como montaas en ciudades compradas en forma transitoria.Las de ac son raceses mi voz, son las voces.Fue un borroso periploun ensayo, mentirasvagas casas y ocanos.Est esta calle ahorala tangible maana cotidianarepetida sonrisa del agua, nacimiento.Porque hay maneras simples de llegar a lo que uno va buscandoo puede dar si alguien lo requiere.Es simple y como al pasoes decir, podra serlo a partir de algo.Aclarando: nadie habla aqu de poseer, de conquistasde puentes en la selva sobre ros desbordadosnadie habla ahora de la obtencin de dilogos con pjaros silvestres de romper o trizar, de acumular victorias.Todo sera ms simple, ms natural y claropero el hombre rehsasu vocacin de mquina,pero el hombre defiende, oculta yniega toda posibilidad ntida.Es que andamos buscando, es que nos buscan.Las manos siempre asombranla boca inventa y niega hondsimas posibilidades.Un instante el verano se detienelas frutas enmudecen y hay cantos repentinoshay llamados urgentes, memoriosos futuros.Es posible quedarse con piel pero sin sangrecon dedos y con ojos provocando, con llameantes palabras.No hay sol sino minutos luminosos. Guardarlos.Acrecentar buscando, acrecentar cualquier ilgica aspiracin plausible.Afuera las ventanas de la tarde, los libros con aviones y mapas.Plaza sitiada, con hmedos rencores, con espuma en las cejascon manos en el pelo, encima de la tarde.Afirmar que tuve determinada abuelacierta retama ta, chingola de su invierno.Ahora voy y me vengoborro, rompo, regresoahora es gastar, destruirseintercambiar por noches relativos pasesfuegos sin comentario, noticias, despavores.Ahora es cuentagotarse, es hora de silenciosde bienvenida triste soledad madrugadasin adioses, con huecos.Todo no es absolutohay fuerza y necesariahay tutores, no hay cielohay un irse amudando semisonrisa en ceo.Que tuve, es innegable, abuelas y retamasque crec con mi infancia de tas y de verbosaunque ya logre apuros, sangre con estuporesalgn rato sin tiento.Con todo una flor roja he de buscarespero prenderla en la retama por dialogarle al tiempo.Claro que en este bar no he de escribir un poemaporque aqu la calle se me aquietaciudad como un cajncomo una casa con su relativa actividady el humo pensativo de sus presuntos habitantes.Escribira un poema si pudiera instalarmeen alguno de esos omnibuses nocturnos o mal iluminadosque recorren bordendola la tristsima ciudad que nos envuelveque atraviesan, transcurren con algn objetivopor entre la tristsima ciudad que nos asla.Pero no en este barporque estoy quieto y sin salidatampoco en esta mesa con vasos y un amigode saco azul correcto sentado enfrente mocomo si fuera nadie y conversando.De cualquier modo, esto es inevitableel ro marrn conoce dnde viven tus manos.Entonces era reconocer toda maanacada mnima veta de tu pieldetectar con los ojosla ms leve inflexin o variante de tu olor cotidianoenloquecidamente interrogarme acerca de lo que guardabasabajo de tus dientestras tus leves ojeras prolongando tus ojosque casi siempre verdes.Entonces de maana era encontrarteentre tu piel de cercaa raz de un leve rocetu voz cuando decas.Era tu piel, sin dudaera mi sangre, terquedad erizadaobsesiva en su perruna (humansima) viril afinidad con sangre tuya.Tus manos, tu salivael universo entero de tu cuerpo(aunque esta es otra historia, hay ms detalleslocalizables, breves, luminosos).Y escribo que ese entonces no pasque se ha quedadosoy yo definitivome traje hasta este ahora aquel entoncesme lo traje o me trajoy aqu estamos: estoy yo, est el hoy, est el entonces.A ti no te he tradome fue imposible, no quise o me distrajeo te negaste o no te diste cuenta.Hoy, este daest tu parentesco que no niego ni admitocon la piel que es la tuyaest tu gusto a sal, la ilusin de algasencandilando mis tardes y maanas.Reconozco aqu ahora tu ntida figuraincambiados tus ojos.Slo aqu faltas tests tan cercadesde aquel tiempo aquel te he devorado.Son desbordadas nochescaminares bajo la luna afuerael mundo activo oleaje en la cabezamarejada de ruidos y de impulsoagudo grito astucia de esas noches.Noches que son alcohol y que son vasosdesasosiego andante compulsivoreprochables virajes de arraigo y desarraigo.Es quedarse desnudo mirndose a uno mismo,es nada sucediendo y todo adentro.Horas que no sonnada, noches como de ausencia repentinabuscando el permanente, frgil renacimiento.O una calle imposible de pltanos coherentesuna ciudad poblada de vasos con pitangapresentidos tranvas corriendo suburbanos entre radios, malvonescerca de costa y fbricas.Reinventar la ciudad, casa recuperadarabia, acento, reservasla amplitud de los trigosilusin de concretas estaciones futuras.Patria nueva encontrarladeshacerse, combate, noches de hoguera y aguasol repartido urgente, casa recuperada.DeUN SOL OTRAS MAANASIIPas balcn al mar colinas jvenes y quieta tierra buena.Dura nueva ciudad, sus marcas, sus mojones grave grito y la sangre levanta sus veredas su cierto testimonio inapelable.______Fragmento de la seccin/texto Modos irrefutables de cantar a la luzIVNo nos queda ciudad. Porque una casa ha muerto y hoy el cielo est rojo toda el agua refleja la noche en tensa vela.La tierra est deshecha, ni un rbol ni un libro (perro fiel) da su sombra en la costa.Asco de tiempo nuevo en calle muerta ceniza y esperanza remordida entre la torpe ruina escombro y sangre.Prevenir la sonrisa y negarse a la mentida msica de algn antiguo pjaro inoportuno, ciego.Reencontrar la ciudad. Porque una casa ha muerto a duro sol ha muerto.______Fragmento de la seccin/texto Modos irrefutables de cantar a la luzSETIEMBREDuele reconocer de noche la ciudad recorrer pobres luces, el silencio ominoso la esquina sin infancia sin los tranvas de lata que buscaban la costa alborotando Ellauri.Duele reconocer Boulevard, tangibles prostitutas y coches demenciales silenciando su hierro.Qu primavera tensa, qu ausencia de gaviotas esperando el verano todo se vuelve jazmn porque hoy la rabia rueda, ensucia el asfalto es ajena la noche, nada se vuelve jazmn baj el silencio, el odio a las veredas.Vieja esperanza detrs de las ventanas que no sali de noche a la ciudad a iluminar tristeza, luces, miedo.MUERTE DIARIAA veces pienso: podra morirme de tristeza de yo s qu, de oscuridad, de fro de las siete de la tarde en punto entrando al cuarto de un hotel de esta ciudad que no conozco.A veces digo: podra morirme ahora nunca voy a salir de este alcohol triste tan pobre y repetido.A veces pienso no voy a bajar nunca de este mnibus siniestro interminable llevndome a crepsculos en ciudades o pueblos donde no quiero a nadie donde nadie me espera.A veces digo: voy a morirme de esto de tantas cosas juntas morirme para siempre como un mal perro triste, equivocado, alcohlico.Pero no, sin embargo remordindome en tanta muerte diaria que poseo en el centro de esta rutina amarga digo no y siempre una maana con sol junto al ocano o al ro milagrosamente trasmutado tu piel cerca me espera o una voz parecida a la tuya al olor, al rumor del ocano.De luz esa maana, de ro convertido.REITERACINQue algo me va quedando es evidente de este claro pedazo de papel de esta melancola fantstica de encontrar este claro papel de hace unos meses.El papel dice agosto y estamos a febrero el papel dice nmeros y recuerda una fecha.Si hay algo indestructible cunto ocaso si hay algo incandescente cunta lluvia de adentro vieja triste certeza. Qu desolado amor desde estos meses qu honda reiteracin a sal y canto.DeEL MURO DE LOS DESCANSOSLA SEGUNDA OPORTUNIDADQuin te diera el ayernuevo sin usoquin te dijera es tuyo ahoratodo el tiempo que usasteirreflexivamentepara no arrepentirte de haberlo malgastadopara construir de veraspara no ir deshaciendo.Quin te diera el ayerun cielo enterola luz de los domingos en veranoel agua, el aire, las maanaslas noches del verano.Quin te diera el ayery aquel minuto.LO QUE MURINo podrn devolvernos la alegralas cosas simples, las noches de la costaua por ua saldarn de a milesles cobraremos cada gota de miedocada fruta cortada, toda furia.Un animal me grita para siempreno podrn devolvernos la alegra.GATO INNEGABLESos sin ninguna duda un gato es innegablepues pelo gris suave movindote en la alfombra.Sos absoluto y pleno lleno de un mes de vidalibrrimo y ceidoentre tus apreciables lmites de gato unimesinoinstalado en mi cuarto absurdamente.Tu mundo, por ahora, este viejo sillnla manta a cuadrosslo yo reconozco mi vozy acaricio tu lomoherido de una gripe y otras cosas.Me ignors inventando tu infanciade gato indiscutido y solitario.Afuera fue el veranote comunico, el sol, el aguala rutinaria sal hoy no los tuve.Nos hemos refugiado del calor de la calleen este cuarto, tu mundo por ahoradesbordante de libros que recorrs sin prisa, desdetu inevitable adentro hasta su afuera.Te vas a ir, aprenders la callereconocer la luna, los muros, los terrenosamparado montn de ancestro y desconcierto.Te dir: hoy encuentro que son dulces tus ojosque tu infancia transcurrida en mi cuartoentre mis versos, lmparas, velada madrugadasoledad del calorde la brisa que presiento veranorecoger tristeza indespegableesta tristeza ma encerrada conmigo.Llevtela ms tarde, sacudla en los techosmaullla en los baldos.Se quedar en mi cuarto.AHORALa noche es dulce a vecesno sucede con frecuencia pero la noche es sabiay quiere dar respiro imprescindiblesabecundo necesitamos horas de terciopelo y de cafratos sin soledad con sobresalto inevitabley despaciosabe la noche sabe cundoy a veces pasa el crepsculo y todo se oscureceo se iluminareencontramos las vocesel tan puro no s de la nostalgiay no hay grito no duele por ahora.DeNO HAY LUZ SIN CONSECUENCIASNOCHE SUSPENSAPorque entonces el marera un asalto al soly a la memoria.Porque entonces el mardesbordaba la martrepaba las ventanasa puro sol subay aquel solcunto gritocunta noche suspensa.NO SE FUES. Recuerdo tus verdestus maanas.No. La luz no se fuese ha transformado.SILENCIONo, nunca te lo dije.Yo quise un hijo tuyoun nio de tu risacon tu pelo amarillomi piel americana.Un nio austral, un hijo tibiocomo t casi siempre.Un hijo con tus manoscolibr sin tristezaun nio con tus manos.Quise un hijo sin sombraquise el mar, quise el vientoun hijo de agualluviaduro como mi sangre.Claro, no te lo dije.A SOUTHERN WIND FROM TRANSYLVANIAMe ensearon el color del amoryo s que es rojo.Yo s que el viento surtrae el amory huele a rojo.Me ensearon el olor del amores sur y rojo.ESTE S DE FANTASMASY el verano vendr, jazmn del caboy el verano vendr. Pero esta tarde.Pero este turbio mar de olvido barropero este hueso azulde tanta nocheesta ciudad invernal como por siempreestos noeste cansancioy la sangre, la sangre.Por lo tanto aqu estamos ya ni huesoni encendida pupilacon este gris tan hondoya ni nombre nos quedalo olvidamos, borraronrespondemos con una mueca griscon un s de fantasmas respondemos.Y el verano vendr de sangre adentroporque nacimos soly el sol se esconde muy peridicamentey sale sangre adentro luz afueraestalla crece y nace nace y creceel sol, el sol y la luz por siempre.Y el verano vendr. Pero esta tarde.DeLA CASA EST HABITADAAHORA IILos mrmoles no cantanes sabidoy las piedras no nacense reproducen spor lapsos largos.Digo:se multiplicansu programada horasu memoria.La sealada hora.La memoria.______En la edicin original con el ttulo de AhoraMIENTRAS TANTONo hay grito, nohay la costumbrede rezar para arribade agradecer, pediresta maanapor nosotros, los otrospara el lentoefluvio verde azuldel crepsculo.Pedid y os ser dadosale el sol mientras tantode piel en pielde mano en manoel sol se acercareconocecalienta.SIRENA DEL MISSISSIPPIArde, muerde el amorsiempre lastima?Por qu vale tan alto tan abismotan grito solo madrugada y por qu sangra?Arde, muerde el amor?Dnde una treguacaricia desarmadapiel nocturna alboradavictoriosa del malmejor reposoel tiempo como un versouna retama?QUE VUELVE(Juan Len Zorrilla)Le pedimos: qudese con nosotroscomparta un cigarrillo.Dijo: tengo muy poco tiempopues debo morir serenamenteel dieciocho de marzo de mil novecientos setenta y siete(viernes)minutos antes de las diecinueve.Y caer con la tardeno ver ese crepsculoles regalo el color de ese poniente.Fue puntual con su fecha.Anda buscando aurorasy prometi que vuelve.VELAMOS Y VENIMOSEl sol ya no es el mismopues se acerca el otoohoy lunes el otoocon su fuerza, los nidosignorados del campo tan lejano.Hay rumor de mar secohay patriarcas dormidossangre de tanto hermanotanta voz en el viento.No engaarse. Velamos.Como viene el otoono engaarse venimos.MEMORIAY llueve triste ansigue el crepsculosigueel dolor, por finineludiblecomo la lnea fina de la manocomo un naipe al revscomo memoria.DeEN EL NOMBRE DEL TRIGOLA PALABRACmo la pampa duraesconde un manantialun pozoun hiloreverbera la luzalto corderoafirma la palabrasu vocacin de ritoemergi para siempreno queda ac tristezaconservamos dolorla venidera iray el amor norte a surcomo el marla simiente.PASAJERALa nube del caminoel vientoel humola pasajera piedra en el ocaso.QUEBRANTOFlores color quebrantode ese aterido tiemponadie olvidamienten como venenoneutrales rencorososnunca tienen herida o transparenciano les llueve la mielno hay ningn trigonombran la saly dicen barro apenasla luna se levantase levantaencuentra al viejo solnuevas maanas.SIEMPRELimpias crecen las plantasel cielo reconocesu alta guardia.HAY SOLLa piedra en el caminoreflexionahay solesperanuestra segunda vez.ALMA HELIOSHubo un tiempo frutalhubo tu nombrecarros como de guerray tu ciudadsemforosy la casa que fuistepara siempre.COMIENZOCaminemos un puentevendr el tiemponadie puede olvidarsecompartamosde cara al horizontenadie dude el lucero.DeCONOCER LUEGODOSo respetar el ordenla costumbresujetar al sujetollave del corredorhay una puertase abre comotodas las puertaslos ensueosCINCOno inventarsustantivos abstractoscalificar lo mnimohablar clarocantar muy limpioy limpiamentesemiotizar las cosasque queremos decirque no queremosy debemospodemosSEISexactamenteel sitio de la vidarechazando la historiaaceptandolo de afueraque no existefuerapero que vive dentrode pies y pieladentrocristocntricamenteSIETEtodo mundo se bastay es mentirasustituir el lenguajepor algn recorridopor discurso geronteabundando en retrica(d)escribir la alegraONCElas babas del diabloson una banderaatomizan sujetospredicados y verbosla apertura del cuentoTRECEDeudalo hermoso desordenaes evidentela locuras existeconfesemosnecesitamos alguna sensatezbastantees lamentableLUEGOcada casa encontradatoda calleque tenga un nombre antiguosol / retamala madreselva ancierta capillael fino atardecer del arrabaldecrepusculea any hay sol enteroardiente invierno pueblo aquestas gentesaquel la hermana aquel la ro comarcade sol de invierno hirvientepueblo entero comarca el alto ocrecambiaremos la tierraen eso estamosarriba los que luchanlos que amanningn grito se encierrecambiaremos la tierracaminemosDeCARTA DE ROSAQUpor aqu dibujamos navegamosmordemoslos terrones los surcos amanecenno hay urub ni protervocuervoagua auspicialsamaritana luzel gris contradictorioy negociable taopero la hierba azulcomo la viva hierbaSUMOa conservar los puentesque ya existentransitarlos sin humotu palabra tu almareencuentran siempreel solla madre rola ramamilenariaTIEMPO TIEMPOasume en karma amores derrotadossin ojosrepite que no escuchay sabe(y sabe que no sabe)el tiempo circular de su retorno y vecesreparte no compartetodo un tecladooscuro de repentey es una vozla que no tuvo nuncay es una vezla de otra la de ahoraMALVN ALTO1Algo queda de las chacrasen las retamas vecinasalgo queda, algn acentoplido azul, el mismo cieloalguien escondiel rojo grave, sin embargoy el bermelln tremendode grauert, de barretde trotsky, doa juliaengordan las abejassabiasen medio del cementopopulosocasi cantan los pjarosy vientovientovientollega un mdicosiempre2este jardnes esohay flores amarillas y doradas3escribi estoal tiempo lgico murilo recordaronpocoTORDsobre muertos sin filtrosobre mujeres, niossobre el alma de amigoshe construidopisandomi inexorable camino haciala cumbre(relativa)hacia el silln que crispoel micrfono, la cmarael libro que casi nadie leepero yo escribomano seguraescribohe inaugurado crcelesalambrado fronteras yracimospero nadie me oyetemblaren la azulnochenadie invoca cafpor mi retratovino de arrozni verde trigoSIEMPRE IIvolvers, vino suavehiguera, rama o polenvolvers, buena lunaHare Krishna, XangSan FranciscoSan Roquebatalla trasnochadahija de estrella y cisnedibujada en los techosazul y grisdor hadapuntual y trashumantellegars dulcementey el viento te dibujenoche a nochetu casa______En la edicin original con el ttulo de SiempreFECHAnueva la luz totalla pueblo lejosla prpura la vozagua tan fuegotan de verdad ferozs fuerza y tiempociclo buscando pielel de la enterasobria maraa cruzno muro eneroDeNOTA GENERAL DE PLANTASJUGLARel roel juglaravanzabajoun cielomacizosin miedocon su martirioluminoso(amargas uvas)lejosdel corazny de los ojosaquel juglaravanzaduros dientesla muertecamina(paisaje de la luna)hacia este dulce poetasecretamentehoyREDESlas redes de la lluviamercantil necesidadlimpiezafuerte necesidad de pazy lluviareyseor de la nocheracespanprofundasseguridad de navescontinuidad montaanunca msmiedoespantolargo grito sin jaulaHOJASorillas de este rouna rosa infinitala palomael estola nievey cada rbolprecisamos diciembreCRUZla calle viejala cubierta plazahumanosvegetalescruz y ventanasDeOTOAR / ANDORRAVITe salvarndel trueno vendr fuerzadel clarasoldel melfico lluviade la olor de la tierracon sangre, rudahierbas amargascon canela y tomillolos sauces y los tilosque enrojecen montaagota de menta y mieldel limpio rote han de curaren madre.IXPara Cristina Peri RossiComo amaneci atardeceen fina nievetrae fe la nievemnimatrae sueo y sueosverdaderos / no arenasy crecetu nuevo coraznayer carcaj deshabitado y roto.XXVIEntonces regreso alsitio de la fuerzatodo est por venirrbol marrnsin causa o pausa.XXVIINieve nunca fue adversala ms vvida sangrese hizo calle o maanadej huella.Nieve nunca fue adversano traicionno vino el miedocaminos bifurcabany reunan.No podr lejosolvidar ningn nombrey dos maanas.LA NOCHE ILUMINANDOHay una huellaque baja hasta la barbaest unos ojospantocrticos griegosque vide en Meritxellest sus manosemiliando la nocheiluminandoya me dio luzya quieta ahora.FAGET O EL NGEL SUMERGIDOBARCELONA 1999La ms delgada mueve con demasiada rapidez (tiene fro) un caf con leche que, segursimo, le devolver el color y la sensacin de estar a salvo de este invierno. Me llam la atencin el vapor saliendo de aquella taza revolucionada por la inquieta cucharilla; una cortina transparente que suba sin planes hasta la juventud de cuatro muchachas que se haban refugiado en un bar de Aribau y Diputacin, al costado de la Universidad. Hablaban de sus cosas, entre apuntes, carpetas, bolsos y fisonomas con aire estudiantil.Yo haba llegado unos minutos antes. Aguardaba en otra mesa a un compaero de trabajo con el que haramos una gestin en esa maana. La espera me serva para revisar unos informes y, de paso, revisar tambin la posible gracia o belleza o como ustedes quieran llamarle al duendero que suele vivir dentro y/o fuera de algunas criaturas.Las que haba enfrente tenan a la vista algunas de esas gratas referencias; sin embargo lo que me sorprendi con mayor entusiasmo fue reconocer un nombre en una fotocopia que asomaba en el exterior de un grupo de papeles. Una de las chicas lo manejaba en sus manos y comentaba los detalles de una serie de poemas "del otro lado del charco".Agudic el odo y pronto confirm que all dialogaban estudiantes de letras barajando lecturas fuera de los programas oficiales. La de los papeles estaba interesada en autores contemporneos, y haba ledo a unos cuantos latinoamericanos. Precisamente estaba explicando las caractersticas de un pequeo pas del sur y mencionaba creadores de las ltimas tres dcadas ante sus desinformadas compaeras.Me caus una especial alegra escuchar en esa mesa el nombre de mi pas, Uruguay, y an ms el de un poeta que un momento antes vi presente en aquella fotocopia: Rolando Faget.MONTEVIDEO 1977Sobre la rambla montevideana, en la zona de Carrasco, estaba la casa familiar de un amigo de aquellos aos, Gustavo Monteverde, un cura joven que haba convocado un pequeo grupo de adolescentes con afanes literarios, gente de otro barrio de la ciudad. Antes hubieron varias reuniones en una parroquia de la capital donde, entre lecturas y crticas en voz alta, los novsimos escritos vean por vez primera la existencia de un pblico.La cita en aquella casona aportara otras perspectivas: la presencia de una profesora de literatura y de un poeta "con obra publicada y supuesta trayectoria", algo en verdad estimulante para aquel conjunto de jvenes del que yo formaba parte.Durante una tarde de aquel 1977 estuvimos compartiendo copias de poemas y relatos, leyendo fragmentos y escuchando las crticas que aquellos dos invitados especiales tuvieron la amabilidad de formular.El poeta publicado se llamaba Julio Chapper. Das despus lo reencontr en el centro de Montevideo. Coincidimos a la salida de una librera en la que compr un ejemplar de unvolumen suyo: "Aire espina". Conversamos brevemente. Haba ledo el material mo entregado en la pasada reunin y me invitaba a publicar algn trabajo en un sello en el que l participaba: Ediciones de la Balanza. Aadi que tendra que ponerme en contacto con otro poeta y amigo suyo, uno de los motores de aquella pequea editorial: Rolando Faget.Fue la primera vez que escuch aquel nombre.Por avatares del destino no llegu a comunicarme con l ni volv a ver a Chapper en aquellos oscuros, tan difciles aos uruguayos.PRIMERAS SEALES DEL POETADentro del primer lustro de mi radicacin en Barcelona recib desde Salto (Uruguay) un cuaderno de poemas titulado "En el nombre del trigo". Al dorso vena una dedicatoria del autor y su direccin en aquella localidad. All la letra grande, tmida y sensible de Faget, el puente inicial, el acceso directo a su poesa y a su amistad.Ms tarde / mediremos el tiempo // no nos ser posible / borrn y cuenta nueva // nadie esconda su luz / alto las lmparas.Estos versos cobraban un relieve luminoso en aquel tiempo de declive para la dictadura militar uruguaya. Pero haba otros que mostraban un poeta de variada temtica y un registro decantado, nada retrico, ceido a la msica esencial de las palabras, cultivador de limpios epigramas: La piedra en el camino / reflexiona // hay sol / espera / nuestra segunda vez.La segunda vez que me nombraron a Faget fue tambin por intermedio de un colega del Uruguay. No recuerdo si a finales de 1984 o comienzos del 85, pero el dilogo se dio en casa de Cristina Peri Rossi, quien me deca: "hay un amigo uruguayo que est viviendo en Barcelona, me gustara que lo conocieras, se llama..."Y por fin, das despus, pude estrechar la mano de Rolando, comprobar desde el arranque su honda humanidad, su permanente militancia con la poesa y las letras de nuestro pas y de cualquier rincn del planeta. Vino igualmente el conocimiento de una trayectoria que continuaba forjndose en la capital catalana.LA POESA COMO RESPIRACINHasta la fecha, la poesa publicada de Faget cuenta con los siguientes ttulos: "Poemas del ro marrn" (Montevideo, 1971 y 1977), "Un sol otras maanas" (Mdeo., 1975), "El muro de los descansos" (Mdeo., 1976), "No hay luz sin consecuencias" (Mdeo., 1977), "La casa est habitada" (Mdeo., 1978), "A J uan Len Zorrilla" (Mdeo., 1978), "En el nombre del trigo" (Mdeo., 1981, Barcelona, 1985), "Compaera Alba" (Mdeo., 1987), "Conocer luego" (Mdeo.,1987), "Paraula encesa" (Barcelona, 1989 y 1990), "Carta de ros" (Mdeo., 1993), "Nota general de plantas" (Mdeo., 1994) y "Poesa reciente" (Barcelona, 1994, 1995 y 1996). (1)Presente en revistas literarias, suplementos, folletos y libros colectivos de varias latitudes, aparece incluido en antologas publicadas en Argentina, Brasil, Ecuador, Cuba, Espaa, Suecia y China.Tal vez debamos transitar por la potica de dos autores uruguayos que cobraron relevancia local en las dcadas sesenta y setenta: Lber Falco y Humberto Megget, para encontrar algunas de las claves que definiran posteriormente el trabajo de Faget.Del primero destacaramos la extrema sobriedad, despojo de recursos literarios, y un tono potico de peculiar verosimilitud, que conecta de inmediato con la credibilidad cmplice del lector. De Megget aparecera la apuesta por la msica, por la certera repeticin de vocablos e imgenes, y ciertos juegos formales que aportaran frescura y novedad a sus propuestas.Rolando Faget ha bebido muy concientemente en esas fuentes, transformndolas en su propia obra con una fluidez muy personal. La suya es una poesa respirable, en no pocos casos de una sencillez que es slo aparente. Si bien su verso nace de un impulso instintivo, generado por una autntica necesidad expresiva, la modulacin final revela cuidados propios de una estrategia donde el poeta conoce el alcance de sus recursos, las resonancias que producir en los dems.Autores uruguayos de las ltimas generaciones, interesados por una potica urbana, inmersa en la realidad social, en la aventura humana en medio de aquellas coordenadas geogrficas, han tomado la poesa de Faget como un nexo ineludible con las dos dcadas anteriores, como un puente para llegar hasta el panorama actual.MEMORIA DEL CAMINANTEHijo de una de las mayores astrlogas de la historia uruguaya: Mara Sara Llovet (que durante aos utiliz el nombre de Ariadna en prensa, radio y televisin), Rolando Faget naci bajo el signo de Libra un 10 de octubre de 1941 en la ciudad de Montevideo. Con el paso del tiempo nuestro amigo tambin se aficionara al estudio de la astrologa y el tarot, disciplinas con las que adquiri un merecido prestigio, especialmente en el extranjero.Escritor, editor, periodista, animador cultural, cronista de cine y literatura, trabaj durante aos en la Caja de Jubilaciones. Fue destituido y exiliado. Entre 1981 y 1986 vivi en Barcelona, y antes en Ecuador (Quito), en Brasil (San Pablo), y en la ciudad uruguaya de Salto (dirigi all la programacin de "Radio Tabar", entre 1979 y 1981, donde difundi el canto popular uruguayo).Viajero empedernido, recorri numerosos pases de Amrica Latina y Europa. Ejerci el periodismo en diversos medios de prensa radiales y escritos, la mayora de Uruguay y Ecuador.Organizador y director de Ediciones de la Balanza(1975-1977), sello que public 16 ttulos en una de las etapas ms duras para la cultura del Uruguay, y result decisivo para lanzar nuevos poetas o consolidar la trayectoria de diversas voces nacionales.En Barcelona Faget colabor con la campaa electoral del PSOE y efectu algunos trabajos para la Universidad Menndez y Pelayo. Al retornar a Montevideo fue secretario de prensa del movimiento "Pregn" (1986-1994, liderado por la Dra. y escritora Alba Roballo, quien adems de senadora e intendente de Montevideo, fue la primera mujer ministra en Amrica Latina).Alto, corpulento, de una barba legendaria que lo asemeja a un profeta bblico, un oso de un bosque imaginario donde jams existi la violencia, o un Crusoe que encontr sin darse cuenta la isla que mejor lo amparara, Faget es un referente inslito en los uruguayos que me ha tocado tratar a lo largo de la vida. Muchos de ellos le han conocido personalmente y jams, en ningn caso, les escuch una crtica negativa sobre su manera de ser; todo lo contrario, le han declarado un cario que siempre interpret como sincero y que no se ha dado con el comn de los mortales de las tribus que integr.Evidentemente hay factores que explican esta reaccin. Rolando Faget ha sido generoso en todo momento, despreocupado por el mundo material y volcado por completo hacia sus seres queridos, dueo de un sentido religioso que en lugar de transportarle su atencin al ms all, la dirigi en primera instancia a los conflictos y necesidades del individuo de a pie. Y ha sido consecuente con este modo de ser. Alejado de vanidades, arribismos y estpidas competiciones, apostando por una vida humilde y reservada, se ha entregado a sus letras y lecturas, a promover (con frecuencia, sin apoyo alguno detrs) personas y culturas que le han interesado, contando slo con su propio esfuerzo, sus creencias y voluntad.En contrapartida, no es raro que una figura as quede apartada de los cenculos del poder, de los grandes medios de comunicacin para los cuales, en demasiadas ocasiones, se requiere un cdigo de valores tan oportunista como vaco.Faget habita un reino interior. Llegar el momento en que su labor y convicciones contarn, por s mismas, con mayores receptores. El poeta sabe que su tiempo comienza y se extiende en el maana; el presente es siembra y resistencia.QUIN DE USTEDESLas calles Aribau y Diputacin quedaban lejos de los rincones montevideanos donde surgieron los versos que aquellas muchachas catalanas abordaban el pasado febrero en Barcelona.Hubo algn instante en que quise dirigirme a ellas y contarles ancdotas de aquel poeta "sudaca" del que tenan unas gastadas fotocopias (pertenecan a una de las reediciones barcelonesas de "Poesa reciente") y un vago marco ambiental llamado Uruguay.Pero como si me influenciara la inefable timidez de Rolando, permanec mirndolas disimuladamente y escuchando cmo sonaban en sus labios palabras familiares:El mar ventana arriba / y amanecer de agua // por entre reja y reja / una alborada / celeste como el mar / ondina amarelina / el ro bermelln / marabethania soles // nadie duda la lluvia / nadie duda el camino / nadie ignora moradas(Reencontrancias).Cuando salimos del local mi compaero (que haba llegado con los minutos contados para que marchramos de inmediato) no comprenda el gesto de triunfo, inevitable en mi rostro.Atrs quedaban an reunidas las estudiantes y sus papeles.A una distancia considerable, un ngel sumergido continuaba cumpliendo sus das en la tierra ajeno a la escena. Estaba y est en su pas, un pequeo recodo del sur que sucede de espaldas a la mayora de sus autores, que se permite la costumbre injusta, torpe, inadmisible de cerrar los ojos hacia sus propios creadores culturales, como se ha comprobado en tantos casos que no terminarn aqu. Aunque, claro est, esto no ocurre exclusivamente en el Uruguay; los lectores de otras regiones tendrn ejemplos que aadir.El espaol Gabriel Celaya, no obstante, advirti en su famoso verso: la poesa es un arma cargada de futuro. Y llegar la hora de su resplandeciente detonacin.Quin de ustedes, compaeros de estas lneas, est dispuesto a conocer o reconocer a un poeta de nuestro tiempo como Faget? Quin se adelanta al maana no temiendo ni ignorando su disparo?Hctor RosalesBarcelona, agosto de 1999(2)____________(1)Con posterioridad a esta crnica, Faget public Otoar / Andorra(Edicions del Diari dAndorra, Andorra la Vella, 2002).(2)Crnica publicada originalmente en Espculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid, 1999.http://www.ucm.es/info/especulo/numero12/faget.htmlNADIE DUDE EL LUCERO /ndice- Estaciones de la luzDe Poemas del ro marrn(Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1971)- Es mi calle y silencio- Porque hay maneras simples de llegar- Afirmar que tuve determinada abuela- Claro que en este bar- Entonces era reconocer toda maana- Son desbordadas noches- O una calle imposibleDe Un sol otras maanas(Ediciones de la Balanza, Montevideo, 1975)- II / Pas balcn al mar- IV / No nos queda ciudad- Setiembre- Muerte diaria- ReiteracinDe El muro de los descansos(Ediciones de la Balanza, Montevideo, 1976)- La segunda oportunidad- Lo que muri- Gato innegable- AhoraDe No hay luz sin consecuencias (Ediciones de la Balanza, Montevideo, 1977)- Noche suspensa- No se fue- Silencio- A Southern wind from Transylvania- Este s de fantasmasDe La casa est habitada (Montevideo, 1978)- Ahora II- Mientras tanto- Sirena del Mississippi- Que vuelve- Velamos y venimos- MemoriaDe En el nombre del trigo (Ediciones del Mirador, Montevideo, 1981)- La palabra- Pasajera- Quebranto- Siempre- Hay sol- Alma helios- ComienzoDe Conocer luego (Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1987)- Dos / o respetar el orden- Cinco / no inventan- Seis / exactamente- Siete / todo el mundo se basta- Once / las babas del diablo- Trece / Deuda- LuegoDe Carta de ros(Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1993)- Aqu- Sumo- Tiempo tiempo- Malvn alto- Tord- Siempre II- FechaDe Nota general de plantas(Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1994)- Juglar- Redes- Hojas- CruzDe Otoar / Andorra(Edicions del Diari dAndorra, Andorra la Vella, 2002)- VI / Te salvarn- IX / Como amaneci atardece- XXVI / Entonces regreso- XXVII / Nieve nunca fue adversa- La noche iluminando- Faget oel ngel sumergido