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Cambios en los patrones de mortalidad infantil y fertilidad entre cazadores-recolectores y horticultores Pumé: Implicaciones para el crecimiento poblacional y desarrollo sostenible Karen L. Kramer y Russell D. Greaves ANTROPOLÓGICA 2010 TOMO LIII n° 113: 5-41 Resumen. Datos de censos a nivel nacional muestran que la transición demográfica moderna –la reciente tendencia hacia un descenso en la mortalidad y la fertilidad– está bien establecida en la mayoría de los países. Una imagen diferente emerge cuando se consideran datos de sociedades a pequeña escala en áreas no industrializadas del planeta. Estas sociedades a pequeña escala también se están adaptando a cambios rápidos en sus economías de subsistencia. Éste trabajo examina la relación entre el ritmo de aculturación, la mortalidad infantil y los niveles de fertilidad entre cazadores y recolectores Pumé en contraste con los de horticultores del mismo grupo étnico. Durante los primeros estados de aculturación, los Pumé recolectores experimentaron no sólo un rápido descenso de la mortalidad infantil, sino también un crecimiento en la tasa de natalidad. Un punto de vista antropológico sobre transiciones demográficas provee un importante interpretación sobre cómo sociedades a pequeña escala son afectadas al verse expuestas a trabajos insertos en la economía de mercado; así mismo, ofrece aplicaciones prácticas para iniciativas de desarrollo y políticas de salud pública. Futuros cambios en la disponibilidad de cuidados médico entre los Pumé resultarán, muy proba- blemente, en una mayor supervivencia infantil, y con seguridad en un crecimiento poblacional a corto plazo. En relación a los objetivos globales, las consecuencias de una mejora en la atención médica en la población deben ser compensadas con iniciativas para proteger las tierras indígenas y proporcionar otros servicios adecuados no sólo para las necesidades de la población Pumé actual, sino también para las generaciones venideras. Palabras clave: demografía antropológica, mortalidad infantil, fertilidad, cazadores y recolectores, indígenas sudamericanos, Pumé. Changing patterns of infant mortality and fertility among Pume foragers and horticulturalists: Implications for population growth and sustainable development Abstract. Small-scale societies offer unique views of important demographic trends. Most population studies rely on samples from industrialized or developing countries. National census data show that the modern demographic transition, the recent trend toward declining mortality and fertility, is well underway in almost all countries. Only data from small-scale societies can provide information about the dynamics of the demographic transition as groups experience rapid changes in subsistence, economy, and health. We examine how some initial changes affect infant mortality and fertility among Pumé foragers and horticulturalists of the Recibido: 18/09/2008. Aceptado: 03/06/2010

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Cambios en los patrones demortalidad infantil y fertilidadentre cazadores-recolectores yhorticultores Pumé:Implicaciones para elcrecimiento poblacional ydesarrollo sostenible

Karen L. Kramer y Russell D. Greaves

ANTROPOLÓGICA 2010TOMO LIII n° 113: 5-41

Resumen. Datos de censos a nivel nacional muestran que la transición demográficamoderna –la reciente tendencia hacia un descenso en la mortalidad y la fertilidad– está bienestablecida en la mayoría de los países. Una imagen diferente emerge cuando se considerandatos de sociedades a pequeña escala en áreas no industrializadas del planeta. Estassociedades a pequeña escala también se están adaptando a cambios rápidos en sus economíasde subsistencia. Éste trabajo examina la relación entre el ritmo de aculturación, la mortalidadinfantil y los niveles de fertilidad entre cazadores y recolectores Pumé en contraste con los dehorticultores del mismo grupo étnico. Durante los primeros estados de aculturación, los Pumérecolectores experimentaron no sólo un rápido descenso de la mortalidad infantil, sino tambiénun crecimiento en la tasa de natalidad. Un punto de vista antropológico sobre transicionesdemográficas provee un importante interpretación sobre cómo sociedades a pequeña escalason afectadas al verse expuestas a trabajos insertos en la economía de mercado; así mismo,ofrece aplicaciones prácticas para iniciativas de desarrollo y políticas de salud pública. Futuroscambios en la disponibilidad de cuidados médico entre los Pumé resultarán, muy proba-blemente, en una mayor supervivencia infantil, y con seguridad en un crecimiento poblacionala corto plazo. En relación a los objetivos globales, las consecuencias de una mejora en laatención médica en la población deben ser compensadas con iniciativas para proteger lastierras indígenas y proporcionar otros servicios adecuados no sólo para las necesidades de lapoblación Pumé actual, sino también para las generaciones venideras.

Palabras clave: demografía antropológica, mortalidad infantil, fertilidad, cazadores yrecolectores, indígenas sudamericanos, Pumé.

Changing patterns of infant mortality and fertility among Pume foragers andhorticulturalists: Implications for population growth and sustainabledevelopment

Abstract. Small-scale societies offer unique views of important demographic trends. Mostpopulation studies rely on samples from industrialized or developing countries. Nationalcensus data show that the modern demographic transition, the recent trend toward decliningmortality and fertility, is well underway in almost all countries. Only data from small-scalesocieties can provide information about the dynamics of the demographic transition as groupsexperience rapid changes in subsistence, economy, and health. We examine how some initialchanges affect infant mortality and fertility among Pumé foragers and horticulturalists of the

Recibido: 18/09/2008. Aceptado: 03/06/2010

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llanos of Venezuela. As the horticultural Pumé experience transitions in their economy, theyexhibit both decreasing infant mortality and an increase in birth rates not evident among theforaging Pumé. This anthropological view of the demographic transition shows how small-scalesocieties are affected by exposure to the labor market economy and has practical applicationsfor effective development initiatives. Improved availability of medical care for the Pumé willalmost certainly result in higher infant survivorship and at least a short-term populationincrease. These consequences of successful public health efforts must be balanced withdevelopment goals protecting indigenous lands and providing other services adequate for boththe current Pumé and expected future population needs.

Key words: anthropological demography, infant mortality, fertility, hunter-gatherers,South American Indians, Pumé.

La mayoría de recolectores, horticultores, y agricultores de subsistencia1

están hoy día adaptándose al contacto inicial con formas de trabajo propias dela economía de mercado. Estas poblaciones están experimentando actualmenteun rápido cambio demográfico. Aunque se han hecho importantescontribuciones sobre la relación entre el desarrollo económico y los perfilesdemográficos (Chu & Lee 2000; Dre� ze y Mamta 2001; Lloyd et al. 2000; Nag etal. 1978; Palloni et al. 1996) muchos de estos trabajos se centran en pobla-ciones en las que ya ha ocurrido la transición a la economía de trabajo renu-merado, que tienen acceso a métodos anticonceptivos y que han experimentadoalgún descenso en la mortalidad infantil y la fertilidad. Significativamentemenos conocidos son los cambios demográficos entre recolectores, horticul-tores, y agricultores de subsistencia1 que están experimentando por vezprimera un cambio hacia asentamientos permanentes, la introducción dealimentos elaborados, alimentos de mercado, la venta de sus cosechas, laproducción de artesanía, trabajos remunerados, vacunaciones y tratamientomédico.

Los cambios demográficos a gran escala a menudo son explicados dentrodel contexto de las modernas demografías de transición -un modelo que detallala relación entre mortalidad, fertilidad, estructura de edad y crecimientopoblacional usado inicialmente para describir la tendencia europea observadadurante los últimos siglos, de un descenso de la fertilidad y la mortalidad.Datos a nivel nacional parecen indicar que la transición demográfica está bienestablecida en la mayoría de los países en vías de desarrollo. Sin embargo, unaimagen diferente emerge cuando se consideran datos de sociedades a pequeñaescala en áreas no industrializadas del planeta. Mientras que la fertilidad totala nivel nacional, por ejemplo, puede indicar una caída en la tasa de fertilidad,lo cual está determinado principalmente por la dinámica poblacional de losgrandes centros urbanos, la fertilidad a nivel de pequeñas comunidades

1 Nos referimos aquí a sociedades de subsistencia a aquellas en las que los alimento y otros bienes,son en su mayor parte producidos por los particulares en lugar de ser comprados, y en las quehay poca o ninguna producción excedente.

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rurales es aún de transición. Igualmente, comunidades cercanas geográfica-mente o en diferentes sectores económicos de la misma población puedenexperimentar cambios demográficos contrastantes.

Este artículo presenta nuevos datos demográficos de dos subgrupos entrelos Pumé (Yaruro), un grupo étnico sudamericano, que aunque están étni-camente relacionados poseen economías opuestas. Los indígenas Pume ocu-pan los llanos de Venezuela, son recolectores y también horticultores(Besnerais 1948, 1954; Gragson 1989; Greaves 1997a, 2006; Leeds 1961;Mitrani 1988; Petrullo 1939, 1969). Se usan acá historias de vida reproductivade individuales de comunidades recolectoras y horticultoras de Pumé paraestudiar las diferencias en la relación entre la mortalidad infantil y lafertilidad2. El objetivo analítico es distinguir entre los efectos que la tasa denatalidad y mortalidad infantil tienen en el crecimiento poblacional potencial.Los Pumé son una población ideal para estudios comparativos porque lascomunidades cazadoras y horticultoras difieren con respecto a su subsistencia,predictabilidad de alimentos, consumo de alimentos comercializados ysedentarismo. Puesto que pertenecen al mismo grupo étnico y viven en elmismo medio, los Pumé proporcionan el control analítico indispensable deposeer componente genético similar y tener la misma exposición a enfer-medades. Ningún grupo goza de acceso directo a clínicas, tratamiento médicoregular y programas de vacunación. Esto nos permite examinar cómo lamortalidad infantil y la fertilidad varían mientras se mantiene constante elacceso a cuidados médicos modernos y efectivos.

El objetivo del presente artículo no es el de evaluar una teoría demográficade transición de la población Pumé, sino el de presentar una informaciónrelevante sobre los problemas que ésta presenta -es decir, cómo el crecimientopoblacional es la variable afectada por las dinámicas en la fertilidad y lamortalidad. Los datos de los Pumé proveen una visión empírica de los cambiosdemográficos en sociedades a pequeña escala que se están adaptando a losprimeros estadios de aculturación. Tales cambios son a menudo indetectablesen índices nacionales, a pesar de que clarifican los efectos que las iniciativasde desarrollo y los primeros estadios de la economía de aculturación tienen ensociedades pretransicionales. El crecimiento poblacional entre los Pumé puedeser pronosticado en relación con futuras mejoras en acceso a cuidados médicosy a un aumento en la incorporación en la economía nacional venezolana. Estoafectará el éxito de varios programas de ayuda y desarrollo que estánactualmente siendo implementados en beneficio de los Pumé.

2 Aunque la migración es un factor que contribuye también al crecimiento poblacional, en los cincopoblados Pumé estudiados se registra la mínima migración e inmigración neta.

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Los Pumé

Los Pumé son un grupo de indígenas sudamericanos que han habitado losllanos del suroeste de Venezuela durante al menos los últimos siglos, dondefueron documentados por los primeros exploradores europeos (Perera 2000,2006; Carvajal 1956; Gilij 1965; Gumilla 1963). El último censo del InstitutoNacional de Estadística (INE 2001) reporta un total de 8222 Pumé auquetambién registra un cifra más confiable de censo comunitario que coloca a lapoblación Pumé en 7,269, lo que representa un incremento de 3.15% sobre lacifra del censo mas preciso de 1982. Los Pumé que habitan los ríosCapanaparo, Cinaruco y Riecito viven en poblados permanentes, practican unasubsistencia mixta basada en pescado, el cultivo de la yuca, la crianza deanimales, los alimentos silvestres y, ocasionalmente, trabajos remunerados.En cambio, los Pumé que viven en las sabanas entre los principales cursosfluviales son nómadas que subsisten de la caza, la pesca, las raíces silvestres,la recolección de mango y, en mucho menor escala, el cultivo de la yuca. Estasdiferencias en la economía, movilidad y estilo de vida son reconocidas por lospropios Pumé, quienes usan los términos Pumé sabaneros y Pumé ribereñospara distinguir sus comunidades (Figura 1).

Datos censales de 1992 (OCEI 1995) indican que al menos 90% de losPumé viven en comunidades indígenas. De las 112 comunidades en los estadosde Apure que tienen poblaciones indígenas (86% son Pumé) solamente seisposeen dispensarios de medicinas, 24 tienen escuelas, y 82 no tienen serviciosde ningún tipo (OCEI 1995:163, 165, 167). Cuando se realizó la entrevista, el80% de las mujeres Pumé y el 72% de los varones eran analfabetos. Los Pumécarecen de una protección legal adecuada de las tierras que ocupan. Loscensos de 1992 indican que el 90% de las comunidades Pumé no tienenposesión legal ni de las tierras en las que residen ni de las que usan paraactividades de subsistencia. De 109 comunidades en Apure, ocho tenían títuloscolectivos provisionales sobre sus tierras y tres tenían un titulo colectivodefinitivo (OCEI 1995:167, 179-180). Recientes investigaciones (Barreto 1996;Barreto & Rivas 2007; Correa 2005; Kramer & Greaves 2006) handocumentado igualmente accesos inadecuados a asistencia médica, carenciade servicios y ningún título de propiedad de la tierra en muchas comunidadesPumé.

Los Pumé ribereños fueron descritos etnográficamente por primera vez enlos años 30 (Petrullo 1939, 1969) y los 60 (Leeds 1961, 1964). La investigaciónetnográfica realizado posteriormente (Besnerais 1948, 1954; Leeds 1961, 1964;Mitrani 1988) se centró principalmente en los poblados ribereños de la región(Orobitg Canal 1994, 1998, 1999) de habla castellana, de mayor tamaño, y másaculturados. Los Pumé sabaneros fueron documentados etnográficamente pormedio de estudios a largo plazo realizados por Gragson en los años 80 (Gragson

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1989, 1992a, 1992b) y Greaves en los 90 (Greaves 1997a, 1997b, 2006; Hilton& Greaves 2004, 2008). Greaves ha trabajado con las comunidades de Pumésabaneros de Dora Aná desde 1990. En 2005 un nuevo proyecto económicoamplió el estudio a varias comunidades más de cazadores y recolectores. Laspoblaciones en estudio están cercanas geográficamente y se encuentransituadas dentro de un área de 400 km2, con una distancia entre ellas de nomás de 10 km ó medio día a pie. A continuación se encuentra una descripciónde Pumé sabaneros y ribereños observadas en las comunidades estudiadasentre los años 2005 y 2007.

Los Pumé sabaneros

En respuesta a las fluctuaciones hiper-estacionales de precipitación, losPumé sabaneros se desplazan varias veces a lo largo del año entre loscampamentos de las estaciones lluviosa y seca. En una sola comunidad sedocumentaron seis campamentos principales entre las estaciones de 2004-2005. Durante los seis meses de la estación seca, la subsistencia se centró enel pescado (Gragson 1992a), que se puede encontrar en pozos aislados y caños,y en los frutos de mangos. Pequeñas fincas de árboles de mango, aunque seencuentran distantes, han sido incorporados en el radio de recolección de losPumé sabaneros. Los campamentos de la estación seca se encuentranadyacentes a caños y lagunas con el fin de obtener agua. Las familias nuclearesemparentadas viven en cobertizos temporales agrupados hechos con arbustos.

Cuando los llanos se inundan durante la estación lluviosa, loscampamentos se desplazan a tierras más altas y las familias viven en casasmás resistentes hechas de hoja de palma (Gragson 1989, 1992b; Greaves1997a, 2006; Mitrani 1988). Los peces se dispersan y su localización resultamás complicada, por lo que el recurso base cambia a caza menor, raícessilvestres y yuca. Durante parte de la estación lluviosa se consumen alimentoscultivados, que constituyen aproximadamente el 35-40% de las caloríasdiarias. Los cultivos son pocos y la yuca amarga es el único vegetal que se dacon facilidad. Durante la época de horticultura se recogen considerablescantidades de raíces silvestres (Gragson 1989; Greaves 1997a) quecomplementan la yuca amarga, baja en nutrientes. Unos suelos pobres para elcultivo y una baja densidad y variabilidad de recursos contribuyen a la dietaempobrecida que muestran los Pumé. El estrés nutricional, extremo enalgunos años, es más pronunciado durante la estación lluviosa porque lasproteínas y la grasa son escasas.

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Los Pumé ribereños

Los Pumé ribereños fueron semi-nómadas hasta hace unos cincuentaaños. Actualmente habitan el mismo poblado durante todo el año, aunqueperiódicamente ocupan campamentos temporales de pesca durante la épocaseca. En los principales ríos la pesca es mayor, los peces se encuentran enmayores densidades y pueden ser pescados durante periodos de tiempo máslargos y en suficiente cantidad como para producir excedentes para elcomercio. Los suelos adyacentes a estos ríos son más fértiles que en la regionesinteriores de la sabana, por lo que los huertos de los Pumé ribereños sonmayores y producen alimentos más variados y en mayor cuantía. Algunascomunidades ribereñas también crían un pequeño número de animalesdomésticos, como cochinos y gallinas. Debido a su localización en los princi-pales caminos de acceso y circulación (ríos y caminos accesiblesestacionalmente), históricamente los Pumé ribereños han tenido mucho máscontacto y mucha más influencia exterior. Actualmente, los trabajosremunerados temporales les proporciona mayor acceso a productoscomerciales que las comunidades de Pumé sabaneros. Los Pumé ribereñosposeen una mejor alimentación en comparación con los Pumé sabaneros yexperimentan una menor variación estacional en la disponibilidad dealimentos.

Diferencias en la aculturación económica

En los años 60 se aceleró la migración de venezolanos criollos a la regiónpara establecer pequeños hatos y fincas familiares. Periódicamente se creanconflictos entre los Pumé y los criollos relacionados con la posesión de la tierray sus recursos. Aunque los Pumé están preocupados por el crecimiento delnúmero de haciendas en sus tierras, la tensión es compensada porque loshacendados proporcionan productos comerciales. Debido a que las haciendasse encuentran a lo largo de los principales ríos, las oportunidades para elcomercio, los trabajos renumerados y el acceso a productos comerciales sonmayores para los Pumé ribereños comparados con las de los sabaneros. Estocontribuye a una reducción de la variación estacional en la disponibilidad dealimentos y a un menor estrés nutricional entre los primeros.

Según los datos colectados por los autores en el 2005 y el 2006 los empleoscomo peones en las haciendas son ocasionales y esporádicos; el 47% de loshombres sabaneros y el 73% de los hombres ribereños dicen haber estado almenos un día durante el último año trabajando como peones (el 24% de loshombres sabaneros y el 63% de los hombre sabaneros lo hicieron durante másde cinco días durante el último año). Ninguna mujer sabanera realiza trabajosrenumerados. Muy pocas mujeres ribereñas trabajan ocasionalmente comocriadas en unidades residenciales criollas cercanas. El trabajo de peón se

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remunera en forma de comida y otros bienes. Los Pumé ribereños general-mente reciben mayores honorarios e incluso ocasionalmente reciben gratifica-ción económica, lo cual no se encontró en ningún Pumé sabanero durante laencuesta económica del 2005 al 2007.

Es probable que haya existido una red de comercio entre la sabana y el ríodesde que los Pumé viven en la región. Sin embargo, la naturaleza de los bienesintercambiados ha variado con el tiempo. Pequeños grupos familiares viajanentre el río y la sabana visitando a parientes e intercambiando bienes, princi-palmente durante la estación seca, cuando los desplazamientos son fáciles. Lasherramientas y la ropa están muy usadas para cuando llegan al interior de lasabana, donde son intercambiadas por caña para flechas, fibra, resina,material para tejer y flechas.

Mientras que las comunidades de sabana y de río difieren en su acceso aalimentos comercializados y otros bienes, ninguno de los cinco poblados inclui-dos en el presente análisis tiene una escuela, clínica médica, tienda, electri-cidad, pozos de agua o acceso a una carretera permanente o transporteperiódico. En nuestras muestras, la mayoría de los Pumé sabaneros y ribere-ños son monolingües, y sólo el 4% de los hombres sabaneros y el 24% de losribereños (casi totalmente hombres) dicen tener un español rudimentario. Muypocos Pumé ribereños (3%), y ningún Pumé sabanero, han ido a la escuela.

Debido a su proximidad a grandes rutas de transporte, el contacto coneconomías regionales y nacionales de los Pumé ribereños se está incremen-tando. En contraste, ha ocurrido un cambio en la economía de las comu-nidades sabaneras desde el último estudio a largo plazo (Greaves 1997a).Aunque la mayor parte de los proyectos del gobierno se centran en los pobladosde Pumé mayores y más aculturados, las comunidades ribereñas recibenalguna asistencia periódicamente. La más importante durante el período 2005-2007 fue la distribución de comida a través de programas financiados por elgobierno en poblaciones ribereñas, y la ausencia de dicha ayuda encomunidades sabaneras.

Ambas comunidades, sabanera y ribereña, viven en una región dondeexiste la malaria (Sandia Mago 1994). Otras enfermedades de importancia sonel sarampión, la fiebre amarilla, el mal de Chagas, la tuberculosis y otrasafecciones respiratorias (Barreto & Rivas 2007; Kramer & Greaves 2006;Lizarralde & Seijas 1991). Aunque ha habido un interés en la salud y lamedicina tradicional Pumé (Barreto 1996; Barreto et al. 1991; Mitrani 1978,1979; Orobitg Canal 1994, 1995), existen muy pocos datos cuantificados sobrela incidencia de las enfermedades y sobre temas epidemiológicos entre losPumé (Alvarado Romero 1992; Barreto & Ribas 2007; INSALUD 2005a, 2005b;Leon Ponte et al. 2000, 1998; Lizarralde & Seijas 1991). La diarrea es laprincipal causa de mortalidad y morbilidad infantil. Los efectos producidos porun cambio diario en la disponibilidad de alimentos, la malnutrición estacional

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y una carga crónica de parásitos intestinales, contribuyen sin lugar a dudas auna mayor morbilidad y mortalidad en todas las edades entre los Pumésabaneros comparados con los ribereños. En 2005 y hasta 2006 ni las comu-nidades sabaneras ni las ribereñas estudiadas recibieron de modo rutinariointervención médica, inmunizaciones o tuvieron acceso a métodos anticoncep-tivos. Las visitas de atención médica son esporádicas y la mayor parte de lasveces se centran en comunidades ribereñas. Aunque estas visitas sean ocasio-nales, es posible que tengan un efecto positivo en la supervivencia (Correa2005).

La muestra de comunidades Pumé y la recolección de datos

Durante el trabajo de campo de 2005, 2006, y 2007, se realizaron censosy se crearon historias reproductivas en tres poblados de Pumé ribereñoshorticultores y en dos de Pumé sabaneros cazadores. La muestra estuvocompuesta de 426 individuos — 203 varones y 223 mujeres. Estos representana todos los individuos, adultos y niños, que habitualmente residen en las trescomunidades de río y las tres comunidades de sabana de nuestra muestra. Lasentrevistas fueron realizadas en idioma Pumé por Greaves. A cada individuo sele preguntó la edad, el estado civil, y se le hizo indicar el nombre de sushermanos, padres, esposo/a y los hijos del matrimonio, y si estos estaban vivoso habían fallecido. Los Pumé hablaron abiertamente de matrimonios anterio-res, hijos de matrimonios anteriores, e hijos o esposos/as fallecidos. A los quehabían tenido hijos se le pidió que incluyeran en la lista a aquéllos que habíanfallecido muy jóvenes. Puesto que es difícil obtener información fiable sobreabortos, en las medidas de fertilidad de los siguientes análisis sólo se incluye-ron las gestaciones que llegaron a término.

Trabajar con poblaciones antropológicas en temas demográficos poseeciertos problemas metodológicos (Fricke 1994; Hill & Hurtado 1996; Howell2000; Weiss 1975). Los Pumé son un ejemplo de dichos problemas. Viven enpequeñas comunidades, no mantienen registros, distinguen edades por esta-dos de vida en lugar de años y no reconocen relaciones sociales con los térmi-nos de parentesco que distinguen un padre, un hermano o un hijo biológico deuno putativo. Los poblados incluidos en la presente encuesta varían entre 70y 150 individuos. Para compensar fluctuaciones aleatorias en las tasas de vidainherentes a estudios con muestras pequeñas, en los análisis siguientes secombinaron datos de las dos poblaciones de Pumé sabaneros y de las tres dePumé ribereños.

La construcción de historias reproductivas fiables depende de la recolec-ción precisa de edades y el recuento de todos los hijos tenidos por cada mujer.Los padres pueden proporcionar con precisión las edades de los hijos menorescontando el número de ciclos lunares o de estaciones hasta un máximo de cua-

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tro años. Debido a que los Pumé no mantienen registros escritos sobrenacimientos y defunciones, ni tienen un método preciso para asignar edad, seusaron varios métodos para mejorar las estimaciones de edad de los hijosmayores y de los adultos (Hill & Hurtado 1996; Howell 2000; Kramer 2005;Pennington & Harpending 1993). En lugar de entrevistar al cabeza de familia,en cada casa se entrevistó a cada miembro que tuviese edad suficiente pararesponder (aproximadamente 10 años de edad) sobre sus padres, hermanos ehijos. Al preguntar a varios familiares cercanos sobre sus relaciones deparentesco y obtener un listado de hermanos e hijos ordenados por naci-mientos, se obtuvo información que sirvió para comprobar la consistencia delas respuestas y si hacía falta más información. Aunque para la mayoría de lascomunidades Pumé tan sólo están disponibles resúmenes obtenidos de enu-meraciones censales a nivel nacional, en las comunidades estudiadas serecolectaron censos detallados (nombre, edad, sexo y parentesco) a mediadosde los años 80 y principios de los 90 (Roberto Lizarralde datos inéditos; Greavesdatos inéditos). Éstos proporcionaron la base para detallar la edad de lamayoría de los individuos de más de 12 años. Gracias a los detallados censosprevios de Lizarralde, y los censos de Greaves entre 1990 y 1993, las edadesmás precisas están disponibles para la cohorte de mujeres que ahora entra enla menarquia, el primer matrimonio y el primer nacimiento. Las edades devarias mujeres jóvenes de este grupo se basan en fechas de nacimiento regis-tradas, y el resto es en general preciso en un rango de 6 meses.

Los cuestionarios múltiples y las respuestas sobre el orden de losnacimientos también fueron útiles para comprobar que las historias repro-ductivas incluían un registro completo de los hijos de cada mujer. Las madresPumé listaron con asiduidad sus hijos, y si los hijos que fallecieron eran bebés,niños o subadultos cuando murieron – indicado por muestras de maduración,como el destete, caminar, hablar, erupción dentaria o menstruación. Sinembargo, documentar una edad específica de muerte (en lugar de un estadiode desarrollo) fue más problemático puesto que los Pumé no suelen precisaredades o el tiempo que ha pasado después de cuatro años. A los hijos fallecidoscuya edad no pudo ser proporcionada por los padres usando los ciclos lunares,se les clasificó como niños que aún se amamantaban pero no andaban. Lasobservaciones indican que los niños de edad conocida comienzan a andar alaño de edad. Por lo tanto, en los siguientes análisis las medidas de mortalidadestán basadas en frecuencias en lugar de en el momento de la muerte relativoa la vida reproductiva de la madre (por ejemplo, orden de nacimiento o efectosde intervalo). Basándonos en la certeza de usar múltiples censos, tasas vitalesrecogidas intermitentemente entre censos, y en historias reproductivas creadasde 2005 a 2007, construimos perfiles fiables de edades y fertilidad y mortalidadinfantil, los cuales constituyen la base de los análisis. Debido a que lo que seconoce sobre demografía de cazadores y recolectores está limitado a unos pocosgrupos, nos centramos en medidas empíricas intuitivas en lugar de índices

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derivados de modelos. Todos los análisis se realizaron con el programa SAS,versión 9.1.

Tendencias de población retrospectivas

Los censos indígenas antiguos están disponibles solamente en forma deenumeraciones censales, y muestran que la población Pumé decreció dramáti-camente desde los 50 hasta los años 60 (Besnerais 1954; Fuchs 1978), a lo quele siguió un apreciable y continuo aumento a comienzos de los 80 (Figura 2).La magnitud del descenso de la población desde los 50 hasta los 60 posible-mente se explique debido a datos derivados de censos incompletos. Censosfiables y similares se realizaron en 1982 (Lizarralde & Seijas 1991: 10; OCEI1985: 38) y 1992 (OCEI 1995: 32)3. Dichos datos indican que el crecimiento dela población Pumé en conjunto esta ocurriendo en una proporción equiparableal crecimiento más rápido encontrado en otras partes del mundo. Sin embargo,debido a la ausencia de proporciones vitales a nivel de poblado, es difícil cono-cer qué está marcando dicha dinámica de crecimiento y si se distribuye unifor-memente en las comunidades Pumé.

Comparar la composición de edades de las comunidades ribereñas ysabaneras es una manera heurística de observar tendencias generales en ferti-lidad y mortalidad (Tabla 1). La pirámide de sexo y edad construida connuestros datos demográficos de 2005, muestra una base ancha y una relativa-mente alta representación de niños jóvenes en las comunidades ribereñascomparadas con las sabaneras, lo cual refleja la mayor proporción de poblaciónpor debajo de los 15 años4. El tipo de comunidad está significativamente aso-ciada con la edad de distribución (Chi-cuadrado=11.1628, df=1, p=.0008),donde las comunidades ribereñas tienen una mayor proporción de niños enrelación a los adultos que las comunidades sabaneras. La edad media, otrosumario heurístico de la estructura de edad de la población, es 13 para losPumé ribereños y 20 para los Pumé sabaneros5.

3 Los datos de los censos de 2001 son poco accesibles y problemáticos, por lo que no se hanpublicado. En este sentido, no aparece claro cuántos individuos en las comunidades aculturadasse declaran ahora como descendientes de indígenas que no se identificaron como Pumé en loscensos de 1982 o 1992. Por este motivo, incluimos en la Figura 2 solamente las cifras de censocomunitario del 2001, es decir, 7269 Pumé, lo cal representaría un incremento poblacional de3.15% que está en el extremo superior de crecimiento poblacional humano potencial. La cifra totalsuperior de 8222 Pumé del censo de 2001 proveería incluso de una cifra porcentual mucho mayorpara la tasa de crecimiento poblacional, lo cual sería muy anómalo.

4 Una manera de compensar muestras pequeñas es incrementar la muestra de las clases de edadde uno a cinco años. Algunos de los drásticos aumentos y reducciones en la pirámide de edadpudieran ser debidas a las inevitables irregularidades en la representación de edades en muestraspequeñas (pero ver Weiss y Smouse 1976 para un ejemplo de pequeña población en crecimiento).La mayor representación relativa de gente Jove (0-14) en las distribuciones ribereñas podríaindicar la mayor mortalidad histórica entre los 15-29 años de edad, aunque es improbable. El 31%de la población venezolana está por debajo de los 15, como se muestra en la tabla 1 (PopulationReference Bureau 2006).

5 Compárese con la edad mediana de Venezuela de 24.7 (United Nations Population Fund 2006).

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El bajo valor de la mediana, la ancha base relativa de la pirámide y la altaproporción de la población por debajo de 15 años, indican que los Puméribereños son una población más joven. Esto a menudo se interpreta como unacaracterística de poblaciones con alta fertilidad y rápido crecimiento. Sinembargo, las poblaciones también pueden aumentar su población joven pormedio de un cambio en los grupos de edad más afectados por variaciones en lamortalidad (Namboodiri 1996). Por ejemplo, cuando un declive en la mortalidadafecta excesivamente a las edades más jóvenes, el número de individuosjóvenes aumentará en relación a los individuos de mayor edad. La estructurade edad de la población apunta a una diferencia en la mortalidad y/o fertilidadentre los Pumé sabaneros y ribereños, lo cual necesita ser explicado en mayorprofundidad.

Puesto que no existen datos sobre la historia reproductiva o vital, nopodemos analizar tendencias diacrónicas directamente. Igualmente, debido aque los cambios en la movilidad, subsistencia, acceso a alimentos comercial-izados y a trabajos renumerados han afectado a los Pumé muy recientemente,es razonable interpretar esos contrastes demográficos como un reflejo en lastendencias asociadas con la transición desde una forma de vida cazadora yrecolectora, y al incremento de la aculturación.

Figura 2

Crecimiento poblacional de los Pumé entre 1950 y 2000.

Fuente: Basado en datos agregados para todos los Pumé. Censos de 1950 (Fuchs 1978: tabla 1),censos de 1960 (Fuchs 1978: tabla 1), censo de 1982 (Oficina Central de Estadísticas eInformática (OCEI) 1985: 38); censo de 1992 (Oficina Central de Estadísticas e Informática (OCEI)1985: 32); censo de 2001 (Instituto Nacional de Estadística-Apure 2001).

17Antropológica 113

Dinámicas de la población Pumé

En las siguientes secciones usamos varias pruebas que se corroboranmutuamente con el fin de investigar en mayor profundidad la dinámicas quemodulan la estructura de edad de los Pumé sabaneros y ribereños, lo cualincluye la cohorte y el período de fertilidad, y la progresión de la paridad enrelación con la mortalidad infantil y el intervalo entre nacimientos. Para evitarla dependencia en un único criterio, cada una de las pruebas utiliza lafertilidad y la mortalidad desde una perspectiva ligeramente distinta, lo que enconjunto constituye una imagen más amplia de las tendencias demográficas delos Pumé sabaneros y ribereños.

Tabla 1

Composición de edad de los Pumé basada en datos censales recabados en 2005.Proporción de hombres (derecha) y mujeres (izquierda) del total de la población. Ladistribución de edades venezolanas es mostrada en la pirámide de los Pumé ribereños(World Health Organization 2006).

18 Cambios en los patrones de mortalidad …

Ambiente Reproductivo

Aunque los Pumé sabaneros y ribereños difieren en tipo de subsistencia,sedentarismo y niveles de aculturación, sus condiciones reproductivas básicasson similares. Las niñas Pumé alcanzan la menarquia a una edad temprana,las ribereñas lo hacen alrededor de los 13 y las sabaneras a una edad algo másjoven (Kramer 2008; Kramer & Greaves 2007, 2010; Kramer et al. 2009). Lasniñas en ambas comunidades se casan tempranamente –el 95% de las niñasse casan a los 14 años–, a veces en edad premenstrual, aunque no semantienen relaciones íntimas hasta después de la menarquia. Estos matrimo-nios tempranos son a menudo frágiles y es común que uno de los cónyugesopte por el divorcio. De las niñas de entre 13 y 18 años, aunque el 97% hancontraído matrimonio, sólo un 80% permanecen casadas. La proporción demujeres casadas es mayor entre los Pumé sabaneros, pero la diferencia entregrupos de edad es sólo significativamente diferente entre mujeres postre-productivas, de 45 ó más años (p=0.0391). La esterilidad primaria parece serrelativamente infrecuente. En nuestra muestra de mujeres de 40 años ó más(n=34), sólo una mujer no ha dado a luz.

La monogamia es el tipo de matrimonio predominante, aunque una peque-ña proporción de matrimonios son polígamos (Tabla 2). La matrilocalidad escomún y las líneas maternas constituyen una fundación social fuerte entre losPumé. Aunque se dan casos de matrimonios entre Pumé sabaneros y ribe-reños, normalmente los matrimonios se forman entres miembros del mismopoblado, o bien exo-monogámicamente entre comunidades sabaneras oribereñas6. Los medios contraceptivos modernos no están al alcance de lasmujeres sabaneras o ribereñas. Los niños maman cuando lo piden y se les dacomidas suplementarias cuando tienen alrededor de seis meses, pero no sedestetan por completo hasta los dos años y medio o tres años de edad7. Tantolos Pumé sabaneros como los ribereños son poblaciones de fertilidad natural,y puesto que no presentan diferencias sustanciales en las pautas matrimo-niales, las relaciones maritales probablemente no varían lo suficiente comopara determinar las tendencias de fertilidad.

6 Debido a que las tendencias matrimoniales afectan la ganancia o pérdida neta en la estructura deedad de la población debido a la migración, la mayoría de los matrimonios ocurren entreindividuos de los cinco poblados estudiados.

7 Se introduce primero la comida adulta pre-masticada, seguida por pequeñas proporciones dealimentos blandos como mangos. A los dos años los niños comen peces pequeños enteros,incluidas las espinas.

19Antropológica 113

Tendencias de fertilidad

Debido a que la tasa global de fertilidad (TGF) no se ve afectada por laestructura de edad como la tasa neta de nacimientos y la tasa general defertilidad, la TGF es la medida más empleada para comparar tendencias endistintas poblaciones. Una TGF, que se puede considerar como el númeromedio de hijos que ha tenido una madre al finalizar su carrera reproductiva,puede ser bien construida como la proporción de cohorte o de periodo.

El medio más preciso para construir una proporción de fertilidad decohorte es el seguir a un grupo de mujeres en la misma cohorte de nacimientoo matrimonio conforme atraviesan sus vidas reproductivas, documentandotodos los nacimientos y muertes que ocurren. Puesto que es imposible realizarestudios longitudinales a lo largo de 30 años, la proporción de cohorte serealiza normalmente entrevistando a las mujeres de la misma cohorte paraobtener información sobre sus partos hasta ese momento. La TGF de unacohorte es la fertilidad completa de las mujeres que han pasado su edadreproductiva, y sintetiza las condiciones de fertilidad durante los 30 años de lacarrera reproductiva de la mujer.

La proporción de fertilidad de periodo se construye transversalmente através del número de nacimientos que le ocurren durante cierto período detiempo, generalmente un año, a mujeres de distintos grupos de edad. El TGFde un periodo, que es la suma de las tasas de fertilidad de dichas edades (TFE),es la fertilidad de vida de la mujer basada en esta cohorte sintética. Lasmedidas de los periodos reflejan condiciones actuales y se usan para pronos-ticar futuras tendencias en la población, asumiendo que tales condicionespersistirán a través de la carrera reproductiva de una mujer.

La proporción de fertilidad-período se construye usando censos y sinteti-zando conteos de nacimientos de una población. La proporción de cohorte serealiza retrospectivamente a partir de datos individuales o de informaciónobtenida en entrevistas longitudinales. Cada punto de vista captura una visiónalgo diferente sobre las tendencias de fertilidad y su función depende de lacuestión investigada y de la relativa importancia que el periodo (eventos

Número de matrimonios1 2 3 4+ Polígamos

Pumé sabaneros (n=94) 75% 23% 1% 1% 11%Pumé ribereños (n=115) 80% 17% 1% 2% 4%

Tabla 2

Tendencias matrimoniales de los Pumé. Número de veces que hombres y mujerescasados dicen haber contraído matrimonio. El valor para matrimonios polígamos es paraadultos que han estado casados en poligamia en el pasado o que lo están actualmente.

20 Cambios en los patrones de mortalidad …

históricos) o la cohorte (efectos de edad) tienen en la fertilidad (Preston et al.2001). Ambos se muestran en los presentes análisis. Al carecer de datos ante-riores, su comparación muestra esbozos relativos a la estabilidad, las tasasvitales y las recientes tendencias demográficas.

La TFE de periodo tanto de los Pumé sabaneros como los de los Puméribereños muestra una distribución característica de la fertilidad, donde lasproporciones aumentan durante la adolescencia, alcanzan su máximo en laveintena para después comenzar a decaer (Tabla 3). La TGF de 7.407 de lasmujeres sabaneras y de 7.7754 de las ribereñas se encuentra dentro del rangode otras poblaciones de fertilidad natural (sintetizado en Bentley et al. 1993;Campbell & Wood 1988). La TGF de los Pumé es sustancialmente mayor quela encontrada a nivel nacional (TGF venezolano=2.7), lo que está determinadoprincipalmente por la baja fertilidad de los centros urbanos densos (el 87% dela población venezolana viven en centros costeros, Population ReferenceBureau 2006). El número medio de nacimientos es similar en las mujeressabaneras y ribereñas. Los valores medios son menores que la TGF, puesto quepara calcular la media aquellos consideran mujeres de todas las edades, nosolamente aquellas que ya han completado sus carreras reproductivas.

Indicador Pumé sabaneros Pumé ribereños

Edad específica de fertilidada

15-19 1.143 1.21420-24 1.875 1.88925-29 1.500 1.77830-34 1.333 1.27335-39 1.000 1.00040-44 0.556 0.600

Proporción total defertilidad 7.407 7.754

Número medio denacimientosb

por mujer >=15 4.88 (std=3.28, n=48) 4.86 (std 3.21, n=65)por madre 5.32 (std=3.06, n=44) 5.11 (std=3.07 n=62)

Proporción total demortalidadc 350 134

a Las proporciones de fertilidad de periodo se calcularon como el número de nacimientos en losúltimos cinco años.

b La diferencia entre los grupos de Pumé sabaneros y los Pumé ribereños no son significativas(p=.9904 para madres y p=.8581 para mujeres).

c Las muertes por 1000 nacimientos vivos para mujeres Pumé sabaneras (n=44) y ribereñas (n=62)de 15 ó más años.

Tabla 3

Indicadores de fertilidad y mortalidad en comunidades Pumé.

21Antropológica 113

La figura 3 muestra las tasas de fertilidad de la cohorte. En la mayoría delos grupos de edad, las mujeres ribereñas tienen una fertilidad algo mayor,aunque dichas diferencias no son significativas. En cuanto a las mujeres de 40años ó más, las mujeres sabaneras tienen una TGF de 7.4 (n=16) y las ribere-ñas de 7.28 (n=18); de nuevo las diferencias no son significativas (p=.9060).

Las medidas de fertilidad de un período y la cohorte son equivalentescuando otras tasas demográficas de la población se mantienen más o menosconstantes a lo largo del tiempo (Preston et al. 2001). Entre los Pumé saba-neros, la similitud entre la fertilidad de la cohorte (Figura 3) y de período (Tabla3) sugieren que las tasas de mortalidad y las tendencias de edad de maternidadno han cambiado de modo apreciable recientemente. Por el contrario, los Puméribereños muestran una TFE de período algo mayor en mujeres jóvenes, y unamayor TGF comparada con las estimaciones de cohorte, lo que sugiere que lastasas de nacimiento y mortalidad han cambiado en los últimos años.

Mortalidad infantil

El estudio de la mortalidad infantil experimentado por las madres Pumémuestra diferencias significativas. La tasa de mortalidad infantil (TMI) –la fre-cuencia de muertes durante el primer año de vida por cada 1.000 nacimientos–

Figura 3

Edad específica completa de fertilidad. La proporción de la cohorte se construyó con elnúmero de niños nacidos por cada mujer Pumé. Las barras de error muestran losintervalos de confianza.

22 Cambios en los patrones de mortalidad …

es casi tres veces mayor entre los Pumé sabaneros comparada con los Puméribereños (Tabla 3). Dentro de los pocos grupos de cazadores y recolectoresnómadas para los que se conoce la TMI, la tasa de los sabaneros (350) es mayorque la de los Hazda y los Ache (210 y 120, respectivamente), y similar a la TMIdescrita en los Agta y los indígenas de Papúa-Nueva Guinea (370 y 340,respectivamente; Pennington 2001: tabla 7.5). La TMI de los Pumé sabaneroses ligeramente mayor que la de los Hiwi (Hill et al. 2007: tabla 2), cazadores yrecolectores que viven en territorios adyacentes a los Pumé entre la fronteracolombiana y venezolana. La TMI de los Pumé ribereños es 134, y representauna disminución considerable de la mortalidad infantil comparada con la tasade los sabaneros, de ámbito más recolector, pero que aún excede con amplitudla TMI venezolana de 19.6 (Population Reference Bureau 2006).

Una estudio más detallado de la mortalidad infantil muestra que, encomparación con las mujeres sabaneras, muchas más mujeres ribereñas Puméno sufren nunca la muerte de un recién nacido, y muchas experimentan menosla pérdida de varios hijos (Tabla 4). La probabilidad de mortalidad infantil vienedeterminada por la probabilidad de que una madre de a luz. Por tanto, paracontrolar la posibilidad de que las mujeres ribereñas jóvenes muestren unamenor mortalidad infantil simplemente porque han dado a luz a menos hijos,se han tabulado los niveles de mortalidad en relación a la paridad (Tabla 5). Eneste caso hemos limitado la muestra a mujeres de 15 a 25 años con el fin deincrementar la calidad de los datos que comparan las muertes infantiles con laparidad. En todos los grupos, las mujeres sabaneras de 15 a 25 tienen másprobabilidad de padecer mortalidad infantil que las mujeres ribereñas. Porejemplo, en paridad 2, el 40% de las mujeres ribereñas experimentan al menosuna muerte infantil, en comparación con el 60% de las mujeres sabaneras. Enparidad 5, sólo el 50% de las madres ribereñas han padecido la muerte de almenos un hijo, mientras que esta cifra alcanza el 100% en las mujeressabaneras. Cuando la paridad se mantiene constante, la diferencia en lamortalidad infantil entre los Pumé sabaneros y ribereños es sustancial.

N° de hijos fallecidos por madre

0 1 2 3

Pumé sabaneros (n=94) 35% 29% 24% 12%Pumé ribereños (n=115) 65% 20% 15%

Tabla 4

Mortalidad infantil de las madres Pumé de 15-25 años.

23Antropológica 113

Debido a que no existen datos de historia reproductiva anteriores no pode-mos medir directamente cómo ha mejorado recientemente la supervivenciainfantil en los Pumé ribereños. Las cifras de mortalidad infantil presentadasaquí están basadas en los últimos cinco años de la historia reproductiva de lamujer, cuando aún recuerdan datos de manera fiable. Del mismo modo, es deesperar que las tasas presentadas aquí reflejen tendencias secundarias, y nodiferencias estocásticas o debidas a epidemias recientes u otros eventos simi-lares. Hace 20 años se produjo un brote de sarampión, lo cual produjo mayorespérdidas en las comunidades ribereñas (Lizarralde & Seijas 1991). Aunque elsarampión produjo unas pocas muertes en las comunidades estudiadas, enpoblaciones pequeñas esto puede haber tendido consecuencias considerables.Por otro lado, las entrevistas e historias reproductivas indican que no hahabido ni hambrunas ni epidemias en los últimos cinco años.

En resumen, la mortalidad infantil es considerablemente menor en losPumé ribereños, y se mantiene muy alta, a niveles pretransicionales, en lossabaneros. Aunque no de modo concluyente, la mayor TFE en las edades másjóvenes, y la mayor TGF de período comparada con la TGF de cohorte, sugiereque el cambio en la tendencia en la maternidad también está ocurriendo en losPumé ribereños. Una manera de distinguir entre los efectos que la tasa denacimientos y de supervivencia infantil tiene en el crecimiento poblacional esmirar de manera más detallada las relaciones biológicas entre mortalidadinfantil y fertilidad.

Cambios en la mortalidad infantil y en las tasas de nacimiento

Los mecanismos biológicos que relacionan la mortalidad infantil y el inter-valo entre nacimientos proporcionan un modo indirecto de evaluar la maneraen que la tasa de fertilidad ribereña está determinada por un cambio en el

Tabla 5

Distribución de la proporción de mortalidad infantil por paridad de la mujer en mujeres Pumé de 15-25 años.

Paridada

N° de muertes infantiles 1 2 3 4 5

Pumé sabaneros 0 .67 .40 .33 .25 —1 .33 .40 .33 — .502+ — .20 .33 .75 .50

Pumé ribereños0 .80 .60 .50 .75 .501 .20 .20 .25 .25 —2+ — .20 .25 — .50

a Ninguna mujer entre 15-25 años ha tenido más de cinco hijos.

24 Cambios en los patrones de mortalidad …

ritmo de reproducción de forma diferente a la forma en que la reducción de lamortalidad infantil afecta a la fertilidad. Distintos estudios muestran de mane-ra consistente que en poblaciones de fertilidad natural, reguladas por el ritmode lactancia, la duración media del intervalo entre nacimientos esconsiderablemente menor cuando el hijo muere que cuando sobrevive debidoal efecto positivo que la lactancia tiene en la amenorrea postparto y en lasubfertilidad (Chowdhury et al. 1978). Por ejemplo, estudios en poblacioneshistóricas europeas en las que no se usaban métodos anticonceptivosmuestran que los efectos fisiológicos de la muerte de un hijo reducen laduración del intervalo entre nacimientos hasta de 10 meses (Knodel 1978). Unextensivo estudio trans-cultural encontró que los intervalos entre nacimientosson un 60% más largos cuando el hijo sobrevive que cuando fallece (Grummer-Strawn et al. 1998:63). El estudio incluso mostró que la lactancia era respon-sable de la mayor parte de la diferencia. Los medios contraceptivos, el niveleducativo de la mujer y la participación en trabajos renumerados tienden aestar asociados con un descenso en el periodo de lactancia. Sin embargo, nin-guno de estos factores está presente en los Pumé y no pueden afectar la dura-ción del intervalo entre nacimientos.

El intervalo entre nacimientos se estima usando el número de bebes naci-dos con vida durante los últimos cinco años y el número de años-mujeresfértiles. Para mujeres Pumé entre 15 y 40 años, las sabaneras tienen un bebecon vida cada 3.1 años como media (42 nacimientos, 130 años-mujeres fértiles,n=28) y las mujeres ribereñas tienen un hijo con vida cada 2.87 años (70nacimientos, 201 años-mujeres fértiles, n=22). Esta tendencia es similar enmujeres de entre 15 y 25 años. Las mujeres ribereñas tienen intervalos entrenacimientos algo mayores que la media, lo que sugiere que los efectosbiológicos que una menor mortalidad tiene en el incremento de tiempo entrenacimientos ha sido contrarestado por un incremento en el ritmo de ma-ternidad8. La importancia de los efectos nutricionales en las mujeres y losniños se discuten más adelante.

Con el fin de estimar si la fertilidad basada en la mortalidad infantil queexperimenta una madre varía entre las mujeres sabaneras y ribereñas,construimos un modelo linear general (MLG) en el que controlamos la edad dela mujer y la muerte infantil. Setenta y tres madres de entre 15 y 40 años

8 En una muestra de madres Pumé de 15-29 años, dentro de cada grupo de edad de cinco años,tanto las madres Pumé sabaneras como las ribereñas que muestran mayor mortalidad infantilhan tenido más partos. Sin embargo, en ninguno de los casos las mujeres compensan las pérdidascon partos adicionales, lo que corrobora los resultados originales de Preston (1978), seguidosdespués por Grummer-Strawn et al. (1998), de que bajo condiciones de alta mortalidad infantil lospadres no logran una completa restitución del número de hijos con los nacimientos subsecuentes.Aunque las madres, tanto sabaneras como ribereñas, que padecen una o más muertes infantilestiene más hijos vivos, a nivel poblacional muchas menos mujeres ribereñas sufren estos altosniveles de mortalidad.

25Antropológica 113

fueron incluidas en el modelo. Los resultados muestran que la fertilidadaumenta con la mortalidad infantil sufrida y con la edad. Sin embargo, el efectodel grupo al que pertenece la mujer, ya sea poblado sabanero o ribereño (tipode comunidad), no tiene efectos significativos en la variación de los niños tota-les nacidos. El tipo de comunidad, sin embargo, explica de modo significativoel número de hijos que sobreviven. Cuando se controla la edad, las mujeresribereñas tienen significativamente más hijos que sobreviven (p=.0006).

Un descenso en la mortalidad infantil puede afectar el crecimiento pobla-cional de dos maneras opuestas. Primero, puesto que el intervalo hasta elpróximo hijo es mayor cuando el hijo sobrevive, esto puede estar asociado ne-gativamente con la fertilidad. En los Pumé ribereños se puede demostrar undescenso en la mortalidad infantil, aunque esto no ha supuesto un incrementoen el intervalo entre nacimientos ni un descenso en la fertilidad. Segundo, lacaída en la mortalidad infantil aumenta el número de niños que sobrevivenhasta que alcanzan una edad reproductiva. Para examinar el efecto que dife-rentes supervivencias infantiles puede tener en el crecimiento poblacional, seconstruyó una TFE de período de niños supervivientes (Figura 4). Si supone-mos que las condiciones actuales persisten a lo largo de la carrera reproductivade la mujer, indispensable para el cálculo de proporciones de período, lasmujeres ribereñas tienen una TGF de 7.27 hijos supervivientes, y las mujeressabaneras una TGF de 4.05.

Figura 4

Edad-específica de supervivencia de fertilidad Pumé. Proporción de fertilidad de periodoconstruida como hijos supervivientes por cada mujer en los últimos cinco años.

26 Cambios en los patrones de mortalidad …

Si estandarizamos la probabilidad de sobrevivir hasta los 15, el 79% delincremento en la TGF de los Pumé ribereños comparado con el de los Pumésabaneros puede ser atribuido a un aumento en el número de niños que llegana edad reproductiva, y el 21% restante a un incremento en la tasa de naci-mientos. Por tanto, el efecto de los niveles de fertilidad en el crecimiento depoblación es desproporcionadamente mayor entre los Pumé ribereños debido aun incremento tanto de la supervivencia infantil como en el ritmo dereproducción.

Discusión

La investigación en la transición demográfica ha enfatizado la importanciade la relación entre una alta supervivencia y una reducción de la fertilidad(Doeplke 2005; Montgomery & Cohen 1998; Notestein 1953; Preston 1978;sintetizado en Cheland 2001). En la práctica, la mortalidad infantil era uno delos factores más poderosos para predecir un declive en la fertilidad cuando lasnaciones pasaban por el periodo de transición demográfica (Heer & Smith1968; Schultz 1976). Lo esperado es que al decrecer la mortalidad infantil, lafertilidad también decrecería al decidir los padres tener menos hijos yconseguir un tamaño familiar especifico (Freeman 1963). Al continuar lainvestigación ha quedado claro que dicha relación no es tan directa como sepensaba (Cantrelle et al. 1978; Taylor et al. 1976; Walle 1986). En algunoscasos el declive en la mortalidad no parece ser la condición para que la fertili-dad disminuya y en muchas poblaciones la fertilidad no decreció tan rápidocomo se esperaba (Lindert 1980; Montgomery & Cohen 1998). La mayor partede esta investigación se ha realizado en poblaciones que ya han experimentadoun declive en la mortalidad infantil mucho mayor que los Pumé ribereños, queo bien son horticultores o realizan trabajos renumerados, participan de laeconomía comercial por medio de la cosecha del mercado, compran sus alimen-tos o tienen acceso parcial a tratamientos médicos y métodos anticonceptivos.

En muchas discusiones sobre pérdida de hijos e infertilidad está implícitoel supuesto de que se busca universalmente una baja fertilidad. Sin embargo,algunas de las tasas de fertilidad más altas registradas en poblaciones defertilidad natural ocurren cuando las sociedades tradicionales inician la transi-ción económica (Layrisse et al. 1980; Early & Headland 1998; Hill & Hurtado1996; Kramer & McMillan 2006). Los datos obtenidos con los Pumé contri-buyen a estos estudios con la demostración de que el crecimiento de laspoblaciones durante los primeros estadios de aculturación económica se debeno sólo a una mayor supervivencia infantil, sino también a un incremento enla tasa de nacimientos. Bajo tales condiciones, durante el cambio inicial, lacaída en mortalidad infantil no parece estar asociada con la idea de que unamayor supervivencia resulta en una carencia de los recursos y por tanto en unajuste a lo bajo del tamaño familiar.

27Antropológica 113

Un incremento en las tasas de nacimiento no es consistente con la teoríade transición demográfica. En muchos casos históricos y modernos, a pesar deque la modernización se asocia con un declive en la fertilidad, la supervivenciainfantil aumenta mucho más rápido, lo que produce el crecimiento poblacionalinesperado que se observa en muchas partes del mundo. Mientras que estábien documentado el rápido crecimiento poblacional resultante de una tasa denatalidad menor que la de mortalidad, un incremento específico en la tasa denatalidad como consecuencia del desarrollo económico no suele encontrarse oreconocerse (para excepciones ver Dyson & Murphy 1985; Kramer & McMillan2006; Romaniuk 1980). Nuestro propósito no es evaluar la posible causa de larelación entre la mortalidad infantil y la fertilidad, sino aclarar que los primerosestadios de transición económica pueden causar efectos periódicos que dismi-nuyan los límites de las tasas de mortalidad y natalidad. Puesto que no existenlas estructuras que favorecen una reducción en la demanda por niños (e.g.incremento en los sueldos, vuelta a la educación formal o inversión en las ha-bilidades o medios para mejorar el estatus social; Becker 1981; Blurton Joneset al. 1989; Caldwell 1983; Hill & Kaplan 1999; Kramer 2005; Kramer et al.2009) o los medios para alcanzar unos niveles de fertilidad específicos, no haymuchos motivos para esperar que las madre Pumé ribereñas vayan a ajustarsus niveles de fertilidad por lo bajo.

Efectos de periodo en la supervivencia infantil y en la fertilidad

Los Pumé sabaneros y ribereños viven en el mismo medio, están genéti-camente relacionados y han llevado vidas similares hasta hace poco. Ahora, encambio, se diferencian de manera importante en sus contactos con influenciasajenas a su economía de subsistencia. A medida que los Pumé ribereños cam-bian económicamente, experimentan efectos de período que tienen unainfluencia positiva tanto en la supervivencia infantil como en la tasa denatalidad.

Hasta hace poco los Pumé ribereños eran nómadas estacionales, peroahora son sedentarios y dependen más de la horticultura. Está bastanteaceptado que las circunstancias asociadas con la producción de comida y elsedentarismo tiene un efecto positivo en la fertilidad porque ello disminuye losproblemas que la caza y recolección nómada generan en la tasa de natalidad.Sin embargo, datos empíricos de estudios trans-culturales no lo respaldan(Kramer & Boone 2002; Pennington 2001). Si el sedentarismo fuese de hechoun factor decisivo que afectara las TGF, sería esperable que la agricultura fuerauna característica común en los aumentos de la fertilidad. Sin embargo, varioestudios trans-culturales han demostrado que las poblaciones agricultoras notienen una mayor fertilidad (Bentley et al. 1993; Campbell & Wood 1988), loque indica que el sedentarismo por sí solo no puede explicar el incremento enla fertilidad de los Pumé ribereños.

28 Cambios en los patrones de mortalidad …

Ni los poblados Pumé ribereños ni los sabaneros tienen clínicas o visitasperiódicas de trabajadores de la sanidad, por lo que podemos considerarrelativamente poco constante el acceso a la sanidad moderna. Es decir, lasvisitas médico-sanitarias se realizaron solo una vez al año, y algunos años nofueron atendidos ni siquiera una vez al año. Por ejemplo, de entre los niños de10 ó menor edad, un 38% de los niños sabaneros y un 48% de los ribereñosdicen no haber recibido una vacunación nunca; la diferencia entre ambos noes significativa (Chi-cuadrado=1.1088, df=1, p=.2923). Esto respalda otrosestudios en los que el incremento inicial en supervivencia se debía menos a laintervención médica o a las vacunaciones y más a la mejora en el abasteci-miento de alimentos, el nivel de vida y la introducción de objetos sencillos comoel jabón, que mejoran las condiciones sanitarias (Finch & Crimmins 2005;McKeown 1977). Aunque ningún grupo es visitado de modo regular portrabajadores de la sanidad, los Pumé ribereños se benefician de la atenciónmédica que llega al área en la que viven. Incluso la atención médica esporádicapuede tener un efecto en la tasa de mortalidad.

Debido a sus efectos tanto en supervivencia como en fertilidad, el alimentoes el factor con una influencia más amplia en el período. La mayor dependenciade la horticultura, pesca, alimentos comercializados y ayudas guberna-mentales entre los Pumé ribereños compensa la variación diaria y estacional enla disponibilidad de alimentos entre las comunidades sabaneras. Esto afecta ala población de varias maneras.

Primero, los niños, especialmente los más jóvenes en edad de destete, sonparticularmente susceptibles a un descenso en la disponibilidad de alimentos.La mayor accesibilidad a alimentos cultivados y comercializados mejora ladieta de los niños, aunque no tanto por medio de una disponibilidad absoluta,como por medio de una reducción en la periodicidad y la amplitud del estrésnutricional. Indicios derivados de estudios trans-culturales sugieren que entrelas poblaciones tradicionales, la mejora en la dieta infantil puede suponer unimportante aumento en la supervivencia (Pennington 1992, 1996).

Segundo, las fluctuaciones en la disponibilidad diaria de alimentos y elestrés nutricional pueden afectar las funciones reproductivas femeninas.Aunque el mecanismo biológico concreto no es bien conocido, la variaciónperiódica de una nutrición adecuada altera la cantidad de energía disponiblepara la lactancia y la continuación de las funciones reproductivas tras el parto(Jasienska 2001; Lunn et al. 1984; Rosetta 1995; Sellen 2000). La adaptaciónfisiológica a una disminución drástica de la disponibilidad de alimentos puedeafectar la duración de la subfertilidad postparto y ayudar a explicar el menorintervalo entre partos en los Pumé ribereños.

Tercero, aunque los niños que aún están en el periodo de lactancia estánprotegidos de algún modo contra enfermedades y malnutrición, la condiciónmaterna tienen un efecto en la salud y el bienestar infantil tras la introducción

29Antropológica 113

de alimentos suplementarios a los seis meses de edad. La lactancia bajo condi-ciones subóptimas de alimentación, lo cual es experimentado por las mujeressabaneras durante la mitad del año, puede derivar en pérdidas substancialesde peso en las mujeres durante la lactancia (Sellen 2000). Datos antropo-métricos recolectados en 2006 y 2007 muestran que la mujer sabaneraexperimenta un descenso en la masa corporal durante sus primeros añosreproductivos. Ciclos repetitivos de gestación y lactancia podrían sumarse a losefectos anuales de estrés nutricional. Las mujeres sabaneras reducen su masacorporal en un 8% (~4.4 kilos) como media durante la estación lluviosa. Lasmujeres ribereñas tienen mayor acceso a alimentos comercializados, estánconsiderablemente mejor alimentadas, tienen relativamente mejor constituciónfísica y no experimentan la misma pérdida de peso estacional.

Una caída en la energía materna puede tener efectos duraderos tanto en lasalud de la madre como en la del hijo (Little et al. 1992). Durante la lactancia,los hijos son especialmente susceptibles de sufrir enfermedades gastrointes-tinales después de que se les comiencen a administrar alimentos suplemen-tarios. Los bebés que se alimentan exclusivamente de leche materna tienenconsiderablemente menor riesgo de sufrir diarrea en comparación con bebés alos que se les ha añadido alimentos suplementarios (Brown 2003). Es más, losbebés con dietas post-lactancia inadecuadas pueden sufrir una ralentizacióndel crecimiento después de seis meses (Sellen 1998).

Por último, el tipo de dieta tiene una relación sinérgica con la resistencia alas enfermedades, no sólo en los niños sino también en los adultos. Mientrasque las enfermedades infecciosas son endémicas a los Pumé sabaneros yribereños, la malnutrición estacional y la variabilidad diaria en disponibilidadde alimento agrava la morbilidad en los Pumé sabaneros. Estudios históricosde cohortes a largo plazo muestran que los adultos que están más expuestos aenfermedades infecciosas a edades jóvenes tienen mayores tasas de morbilidady mortalidad (Bengtsson & Lindström 2003; Finch & Crimmins 2004), lo cualafecta el perfil de mortalidad de mujeres en edad reproductiva y el potencialcrecimiento poblacional. En cuanto a los objetivos de desarrollo, datos de unestudio longitudinal de los Tsimane de Bolivia demuestran que cuando losindividuos buscan atención médica ante situaciones extremas y tardan variosdías en llegar a la clínica, la atención médica beneficia normalmente a losadultos y no a los niños (Gurven et al. 2007).

Los cambios demográficos actuales entre cazadores y recolectores yademás entre horticultres y agricultores de subsistencia que viven ennaciones-estado a menudo pasan desapercibidos, bien porque no existencensos fiables, bien porque no existen datos o porque las poblaciones sondemasiado pequeñas como para que se aprecien las dinámicas en índicesnacionales o regionales. Sin embargo, dichas comunidades son a menudo lasque reciben iniciativas de desarrollo específicas usando tendencias regionales

30 Cambios en los patrones de mortalidad …

o nacionales. Estudios a pequeña escala pueden tener aplicaciones prácticasimportantes. Por ejemplo, recientes investigaciones sugieren que prontoseremos capaces de distinguir el papel que la desnutrición y las enfermedadesinfecciosas tienen en la mortalidad. Esto facilitará que las agencias de desa-rrollo determinen si es más adecuado destinar la ayuda a la alimentación o ala atención médica. El estudiar cambios demográficos bajo el punto de vista dela economía de transición de los Pumé puede dirigir de manera más adecuadainiciativas para el desarrollo, políticas de cuidado sanitario y ayudas guber-namentales, lo cual hace que sea más fácil alcanzar los objetivos deseados ytener beneficios a largo plazo para las poblaciones indígenas.

Implicaciones para un desarrollo sostenible de los proyectos entre los Pumé

Los datos antropológicos cuantificados a largo plazo sobre la subsistenciade los Pumé, los usos de la tierra, la salud y la demografía, en los cuales sebasa el presente estudio, son cruciales para un mejor conocimiento de lasinteracciones entre la gente y su entorno. Del mismo modo, forman la base deproyectos adecuados de desarrollo sostenible destinados a promover y protegersu autonomía, ofrecer la asistencia humanitaria necesaria y ayudar a los Puméa decidir su propio futuro.

Los actuales programas de desarrollo diseñados para los Pumé bajo losmandatos de una nueva constitución perciben con acierto una carencia signi-ficativa en la salud, la educación y otros servicios básicos que les sean disponi-bles. Dos proyectos que hoy día están en marcha incluyen la demarcación delas áreas de las tierras indígenas (Greaves 2006; Kramer & Greaves 2006) y lamejora en el acceso a servicios sanitarios (Barreto et al. 1991; Barreto & Rivas2007; Correa 2005). La creación de nuevas clínicas médicas es un servicio muyvalioso que los Pumé requieren. Esto tendrá como obvio objetivo la reducciónen la mortalidad infantil, lo que resultará en un aumento de la población. Elefecto potencial que esto tendrá en la disponibilidad de la tierra, la subsistenciasostenible, la higiene y las subsecuentes consecuencias en la sanidad debentenerse en cuenta en esos proyectos. En este trabajo presentamos datos sobrela fertilidad de los Pumé porque los efectos de la población en dichos proyectospueden tener consecuencias significativas para las demografías de sociedadesde pequeña escala. A menos que se considere información detallada sobre la elambiente físico y social de sociedades tradicionales, las alteraciones en lasupervivencia infantil a través de mejores accesos a la atención médica y elresultante incremente en la población, puede pasar desapercibida y ocultar losbeneficios de dichos proyectos. Un incremento en la población resultará en unagran variedad de cambios en el uso de la tierra, la subsistencia, salud,integridad cultural y la autonomía indígena.

31Antropológica 113

La identificación de tierras indígenas y el establecimiento de propiedadlegal de la tierra para los Pumé es una de las más urgentes necesidades a lasque se enfrentan. Quizá la mayor amenaza en la forma de vida de los Pumé esla continua colonización de sus tierras. Los delegados Pumé han expresado sudeseo de convivir en paz con los terratenientes locales no indígenas, y recono-cen que los recién llegados tienen un papel en el futuro de la región. Sinembargo, los Pumé también quieren proteger sus tierras del efecto del aumentode la presión colonizadora, de la desaparición de recursos y del asalto a suspequeños conucos de ganado suelto. Por tanto, además de los esfuerzos poridentificar las necesidades del actual uso de la tierra, la demarcación de losterritorios indígenas también deber considerar los efectos que una mejora enlos cuidados sanitarios tendrá en la supervivencia infantil y crecimientopoblacional. Las necesidades de tierra de cada comunidad no son simplementelas necesidades de la superficie que usan actualmente, sino la inclusión derecursos y medios clave (Chapin & Threlkeld 2008). Los Pumé sabanerosrequieren protección de áreas que contengan plantas silvestres cruciales, lasáreas de caza, acceso a agua corriente, caños y lagunas para pescar, bosquepara cultivar y materias primas. Los pumé ribereños necesitan también unavariedad de medios. La cantidad de tierra con derecho de uso debería incluirproyecciones sobre las necesidades de una comunidad con crecimiento pobla-cional y las demandas de una variedad de recursos necesarios para mantenersu forma de vida. Los Pumé reconocen la complejidad que supone compartir latierra con criollos y sus hatos y fincas, y están dispuestos a trabajar hacia unaresolución de los conflictos que permita una coexistencia armoniosa con susvecinos no indígenas. Existen varios ejemplos de relaciones mutuamentebeneficiosas que permiten la coexistencia de subsistencia tradicional, la gana-dería y otras actividades. El establecimiento de las tierras Pumé es necesariopara proveerles la oportunidad de determinar objetivos que protejan su formade vida, y el desarrollo de nuevas vías de participación en la economía y lacultura como ciudadanos venezolanos; y asegurar que una población crecienteno será desplazada de la tierra que les mantiene.

Agradecimientos. Ante todo agradecemos los Pumé de Doro Aná, Yagurí,Charakotó, Rosario, Chaparralito y Chainero por su generosidad en proveernoscon alimentos, refugio y conocimiento sobre sus familias. Estamos agradecidosa los doctores Roberto Lizarralde (Universidad Central de Venezuela), TedGragson (Universidad de Georgia Athens) y Haydée Seijas (Universidad Centralde Venezuela) por sus investigaciones censales de los Pumé, las cuales fueronextremadamente útiles para construir nuestras estimaciones de edad. Estamosigualmente muy agradecidos a los doctores Roberto Rizarralde, Werner Wilbert

32 Cambios en los patrones de mortalidad …

(Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas), Daisy Barreto(Universidad Central de Venezuela) y Kleismer Correa (Dirección de SaludIndígena, Ministerio del Poder Popular para la Salud) por compartir generosa-mente sus concomimientos sobre las relaciones entre los Pumé y el gobierno ypor ayudar con la logística de investigación venezolana. Agradecemos profun-damente nuestras conversaciones con Hilly Kaplan y Jane Lancaster sobre lasituación demográfica de los Pumé. También agradecemos a Egleé L. Zent y alos árbitros por sus comentarios, los cuales ayudaron a hacer más sólido elartículo. La investigación de 2005-2007 en la que se basa el análisis pre-sentado aquí, fue financiada por la National Science Foundation (0349963). Eltrabajo inicial de dos años de estudio de los Pumé sabaneros en 1990, y 1992-1993 fue financiado por la L.S.B. Leakey Foundation y por una beca de tesisde la NSF concedida a Russell Greaves y Lewis Binford (DBS-9123875).

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* En la siguiente dirección puede accederse a las publicaciones de los autores:http://www.fas.harvard.edu/%7Ebioanth/kramer.html

Karen L. Kramer1, Russell D. Greaves2

1 Profesora Asociada, Department of Human Evolutionary Biology, Harvard [email protected]

2 Investigador Asociado, Peabody Museum of Archaeology and Ethnology, HarvardUniversity. [email protected]