¡Cambia tu mente, cambia tu vida! - Iglesia del Nazareno · aquella con˜anza y no defraudes a...

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¡Cambia tu mente, cambia tu vida!

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¡Cambia tu mente, cambia tu vida!

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Principio # 8: La purezaGénesis 39:1-12Pasaje clave: No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?Texto de apoyo: Colosenses 3:5

ESTE ES EL CONTEXTO DEL RELATO

El personaje principal de esta historia es José, uno de los doce hijos de Jacob, de hecho, el menor de todos. José tenía la virtud de soñar en grande, pero aquella cualidad no hizo más que producir envidia entre sus hermanos, quienes guiados por ese devastador sentimiento, después de planear su muerte, decidieron venderlo como esclavo a comerciantes egipcios. José era el hijo más amado por Jacob debido a que lo había tenido en su vejez. De allí que sus hermanos sintieran fuertes celos por causa del amor de su padre.

Estando José en Egipto, Potifar o�cial de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró y le asignó el cuidado de su propia casa. Pasado un tiempo, Dios prosperó la casa del egipcio por causa de José; así que su amo puso en sus manos el cuidado de todos sus bienes. Ciertamente el joven José gozaba de muchas virtudes. Era un buen administrador, diligente, responsable, comprometido, en �n; sin embargo, ninguna de aquellas virtudes se puede comparar con su persistencia en la pureza. ¿Acaso la prosperidad, la promoción y el crecimiento que Dios da están ligados a la pureza del corazón humano? Sí. Eso enseña la Biblia.

ASÍ SE RELACIONA EL RELATO CON NOSOTROSLas luchas de José no di�eren de las nuestras, sin embargo, él se mantuvo integro. El deseo de Dios es que sigamos los impulsos del Espíritu Santo al permitirle gobernar nuestros pensamientos y acciones, en vez de darle libertad a la carne con sus deseos pecaminosos que destruyen nuestras vidas. Ahora bien, el carácter puro y santo de José se formó entre el rechazo de sus hermanos y la tentación de una mujer. Él, al igual que nosotros, pudo enfrentar la lucha de perdonar a sus parientes por el rechazo y oscuros planes de asesinarlo, sin mencionar, que fue repetidamente tentado sexualmente por la esposa de su amo, acción a la que por cierto se negó radicalmente.

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La pureza es la voluntad de Dios para nosotros. Buscar la pureza es un gran desafío, pero es lo que Dios demanda de la humanidad entera. ¿Cuánta impureza hay en nosotros? ¿Cuánta inmundicia aún habita en nosotros? Con ella es imposible que Dios se glori�que y bendiga nuestras vidas como lo hizo con José. La Biblia enseña: El que encubre sus pecados no prosperará (Proverbios 28:13). La palabra prosperar no se re�ere a una bendición material exclusivamente, lo que en realidad signi�ca es “quien esconde su maldad, no tendrá un buen �nal”. En otras palabras, se ata a la desgracia.

ESTE ES EL PUNTOLa gente busca in�nitos medios para ser feliz, sentirse seguros o ser prósperos, pero han olvidado la esencia, la pureza. De�nitivamente Dios bendice al que se mantiene puro. Dios exalta al que persevera negándose a pecar contra Él. El pecado es el más grande de nuestros enemigos. La paga del pecado en la tierra, es el mismo pecado, o incluso, como dicen las Escrituras, la muerte. Un reconocido teólogo a�rmó que: los pecados, es la paga del pecado. Quiso decir con esto que la impureza es un ciclo que produce más impureza. La solución a nuestros interrogantes existenciales y morales está en la búsqueda de una vida pura delante de Dios. José se concentró en la búsqueda de la pureza, fue así como Dios lo eligió para convertirse en el extranjero más poderoso de Egipto. Es que de�nitivamente no hay nada que pueda luchar contra ella.

Exploremos cómo fue que José pudo mantener su pureza sexual y del corazón:

1. Valoró la con�anza y los privilegios que tenía: seamos honestos, cuando tenemos en poco los privilegios que Dios nos da o la con�anza que otra persona nos entrega, lo más factible es que fallemos. No fue el caso de José. El mantenía fresco en su memoria el proceso que había vivido para llegar donde estaba. Eso lo ayudó a cuestionarse mucho cuando un mal pensamiento atravesaba su mente. Su impresión frente a la tentación fue la de un hombre que no quería fallarle a Dios y tampoco a su jefe. Si todos pensáramos de esta forma, seguro nos mantendríamos por el camino correcto.

Probablemente tú tengas el privilegio de ser esposo o esposa. Eso signi�ca que tu cónyuge ha con�ado en ti. Tal vez seas un empleado, pues bien, eso signi�ca que tu jefe te ha con�ado el futuro de su empresa. La pregunta es ¿qué harás con dicha con�anza? Mira tu casa, mira tus hijos, mírate a ti mismo y recuerda que nunca vale la pena fallarle a ninguno. Detente en medio de tu agitada carrera y considera que eres una persona en gran manera privilegiada como para perder el camino por causa de los apetitos pecaminosos que te acosan. 2. Mantuvo la perspectiva correcta: ahora bien, José no sólo pensó en sus privilegios terrenales,

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también en todo lo que Dios le había con�ado. Esto me hace recordar las palabras del hijo pródigo cuando retornó a casa: “he pecado contra el cielo y contra ti”. Lucas 15:21. Aquel hombre desdichado y perdido recuperó la perspectiva y por eso dijo lo que dijo. Reconoció que había pecado contra su padre, pero también había deshonrado a Dios y sus mandamientos; y eso, era aún más doloroso. En José hubo el mismo sentir, incluso, sin fallar. El conocía la dimensión de sus acciones y los alcances que tendría si llegaba a ceder. Note que su límite no fue exclusivamente el daño que le causaría a su amo, el pensó en Dios fervientemente.

Una de las maneras como el enemigo sutilmente nos engaña, en sembrando en nosotros “semillas” de auto-�exibilidad, haciéndonos pensar que Dios entenderá que somos seres humanos débiles y que nuestras malas acciones no pueden ser tan destructivas como imaginamos, y aun cuando lo fueran, Dios las pasará por alto. Tal pensamiento nos hace �uctuantes en nuestra vida cristiana. La maldad es maldad, el pecado es pecado, y ambas en cualquiera de sus expresiones nos llevarán a la destrucción progresiva o repentina. Hay un dicho popular que reza: a las cosas se les llama por su nombre. El diablo es experto en cambiarle el nombre a las cosas con tal de que cedamos a sus oscuras maquinaciones.

3. Nunca se vio a sí mismo como un valiente: explicaré esto en una frase: “más que cerebro, la pureza exige piernas ágiles”. Uno de los principales predicadores de nuestro tiempo, concluyó después de años de investigación pastoral, que la tentación sexual ejerce una in�uencia tan grande en las personas, que es capaz de “bloquear” su capacidad de razonar. Décadas atrás, cientí�cos se habían hecho conscientes de esto al explicar cómo la libido (pulsión o impulso sexual) actuaba como una especie de “fuerza” casi imposible de controlar en una persona. En de�nitiva, intentar razonar frente a la tentación sexual es un gravísimo error, lo más sabio es huir.

En José vemos un ejemplo a seguir. El nunca se consideró superior a sus tentaciones, tampoco con�ó en sí mismo, el aprendió a con�ar en el poder que actúa en aquel que tiene una estrecha relación con Dios. Estaba conectado a Dios, vivía en dependencia a Él y sus pensamientos estaban anclados a su voluntad. Es así como debemos buscar la pureza, reconociendo en primer lugar que nada ganaremos si actuamos en nuestras fuerzas. Necesitamos la gracia y el poder de Dios con nosotros, lo demás, es secundario. Una actitud humilde nos ayudará a entender con claridad cuáles son nuestros límites.

TU DESAFÍO R12.2

Alguien ha delegado con�anza sobre ti. Tal vez tu cónyuge, jefe, líder, pastor, hijos o Dios. Valora aquella con�anza y no defraudes a ninguno. Mantén la visión clara de las cosas y no te dejes engañar, vive consciente de que pecar contra Dios siempre traerá consecuencias negativas, en cambio, hacer lo correcto te llevará sin reproche al cumplimiento de tus metas. Aférrate a la ayuda el Espíritu Santo y no confíes en tu propia prudencia.

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