¡Cambia tu mente, cambia tu vida!

Principio # 1: El ordenGénesis 1:1-10Pasaje clave: La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la super�cie de las aguas.Texto de apoyo: Isaías 38:1

ESTE ES EL CONTEXTO DEL RELATOQuien escribió el libro de Génesis, estaba muy interesado en relatar la historia de los comienzos de la humanidad. Por tal razón, describe detalladamente la acción creativa de Dios en los primeros dos capítulos. Sin embargo, hay un detalle importante en esta historia que debemos considerar con mucha atención: Dios no solamente crea, sino que además, ordena lo que está desordenado. De hecho, usó un poco más de dos días, de los seis que trabajó, para ordenar lo que estaba desordenado. Todo indica entonces, que la acción de ordenar es la antesala para lo maravilloso que vendría después.

La versión Reina Valera del 60 dice: la tierra estaba desordenada y vacía. A decir verdad, ambas características resultan ser perturbadoras. Por un lado, el desorden inspira confusión; por otro lado, un área vacía inspira soledad. La Biblia en su versión NVI, une ambas características en una frase: caos total. ¿Qué signi�ca eso? Que nada estaba en su lugar, había despropósito, confusión y tinieblas.

ASÍ SE RELACIONA EL RELATO CON NOSOTROS“Caos total” ¿Te resulta familiar esa declaración? Esta frase se ha hecho tan popular, que con mucha frecuencia la escuchamos en conversaciones cotidianas o incluso, en los titulares de las noticias. La verdad es que la vida sin Dios es exactamente así, un caos total. Pero hay algo más, es posible que hallamos abierto nuestro corazón a Dios, y aún ignoremos que el orden es su prioridad.

El orden en los primeros versículos de Génesis consistió básicamente en separar la luz de las tinieblas. Dios dijo: sea la luz, y fue la luz. Eso es apenas lógico. Jesús fue coherente con ésta idea. Él dijo: “nadie enciende una lámpara para ponerla debajo de una mesa”. Tratar de ordenar una habitación o casa a oscuras, es una aventura que en la mayoría de los casos puede terminar en un caos peor que el inicial. La separación tiene una connotación importante: distinguir dos cosas incompatibles. En éste relato, Dios separó la luz de las tinieblas.

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ESTE ES EL PUNTO

¿Qué tan ordenado eres? El orden es el principio para la bendición de Dios. Dios no aprueba el desorden y mucho menos lo bendice. Queremos disfrutar del bienestar de la bendición de Dios en nuestras vidas pero eso no ocurrirá si primero no nos disponemos para ordenar nuestros asuntos. Ciclos abiertos, cuentas por pagar, sentimientos negativos, amor por el mundo, verdades ocultas, falta de disciplina, etc. Son muestra de un evidente desorden.

El orden se aplica en cuatro áreas fundamentales del cristiano. Es así como cubre la totalidad del ser:

1. Orden en tu vida espiritual: la luz y las tinieblas son incompatibles. No hay comunión entre ellas. La Biblia relaciona la luz con la santidad de Dios y la oscuridad con el diablo y sus maquinaciones. Si queremos la bendición de Dios en nuestra vida es necesario que rechacemos toda forma de pecado. Es un error creer que podemos tener comunión con Dios y a la vez vivir en las tinieblas del pecado.

Ordenar tu vida espiritual es mucho más importante de lo que piensas. Nada puede estar bien si no oramos, leemos la Biblia y obedecemos a Dios. El desorden en la vida espiritual trae consecuencias lamentables a la vida del cristiano. No existe tal cosa como las “mentiras blancas” o “pequeños pecados”. Dios es celoso. Nadie que haya sido lavado en la sangre de Jesús debe practicar el pecado. Allí no está la paz de Dios, tampoco su bendición. 2. Orden con tus bienes materiales: ¿sabías que eres administrador de lo que Dios te da? Dios no va a darte más, si primero no pones orden a la forma como administras lo que recibiste. Antes de ver la bendición de Dios en tu economía debes asegurarte que estás distribuyendo muy bien lo que ganas. Si tienes un negocio, debes ser ordenado en su administración. Increíblemente, la madurez de un cristiano se re�eja incluso, en lo ordenado que es en su casa.

Recuerda, debemos apartar de nuestros ingresos el diezmo. Esa es la porción que le pertenece a Dios. Debemos pensar en aquellas cosas que necesitamos antes de suplir los antojos. Debes ahorrar al menos el 10% de tus ingresos. En �n, existe una ruta para aquellos que quieren ver la bendición de Dios en su economía. De una cosa puedes estar seguro, si no pones freno a las compras compulsivas o innecesarias, lo único que harás es hundirte en la frustración.

3. Orden en tus afectos: nadie debe ser más importante en tu vida que Dios. Después de Dios, tu

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familia se constituye en tu prioridad, ella exige lo mejor de ti y no debes escatimar esfuerzos con tal de hacerla feliz, amarla y proveerle todo lo que necesite. Nadie puede estar en su lugar; padres, suegros o amigos no deben entorpecer la unión o el ambiente familiar en tu casa.

Después de tu esposa o esposo e hijos, debes pensar en el resto de tus familiares como padres, abuelos, hermanos, tíos, sobrinos, etc. para luego amar a una gran familia: la iglesia. Ella está representada por personas, pero también por ministerios. Dios bendice a quienes aman su obra y quienes participan de ella. Tu líder y tus discípulos requieren tu amor también.

4. Orden en tu tiempo: la correcta inversión del tiempo hará de ti una persona exitosa. Hay un dicho popular que dice: el tiempo vale más que el oro. Aún no se conoce la primera persona que haya alcanzado el éxito sin trabajar. Muchos están inconformes con el poco salario que ganan, pero ¿cómo podría eso cambiar si invierten horas viendo televisión o hablando de cosas vanas? El tiempo hay que invertirlo bien. Leer un libro, trabajar, hacer deporte o disfrutar con la familia, son formas sabias de invertir el tiempo.

Si pretendes alcanzar tus sueños pero duermes exageradamente o inviertes las horas más productivas del día en la Internet o en redes sociales, entonces no te asombres que te alcance la ruina. Si pretendes llegar lejos, debes usar bien tú tiempo. Agenda tus actividades y detalla cuanto tiempo trabajarás, descansarás, pasaras tiempo con tu familia, servirás en la iglesia, compartirás con amigos, etc.

TU DESAFÍO R12.2

Ordena tu vida espiritual. Dedica el tiempo necesario para orar, leer la Biblia y congregarte. Pon orden a la administración de tus bienes y recursos económicos. Pon orden en tus afectos amando a quien debes amar y �nalmente distribuye bien tú tiempo. Descansa a la hora correcta para brindarle a tu cuerpo la restauración necesaria.

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