¡Cambia tu mente, cambia tu vida!

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Principio # 10: PerdonarGénesis 50:15-21Pasaje clave: Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.Texto de apoyo: Efesios 4:32

ESTE ES EL CONTEXTO DEL RELATO

Canaán, tierra de Jacob, fue alcanzada por el hambre. Conociendo Jacob que en Egipto había reservas de alimento, envió a sus hijos, hermanos de José, a comprar víveres. Inocentemente se dirigieron a Egipto sin saber que su hermano, aquel que habían planeado matar y que luego vendieron a comerciantes egipcios, ahora estaba a cargo de toda la nación y administraba todas las bodegas de víveres.

Cuando llegaron a Egipto, José pudo reconocer a sus hermanos, pero ellos no lo reconocieron a él. ¿Se negaría José a darles comida? Cualquiera en los zapatos de José, con el poder que lo respaldaba y “teniendo el sartén por el mango”, intentaría saldar aquella vieja deuda con sus hermanos, castigándolos de cualquier manera. Pero no ocurrió así con José. A pesar de sus dolorosas memorias, él los ayudó. Con un corazón sensible y posiblemente con sentimientos encontrados, otra vez, triunfó el amor.

ASÍ SE RELACIONA EL RELATO CON NOSOTROSTodos en algún momento nos enfrentaremos a una situación similar a la de José con sus hermanos. Un familiar, amigo o hermano en la fe que un día nos ofendió, lastimó o burló nuestra con�anza, experimentará malos tiempos y entonces necesitará nuestra ayuda. ¿Qué haremos? ¿Qué espera Dios de nosotros? Que perdonemos. José tuvo una gran lucha en su interior al recordar todo el mal que sus hermanos le habían causado, pero no se dejó vencer por el rencor, valientemente decidió ayudarlos. A pesar de que José había alcanzado el éxito en la nación más poderosa de aquel entonces, él debía cerrar una herida que por mucho tiempo estuvo abierta. Dios, mejor que nadie, sabe que las deudas del corazón se saldan cuando se abre espacio al perdón; y tanto José como sus hermanos lo necesitaban. Nadie puede ser feliz mientras existan sentimientos como el resentimiento, ira o rencor por causa del pasado. El perdón es la opción divina a través del cual podemos alcanzar la libertad.

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ESTE ES EL PUNTO

¿A quién(es) debes perdonar? Tal vez alguien te ofendió, mintió o atentó contra tu integridad; probablemente desde ese día tu corazón no fue el mismo. Lograrás la paz cuando te hagas consciente que no fuimos creados con la capacidad de ser felices mientras odiamos. No es posible experimentar la libertad plena estando atados a las memorias dolorosas de la decepción o la amargura. La falta de perdón arruina vidas, destruye sueños y opaca toda expresión de alegría. Si decidieras perdonar hoy, obtendrás:

1. Libertad: el odio o el resentimiento son prisiones espirituales en las que muchos han caído, y nadie podrá salir de ellas a menos que decida perdonar. Los sentimientos que despierta una ofensa, son semejantes a grandes piedras atadas a nuestros pies. Esos sentimientos te roban la capacidad de ser feliz y disfrutar la vida a plenitud. No hayas descanso y todo el tiempo, en cualquier circunstancia, desearías devolver la “cinta” de tu vida para evitar aquellos tiempos de dolor. La realidad es que eso es imposible y persistir en esa búsqueda es perder el tiempo, lo sabio, es perdonar.

Perdonar no necesariamente implica olvidar, ciertamente los seres humanos fuimos creados con la capacidad de almacenar recuerdos voluntaria o involuntariamente. Sin embargo, cuando hablo de libertad, quiero referirme a que, aun cuando esos recuerdos permanezcan nuestro futuro no estará atado a ellos, por tanto, no debería afectar de manera negativa nuestras siguientes decisiones o el desarrollo de nuestra vida. El perdón es semejante a una llave que abre la cerradura de la prisión del odio y la amargura permitiéndonos vivir en completa libertad. 2. Sanidad: La falta de perdón es clasi�cado en los libros médicos como una enfermedad. Según el Dr. Steven Standiford, jefe de cirugía en el Cancer Treatment Centers of America, negarse a perdonar hace que la gente siga enferma y los mantiene de esa manera. Con esto en mente, la terapia del perdón está siendo utilizado para ayudar a tratar enfermedades, como el cáncer. "Es importante para el tratamiento de heridas o trastornos emocionales porque realmente pueden obstaculizar las reacciones de alguien a los tratamientos, incluso la voluntad de alguien para seguir el tratamiento", explicó Standiford.

De todos los pacientes con cáncer, el 61 por ciento tiene problemas de perdón, y de ellos, más de la mitad son graves, de acuerdo con la investigación por el Dr. Michael Barry, un pastor y el autor del libro, El Proyecto de perdón. Un veneno para el cuerpo es no saber perdonar; pues el primer paso para aprender a hacerlo es darse cuenta de lo mucho que hemos sido perdonados por Dios. "Cuando una persona perdona de corazón es capaz de encontrar la paz”, dijo Barry; dado que la mayoría de las personas no se dan cuenta que la ira y el odio son una carga hasta que los dejan ir.

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3. Reconciliación: no siempre, una vez se perdona, se produce instantáneamente la reconciliación, sin embargo, la restauración de las relaciones es una tarea importante en la agenda de Dios y debería serlo también en la nuestra. Jesús vino al mundo para que a través de su muerte recibiéramos el perdón de Dios y a su vez, pudiéramos experimentar la reconciliación con el Padre (2 Corintios 5:19). El perdón no sólo es un paso para alcanzar la paz personal, sino también un eslabón para la reconstrucción de relaciones rotas. Un matrimonio sólo podrá experimentar la restauración cuando esté dispuesto a darle lugar al perdón.

Te preguntarás: ¿después de tanto tiempo se puede restaurar una relación rota? Si. Pregúntale eso al José de la Biblia y te dirá lo mismo. Pasaron muchos años antes de su reencuentro con sus hermanos. Sin embargo, entre lágrimas y diversos sentimientos él fue obediente a la voluntad de su padre Jacob: el perdón de la maldad de sus hermanos. Fíjate en algo: no le pidió que los perdonara por sus egoístas detalles. Le pidió que los perdonara por haberle causado un daño tan profundo como es el rechazo e incluso, por un serio intento de matarlo. ¿Continuarás enojado(a) por un pequeño detalle?

TU DESAFÍO R12.2

¿Tienes en tu corazón sentimientos negativos por causa de una ofensa? Si identi�cas sentimientos como el odio, la amargura o el resentimiento, lo mejor es que, con la ayuda de Dios te concentres en perdonar de tal manera que experimentes la libertad plena que Jesucristo provee. En muchos sentidos, la falta de perdón produce diversas enfermedades que van desde lo espiritual, hasta las afecciones físicas. Perdonando estarás más cerca de tu sanidad. ¿Por qué perseverar en la desunión cuando el acto del perdón puede acercar a dos personas incluso cuando sus pensamientos son diferentes? Reconciliarte con aquella persona que te lastimó es lo que sin darte cuenta, necesitas con urgencia.