¡Cambia tu mente, cambia tu vida!

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Principio # 7: La �rmezaGénesis 25:27-34Pasaje clave: Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.Texto de apoyo: 2 Timoteo 1:7

ESTE ES EL CONTEXTO DEL RELATO

Esaú y Jacob lucharon entre sí desde que estaban en el vientre de Rebeca. En el parto, Esaú salió primero, pero Jacob su hermano lo sujetó por el talón. Al parecer, esta fue la primera lucha que tuvieron por los derechos de la primogenitura. En la cultura oriental, la primogenitura tiene una connotación distinta a la de la cultura occidental. Para los orientales, nacer primero es un gran privilegio que le otorga al hombre múltiples derechos a los que los hijos menores no pueden acceder mientras el mayor siga vivo.

En contraste, en la cultura occidental nacer primero tiene una connotación de responsabilidad más que de privilegio. Cuando el padre está ausente, el hijo mayor debe trabajar y velar por el bienestar de sus hermanos a sabiendas que los errores que este cometa, afectará gravemente a sus hermanos. Ahora bien, Jacob deseaba los privilegios de su hermano, así que se aprovechó una necesidad natural (comer) para pedirle que jurara renunciar a su primogenitura a cambio de un poco de comida.

ASÍ SE RELACIONA EL RELATO CON NOSOTROSAl sentirnos presionados, corremos el riesgo de tomar malas decisiones y con ellas, perder las bendiciones que Dios nos quiere dar. Cuántos de nosotros, después de leer o escuchar una historia bíblica acerca de alguien que tomó una mala decisión, hemos dicho: ¡Yo jamás haría eso! ¿Matar a un hermano por celos? ¿Traicionar a Jesús? ¿Acostarse con la esposa de otro hombre, y luego asegurarse de que éste muera? ¿Quedarse dormido cuando Jesús pide respaldo en oración? De ninguna manera —yo no.El impulso de buscar la satisfacción inmediata no es nada nuevo, aunque sí parece haberse convertido en una epidemia en nuestra sociedad moderna. Desde el comienzo del tiempo, los seres humanos se han apresurado a renunciar a la recompensa eterna, por el dolor, la necesidad o el alivio momentáneo. La perseverancia no viene por naturaleza ni es fácil, pero la bendición espera a quienes perseveran (Stg 1:12; 5:11). Te animo a perseverar, Dios no te dejará ni te desamparará.

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ESTE ES EL PUNTO¿Estás presionado? De alguna u otra forma, todos lo estamos. La fuerza que la sociedad moderna ejerce sobre nuestra razón y voluntad es enorme. Pero no debe asombrarnos, Jesús estuvo presionado por las políticas corruptas y egoístas del rey Herodes y el libertinaje promovido por el imperio romano. Ante su muerte, los apóstoles se sintieron presionados a regresar a sus antiguos trabajos a pesar que en ellos había un llamado celestial. Pablo fue puesto en una prisión por liberar de un espíritu de adivinación, a una mujer que hombres malintencionados usaban para ganar dinero. Sin importar cuál sea tu presión, valora ahora los privilegios que tienes, de�éndelos y no los cambies por placeres, recompensas o incentivos momentáneos, tampoco por temor. Aunque las necesidades lleguen en diferentes circunstancias, la vida nos exigirá mantener un carácter �rme. Estas son las bases para la �rmeza de carácter del cristiano:

1. La Biblia: las Sagradas Escrituras son la principal fuente del carácter cristiano. Ellas nos ayudan a equilibrar las emociones, los deseos y las convicciones. Es necesario reconocer que las emociones hacen parte de la personalidad del ser humano. Fuimos creados así por Dios. Sin embargo, cuando somos guiados únicamente por ellas, nos exponemos a tomar malas decisiones; no se diga cuando hacemos de los deseos la brújula de nuestra vida. Por esta razón el creyente requiere fuertes convicciones en su corazón. Las convicciones no son más que el fruto de los principios de la Palabra de Dios, sembrados en el corazón.

El carácter �rme se funde sobre verdades absolutas. En un mundo en el que todos parecen tener la verdad y aquellos que desconocen a Dios son los que aconsejan esta generación, es necesario volver a la Biblia. Tanto el pecado como los hábitos destructivos, ambos, se van haciendo más llamativos cuando nos alejamos de la poderosa palabra de Dios. Recuerde a Esaú, cuyo apetito fue de tal manera irresistible, al punto que su primogenitura perdió importancia y al �nal concluyó que era inútil conser-varla. Cuando un fuerte deseo toca el corazón de un hombre que no ha hecho de las enseñanzas de la Biblia su �ltro, fácilmente puede encontrarse en el camino de la destrucción. Tú puedes hacer la dife-rencia. 2. La determinación: la Biblia menciona en repetidas ocasiones la necesidad de que el cristiano decida y en sus decisiones camine. Por ejemplo en el libro de Job 22:28 “Determinarás asimismo una cosa, y te será �rme, y sobre tus caminos resplandecerá luz”. Dios ilumina el camino de aquellos que se determinan y que no son de doble ánimo. Perdemos crédito ante los demás cuando cambiamos de opinión sin fundamento alguno y negociamos nuestras convicciones. Jesús enseño: Simplemente di: “Sí, lo haré” o “No, no lo haré”. Cualquier otra cosa proviene del maligno. Mateo 5:37 (NTV).Seamos honestos. A veces el tramo más difícil del camino al éxito no está en la decisión, sino en mantenerse en ella. El pueblo de Israel salió con gran poder y riquezas de Egipto. Estaban avanzando

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hacia la libertad con gozo y absoluta esperanza, sin embargo, todo cambió cuando se encontraron frente al mar rojo y al mirar atrás lo único que vieron fue un ejército iracundo invadido por un deseo desbordante por matarlos. Fue entonces cuando quisieron retornar a Egipto. Enseñanza: aquellos que tienen éxito, saben que un ejército a su espalda y un amplio mar delante de sus pies, jamás podrá ahogar el propósito de Dios. Persevera en lo que determinaste, si la Biblia lo aprueba, entonces avanza, puedes encontrarte a escasos pasos de llegar a la tierra prometida.

3. El propósito: cuando el Espíritu de Dios en sintonía con las Escrituras nos revela su propósito, viene tanta claridad a nuestra razón, que a la vez recibimos la capacidad de elegir todo aquello que le conviene al desarrollo de dicho propósito. Cuidar y defender tu propósito te dará �rmeza de carácter y a su vez, abrirá nuevos caminos para que avances. Por tanto, todo lo que debilite tu pasión por él o todo lo que opaque su brillo en ti, debes considerarlo una amenaza. Cometemos muchos errores cuando desconocemos o ignoramos el propósito de Dios. y en muchos casos el problema no es que se desconozca, sino que se pierda el interés por él. Si le ocurrió a Esaú ¿acaso nos podría ocurrir a nosotros?

La historia de José es diferente ¿Recuerdas lo que hizo cuando la bella mujer de Potifar lo tentó? Aquí vemos a un hombre resuelto a defender el propósito que Dios tenía para él. José requirió un carácter �rme para considerar las consecuencias de su pecado, pero aún más importante que eso, la gran maldad que haría si accedía y la ofensa por su pecado a Dios. Una de las maneras como el enemigo sutilmente nos engaña, en sembrando en nosotros “semillas” de auto-�exibilidad, haciéndonos pensar que nuestras malas acciones no pueden ser tan destructivas como imaginamos y aun cuando lo fueran, Dios las pasará por alto. Tal pensamiento nos hace �uctuantes en nuestra vida cristiana.

TU DESAFÍO R12.2

La �rmeza del carácter comienza con la lectura y estudio de la Biblia. Ella te a�rmará en Dios y te guiará al éxito. En las Escrituras siempre encontrarás una historia semejante a la tuya, conocerla te brindará esperanza. Haz todo con determinación. De esta manera no claudicarás en tus metas u objetivos. Lucha por tu propósito. Cuídalo y esfuérzate por no perderlo. Vive consiente de que siempre pagaras un alto precio por eso, pero la recompensa de Dios para ti será en gran manera generosa.

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