Callejones sin salida

3
Callejones sin salida Cierto escritor dijo: “A veces el adolescente que no se conoce bien a sí mismo y que se tiene en poca estima trata de crearse una fachada con la cual enfrentarse al mundo”. Los papeles que se crean algunos son conocidos: El peleón, el libertino, el fanático de la música “punk”, que viste de modo extravagante. Pero tras esa fachada esos jóvenes todavía luchan con sentimientos de inferioridad. (Proverbios 14:13.) Por ejemplo, considera el caso de los que practican el amor libre o la promiscuidad sexual “para disipar sentimientos de depresión, aumentar el amor propio [imaginándose que alguien los quiere], conseguir intimidad y, con la preñez, ganar el amor y la aceptación incondicional de otro ser humano... un bebé” (Coping With Teenage Depression [Cómo tratar con la depresión en la adolescencia]). Una joven desencantada escribió: “Traté de hallar consuelo en las relaciones sexuales en vez de edificar una sólida relación con el Creador. Todo lo que conseguí fue un vacío, soledad y mayor depresión”. Por lo tanto, ten cuidado con esos callejones sin salida. Unas palabras de advertencia ¡Nota que muchas veces las Escrituras advierten contra el pensar demasiado de uno mismo! ¿A qué se debe esto? Parece que la mayoría de nosotros, en nuestros esfuerzos por

Transcript of Callejones sin salida

Page 1: Callejones sin salida

Callejones sin salida

Cierto escritor dijo: “A veces el adolescente que no se conoce bien a sí mismo y que se tiene en poca estima trata de crearse una fachada con la cual enfrentarse al mundo”. Los papeles que se crean algunos son conocidos: El peleón, el libertino, el fanático de la música “punk”, que viste de modo extravagante. Pero tras esa fachada esos jóvenes todavía luchan con sentimientos de inferioridad. (Proverbios 14:13.)

Por ejemplo, considera el caso de los que practican el amor libre o la promiscuidad sexual “para disipar sentimientos de depresión, aumentar el amor propio [imaginándose que alguien los quiere], conseguir intimidad y, con la preñez, ganar el amor y la aceptación incondicional de otro ser humano... un bebé” (Coping With Teenage Depression [Cómo tratar con la depresión en la adolescencia]). Una joven desencantada escribió: “Traté de hallar consuelo en las relaciones sexuales en vez de edificar una sólida relación con el Creador. Todo lo que conseguí fue un vacío, soledad y mayor depresión”. Por lo tanto, ten cuidado con esos callejones sin salida.

Unas palabras de advertencia

¡Nota que muchas veces las Escrituras advierten contra el pensar demasiado de uno mismo! ¿A qué se debe esto? Parece que la mayoría de nosotros, en nuestros esfuerzos por adquirir confianza en nosotros mismos, tendemos a pasarnos de la raya. Muchos se hacen egotistas y exageran muchísimo sus conocimientos prácticos y aptitudes. Algunos se elevan sobre otros mediante humillarlos.

En el primer siglo de nuestra era común había rivalidad intensa entre los judíos y los gentiles (no judíos) de la congregación cristiana de Roma. Por eso, el apóstol Pablo les recordó a los gentiles que solo mediante “la bondad” de Dios se les había ‘injertado’ en un puesto de favor ante Dios. (Romanos 11:17-36.) También los judíos que se creían muy justos tenían que encararse a sus propias imperfecciones. “Porque todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios”, dijo Pablo. (Romanos 3:23.)

Page 2: Callejones sin salida

Pablo no los despojó de su estima propia, sino que les dijo: “Pues por la bondad inmerecida que se me ha dado digo a cada uno [...] que no piense más de sí mismo de lo que sea necesario pensar”. (Romanos 12:3.) Así que aunque sea “necesario” tener cierta medida de amor propio, uno debe evitar los extremos en este asunto.

Como menciona el Dr. Allan Fromme: “La persona que se tiene a sí misma en buen concepto no se siente triste, pero tampoco tiene que estar en un estado de felicidad delirante. [...] No es pesimista, aunque su optimismo no es desenfrenado. No es ni temeraria ni está libre de temores específicos [...] Se da cuenta de que no siempre tiene éxito sobresaliente, y que no es un fracaso perenne [continuo]”.

Por lo tanto, sé modesto. “Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.” (Santiago 4:6.) Reconoce los factores que te favorecen, pero no pases por alto tus faltas. Más bien, esfuérzate por corregirlas. Todavía dudarás de ti mismo de vez en cuando. Pero no debes dudar nunca de tu propia valía ni de que Dios se interesa en ti. Porque “si alguien ama a Dios, este es conocido por él”.