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  • VIDA DEL PADRE PO por Enrique Calic.

    Fundacin Gratis Date - www.gratisdate.org

    Introduccin

    Una figura como la del Padre Po, con su costado sangrante, con los estigmas en pies y manos durante cincuenta aos; que se enfrentaba fsicamente al demonio con frecuencia; que tena el don sobrenatural de profetizar y de conocer el interior de las conciencias; el don de bilocacin en repetidas ocasiones, etc.; un santo con estas caractersticas ha sido suscitado por Dios para sacudir la incredulidad de nuestro siglo y para escndalo de las mentes secularizadas.

    Qu explicacin cabe dar al fenmeno popular suscitado por el Padre Po?

    Vittorio Messori ha visto en esta devocin popular hacia al Padre Po una especie de rebelin de los laicos hacia una parte del clero que ha cado en una trampa racionalista.

    No podemos olvidar que es Dios quien suscita todos y cada uno de los modelos de santidad. Algo querr decirnos con los dones msticos que ha dado el Padre Po, ponindolo como signo de la prioridad de lo sobrenatural, ante los ojos de este mundo. El Padre Po es un santo para tiempos de secularizacin!

    Jos Ignacio Munilla Aguirre Parroquia de El Salvador - Zumrraga (Guipzcoa)

    Prlogo

    Desde que le la primera obra de Enrique Calic, Momentos de una vida, la recomend verbalmente y por escrito, y lo mismo he continuando haciendo con todas sus numerosas obras posteriores. Los motivos son muchos. El ms importante es que toda la obra escrita de Calic es un mensaje de esperanza y de alegra, fundado en su sano sentido comn y sobre todo en su firme y valiente fe, que llevan siempre al amor de Dios, a los dems, y a todo lo creado, por y para Dios. Siempre he podido comprobar que su lectura hace mucho bien a los ms variados lectores, independientemente de la edad, de la profesin, del grado de cultura y hasta del modo de pensar.

    En el presente libro ofrece una completa biografa de lo que se llam el caso del Padre Po, por la serie de fenmenos extraordinarios que acompaaron a su vida mstica, como visiones, bilocaciones, curaciones, profecas y la reproduccin de los estigmas que Cristo sufri al ser crucificado. El mejor Prlogo a esta obra, aunque pueda sorprender a algunos, va a ser recordar la doctrina de Santo Toms sobre la mstica.

    Ensea el Aquinate que slo Dios puede producir el conocimiento mstico en el hombre mediante la actuacin de los dones del Espritu Santo. A diferencia de las virtudes infusas como son las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad), las cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza) y sus derivadas, en las que Dios es causa principal primera, y la criatura, causa principal segunda subordinada, los dones del Espritu Santo sabidura, entendimiento, ciencia, consejo, piedad, fortaleza y temor de Dios tienen como causa principal nica al Espritu divino y la criatura slo es causa instrumental.

    Las virtudes infusas son ms perfectas que las virtudes adquiridas, que se obtienen por la repeticin de actos, puesto que su origen es sobrenatural. Sin embargo, por ser recibidas en las facultades humanas y actuadas por ellas, aunque bajo la mocin divina de la gracia actual, sus actos se producen al modo humano y se acomodan as a su imperfeccin. Adems, en su ejercicio el sujeto est en pleno estado activo y tiene conciencia de que es l quien obra, cuando y como quiere. En cambio, los dones, que son movidos por el mismo Espritu Santo, hacen actuar a las virtudes infusas al modo divino o sobrenatural, de un modo proporcionado a su propia naturaleza. Ya no estn reguladas por la razn humana, que las hace imperfectas.

  • Bajo el rgimen de la razn, en el que actan las virtudes infusas, en lo que se denomina asctica, es imposible que se produzcan experiencias plenas de lo divino. En cambio, la mstica es un efecto de la actuacin de los dones, que se reciben conjuntamente con la gracia y las virtudes infusas, que como potencias o como elementos dinmicos sobrenaturales son inseparables de la gracia santificante, que constituye como la esencia, o elemento sustentante y esttico, del organismo sobrenatural.

    Al igual que el alma humana no percibe directamente sus hbitos naturales sino slo por sus actos, los dones, que como las virtudes son hbitos sobrenaturales infundidos por Dios, y que requieren la gracia actual, slo se perciben cuando actan. De cada actuacin de un don resulta una acto mstico. Su intensidad depender de la del don.

    Si estos actos se producen de forma repetida y predominante se entra en el pleno estado mstico. Es un estado sobrehumano de practicar las virtudes, en la que caben muchos grados, pero extraos a la psicologa humana, desde el insensible hasta el totalmente predominante. En todos ellos, se da un ejercicio sobrehumano de las virtudes, especialmente la fe, la esperanza y la caridad.

    Tales estados producen ordinariamente el sentimiento o la experiencia de Dios, acompaada de la conciencia de que tal impresin no ha sido producida por su sujeto ni que pueda retenerla ms tiempo del que quiera el agente extrao y misterioso que la produce. El sujeto es pasivo, aunque no absolutamente, porque reacciona consintiendo de manera voluntaria y libre. En este estado mstico, el efecto esencial y primario de los dones es producir la actuacin de las virtudes de un modo sobrehumano, de un modo divino, distinto de su simple actuacin al modo humano, caracterstica esencial del estado asctico. El segundo efecto, accidental y secundario es la experiencia de lo divino. A veces el don acta en su plenitud y produce los dos efectos. Otras veces slo ejerce su aspecto esencial, dejando en suspenso el segundo. En ambos casos hay un acto mstico. Si son frecuentes e intensos aparece el estado mstico, un estado habitual de predominio de los dones sobre las virtudes.

    El estado mstico por excelencia es la contemplacin, producida por los dones intelectivos de sabidura el juzgar rectamente segn razones divinas, inteligencia la penetracin profundsima en los misterios sobrenaturales y ciencia el juzgar rectamente de las cosas creadas, que actan respectivamente sobre la caridad, la fe y la esperanza. Los dones de consejo el juzgar rectamente de lo referente a la conducta prctica, de piedad que excita el afecto filial hacia Dios y la fraternidad universal, de fortaleza que lleva al herosmo ms perfecto, de temor que perfecciona la esperanza y la templanza, que actan respectivamente sobre las virtudes cardinales de la prudencia, justicia, fortaleza y templanza, tambin crecen a la vez que los anteriores.

    La contemplacin, que es un acto intelectual y amoroso, no proporciona una experiencia clara y distinta de Dios, sino oscura y confusa, aunque a veces va acompaada de fenmenos extraordinarios como visiones y revelaciones, que son fruto de nuevas gracias.

    Tampoco se puede expresar con propiedad lo percibido contemplativamente. La experiencia mstica es inefable, por trascender como sobrenatural el modo discursivo de la razn del hombre, y se produce de diversas formas, con predominio del entendimiento o de la voluntad, suave y deleitable o violenta y dolorosa (arrobamiento y rapto). Tiene repercusiones en el cuerpo, aunque no se dan siempre.

    Uno de estos efectos corporales ms conocido es el xtasis, que consiste en la enajenacin total de los sentidos, y, por tanto, es como estar fuera de s por la unin ntima con Dios. La absorcin del espritu, en este acto contemplativo, repercute en el cuerpo, que queda como falto de energas, de modo parecido al que se entrega totalmente a lo material, le queda el espritu como debilitado para sus propias operaciones. Adems de la suspensin de los sentidos externos o internos, segn los grados, el xtasis provoca la insensibilidad e inmovilidad absoluta, cambio de expresin en el rostro, y a veces fenmenos sorprendentes como la estigmatizacin, las lgrimas, el sudor de sangre, el ayuno prolongado, privacin del sueo, la traslacin corporal casi instantnea de un sitio a otro, la bilocacin, la levitacin, el trnsito del cuerpo a travs de otro, la irradiacin de resplandores y la exhalacin de olores perfumados.

    La mstica tambin produce fenmenos de orden afectivo incendios de amor y de orden cognoscitivo visiones corporales (apariciones), visiones imaginarias, visiones intelectuales, locuciones auriculares,

  • imaginarias, intelectuales, revelaciones, discernimiento de espritus o conocimiento sobrenatural de secretos ntimos, reconocimiento de cosas sagradas, y otros. Sin embargo, el xtasis y estos fenmenos no son esenciales del estado mstico, sino solamente uno de sus signos.

    Toda esta profunda doctrina implica que la asctica y la mstica se compenetran mutuamente. No hay un estado asctico puro ni uno mstico exclusivamente. La distinta denominacin se hace segn el predominio de los actos ascticos o msticos. Tambin supone que la mstica no es un don anormal o extraordinario, ya que comienza en el estado asctico y todo cristiano participa de alguna manera de ella.

    Por ltimo, conviene saber que la plena perfeccin cristiana est en la mstica. Las virtudes infusas no pueden lograr su perfeccin, que es en lo que consiste la perfeccin cristiana, sobre todo la virtud de la caridad, el amor a Dios y por Dios, si no es bajo la influencia de los dones del Espritu Santo actuando sobre ellas al modo divino o sobrehumano, y, por tanto, en la vida mstica. De manera que la llamada universal a la perfeccin o a la santidad lo es a la mstica.

    En su cuento El principito, SaintExupry pone en boca de uno de sus personajes: ste es mi secreto. Es muy sencillo: no se ve bien ms que con el corazn. Podra decirse que el gran secreto que nos revela Enrique Calic, y que ha aprendido del Padre Po, es que se ve mejor y se ama ms con los dones del Espritu Santo. Hay que pedir siempre los dones del Espritu Santo, porque son necesarios para la misma salvacin eterna.

    Eudaldo Forment Facultad de Filosofa, Universidad de Barcelona

    1

    Vocacin precoz y primeros signos

    Con la gracia de Dios, comienzo la grata labor de escribir una Vida del Padre Po de Pietrelcina. Hay ya muchos escritos sobre l en diversas lenguas, pero yo he querido aqu hacer una presentacin breve y fiel de esta santa figura, una de las ms notables y atrayentes del siglo XX, para colaborar as a su conocimiento en el mundo de habla hispana, en el que quiz no es suficientemente conocido. Todos los datos, dilogos, frases, etc. que ir citando en los captulos que siguen, todos estn tomados con exactitud de fuentes absolutamente fidedignas, que no he citado en cada caso para no hacer laboriosa la lectura de este breve libro.

    Pietrelcina es un pueblecito del Benevento italiano, algo alejado al sudeste de Npoles. Lugar montaoso, con pequeos pueblos colgados en suaves colinas, tierra de olivos y viedos. All naci, el 25 de mayo de 1887, Francesco Forgione, a quien ms tarde conocer el mundo entero como Padre Po, el capuchino de los estigmas.

    Su padre, Grazio Maria Forgione, se haba casado con Maria Giuseppa Di Nunzio seis aos antes, cuando ambos tenan veintin aos. Vivan de trabajar un trozo de tierra no mucho mayor de una hectrea en las afueras del pueblo, a una hora andando, que ella haba aportado como dote y daba lo suficiente para sustentar a la que esperaban ser una numerosa familia, aunque sin grandes holguras. Los Forgione y sus cinco hijos no eran pobres. Propietarios tambin de su vivienda, modesta y algo reducida, jams pasaron hambre y vestan decentemente.

    En tiempo de cosecha, Giuseppa, conocida como Mamma Peppa, acompaaba a Grazio en las labores del campo. Tenan asimismo una vieja granja con patos, gallinas, algunas ovejas, conejos... y en donde guardaban los aperos de labranza.

    Hay que resaltar de Mamma Peppa que era una ferviente creyente, muy piadosa y entregada a su marido con una solicitud total. Todas las noches, al regresar a casa, la familia se detena un momento en la iglesia para rezar el ngelus.

  • En este ambiente de vida sencilla, de trabajo y de piedad, nace Francesco, cuarto hijo del matrimonio. Dos de sus hermanitos mayores se los haba llevado Dios al cielo y la madre, mirando a Francesco, se preguntaba:

    Tambin a ste lo tomar Dios?

    Y as fue en realidad, pero de otra forma.

    Experiencias msticas

    A los cinco aos ya empez nuestro Francesco a sentir la llamada de Dios.

    Grazio: Dnde est Francesco?

    Giuseppa: Ya sabes, Grazio, a estas horas l va a visitar a Ges y a la Madonna.

    Y fue creciendo en este ambiente familiar religioso, sin ocultar a sus padres sus deseos de ser sacerdote, sin ser todava consciente de si esos deseos eran o no su verdadera vocacin. Indicios los haba, pues como muy bien se ha sabido con posterioridad, desde esa corta edad ya haba tenido experiencias msticas de signos opuestos, con visiones de la Santsima Virgen y de su ngel Custodio, hasta el punto de llegar a creer que era cosa normal y corriente para todos los creyentes:

    Padre Caruso, algunas veces cuando regreso a casa me encuentro a un hombre vestido de sacerdote que no me deja pasar. Entonces llega un muchacho joven con los pies desnudos, hace la seal de la cruz y el sacerdote desaparece al instante.

    Y t que haces, hijo?

    Yo? Pues le doy las gracias a ese muchacho y ya puedo entrar en mi casa.

    Tena nuestro Francesco nueve aos cuando fue con su padre a Altavilla Irpina, localidad distante unos veintisiete kilmetros. Era da de feria y fiesta a la vez. Se honraba a su santo patrn, San Pellegrino Mrtir, y una muchedumbre acuda a la santa misa que celebraba el obispo. La ceremonia fue larga y solemne, y contrastaba con las miserias humanas llegadas a suplicar una gracia a San Pellegrino. Terminada la ceremonia, muchos peregrinos permanecieron all invocando al santo. Entre stos destacaba una madre, joven, que gritaba ms que los otros y tenda haca la imagen a su hijo lisiado y deforme, que daba unos gruidos ininteligibles.

    Francesco le dijo a su padre, que ya iba a salir de la iglesia:

    Espera, pap, un momento.

    En un arrebato, la pobre mujer ech a su hijo sobre el altar, a los pies de la imagen del santo:

    Si no quieres curarlo, qudate con l!

    Ante la sorpresa general, aquel ser retorcido, aparentemente curado, se puso a andar por primera vez en su vida. La madre no crea lo que estaba viendo. Todos los peregrinos gritaron:

    Milagro!

    Un da nos dir el padre Raffaele, confesor y uno de los pocos confidentes de verdad del Padre Po:

    Cuando Piuccio me cont este milagro, llor abundantemente y no pudo aadir ms palabras. Fue como el anuncio de tantas cosas misteriosas que Dios iba a realizar ms adelante por medio del futuro Padre Po.

    El apoyo de la familia

  • Su madre le haba contagiado su gran devocin a San Francisco, y l, adems, a su corta edad, gustaba de pasar horas y horas de contemplacin en la iglesia del pueblo llamada Santa Maria degli Angeli, en la capilla dedicada a Santa Ana, justo donde debajo del altar yacen los restos de San Po Mrtir.

    Mamma Peppa: Grazio, parece que la decisin de Francesco de ser sacerdote va en serio.

    Grazio: S, parece que s. Y qu podemos hacer?

    Mamma Peppa: Pues tendra que estudiar algo ms que aprender slo a leer y a escribir. No te parece?

    Grazio: S, creo que s. Hablar con don Tizzani, creo que l le podra ensear, pues es hombre de letras.

    Don Tizzani acept.

    Grazio: He hablado con don Tizzani. Le dar lecciones de italiano por 50 liras al mes.

    Mamma Peppa: Dios mo! Y cmo vamos a costear esto? Si es lo que valen 20 kilos de trigo! Y encima tenemos deudas pendientes.

    Grazio: Para solucionarlo he tomado la decisin de ir a Amrica. Dicen que hay trabajo y lo pagan muy bien. Pronto os podr mandar dinero.

    Mamma Peppa: Que Dios nos socorra! Todo sea para que el chico llegue a ser un buen sacerdote. Cudate mucho, Grazio, y vuelve pronto, amor mo!

    El padre embarc hacia Nueva York en 1898. Francesco tena solamente once aos y no le volvera a ver hasta 1903. En 1910 Grazio volvi a embarcarse, esta vez rumbo a Argentina, donde pas siete aos ms.

    El Padre Po, visiblemente emocionado, dir varias veces a lo largo de su vida.

    Mi padre tuvo que exiliarse dos veces para que yo pudiera hacerme capuchino.

    As pues, Francesco, con sus once aos cumplidos, tena muy claro que quera ser sacerdote y le atraa sobremanera la orden de los capuchinos. Cada da se presentaba en casa de don Tizzani, pero no avanzaba en los estudios.

    Mamma Peppa: Francesco, hijo mo, me ha dicho don Tizzani que no adelantas nada, que tu inteligencia est cerrada y que no hay nada que hacer.

    Francesco: Mamma, puede que mi cerebro est cerrado, pero el corazn de l es malo. Por eso no puedo aprender nada.

    Con el tiempo se supo que don Tizzani era un sacerdote que se haba secularizado para poder vivir con una de sus feligresas. Instinto espiritual el del muchacho que slo es comprensible bajo el misterio de una presencia sobrenatural que le ir acompaando a lo largo de su vida.

    Mamma Peppa decidi enviar a Francesco a otro profesor, Angelo Cccavo. De inmediato empez a progresar de tal forma que en dos aos recuper todo el tiempo perdido con anterioridad. Gustaba de estudiar en la torretta, habitacin separada del resto de la casa, situada sobre un peasco, a la que se acceda desde fuera por una escalera empinada. All se respiraba tranquilidad y silencio.

    Francesco: Mamma, qu bien se estudia arriba en la Torretta!

    El hbito del Espritu Santo

    El 27 de septiembre de 1899, con doce aos, recibe su primera comunin junto a la confirmacin. Guardar de por vida en su corazn la emocin de aquel da. Quince aos ms tarde, ya sacerdote, sentira la misma

  • emocin al preparar a ms de cuatrocientos nios de Pietrelcina para la confirmacin. As deca la carta a su director espiritual:

    Lloraba de consuelo mi corazn, porque me acordaba de lo que el Espritu Santo me haba hecho sentir el da en que recib el sacramento de la confirmacin. Con el recuerdo de ese da me siento enteramente devorado por una llama muy viva que me quema, consume y no causa dolor.

    l es el encargado del correo familiar por ser el ms instruido. A su padre le cuenta sus progresos escolares, todo lo que ocurre en casa y...:

    Pap, que est decidido a ser sacerdote no es nada nuevo para ti, pero ahora ya s en qu Orden voy a ingresar, en la de los Capuchinos! le escribe a su padre el 15 de octubre de 1901. El ao prximo, si Dios quiere, todas las fiestas y todas las diversiones habrn acabado para m, porque abandonar esta vida de ahora para abrazar otra mejor.

    Y as fue. En junio de 1902 es admitido en el noviciado capuchino de Morcone, a sus 15 aos.

    Pero el paso a la vida religiosa no fue nada fcil para el muchacho que ya vena cosechando desde la infancia experiencias msticas de muy distinta ndole y una fuerte, fortsima, oposicin del mismsimo diablo que ya prevea su futura doble misin: participacin en los sufrimientos de Cristo y una intercesin llena de xitos en pro de las almas. Las visiones de una lucha sin cuartel con el diablo, quien terminaba huyendo, y posteriormente de Jess y Mara que lo alentaban y le aseguraban que saldra vencedor, eran el presagio de lo que le esperaba.

    2

    La dura prueba del noviciado

    El 6 de enero de 1903, despus de haber odo misa en Santa Maria degli Angeli, se despidi de todos, de su hermano, sus hermanas, primos, tos y vecinos.

    No estis tristes, parecis como si fuera un duelo. Y ponindose de rodillas, antes de subir al tren, se dirigi a su madre:

    Mamma, dame tu bendicin.

    Hijo mo, ahora ya no me perteneces a m, sino a San Francisco.

    Estas palabras de su madre, llenas de lgrimas, acudan ms tarde a su mente en los momentos en que los ataques del demonio eran ms furibundos, y ello le haca recobrar el valor.

    El don de lgrimas

    Aquel da, con tres compaeros ms de la regin Vincenzo, Salvatore y Giovanni, ingres en el convento de Morcone, bajo la tutela del maestro de novicios, el Padre Tommaso Da Monte Sant Angelo. De ste, un da el Padre Po nos dir:

    Era un poco severo, pero con un corazn de oro, muy bueno, comprensivo y lleno de caridad con los novicios.

    Las rgidas reglas, con disciplinas incluidas, que regan antao para los capuchinos y sus novicios, fueron desalentando a su compaero postulante Giovanni, quien crea que nunca podra soportar las mortificaciones y penitencias. Estaba a punto de abandonar, cuando su compaero Francesco le anim:

    Despus de haber hecho tanto para venir aqu vamos a irnos? Qu diran nuestros padres y quienes nos han orientado a esta casa? Poco a poco, con la ayuda de la Madonna y de San Francisco, tambin nosotros nos

  • acostumbraremos como se han acostumbrado los dems. Los que estn en este convento y en los otros tambin, no han sido como nosotros?

    Francesco, tienes razn pero yo soy tan dbil... Ay!... Bueno, sabes qu te digo? Me has dado fuerzas, voy a intentarlo de nuevo.

    Y as, al acabar el retiro, el 22 de enero, los cuatro postulantes tomaron el hbito.

    El padre Tommaso: Que el Seor te despoje del hombre viejo y de sus acciones. Acepta la luz de Cristo en seal de inmortalidad. Cristo te iluminar.

    Francesco Forgione tom por nombre el de Po de Pietrelcina, en honor a San Po Papa Mrtir a quien haba rezado con tanta frecuencia; y tambin en memoria de San Po V, el gran pontfice de la Contrarreforma y vencedor de los turcos en Lepanto.

    A todo lo largo del duro noviciado, fray Po fue siempre ejemplar y puntual en la observancia de la regla y los ayunos que para aquellos jvenes eran un verdadero suplicio. Se distingua tambin por el don de lgrimas que derramaba en abundancia, muy en particular en las meditaciones de la Pasin de Cristo. Tantas derramaba, que dejaba en el suelo trazas bien visibles. Para evitar miradas indiscretas tom la costumbre de extender en el suelo un pauelo antes de comenzar la meditacin diaria.

    Un fenmeno asombroso

    Pas un ao como novicio en Morcone, durante el cual conoci al padre Benedetto, quien sera su director espiritual junto al padre Agostino; con ambos mantuvo una larga y abundante correspondencia. El 22 de enero de 1904, al acabar la misa, pronunci sus votos temporales con estas palabras:

    Yo, hermano Po de Pietrelcina, pido y prometo a Dios todopoderoso, a la bienaventurada Virgen Mara, al bienaventurado Francisco, a todos los santos y a ti, padre mo, observar hasta el fin de mi vida la regla de los hermanos menores confirmada por Su Santidad el Papa Honorio, viviendo en la obediencia, la pobreza y la castidad.

    El padre provincial dijo entonces:

    Y yo, en nombre de Dios, te prometo la vida eterna si observas esas cosas.

    Mamma Peppa, all presente, muy emocionada:

    Hijo mo, ya eres entero hijo de San Francisco; que l te bendiga.

    El noviciado ha acabado, pero l deber continuar estudiando y prepararse para la ordenacin sacerdotal. Marcha con el hermano Giovanni, ahora fray Anastasio, a SantElia a Pianisi, donde su salud mejorar algo gracias a su clima, pero otra vez sentir los ataques visibles del diablo, cada vez ms violentos, incluso contra su integridad fsica. Tambin experimentar fenmenos msticos completamente diferentes, como el que le sucedi el 18 de enero de 1905 a sus 18 aos:

    ...Cuando estaba en el coro con el hermano Anastasio, de repente me encontr en una casa burguesa en la que el padre se estaba muriendo, al mismo tiempo que naca una criatura.

    Entonces la Santsima Virgen Mara se me apareci y me dijo: "Te encomiendo esta nia. Es una piedra preciosa en bruto; trabjala, pulimntala, hazla lo ms luminosa posible, porque un da desear adornarme con ella. No lo dudes, ella vendr a ti, pero antes la encontrars en San Pedro". Despus de esto me volv a encontrar en el coro.

    Sinti la necesidad de poner por escrito este hecho inslito y entregarlo al padre Agostino.

  • Igualmente asombroso es el resto de la historia. Aquella criatura, Giovanna Rizzani, un buen da de 1922 recibir el consejo de un confesor en San Pedro de Roma de ir a San Giovanni Rotondo. All se encamin y cul fue su sorpresa al reconocer en el Padre Po al capuchino que la haba confesado en San Pedro. Ms sorpresa se llev todava cuando el padre le cont haber asistido a su nacimiento en Udine y le dio toda clase de detalles. Giovanna ser ms adelante terciaria franciscana y fiel hija espiritual del padre Po.

    Se sabe que jams, ni en 1905 ni nunca, estuvo ste en Udine, cerca de Venecia. Ni en 1922 haba salido ni un solo da de San Giovanni Rotondo, lugar de su nuevo y definitivo convento.

    Este fenmeno de bilocacin de que fue objeto el Padre Po en numerosas ocasiones nunca se manifest por su propia voluntad, sino como un don de Dios y siempre para el bien de las almas.

    Enclenque, humilde, obediente

    Despus de dos aos y medio en SantElia a Pianisi, de trabajo escolar y espiritual, a pesar de su mejora inicial, su aspecto era enfermizo. Los pulmones continuaban hacindole sufrir igual que los desarreglos intestinales. Su semblante era plido como una pared encalada.

    El domingo 27 de enero de 1907, fray Po hizo por fin la profesin de los votos solemnes y perpetuos, que cumplir fielmente en grado sumo, y, como veremos ms adelante, el de la obediencia de una forma asombrosa y casi inexplicable. Le quedaba terminar sus estudios para ser admitido al sacerdocio. Estos estudios le hacan cambiar de conventos segn la materia, primero filosofa en San Marco la Catola, luego teologa en Serracapriola, cerca del Adritico; para esta asignatura tuvo como profesor al padre Agostino de San Marco in Lamis, quien va a ser su director espiritual en paralelo con el padre Benedetto.

    Pero el aire marino no le sentar bien a nuestro joven religioso; su salud se resentir e ir de mal en peor. El padre Agostino dir de l: Era bueno, obediente, estudioso, aunque enfermizo.

    Finalmente sus superiores decidieron mandarlo a su casa en Pietrelcina para la convalecencia. Se instal en la Torretta, tratando de encontrar en el silencio de esa pequea habitacin aislada la atmsfera del convento que haba tenido que abandonar con gran disgusto. A pesar de los cuidados y el gozo de su madre y dems familia, no abandon la vida regular de oracin y meditacin que le corresponda en armona con sus hermanos que quedaron en la comunidad. Casi un ao permaneci en Pietrelcina, visitado espordicamente por el padre Agostino. Aparentemente curado, se reincorpor al convento, pero esta vez en Montefusco, donde reanud sus estudios de teologa.

    Uno de sus profesores, el padre Bernardino de San Giovanni Rotondo, comentar:

    No se distingua por su inteligencia, que era corriente. Se distingua por su comportamiento... siempre humilde, dulce, obediente.

    Pero continuaba enclenque, enfermizo, con dolores en el trax, con abundantes fiebres. Al cabo de seis meses sus superiores decidieron enviarlo de nuevo a su casa, pensando que se repondra pronto para poder continuar sus estudios de teologa y ser ordenado sacerdote. Sin embargo, fueron casi siete aos los que el joven capuchino, que sufra una especie de tuberculosis no diagnosticada, permaneci en Pietrelcina sin abandonar sus estudios gracias a la ayuda de los diferentes sacerdotes del entorno. El 18 de julio de 1909 fue ordenado dicono en la iglesia del convento de Morcone.

    Las asechanzas del Maligno

    Tampoco en esa etapa de la vida del Padre Po ces el demonio de instigarle para convencerle de que dejara su vocacin de capuchino. Estando en el convento de Gesualdo, presentose un da bajo la apariencia del padre Agostino, lo cual ya extra a nuestro fraile. Entre reprimendas y consejos le vino a decir que no podra llevar la vida tan dura de los capuchinos:

    Tu salud, hijo mo, no lo resistira. Te puedes santificar en el mundo lo mismo que en el convento y el apostolado es a veces ms fecundo. Es evidente que esa es la voluntad del Seor.

  • Se extra el hermano Po al or aquellas palabras de su propio director, y recibiendo una especial iluminacin, aprovech una pausa de su interlocutor y le contest:

    Sabe usted, padre, para m lo nico que cuenta es la voluntad del Seor. Pues bien, para reafirmarme en esa disposicin le pido que diga usted bien fuerte conmigo: Viva Jess!

    Al instante el visitante desapareci dejando tras de s un olor nauseabundo.

    En enero de 1910, cada vez ms preocupado por su salud, pidi a sus superiores ser ordenado sacerdote prematuramente. Tema morir antes de haber sido ordenado. Por fin, el 10 de agosto, una vez superada una nueva crisis de fiebre alta, en presencia de su madre y del padre Benedetto, era ordenado sacerdote en Benevento por Monseor Paolo Shinosi, arzobispo de Marcianopoli. En las estampas de su ordenacin haba hecho imprimir estas palabras:

    Oh Jess, mi alimento y mi vida, te elevo en un misterio de amor. Que contigo sea yo para el mundo Camino, Verdad y Vida, y para ti sacerdote santo, vctima perfecta. Padre Po, capuchino.

    3

    Empieza la gran misin

    El domingo 4 de septiembre de 1910 cantaba su primera misa solemne. El padre Agostino, que haba acudido y predic el sermn, resalt los lugares privilegiados del sacerdote: el plpito, el altar y el confesonario. Luego, dirigindose al Padre Po, profetiz: No tienes mucha salud, no puedes ser un predicador. Te deseo, pues, que seas un gran confesor.

    El Padre Po record toda su vida con emocin aquel da: Qu feliz fui! Mi corazn arda de amor por Jess... Empec a saborear el Paraso!.

    Permanecer todava en su pueblo natal hasta el ao 1916, rodeado de contrariedades y obstculos para los que ni l ni sus directores espirituales encontrarn razones. El padre Agostino un da reconocer: La enfermedad era misteriosa, y misterioso era todo lo que le retena y le ocurra en Pietrelcina.

    En realidad fueron aos de preparacin para la misin y el testimonio que Dios esperaba de l.

    Vctima propiciatoria

    El Padre Po sola celebrar misa en Santa Ana, la iglesia donde recibi el bautismo, la primera comunin y la confirmacin. Las misas eran largas, interrumpidas por inesperados xtasis, tena la gracia de vivir realmente las misas que celebraba, llenas de manifestaciones sobrenaturales. Esos aos sern una etapa de pruebas dursimas, con ataques frecuentes de Barba Azul, como llamaba l a Satans. Un da de 1912 escribe:

    Barba Azul y sus semejantes no paran de pegarme casi hasta darme muerte. No quiere confesarse vencido, adopta todas las formas, viene a visitarme con otros comparsas armados de palos y de instrumentos de hierro y, lo que es peor, mostrndose bajo sus propias formas...,

    Pero ms adelante aada: Paciencia; Jess, Mara, el ngel, San Jos y el padre Francisco estn casi siempre conmigo.

  • Contaba esta vida mstica extraordinaria por obediencia a sus directores espirituales.

    Haba hecho ofrecimiento de su vida con todos sus sufrimientos para la conversin del mundo, y as se lo cuenta al padre Benedetto:

    Desde hace tiempo siento la necesidad de ofrecerme al Seor como vctima por los pobres pecadores y por las almas del purgatorio... que vierta sobre m los castigos que estn preparados para ellos... deseo hacer ese ofrecimiento al Seor con el permiso de usted.

    Acept el Seor este ofrecimiento, permitiendo, adems de esos cruentos ataques del demonio, su tan misteriosa enfermedad. El doctor Cardarelli de Npoles, especialista en enfermedades pulmonares, pronostic tajantemente:

    Apenas le queda un mes de vida.

    El mismo mdico, pasado cierto tiempo, reconocer:

    No comprendo nada, nada de todo esto. Si estaba clarsimo que le quedaban das de vida!

    Por fin, en julio de 1916, a sus veintinueve aos, entraba el Padre Po en el convento de San Giovanni Rotondo y ya no lo abandonara hasta su muerte, ocurrida cincuenta aos ms tarde. Este convento, situado en el promontorio de Gargano, en el Este de Italia, cerca de Foggia y perteneciente a la dicesis de Manfredonia, era un lugar apartado y olvidado del mundo, lugar ideal para nuestro fraile que slo deseaba estar en oracin permanente con Dios y compartir las reglas de San Francisco con sus hermanos de vocacin. Pero las gracias sobrenaturales continuaban sucedindose, cada vez con mayor intensidad.

    El xtasis crucificante

    Muchas seran las almas que el Padre Po encauzara haca Cristo a travs de sus sufrimientos fsicos y morales. El 20 de septiembre de 1918, a sus treinta y un aos, da del xtasis crucificante, aparecern ya de forma definitiva los estigmas, llagas que sangrarn a lo largo del resto de su vida y le harn participar de la Pasin de Cristo. Y decimos definitivas, pues ya haba tenido en varias ocasiones estas experiencias, acompaadas de fuertes dolores en manos, pies y corazn, en forma transitoria y que ira contando al Padre Benedetto con mucha discrecin y gran vergenza.

    Parece que la verdadera misin del Padre Po iba a empezar a partir de ese da. Sin embargo, haca aos que haba empezado, incluso mucho antes de su total ofrecimiento. El 7 de abril de 1913 haba escrito al padre Agostino sobre la aparicin que haba tenido el 28 de marzo, diez das antes. Entre otras cosas le deca as:

    El Viernes Santo estaba an en la cama cuando Jess se me apareci, en un estado lastimoso y desfigurado. Me mostr un gran nmero de sacerdotes infieles, algunos celebrando, otros preparndose. Le pregunt por qu sufra tanto. Apartndose de aquella multitud de sacerdotes con una expresin de disgusto en su rostro, exclam: "Carniceros!" y mirndome, dijo: "Hijo mo, no creas que mi agona dur solamente tres horas, no; estar en agona hasta el fin del mundo. Durante el tiempo de mi agona, hijo mo, no hay que dormirse. Mi alma est buscando unas gotas de piedad humana"...

    Jess, una vez ms, repeta a sus almas privilegiadas el mensaje de su sufrimiento viendo la escalada espectacular de impiedad e indiferencia religiosa, porque algunos sacerdotes se han mostrado por debajo de su misin en sus costumbres, en su piedad o en el desvo de la doctrina. La misin del Padre Po va a ser en gran parte una especie de reto lanzado al racionalismo moderno y a la incredulidad. Va a llevar hasta un punto sublime los misterios de la misa y de la confesin, ocasiones ambas en las que el sacerdote es ms visiblemente otro Cristo. Le acompaarn los estigmas, que no slo son una gracia del Seor, sino tambin un testimonio para el mundo entero.

    Gente de todo el mundo ir a pedir consejo y buscar el perdn de Dios en San Giovanni Rotondo. El Padre Po pasar horas y horas cada da en el confesonario e impartir con sus manos la reconciliacin y la paz.

  • 4

    Estigmatizado para siempre

    Al instalarse en su nueva y definitiva residencia, algunos hermanos se haban preocupado por el riesgo de contagio. Con una gran sencillez y tambin firmeza, les tranquiliz:

    Mi enfermedad no es como las otras.

    Por fin sus superiores decidieron mantenerle definitivamente en San Giovanni Rotondo, donde vivir cincuenta y dos aos, hasta su muerte en 1968 a sus 81 aos. Le confiaron al principio el cargo de director espiritual y de maestro del pequeo grupo de muchachos que se preparaban para entrar en la Orden. Esta nueva vida le daba profundidad. No saba que all iba a empezar su gran misin. Las multitudes iban a acudir a l de todas partes, a ese rincn antes desconocido, y seran atendidas principalmente por sus misas y sus confesiones. No importa que la celebracin eucarstica dure tres horas o ms, los fieles degustarn su mstica, sus xtasis y los dones que Dios se dign concederle, y el fruto se propagar por doquier, con conversiones inesperadas e inauditas. Otro de los dones del Espritu Santo de que dispona en abundancia era el de consejo.

    Los Grupos de Oracin

    En Florencia, una chica se tir del Ponte Vecchio al ro Arno. Su hermana viva atormentada pensando en el hecho de un suicidio premeditado y voluntario, y por tanto que se haba condenado. Tal era su dolor que por fin decidi visitar al Padre Po en San Giovanni Rotondo. Nuestro fraile, en cuanto la vio, le dijo sin ms, con su dulzura acostumbrada:

    Del puente al ro hay unos segundos. Y no le dijo nada ms.

    Ella, entre sollozos, slo pudo balbucear: Gracias, padre.

    Cmo saba l que le iba a preguntar por su hermana si ni siquiera la conoca a ella? Era evidente que por confidencia divina saba que mientras caa tuvo tiempo de arrepentirse. Realmente la hermana poda regresar con la paz en el corazn.

    Haba escrito all en Pietrelcina:

    La oracin es el gran negocio de la salvacin humana

    Y ahora en San Giovanni lo llevaba a la prctica, contagiando a muchas personas de buena voluntad. Una de las realizaciones ms importantes del Padre Po fueron los Grupos de Oracin, que se extendern por todas partes del mundo a partir de 1945, ayudados tambin por la exhortacin del Papa Po XII.

    Ejerca la direccin espiritual de las almas piadosas que se acercaban a l, dando gran importancia a la lectura espiritual, la meditacin, el examen de conciencia, la comunin diaria, la confesin semanal:

    La meditacin es la clave del progreso en el conocimiento de uno mismo y en el de Dios, y permite alcanzar la finalidad de la vida espiritual, que es la transformacin del alma en Dios.

    Y la confesin, padre?

    La confesin es el bao del alma, hijos mos. Hay que lavarla al menos cada ocho das.

    Similar a Cristo crucificado

    El 20 de septiembre de 1918, estando el Padre Po ante un gran crucifijo que domina la sillera del coro, recibi los estigmas, visibles y sangrantes, que hasta su muerte lo identificaron con Cristo crucificado. Gracias al padre Benedetto, su amigo, confesor y director espiritual, sabemos los detalles de cmo sucedi, pues sin

  • ms prembulo, y para vencer aquel silencio, aquellas medias palabras, aquel esconderse de miradas, aquella vergenza natural del Padre Po, le oblig con estas palabras:

    Hijo mo, dmelo todo claramente... Quiero saberlo todo con detalle y en virtud de la santa obediencia.

    De esa forma nuestro querido beato no tuvo ms remedio que contar, punto por punto, en carta fechada el 22 de octubre, todo lo sucedido aquel da y podemos comprobar que fue en circunstancias bastantes parecidas a lo acaecido a San Francisco de Ass el 14 de septiembre de 1224, con siete siglos de distancia.

    Otra gran diferencia que conviene sealar: lo que fue admitido por la Edad Media cristiana no lo fue tan fcilmente en la poca del Padre Po. Mdicos, visitantes oficiales, expertos en la mstica, se sucedan para examinarlo y dar su opinin. Se formaron dos grupos opuestos. Los que, despus de un estudio profundo y minucioso, slo encontraron una explicacin sobrenatural; y los que, para mantenerse en su incredulidad, buscaron razones de todos los colores aunque ninguna fue lo bastante coherente para ser admitida a travs del tiempo. Tampoco faltaron los que se atrevieron a insinuar que aquellas llagas podan ser artificialmente provocadas. Esas heridas sangraron diariamente ms de cincuenta aos.

    La cantidad de sangre perdida diariamente, algo ms de una taza, habra acabado con la vida del ser ms fornido en menos de un ao. Pero en el Padre Po, enfermizo, falto de salud como hemos visto, tachado de tuberculoso apenas dorma, coma muy poco, se pasaba muchsimas horas diarias en el confesonario con el consiguiente desgaste, y jams en esos cincuenta aos tales llagas se infectaron o dieron sntomas de cicatrizarse.

    La fama del Padre Po, bien en un sentido o bien en otro, fue creciendo por toda Italia y por el mundo entero, y no solamente en crculos religiosos o cientficos. Una fotografa de nuestro capuchino lleg a manos del general Luigi Cadorna, quien haba sido tachado de responsable de la derrota en la batalla de Caporetto contra las tropas austroalemanas en 1917. Tan pronto la vio, le reconoci inmediatamente:

    ste, ste es el fraile que sin permiso, sin ser anunciado, sin ser visto por nadie, entr en mi despacho aquella noche en que yo haba tomado la decisin de suicidarme, con el revlver ya cargado en mi mano. Fue l quien me disuadi de hacerlo y cuando ya me tuvo convencido y arrepentido desapareci tal cual haba llegado.

    El bueno del general diose cuenta de que haba sido beneficiado con una gracia especial del Seor a travs de aquel religioso excepcional.

    Y la multitud de fieles devotos era cada vez ms numerosa.

    5

    Buceador de almas

    Tres meses despus de haber recibido esa gracia de los estigmas ya no se encuentra en plenitud de aquella noche espiritual y as se lo comunica al padre Benedetto el 12 de enero:

    Padre, dolor y amor, amargura y dulzura se suceden simultneamente en mi alma. He comprendido que estos estigmas no son una nueva prueba que me manda el Seor, sino un don especial del que me siento indigno, incapaz de llevar el peso de ese amor inmenso.

    Y era precisamente eso lo que le estaba pidiendo Dios, y no para uno o dos aos, sino para cincuenta: ser testimonio, en el mundo, de los padecimientos de Cristo en la cruz.

    El padre Benedetto visit a su dirigido en marzo de 1919 y luego inform de cuanto haba podido observar al padre Agostino, quien asimismo escribi al Padre Po:

    Acurdate siempre, hijo, de que los dones de Dios, otorgados gratuitamente, son tambin para la santificacin de los dems.

  • Los peridicos de la poca empezaron a hablar del Padre Po, del santo de San Giovanni, de sus estigmas, sus xtasis, sus bilocaciones y un par de curaciones milagrosas. En unas semanas se multiplicaron los grupos de peregrinos. La curiosidad vana o la atraccin por lo maravilloso con frecuencia se transformaban en verdaderas conversiones.

    Todos los das acudan centenares de visitantes que queran ver al santo, besar sus estigmas, asistir a su misa, confesarse con l. Por falta de hoteles y albergues, esos peregrinos tenan que dormir al raso esperando turno a veces diez o quince das para confesarse. Se extendi el rumor de que el Padre Po lea en el interior de las almas, cosa bien cierta pues ayudaba a recordar viejos pecados ya olvidados, y los extranjeros se asombraban al comprobar que se entendan mutuamente, fuese cual fuese su idioma:

    Ese hombre es un santo y lleno del Espritu Santo. Me entiende en mi idioma, y lo ms extraordinario es que yo tambin a l.

    Envidias, calumnias, injusticias

    Barba Azul, viendo que no haca mella en el Padre Po, empezar a envenenar los corazones de determinadas personas, ya fuesen superiores religiosos, tanto cannigos como de su misma Orden, ya fuesen gente de menor relieve.

    El primero que fue tentado fue el obispo de Manfredonia, Monseor Pasquale Gagliardi, quien dejndose llevar por la envidia al ver la afluencia de peregrinos y de limosnas al convento de San Giovanni dentro de su dicesis, se invent toda clase de artimaas para calumniarlo.

    El padre Paolino Da Casacalenda, guardin del convento de San Giovanni Rotondo quien haba hecho posible que el Padre Po fuese destinado a dicho convento, le haba asistido tantas veces y haba sido el primero en ver los estigmas , con gran disgusto para ambos fue trasladado y sustituido por el padre Lorenzo de San Marco in Lamis.

    Tambin el padre Benedetto de San Marco in Lamis dejar su cargo de provincial en manos del padre Pietro Da Ischitella. A partir de ese momento nuestro beato ser vctima de persecuciones, privaciones y rdenes absurdas e injustas muy graves que se sucedern a lo largo de los aos y que l, sin discutirlas, acatar con paciencia y resignacin cristiana:

    Si esta es la voluntad de Dios...

    Preguntado en ms de una ocasin por su total sumisin y por qu no se defenda de aquellas rdenes que demostraban ser verdaderos castigos intencionados,

    Pero, Padre Po, por qu no se rebela contra tamaas calumnias e injusticias?

    Siempre responda:

    La obediencia, hijos mos, es una muralla que el diablo nunca puede escalar.

    A pesar de tantas calumnias, tantos informes maliciosos, no dej de cumplir su misin, la que Dios le haba destinado. La afluencia de peregrinos se ir incrementando, y la curiosidad creciente ser una fuente inagotable de conversiones.

    Vamos a destacar la de Emmanuele Brunatto, joven conocido por su vida disoluta y aventurera y por sus continuas quiebras fraudulentas. l mismo reconoce no saber por qu un da fue y se mezcl entre la multitud al pie del monasterio. El Padre Po al momento pesca este pez gordo y lo lleva a una confesin ntegra, lo cual da como resultado un cambio total de vida.

    Ese joven se convierte en un gran defensor del Padre Po, a quien tendr una verdadera devocin, se quedar por un tiempo en el convento y luchar con todos los medios a su alcance para anular el dao que las calumnias e informes malintencionados fueron esparciendo por doquier. Trabajar con honradez en un nuevo

  • negocio que le proporcionar una pequea fortuna, gracias a la cual podr colaborar en el gran proyecto que nuestro capuchino tiene in mente.

    El filsofo de la persecucin

    Si dao le caus el obispo de Manfredonia Monseor Gagliardi, por envidia, mucho ms fue el que le caus el padre Gemelli, mdico cirujano y capuchino, especialista en neuropsicologa, considerado indiscutible en mstica. Su intervencin fue decisiva para la actitud adoptada por determinadas autoridades romanas y del Santo Oficio, de quienes era consultor. El padre Gemelli se haba interesado por el caso del Padre Po a principios de 1920. Desde 1919, las autoridades de la Orden capuchina haban decidido que para un nuevo examen de los estigmas se precisara de un acuerdo firmado del Santo Oficio y del ministro general de la Orden, y as se le hizo saber al padre Gemelli, quien respondi que slo quera ver al Padre Po con fines privados y espirituales. Y con este fin se le permiti ir al convento.

    Acompaado por el padre Benedetto y algunos sacerdotes lleg al atardecer y tuvo que esperar a la maana siguiente, cuando se dirigi temprano a la sacrista. Se preparaba el Padre Po para celebrar misa, en presencia de Brunatto, que le haca de ayudante.

    Padre Po, he venido para hacer un examen clnico de sus lesiones.

    Tiene usted una autorizacin... escrita?

    Escrita, no. De todas maneras...

    En ese caso no estoy autorizado a enserselas a usted.

    Y sin aadir ms se fue a celebrar misa.

    Gemelli exclam:

    Bien, Padre Po, ya hablaremos. Y poco despus se march del convento.

    Fuese por orgullo, pundonor o que se sintiera herido en su mismsima dignidad de hombre importante e influyente, lo cierto es que sin haber tenido otra ocasin de ver al Padre Po, afirm de l haber examinado los estigmas y que era un caso de histeria y autolesiones ms o menos conscientes. De esa forma inspir una campaa de denuncia contra el hoy beato. Su influencia en los ambientes romanos hara de l el filsofo de la persecucin.

    Cada vez que se producan informes calumniosos sobre los estigmas, bien por parte de autoridades religiosas o por mdicos autorizados o no, a continuacin se emitan contratestimonios que los ponan en entredicho, creando un clima confuso para las autoridades de Roma al observar los pros y los contras.

    Mucho ms que un amigo

    Tanto en estas tribulaciones indirectamente organizadas con mucha sutileza por Barba Azul como en sus ataques directos contra la persona de nuestro Padre Po, ste haba contado siempre con un verdadero amigo que lo acompaaba desde su infancia, ntegro, confidente y consejero, con quien haba mantenido a lo largo de su vida profundos dilogos. El Padre lo llamaba el amigo de mi infancia y era, naturalmente, su ngel de la Guarda. El padre Agostino quiso tener la certeza de esa sorprendente amistad tan franca y abierta, y la puso a prueba. Empez a escribirle en francs e incluso en griego, a sabiendas de que su pupilo ignoraba tales lenguas. No hubo problema para nuestro fraile. Veamos lo que nos dej certificado don Salvador Mannullo, arcipreste de Pietrelcina:

    Cmo puede saber, padre, el contenido, ya que del griego ni el alfabeto sabe usted?

    Sepa que mi ngel de la Guarda me lo explica todo.

  • Otro da, el Padre Po nos contar una de sus conversaciones y nos obsequiar con estas palabras, respuesta de su ngel:

    Estoy junto a ti, estoy siempre a tu lado. Mi amor por ti nunca disminuir, ni aun con la muerte!

    Con una amistad as y las promesas hechas por Jess y la Santsima Virgen de que al final l siempre saldra vencedor, no es de extraar que su fortaleza espiritual no se viniera nunca abajo, ni en los momentos ms duros, que los hubo.

    6

    Conquista de almas

    Los milagros y lo sobrenatural difcilmente son aceptados, y la Iglesia ha actuado siempre con mucha prudencia al respecto. Fueron numerosas las altas autoridades eclesisticas y muchos los mdicos que atestiguaron las curaciones milagrosas y otros fenmenos sobrenaturales incomprensibles para la razn humana, de los que hemos detallado algunos para dar unos pequeos ejemplos de tal abundancia en la vida del Padre Po. Estas gracias sobrenaturales no eran concedidas por Dios para la autoglorificacin de nuestro capuchino, sino para dar testimonio de la vida divina, para llamar a la conversin, para aliviar e incluso curar, y no se perdi ni una sola ocasin sin que acabara hacindose el bien.

    Una conversin espectacular

    El confesonario fue el lugar habitual de los sucesivos milagros realizados por l. Llegaba a pasar hasta quince horas al da confesando, con lo cual abundaban las verdaderas transformaciones interiores. Una de las conversiones espectaculares, antes de la primera persecucin de que fue objeto, fue la del famoso abogado genovs Cesare Festa, gran dignatario de la masonera italiana y primo del doctor Giorgio Festa. ste haba comentado en su informe mdico:

    Despus de varios exmenes y ver la evolucin con el tiempo de las heridas del Padre Po, no hay otra explicacin que la de que nos encontramos ante un caso sobrenatural.

    Con su primo Cesare, ateo y rabiosamente anticlerical, mantenan una discusin interminable, hasta que al fin un da le dijo:

    Cesare, anda, vete a San Giovanni Rotondo y encontrars all un testigo que acabar con todas tus objeciones. Despus ya continuaremos hablando.

    Cesare decidi ir, con el propsito de desenmascarar y denunciar lo que l crea ser un fraude.

    El Padre Po no le conoca ni saba de su existencia. Cuando le vio entrar en la sacrista junto a otros peregrinos, le espet bruscamente:

    Qu hace se entre nosotros? Es un masn.

    Pues s, es cierto, lo soy.

    Qu papel desempeas en la masonera?

    Luchar contra la Iglesia.

    El Padre Po, sin decir ms, le seal el confesonario, y ante la estupefaccin de todos los presentes el abogado masn se arrodill, abri su corazn, y con la ayuda del padre capuchino examin toda su vida pasada. Cuando se levant era otro hombre, llevaba la paz en su corazn! Permaneci tres das en el convento y regres a Gnova. Su conversin sali en la primera pgina de los peridicos. Cesare Festa fue a Lourdes y volvi a San Giovanni Rotondo para recibir de manos del Padre Po el escapulario de la Orden

  • Tercera franciscana. Todo en pocos meses: de masn a franciscano. Fue recibido por el Papa Benedicto XV, quien le confi esta misin:

    Tengo en gran estima al Padre Po, a pesar de algunos informes desfavorables que me han hecho llegar. Es un hombre de Dios. Compromtase usted a darlo a conocer, porque no es apreciado por todos como l se merece.

    La Gran Logia italiana se reuni para expulsar al abogado renegado. Cesare Festa decidi asistir y dar a conocer su testimonio. El mismo da recibi una carta del Padre Po animndole:

    No te avergences de Cristo y de su doctrina; es momento de lucha a rostro descubierto. El Espritu Santo te dar la fortaleza necesaria.

    Dios conquistaba las almas a travs del Padre Po en nmero incalculable.

    Monseor Damiani de la dicesis de Salto, Uruguay, visit al Padre Po y luego coment a Su Santidad Benedicto XV:

    Es uno de esos hombres extraordinarios que Dios enva a la tierra de vez en cuando para la conversin de los hombres.

    Monseor Damiani al regresar a Uruguay aplic un guante que haba pertenecido al Padre Po sobre el corazn y el estomago de Sor Teresa, enferma terminal afectada de cncer de estomago y con problemas cardacos. Sor Teresa se durmi al momento, so que se le acercaba un monje con barba y la toc en la cara... Al despertar completamente sana, reconoci en una fotografa del Padre Po al religioso que la haba curado.

    Interviene el Santo Oficio

    En esos aos que van de 1919 a 1921, su entrega es total y poco tiempo le queda para mantener una correspondencia abundante con sus directores espirituales como antao. En noviembre de 1921 escriba al padre Benedetto:

    Me siento devorado por el amor a Dios y al prjimo.

    O en otra ocasin: He trabajado, quiero trabajar; he rezado, quiero rezar; he velado, quiero velar; he llorado, quiero llorar siempre por mis hermanos del exilio. S y comprendo que es poco, pero s hacer eso, soy capaz de hacer eso y eso es todo lo que soy capaz de hacer. As, simple y sencillo.

    Tras la inesperada muerte de Benedicto XV, el 22 de enero de 1922, le suceder el 1 de febrero de 1922 Achille Ratti, amigo de siempre del padre Gemelli, con el nombre de Po XI. El 10 de mayo, el Santo Oficio, reunidos sus cardenales inquisidores, tomar en deliberacin una serie de medidas internas respecto a la Orden capuchina, so pretexto de frenar el torrente de devociones que desembocaba en el Padre Po y mantener una mayor prudencia acerca de los fenmenos sobrenaturales. Segn sus mismas palabras, pondrn al Padre Po bajo observacin. Pero las instrucciones que dieron al general de la Orden capuchina eran mucho ms severas:

    Que la misa que celebra el Padre Po sea a horas indeterminadas, con preferencia de madrugada y en privado, que no d la bendicin en pblico, que no muestre, hable o deje que besen los supuestos estigmas. Que cambie de director espiritual, que no tenga ningn tipo de contacto con el padre Benedetto, ni por carta ni por cualquier otro medio, pues su direccin deja mucho que desear. Que el Padre Po sea alejado de San Giovanni Rotondo; mejor mandarlo al Norte de Italia.

    Se le prohiba responder la correspondencia. Las nicas cartas que poda escribir, con permiso de sus superiores, eran a su familia y las felicitaciones o las condolencias.

  • En el convento, estas instrucciones cayeron como una bomba. El Padre Po no pudo ni siquiera compartir su pena y sorpresa con sus directores espirituales. El padre Benedetto morir veinte aos despus con la pena de no haber vuelto a ver, ni haber escrito, ni haber hablado con aquel a quien tan admirablemente haba dirigido.

    Veneno e infamia

    El padre Pietro Da Ischitella, provincial de Foggia, al contestar al ministro general de la Orden, indic:

    ... el Padre Po siempre ha rechazado la ostentacin y la vanidad espiritual. Pero sepa usted, padre, que las rdenes del Santo Oficio, por la santa obediencia, ya han sido puestas en marcha. En cuanto a su traslado, permtame indicarle que en ningn lugar de Italia estar ms discreto que aqu. Lo apartado, la falta de comunicaciones, aislados por la nieve buena parte del ao, proporcionan cierta tranquilidad. Por el contrario, si lo mandamos al norte, no es precisamente all dnde tiene mayor fama? Espero, pues, sus rdenes para proceder...

    Monseor Gagliardi no tena suficiente con eso, se fue a Roma a destilar su veneno en presencia de obispos y cardenales, y no se priv del perjurio para dar mayor fuerza a sus monstruosas calumnias y mentiras.

    Yo mismo lo he visto, lo juro, descubr un frasco de cido con el que se provoca las heridas y colonia para perfumrselas. El Padre Po es un poseso del demonio y los monjes de su convento unos estafadores...

    El 2 de julio Monseor Gagliardi fue recibido por Po XI, quien despus de escucharle consider confirmadas las prevenciones contra el capuchino hechas por su amigo el padre Gemelli. A todo esto se sumaron rumores gratuitos contra los capuchinos de San Giovanni, que encontraban en toda Roma odos complacidos incluso dentro del Santo Oficio. Una nueva vuelta de tuerca se estaba preparando.

    Mientras tanto, en Santa Maria delle Grazie (nombre del convento de San Giovanni Rotondo) la vida continuaba a pesar del tumulto exterior por un lado y las coacciones impuestas, por el otro. El Padre Po continuaba confesando (todava no se le haba prohibido), celebrando misa matinal y convirtiendo almas.

    7

    Casi una revuelta popular

    El 16 de mayo de 1923, casi un ao despus, en una nueva reunin, la Congregacin del Santo Oficio pronunci una condena firme y oficial en forma de un decreto hecho pblico. Esta declaracin apareci en diversos peridicos, naturalmente en el LOsservatore Romano en primer lugar, negando rotundamente despus de una investigacin el carcter sobrenatural de las gracias y los carismas del Padre Po.

    Las mentiras, las acusaciones del padre Gemelli y de Monseor Gagliardi haban prevalecido sobre la verdad. A las medidas adoptadas el ao anterior se sumaron otras ms graves:

    Se ordena al Padre Po no celebrar misa en pblico, sino en la capilla interna y no se permite asistir a nadie.

    El texto de esta condena fue conocido en el convento por la revista oficial de la Orden, justo en el recreo de los monjes. Emmanuele Brunatto, que estaba presente, viviendo temporalmente en el convento como laico, nos lo cuenta:

    El padre guardin lea el decreto a sus hermanos, que estaban atnitos. Al acercarse el Padre Po intent disimular, pero ste lo tom y lo abri por la pgina exacta. Ley en silencio, sin delatar la menor emocin. Luego volvi la pgina y habl de otro tema. A la hora de la siesta se retir. Yo lo acompa. Ya en su celda, fue a cerrar las persianas y permaneci unos momentos como mirando a lo lejos. Despus se volvi y estall en sollozos. Yo me ech a sus pies y le abrac las rodillas:

    Padre le dije usted sabe cunto le amamos! Nuestro amor tiene que confortarle!

  • Pero, hijo, no comprendes que no lloro por m? Me costara menos y tendra ms mrito. Lloro por las almas que se ven privadas de mi testimonio... .

    La voz del pueblo

    El padre Ignazio, guardin del convento, por orden de su superior provincial, con gran disgusto pidi al Padre Po que en adelante celebrase misa a puerta cerrada, l solo con un ayudante y nadie ms. El Padre obedeci sin rechistar.

    Otra cosa fue la poblacin de San Giovanni Rotondo, que en nmero de cinco mil se presentaron en el convento a protestar, con la banda de msica al frente. Teman lo peor, que su santo hubiera ya sido trasladado. Tuvo que salir el Padre Po a dar su bendicin a la multitud exaltada.

    El Santo Oficio insisti en que deba ser trasladado, y si era preciso con ayuda de la fuerza pblica. La Sagrada Congregacin escogi el convento de Ancona. Una vez ms, el Padre Po, sumiso, escribi a su superior provincial:

    Como hijo devoto de la santa obediencia, y en lo que de m depende, obedecer sin abrir la boca.

    Pero el pueblo mont guardia da y noche, y bloque el nico camino que lleva al convento, dispuesto a todo. El general De Bono, director de la seguridad pblica, inform al padre general de la Orden:

    Tiene usted que saber, padre, que dicho traslado no es factible a menos que mande un contingente numeroso de fuerzas y no podremos evitar un gran derramamiento de sangre.

    Bien decidi el padre general, es mejor suspender esa orden hasta otra oportunidad.

    El 24 de julio de 1923 el Santo Oficio en una advertencia solemne exhortaba a los fieles, con palabras muy graves, a que se abstuvieran de tener cualquier relacin, ni por escrito, con el citado padre. Estas declaraciones repetidas desorientaron a los fieles, tanto laicos como religiosos, que no haban conocido personalmente al Padre Po.

    En 1924, que transcurra con cierta tranquilidad, el procurador general de los capuchinos mand a todos los conventos una circular prohibiendo mencionar y divulgar lo relativo al Padre Po, aadiendo:

    Debemos comportarnos como si nunca hubiramos odo hablar del Padre Po.

    Un modesto hospital

    La vida en el convento segua igual. El Padre Po, sencillo y humilde, saba que los dones recibidos no eran para l, sino para dar un testimonio vivo de los padecimientos de Cristo en la cruz. No eran en absoluto ni para l ni para su vanidad, eran para ayuda de pecadores, para su conversin y encaminarlos a Dios. Su atencin extrema a las necesidades de los ms pobres le hace concebir y realizar lo que queda hoy como su gran obra terrenal: la Casa Sollievo della Sofferenza (la Casa de alivio del sufrimiento), uno de los hospitales ms modernos de Italia. Tena clarsimo que en el orden del amor es donde el bien responde al mal. El pueblo de San Giovanni Rotondo no tena hospital, el ms cercano estaba a 40 kilmetros. Necesitaba uno para sus enfermos de viruela, de tuberculosis, de septicemia, para los heridos de guerra y dems. Las curaciones se hacan muy lentas por falta de cuidados sanitarios. A esto se sumaban las necesidades de los peregrinos que iban en aumento. Un hospital permitira atender a los enfermos y al mismo tiempo emplear con buen fin las ofrendas de los fieles que se iban multiplicando. No le faltaron desde el principio colaboradores y mecenas, as como doctores: el alcalde Morcaldi, Merla, su primer mdico, Leandro Giuva, el cirujano Bucci, todos ellos se ofrecieron gratuitamente.

    El primer intento haba sido a principios de 1922, cuando se habilit un antiguo convento de clarisas dentro del pueblo y se le puso por nombre Hostal de San Francisco. Fueron centenares las personas atendidas en este pequeo hospital gracias al trabajo de unos, a las oraciones y las donaciones de otros.

  • En 1938 un fuerte terremoto destruy parte del edificio y parte del material que an quedaba, puesto que el hospital haba tenido que cerrar haca ya tiempo por dificultades econmicas. Se planteaba, entonces, tener que empezar de nuevo.

    8

    Pugna al ms alto nivel

    Aquellos aos que sucedieron a 1924 fueron tiempos de silencio y de prueba para nuestro querido Padre Po, que acataba con sorprendente y extraordinaria obediencia las rdenes que viniendo de arriba le eran transmitidas por sus superiores. A cada nueva prohibicin se limitaba a decir:

    Que se haga la voluntad de Dios.

    Poco sabemos de su vida interior en esos aos en que no le permitieron escribir a su director espiritual. Slo poda confiarse a sus hermanos del convento. Esta prodigiosa vida interior del Padre Po, su vida de oracin y de gracias, era totalmente desconocida por la mayora de sus superiores y dems autoridades romanas.

    Otro hecho extraordinario

    Fue en estos aos cuando se produjo otra extraordinaria bilocacin del Padre Po, y en esta ocasin se hizo defensor de su propia causa. Al cardenal Silj, que estaba presente, le debemos el conocer este hecho. Se haban reunido con el Papa algunos cardenales, que para terminar de una vez con el caso Padre Po eran partidarios de gravsimas sanciones. En aquel momento se vio entrar a un fraile capuchino, con las manos escondidas dentro de las mangas, un andar doloroso pero decidido, que avanz directamente hacia el Santo Padre. Sin que nadie pudiera detenerlo, se arrodill, bes los pies de Su Santidad y con voz suplicante le dijo:

    Santidad, por el bien de la Iglesia, no permitis eso.

    Pidi la bendicin, de nuevo bes los pies del Santo Padre y sali como haba entrado. Los cardenales all presentes estaban estupefactos, no podan creer lo que acababan de ver, se interrogaban unos a otros con la mirada, hasta que algunos, reaccionando, salieron a preguntar a los guardias:

    Cmo es que habis dejado pasar a ese fraile capuchino?.

    Fraile capuchino? Por aqu no ha entrado ni ha salido nadie.

    Los dems guardias afirmaron:

    Es cierto, es cierto, no ha pasado nadie desde que se reunieron Vuestras Eminencias.

    Brunatto, el fiel Brunatto, rene documentos, pruebas de toda clase, escribe cartas para presionar a la Santa Sede y pedir que se digne hacer justicia al Padre Po. Solicita que se le devuelvan las libertades y al tiempo se investigue a los cannigos que haban apoyado al arzobispo de Manfredonia, e incluso al mismsimo Monseor Gagliardi.

    Poco a poco los calumniadores son descubiertos y destituidos de sus funciones. No faltaron testigos, con pruebas evidentes y numerosas, de antao y de entonces, acerca de la conducta escandalosa del que era cabeza de la dicesis, quien gracias a sus amistades y a moverse con diligencia se iba manteniendo en su privilegiado lugar, hasta que en octubre de 1929 por fin fue destituido. Se retir sin pena ni gloria a vivir con su familia, desposedo de sus insignias episcopales.

    Acoso implacable

    Sin embargo, desenmascarado el principal calumniador, no por eso el Padre Po va a obtener del Santo Oficio que le sean levantadas todas las limitaciones. Todo sigue igual respecto a nuestro fraile, que no mueve ni un

  • dedo para defenderse, ms bien suplica a unos y a otros para que sean perdonados sus acusadores, cosa que l hace de todo corazn.

    Brunatto insiste, acta desesperadamente. Aquellas presiones junto con los sucesivos artculos que aparecan en los peridicos, el ro de peregrinos que no cesaba en San Giovanni Rotondo, las continuas cartas que llegaban de todo el mundo, pesaron mucho sobre las decisiones tomadas por el Santo Oficio el 13 de mayo 1931 en reunin plenaria. El 23 de mayo as se le comunic al ministro general de la Orden.:

    Al Padre Po se le priva de todas las facultades del ministerio sacerdotal, excepto la de celebrar misa, pero solamente en la capilla interior del monasterio, no en la iglesia pblica.

    El provincial de Foggia era el encargado de comunicar el decreto al Padre Po, quien una vez ms se limit a decir:

    Que se haga la voluntad de Dios y se ech a llorar. No poda celebrar misa en pblico, ni confesar, ni dirigirse a los fieles, ni darles sus consejos tan acertados, ni exhortarles, ni siquiera verles.

    Dios mo, no podr en tu nombre liberar a las almas de sus culpas.

    Se privaba precisamente al Padre Po de lo ms esencial, pues la confesin junto con la celebracin de la misa eran el verdadero ncleo de su vocacin. No poda escribir ni mantener relacin alguna, pero los fieles no conocan la existencia de los decretos del Santo Oficio, as que durante su aislamiento reciba un montn de cartas de todo el mundo solicitando alguna gracia por su intercesin. Todas estas peticiones las tena presentes en sus solitarias celebraciones eucarsticas, que duraban ms de hora y media, e incluso hasta tres horas. Por lo dems, comer y rezar el oficio con sus hermanos era lo nico que se le permita en comunidad.

    Padre, as recluido ir ya por dos aos.

    S, hermano, s, dos aos llevo de prisionero inocente.

    Lo cuenta el padre Raffaele, superior del convento en esos aos:

    Mirad, hermanos, se me humedecen los ojos de emocin al ver a tanta gente venida del extranjero. Al no poder ver a nuestro Padre Po, se conforman y se quedan en la iglesia. Con qu devocin rezan y piden por la liberacin de su padre espiritual!

    Y esto, padre, sucede un da, y el siguiente, y el siguiente, por los aos que llevamos, cada da, sin fallar.

    La voz de Po XI

    Corra el mes de marzo de 1933 cuando inesperadamente un hermano le comenta a otro:

    Hermano, aleluya!, ha llegado a San Giovanni Rotondo Monseor Passetto desde Roma.

    Monseor Passetto? Y viene de Roma? Qu querr Su Eminencia de nosotros?

    Dicen que viene por encargo directo de Su Santidad Po XI. Quiere tener informacin fidedigna del Padre Po, sin intermediarios ni tergiversaciones ni exageraciones.

    Ya es hora de que el Santo Padre sepa toda la verdad. Cuando vean con qu humildad acata tantas injusticias, su obediencia, su sencillez, su amor, creo que en Roma van a cambiar de parecer.

    Y as fue tras el relato que Monseor Passetto hizo a raz de su visita. Y cmo Su Santidad Po XI cambi de parecer! No esper mucho. El 14 de julio de 1933, por voluntad expresa del Pontfice, se rehabilita al Padre Po permitindole celebrar misa en pblico y confesar incluso a religiosos fuera del convento. Pero el Santo Oficio tuvo que aadir unas palabras:

  • S, pero que quede entre nosotros, slo se trata a ttulo puramente experimental, y que no olvide que las misas no deben durar ms de 35 minutos y todas las dems prescripciones de nuestro decreto que todava estn vigentes.

    La noticia se recibi con gran alegra y corri por toda la comarca. El 16 de julio, da de Nuestra Seora del Carmen, el Padre Po volvi a celebrar su misa en la iglesia pblica del convento, que en aquella ocasin estaba llena a rebosar.

    A partir de ese da, ao tras ao, la situacin del Padre Po ir mejorando, dejando atrs aquellas injustas prescripciones sin que nadie se atreva a hacerlas recordar. Empezar una poca feliz de apostolado fecundo que durar casi treinta aos. Se multiplicarn los peregrinos, las conversiones, curaciones y gracias. Ser en esta poca cuando el Padre Po ponga en marcha sus dos grandes realizaciones: la espiritual, los Grupos de Oracin, y su gran obra terrenal, la Casa Sollievo della Sofferenza.

    Palabras de S.S. Po XI a Monseor Cuccarollo:

    Debis estar contentos los capuchinos, el Padre Po ha sido recuperado y ms an con expresin muy significativa es la primera vez que el Santo Oficio si rimangia (se traga) sus decretos.

    9

    La reconciliacin

    Padre le dijo una de sus hijas espirituales, qu largos se me han hecho estos tres aos sin poderme confesar con usted!.

    A usted.... y a m! Jess me ha enviado para la salud de las almas. Y qu he hecho durante esos tres aos? He rezado. Pero la oracin no es suficiente para la misin que me ha sido confiada. Aydeme, necesito su ayuda. Pidamos a Jess que eso no se repita. Jess necesita almas, Jess necesita salvar las almas.

    En otro momento, alguien le pregunt:

    Padre, cul es verdaderamente su misin, la misin que Cristo le ha encomendado?

    Yo? Yo soy confesor.

    Y as era, Dios le haba concedido la gracia de leer en las almas que acudan a l. Al que haca muchsimo tiempo que no se confesaba, con su bondad acostumbrada le ayudaba a recordar sus pecados con asombrosa precisin. Se pasaba das enteros en el confesonario. Un da exclam:

    Las almas! Ay las almas! Si se supiera el precio que valen!

    Aos de fecundo apostolado

    Al recuperarse las misas del Padre Po, una multitud de piadosos llenaba constantemente la iglesia. Queran sentir cmo viva realmente en su carne y en su alma los misterios que celebraba en el altar. Todos quedaban admirados por la lentitud y el dolor que pona en las palabras , en sus movimientos, en todo.

    Cleonice Morcaldi, una de sus hijas espirituales, le pregunt en varias ocasiones:

    Padre, qu es lo que usted vive y siente en cada una de sus misas?

    Todo lo que Jess sufri en su Pasin yo tambin lo sufro, en lo que es posible a una criatura humana. Y no por mis mritos, sino por pura gracia y por su sola bondad. Es una misericordia interna y externa. Todo un incendio, una fusin...

    Pero el ruido que hacen tantos fieles, no le molesta?

  • Hija ma, y en el Calvario, no haba gritos, blasfemias, estruendo, amenazas? Era un estrpito. Pero los fieles debis asistir a la Misa con los mismos sentimientos de la Virgen Mara y de San Juan, sentimientos de compasin, de veneracin y de amor.

    Dos aos despus de su liberacin, en junio de 1935, el convento de San Giovanni Rotondo fue visitado por el mismsimo ministro general de la Orden, el padre Virgilio Da Valstagna. Todo el pueblo fue a recibirle y lo acompa hasta el monasterio. El Padre Po se arrodill y emocionado bes su mano. El superior general lo ayud a levantarse y despus lo abraz ante la emocin general. Qued impresionado por la vida sencilla del Padre Po, su apostolado, su comportamiento religioso, su humildad... Esta visita significaba la reconciliacin de la Orden capuchina y la rehabilitacin del Padre Po. Dos meses despus celebraba con inmensa alegra sus bodas de plata sacerdotales. Hasta Monseor Cesarano, el nuevo arzobispo de Manfredonia, asisti a la ceremonia. Acabada la misa, por especial favor de S.S. Po XI, el Padre Po pudo dar la bendicin papal a toda la multitud de fieles presentes. Fue un da memorable, despus de haber pasado tantas pruebas.

    Siguieron aos de fecundo apostolado. Acuden a ese rincn del mundo laicos, sacerdotes, obispos, polticos, personalidades, gentes de toda clase, a buscar confortacin, enseanzas en sus misas y en sus confesiones, a vivir en un oasis de paz y de salvacin. Sin embargo el Padre Po, pletrico en su apostolado, es y seguir siendo un hombre lleno de dolores, fsicos y espirituales. Coma poco, dorma menos, pasaba muchas horas en el confesonario; los dolores, as en las manos taladradas como en los pies, lo agotaban; su tos, que apareca peridicamente, no le dejaba descansar por las noches. Todo eso complicado con los sufrimientos morales, tinieblas espesas del alma, las noches oscuras... El padre Agostino, su confesor, exclamar:

    Se mantiene por milagro.

    Consigna tajante de Po XII

    El 2 de marzo de 1939, Monseor Eugenio Pacelli es elegido Papa con el nombre de Po XII. Luego la guerra se aduea de Europa. Entonces Po XII muestra una actitud constante de firmeza, de valor y de oracin. l, en Roma, y el Padre Po en San Giovanni Rotondo, ofrecen en esos aos, tan dolorosos para el mundo, una imagen constantemente paralela y misteriosamente unsona. El Padre Po revivir, all en la distancia, todos los sufrimientos, ofrendas y oraciones de S.S. Po XII, principalmente por causa de los desastres blicos, y en el preciso momento de la invasin alemana de la Ciudad Eterna, en 1943, nuestro capuchino, sin conocer esa noticia, caer enfermo con fiebre muy alta que le obligar a guardar cama. Po XII no conoca personalmente al Padre Po; sin embargo, fue un gran defensor suyo siempre que pudo, ya cuando era simplemente cardenal. No perda ocasin para expresar lo que senta desde muy adentro, muy seguro en ello como si hubiera recibido una revelacin profunda. La primera consigna que dio a toda la Curia Romana una vez fue elegido, fue:

    Que se deje en paz al Padre Po.

    Y cuando alguien manifestaba deseos de visitar San Giovanni Rotondo, le haca el siguiente ruego:

    El Padre Po es un gran santo. Por favor, pdale que rece por m para que Dios me d fuerzas para llevar tan pesada carga.

    Los Grupos de Oracin

    S, pesada carga para Po XII, que sufra en silencio aquellos aos de guerra y de persecuciones. Fsicamente haca lo que poda para salvar vidas, fuesen de la raza que fuesen y de la religin que practicasen. Rezaba y exhortaba a rezar, sabiendo, por experiencia, del poder de la oracin. Los llamamientos a la oracin se haban multiplicado por doquier durante la guerra, y el 17 de febrero de 1942 lanz la idea de las Grupos de Oracin que deban acogerse a ciertos compromisos espirituales. Estas repetidas peticiones del Papa fueron escuchadas por el Padre Po. Se correspondan perfectamente con una prctica suya realizada justo al llegar a San Giovanni Rotondo, veinticinco aos antes, la de reunir en un pequeo grupo de oracin a sus fieles ms asiduos. Ahora esto lo iba a lanzar al mundo entero, aprovechando a los peregrinos que le llegaban por grupos, por parroquias, guiados por un sacerdote:

  • Escuchemos al Papa. Unmonos todos para rezar.

    Y pronto se constituyeron grupos por toda Italia y por el mundo entero, siempre dependiendo directamente de la Iglesia.

    El padre Derobert, iniciador de los grupos de oracin en Francia, le pregunt:

    Padre, a propsito, podemos organizar conferencias u otras actividades?

    De ninguna manera! Las palabreras slo pueden destruir el grupo. Recemos y hagamos rezar.

    Un da, dirigindose a un profesor universitario:

    En los libros se busca a Dios. En la oracin se le encuentra.

    Hoy, despus de treinta y tres aos de su muerte, los Grupos de Oracin no slo existen, sino que se han multiplicado por todos los pases del mundo.

    10

    Su gran obra terrenal

    Mario Sanvico, veterinario e industrial, y el doctor Guglielmo Sanguinetti, mdico, masn convertido por el Padre Po, se reunieron el 9 de enero de 1940, en una casita que haban hecho construir en el camino entonces deshabitado que va del pueblo de San Giovanni Rotondo al convento, con el Dr. Carlo Kisvarday, farmacutico, y algunos amigos ms. Entusiasmados, estaban decididos a poner en marcha el gran proyecto del que les haba hablado el Padre Po en conversacin privada desde el locutorio del monasterio:

    Vamos a crear un comit para la fundacin de una clnica. Estamos todos de acuerdo?.

    S, lo estamos. Y esta vez va a ir en serio. Tiene que ser un hospital moderno, con los medios de hoy. La comarca lo necesita, los peregrinos y los heridos de la guerra tambin... y es el deseo del Padre Po.

    Hagamos constar en el acta: Fundador de la obra: el Padre Po de Pietrelcina...

    Pero l no desea ser mencionado.

    Es cierto; sin embargo, que conste en acta... no os parece?

    S, s, que conste, el Padre Po es el fundador!

    Alivio del sufrimiento

    Y as se constituy un comit decidido a actuar segn las intenciones del Padre Po, a quien se lo expusieron de inmediato.

    Qu le parece, Padre?

    Esta tarde comienza mi gran obra terrenal les contest, y sacando del bolsillo una moneda de oro que acababa de recibir como limosna:. Deseo hacer la primera aportacin.

    Se abri una cuenta con las aportaciones, siendo naturalmente las de los peregrinos las primeras, y el 14 de febrero el Padre Po bautiz la obra con el nombre definitivo de Casa Sollievo della Sofferenza (Casa de alivio del sufrimiento). El comit no descansaba, se imprimi un folleto informativo, se tradujo a varios idiomas y se empez a divulgar. Los donativos llegaban de todas partes. El Padre Po guardaba emocionado una moneda de 50 cntimos que una mujer pobre y anciana, que quera ser de las primeras en colaborar, le dio para la construccin del hospital. Cuando la mostraba, aada:

  • El hospital se ha construido gracias a los donativos.

    Tan pronto acab la guerra en Europa se puso en marcha la gigantesca obra, y se cre una sociedad jurdica. Al principio no se dispona de arquitectos ni de aparejadores; en cambio, no faltaban mdicos ni administradores. Cmo empezar?

    El Padre Po, siempre desconcertante en sus consejos, rdenes y decisiones, siempre findose ms de la Providencia que de los razonamientos lgicos, le dice a don Giuseppe Orlando, en quien confiaba y ya haba participado en el pequeo hospital de San Francisco:

    Tienes que comenzar los trabajos.

    Pero, padre, sin un plan, sin un ingeniero. Hay que preparar el terreno, dinamitar rocas, no s por dnde empezar...

    Pero don Giuseppe obedeci y el 19 de mayo de 1947 se empezaba a allanar aquella montaa, y s supo por dnde empezar: transformando el mal camino que iba de San Giovanni Rotondo al convento en una amplia carretera de cuatro metros, practicable a los grandes camiones y mquinas que en breve iban a transitar por all.

    Destellos providenciales

    La Providencia ayudaba a manos llenas. Cuando no tocaba los corazones, deslumbraba con alguna gracia sobrenatural, de la que inmediatamente se hacan eco todos los peridicos de la poca. Fue el caso de la nia Anna Gemma Di Giorgi, siciliana, ciega de nacimiento. Su abuela haba decidido llevarla a San Giovanni Rotondo aconsejada por una pariente monja:

    El Padre Po es un santo, sus manos estigmatizadas estn llenas de gracias celestiales y su mirada est siempre dirigida al cielo para obtener de Dios las gracias que pedimos por su intercesin.

    Con una fe sencilla y confiada, Anna y su abuela marcharon el 6 de junio de 1947 rumbo al convento de Santa Mara delle Grazie. All, haciendo cola desde la una de la madrugada, la pequea pudo asistir a misa muy cerca del Padre Po, quien despus, inesperadamente, la llam al confesonario, le toc los prpados y le hizo la seal de la cruz. Por la tarde, cuando el Padre Po dio la comunin a varios nios, ella hizo la primera comunin. El Padre repiti la seal de la cruz sobre los prpados y la nia se dio cuenta de que vea por primera vez en su vida. El oculista de Palermo que haba diagnosticado ceguera de por vida comprob estupefacto que la nia lo distingua todo a su alrededor, objetos y personas, y sus ojos seguan sin pupilas. Aquel milagro, al mes de iniciarse las obras, caus gran sensacin.

    Los trabajos duraron nueve aos. Cada cosa llegaba justo a su tiempo. Cuando Don Orlando haba hecho remover ms de setenta y cinco mil metros cbicos de roca y se tena que pasar a la siguiente fase, el comit acababa de aceptar el proyecto, entre varios recibidos, de un tal Angelo Lupi, de cuatro plantas, seis mil metros cuadrados de superficie y capacidad para trescientos cincuenta enfermos. Lupi no era arquitecto, tampoco ingeniero, pero puso manos a la obra y aquello avanzaba.

    Una institucin que despus de la guerra rega la administracin de la ayuda a las regiones ms daadas concedi cuatrocientos millones de liras a la obra del Padre Po. Ayudas como stas eran decisivas y nunca el capuchino perdi la confianza, ni en los momentos que parecan ms difciles, pues en el ltimo instante apareca una donacin que permita atender un pago importante a su vencimiento. Se cumpla por entero una profeca que haba hecho Giuseppe Fajella, un anciano, vecino de los Forgione, cuando Francesco tena slo unos meses:

    Este nio ser honrado en el mundo entero. Pasarn fortunas por sus manos, pero no poseer nada.

    Labor fecunda

  • El Padre Po haba puesto mucho empeo en la realizacin del hospital. Saba, por propia experiencia, que el enfermo se siente inquieto y solo, el cuerpo sufre y el alma tambin.

    Hay que intentar aliviar a ambos deca con frecuencia. La Casa di Sollievo es un lugar en que los espritus y los cuerpos agotados se acercan al Seor y encuentran confortacin. Dios mira con amor nuestra alma que es llevada por nuestro cuerpo aqu en la tierra. As, pues, cuidemos de l.

    Los grupos de oracin rezaban por las intenciones del Padre y, entre otras, por el hospital y que ste se terminara pronto. Un Bolletino mensual informaba del estado de las obras y tambin de las actividades de estos grupos.

    Los aos que seguirn hasta 1950 sern una poca muy fecunda para el Padre Po, que puede ejercer libremente su ministerio. El nmero de peregrinos, gracias a los modernos medios de comunicacin, aumenta espectacularmente. Tambin las cartas que llegan de todo el mundo, unas pidiendo gracias, otras agradeciendo las recibidas. El padre Agostino anota en su diario el 13 de septiembre de 1949:

    Las cartas llegan por centenares. Las hay conmovedoras implorando gracias. Son numerosas las que nos cuentan las gracias recibidas.

    Los fieles hacen cola desde las dos de la madrugada para confesarse con el Padre Po, y se tiene que recurrir a dar nmeros de orden. En 1954 la Orden capuchina decide edificar una nueva iglesia ms amplia al lado de la antigua que se ha quedado ms que insuficiente. Esas muchedumbres y las enormes aportaciones que se recogen para la construccin de la Casa di Sollievo son los frutos de una vida de santificacin entregada por completo al Seor.

    El 5 de mayo de 1956, ante ms de treinta mil fieles, se hizo, por fin, la inauguracin oficial de la Casa del alivio del sufrimiento. El Padre Po celebr misa a las diez en la explanada de la entrada. Presida el cardenal Lercaro, arzobispo de Bolonia, con asistencia del ministro general de la Orden, del presidente del Senado, ministros del Gobierno, diputados y ms de trescientos periodistas. Se ley el telegrama que Po XII haba enviado al Padre Po.

    La prosa de las finanzas

    La obra estaba acabada. El Padre Po haba cuidado cada paso de las obras, incluso, junto con los arquitectos, que los edificios pudieran ser ampliados sin romper el conjunto. Y as ser en 1957 y sucesivamente hasta nuestros das. Tambin sufra para que no se torciera el verdadero fin de su obra, expresado muy bien por S.S. Po XII:

    ...la medicina que desea ser verdaderamente humana debe abordar a la persona por entero, cuerpo y alma. Pero es incapaz de ello por s misma, pues no posee autoridad que la capacite para intervenir en el terreno de la conciencia. Reclama, pues, colaboraciones que prolonguen su obra y la lleven a su verdadero fin.

    Dicho de otra manera, el enfermo slo encontrar alivio eficaz si reconoce ser atendido en la doble vertiente material y moral.

    Pero la direccin de la Casa di Sollievo della Sofferenza haba tenido cambios importantes en los ltimos aos y esto inquietaba al Padre Po, y para evitar las disensiones entre los accionistas pens en poner todas las acciones a su nombre, y que la gestin fuera confiada a la Congregacin de la Orden Tercera franciscana de Santa Maria delle Grazie. La congregacin se haba constituido al comienzo por la unin de los accionistas de la sociedad jurdica, la propietaria, con los gestores del hospital con el fin de que nunca fueran olvidados los objetivos que haban motivado la fundacin.

    El Padre Po se lo expuso as a S.S. Po XII pidindole el permiso, la dispensa de voto de pobreza y poder depositar esas acciones en el Instituto de Obras de Religin (IOR). Adems peda que el IOR aceptara, despus de su muerte, los bienes de la obra de la Casa di Sollievo y destinarlos a la continuacin de la misma. Po XII, que conoca la rectitud del Padre Po y era razonable su desconfianza en los financieros que pululan alrededor de semejantes obras, respondi favorablemente al primero de sus ruegos. El 99% de las acciones a

  • nombre del Padre Po se depositaron en el IOR en Roma, el Padre Po quedaba como director de la congregacin de la Orden Tercera y accionista mayoritario de la Casa di Sollievo, se converta en propietario y director a la vez del hospital, poda abrir una cuenta personal y recibir las donaciones destinadas a la Casa. En septiembre de 1957 nombra administrador nico a Angelo Battisti, quien en los aos tormentosos que se avecinan demostrar ser hombre ntegro y prudente.

    Tal confianza de la Santa Sede, los privilegios tan especiales concedidos al Padre Po, van a despertar, bien manipulados por Barba Azul, ambiciones, envidias y codicias que provocarn una nueva persecucin.

    11

    Segunda persecucin

    En los aos 60 se produce la segunda persecucin. Ya no se le puede acusar de falsario, pues son demasiados los testimonios y los informes mdicos. Este segundo acoso vendr despus de poner en marcha sus dos grandes obras y se buscarn otros motivos tales como el bien de la Orden capuchina o el buen sentido de la Iglesia para disimular los intereses humanos y sus pasiones. Sin embargo, durante las persecuciones no cesarn las curaciones y dems acciones sobrenaturales, cuya abundancia inducir a algunas autoridades eclesisticas a una mayor prudencia y severidad. La nueva serie de vejaciones y de condenas har exclamar al cardenal Lercaro:

    El Padre Po una vez ms encuentra su configuracin con Cristo humillado, perseguido y condenado.

    Ya el 3 de mayo de 1952, inesperadamente y sin justificacin, el padre Clemente Da Milwaukee, superior de la Orden, haba dirigido una carta a todas las casas capuchinas de Italia pidiendo:

    Abstnganse de favorecer las peregrinaciones a San Giovanni Rotondo, de difundir escritos y estampas del Padre Po.

    Qu lo mova? Prudencia o intereses ocultos?

    Al poco, monseor Girolamo Bortignon, obispo de Padua y tambin capuchino, prohibi los Grupos de Oracin en su dicesis.

    Todo aquello era el prlogo de una segunda persecucin, la de los aos 60.

    Un escndalo sonado

    Todo empieza por un problema de finanzas llamado escndalo Giuffr. El tal Giuffr prometa unos intereses del 100% a sus inversores, casi todos clrigos provinciales de las rdenes religiosas, que jugaban con crditos baratos obtenidos de sus fieles, y con la diferencia de intereses aspiraban a cubrir los costes de las reconstrucciones y obras nuevas, despus del desastre de la guerra.

    Al quebrar, pilla de por medio a todos sus acreedores, entre ellos al obispo capuchino de Padua, quien tena previsto construir un seminario y un hogar para dos mil incurables. En su dicesis haba una gran devocin al Padre Po y era evidente que los fieles si eran generosos con la Casa di Sollievo no lo podan ser tambin con su obispo y sus proyectos. De esta manera, desaconsejando toda relacin con el Padre Po, con muy buenas palabras en pro de la Iglesia, monseor Bortignon buscaba conseguir que el dinero de sus fieles fuera para sus proyectos.

    La provincia capuchina de Foggia haba sido tambin una de las ms afectadas por la quiebra de Giuffr. Tena grandes proyectos que realizar, igual que las dems provincias capuchinas. Al encontrarse en