CALEFACCIÓN ELÉCTRICA

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Ana Claudia Ferreira Eva María Herrero

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Ana Claudia Ferreira

Eva María Herrero

Los sistemas de calefacción eléctrica aportan una serie de ventajas que, de manera resumida, son las siguientes:

La calefacción eléctrica es una buena alternativa para poder lograr la temperatura ideal de la casa sin tener que utilizar gas, propano o gasóleo; además este le proporcionará economía, limpieza y seguridad.

La calefacción eléctrica es limpia. No existe combustión, humos, residuos ni olores; no consume oxígeno y no enrarece el ambiente.

La calefacción eléctrica es individual para cada vivienda o local. En comunidades de propietarios, cada usuario es responsable de su propio consumo exclusivamente.

La calefacción eléctrica tiene muy poco o nulo mantenimiento.

Acumuladores

Radiador eléctrico

Calentador por convección

Convección forzada

Los radiadores tienen un bajo consumo eléctrico debido a la baja potencia absorbida de los emisores térmicos, aproximadamente un 50% menos que los emisores tradicionales. Tienen un alto rendimiento, por las especiales características de su fluido térmico. En uso continuado en 10-12 horas de emisión de calor, el consumo de energía raramente supera las 5 horas.

Y una elevada temperatura (aproximadamente 80ºC).

Son sistemas de calefacción eléctrica que tienen un ventilador que hace pasar aire forzado a través de las resistencias. Esto logra que el aire de la habitación se caliente mucho más rápido que con la convección natural. Además son muy compactos, ya que la entrada continua de aire frío permite alcanzar mayor temperatura en las resistencias sin riesgo.

Como inconvenientes: suelen ser ruidosos, y el movimiento de aire que producen puede resultar molesto ya que hace disminuir la sensación térmica. Particularmente en la ducha, ya que el viento y la piel mojada no se llevan bien.

Consiste en calentar un objeto “iluminándolo” con radiación electromagnética, la cual se propaga sin necesidad de un medio. A diferencia de los métodos de convección, el aire de la habitación apenas se calienta, llegando primero el calor a los objetos opacos situados frente al radiador. Aunque todas las estufas eléctricas emiten radiación en mayor o menor medida, en el sistema donde es más evidente es la estufa halógena.

La ventaja de estas estufas es que te calientan inmediatamente, siempre que te coloques delante de ellas. Si se utilizan de esta manera consumen menos, ya que no es necesario que calienten todo el aire de la habitación. El inconveniente es que, precisamente al no calentar directamente el aire, la habitación permanece fría durante más tiempo, por lo que si nos ponemos de cara al radiador notaremos la espalda fría. A menos que demos vueltas como pollos en un asador.