C. M. Strongville - Las Cosas Que Nunca Te Dije

7/21/2019 C. M. Strongville - Las Cosas Que Nunca Te Dije

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Sinopsis

«Hola, amor. ¿Recuerdas aquella vez cuando me viste con otra chica? Pude ver como tu

corazón se partía en pedazos. Pero no era tu culpa, nada fue tu culpa. Tu siempre fuiste

perfecta. Bueno... solo quería pedirte perdón por ser un idiota. Creo que siempre supe que

no te merecía .En fin, solo quería decirte algunas cosas, solo quería decirte... lo que nunca

te dije. »



1

¿Recuerdas el primer día de clases?

Te mirabas hermosa.

Creo que fue aquel día cuando te metiste en mi cabeza.

Y no saliste jamás.

2

¿Recuerdas cuando comencé a coquetear con tu mejor amiga?

Quería que me vieras, eras la única que podía lograr que me sintiera invisible.

3

¿Recuerdas la primera vez que te hablé?

Tú me miraste con esos ojos tan serios y me pediste que te dejara sola porque te sentías mal.

Pero no lo hice.

Y esa fue la mejor decisión que tomé en la vida.

4

¿Recuerdas aquella lluvia torrencial en la escuela?

Tú me mirabas de lejos, estabas con tu mejor amiga.

Yo abracé a una chica y vi como tu expresión cambió

Estabas celosa.

Me sentí inmensamente feliz.



5

¿Recuerdas la primera vez que tomé tu mano?

Te había pedido que me acompañaras a comprar un té.

Tu cara al sentir el contacto no tenía precio.

Te mirabas completamente asombrada de que hubiera hecho eso.

Luego me enteré que ningún chico había hecho antes.

6

Tus amigas me amenazaron, ¿sabías eso?

Decían que si no quería ser tu novio que mejor ni te ilusionara.

Lo que no sabían es que tenía miedo a que me rechazaras.

A tu lado siempre me sentía inseguro.

7

La vez que por fin me animé a preguntártelo te pedí que fuéramos a caminar.

Esperaba todo menos que me vieras seria y preguntaras: «¿Es en serio?»

Te dije que sí y tu sonreíste.

Y aceptaste.

8

Entonces te besé y tú te quitaste cuando quise profundizarlo.

Era tu primer beso.



12

Terminamos a las dos semanas.

Cada vez que la besaba deseaba que fueras tú.

Pero no eran tus castos besos inocentes.

No eras tú.

Y por eso terminamos.

Porque nadie nunca seria tú.

13

Semanas.

Fueron semanas lo que dure pidiéndote otra oportunidad.

Pero siempre decías que no.

No querías volver conmigo pero me reclamabas cada vez que hablaba con alguna chica.

¿Quién demonios te entendía?

Yo no.

14

Sabía que me querías.

Sabía que aún sentías algo por mí.

Así que te dije que terminando el semestre me mudaría.

Lo sé, fue chantaje.

Pero funcionó.



22

Lloraste en silencio.

Me perdonaste.

No lo merecía.

No te merecía.

Pero lo agradecí.

23

Reprobé el semestre.

Sabía que ya no nos veríamos en la escuela, así que te pedí que le contaras a tus padres denosotros.

Lo hiciste.

Tuviste tu primer pelea con ellos.

24

Cumplimos seis meses juntos.

Nunca peleábamos.

Era perfecto.

25

Te conté sobre mis amigas.

Sobre mis ex-novias.

Sobre mis aventuras.

Aún no entiendo porque te enojaste conmigo.



26

¿Yo como iba a saber que estabas celosa?

Eras más fría que un tempano de hielo.

Nunca me demostrabas como te sentías.

27

Nos mirábamos todos los sábados.

Tu ibas al entrenamiento de baloncesto.

Pero nunca entrenabas.

Preferías irte conmigo a la parte de atrás de la preparatoria.

28

Tus calificaciones empezaron a bajar.

Tus peleas con tus padres aumentaron.

Siempre acudías a mí.

Decías que yo era tu mejor amigo.

Que no te imaginabas sin mí.

Y por primera vez me imaginé pasando mi vida con alguien.

Contigo.



29

Nunca usabas ropa ajustada.

Tu falda del uniforme no era corta.

Incluso tu uniforme de baloncesto era enorme.

Pero cuando fui por primera vez a visitarte a tu casa, te vi con un pantalón y una blusa

ajustados.

¿Quién iba a imaginar lo que escondías debajo de esa ropa?

30

Cumplimos un año juntos.

Jamás había tenido una relación tan larga.

Y menos tanto tiempo sin tener sexo.

Así que empecé a tratar de convencerte.

Sabía que eras virgen, pero aun así te presioné.

31

Siempre decías que no.

Pero día tras día te rendías un poco más.

Te dejabas un poco más.

Y me aproveché de eso.

Me aproveché de ser tu debilidad.



32

Yo fui tu locura y tu cordura.

Tu debilidad y tu fortaleza.

Tu razón y tu delirio.

Yo fui todo para ti.

Y tú lo fuiste todo para mí.

33

Eras tan linda, tan dócil...

Podía hacerte como yo quisiera.

Y eso hice.

Te moldeé a mi manera.

34

Me presionabas por más.

Yo tenía mis dudas.

Te dije que no.

Tú te alejaste de mí.

¿Hacía bien al guardar esa postura?

No lo sabía.

Pero si sabía que no quería perderte.



35

Cada día te alejabas mas de mí.

¿Por qué estabas tan lejano?

Parecía no poder llegar a ti.

¿Acaso era mi culpa?

¿Debía rendirme completamente ante ti?

Planeaba pasar toda mi vida contigo.

¿Qué importaban mis principios si te alejaban de mi lado?

36

Estaba ciega.

Eras como una venda sobre mis ojos.

No me dejabas ver la realidad.

Lo que estaba bien y lo que estaba mal.

Pero decidí ignorar mi voz interior.

37

Aunque cada día te dejara llegar más lejos.

Aunque cada vez estuvieras más cerca.

Tu comportamiento seguía siendo lejano.

¿Qué estaba haciendo mal?

¿Debía dejarte llegar hasta el final?



38

Me hiciste perder más de una cosa.

Mi orgullo.

Mi cabeza.

Mi razón.

Mi dignidad...

39

No sabía que mas hacer.

Me estaba volviendo loca tu indiferencia.

Me resigné.

Ibas a perderme y parecía no importarte.

40

Ya no podía más.

Me lastimaba tu actitud.

Traté de hablar contigo.

Pero tu hacías oídos sordos.

Así que te dejé.

Me destrozó por dentro, pero te dejé.

41

Te pedí que no me dejaras.

Que cambiaría.

Que las cosas serian mejores.

Pero no quisiste escuchar.



42

Al día siguiente fuiste a mí.

Tu cara dejaba ver lo destrozada que estabas.

Jamás imaginé que nuestra ruptura te afectaría tanto.

Me dijiste que querías hablar.

43

Sonreí.

Sabía que regresarías a mí.

Siempre eras tú la que regresaba.

44

Me abrazaste y empezaste a llorar.

Dijiste que me necesitabas.

Ese día mas que nunca.

A tu hermano le habían diagnosticado cáncer.

45

Volvimos.

A tu madre no le agradó mucho la idea.

Pero no te importo.

Solo te importaba yo.

Siempre era yo primero.



46

Nuestra relación era algo incómoda.

Sabíamos que no estaba del todo bien.

Yo lo intentaba.

De verdad lo hacía.

Pero tú te sentías lejana.

47

Peleábamos todo el tiempo.

¿Quién era ese chico que te saludo?

¿Por qué te besó la mejilla?

Sentía como te me escurrías entre los dedos.

Y no podía hacer nada para retenerte.

48

Yo te amaba.

Tú decías que me amabas.

Por eso seguíamos con lo nuestro.

Solo que ya estaba roto.

Por más que intentábamos arreglarlo, siempre había algo que se nos escapaba.

49

Dicen que una relación no es nada sin la confianza.

Mi error fue dejar de confiar en ti.

Tal vez fue eso lo que nos destruyo.

Mis celos y desconfianza.



50

Lo nuestro estaba por los suelos.

Pero tenías algo en mente para tratar de arreglarlo.

Mi cumpleaños se acercaba y querías darme un regalo especial.

51

Te conté sobre mi nueva amiga, Leslie.

Salíamos todos los días.

Te enojaste.

¿Pero por qué?

Ella tenía novio

Y yo te amaba a ti.

52

¿Cuándo nos habíamos distanciado tanto?

Según yo estábamos bien.

¿Fue algo que dije?

Solo debías hablar conmigo.

Yo quería arreglar las cosas entre nosotros.

53

Sabía que te iba a perder si no hacia algo.

Te pedí que te casaras conmigo,

Lo sé, teníamos 16.

Pero yo te amaba.

Y tu dijiste que sí.



58

Pasaron los días y yo quería mas.

Te buscaba, te llamaba.

Pero tú te escondías.

¿Hice mal al haberte presionado tanto?

59

Un día fui por ti a la escuela.

Un chico estaba tomando tu mano.

Quise matarlo.

Tu tratabas de soltarlo, pero él no te dejaba.

Me viste y tu rostro palideció.

60

De alguna forma saliste de su agarre.

Saliste corriendo hacia mí.

Me quisiste besar, pero yo no te dejé.

¿Quien se había creído ese tipo?

Te tomé del brazo y te grité.

Jamás te había visto tan asustada.



61

Te acompañe a tu casa.

Aun seguía muy enojado.

Te quise besar pero corriste tu rostro.

Me miraste seria y me partiste el corazón.

"Creo que mejor lo dejamos aquí"

62

Sacudí la cabeza incrédulo.

Tú no me podías dejar.

Me amabas.

Yo te amaba.

Nos íbamos a casar.

¿Qué iba a hacer sin ti?

63

Me acerque a ti y tome tu muñeca.

Te estremeciste.

¿Me tenias miedo?

Te pedí perdón.

No me importaba perder mi orgullo mientras no te perdiera a ti.

Tú eras mi todo.



64

Me sentía perdida.

Confundida.

Nuestra relación había estado mal.

Fue por eso que decidí darte lo más preciado.

Me arrepentí.

65

Tu amor por mi se volvió obsesivo.

Eras muy celoso.

Muy posesivo.

Estabas empezando a asustarme.

66

Te rogué que no me dejaras.

Pero tú ya habías tomado una decisión.

Te dije que te arrepentirías.

Que sufrirías.

Pero el único que sufría era yo.



67

Te busqué en la escuela.

En tu casa.

En la calle.

Te buscaba en todas partes.

Pero solo estabas en mi mente.

Y en mi corazón.

68

Pasó un mes y aun no regresabas.

¿Te había perdido para siempre?

69

Dejaste de contestar mis llamadas.

Ignorabas mis mensajes.

No quería darme por vencido contigo.

Tu valías la pena.

70

Un día contestaste.

Ya habían pasado 4 meses.

Pregunté que hacías.

Me dijiste que estabas con tu novio.

Y en ese instante me di por vencido.



71

Pasaron los meses.

Empecé a tomar.

Me metí en cosas de las que no estoy orgulloso.

Y aun así no podía sacarte de mi ser.

72

Me estaba hundiendo.

Me estaba perdiendo.

Tú habías encendido algo en mí.

Algo que se apagó con tu partida.

73

Pensé que mi vida había acabado.

Pero luego llegó ella.

74

No quería otra relación seria.

Tú ya me habías lastimado.

Pero ella era insistente.

Y aunque traté de impedirlo, me enamoré.



75

Caí en depresión.

Aunque sabía que no eras bueno para mí.

Seguía doliendo tu ausencia.

Hice cosas de las que me avergüenzo.

Pero de alguna manera tenía que superarte.

76

Me estaba volviendo loca.

Literalmente.

No sabía si era por haberte perdido.

O si era por estar perdiendo a mi hermano.

O simplemente porque mi familia se estaba viniendo abajo.

Pero sabía que te necesitaba.

Lástima que tú a mi ya no.

77

Recuerdo tu última llamada.

Cuando te enteraste de mi nuevo novio.

El silencio que se instaló entre nosotros.

El tono dolido con el que te despediste.

La culpa que sentí después.

La confusión de él cuando le dije que no podíamos seguir con aquello.

Porque, aunque me duela confesarlo, eras tú con quien quería seguir.



78

Dicen que el primer amor nunca se olvida.

Pero, ¿qué pasa cuando pierdes a tu único amor?

¿Con quién planeabas tantas cosas?

¿A tu mejor amigo?

79

La amaba tanto.

Ella me había hecho superarte.

O eso creía.

Teníamos pocos meses juntos cuando me enteré.

Estaba embarazada.

80

Los problemas empezaron.

Sus celos, reclamos y hasta golpes.

No era nada como tú.

Me colmó la paciencia.

En una de nuestras peleas le grité de vuelta.

Le dije que quería que fueras tú quien llevara a mi hijo, no ella.

Ese día terminamos.

Y te llamé.



81

Un año y medio después de separarnos.

Dieciocho meses más tarde.

Fue entonces cuando recibí tu llamada.

Teníamos muchísimo tiempo sin hablar.

Me entraron los nervios.

Dijiste que necesitabas hablar con alguien.

Conmigo.

82

Preguntaste si podías visitarme.

¿Que debía decirte?

No estaban mis padres.

No estaban mis hermanos.

Pero te extrañaba.

Así que dije que sí.

83

Fui a tu casa.

Resultó que estabas sola.

¿Podía una mujer verse más bonita?

Porque eso sentía.

Sentía que mis recuerdos no te hacían justicia.



84

Te abracé.

Había necesitado tenerte entre mis brazos de nuevo.

Te conté que peleaba siempre con mi mamá.

Que le gritaba a mi padrastro.

Que tenia desacuerdos con mi novia.

Y tú solamente me escuchabas.

85

Cuando te conté que ella estaba embarazada, tu rostro cambió.

Me sentí tan inseguro.

Te dije que habíamos terminado.

Tu cara se mostraba estoica.

Por mas razones que te daba, te seguías mostrando decepcionada de mi.

Pero obtuve una reacción.

Cuando te pedí otra oportunidad.

86

¿Otra oportunidad?

¿Estabas loco?

¿Habiendo dejado a tu novia embarazada?

No era tan tonta.

Te amaba, pero no iba a darte otra oportunidad.

Te lo dije.

Tú me besaste.



87

Tus labios eran tan suaves y dulces.

Habían sido mi droga.

Nunca me había podido saciar de tus besos.

Y esa vez no fue la excepción.

88

Cuando te separaste quise llorar.

¿Por qué tenías que hacer las cosas tan difíciles?

89

Te dije que todavía te amaba.

Rompiste a llorar.

90

Te dije que no.

Sentí un vacio en el pecho.

Pero era lo correcto.

Tu cara era un poema.

"¿Ya no me amas?" preguntaste.

Y yo no supe que decir.



91

Así que mentí.

Te dije que no sentía nada por ti.

Que tu beso no significo nada.

Asentiste, te pusiste de pie y me diste las gracias por escucharte.

Te marchaste.

Y yo me quede ahí.

Sintiéndome vacía, rota, incompleta...

92

¿Qué haces cuando pierdes a quien más amas?

¿Cuando nadie entiende lo que estas sintiendo?

¿Cuando solo piensas en los momentos felices?

Seguir adelante.

Eso es lo que yo hice.

93

Pasaron los meses.

Los años.

Y tu seguías estando en mi mente.

Y en mi corazón.

Me enteré que eras feliz.

Que habías vuelto con ella.

Y que habías formado una familia.



94

Si tú eras feliz, ¿por qué no podía serlo yo?

Volví a salir.

Volví a reír.

Y luego lo conocí a él.

Y volví a amar.

Volví a vivir.

95

Un día salí a pasear.

Y te vi.

Con tu familia.

Esperé que la tristeza me embargara.

Que el dolor me cubriera.

Pero nunca llegó.

96

Yo era feliz.

O eso pensaba.

Pero luego pensaba en ti.

Y recordaba que había sido más feliz.

Contigo a mi lado.



97

Un día salí a pasear con mi familia.

Y te vi con un chico.

Ibas riendo y lo abrazabas.

Se detuvieron y te besó.

Y sonreí.

Por lo menos eras feliz.

98

¿Era el destino?

Nos volvimos a topar.

¿Que se suponía que debía decirte?

99

Te mirabas más guapo que nunca.

Desvié la mirada cuando sentí mi rostro arder.

Tú sonreíste.

Y yo te imité.



100

Era un día como cualquier otro cuando le avisé a mi novio que saldría con una amiga.

— Te veo al rato, te amo — susurré antes de depositar un beso en sus labios. Me despedí de él y

me encaminé al café donde había quedado con mi amiga.

Llegué al lugar y tomé asiento después de hacer mi pedido.

Me encontraba jugando con mi teléfono móvil cuando escuché que me llamaban por mi nombre.

Me giré y me encontré contigo.

Wow.

Te mirabas increíble.

— Wow, te ves... genial — susurraste, pero yo no pude decir nada. Tomaste mi silencio como

algo malo porque inmediatamente tu rostro cayó antes de mirar alrededor. — ¿Vienes con

alguien?

Aun en trancé, negué.

— Estoy... esperando a una amiga. — Por fin salió mi voz.

Tu rostro se iluminó y, sin preguntar, tomaste asiento a mi lado.

Después de unos minutos ya nos encontrábamos charlando y riendo como dos viejos amigos.

Siempre había sido así entre nosotros, las conversaciones fluían con una facilidad increíble y los

temas de los cuales hablar nunca faltaban.

Empecé a recordar todas las veces en las que me hiciste reír, en las que me enseñaste lo que era

ser amada y valorada y, aunque ambos habíamos cometido muchos errores, supe que nos habían

dejado lecciones valiosas y que no cambiaría nada de lo que habíamos pasado.

Habías sido mi primer amor. La primera persona que amé y que me enseñó a amar. Y siempre te

estaría agradecida por ello.

Colocaste tu mano sobre la mía y sonreíste tristemente.

— Ya me tengo que ir — dijiste con pesadez. Sentí un nudo en el pecho pero asentí.

— Está bien.

— Espero... espero poder verte pronto. — Soltaste una risa y me miraste con esos ojos que tanto

me habían gustado.

— Tal vez nos veamos por ahí — bromeé. Asentiste y te diste la vuelta caminando hacia la salida.

Abriste la puerta pero luego te detuviste.



Me miraste por encima de tu hombro y luego regresaste hacia mí. Te inclinaste y besaste la

esquina de mis labios.

— Fue un placer verte, solo quería decirte... Gracias. Por todo.

El nudo viajo a mi garganta.

— Gracias a ti también — dije en un susurro roto. Pude ver las lágrimas que se formaron en tus

ojos haciéndome saber lo mucho que me seguías amando, como yo aun lo hacía; pero luego

reíste contagiándome y nos olvidamos del sentimentalismo del momento.

Te marchaste y me dejaste con una triste sonrisa en el rostro.

Nunca más te volví a ver después de eso.

Supe que eres feliz.

Yo también lo soy.

Ambos somos felices aunque no estemos juntos.

Pero siempre te estaré agradecida y tendrás un lugar en mi corazón.

Porque fuiste, eres y serás el primero.

FIN.

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C. M. Strongville - Las Cosas Que Nunca Te Dije

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