BUSQUEMOS JUNTOS LA VERDAD - Agustinos Granada … · Esas palabras le encantaron a los niños y...
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3º Primaria 1º Premio Poesía BUSQUEMOS JUNTOS LA VERDAD Se dice que para vivir se requiere de esperanza. A veces solo se necesita descubrir tu corazón, un poco de confianza. La esperanza es como el sol que se renueva cada día o como un campo de girasol que al verlo llena de alegría. Santiago Cuevas Benítez, 3º A
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3º Primaria
1º Premio Poesía
BUSQUEMOS JUNTOS LA VERDAD
Se dice que para vivir
se requiere de esperanza.
A veces solo se necesita
descubrir tu corazón,
un poco de confianza.
La esperanza es como el sol
que se renueva cada día o
como un campo de girasol
que al verlo llena de alegría.
Santiago Cuevas Benítez, 3º A
2º Premio Poesía
LOS AMIGOS DE VERDAD
Un niño en el colegio
no dejaba de llorar
no sabíamos que le pasaba
así que fuimos a preguntar.
Con lágrimas en los ojos
nos contaba lo ocurrido
lo habían castigado sin jugar
pero él no había sido.
No llores más, le dijimos.
Demostraremos la verdad
todos juntos y unidos
para que puedas jugar.
El niño muy contento
se hizo nuestro amigo
le ayudamos mucho
y le quitaron el castigo.
David Morales Rodríguez. 3ºB.
1º Premio Redacción
EL MISTERIO DE LA SEÑO PIMPINELA
Era lunes, volvíamos del recreo y cuando llegamos nos encontramos con toda la
clase desordenada. Al entrar la seño Pimpinela y ver cómo estaba todo, se enfadó bastante.
Al día siguiente teníamos una excursión al zoo y la seño nos dijo que, si aparecía el
culpable, podríamos ir a nuestra deseada excursión.
Desde ese momento todos comenzamos a trabajar en equipo para poder solucionar
nuestro dilema. Lo primero que hicimos fue reunir pistas y encontramos huellas de
pintura, un pelo rubio y una manzana mordida. Cual fue nuestra sorpresa que, tras reunir
las pistas, todo apuntaba a que la seño Pimpinela era la culpable. Ella tenía el pelo rubio,
las manos manchadas de pintura porque habíamos estado haciendo una manualidad y su
desayuno siempre era una manzana…
Cuando se lo dijimos a la seño que por qué había sido ella, nos comentó que quería
darnos una lección. Si todos trabajamos unidos hacia una misma dirección, no solo reluce
la verdad, sino que también nos hacemos más amigos y disfrutamos de los demás.
Al día siguiente nos fuimos todos de excursión y nos lo pasamos fenomenal. ¡Vaya
seño nuestra seño Pimpinela!
Alberto Bujaldón Hinojosa. 3ºB.
2º Premio Redacción
EL CAMINO HACIA LA VERDAD
Carlos y su mejor amigo, Daniel, están jugando una tarde de primavera en el parque. De
repente Carlos cuenta una mentira a Daniel, pero siguen jugando sin problema.
Un día, Daniel se entera por otro amigo que Carlos le había mentido aquella tarde en el
parque y se pone muy triste.
Daniel se encuentra a su amiga Alicia y le cuenta lo que le ha pasado con Carlos. Alicia
entonces decide contarle a Daniel una historia que le contó su tía sobre la verdad.
Tú tienes un camino en tu vida. Si lo sigues y siempre dices la verdad, ese camino te
llevará a Dios, pero si no dices la verdad cae una roca en el camino que no te dejará pasar.
Así, cuantas más mentiras digas más grande se hará esa roca y más te costará quitarla del
camino, y si cuentas la verdad la roca se irá haciendo cada vez más pequeña hasta que
desaparece.
Mi tía me contó también que por cada vez que contara una mentira debería de contar dos
verdades para que se vaya la roca del camino.
Y le dijo Alicia: “pues si Carlos te ha mentido peor para él porque ahora tendrá que
deshacer las rocas que han caído en el camino”.
A Daniel le gustó mucho lo que le contó su amiga y fue corriendo a contarle ésta a su
amigo Carlos.
Los dos amigos decidieron que siempre contaría la verdad y así continuaron su camino y
encontraron a Dios.
Fernando González Güido, 3º A
4º Primaria
1º Premio Poesía
UN MUNDO DE VERDAD BAJO UNA LUPA
Érase una vez
Con una lupa para ver
Una niña solita
Que buscaba una cosita
¿Para qué le utilizaría?
¿Para ver una estantería?
¡No, que va! La niña sonreía
¿Entonces para qué sería?
¡Era un mundo!
¿Y qué había en ese mundo?
Había una cosa llamada verdad
El que busca con fuerza la encontrará
Buscó por cada rincón
Y por fin la encontró
Estaba dentro de cada corazón
Solo tenía que buscar en su interior
Inés Fernández de Moya Gámiz 4ºC
2º Premio Poesía
JUNTOS TRIUNFAREMOS
Contra el coronavirus lucharemos
Y la verdad encontraremos
Con la mascarilla convivimos,
Estamos confinados
No podemos ver a los amigos
Pero todos sabemos que estamos unidos
Y ahora…¡Terremotos!
El susto que nos damos,
Pero con las manos juntas
Todos nos salvamos
Yo siempre llevaré una sonrisa
Pues no me verás parado
Aunque el covid nos devore
Estaremos a tu lado
Busquemos juntos la verdad
Un lema que me ha encantado
La verdad buscaremos y…
¡Todos juntos triunfaremos!
Alberto García Vellido 4ºC
1º Premio Redacción
LA VERDAD
Había una vez un mundo blanco, blanco, blanco… Solo había cinco niños y niñas a los
que Dios les había dejado una misión. Solo una, pero era muy importante: hacer que el
mundo se llenara de color y que buscaran la verdad. La verdad sobre Dios, un Dios muy
importante.
- ¡Empezamos la búsqueda chicos! (dijo Dios)
- ¡Allá vamos! (respondieron los chicos)
Los chicos encontraron la primera pista que Dios les iba dejando: “¡aquí hay una nota!”
(gritaron) Pone: “haz que el mundo esté vivo dando tu amor a los demás, como ellos te
lo dan a ti”.
Ellos lo entendieron perfectamente y lo intentaron hacer.
Encontraron la segunda pista que Dios les enviaba, decía: “ayudaros unos a otros, si uno
se cae, no os riáis, ayudadlo”.
Esas palabras le encantaron a los niños y estaban deseando encontrar la tercera pista.
Por fin la encontraron y ponía “si tú piensas en algo, lo tienes que decir, no te lo
guardes”.
Y, amigos lectores, con estas pistas que Dios nos dio, esos niños maravillosos crearon
este mundo lleno de color en el que ahora vivimos junto con Dios.
Con cada acción buena llegaban hasta la luz de Dios. El mundo cogió cada vez más
color y finalmente, ellos subieron con Dios al cielo porque Él quería hablarles.
Subieron y les dijo “muchas gracias chicos, el regalo que os voy a hacer es la paz entre
vosotros”.
Colorín colorado en todo el mundo hay paz.
María del Mar Mirasol Jiménez 4ºA
2º Premio Redacción
El pájaro de la verdad
Había una vez una niña que se llamaba Emma. Acababa de cumplir 11 años y le
dijeron sus padres que podía adoptar un pajarito. Fueron a la tienda de animales y había
dos pájaros. Uno era rojo y era el pájaro del mal ¿Qué quería decir eso? Pues que su
corazón era negro y de piedra. Dentro, tenía el odio, el mal, el diablo... Vamos, nada
bueno. Sin embargo, el otro era el pájaro del bien, es decir, su corazón era rojo de carne,
era sano y tenía: la verdad, la alegría, el amor... Vamos, todo lo bueno. Emma no sabía
cuál elegir, estaba confusa, pero en ese momento vino un angelito de color rojo y negro.
No parecía muy amigable. Tenía cuernos y cola y un bastón de tenedor gigante. Él le dijo:
"coge el del mal, con él no hay reglas, es el mejor”.
Emma le pregunto: "¿Estás seguro?
- Sí, sí, claro. Yo nunca me equivoco, jovencita (dijo el ángel rojo).
De repente, desapareció y vino un angelito blanco. Él tenía un pelo rizado de color del
oro, unas alas de plumas blancas y ojos azules. Él era más amigable. Le dijo: "Coge el
pájaro del bien, él va con Dios y con la verdad, no lo deberías dudar si crees en Dios"
- "Sí, bueno, es que vino antes un ángel rojo y me dijo que cogiera el pájaro del mal" (dijo
Emma).
- "¿Qué ángel? No, no es un ángel, es un siervo del diablo. (Dijo el angelito blanco)
- "¿Y tú quién eres"(dijo Emma)
- "¿Yo?, ¿Es que no lo ves? Soy el amigo de Dios. Es que Dios no tiene siervos (dijo el
angelito blanco).
Y él, como el Ángel Rojo, desapareció. Emma, al final cogió el pájaro del bien: es el
camino que deberíamos coger todos, el camino a Dios, a la verdad. Es lo mejor para
nuestro corazón y Emma fue muy lista. Después de eso, no cambió de opinión.
¡Busquemos juntos la verdad y seremos mejores!
Elia Marina de Federico 4º B
5º Primaria
1º Premio Poesía
EL SENDERO DE LA VERDAD
Busquemos juntos la verdad.
¿Cómo?
Aprendiendo a amar,
Aprendiendo a respetar.
Señor, apártanos del mal.
Señor, ayúdanos a hacer feliz a los demás.
Señor, guíanos por el sendero de la verdad
Para poder así no apartarnos
De tu camino de solidaridad.
Sabemos que Dios nos ayudará
Sabemos que va a ser difícil este camino
Pero seremos felices si conseguimos
Llegar a nuestro destino,
Que no es otro que buscar a Dios.
Busquemos juntos la verdad
Y la vida nos regalará
Amar a Dios y a los demás.
Lucía Carvajal Arco 5º A
2º Premio Poesía
BUSQUEMOS JUNTOS
Busquemos juntos la verdad,
para tener felicidad.
Busquemos juntos la verdad,
para tener una verdadera amistad.
Busquemos juntos la verdad,
Para vivir en paz.
Busquemos juntos la verdad,
Para poder perdonar.
Busquemos juntos la verdad,
Para vivir en comunidad.
Busquemos juntos la verdad,
Para no pecar.
Busquemos juntos la verdad,
Pasemos de la vanidad.
Busquemos juntos la verdad,
Para no rechazar más.
Busquemos juntos la verdad,
Y no paremos de empatizar.
Busquemos juntos la verdad,
Para no vivir sin amar.
Busquemos juntos la verdad,
Para no acosar.
Busquemos juntos la verdad,
Para no mentir más.
Busquemos juntos la verdad,
Para no hablar mal.
Y solo hay una verdad
Que está en el cielo,
Y nos ayuda con mucho empeño.
Marta González Salido 5º A
1º Premio Redacción
LA CUEVA DE LA VERDAD
Érase una vez un grupo de cuatro niños que quedaban todos los días para ir al
colegio. Un día, decidieron ir por otro camino y vieron una cueva que les llamó la
atención.
- ¿Entramos en la cueva? – dijeron todos.
Un niño que se llamaba Pablo no quería entrar porque decía que no quería llegar tarde al
colegio, pero todos los demás acabaron convenciéndolo para que entrara. Estuvieron un
rato y, cuando se fueron a dar la vuelta, vieron que la entrada de la cueva estaba cerrada,
sin salida. De repente, se escuchó una voz muy grave diciendo:
- Si de la cueva queréis salir, el camino tenéis que seguir y la verdad encontraréis.
Los niños empezaron a preguntarse qué era la verdad y una niña llamada María dijo:
- La verdad con mayúsculas significa encontrar a Dios y se expresa a través de
humildad, solidaridad, amor, autenticidad y honradez.
La misma voz se volvió a escuchar:
- Muy bien María. Ahora, seguid el camino y encontrad la verdad.
- ¿Por qué siempre nos pasa lo peor a nosotros? – dijo Pablo.
- Buscar la verdad no es lo peor, sino lo mejor. Cuando salgáis de aquí lo entenderéis.
Todos empezaron a seguir el camino menos Pablo, que se quedó atrás despistado.
De repente, vio un jarrón muy bonito que le gustaría a su madre. Cuando fue a cogerlo,
se le cayó y se rompió. Pablo se asustó y fue corriendo con el resto de sus compañeros.
La voz volvió a hablar y dijo:
- ¿Quién ha roto el jarrón?
Y Pablo, que lo había roto, pensó:
- Si lo digo, ¿me castigará? Bueno, en realidad, la honradez y la honestidad es lo
importante.
- He sido yo – dijo Pablo.
- Muy bien Pablo, has hecho lo correcto diciéndolo – dijo la voz grave más tranquila.
Los niños siguieron el camino y se encontraron un perro con una pata herida. Como todos
llevaban una mochila, uno de ellos sacó un kit de primeros auxilios que le había preparado
su madre. Cogió una venda y curó al perro. La voz grave dijo:
- Así me gusta Jesús, con amor y solidaridad por encima de todo.
Siguieron el camino y se encontraron a una persona sin hogar que tenía mucha hambre.
Una niña, a la que su madre le había preparado su merienda favorita, la cogió y se la dio.
Como siempre, la voz extraña dijo:
- Muy bien hecho Lucía. Cómo me gusta que hagas esto por tus hermanos.
Siguieron el camino y, justo cuando estaban a punto de salir, la voz dijo:
- Javier, ¿le vas a decir a tu madre que te has peleado en clase? Javier se quedó
impresionado y respondió:
- ¿Cómo sabes eso? – dijo con el cuerpo temblando.
- Porque yo lo sé todo hijo mío. Y ahora respóndeme, ¿se lo vas a contar o no?
- Bueno, tendré que ser humilde y pedir perdón. Se lo contaré aunque me cueste un
castigo sin jugar a la Nintendo.
- Muy bien Javier, así me gusta. Que seas humilde y reconozcas tus errores. Recordad
siempre esto: la verdad os hará libres, así que buscad juntos la verdad. Este es solo
el principio.
¡Os amo!
Jesús Banqueri Pegalajar 5ºA
2º Premio Redacción
EL ROBO SIN AUTOR
Érase una vez un colegio llamado Santo Tomás de Villanueva, aunque todo el
mundo lo conocía como colegio Agustinos. En el colegio había clases de infantil,
primaria, eso y bachillerato. Habitualmente se respiraba un buen ambiente, tanto entre los
alumnos como entre los profesores. Sin embargo, esto cambió en la clase de 5ºA. No se
sabe con certeza cuál fue el motivo que llevó a las peleas, los malos modos y el mal rollo
en esta clase. Pero ocurrió. De repente, empezaron a formarse grupos entre los alumnos,
enfrentándose entre sí. Los profesores no podían hacer su trabajo, pues se pasaban el día
intentando solucionar los problemas entre los grupos. Ya no había juegos en el recreo, ni
se celebraban cumpleaños. Aquella situación era un rollo y, tanto los profesores como el
director, estaban muy preocupados.
Cuando la situación parecía imposible de soportar, empezaron a ocurrir unos hechos
que parecía que venían para empeorar la situación. Cada día desaparecían,
misteriosamente, meriendas de los alumnos. Nadie sabía quién las robaba. Este motivo
incrementó las peleas de los alumnos (que diariamente se culpaban unos a otros). Un día,
el tutor de la clase, don Alfredo, reunió a todos sus alumnos y les explicó que tenían que
reunirse para buscar juntos la verdad. Hizo grupos formados por alumnos que hasta ahora
no se llevaban bien, para organizar turnos de vigilancia de las mochilas. Y, todo ello, hizo
que terminaran los robos. Y lo que es más importante, que finalizaran las peleas y los
malos rollos en clase. Al encontrar todos los compañeros un objetivo común, descubrir
la verdad, se unieron, dejaron de pensar en sus diferencias y se centraron en la búsqueda
del autor de los robos.
Al final nunca se descubrió la verdad, pero don Alfredo siempre recordó con mucha
ilusión el éxito de su plan.
Pablo Roncero Martín-Lagos 5º A
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
Si yo soy bondadoso
y cuido de mis amigos,
el mundo será hermoso
y Dios estará conmigo.
Si formamos una comunidad
nosotros nos encontraremos
algo verdadero
y juntos te seguiremos.
Si estamos unidos
todo se hará realidad,
y descubriremos
que tú eres la verdad.
Lucía Madero Prieto Número: 12 Curso:6 A
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
LA VERDAD
La verdad,
no se encuentra
buscando,
si no rezando.
La verdad,
se encuentra en la vida,
y sin cometer
pecados.
La verdad, se consigue
cumpliendo los
mandamientos y
las bienaventuranzas
Pero con la verdad,
No se juega,
por que la verdad es Jesús,
y es la Iglesia
Pablo Crovetto Delgado.
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
LAS CARTAS DEL DOMINGO
Érase una vez, un niño que llegaba siempre tarde a clase.
- ¡Eres un irresponsable Luis! - gritaba desesperada mi madre.
Empecé a ponerme nervioso. - ¡Pero si sólo estoy con Lucas el vecino! - dije temblando, porque
sabía que se venía una buena.
- ¡Cómo yo me entere de que te entretienes con el hijo de Filomena, puedes estar seguro de que
estarás castigado para el resto del mes! - gritaba mi madre cada vez más enfadada.
-Menos mal que es viernes - murmuré
Pasaron dos días y mi madre seguía un poco enfadada pero como era su día favorito de la
semana, no me regaño ni mucho menos lo que yo me esperaba. Domingo, no sé que tiene con
ese día.
A mí me gusta el domingo nada más porque mi madre me suele comprar 4 sobres de cartas.
Pero nunca me toca un balón de oro ni nada de eso…
¡Me compra cromos de los que venden en la iglesia! Este año el tema de las cartas es el
siguiente: “Busquemos juntos la verdad”
También había un equipo que se llamaba como el lema. Era mi equipo favorito de este año y
estaba formado por Santo Tomás de Villanueva, la Virgen de las Angustias, la Virgen de la
Cabeza, y mi jugador (santo) favorito… San Basilio, que es el que más media tiene de todos
los jugadores.
Este año no entendía el lema de la colección. Decidí buscar información sobre ello. Por lo que
pude comprender, decía que la verdad es Dios y nosotros debemos buscarle. En ese momento,
decidí ponerme manos a la obra.
Intentaba buscar a Dios en lugares donde pensaba que podía encontrarle fácilmente: en la
iglesia, en la Biblia… pero un día, al abrir uno de esos cuatro sobres de cartas de cada domingo,
descubrí una carta brillante, dorada, preciosa a la vista. Pensé que era el escudo de alguno de
los equipos de la colección, pero al girarla, me quedé completamente sorprendido. Y entonces,
lo entendí todo. Era la carta más complicada de conseguir de todas, pero también la más
importante. Me había tocado DIOS. Y lo había encontrado en un cromo, junto a otros sin
importancia, algunos de los cuales los tenía repetidos. En lo más sencillo, había encontrado
aquello que buscaba.
Eso lo cambió todo. Llegó a mí un sentimiento que me empujó a quedarme sirviendo a los
demás. Conforme iba pasando el tiempo, yo iba creciendo y me pasaban cosas buenas, y otras
que me disgustaban pero yo siempre le pedía y ofrecía a Dios.
En lo más sencillo está Dios. Hasta en un cromo. El verdadero reino de Dios está entre nosotros.
Y sólo hay que buscarlo.
Jesús García Álvarez. 6ºA
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
EL SUEÑO DE LA VERDAD
Toda esta historia comienza el 7 de marzo de 2020, con una niña llamada Marta, ella vivía en
Granada y tenía 12 años.
Ese día después de comer, Marta se fue al sofá a ver las noticias y se enteró de una cosa que
no le gustó mucho, que ya había como 600 casos de coronavirus, que era un virus que había
llegado desde China a España, y que era posible confinaran a su ciudad.
Al día siguiente, Marta fue al colegio como un día normal en su vida, y se enteró de que iban
a confinar a su ciudad esa misma tarde y que no podía salir de su casa hasta el mes que viene.
Cuando llego a su casa ya no podía salir, y se preocupó un poco. Pero bueno ese mes que
paso sin salir de casa fue un poco duro. Por las mañanas hacía sus clases virtuales y por las
tardes jugaba a juegos, leía, veía series, dibujaba, etc.
Cuando por fin quedaba una semana para que pudieran salir, en la tele avisaron que los casos
no habían bajado mucho, y que se iban a quedar otro mes en casa. A Marta eso no le gustó
nada, y la pobre, se echó a llorar. Sus padres le explicaron que esto tenía que ser así y le
consolaron.
Cuando por fin pudo salir a la calle, solo podía salir 1 hora al día. Luego fue subiendo a 2h,
3h, 4h, 5h, etc. hasta que por fin podía salir a la calle de normal. Lo único era que tenían que
ir con mascarilla y guardando la distancia de seguridad de 2 metros.
Al principio Marta salía con los patines o con la bici, se daban un paseo y se volvía a su casa.
Esos días no eran tan malos porque al fin y al cabo podía salir un poco. Cuando ya se pudo
salir normal, Marta fue a ver a sus abuelos, pero los vio desde el balcón por miedo a que por
su culpa ellos se contagiaran. Cuando volvió a su casa, cenó y se acostó porque estaba muy
cansada después de ese feliz pero a la vez duro día.
Ya pasaron unos meses y llegaba la hora de volver al colegio. Marta echaba la mirada atrás y
recordaba su verano tan extraño, porque, no tiene otra definición. No iba todos los sábados a
comer a casa de sus abuelos, pero lo bueno es que sí iba a verlos de vez en cuando pero con
mascarilla y distancia, ese verano no pudo hacer cosas que normalmente si haría.
Luego llegó la hora de la vuelta al colegio, y Marta estaba emocionada por volver a ver a sus
amigos. El primer día lo llevó bien. Fue al colegio y le explicaron las restricciones de este
año.
Cuando llegó a su casa, su padre estaba alterado, él era científico y en su trabajo le habían
encomendado la labor de buscar la vacuna del coronavirus. Él no quería que nadie le ayudara
ni su hija, ni su mujer, ni su jefe, nadie.
Marta se preocupó porque si no se dejaba ayudar a lo mejor, no lo conseguía. Marta le volvió
a ofrecer su ayuda pero él se negaba siempre; hasta que decidió, por la noche, mientras sus
padres dormían, intentar sacar algo de información, que pudiera ayudar a su padre. A la
primera no lo consiguió, así que decidió llamar a su madre para que le ayudase, porque su
padre le regañaría. Las dos todas las noches, intentaban sacar algo de información. Tardaron
1 mes y medio, más o menos, hasta que llegó la hora de decírselo a su padre.
Le reunieron y le dijeron que eso no podía seguir así, se tenía que dejar ayudar porque así era
todo más fácil y habría gente que de verdad le serviría de gran ayuda. El se dio cuenta de su
fallo y de que se tenía que dejar ayudar. Ellas le explicaron lo que habían estado haciendo
todas esas noches y de lo que habían averiguado. Su padre se dejó ayudar, y juntos día tras
día, consiguieron averiguar algo. Tardaron casi 2 mese, pero la espera mereció la pena
porque, ¡HABÍAN AVERIGUADO LA CURA DEL CORONAVIRUS! se lo dijeron a su
jefe, a los hospitales, ¡salió hasta en la tele! Y todo eso lo habían conseguido JUNTOS.
De repente Marta se despertó, ¡RESULTA QUE HABÍA SIDO UN SUEÑO!, Marta esa
noche había aprendido una moraleja, que, ya no se le iba a olvidar nunca: BUSQUEMOS
JUNTOS LA VERDAD.
Carmen Díaz Montero 6ºB
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
Como dijo San Agustín
el camino no es fácil,
pero si lo hacemos juntos
terminamos antes.
¿No sabes de que
hablo? yo te lo explico,
siéntate camino y escucha
este dicho.
Empezamos con que la verdad
es difícil de encontrar,
por ello
la tenemos presente
en comunidad.
Tener paciencia,
es el gran
punto de este
tema.
Con amor, solidaridad
y compañerismo…
BUSCAREMOS JUNTOS
LA VERDAD.
Inés Avivar Extremera – 1º ESO-B
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
LA ORACION DE LA MAÑANA
La oración de la mañana
la siento de corazón
porque Dios va conmigo
con toda la emoción,
la emoción de soñar,
la emoción de luchar
y sobre todo, de buscar la verdad
A buscar la verdad,
para saber pensar,
y saber lo que quieres en verdad,
hay dos caminos
por los que puedes cruzar,
por el correcto
y por el que no deberías pasar,
pero ahí está Dios
para guiarnos hacia a verdad
Candela Ruiz Martínez. 1º E.S.O C
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
Este lema me dice que debo escuchar a los demás, guiar a los que están
perdidos, estar en comunidad con todos, que debo amar al prójimo, ser solidario,
no considerarme superior a los demás, ser paciente, tener esperanza, buscar con
todos la verdad y entender que la verdad es Dios. Señor, ayuda a los que te
necesitan guiándoles con tu estrella hacia tu camino, el camino de la verdad, tu
verdad. Ayúdame a estar en comunión con los demás y tener paciencia en buscar
la verdad, pues sé que no será fácil. Agustín de Hipona buscó la verdad en toda
su vida por mucho que le costara y yo quiero hacer lo mismo, pero no puedo
hacerlo sin ti. Comunidad, Misión, Amistad, Paz, Interioridad, Esperanza,
Solidaridad, Compañerismo, Igualdad, Amor, Paciencia… no son simples
palabras; son sentimientos o acciones que nos llevan al camino de la verdad.
Para poder seguir el camino de la verdad hay que saber que significan. Si vamos
unidos no importa cuántos obstáculos haya en el camino, siempre los hay, si
vamos unidos los superaremos. Por ejemplo: “En un campamento de montaña
tenían que hacer un ejercicio: subir pegados de espalda a espalda y los brazos
cruzados. A una niña le tocó con un niño que le caía mal porque era más listo
que él. Ella dijo que lo podía hacer sola; lo intentó y no pudo. El niño se puso
con otra persona y lo hizo bien. la niña se arrepintió y se quedó triste. El niño,
como era bueno, la perdonó y se hicieron amigos”. Este año es difícil, pero eso
no significa que nos alejemos del buen camino sino que esperemos en Dios;
porque ha permitido la pandemia para abrir los ojos al hombre y que vea que no
es invencible, que un bicho microscópico le está ganando. También quiere que
veamos que nos estamos alejando del camino de la verdad, y que nos estamos
auto extinguiendo, matando entre nosotros. no buscamos la verdad, tampoco
buscamos a Dios ni el amor de Jesús. Señor, yo te quiero como a un padre y sé
que tú también me quieres a mí como a un hijo. Ayúdame a buscar la verdad,
que no tenga miedo a predicar ni a llenar el vacío de mi interior. Señor te pido
que se acabe esta pandemia y que me des sabiduría como le diste a Salomón,
hijo de David el rey de Israel. Dame esperanza con esta pandemia, que no tenga
miedo de infectarme y hacer caso a las normas de seguridad. Ayúdame a no
caminar en el mal camino, el camino del diablo. Yo soy muy de ir por mi cuenta
y no ir con los demás y en ese sentido tengo que cambiar...
“BUSCAR LA VERDAD Y EL AMOR DE DIOS”.
Marcos Cuevas Benítez – 1ºESO-B
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
HOY HE SOÑADO CON ÉL
Hola Jesús.
¿Cómo te va por allí?, espero que bien.
Te envío esta carta porque ayer tuve un sueño muy extraño, y fue como si yo estuviera
dentro de él, me sentí a gusto y tranquila, me encontraba en un campo lleno de amapolas y me
quedé dormida dentro del sueño; después me desperté por el ruido de muchos pasos, también
me di cuenta de que oraban, pensé en simplemente mantenerme callada hasta que pasaran de
largo, pero cuando pasaron delante de mí, se pararon, ¡eran muchos! Me asusté, ¿qué querían?,
no iban vestidos con atavíos normales, como simples senderistas, sino que llevaban ropas muy
extrañas y características. Se acercaron cada vez más y más, hasta un punto que me rodearon,
uno dio un paso hacía adelante, parecían exhaustos, ¿acaso buscaban algo? De repente, este
extendió su mano hacia mí, parpadeé, y en esa décima de segundo, cambió completamente: el
senderista se había transformado en una paloma blanca, y había una luz cegadora, en ese
momento oí una voz que repetía, -ven, ven, ven- ¿quién sería? De repente, me desperté, no me
había movido, pero había sido tan real… ¿Tienes alguna idea de qué era?
Saludos
Lucía
Hola Lucía.
No te preocupes por el sueño, es normal y te lo voy a explicar. Últimamente las personas
están muy distraídas con cosas materiales, pero los cristianos estamos en una gran búsqueda
sobre qué es realmente “la verdad”. ¿Es ese anuncio de la televisión?, ¿o tal vez ese juego del
que todo el mundo habla; te puedo decir con certeza que no, eso no es “la verdad”. La “verdad”
es más profunda y pura, como la cruz, la oración o el amor al prójimo y, por supuesto, nuestro
Padre quiere que lo averigüemos, ¡quiere que todo el mundo lo sepa! Por eso todos estamos
llamados a descubrirlo, ¡incluida tú, Lucía!, de ahí que estuvieras en ese sueño, vieras a los
senderistas y se acercaran a ti, ¿lo estás entendiendo? Ahora tienes una misión, como todos
nosotros, no te robo más tiempo.
¡MANOS A LA OBRA ¡
Saludos
Jesús
P.D.: Habla con nuestro Padre, Él te ayudará.
Pilar Peña, Primero de ESO A
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
Busquemos juntos la verdad,
en la paz, y en la solidaridad,
porque la pandemia no nos va a parar,
juntos, lo vamos a superar
Por los que nos han dejado,
Y por los que seguimos aquí,
Danos fuerza Señor,
Para que lo podamos conseguir
La verdad significa fortaleza,
Fortaleza significa resistencia,
Y para ayudar a la pobreza
Tenemos que usar nuestra conciencia
La verdad se encuentra,
Si la buscas en tu interior,
El sentimiento de esperanza,
Es muy alentador
Con un poco de ayuda,
Encontrarás lo que estás buscando,
Sigue tu corazón
Y lo acabarás aprovechando
Candela González Navarro 2ºESO A
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
LA VERDAD VERDADERA
Busquemos juntos la verdad
empezando a caminar
todos con libertad
hacia una vida sin maldad.
Busquemos juntos la verdad
la mirada alzar
los ojos abrir
y la vista concentrar.
Busquemos juntos la verdad
sin dejar a nadie atrás
seguro que lo lograrás
sin ninguna dificultad.
Busquemos juntos la verdad
para encontrar la felicidad
fruto de la seguridad
y de la amistad.
Rodrigo Lozano Martin 2ºESO B
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
EL VIAJE POR LA VERDAD
Era una noche oscura de 1553. Todo estaba tranquilo, la gente cenaba, disfrutaba de su
familia y seres queridos, ellos creían tener siempre la verdad, pero lo que no sabían era que el
viaje por la verdad sería diferente.
Yo poseía miles de riquezas heredadas de mis padres, personas trabajadoras que
consiguieron todo lo que tenían a base de esfuerzo. Sin embargo, nunca me dedicaban tiempo
y siempre estaba solo en casa. Mi padre tenía una biblioteca gigante donde me gustaba pasar
las tardes. Un día, buscando entre sus libros más antiguos, encontré un pequeño pergamino con
letras doradas. Era una nota escrita por uno de mis antepasados que fue discípulo de Jesús, él
había seguido un camino en busca de la verdad. El pergamino relataba y describía grandes
ciudades, gente pobre, esclavos… Pero también había grandes personas que mostraban el
camino. De repente, escuché un ruido… ¡Eran mis padres! Cogí el pergamino que pertenecía
a la parte prohibida de la biblioteca de mis padres.
(Diez años después)
Mis padres fallecieron no hace mucho. Antes de morir, mi madre me dio una llave y
me dijo: «Búscala y te acabará encontrando ella». Esas palabras me marcaron y durante varios
meses estuve buscando en casa algún lugar al que poder entrar con esa llave.
Finalmente, un día lo encontré. Estaba escondido detrás de un cuadro que mi padre
compró a un buen hombre. Dentro había una cajita en la que entraba la llave. En el interior
había un trozo de papel con un mapa el cual encajé en el centro del pergamino y de repente el
mapa se volvió legible por completo, en él se podía leer: «El tesoro de la verdad». En ese
momento supe que mi destino era viajar en busca de la verdad.
Cogí lo suficiente para unos días, les di el resto de mis riquezas a todas las personas
que de verdad lo necesitaban y me fui de mi ciudad. Pasaron varios días desde que partí, sentía
hambre, frío, calor y estaba sediento. En ese momento, cuando empezaba a darme cuenta de la
realidad a la que se enfrentaban las personas sin hogar, me desmayé. Desperté en una casa,
rodeado de cuadros y animales disecados. Escuchaba ruidos desde la cocina, por lo que decidí
levantarme e ir. Encontré a una mujer y a sus dos hijos. La mujer, sorprendida al verme me
preguntó si era la verdad lo que estaba buscando, a lo que contesté que sí. Ella me acogió, me
dio de comer y un lugar donde dormir. A la mañana siguiente me marché, puse rumbo al pueblo
más desfavorecido del país.
Cuatro años más tarde, alcancé mi destino. Viajé de pueblo en pueblo, de montaña en
montaña, hasta que por fin encontré mi lugar. En él, todos vivían sucios y en chozas. Me daba
miedo que me atracasen, pero después de un tiempo allí, me di cuenta de que no hay que fijarse
en las apariencias porque ellos eran grandes personas. No eran los más ricos en oro y otras
riquezas, pero sí los más ricos en amor y misericordia. Allí me encontré a una mujer que me
habló del camino a la verdad, me dijo que estaba aquí entre nosotros, que siempre había estado
conmigo y que siempre me acompañaría.
Escribo este pergamino para deciros que la verdad se encuentra en nosotros mismos, solo hay
que buscar. Yo encontré la verdad, por eso animo a que todos busquemos juntos la verdad,
nuestra verdad, mediante la fidelidad y la lucha interior.
David Cano Moreu 2º ESO B
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
LA METAMORFOSIS DE UNA ORUGA
Érase una vez una humilde oruga llamada Susi. Vivía en lo más alto de las hojas y solía
arrastrarse de planta en planta en busca de nuevos amigos. A veces se acercaba a la Aldea de
las Mariposas, las más numerosas en aquel bosque, y deseaba jugar con ellas… pero ninguna
quería estar con una oruga tan joven e infantil como ella, y tan arrugada. Susi tampoco era
bienvenida en ningún otro grupo, ¡ni siquiera en el de las propias orugas, en el de las que
todavía eran orugas! Pero Susi ya estaba acostumbrada y pasaba los días sola junto con los
capullos, que, según ella, eran muy aburridos, porque no querían charlar con una pequeña
oruga.
Susi, muy triste y desconsolada, ansiaba convertirse en una preciosa mariposa. Pero,
por más que lo intentaba, era imposible cambiar la situación. Susi tenía muchos problemas y
no conseguía transformarse. Todos los días buscaba la manera de lograr su fin, algún modo
para conseguir lo que ella más quería: ¡ser mariposa!
Un día paseaba por la Aldea de las Mariposas y éstas empezaron a molestarle
revoloteando presuntuosamente encima de ella y exhibiéndole sus preciosas, coloridas y
llamativas alas. La oruga lentamente se arrastró para apartarse de ellas, mientras que las
presumidas mariposas se reían de Susi y de lo lenta que se desplazaba. Llorando se refugió en
un escondido rincón. Anochecía. Susi solo deseaba encontrar la verdadera felicidad. Entonces
miró buscando consuelo hacia el cielo estrellado. Estaba cansada. Le invadía el sueño. Pero
antes de cerrar los ojos vio cómo una estrella del cielo se iluminaba y brillaba intensamente…
y luego se apagó.
Al día siguiente, Susi, muy sorprendida, se encontró prisionera dentro de una tela fina
¿Y ahora qué? ¡Estaba atrapada! No sabía cómo salir. Y pasaban los días. La pequeña oruga,
ya desesperada y cansada de estar allí dentro, hizo un último esfuerzo por salir… y
efectivamente, lo consiguió: ¡el capullo cedió y se abrió!... y de él no salió la oruga que era,
sino una bellísima mariposa. Susi se miró en el reflejo del lago y descubrió que no era como
antes, que se había transformado en una auténtica mariposa con alas de hermosos, intensos y
vivos colores, tanto los claros como los oscuros.
Las otras mariposas, al verla tan preciosa y radiante sintieron envidia: ¡esas alas tan
hermosas y coloridas! ¡ese elegante revoloteo!... pero también sintieron remordimientos por
cómo la habían tratado cuando no era un ser tan bello, y se disculparon por ello. Y fue entonces
cuando Susi comprendió que esa transformación le había descubierto la verdad sobre sí misma,
sobre lo que estaba llamada a ser. Ahora se sentía mejor persona (bueno, mejor insecto). Y esa
verdad era que la vida es un camino de perfección.
Elvira Almendros Cenarro 2ºESO - A
XLIII CONCURSO ARTÍSTICO-LITERARIO “SANTO TOMÁS DE VILLANUEVA”
SEMANA CULTURAL 2021
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TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
En un mundo de perdidos
todos buscan un camino.
Un hueco en la sociedad,
o quizás sólo un amigo.
Muchos buscan la fama,
entre pendientes y anillos.
Otros riquezas y dinero,
otros amor y consuelo.
Y ahora tú, querido amigo,
¿me dirás a qué has venido?
¿Vas a perderte en el olvido?
¿Vas a seguir algún camino?
Si quieres buscar tu lugar
o alcanzar la felicidad,
no dudes, toma mi mano;
no la vayas a soltar,
que esto acaba de empezar.
Y ocurra lo que ocurra
llegaremos hasta el final.
Y lo que cueste,
encontraremos la verdad Ana Ron, 3º ESO A
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
Busco un tesoro etéreo,
Valioso en labios ajenos,
Opacado en luceros indiscretos
¿Será obra de mis sueños?
Persigo un arma dorada,
Con el filo letal de una espada,
Acabar un ejército con una palabra
¿Quieres oír más de sus hazañas?
Ayúdame a cultivar esta semilla
Alimentada por el cantar de la risa,
Regada por el dolor de las mentiras,
Flor mortal en malos días.
Embriagada por el poder que destila:
“Déjame mostrarte sus maravillas,
¡No temas! Querida niña,
Será aliada en tu vida”
¡Oh, mi espléndida verdad!
Muchos quisieran ver tu crueldad,
Arropada en tu dolorosa dulzura,
Me inclino ante tu potestad.
Esclavos de la sinceridad:
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Perla dorada difícil de encontrar.
Declaro la guerra a la falsedad,
Pido: ¡Busquemos juntos la verdad!
Elvira Carretero, 3º ESO A
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
QUÉDATE
No tienes que irte. No tienes que marcharte. No tienes que salir. Aquí estás
bien. Aquí lo tienes todo. ¿Dónde es aquí? Aquí es allí, ahí o donde estés. Aquí es
para ti, que estás leyendo esto. Aquí es aquí. Este instante. Estás leyendo. Respiras.
Piensas. ¿Qué quiere decir? ¿Qué quiero decir? ¿Qué puedo pensar? ¿Qué quiero que
pienses? ¿Cómo quiero que actúes? Quiero que estés aquí, leyendo. Quédate
conmigo. Piensa. Respiras. Un instante. Entonces.
¿Por qué yo estoy aquí? Ahora estoy contigo. Estás conmigo. No sé quién eres
pero puede que tú si sepas quien soy yo. Soy María. Ya sabes quién soy. Soy una
chica llamada María que te está haciendo muchas preguntas y no te está contando
nada. Te estoy intentando hacer reflexionar puede que sin haberlo conseguido, pero
lo intento y ni si quiera sé quién eres. Y ahora, piénsalo. Piensa quién eres, cómo te
presentarías y cuéntame tu vida. Qué planes tienes, qué vas a hacer, que has hecho
hoy, qué hiciste ayer... ¿Qué haces? ¿Me vas a mirar y a pensar, qué pretendo? ¿Qué
hago? Sólo quiero saber de ti. Cuéntame de ti. Aunque no te oigo. Aunque no sé
quién eres. Aunque solo sabes mi nombre pero no mi historia. No sé tu nombre. No
sé tu historia y míranos. Conectados por unas palabras que ha escrito una simple
chica de 14 años sin saber ni tu nombre ni tu historia.
Esas preguntas que te he hecho. Esas preguntas que a lo mejor ni has
respondido, son lo que ha conseguido conectarnos. Has pensado. Has dicho. Has
hecho. O no... Todo eso que sabes de ti, toda tú verdad nos ha unido. Solo y
únicamente la verdad. Así que no te vayas. Ya la tienes ahí contigo. Aquí. No la
busques en otro sitio. Quédate con tu verdad. Quédate en este eterno instante.
No tienes que irte...
María Benavides, 3º ESO B
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TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
EL RESURGIR DE UN MUNDO
Hubo un tiempo, hace ya mucho, en el que la tierra era un lugar lleno de paz y
felicidad. Los cinco continentes: comunidad, solidaridad, justicia, amistad,
interioridad y las islas misioneras. Convivían todos estos como piezas de puzle
inseparables, no había fronteras, no existía propiedad alguna de nadie, todo se
compartía, y el respeto formaba caminos cada vez más abiertos; todo era idílico,
pero… pronto cambiaron las cosas, llegaron los antivalores: la envidia, avaricia,
malicia, mentira e injusticia y causaron múltiples catástrofes, entre ellas la separación
de los continentes destinados cada uno en un punto remoto de la tierra. Se cerraron
las fronteras. La amistad traicionó y corto relación con la comunidad, y esta se llenó
de avaricia y excluyó a la interioridad porque no le aportaba riqueza, entonces la
interioridad se empobreció, al no poder autoabastecerse. Acto seguido la justicia y la
solidaridad se enfrentaron en una lucha interminable, envidiosas la una de la otra, se
distanciaron dejando a las islas misioneras sin esperanza para el futuro.
Y así fue como los antivalores se unieron aprovechando las flaquezas de los
continentes, y estos crearon el imperio más grande y poderoso que nunca nadie pudo
imaginar, pues utilizaron métodos de persuasión para cegar a los continentes ante el
inminente problema que llegaría convirtiéndolos en aliados de sus propias injurias.
Lo que conllevaría una guerra entre continentes, con unos claros ganadores, los
antivalores.
La guerra duró miles de años, pero ya los continentes fueron perdiendo fuerzas y
quedaron reducidos a pequeños trozos de tierra sin alegría y esperanza. Los
antivalores campaban a sus anchas, como un tornado que destroza todo allá por
donde pasa.
No hace muchos años, los astrónomos del continente comunidad descubrieron
un nuevo planeta, donde, según sus estudios indicaban había agua, oxígeno y signos
de vida. Una solución perfecta para emigrar y encontrar un nuevo lugar para ser
felices. El continente comunidad planeó su viaje espacial hacia dicho planeta, sin
comunicárselo a los otros continentes.
Pero, dos meses después, cuando se iba a producir el despegue, de repente una
nave espacial, un asteroide, no sabían que era exactamente, si impactó contra la tierra,
dando lugar a un cráter inmenso. De la supuesta nave bajó una persona que
desprendía una inmensa luz que cegaba a cualquiera, vestía un traje verde esperanza
y llevaba un amuleto en forma de corazón colgado en el cuello. Esta persona era el
amor, que traía buenas nuevas para los continentes de todo el planeta, anunció que
provenía de un planeta llamado felicidad donde todo era de todos, el amor era su base
y la alegría se apreciaba en cada sonrisa. Les habló a los continentes, de que no
merecía la pena estar separados por los antivalores, pues ellos no aportaban felicidad,
les aconsejo que si se unían crearían algo más provechoso que a lo que actualmente
aspiraban. Todos estos estaban un poco confusos, pero el amor cada día los iba
uniendo un poco más hasta que todos volvieron a encajar como tiempo atrás lo
habían hecho.
A raíz de ello la amistad aprendió que no era nada si la comunidad, la
comunidad comprendió que la interioridad era una base esencial para su desarrollo, y
esta aprendió que era más fuerte por medio de la justicia, que sin la solidaridad no era
tan empática, estos valores aportaron a las islas misioneras la oportunidad de volver
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resurgir. Y así fue como desaparecieron los continentes y se creó un mundo unido en
el que todos colaboraban para buscar la felicidad.
Tiempo después de esta unión surgió una estrella la más brillante y bonita que
nadie nunca había podido observar, dicha estrella iluminaba cada rincón de la tierra y
el universo, ahuyentando toda tiniebla, oscuridad, o antivalor que pudiera haber
suelto por ahí.
Al final se descubrió, tras años de investigación, que la estrella era una ilusión,
una simple imaginación que todo se habían inventado, a raíz de una proyección
constante de la felicidad que rebosaba en la tierra, lo que algunos acabaron llamando
como leyenda…. y otros lo apodaron como “La estrella Dios”.
Ana Martín-Lagos, 3º ESO B
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
Acompáñame en este sendero
De la completa felicidad, Sigue el camino de Dios, Y siente el verdadero amor.
Mira a través de los ojos de Cristo, Cual espejo reflejando seguridad, Sentirás que con Él todo está salvo, No quedarán penas por que llorar.
Si lloras, será de felicidad, Ya que en tu corazón, El señor ha encontrado un lugar, y la Fe siempre perseguirá.
Vamos a llenar las calles, Con todo nuestro orgullo, Por nuestro Padre reencarnado, Que todo su amor concluyo.
Coge mi mano y te llevaré, Buscaremos juntos la Verdad, No habrá mas miedos por los que luchar, Pues ya nunca solo estarás.
Inés Maldonado Morón 4 eso A
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La triste pero feliz verdad
La verdad, aquella que no sabemos aquella que, en un momento
tiene la capacidad de alegrarte de una manera incondicional
o al contrario, destrozarte de tal manera fatal.
Ese grito de frustración ese grito por no saber de esta,
aquella que sin saberla, tiene la grandeza
de llenar esos millones de vacíos en aquellos cuerpos,
que poseen el caos por dentro.
Carmen García 4º ESO C
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
Y pienso ¿qué es la verdad?
Un rayo de esperanza,
de amor y confianza,
en una noche de tempestad.
Compañía en la soledad.
Un camino de reencuentro
con Dios Padre nuestro.
En familia caminamos
hacia lo que anhelamos.
El amor, nuestro maestro. Lucía Viedma Márquez 4ºESO C
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TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
EL SENTIDO DE UNA VIDA
Hoy voy a contaros la historia de una niña que buscó la verdad por años y
años, y no fue hasta su último suspiro que la descubrió.
La historia empieza con una niña nacida sobre el 1927 en Madrid. Procedía de
una familia humilde, su padre agricultor y su madre tejedora, estos se “mataban” las
veinticuatro horas del día para poder asegurar un futuro a su hija, a la que llamaron
María.
Pasaron los años y la niña creció bajo el valor del respeto y de la verdad.
Cuando explotó la guerra civil española a María y a su familia le pilló en un campo
de Castilla La Mancha, donde tenían un terreno para sus cultivos, pero de todas
maneras no se pudieron escapar de este suceso histórico tan atroz. Era un día como
todos, su padre estaba en los cultivos, su madre había ido al pueblo a por leche y
María estaba con su padre. María quería muchísimo a su padre y este a ella, eran
como uña y carne, de hecho se querían tanto que cuando caía la noche los dos salían
al balcón de su casa y su padre le contaba historias, él le contaba que en el cielo no
sólo había estrellas sino también nuestras personas más queridas. María nunca
entendía esto, porque… ¿cómo podían estar las personas en el cielo? Su padre
también le hablaba sobre una persona que siempre le perdonaría hiciera lo que
hiciera y le protegería, se llamaba Jesús.
Al cabo de unos días vinieron unos hombres preguntando por su padre, ella no
sabía por qué. Su padre tenía miedo de ellos, al final ocurrió lo inevitable y se lo
llevaron, ella no podía ni imaginar lo que iba a pasar, su padre sería fusilado al cabo
de unas semanas. De toda su familia, María fue la primera en enterarse, ella se lo dijo
a su madre como pudo, en ese momento un pedacito del corazón de María se había
roto.
Su mundo se oscureció, no encontraba consuelo en nada, solo tenía el amor de
su madre.
Los días pasaban todos iguales, pero una mañana mirando una estantería de su
casa vio un viejo libro con las tapas gastadas de tanto usarlo. Lo abrió y sus ojos
reconocieron de inmediato la letra de su padre, una lágrima se deslizó por su mejilla,
si su padre lo había leído y releído, tenía que ser por algo que mereciera la pena.
Comenzó a leer sus amarillentas hojas, hablaba de la vida de un hombre
llamado Jesús, ¿sería la misma persona que su padre decía que le protegería, pero
que no pudo protegerlo a él?, algo no concordaba. Recordaba las palabras de su
padre, su ilusión, su cara de felicidad cuando hablaba de Él. Entonces..¿dónde estaba
la verdad? María leía el libro con las anotaciones que su padre hacía en los márgenes,
sus palabras le reconfortaban, y también las de Jesús. Con el paso de los meses,
notaba que ya no era la misma, veía un rayo de luz en su vida, algo que le guiaba en
su camino. Se sentía llena de gozo.
Continuó su vida buscando la verdad de la que tanto hablaba su padre, sentía
que estaba cerca pero no lograba alcanzarla. Un día conoció por casualidad a un
joven llamado Rubén, estudiaba derecho, era divertido, y además también tenía esa
mirada y felicidad que iluminaba su cara. María encontró el valor suficiente para
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hablarle. Con el tiempo fueron uno y no fue hasta dos años después que decidieron
casarse y formar una familia.
Un día Currito, su hijo, se acercó a ella con algo entre las manos, era la biblia
de su padre, la que tenía olvidada, su niño le entregó el libro al revés y al abrirlo se
cayó una nota al suelo, llevaba su nombre, la nota decía lo siguiente:
“Querida María, escribo esta nota sin saber si llegará a tus manos, tenía tantas
cosas que contarte, tenía tanto amor guardado para ti, sin saber lo que puede ocurrir,
sólo quería decirte que la única verdad es Él y que no hace falta buscarlo porque
siempre estuvo en tu corazón. Te quiere, tu padre”.
En ese momento sonrió y miró al cielo, con una voz titubeante dijo: “ya
entiendo lo que siempre me quisiste decir, papá....
Alejandro Ibáñez Toro 4º ESO - C
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
El lema principal de este año es "Busquemos juntos la verdad”.
Como tema introductorio del lema sería que la verdad puede ser algo
relativo porque no existe una verdad que sea absoluta y cierta; es decir
pueden existir diferentes verdades que sean ciertas.
Este lema trata sobre buscar la verdad pero no una cualquiera sino
una verdad que nos identifique a todos y que sea acorde con nuestros
ideales y valores.
Podemos describir la verdad como algo relativo o incluso
desconcertante desde mi punto de vista cada persona puede persona
puede pensar que esos hechos o acontecimientos son verdad y que han
pasado durante ese tiempo pero por ejemplo hay personas que tienen que
comprobar por sí mismos si de verdad esos acontecimientos sucedieron
durante este periodo de tiempo.
Lo que intenta representar el lema es que todos juntos podemos buscar
una verdad que no sea cierta pero que nos identifique en la manera en la
que pensamos, Los valores que nos han inculcado desde cuando éramos
pequeños o algo que nos represente conjuntamente.
En conclusión, el lema de este año intenta que nos demos cuenta de que
todos debemos colaborar y poner de nuestra parte para buscar algo que
nos identifique o experiencias que todos hemos vivido para buscar una
verdad común a todos y que podamos beneficiarnos para sacar cosas
buenas de ella y comprender de ella. Álvaro Varela Fernández 4 de la ESO A
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TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
Pasan los días
Ayer estaba en la sombra, perdida en el laberinto
rodeada de miedos que alejaban mi camino.
Hoy apareció la luz, me avisó del nuevo día, me alejó de mi desgana y me invadió de alegría.
Mañana, si tú me aceptas, compañero, amigo, hermano, buscaremos juntos la verdad sin separar nuestras manos.
Pasan los días, aprendí a disfrutar;
busco siempre la verdad para encontrar mi felicidad.
Teresa García Martínez 1º Bach . A
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
No existe surrealismo más realista, que el mundo en que vivimos cada día.
No sabes si tiemblas o bien se presenta una pandemia.
La verdad es algo que da para hablar,
te hace reír y te hace llorar, te enciende y te apaga,
te sana y te daña, te empuja y te levanta: Es el todo y la nada.
La verdad la comparo con el respeto,
juntos forman un dueto perfecto. ¿Qué es la verdad? ¿Y por qué a veces
es difícil de encontrar?
Es difícil de expresar. Es algo muy sentimental.
Es algo que siempre resplandece al final. Es lo contrario de la mentira.
Es algo que en tu corazón habita.
Juan Damián Moleón Cañas, 1º Bach. A
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TEMA: “Busquemos juntos la verdad” Este lugar le permite a uno pensar, qué digo, es lo único que puede hacer uno en este maldito lugar sin que le disparen o le torturen hasta el punto en el que uno se sienta igual de importante que el barro que toca nuestros pies mal amueblados. Auschwitz, ese es el nombre que muchos rezan por olvidar, mientras que yo lo hago para que nada de lo que pasa y pase en este lugar sea olvidado por esta y otras generaciones venideras. Soy profesor de filosofía en un instituto de Polonia, bueno, era. Yo me encontraba en mi casa con mi esposa, estaba arreglando una rotura del suelo de la pequeña casa que teníamos en el gueto (mi buena mano con las chapuzas me ha permitido vivir más tiempo en este lugar) mientras mi mujer reposaba en la cama leyendo un libro y acariciando su barriga en la que se encontraba mi primogénito. Desde hacía ya ocho meses esperábamos su llegada, íbamos a descubrir si era verdad que la vida encontraba todo sentido con la paternidad pero, al parecer, los nazis no querían que tuviéramos tal regalo. Nos hicieron abandonar las propias viviendas que ellos nos habían dado, nos pusieron en fila y nos interrogaron uno a uno, con tanto caos perdí de vista a mi mujer, intenté llamarla pero un soldado me golpeó con la culata de su arma en el estómago y luego en la espalda, al caer al suelo el soldado me apuntó con su arma a la cabeza, creí que ahí se había acabado todo pero su oficial le dijo que bajase su arma, por lo que pude entender (mi mujer es Alemana así que domino un poco el idioma), él decía que se me veía fuerte y que podría servir de ayuda en el campo. Me incorporaron y me pusieron el primero en la fila, no me interrogaron, me subieron directamente a un camión en el que había poca gente, busqué a mi mujer dentro, pero no estaba, miré afuera pero tampoco la vi y al rato cerraron el camión y pusieron rumbo al lugar del que solo habíamos oído terribles rumores. Desde aquel día no he vuelto a ver a mi mujer. La bienvenida fue como imaginaba, nos quitaron todo lo que llevábamos encima: ropa, joyas, relojes.., nos revisaron hasta los dientes por si teníamos alguno de oro (yo no tenía ninguno, siempre me habían parecido una estupidez), nos raparon la cabeza y nos pusieron todos juntos mientras esperábamos a que nos dijesen algo y fue en ese instante en el que me vino a la mente una serie de ideas, pensamientos que me erizaron la piel, ¿era verdad que esa iba a ser ahora nuestra vida? Esta nueva vida nos iba a convertir ¿en qué?, unas personas que tuvieron un pasado bello o trágico,
buenas y malas personas, todas ellas juntas no iban a ser más que meros números como los que nos habían tatuado, con los que saciar una psicopatía por parte de esos soldados vestidos de negro, soldados que nos iban a ver con ojos de rabia, de felicidad al ver nuestro sufrimiento, con ojos de lujuria mirarían a las mujeres, mientras que los Aliados nos mirarían con ojos de pena al enterarse de esto, y nadie quiere recibir ninguna mirada de ese tipo. Nos dieron ropa y una labor que hacer en ese campo, nos daban la ropa sin mirarnos ni a nosotros ni a la ropa. Los pantalones que me dieron me quedaban cortos y mi camisa me quedaba igual de estrecha, pero lo peor fueron los zapatos, eran de madera pero debían ser una o dos tallas más pequeñas, me sentía incapaz de llevarlos y tuve que ir descalzo, por este suelo descuidado con el que cada paso que daba sentía un dolor físico que no había sentido en toda mi vida al tener que pisar piedras, cristales rotos y en un terrible futuro, cuerpos humanos. Al sentir tal sensación me di cuenta de que si sólo andar en ese lugar podía provocar esas emociones, era evidente que me encontraba en algo que la mayoría de los que estábamos aquí ni creíamos, nos encontrábamos en el infierno. Conservaba los zapatos por si podía cambiarlos por algo de comida, para sobrevivir había que conseguir productos de ese tipo, ropa, cubiertos o cualquier cosa que nos permitiese cambiar algo por comida y que a la vez me hacían creer que algunas de las cosas que decían los nazis podían llegar a ser verdad, ya que al ver a personas que atacaban a otras por conseguir una cuchara para poder cambiarla por un mendrugo de pan, hacía ver que la verdad que ellos defendían iba a ser cierta, porque una simple cubertería llegaba a ser más importante que nuestras propias vidas. Ese tipo de ideas y muchas más me surgieron al encontrarme en ese lugar. Yo trabajaba en una hojalatería cortando chapas, de camino al trabajo veía cómo los guardias engañaban a los prisioneros para que se saliesen de las filas y así poder dispararles, allí se podía ver a auténticos monstruos, desde el militar que apretaba el gatillo el resto que se reían con él, pero había otros que ni reían ni miraban, sólo se mantenían en sus puestos de trabajo con la mirada firme y vigilándonos ¿acaso ellos no eran como los demás? Igual esos soldados sólo estaban allí porque tenían que servir a su país y la mala fortuna les había llevado a un sitio en el que ni ellos mismos querían estar, igual ellos sí que nos veían como lo que éramos, humanos. O igual sí compartían la misma opinión que el resto pero ellos preferían seguir únicamente las órdenes que les habían dado ¿y los otros? igual eran como el resto pero este maldito lugar les había cambiado, lo cual no era de extrañar ya que algo similar había visto con mis propios ojos. Un día me fijé en algo, el capo que nos vigilaba era un prisionero y no solo eso, yo lo conocía, fue vecino mío hasta que empezó esta estúpida guerra. Cuando lo vi la primera vez no me lo podía creer, allí estaba él, el hombre con el que más de una vez
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charlé y reí estaba allí, pegando con una porra a todo aquel judío que simplemente resoplaba, podía verle como pegaba, a veces soltando una pequeña carcajada; el instinto de supervivencia le había convertido en alguien que jamás hubiese imaginado, ya que no creo que ese fuera realmente él, me negaba a creerlo. No recuerdo haberle mencionado si era judío, tan solo hablábamos de vez en cuando por la calle, no mucho como para considerarlo un amigo pero sí lo suficiente para recordarlo como un buen hombre, por ello nunca tuve que decirle que era judío ni recuerdo si le dije mi apellido, pero me negaba a creer que él era así, esa no era la verdad, pero ¿y si sí lo era? Cuando le vi me acerqué a él, al moverme me pegó con su porra, debió reconocerme ya que me pegó más flojo que al resto, los demás sangraban cuando él los golpeaba. Al incorporarme le agarré su camisa y le pregunté si había visto a mi mujer, él la conocía y tenía más libertad que yo así que puede que la hubiese visto, al decírselo pude ver en su cara una mueca que le permitía a uno liberar su imaginación, igual estaba sorprendido por la situación en la que se encontraba, igual fui muy atrevido al pensar en las libertades de las que él disponía en campo y él no podía saber si mi mujer estaba allí o igual si sabía dónde estaba pero no me lo podía decir porque la noticia hubiese acabado con mi vida en el acto, al poco rato vino un guardia, venía dispuesto a matarme, era de lo único que podía estar seguro en ese lugar, pero el capo me puso derecho y me devolvió a la fila dándome un empujón. Había salido de una situación de la misma forma que la última vez, ayudado por alguien que compartía una idea, o expresaba una, que yo ni compartía ni respetaba, pareciese que tuviese un ángel de guarda, pero no podía pensar en eso en ese instante, mi mente se estaba sometiendo a una tortura al pensar todo el rato en la cara del capo, era esa cara y el hecho de que mi mujer estuviese embarazada lo que me hizo pensar en lo peor, pero igual seguía viva, igual se había escapado en un momento de caos cuando nos cogieron en el gueto. ¿Cuál era la verdad de ese misterio? fuera como fuese ese día solo me golpearon en la cabeza pero yo sufrí una herida desgarradora que, dependiendo de cuál sea la verdad, se podrá curar en un instante o permanecerá ahí el resto de mi vida. Los meses pasaron, bueno, creo que fueron meses, a los dos días uno ya no sabe muy bien cómo funciona el tiempo. En la hojalatería conocí a varias personas, algunas para recordar mientras que otras desearía olvidar, pero dentro de las del primer tipo había alguien que nunca podré olvidar. Un día que me encontraba cortando láminas un guardia golpeaba a un hombre justo a mi lado, no sabía el motivo sólo sabía que lo estaban haciendo; no sé si fue el hecho de ver a un hombre en una situación
semejante a la que yo había estado más de una vez, o que ya estaba harto de mirar a otro lado, pero decidí hacer algo. Fingí que se me caía una lámina por accidente en los pies del guardia, cosa que hizo que el guardia retrocediera, brindándole al hombre al que pegaba la oportunidad de escabullirse. Me disculpé con él diciéndole que lo que pasó fue un accidente, pero él no lo vio así y decidió vengarse, de una forma irónica lo que pasó hay dos formas de verlo, era verdad que lo que me hizo se considera inhumano, pero cuando ocurrió yo casi lo vi como un regalo, o al menos eso fue lo que pensé al principio, ya que por así decirlo ese hombre hizo que esos zapatos que me dieron el día que llegué y me quedaban pequeños, ya me estuvieran bien. Fui a la enfermería para ver si podían hacer algo, me curaron como pudieron, dejé de sangrar pero el dolor no remitió. Poco tiempo después me encontré con el hombre al que había salvado, quiso saber cómo me encontraba por lo que me hizo el guardia, le comenté que él no tener que pisar ese terrible suelo por más tiempo descalzo era un alivio, pero si me hubiese preguntado tan solo una semana después mi respuesta hubiese sido muy diferente. Me di cuenta que lo único que ocurrió fue que un dolor fue sustituido por otro, ¿cuántas veces habrá ocurrido algo así? Quiero decir, cuántas personas habrían encontrado un dolor y se lo hubiesen quedado meramente por ser distinto a su antigua dolencia, acaso la monotonía era capaz de hacer que las personas prefiriesen estancarse en un problema y aceptarlo por ser distinto, en vez de seguir buscando una solución, eso no arreglaba nada, ¿verdad? Porque, aunque ellos encontrasen un alivio creo que no era esa la solución, aunque ya no estoy seguro de nada. El hombre al que salvé empezó a hablar conmigo, él a diferencia de mí y de la mayoría de los que estábamos aquí, no era judío, es más era cristiano. Me comentó que jamás se hubiese creído estar envuelto en una situación como ésta, pensé que hablaba del campo, pero no, él hablaba del hecho de que un judío y un cristiano hablasen juntos. Me dijo que su padre le inculcó que no debía fiarse de las personas que no compartían las mismas creencias que ellos, por eso no se podía imaginar que pudiésemos conversar de aquel modo. Una vez que terminó de hablar le solté un pequeño comentario, le dije que en algún momento de su vida Jesús tuvo que hablar consigo mismo, y fue en ese momento cuando se empezó a reír, y no una risa con malicia como las que solía estar acostumbrado, sino una risa de felicidad. Jamás hubiese llegado a creer que oiría un sonido como ese en este lugar por parte de uno de los prisioneros que no estuviese bajo el servicio de los alemanes como algunos capos. Esto significaba que hasta en los momentos más crudos uno puede encontrar algo de felicidad, es más, cuando uno lo encuentra debe aferrarse a ella con toda su alma, pero esto podía significar dos cosas, una era que su risa venía por el afán de supervivencia y él deseaba ser feliz por fin con algo, pero, también podía significar que ya nos habíamos acostumbrado a esa barbarie y empezábamos a normalizar esta nueva vida, lo cual era algo que cuanto más lo pensaba más me entristecía.
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Pero la felicidad no duró mucho, hoy han venido oficiales y nos han dicho que toca reconocimiento médico, mi herida en los pies y el que hubiese adelgazado mucho desde la última vez, eran prueba suficiente de que no me quedaba mucho tiempo. Nos han separado a todos los que estábamos en peor estado del resto, nos han puesto en fila y hemos marchado rumbo a las chimeneas. Esas chimeneas estaban ahí desde que llegamos y corría el rumor de que esa era la única salida, pero si de verdad era la salida, ¿por qué nos iban a llevar allí a los más enfermos? Quizás ese era el motivo, como no servimos para lo que quieren, nos conceden la libertad, pero me cuesta creerlo, desearía que fuese así, pero lo dudo. Nos han llevado a una habitación que está más cuidada que el resto, nos han dicho que nos desnudemos y nos metamos en las duchas y ha sido en el momento en el que han cerrado la puerta y he escuchado a un oficial decir una palabra que no he podido distinguir, cuando me he dado cuenta de que la teoría de que dice esta es la salida, es errónea. ¿Cuál es la verdad de todo esto? Ahora me voy a encontrar con Dios, aunque puede que no exista, porque dudo mucho que mi Dios permitiese esto y si de verdad lo permitiese entonces no me gustaría conocerlo. Puede que mis creencias estén mal y tendría que creer en un mesías como mi amigo el cristiano al que nunca más podré ver, quizás cuando todo acabe me reencuentre con mi mujer o tenga que esperar más tiempo si es que malentendí al capo. O puede que no pase nada y al final no haya nada, quizás todas las dudas que tengo ni la propia muerte les dé respuesta. Pero hay algo que yo sí que sé; sé que he amado a mi mujer y ella a mí; sé que no voy a conocer a mi hijo; sé que igual me he fiado demasiado de las apariencias; sé que los seres humanos son capaces de mucho, tanto en lo bueno como en lo malo; sé que da igual en lo que uno crea porque eso no lo convierte en menos humano; sé que en esta vida he tenido muchas dudas, sobre todo al final, pero sé también muchas cosas gracias a todas las personas que he conocido, gracias a relacionarme con las personas que quería o que me obligaran a estar con otras con las que no deseaba hacerlo; he sabido mucho sobre lo que hay en esta vida y gracias a ellos me iré con más respuestas de las que pensaba y también sé que mi vida junto a la de las personas que están a mi alrededor, ha terminado.
José Miguel López Cebral, 1º de Bachillerato C
TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
EL JARDÍN DE LA VERDAD
Nuestra vida es un jardín,
donde sólo brillan las estrellas
si la voz de la verdad
en nuestro interior resuena.
Busquemos juntos, entre todos
aquella verdad que nos supera
la que iguala corazones,
la que nunca pone barreras.
Donde el alma vuela alto
en la conciencia de tu yo
Dios nos susurra día y noche:
“La verdad está en el corazón”.
En los latidos del alma,
en la pureza del cielo,
en el error, la caída...
en el llanto, en el consuelo.
Busquemos juntos la verdad
con gozo, dulzura y paz.
A Jesús: camino, verdad y vida
de toda la eternidad.
Paula Alemán 2º BACH C
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TEMA: “Busquemos juntos la verdad”
Largos viajes he emprendido
para a ti encontrarte
y tantas veces me he perdido
por no saber dónde buscarte.
Te busqué en las sinagogas,
en templos y hospitales,
buscando quitarme la soga
que formaban mis males.
Mas nadie respondía,
ni fariseos ni escribas,
a las preguntas que hacía
sobre la verdad y la vida.
Pero llegó el día
en el que cansado de buscar
dejé de mirar arriba
para hacia abajo observar.
Y lo que vi
no era lo que esperaba.
Te vi a Ti
pequeño y sin nada.
Eras solo un bebé,
por tu madre cogido
en la ciudad de Belén
indefenso y desvalido.
Y entonces lo entendí.
La verdad que buscaba
estaba delante de mí
tan cierta y clara.
Ignacio Prieto Garralda, 2º de Bachillerato B
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TEMA: “Busquemos juntos la verdad” FRATERNIDAD EN NUESTRO CAMINO
Imagina que estás encerrado en una habitación; tus ojos están vendados y tu
cuerpo inseguro se manifiesta con sudores en tus manos. Empiezas a caminar en
círculos, sin rumbo, con pasos pequeños y silenciosos, con miedo a tropezar con algo
en ese recorrido tan siniestro. Oyes un pequeño zumbido; sientes vibrar el suelo por
la subida de frecuencia, hasta que una voz robotizada se esclarece: “Bienvenido al
YO, un lugar cómodo y seguro, siempre y cuando mantengas tu venda en su lugar y
camines siempre solo en tu vereda asignada”. Es el temor el que te hace seguir las
órdenes de manera inmediata.
Empiezas tu sendero, en soledad y siguiendo las pautas que esa “vocecilla” te
indicaba. Es una senda monótona, lineal y bastante aisladora; te sientes seguro ante
la ignorancia de tu alrededor. De repente, sientes que algo invade tu cuerpo; no lo
puedes tocar, no lo puedes ver, no lo puedes oler, pero sí lo puedes oír. Parece que
tus ojos, tu boca, tu nariz y tu corazón escuchan ese extraño sonido, que procede de
tu interior: “Nunca camines solo; busquemos juntos la verdad”. Tu mirada, antes
nublada, empieza a ver la luz; tu mente, antes prisionera, es liberada; tu alma, antes
cohibida, ahora tiene Fe.
En la actualidad, miles de actos vacíos construyen nuestro mundo. El dinero, la
angustia, la decepción, el egoísmo, la ingratitud… han ido individualizando nuestra
sociedad. El bien común se ha visto sustituido por el amor propio, conduciéndonos a
un estado de soledad y rabia que atraviesa nuestras vidas. Este sendero marcado por
la voz robotizada, es aquel que nos dicta nuestro egocentrismo; aquel cuyos ladrillos
se ven cementados con codicia y frialdad. Muchas personas justifican este
comportamiento con el uso de nuestra razón por encima de los sentimientos, pero, ¿es
esto un buen uso de lo anterior? Nuestra mente, bien utilizada, ¿no nos mostraría una
mejor forma de convivencia? ¿Por qué no hacemos nada para cambiarlo? ¿Por qué no
llenamos nuestra alma con aquello que nos sume?
Por una parte, la verdadera razón por la cual la individualidad triunfa, es por la
comodidad que supone acostumbrarse a esta rutina, y por la competencia creada en
cada uno de nuestros más pequeños sectores: estudios, trabajo, amigos, seguidores…
Este intento de sentirnos superiores suele llevarnos a una ansiedad y búsqueda de
atención desmesurada y constante, ajenas a la comunión. Una comunidad no basada
en el amor, no es una comunidad; una sociedad no basada en la unión, no es una
sociedad.
Por otro lado, nosotros, como seres humanos imperfectos, necesitamos un
catalizador que nos desencadene de lo puramente terrenal. Necesitamos una luz que
nos guíe, que nos perdone, que nos ame… Esa fuerza interior, que no podemos ver,
no podemos tocar, pero sí podemos oír, es la voz de Dios. Nos da el valor suficiente
para seguir ese nuevo sendero pavimentado por Él; ser forofos de su amor.
Esta fuerza transmitida, nos permitirá quitar esa venda a todo aquel que
tengamos a nuestro lado, excluyéndole de aquella siniestra oscuridad. Para que
seamos, Padre y nosotros mismos, una única verdad basada en la esperanza, amor y
Fe.
La fraternidad tiene algo positivo que ofrecer a la libertad y a la igualdad. Ese
miedo que nos aferra a lo meramente superficial puede ser sustituido por la valentía
de descubrir una verdad universal; puede ser sustituido por encontrar una forma de
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vida justa; puede ser sustituido por la creación de una nueva red en las relaciones
internacionales.
Bajo mi punto de vista, este último año, a pesar de sus inconvenientes, me ha
hecho consolidar mi amor por la comunidad. Personal sanitario, docente, alumnos,
militares, policías, autónomos, etc., se han dejado la piel para reconfortarnos a todos.
Observar cómo nos preocupábamos de los demás, sentir los aplausos, los esfuerzos
para lidiar con el aislamiento... Me han hecho ver a Dios en cada uno de nuestros
pequeños gran actos.
En conclusión, el cambio empieza en nosotros ya que nosotros somos el
cambio.
“Para conseguir la paz se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra”- Papa
Francisco.
Que nos queramos siempre más. Alejandra Panadero Cabello, 2º de Bachillerato A
EL CRISTAL CON QUE SE MIRA
Cualquier época histórica de la humanidad tuvo sus dificultades. En todos los tiempos hubo guerras, pandemias, cataclismos, incertidumbres y miedos. Hace un año apenas, nos creíamos seguros, fuertes y casi invencibles. Incluso nos atrevíamos a frivolizar con un futuro lleno de certeza absoluta: este verano iré a…, el año que viene me compraré…, en dos años seré… Hoy, inmersos en la vorágine de una información volátil y cambiante; de noticias que caducan en minutos, buscamos refugio en la familia, en el amor, en el conocimiento y en la búsqueda de la verdad. En medio de tanto ruido informativo, de tantas voces que nos seducen a seguir su criterio sin rigor crítico, la verdad es como un mástil firme al que amarrarnos para no caer en el abismo, como los marineros que no hicieron caso Ulises y se lanzaron al mar para seguir escuchando el canto embriagador de las sirenas.
Resuenan, al hablar de la verdad, palabras oídas muchas veces en la escuela:
“la verdad os hará libres”. En el conocimiento, pues, está la certeza y el poder. Pero ¿existe un conocimiento objetivo, inmutable, seguro? ¿Podemos confiar en los sentidos?
Campoamor en una Humorada que se ha hecho ya un tópico, nos dice: “En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira.” Ese cristal con que miramos ¿qué es? Es nuestra historia personal, nuestra
experiencia que nos hace ver las cosas a nuestra manera. Por ejemplo, si hemos tenido un fracaso amoroso, el amor será (subjetivamente) una quimera o un dulce veneno. Si estamos pasando por una etapa donde existen dudas existenciales (quién soy, a dónde voy, qué pinto en este mundo), nos refugiaremos en el escepticismo más negro, más oscuro; o buscaremos el consuelo de la religión, de la Fe en Dios: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”.
Si miramos a la Ciencia como soporte de la verdad, tampoco nos ayuda mucho.
Sí, de acuerdo, tenemos el método científico cuya misión es que los resultados que obtenemos sean repetibles y verificables en las mismas condiciones, en cualquier parte del mundo, en cualquier momento y por cualquier investigador. Pero, al final, en la conclusión del trabajo realizado, siempre descubrimos otra/s duda/s que hace/n que volvamos a tener que realizar una nueva investigación. Resolvemos una y aparecen otras nuevas. Es como un juego macabro que nunca termina, que no tiene fin.
El cristal que nos impide ver la verdad también es el interés, el dinero, el beneficio. El dinero que todo corrompe, todo lo pone en duda, todo lo tergiversa.
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“Poderoso caballero es don dinero” (Quevedo). “Hace de verdad, mentiras, de mentiras verdades” (Arcipreste de Hita).
Solo hay una verdad absoluta: que la verdad es relativa. Nunca se alcanza la
verdad total. Todos tenemos una parte de ella. La literatura es una manera de desvelar la verdad con la imaginación, con la
fantasía. Es la verdad de la mentira, como dice el poeta de posguerra Ángel González en un bello poema:
“Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas Y una voz cariñosa le susurró en el oído: ¿Por qué lloras, si todo en este libro es de mentira? Y él respondió; pero lo que yo siento es de verdad. La verdad, como el amor, no se impone. Se razona, se excava con trabajo como
el oro en la mina. ¡Cuánta gente ha padecido y ha muerto por no llegar a acuerdos, por hacer vales su verdad, y nada más que su verdad a los demás, por una fe, por unas creencias que excluyen a los demás, que destierran el diálogo?
El diálogo es el mejor aliado de la verdad: “¿Tu verdad? No, la Verdad, Y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela.” (Antonio Machado). Por eso entre los poetas míos tiene Jorge Manrique (el de las Coplas a la
muerte de su padre) un lugar especial: la única verdad segura es que la vida se pasa, que la muerte se acerca, tan callando.
Hasta tanto, dialoguemos, hablemos, platiquemos; busquemos tú y yo la
verdad, nuestra verdad, porque la verdad está en la búsqueda, porque la verdad está en el camino y porque la verdad no está en la meta. La verdad no es el fin, la verdad es el principio, es la excusa para buscar la Verdad.
Candela Verdugo Peinado, 2º de Bachillerato A
