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  • BUSCADORES DE CONOCIMIENTO

    Elena Santiago Versin 3.2

  • Elena Santiago Buscadores de Conocimiento

    1

    PRIMERA PARTE

    Pasado: RECUERDOS DEL AYER

    Captulo 1

    -Bien, tal y como sospechaba, se trata de leucemia - dijo el doctor. Carolina, sinti un vuelco en el corazn y empez a temblar. Mir a su padre y a su hermano

    en busca de una palabra de alivio, pero lo nico que encontr fue una mirada de preocupacin entre ellos.

    -Es seguro?- pregunt el padre. -S. Todas las pruebas y anlisis son concluyentes.- continu diciendo el mdico. -Y qu va a pasar ahora?- pregunt la joven asustada. -Bueno,- respondi el doctor ya sabes que esta enfermedad es muy grave, pero

    intentaremos luchar contra ella. Debo ser sincero: no va a ser fcil, pero haremos lo posible y puede ser que te cures.-

    A Carolina, las ltimas palabras no le parecieron nada esperanzadoras, pues ms bien le pusieron la losa encima. Ella en realidad escuch: la muerte est sobre ti, como lo estuvo sobre tu madre. A ver si con suerte, a ti no te cae.

    -Vamos a empezar dndote varias sesiones de quimioterapia.- dijo el mdico - Luego iremos haciendo ms pruebas. Vamos a pedir tambin una puncin lumbar para ver si existen clulas leucmicas en el lquido cefalorraqudeo. Pero t no te preocupes, porque si con la quimioterapia no es suficiente, podemos recurrir a la radioterapia, y por supuesto si hace falta se te hace un transplante de mdula, aunque, esperemos que eso no sea necesario.-

    -Est bien.- contest el padre -Cundo empezamos?- -Hay que consultar las listas, pero posiblemente la semana que viene pueda recibir la

    primera sesin.- -S, cuanto antes mejor- intervino el hermano No queremos volver a pasar por el mismo

    calvario que con mi madre.- Para Carolina, que contaba ya veinte aos, el que toda esta conversacin se hiciera delante

    de ella sin tenerla en cuenta para nada, era ya algo muy normal. Cierto era que tanto su padre, como su hermano y su hermana eran mdicos, y lgicamente

    se supona que saban de medicina y de enfermedades. Ella tan slo era una estudiante de magisterio. Aunque tambin es verdad que fue ella misma quien eligi esta opcin, en contra de la tradicin familiar.

    Su madre haba muerto aos antes, despus de diagnosticarle varios cnceres, a pesar de varias sesiones de quimioterapia, y de radioterapia.

    Volver a recordar todo esto no haca otra cosa sino aumentar su miedo. -Por supuesto,- dijo el mdico- la ingresaremos con la primera sesin de quimioterapia, al

    menos durante una semana para que est en observacin. Luego, segn se vaya viendo, decidiremos.-

    -Muy bien- respondi el padre.

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    La joven segua sin saber qu decir. Durante las pruebas que le estuvieron haciendo ya se haba empezado a mentalizar en que era posible que pudiese tener una enfermedad parecida a la de su madre. No era exactamente as, pero el resultado tampoco era muy consolador.

    Buscando salir del estado de confusin y de miedo en el que se encontraba, ech un vistazo a su alrededor por toda la habitacin mientras intentaba respirar profundo, y luego mir a su padre, a su hermano y al mdico, que seguan hablando de su enfermedad con una naturalidad que no poda soportar.

    Movida por un impulso de revelacin, se levant de su silla y dijo: -Pap, necesito salir de aqu. Me voy a casa.- Y sin esperar a que su padre o su hermano reaccionaran, sali de la consulta. Una vez en los pasillos, vio la puerta del ascensor que se abra, e impulsada con la fuerza

    que le daba el querer huir de all, se meti rpidamente, de tal manera que su padre y su hermano no fueron capaces de alcanzarla.

    Cuando sali del hospital, cogi el primer taxi que vio y se fue de all sin mirar atrs. Al llegar a su casa, se meti en su habitacin y se cerr. Se encontraba realmente cansada y se tumb en su cama. Entonces, por fin rompi a llorar. Al cabo de unos diez minutos lleg su padre. ste llam a la puerta de su dormitorio con

    mpetu. -Abre la puerta, Carolina!- orden. La joven se levant secndose las lgrimas, y abri. Luego se fue otra vez a su cama y se

    sent mirando a su padre y esperando la regaina. -Vamos a ver! Qu forma de actuar es sa? Te das cuenta de que has dejado a un doctor

    con la palabra en la boca? Que es tu mdico! Que es quien te puede salvar la vida! Que ests gravemente enferma y l est haciendo todo lo posible por salvarte! As se lo agradeces? Dejndote llevar por la histeria y mostrando la mala educacin que yo no te he enseado?-

    La joven escuchaba con la cabeza baja, sintiendo que su padre estaba olvidando que era ella la que estaba enferma, la que se encontraba mal. No pudiendo resistirlo ms, contest:

    -Lo siento mucho, pap. Siento haberte dejado en mal lugar. Pero me parece que no sabes realmente por lo que yo estoy pasando. Me senta muy mal. Necesitaba salir de all y eso es lo que he hecho. De todas maneras, ya me he dado cuenta de que no haca falta que estuviera en la consulta puesto que entre t, Carlos y el mdico ya estabais solucionando todo.-

    -No me hables de esa manera!- le reprendi el padre Claro que s lo que ests pasando! Es que acaso crees que nosotros no lo estamos pasando tambin? Todos estamos preocupados por ti y buscamos lo mejor! Pero t, como siempre, quieres hacer lo que te viene en gana y no eres capaz de apreciar lo que los dems hacemos por ti!- Carolina no contest, pensando que no mereca la pena discutir con su padre.

    -He tenido que disculparme yo mismo con el doctor!- continu l -Afortunadamente, nos conocemos desde hace mucho tiempo y no se lo ha tomado muy mal!... Aunque seguramente se habr dado cuenta de lo desagradecida que eres.-

    El padre se fue calmando al ver que la joven no deca nada. -Bien, entonces, lo has comprendido, no? La semana que viene seguramente empezars con

    la quimioterapia. A ver si hay suerte, y no necesitas muchas sesiones.- -Pap, estoy muy cansada.- dijo con sumisin -Por favor, djame dormir un poco, quieres?- El padre la mir fijamente y respondi: -Est bien. S. Ser mejor que descanses.- Le dio un beso en la frente y se march. Ella se sinti agradecida por la inhabitual muestra de afecto de su padre y luego se tumb.

    Cerr los ojos y se durmi.

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    Captulo 2

    Despus de dos horas se despert. Mirando el techo, se pregunt cmo haba llegado a esa situacin.

    Sin querer, le empezaron a venir recuerdos de su niez: Carolina era la menor de tres hermanos. Cuando ella naci, su hermano Carlos tena siete

    aos y su hermana Anastasia, seis. Conforme los nios iban creciendo, los dos mayores se haban convertido en una mezcla de

    compaeros de juegos pero tambin rivales. Y quizs debido a la diferencia de edad, o a la forma de ser tan diferente, ella se haba criado un poco aparte.

    Cuando Carolina tena cinco aos le regalaron un gatito. ste fue para ella como otro hermano. Lo llevaba constantemente y le encantaba mimarlo: continuamente lo tena cogido y le gustaba rozar su carita con la del minino.

    Sin embargo, dos aos despus el gato muri en un accidente. Carolina se sinti realmente triste por la prdida de su mascota, y le cost bastante tiempo acostumbrarse a su ausencia.

    Fue por entonces cuando la nia desarroll una dermatitis bastante fuerte en las manos y en la cara, curiosamente, en la misma zona que ella sola rozar a su gato. Adems andaba a menudo como distrada. El mdico le prescribi una crema antiinflamatoria y antibiticos. Despus de eso tambin tuvo problemas de estmago durante un tiempo.

    A la edad de nueve aos, tuvo otro percance. Estando en la piscina con sus hermanos y algunos amigos de ellos, a una chica bastante traviesa se le ocurri gastarle una broma. Le meti la cabeza bajo el agua y la mantuvo un buen rato, hasta que Carolina en un ltimo esfuerzo sobrehumano logr darle un manotazo a su verdugo, pudiendo emerger del agua totalmente desesperada. Cuando Carolina sali de la piscina estaba temblando, an bajo los efectos del pnico que haba pasado. Ella crey que iba a morir y eso la aterr.

    Poco despus cay enferma con lo que inicialmente pareca un simple catarro, pero la tos persista, tena fiebre y escalofros, fatiga y prdida del apetito y por las noches tena pesadillas. Su padre, que era cardilogo, decidi llevarla al mdico y despus de algunas pruebas le diagnosticaron tuberculosis. Como consecuencia de ello, tuvieron que aislarla en una habitacin aparte donde no pudiera contagiar a sus hermanos. Solamente entraba a ratos su madre y a veces su padre. Carolina pas sola mucho tiempo, sin nada que la distrajese a excepcin de algunos libros del colegio y la compaa de su madre a ratos, pues su padre entraba a verla unos minutos cada tarde.

    Sin embargo en vez de mejorar, ella se fue sintiendo peor. Tosa cada vez ms, apenas orinaba y estaba empezando a hincharse.

    Viendo esto, la llevaron de nuevo al hospital y la dejaron ingresada en una habitacin aislada. Sin embargo, a pesar de que los mdicos hacan lo posible, ella no mejoraba. Vea a sus padres muy preocupados y eso no la animaba mucho, que digamos.

    Incluso, en una ocasin en la que no senta fuerzas para abrir los ojos, y los mayores deban creer que dorma, los escuch decir que esperaban no tener que llegar a hacer un transplante de rin.

    As que en el colmo de su desesperacin y de su miedo a morir, por la noche se puso a rezar, pidiendo, rogando, suplicando fervorosamente que la curaran.

    -Dios mo,- deca- te suplico que me cures y me saques de aqu. Yo te prometo que cuando sea mayor y pueda valerme por m misma, me dedi