Bulo Ontología Modal Del Cuerpo Completa

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Ontología modal del cuerpo en Jean-Luc Nancy A continuación propondré lo que es, de algún modo, una torcedura de los “cánones” propios de un “Corpus” nancyano, pues está hecho con sentido y con discurso orgánico, con pies cabeza y todo. Intentaré referirme a la ontología nancyana ordenadamente, esquemáticamente, a sabiendas de quedar “fuera” de su estilo. En este caso, la “organización” del discurso nancyano se propone como una organización abierta, porque puede ser de múltiples otras maneras. El texto que sigue entonces ha de ser un “caso” del Corpus. Vamos a tratar, en primer lugar, de construir una conceptuación de lo que él denomina “ontología modal”, y de nombrar al menos sus diferencias con las llamadas filosofía del cuerpo y fenomenología del cuerpo, así como de la filosofía del sentido y la significación. A partir de aquí, en la segunda parte, nos dedicaremos literalmente a tantear zonas del cuerpo, realizando una “enumeración inconclusa” de tales zonas o caracteres modales del cuerpo ontológico. Uno de ellos se dirigirá precisamente a aquello que atañe a las tonalidades y emociones. a) El Corpus como ontología modal-local La ontología del cuerpo es el pensamiento del cuerpo ontológico, entendido no como un pensar “al” cuerpo, obj etivado y distante, sino la exposición de un pensamiento que toca al cuerpo. “El cuerpo ontológico no está pensado aún” 1 , dice Nancy, lo que significa pensar el cuerpo como abertura, como lo que da lugar a la existencia espaciamiento, como 1 Nancy, 2000, p. 17 (Traducción, p. 16.)

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  • Ontologa modal del cuerpo en Jean-Luc Nancy

    A continuacin propondr lo que es, de algn modo, una torcedura de los

    cnones propios de un Corpus nancyano, pues est hecho con sentido

    y con discurso orgnico, con pies cabeza y todo. Intentar referirme a la

    ontologa nancyana ordenadamente, esquemticamente, a sabiendas de

    quedar fuera de su estilo. En este caso, la organizacin del discurso

    nancyano se propone como una organizacin abierta, porque puede ser de

    mltiples otras maneras. El texto que sigue entonces ha de ser un caso

    del Corpus.

    Vamos a tratar, en primer lugar, de construir una conceptuacin de lo que

    l denomina ontologa modal, y de nombrar al menos sus diferencias con

    las llamadas filosofa del cuerpo y fenomenologa del cuerpo, as como de

    la filosofa del sentido y la significacin. A partir de aqu, en la segunda

    parte, nos dedicaremos literalmente a tantear zonas del cuerpo, realizando

    una enumeracin inconclusa de tales zonas o caracteres modales del

    cuerpo ontolgico. Uno de ellos se dirigir precisamente a aquello que

    atae a las tonalidades y emociones.

    a) El Corpus como ontologa modal-local

    La ontologa del cuerpo es el pensamiento del cuerpo ontolgico,

    entendido no como un pensar al cuerpo, objetivado y distante, sino la

    exposicin de un pensamiento que toca al cuerpo. El cuerpo ontolgico

    no est pensado an1, dice Nancy, lo que significa pensar el cuerpo como

    abertura, como lo que da lugar a la existencia espaciamiento, como

    1 Nancy, 2000, p. 17 (Traduccin, p. 16.)

  • condicin de posibilidad del acontecimiento y del sentido. La ontologa

    del cuerpo es una construccin conceptual y es una experiencia. Nancy

    habla de un tocar que no es fenomenolgico, no es la descripcin de una

    experiencia sensible, ni tampoco es exactamente una experiencia

    fundamental al modo heideggeriano, principalmente porque no funciona

    como una figura arquetpica que diagrama el modo de la existencia, ya

    sea en trminos de cada, propiedad-impropiedad de Ser y Tiempo o en

    trminos de figuras epocales ontohistricas del Heidegger tardo. El

    pensamiento del cuerpo ontolgico es una experiencia originaria porque

    toca el origen, que es el cuerpo, pero no funda nada, en el sentido de

    hacer una construccin posterior al tocar. La ontologa del cuerpo es una

    experiencia ontolgica constructa, un tocar pensantemente al cuerpo y

    dejarse tocar.

    Desde la perspectiva de los clsicos binomios metafsicos: alma-cuerpo,

    materia-forma, ser-ente, etc., el cuerpo siempre habra que situarlo del

    otro lado, parece muy poco ontolgico. La pregunta inmediata es qu

    puede hacer el cuerpo, y adems de un modo constitutivo, en la ontologa.

    Lo curioso aqu y me parece uno de los sellos importantes nancyanos

    es que no se trata de elevar al cuerpo al plano ontolgico, ni de

    encarnar al pensamiento: no es, a diferencia de otros pensamientos del

    cuerpo, una sublimacin del cuerpo. Nancy hace un juego en este sentido,

    en donde casi podramos decir que mantiene la dualidad, usndola para

    exponer al cuerpo de un modo, segn l, impensado hasta ahora.

    Recupera categoras incluso clsicas respecto al cuerpo, como las pars

    extra pars o la multiplicidad, sin intentar absorberlas o sublimarlas

    ontolgicamente. El intento es al revs: recuperar estas categoras como

    no absorbibles, ni agarrables, pues el cuerpo escapa, en alguna medida, al

  • sentido; por eso en esta ontologa se trata de tocar. Este pensamiento que

    toca es tambin un cuerpo, un cuerpo que se expone y toca por fuera

    a otro, como la piel.

    Ahora bien, la ontologa es llamada modal, principalmente, porque no es

    sustancial. Aunque podra tratarse de un cierto cuerpo del ser, ste no

    es un qu, es un cmo; es el modo propio del cada vez del cuerpo, no

    hay nada ms concreto que eso y esa es la urgencia de la ontologa. A

    qu se llama pensar si pensar es pensar los cuerpos?2, pregunta Nancy

    en evidente caricatura de Heidegger, situando con ello a la ontologa

    modal el pensamiento como tacto del cuerpo como condicin de un

    verdadero pensamiento3. Justamente lo que falta en el pensar, lo que

    urge, es un tanteo concreto, pero modal, porque el cuerpo en Nancy tiene

    ms que ver con posiciones, tensiones, pesos y que con esencias o

    sustancias.

    Por qu, entonces, se trata de una ontologa? Derrida califica incluso su

    pensamiento de cuasi-hiper-trancendental-ontologizacin del tacto y no del

    tocar4 porque el cuerpo es el ser de la existencia, da lugar a la

    existencia, siempre diversamente y localmente, pues eso es dar lugar, y

    eso constituye en trminos rigurosos un carcter transcendental. Aqu no

    hay formas a priori de la intuicin, ni tabla de categoras: lo

    trascendental est en la indefinida modificacin y modulacin espaciosa de

    la piel5. Es la trascendentalizacin de lo mltiple, cambiante, diverso y

    singular, pues un cuerpo es el lugar que abre, que separa (...) dndoles

    2 Ibdem, p. 18 (Traduccin, p. 16). 3 dem. (Traduccin, p. 17). 4 Derrida, 2000, p. 328. 5 Nancy, 2000 p. 16. (Traduccin, p. 15).

  • lugar a hacer acontecimiento.6 Si leemos al revs esta oracin, tanteamos

    el acontecimiento como un hacer desde el lugar de los cuerpos dados,

    pero donde hacer, lugar, dar y cuerpo funcionan a una y recubrindose,

    eso es acontecer. Aqu hay tambin una clara alusin a Heidegger, y se

    reconfirma con esta cita de algunos aos antes:

    La ltima filosofa primera, si podemos decirlo as, se nos ha

    ofrecido con la ontologa fundamental de Heidegger. Ella nos habr

    puesto sobre el camino en que ahora estamos, los unos con los

    otros, lo sepamos o no. Tambin por esto su autor ha podido, en

    una especie de vuelta de tuerca de la Destruktion misma,

    comprometerse tan imperdonablemente con la poltica filosfica

    hecha crimen. Y es an ella misma la que nos indica de dnde hay

    que re-comenzar: hay que rehacer la ontologa fundamental (y va de

    suyo, la analtica existencial tanto como la historia del ser y el

    pensamiento del Ereignis), con determinacin esta vez a partir del

    singular plural de los orgenes, es decir, a partir del ser-con7.

    El texto es clarsimo, y nos muestra la direccin que el propio Nancy

    tomar despus en el Corpus. Aunque renuncie en l, en gran medida, a

    la construccin de algo as como a una reconstruccin de la ontologa

    fundamental y quedando, ms bien, del lado de una meditacin

    ontolgica fragmentaria; s mantiene los trazos de la urgencia de un

    pensar desde los muchos cuerpos singulares y sus entremedios, en

    nuestra construccin del andamiaje del mundo.

    En la consideracin ontolgica de los cuerpos, adems de dar lugar a la

    existencia, los cuerpos son estrictamente mundiales, pero en un sentido

    6 Ibdem, p. 18. (Traduccin, p. 17). 7 Nancy, 2006, p. 41 ss.

  • preciso, pues aqu mundo no se entiende ni como totalidad respeccional

    de sentido ni como unidad anterior y fundamento de las partes. Los

    cuerpos son siempre mltiples y singulares:

    Nancy concibe el ser (...) ya siempre singular-plural finito, como un

    ser-en-comn, esto es, como la condicin de la nica comunidad

    posible. Nos encontramos, as, con la articulacin de unas existencias

    concretas, irrepetiblemente singulares que comparecen en el mundo,

    formando al mismo tiempo una pluralidad irreductible a cualquier

    tipo de sustrato unitario originario8.

    La ontologa modal de Nancy es intramundana. El mundo de los cuerpos

    tiene que ver con las muchedumbres, lo singular-plural. El mundo de los

    cuerpos se afirma, por as decirlo, en la densidad, en el peso de los

    cuerpos. La ontologa de los cuerpos, desde este respecto, pretendera

    situarse en otra parte de una ontoteologa, pues ya no se trata de un

    cosmos como un mundo de puestos distribuidos por los dioses y a los

    dioses dominio cosmognico, ni tampoco de una res extensa, pues no

    hay cartografa del ingeniero conquistador moderno9, el mundo ya no

    puede ser un campo de dominio. No hay origen ni suplemento afuera, el

    mundo no tiene otro origen que esta singular multiplicidad de orgenes. El

    mundo surge siempre cada vez, segn una disposicin exclusiva, local-

    instantnea10. Este cuerpo es mundial de esta manera, y esto se sopesa

    cada vez. Si lo dijramos en trminos ms clsicos, sera decir que lo ms

    concreto es lo que alcanza lo ms universal y comunicable; claro que aqu

    no hay partes ni uni-versos, son cuerpos mundiales, mundanos.

    8 Peretti, 2005, p. 72. 9 Cf. Nancy, 2000, p. 36, (Traduccin, p. 33). 10 Nancy, 2006, p. 25.

  • Si no hay unidad previa pareciera ser que no hay mundo, un caos de

    mltiples cuerpos exteriores los unos a los otros y con ello escapando

    adems a cualquier relacin de identidad: un sinsentido. Es verdad en

    parte, tiene que ver con lo que Nancy concepta como inmundicia, pero

    s hay mundo de los cuerpos, acontece en su densidad y su gravedad,

    los cuerpos vienen a pesar unos contra otros: eso es el mundo11. Aqu

    no se trata de ningn tipo de ordenacin previa, sino de sopesar cada

    vez. Mundo es un andamiaje concreto en donde nosotros, los cuerpos,

    vamos funcionando de tal o cual manera. La ontologa modal del cuerpo

    va sopesando cada vez, esa es su mundialidad, sin totalizacin posible,

    pues la totalizacin es la sustraccin de los cuerpos. La densidad de los

    cuerpos se aduea de la propiedad del lugar, los cuerpos se hacen lugar,

    ese es el tener lugar de la existencia, lo que constituye mundo.

    Nancy mantiene la tensin de la dualidad mundo e in-mundo, precisamente

    porque si tuviramos que poner en alguna parte a los cuerpos sera en

    la tensin misma, los cuerpos son mundos e in-mundos.

    En las palabras dedicadas a la inmundicia, es donde Nancy menos explica,

    donde ms enumera, donde aparecen con fuerza la enfermedad y la

    excrecencia. Justamente porque lo inmundo es lo que queda fuera del

    sentido, ya que el sentido no agota los cuerpos. El mundo de los cuerpos

    tiene parte de inmundo. Idnticamente, (...) hay en este mundo y su

    creacin algo que excede y que tuerce los ciclos. (...) Ni nuestros cuerpos

    ni el mundo son circulares12. Nancy intenta no absorber, es decir, deja

    fuera del sentido, los restos del mundo de los cuerpos. No hay cosmos

    11 Nancy, 2000, p. 83. (Traduccin p. 73). 12 Ibdem, p. 90 (Traduccin, p. 79).

  • como belleza, orden y armona, hay mundo con inmundicia, hay mundo

    que expulsa y exuda inmundicia.

    Desde que el mundo es mundo, l se produce (se expulsa) tambin

    como inmundicia. El mundo debe arrojarse fuera in-mundo, porque

    su creacin sin creador no puede contenerse a s misma. Un

    creador contiene, retiene su creacin y se la adjudica. Pero la

    creacin del mundo de los cuerpos no remite a nada ni a nadie.

    Mundo quiere decir sin principio y sin fin: y eso es lo que quiere

    decir espaciamiento de los cuerpos, lo que, a su vez, no quiere decir

    otra cosa que la in-finita imposibilidad de homogeneizar el mundo

    consigo mismo, y el sentido con la sangre.13

    Aqu est la tensin. Notamos cada cuerpo-mundo inigualable a otro, ni el

    sentido se iguala con la sangre, ni el mundo consigo mismo. Mundo es

    justamente esto, esa es su propia densidad, textura, espaciamiento; por

    eso cada creacin de un cuerpo es tambin inabsorbible, es lo que se

    expulsa, lo inmundo, lo singular propio, irrepetible, infinito, no

    homogeneizable.

    La ontologa modal del cuerpo se aparta explcitamente de ciertas

    filosofas del cuerpo, de vitalismos, encarnaciones y certezas sensibles,

    as como de filosofas del sentido y la interpretacin. Nos centraremos en

    distancias conceptuales sin intentar encasillarlas respecto a corrientes

    filosficas, aunque indudablemente se podra hacer desde aqu una cierta

    evaluacin de la fenomenologa y la hermenutica.

    Realizando una enumeracin siempre inconclusa, podemos decir que:

    13 Ibdem, p. 93 ss. (Traduccin, p. 82).

  • - La ontologa modal no tiende a una ideologa robusta-grosera del

    cuerpo: Por ejemplo, un pensamiento musculado o pensamiento sagrado

    corazn llamado por Nancy fascismo vital-espiritualista, porque en ellos

    se esconde el real horror de los cuerpos14.

    - Una filosofa del cuerpo que intenta sublimarlo y encontrar all, en los

    cuerpos, rastros de eternidad, identidad, ser-uno-bueno-bello-verdadero, en

    el fondo no hace otra cosa que arrojarles encima un algo ms que mero

    cuerpo, y la filosofa de Nancy es justamente una no pretensin de

    ningn ms; si se quiere, un nada ms que cuerpos, con todas nuestras

    inmundicias y porosidades. La espiritualizacin del cuerpo es para Nancy

    una accin violenta, insuflamos el espritu a los cuerpos hacindoles una

    llaga, a los cuerpos impenetrables; el espritu es otro cuerpo inventado

    todos los cuerpos son inventados, creados, como un punto del no lugar,

    es decir, que aniquila el espaciamiento, el hacerse lugar propio de los

    cuerpos. Desde aqu, toda filosofa corporal-espiritual es aquella filosofa

    que busca hacer sucumbir los cuerpos, perforarlos, herirlos. El espritu es

    el reemplazo, la sublimacin, la sutilizacin de toda forma de los cuerpos

    (...) el espritu concentra lo que la llaga sangra: en uno y otro caso el

    cuerpo sucumbe15. La concentracin, el encogimiento que el espritu hace

    a los cuerpos, hasta tal punto de privarlos del lugar; tiene, entre otras,

    una forma concreta: unicidad e uniformidad, esa es la llaga del espritu.

    - La ontologa modal no tiende a una filosofa del cuerpo propio: Nancy

    llama a la encarnacin agujero negro, pues ella remite a lo propio

    tragndose a s mismo hasta el vaco de su centro, en el abismo donde el

    14 Cf. Nancy, 200o, p. 41. (Traduccin, p. 37). 15 Ibdem, p. 67. (Traduccin, p. 60 ss.).

  • agujero absorbe hasta sus bordes16. Esta pura inmanencia es el fin de la

    exterioridad, aqu el sentido va directamente sobre lo sensible y no sale de

    eso, es el puro sentir que acaba en vaciamiento, porque hay un verdadero

    engullimiento de s en donde se absorbe hasta sus bordes. La alusin a

    ciertas fenomenologas es clara, y nos parece que tambin su crtica: el

    quedarse en el puro toqueteo de lo sensible, como un narcisismo que slo

    se siente, dando vueltas una y otra vez alrededor de s mismo en la

    sensibilidad17. Tampoco sirve intentar apoyarse en las certezas sensibles,

    stas estallan en caos apenas se las toca. Cuerpo es la certidumbre

    confundida, echa astillas18, justamente la exposicin, la extensin de los

    cuerpos apunta a una sensibilidad lejana a los datos; al dar lugar los

    cuerpos son signos abiertos, pues no se reducen a su propio signo.

    - La ontologa modal no tiende a una filosofa del sentido: Nancy dedica

    muchsimas pginas a la cuestin del sentido y la interpretacin hasta el

    punto de llamar a la interpretacin la palabra-clave de Occidente19, su

    desencadenamiento y agotamiento; distinguiendo minuciosamente los

    sentidos del sentido, la significacin, el signo y el pensamiento

    hermenutico20. Aqu slo enunciaremos alguna tesis suya en lo que

    respecta a la ontologa del cuerpo. El cuerpo expone la fractura del

    sentido que la existencia constituye, sencilla y absolutamente21. El cuerpo

    16 Ibdem, p. 66. (Traduccin, p. 59). 17 Cf. para este tema, Ian, 2006, p. 114-151. 18 Nancy, 2000, p. 9. (Traduccin, p. 8) 19 Cf. Nancy, 2003, El olvido de la filosofa, p. 63. 20 Vase, en especial, Nancy, Jean-Luc, El olvido de la filosofa. Es una exposicin de los modos de

    la crisis y la prdida del sentido del pensar occidental que olvida eo ipso su propia obstinacin

    en el lmite de la presentacin significante. Una vez tocado este lmite, la metafsica no queda

    cerrada como un edificio abandonado, sino ms bien, generosamente abierta en la exigencia de

    sentido. No hemos salido de la filosofa, estamos en ella y somos el momento y el gesto en que

    la voluntad significante se conoce como tal, se sabe insignificante y entrega desde s otra exigencia

    de sentido (p. 54). 21 Nancy, 2000, p. 24. (Traduccin, p. 22)

  • es el lmite del sentido, su borde, que se expone y da lugar al sentido y

    las interpretaciones. No se trata aqu de poner el cuerpo detrs o fuera

    del sentido, sino que el cuerpo es eso con que choca el sentido, eso que

    de alguna manera el sentido no agarra, dando as, lugar y poniendo el

    lmite al margen de interpretaciones posibles. Por eso es que Nancy afirma

    tambin que el cuerpo es la arqui-tectnica del sentido22.

    - Este punto es bastante problemtico, pues desde aqu se abren, segn

    me parece, varias vas. Primeramente la que Nancy transita, la va del

    fragmento y de los restos del cuerpo no absorbibles por el sentido, tocar

    la interrupcin del sentido, he ah lo que por mi parte, me interesa en el

    asunto del cuerpo23; pero, nos parece, no ha de ser sta la nica

    posibilidad de la ontologa modal. Nancy mismo afirma que la escritura no

    equivale a una desbandada o a un caos de la significacin: slo vale

    directamente en la tensin sobre el sistema significante. Es decir, en esta

    tensin que somos del ser con lo que nosotros somos.

    - La ontologa modal es pensamiento tctil, ella misma es pensamiento

    que se extiende como ser ex-crito, ese es su modo concreto de tocar, en

    la escritura. Este tocar es siempre desde fuera, eso es lo que constituye el

    tacto.

    Por mi piel yo me toco. Y me toco de fuera, no me toco de dentro.

    Hay anlisis clebres de Husserl y de Merleau-Ponty sobre esta

    cuestin del tocarse, el tocarse de mis propias manos. Pero,

    curiosamente, y esto es recurrente en toda la tradicin, todo vuelve

    siempre hacia la interioridad. Los anlisis fenomenolgicos del

    tocarse vuelven siempre hacia una interioridad primera. Lo que no es

    22 Ibdem, p. 23. 23 Ibdem, p.112 (Traduccin, p. 97).

  • posible. Hace falta primeramente que yo est en exterioridad para

    tocarme. Y lo que yo toco permanece fuera. Yo estoy expuesto a

    tocarme yo mismo. Y por tanto, ah est el punto difcil, el cuerpo

    est siempre fuera, afuera, es de fuera24.

    El pensamiento tctil es aquel que no pretende penetrar lo impenetrable,

    menos an absorberlo en un fondo de sentido comn.

    b) Caracteres modales del cuerpo: exposicin de algunas reas

    Si antao el ser se corresponda con las nociones transcendentales ser,

    uno, verdadero, etc., las cuales eran aplicables a cada ente por el hecho

    de ser y, de algn modo, ellas develaban respectos constitutivos de toda

    cosa que es, ya sea por s misma ser, uno o en relacin a su

    intrnseca posibilidad de inteligibilidad verdadero, bello y bueno; Nancy

    se dedica a tocar ese cuerpo que nos hemos inventado histricamente

    y convertir algunos de esos conceptos clsicos en herramientas usadas

    para hacer otro cuerpo. No se trata de nociones transcendentales del ser-

    cuerpo convertibles entre s y aplicables a todos los cuerpos, aunque hace,

    ciertamente, una generalizacin, lo que prima es el cada caso de cada

    cuerpo. Adems, estos caracteres no podran responder a un qu es el

    cuerpo; se trata de ontologa modal, por eso se habla de herramientas,

    porque son usos conceptuales ms que conceptos fijos. Mostrar algunos

    de estos caracteres agrupados por reas, sin pretender ser exhaustiva.

    - Peso, pesaje, gravedad, densidad, resistencia, masa, cada, muerte.

    24 Ibdem, p.117s. (Traduccin, p. 101 ss).

  • El peso de los cuerpos no es una propiedad que stos posean, es lo que

    ellos son, cuerpo es peso, cuerpo consiste en pesar, dejarse pesar,

    sopesar. Esto significa, ante todo, que un cuerpo es siempre pesado

    directamente por otro cuerpo, los cuerpos vienen a pesar unos contra

    otros, pues el pesar se hace sobre el simple soporte, y supone el

    montaje de un universo; ser pesado demanda el concurso de otro cuerpo

    y la extensin de un mundo25. Una piedra en un bolsillo de mi vestido,

    subiendo o bajando un cerro, en verdad el peso es siempre un concurso

    de pesos, de todo un andamiaje en marcha, el cuerpo como peso alude

    justamente a este estar pesando entre otros. Como vimos, mundo es el

    estar pesando de unos cuerpos respecto a otros. Aqu no hay a-priori, lo

    inmundo es el pre-supuesto donde todo sera pesado por adelantado26;

    cuerpo es el estar pesando entre otros en la construccin de un mundo,

    es el pesar en el sostenerse, agarrarse, caerse y rasgarse de los cuerpos

    en la instalacin.

    Aqu se puede comprender mejor a lo que apunta Nancy al referirse a un

    pensamiento como tacto; es ir sopesando cada vez, eso es pensar. Si

    quisiera ocuparse ms explcitamente un lenguaje heideggeriano, podra

    decirse que el pesaje es la experiencia fundamental del cuerpo: cuerpo

    sera la experiencia de este pesaje, que ante todo no es propio, pero que

    hace acontecimiento, serie de acontecimientos que vuelven posible la

    apropiacin del tener lugar27. Ntese que cuerpo no es lo dado en la

    experiencia, ni es quien experimenta; es la experiencia misma, el cruce de

    una ribera a otra. Desde all se entiende la serie infinita de

    25 Ibdem, p. 83 (Traduccin, p. 73). 26 dem. 27 Ibdem, p. 86. (Traduccin, p. 76).

  • acontecimientos que posibilitan el hacerse lugar de los cuerpos. Eso es

    cuerpo, lo que se hace lugar; por eso la experiencia del pesaje del cuerpo

    incluye a una el soporte y el mundo. Mejor dicho, instala el soporte y el

    mundo, es experiencia y creacin.

    Ahora bien, precisar el sentido de lo fundamental en la experiencia del

    pesaje. Si hay algo que funda el pesaje es justamente la instalacin, la

    creacin del andamiaje y del mundo en el cada vez de la experiencia del

    pesaje. El pesaje es ausencia de fundamento, en el sentido de experiencia

    como un saber preconceptual, preterico, preontolgico. Un fondo

    experiencial al que podemos recurrir antes, o lo que queda tras sacar

    las mscaras, capa a capa. Pero s es fundamento en el sentido en que es

    el hacerse lugar de los cuerpos, all su ex-posicin es la constitucin del

    mundo. La exposicin no es lo contrario de fundamento, es ms bien su

    verdad corporal. La ausencia de fundamento no debe entenderse en

    trminos de sima y de abismo: s en trminos de sacudida tectnica

    local28. La experiencia del cuerpo, mejor dicho, el cuerpo como

    experiencia, es justo la remocin del lugar, dislocacin, terremoto,

    erupcin, en donde el peso de los cuerpos irrumpe y recrea el mundo.

    De all su resistencia, densidad, su dureza; los cuerpos resisten y por eso

    exigen ser creados nuevamente29, es una resistencia constitutivamente

    elstica, no rgida. Re-sistir no es permanecer en la existencia, es recrearla,

    es el cuerpo como estructura libre. El cuerpo es la estructura misma de

    la libertad, y recprocamente: pero ninguno de los dos se presupone, ni en

    28 Ibdem, p. 89 (Traduccin, p. 78). 29 Cf. Nancy, 2000 p. 73 (Traduccin, p. 65).

  • s mismo ni en el otro, como la razn ni tampoco como la expresin de la

    estructura30. Entre cuerpo y libertad se abre el mundo del sentido.

    - Pars extra pars, impenetrabilidad, propio-extrao-intruso, nosotros,

    alteridad, multiplicidad, singularidad, determinacin. Partes extra partes: lo

    impenetrable (...) jams un cuerpo penetra la abertura de otro cuerpo

    excepto dndole muerte31.

    Entrar en un cuerpo llamado impenetrable; pareciera que a esos bosques

    patagnicos slo se los puede penetrar agarrando un machete y

    cortando, penetrar la tierra al explotar una mina para extraer sus

    riquezas, herir la carne y cercenarla, diseccionar un concepto al modo

    escolstico. Esa es la tesis de Nancy: slo podemos penetrar un cuerpo

    haciendo una herida. Eso no significa que no podemos entrar en ellos,

    palpar su abertura; los cuerpos tienen poros, salidas, cuevas, pero hay que

    buscar por dnde, tanteando, tocando. Tocar incluye estar fuera de lo

    otro, extra partes, contacto y separacin; tocar las aberturas, palpar sus

    poros, entrar en sus cavidades, siempre desde afuera. Yo dira que aceptar

    la impenetrabilidad de los cuerpos es un respeto por lo otro. Muy lejos

    est de la mxima kantiana de obligar a la naturaleza a decir la verdad

    que queremos escuchar, y de algunos modos de experimentacin cientfica,

    donde el ojo del dios queda chico.

    Desde esta construccin de los cuerpos, la verdad figurara cercana a la

    adecuacin, en el sentido en que nuestras palabras, como cuerpos, van

    tanteando las aberturas y los pliegues de los cuerpos del mundo sin

    violentarlos, adecundose tctilmente; vale decir, no hacia una verdad de

    30 dem, (Traduccin, p. 79). 31 Ibdem, p. 27. (Traduccin, p. 25)

  • igualdad (ad aequus) abstracta, sino como un acomodo entre cuerpos que

    se tocan, mas la verdad, es la piel. Es a travs de la piel, ella hace piel

    (...) la piel toca y se hace tocar32.

    Los cuerpos son impenetrables a las lenguas y stas son impenetrables a

    los cuerpos, dado que ellas mismas son cuerpos. Cada una de las lenguas

    es un duro bloque extendido de significancia, partes extra partes, verba

    extra verba, palabras compactas impenetrables unas por otras o por las

    cosas33.

    El extra es justamente el lugar de la diferenciacin, y lo que posibilita la

    construccin del andamiaje del mundo, de la comunidad. Toco por fuera,

    me toco por fuera, los cuerpos tienen lugar justamente unos fuera de

    otros, eso es tener lugar, apropiarse del lugar.

    Ahora bien, las partes, las mltiples partes, indican una pluralidad de

    singulares ms que partes de un todo. Los cuerpos esta construccin

    de los cuerpos no son una particin de un todo nico originario, sino

    mltiples singularidades absolutas, son la multiplicidad como origen, son

    una unidad originariamente plural34. Si se quiere seguir hablando de

    partes, ser bajo la condicin de la pars pro toto: lo singular es cada

    vez por el todo, en su lugar y con vistas al mismo. (...) Una singularidad

    no se recorta bajo el fondo del ser, es, cuando es, el ser mismo o su

    origen35. Aqu es donde Nancy, en marcada discusin con Heidegger,

    apoya la posibilidad de la construccin de una comunidad: lo comn es

    justamente lo inigualable de cada singular, de cada cuerpo-mundo. El

    mundo no tiene otro origen que esta singular multiplicidad de orgenes.

    32 Nancy, 2004, p. 61 33 Nancy, 2000, p. 51 (Traduccin, p. 45). 34 Nancy, 2006, p. 55. 35 Ibdem, p. 48.

  • Esto que muestra, que toca justamente el lmite de lo comn, de lo uno,

    es, a su vez, el concreto origen de la comunidad: origen singular-plural,

    donde cada vez los cuerpos, insacrificables, inigualables arman el mundo.

    La co-existencia es a una con la existencia, con los cuerpos, ser cuerpo

    es co-existir con otros, es el andamiaje del mundo, pluralidad de orgenes

    singulares.

    Los cuerpos son primeramente y siempre otros, al igual que los otros son

    primeramente y siempre cuerpos. (...) Otro es un cuerpo porque slo un

    cuerpo es otro36. Cada vez los cuerpos tocan a mltiples otros, los que

    no provienen de un origen comn de sentido, sino que en el propio tocar

    se nos imponen otros cuerpos por s mismos. Ms que a otros, el tocar se

    dirige a un nos-otros: tocarnos es lo que nos hace nosotros, y no hay

    otro secreto por descubrir o por esconder tras este tocar mismo, tras el

    con de la co-existencia37.

    Cuando Nancy habla de comunidad o de co-existencia, de nosotros y de

    mundo no quiere reducir estos trminos a singularidades humanas, puesto

    que cuando los humanos hablamos de nosotros, es justamente para cada

    uno y cada vez de lo que existe, de cada cuerpo que existe mientras

    existe; hablamos para el mundo, nos referimos al mundo en ese hablar

    que hace al mundo, y all cada cuerpo, cada singularidad, ocupa su lugar.

    Nosotros: cada vez otro, cada vez con otros. Con no indica tanto la

    participacin de una situacin comn como la yuxtaposicin de puras

    exterioridades (un banco con un rbol con un perro con un paseante)38.

    En el nosotros entra cada vez todo lo existente, pero no siendo absorbido

    36 Nancy, 2000, p. 29 (Traduccin, p. 26). 37 Nancy, 2006 p. 29. 38 Ibdem, p. 51.

  • ni en un todo ni en un nosotros, sino justamente constituyendo nosotros

    como exterioridades que se tocan.

    - Extensin, espaciamiento, lugar, exposicin

    Los cuerpos se extienden, ocupan un lugar y en ello se exponen.

    Justamente su impenetrabilidad nos abre la posibilidad de tocarlos por

    fuera, esa es su abertura: los cuerpos estn ex-puestos, ex-tendidos.

    En la extensin figura la ocupacin, el apropiamiento del lugar; sin que

    haya un lugar previo; el cuerpo se hace lugar y hace el lugar al mismo

    tiempo. El lugar de los cuerpos no tiene que ver con una localizacin

    geogrfica, sino con su disposicin, esa es la que construye mundo; en la

    disposicin yuxtapuesta de unos cuerpos exteriores a otros se juega el

    lugar comn. La ex-tensin es el despliegue y repliegue de los cuerpos; la

    res extensa en su alcance ms amplio.

    En la ex-tensin figura la tensin propia del ex, no como una propiedad

    de lo extenso sino en el modo concreto como nos estamos haciendo

    lugar cada vez, y este modo puede llamarse tambin tensin, tono. Nancy

    habla de e-mocin y quiere tambin acentuar all el mover que provoca

    tocar. Lo intocable es que eso toca. Tambin se puede emplear otra

    palabra para decir esto: lo que toca, eso por lo que se es tocado, es el

    orden de la emocin39. Emocin aqu es dis-locacin, remocin del lugar,

    experiencia40. El cuerpo es esto tambin: el modo concreto de hacerse

    lugar, es decir, dislocantemente, e-mocionantemente: nos acomodamos, nos

    39 Nancy, 2000. (Traduccin p. 110). 40 El sentido usado aqu por Nancy para emocin me parece, en este punto, exactamente el mismo

    uso que da Heidegger a los temples fundamentales como dislocadores, trasponedores, en trminos

    de experiencia fundamental. Sin embargo, este uso nancyano no se pretende fundador de inicio

    ontohistrico, ms bien, quiz, como un modo concreto de construir una comunidad.

  • punzamos, herimos, acariciamos unos cuerpos con otros en el estar

    construyendo el mundo cada vez; eso es tocar, concreta y distintamente

    cada vez. Nuestras palabras tocan el sentido en la escritura, son un gesto,

    un estilo, una voz, un timbre y un tono. Los cuerpos discursivos se

    despliegan tonalmente tambin, ellos consisten en ser gesto, versin, es

    decir, su modo propio de extenderse. Eso es el estilo de un pensar.

    El ejemplo de los tonos de la curiosidad es interesante. En explcita

    discusin con Heidegger, Nancy propone una lectura frente a la curiosidad,

    entendida como la cada del encontrarse del s mismo, en Ser y Tiempo41.

    La curiosidad es tratada por Nancy justamente como nuestro comn y

    esencial encuentro con la alteridad, una intriga de aquel origen siempre

    otro, inapropiable, de la existencia singular humana, ptrea, arbrea, es

    decir, la intriga por el cuerpo.

    El correlato de la creacin, entendida como la existencia misma, es

    una curiosidad que hay que comprender en un sentido totalmente

    distinto al que le da Heidegger (...) es, por el contrario, preciso

    retirar, del lado de esta curiosidad inconsistente, pero del lado

    tambin de la atencin que mira por los otros (Frsorge), el estrato

    ms primitivo de una curiosidad en la que estamos en primer lugar

    interesados por lo que es, de hecho, lo interesante por excelencia: el

    origen pero interesados en la manera de entrar en la intriga con

    l42.

    41 Recordemos que la curiosidad es el momento cado de la disposicin afectiva, en donde la

    angustia ocupar el sitial de ser aquella disposicin afectiva fundamental en la que el ente

    intramundano pierde significatividad y el mundo se devela insignificadamente. Es decir, que aquello

    ante lo que se angustia la angustia es nticamente nada, la nada de lo a la mano dentro del

    mundo, o sea, el mundo en cuanto tal. As puede leerse la curiosidad como su inverso,

    entretenerse entre los entes, perderse en la mera onticidad, la cada misma de lo cotidiano. (Cf.

    Heidegger, 1969, &36 y &40). 42 Nancy, 2006 p. 35.

  • Podramos hacer una lectura fenomenolgica de este texto, en donde

    apreciemos la curiosidad como aquel tono que se corresponde con la

    alteridad como origen, con lo de por s singular; pero Nancy habla de

    intriga, lo que nos sugiere un entramado con los otros cuerpos

    singulares. Aqu, me parece, no es tan decisivo el aspecto develador de

    lo otro en tanto que otro singular, sino la trama que armo con los otros

    existentes siempre extraos, raros, curiosos. En la curiosidad, el inters, la

    intriga que hay con algunos cuerpos est nuevamente el tocar, pero aqu

    tocar es ser tocado: lo extrao me toca, desde afuera, como lo desde

    afuera de por s, como origen singular, me toca aqu algunas veces: esa

    es mi intriga.

    Otra vez hay que concretar esto y decir que la curiosidad, como trama

    entre cuerpos que se estn tocando, es singular, tiene versiones distintas

    cada vez. Por ejemplo, en el caso de convertir lo otro en lo Otro.

    All:

    la misma curiosidad se torna rabia apropiadora o destructiva.

    Buscamos en lo otro no ya una singularidad del origen, sino el

    origen nico y exclusivo, sea para adoptarlo o para rechazarlo. El

    otro se vuelve el Otro, a la manera del deseo o del odio. La

    divinizacin del otro (con la servidumbre voluntaria) o su

    demonizacin (con su exclusin o su exterminio) son el sino de la

    curiosidad que ya no se interesa por la dis-posicin y la com-

    parecencia, sino que se ha vuelto deseo de la Posicin misma: fijar,

    darse el origen de una vez por todas y en un lugar por todos, y por

    tanto, siempre fuera del mundo43.

    43 Ibdem, p. 36.

  • Notamos aqu cmo este modo de la curiosidad rabiosa es la

    absolutizacin del origen singular, excluyendo el origen constitutivamente

    plural de los otros. En este sentido, tanto la forma apropiadora, que

    adopta el origen de este singular como si fuera el origen nico y

    exclusivo, como la forma destructiva, que rechaza completamente este

    origen; convierten al otro en Otro a travs de la fijacin y equivalencia de

    esta vez y este lugar cuerpo singular-plural por la totalidad. Aqu se

    palpa la intriga: construimos nuestros mundos laborales, familiares, medios

    comunicacionales y ambientales, rabiosamente intrigados con los otros. Hay

    tambin otros tonos de la intriga, como nuestros intereses originarios por

    la alteridad siempre renovada de los cuerpos, concretos, como la nuda

    exposicin de los orgenes singulares44, que es como define Nancy a la

    ontologa. Desde esta exposicin, se asume, me parece, el lmite de la

    concrecin y, a la vez, la resistencia del cuerpo ontolgico, la

    imposibilidad de absorber a los otros o de reducirse a ellos.

    He querido mostrar la propuesta ontolgica nancyana de un modo un

    poco esquematizado, con el gran riesgo de convertir la ontologa modal

    justamente en aquello de lo que pretende alejarse. La razn fundamental

    de esta opcin es situar esta ontologa en continuidad, marcada

    fundamentalmente con el segundo Heidegger y, de un modo ms implcito,

    con algunos trabajos de Deleuze; es decir, con los ltimos trazos de

    ontologa occidental. Ahora bien, la gran dificultad de esto es que ms all

    de la radicalidad alcanzada por Nancy en muchos momentos, su ontologa

    no es una ontologa hecha, y temo que ha sido una decisin el no

    hacerla.

    44 Cf. Nancy, 2006, p. 41.