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malaidea: cuadernos de reflexión Número 2, noviembre 2011Revista cuatrimestral de Ciencias SocialesQuito-EcuadorISSN 1390-6453

DirectorCarlos Celi

Consejo EditorialKintia MorenoPaola Sánchez

Consejo AsesorSantiago CabreraSoledad ChalcoPatricio PilcaYomaira Placencia

EdiciónJeanneth CervantesMaría Fernanda Auz

PortadaGonzalo Sánchez/Viviana Quishpe

DiseñoFabrizio Moreno Salas

TraducciónMarcelo Khon

Los artículos presentados en esta publicación norepresentan necesariamente la visión del ConsejoEditorial, sin embargo corresponden a la líneaeditorial de malaidea. El contenido de los artículoses responsabilidad de los autores.

Para comunicarte con nosotros:[email protected] facebook: malaidea cuadernos de reflexión

Impresión: Artes Gráficas SilvaMallorca N24-257 y Güipúzcoa, Quito

Se autoriza la reproducción total o parcial de loscontenidos de esta publicación siempre que se citeexpresamente la fuente.

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buenosdíasdamitas y caballeros, no he venido a molestarles ni tampoco a incomodarles

apuntes teóricos para una etnografía del transporte público en quito

espacios

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Amalia Ospina P.*

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AbstractWhen we take the bus, rarely do we observethe behavior and communicational environ-ment deployed in it. This article tries to estab-lish some starting points for an ethnographicanalysis of the urban bus in Quito, under themethodology and techniques propose bytransportation anthropology and symbolicinteractionism. By applying these ways of ap-proaching the object to be studied, we wantto reveal the daily practices of the actors thatmeet in this mobile and evanescent scenario.When observing daily life, we discover exclu-sive colonized and colonizing practices suchas racism and sexism. The intent is to fathomthe logic behind, and observe how the natu-ralization of stereotypes develops on a dailybasis and secretive manner. The objective isto be able to reach an interpretation of inter-pretations, and to set up the categorical ele-ments for a “dense description” that mayallow us to visualize daily power relations ex-perienced in the city.

Keywords: urban transport, social conflicts,spatiality, transportation anthropology, city.

ResumenCuando viajamos en el bus pocas veces nosponemos a observar el comportamiento y laatmósfera comunicacional que allí se despliegade manera permanente. Este texto trata de es-tablecer algunos puntos de partida para el aná-lisis etnográfico del bus urbano en Quito, bajola metodología y técnicas propuestas desde laantropología móvil y el interaccionismo sim-bólico. A partir de estas formas de aproxima-ción al objeto de estudio, se pretende poner enevidencia las prácticas cotidianas de los actoresque confluyen en este escenario móvil y eva-nescente. Al observar la vida cotidiana se vandescubriendo prácticas excluyentes coloniza-das y colonizantes como el racismo y sexismo.La intención es desentrañar su lógica, observarcómo se desenvuelve la naturalización de losestereotipos cotidianamente y de manera sigi-losa. El objetivo es llegar a una interpretaciónde interpretaciones, y dejar levantados los ele-mentos categoriales para la elaboración de una“descripción densa” que permita visualizar lasrelaciones de poder cotidianas que se viven enesta ciudad.

Palabras claves: transporte urbano, conflictossociales, espacialidad, antropología móvil,ciudad.

* Estudiante egresada de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Ac-tivista, articulista, bloguera. Editora, correctora de estilo y fotógrafa. Facilitadora y sistematizadora.

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dios y la escasa reflexión sobre el tema enel Ecuador ha motivado este ensayo, queintenta desentrañar los sutiles mecanis-mos del poder, la dominación y los este-reotipos como elementos que se jueganen la cotidianidad. En América Latina yel mundo ya empieza a ser un tema deinterés, sociólogos e investigadores delas ciencias humanas se han dado cuentaque los buses son espacios donde se ex-presan problemáticas sociales de granimportancia y que pueden por tanto,ayudar al entendimiento de una socie-dad, de una cultura. El espacio del busreúne a diferentes actores de la sociedadque manifiestan sus necesidades, asícomo sus sueños y fantasías. Se eviden-cian angustias, temores, pero tambiénformas de comportamiento en torno a laviolencia, la inseguridad, lo público, elarte, la solidaridad.

Antecedentes históricos

Es difícil obviar el tema de la movilidaden el territorio urbano, pues se trata deun sector estratégico que implica diaria-mente a un gran número de habitantes.Según el Municipio, el Distrito Metropo-litano de Quito (DMQ) tiene un área de430.000 hectáreas y cuya centralidad ur-bana principal es la ciudad de Quitodonde se asienta una población de2’239.191 habitantes (datos del Censo dePoblación y Vivienda 2010). El transporteurbano se convierte dentro de estas di-mensiones en un sector clave del desen-volvimiento social. La información delaño 2007 dice que el sistema de Trans-porte Público Colectivo moviliza 2,4 mi-

Siga reinita. Atrás hay donde. Ahí caben cinco.Y murmurando en silencio obscenidades a su co-

lega lleva adelante catorce cuadras regocijadocon su clientela; el atrasado ya le da alcance y lo

adelanta por cuadra y media; sube la gente ahíamontonada como sardinas en la cafetera. Losdos chóferes en gran disputa como dos buitres

tras de su presa. Toda la gente paralizada rueganal chofer que se detenga. No para a señoras no

para a viejitos y con los chapas ya se hace el loco,el de los chicles salió volando...

Cacería de Lagartos. Colón-Camal

Introducción

Muchos de los ecuatorianos y ecua-torianas pasamos buena parte denuestras vidas subidos en un

transporte público. Ese tiempo de estar yno estar, convierte ese “no-lugar” detransición en un lugar con densidad sim-bólica del cual nos apropiamos de ma-nera fortuita y que, por tanto, sin darnoscuenta, forma parte de nuestras vidas co-tidianas, se encarna y naturaliza en nues-tros imaginarios sociales y urbanos.

El bus en Quito es entonces, uno de losescenarios de interacción simbólica, con-flictividad y naturalización de compor-tamientos sociales que por lo generalponen de relieve las desigualdades, evi-denciadas a través de sus actores y surespectiva performatividad en la vida co-tidiana. El texto tratará de hacer un aná-lisis crítico del proceso de naturalizaciónde esos comportamientos a través de laconflictividad y la atmósfera comunica-cional de los actores que allí confluyen.

En el país muy poco se ha estudiadosobre los medios de transporte y sus sig-nificados sociales. La carencia de estu-

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eso, porque vuestraprofesión es tan su-blime, tiene tanto desublimidad, por esovuestra alma es tan in-dependiente y tanlibre”3.

Históricamente hansido los “mimados” dela derecha y práctica-

mente todos los gobiernos han nego-ciado con ellos, pues representan unsector estratégico de gran importanciapolítica y económica. El gremio de trans-portistas urbanos es muy poderoso ycapaz de paralizar al país. Han intentadoen reiteradas ocasiones subir los pasajes,pero los gobiernos han visto la manerade frenar esos intentos con numerosossubsidios y facilidades en la compra decombustible, repuestos y autobuses.También han gozado de ciertos benefi-cios reales lo cual les ha permitido man-tener y modernizar poco a poco elsistema de transporte a nivel nacional.Los transportistas se ubican en la clasemedia, media-baja y por tanto han esta-blecido relaciones con los grupos depoder que se han construido sobre unabase racial y de clase, lo cual les ha si-tuado frente a los políticos y a la pobla-ción en general, como trabajadores que

llones de pasajeros aldía1. Estos datos ayu-dan a sustentar la im-portancia del tema,pues se trata de unaproblemática queafecta de una u otramanera a millones depersonas, entidadespúblicas y privadas,entre otras. Los medios de transporte tie-nen una implicación fundamental en lavida social en varias dimensiones: eco-nómica, cultural y política, lo que permi-tirá hacer un recorrido por microescenarios urbanos que nos llevarán a re-flexiones en torno a cómo se está cons-truyendo la ciudad a través de susactores y cómo a su vez se evidencianconflictos de racismo, sexismo y trabajoinformal dentro de este espacio urbano.

Los medios de transporte en el Ecuadorhan sabido negociar a través de sus sin-dicatos con los distintos gobiernos deturno para obtener preferencias arance-larias a la importación de vehículos, re-puestos, etc.; siempre con el ánimo depresionar en torno al alza de los preciosen los pasajes2. Cabe recordar algunaspalabras de Velasco Ibarra: “¡Vuestraprofesión es tan sublime! ¡Cuántas veceshe pensado si hubiera sido chofer! Por

... los buses sonespacios donde

se expresanproblemáticas

sociales de granimportancia ...

1 Municipio del Distrito Metropolitano de Quito. Plan Maestro de Movilidad 2008-2025.2 Recuérdese que el último paro importante de transportistas sucedió en el año 1999, en donde se dio una

paralización del transporte urbano, transporte pesado, taxis, en distintas épocas del año. En términosgenerales este gremio ha sabido negociar con los gobiernos de turno para obtener algunas prebendas asu favor, lo cual ha impedido por un lado que se alce el precio de los pasajes y por otro, evitar una mo-vilización de transportistas.

3 Discurso de 19-III-1955. Tomado de: El proceso de dominación política en el Ecuador. Agustín Cueva.Editorial Planeta. Quito. 1988. Pág. 140.

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presiones, una interpretación de inter-pretaciones, y dejar levantados los ele-mentos categoriales para la elaboraciónde una “descripción densa”.

¡Venga! ¡Suba, rapidito! 12 de Octubre,6 de Diciembre, Comité…

El bus es un medio de transporte que al-berga a centenares de personas todos losdías y que por tanto, representa un lugarimportante de interacción. Allí se pue-den observar ciertos comportamientos ysobre todo, relaciones sociales que dejanver esas conflictividades guardadas por

los individuos en suvida cotidiana, y porefecto de un pacto socialde comportamiento semantienen al límite delestallido. El bus es tam-

bién un espacio público evanescente, queexiste y se convierte en lugar, en la me-dida en que es habitado, transitado oatravesado. El espacio antropológico espor tanto, como dice Certeau (1996), vi-vencial y fractal. Los gestos y comporta-mientos identificados en el bus nos dicenalgo más, ocultan una realidad más am-plia que incorpora las diferencias cultu-rales. Dicho medio encierra redes decomunicación verbal y no verbal, produ-ciendo un conjunto de signos que emer-gen y dan sentido a la interacción entrela gente.

Para el interaccionismo simbólico, el ac-cionar de los individuos se explica a par-tir de relaciones estructurales, deposiciones sociales o roles que cumplenen la estructura social, las cuales a su vez,

requieren de poco desarrollo intelectualsituándolos más bien en el trabajo defuerza o manual.

En gran medida los medios de comuni-cación se han encargado de desprestigiara este sector a lo largo de los años. A tra-vés de noticieros o programas “de la co-munidad” han estigmatizado a choferesy cobradores desde una perspectiva ra-cial y de clase que se ha generalizadoentre la “ciudadanía”. De esta forma laperspectiva común hacia los transportis-tas se construye sobre la base de estosprejuicios y estigmas sociales de maneranegativa.

Con estos antecedentes se pretende rea-lizar un recorrido por las relaciones queentraña la atmósfera del bus urbano enQuito. A través del interaccionismo sim-bólico es posible leer en estos espacios laconducta externa de las relaciones inter-personales, el individuo y su accionar,para comprender los procesos de inter-pretación y la conducta humana. Los mé-todos del interaccionismo simbólicoenfatizan en la importancia de la formaen que relaciones particulares dan lugara entendimientos simbólicos. Se lee en-tonces la interacción en el escenario de lavida cotidiana, los métodos o estrategiasempleadas por las personas para cons-truir y dar significado a sus prácticas so-ciales. La intención es realizar unaespeculación elaborada sobre dichas ex-

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1. Las personas actúan en relación a lascosas a partir del significado que lascosas tienen para ellos.

2. El contenido de las cosas se define apartir de la interacción social que el in-dividuo tiene con sus conciudadanos.

3. El contenido es trabajado y modifi-cado a través de un proceso de tra-ducción y evaluación que el individuousa cuando trabaja las cosas con lasque se encuentra. (Rizo, 2010)

Estas premisas se entienden a la luz deprincipios básicos:

– La capacidad de pensar está mol-deada por la interacción social.

– Los significados y símbolos le permi-ten a la gente un accionar distintivoen la interacción.

– La gente es capaz de modificar lossignificados y símbolos que ellosusan en la interacción sobre la basede la interpretación de la situación.

– La gente es capaz de hacer esas mo-dificaciones porque tienen la habili-dad de interactuar con ellos mismos,lo que les permite examinar diferen-tes cursos posibles de acción, deter-minando las ventajas y desventajasrelativas y escoger una.

George Herbert Mead habla de la rela-ción entre el “yo” y el “otro” como posi-bilidad de reconocimiento y reflexión, esdecir, el “yo” existe en la medida en queotros te reconocen, no existe de maneraaislada. En el interaccionismo simbólicono se estudian las cualidades del indivi-

se forman por las relaciones interperso-nales que ocurren en la vida cotidiana. El“yo” es creado socialmente y por consi-guiente no es receptor pasivo de estímu-los externos, sino que es un activoparticipante en la creación y construcciónde la realidad social. Así, un accionar noes un fenómeno aislado sino relacionado.Todas las personas actuantes están no so-lamente inmersas en un permanente diá-logo consigo mismas, sino también enuna actividad que tiene por finalidad elpredecir y unir líneas de acción y crearrelaciones sociales.4

La interacción se da entre personas quela producen voluntariamente o no, y através de ello crean entendimientomutuo. Los individuos son portadores,en su comportamiento y accionar de unbagaje de clase, cultural, social, políticoespecífico que determina hasta ciertopunto su acción, pero en la medida enque interactúa con el otro va constru-yendo realidades que no responden au-tomáticamente a esas conformacionesestructurales iniciales. Existe por tanto,la capacidad de definir por uno mismola situación en la que nos encontramos yactuar en función de ella, pues en el ejer-cicio de la interacción media la reflexióne interpretación, así como la capacidadde “conversar” socialmente con una con-traparte general y anónima. El individuove y juzga sus propias acciones a la luzde las expectativas de la sociedad.

Herbert Blumer da tres premisas paraentender el interaccionismo simbólico:

El bus [...] se convierte en lugar,en la medida en que es habitado,

transitado o atravesado.

4 http://sapiens.ya.com/metcualum/mella1998is.pdf. Acceso: 15 de junio de 2011.

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del espacio y también de nuestro recono-cimiento con el otro (Heller, 1984).

El espacio también expresa identidad yes la identidad del lugar la que lo funda,lo reúne y lo une (Augé, 1992:51). Antesde continuar, es preciso hacer la distin-ción entre espacio y lugar como lo pro-pone Michel de Certeau. Este autor diceque el lugar es el “orden según el cual loselementos se distribuyen en relación decoexistencia (…) los elementos conside-rados están unos a lado de otros, cadauno situado en un sitio propio y distinto,que cada uno define. Un lugar es puesuna configuración instantánea de posi-ciones” (Certeau, 1996:129). Por otrolado, el espacio está conformado por va-riables de dirección, velocidad y tiempo“es un cruzamiento de movilidades”, elespacio solo es tal cuando está habitado,cuando existe el desplazamiento de unelemento móvil, en definitiva es “unlugar practicado”.

El lugar antropológico es principio de sen-tido para quien lo habita y de inteligibili-dad para quien lo observa. Incluye losrecorridos que en él se efectúan, los discur-sos que allí se sostienen y el lenguaje quelo caracteriza (Augé, 1992:87). Existen mu-chos lugares que están cargados de sentidoa los cuales se considera como identifica-torios, relacionales e históricos. Los identi-ficatorios tienen que ver con el territorio yel lugar de pertenencia; el relacional se fun-damenta en la relación de coexistenciaantes mencionada, lo cual significa que enun mismo lugar pueden coexistir elemen-

duo sino su relación con los otros. La co-municación debe ser entendida comouna relación interpersonal, como interac-ción social. El actor cuenta con que su in-terlocutor exprese una respuesta ante susactos y supone que los demás harán lamisma cosa. Es este proceso de direcciónmutua lo que recibe el nombre de inter-acción social.5

El resultado de este tipo de estudios esinterpretar y contrastar diferentes cons-trucciones hipotéticas de la realidad quetratan de comprender cómo se da elproceso de asignación de significados ala realidad cotidiana, al lenguaje ha-blado o escrito, a la interacción de acto-res particulares, en lugares particulares,en situaciones particulares y en tiemposparticulares. (Rizo, 2010).

Siga no más para atrasito que estávacío, si hay ESPACIO...

La percepción del espacio es crucial paraentender el comportamiento de los indi-viduos. El espacio es antropocéntrico yen la vida cotidiana se convierte en unarepresentación. Se constituye de nocio-nes como: derecha-izquierda, arriba-abajo, cerca-lejos, y plantea la periferiahasta llegar al punto fijo o centro. Los es-pacios determinan límites y fronteras, endonde las personas se definen como talescon respecto a otras. El cuerpo es nuestraprimera noción de territorio y frontera,es decir, de nuestra más cercana e íntimaconstrucción mental y experiencia física

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como su lugar de trabajo.Este es el caso del chofery el cobrador, pues estelugar sí les genera iden-tidad, son lugares rela-cionales e históricos. Elbus es para ellos el lugardonde practican su vidacotidiana, es un lugaraprehendido. Pero paraotros este es en efecto un

no-lugar, el bus se convierte en un espa-cio de anonimato en el cual los indivi-duos están juntos y son libres, donde losactores crean identidad, pero una identi-dad evanescente como lo señala BolívarEcheverría, pues si ésta existe lo hace bajoel modo de su evanescencia, de un con-densarse o esfumarse permanentemente.Es necesario por tanto, que existan acto-res que practiquen esas identidades.

Un no-lugar existe al igual que un lugarpero no lo hace bajo una forma pura,estas dos acepciones se hallan intrinca-das en el juego de identidad y relación.“Mientras que la identidad de unos y deotros constituía el lugar antropológico, através de las complicidades del lenguaje,las referencias del paisaje, las reglas noformuladas del saber vivir, el no-lugar esel que crea la identidad compartida delos pasajeros, de la clientela o de los con-ductores del domingo” (Augé, 1992:04).

tos distintos, pero les unela relación de identidad alocupar un lugar encomún. Finalmente, eshistórico en la medida enque conjuga identidad yrelación, el individuo viveen la historia, las relacio-nes se inscriben en el es-pacio y en el tiempo.

Para Marc Augé los lu-gares actualmente, son ante todo, algogeométrico donde se trazan caminos yestablecen itinerarios, donde los sereshumanos se cruzan, encuentran y reú-nen. Si los lugares son de identidad, re-lacionales e históricos, a los no-lugares6

se los puede entender como espacios queno pueden definirse ni como espacios deidentidad, ni relacionales, ni históricos.Se trata de lugares que no integran luga-res antiguos y que son puntos de trán-sito. Los medios de transporte seconstituyen en un no-lugar principal-mente por el desplazamiento de las fron-teras que suponen su movilidad. “Sonespacios constituidos con relación a cier-tos fines y la relación que los individuosmantienen con esos espacios” (Augé,1992:98).

Es importante hacer una diferenciaciónentre los actores que practican este no-lugar como tal y los que lo practican

El bus es paraellos el lugar

dondepractican su

vida cotidiana,es un lugar

aprehendido.

6 Augé nos habla de los lugares en el marco de la sobremodernidad que se caracteriza por la sobreabun-dancia de tres aspectos esenciales: el espacio, el tiempo y los acontecimientos. Si los lugares son lugaresde identidad, relacionales e históricos, en la sobremodernidad, se crea el no-lugar. Según Augé, la so-bremodernidad responde a la ideología del sistema de la globalización que se concentra en las aparien-cias, en la evidencia y en el presente. Es un sistema que está dispuesto incluso a captar a aquellos quetratan de analizarlo o criticarlo. Esto oculta las desigualdades aparentando igualdad a través de la cons-trucción de una población uniforme y una urbanización del mundo.5 http://sapiens.ya.com/metcualum/mella1998is.pdf. Acceso: 15 de junio de 2011.

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existe en tanto es habitado. Manuel Del-gado explica que el espacio público esun territorio desterritorializado, que sepasa el tiempo territorializándose y vol-viéndose a desterritorializar, que se ca-racteriza por la sucesión y elamontonamiento de componentes ines-tables (Delgado, 1999:46). Es un escena-rio insólito donde la estructura social esinestable, pues se organiza en torno alanonimato, a relaciones efímeras basa-das en la apariencia, fundadas en el si-mulacro y el disimulo, en la percepcióninmediata. Lo público da cabida a socie-dades instantáneas, ritualizadas, espon-táneas y sobre todo impredecibles(Delgado, 1999:12).

Por otro lado, Jordi Borja habla de un es-pacio público posibilitador de transfor-maciones sociales, de cambio, pues éstese constituye como “espacio político, deformación y expresión de voluntadescolectivas, el espacio de la representa-ción pero también del conflicto. Mien-tras haya espacio público, hayesperanza de revolución y de progreso”(Borja, 2003:29).

La poiesis del bus se presenta en tantoespacio organizativo y ejercicio políticode configuración alternativa de ciuda-danía y poder, es “capaz de desplazar ala lógica e instaurar un orden propio,polirítmico, arbitrario, multidimensio-nal” (German: 1999). Los sujetos presen-tan una alternativa de manifestaciónciudadana, de participación política,pues esa apropiación que se expresa enel bus se constituye como una forma deconocimiento, relacionamiento social yaprehensión de la urbe.

Es preciso concebir a la movilidaddesde el espacio y el tiempo. El hechode no poder replantearse el concepto detiempo es lo que define el pensamientocontemporáneo atrapado en una acele-ración que lo rebasa. El tiempo de lavida cotidiana, al igual que el espacio,es antropocéntrico (Heller, 1984:635) yse refiere al ahora, su punto de referen-cia es el presente, pues separa el pasadodel futuro. El tiempo sirve para la orien-tación práctica, y su experiencia interiorse expresa en la duración.

Esta forma de percepción del espaciosupone una reconfiguración de las no-ciones de lo público y privado. Una delas heridas que ha provocado el capita-lismo es sin duda, la progresiva elimi-nación del espacio público como unespacio de accionar político, lo que de-genera en la privatización creciente dela conciencia ciudadana. El espacio delbus contiene un orden social que es-capa de la lógica “racional” del Estadoo de un gobierno por ejemplo, y se re-construye como una “dinámica de in-terpretación de los espacios tantopúblicos como privados y como unaforma de juntarse, una forma de hacercomunidad” (Germán, 1999). Existedentro de este espacio un orden pro-pio, con jerarquías propias en donde lointimo y privado se dejan invadir porlo público y ajeno. “El mismo ciuda-dano irrumpe en este sentido, pene-trando en lo público desde lo privado”(Silva, 1992:122).

Es necesario repensar el espacio públicodesde la antropología urbana, ese espa-cio en constante construcción y que

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sino que está estructurándose, creandoprotoestructuras (Delgado, 1999:12).

La ciudad es otro elemento importantepara este análisis si se la entiende comouna construcción social, como una cons-trucción simbólica que está conformadapor un conjunto de ejes de sentido o isoto-pías como son el adentro-afuera, delante-detrás, antes-después, centro-periferia,ver-ser visto e interior-exterior o norte-sur. Desde el bus se establecen varias deestas relaciones pero sobre todo aquellaque se refiere a la relación adentro-afuera, crea imaginarios urbanos y de-termina una figura espacial y temporalen las que se condensan pasado, pre-sente y futuro.

La aceleración del tiempo, la sobreabun-dancia de espacio y la velocidad de lamovilidad nos hace sentir que la ciudadestá desapareciendo, que ya no existe enningún lado, considerando el perma-nente descentramiento de la ciudad, víc-tima de ese enfoque constante hacia loexterior y por tanto fuera de sí mismo, laterritorialidad o la percepción de unsuelo en cuanto construcción de identi-dad va por momentos desapareciendo.Analizar la ciudad desde el bus resultainteresante por cuanto, son espacios an-tropologizados que adquieren distintaspregnancias de acuerdo a las diversas sig-nificaciones que se tengan de la ciudad.

Mirando por la ventana

Existen algunas aproximaciones alrededordel término ciudad, primero entendidacomo una realidad político-administrativa,o como un ente jurídico determinadopor el derecho, pero también se com-prende como un asentamiento de cons-trucciones estables, habitada por unapoblación numerosa y densa. Sin em-bargo, la ciudad también puede ser con-cebida en tanto ámbito de confrontaciónde valores e intereses, de formación deproyectos colectivos y hegemonías, dereivindicación de poder frente al Estado(Borja, 2003:24).

Por tal motivo, la ciudad está en constanteconstrucción y debe ser conquistadapor sus habitantes para poder con-vertirse en ciudadanos. En defini-tiva, “la ciudad es pasado apropiadopor el presente y es la utopía comoproyecto actual. Es el espacio sumade tiempos” (Borja, 2003:27).

En el otro lado se encuentra el concepto delo urbano y sus derivaciones en urba-nismo, urbanización, urbanitas y urbani-dad que Manuel Delgado resume en untipo de sociedad que podría darse en laciudad, pero que puede trascenderla entanto territorio. Este espacio nunca es ple-namente territorializado, ni termina detener límites definitivos. El concepto deurbanidad es importante pues su caracte-rística principal es la movilidad, los equi-librios precarios de las relacioneshumanas, la agitación como fuente de ver-tebración social cuyo destino es disolverseal poco tiempo de haberse generado, loque no significa que esté desestructurado

... la ciudad está enconstante construcción ydebe ser conquistada por

sus habitantes ...

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lización de relaciones sociales que estemporal ya que sus tiempos y sus már-genes de incertidumbre son los que de-terminan el papel activo que se asigna allibre arbitrio de los actores sociales (Del-gado, 1999:25).

Vendedores Ambulantes

La ciudad también es sede del poder y ladominación que en teoría hace iguales asus ciudadanos ante la ley, pero las reali-dades físicas y sociales son más bien ex-cluyentes y evidencian los privilegios deunos sobre otros ante el disfrute de las li-bertades urbanas. Dentro de la dinámicainterna del bus se pueden identificar ac-tores que en su interrelación dejan obser-var esas diferencias en las “libertadesurbanas”, encarnando la desigualdad so-cial a través de personajes evanescentescomo por ejemplo, los vendedores am-bulantes.

El comercio informal se trata de un fenó-meno social, atravesado por los efectos deuna modernización periférica dentro deun país dependiente al interior del capi-talismo, lo que ha generado nuevos tiposde relaciones sociales y de violencia es-tructural producto del precario desarrollodel mercado y la industrialización. El tra-bajo informal/ambulante se expresacomo un intento de los sectores popula-res por participar en la esfera económicay cultural de la que han sido histórica-mente excluidos; permite entrever repre-sentaciones de identidad que mezclan elconjunto de valores sociales que se trans-miten en forma de texto (oralidad) y deprácticas simbólicas donde se van cons-

El que es rico, rico se queda, el que es pobre de igual manera

Los actores urbanos al formar parte deun espacio inestable, en constante cons-trucción y movimiento, se caracterizanpor esos mismos elementos. Son coauto-res de la ciudad y se ven influenciadospor ella, víctimas de su propia creaciónconsciente e inconsciente. Son personajesde una alteridad que se generaliza, pase-antes a la deriva, trabajadores y vivido-res de la vía pública. Según Jordi Borja,el habitante de la ciudad no es necesaria-mente un ciudadano; sino que la trans-formación de habitante en ciudadano esuna conquista cotidiana que implica antetodo, participar de la conflictividad de laurbe. Este actor social debe adquirir unapredisposición a la acción, la voluntad deejercer libertades urbanas, de asumir ladignidad y de considerarse igual a losotros (Borja, 2003:25).

Las relaciones urbanas conformadas porestos actores, son “estructuras estructu-rantes, puesto que proveen de un princi-pio de vertebración, pero no aparecenestructuradas –esto es concluidas, rema-tadas–, sino estructurándose, en el sen-tido de estar elaborando y reelaborandoconstantemente sus definiciones y suspropiedades” (Delgado, 1999:25). Lo ur-bano, al ser habitado consiste en esa reu-nión de extraños que son puestos a laintemperie y por ello se mimetizan, sevuelven invisibles y se cubren con más-caras, pero que inevitablemente se cons-truyen individual y colectivamente(Borja, 2003:28). Manuel Delgado, ci-tando a Anthony Giddens, dice que en lourbano existe un proceso de instituciona-

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que se sienten parte. En el bus por ejem-plo, algunas personas piden dinero a lospasajeros destacando su precaria situa-ción económica y su desesperación, a lavez que interpelan a la audiencia paraque se identifique con su situación, ubi-cándoles en el mismo estrato social.

El vendedor informal utiliza un discurso,una performatividad consciente en la queidentifica al pasajero como su igual, conla finalidad de acercarse desde la sensibi-lidad y de comercializar cuando dice:“hoy soy yo quien te pide, mañana puedes sertú” o cuando dice: “0,25 ctvs. no enriquecenni empobrecen a nadie” ó “el que es rico, ricose queda y el que es pobre de igual manera”.En este momento el vendedor asume una

posición inferior y devulnerabilidad econó-mica frente al pasajeropero cuida de no dis-tanciarse por completode él, ya que le re-cuerda que compartenun mismo “espacio depobres” (espacio deli-mitado de clase) comoel bus, y ademásafirma que en cual-quier momento lo quele está pasando a él

como vendedor ambulante le puede ocu-rrir a cualquiera de los pasajeros: se puedevirar la tortilla…

Las performances del trabajador informalse inscriben en una realidad social mar-cada por la pobreza económica y la ex-clusión política, lo cual genera discursosque terminan configurándose como ins-tancias interpelativas de la realidad so-

truyendo distintas imágenes sobre la vidade los comerciantes, su problemática ysobre el Ecuador en general.

El bus es un escenario donde confluyeninfinidad de discursos en el que predo-mina la expresión oral a través de lo quese denomina la performance, entendidacomo la:

Escenificación que pone al descubierto lasnormas sobre las cuales se construye rea-lidad social subrayando el papel activoque el sujeto ejerce en su propia constitu-ción. Se trata de un acto muy complejoque si por un lado quiere deconstruir losfundamentos de la identidad (y delpoder), por otro también puede afirmar-los dentro de una estrategia política pre-determinada. (Vich, 2001:50)

El vendedor crea iden-tidades en su perfor-mance y a través de lasimulación asume unaconstrucción del dis-curso y de lo que es, detal manera que mues-tra pero a la vez oculta.Usa la oralidad comouna estrategia para so-brevivir a una socie-dad que los violentaconstantemente. A tra-vés de la performance se visibilizan losprocesos de construcción de las identida-des y su negociación frente al poder.

Desde este lugar de enunciación se evi-dencia la condición de subalternidaddonde los sujetos ponen énfasis en las re-laciones de poder en los que se encuen-tran inscritos, a la vez que se conectancon su vida cotidiana y con el grupo del

La ciudadtambién es sede

del poder y ladominación que

en teoría haceiguales a sus

ciudadanos antela ley ...

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Como lo dice Augé:

El viaje en metro (en este caso se aplica-ría al bus)7, si se define en general comoindividual, es simultáneamente contrac-tual (...) un espacio contractual en el quecotidianamente se practica la coexisten-cia de opiniones diversas que, si bien nocuentan con la autorización de ser pre-gonadas, nada obliga a ocultarlas.(Augé, 1987:77-78)

Al ser un espacio que alberga posturastan diversas y muchas veces disímiles, seconvierte en un espacio de conflicto ytensión que está atravesado por muchosvectores. Existe, entre ellos el miedo a sertocados. El viaje en autobús es ante todoun viaje solitario, sin embargo, nosobliga a “convivir” por un momento condesconocidos.8

Compartir el espacio del transporte pú-blico nos somete como pasajeros al incó-modo estrechamiento con el otro

diferente, siempre en elintento de salvar las dis-tancias. Pero tambiénconscientes de que a lafinal, terminaremos con-virtiéndonos en una solamasa de personas a la de-riva de los tiempos y ve-locidades del conductor.

cial, “por ello estos discursos callejerosno pueden ser entendidos como ‘merosreflejos’ de las relaciones sociales sinomás bien como parte de sus agentesconstitutivos” (Vich, 2001:49).

Entre pasajeros y otrxs actores

En el bus se relacionan un conjunto depersonas de diversas proveniencias, cla-ses sociales, oficios, colores, culturas, ta-maños, olores, religiones, posicionespolíticas, educación, etc., que compartenmomentos de tránsito casuales. Esta di-versidad permanente, propia de los es-pacios públicos, genera una atmósferaparticular. Las personas que han coinci-dido en sus itinerarios, al compartir unmismo espacio actúan de un modo de-terminado, pues existe implícitamenteun contrato o pacto que define y admiteciertas normas de comportamiento.

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Conflicto

La conflictividad social puede reflejarseen el bus en tanto espacio de relaciona-miento humano donde existe un con-tacto cotidiano. Agnes Heller lo dice dela siguiente manera: “resulta evidenteque la totalidad de las relaciones perso-nales de una persona o de un grupo nopueden darnos una imagen clara de lasrelaciones sociales, pero, por el contra-rio, toda relación personal refleja algode la naturaleza de la totalidad social”(Heller, 1984:600). Las categorías de He-ller plantean que el contacto cotidianono establece una relación entre un hom-bre y otro, sino que, lo que se relacionaes una persona que ocupa un puestodeterminado en la división del trabajocon otra persona que ocupa otropuesto.9

La disputa es el enfrentamiento de inte-reses particulares, esta no se puede enta-blar con cualquiera y menos cuando seasientan sobre relaciones basadas en ladesigualdad. Las personas exponen re-petidamente los argumentos correspon-

Esta idea del contacto con el otro noslleva también a pensar en la importan-cia del cobrador en los buses de nuestropaís, este personaje mantiene las relacio-nes de contacto físico con los demás,permite que exista todavía una relaciónhumana. El cobrador es indispensablepues opera como catalizador de algunosconflictos dentro de la dinámica del bus;es la humanización del servicio detransporte, todavía no se trata de un ser-vicio automatizado en el que una má-quina cobra sin importar quién estémanejando. El cobrador juega un papelimportante, se convierte en vendedorcuando invita a la gente a subirse al bus,en administrador cuando cobra los pa-sajes y organiza a los pasajeros dentrodel limitado espacio que tiene; ademáses quien se encarga de calcular los tiem-pos y de dirigir el tráfico a su favor; elque soporta o saca la cara ante los recla-mos enardecidos y excluyentes de lospasajeros; en definitiva es el brazo exte-rior, el asistente indispensable del cho-fer, al cual por su lado le toca lidiar conla congestión vehicular.

El cobrador es indispensablepues opera como catalizador dealgunos conflictos dentro de la

dinámica del bus ...

7 Lo escrito entre paréntesis es mío.8 Elias Canetti en su libro Masa y Poder, habla de este fenómeno y afirma que nada teme el ser humano

más que ser tocado por lo desconocido, siempre estamos pendientes de las intenciones del otro, tratamosinmediatamente de identificarlo y clasificarlo. Esta aversión al contacto, no desparece cuando nos mez-clamos con la gente en espacios públicos como la calle, restaurantes, buses, parques, etc. Canetti señalaque es solo en las masas cuando se pierde ese temor, pues es la única situación en que el temor se con-vierte en su contrario. Cuando nos abandonamos a la masa se deja de prestar tanta atención a quiénestá al lado nuestro y dejamos de tener temor al contacto, creemos que todos somos iguales, es por esoque incluso se busca la estrechez porque allí sentimos al otro como nos sentimos a nosotros mismos.

9 Agnes Heller habla de que las relaciones marcadas por la división del trabajo se dividen en dos: aquellasbasadas en la igualdad y las basadas en la desigualdad. Ésta última se divide en relaciones de dependenciao de inferioridad-superioridad. Estas relaciones no suponen un contacto personal –lo que las vuelve alie-nantes– aunque compartan bases reales de desigualdad social, personal, racial y de cualidades humanascomo el saber, la cultura, el gusto, etc. El contacto con los demás en la vida cotidiana está caracterizadopor la función instrumental del otro, y está alienada si es que esa función domina todas las relacioneshumanas.Cuando pasamos a la acción verbal dentro de las relaciones cotidianas encontramos la comunicación, ladiscusión y la persuasión, las cuales se ven influenciadas por las divisiones de las relaciones entre personas.Existen en el ambiente de las relaciones cotidianas afectos de orientación que determinan mi relacióncon los demás, como el amor, odio y la indiferencia. En el espacio cotidiano también se desarrollan ycon mucha frecuencia, colisiones y estallidos que Heller los separa en discusión y conflicto. Los actoresque habitan la ciudad son heterogéneos y convierten este espacio en un lugar conflictivo donde los pro-yectos humanos son contradictorios y responden a demandas y valores diversos, a necesidades e inte-reses opuestos. (Borja, 2003:27)

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Buenos días damitas y caballeros, nohe venido a molestarles ni tampoco aincomodarles…

Los procesos de naturalización de la do-minación y los conflictos que se dan enla sociedad no tienen otro objetivo queperpetuar relaciones desiguales y man-tener de esta forma un orden social esta-blecido que favorece a la partedominante. Estos no se dan siempre demanera consciente, sino que se encuen-tran incorporados en las percepciones yvisiones del mundo de cada persona y sematerializan en una realidad objetiva.

Pierre Bourdieu en su libro La dominaciónmasculina habla de dos formas generalesen que se ejerce la dominación: objetiva-mente y subjetivamente. La primeradice, se presenta a través de presionesobjetivas relacionadas al espacio, porejemplo, cuando existen segregaciones yse establecen lugares prohibidos paracierta gente. La segunda como resultadode la primera, permite que estructuras ydivisiones objetivas se conviertan enprincipios de visión y división delmundo, conforme a la oposición mascu-lino-femenino, a sub-espacios femeninosen un mundo masculino, en la oposicióncasa-espacio público, cultura-natura-leza. Estas oposiciones existen dentro dela objetividad pero también en las es-tructuras mentales bajo la forma depares, de opuestos, de adjetivos y, es laconcordancia que existe entre estas opo-siciones objetivas y los principios de di-visión subjetivos, que hacen que todoparezca dado, o lo que Bourdieu llama:el habitus.

dientes a sus afectos e intereses particu-lares. El conflicto, por otro lado, es “laforma de aquellas fricciones cotidianasen las que también pueden estar presen-tes los intereses y afectos particulares,pero cuya motivación principal vienedada por valores genéricos y principal-mente morales.” (Heller, 1984:651). Elconflicto es positivo cuando se trata dealgo importante y decisivo, de lo contra-rio es un signo de intolerancia. El tér-mino del conflicto no es la discordia, sinola ruptura, lo que a su vez le distingue dela discusión.

El bus brinda un escenario en donde semanifiestan conflictos signados por estascaracterísticas pero que suelen quedarocultos, debido a los efectos del pacto so-cial que se sostiene entre los actores queallí confluyen. Puede darse por ejemplo,una relación de conflictividad entre elchofer o cobrador del bus, con lxs pasa-jerxs o de éstos con los vendedores infor-males, o entre pasajeros. Estas relacionespor lo general establecen jerarquías y dis-tinciones que interpelan a algún princi-pio moral, racial, etáreo y de género.Podemos observar esto cuando se subeal bus una mujer indígena con su hijo enbrazos y nadie le cede el asiento, ocuando no se le acepta la mercadería aun vendedor negro, o en el caso de queun chofer no se detiene adecuadamenteo en el lugar indicado y estalla el con-flicto. Esto sin contar con la conflictivi-dad que también se expresa de maneracolectiva en los medios de comunicación,quienes hacen descripciones valorativasdel trato que se da y recibe en el trans-porte público.

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de la apariencia natural de la visión socialque la apoya. Ésta lógica dice que si las di-ferencias entre blancos y negros, por ejem-plo, son “culturales” estarían abiertas alcambio, a su modificación; pero si son na-turales, entonces son permanentes, inevi-tables y fijan la diferencia para siempre.Se legitima así, “una relación de domina-ción inscribiéndola en una naturaleza bio-lógica que es en sí misma unaconstrucción social naturalizada” (Bour-dieu, 2000:37). El habitus y la naturaliza-ción de la dominación son efectos queoperan de manera “automática” en la ló-gica cotidiana del bus. Los actores que allíse encuentran están en tensión perma-nente practicando y portando consigoideas naturalizadas, buscan diferenciarsedel otro, provocando de manera implícitao directa exclusión y/o rechazo a perso-nas negras, indígenas, o de otras naciona-lidades (sobre todo colombianos), frente alos niños, a las mujeres o los ancianos.

Los estereotipos se alzan sobre la base dela diferencia, pero estableciendo oposicio-nes binarias de representación como:bueno/malo, civilizado/primitivo, cultu-ral/natural, feo/atractivo, etc. La diferen-cia crea identidades sociales y un sentidosubjetivo de sí mismo, el estereotipo es unadiferencia que genera una hendidura entre

el yo y el “otro” entre el“nosotros” y “ellos”.

Como resultado de lacolonización europeaen África y América La-tina, la visión eurocén-trica-occidental delmundo se acentuó ypermitió que desde allíse levante la diferencia

El habitus es un sistema de categorías,una matriz de percepciones, pensamien-tos, acciones y apreciaciones que inte-gran todas las experiencias pasadas. Loshabitus son el producto de la incorpora-ción y somatización de estructuras obje-tivas en lo cotidiano. Por tanto, si esasdivisiones parecen “naturales como sedice a veces para hablar de lo que es nor-mal (…) esta experiencia es la forma másabsoluta de reconocimiento de la legiti-midad; aprehende al mundo social y asus divisiones arbitrarias como natura-les, evidentes, ineluctables, comenzandopor la división socialmente construidaentre los sexos” (Bourdieu, 2000:21).

La naturalización y legitimación de ladominación no se asientan únicamentepor esta razón, sino que responden tam-bién a la asimilación inconsciente de ladominación simbólica, a través de esque-mas de percepción y acción que consti-tuyen el habitus de los dominados ydominadores. Para que se mantenga ladominación es preciso que los domina-dos la sostengan y esto se da cuando“aplican a las relaciones de dominaciónunas categorías construidas desde elpunto de vista de los dominadores, ha-ciéndolas aparecer de ese modo comonaturales” (Bourdieu, 2000:50).

Los efectos de naturali-zación operan a travésdel principio de divi-sión social que cons-truye la diferenciaanatómica y esta dife-renciación socialmenteconstruida se convierteposteriormente en elfundamento y garante

Para que semantenga la

dominación espreciso que losdominados lasostengan ...

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Para nosotros, el mecanismode perdurabilidad del estereo-tipo sigue las reglas explicadasmás arriba por Bourdieu,cuando se refiere al habitus y ala naturalización, ya que con la

misma participación del subordinado:

Las víctimas pueden quedar atrapadas ensu estereotipo, inconscientemente confir-mándolo por medio de los mismos térmi-nos por los que trata de oponerse y resistir[…] cuando los hombres negros actúancomo machos, parece que desafían el este-reotipo (infantilización) pero, en el proceso,confirman la fantasía que reside detrás, laestructura profunda del estereotipo (agre-sivos, súper sexuados). (Hall, 1997:25)

En la vida cotidiana y en los medios de co-municación, el funcionamiento excluyentedel estereotipo, se encuentra arraigado ynaturalizado en la mentalidad ciudadana.“Los negros (e indígenas) están constante-mente expuestos a agresiones sutiles o bur-das que denigran su humanidad y elacceso a recursos importantes tales comola educación y puestos de trabajo que lespodrían permitir una movilidad social.”10

(De la Torre, sf:31). Lxs negrxs e indígenasviven una condición de anomia donde nose asegura que las reglas del juego existen-tes se apliquen a ellos de la misma forma,el racismo mestizo transforma al negro enalgo menos que humano, convirtiéndoloen objeto de odio (De la Torre, sf:38). Losgrupos subordinados siempre estarán bajola visión que les aprisiona pero además nopueden darse el lujo de transitar por la ciu-dad mal vestidos, o de manera exuberante,en estado etílico, corriendo, etc.; ya que in-

simbólica. Desde entonces, lo europeosimboliza lo “civilizado/cultural” en con-traste con lo “primitivo/natural” deÁfrica y América. Las diferencias socio-culturales se desplazaron al cuerpo hu-mano y se articularon definitivamente ala naturaleza y la cultura, lo cual llevó aconsiderarse como la prueba incontrover-tible para su naturalización sobre la basede la diferencia racial.

Surgen entonces los estereotipos comoconjunto de prácticas representacionalesque buscan reducir a las personas apocos rasgos esenciales y fijos en su “na-turaleza”. El estereotipo “reduce, esen-cializa, naturaliza y fija la diferencia”(Hall, 1997:21) hasta la eternidad, exclu-yendo todo lo que no pertenece a los“tipos”, es decir, a las instancias que in-dican lo que vive de acuerdo a las reglasestablecidas. El estereotipo mantiene asíel orden simbólico y social, produciendola hegemonía de un sector que, al dirigirmuchos campos del orden social almismo tiempo y que cuenta con un con-sentimiento amplio, llega a considerarsenatural e inevitable. La violencia simbó-lica se expresa en el estereotipo puesotorga el poder de representar, marcar yclasificar lo que en el discurso produceuna forma de conocimiento específico yracializado del “otro”, implicado en lasoperaciones de poder (Hall, 1997:22).

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gena porque huele feo; vele a ese mujerónqué rica, le cedemos el asiento, o mejor sivamos apretaditos así hay como agarrar;de repente escuchamos por ahí una con-versación espontánea hablando de la in-seguridad, o criticando lo cholo del uno,lo indio del otro. El bus es por tanto unno-lugar público conformado por estruc-turas estructurantes, es decir, que mantie-nen un movimiento constante deconfiguración y que por lo general dejansalir aquello que se encuentra naturali-zado, donde podemos ver con claridad loque Bourdieu llama el habitus.

Esto se conjuga con la performatividad nosolo del vendedor informal sino de todosquienes ocupan este “espacio practicado”,de sus relaciones de poder manifiestasque se erigen sobre la base de estereoti-pos. Sin embargo no es posible desmere-cer este no-lugar asignándole la potestadúnica de evidenciarnos el lado negativode la sociedad, sino también entenderlocomo sitios donde las personas portan sussueños y expectativas, donde el humor yla solidaridad también se hacen presentes.Donde la poiesis y la configuración espon-táneas de éste como un espacio públicopoco regulado y normado por las institu-ciones estatales, puede brindar a la socie-dad una trinchera poco explorada peromuy enriquecedora.

Cabe destacar la transformación en luga-res plenos de significación y sentido paraquienes los habitan cotidianamente: elchofer y el controlador, para ellos este noes un no-lugar de tránsito, sino un lugardel que se apropian y que lo viven mien-tras trabajan en él.

¡Servidos Gracias!

mediatamente se los relaciona con valoresnegativos incorporados en la sociedad.Cuando se racializa al negro como crimi-nal, por ejemplo, se oculta el alto nivel deviolencia de los mestizos contra los negros.

Testimonios cuentan que en el bus, losmestizos procuran no sentarse junto a unnegro, pero si es una mujer negra se sien-tan con gusto pues comienzan a morbo-searle. Esto puede entenderse comosexismo urbano que se presenta de lamisma manera que el estereotipo racialpero dirigido hacia las mujeres como ob-jetos sexuales. En las mujeres se intentanaturalizar los estereotipos afirmandoque su biología es su destino.

La ciudad y los espacios de tránsito hansido construidos desde una visión mas-culina del espacio, donde la percepciónde inseguridad es mayor por parte de lasmujeres, ya que se trata de espacios pú-blicos cerrados, oscuros, deteriorados, endefinitiva, que las expone y violenta.(Falu, 2007:158)

Conclusiones

Estas categorías de análisis permiten es-clarecer y profundizar en las implicacio-nes que tiene nuestro accionar dentro deun no-lugar como el bus. Por su lógicaevanescente nos da la impresión de queno fija estereotipos y comportamientosnaturalizados pero lo que hace en reali-dad es dejar entrever una serie de com-portamientos que refuerzan y sostienen laestructura dominante. No pocas veces noshemos repetido o escuchado que el bu-sero y el cobrador son unos tales y cuales;que el negro que se subió es choro/la-drón; que no me siento al lado de la indí-

El bus es [...] un no-lugarpúblico conformado por

estructuras estructurantes ...

10 Las cursivas son mías.

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