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PANORÁMICA DE LA HISTORIA DE LA LITERATURA CASTELLANA 1. LA EDAD MEDIA Las primeras manifestaciones escritas en castellano se documentan a partir del siglo X. Es a partir de entonces que, al lado de la lírica tradicional, que, durante toda la evolución del latín vulgar a la nueva lengua romance, no ha dejado de transmitirse oralmente, aparece la épica del mester de juglaría; ambas expresan el carácter de una sociedad campesina y guerrera. Un poco más tarde, la literatura religiosa del mester de clerecía adoptará elementos del de juglaría para llegar al público que quiere adoctrinar. También con afán didáctico, se encuentra la prosa de El conde Lucanor. CRONOLOGÍA Periodo que abarca desde el siglo V hasta el siglo XVI. Dentro de esta etapa se distinguen dos momentos: la alta Edad Media (hasta el siglo XII, sociedad feudal) y la baja Edad Media (desde el siglo XII hasta el siglo XV, primeros núcleos urbanos). SOCIEDAD Sistema feudal o estamental. Podemos clasificar la sociedad en: Oratores: “los que rezan”, estamento eclesiástico. Bellatores: “los que luchan”, estamento de la nobleza. Laboratores: “los que trabajan”, resto de la población. MENTALIDAD Y CULTURA La sociedad medieval es una sociedad teocrática, profundamente religiosa. La existencia se concibe como un tránsito hacia la vida eterna; la muerte tiene un sentido liberador. Por otra parte, la inestabilidad política hace de la guerra una realidad cotidiana y el guerrero se convierte en un ejemplo para la colectividad. CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA MEDIEVAL a) Es oral: la mayor parte de la población no sabía ni leer ni escribir. b) Es colectiva: el emisor contaba con un auditorio colectivo que escuchaba su recitado o canto. c) Carácter anónimo: el autor medieval, por lo general, no firma su obra; no tenía conciencia de propiedad literaria. d) Presenta numerosos elementos religiosos: la cultura era casi exclusiva- mente patrimonio del clero, debido a la fuerte influencia de la iglesia. e) Es didáctica y moralizante en su inmensa mayoría. El objetivo fundamen- tal era enseñar al pueblo, adoctrinarlo. TEMAS PRINCIPALES a) La muerte: por influencia del Cristianismo, está presente en todos los as- pectos de la vida, concebida como un descanso, una liberación de este “va- lle de lágrimas” que es el mundo; permitía además acceder a la otra vida, la eterna, la realmente importante. 1

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PANORÁMICA DE LA HISTORIA DE LA LITERATURA CASTELLANA

1. LA EDAD MEDIA

Las primeras manifestaciones escritas en castellano se documentan a partir del siglo X. Es a partir de entonces que, al lado de la lírica tradicional, que, durante toda la evolución del latín vulgar a la nueva lengua romance, no ha dejado de transmitirse oralmente, aparece la épica del mester de juglaría; ambas expresan el carácter de una sociedad campesina y guerrera. Un poco más tarde, la literatura religiosa del mester de clerecía adoptará elementos del de juglaría para llegar al público que quiere adoctrinar. También con afán didáctico, se encuentra la prosa de El conde Lucanor.

CRONOLOGÍA Periodo que abarca desde el siglo V hasta el siglo XVI. Dentro de esta etapa se distinguen dos momentos: la alta Edad Media (hasta el siglo XII, sociedad feudal) y la baja Edad Media (desde el siglo XII hasta el siglo XV, primeros núcleos urbanos).

SOCIEDADSistema feudal o estamental. Podemos clasificar la sociedad en:

• Oratores: “los que rezan”, estamento eclesiástico.

• Bellatores: “los que luchan”, estamento de la nobleza.

• Laboratores: “los que trabajan”, resto de la población.

MENTALIDAD Y CULTURA La sociedad medieval es una sociedad teocrática, profundamente religiosa. La existencia se concibe como un tránsito hacia la vida eterna; la muerte tiene un sentido liberador.

Por otra parte, la inestabilidad política hace de la guerra una realidad cotidiana y el guerrero se convierte en un ejemplo para la colectividad.

CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA MEDIEVALa) Es oral: la mayor parte de la población no sabía ni leer ni escribir.

b) Es colectiva: el emisor contaba con un auditorio colectivo que escuchaba su recitado o canto.

c) Carácter anónimo: el autor medieval, por lo general, no firma su obra; no tenía conciencia de propiedad literaria.

d) Presenta numerosos elementos religiosos: la cultura era casi exclusiva-mente patrimonio del clero, debido a la fuerte influencia de la iglesia.

e) Es didáctica y moralizante en su inmensa mayoría. El objetivo fundamen-tal era enseñar al pueblo, adoctrinarlo.

TEMAS PRINCIPALESa) La muerte: por influencia del Cristianismo, está presente en todos los as-

pectos de la vida, concebida como un descanso, una liberación de este “va-lle de lágrimas” que es el mundo; permitía además acceder a la otra vida, la eterna, la realmente importante.

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b) La fugacidad y caducidad de la vida: la vida es breve, fugaz y caduca y también los bienes materiales por los que se afana el hombre (la belleza, el poder, las riquezas…). Tópico del “tempus fugit”

c) La fortuna: la suerte, buena o mala, que tienen las personas. De ella se destaca el aspecto de la inestabilidad. Nada hay seguro en la vida. Precisa-mente para acentuar ese carácter inestable, caprichoso y mudadizo de la fortuna, en la Edad Media se la representaba como una rueda en continuo movimiento.

1.1. LITERATURA MEDIEVAL

A. LÍRICA

A.1.LA LÍRICA TRADICIONAL: conjunto de canciones anónimas que se han transmitido oralmente y tiene como tema principal el sentimiento amoroso.

Características:

• La colectividad se apropia de las canciones y las transmite a las generaciones posteriores.

• Estructura: emplea el estribillo y el paralelismo.

• Tema: el amor, más abundante el femenino que el masculino.

• Estilo: sencillo y condensado (la emoción se expresa a través de exclamaciones, interrogaciones y diminutivos).

• Métrica: predominio de los versos de arte menor y la rima aso-nante.

A.1.1.Las Jarchas

Las jarchas son los primeros textos literarios escritos en lengua roman-ce en la península Ibérica. Son breves cancioncillas en las que una mujer se lamenta por la ausencia de su amado. Están escritas en mozárabe, la lengua que hablaban los cristianos que vivían en tierras ocupadas por árabes. Los primeros testimonios escritos datan del siglo X.

A.1.2.Las cantigas de amigo

Son poemas de mujer enamorada. Están escritas en gallego-portugués. Los ejemplos más antiguos conocidos pertenecen al siglo XII.

A.1.3.Lírica tradicional castellana

La principal manifestación de lírica popular en Castilla fueron los villan-cicos. Se trata de poemas breves que tratan sobre cualquier tema, com-puestos en versos de arte menor que constan de dos partes: el estribillo (recoge el tema) y la glosa (donde se desarrolla el estribillo).

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A.2.LA LÍRICA CULTA: LOS TROVADORES

Es una lírica de autor conocido, que se transmitía mediante la escritura y que presenta un estilo elaborado y difícil.

La primera lírica culta en lengua romance fue la provenzal en los siglos XII y XIII. El poeta que escribía la letra y la música de su composición era el trovador. Los trovadores provenzales difundieron los conceptos de cortesía, conducta de los que vivían en la corte, y de amor cortés, que traslada al terreno amoroso las relaciones feudales de vasallaje.

B. NARRATIVA

B.1. NARRATIVA EN VERSO

La narrativa en verso alcanzó un gran desarrollo en la Edad Media, pues el ritmo del verso es el más adecuado para la transmisión oral. Adoptaron esa forma dos escuelas: el Mester de Juglaría y el Mester de Clerecía.

B.1.1. MESTER DE JUGLARÍA

La expresión “Mester de Juglaría” alude al arte de los juglares, artistas ambu-lantes que congregaban a las gentes en plazas, castillos, etc. donde ejecutaban su repertorio: representaciones, cantos, bailes… Además, recitaban y cantaban dife-rentes tipos de poesía. De entre todos los juglares, los más abundantes eran los ju-glares de narraciones épicas conocidas como cantares de gesta, extensas narracio-nes en verso que relatan sucesos históricos y legendarios en torno a un héroe que representa los valores de un pueblo. Tienen un tono heroico ya que se exaltan la hazañas de un guerrero, de ahí el nombre de gestas (hazañas). La épica tenía una doble función: informativa y proponer un modelo de héroe a la colectividad.

El Cantar del Mío Cid

• La fecha de composición. Basado en la biografía de un infanzuelo del siglo XI, el documento que se conserva está firmado por Pere Abbat, un copista de principios del siglo XIII.

• Autor: nos es desconocido; obra anónima.

• Argumento: se estructura en tres partes:

­ Cantar del destierro: el héroe, desterrado injustamente por su rey, debe recuperar su honor, la gloria y la confianza del soberano. Gana muchas batallas y va adquiriendo prestigio y riquezas.

­ Cantar de bodas: el Cid conquista Valencia y consigue el perdón real. El héroe casa a sus hijas con dos nobles caste-llanos, los infantes de Carrión.s

­ Cantar de la afrenta de Corpes: la hijas del Cid son humilla-das por los infantes. Culmina la ascensión social del Cid, que es compensado con unos matrimonios de mayor cate-goría para sus hijas.

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• Tema: recuperación del honor en un plano social, como vasallo del rey, y como padre injuriado.

• Protagonista: héroe virtuoso: fiel como vasallo de su rey, clemente, hombre familiar...

• Historicidad: notable, parte de la biografía de un personaje histórico, Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, aunque la narración participa también de elementos legendarios.

• Estilo:

a) Versos de diferente medida con rima asonante. En mitad del verso hay una pausa o cesura.

b) Epítetos épicos: “el que en buen hora nació”

c) Cambio de punto de vista narrativo: se pasa del estilo indirecto (3 ª persona) al diálogo.

d) Valoraciones del juglar: ”Dios, ¡qué fermosa!”

e) Expresiones juglarescas: reclaman la atención de los oyentes: “yo vos diré”, “bien oiréis lo que dirá”...

B.1.2. MESTER DE CLERECÍA

Se denomina “Mester de Clerecía” a la corriente poética que abarca los si-glos XIII y XIV, constituida por escritores cultos, es decir, por clérigos que, mayorita-riamente, eran miembros de la Iglesia.

Características:

• Narraciones escritas en romance por autores cultos.

• Tiene un objetivo didáctico o moralizante.

• Emplean la cuaderna vía, estrofa de cuatro versos de catorce sílabas, con una fuerte cesura en mitad del verso, y rima consonante (14A, 14A, 14A, 14A).

• Uso de expresiones juglarescas para mantener la atención del públi-co.

• Los motivos o temas provienen, fundamentalmente, de la literatura culta, aunque incorporan temas de la tradición popular.

Gonzalo de Berceo (siglo XIII)

Autor representativo del Mester de Clerecía, puesto que escribe en caste-llano narraciones de tema moral, con un estilo que combina el lenguaje rela-tivamente sencillo, la métrica regular y recursos expresivos juglarescos.

La obra más conocida de Berceo es Milagros de Nuestra Señora.

Características:

• Breves historias con el mismo esquema: personajes devotos de la Vir-gen se encuentran en algún apuro y se salvan gracias a un milagro.

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• Incluye motivos folclóricos de tono humorístico.

• Estilo sencillo, aunque abundan los cultismos.

El Arcipreste de Hita (siglo XIV)

Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, escribió el Libro de Buen Amor, considerada la obra más brillante del siglo XIV. De discutible clasificación dentro del Mester de Clerecía, el hecho de que la obra esté escrita en forma autobiográfica lo debemos interpre-tar como un recurso expresivo para aproximarse al lector.

El Libro de Buen Amor

• Tema y estructura: la obra narra de forma autobiográfica diferentes episo-dios amorosos; el yo narrativo intenta conseguir el amor de alguna mujer que lo ha enamorado. Para ello, a veces recurre a una alcahueta (Trotacon-ventos). Junto a estos episodios, escritos casi todos en cuaderna vía, apare-cen otros textos muy diferentes: cuentos o ejemplos, composiciones líricas, digresiones morales, composiciones burlescas.

• Originalidad: mezcla elementos aparentemente contradictorios como la re-ligiosidad y el vitalismo profano, paradoja típica del final de la Edad Media.

• Intencionalidad: ambigua; quiere prevenir contra el “loco amor”, pero al mismo tiempo canta a los placeres del mundo. Aparece por primera vez en una obra culta una actitud irónica y vitalista.

B.2. NARRATIVA EN PROSA

La narrativa en prosa fue más tardía, se sitúa hacia el siglo XIII: colecciones de cuentos, narraciones de tema caballeresco y obras didácticas. Dentro de esta corriente cabe destacar la obra El Conde Lucanor de don Juan Manuel.

El Conde Lucanor, de don Juan Manuel (siglo XIV).

Características:

• Finalidad: didáctica; los cuentos aparecen para extraer de ellos una lec-ción moral.

• Estructura: sigue siempre el mismo esquema:

a) El conde plantea a su criado Patronio algún problema.

b) Patronio responde con un ejemplo en forma de cuento; de esa narración se deriva una enseñanza.

c) Se dice muy brevemente que el conde puso en práctica el con-sejo y le fue bien.

d) El autor resume la idea didáctica en una moraleja.

. Temas: reflejan el comportamiento social y moral que deben seguir los nobles de la época.

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¿PRACTICAMOS?

1.1. El TEXTO 1 lleva como título “jarchas mozárabes”. Las jarchas son, ya lo puedes ver, poemas breves (tal vez solo fragmentos) de tema amoroso femenino que se han encontrado como finales de poemas más extensos escritos en árabe o hebreo (las moaxajas). La lengua en que están redactadas las jarchas es el mozárabe. Averigua (y anota aquí) lo que puedas sobre esta lengua.

1.2¿Qué comparten, tanto formal como temáticamente los poemas de los TEXTOS 1 y 2?

1.3. Usando tu sentido común, puedes deducir, si no lo sabes ya, por qué en la narrativa medieval se utiliza fundamentalmente el verso.

1.4. Compara la métrica de un cantar de gesta (mester de juglaría) como el del TEXTO 3 con la del ejemplo del mester de clerecía del TEXTO 4. La estrofa usada por este último tiene un nombre propio; se trata de la ______________________.

1.5. ¿Quién escribió El conde Lucanor? _________________________. ¿Por qué crees que, en el prólogo, el autor se justifica por haber escrito un libro?

1.6. Observa y anota la estructura que se sigue en el cuento del TEXTO 6.

1.7. Fecha (por siglos) los mesteres y las obras que hemos citado.

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TEXTO 1

JARCHAS

a) Garid vos, ay yermaniellas, [ Decid vosotras, ay hermanillas,¿com’ contener é mieu mali? ¿cómo refrenaré mi pesar? Sin el habib non vivreyu, Sin el amado yo no viviré,et volarei demadari. y volaré a buscarlo.]

b) Gar, ¿qué fareyu? [ Di, ¿qué haré?¿Cómo vivrayu? ¿Cómo viviré? Est al-habib espero A este amado espero,por él morrayu. por él moriré.]

c) Tanto amare, tanto amare [ ¡Tanto amar, tanto amar, habib, tanto amare! amado, tanto amar! Enfermaron olios nidios Enfermaron (mis) ojos brillantes e dolen tan male. y duelen tanto.]

PREGUNTAS

1. Señala a) el tema:

b) el género:c) el emisor:

y d) el confidente o receptor de estas tres jarchas:

TEXTO 2

LÍRICA TRADICIONAL

a) Al alba venid, buen amigo, b) Ya cantan los gallos,al alba venid. amor mío, y vete: Amigo el que yo más quería, cata1 que amanece.venid al alba de día. Vete, alma mía,Amigo el que yo más amaba, más no esperes, venid a la luz del alba. no descubra el díaVenid a la luz del día, los nuestros placeres,

non trayáis compañía. cata que los gallos, Venid a la luz del alba, según me parece, non trayáis gran compaña. dicen que amanece.

c) ¿Agora2 que sé de amor me metéis monja? d) No quiero ser monja, no,¡Ay, Dios, qué grave cosa! que niña namoradica4 só.Agora que sé de amor de caballero, Dejadme con mi placer,agora me metéis monja del monasterio3. con mi placer y alegría,¡Ay, Dios, qué grave cosa! Dejadme con mi porfía, que niña malpenadica5 só.

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e) ¿Por qué me besó Perico, f) Tres morillas me enamoran

por qué me besó el traidor? en Jaén, Dijo que en Francia se usaba Axa, Fátima y Marién.y por eso me besaba, Tres morillas tan garridasy también porque sanaba iban a coger olivas,con el beso su dolor. y hallábanlas cogidas ¿Por qué me besó Perico, en Jaén,por qué me besó el traidor? Axa, Fátima y Marién.

y hallábanlas cogidas,1. cata: mira. y tornaban desmaídas2. agora: ahora y las colores perdidas3. monesterio: monasterio. en Jaén,4. namoradica: enamoradita. Axa, Fátima y Marién.5. malpenadica: apenadita. Tres morillas tan lozanas,

iban a coger manzanas y cogidas las hallaban en Jaén, Axa, Fátima y Marién.

TRABAJEMOS EL TEXTO

1. Comprueba, en estos poemas, las características de la poesía tradicional, fijándote en los siguientes aspectos: a) la métrica,

b) tipo de rima,

c) estructura

d) tema.

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TEXTO 3

CANTAR DE MÍO CID

Cantar del destierro

El comienzo del Cantar de Mío Cid recoge el momento en que el protagonista sale desterrado. El Cid entra en Burgos, donde el Rey ha prohibido que le den posada y le vendan provisiones. Alza su tienda en un arenal del Arlazón, cerca de la ciudad.

[Comienza el manuscrito de Per Abbat]

Con lágrimas en los ojos, muy fuertemente llorando, la cabeza atrás volvía y quedábase mirándolos. Y vio las puertas abiertas, y cerrojos quebrantados, y vacías las alcándaras sin las pieles, sin los mantos, sin sus pájaros halcones, sin los azores mudados. 5 Suspiró entonces el Cid, que eran grandes sus cuidados. Habló allí como solía, tan bien y tan mesurado: -Gracias a ti, Señor Padre, Tú que estás en lo más alto, los que así mi vida han vuelto, mis enemigos son, malos.

Allí aguijan los caballos, allí los sueltan de riendas. 10 En saliendo de Vivar voló la corneja a diestra, y cuando en Burgos entraron les voló a la mano izquierda. Se encogió de hombros el Cid, y meneó la cabeza: -¡ Albricias, Fáñez, albricias!, pues nos echan de la tierra, [con gran honra por Castilla entraremos a la vuelta.] 15

Nuestro Cid Rodrigo Díaz en Burgos con su gente entró. Es la compaña que lleva, de sesenta, con pendón. Por ver al Cid y a los suyos, todo el mundo se asomó. Toda la gente de Burgos a las ventanas salió, con lágrimas en los ojos, tan fuerte era su dolor. 20 Todos diciendo lo mismo, en su boca una razón: -¡Dios, qué buen vasallo el Cid! ¡Así hubiese buen señor!

Cantar de las bodas

Tras la conquista de Valencia, el rey perdona al Cid y permite que la esposa e hijas del héroe vayan a reunirse con él a esa ciudad. El texto recoge el momento del encuentro.

En un extremo del campo nuestro Cid ya descabalga. Fuese para su mujer que con sus hijas estaba. Al verlo doña Jimena échase a su pies postrada: -Gracias, Campeador, os doy. ¡Qué bien ceñís vos la espada! Vos a mí me habéis sacado de muchas vergüenzas malas. 5 Aquí me tenéis, señor, vuestras hijas me acompañan. Con Dios y vos por ayuda, buenas son y ya están criadas. A la madre y a las hijas con grande amor las abraza. El gozo que sienten todos les hace soltar las lágrimas. Todas las mesnadas suyas con aquello se alegraban. 10

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Allí con las armas juegan y los tablados quebrantan. Oíd lo que dijo el Cid, que en buen hora ciñó espada: -Jimena, señora mía, mujer querida y honrada, Y vosotras, hijas mías, sois mi corazón y mi alma. Entrad conmigo en Valencia, que ha de ser nuestra morada. 15 Esta heredad por vosotros yo me la tengo ganada. Madre e hijas allí las manos a nuestro Cid le besaban. Con unas honras tan grandes por Valencia ellas entraban.

Dirigiose el Cid con ellas hasta lo alto del Alcázar. Al llegar allí las sube en el más alto lugar. 20 Aquellos ojos hermosos no se cansan de mirar. Miran desde allí a Valencia: cómo yace la ciudad, y tienen de la otra parte ante sus ojos el mar. Miran la huerta frondosa, cómo es grande por allá, [y todas las otras cosas que les eran gran solaz.] 25 Alzan las manos al cielo para Dios allí rogar, por la ganancia cogida que es tan buena y tan cabal. El Cid y la gente suya muy a gusto que allí están. El invierno es ido fuera y marzo se quiere entrar.

La afrenta de Corpes

Siguen los infantes el viaje hasta el robledal de Corpes, en donde realizan la premeditada alevosía.

Fuéronse de El Ansera los Infantes de Carrión. Ni de día ni de noche el caminar no cesó: Atienza, fuerte montaña, a la izquierda les quedó; por esa Sierra de Miedes la comitiva pasó; […] Lejos, a mano derecha, San Esteban les quedó; 5 por el robledal de Corpes entran los de Carrión. Nubes y ramas se juntan. ¡Cuán altos los montes son! Rondaban bestias muy fieras por el monte, alrededor. Cerca de una limpia fuente un vergel allí creció; mandaron alzar la tienda Infantes de Carrión. 10 Con el bagaje que llevan, duermen en esta ocasión. En brazos de sus mujeres les demostraron su amor. ¡Qué mal luego lo cumplieron a la salida del sol! Cargan luego las acémilas con los dones de valor, y han recogido la tienda que de noche los guardó. 15 Adelante a sus criados envían allí los dos. De este modo lo mandaron los Infantes de Carrión: que atrás ninguno quedase, fuese mujer o varón, a no ser sus dos esposas, doña Elvira y doña Sol, que querían recrearse con ellas a su sabor. 20 Todos los demás se han ido, los cuatro solos ¡Por Dios! ¡Cuánto mal que imaginaron infantes de Carrión! […] Allí las pieles y mantos quitáronles a las dos; sólo camisa de seda sobre el cuerpo les quedó. Espuelas tienen calzadas los traidores de Carrión; 25 en sus manos cogen cinchas, muy fuertes y duras son. […] Comienzan a golpearlas Infantes de Carrión; con las cinchas corredizas las azotan con rigor; con las espuelas agudas les causan un gran dolor; les rasgaron las camisas y las carnes a las dos; 30 allí las telas de seda limpia sangre les manchó;

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bien que lo sentían ellas en su mismo corazón. ¡Qué ventura sería ésta, si así lo quisiera Dios, que apareciese allí entonces nuestro Cid Campeador! ¡Tanto allí las azotaron! Sin fuerzas quedan las dos. 35 Sangre mancha las camisas y los mantos de primor. Cansados están de herirlas los Infantes de Carrión. Prueban una y otra vez quién las azota mejor. Ya no podían ni hablar doña Elvira y doña Sol. En el robledo de Corpes por muertas quedan las dos. 40 Se les llevaron los mantos, las pieles de armiño ricas y afligidas las dejaron, vestidas con las camisas, a las aves de los montes y a las fieras más bravías. Por muertas, sabed, las dejan, que a ninguna creen viva. ¡Sí que sería ventura que apareciese Ruy Díaz! 45

COMENTEMOS EL TEXTO

Cantar I1. Según el fragmento, ¿el Cid representa los rasgos psicológicos de los héroes

épicos? Justifica tu respuesta.

2. Comprueba la métrica de los 5 primeros versos: número de sílabas, la cesura y la rima.

Cantar II1. Resume el texto en unas tres líneas.

2. Localiza dos epítetos épicos (cualidad que sirve para definir o caracterizar al personaje).

3. Identifica y comenta el recurso expresivo o retórico del último verso.

Cantar III1. Señala los versos que recogen comentarios valorativos del juglar y la

modalidad oracional que emplea en ellos.

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TEXT0 4

MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA

MILAGRO XI

El labrador avaro

Érase en una tierra un hombre labradorque usaba de la reja más que de otra labor;más amaba la tierra que no a su Criador,y de muchas maneras era revolvedor.

Hacía una enemiga bien sucia de verdad: 5cambiaba los monjes por ganar heredad;hacía en todas formas tuertos y falsedad,tenía mal testimonio entre su vecindad.

Aunque malo, quería bien a Santa María,oía sus milagros muy bien los acogía; 10saludábala siempre, decíale cada día:“Ave gratia plena que pariste al Mesías”.

Finó el arrastrapajas de tierras bien cargado,de los diablos fue luego en soga cautivado;lo arrastraban con cuerdas, de coces bien sobado, 15 le pechaban al doble el pan que dio mudado.

Doliéronse los ángeles de esta alma mezquinapor cuanto la llevaban los diablos en rapina;quisieron acorrerla, ganarla por vecina,mas para hacer tal pasta menguábales harina. 20

Si les decían los ángeles de bien una razón,ciento decían los otros malas, que buenas non;los malos a los buenos tenían en un rincón,la alma por sus pecados no salían de prisión.

Levantándose, un ángel dijo: “Yo soy testigo, 25verdad es, no mentira, esto que ahora os digo:el cuerpo que traía esta alma consigofue de Santa María buen vasallo y amigo.

Siempre la mencionaba al yantar y a la cena,decíale tres palabras: Ave, gratia plena. 30Boca por que salía tan santa cantilenano merecía yacer en tan mala cadena”.

Luego que este nombre de la Santa Reinaoyeron los demonios, salieron tan aína,derramáronse todos como una neblina, 35desampararon todos a esa alma mezquina.

Los ángeles la vieron quedar desamparada,de manos y de pies con sogas bien atada,estaba como oveja cuando yace enzarzada:fueron y la llevaron junto con su majada. 40

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Nombre tan adonado, lleno de virtud tanta,y que a los enemigos los segunda y espanta,no nos debe doler ni lengua ni gargantaque no digamos todos: Salve, Regina sancta.

TRABAJEMOS EL TEXTO

1. ¿Qué vicio caracteriza al protagonista del relato? Señala los versos en los que se describe. ¿Tiene alguna virtud? ¿En qué parte se explica?

2. ¿Qué ocurre con el alma del labrador cuando este muere?

3. ¿Qué palabra/s es/son la clave para resolver el conflicto?

4. Señala los versos en los que se recoge la lección moral del relato.

5. Localiza en el poema las siguientes partes de la narración: presentación del protagonista, conflicto, desenlace y enseñanza final.

6. Señala el tipo de estrofa: métrica y rima.

MILAGRO III

El clérigo y la flor

De un clérigo leemos que era de sesos ido,y en los vicios del siglo fieramente embebido;pero aunque era loco tenía un buen sentido:amaba a la Gloriosa de corazón cumplido.Como quiera que fuese al mal acostumbrado, 5 en saludarla siempre era bien acordado;y no iría a la iglesia, ni a otro mandadosin que antes su nombre no hubiera aclamado.Decir no lo sabría por qué causa o razón(nosotros no sabemos si se lo buscó o non) 10dieron sus amigos asalto a este varón

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y hubieron de matarlo, deles Dios su perdón.Los hombres de la villa, y hasta sus compañeros,que de lo que pasó no estaban muy certeros,afuera de la villa, entre unos riberos 15se fueron a enterrarlo, mas no entre los diezmeros.Pesole a la Gloriosa por este enterramiento,Porque yacía su siervo fuera de su convento;apareciose a un clérigo de buen entendimientoy le dijo que hicieron un yerro muy violento. 20Ya hacía treinta días que estaba soterrado:en término tan luengo podía ser dañado;dijo Santa María: “Es gran desaguisadoque yazga mi notario de aquí tan apartado.Te mando que lo digas: di que mi cancelario 25no merecía ser echado del sagrario;diles que no lo dejen allí otro treintenarioy que con los demás lo lleven al osario”.Preguntole el clérigo que yacía atormentado:“¿Quién eres tú que me hablas? Dime quién me han mandado, 30que cuando dé el mensaje, me será demandadoquién es el querelloso, o quién el soterrado”.Díjole la Gloriosa: “Yo soy Santa María,madre de Jesucristo que mamó leche mía;el que habéis apartado de vuestra compañía 35por cancelario mío con honra lo tenía.El que habéis soterrado lejos del cementerioy a quien no habéis querido hacerle ministerioes quien me mueve a hacerte todo este reguncerio:si no lo cumples bien, corres peligro serio”. 40Lo que la dueña dijo fue pronto ejecutado:abrieron el sepulcro como lo había ordenadoy vieron un milagro no simple, y sí doblado;este milagro doble fue luego bien notado.Salía de su boca, muy hermosa, una flor, 45de muy grande hermosura, de muy fresco color,henchía toda la plaza con su sabroso olor,que no sentían del cuerpo ni un punto de hedor.Le encontraron la lengua tan fresca, y tan sanacomo se ve la carne de la hermosa manzana: 50no la tenía más fresca cuando a la meridianase sentaba él hablando en medio la quintana.Vieron que esto pasó gracias a la Gloriosa,porque otro no podría hacer tamaña cosa:trasladaron el cuerpo, cantando Specïosa, 55más cerca de la iglesia a tumba más preciosa.Todo hombre del mundo hará gran cortesíasi hiciere su servicio a la Virgo María:mientras vivo estuviere, verá placentería,y salvará su alma al postrimero día. 60

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TEXTO 5

El libro de Buen Amor

PrólogoTras asegurar que ha escrito el libro para que, mostrando el mal, se aparten de él los que deseen ser virtuosos, continúa...

Pero, como es humano pecar, si algunos -lo cual no aconsejo- desean usar del loco amor, aquí hallarán algunas maneras para ello.

Fábula sobre el poder que tiene el dineroMucho hace el dinero, mucho se ha de amar,convierte al torpe en bueno y hombre respetable,hace correr al cojo y al mudo hace hablar,el que no tiene manos dinero quiere atrapar. [...]Yo vi en la corte de Roma, donde está la santidad, 5que todos se inclinaban ante el dinero,le hacen grandes honras y gran solemnidad, todos se arrodillan ante él como ante el Crucifijo.Hacía muchos priores, obispos y abades,arzobispos y doctores, patriarcas, autoridades, 10a muchos clérigos necios les daba dignidades,volvía la verdad mentiras y las mentiras verdades. [...] El dinero rompe las cadenas dañosas,libra de cepos y grillos y prisiones peligrosas, al que no da dinero le ponen las esposas, 15en todo el mundo hace cosas asombrosas. [...]En resumen te lo digo y entiéndelo cabal,el dinero es del mundo un gran perturbador, en señor vuelve al siervo y al señor en servidor,todas las cosas del mundo se hacen por su amor. 20

Consejos de don AmorDon Amor se aparece al Arcipreste y le aconseja qué debe hacer para enamorar: tiene que regalar a las damas, no ha de ser perezoso, ni cobarde, ni bebedor. Pero también necesita la ayuda de una de esas viejas

que van por las iglesias y saben las callejas [...]

Toma una de esas viejas que se hacen herberas1,que andan de casa en casa y se llaman parteras;con afeites2 y polvos y con alcoholeras3

engañan a las mozas y las ciegan de veras.

1. herberas: herboristas (con hierbas hacían filtros de amor)2. afeites: cosméticos3. alcoholeras: vasijas para alcohol, palabra esta que entonces designaba el polvo negro de

antimonio para párpados y pestañas.

Los amores de don Melón y doña Endrina Juan Ruiz, convertido en don Melón de la Huerta, ha visto a la viudita doña Endrina en una plaza y se ha enamorado de ella.

¡Ay Dios! ¡Quán fermosa viene doña Endrina porla plaça!¡Qué talle, qué donaire, qué alto cuello de garça!¡Qué cabellos, qué boquilla, qué color, qué buenandança!Con saetas de amor fiere cuando los sus ojos alça.

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Planto de Trotaconventos

Muerte, al que tú golpeas, te lo llevas cruel,al rico como al pobre, al santo y al infiel,a todos los igualas al más bajo nivel,por papas y por reyes no das ni un cascabel. [...]

Dejas el cuerpo yerto al gusano en la huesa1,el alma que lo puebla te la llevas de priesa,no está el hombre seguro de tu llegada aviesa2.¡Al hablar de ti, Muerte, el horror me atraviesa! [...]

Haces al que era rico yacer en gran pobreza:no guarda ni una miaja de toda su riqueza;el que, vivo, era bueno y con mucha nobleza,vil, hediondo es muerto, despreciable vileza.

No hay en el mundo libro ni tratado ni carta,hombre sabio ni necio que de ti bien departa3,en el mundo no hay cosa que de ti bien se parta,salvo el cuervo negro que de muertos se harta. [...]

¡Ay mi Trotaconventos, mi leal verdadera!Muchos te seguían viva; muerta, yaces señera4.¿Dónde te me han llevado? No sé cosa certera:¡no vuelve con noticias quien anda esta carrera5!

1. huesa: fosa, tumba 2. aviesa: traicionera 3. departa: hable 4. señera: sola5. carrera: camino (el que lleva a la muerte)

TEXTO 6

El conde Lucanor , de don Juan Manuel.

CUENTO XIII Lo que sucedió a un hombre que cazaba perdices

Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio, su consejero, y díjole así: -Patronio, algunas personas muy importantes, y también otras que no lo son tanto, me hacen daño a veces en mi hacienda o en mis vasallos y, cuando me ven, me dicen que les pesa mucho y que lo hicieron obligados 5 por la necesidad y porque no podían en aquel momento hacer otra cosa.

Como quiero saber qué conducta seguir cuando tales cosas me sucedan, os ruego me digáis qué pensáis de esto. -Señor conde –dijo Patronio-, un hombre puso redes a las perdices y, cuando

cayeron, se llegó a ellas y, conforme las iba sacando, las mataba a todas. 10 Mientras hacía esto le daba el viento en la cara con tanta fuerza que le hacía

llorar. Una de las perdices que aún estaba viva empezó a decir a las que quedaban dentro de la red: -Ved, amigas, lo que hace este hombre, que, aunque nos mata, nos compadece y llora por eso.

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15 Otra perdiz, que por ser más sabia que la que hablaba no cayó en la red, le dijo desde fuera:

-Amiga, mucho le agradezco a Dios el haberme guardado, como le ruego haga en adelante, no sólo conmigo, sino con todas mis amigas, del que quiere matarme o hacerme daño y simula sentirlo.

20 Vos, señor conde Lucanor, guardaos siempre del que os perjudica y dice que le pesa; pero si alguien os perjudicara involuntariamente y el daño o pérdida no fuera mucho y esa persona os hubiera ayudado en otra ocasión o hecho algún servicio, yo os aconsejo que en este caso disimuléis, siempre que ello no se repita tan a menudo que os desprestigie o lesione mucho

25 vuestros intereses. De otra manera, debéis protestar con tal energía que vuestra hacienda y vuestra honra queden a salvo.

El conde tuvo por buen consejo este que le daba Patronio, lo puso en práctica y le fue muy bien. Viendo don Juan que este cuento era muy bueno, lo mandó poner en este libro y escribió unos versos que dicen así:

30 Procúrate siempre muy bien guardar del que al hacerte mal muestra pesar. PREGUNTAS

1. Señala las partes del texto: . planteamiento. problema. cuento. lección moral.

2. ¿De qué tema trata la narración?

3. Compara el didactismo de Berceo y el de don Juan Manuel. ¿En qué difieren?

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2. S. XV. EL PRERRENACIMIENTO

En este momento, la sociedad medieval entra en crisis. Se ha culminado la expansión de los reinos cristianos. Surgen entonces las pequeñas cortes que gustan del lujo y el refinamiento, de la música y de la poesía.

Junto a ellas, una burguesía mercantil cada vez más fuerte y poderosa rompe con el sistema estamental del feudalismo, ya en completa decadencia, y propicia el esplendor de las ciudades. Este mundo de transición es el que se verá representado en las Coplas a la muerte de su padre y en La Celestina (1499), de Fernando de Rojas..

Hacia finales del siglo XV, nace una valoración de lo tradicional, que trae como consecuencia la recopilación de canciones líricas y de romances anónimos; estos últimos conforman el Romancero viejo.

LITERATURA DEL SIGLO XV

La literatura castellana del siglo XV refleja la transición de la Edad Media hacia el Renacimiento.

A. LA LÍRICA

En el siglo XV, la lírica castellana alcanzó un momento de esplendor, con Jorge Manrique, representante de la lírica culta, y con el prestigio de los romances y las canciones de tipo tradicional.

A.1. LA POESÍA CULTA. LOS CANCIONEROS

La lírica culta cortesana del siglo XV ha quedado recogida en los Cancioneros, que tratan sobre temas muy variados: amor, sátira, conceptoss morales…

A.2. Jorge Manrique. LAS COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE

Jorge Manrique, noble castellano, fue un buen poeta de cancionero. Su figura en-carna el ideal cortesano, la valentía en el combate y la habilidad en las letras. Com-puso las Coplas a la muerte de su padre a raíz de la muerte de éste; el poema es, sin embargo, algo más que una elegía, una composición que expresa dolor.

Características:

• Tema: la muerte, tema muy frecuente en la Edad Media (perspectiva cristiana: liberación), relacionada con la fugacidad de la vida “tempus fu-git”. La novedad que aporta Manrique respecto a este tema, tan tratado anteriormente, es la visión serena que se tiene sobre la muerte, ya que está exenta de cualquier tono macabro y desagradable; lo habitual era presentarla como un personaje terrorífico (un esqueleto con una guada-ña) que iguala a todos ante su poder.

• Estructura: el poema consta de cuarenta estrofas de doce versos: las coplas de pie quebrado, formadas por una sextilla doble de versos de ocho y cuatro sílabas. Su esquema métrico es 8a, 8b, 4c, 8a, 8b, 4c, 8d, 8e, 4f, 8d, 8e, 4f.

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• La obra se organiza en tres partes:

a) Reflexión sobre la fugacidad de la vida y la certeza de la muerte. Ambos motivos van ligados a la reflexión sobre la vanidad de las cosas terrenales.

b) Evocación emotiva y nostálgica del pasado, ya desapareci-do, a través de las interrogaciones: ¿qué fue de…? O ¿qué se hizo de …?, fórmulas que recogen el tópico literario “ubi sunt”, ¿dónde están?

c) Individualización entorno a la figura del padre, presentado por sus virtudes y hazañas, su resignación cristiana y su serenidad ante la llegada de la muerte.

• Estilo: sencillo, la naturalidad del lenguaje contrasta con la gravedad del tema.

• Significación: la obra de Jorge Manrique recoge la sensibilidad del final de la Edad Media, mientras que la figura de su padre, el protagonista, encarna las virtudes caballerescas y cristianas medievales. La obra refleja las contra-dicciones de la época cuando expresa la tensión entre la concepción cristia-na medieval y una nueva sensibilidad, más receptiva a la belleza de la vida. Además, el poema muestra otros rasgos prerrenacentistas, como la valora-ción de la fama, que permite vivir en la memoria de generaciones futuras y la delicadeza y elegancia con la que trata el tema de la muerte.

A.3. EL ROMANCERO

El prestigio de los romances va unido a la valoración de lo tradicional, que nace hacia finales del siglo XV. Se recopilan las canciones líricas tradicionales y los ro-mances. En los siglos XVI y XVII se confeccionaran las colecciones de romances: los romanceros.

Según su origen, se distinguen entre romances viejos y nuevos. Los romances viejos son los romances anónimos que se transmiten oralmente, mientras que los romances nuevos o artísticos son las composiciones hechas por autores conocidos a imitación de los anteriores.

Características del romance:

• Composición lírico-narrativa, creada para ser cantada, formada por versos octosílabos que riman en asonante en los pares, mientras quedan sueltos los impares (8-, 8a, 8-, 8a).

• Cuenta una pequeña historia combinando recursos propios de la lírica (len-guaje emotivo, exclamaciones, interrogaciones, repeticiones…) y la épica (lenguaje arcaizante, apelaciones al público, cambio en el punto de vista na-rrativo…).

• Tiene un carácter fragmentario; va a lo esencial, sin introducciones, y suele acabar de forma abrupta.

• El estilo es sencillo; el tono es ágil, intenso y emotivo.

• Tipos de romances según el tema que tratan: épico-históricos, líricos y nove-lescos (de amor, muerte, soledad…).

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B. EL TEATRO

El teatro, que, en la Edad Media, adoptó las formas de farsas juglarescas y re-presentaciones religiosas, es el género que menos se desarrolla en esta época. En el siglo XV surge un teatro para ser leído, a imitación de la comedia humanís-tica italiana, modalidad a la que pertenece La Celestina.

La celestina, de Fernando de Rojas

Fernando de Rojas, converso, vivió en diferentes ciudades castellanas a finales del siglo XV. Representa el escritor moderno, universitario y urbano, que no pro-cede de la aristocracia ni de la cultura eclesiástica.

El libro, La Celestina, apareció en 1499, sin el nombre del autor. En 1502 se publicó una edición ampliada con un prólogo donde el autor advierte a los locos enamorados los peligros del amor.

Características:

• Género literario: es una obra dialogada, comedia humanística, pensada para ser leída, no para ser representada. Combina, por tanto, rasgos del teatro (la forma dialogada) y de novela (el tono sentimental y psicológi-co).

• Argumento: el joven y noble Calisto se enamora a primera vista de Meli-bea, hija de un gran comerciante, y se declara en ese mismo momento, pero la joven lo rechaza. Aconsejado por su criado, acude a la alcahueta Celestina para que lo ayude. Ésta, con la complicidad de los criados, a los que ha prometido ganancias, consigue con mentiras y hechizos que Meli-bea se cite con Calisto. Celestina recibe su recompensa, pero, al no que-rer compartirla, muere a manos de los criados. Mientras, Calisto y Meli-bea, arrastrados por la pasión amorosa, son sorprendidos en el jardín de la joven. El joven muere saltando una tapia y Melibea se suicida.

• Personajes: realistas y evolucionan a lo largo de la obra. Todos se dejan llevar por las pasiones (amor, codicia…). Sin embargo, los personajes comparten un marcado individualismo (rasgo renacentista) y una visión del mundo pagana y trágica: no son culpables, sino víctimas de la capri-chosa Fortuna que rige sus destinos.

• Tema: la obra combina los tres temas del momento: fortuna, amor y muerte. La fortuna, el azar, mueve a los personajes mediante las pasio-nes y los conduce hacia la muerte. El final se presenta como algo inevita-ble, lo que aumenta el tono trágico de la obra.

• Intención: moralizadora, como en la literatura medieval, ya que presen-ta la muerte de los personajes como un castigo divino por su rebelión contra las normas morales de la época. No obstante, aparecen otros as-pectos en el texto que reflejan la influencia renacentista y el pesimismo del siglo XV: el individualismo de los personajes, la visión pagana y el sentido trágico, la sensualidad de ciertas escenas y la inclusión de un sui-cidio que no se condena.

• Estilo: en general, cada personaje habla como le corresponde desde una perspectiva realista. Por ejemplo, la clase alta -Calisto, Melibea y su pa-dre- refleja el habla culta de la época; los criados y las prostitutas, en cambio, usan el habla viva de la calle, espontánea y coloquial. Celestina es el personaje que fluctúa entre esos ambientes y se adapta con gran facilidad a las diferentes situaciones: es retórica con Calisto y emplea el lenguaje popular con sus compañeras y criados.

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Bien, recapitulemos…

1.1. ¿Quién es el autor de las Coplas a la muerte de su padre? (no nos limitemos a su nombre, por favor)

1.2. Analicemos el título de las Coplas. Por una parte, ¿por qué se llaman “coplas”?

1.3. Continuemos con el título. Las Coplas no se refieren exclusivamente al padre del autor; en ellas se tratan dos temas más que, según la terminología de los tópicos literarios, conocemos como tempus fugit y ubi sunt? Defínelos con tus propias palabras (seguro que puedes) y relaciona las coplas que te ofrecemos en el TEXTO 7 con los tres bloques temáticos de la obra.

1.4. Hemos afirmado que las Coplas suponen una transición entre la Edad Media y el Renacimiento. Averigua qué elemento temático nuevo introduce dicha obra.

1.5. Ídem La Celestina.

1.6. ¿A qué género literario pertenece La Celestina?

1.7. El título de La Celestina no ha sido siempre el mismo. Justifica los cambios que sufrió.

1.8. Si hay un Romancero viejo, ¿hay uno “nuevo”? Si es así, ¿en qué se diferencian?

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TEXTO 7Coplas a la muerte de su padre de Jorge de Manrique

Recuerde el alma dormida, Nuestras vidas son los ríos 25avive el seso y despierte que van a dar en la mar,contemplando que es el morir;cómo se pasa la vida, allí van los señoríoscómo se viene la muerte 5 derechos a se acabartan callando, y consumir; 30cuán presto se va el placer, allí los ríos caudales,cómo, después de acordado, allí los otros medianosda dolor; y más chicos,cómo, a nuestro parecer, 10 y llegados, son igualescualquiera tiempo pasado los que viven por sus manos 35fue mejor. y los ricos.

Este mundo es el camino ¿Qué se hizo el rey don Juan?para el otro, que es morada 50 Los infantes de Aragónsin pesar; ¿qué se hicieron?mas cumple tener buen tino ¿Qué fue de tanto galán,para andar esta jornada qué fue de tanta invención 185sin errar. como trajeron?Partimos cuando nacemos, 55 Las justas y los torneos,andamos mientras vivimos, paramentos, bordadurasy llegamos y cimeras,al tiempo que fenecemos; ¿fueron sino devaneos? 190así que cuando morimos ¿qué fueron sino verdurasdescansamos. de las eras?

Después de puesta la vida 385 “No se os haga tan amargatantas veces por su ley la batalla temerosa 410al tablero; que esperáis,después de tan bien servida pues otra vida más largala corona de su rey de la fama glorïosaverdadero: 390 acá dejáis,después de tanta hazaña (aunque esta vida de honor 415a que no puede bastar tampoco no es eternalcuenta cierta, ni verdadera);en la su villa de Ocaña mas, con todo, es muy mejorvino la muerte a llamar 395 que la otra temporala su puerta, perecedera.”

¿COMENTAMOS?

1. Resume las siguientes coplas: versos 1-12, versos 25-36.

2. Señala las expresiones contrapuestas (antónimos y paralelismos) que aparecen en la primera copla.

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3. Indica con qué conceptos se relaciona la muerte.

4. Confecciona el esquema métrico de la primera copla.

5. Haz una lista de elementos que se relacionan con la vida.

6. Indica el nombre que reciben las composiciones como las coplas, escritas a raíz de la muerte de una persona.

TEXTO 8 La Celestina de Fernando de Rojas

Una edición falsificada antigua situaba el encuentro de los jóvenes en el jardín de Melibea, donde Calisto había entrado persiguiendo su halcón. Pero se sospecha que Rojas imaginó que tal encuentro se produce en el interior de un templo, como ocurre en otras obras medievales; ello explica las referencias semiblasfemas de Calisto y las hipérboles sacras (tan corrientes, por otra parte, en la retórica amorosa del siglo XV).

CALISTO.-En esto veo, Melibea, la grandeza de Dios. MELIBEA.- ¿En qué, Calisto? CAL.- En dar poder a natura que de tan perfeta hermosura te dotase y facer a mi inmérito* tanta merced que verte alcanzase, y en tan conveniente lugar, que mi secreto dolor manifestarte pudiese. Sin dubda incomparablemente es mayor tal galardón* que el servicio, sacrificio, devoción y obras pías que por este lugar alcanzar tengo yo a Dios ofrecido. ¿Quién vido* en esta vida cuerpo glorificado* de ningún hombre, como agora el mío? Por cierto los gloriosos santos, que se deleitan en la visión divina, no gozan más que yo agora en el acatamiento tuyo*. Mas ¡oh triste! Que en esto diferimos*: que ellos puramente se glorifican sin temor de caer de tal bienaventuranza y yo mixto* me alegro con recelo del esquivo tormento que tu ausencia me ha de causar*. MELIB.- ¿Por gran premio* tienes esto, Calisto? CAL.- Téngolo por tanto en verdad que, si Dios me diese en el cielo la silla sobre sus santos, no lo ternía* por tanta felicidad. MELIB.- Pues aún más igual* galardón te daré yo, si perseveras. CAL.- ¡Oh bienaventuradas orejas mías, que indignamente tan gran palabra habéis oído! MELIB.- Más desventuradas de que* me acabes de oír. Porque la paga será tan fiera cual la merece tu loco atrevimiento. Y el intento* de tus palabras ha seído* como de ingenio*de tal hombre como tú, haber de salir para se perder en la virtud de tal mujer como yo.¡Vete! ¡Vete de ahí, torpe! Que no puede mi paciencia tolerar que haya subido en corazón humano* conmigo el ilícito amor comunicar su deleite*. CAL.- Iré como aquél contra quien solamente la adversa fortuna pone su estudio*con odio cruel.inmérito - no merecedor.galardón (y, más adelante, premio) – tiene claras connotaciones sexuales.vido – vio.cuerpo glorificado – es el cuerpo de los justos en el cielo tras la resurrección de la carne.el acatamiento tuyo – la contemplación de ti.diferimos - nos diferenciamos.mixto - mixto, con mezcla de cuerpo y alma, opuesto a `puramente` de los gloriosos santos, más arriba.causar - Calisto se alegra de lo esquivo del amor al que se enfrenta, en clara muestra del carácter paradójico del amor cortés. Nótese la insistencia de Calisto en los términos relativos al prototipo

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cortesano: "inmérito de tanta merced", "secreto dolor", "galardón". "servicio", "devoción", "visión divina", "acatamiento tuyo"...premio - tanto premio como galardón contienen veladas connotaciones sexuales.ternía - "tendría".igual – constante.de que - expresión temporal de uso popular equivalente a "cuando" o "tan pronto como".intento - intención.seído - sido.ingenio - Esencia del individuo, lo que hay de peculiar y de único en la persona, su cacumen e intuición. Palabra, al mismo tiempo, de suma ambigüedad en su contexto, que también significa aparato de guerra, para ofender y defenderse (posibles connotaciones sexuales).subido en corazón humano - Expresión heredera del sentido latino del verbo subire, es decir, deslizarse furtiva y ocultamente. La Melibea de Calisto, por tanto, se refiere al desasosiego que la embarga, el que le produce el ilícito amor que se ha deslizado furtivamente en su corazón humano.deleite – “el deseo de compartir conmigo su loco amor”.estudio - afán, aplicación, encono.

El mancebo, así rechazado, comunica sus cuitas con el criado Sempronio; éste le propone que pida ayuda a Celestina, maestra en vencer la resistencia de las mujeres. Otro criado de Calisto, Pármeno, previene a su señor contra ella.

CAL.- Y tú ¿Cómo lo sabes y la conoces? PARM.- Saberlo has. Días grandes* son pasados que mi madre, mujer pobre, moraba en su vecindad, la cual, rogada por esta Celestina, me dio a ella por sirviente; aunque ella no me conoce, por lo poco que la serví y por la mudanza que la edad ha hecho. CAL- ¿De qué la servías? PARM.- Señor, iba a la plaza y traíale de comer y acompañábala; suplía en aquellos menesteres que mi tierna fuerza bastaba. Pero de aquel poco tiempo que la serví, recogía la nueva memoria lo que la vejez no ha podido quitar. Tiene esta buena dueña al cabo de la ciudad, allá cerca de las tenerías*, en la cuesta del río, una casa apartada, medio caída, poco compuesta y menos abastada*. Ella tenía seis oficios, conviene saber: labrandera*, perfumera, maestra de facer afeites y de facer virgos, alcahueta y un poquito hechicera. Era el primer oficio cobertura de los otros, so color del cual muchas mozas destas sirvientes entraban en su casa a labrarse* y a labrar camisas y gorgueras* y otras muchas cosas. Ninguna venía sin torrezno*, trigo, harina o jarro de vino y de las otras provisiones que podían a sus amas furtar. Y aún otros furtillos de más cualidad allí se encubrían.

Días grandes – muchos días.tenerías - talleres donde se curten y trabajan las pieles.abastada – abastecida.labrandera – bordadora.labrarse - el sentido de "coserse" o componer virgos no estaría descabellado. gorguera - adorno del cuello, hecho de lienzo plegado.torrezno - pedazo de tocino frito o para freír.

Pero la resistencia de Pármeno a que su amo se relacione con Celestina es vencida por ésta y por Sempronio, que se ponen de acuerdo para explotar a Calisto. La vieja, ya su tercera, se entrevista con Melibea. Comienza a hablar con ella tratando de inspirarle lástima por ser vieja.

CEL.- A la mi fe*, la vejez no es sino mesón de enfermedades, posada de pensamientos*, amiga de rencllas, congoja continua, llaga incurable, mancilla* de lo pasado, pena de lo presente, cuidado* triste de lo porvenir, vecina de la muerte,

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choza sin rama*, que se llueve por cada parte, cayado de mimbre, que con poca carga se doblega. MEL.- ¿Por qué dices, madre, tanto mal de lo que todo el mundo con tan eficacia gozar y ver desean? CEL.- Desean harto mal para sí, desean harto trabajo. Desean llegar allá, porque llegando viven y el vivir es dulce y viviendo envejecen. Así que el niño desea ser mozo y el mozo viejo y el viejo, más; aunque con dolor. Todo por vivir. Porque como dicen, viva la gallina con su pepita*. Pero ¿quién te podría contar, señora, sus daños, sus inconvenientes, sus fatigas, sus cuidados, sus enfermedades, su frío, su calor, su descontentamiento, su rencilla, su pesadumbre, aquel arrugar de cara, aquel mudar de cabellos su primera y fresca color, aquel poco oír, aquel debilitado ver, puestos los ojos a la sombra*, aquel hundimiento de boca, aquel caer de dientes, aquel carecer de fuerza, aquel flaco andar, aquel espacioso comer? Pues ¡ay, ay, señora!, si lo dicho viene acompañado de pobreza, allí verás callar todos los otros trabajos, cuando sobra la gana y falta la provisión; ¡que jamás sentí peor ahíto* que de hambre!

A la mi fe – A fe mía. pensamientos – ideas tristes.mancilla – vergüenza.cuidado – preocupación.rama – techo. El tema de la vejez como antesala de la muerte y cúmulo de enfermedades es de gran tradición literaria y, por tanto, origen de gran cantidad de expresiones estereotipadas.viva la gallina con su pepita – viva la gallina aunque esté enferma. La “pepita” es una enfermedad de la lengua de las gallinas que les impide cacarear.puestos los ojos a la sombra – porque se hunden en las cuencas.ahíto - indigestión, empacho.

1. La intervención de Sempronio cumple la función de presentar al personaje de Celestina. Elabora una lista de rasgos psicológicos que caracterizan a Celestina, según el texto.

2. En las obras dialogadas, los personajes se nos van dando a conocer a través de sus intervenciones. Aquí, la manera de expresarse de Calisto nos dice algo de su carácter. ¿Qué se puede deducir sobre Calisto a partir de esta escena?

En la primera entrevista que tiene con Melibea, Celestina actúa de tal manera que consigue que la joven la cite para el día siguiente. La alcahueta ha dicho a Melibea que hay alguien que necesita la ayuda de la joven.

MELIB.: Pide lo que querrás, sea para quien fuere.CEL.: ¡Doncella graciosa y de alto linaje! Tu suave fabla e alegre gesto, junto con el aparejo de liberalidad que muestras con esta pobre vieja, me dan osadía a te lo decir. Yo dejo un enfermo a la muerte, que con sola una palabra de tu noble boca

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salida, que le lleve metida en mi seno, tiene por fe que sanará, según la mucha devoción que tiene en tu gentileza.[…]MELIB.: Por Dios, sin más dilatar, me digas quién en ese doliente, que de mal tan perplejo se siente, que su pasión e remedio salen de una misma fuente.CEL.: Bien ternás, señora, noticia en esta ciudad de un caballero mancebo, gentilhombre de clara sangre, que llaman Calisto.MELIB.: ¡Ya, ya, ya! Buena vieja, no me digas más, no pases adelante. ¿Ese es el doliente por quién has fecho tantas premisas en tu demanda? ¿Por quién has venido a buscar la muerte para ti? ¿Por quién has dado tan dañosos pasos, desvergonzada barbuda? ¿Qué siente ese perdido, que con tanta pasión vienes? De locura será su mal. ¿Qué te parece?

Celestina explica que Calisto necesita una oración conocida por Melibea para sanar un dolor de muelas.

MELIB.: ¡Oh cuánto me pesa con la falta de mi paciencia! Porque siendo él ignorante e tú inocente, habéis padecido las alteraciones de mi airada lengua. Pero la mucha razón me reliena de culpa, la cual tu habla sospechosa causó. En pago de tu buen sofrimento, quiero complir tu demanda e darte luego mi cordón. E porque para escribir la oración no habrá tiempo sin que venga mi madre, si esto no bastare, ven mañana por ella muy secretamente.LUCR.: (Aparte.) ¡Ya, ya, perdida es mi ama! ¿Secretamente quiere que venga Celestina? ¡Fraude hay! ¡Más le querrá dar que lo dicho!MELIB.: ¿Qué dices, Lucrecia?LUCR.: Señora, que baste lo dicho; que es tarde.MELIB.: Pues, madre, no le des parte de lo que pasó a ese caballero, porque no me tenga por cruel o arrebatada o deshonesta.LUCR.: (Aparte.) No miento yo, que ¡mal va este fecho!

TEXTO 9

ROMANCERO VIEJO

Romance de Abenámar y el rey don Juan

- ¡ Abenámar, Abenámar,moro de la morería,el día que tú nacistegrandes señales había !Estaba la mar en calma, 5la luna estaba crecida;moro que en tal signo naceno debe decir mentira.- No te la diré, señor,aunque me cueste la vida. 10- Yo te agradezco, Abenámar,aquesta tu cortesía.¿ Qué castillos son aquéllos ?¡ Altos son y relucían !- El Alhambra era, señor, 15y la otra, la mezquita;los otros, los Alixares,labrados a maravilla.El moro que los labraba,cien doblas ganaba al día, 20y el día que no los labraotras tantas se perdía;

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desque los tuvo labrados,el rey le quitó la vidaporque no labre otros tales 25al rey de Andalucía.El otro es Torres Bermejas,castillo de gran valía;el otro Generalife,huerta que par no tenía. 30 Allí hablara el rey don Juan,bien oiréis lo que decía:- Si tú quisieras, Granada,contigo me casaría;darete en arras* y dote 35a Córdoba y a Sevilla.- Casada soy, rey don Juan,casada soy, que no viuda;el moro que a mí me tienemuy grande bien me quería. 40 Hablara allí el rey don Juan,estas palabras decía:- Échenme acá mis lombardas*doña Sancha y doña Elvira;tiraremos a lo alto, 45lo bajo ello se daría.El combate era tan fuerteque grande temor ponía.

arras - cosa que se da como prenda o señal en algún contrato o concierto.lombarda - cañón antiguo de gran calibre.

El romance del prisionero

Que por mayo era, por mayo,cuando hace la calor,cuando los trigos encañany están los campos en flor,cuando canta la calandria 5y responde el ruiseñor,cuando los enamoradosvan a servir al amor;sino yo, triste, cuitado,que vivo en esta prisión; 10que ni sé cuándo es de díani cuándo las noches son,sino por una avecillaque me cantaba al albor.Matómela un ballestero; 15dele Dios mal galardón.

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Romance de doña Alda

En París está doña Alda, -- la esposa de don Roldán, trescientas damas con ella -- para la acompañar: todas visten un vestido, -- todas calzan un calzar,todas comen a una mesa, -- todas comían de un pan,sino era doña Alda -- que era la mayoral*; 5las ciento hilaban oro, -- las ciento tejen cendal*,las ciento tañen instrumentos -- para doña Alda holgar*.Al son de los instrumentos -- doña Alda adormido se ha,ensoñado había un sueño, -- un sueño de gran pesar.Recordó* despavorida -- y con un pavor muy grande, 10los gritos daba tan grandes -- que se oían en la ciudad.- ¿ Qué es aquesto, mi señora? -- ¿ quién es el que os hizo mal ?- Un sueño soñé, doncellas, -- que me ha dado gran pesar:que me veía en un monte -- en un desierto lugar;de so* los montes muy altos -- un azor* vide volar, 15tras dél viene una aguililla -- que lo ahinca* muy mal.El azor con grande cuita, -- metiose so mi brial*,el aguililla con grande ira, -- de allí lo iba a sacar;con las uñas lo despluma, -- con el pico lo deshace.Allí habló su camarera, -- bien oiréis lo que dirá: 20- Aquese sueño, señora, -- bien os lo entiendo soltar:el azor es vuestro esposo -- que viene de allén* la mar,el águila sodes* vos, -- con la cual ha de casar,aquel monte es la iglesia -- donde os han de velar.- Si es así, mi camarera, -- bien te lo entiendo pagar. 25Otro día de mañana -- cartas de fuera le traen;tintas venían por dentro, -- de fuera escritas con sangre,que su Roldán era muerto -- en la caza de Roncesvalles.

mayoral -superior de una comunidad. cendal - tela de seda o lino muy delgada y transparente. holgar – distraer.Recordó – despertó.so - bajo, debajo de.azor - ave rapaz diurna, como de medio metro de largo, por encima de color negro y por el vientre blanca con manchas negras. Tiene alas y pico negros, cola cenicienta, manchada de blanco, y tarsos amarillos.ahinca - persigue con ahínco y eficaciabrial - vestido de seda o tela rica que usaban las mujeres.allén - más allá de, de la parte de allá de.sodes – sois.

El enamorado y la muerte

Un sueño soñaba anoche,soñito del alma mía,soñaba con mis amores,que en mis brazos los tenía.Vi entrar señora tan blanca, 5muy más que la nieve fría.-¿Por dónde has entrado, mi vida?las puertas están cerradas,ventanas y celosías. 10-No soy el amor, amante:la Muerte que Dios te envía.-¡Ay, Muerte tan rigurosa,

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déjame vivir un día!-Un día no puede ser, 15un hora tienes de vida.Muy deprisa se calzaba,más deprisa se vestía;ya se va para la calle,en donde su amor vivía. 20-¡Ábreme la puerta, blanca,ábreme la puerta, niña!-¿Cómo te podré yo abrirsi la ocasión no es venida?Mi padre no fue al palacio, 25mi madre no está dormida.-Si no me abres esta noche,ya no me abrirás, querida;la Muerte me está buscando:junto a ti, vida sería. 30-Vete bajo la ventanadonde labraba y cosía,te echaré cordón de sedapara que subas arriba, y si el cordón no alcanzare 35mis trenzas añadiría.La fina seda se rompe;la Muerte que allí venía:-Vamos, al enamorado,que la hora ya está cumplida. 40

Romance de una morilla

Yo m’era mora Moraima,morilla d’un bel catar*;cristiano vino a mi puerta,cuitada, por me engañar.Hablome en algarabía, 5como aquel que la bien sabe:“Abrasme las puertas, mora,si* Alá te guarde de mal.”“Cómo t’abriré*, mezquina,que no sé quién te serás?” 10“Yo soy moro Mazote,hermano de la tu madre,que un cristiano dejo muerto;tras mí viene el alcalde,si no me abres tú, mi vida, 15aquí me verás matar.”Cuando esto oí, cuitada,comenceme a levantar,vistiérame un almejía*;no hallando mi brial*, 20fuérame para la puertay abrila de par en par.

*d’un bel catar: de un bello mirar, bonita de ver.*si: así.*t’abriré: te abriré.*almejía: manto pequeño y de tela basta.*brial: vestido a modo de túnica de tela rica.

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Romance del rey moro que perdió Alhama

Paseábase el rey moropor la ciudad de Granadadesde la puerta de Elvirahasta la de Vivarrambla. “Ay de mi Alhama!” 5Cartas le fueron venidasque Alhama era ganada;las cartas echó en el fuego,y al mensajero matara. “¡Ay de mi Alhama!” 10 Descabalga de una mula,y en un caballo cabalga:por el Zacatín arribasubida se había al Alhambra. “Ay de mi Alhama!” 15Como en el Alambra estuvo,al mismo punto mandabaque se toquen sus trompetas,sus añafiles* de plata. “Ay de mi Alhama! 20Y que las cajas de guerraapriesa toquen al arma,porque lo oigan sus moros,los de la Vega y Granada. “¡Ay de mi Alhama!” 25Los moros que el son oyeronque al sangriento Marte llama,uno a uno y dos a dosjuntando se ha gran batalla. “¡Ay de mi Alhama!” 30Allí habló un moro viejo,de esta manera hablara:“¿Para qué nos llamas Rey,para qué es esta llamada?” “¡Ay de mi Alhama!” 35“Habéis de saber, amigos,una nueva desdichada;que cristianos de bravezaya nos han ganado Alhama”. “Ay de mi Alhama!” 40Allí habló un Alfaquide barba crecida y cana:“Bien se te emplea, buen Rey!¡Buen Rey, bien se te empleara!” “¡Ay de mi Alhama!” 45“Mataste los Abencerrajes,que eran la flor de Granada;cogiste los tornadizosde Córdoba la nombrada. “Ay de mi Alhama!” 50“Por eso mereces, Rey,una pena muy doblada;que te pierdas tú y el reino,y aquí se pierda Granada.” “¡Ay de mi Alhama!” 55

*añafiles: trompetas rectas moriscas.

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Rosa fresca, rosa fresca

¡Rosa fresca, rosa fresca,tan garrida y con amor,cuando yo os tuve en mis brazosno vos supe servir, no,y agora que os serviría 5no vos puedo yo haber, no.“Vuestra fue la culpa, amigo,vuestra fue, que mía no;“enviástesme una cartacon un vuestro servidor, 10“y en lugar de recabdar*,él dijera otra razón:“qu’érades casado, amigo,allá en tierras de León;“que tenéis mujer hermosa 15y hijos como una flor.”“Quien os lo dijo, señora,no vos dijo verdad, non,“que yo nunca entré en Castilla,ni allá en tierras de León, 20“sino cuando era pequeñoque no sabía d’amor.”

*recabdar: alcanzar con súplicas algo que se desea.

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3. EL RENACIMIENTO (S. XVI)

La primera mitad del siglo está presidida por el reinado de Carlos I, que se caracteriza por una fuerte proyección internacional: desde la conquista de América a los intereses europeos del monarca, que es, además, emperador de Alemania. Sus posesiones en Italia propician el contacto cultural con el Humanismo. Garcilaso de la Vega (1501?-1536) recogerá la influencia de Francesco Petrarca al adaptar al castellano la poesía “italianizante”, caracterizada por el uso del endecasílabo y el heptasílabo para crear poemas que tratan del amor platónico, la naturaleza idealizada y la mitología.

Justo a mitad de siglo, se publica una novela de autor desconocido y que presenta diferencias importantes respecto a la narrativa contemporánea. Se trata de Lazarillo de Tormes, precedente de la llamada “novela picaresca”, que tendrá su momento de mayor esplendor en el siglo XVII.

El sucesor de Carlos I, Felipe II (1556-1598), se convierte en el gran impulsor de la Contrarreforma, el movimiento religioso católico que contesta a la Reforma protestante promovida por Lucero. La consecuencia será doble: frente al espíritu europeísta del reinado anterior, se busca lo autóctono, lo hispánico, por temor a que lo extranjero ataque la religión. En segundo lugar, va apareciendo una progresiva espiritualización, presente en todas las artes: la pintura de El Greco, la literatura ascética de Luis de León o la mística de Teresa de Jesús y Juan de la Cruz.

A caballo entre los siglos XVI y XVII, encontramos a Miguel de Cervantes (1547-1616), cuyos poemas, al estilo de Garcilaso o Luis de León, encontramos incluidos en sus libros en prosa. Su fama, sin embargo, la debe, en el teatro, a los entremeses; y en la narrativa, al Quijote.

El Renacimiento es un movimiento cultural europeo del siglo XVI que se caracteri-za por el resurgimiento de la cultura clásica. Se inició a finales de la Edad Media en Italia.

El término Renacimiento alude al “re-nacer” de los valores del mundo greco-lati-no, que afectó a todos los aspectos de la cultura, pero especialmente a las humani-dades: literatura, filosofía y arte.

El movimiento humanista fue la corriente ideológica en la que se basó la cultura renacentista. El Humanismo consideraba que el ser humano era el eje del universo, capaz de controlar y dominar la naturaleza por medio del conocimiento racional (ANTROPOCENTRISMO). Esa visión, la del intelectual que se interesa por todos los saberes y se rige por la razón, contrasta con la medieval (TEOCENTRISMO), que concebía la vida humana como simple camino hacia la vida eterna.

Los humanistas creían que el ideal antropocéntrico era el mismo que reinaba en la antigüedad grecolatina, por lo que su modelo en las actividades culturales y cien-tíficas fue el mundo antiguo; leían, traducían y difundían, pues, a los clásicos (Hora-cio, Ovidio, Séneca…).

El reconocimiento de la dignidad del ser humano supuso un cambio de mentali-dad, una nueva forma de entender la vida y el mundo. Se reinterpretaron algunas consideraciones medievales, como la brevedad de la vida: para el Humanismo, ésta será un aliciente para disfrutar el presente y gozar de la juventud (“carpe diem”). El mundo ya no será un simple lugar de paso para la otra vida, sino un lugar bello y digno de ser gozado.

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El modelo ideal de conducta figura en el libro El cortesano de Baltasar de Castiglio-ne, obra que defiende el cultivo, al mismo tiempo, del dominio de las armas y de las letras. En la educación del hombre se buscará, entonces, tanto el desarrollo intelec-tual como el físico.

La espiritualidad renacentista estuvo marcada por la renovación de la conciencia religiosa. Se proponía una nueva religiosidad intimista, tolerante y caritativa, aleja-da de la ostentación que caracterizaba a la Iglesia. Ello explica, en gran medida, la crisis religiosa que se produjo en la época, concretada en la Reforma luterana y la Contrarreforma católica, de la que la corona española pasó a ser defensora absolu-ta.

A. LA ESTÉTICA RENACENTISTA

El concepto de belleza renacentista sigue el modelo clásico, valora la belleza que se basa en el equilibrio, la serenidad, la armonía y la elegancia natural.

El arte renacentista sigue el ideal estético de Aristóteles: frente al didactismo me-dieval, la función del arte es embellecer la realidad.

De Platón deriva la idea de que la contemplación de cualquier rasgo de belleza mejora al ser humano porque lo eleva y acerca a la divinidad. Ésta es la base del amor platónico que recoge la lírica renacentista.

B. TEMAS DE LA LITERATURA RENACENTISTA

1. El amor: concebido a la manera de Petrarca, máximo representante del Renaci-miento literario, profundiza en el análisis del sentimiento amoroso. Se trata de un amor idealizado, inalcanzable; un amor no correspondido y que, por tanto, produce dolor.

2. La naturaleza: idealizada, embellecida, impregnada de bucolismo.

3. La mitología: la admiración por el mundo clásico hace que la mitología, con su mundo plagado de dioses, héroes, ninfas, etc., esté presente en un gran número de composiciones.

4. Tópicos (temas clásicos, recurrentes): Carpe diem (‘aprovecha el momento’) y beatus ille (‘dichoso aquel’), tomados de Horacio (poeta latino), constituyen una in-vitación a gozar de los placeres de la juventud y un canto a la vida retirada, respec-tivamente.

C. LA LITERATURA RENACENTISTA POR GÉNEROS

1. LA LÍRICA RENACENTISTA (1ª MITAD SIGLO XVI)

• Culta (escrita en verso castellano, octosílabo, continuación de la del siglo XV).

• Tradicional (romances y canciones tradicionales).

• Italianizante (sigue el modelo de Petrarca, supone una profunda renovación de las formas métricas y de los temas. El artífice de tal renovación fue el poeta Garcilaso de la Vega).

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Garcilaso de la Vega

Fue el modelo perfecto de caballero renacentista: valiente soldado, refinado cortesano y excelente poeta.

1. Obra: destacan sus sonetos y sus églogas.

2. Métrica y temas: aunque empezó su creación con poemas amorosos en ver-so octosílabo, fijó en la poesía castellana los versos italianos (endecasílabos y heptasílabos) y las estrofas compuestas en estos versos: sonetos, liras…

Los temas que trató en esta nueva poesía fueron:

a) El amor: no correspondido, inalcanzable, pero auténtico y sincero, en contraposición a la poesía anterior.

b) La naturaleza: aparece sobre todo en las églogas, composiciones que tie-nen como protagonistas a pastores que cuentan sus penas amorosas en una naturaleza idealizada, embellecida.

c) La mitología: aparecen personajes mitológicos como Dafne, Apolo, nin-fas, etc…

3. Lenguaje y estilo: se caracterizan por la sencillez y la naturalidad, sin afecta-ción ni arcaísmos.

El léxico es de una gran plasticidad; en esta renovación poética es funda-mental el epíteto (por ejemplo, verde hierba), que hace más pausado el rit-mo de la frase. A partir de Garcilaso, el soneto se consolida como la estrofa básica de la poesía culta castellana que llega hasta el siglo XXI.

1. LA LÍRICA RENACENTISTA (2ª MITAD S. XVI)

Durante la segunda mitad del siglo XVI se produjo un extraordinario desarrollo de la poesía religiosa. Se trata de las literaturas ascética y mística. La primera da con-sejos para alcanzar la perfección moral, mientras que la segunda expone vivencias de personas que han entrado en contacto con la divinidad.

Fray Luis de León

La vida de Fray Luis de León refleja el confuso momento que se vivía, las ten-siones entre las tendencias humanistas y renacentistas frente a la susceptibilidad religiosa del poder eclesiástico o civil. Fue un fraile agustino, hombre culto, huma-nista, que enseñó teología en la Universidad de Salamanca. La Inquisición lo conde-nó por defender la lectura de la Biblia en su lengua original (no a través de las tra-ducciones latinas y traducir el libro bíblico el Cantar de los Cantares, obra que fue fundamental para el desarrollo de la mística posterior.

1. Obra: la mayor parte de su poesía son odas, cantos de alabanza, escritas en liras (estrofas que combinan los versos heptasílabos con los endecasílabos), siguiendo el modelo introducido por Garcilaso.

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2. Temas: de tono moral que recuerda a los clásicos (Platón, Virgilio, Horacio). Influencia del estoicismo; es decir, el anhelo de la virtud mediante el dominio de las pasiones, el ansia de paz espiritual, la alabanza de la vida sencilla en el campo frente a las vanidades sociales. Muy conocido es el elogio a la vida retirada, que recrea el tópico del Beatus ille, ‘feliz aquel’, a imitación de Ho-racio.

3. Estilo: recuerda al de Garcilaso, porque es natural y elegante; su lenguaje poético es muy cuidado, aunque huye de la ornamentación innecesaria.

San Juan de la Cruz

Es el máximo representante de la poesía mística, que trata de los fenómenos, difícilmente descriptibles, que experimentan “algunos justos”, los místicos, al entrar el alma, por la oración, y tras las fases de las vías purgativa, iluminativa y unitiva, en contacto directo con Dios.

1. Obra: Toda su obra es ascético-mística. Sus poemas mayores: Noche oscura del alma, Cántico espiritual y Llama de amor viva, van seguidos de comenta-rios en prosa, donde el autor explica el sentido de los versos, que resultan de difícil, si no ambigua, comprensión.

2. Estilo: El poeta se encuentra con un lenguaje insuficiente para transmitir la unión don Dios y, como no puede describirla, la manifiesta a través de sím-bolos, metáforas, comparaciones e imágenes del amor humano: amado, no-che, ciervo, esposo, esposa… Su poesía es amorosa, de gran intensidad emotiva; abundan las exclamaciones, las aliteraciones y las enumeraciones. A menudo, para expresar lo inefable, recurre a paradojas y antítesis como, por ejemplo, ‘música callada’.

Santa Teresa de Jesús

Fue carmelita y dedicó su vida a reformar su orden, invadida de corruptelas. Escribió numerosas obras para dar cuenta de sus experiencias místicas y para aconsejar a las monjas de sus comunidades reformadas.

La sencillez y su sinceridad son características de su estilo, tanto en sus obras en prosa como en verso.

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2. LA NARRATIVA DEL SIGLO XVI

2.1. Novela idealista

• Libros de caballerías (modelo caballero épico: guerrero, aventurero).

• Novela pastoril (ambiente bucólico, historias amorosas entre pastores).

• Bizantina (aventuras, separaciones y encuentros fortuitos entre enamorados).

• Morisca (mundo musulmán idealizado).

• Sentimental (relaciones sentimentales idealizadas).

2.2. Novela realista

Lazarillo de Tormes

Con esta obra anónima, cuya edición más antigua conservada es de 1554, se ini-cia la novela picaresca, que representa la corriente realista y crítica del siglo XVI.

Algunas de las características que hacen del Lazarillo una obra singular son el rea-lismo, la narración autobiográfica desde la infancia de un protagonista de condición humildísima, enfrentado a una realidad áspera (hambre, egoísmo, engaños, explo-tación...) que lo prepara para su deshonra final.

a) Estructura

La obra consta de un prólogo y siete tratados. En el prólogo, Lázaro, pregonero en Toledo, se dirige a un interlocutor desconocido, a quien llama “vuestra merced”, di-ciéndole que para poder contarle “su caso”, va a narrarle su vida desde el principio. Los tratados, por su parte, contienen las peripecias del protagonista al servicio de sus diversos amos.

b) Tema

Se trata de la historia de un proceso educativo (?) para la deshonra y la vileza, in-terpretable como una amarga queja del autor contra una sociedad que impedía salir de la miseria a los desheredados.

c) Estilo

El estilo sencillo de la obra es producto de la tendencia a la naturalidad y simplici-dad propios del Renacimiento. Lázaro se expresa en una lengua llana como corres-ponde a su condición social, un rasgo que proporciona mayor verosimilitud a la obra. Por eso, abundan los refranes y giros populares, la repetición de vocablos, el uso de diminutivos…

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Aunque el tono es muchas veces humorístico, late en la obra un hondo pesi-mismo.

d) Importancia

El Lazarillo supone el inicio de la novela moderna. Así, frente a los personajes de otros relatos de la época –héroes adultos, como caballeros, príncipes, pastores, etc., que no evolucionan-, Lázaro es un personaje que se hace a sí mismo desde su in-fancia; es un protagonista surgido de la pobreza y la miseria que, a fuerza de difíci-les experiencias, evoluciona progresivamente.

El Q uijote de Miguel de Cervantes

a) Autor

Cervantes (1547-1616) escribió poesía, teatro y narrativa. Sin embargo, destaca por su talento narrativo. Asimiló la tradición novelesca anterior (la novela bizantina, pastoril, morisca y caballeresca) y marcó nuevos caminos al aclimatar la novela cor-ta con Las novelas ejemplares (doce narraciones cortas de intención moralizante), y, sobre todo, a partir del Quijote.

b) Publicación

La primera parte del Quijote se publicó en 1605 con el título El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. La segunda parte se publicó en 1615. Su éxito fue total; inicialmente como obra cómica, aunque, más adelante, obtuvo el reconocimiento mundial por su gran calidad literaria.

c) Argumento

Alonso Quijano, un hidalgo manchego, enloquece de tanto leer libros de caballe-rías y, con el nombre de don Quijote de la Mancha, se lanza al mundo guiado por los nobles ideales de los caballeros andantes: deshacer entuertos, reparar afrentas, proteger a los débiles y merecer a su dama, Dulcinea del Toboso, que solo existe en su imaginación (en realidad, se ha inspirado en Aldonza Lorenzo, una vulgar aldea-na). Con una vieja armadura y su flaco caballo Rocinante, es armado caballero en una ceremonia ridícula en una venta. Comienza sus aventuras liberando a un mu-chacho que es azotado por su amo; a continuación, unos mercaderes le dan una pa-liza, un vecino lo recoge y lo lleva maltrecho a su casa.

Ya restablecido de sus heridas, don Quijote emprende una nueva salida acompa-ñado de Sancho Panza, un rudo labrador, a quien ha prometido riquezas. Don Quijo-te corre distintas aventuras en las que deforma sistemáticamente la realidad: imagi-na enemigos, ofensas y damas que solo existen en su cabeza. Finalmente, sus ami-gos, el cura y el barbero del pueblo, le hacen creer que ha sido objeto de un encan-tamiento y lo llevan, enjaulado, de nuevo a su casa.

En su tercera salida, ya en la segunda parte, don Quijote , sin haber recobrado la cordura, se encuentra ante situaciones en que ve la realidad tal y como es, y son los demás personajes quienes se la deforman. Por su parte, Sancho Panza parece con-tagiado de la locura de su amo y deja entrar en su mente fantasías como, por ejem-

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plo, ser gobernador de una ínsula. El itinerario aventurero de don Quijote acaba en Barcelona, en cuyas playas es vencido por el caballero de la Blanca Luna (en reali-dad, su vecino Sansón Carrasco, disfrazado). Para cumplir con la obligación que le han impuesto, regresa a su aldea, donde muere tras haber recuperado el juicio.

d) Intención

La intención de Cervantes fue atacar los libros de caballerías, a los que considera-ba amorales porque difundían modelos de comportamiento alejados de la moral cristiana y absurdos porque describían falsedades y sucesos irreales, además de es-tar, muchísimos de ellos, mal escritos. No siendo el primer autor que lo intentaba, Cervantes optó por la crítica más eficaz: la parodia. Todos los elementos típicos de las novelas de caballerías aparecen ridiculizados. Tras el éxito de su obra, el género de las novelas de caballerías habrá muerto definitivamente.

Fuera o no su intención consciente, Cervantes utiliza la locura de su persona-je para defender la dignidad y la libertad del ser humano a pesar de los condiciona-mientos sociales que lo oprimen.

e) Técnica y estilo

El autor es un narrador omnisciente, pero a la vez es también un narrador trans-criptor. Cervantes simula que está redactando su obra a partir de los datos extraí-dos de unos falsos archivos de la Mancha. En un momento culminante de un episo-dio deja la historia a medias y finge hallar la continuación en unos pergaminos es-critos por un autor arábigo, Cide Hamete Benengeli, y le pide a un morisco que se los traduzca. Este artificio permite al autor un alejamiento irónico, ya que puede co-mentar su propia obra.

Cervantes sigue la norma renacentista de la naturalidad en el lenguaje. Además, en el Quijote cada personaje emplea el registro que le corresponde.

f) Trascendencia e interpretación de la obra

El Quijote es una obra con múltiples lecturas. En su época, se leyó como un libro cómico, como una gran parodia de los libros de caballerías. Pero Miguel de Cer-vantes fue mucho más allá y transmitió su visión del mundo y del ser humano a tra-vés de las peripecias de un pobre hidalgo idealista enfrentado a la dureza y a la crueldad de la vida real. A partir del siglo XIX, con el Romanticismo, la figura de don Quijote, el loco caballero andante, se convertiría en el símbolo del hombre que lu-cha contra la sociedad para defender sus ideales por encima de cualquier adversi-dad. Este libro, que habla del ser humano, es interpretado por cada época y por cada cultura según sus propios valores, pero todas encuentran en él algo que justifi-que su lectura y disfrute.

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PARÉMONOS A COMENTAR Y AMPLIAR…

3.1. Garcilaso no fue el primer poeta que adaptó la poesía “italianizante” a la lengua castellana. El primero fue __________________________, amigo suyo barcelonés, que le animó a intentarlo también.

3.2. Francesco Petrarca inmortalizó en sus textos a su amada, Laura. Antes que él, otro poeta estrenó brillantemente el italiano como lengua para la poesía amorosa, cantando a Beatriz en la Vida nueva; aunque tal vez sea más famoso por su Divina Comedia. Se trata de ___________________________ (1265-1321).

3.3. Localiza en los textos de Garcilaso que te ofrecemos los tres temas característicos del Renacimiento:

- amor platónico –- naturaleza –- mitología grecorromana –

3.4. Por cierto, ¿“renacimiento” de qué?

3.5. Será común a toda la estética renacentista el gusto por a. el tono grosero. b. la elegancia natural.c. la belleza recargada y artificial. d. las expresiones anticuadas.

3.6. ¿Qué estrofas formadas por endecasílabos y/o heptasílabos solían usar los renacentistas?

Localiza un par de ellas en los textos que te ofrecemos. Recuerda que deberás justificar tu respuesta con el análisis métrico.--

3.7. Las églogas son poesía bucólica. Demuéstralo usando los textos que te damos:

3.8. Los conceptos de “hidalguía” y “cristiano viejo” toman fuerza a partir, especialmente, del siglo XVI. ¿En qué obra de las que hemos trabajado aparecen?

3.9. Completa este listado de las características de la novela picaresca, iniciada por el Lazarillo, cuyo máximo momento de esplendor será el siglo XVII:

- narración _____________________ desde la infancia.- protagonista ____________________ y sin honra.- ambientes _________________.- estilo ___________________, natural, incluso coloquial, a veces

3.10. La intención del Lazarillo es …

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3.11. El Lazarillo es una novela realista. En el siglo XVI otros géneros no realistas están teniendo éxito. Cítalos, defínelos y da un ejemplo de, al menos, dos de ellos; te ofrecemos el primero.

- Novela sentimental – con estilo muy cultista, sitúa en lugares exóticos una acción en la que lo importante es el análisis de los sentimientos amorosos de los protagonistas.

-

-

-

-

3.12. Observa los poemas ascéticos y místicos que te ofrecemos y comenta dos características que estos compartan con la poesía de Garcilaso:

-

-

3.13. Define el concepto de entremés y cita uno compuesto por Cervantes:

3.14. ¿Por qué Cervantes, al escribir, por ejemplo, el Quijote, no piensa que esté creando una “novela”, pero sí al componer Rinconete y Cortadillo?

3. 15. Dos conceptos encontramos permanentemente en la obra de Cevantes: la valoración de lo v________________ (o creíble) y la reivindicación de la libertad del ser humano.

3.16. Hablemos de seres humanos: hablemos del Quijote:a. La obra consta de dos partes, editadas con diez años de diferencia: ________ y ________. Desde el prólogo de la primera hasta el último párrafo de la segunda, el autor deja claro que su intención al escribir su obra es

a. crear la mejor novela de caballerías de todos los tiempos.b. reírse de los caballeros andantes.c. parodiar las novelas de aventuras ambientadas en la Mancha.d. (ninguna de las respuestas anteriores es correcta)

b. Cervantes, autor del Quijote, finge extraer lo que cuenta, primero de archivos de la Mancha, más tarde de un texto creado por un tal Cide Hamete Benengeli. ¿Qué consigue con esta ficción?

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c. Los protagonistas de la historia son _______________, _______________ y Dulcinea del Toboso. Mientras ella simboliza claramente la fuerza del amor (en ningún momento aparece, pero lo que el protagonista siente por ella preside la obra entera), los dos primeros han sido interpretados como símbolos del ___________ y el realismo, o de la locura y el sentido común y el materialismo… Estas oposiciones se van matizando a lo largo de la obra a medida que ambos se ____________ mutuamente: se trata, en definitiva, como decíamos, de dos seres humanos.

TEXTO 10

GARCILASO DE LA VEGA

Égloga I

El dulce lamentar de dos pastores,Salicio juntamente y Nemoroso,he de contar, sus quejas imitando;cuyas ovejas al cantar sabrosoestaban muy atentas, los amores, 5(de pacer olvidadas) escuchando.

Salicio:Con mi llorar las piedras enternecensu natural dureza y la quebrantan;los árboles parece que se inclinan:las aves que me escuchan, cuando cantan, 10con diferente voz se condolecen,y mi morir cantando me adivinan.Las fieras, que reclinansu cuerpo fatigado,dejan el sosegado 15sueño por escuchar mi llanto triste.Tú sola contra mí te endureciste,los ojos aun siquiera no volviendoa lo que tú hiciste.Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. 20

Nemoroso: Corrientes aguas, puras, cristalinas,árboles que os estáis mirando en ellas, 25verde prado, de fresca sombra lleno,aves que aquí sembráis vuestras querellas,hiedra que por los árboles caminas,torciendo el paso por su verde seno:yo me vi tan ajeno 30del grave mal que siento,que de puro contentocon vuestra soledad me recreaba,donde con dulce sueño reposaba,o con el pensamiento discurría 35por donde no hallabasino memorias llenas de alegría. ¿Dó están agora aquellos claros ojosque llevaban tras sí, como colgada,mi ánima doquier que ellos se volvían? 40

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¿Dó está la blanca mano delicada, llena de vencimientos y despojosque de mí mis sentidos le ofrecían?Los cabellos que víancon gran desprecio al oro, 45como a menor tesoro, ¿adónde están? ¿Adónde el blando pecho?¿Dó la columna que el dorado techocon presunción graciosa sostenía?Aquesto todo agora ya se encierra, 50por desventura mía, en la fría, desierta y dura tierra. ¿Quién me dijera, Elisa, vida mía,cuando en aqueste valle al fresco vientoandábamos cogiendo tiernas flores, 55que había de ver con largo apartamiento venir el triste y solitario díaque diese amargo fin a mis amores?El cielo en mis dolorescargó la mano tanto, 60que a sempiterno llantoy a triste soledad me ha condenado;y lo que siento más es verme atadoa la pesada vida y enojosa,solo, desamparado, 65ciego sin lumbre en cárcel tenebrosa. Cual suele el ruiseñor con triste cantoquejarse, entre las hojas escondido,del duro labrador, que cautamentele despojó su caro y dulce nido 70de los tiernos hijuelos, entre tantoque del amado ramo estaba ausente,y aquel dolor que sientecon diferencia tantapor la dulce garganta 75despide, y a su canto el aire suena,y la callada noche no refrenasu lamentable oficio y sus querellas,trayendo de su penaal cielo por testigo y las estrellas; 80desta manera suelto ya la riendaa mi dolor, y así me quejo en vanode la dureza de la muerte airada.Ella en mi corazón metió la mano,y de allí me llevó mi dulce prenda; 85que aquél era su nido y su morada.¡Ay muerte arrebatada!Por ti me estoy quejandoal cielo y enojandocon importuno llanto al mundo todo: 90el desigual dolor no sufre modo.No me podrán quitar el doloridosentir, si ya del todoprimero no me quitan el sentido.

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COMENTARIO

1. LOCALIZACIÓNa) ¿Qué época y qué tipo de literatura representa Garcilaso?

b) ¿Qué es una égloga?

¿Es un género típico del Renacimiento? ¿Por qué?

2. CONTENIDO Y EXPRESIÓNa) Señala los temas fundamentales de la poesía renacentista y de Garcilaso.

Comprueba si aparecen en este poema.

b) Nemoroso empieza su intervención refiriéndose a los elementos de la naturaleza. Observa cómo es ese entorno natural. ¿Qué nombre le daban los latinos?

c) Identifica dos epítetos.

d) Señala hasta dónde llega la enumeración de los elementos naturales y cuándo aparece el yo poético.

e) ¿Qué relación se establece entre el yo y la naturaleza?

f) En el poema se representa un retrato de la amada que responde al modelo de belleza femenina de la época. Escribe una lista de los rasgos físicos.

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soneto XXIII

En tanto que de rosa y d’azucenase muestra la color en vuestro gesto,y que vuestro mirar ardiente, honesto,con clara luz la tempestad serena; y en tanto que’l cabello, que’n la vena 5del oro s’escogió, con vuelo prestopor el hermoso cuello blanco, enhiesto,el viento mueve, esparce y desordena: coged de vuestra alegre primaverael dulce fruto antes que’l tiempo airado 10cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado,todo lo mudará la edad ligerapor no hacer mudanza en su costumbre.

soneto XI

Hermosas ninfas, que en el río metidas, contentas habitáis en las moradasde relucientes piedras fabricadasy en columnas de vidrio sostenidas; agora estéis labrando embebecidas 5o tejiendo las telas delicadasagora unas con otras apartadascontándoos los amores y las vidas: dejad un rato la labor, alzandovuestras rubias cabezas a mirarme, 10y no os detendréis mucho según ando, que o no podréis de lástima escucharme,o convertido en agua aquí llorando,podréis allá despacio consolarme.

soneto V

Escrito está en mi alma vuestro gesto,y cuanto yo escribir de vos deseo,vos sola lo escribistes, yo lo leotan sólo, que aun de vos me guardo en esto. En esto estoy y estaré siempre puesto; 5que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,de tanto bien lo que no entiendo creo,tomando ya la fe por presupuesto. Yo nací sino para quereros;mi alma os ha cortado a su medida; 10por hábito del alma misma os quiero. Cuanto tengo confieso yo deberos;por vos nací, por vos tengo la vida,por vos he de morir y por vos muero.

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PREGUNTAS

1. Los tres poemas anteriores son sonetos, una forma métrica muy representativa del Renacimiento. Comprueba si siguen el esquema típico del soneto, analizando métricamente uno de ellos.

2. En el primer poema se habla de ninfas, personajes mitológicos femeninos que habitaban las aguas de los ríos. ¿Cómo explicas este tema en la poesía de Garcilaso?

3. En el tercer soneto Garcilaso hace un análisis de sus sentimientos. Dice que el “gesto”, la figura de la amada, está dibujado o escrito en su alma y, a partir de ahí, desarrolla el primer cuarteto. Resume el contenido de los cuatro primeros versos.

4. ¿Qué idea del amor expresa el primer terceto? Comprueba que la palabra hábito puede entenderse como ‘costumbre’ o como ‘vestimenta’. ¿Cuál es el significado más lógico en el contexto del poema?

5. En el último terceto se acelera el ritmo. ¿Qué recursos se usan para conseguirlo?

TEXTO 11

Lazarillo de Tormes

PrólogoYo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por

ventura nunca oídas ni vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido, pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le agrade, y a los que no ahondaren tanto los deleite [...]

Y pues vuestra merced escribe se le escriba y relate el caso por muy extenso, pareciome no tomalle por el medio, sino por el principio, porque se tenga entera noticia de mi persona, y también porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuanto más hicieron los que, siéndoles contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto.

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Tratado PrimeroCuenta Lázaro su vida, y cuyo hijo fue

Pues sepa vuestra merced ante todas cosas que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tome González y de Antonia Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes (1), por la cual causa tome el sobrenombre. [...]

[...] siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías (2) mal hechas en los costales de los que allí a moler venían, por lo que fue preso, y confesó y no negó y padeció persecución por justicia. [...]En este tiempo se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi padre, que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de acemilero de un caballero que allá fue, y con su señor, como leal criado, feneció su vida.[…]

Salimos de Salamanca, y llegando a la puente, está a la entrada della un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandome que llegase cerca del animal, y allí puesto, me dijo:

-Lázaro, llega el oído a este toro, y oirás gran ruido dentro del.Yo simplemente llegué, creyendo ser ansí; y como sintió que tenía la cabeza

par de la piedra, afirmó recio la mano y diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome:

-Necio, aprende que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo, y rio mucho la burla.

Pareciome que en aquel instante desperté de la simpleza en que como niño dormido estaba. Dije entre mí:

-Verdad dice este, que me cumple avivar el ojo y avisar (3), pues solo soy, y pensar cómo me sepa valer.

1. En un molino a orillas del Tormes. 2. Hurtos de harina. El nombre Tomé alude probablemente a sus hábitos de “tomar” lo ajeno. 3. Estar siempre sobre aviso, alerta.

RETRATO DEL CIEGOPues tornando al bueno de mi ciego y contando sus cosas, Vuesa Merced sepa que desde que Dios crió el mundo, ninguno formó más astuto ni sagaz. En su oficio era un águila: ciento y tantas oraciones sabía de coro; un tono bajo, reposado y muy sonable, que hacía resonar la iglesia donde rezaba; un

5 rostro humilde y devoto, que con muy buen continente ponía cuando rezaba, sin hacer gestos ni visajes con boca ni ojos como otros suelen hacer. Allende de esto, tenía otras mil formas y maneras para sacar dinero. Decía saber oraciones para muchos y diversos efectos: para mujeres que no parían, para las que estaban de parto, para las que eran malcasadas, que sus maridos las

10 quisiesen bien. Echaba pronósticos a las preñadas si traían hijo o hija. Pues en caso de medicina, decía que Galeno no supo la mitad que él para muela, desmayos, males de madre. Finalmente, nadie le decía padecer alguna pasión, que luego no le decía: “Haced esto, haréis estotro, cosed tal yerba, tomad tal raíz”. Con esto andábase todo el mundo tras él, especialmente

15 mujeres, que cuanto les decía, creían. De éstas sacaba él grandes provechos con las artes que digo, y ganaba más en un mes que cien ciegos en un año.

EJERCICIOS

1. De los adjetivos que califican al ciego, señala los dos que lo retratan mejor psicológicamente.

2. Todas las habilidades del amo de Lázaro van encaminadas a conseguir un único fin. ¿Cuál es este objetivo?

3. A través del fragmento podemos entrever una cierta sociedad. ¿Qué rasgos de la vida del momento quedan reflejados en el texto?

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El jarrazo del ciego Usaba poner cabe sí un jarrillo de vino, cuando comíamos; yo muy de presto le asía y daba un par de besos callados y tornábale a su lugar. Mas durome poco. Que en los tragos conocía la falta, y por reservar su vino a salvo nunca después desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido.

5 Mas no había piedra imán que así trajese a sí como yo una paja larga de centeno, que para aquel menester tenía hecha, la cual, metiéndola en la boca del jarro, chupado el vino lo dejaba a buenas noches. Mas, como fuese el traidor tan astuto, pienso que me sintió, y dende* en adelante mudó propósito y asentaba su jarro entre las piernas y atapábale con la mano, y

10 así bebía seguro. Yo, como estaba hecho al vino, moría por él, y viendo que aquel remedio de

la paja no me aprovechaba ni valía, acordé, en el suelo del jarro hacerle una fuentecilla y agujero sotil*, y delicadamente, con una muy delgada tortilla de cera, taparlo, y al tiempo de comer, fingiendo haber frío, entrábame entre

15 las piernas del triste ciego a calentarme en la pobrecilla lumbre que teníamos, y al calor della, luego derretida la cera, por ser muy poca, comenzaba la fuentecilla a destilarme en la boca, la cual yo de tal manera ponía que maldita la gota se perdía. Cuando el pobreto iba a beber, no hallaba nada.

20 Espantábase, maldecíase, daba al diablo el jarro y el vino, no sabiendo qué podía ser. -No diréis, tío, que os lo bebo yo –decía-, pues no le quitáis de la mano. Tantas vueltas y tientos dio al jarro, que halló la fuente y cayó en la burla; mas así lo disimuló como si no lo hubiera sentido.

25 Y luego, otro día, teniendo yo rezumando mi jarro como solía, no pensando en el daño que me estaba aparejado ni que el mal ciego me sentía, sentéme como solía; estando recibiendo aquellos dulces tragos, mi cara puesta hacia el cielo, un poco cerrados los ojos por mejor gustar el sabroso licor, sintió el desesperado ciego que agora tenía tiempo de tomar de mí venganza, y con

30 toda su fuerza, alzando con dos manos aquel dulce y amargo jarro, le dejó caer sobre mi boca, ayudándose, como digo, con todo su poder, de manera que el pobre Lázaro, que de nada desto se guardaba, antes, como otras veces, estaba descuidado y gozoso, verdaderamente me pareció que el cielo, con todo lo que en él hay, me había caído encima.

35 Fue tal el golpecillo, que me desatinó y sacó de sentido*, y el jarrazo tan grande, que los pedazos de él se me metieron por la cara, rompiéndomela por muchas partes, y me quebró los dientes, sin los cuales hasta hoy me quedé. Desde aquella hora quise mal al mal ciego, y, aunque me quería y regalaba y me curaba, bien vi que se había holgado del cruel castigo.

40 Lavome con vino las roturas que con los pedazos del jarro me había hecho, y, sonriéndose, decía: -¿Qué te parece, Lázaro? Lo que te enfermó te sana y da salud. Y otros donaires, que a mi gusto no lo eran. Ya que estuve medio bueno de mi negra trepa y cardenales*, considerando

45 que a pocos golpes tales el cruel ciego ahorraría* de mí, quise yo ahorrar de él; mas no lo hice tan presto por hacerlo más a mi salvo* y provecho. Aunque yo quisiera asentar mi corazón* y perdonarle el jarrazo, no daba lugar el maltratamiento que el mal ciego dende allí adelante me hacía, que sin causa ni razón me hería, dándome coscorrones y repelándome*.

50 Y si alguno le decía por qué me trataba tan mal, luego contaba el cuento del jarro, diciendo: -¿Pensaréis que este mi mozo es algún inocente? Pues oíd si el demonio ensayara* otra tal hazaña. Santiguándose los que lo oían, decían:

55 -¡Mirá* quién pensara de un muchacho tan pequeño tal ruindad! Y reían mucho del artificio, y decíanle: -Castigadlo, castigadlo, que de Dios lo habréis. Y él, con aquello, nunca otra cosa hacía. Y en esto yo siempre le llevaba por los peores caminos y adrede, por le

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60 hacer mal y daño: si había piedras, por ellas; si lodo, por lo más alto*. Que aunque yo no iba por lo más enjuto, holgábame a mí de quebrar un ojo por quebrar dos al que ninguno tenía. Con esto, siempre con el cabo alto del tiento me atentaba* el colodrillo, el cual siempre traía lleno de tolondrones* y pelado de sus manos. Y aunque yo juraba no lo hacer con malicia, sino por

65 no hallar mejor camino, no me aprovechaba ni me creía más: tal era el sentido y el grandísimo entendimiento del traidor.

*dende: desde allí.*sotil: sutil, fino, estrecho.*sacar de sentido: privar de sentido, desmayarse.*trepa: significa la orla que se ponía como adorno cubriendo la orilla de un vestido. Aquí se refiere a la costra de sangre, coagulada y ennegrecida, que orlaba y recubría las heridas producidas por el jarrazo.*cardenales: moraduras, equimosis.*ahorraría: se libraría; de ahorrar; dar libertad a los esclavos.*a mi salvo: a mi satisfacción, sin peligro y sin estorbo.*asentar mi corazón: dirigir el corazón hacia el bien.*repelándome: dándome tirones de pelo.*ensayara: intentara, emprendiera.*mirá: imperativo, por “mirad”.*por lo más alto: por donde el lodo tenía mayor profundidad.*del tiento me atentaba: juego de palabras entre tiento, bastón del ciego, y atentar, atacar a alguien delictivamente.*tolondrones: chichones.

COMENTARIO DE TEXTO

1. LOCALIZACIÓN1.1. Sitúa el Lazarillo en la época y el género que le corresponde.

1.2. ¿Qué rasgo diferencia a esta novela de las otras del momento?

1.3. ¿Qué tipo de novela inicia el Lazarillo de Tormes? ______________. Menciona las características de esas novelas.

2. CONTENIDO Y EXPRESIÓN2.1. La primera parte del relato presenta un pulso entre el niño y el ciego para conseguir controlar el vino. ¿Cuántas veces lo intenta Lázaro? ¿Cómo reacciona cada vez el ciego?

2.2. La respuesta final del ciego es cruel. Señala en el texto cómo queda Lázaro físicamente y qué reacción anímica le provoca.

2.3. La visión que tiene Lázaro del ciego ¿va variando a lo largo del fragmento? En caso afirmativo, busca en el texto dos comentarios que reflejen la evolución de Lázaro respecto a su amo.

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2.4. Señala las siguientes partes del texto: a) anécdotas en torno al vino, b) consecuencias del jarrazo en la relación entre amo y criado, c) actitud final de Lázaro.

2.5. ¿Qué puede haber aprendido Lázaro de esta lección?

3. VALORACIÓN Y CREACIÓN3.1. En conjunto, qué predomina en el texto: ¿anécdotas graciosas o crítica social?

¿Crees que las personas que leían la obra en aquella época valoraban este tipo de anécdotas como crítica social?

3.2. Recuerda y cita algún libro o película en que se narre la vida de un antihéroe.

Tratado TerceroComo Lázaro se asentó con un escudero, y de lo que le acaeció con él

(Lázaro se compadece de su desventurado amo. Le han regalado una uña de vaca y algunas tripas cocidas.)

[...] y comienzo a cenar y morder en mis tripas y pan, y disimuladamente miraba al desventurado senor mío, que no partía sus ojos de mis faldas, que aquella sazón (1) servían de plato. Tanta lástima haya Dios de mí como yo había de él, porque sentí lo que sentía, y muchas veces había por ello pasado y pasaba cada día. Pensaba si sería bien comedirme (2) a convidalle; mas por me haber dicho que había comido, temíame no aceptaría el convite. Finalmente, yo deseaba que aquel pecador ayudase a su trabajo del mío (3), y se desayunase como el día antes hizo, pues había mejor aparejo, por ser mejor la vianda y menos mi hambre.

Quiso Dios cumplir mi deseo, y aun pienso que el suyo, porque, como (4) comencé a comer y él se andaba paseando llegose a mí y díjome:

-Dígote, Lázaro, que tienes en comer la mejor gracia que en mi vida vi a hombre, y que nadie te lo verá hacer que no le pongas gana aunque no la tenga.

"La muy buena que tú tienes -dije yo entre mí- te hace parecer la mía hermosa."

Con todo, pareciome ayudarle, pues se ayudaba y me abría camino para ello, y díjele:

-Señor, el buen aparejo hace buen artífice (5). Este pan está sabrosísimo y esta uña de vaca tan bien cocida y sazonada, que no habrá a quien no convide (6) con su sabor.

-¿Uña de vaca es?-Sí, señor.-Dígote que es el mejor bocado del mundo, que no hay faisán que ansí me

sepa.-Pues pruebe, señor, y verá qué tal está.Póngole en las uñas la otra y tres o cuatro raciones de pan de lo más blanco.

Y sentóseme al lado, y comienza a comer como aquel que lo había gana, royendo cada huesecillo de aquellos mejor que un galgo lo hiciera.

1. vez, ocasión. 2. anticiparme. 3. su trabajo es el hamre, que Lázaro quiere remediar con su propio trabajo de mendigo. 4. apenas. 5. el buen instrumento (aparejo) hace que parezca bueno quien lo maneja (artífice). 6. estimule.

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TEXTO 12

LUIS DE LEÓN

Vida retirada

¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruïdo, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! 5

Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio Moro, en jaspe sustentado. 10 jaspe: mármol veteado

No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera, ni cura si encarama la lengua lisonjera lisonjera: aduladoralo que condena la verdad sincera. 15

¿Qué presta a mi contento si soy del vano dedo señalado; si, en busca deste viento, ando desalentado desalentado: con difícil respiración por fatigacon ansias vivas, con mortal cuidado? 20 cuidado: preocupación

¡Oh monte, oh fuente, oh río,! ¡Oh secreto seguro, deleitoso! Roto casi el navío, a vuestro almo reposo almo: excelente, benéfico, santo, digno de veneración.huyo de aqueste mar tempestuoso. 25

Un no rompido sueño, un día puro, alegre, libre quiero; no quiero ver el ceño vanamente severo de a quien la sangre ensalza o el dinero. 30

Despiértenme las aves con su cantar sabroso no aprendido; no los cuidados graves de que es siempre seguido el que al ajeno arbitrio está atenido. 35 arbitrio: voluntad no gobernada por la

razón, sino por el apetito o capricho.Vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas, sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo. 40

Del monte en la ladera, por mi mano plantado tengo un huerto, que con la primavera de bella flor cubierto

50

ya muestra en esperanza el fruto cierto. 45

Y como codiciosa por ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura. 50

Y luego, sosegada, el paso entre los árboles torciendo, el suelo de pasada de verdura vistiendo y con diversas flores va esparciendo. 55

El aire del huerto orea orear: dicho del viento: dar en algo, refrescándolo.y ofrece mil olores al sentido; los árboles menea con un manso ruïdo que del oro y del cetro pone olvido. 60 cetro: vara símbolo del poder real[...]

A mí una pobrecilla mesa de amable paz bien abastada me basta, y la vajilla, de fino oro labrada sea de quien la mar no teme airada. 65

Y mientras miserable- mente se están los otros abrazando con sed insacïable del peligroso mando, tendido yo a la sombra esté cantando. [...] 70

EJERCICIOS

1. Identifica el esquema métrico de la primera estrofa del poema.

2. Indica el tema del poema.

3. Divídelo en partes, teniendo en cuenta la estructura del contenido.

A la salida de la cárcel

Aquí la envidia y mentira me tuvieron encerrado. Dichoso el humilde estado del sabio que se retira de aqueste mundo malvado, 5

y con pobre mesa y casa en el campo deleitoso con sólo Dios se compasa y a solas su vida pasa ni envidiado ni envidioso. 10

51

A Felipe Ruiz

¿Cuándo será que pueda, libre desta prisión volar al cielo, Felipe, y en la rueda, que huye más del suelo, contemplar la verdad pura sin duelo? 5

Allí a mi vida junto, en luz resplandeciente convertido, veré distinto y junto lo que es y lo que ha sido, y su principio propio y ascondido. 10

Entonces veré cómo la soberana mano echó el cimiento tan a nivel y plomo, dó estable y firme asiento posee el pesadísimo elemento. 15

Veré las inmortales columnas do la tierra está fundada; las lindes y señales linde :límite de un reino o de una provincia.con que a la mar hinchada la Providencia tiene aprisionada; 20

por qué tiembla la tierra; por qué las hondas mares se embravecen, dó sale a mover guerra el cierzo, y por qué crecen cierzo: viento septentrionallas aguas del Océano y descrecen; 25

de dó manan las fuentes; quién ceba y quién bastece de los ríos cebar: dar comida a los animales para aumentar su peso.

las perpetuas corrientes; de los helados fríos veré las causas, y de los estíos; 30

las soberanas aguas del aire en la región quién las sostiene; de los rayos las fraguas, fragua: fogón en que se caldean los metales para forjarlos.

dó los tesoros tiene de nieve Dios, y el trueno dónde viene. [...] 35

Oda a Francisco Salinas

El aire se serenay viste de hermosura y luz no usada,Salinas, cuando suenala música extremada extremada: excelente, sublime.por vuestra sabia mano gobernada. 5

A cuyo son divinomi alma que en olvido está sumida,torna a cobrar el tinoy memoria perdidade su origen primera esclarecida. 10

Y como se conoce,en suerte y pensamientos se mejora;el oro desconoce desconoce: ignora, desprecia.

que el vulgo ciego adora,la belleza caduca engañadora. 15

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Traspasa el aire todohasta llegar a la más alta esfera,y oye allí otro modode no perecederamúsica, que es la fuente y la primera. 20 música: se refiere a la armonía universal o música

de las esferas.Ve cómo el gran maestroa aquesta inmensa cítara aplicado,con movimiento diestroproduce el son sagradocon que este eterno templo es sustentado. 25

Y como está compuestade números concordes, luego envíaconsonante respuestay entre ambas a porfíase mezcla una dulcísima armonía. 30

Aquí la alma navegapor un mar de dulzura, y finalmenteen él ansí se anega,que ningún accidenteextraño o peregrino oye o siente. 35

¡Oh desmayo dichoso!,¡oh muerte que das vida!, ¡oh dulce olvido!,¡durase en tu repososin ser restitüidojamás a aqueste bajo y vil sentido! 40

A este bien os llamo,gloria del apolíneo sacro coro, apolíneo sacro coro: el coro de los poetas, secuaces de Apolo.amigos, a quien amosobre todo tesoro;que todo lo visible es triste lloro. 45

¡Oh!, suene de contino,Salinas, vuestro son en mis oídos,por quien al bien divinodespiertan los sentidos,quedando a lo demás adormecidos. 50

COMENTARIO

1. Mide los primeros cinco versos y escribe su esquema métrico. ¿Qué tipo de estrofa es? Comprueba si es representativa de Fray Luis de León.

2. Cuando se oye la música de Salinas, ¿qué es lo primero que sucede, según este poema? ¿Crees que el verbo serenarse o el adjetivo sereno/a reflejan bien el ideal renacentista?

3. ¿Qué parte del poeta reacciona ante la música de Salinas? ¿Aparecía el alma en algún soneto de Garcilaso?

53

4. Hay una estrofa que expresa la mayor intensidad emotiva: el clímax. ¿Cuál es?, ¿Qué modalidad de oración predomina en ella?

5. Resume la última estrofa. ¿Es representativa del pensamiento del autor?

6. ¿Te parece que esta composición es representativa del Renacimiento cristiano? Justifica la respuesta.

TEXTO 13

TERESA DE JESÚS

Villancico Vivo sin vivir en mí,y tan alta vida espero, que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mídespués que muero de amor; 5porque vivo en el Señor,que me quiso para sí;cuando el corazón le dipuse en él este letrero:“Que muero porque no muero.” 10

Esta divina prisióndel amor con que yo vivoha hecho a Dios mi cautivo,y libre mi corazón;y causa en mí tal pasión 15ver a Dios mi prisionero,“Que muero porque no muero.”

¡Ay, qué larga es esta vida!¡Qué duros estos destierros,esta cárcel, estos hierros 20en que el alma está metida!Sólo esperar la salidame causa dolor tan fiero,“Que muero porque no muero.”

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¡Ay, qué vida tan amarga 25do no se goza el Señor!Porque si es dulce el amor,no lo es la esperanza larga.Quíteme Dios esta carga,más pesada que el acero, 30“Que muero porque no muero.” [...] Mira que el amor es fuerte,vida, no me seas molesta; mira que sólo te resta,para ganarte, perderte. 35Venga ya la dulce muerte,el morir venga ligero,“Que muero porque no muero.”

Aquella vida de arribaes la vida verdadera; 40hasta que esta vida muera,no se goza estando viva.te, no me seas esquiva; esquiva: desdeñosa

viva muriendo primero,“Que muero porque no muero.” [...] 45

Alma, buscarte has en mí

Alma, buscarte has en Mí,y a Mí buscarme has en ti.

De tal suerte pudo amor, suerte: maneraalma, en mí te retratar,que ningún sabio pintor 5supiera con tal primor primor: destreza, habilidad

tal imagen estampar.

Fuiste por amor criadahermosa, bella, y asíen mis entrañas pintada, 10si te perdieres, mi amada,Alma, buscarte has en mí.

Que yo sé que te hallarásen mi pecho retratada,y tan al vivo sacada, 15que si te ves te holgarás, holgar: disfrutar

viéndote tan bien pintada.

Y si acaso no supieresdónde me hallarás a Mí,no andes de aquí para allí, 20sino, si hallarme quisieres,a mí buscarme has en ti.

55

Porque tú eres mi aposento, aposento: vivienda, habitación

eres mi casa y morada,y así llamo en cualquier tiempo, 25si hallo en tu pensamientoestar la puerta cerrada.

Fuera de ti no hay buscarme,porque para hallarme a mí,bastará sólo llamarme, 30que a ti iré sin tardarmey a mí buscarme has en ti.

Castillo interior o las moradas

Si alguna cosa dijere que no vaya conforme a lo que tiene la santa Iglesia Católica Romana, será por ignorancia y no por malicia. Esto se puede tener por cierto, y que siempre estoy y estaré sujeta por la bondad de Dios, y lo he estado a ella.[...]

Porque, a cuanto yo puedo entender, la puerta para entrar en este castillo es la oración y consideración, no digo más mental que vocal, que como sea oración ha de ser con consideración; porque la que no advierte con quién habla y lo que pide y quién es quien pidey a quién, no la llamo yo oración, aunque mucho menee los labios;[...]

Son tan oscuras de entender estas cosas interiores, que a quien tan poco sabe como yo, forzado habrá de decir muchas cosas superfluas y aun desatinadas para decir alguna que acierte. Es menester tenga paciencia quien lo leyere, pues yo la tengo para escribir lo que no sé; que, cierto algunas veces tomo el papel como una cosa boba, que ni sé qué decir ni cómo comenzar.

Importa tanto este amor de unas con otras, que nunca querría que se os olvidase; porque de andar mirando en las otras unas naderías, que a las veces no será imperfección, sino, como sabemos poco, quizá lo echaremos a la peor parte, puede el alma perder la paz y aun inquietar la de las otras [...].

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TEXTO 14

JUAN DE LA CRUZ

Cántico espiritual

Canciones entre el alma y el Esposo

Esposa Pregunta a las criaturas

¿Adónde te escondiste, ¡Oh bosques y espesuras,Amado, y me dejaste con gemido? plantadas por la mano del Amado!Como el ciervo huiste, ¡Oh prado de verduras,habiéndome herido; de flores esmaltado!salí tras ti clamando, y eras ido. 5 Decid si por vosotros ha pasado. 20

Pastores, los que fuerdes (1) Respuesta de las criaturasallá por las majadas (2) al otero (3):si por ventura vierdes Mil gracias derramandoaquel que yo más quiero, pasó por estos sotos con presura (4),decidle que adolezco, peno y muero.10 e, yéndolos mirando, con sola su figuraBuscando mis amores, vestidos los dejó de su hermosura (5). 25iré por esos montes y riberas;ni cogeré las flores,ni temeré las fieras,y pasaré los fuertes y fronteras. 15

1. fuerdes: fuéredes, fueseis; el mismo fenómeno en vierdes. 2. majadas: refugios de ganados y pastores. 3. otero: cerro. 4. presura: prisa. 5. hermosura con h aspirada.

Tras de un amoroso lance, lance: acción de echar la red para pescar.y no de esperanza falto,volé tan alto, tan alto,que le di a la caza alcance.

Para que yo alcance diese 5a aqueste lance divino,tanto volar me convinoque de vista me perdiese;y, con todo, en este trance trance: momento crítico y decisivo por el que pasa alguien.

en el vuelo quedé falto; 10mas el amor fue tan alto,que le di a la caza alcance.

Cuanto más alto subíadeslumbróseme la vista,y la más fuerte conquista 15en oscuro se hacía;mas, por ser de amor el lancedi un ciego y oscuro salto,y fui tan alto, tan alto,que le di a la caza alcance. 20

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Cuanto más alto llegabade este lance tan subido,tanto más bajo y rendidoy abatido me hallaba; abatir: derribar, derrocar, echar por tierra.

dije: ¡No habrá quien alcance! 25y abatime tanto, tanto,que fui tan alto, tan alto,que le di a la caza alcance.

Por una extraña maneramil vuelos pasé de un vuelo, 30porque esperanza del cielotanto alcanza cuanto espera;esperé solo este lance,y en esperar no fui falto,pues fui tan alto, tan alto, 35que le di a la caza alcance.

Noche oscura del alma

Canciones del alma que se goza de haber llegado al alto estado de la perfección, que es la unión con Dios, por el camino de la negación espiritual.

En una noche oscura,con ansias, en amores inflamada,¡oh dichosa ventura!,salí sin ser notada,estando ya mi casa sosegada. 5A escuras, y segurapor la secreta escala, disfrazada,¡oh dichosa ventura!,a escuras y en celada, en celada: a escondidas.estando ya mi casa sosegada. 10En la noche dichosa,en secreto, que nadie me veía,ni yo miraba cosa,sin otra luz y guíasino la que en el corazón ardía. 15Aquésta me guiabamás cierto que la luz del mediodía,adonde me esperabaquien yo bien me sabía,en parte donde nadie parecía. 20¡Oh noche, que guiaste!¡Oh noche amable más que el alborada!¡Oh noche que juntasteAmado con amada,amada en el Amado transformada! 25En mi pecho florido,que entero para él solo se guardaba,allí quedó dormido,y yo le regalaba,y el ventalle de cedros aire daba. 30 ventalle:abanico.

El aire de la almena,cuando yo sus cabellos esparcía,con su mano serena

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en mi cuello hería,y todos mis sentidos suspendía. 35Quedeme y olvideme,el rostro recliné sobre el Amado,cesó todo y dejeme,dejando mi cuidadoentre las azucenas olvidado. 40

EJERCICIOS

1. Di en qué estrofa está escrito el poema y si ésta es característica del Renacimiento.

2. Indica el tema del poema.

TEXTO 15

MIGUEL DE CERVANTES

¿Quién menoscaba mis bienes? ¡Desdenes!

¿Y quién aumenta mis duelos?¡Los celos!

¿Y quién prueba mi paciencia? ¡Ausencia!

De ese modo en mi dolencianingún remedio se alcanza,

pues me matan la esperanza,desdenes, celos y ausencia.

¿Quién me causa este dolor? ¡Amor!

¿Y quién mi gloria repugna? ¡Fortuna!

¿Y quién consiente mi duelo? ¡El cielo!

De ese modo yo recelomorir deste mal extraño

pues se aúnan en mi dañoamor, fortuna y el cielo.

¿Quién mejorará mi suerte? ¡La muerte!

Y el bien de amor, ¿quién lo alcanza? ¡Mudanza!

Y sus males, ¿quién los cura? ¡Locura!

Dese modo no es corduraquerer curar la pasión,

cuando los remedios sonmuerte, mudanza y locura.

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“La gitanilla” (Novelas ejemplares)

[...] La abuela dijo que ella no podía ir a Sevilla, ni a sus contornos, a causa que los años pasados había hecho una burla en Sevilla a un gorrero llamado Triguillos, muy conocido en ella, al cual le había hecho meter en una tinaja de agua hasta el cuello, desnudo en carnes, y en la cabeza puesta una corona de ciprés, esperando el filo de la media noche para salir de la tinaja a cavar y sacar un gran tesoro que ella le había hecho creer que estaba en cierta parte de su casa; dijo que, como oyó el buen gorrero tocar a maitines, por no perder coyuntura, se dio tanta priesa a salir de la tinaja, que dio con ella y con él en el suelo, y con el golpe y con los cascos se magulló las carnes, derramose el agua, y él quedó nadando en ella y dando voces que se anegaba; acudieron su mujer y sus vecinos con luces, y halláronle haciendo efectos de nadador, soplando y arrastrando la barriga por el suelo, y meneando brazos y piernas con mucha priesa, y diciendo a grandes voces: “¡Socorro, señores, que me ahogo!”, tal le tenía el miedo, que verdaderamente pensó que se ahogaba. Abrazáronse con él, sacáronle de aquel peligro, volvió en sí, contó la burla de la gitana, y con todo eso, cavó en la parte señalada más de un estado en hondo, a pesar de todos cuantos le decían que era embuste mío; y si no se lo estorbara un vecino suyo, que tocaba ya en los cimientos de su casa, él le diera con entrambas en el suelo, si le dejaran cavar todo cuanto él quisiera. Súpose este cuento por toda la ciudad, y hasta los muchachos le señalaban con el dedo y contaban su credulidad y mi embuste.

Don Quijote de la Mancha

En este fragmento –el conocido inicio del Quijote- Cervantes nos hace el retrato del protagonista.

CAPÍTULO PRIMEROQue trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo don Quijote de la Mancha

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los

5 viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte, y

10 un mozo de campo y plaza que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años. Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de “Quijada”, o “Quesada”, que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso

15 escriben, aunque por conjeturas verisímiles se deja entender que se llamaba “Quijana”. Pero esto importa poco a nuestro cuento: basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad. Es, pues, de saber que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso –que eran los más del año-, se daba a leer libros de caballerías, con tanta

20 afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza y aun la administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura para comprar libros de caballerías en que leer, y, así, llevó a su casa todos cuantos pudo haber dellos; y, de todos, ningunos le parecían tan bien como los que

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25 compuso el famoso Feliciano de Silva, porque la claridad de su prosa y aquellas entricadas razones suyas le parecían de perlas, y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y cartas de desafíos, donde en muchas partes hallaba escrito: “La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra

30 fermosura”. Y también cuando leía “Los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza…” Con estas razones perdía el pobre caballero el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no se lo sacara ni las

35 entendiera el mesmo Aristóteles, si resucitara para solo ello. No estaba muy bien con las heridas que don Belianis daba y recebía, porque se imaginaba que, por grandes maestros que le hubiesen curado, no dejaría de tener el rostro y todo el cuerpo lleno de cicatrices y señales. Pero, con todo, alababa en su autor aquel acabar su libro con la promesa de aquella inacabable

40 aventura, y muchas veces le vino deseo de tomar la pluma y dalle fin al pie de la letra como allí se promete; y sin duda alguna lo hiciera, y aun saliera con ello, si otros mayores y continuos pensamientos no se lo estorbaran. Tuvo muchas veces competencia con el cura de su lugar –que era hombre docto, graduado en Cigüenza- sobre cuál había sido mejor caballero:

45 Palmerín de Inglaterra o Amadís de Gaula; mas maese Nicolás, barbero del mesmo pueblo, decía que ninguno llegaba al Caballero del Febo, y que si alguno se le podía comparar era don Galaor, hermano de Amadís de Gaula, porque tenía muy acomodada condición para todo, que no era caballero melindroso, ni tan llorón como su hermano, y que en lo de la valentía no le

50 iba en zaga. En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros,

55 así de encantamentos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo.

COMENTARIO

Localización

1. Recuerda que en la narrativa del siglo XVI predominan las novelas idealistas, que conviven con algunos relatos realistas. ¿Con qué tipos de relatos se relaciona el Quijote?

2. ¿Cuál es el propósito de la novela según declara Cervantes en el prólogo?

3. En la primera alusión, denomina al protagonista hidalgo. ¿Qué es lo que caracte-riza a los hidalgos? ¿Recuerdas si ha aparecido algún hidalgo en alguna novela an-terior?

4. ¿Qué visión predomina en la novela: el optimismo renacentista o el pesimismo barroco?

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Contenido y expresión

1. ¿Te parece que la Mancha recuerda los escenarios geográficos típicos de la nove-la caballeresca? ¿Por qué crees que Cervantes sitúa la novela en tales parajes?

2. Anota los rasgos que caracterizan al protagonista, según el fragmento anterior.

3. Señala la parte que se refiere a los libros de caballerías. ¿A qué le conduce su de-saforada afición? ¿Con quién la comparte?

4. En el párrafo final ( En resolución…) recoge la conclusión de lo anterior. Señala la frase clave del párrafo.

5. ¿Qué podemos deducir del estilo de los libros de caballerías según el texto?

Valoración y creación

1. Tras la lectura del fragmento, ¿parece verosímil que don Quijote emprenda sus aventuras? Comenta tu respuesta.

El siguiente fragmento pertenece al capítulo 18 de la primera parte. Don Quijote cree ver dos grandes ejércitos a punto de enfrentarse, cuando en realidad son dos rebaños que levantan una gran polvareda. El protagonista, tras describir los famosos guerreros de ambos bandos, decide intervenir en la batalla junto a los nobles caballeros y contra el ejército de los malvados.

Estaba Sancho Panza colgado de sus palabras, sin hablar ninguna, y de cuando en cuando volvía la cabeza a ver si veía los caballeros y gigantes que su amo nombraba; y como no descubría a ninguno, le dijo: -Señor, encomiendo al diablo hombre, ni gigante, ni caballero de cuantos

5 vuestra merced dice parece por todo esto; a lo menos, yo no los veo; quizá todo debe ser encantamiento, como los fantasmas de anoche. -¿Cómo dices eso? -respondió don Quijote-: ¿No oyes el relinchar de los caballos, el tocar de los clarines, el ruido de los atambores? -No oigo otra cosa –respondió Sancho- sino muchos balidos de ovejas y

10 carneros. Y así era la verdad, porque ya llegaban cerca los dos rebaños. -El miedo que tienes –dijo don Quijote- te hace, Sancho, que ni veas ni oyas a derechas; porque uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos y hacer que las cosas no parezcan lo que son; y si es que tanto temes, retírate

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15 a una parte y déjame solo; que solo basto a dar la victoria a la parte a quien yo diere mi ayuda. Y diciendo esto, puso las espuelas a Rocinante y, puesta la lanza en el ristre, bajó de la costezuela como un rayo. Diole voces Sancho, diciéndole: -¡Vuélvase vuestra merced, señor don Quijote, que voto a Dios que son

20 carneros y ovejas las que va a embestir! ¡Vuélvase, desdichado del padre que me engendró! ¿Qué locura es ésta? Mire que no hay gigante ni caballero alguno, ni gatos, ni armas, ni escudos partidos ni enteros, ni veros azules ni endiablados. ¿Qué es lo que hace? ¡Pecador soy yo a Dios! Ni por ésas volvió don Quijote; antes, en altas voces, iba diciendo:

25 -¡Ea, caballeros, los que seguís y militáis debajo de las banderas del valeroso emperador Pentapolín del Arremangado Brazo, seguidme todos; veréis cuán fácilmente le doy venganza de su enemigo Alifanfarón de la Trapobana! Esto diciendo, se entró por medio del escuadrón de las ovejas, y comenzó

30 de alanceallas con tanto coraje y denuedo como si de veras alanceara a sus mortales enemigos. Los pastores y ganaderos que con la manada venían débanle voces que no hiciese aquello; pero, viendo que no aprovechaban, desciñéronse las hondas y comenzaron a saludalle los oídos con piedras como el puño. Don Quijote no se curaba de las piedras; antes, discurriendo a

35 todas partes, decía: -¿Adónde estás, soberbio Alifanfarón? Vente a mí; que un caballero solo soy, que desea de solo a solo, probar tus fuerzas y quitarte la vida, en pena de la que das al valeroso Pentapolín Garamanta. Llegó en esto una peladilla de arroyo, y, dándole en un lado, le sepultó dos

40 costillas en el cuerpo. Viéndose tan maltrecho, creyó, sin duda, que estaba muerto o malferido y, acordándose de su licor, sacó su alcuza y púsosela a la boca, y comenzó a echar licor en el estómago; mas, antes que acabase de envasar lo que a él le parecía que era bastante, llegó otra almendra y diole en la mano, y en el alcuza, tan de lleno que se la hizo pedazos, llevándole de

45 camino tres o cuatro dientes y muelas de la boca, y machucándole malamente dos dedos de la mano. Tal fue el golpe primero, y tal el segundo, que le fue forzoso al pobre caballero dar consigo del caballo abajo. Llegáronse a él los pastores, y creyeron que le habían muerto; y así, con mucha priesa, recogieron su

50 ganado, y cargaron de las reses muertas, que pasaban de siete, y sin averiguar otra cosa, se fueron. Estábase todo este tiempo Sancho sobre la cuesta, mirando las locuras que su amo hacía, y arrancábase las barbas, maldiciendo la hora y el punto en que la fortuna se le había dado a conocer. Viéndole, pues, caído en el suelo,

55 que ya los pastores se habían ido, bajó de la cuesta y llegóe a él, y hallóle de muy mal arte, aunque no había perdido el sentido, y díjole: -¿No le decía yo, señor don Quijote, que se volviese, que los que iba a acometer no eran ejércitos, sino manadas de carneros? -Como eso puede desaparecer y contrahacer aquel ladrón del sabio mi

60 enemigo. Sábete, Sancho, que es muy fácil cosa a los tales hacernos parecer lo que quieren, y este maligno que me persigue, envidioso de la gloria que vio que yo había de alcanzar desta batalla, ha vuelto los escuadrones de enemigos en manadas de ovejas. Si no, haz una cosa, Sancho, por mi vida, porque te desengañes y veas ser verdad lo que te digo: sube en tu asno y

65 síguelos bonitamente, y verás cómo, en alejándose de aquí algún poco, se vuelven en su ser primero, y, dejando de ser carneros, son hombres hechos y derechos, como yo te los pinté primero… Pero no vayas agora, que he menester tu favor y ayuda; llégate a mí y mira cuántas muelas y dientes me faltan, que me parece que no me ha quedado ninguno en la boca.

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PREGUNTAS

1. El fragmento anterior recoge el esquema básico de casi todos los episodios que se dan en la segunda salida (dentro de la primera parte de la obra). Es, en defi-nitiva, el choque entre la visión caballeresca de don Quijote y la realidad, que si-gue siempre un mismo planteamiento: 1) Don Quijote transforma la realidad: la convierte en una típica situación caballeresca. 2) Sancho intenta disuadirle de su error, pero no le convence. 3) El protagonista resulta malparado de su aven-tura. 4) Cuando Sancho le repite que ha deformado la realidad, don Quijote res-ponde que ha sido el escudero quien no ha visto la realidad por obra de encan-tamiento.

• Señala en el texto las partes enunciadas anteriormente.

Este texto es un fragmento del capítulo X de la segunda parte del Quijote. En él se narran las argucias empleadas por Sancho para engañar a su señor.

Don Quijote y Sancho han llegado por la noche a El Toboso con la intención de presentarse ante Dulcinea. Sin embargo, les es imposible encontrar el palacio donde, según don Quijote, habría de vivir su enamorada, lo cual achacan a la oscuridad. Amo y criado acuerdan entonces aplazar hasta el día siguiente la búsqueda de la mansión y de la dama.

Pasada la noche, don Quijote pide a Sancho que vaya a El Toboso y no regrese hasta que se haya entrevistado con Dulcinea. Sancho se aleja de su amo pensando cómo puede salir del embrollo. Al fin, convencido de la locura de su señor, decide que hará pasar por Dulcinea a la primera labradora que vea y, en el caso de que su amo desconfíe, jurará que todo es como él afirma y le echará la culpa a algún encantador. Al final, todo sucede como Sancho ha previsto.

Ya en esto salieron de la selva, y descubrieron cerca a las tres aldeanas. Tendió don Quijote los ojos por todo el camino del Toboso, y como no vio sino a las tres labradoras, turbose todo, y preguntó a Sancho si las había dejado fuera de la ciudad.

–¿Cómo fuera de la ciudad? –respondió–. ¿Por ventura tiene vuesa merced los ojos en el colodrillo, que no vee que son éstas, las que aquí vienen, resplandecientes como el mismo sol a mediodía?

–Yo no veo, Sancho –dijo don Quijote–, sino a tres labradoras sobre tres borricos.

–¡Agora me libre Dios del diablo! –respondió Sancho–. Y ¿es posible que tres hacaneas (1)como se llaman, blancas como el ampo (2) de la nieve, le parezcan a vuesa merced borricos? ¡Vive el Señor, que me pele estas barbas si tal fuese verdad!

–Pues yo te digo, Sancho amigo –dijo don Quijote–, que es tan verdad que son borricos, o borricas, como yo soy don Quijote y tú Sancho Panza; a lo menos, a mí tales me parecen.

–Calle, señor –dijo Sancho–, no diga la tal palabra, sino despabile esos ojos, y venga a hacer reverencia a la señora de sus pensamientos, que ya llega cerca.

Y, diciendo esto, se adelantó a recebir a las tres aldeanas; y, apeándose del rucio, tuvo del cabestro al jumento de una de las tres labradoras, y, hincando ambas rodillas en el suelo, dijo:

–Reina y princesa y duquesa de la hermosura, vuestra altivez y grandeza sea servida de recebir en su gracia y buen talante al cautivo vuestro, que allí está hecho piedra mármol, todo turbado y sin pulsos de verse ante vuestra magnífica presencia. Yo soy Sancho Panza, su escudero, y él es el asendereado caballero don Quijote de la Mancha, llamado por otro nombre el Caballero de la Triste Figura.

A esta sazón, ya se había puesto don Quijote de hinojos junto a Sancho, y miraba con ojos desencajados y vista turbada a la que Sancho llamaba reina y señora, y, como no descubría en ella sino una moza aldeana, y no de muy buen rostro, porque era carirredonda y chata, estaba suspenso y admirado, sin osar desplegar los labios. Las labradoras estaban asimismo atónitas, viendo aquellos dos

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hombres tan diferentes hincados de rodillas, que no dejaban pasar adelante a su compañera; pero, rompiendo el silencio la detenida, toda desgraciada y mohína, dijo:

–Apártense nora en tal del camino, y déjenmos pasar, que vamos de priesa. A lo que respondió Sancho: –¡Oh princesa y señora universal del Toboso! ¿Cómo vuestro magnánimo

corazón no se enternece viendo arrodillado ante vuestra sublimada presencia a la coluna (3) y sustento de la andante caballería?

Oyendo lo cual, otra de las dos dijo: –Mas, ¡jo, que te estrego, burra de mi suegro! ¡Mirad con qué se vienen los

señoritos ahora a hacer burla de las aldeanas, como si aquí no supiésemos echar pullas como ellos! Vayan su camino, e déjenmos hacer el nueso, y serles ha sano.

–Levántate, Sancho –dijo a este punto don Quijote–, que ya veo que la Fortuna, de mi mal no harta, tiene tomados los caminos todos por donde pueda venir algún contento a esta ánima mezquina que tengo en las carnes. Y tú, ¡oh estremo del valor que puede desearse, término de la humana gentileza, único remedio deste afligido corazón que te adora!, ya que el maligno encantador me persigue, y ha puesto nubes y cataratas en mis ojos, y para sólo ellos y no para otros ha mudado y transformado tu sin igual hermosura y rostro en el de una labradora pobre, si ya también el mío no le ha cambiado en el de algún vestiglo (4), para hacerle aborrecible a tus ojos, no dejes de mirarme blanda y amorosamente, echando de ver en esta sumisión y arrodillamiento que a tu contrahecha hermosura hago, la humildad con que mi alma te adora.

–¡Tomá que mi agüelo! –respondió la aldeana–. ¡Amiguita soy yo de oír resquebrajos! Apártense y déjenmos ir, y agradecérselo hemos.

Apartose Sancho y dejola ir, contentísimo de haber salido bien de su enredo. Apenas se vio libre la aldeana que había hecho la figura de Dulcinea,

cuando, picando a su cananea con un aguijón que en un palo traía, dio a correr por el prado adelante. Y, como la borrica sentía la punta del aguijón, que le fatigaba más de lo ordinario, comenzó a dar corcovos, de manera que dio con la señora Dulcinea en tierra; lo cual visto por don Quijote, acudió a levantarla, y Sancho a componer y cinchar el albarda, que también vino a la barriga de la pollina. Acomodada, pues, la albarda, y quiriendo don Quijote levantar a su encantada señora en los brazos sobre la jumenta, la señora, levantándose del suelo, le quitó de aquel trabajo, porque, haciéndose algún tanto atrás, tomó una corridica, y, puestas ambas manos sobre las ancas de la pollina, dio con su cuerpo, más ligero que un halcón, sobre la albarda, y quedó a horcajadas, como si fuera hombre.

1. hacaneas: jacas 2. ampo: blancura resplandeciente 3. coluna: columna 4. vestiglo: monstruo fantástico horrible

El fragmento siguiente pertenece al último capítulo de la novela. Los personajes han evolucionado, don Quijote ha recobrado la cordura y Sancho se ha quijotizado.

Hizo salir la gente el cura, y quedose solo con él, y confesóle. El bachiller fue por el escribano, y de allí a poco volvió con él y con Sancho Panza; el cual Sancho –que ya sabía por nuevas del bachiller en qué estado estaba su señor-, hallando a la ama y a la sobrina llorosas, comenzó a hacer

5 pucheros y a derramar lágrimas. Acabóse la confesión, y salió el cura, diciendo: -Verdaderamente se muere, y verdaderamente está cuerdo Alonso Quijano el Bueno; bien podemos entrar para que haga su testamento. Estas nuevas dieron un terrible empujón a los ojos preñados de ama,

10 sobrina, y de Sancho Panza su buen escudero; de tal manera, que los hizo reventar las lágrimas de los ojos y mil profundos suspiros del pecho; porque verdaderamente, como alguna vez se ha dicho, en tanto que don Quijote fue Alonso Quijano el Bueno, a secas, y en tanto que fue don Quijote de la Mancha, fue siempre de apacible condición y de agradable trato, y por esto

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15 no sólo era bien querido de los de su casa, sino de todos cuantos le conocían. Entró el escribano con los demás, y después de haber hecho la cabeza del testamento y ordenado su alma don Quijote, con todas aquellas circunstancias cristianas que se requieren, llegando a las mandas, dijo:

20 -Ítem, es mi voluntad que de ciertos dineros que Sancho Panza, a quien en mi locura hice mi escudero, tiene, que porque ha habido entre él y mí ciertas cuentas, y dares y tomares, quiero que no se le haga cargo dellos, ni se le pida cuenta alguna, sino que si sobrare alguno después de haberse pagado de lo que le debo, el restante sea suyo, que será bien poco, y buen provecho

25 le haga; y si como estando yo loco fui parte para darle el gobierno de la ínsula, pudiera agora, estando cuerdo, darle el de un reino, se le diera, porque la sencillez de su condición y fidelidad de su trato lo merece. Y volviéndose a Sancho, le dijo: -Perdóname, amigo, de la ocasión que te he dado de parecer loco como yo,

30 haciéndote caer en el error en que yo he caído, de que hubo y hay caballeros andantes en el mundo. -¡Ay! –respondió Sancho, llorando-: No se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin

35 que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía. Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa, diciendo que por

40 haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron; cuanto más que vuestra merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros, y el que es vencido hoy ser vencedor mañana. -Así es –dijo Sansón-, y el buen Sancho Panza está muy en la verdad destos casos.

45 -Señores –dijo don Quijote-, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño. Yo fui loco, y ya soy cuerdo: fui don Quijote de la Mancha, y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno. Pueda con vuestras mercedes mi arrepentimiento y mi verdad volverme a la estimación que de mí se tenía, y prosiga adelante el señor escribano.

CONTESTA

1. Resume qué dice don Quijote sobre Sancho Panza.

2. Después de analizar la reacción de Sancho, di si refleja una quijotización.

3. ¿Qué motivo tiene Cervantes para acabar su novela con la muerte del protagonista?

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4. EL BARROCO (S.XVII)

Época convulsa en Europa (guerras, crisis demográfica y económica) y de decadencia política y social en la Península Ibérica, el siglo XVII representa el momento de máximo esplendor global de la literatura en lengua castellana.

Pesimista y artificioso fue el Barroco, corriente que triunfó en las letras españolas, mientras en Francia, por ejemplo, se imponía el Clasicismo. Pesimista porque, a pesar de mantener los temas ya presentes en la literatura renacentista (amor, naturaleza, mitología grecorromana, moral y religión cristianas), a todos ellos les añade un marcado tono de desengaño: la vida es breve, el mundo es un teatro, “el mayor delito del hombre es haber nacido”... Artificioso porque, al contrario del Renacimiento, el Barroco renuncia a la elegancia natural y apuesta por lo sorprendente, lo innovador, lo desequilibrado, la impresión que produce lo exagerado, lo inhabitual...

De hecho, cuando definimos las dos corrientes barrocas, Conceptismo y Culteranismo, nos referimos a este último fenómeno: la expresión complicada basada en el desequilibrio entre fondo y forma, de idéntica dificultad interpretativa en los dos casos. Mientras el Conceptismo fija su atención en el juego de ideas, en la sutileza de los significados, sin que la belleza de la expresión o las referencias a los sentidos tengan importancia alguna, el Culteranismo opta por una forma impresionante, abundante en elementos sensoriales, brillante en su exterior, aunque el significado, el fondo, no sea más que una excusa sin trascendencia.

Tan hijas son de una misma inquietud estética, que el máximo representante del Culteranismo, Luis de Góngora (1561-1627), redacta textos perfectamente conceptistas, así como Francisco de Quevedo (1580-1643), autor conceptista por antonomasia, utiliza en más de una ocasión técnicas culteranistas. Calderón de la Barca (1600-1681) va más allá y aúna los dos estilos en sus obras de teatro.

Y ya que citamos el teatro, nos quedaba por nombrar al gran renovador de este género, Lope de Vega (1562-1635), que cultivó todas las posibilidades literarias de su época y, además, con un estilo personal, natural y sencillo, más cercano al Renacimiento que al Barroco.

4.1. SOCIEDAD Y CULTURA

La sociedad del siglo XVII atravesó una profunda crisis, que se manifiesta en las guerras religiosas y políticas que enfrentaron a gran parte de los países europeos, las tensiones sociales, la crisis demográfica y la recesión económica, El siglo XVII español está marcado por el aislamiento respecto a la cultura europea y por la decadencia política y social. Al mismo tiempo, se produce un esplendor artístico y literario.

4.2. TEMAS

En el Barroco continúan los temas renacentistas (amor, naturaleza y mitología), aunque se les da un tratamiento muy diferente: burlesco o grave, culto o popular, frívolo o existencial. Además, abundan los temas morales y religiosos, sobre todo los referidos al desengaño: la brevedad de la vida, la vanidad de las cosas mundanas, la idea de que el mundo es un teatro, etc., que revitalizan algunos tópicos, como el Ubi sunt y el Carpe diem.

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4.3. LA LÍRICA

4.3.1. TEMAS Y FORMAS DE LA LÍRICA BARROCA

La poesía lírica alcanza gran calidad y variedad en el siglo XVII. Como todo el arte barroco, la poesía presenta fuertes contrastes en temas (graves o intranscendentes), en tonos (reflexivo o burlesco) y en formas (culta y popular). En cuanto a la métrica, alcanzan gran perfección el soneto y el romance, que se emplean ahora para cualquier tema.

4.3.2. CONCEPTISMO Y CULTERANISMO

Dos expresiones contrarias y complementarias dentro de la literatura barroca son el conceptismo y el culteranismo. Ambos pretenden una expresión complicada, original, sorprendente, que rompa con la elegancia natural renacentista.

El conceptismo refleja la estética barroca centrada en el ingenio, en el juego de ideas o conceptos, a través de paradojas, antítesis, polisemias… Tiende a la concisión expresiva, a la brevedad, al lenguaje elíptico, y suele emplear metáforas. Quevedo, por ejemplo, expresa así el paso del tiempo:“Ayer se fue; mañana no ha llegado;hoy se está yendo sin parar un punto;soy un fue, y un será, y un es cansado.”

El culteranismo aspira a crear un lenguaje poético diferente de la lengua común. Además, persigue la brillantez formal, y presenta una realidad embellecida mediante abundantes metáforas e imágenes hiperbólicas de difícil interpretación. Incorpora un léxico cultista, imita la sintaxis latina (la frase larga y el hipérbaton), y se hacen numerosas alusiones mitológicas. Góngora, que defendía una poesía minoritaria, es quien mejor representa esta tendencia, como refleja la siguiente descripción de un pavo real:“Tú, arrogante esplendor, ya que no bello,del último occidente,rugoso penda el nácar de tu frentesobre el crespo zafiro de tu cuelloque Himeneo a sus mesas te destina.”

En el siglo XVII, junto a estos dos estilos, se da otro modelo de poesía más sencilla, representada por Lope de Vega, como muestra este fragmento de Lope: “A mis soledades voy,de mis soledades vengo,porque para andar conmigome bastan mis pensamientos.”

4.3.3. Luis de Góngora (1561-1627)

Inventor de un lenguaje poético brillante, culto y elitista, su poesía no pretende representar la realidad, sino transformarla, mediante las metáforas, en un mundo nuevo de belleza. En general, la poesía de Góngora es esteticista porque es muy sensorial, pero pocas veces conmueve, ya que no expresa sus sentimientos.

Góngora compuso dos tipos de poesía: una más cercana a la tradición popular, recogida en los Romances y letrillas, y otra culta –la poesía culteranista-, representada en sus canciones, sonetos y en grandes poemas como la Fábula de Polifemo y Galatea y las Soledades.

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Los Romances y letrillas se transmitían cantados. Tratan sobre todos los temas: pastoriles, líricos, moriscos, mitológicos… En los romances y letrillas satíricos suele predominar el conceptismo, conciso e ingenioso.

La poesía culta. Góngora escribe una poesía muy culta en sus sonetos, pero esta tendencia se intensifica en los últimos años de su vida. Entonces escribe sus grandes poemas cultos –el Polifemo y las Soledades-. En este momento empieza a hablarse del nuevo estilo de Góngora, el culteranismo.

La Fábula de Polifemo y Galatea es un extenso poema en octavas reales, sobre un tema mitológico. Explica la furia del monstruoso cíclope Polifemo, enamorado de la bella ninfa Galatea, cuando descubre los amores de la ninfa con el joven Acis. Polifemo arroja una enorme roca que aplasta al joven, y su sangre derramada se convierte en una fuente que origina un río. El autor parte de un tema clásico, pero la novedad del poema reside en el tratamiento del lenguaje: la creación de una lengua poética muy alejada de la común, que exige del lector un esfuerzo interpretativo y unos conocimientos mitológicos previos.

Las Soledades. Se trata de un extenso poema inconcluso, del cual el poeta sólo acabó la primera parte. La Soledad primera trata de la historia de un joven náufrago que llega a una playa; allí le acogen unos cabreros, con quienes comparte su forma de vida y con los que asiste a unas bodas campesinas. En realidad, lo que menos interesa es el argumento, ya que se convierte en una excusa para elevar un canto a la naturaleza, a la vida sencilla, que alcanzan una nueva belleza a través de las metáforas gongorinas. Sorprende el contraste entre el tema (lo natural, lo sencillo y humilde) y la brillantez y riqueza del lenguaje.

La poesía de Góngora tiene su huella en el teatro de Calderón. En el siglo XX, los jóvenes de la generación del 27 reivindicaron la entonces olvidada poesía gongorina, puesto que admiraban la capacidad del poeta para crear con metáforas e imágenes nuevas y lenguaje específcamente literario.

4.3.4. Francisco de Quevedo (1580-1645)

Quevedo escribió abundante poesía y prosa, en casi todas sus formas y géneros. Como Góngora, combina lo culto y lo popular, el tono grave y el burlesco. Sus composiciones circularon en manuscritos, y los romances y letrillas, como canciones. Los temas de la poesía de Quevedo reflejan el contraste típico barroco. Trata sobre los motivos característicos del momento (el amor, la muerte, la decadencia hispánica, el desengaño, la fugacidad de la vida), junto a temas triviales, anecdóticos, en los que pone a prueba su ingenio (Érase un hombre a una nariz pegado…).

La poesía de Quevedo puede clasificarse en dos grandes bloques:

• La poesía grave, reflexiva, en la que el poeta expresa sus sentimientos e ideas con un tono desgarrado. Este apartado incluye los poemas metafísicos, morales, religiosos y amorosos. Los primeros son composiciones de tono as-cético, reflexiones sobre el sentido de la vida, la muerte, el paso del tiempo… Quevedo es quizás el poeta barroco que más obsesivamente trata el tema de la fugacidad de la vida y la certeza de la muerte. Los poemas mo-rales plantean temas como el poder o la fortuna, desde una perspectiva es-toica, y en ellos predomina el tono pesimista y desengañado. En las compo-siciones amorosas el autor logra una hondura extraordinaria, ya que combi-na los tópicos petrarquistas con un apasionamiento y una violencia afectiva muy personales.

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• La poesía como juego de ingenio se da en los poemas satíricos, en los que predomina el gusto por la experimentación lingüística. En general, esta poesía muestra una visión crítica de la sociedad desde una perspectiva bur-lesca, hiperbólica y disparatada, muy típica de Quevedo.

En conjunto, la poesía de Quevedo tiende al conceptismo, ya que pretende sorprender mediante la asociación nueva de conceptos. Así, entre los rasgos típicos de la poesía del autor, podemos señalar los siguientes:

• Las metáforas originalísimas, embellecedoras o deformadoras; personifi-cando objetos y cosificadoras de seres humanos: La Fortuna mis tiempos ha mordido…

• La creación de nuevas palabras, a veces derivadas o compuestas: archina-riz…

• El uso especial de las categorías gramaticales: soy un fue, y un será, y un es cansado (los verbos fue, será y es se emplean con valor sustantivo, con significado de pasado, futuro y presente).

• Los abundantes juegos de palabras conceptistas, muchas veces basados en la hipérbole o exageración, en antítesis, paradojas y polisemias.

4.4. LA PROSA A pesar de la renovación que Cervantes había realizado en la narrativa, su obra prácticamente no crea escuela en el siglo XVII; su influencia casi se reduce al terreno de la novela corta. En el Barroco desaparece la novela de caballerías y, en cambio, se cultiva en abundancia la prosa didáctica y la picaresca, tal vez porque es un género adecuado para transmitir la visión crítica, pesimista y desengañada de la época. En este género destacan Mateo Alemán con el Guzmán de Alfarache (novela que presenta las andanzas de un pícaro, malo por naturaleza, pero con la capacidad de arrepentirse y salvarse) y Quevedo con El Buscón.

4.4.1. El Buscón (1604)

Esta novela presenta los rasgos característicos del género picaresco: relato autobiográfico sobre las desventuras de un protagonista humilde al servicio de muchos amos; los diferentes episodios explican la situación final del protagonista, su estado deshonroso… La novela narra la vida del joven Pablos, hijo de una bruja y un ladrón. Su origen familiar le hace víctima de las burlas de sus compañeros mientras sirve a un joven estudiante, don Diego, en la escuela del “Domine Cabra”, donde sufren un hambre atroz. Cuando pasan a la universidad de Alcalá, Pablos vuelve a ser objeto de las crueles novatadas estudiantiles. Tras recibir una herencia, decide cambiar de nombre e intentar pasar por caballero en la corte, pero no consigue su objetivo por lo infame de sus orígenes y sus acciones. El Buscón ha sido considerada una de las grandes obras de la picaresca, por la profundidad con que refleja la decadencia moral de la época y por el ejercicio de estilo que supone. El estilo es una muestra del conceptismo barroco: condensación expresiva, juegos de palabras, chistes verbales.

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4.5. EL TEATRO

A lo largo del siglo XVII, el teatro religioso, cortesano y popular, que se representaba en los corrales, alcanzó un gran éxito. Los corrales eran patios descubiertos y rodeados de casas. En un extremo del patio solía situarse el escenario, sin decorados. En el mismo patio se concentraba la mayoría del público popular. Ante el escenario había algunos bancos a los que se accedía pagando un suplemento, y detrás se situaban, de pie, los hombres del pueblo. Los nobles y las autoridades se situaban en los balcones y ventanas que daban al patio. Las representaciones se hacían aprovechando la luz diurna. Todas las obras que se representaban en los corrales eran conocidas con el nombre de comedias, fueran comedias en sentido estricto, o dramas que mezclaran elementos trágicos y cómicos.

4.5.1. Lope de Vega (1562-1635)

Personaje de origen humilde, de formación autodidacta y peripecia vital compleja y contradictoria, su obra, extensísima y bien enraizada en los gustos del público, le llevó a una popularidad inédita hasta entonces en un escritor.

4.5.1.1. La comedia nueva

Lope de Vega creó un teatro que conectó con el público de su tiempo y marcó los caminos del teatro posterior. El autor expuso su forma de hacer teatro en el Arte nuevo de hacer comedias. Lope era consciente de que su teatro tenía como objetivo gustar al público y, para conseguirlo, debía abandonar los rígidos preceptos clásicos. La renovación teatral que propuso el autor se basa en:

• Rechazo de las tres unidades de lugar, tiempo y acción. La obra dramáti-ca, según los clásicos, tenía que desarrollarse en un único espacio, en un tiempo máximo de un día, y debía exponer un único conflicto o tema.

• La obra se presenta en tres actos, en lugar de los cinco de la literatura clá-sica.

• Mezcla lo trágico y lo cómico. En el teatro de Lope se mezclan tonos y ambientes diferentes.

• Uso de diferentes tipos de versos, polimetría. El tipo de verso se adapta a la situación.

Además, en la comedia de Lope encontramos:

• El decoro, es decir, la adecuación entre el tipo de personaje y su forma de hablar.

• La figura del gracioso o del donaire aparece habitualmente en el teatro de Lope.

• Intercala elementos líricos, canciones y bailes que animan y dan colorido al espectáculo.

4.5.1.2. Temas del teatro de Lope

La temática de la comedia de Lope es muy variada, aunque los que más conmueven al público son los conflictos de honra y honor. La obra del autor se ha clasificado, por la temática, en los siguientes grupos:

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• El tema religioso aparece en autos sacramentales y comedias.

• Las comedias de historia y leyendas españolas. Están basadas en asuntos que toma de las leyendas, romances o canciones. Aquí se incluyen también los dramas del poder injusto, o sea, aquellos que plantean con-flictos entre el pueblo y la nobleza. En los casos en que el pueblo se enfrenta o se venga de un noble tirano, el rey acaba dando la razón al villano o a la colectividad que se ha sentido ofendida en su honor como ocurre en Peribá-ñez y el comendador de Ocaña, y en Fuenteovejuna. En ambas obras, la fi-gura del rey queda fortalecida y es aclamado por el pueblo, porque repre-senta la justicia frente al abuso feudal de algunos nobles.

• Las comedias contemporáneas de amor y enredo. Son obras llenas de equívocos e intrigas como El perro del hortelano.

4.5.1.3. Los personajes del teatro de Lope En general, en el teatro de Lope los personajes no están muy matizados psicológicamente ni representan grandes pasiones o ideas, como ocurre en el teatro de Calderón. Sin embargo, en su obra se repiten una serie de personajes tipo que se definen por su forma de actuar, no por su forma de ser, y se convierten en modales sociales. Los más habituales son:

• El rey, que representa el poder, y es quien en los conflictos sociales resta-blece el orden y representa la justicia.

• El noble poderoso, orgulloso de su linaje, que suele funcionar como anta-gonista, ya que abusa de su poder y provoca el conflicto.

• El caballero o hidalgo, que mantiene el orden familiar. Aparece como pa-dre, hermano o esposo que vela por el honor y la honra de la familia. En cier-tas obras de ambiente rural, este papel lo cumple el villano, el hombre del pueblo que representa la honradez y el sentido moral.

• El galán y la dama, la pareja de jóvenes enamorados, son siempre de un mismo grupo social. En general, el galán es un hidalgo o noble que se carac-teriza por su generosidad, valentía y atractivo. La dama es bella y, sobre todo, lista: con su astucia logra vencer los obstáculos que se interponen en-tre ella y su galán.

• El gracioso y la criada. El gracioso acompaña al galán como criado, amigo o confidente, y es su contrapunto: cobarde y materialista. La criada de la dama suele ser también su confidente y hace de puente entre dama y galán, llevando cartas y dando información.

4.5.2. Calderón de la Barca (1600-1681)

Hidalgo con estudios eclesiásticos, se convirtió en el dramaturgo oficial de la corte.

4.5.2.1. El teatro de Calderón En general, el teatro de Calderón refleja una visión del mundo muy propia del Barroco: pesimista y conservadora. La vida es pura vanidad, un sueño del que despertaremos al morir; el mundo es el teatro en el que actuamos según el papel que nos ha adjudicado el Autor-Dios. Por otra parte, Calderón nunca criticó la sociedad de su tiempo ni los valores sociales o morales imperantes. Calderón parte de la fórmula de Lope de Vega, pero elimina las escenas innecesarias, subordina todos los personajes a uno principal, en el que ahonda magistralmente, y reduce los motivos o temas de las obras. El teatro del autor evoluciona, así, hacia un proceso de esquematización.

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• El lenguaje de Calderón es típico del Barroco: conceptista y culterano; abundan las metáforas difíciles, las antítesis, paradojas…

• Los personajes del teatro de Calderón están muy elaborados y los protago-nistas a veces cobran una dimensión simbólica. Así ocurre con Segismundo en La vida es Sueño, que representa la duda barroca sobre la realidad.

4.5.2.2. Las obras de Calderón según sus temas:

• Dramas religiosos.

• Comedias contemporáneas de enredo, o de capa y espada: La dama duende. Destaca la habilidad en la creación de la trama: equívocos, persona-jes tipo…

• Dramas mitológicos.

• Dramas de honor y celos. El conflicto entre el deber, impuesto por el ho-nor, y el individuo que debe ejecutarlo se plantea trágicamente.

• Dramas filosóficos, como La vida es sueño, donde el autor manifiesta su angustia metafísica sobre un tema barroco: la vida es como un sueño, una ficción que puede desvanecerse en cualquier momento. La obra plantea el conflicto entre la libertad y el destino, pero también aparecen otros motivos: el honor, el contraste entre realidad y apariencia, el poder y la monarquía.

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EJERCICIOS

1. Aquí te ofrecemos un poem a ya leído, un soneto de Garcilaso de la Vega, que queremos que compares con uno de Góngora. Dinos:a. ¿Qué tienen en común, por lo que se refiere al tópico literario que ilustran?

b. ¿En qué difieren, respecto al contenido?

c.¿Dirías que esta diferencia nos informaría, sin saber el nombre de los autores, de cuál es barroco y cuál renacentista? Comenta tu respuesta.

SONETO A

Mientras por competir con tu cabello,oro bruñido, el sol relumbra en vano;mientras con menosprecio en medio el llanomira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello, 5siguen más ojos que al clavel temprano;y mientras triunfa con desdén lozanodel luciente cristal tu gentil cuello;

goza cuello, cabello, labio y frente,antes que lo que fue en tu edad dorada 10oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o vïola troncadase vuelva, mas tú y ello juntamenteen tierra, en humo, en polvo, en sombra en nada.

SONETO B

En tanto que de rosa y d’azucena azucena: flor de pétalos blancosse muestra la color en vuestro gesto, gesto: semblante, cara, rostro

y que vuestro mirar ardiente, honesto,con clara luz la tempestad serena;

y en tanto que’l cabello, que’n la vena 5 vena: filón metálico

del oro s’escogió, con vuelo presto presto: rápido, ligeropor el hermoso cuello blanco, enhiesto, enhiesto: levantado, derecho

el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primaverael dulce fruto antes que’l tiempo airado 10cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,todo lo mudará la edad ligera mudar: cambiar;

por no hacer mudanza en su costumbre. edad ligera: el tiempo que pasa rápido

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2. El lenguaje poético de Góngora, ejemplo más representativo del Culteranismo barroco, busca distanciarse de la lengua habitual de sus lectores utilizando recursos como los cultismos, las metáforas o los hipérbatos. Señala en la primera de las dos estrofas que te ofrecemos aquí un ejemplo para cada uno de los siguientes recursos: cultismo, metáfora e hipérbaton.

FÁBULA DE POLIFEMO Y GALATEA (Fragmento)

Un monte era de miembros eminente este que —de Neptuno hijo fiero— de un ojo ilustra el orbe de su frente, émulo casi del mayor lucero; cíclope a quien el pino más valiente bastón le obedecía tan ligero, y al grave peso junco tan delgado, que un día era bastón y otro cayado.

[VERSIÓN DE DÁMASO ALONSO: Era como un eminente monte de miembros humanos este cíclope, feroz hijo del dios Neptuno. En la frente de Polifemo, amplia como un orbe, brillaba un solo ojo, que podría casi competir aun con el sol, nuestro máximo lucero. El más alto y fuerte pino de la montaña lo manejaba como un ligero bastón; y, si se apoyaba sobre él, cedía al enorme peso, cimbreándose como delgado junco, de tal modo, que, si un día era bastón, al otro ya estaba encorvado como un cayado.]

Negro el cabello, imitador undoso de las oscuras aguas del Leteo, al viento que lo peina proceloso vuela sin orden, pende sin aseo; un torrente es su barba, impetuoso que —adusto hijo de este Pirineo— su pecho inunda— o tarde, o mal, o en vano surcada aun de los dedos de su mano.

3. Para la primera estrofa que ilustra el ejercicio anterior, te hemos ofrecido una interpretación redactada por Dámaso Alonso. Ahora, crea la tuya para la segunda estrofa (el diccionario te será, seguro, de gran utilidad).

4. Góngora crea obras extraordinariamente artificiosas, al tiempo que nos ofrece joyas de poesía neopopular, como ____________________________ (citar un ejemplo) o romances del más auténtico estilo tradicional. Las dos obras cultas de Góngora son dos extensísimos poemas narrativos, titulados, respectivamente, Soledades y _____________________________________________________________________.

5. El uso magistral de la metáfora y la capacidad, comentada en el ejercicio anterior, de cultivar tanto poesía cultísima como de estilo popular son, entre otras, características que un grupo de poetas castellanos del siglo XX comparten, de manera absolutamente consciente, con Góngora. ¿Con qué nombre se conoce este grupo de escritores? _________________________________________. ¿Por qué se les dio este apelativo?

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6. La obra de Quevedo, como la de _______________________________, autor de El Criticón, se caracteriza por la sutileza y la profundidad del concepto. Para ello cuentan con recursos como los juegos de palabras, los dobles sentidos, antítesis y paradojas, paralelismos, cultismos y vulgarismos; incluso audacias gramaticales como “archinariz”, “soy un fue y un será y un es cansado”. Localiza y comenta dos de estos recursos presentes en los textos que te ofrecemos de Quevedo.

7. La obra poética de Quevedo se suele clasificar en tres bloques: −filosófico-moral−amorosa−satírico-burlesca

Aporta un ejemplo para cada uno de ellos.

8. ¿Dentro de qué género novelístico incluirías El Buscón de Quevedo? Justifica tu respuesta.

9. Lope de Vega imita el estilo y los temas de la lírica popular; se incluye su obra, pues, dentro del llamado Romancero ________________. Recupera lo que estudiamos de la lírica tradicional y comenta dos características (una temática y una formal) que compartan la obra de Lope y los poemas anónimos:- característica temática:

- característica formal:

10. El teatro, representado en los “corrales” pasó a ser la actividad más popular de la época. Define un “corral”.

11. ¿Cómo se llamaban las obras de teatro largas representadas en los “corrales”?a. Entremeses b. Obras de corralc. Tragicomedias. d. (Ninguna de las respuestas anteriores es correcta)

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12. El éxito de las obras de Lope (y de las de sus seguidores, como Calderón o ______________________________, autor de El burlador de Sevilla) se basaba en la ruptura con las normas clásicas, reflejada en características como:−rechazo de las “unidades” de _____________________, ____________________ y ______________________.−mezcla de tonos y ambientes diferentes, de elementos trágicos y ______________.−polimetría, es decir, _______________________________−obra distribuida en _______ actos.

13. Las obras del teatro barroco presentan unos personajes tipo: el galán, la dama, el rey... , entre los cuales el más interesante tal vez sea el _________________, que aporta comicidad, al tiempo que se puede permitir decir aquello que los demás personajes deben callar por las convenciones sociales, religiosas...

14. El tema preferido de las obras teatrales barrocas es el honor. Cita una obra de Lope de Vega y una de Calderón de la Barca en que la honra sea cuestión central.De Lope: _______________________________________________De Calderón: ___________________________________________

15. Y ahora, por favor, otro par cuya temática principal NO sea el honor. De Lope, _________________________________; de Calderón, ______________________________.

16. Ya hemos dicho que Calderón sigue las pautas del teatro de Lope. Sin embargo, se diferencia del “maestro” en diversos aspectos. Comenta dos de ellos.

17. Calderón de la Barca será uno de los grandes creadores de “autos sacramentales”. El gran teatro del mundo es un ejemplo de dicho género. Pero, ¿qué es un “auto sacramental”?

18. El mismo título de La vida es sueño (“y los sueños sueños son” no es original de Calderón) nos recuerda la mentalidad barroca. Comenta en qué sentido lo hace.

19. Localiza (y define) en los textos teatrales de Lope o de Calderón que tienes en el libro de texto o en estas hojas un recurso expresivo típico del Culteranismo y otro del Conceptismo.

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TEXTO 16

LUIS DE GÓNGORA

Letrilla satírica

Ándeme yo calientey ríase la gente.

Traten otros del gobiernodel mundo y sus monarquías,mientras gobiernan mis días 5mantequillas y pan tierno,y las mañanas de inviernonaranjada y aguardiente, naranjada: conserva de naranjay ríase la gente.

Coma en dorada vajilla 10el príncipe mil cuidados, cuidado: preocupacióncomo píldoras dorados; las medicinas se “doraban” con miel para darles buen sabor

que yo en mi pobre mesillaquiero más una morcilla quiero más: prefiero

que en el asador reviente, 15y ríase la gente.

Cuando cubra las montañasde blanca nieve el enero,tenga yo lleno el braserode bellotas y castañas, 20y quien las dulces patrañasdel rey que rabió1 me cuente, y ríase la gente.

Busque muy en hora buenael mercader nuevos soles; 25 soles: continentes países para comerciar y amasar yo conchas y caracoles fortunas

entre la menuda arena,escuchando a Filomena Filomena o Filomela es el ruiseñor

sobre el chopo de la fuente,y ríase la gente. 30

Pase a media noche el mar,y arda en amorosa llamaLeandro por ver su dama2;que yo más quiero pasar del golfo de mi lagar 35 recipiente donde se pisa la uva para obtener el mosto

la blanca o roja corriente, tragarme el vino blanco o tintoy ríase la gente.

Pues amor es tan crüel,que de Píramo y su amadahace tálamo una espada, 40do se junten ella y él3,sea mi Tisbe un pastel,y la espada sea mi diente,y ríase la gente.

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[1. Por las patrañas o cuento del Rey que rabió se entiende cualquier cuento antiguo o de tradición oral. 2. Leandro pasaba a nado cada noche el estrecho de Dardanelos para ver a su amada Hero, hasta que una noche muere ahogado y ella se suicida tirándose al mar también. Góngora se burla de estos desgraciados amantes y de los que vienen a continuación. 3. Las ropas ensangrentadas de Píramo hacen creer a Tisbe que se amante ha muerto, por lo que se suicida clavándose una espada, en la que también se ensarta él cuando ve el cadáver de su amada. Por eso la espada es el lecho conyugal (tálamo) de los amantes. ]

Soledad primera (fragmento)

Era del año la estación florida en que el mentido robador de Europa—media luna las armas de su frente,y el Sol todo los rayos de su pelo—,luciente honor del cielo, 5en campos de zafiro pace estrellas,cuando el que ministrar podía la copaa Júpiter mejor que el garzón de Ida,—náufrago y desdeñado, sobre ausente—,lagrimosas de amor dulces querellas 10da al mar; que condolido,fue a las ondas, fue al vientoel mísero gemido,segundo de Arïón dulce instrumento.

[INTERPRETACIÓN: vv. 1-6 – Era la primavera, estación en que el sol entra en la constelación y signo zodiacal de Tauro. El dios Zeus, bajo la apariencia de un toro -al que la constelación de Tauro está consagrado- fue mentido o artero raptor -robador- de Europa, princesa de Fenicia. Tauro es descrito por sus astas (v.3) y por su luminoso pelo que le hace brillar tanto como el sol. Esta constelación es gala del cielo, en cuyo azul -campos de zafiro- pace estrellas. vv. 7-4 – En esa estación primaveral, un apuesto joven, náufrago, ausente y desdeñado por su amada, se quejaba llorando y daba sus lágrimas al mar, que se condolió y apiadó de él; sus míseros gemidos hicieron que las olas y el viento respetaran su vida. El náufrago era más bello que Ganimedes (el garzón o muchacho que, por su hermosura, raptó Júpiter en Ida, isla de Creta, para que le sirviera de copero). El gemido del joven obró el mismo efecto que la lira de Arión (el cual, cuando iba a ser asesinado por unos marineros del navío en que estaba embarcado, hizo sonar su instrumento y acudieron delfines, a lomo de uno de los cuales pudo huir).]

De una dama que, quitándose una sortija, se picó con un alfiler

Prisión del nácar era articulado(de mi firmeza un émulo luciente) émulo : imitadorun dïamante, ingenïosamenteen oro también él aprisionado.

Clori, pues, que su dedo apremïado 5de metal, aun precioso, no consiente,gallarda un día, sobre impacïente, gallarda: valiente, airosa sobre: además de

lo redimió del vínculo dorado.

Mas, ay, que insidïoso ladrón breve insidioso: malicioso o dañino

en los cristales de su bella mano 10 con apariencias inofensivas.sacrílego divina sangre bebe: sacrílego: que profana, ataca algo sagrado

púrpura ilustró menos indïano indiano: de las Indiasmarfil; invidïosa, sobre nieveclaveles deshojó la Aurora en vano.

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TEXTO 17

FRANCISCO DE QUEVEDO

A una nariz

Érase un hombre a una nariz pegado,(1)érase una nariz superlativa,érase una nariz sayón y escriba (2),érase un pez espada muy barbado.

Érase un reloj de sol mal encarado (3),érase un alquitara (4) pensativa,érase un elefante boca arriba,era Ovidio Nasón (5)más narizado.

Érase un espolón de una galera,érase una pirámide de Egipto,las doce tribus (6) de narices era.

Érase un naricísimo infinito,muchísima nariz, nariz tan fiera,que en la cara de Anás (7) fuera delito.

1.Este chiste remeda lo que dijo el orador romano Cicerón, al ver a su yerno Léntulo, que era muy pequeño, con una gran espada: “¿Quién lo ha atado a esa espada?”. 2. sayón y escriba, nariz judaica (popularmente, se atribuye a los judíos grandes narices). Sayón significa, además de rebelde, “saya grande”; cae, pues, la nariz como una gran saya. Escriba evoca la curvatura de espalda de quien escribe, al tiempo que un oficio que los judíos, todos ellos letrados, podían ejercer. 3. reloj de sol porque su nariz sobresalía de él como la varilla del reloj mal encarado, “sombrío, no le daba el sol” y “con cara fiera, espantosa”. 4. alquitara, alambique, depósito del que sale por un tubo por el que gotea el líquido destilado; pensativa, evoca otra vez la inclinación, y recuerda que se trata del rostro de una persona. 5. Escritor romano de la familia de los Nasones, llamados así porque algún antepasado suyo tuvo una gran nariz (nasus: nariz). 6. doce tribus, las de Israel; nueva referencia a los judíos. 7. Anás, judío citado en el Evangelio, uno de los responsables de la condena a muerte de Cristo; chistosamente, interpreta el nombre como si significara “sin nariz”; tan grande es ésta, que sería ofensiva hasta en un judío chato.

Refiere su nacimiento y las propiedades que le comunicó

[...]Nací tarde, porque el soltuvo de verme vergüenza,en una noche templadaentre clara y entre yema.[...]Tal ventura desde entonces 5me dejaron los planetas,que puede servir de tinta,según ha sido de negra.[...]De estériles soy remedio,pues con mandarme su hacienda, 10les dará el cielo mil hijos,por quitarme las herencias.[...]Aguarda hasta que yo pasesi ha de caerse una teja;aciértanme las pedradas, 15las curas sólo me yerran.[...]

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No hay necio que no me hable,ni vieja que no me quiera,ni pobre que no me pida,ni rico que no me ofenda. 20No hay camino que no yerre,ni juego donde no pierda,ni amigo que no me engañe,ni enemigo que no tenga.Agua me falta en el mar, 25y la hallo en las tabernas,que mis contentos y el vinoson aguados donde quiera.[...]Quise casarme estotro año,por sosegar mi conciencia, 30y dábanme un dote al diablo,con una mujer muy fea.Si intentara ser cornudo,por comer de mi cabeza,según soy de desgraciado, 35diera mi mujer en buena.[...].Si yo camino con fieltrose abrasa en fuego la tierra,y en llevando guardasolestá ya de Dios que llueva. 40[...]Y a tanto vino a llegarla adversidad de mi estrella,que me inclinó que adorasecon mi humildad tu soberbia.Y viendo que mi desgracia 45no dio lugar a que fueracomo otros tu pretendiente, vine a ser tu pretenmuela.Bien sé que apenas soy algo,mas tú de puro discreta, 50 discreta: inteligenteviéndome con tantas faltas,que estoy preñado sospechas.[...]

Soneto a Luis de Góngora

Yo te untaré mis obras con tocinoporque no me las muerdas, Gongorilla,perro de los ingenios de Castilla,docto en pullas, cual mozo de camino; pulla: palabra o dicho obsceno

apenas hombre, sacerdote indino, 5 indino: indigno

que aprendiste sin cristus la cartilla cristus: cruz que precedía al abecedario en la cartillachocarrero de Córdoba y Sevilla, chocarrero: que dice chocarrerías, chistes groseros

y en la Corte bufón a lo divino.

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¿Por qué censuras tú la lengua griegasiendo sólo rabí de la judía, 10cosa que tu nariz aun no lo niega?

No escribas versos más, por vida mía;aunque aquesto de escribas se te pega,por tener de sayón la rebeldía.

Salmo XIX

¡Cómo de entre mis manos te resbalas! ¡Oh, cómo te deslizas, Vida mía! ¡Qué mudos pasos traes, oh muerte fría, pues con callado pie todo lo igualas!

Ya cuelgan de mi muro tus escalas, y es tu puerta mayor mi cobardía; por vida nueva tengo cada día, que el tiempo cano nace entre las alas.

¡Oh mortal condición! ¡Oh dura suerte! ¡Que no puedo querer ver la mañana sin temor de si quiero ver mi muerte!

Cualquier instante de la vida humana es un nuevo argumento que me advierte cuán frágil es, cuán mísera, y cuán vana.

Pronuncia con sus nombres los trastos y miserias de la vida

La vida empieza en lágrimas y caca, luego viene la mu, con mama y coco, mu y coco usados por las madres o nodrizas cuando

síguense las viruelas, baba y moco, querían que se durmieran los niñosy luego llega el trompo y la matraca. el trompo y la matraca: juguetes

En creciendo, la amiga y la sonsaca, 5con ella embiste el apetito loco, en subiendo a mancebo, todo es poco, y después la intención peca en bellaca. bellaco: malo, pícaro, ruin, astuto, sagaz

Llega a ser hombre, y todo lo trabuca, trabucar: descomponer el buen orden que tiene algosoltero sigue toda perendeca, 10 perendeca: prostituta

casado se convierte en mala cuca.

Viejo encanece, arrúgase y se seca, llega la muerte, todo lo bazuca, bazucar: menear o revolvery lo que deja paga, y lo que peca.

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Enseña cómo todas las cosas avisan de la muerte

Miré los muros de la patria mía, si un tiempo fuertes, ya desmoronados, de la carrera de la edad cansados, por quien caduca ya su valentía. caduca: decae

Salime al campo, vi que el sol bebía El sol bebía o secaba el agua que se había desatado

los arroyos del hielo desatados, de la nieve helada, dejando los campos secos.y del monte quejosos los ganados, que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa; vi que, amancillada, amancillada: mancillada, envilecida

de anciana habitación era despojos (1); anciana: antigua, noblemi báculo más corvo y menos fuerte. báculo: bastón

Vencida de la edad sentí mi espada, y no hallé cosa en que poner los ojos que no fuese recuerdo de la muerte.

1.Era ruina lo que antes había sido habitación del poeta; es, pues, también, imagen de la patria.

Amor más poderoso que la muerte

Cerrar podrá mis ojos la postrerasombra que me llevare el blanco día,y podrá desatar esta alma míahora s su afán ansioso lisonjera;

mas no de esotra parte en la ribera 5dejará la memoria en donde ardía;nadar sabe mi llama la agua fríay perder el respeto a ley severa.

Alma que a todo un dios prisión ha sido,venas que humor a tanto fuego han dado,10medulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejarán, no su cuidado;serán ceniza, mas tendrán sentido;polvo serán, mas polvo enamorado.

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Historia de la vida del buscón, llamado don Pablos; ejemplo de vagamundos, y espejo de tacaños

Uno de los fragmentos más justamente famosos de El Buscón es el retrato del dómine Cabre, a cuyo colegio va Diego Coronel de pupilo, y con él su criado Pablos. Es un ejemplo admirable de hipérbole barroca.

Él era un clérigo cerbatana, largo sólo en el talle, una cabeza pequeña, pelo bermejo. No hay más que decir para quien sabe el refrán que dice, ni gato de perro de aquella color. Los ojos, avecindados en el cogote, que parecía que miraba por cuévanos; tan hundidos y obscuros, que era buen sitio el suyo para tiendas de mercaderes; la nariz, entre Roma y Francia, porque se le había comido de unas búas de resfriado, que aún no fueron de vicio, porque cuestan dinero; las barbas, descoloridas de miedo de la boca vecina, que, de pura hambre, parecía que amenazaba a comérselas; los dientes, le faltaban no sé cuántos y pienso que por holgazanes y vagamundos se los habían desterrado; el gaznate, largo como avestruz, con una nuez tan salida, que parecía que se iba a buscar de comer, forzada de la necesidad; los brazos, secos; las manos, como un manojo de sarmientos cada una. Mirado de media abajo, parecía tenedor, o compás con dos piernas largas y flacas; su andar muy despacio; si se descomponía algo, le sonaban los huesos como tablillas de San Lázaro; la habla hética; la barba grande, porque nunca se la cortaba por no gastar; (...) Traía un bonete los días de sol, ratonado, con mil gateras y guarniciones de grasa; era de cosa que fue paño, con los fondos de caspa. La sotana, según decían algunos, era milagrosa, porque no se sabía de qué color era. Unos, viéndola tan sin pelo, la tenían por de cuero de rana; otros decían que era ilusión; desde cerca parecía negra, y desde lejos, entre azul; llevábala sin ceñidor; no tenía cuello ni puños. Parecía, con esto y los cabellos largos y la sotana mísera y corta, lacayuelo de la muerte. Cada zapato podía ser tumba de un filisteo. Pues ¿su aposento? Aun arañas no había en él; conjuraba los ratones, de miedo que no le royesen algunos mendrugos que guardaba; la cama tenía en el suelo, y dormía siempre de un lado, por no gastar las sábanas; al fin, era archipobre y protomiseria.

cuévano: cesto grande y hondo hético: tísico, muy delgado filisteo: gigante

Don Diego Coronel y su criado Pablos residen en Alcalá en casa del dómine Cabra, quien literalmente mataba de hambre a sus pupilos. Cuando llegó a oídos de don Alonso, padre de don Diego, que uno de los hospedados en casa del dómine había muerto de inanición, acudió a rescatar a su hijo y a Pablos de manos de aquel hombre. Tanto el amo como el criado estaban hechos una verdadera ruina por la falta de alimento.

Entramos en casa de don Alonso y echáronnos en dos camas con mucho tiento, porque no se nos desparramasen los huesos de puro roídos de la hambre. Trujeron exploradores que nos buscasen los ojos por toda la cara, y a mí, como había sido mi trabajo mayor y la hambre imperial, que al fin me trataban como a criado, en buen rato no me los hallaron. Trujeron médicos y mandaron que nos limpiasen con zorras (1) el polvo de las bocas, como a retablos, y bien lo éramos de duelos (2). Ordenaron que nos diesen sustancias y pistos (3). ¡Quién podrá contar, a la primera almendrada (4) y a la primera ave, las luminarias (5) que pusieron las tripas de contento? Todo les hacía novedad. Mandaron los dotores que por nueve días no hablase nadie recio (6) en nuestro aposento, porque como estaban huecos los estómagos sonaba en ellos el eco de cualquiera palabra.

Con estas y otras prevenciones comenzamos a volver y cobrar algún aliento, pero nunca podían las quijadas (7) desdoblarse, que estaban magras y alforzadas (8), y así se dio orden que cada día nos las ahormasen con la mano del almirez (9).

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Levantábamonos a hacer pinicos (10) dentro de cuarenta días, y aún parecíamos sombras de otros hombres, y en lo amarillo y flaco simiente de los padres del yermo (11). Todo el día gastábamos en dar gracias a Dios por habernos rescatado de la captividad del fierísimo Cabra, y rogábamos al Señor que ningún cristiano cayese en sus manos crueles. Si acaso, comiendo, alguna vez nos acordábamos de las mesas del mal pupilero (12), se nos aumentaba la hambre tanto que acrecentábamos la costa aquel día. Solíamos contar a don Alonso cómo al sentarse en la mesa nos decía males de la gula (13) (no habiéndola él conocido en su vida), y reíase mucho cuando le contábamos que en el mandamiento de No matarás, metía perdices y capones, gallinas y todas las cosas que no quería darnos, y, por el consiguiente, la hambre, pues parecía que tenía por pecado el matarla, y aun el herirla, según regateaba el comer.

zorras: zorros; instrumento formado por unas tiras de piel o de tela unidas a un mango, que sirve para sacudir el polvo. 2. retablo de duelos: se aplicaba a quienes sufrían muchas penalidades. 3. pistos: líquidos para alimentar a los enfermos, que se obtienen machacando o prensando la carne de ave. 4. almendrada: bebida compuesta de leche de almendras y azúcar. 5. luminaria: luz que se pone en ventanas, balcones, torres y calles en señal de fiesta y regocijo público. 6. recio: reciamente: fuertemente, con vigor y violencia. 7. quijada: cada una de las dos mandíbulas de los vertebrados que tienen dientes. 8. alforzadas: agrietadas. 9. almirez: mortero de metal pequeño y portátil, que sirve para machacar o moler en él. 10. pinico: primer paso del niño o del convaleciente. 11. padres del yermo: anacoreta: persona que vive en lugar solitario, entregada enteramente a la contemplación y a la penitencia. 12. pupilero: persona que acomoda huéspedes en su casa. 13. gula: exceso en la comida o bebida, y apetito desordenado de comer y beber.

Las burlas que sufre Pablos en el colegio de Alcalá acaban con su buena condición: no las tolerará más y empezará a ser él quien robe y burle a los tenderos y a la justicia. Hasta que un día le llega la carta de su tío Alonso Ramplón, el verdugo de Segovia. He aquí su texto, que es una pieza maestra del humor “negro” español:

“Hijo Pablos -que por el mucho amor que me tenía me llamaba así-: Las ocupaciones grandes de esta plaza en que me tiene ocupado Su Majestad1 no me han dado lugar a hacer esto; que si algo tiene malo el servir al aRey es el trabajo, aunque se desquita con esta negra honrilla de ser sus criados.

“Pésame de daros nuevas de poco gusto. Vuestro padre murió ocho días ha con el mayor valor que ha muerto hombre en el mundo; dígolo como quien lo guindó2. Subió en el asno sin poner pie en el estribo. Veníale el sayo baquero3 que parecía haberse hecho para él. Y como tenía aquella presencia, nadie le veía con los cristos delante que no le juzgase por ahorcado4. Iba con gran desenfado, mirando a las ventanas y haciendo cortesías a los que dejaban sus oficios por mirarle; hízose dos veces los bigotes5; mandaba descansar a los confesores, y íbales alabando lo que decían de bueno.

“Llegó a la N de palo6, puso el un pie en la escalera, no subió a gatas ni despacio y, viendo un escalón hendido, volviose a la justicia, y dijo que mandase aderezar aquél para otro, que no todos tenían su hígado. No sabré encarecer cuán bien pareció a todos.

“Sentose arriba, tiró las arrugas de la ropa atrás, tomó la soga, y púsola en la nuez. Y viendo que el teatino7 le quería predicar, vuelto a él, le dijo: -”Padre, yo lo doy por predicado; vaya un poco de Credo, y acabemos presto8, que no querría parecer prolijo9.” Hízose así; encomendome que le pusiese la caperuza de lado y qe le limpiase las barbas. Yo lo hice así. Cayó sin encoger las piernas ni hacer gesto; quedó con una gravedad que no había más que pedir. Hícele cuartos10, y dile por sepultura11 los caminos. Dios sabe lo que a mí me pesa de verle en ellos, haciendo mesa franca a los grajos12. Pero yo entiendo que los pasteleros de esta tierra nos consolarán, acomodándole en los de a cuatro13. [...]

“Hijo, aquí ha quedado no sé qué hacienda escondida de vuestros padres; será en todo hasta cuatrocientos ducados. Vuestro tío soy, y lo que tengo ha de ser para vos. Vista esta, os podréis venir aquí, que, con lo que vos sabéis de latín y retórica, seréis singular14 en el arte de verdugo. Respondedme luego, y, entre tanto, Dios os guarde.”

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1. nótese el sarcasmo: el verdugo se siente orgulloso por servir al rey en el más despreciable oficio; recuérdese cómo a Lázaro de Tormes también le enorgullecía su oficio real de pregonero. 2. ahorcó. 3. sayo largo que se ponía a los condenados para apalearlos por las calles, montados en un asno, o para conducirlos en él al cadalso. 4. su aspecto era, pues, tan arrogante, que no podía ser un delincuente de poca monta: al verlo, todo el mundo se daba cuenta de que era reo de muerte. 5. se los atusó dos veces. 6. la horca. 7. clérigo de la orden de san Cayetano que lo acompañaba para ayudarle a bien morir. 8. pronto, rápidamente. 9. pesado, pelma. 10. lo descuarticé. 11. dispersé sus restos sin enterrarlos. 12. porque se los comían libremente los grajos. 13. se acusaba a los pasteleros de emplear la carne de los ajusticiados para rellenar (darle acomodo) los pasteles de a cuatro maravedíes; no es invención macabra de Quevedo: algún pastelero fue procesado por ese motivo. 14. excelente, único.

TEXTO 18

LOPE DE VEGA

POEMAS LÍRICOS DE TIPO TRADICIONAL

I Por el montecico sola, ¿cómo iré? ¡Ay Dios! ¿Si me perderé? ¿Cómo iré, triste, cuitada, cuitada: afligida, desventurada

de aquel ingrato dejada? 5 Sola, triste, enamorada, ¿dónde iré? ¡Ay Dios! ¿Si me perderé?

II

Río de Sevilla, ¡cuán bien pareces con galeras blancas y ramos verdes!

Vienen de Sanlúcar 5rompiendo el agua, a la Torre del Oro barcos de plata.

Barcos enramados van a Triana, 10el primero de todos me lleva el alma.[...]

Río de Sevilla, iquién te pasase sin que la mi servilla 15 servilla: zapato ligero de suela muy delgadase me mojase.

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Salí de Sevilla a buscar mi dueño, puse al pie pequeño dorada servilla; 20

como estoy a la orilla mi amor mirando, digo suspirando: ¡quién te pasase sin que la mi servilla 25se me mojase!

III

Blanca me era yo cuando entré en la siega;diome el sol y ya soy morena.

Blanca solía yo ser antes que a segar viniese, 5mas no quiso el sol que fuese blanco el fuego en mi poder.Mi edad al amanecer, era lustrosa azucena; diome el sol y ya soy morena. 10

¿QUÉ TENGO YO QUE MI AMISTAD PROCURAS?

¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,que a mi puerta, cubierto de rocío,pasas las noches del invierno escuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras, 5pues no te abrí! ¡Qué estraño desvaríosi de mi ingratitud el yelo fríosecó las llagas de tus plantas puras!

¡Cuántas veces el ángel me decía:Alma, asómate agora a la ventana, 10verás con cuánto amor llamar porfía! porfía: insiste

¡Y cuántas, hermosura soberana:“Mañana le abriremos”, respondía-,para lo mismo responder mañana!

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Lope convierte en bellísimo romance moriso un episodio de su vida: había reñido con Elena Osorio, porque había hecho públicas ciertas intimidades de su amorío, y ella se lo recrimina:

Mira, Zaide1, que te aviso 35 Mucho pueden con las damasque no pases por mi calle los galanes de tus partes7,ni hables con mis mujeres, porque los quieren briosos,ni con mis cautivos trates2 que rompan y que desgarren;

5 ni preguntes en qué entiendo3 mas tras esto, Zaide amigo,ni quién viene a visitarme, 40 si algún convite te hacen,qué fiestas me dan conento al plato de sus favoreso qué colores me placen; quieren que comas y calles.basta que son por tu causa Costoso fue el que8 te hice;

10 las4 que en el rostro me salen, venturoso fueras, Zaide,corrida5 de haber mirado 45 si conservarme supierasmoro que tan poco sabe. como supiste obligarme9.Confieso que eres valiente, Apenas fuiste salidoque hiendes, rajas y partes de los jardines de Tarfe

15 y que has muerto más cristianos cuando hiciste de la tuyaque tienes gotas de sangre; 50 y de mi desdicha alarde.que eres gallardo jinete, A un morito mal nacidoque danzas, cantas y tañes me dicen que le enseñastegentilhombre, bien cuidado la trenza de los cabellos

20 cuanto puede imaginarse; que te puse en el turbante.blanco, rubio por extremo, 55 No quiero que me la vuelvasseñalado por linaje, ni quiero que me la guardes,y pierdo mucho en perderte mas quiero que entiendas, moro,y gano mucho en amarte, que en mi desgracia la traes.

25 y que si nacieras mudo También me certificaronfuera posible adorarte; 60 cómo le desafiastey por este inconveniente por las verdades que dijo,determino de dejarte, que nunca fueran verdades10.que eres pródigo de lengua No guardas tú tu secreto

30 y amargan tus libertades ¿y quieres que otro le guarde?y habrá menester ponerte 65 No quiero admitir disculpa;quien quisiera sustentarte, otra vez vuelvo a avisarteun alcázar en el pecho que esta será la postreray en los labios un alcaide6. que me hables y te hable.

1. nombre moro que adopta Lope. 2. por “decoro” poético hace que Elena sea una gran dama. 3. de qué me ocupo. 4. las colores que. 5. avergonzada. 6. el alcázar para encarcelar su voz, el alcaide para custodiarla. 7. prendas, cualidades personales. 8. el convite que. 9. enamorarme. 10. que ojalá no hubieran sido verdades.

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FUENTEOVEJUNA

Obra dramática basada en un hecho histórico: la rebelión del pueblo de Fuenteovejuna contra el comendador Fernán Gómez, ocurrida en los primeros años del reinado de los Reyes Católicos. El pueblo, enardecido por las injusticias cometidas por el comendador, asalta el palacio del tirano y lo descuartiza. Nadie descubre a los culpables, y los reyes no tienen otra opción que perdonar a los sublevadores.

En este fragmento, Laurencia, en un discurso lleno de pasión, recrimina a todos el consentimiento de los excesos del Comendador. Los hombres reaccionan ante las palabras de Laurencia y deciden matar al tirano.

ESTEBAN ¡Hija mía!

LAURENCIA No me nombres 70

tu hija.ESTEBAN

¿Por qué, mis ojos?¿Por qué?

LAURENCIA Por muchas razones,

y sean las principales, porque dejas que me roben tiranos sin que me vengues, 75traidores sin que me cobres. Aún no era yo de Frondoso, para que digas que tome, como marido, venganza; que aquí por tu cuenta, corre; 80que en tanto que de las bodas no haya llegado la noche, del padre, y no del marido, la obligación presupone; que en tanto que no me entregan 85una joya, aunque la compre, no ha de correr por mi cuenta las guardas ni los ladrones. Llevome de vuestros ojos a su casa Fernán Gómez: 90la oveja al lobo dejáis, como cobardes pastores. ¡Qué dagas no vi en mi pecho! ¡Qué desatinos enormes, qué palabras, qué amenazas, 95y qué delitos atroces, por rendir mi castidad a sus apetitos torpes! torpe: vergonzoso

Mis cabellos, ¿no lo dicen? ¿No se ven aquí los golpes, 100de la sangre y las señales? ¿Vosotros sois hombres nobles? ¿Vosotros padres y deudos? deudo: pariente¿Vosotros, que no se os rompen las entrañas de dolor, 105de verme en tantos dolores? Ovejas sois, bien lo dice

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de Fuente Ovejuna el nombre. Dadme unas armas a mí, pues sois piedras, pues sois bronces, 110pues sois jaspes, pues sois tigres... jaspe: mármol veteado

-Tigres no, porque feroces tigre: ejemplo de bestia salvaje, sanguinariasiguen quien roba sus hijos, matando los cazadores antes que entren por el mar 115y por sus ondas se arrojen. Liebres cobardes nacistes; bárbaros sois, no españoles. Gallinas, ¡vuestras mujeres sufrís que otros hombres gocen! 120Poneos ruecas en la cinta. rueca: instrumento que sirve para hilar (usado por mujeres)

¿Para qué os ceñís estoques? estoque: espada estrecha¡Vive Dios, que he de trazar trazar: disponer los medios para el logro de algo

que solas mujeres cobren la honra de estos tiranos, 125la sangre de estos traidores, y que os han de tirar piedras, hilanderas, maricones, amujerados, cobardes, y que mañana os adornen 130nuestras tocas y basquiñas, tocas y basquiñas: adornos y ropas de mujeres

solimanes y colores! solimán: cosméticoA Frondoso quiere ya, sin sentencia, sin pregones, colgar el Comendador 135del almena de una torre; de todos hará lo mismo; y yo me huelgo, medio-hombres, me huelgo: me alegropor que quede sin mujeres esta villa honrada, y torne 140aquel siglo de amazonas, amazona: mujer de alguna de las míticas razas guerreras

eterno espanto del orbe. orbe: mundoESTEBAN

Yo, hija, no soy de aquellos que permiten que los nombres con esos títulos viles. 145Iré solo, si se pone todo el mundo contra mí.

JUAN ROJO Y yo, por más que me asombre la grandeza del contrario.

REGIDOR Muramos todos.

BARRILDO Descoge 150

un lienzo al viento en un palo, y mueran estos inormes.

JUAN ROJO ¿Qué orden pensáis tener?

MENGO Ir a matarle sin orden. Juntad el pueblo a una voz; 155que todos están conformes en que los tiranos mueran.

ESTEBAN Tomad espadas, lanzones, ballestas, chuzos y palos. chuzo: palo armado con un pincho de hierro

90

MENGO ¡Los Reyes nuestros señores 160vivan!

TODOS ¡Vivan muchos años!

MENGO ¡Mueran tiranos traidores!

TODOS ¡Traidores tiranos mueran!

(Vanse todos.)

LAURENCIA Caminad, que el cielo os oye. -¡Ah, mujeres de la villa! 165¡Acudid, por que se cobre vuestro honor, acudid todas!

PREGUNTAS1.¿Cuáles son las razones o motivos que animan la escena y desencadenan los acontecimientos de la obra?

2.Señala la estructura (partes en que se divide) de esta escena.

3.En cuanto al estilo, busca en el texto una interrogación retórica y una exclamación y explica la función de ambas en esta escena. Localiza también una anáfora y un paralelismo.

4.¿Este fragmento te parece representativo del teatro barroco? ¿Por qué?

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TEXTO 19

CALDERÓN DE LA BARCA

EL ALCALDE DE ZALAMEA

El Capitán ha raptado y violado a Isabel, la hija de Crespo, labrador rico que ahora es el alcalde de Zalamea.

CRESPO [...] Restaurad una opinión opinión: honor

que habéis quitado. No creo que desluzcáis vuestro honor, 495porque los merecimientos que vuestros hijos, señor, perdieren por ser mis nietos, ganarán con más ventaja, señor, con ser hijos vuestros. 500En Castilla, el refrán dice que el caballo (y es lo cierto) lleva la silla. Mirad

(De rodillas) que a vuestros pies os lo ruego de rodillas y llorando 505sobre estas canas, que el pecho, viendo nieve y agua, piensa que se me están derritiendo. ¿Qué os pido? Un honor os pido, que me quitasteis vos mesmo; 510y con ser mío, parece, según os lo estoy pidiendo con humildad, que no os pido lo que es mío, sino vuestro. Mirad que puedo tomarle 515por mis manos, y no quiero, sino que vos me le deis.

CAPITÁN Ya me falta el sufrimiento. sufrimiento: pacienciaViejo cansado y prolijo, prolijo: impertinente, pesado, molesto

agradeced que no os doy 520la muerte a mis manos hoy, por vos y por vuestro hijo; porque quiero que debáis no andar con vos más crüel a la beldad de Isabel. 525 beldad : belleza

Si vengar solicitáis por armas vuestra opinión, poco tengo que temer; si por justicia ha de ser, no tenéis jurisdicción. 530 jurisdicción: autoridad, poder legal

CRESPO ¿Que, en fin, no os mueve mi llanto?

CAPITÁN Llantos no se han de creer de viejo, niño y mujer.

CRESPO ¿Que no pueda dolor tanto mereceros un consuelo? 535

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CAPITÁN ¿Qué más consuelo queréis, pues con la vida volvéis?

CRESPO Mirad que echado en el suelo mi honor a voces os pido.

CAPITÁN ¡Qué enfado! enfado: enojo, molestia

CRESPO Mirad que soy 540

alcalde de Zalamea hoy. CAPITÁN

Sobre mí no habéis tenido jurisdicción; el consejo de guerra enviará por mí.

CRESPO ¿En eso os resolvéis?

CAPITÁN Sí, 545

caduco y cansado viejo. CRESPO

¿No hay remedio?CAPITÁN

El de callares el mejor para vos.

CRESPO ¿No otro?

CAPITÁN No.

CRESPO Juro a Dios

que me lo habéis de pagar. 550¡Hola! (Toma la vara)

(Salen los villanos)

ESCRIBANO ¿Señor?

CAPITÁN (Aparte)

¿Qué querránestos villanos hacer?

ESCRIBANO ¿Qué es lo que manda?

CRESPO Prender prender: detener

mando al señor Capitán. CAPITÁN

¡Buenos son vuestros extremos! 555Con un hombre como yo, y en servicio del Rey, no se puede hacer.

CRESPO Probaremos.

De aquí, si no es preso o muerto, no saldréis.

CAPITÁN Yo os apercibo 560 apercibo: advierto, aviso

que soy un Capitán vivo.

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CRESPO ¿Soy yo acaso alcalde muerto? Daos al instante a prisión.

CAPITÁN No me puedo defender; fuerza es dejarme prender. 565Al Rey desta sinrazón sinrazón : acción contra justicia y fuera de lo razonableme quejaré.

CRESPO Yo también

de esotra; y aun bien que está cerca de aquí, y nos oirá a los dos. Dejar es bien 570esa espada.

CAPITÁN No es razón

que...CRESPO

¿Cómo no, si vais preso?CAPITÁN

Tratad con respeto...CRESPO

Esoestá muy puesto en razón. Con respeto le llevad 575a las casas, en efeto, del Concejo; y con respeto un par de grillos le echad y una cadena; y tened con respeto, gran cuidado 580que no hable a ningún soldado; y a esos dos también poned en la cárcel; que es razón, y aparte, porque después, con respeto, a todos tres 585les tomen la confesión. Y aquí, para entre los dos, si hallo harto paño (1) en efeto, con muchísimo respeto os he de ahorcar, juro a Dios. 590 (Llévanle preso)

CAPITÁN ¡Ah, villanos con poder! (Vanse)

1. hallo harto paño: si encuentro suficiente tela; metafóricamente, si tengo pruebas o razones suficientes.

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LA VIDA ES SUEÑO

Drama filosófico y trascendental que plantea los temas de la vida como sueño, la predestinación y el libre albedrío (libertad individual). Segismundo, príncipe de Polonia, crece aislado en una torre, ignorando su condición; su padre, el rey Basilio, lo ha hecho encarcelar para evitar que se cumplan los augurios que anunciaban que el príncipe acabaría humillando al rey. Pasado un tiempo, Basilio ordena que trasladen a su hijo a palacio. Al despertar de los efectos suministrados por un narcótico, Segismundo actúa con crueldad y orgullo, cumpliéndose así las predicciones, por lo cual Segismundo es narcotizado nuevamente y devuelto a la torre. Segismundo ignora si la experiencia ha sido real o se ha tratado de un sueño. Al final, el protagonista es liberado, se enfrenta con su padre y lo vence. Sin embargo, la experiencia pasada hace que Segismundo se comporte generosamente con su padre y cambie su carácter violento. Así pues, en la obra triunfa la libertad del individuo sobre la predestinación. El fragmento que aparece a continuación forma parte de un célebre monólogo de Segismundo, el protagonista de dicha obra. CLOTALDO

[...] Segismundo; que aun en sueños no se pierde el hacer bien. (Vase)

SEGISMUNDO Es verdad; pues reprimamos

esta fiera condición, esta furia, esta ambición 1165por si alguna vez soñamos. Y sí haremos, pues estamos en mundo tan singular, que el vivir sólo es soñar; y la experiencia me enseña 1170que el hombre que vive sueña lo que es hasta despertar.

Sueña el rey que es rey, y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando; 1175y este aplauso que recibe prestado, en el viento escribe, y en cenizas le convierte la muerte (¡desdicha fuerte!); ¡que hay quien intente reinar, 1180viendo que ha de despertar en el sueño de la muerte!

Sueña el rico en su riqueza que más cuidados le ofrece; cuidado: recelo, preocupación, temor

sueña el pobre que padece 1185su miseria y su pobreza; medrar: mejorar de fortuna aumentando

sueña el que a medrar empieza, los propios bienes, reputación, etc.sueña el que afana y pretende, afanar: robar ; pretender: hacer por conseguir algo

sueña el que agravia y ofende; agraviar : humillar, ofendery en el mundo, en conclusión, 1190todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí destas prisiones cargado, y soñé que en otro estado 1195más lisonjero me vi. lisonjero: agradable

¿Qué es la vida? Un frenesí. frenesí: delirio violento, exaltación furiosa del ánimo¿Qué es la vida? Una ilusión,

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una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; 1200que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

PREGUNTAS

1.Relaciona el pasaje con la ideología existencial propia del Barroco.

2.El lenguaje que emplea Calderón en este soliloquio de Segismundo, ¿te parece propio del Barroco? Justifica tu respuesta.

3.Busca en el texto una pregunta retórica, una anáfora, un hipérbaton y una exclamación. No olvides comentar la función que tienen en el texto estos recursos retóricos.

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5. SIGLO XVIII A finales del siglo XVII se produce la llamada “crisis de la conciencia europea”, que propició que todas las creencias y convicciones (religiosas, políticas y filosóficas…) dominantes hasta entonces se sometieran a discusión. De este modo, se inicia en Francia un movimiento reformista que se extenderá por el resto de Europa: la Ilustración, que impone el reinado de la razón frente a la fe como única fuente de conocimiento; el siglo XVIII se denomina por eso siglo de las luces. Los ilustrados pretendían crear un mundo más próspero y feliz. Por lo tanto, es fácilmente comprensible que la educación se convirtiera en una de sus grandes preocupaciones para conseguir el progreso social, ya que se intentaba instruir al pueblo y así conseguir la mejora y modernización del país. En lo religioso, estos intelectuales defendieron el deísmo (vaga creencia en Dios) sin adscripción a religión alguna o el agnosticismo (imposibilidad de probar la existencia de Dios). Por otro lado, en política, los gobiernos practicaron el despotismo ilustrado, con el lema “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Para hacer que el pueblo sea más culto y razonable, se establecen instituciones públicas, academias, museos, escuelas… En lo artístico triunfa el Neoclasicismo, que propone una literatura de intención didáctica y el respeto a las normas clásicas como expresión del racionalismo.

LITERATURA EN EL SIGLO XVIII

1. ETAPAS• Posbarroquismo. Durante la primera mitad del siglo fueron constantes

las manifestaciones literarias que continuaban el estilo complicado y artificioso del Barroco.

• Neoclasicismo. Es la corriente que mejor reflejó el espíritu ilustrado. Se alejó de la exageración y la afectación, ya que propugnaba un arte simple, natural y racional. Así, el arte debía tender a la imitación de los modelos clásicos y a seguir las reglas de cada género.

• Prerromanticismo. Este movimiento artístico, surgido a finales del si-glo XVIII, fue una reacción frente a la racionalidad literaria que predo-minaba en el momento. Exalta la expresión del sentimiento.

2. GÉNEROS Y AUTORES

2.1. La poesía del siglo XVIII

En un principio, la poesía toma como modelo a los grandes poetas barrocos: Góngora, Quevedo, Calderón de la Barca… Sin embargo, a mediados de siglo, se recogen las nuevas tendencias estéticas: vuelta a modelos grecolatinos y del siglo XVI español. Lo más característico es la vuelta a los temas pastoriles, pero con una nueva visión de la naturaleza, y una nueva sensibilidad, más delicada y tierna, que se manifiesta, sobre todo, en un tipo de poesía amorosa, sensual, ambientada en un paisaje idílico poblado por dulces pastorcillos enamorados: la anacreóntica. A partir de 1770, la poesía acoge temas como la amistad, la solidaridad y el bien común, en un tipo de composiciones filosóficas y utilitarias. Una muestra de esta poesía didáctica y moralizadora es la de los fabulistas, como Tomás de Iriarte, autor de una colección de Fábulas literarias, y Félix María Samaniego, que compuso otra de tipo moral, a imitación de los fabulistas clásicos y franceses.

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2.2. La prosa del siglo XVIII: novela y ensayo

El género en prosa más importante del siglo XVIII es el ensayo; la novela, en cambio, se cultivó menos y, salvo excepciones, no produjo obras de calidad. Las principales novelas del siglo son formas mixtas, que combinan la ficción con otros intereses como la sátira literaria o la autobiografía.

El ensayo es un género de extensión y estructura muy variada. En él se presentan de manera subjetiva temas científicos o de pensamiento. Este género se convirtió en el medio más eficaz para difundir el pensamiento ilustrado. Ligada al desarrollo del ensayo se encuentra la prensa, que fue adquiriendo importancia a lo largo del siglo como vehículo de las nuevas ideas y contribuyó a la creación de una prosa ágil que abrió el camino al auge periodístico del XIX.

2.2.1. Fray Benito Feijoo es autor de numerosos ensayos didácticos, de tipo enciclopédico, que lo convierten en el intelectual más importante de su tiempo. Se propone una tarea educadora y propugna la crítica fundada en la razón y la experiencia para modernizar la sociedad.

Sus dos obras fundamentales son Teatro Crítico Universal y Cartas Eruditas.

2.2.2. José Cadalso es autor de la obra narrativa más representativa de la Ilustración: Cartas marruecas. En ella, Cadalso realiza una sátira social siguiendo el planteamiento de Cartas persas, de Montesquieu: un extranjero viaja por un país extraño y, desde su perspectiva de forastero, escribe unas cartas en las que comenta todo lo que ve: las tradiciones, la cultura… En estas “cartas” el autor repasa y critica las costumbres, las ideas y la sociedad hispánica.

2.3. El teatro del siglo XVIII

El panorama teatral del siglo XVIII en España se caracteriza por las frecuentes polémicas entre los defensores del teatro posbarroco, continuista y popular, y los neoclásicos, que mostraron su oposición a este tipo de teatro porque no respetaba las reglas de composición (unidades clásicas de tiempo, lugar y acción), realismo y moralidad. El teatro neoclásico, en cambio, pretende ser estructuralmente perfecto y de contenido educativo, contribuyendo así a la difusión del pensamiento ilustrado. Junto con el teatro posbarroco y el neoclásico convive el sainete. Se trata de una pieza teatral breve, de carácter cómico, sobre la vida y las costumbres de la época.

2.3.1. Leandro Fernández de Moratín destaca como autor de teatro, aunque también escribió poesía y prosa. Gran conocedor de la tradición teatral, Moratín se propuso escribir una comedia que respondiera al espíritu de su época. Siguiendo las normas clásicas, su obra pretende educar a los espectadores. Por eso, la comedia debe moralizar a través de la crítica de algunas normas sociales, costumbres y comportamientos, como los matrimonios de conveniencia, concertados por las familias sin atender a la voluntad de los contrayentes. Este tema aparece en El viejo y la niña, El barón y sobre todo en El sí de las niñas, obra que supone la culminación del teatro neoclásico.

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TEXTO 20

FÁBULAS

La fábula se adapta perfectamente a la idea ilustrada del arte: éste debe ser didáctico y útil. Las siguientes composiciones de Samaniego e Iriarte son una buena muestra de este género.

Fábulas moralesEl león y el ratónEstaba un ratoncillo aprisionadoen las garras de un león; el desdichadoen la tal ratonera no fue presopor ladrón de tocino ni de queso,sino porque con otros molestaba 5al león, que en su retiro descansaba.Pide perdón, llorando su insolencia.Al oír implorar la real clemencia,responde el rey en majestuoso tono(no dijera más Tito) : "¡Te perdono!". 10Poco después cazando el león, tropiezaen una red oculta en la maleza:quiere salir; mas queda prisionero;atronando la selva ruge fiero.El ratoncillo, que lo siente, 15corriendo llega, roe diligentelos nudos de la red, de tal maneraque al fin rompió los grillos de la fiera.Conviene al poderosopara los infelices ser piadoso; 20tal vez se puede ver necesitadodel auxilio de aquel más desdichado. SAMANIEGO

Fábulas literariasFábula IIIEl oso, la mona y el cerdo(Nunca una obra se acredita tanto de malacomo cuando la aplauden los necios.)

Un oso, con que la vidase ganaba un piamontés,la no muy bien aprendidadanza ensayaba en dos pies.Queriendo hacer de persona, 5dijo a una mona: «¿Qué tal?».Era perita la mona,y respondióle: «Muy mal».«Yo creo, replicó el Oso,que me haces poco favor. 10¡Pues qué! ¿Mi aire no es garboso?¿No hago el paso con primor?».Estaba el Cerdo presente,

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y dijo: «¡Bravo! ¡Bien va!Bailarín más excelente 15no se ha visto ni verá».Echó el Oso, al oír esto,sus cuentas allí entre sí,y con ademán modestohubo de exclamar así: 20«Cuando me desaprobabala Mona, llegué a dudar;mas ya que el cerdo me alaba,muy mal debo de bailar».Guarde para su regalo 25esta sentencia el autor:si el sabio no aprueba, ¡malo!si el necio aplaude, ¡peor! IRIARTE

¿AMPLIAMOS Y PROFUNDIZAMOS?

1. Explica por qué pueden considerarse fábulas las composiciones anteriores.

2. En casi todas las fábulas hay una parte narrativa, en la que se relata un pequeño suceso, y otra parte reflexiva o expositiva, donde se explica la moraleja o lección que puede extraerse de la historia. Señala en las fábu-las anteriores estas partes.

3. Señala las características de la poesía neoclásica que aparecen en estas fábulas.

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TEXTO 21Cartas marruecas, de José Cadalso

En las Cartas marruecas, Cadalso presenta las causas del atraso y la decadencia del país. Entre ellas menciona las guerras, el escaso aprecio al trabajo, el atraso científico, las supersticiones y la cultura superficial y pedante. Pero también subraya el papel que desempeñan la psicología y los hábitos hispánicos en esta situación decadente, como muestra el siguiente texto.

Uno de los defectos de la nación española, según el sentir de los demás, es el orgullo… Todo lo dicho es poco en comparación con la vanidad de un hidalgo de aldea. Éste se pasea majestuosamente en la triste plaza de su lugar, embozado en su mala capa, contemplando el escudo de armas que

5 cubre la puerta de su casa medio caída y dando gracias a la providencia divina de haberle hecho don Fulano de Tal. No se quitará el sombrero (aunque lo pudiera hacer sin desembozarse); no saludará al forastero que llega al mesón aunque sea el general de la provincia o el presidente del primer tribunal de ella. Lo más que se digna hacer es preguntar si el

10 forastero es de casa solar conocida al fuero de Castilla; qué escudo es el de sus armas y si tiene parientes conocidos en aquellas cercanías.

Las provincias interiores de España […] producen hoy unos hombres compuestos de los mismos vicios y virtudes que sus quintos abuelos. […] Por cada petimetre que se vea mudar de modas siempre que se lo manda su

15 peluquero o sastre, habrá cien mil españoles que no han reformado un ápice su traje antiguo.

En España son muchos millares de hombres los que se levantan muy tarde; toman chocolate muy caliente y agua fría; se visten; salen a la plaza; ajustan un par de pollos; oyen misa; vuelven a la plaza; dan cuatro

20 paseos; se informan en qué estado se hallan los chismes y hablillas del lugar; vuelven a casa; comen muy despacio; duermen la siesta; se levantan; dan un paseo al campo; vuelven a casa; refrescan; van a la tertulia; juegan a la malilla; vuelven a su casa; rezan; cenan, y se meten en la cama.

TRABAJEMOS EL TEXTO

1. Resume las ideas de este fragmento.

2. ¿Por qué Las Cartas marruecas pueden considerarse literatura ilustrada?

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TEXTO 22El sí de las niñas , de Leandro Fernández de Moratín

En el tercer acto, don Diego lee por azar una carta de su sobrino que muestra los sentimientos de ambos jóvenes. En la siguiente escena, don Diego, al ver a Paquita desasosegada (porque no recibe la carta), decide aclarar la situación. Finalmente, cede la muchacha a su sobrino y bendice la unión de los jóvenes.

DON DIEGO.- ¿Usted no habrá dormido bien esta noche?DOÑA FRANCISCA.- No, señor. ¿Y usted?DON DIEGO.- Tampoco.DOÑA FRANCISCA.- Ha hecho demasiado calor.

5 DON DIEGO.- ¿Está usted desazonada?DOÑA FRANCISCA.- Alguna cosa.DON DIEGO.- ¿Qué siente usted? (Se sienta junto a Doña Francisca).DOÑA FRANCISCA.- No es nada ... Así un poco de ... Nada ... no tengo nada.DON DIEGO.- Algo será, porque la veo a usted muy abatida, llorosa,

10 inquieta ... ¿Qué tiene usted, Paquita? ¿No sabe usted que la quiero tanto?DOÑA FRANCISCA.- Sí, señor.DON DIEGO.- Pues ¿por qué no hace usted más confianza de mí? ¿Piensa usted que no tendré yo mucho gusto en hallar ocasiones de complacerla?DOÑA FRANCISCA.- Ya lo sé.

15 DON DIEGO.- ¿Pues cómo, sabiendo que tiene usted un amigo, no desahoga con él su corazón?DOÑA FRANCISCA.- Porque eso mismo me obliga a callar.DON DIEGO.- Eso quiere decir que tal vez soy yo la causa de su pesadumbre de usted.

20 DOÑA FRANCISCA.- No, señor; usted en nada me ha ofendido ... No es de usted de quien yo me debo quejar.DON DIEGO.- Pues ¿de quién, hija mía? ... Venga usted acá ... (Se acerca más). Hablemos siquiera una vez sin rodeos ni disimulación ... Dígame usted: ¿no es cierto que usted mira con algo de repugnancia este casamiento que

25 se la propone? ¿Cuánto va que si la dejasen a usted entera libertad para la elección no se casaría conmigo?DOÑA FRANCISCA.- Ni con otro.DON DIEGO.- ¿Será posible que usted no conozca otro más amable que yo, que la quiera bien, y que la corresponda como usted merece?

30 DOÑA FRANCISCA.- No, señor; no, señor.DON DIEGO.- Mírelo usted bien.DOÑA FRANCISCA.- ¿No le digo a usted que no?DON DIEGO.- ¿Y he de creer, por dicha, que conserve usted tal inclinación al retiro en que se ha criado, que prefiera la austeridad del convento a una vida

35 más ...?DOÑA FRANCISCA.- Tampoco; no señor ... Nunca he pensado así.DON DIEGO.- No tengo empeño de saber más ... Pero de todo lo que acabo de oír resulta una gravísima contradicción. Usted no se halla inclinada al estado religioso, según parece. Usted me asegura que no tiene queja

40 ninguna de mí, que está persuadida de lo mucho que la estimo, que no piensa casarse con otro, ni debo recelar que nadie dispute su mano ... Pues ¿qué llanto es ése? ¿De dónde nace esa tristeza profunda, que en tan poco tiempo ha alterado su semblante de usted, en términos que apenas le reconozco? ¿Son éstas las señales de quererme exclusivamente a mí, de

45 casarse gustosa conmigo dentro de pocos días? ¿Se anuncian así la alegría y el amor? (Se va iluminando lentamente la escena, suponiendo que viene la luz del día).DOÑA FRANCISCA.- Y ¿qué motivos le he dado a usted para tales desconfianzas?

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50 DON DIEGO.- ¿Pues qué? Si yo prescindo de estas consideraciones, si apresuro las diligencias de nuestra unión, si su madre de usted sigue aprobándola y llega el caso de ...DOÑA FRANCISCA.- Haré lo que mi madre me manda, y me casaré con usted.DON DIEGO.- ¿Y después, Paquita?

55 DOÑA FRANCISCA.- Después ... y mientras me dure la vida, seré mujer de bien.DON DIEGO.- Eso no lo puedo yo dudar ... Pero si usted me considera como el que ha de ser hasta la muerte su compañero y su amigo, dígame usted: estos títulos ¿no me dan algún derecho para merecer de usted mayor

60 confianza? ¿No he de lograr que usted me diga la causa de su dolor? Y no para satisfacer una impertinente curiosidad, sino para emplearme todo en su consuelo, en mejorar su suerte, en hacerla dichosa, si mi conato y mis diligencias pudiesen tanto.DOÑA FRANCISCA.- ¡Dichas para mí! ... Ya se acabaron.

65 DON DIEGO.- ¿Por qué?DOÑA FRANCISCA.- Nunca diré por qué.DON DIEGO.- Pero ¡qué obstinado, qué imprudente silencio! ... Cuando usted misma debe presumir que no estoy ignorante de lo que hay.DOÑA FRANCISCA.- Si usted lo ignora, señor Don Diego, por Dios no finja que

70 lo sabe; y si en efecto lo sabe usted, no me lo pregunte.DON DIEGO.- Bien está. Una vez que no hay nada que decir, que esa aflicción y esas lágrimas son voluntarias, hoy llegaremos a Madrid, y dentro de ocho días será usted mi mujer.DOÑA FRANCISCA.- Y daré gusto a mi madre.

75 DON DIEGO.- Y vivirá usted infeliz.DOÑA FRANCISCA.- Ya lo sé.DON DIEGO.- Ve aquí los frutos de la educación. Esto es lo que se llama criar bien a una niña: enseñada a que desmienta y oculte las pasiones más inocentes con una pérfida disimulación. Las juzgan honestas luego que las

80 ven instruidas en el arte de callar y mentir. Se obstinan en que el temperamento, la edad ni el genio no han de tener influencia alguna en sus inclinaciones, o en que su voluntad ha de torcerse al capricho de quien las gobierna. Todo se las permite, menos la sinceridad. Con tal que no digan lo que sienten, con tal que finjan aborrecer lo que más desean, con tal que se

85 presten a pronunciar, cuando se lo mandan, un sí perjuro, sacrílego, origen de tantos escándalos, ya están bien criadas, y se llama excelente educación la que inspira en ellas el temor, la astucia y el silencio de un esclavo.DOÑA FRANCISCA.- Es verdad ... Todo eso es cierto ... Eso exigen de nosotras, eso aprendemos en la escuela que se nos da ... Pero el motivo de

90 mi aflicción es mucho más grande.

¿COMENTAMOS?

1. Relaciona el tema del texto con el objetivo del teatro neoclásico.

2. Observa la forma del texto. ¿Responde al modelo neoclásico? Comenta tu respuesta.

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6. SIGLO XIX: ROMANTICISMO, REALISMO Y NATURALISMO

La sociedad europea del siglo XIX está marcada por dos circunstancias: la herencia de la Revolución Francesa y la industrialización. Ambos factores condicionan el pensamiento político y los conflictos sociales, que se reflejan en la literatura. La primera mitad del siglo, época del Romanticismo, se caracteriza por los enfrentamientos entre el absolutismo y el liberalismo. En cambio, la segunda mitad del siglo, etapa del Realismo y Naturalismo, se define por el auge de la burguesía, el desarrollo industrial, el progreso tecnológico y los avances científicos. La burguesía consolidó su poder económico y se convirtió en la clase dominante. Al mismo tiempo, el proletariado, que fue cobrando conciencia de su importancia social, se organizó para reclamar sus derechos.

ROMANTICISMO Durante la primera mitad del siglo XIX se desarrolló el Romanticismo. Esta corriente, nacida a finales del XVIII en Alemania e Inglaterra, se extendió por Europa y América. El Romanticismo no es sólo una corriente artística, sino un amplio movimiento repercute en todos los órdenes de la vida: cultura, política, sociedad… Los románticos manifiestan una profunda insatisfacción ante los valores de la sociedad y consideran que el mayor bien del individuo es la libertad. Estéticamente, el Romanticismo se alejó de las formas neoclásicas, que, según sus ideas, limitaban la libertad del artista. Además, el arte debía tender a mostrar las emociones con intensidad y vehemencia, sin reglas ni imposiciones.

La mentalidad romántica se caracteriza por estos rasgos:

• Individualismo. El romántico se rebela contra todo lo que se opone a su yo personal, contra aquello que limita sus aspiraciones amorosas, sociales o po-líticas. De ahí que las obras expresen la intimidad del artista y den una vi-sión subjetiva de la realidad.

• Rechazo de la realidad. Los límites que el mundo impone al romántico le producen un sentimiento de frustración y, frente a la realidad, reacciona me-diante la evasión (que le permite refugiarse en la imaginación de mundos fantásticos, de países exóticos o de épocas pasadas) o la rebeldía contra el orden establecido y las costumbres convencionales.

• Irracionalismo. Frente al racionalismo ilustrado, el Romanticismo valora lo irracional: emociones, sueños, fantasías…

• Defensa de la libertad. La libertad constituye la base del pensamiento ro-mántico; se considera fundamental en todos los ámbitos de la vida: en lo so-cial, político o artístico. En el arte, los románticos rechazan las normas neo-clásicas, buscando ante todo la originalidad, el estilo personal.

• La naturaleza. El mundo natural adquiere importancia en el arte y el paisa-je se adapta al estado de ánimo del autor. Son frecuentes los paisajes deso-lados, las tormentas, la noche o los cementerios, que intensifican los senti-mientos de melancolía, tristeza, soledad…

• El nacionalismo. Frente al espíritu universalista del Neoclasicismo, los ro-mánticos valoran los rasgos de cada país y recuperan su historia, sus cos-tumbres y su lengua.

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En la literatura castellana, el Romanticismo, por diferentes circunstancias históricas, es un movimiento tardío y breve, que no supone el cambio de mentalidad ni de estructuras políticas que se da en otros países. El movimiento romántico se hace evidente a partir de 1833, cuando los liberales vuelven del exilio influidos por el Romanticismo europeo.

El Romanticismo revitaliza la lírica y el teatro, géneros adecuados al intimismo y la vehemencia del espíritu romántico. También instaura la libertad absoluta del artista para combinar o crear nuevos géneros. La prosa romántica sólo alcanza su madurez en los artículos periodísticos de Larra y en las Leyendas de Bécquer.

1. LA POESÍA ROMÁNTICA

La poesía romántica se caracteriza por la superación de la fría poesía neoclásica. Se distinguen dos tendencias poéticas: la lírica, en la que predominan la intensidad, la emotividad y el subjetivismo; y la narrativa, de temática histórica, legendaria o exótica.

La lírica del Romanticismo se caracterizó por un estilo retórico y altisonante, con abundancia de exclamaciones. En cuanto a la métrica, los autores emplearon las estrofas clásicas, pero crearon nuevas combinaciones métricas. La polimetría, el uso de diversas variaciones métricas dentro del mismo poema, fue una práctica corriente. La composición favorita, no obstante, por su arraigo en la tradición clásica española, fue el romance.

Los temas románticos abarcan el rechazo del entorno, la exaltación sentimental, el anhelo de libertad, la comunión con la naturaleza, etc.

La poesía narrativa del Romanticismo puede clasificarse en poemas extensos (poemas narrativos de varios miles de versos, que tratan temas históricos, legendarios o fantásticos) y en poemas breves (también de temática legendaria e histórica, en los cuales la estrofa más utilizada es el romance).

1.1. José de Espronceda (1808-1842)

Espronceda es el prototipo del romántico liberal exaltado. Así se puede comprobar tanto en su obra literaria como en su actitud frente a la sociedad. El autor crea composiciones líricas personales y exaltadas, que tratan de temas diversos. Así pues, algunos de sus poemas tratan de los marginados sociales, con los que se identifica, porque él también se siente un rebelde que rechaza las convenciones sociales; ejemplo de ello serían Canción del Pirata, El mendigo o El verdugo. En otras composiciones se lamenta por la juventud perdida, o bien expresa sus ideales políticos o sociales.

Sus obras poéticas más importantes son dos extensos poemas narrativos: El estudiante de Salamanca, historia de ambiente misterioso y nocturno que narra la peripecia de Félix de Montemar, genuino seductor como Don Juan; y El diablo mundo, reflexión épica sobre la vida humana. Se trata de un poema inacabado en el que destaca el “Canto a Teresa”, una elegía en la que muestra sentimientos muy diversos ante la muerte de su amada.

El estilo literario de Espronceda es grandilocuente y enfático, ya que muestra la expresión de un temperamento apasionado: gusta del verso rítmico, sonoro; de los frecuentes cambios métricos; de los contrastes violentos; de la abundante adjetivación efectista; de las interrogaciones retóricas… La musicalidad de su poesía han contribuido a hacerla muy popular.

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1.2. ROMANTICISMO TARDÍO A partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuando ya en toda Europa ha

entrado en decadencia el Romanticismo y han empezado a desarrollarse las tendencias realistas, en España dos grandísimos poetas, Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro, huyen de la poesía de moda en la época: prefieren un tipo de poesía intimista de forma sencilla y cuidada.

1.2.1. Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)

La obra poética de Bécquer es breve, aunque muy valiosa. Sus Rimas se componen de poco más de ochenta poemas cortos, divididos en cuatro apartados temáticos:

• La poesía y la inspiración poética (rimas I-VIII).• El amor ilusionado (rimas IX-XXIX).• El fracaso amoroso y el desengaño (rimas XXX-LI).• La soledad y la muerte (rimas LII-LXXVI).

Se trata, pues, de una poesía subjetiva, que expresa las vivencias del poeta. El estilo es sencillo, pero de una gran perfección formal. Bécquer crea

estrofas nuevas, con preferencia por la rima asonante. De esta manera, el contenido del poema se expresa sin retórica, pero con gran intensidad. El intimismo de la lírica romántica alemana y las formas sencillas de la poesía andaluza se funden en la obra de Bécquer, dando lugar a una nueva manera de entender y escribir la poesía.

De la producción en prosa de Bécquer destacan las Leyendas, relatos donde los rasgos románticos son patentes. Se trata de narraciones fantásticas, a través de las cuales Bécquer, mediante la prosa lírica, expresa sentimientos y emociones íntimas.

1.2.2. Rosalía de Castro (1837-1885)

La autora gallega destaca, sobre todo, por su extraordinaria poesía lírica de En las orillas del Sar, libro fundamental para la lírica castellana. Además, sus libros escritos en gallego la convierten en el símbolo del Rexurdimento gallego.

Con un estilo personal, sencillo y directo, Rosalía de Castro integra sus sentimientos sobre el amor, la soledad, la tristeza, las injusticias… con la descripción de la naturaleza. En sus poemas utiliza, generalmente, el verso asonante y diversas combinaciones métricas.

2. EL TEATRO

El teatro romántico español, en el cual predomina el drama y cuyo objetivo es conmover al espectador, en parte, es una continuación del teatro del Siglo de Oro, en especial de Lope y de Calderón, que el Neoclasicismo no había hecho olvidar.

Respecto a la forma, la libertad del autor prevalece sobre las normas clásicas. Por eso, se mezcla lo trágico y lo cómico, la prosa y el verso, no se respetan las tres unidades, etc. En cuanto a los temas, abundan los conflictos en torno al amor y la libertad, que enfrentan al héroe romántico con el mundo exterior y que suelen desembocar en un final trágico.

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2.1. Ángel de Saavedra, duque de Rivas (1791-1865)

Su obra más representativa es el drama Don Álvaro o la fuerza del sino, que contiene las características propias del drama romántico: por un lado, el tema principal es el destino trágico, el sino fatal, que persigue al protagonista; por otro, formalmente, mezcla lo trágico y lo cómico, la prosa y el verso, no respeta las tres unidades. Su estilo tiene gran fuerza y dinamismo, aunque también hay excesos retóricos y sentimentales.

2.2. José Zorrilla (1817-1893)

Como autor teatral, destaca por su Don Juan Tenorio, una de las recreaciones más afortunadas del mito de don Juan, aunque Zorrilla introduce una importante modificación en el argumento clásico: don Juan se enamora sinceramente de doña Inés, mujer inocente y angelical. La fuerza de este amor le permite redimir su vida escandalosa y salvar su alma, gracias a lo cual puede reunirse en el cielo con su amada, en vez de ser arrastrado al infierno. El autor concentra la acción dramática en el protagonista, dándole un ritmo rápido, que atrapa el interés del espectador. Además se apoya en una versificación variada, de ritmo altisonante pero fluido y fácil.

Ambientada en Sevilla, en el siglo XVI, la obra se divide en dos partes: la primera expone la vida libertina de don Juan, la seducción de doña Inés y su rapto. La segunda, cuando ya ha muerto de pena doña Inés, trata de la transformación que llevará a don Juan a la redención, tras la escena en la que el seductor desafía a la estatua del Comendador, padre de doña Inés y a quien antes había dado muerte.

3. LA PROSA En la prosa romántica destacan dos géneros: la novela histórica, que trata,

generalmente, sobre temas histórico-legendarios situados en la Edad Media, y el costumbrismo, género estrechamente relacionado con el periodismo. En las revistas de la época se publicaban artículos o “cuadros de costumbres” que describían en tono gracioso la realidad cotidiana: costumbres o modos de vivir del país y personajes populares. Si bien el costumbrismo tuvo su origen en el Romanticismo, este género influiría en el desarrollo de la novela realista.

3.1. Mariano José de Larra (1809-1837)

Larra ocupa un lugar importante en la literatura española gracias a sus artículos periodísticos, aunque también cultivó la novela histórica y el drama romántico. Según sus temas, los artículos periodísticos de Larra se clasifican en:

• Artículos de costumbres. Frente a la intención descriptiva y pintoresca del género, que se limita a reflejar de manera nostálgica las costumbres y tipos populares en tono amable, Larra ofrece una visión crítica y satírica de la sociedad con la intención de reformar y modernizar el país. De ahí que satirice la ignorancia, la vanidad, la hipocresía, la desidia burocrática, la de-sorganización social, el atraso del país…

• Artículos políticos. Ofrecen una visión global del panorama político de su época.

• Artículos literarios. Recogen comentarios críticos sobre la literatura del momento, especialmente el teatro.

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Larra supo encontrar un estilo personal y directo, sin grandes complicaciones, aunque con un lenguaje muy cuidado. Larra, como romántico que es, se implica en los artículos. Utiliza como tesis una anécdota o un hecho cotidiano para expresar, con aguda ironía y fuerte carga crítica, su visión particular de la realidad. Los artículos de Larra tienen una gran vigencia en la actualidad, y su autor es considerado el iniciador de la prosa contemporánea española.

TEXTO 23José de Espronceda

Canción del pirataCon diez cañones por banda,viento en popa, a toda vela,no corta el mar, sino vuela,un velero bergantín:bajel pirata que llaman, 5por su bravura, el Temido,en todo el mar conocidodel uno al otro confín.

La luna en el mar rïela,en la lona gime el viento, 10y alza en blando movimientoolas de plata y azul;y va el capitán pirata,cantando alegre en la popa,Asia a un lado, al otro Europa, 15y allá a su frente Estambul:

"Navega, velero mío,sin temor,que ni enemigo navío,ni tormenta, ni bonanza 20tu rumbo a torcer alcanza,ni a sujetar tu valor.

Veinte presashemos hechoa despecho 25del inglés,y han rendidosus pendonescien nacionesa mis pies." 30

Que es mi barco mi tesoro,que es mi Dios la libertad,mi ley, la fuerza y el viento;mi única patria, la mar.

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Allá muevan feroz guerra 35ciegos reyespor un palmo más de tierra,que yo tengo aquí por míocuanto abarca el mar bravío,a quien nadie impuso leyes. 40

Y no hay playa,sea cualquiera,ni banderade esplendor,que no sienta 45mi derechoy dé pechoa mi valor.Que es mi barco mi tesoro...

A la voz de «¡barco viene!», 50 es de vercómo vira y se previenea todo trapo a escapar:que yo soy el rey del mar,y mi furia es de temer. 55

En las presasyo dividolo cogidopor igual;sólo quiero 60por riquezala bellezasin rival.

Que es mi barco mi tesoro…

¡Sentenciado estoy a muerte! 65Yo me río:no me abandone la suerte,y al mismo que me condena,colgaré de alguna antena,quizá en su propio navío. 70

Y si caigo,¿qué es la vida?Por perdidaya la di,cuando el yugo 75del esclavo,como un bravo,sacudí.

Que es mi barco mi tesoro… Son mi música mejor 80aquilones,el estrépito y temblorde los cables sacudidos,del negro mar los bramidosy el rugir de mis cañones. 85

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Y del truenoal son violento,y del vientoal rebramar,yo me duermo 90sosegado,arrulladopor el mar.

Que es mi barco mi tesoro…

¿AMPLIAMOS?

1. El poema es típicamente romántico, tanto formal como temáticamente. Demuéstralo.

. formalmente...

. temáticamente...

2. Busca y comenta alguna hipérbole presente en el texto.

3. Señala las aliteraciones de las dos últimas estrofas y explica qué tipo de sonoridad aportan.

4. ¿Por qué el pirata, siendo un peligroso delincuente, fascina a los románticos (y, a través, de ellos, a nuestra propia cultura actual)?

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Canto a Teresa (fragmento) ¿Por qué volvéis a la memoria mía,tristes recuerdos del placer perdido,a aumentar la ansiedad y la agoníade este desierto corazón herido?¡Ay!, que de aquellas horas de alegría 5le quedó al corazón sólo un gemido,¡y el llanto que al dolor los ojos nieganlágrimas son de hiel que el alma anegan!

¿Dónde volaron, ¡ay!, aquellas horasde juventud, de amor y de ventura, 10regaladas de músicas sonoras,adornadas de luz y de hermosura?Imágenes de oro bullidoras,sus alas de carmín y nieve pura,al sol de mi esperanza desplegando, 15pasaban, ¡ay!, a mi alrededor cantando. […]

¡Oh, Teresa! ¡Oh, dolor! Lágrimas mías,¡ah!, ¿dónde estáis que no corréis a mares?¿Por qué, por qué como en mejores díasno consoláis vosotras mis pesares? 20¡Oh!, los que no sabéis las agoníasde un corazón que penas a millares,¡ay! desgarraron y que ya no llora,¡piedad tened de mi tormento ahora! […]

¿Quién pensara jamás, Teresa mía, 25que fuera eterno manantial del llantotanto inocente amor, tanta alegría,tantas delicias y delirio tanto?¿Quién pensara jamás llegase un díaen que perdido el celestial encanto 30y caída la venda de los ojos,cuanto diera placer causara enojos?

¿ANALIZAMOS?

1. ¿Cuál es el tema principal?

2. Analiza la medida y la rima, e indica el tipo de estrofa que se utiliza.

3. Señala las interrogaciones retóricas y las exclamaciones, e indica si dan al poema un tono enfático.

4. El poeta utiliza el tópico clásico ubi sunt (´¿dónde están…?`). Indica dos citas en que se haga evidente.

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TEXTO 24Rosalía de Castro

En las orillas del Sar (poema)

Ya que de la esperanza, para la vida mía,triste y descolorido ha llegado el ocaso,a mi morada oscura, desmantelada y fría tornemos paso a paso,porque con su alegría no aumente mi amargura 5 la blanca luz del día.

Contenta el negro nido busca el ave agorera,bien reposa la fiera en el antro escondido,en su sepulcro el muerto, el triste en el olvido, y mi alma en su desierto. 10

TRABAJEMOS EL POEMA

1.Analiza la métrica.

2. Determina el tema.

TEXTO 25Dón Álvaro o la fuerza del sino del duque de Rivas

Este fragmento pertenece a las dos últimas escenas de la obra, donde se produce el desenlace de la acción.

Los MISMOS y DOÑA LEONOR, vestida con un saco, y esparcidos los cabellos, pálida y desfigurada, aparece a la puerta de la gruta, y se oye repicar a lo lejos las campanas del convento.

DOÑA LEONOR: Huid, temerario; temed la ira del Cielo.DON ÁLVARO: (Retrocediendo horrorizado por la montaña abajo)¡Una mujer!... ¡Cielos!... ¡Qué acento!... ¡Es un espectro!...Imagen adorada... ¡Leonor ¡Leonor!

5 DON ALFONSO: (Como queriéndose incorporar) ¡Leonor!... ¿Qué escucho? ¡Mi hermana!DOÑA LEONOR: (Corriendo detrás de don Álvaro)¡Dios mío! ¿Es don Álvaro?... Conozco su voz... Él es... ¡Don Álvaro!DON ALFONSO: ¡Oh furia! Ella es... ¡Estaba aquí con su seductor!...

10 ¡Hipócritas!... ¡Leonor!!!DOÑA LEONOR: ¡Cielos!... ¡Otra voz conocida!... ¿Mas qué veo?... (Se precipita hacia donde ve a DON ALFONSO) DON ALFONSO: ¡Ves al último de tu infeliz familia! DOÑA LEONOR: (Precipitándose en los brazos de su hermano) ¡Hermano

15 mío!... ¡Alfonso!DON ALFONSO: (Hace un esfuerzo, saca un puñal, y hiere de muerte a Leonor)Toma, causa de tantos desastres, recibe el premio de tu deshonra... Muero vengado. (Muere)

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DON ÁLVARO: ¡Desdichado!... ¿Qué hiciste?... ¡Leonor! ¿Eras tú?...¿Tan cerca 20 de mí estabas?... ¡Ay! (Sin osar acercarse a los cadáveres) Aún respira... Aún

palpita aquel corazón todo mío...Ángel de mi vida... Vive, vive... Yo te adoro... ¡Te hallé, por fin... sí, te hallé... muerta! (Queda inmóvil)

Hay un rato de silencio; los truenos resuenan más fuertes que nunca, crecen los relámpagos, y se oye cantar a lo lejos el Miserere a la comunidad, que se acerca lentamente.

VOZ DENTRO: Aquí, aquí; ¡qué horror!(DON ÁLVARO vuelve en sí, y luego huye hacia la montaña. ale el P. GUARDIÁN con la comunidad, que queda

25 asombrada)P. GUARDIÁN: ¡Dios mío!... ¡Sangre derramada! ¡Cadáveres!... ¡La mujer penitente!TODOS LOS FRAILES: ¡Una mujer!... ¡Cielos!P. GUARDIÁN: ¡Padre Rafael!

30 DON ÁLVARO: (Desde un risco, con sonrisa diabólica, todo convulso, dice:)Busca, imbécil, al padre Rafael...Yo soy un enviado del infierno, soy el demonio exterminador... Huid, miserables.TODOS: ¡Jesús, Jesús! DON ÁLVARO: Infierno, abre tu boca y trágame. Húndase el cielo, perezca la

35 raza humana; exterminio, destrucción... (Sube a lo más alto del monte y se precipita) P. GUARDIÁN Y LOS FRAILES: (Aterrados y en actitudes diversas) ¡Misericordia, Señor! ¡Misericordia!

¿AMPLIAMOS?

1.Señala las “casualidades” que se dan en estas escenas finales e indica qué relación tienen con el tema principal.

2. ¿Qué aspectos de la escenografía recrean un ambiente romántico en la escena final? ¿Qué importancia tiene en el desarrollo de la acción?

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TEXTO 26Don Juan Tenorio de José Zorrilla

En el siguiente fragmento de Don Juan Tenorio, don Juan pretende conquistar a la novicia doña Inés. Gracias a una celestina, consigue entrar en el convento y llevársela a una finca a orillas del Guadalquivir. Allí, sucede esta famosa escena:

D. JUAN: ¡Cálmate, pues, vida mía!Reposa aquí; y un momentoolvida de tu conventola triste cárcel sombría.¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor, 5que en esta apartada orillamás pura la luna brillay se respira mejor? […]Esa armonía que el vientorecoge entre esos millares 10de floridos olivares,que agita con manso aliento;ese dulcísimo acentocon que trina el ruiseñorde sus copas morador, 15llamando al cercano día,¿no es verdad, gacela mía,que están respirando amor? […] Y esas dos líquidas perlasque se desprenden tranquilas 20de tus radiantes pupilasconvidándome a beberlas,evaporarse a no verlasde sí mismas al calor;y ese encendido color 25que en tu semblante no había,¿no es verdad, hermosa mía,que están respirando amor?¡Oh! Sí, bellísima Inés,espejo y luz de mis ojos; 30 escucharme sin enojos,como lo haces, amor es;mira aquí a tus plantas, pues,todo el altivo rigorde este corazón traidor 35que rendirse no creía,adorando, vida mía,la esclavitud de tu amor.

Dª INÉS: Callad, por Dios, ¡oh, don Juan!,que no podré resistir 40mucho tiempo sin morir,tan nunca sentido afán.¡Ah! Callad, por compasión,que oyéndoos, me pareceque mi cerebro enloquece 45y se arde mi corazón.¡Ah! Me habéis dado a beberun filtro infernal sin duda,que a rendiros os ayudala virtud de la mujer. 50Tal vez poseéis, don Juan,

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un misterioso amuleto,que a vos me atrae en secretocomo irresistible imán.Tal vez Satán puso en vos 55su vista fascinadora,su palabra seductora,y el amor que negó a Dios.¿Y qué he de hacer, ¡ay de mí!,sino caer en vuestros brazos, 60si el corazón en pedazosme vais robando de aquí?No, don Juan, en poder míoresistirte no está ya.Yo voy a ti, como va 65sorbido al mar ese río.Tu presencia me enajena,tus palabras me alucinany tus ojos me fascinan,y tu aliento me envenena. 70¡Don Juan!, ¡don Juan!, yo lo implorode tu hidalga compasión:o arráncame el corazón,o ámame, porque te adoro.

COMENTEMOS

1.La estructura de la intervención de don Juan es muy clara: tras unos versos introductorios, el seductor inicia los requiebros amorosos. En ellos se aprecia una estructura repetitiva, cerrada por una pregunta, que acaba con una conclusión final. Identifica estas partes en el texto.

2. Identifica las preguntas retóricas de doña Inés. ¿Qué función tienen en su parlamento? ¿Qué queda claro después de escucharlas?

3. ¿El texto refleja el espíritu romántico? ¿En qué sentido?

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TEXTO 27Mariano José de Larra“Un reo de muerte”

Un pueblo entero obstruye ya las calles de tránsito. Las ventanas y balcones están coronados de espectadores sin fin, que se pisan, se apiñan, y se agrupan para devorar con la vista el último dolor del hombre.

-¿Qué espera esa multitud?- diría un extranjero que desconociese las 5 costumbres-. ¿Es un rey el que va a pasar; ese ser coronado, que es todo un

espectáculo para un pueblo? ¿Es un día solemne? ¿Es una pública festividad? ¿Qué hacen ociosos esos artesanos? ¿Qué curiosea esta nación? Nada de eso. Ese pueblo de hombres va a ver morir a un hombre. -¿Cómo va?

10 -¿Quién es? -¡Pobrecillo!

-Merecido lo tiene. -¡Ay!, si va muerto ya.

-¿Va sereno?15 -¡Qué entero va!

He aquí las preguntas y expresiones que se oyen resonar en derredor. Numerosos piquetes de infantería y caballería esperan en torno del patíbulo. He notado que en semejante acto siempre hay alguna corrida; el terror que la situación del momento imprime en los ánimos causa la mitad del

20 desorden; la otra mitad es obra de la tropa que va a poner orden. ¡Siempre bayonetas en todas partes! ¿Cuándo veremos una sociedad sin bayonetas? ¡No se puede vivir sin instrumentos de muerte! Esto no hace por cierto el elogio de la sociedad ni del hombre. […] Un tablado se levanta en un lado de la plazuela: la tablazón desnuda

25 manifiesta que el reo no es noble. ¿Qué quiere decir un reo noble? ¿Qué quiere decir garrote vil? Quiere decir indudablemente que no hay idea positiva ni sublime que el hombre no impregne de ridiculeces.

Mientras estas reflexiones han vagado por mi imaginación, el reo ha llegado al patíbulo; […] había llegado el momento de la catástrofe; el que

30 sólo había robado acaso a la sociedad, iba a ser muerto por ella; la sociedad también da ciento por uno: si había hecho mal matando a otro, la sociedad iba a hacer bien matándole a él. Un mal se iba a remediar con dos.

El reo se sentó por fin. ¡Horrible asiento! Miré al reloj: las doce y diez minutos; el hombre vivía aún... De allí a un momento una lúgubre

35 campanada de San Millán, semejante el estruendo de las puertas de la eternidad que se abrían, resonó por la plazuela; el hombre no existía ya; todavía no eran las doce y once minutos. "La sociedad, exclamé, estará ya satisfecha: ya ha muerto un hombre."

ACTIVIDADES

1. ¿Qué propósito persigue Larra con este artículo?

2. El autor muestra su opinión sobre la pena de muerte. Cita palabras del texto donde se exprese con claridad .

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“Vuelva usted mañana”

Un extranjero de éstos fue el que se presentó en mi casa, provisto de competentes cartas de recomendación para mi persona. Asuntos intrincados de familia, reclamaciones futuras, y aun proyectos vastos concebidos en París de invertir aquí sus cuantiosos caudales en tal cual especulación

5 industrial o mercantil, eran los motivos que a nuestra patria le conducían. Acostumbrado a la actividad en que viven nuestros vecinos, me

aseguró formalmente que pensaba permanecer aquí muy poco tiempo, sobre todo si no encontraba pronto objeto seguro en que invertir su capital. Pareciome el extranjero digno de alguna consideración, trabé presto amistad

10 con él, y lleno de lástima traté de persuadirle a que se volviese a su casa cuanto antes, siempre que seriamente trajese otro fin que no fuese el de pasearse. Admirole la proposición, y fue preciso explicarme más claro.

-Mirad -le dije-, monsieur Sans-délai, que así se llamaba; vos venís decidido a pasar quince días, y a solventar en ellos vuestros asuntos.

15 -Ciertamente -me contestó--. Quince días, y es mucho. Mañana por la mañana buscamos un genealogista para mis asuntos de familia; por la tarde revuelve sus libros, busca mis ascendientes, y por la noche ya sé quién soy. En cuanto a mis reclamaciones, pasado mañana las presento fundadas en los datos que aquél me dé, legalizados en debida forma; y como será una

20 cosa clara y de justicia innegable (pues sólo en este caso haré valer mis derechos), al tercer día se juzga el caso y soy dueño de lo mío. En cuanto a mis especulaciones, en que pienso invertir mis caudales, al cuarto día ya habré presentado mis proposiciones. Serán buenas o malas, y admitidas o desechadas en el acto, y son cinco días; en el sexto, séptimo y octavo, veo lo

25 que hay que ver en Madrid; descanso el noveno; el décimo tomo mi asiento en la diligencia, si no me conviene estar más tiempo aquí, y me vuelvo a mi casa; aún me sobran de los quince, cinco días.

Al llegar aquí monsieur Sans-délai, traté de reprimir una carcajada que me andaba retozando ya hacía rato en el cuerpo, y si mi educación logró

30 sofocar mi inoportuna jovialidad, no fue bastante a impedir que se asomase a mis labios una suave sonrisa de asombro y de lástima que sus planes ejecutivos me sacaban al rostro mal de mi grado.

-Permitidme, monsieur Sans-délai -le dije entre socarrón y formal-, permitidme que os convide a comer para el día en que llevéis quince meses

35 de estancia en Madrid.-¿Cómo?-Dentro de quince meses estáis aquí todavía.-¿Os burláis?-No por cierto.

40 -¿No me podré marchar cuando quiera? ¡Cierto que la idea es graciosa!

-Sabed que no estáis en vuestro país activo y trabajador.[…]Amaneció el día siguiente, y salimos entrambos a buscar un

genealogista, lo cual sólo se pudo hacer preguntando de amigo en amigo y 45 de conocido en conocido; encontrámosle por fin, y el buen señor, aturdido de

ver nuestra precipitación, declaró francamente que necesitaba tomarse algún tiempo; instósele, y por mucho favor nos dijo definitivamente que nos diéramos una vuelta por allí dentro de unos días. Sonreíme y marchámonos. Pasaron tres días: fuimos.

50 -Vuelva usted mañana -nos respondió la criada-, porque el señor no se ha levantado todavía.

-Vuelva usted mañana -nos dijo al siguiente día-, porque el amo acaba de salir.

-Vuelva usted mañana -nos respondió al otro-, porque el amo está 55 durmiendo la siesta.

-Vuelva usted mañana -nos respondió el lunes siguiente-, porque hoy ha ido a los toros.

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-¿Qué día, a qué hora se ve a un español? Vímosle por fin, y Vuelva usted mañana -nos dijo-, porque se me ha olvidado. Vuelva usted mañana,

60 porque no está en limpio. A los quince días ya estuvo; pero mi amigo le había pedido una

noticia del apellido Díez, y él había entendido Díaz y la noticia no servía. Esperando nuevas pruebas, nada dije a mi amigo, desesperado ya de dar jamás con sus abuelos.

65 Es claro que faltando este principio no tuvieron lugar las reclamaciones. Para las proposiciones que acerca de varios establecimientos y

empresas utilísimas pensaba hacer, había sido preciso buscar un traductor; por los mismos pasos que el genealogista nos hizo pasar el traductor; de mañana en mañana nos llevó hasta el fin del mes. Averiguamos que

70 necesitaba dinero diariamente para comer, con la mayor urgencia; sin embargo, nunca encontraba momento oportuno para trabajar. El escribiente hizo después otro tanto con las copias, sobre llenarlas de mentiras, porque un escribiente que sepa escribir no le hay en este país.

No paró aquí; un sastre tardó veinte días en hacerle un frac, que le 75 había mandado llevarle en veinticuatro horas; el zapatero le obligó con su

tardanza a comprar botas hechas; la planchadora necesitó quince días para plancharle una camisola; y el sombrerero, a quien le había enviado su sombrero a variar el ala, le tuvo dos días con la cabeza al aire y sin salir de casa.

80 Sus conocidos y amigos no le asistían a una sola cita, ni avisaban cuando faltaban, ni respondían a sus esquelas. ¡Qué formalidad y qué exactitud!

-¿Qué os parece de esta tierra, monsieur Sans-délai? -le dije al llegar a estas pruebas.

85 -Me parece que son hombres singulares...-Pues así son todos. No comerán por no llevar la comida a la boca.Presentose con todo, yendo y viniendo días, una proposición de

mejoras para un ramo que no citaré, quedando recomendada eficacísimamente.

90 A los cuatro días volvimos a saber el éxito de nuestra pretensión. -Vuelva usted mañana -nos dijo el portero--. El oficial de la mesa no

ha venido hoy.-Grande causa le habrá detenido -dije yo entre mí. Fuímonos a dar un

paseo, y nos encontramos, ¡qué casualidad! al oficial de la mesa en el Retiro, 95 ocupadísimo en dar una vuelta con su señora al hermoso sol de los inviernos

claros de Madrid. Martes era el día siguiente, y nos dijo el portero: -Vuelva usted mañana, porque el señor oficial de la mesa no da

audiencia hoy.100 -Grandes negocios habrán cargado sobre él-, dije yo.

Como soy el diablo y aun he sido duende, busqué ocasión de echar una ojeada por el agujero de una cerradura. Su señoría estaba echando un cigarrito al brasero, y con una charada del Correo entre manos que le debía costar trabajo el acertar.

105 -Es imposible verle hoy -le dije a mi compañero-; su señoría está, en efecto, ocupadísimo.[…]

¿COMENTAMOS?

1. ¿Qué tópicos sobre los españoles aparecen criticados en este artículo?

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“El castellano viejo” Larra ha sido convidado por Braulio –un castellano franco que se precia de mantener viejas costumbres y usos sociales- a una comida. Tras insistirle en que no se retrase, Larra (llamado aquí Fígaro, pseudónimo con el que firmaba sus artículos) acude a casa de su anfitrión. De este modo, el crítico nos brinda una magnífica escena grotesca donde parodia la pésima educación de los personajes no acostumbrados a los usos sociales.

Las cinco eran cuando nos sentábamos a la mesa.Catorce personas éramos en una mesa donde apenas podrían comer

ocho cómodamente. Hubimos de sentarnos de medio lado como quien va a arrimar el hombro a la comida, y entablaron los codos de los convidados

5 íntimas relaciones entre sí con la más fraternal inteligencia del mundo. Colocáronme, por mucha distinción, entre un niño de cinco años, encaramado en unas almohadas que era preciso enderezar a cada momento porque las ladeaba la natural turbulencia de mi joven adlátere, y entre uno de esos hombres que ocupan en el mundo el espacio y sitio de tres.[…]

10 -Sírvase usted.-Hágame usted el favor.-De ninguna manera. -No lo recibiré. -Páselo usted a la señora.

15 -Está bien ahí. -Perdone usted.-Gracias. -Sin etiqueta, señores -exclamó Braulio, y se echó el primero con su

propia cuchara. 20 Sucedió a la sopa un cocido surtido de todas las sabrosas

impertinencias de este engorrosísimo, aunque buen plato; cruza por aquí la carne; por allá la verdura; acá los garbanzos; allá el jamón; la gallina por derecha; por medio el tocino; por izquierda los embuchados de Extremadura. Siguiole un plato de ternera mechada, que Dios maldiga, y a éste otro y

25 otros y otros; mitad traídos de la fonda, que esto basta para que excusemos hacer su elogio, mitad hechos en casa por la criada de todos los días, por una vizcaína auxiliar tomada al intento para aquella festividad y por el ama de la casa, que en semejantes ocasiones debe estar en todo, y por consiguiente suele no estar en nada.

30 -Este plato hay que disimularle -decía ésta de unos pichones-; están un poco quemados.

-Pero, mujer... -Hombre, me aparté un momento, y ya sabes lo que son las criadas. -¡Qué lástima que este pavo no haya estado media hora más al

35 fuego! Se puso algo tarde.-¿No les parece a ustedes que está algo ahumado este estofado? -¿Qué quieres? Una no puede estar en todo. -¡Oh, está excelente! -exclamábamos todos dejándonoslo en el plato-. ¡Excelente! […]

40 Una tormenta espantosa estaba a punto de estallar; empero todos los convidados a porfía probamos a aplacar aquellas disputas, hijas del deseo de dar a entender la mayor delicadeza, para lo cual no fue poca parte la manía de Braulio y la expresión concluyente que dirigió de nuevo a la concurrencia acerca de la inutilidad de los cumplimientos, que así llamaba él a estar bien

45 servido y al saber comer. ¿Hay nada más ridículo que estas gentes que quieren pasar por finas en medio de la más crasa ignorancia de los usos sociales; que para obsequiarle le obligan a usted a comer y beber por fuerza, y no le dejan medio de hacer su gusto? ¿Por qué habrá gentes que solo quieren comer con alguna más limpieza los días de días?

50 A todo esto, el niño que a mi izquierda tenía, hacía saltar las aceitunas a un plato de magras con tomate, y una vino a parar a uno de mis

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ojos, que no volvió a ver claro en todo el día; y el señor gordo de mi derecha había tenido la precaución de ir dejando en el mantel, al lado de mi pan, los huesos de las suyas, y los de las aves que había roído; el convidado de

55 enfrente, que se preciaba de trinchador, se había encargado de hacer la autopsia de un capón, o seo gallo, que esto nunca se supo; fuese por la edad avanzada de la víctima, fuese por los ningunos conocimientos anatómicos del victimario, jamás parecieron las coyunturas.

-Este capón no tiene coyunturas, -exclamaba el infeliz sudando y 60 forcejeando, más como quien cava que como quien trincha.

¡Cosa más rara! En una de las embestidas resbaló el tenedor sobre el animal como si tuviera escama, y el capón, violentamente despedido, pareció querer tomar su vuelo como en sus tiempos más felices, y se posó en el mantel tranquilamente como pudiera en un palo de un gallinero.

65 El susto fue general y la alarma llegó a su colmo cuando un surtidor de caldo, impulsado por el animal furioso, saltó a inundar mi limpísima camisa. […]. Una criada toda azorada retira el capón en el plato de su salsa; al pasar sobre mí hace una pequeña inclinación, y una lluvia maléfica de grasa desciende, como el rocío sobre los prados, a dejar eternas huellas en

70 mi pantalón color de perla. […] ¿Hay más desgracias? ¡Santo cielo! Sí, las hay para mí, ¡infeliz! Doña

Juana, la de los dientes negros y amarillos, me alarga de su plato y con su propio tenedor una fineza, que es indispensable aceptar y tragar; el niño se divierte en despedir a los ojos de los concurrentes los huesos disparados de

75 las cerezas; don Leandro me hace probar el manzanilla exquisito, que he rehusado, en su misma copa, que conserva las indelebles señales de sus labios grasientos; mi gordo fuma ya sin cesar.

PRACTIQUEMOS

1. Larra es un maestro en el uso de la ironía en sus artículos. Anota algún uso irónico que puedas apreciar en el fragmento.

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REALISMO Y NATURALISMO

En la segunda mitad del siglo XIX apareció el Realismo, movimiento que sustituyó la imaginación romántica por la observación, pues pretendía reflejar la vida cotidiana y social tal como era. Si el romántico busca la inspiración en su mundo interior, el realista muestra la realidad exterior de forma objetiva. Entre las características que definen el Realismo cabe destacar las siguientes:

• Se busca, por encima de todo, la objetividad. El escritor intenta que su obra refleje la realidad social de manera exacta. Los sentimientos del autor deben quedar al margen de la obra.

• El afán de objetividad es compatible, no obstante, con el punto de vista narrativo omnisciente, es decir, aquel en que el autor anticipa lo que va a ocurrir, opina y juzga a sus personajes y dialoga con el lector.

• Las obras giran en torno a un protagonista. La obra literaria se convierte en el relato del choque entre sus aspiraciones personales y las normas socia-les. De este enfrentamiento el protagonista suele salir derrotado. En buena parte, se trata del conflicto que ya habían planteado los románticos, solo que ahora el autor se pone del lado de la realidad, “castigando” con el fracaso a los personajes demasiado idealistas.

• El estilo es sobrio, sencillo, fruto de una intensa labor de depuración.

• El Realismo se expresa sobre todo por medio de la novela, el género más apto para describir la realidad social. De este modo, el género novelístico ex-perimentará un extraordinario desarrollo, en detrimento de la poesía y el te-atro.

• El propósito de describir la sociedad en su totalidad casi nunca se cumple, porque el escritor realista se limita a describir el mundo de la burguesía, de la clase media, con escasas incursiones en los ambientes de los obreros o de los marginados. Será el Naturalismo el que incorpore estos sectores a la novela.

En el último tercio del siglo XIX se desarrolla en Francia una tendencia novelística conocida como Naturalismo. Fue creada por Émile Zola, quien pretende que el novelista actúe como un científico. Este movimiento intensifica los principios del Realismo e incorpora la visión determinista del evolucionismo y de las leyes sobre la herencia. El Naturalismo se caracteriza por estos aspectos:

• Para realizar un documento detallado de la realidad, el artista emplea los métodos de las ciencias experimentales y aplica el determinismo. Se-gún esta teoría, el ser humano no es libre, sino que está condicionado por su herencia biológica y su entorno.

• Reproduce ambientes sórdidos o desagradables, y presenta personajes marcados por la herencia y por el medio: tarados, alcohólicos, psicópatas… En general, el Naturalismo representa una corriente crítica que denuncia carencias e injusticias sociales.

Aunque el Realismo llegó con retraso a España, hacia 1868, la producción literaria realista alcanzó un desarrollo considerable. Los novelistas realistas ensayan nuevas formas narrativas. Para renovar la narrativa, los novelistas se apoyan en dos modelos: por un lado, en la tradición realista de la literatura española de los siglos XVI y XVII (Cervantes y la picaresca) y, por otro, en el realismo europeo. Muchas novelas reflejan la ideología de los escritores. Así, pues, Galdós y Clarín muestran sus simpatías por las ideas liberales (Realismo liberal, que busca el progreso de la

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sociedad) e intensifican el enfoque realista, mientras que Alarcón y Pereda defienden posiciones católicas (Realismo conservador).

El Naturalismo llegó a España acompañado de una fuerte polémica. La inició Emilia Pardo Bazán en su ensayo La cuestión palpitante, donde rechaza el determinismo materialista de Zola. De hecho, en la narrativa española resulta difícil distinguir entre Realismo y Naturalismo, ya que este último sólo influyó de forma limitada en algunos escritores; se adoptó la estética naturalista (ciertas técnicas narrativas), pero no la ideología subyacente, que rechazaba la libertad del hombre.

1.AUTORES DE LA NOVELA REALISTA

Entre 1850 y 1870 hubo un período de transición del Romanticismo al Realismo, en el cual se desarrolla una novela prerrealista. El punto de partida del Realismo lo constituye la narrativa costumbrista de Fernán Caballero y, posteriormente, las obras de Alarcón y Pereda. De los novelistas del Realismo, la crítica destaca dos grandes creadores: Galdós y Clarín. En segundo término, se valora la obra de Valera y Pardo Bazán.

1.1. Benito Pérez Galdós (1843-1920)

Nació en Las Palmas de Gran Canaria, pero vivió casi toda su vida en Madrid. Considerado el mejor novelista de la literatura española después de Cervantes, fue un escritor vocacional y profesional, cuya interesante producción teatral quedó eclipada por su obra narrativa.

A) Los episodios nacionales son 46 novelas históricas, escritas a lo largo de toda la carrera literaria de Galdós, que constituyen una amplia reconstrucción novelada de la historia de España en el siglo XIX. A diferencia de la novela histórica romántica, los episodios presentan rigor documental y una intención de interpretar el presente analizando el pasado.

B) Las novelas no históricas se clasifican en cuatro etapas: 1. En sus primeras novelas (años 70), el autor presenta un mundo de

enfrentamientos ideológicos, en el que los tradicionalistas, intransigentes y apegados al pasado se oponen a los progresistas, más abiertos y con la mirada puesta en el futuro. Su propósito es criticar y atacar las posturas más conservadoras. Se trata, por tanto, de novelas “de tesis”, de las que Doña Perfecta es un buen ejemplo.

2. Galdós llamó “Novelas españolas contemporáneas” a las publicadas a partir de 1881. En ellas se refleja un completísimo panorama de la sociedad española de su tiempo, como lo hicieron también Balzac en Francia y Dickens en Inglaterra. A pesar de que Galdós sigue criticando los defectos del mundo que retrata, los personajes de esta serie de novelas son seres humanos complejos, no esquematizados como los de las obras anteriores. Son de destacar La desheredada (influenciada por el Naturalismo), Tormento y, en especial, Fortunata y Jacinta (1887), considerada la obra maestra de Galdós.

3. En las novelas publicadas en la década de los 90, como Nazarín o Misericordia, Galdós muestra un creciente interés por los temas morales y espirituales.

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1.2. Leopoldo Alas “Clarín” (1852-1901)

Leopoldo Alas nació en Zamora, si bien pasó toda su vida en Oviedo. Debido a su ideología liberal, adoptó posturas profundamente críticas frente a la sociedad de su tiempo. Denunció la hipocresía, la corrupción política, los convencionalismos, la insolidaridad, las injusticias, etc.

Además de una serie de excelentes artículos de crítica literaria, la obra de Clarín la componen más de sesenta cuentos y varias novelas. De entre los cuentos, citamos ¡Adiós, Cordera, adiós!. Entre sus novelas destaca La Regenta, una de las cumbres de la narrativa española de todos los tiempos, publicada en el año 1885.

La Regenta consta de treinta capítulos distribuidos en dos partes de quince capítulos cada una. La primera parte transcurre en tres días y en ella predomina la minuciosa descripción de ambientes y de caracteres. En la segunda, una vez ya conocidos los ambientes, los personajes y las relaciones entre éstos, predomina la acción. Por eso, en los quince últimos capítulos pasan tres años. La acción transcurre en Vetusta (trasunto literario de Oviedo), una ciudad anclada en el pasado, tradicional y conservadora. En Vetusta vive la protagonista, Ana Ozores, una mujer inquieta e insatisfecha, que se siente abrumada en una sociedad hipócrita, intransigente, mezquina y apegada al pasado.

El naturalismo de la novela se aprecia, sobre todo, en la presión que la sociedad ejerce sobre los protagonistas, fundamentalmente sobre Ana Ozores, y sobre el magistral Fermín de Pas. La conducta y el temperamento de ambos están marcados por sus orígenes, por el ambiente familiar en que se han educado y por el ambiente social en que se mueven.

Clarín es un gran observador, y lo demuestra en el cuidadoso análisis que realiza de la sociedad. Son excepcionales los retratos de sus personajes: en especial sus descripciones psicológicas, realizadas con un estilo preciso, elegante y riguroso. Con frecuencia, y de acuerdo con los principios naturalistas, el narrador deja hablar a sus personajes mediante el uso del estilo indirecto libre, que consiste en introducirse directamente en lo que piensa el personaje eliminando los verbos del tipo pensó, creyó, etc. y los enlaces subordinantes (que). Ello no impide que mantenga su posición de narrador externo omnisciente, que interviene en la obra, dando sus opiniones sobre las acciones de los personajes.

En la novela sobresale ante todo la aguda ironía del autor, puesta al servicio de una demoledora crítica de la sociedad, hipócrita y mezquina.

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TEXTO 28Emilia Pardo Bazán (1851-1921)

Los pazos de Ulloa

La autora, creadora de excelentes cuentos y novelas realistas (con elemen-tos técnicos naturalistas), presenta en esta obra la decadencia de la aristocracia ru-ral gallega. En el fragmentos que os ofrecemos, el sacerdote don Julián vive una cu-riosa y cruel escena en el momento de la cena. Participan también Primitivo, una especie de capataz del marqués del pazo, y su hija Sabel.

Como si también los perros comprendiesen su derecho a ser atendidos antes que nadie, acudieron desde el rincón más oscuro, y olvidando el cansancio, exhalaban famélicos bostezos, meneando la cola y levantando el partido hocico. Julián creyó al pronto que se había aumentado

5 el número de canes, tres antes y cuatro ahora; pero al entrar el grupo canino en el círculo de viva luz que proyectaba el fuego, advirtió que lo que tomaba por otro perro no era sino un rapazuelo de tres a cuatro años, cuyo vestido, compuesto de chaquetón acastañado y calzones de blanca estopa, podía desde lejos equivocarse con la piel bicolor de los perdigueros, en quienes

10 parecía vivir el chiquillo en la mejor inteligencia y más estrecha fraternidad. Primitivo y la moza disponían en cubetas de palo el festín de los animales, entresacado de lo mejor y más grueso del pote; y el marqués -que vigilaba la operación-, no dándose por satisfecho, escudriñó con una cuchara de hierro las profundidades del caldo, hasta sacar a luz tres gruesas tajadas de cerdo,

15 que fue distribuyendo en las cubetas. Lanzaban los perros alaridos entrecortados, de interrogación y deseo, sin atreverse aún a tomar posesión de la pitanza; a una voz de Primitivo, sumieron de golpe el hocico en ella, oyéndose el batir de sus apresuradas mandíbulas y el chasqueo de su lengua glotona. El chiquillo gateaba por entre las patas de los perdigueros, que,

20 convertidos en fieras por el primer impulso del hambre no saciada todavía, le miraban de reojo, regañando los dientes y exhalando ronquidos amenazadores: de pronto la criatura, incitada por el tasajo que sobrenadaba en la cubeta de la perra Chula, tendió la mano para cogerlo, y la perra, torciendo la cabeza, lanzó una feroz dentellada, que por fortuna solo alcanzó

25 la manga del chico, obligándole a refugiarse más que de prisa, asustado y lloriqueando, entre las sayas de la moza, ya ocupada en servir caldo a los racionales. Julián, que empezaba a descalzarse los guantes, se compadeció del chiquillo, y, bajándose, le tomó en brazos, pudiendo ver que a pesar del mugre, la roña, el miedo y el llanto, era el más hermoso angelote del mundo.

30 -¡Pobre! -murmuró cariñosamente-. ¿Te ha mordido la perra? ¿Te hizo sangre? ¿Dónde te duele, me lo dices? Calla, que vamos a reñirle a la perra nosotros. ¡Pícara, malvada!

Reparó el capellán que estas palabras suyas produjeron singular efecto en el marqués. Se contrajo su fisonomía: sus cejas se fruncieron, y

35 arrancándole a Julián el chiquillo, con brusco movimiento le sentó en sus rodillas, palpándole las manos, a ver si las tenía mordidas o lastimadas. Seguro ya de que sólo el chaquetón había padecido, soltó la risa.

-¡Farsante! -gritó-. Ni siquiera te ha tocado la Chula. ¿Y tú, para qué vas a meterte con ella? Un día te come media nalga, y después lagrimitas. ¡A

40 callarse y a reírse ahora mismo! ¿En qué se conocen los valientes? Diciendo así, colmaba de vino su vaso, y se lo presentaba al niño que, cogiéndolo sin vacilar, lo apuró de un sorbo. El marqués aplaudió:

-¡Retebién! ¡Viva la gente templada!-No, lo que es el rapaz... El rapaz sale de punta -murmuró el abad de

45 Ulloa.-¿Y no le hará daño tanto vino? -objetó Julián, que sería incapaz de

bebérselo él.

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-¡Daño! ¡Sí, buen daño nos dé Dios! -respondió el marqués, con no sé qué inflexiones de orgullo en el acento-. Dele usted otros tres, y ya verá...

50 ¿Quiere usted que hagamos la prueba?-Los chupa, los chupa -afirmó el abad.-No, señor; no, señor... Es capaz de morirse el pequeño... He oído que

el vino es un veneno para las criaturas... Lo que tendrá será hambre.-Sabel, que coma el chiquillo -ordenó imperiosamente el marqués,

55 dirigiéndose a la criada.

COMENTEMOS

1. ¿Cómo está caracterizado el niño?

2. Teniendo en cuenta lo que hemos dicho del Naturalismo, ¿crees que esta es-cena correspondería a las características de dicho movimiento literario? Justi-fica tu respuesta.

TEXTO 29Benito Pérez Galdós

Fortunata y Jacinta

El siguiente fragmento describe la visita de Jacinta, junto con su amiga Guillermina, a los barrios bajos, donde esperan encontrar a un supuesto hijo de Juanito.

Avanzaron por el corredor, y a cada paso un estorbo. Bien era un brasero que se estaba encendiendo, con el tubo de hierro sobre las brasas para hacer tiro; bien el montón de zaleas o de ruedos, ya una banasta de ropa; ya un cántaro de agua. De todas las puertas abiertas y de las venta-

5 nillas salían voces o de disputa, o de algazara festiva. Veían las cocinas con los pucheros armados sobre las ascuas, las artesas de lavar junto a la puerta, y allá en el testero de las breves estancias la indispensable cómoda con su hule, el velón con pantalla verde y en la pared una especie de altarucho formado por diferentes estampas, alguna lámina al cromo de pros-

10 pectos o periódicos satíricos, y muchas fotografías. Pasaban por un domicilio que era taller de zapatería, y los golpazos que los zapateros daban a la suela, unidos a sus cantorrios, hacían una algazara de mil demonios. Más

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allá sonaba el convulsivo tiquitique de una máquina de coser, y acudían a las ventanas bustos y caras de mujeres curiosas. Por aquí se veía un enfermo

15 tendido en un camastro, más allá un matrimonio que disputaba a gritos. Algunas vecinas conocieron a doña Guillermina y la saludaban con respeto. En otros círculos causaba admiración el empaque elegante de Jacinta. Poco más allá cruzáronse de una puerta a otra observaciones picantes e irrespetuosas. «Señá Mariana, ¿ha visto que nos hemos traído el sofá en la

20 rabadilla? ¡Ja, ja, ja!». Guillermina se paró, mirando a su amiga: «Esas chafalditas no van

conmigo. No puedes figurarte el odio que esta gente tiene a los polisones, en lo cual demuestran un sentido... ¿cómo se dice?, un sentido estético superior al de esos haraganes franceses que inventan tanto pegote estúpido».

25 Jacinta estaba algo corrida; pero también se reía, Guillermina dio dos pasos atrás, diciendo: «Ea, señoras, cada una a su trabajo, y dejen en paz a quien no se mete con ustedes».

Luego se detuvo junto a una de las puertas y tocó en ella con los nudillos.

30 «La señá Severiana no está -dijo una de las vecinas-. ¿Quiere la señora dejar recado?...».

-No; la veré otro día.Después de recorrer dos lados del corredor principal, penetraron en

una especie de túnel en que también había puertas numeradas; subieron co-35 mo unos seis peldaños, precedidas siempre de la zancuda, y se encontraron

en el corredor de otro patio, mucho más feo, sucio y triste que el anterior. Comparado con el segundo, el primero tenía algo de aristocrático y podría pasar por albergue de familias distinguidas. Entre uno y otro patio, que pertenecían a un mismo dueño y por eso estaban unidos, había un escalón

40 social, la distancia entre eso que se llama capas. Las viviendas, en aquella segunda capa, eran más estrechas y miserables que en la primera; el revoco se caía a pedazos, y los rasguños trazados con un clavo en las paredes parecían hechos con más saña, los versos escritos con lápiz en algunas puertas más necios y groseros, las maderas más despintadas y roñosas, el

45 aire más viciado, el vaho que salía por puertas y ventanas más espeso y repugnante. Jacinta, que había visitado algunas casas de corredor, no había visto ninguna tan tétrica y mal oliente. «¿Qué, te asustas, niña bonita? -le dijo Guillermina-. ¿Pues qué te creías tú, que esto era el Teatro Real o la casa de Fernán-Núñez? Ánimo. Para venir aquí se necesitan dos cosas: caridad y

50 estómago».

AMPLIACIÓN

1. La descripción de ambientes es esencial en la novela realista. Jacinta y Guillermi-na visitan una casa de corredor, constituida por un patio rectangular y unos corre-dores con viviendas; pasan primero por un corredor y después por otro que da a un segundo patio. ¿Había alguna diferencia social entre la gente que ocupaba las vi-viendas del primer corredor y las personas que habitaban en las del segundo? ¿Cuá-les?

2. Los escritores realistas describen con exactitud los ambientes. Para ello deben lo-calizar las cosas de forma exacta y emplear un léxico preciso. Indica algún ejemplo en el texto.

3. A veces se incorpora alguna expresión coloquial para acentuar el carácter docu-mental de la descripción. Señala alguna.

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La de Bringas (1884) Es uno de los espléndidos estudios de la psicología femenina tan abundantes

en la literatura realista española y europea. El relato se centra en Rosalía Pipaón, mujer atractiva, cada vez más aficionada al lujo en el vestir y a vivir por encima de las posibilidades que le permite su matrimonio con el honrado funcionario Bringas, tacaño y maniático. Su creciente frustración se advierte en este texto.

Seguramente, si ella se veía en cualquier ahogo, acudiría Pez a

auxiliarla con aquella delicadeza galante que Bringas no conocía ni había mostrado jamás en ningún tiempo, ni aun cuando fue su pretendiente, ni en los días de la luna de miel, pasados en Navalcarnero... ¡Qué tinte tan ordina-

5 rio había tenido siempre su vida toda! Hasta el pueblo elegido para la inauguración matrimonial era horriblemente inculto, antipático y contrario a toda idea de buen tono... Bien se acordaba la dama de aquel lugarón, de aquella posada en que no había ni una silla cómoda en que sentarse, de aquel olor a ganado y a paja, de aquel vino sabiendo a pez y aquellas chule-

10 tas sabiendo a cuero... Luego el pedestre Bringas no le hablaba más que de cosas vulgares. En Madrid, el día antes de casarse, no fue hombre para gastarse seis cuartos en un ramo de rositas de olor... En Navalcarnero le había regalado un botijito, y la llevaba a pasear por los trigos, permitiéndose coger amapolas, que se deshojaban en seguida. A ella le gustaba muy poco

15 el campo y lo único que se lo habría hecho tolerable era la caza; pero Bringas se asustaba de los tiros, y habiéndole llevado en cierta ocasión el alcalde a una campaña venatoria, por poco mata al propio alcalde. Era hombre de tan mala puntería que no daba ni al viento... De vuelta en Madrid, había empezado aquella vida matrimonial reglamentada, oprimida, com-

20 puesta de estrecheces y fingimientos, una comedia doméstica de día y de noche, entre el metódico y rutinario correr de los ochavos y las horas. Ella, sometida a hombre tan vulgar, había llegado a aprender su frío papel y lo representaba como una máquina sin darse cuenta de lo que hacía. Aquel muñeco hízola madre de cuatro hijos, uno de los cuales había muerto en la

25 lactancia. Ella les quería entrañablemente, y gracias a esto, iba creciendo el vivo aprecio que el muñeco había llegado a inspirarle... Deseaba que el tal viviese y tuviera salud; la esposa fiel seguiría a su lado, haciendo su papel con aquella destreza que le habían dado tantos años de hipocresía. Pero para sí anhelaba ardientemente algo más que vida y salud; deseaba un po-

30 co, un poquito siquiera de lo que nunca había tenido, libertad, y salir, aunque solo fuera por modo figurado, de aquella estrechez vergonzante. Porque, lo decía con sinceridad, envidiaba a los mendigos, pues estos, el ochavo que tienen lo gozan con libertad, mientras que ella...

COMENTEMOS

1. ¿Cómo resumirías los sentimientos de Rosalía de Bringas con respecto a su mari-do? Subraya las expresiones con las que se refiere a él. ¿Qué le reprocha la protagonis-ta?

2. Explica cuál es la técnica narrativa empleada por el autor en este fragmento.

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TEXTO 30Leopoldo Alas, “Clarín”

La Regenta En el siguiente fragmento se ofrece un retrato del magistral don Fermín de Pas.

De Pas no se pintaba. Más bien parecía estucado. En efecto, su tez blanca tenía los reflejos del estuco. En los pómulos, un tanto avanzados, bastante para dar energía y expresión característica al rostro, sin afearlo, había un ligero encarnado que a veces tiraba al color del alzacuello y de las

5 medias. No era pintura, ni el color de la salud, ni pregonero del alcohol; era el rojo que brota en las mejillas al calor de palabras de amor o de vergüenza que se pronuncian cerca de ellas, palabras que parecen imanes que atraen el hierro de la sangre. Esta especie de congestión también la causa el orgasmo de pensamientos del mismo estilo. En los ojos del Magistral, verdes,

10 con pintas que parecían polvo de rapé, lo más notable era la suavidad de liquen; pero en ocasiones, de en medio de aquella crasitud pegajosa salía un resplandor punzante, que era una sorpresa desagradable, como una aguja en una almohada de plumas. Aquella mirada la resistían pocos; a unos les daba miedo, a otros asco; pero cuando algún audaz la sufría, el Magistral la

15 humillaba cubriéndola con el telón carnoso de unos párpados anchos, gruesos, insignificantes, como es siempre la carne informe. La nariz larga, recta, sin corrección ni dignidad, también era sobrada de carne hacia el extremo y se inclinaba como árbol bajo el peso de excesivo fruto. Aquella nariz era la obra muerta en aquel rostro todo expresión, aunque escrito en

20 griego, porque no era fácil leer y traducir lo que el Magistral sentía y pensaba. Los labios largos y delgados, finos, pálidos, parecían obligados a vivir comprimidos por la barba que tendía a subir, amenazando para la vejez, aún lejana, entablar relaciones con la punta de la nariz claudicante. Por entonces no daba al rostro este defecto apariencias de vejez, sino expresión

25 de prudencia de la que toca en cobarde hipocresía y anuncia frío y calculador egoísmo. Podía asegurarse que aquellos labios guardaban como un tesoro la mejor palabra, la que jamás se pronuncia. La barba puntiaguda y levantisca semejaba el candado de aquel tesoro. La cabeza pequeña y bien formada, de espeso cabello negro muy recortado, descansaba sobre un ro-

30 busto cuello, blanco, de recios músculos, un cuello de atleta, proporcionado al tronco y extremidades del fornido canónigo, que hubiera sido en su aldea el mejor jugador de bolos, el mozo de más partido; y a lucir entallada levita, el más apuesto azotacalles de Vetusta.

COMENTARIO1. ¿Qué nombre recibe la descripción de rasgos físicos de las personas?

2. ¿En qué parte del cuerpo del magistral se centra la descripción?

3. El autor utiliza diversas comparaciones. Busca alguna y explica su significado.

4. Localiza alguna personificación y coméntala.

5. Además de la descripción física, Clarín nos proporciona información sobre el ca-rácter del personaje. ¿Cómo es éste?

6. ¿Qué nombre recibe la descripción del carácter de las personas?

7. ¿Qué tipo de narrador crees que aparece en el texto? Justifíca tu respuesta.

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En este fragmento de La Regenta, la protagonista recuerda su infancia.

Se acordó de que no había conocido a su madre. Tal vez de esta desgracia nacían sus mayores pecados.

«Ni madre ni hijos».Esta costumbre de acariciar la sábana con la mejilla la había conser-

5 vado desde la niñez. Una mujer seca, delgada, fría, ceremoniosa, la obligaba a acostarse todas las noches antes de tener sueño. Apagaba la luz y se iba. Anita lloraba sobre la almohada, después saltaba del lecho; pero no se atrevía a andar en la oscuridad y pegada a la cama seguía llorando, tendida así, de bruces, como ahora, acariciando con el rostro la sábana que mojaba

10 con lágrimas también. Aquella blandura de los colchones era todo lo maternal con que ella podía contar; no había más suavidad para la pobre niña. Entonces debía de tener, según sus vagos recuerdos, cuatro años. Veintitrés habían pasado, y aquel dolor aún la enternecía. Después, casi siempre, había tenido grandes contrariedades en la vida, pero ya desprecia-

15 ba su memoria; una porción de necios se habían conjurado contra ella; todo aquello le repugnaba recordarlo; pero su pena de niña, la injusticia de acostarla sin sueño, sin cuentos, sin caricias, sin luz, la sublevaba todavía y le inspiraba una dulcísima lástima de sí misma. Como aquel a quien, antes de descansar en su lecho el tiempo que necesita, obligan a levantarse, sien-

20 te sensación extraña que podría llamarse nostalgia de blandura y del calor de su sueño, así, con parecida sensación, había Ana sentido toda su vida nostalgia del regazo de su madre. Nunca habían oprimido su cabeza de niña contra un seno blando y caliente; y ella, la chiquilla, buscaba algo parecido donde quiera. Recordaba vagamente un perro negro de lanas, noble y her-

25 moso; debía de ser un terranova. -¿Qué habría sido de él?-. El perro se tendía al sol, con la cabeza entre las patas, y ella se acostaba a su lado y apoyaba la mejilla sobre el lomo rizado, ocultando casi todo el rostro en la lana suave y caliente. En los prados se arrojaba de espaldas o de bruces sobre los montones de yerba segada. Como nadie la consolaba al dormirse llorando,

30 acababa por buscar consuelo en sí misma, contándose cuentos llenos de luz y de caricias. Era el caso que ella tenía una mamá que le daba todo lo que quería, que la apretaba contra su pecho y que la dormía cantando cerca de su oído:

Sábado, sábado, morena, 35 cayó el pajarillo en trena

con grillos y con cadenaaa...

Y esto otro:Estaba la pájara pinta a la sombra de un verde limón...

40 Estos cantares los oía en una plaza grande a las mujeres del pueblo que arrullaban a sus hijuelos...

Y así se dormía ella también, figurándose que era la almohada el seno de su madre soñada y que realmente oía aquellas canciones que sonaban dentro de su cerebro. Poco a poco se había acostumbrado a esto, a no tener

45 más placeres puros y tiernos que los de su imaginación.

AMPLIACIÓN

1. Enuncia el tema del fragmento.

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2. ¿Quién es el narrador en el fragmento? ¿Cuál es el punto de vista narrativo?

3. ¿Cómo se denominan, en la narrativa, los saltos al pasado? ¿Puede considerarse este fragmento un salto temporal de este tipo?

4. En la última oración antes de la canción se aprecia con claridad una muestra de estilo indirecto libre. Señálalo. ¿En qué consiste esta forma de narrar?

El siguiente fragmento describe el momento en que Ana Ozores contempla, desde el balcón, a los vetustenses dirigiéndose al cementerio.

Se asomó al balcón. Por la plaza pasaba todo el vecindario de la Encimada camino del cementerio, que estaba hacia el Oeste, más allá del Espolón sobre un cerro. Llevaban los vetustenses los trajes de cristianar; criadas, nodrizas, soldados y enjambres de chiquillos eran la mayoría de los

5 transeúntes; hablaban a gritos, gesticulaban alegres; de fijo no pensaban en los muertos. Niños y mujeres del pueblo pasaban también, cargados de coronas fúnebres baratas, de cirios flacos y otros adornos de sepultura. De vez en cuando un lacayo de librea, un mozo de cordel atravesaban la plaza abrumados por el peso de colosal corona de siemprevivas, de blandones co-

10 mo columnas, y catafalcos portátiles. Era el luto oficial de los ricos que sin ánimo o tiempo para visitar a sus muertos les mandaban aquella especie de besa-la-mano. Las personas decentes no llegaban al cementerio; las señoritas emperifolladas no tenían valor para entrar allí y se quedaban en el Espolón paseando, luciendo los trapos y dejándose ver, como los demás días

15 del año. Tampoco se acordaban de los difuntos; pero lo disimulaban; los trajes eran obscuros, las conversaciones menos estrepitosas que de costumbre, el gesto algo más compuesto... Se paseaba en el Espolón como se está en una visita de duelo en los momentos en que no está delante ningún pariente cercano del difunto. Reinaba una especie de discreta alegría

20 contenida. Si en algo se pensaba alusivo a la solemnidad del día era en la ventaja positiva de no contarse entre los muertos. Al más filósofo vetustense se le ocurría que no somos nada, que muchos de sus conciudadanos que se paseaban tan tranquilos, estarían el año que viene con los otros; cualquiera menos él.

25 Ana aquella tarde aborrecía más que otros días a los vetustenses; aquellas costumbres tradicionales, respetadas sin conciencia de lo que se hacía, sin fe ni entusiasmo, repetidas con mecánica igualdad como el rítmico volver de las frases o los gestos de un loco; aquella tristeza ambiente que no tenía grandeza, que no se refería a la suerte incierta de los muertos, sino al

30 aburrimiento seguro de los vivos, se le ponían a la Regenta sobre el corazón, y hasta creía sentir la atmósfera cargada de hastío, de un hastío sin remedio, eterno. Si ella contara lo que sentía a cualquier vetustense, la llamaría romántica; a su marido no había que mentarle semejantes penas; en seguida se alborotaba y hablaba de régimen, y de programa y de cambiar de vida.

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35 Todo menos apiadarse de los nervios o lo que fuera. […]«¡Y las campanas toca que tocarás!». Ya pensaba que las tenía dentro

del cerebro; que no eran golpes del metal sino aldabonazos de la neuralgia que quería enseñorearse de aquella mala cabeza, olla de grillos mal avenidos.

40 Sin que ella los provocase, acudían a su memoria recuerdos de la niñez, fragmentos de las conversaciones de su padre, el filósofo, sentencias de escéptico, paradojas de pesimista, que en los tiempos lejanos en que las había oído no tenían sentido claro para ella, mas que ahora le parecían materia digna de atención.

45 «De lo que estaba convencida era de que en Vetusta se ahogaba; tal vez el mundo entero no fuese tan insoportable como decían los filósofos y los poetas tristes; pero lo que es de Vetusta con razón se podía asegurar que era el peor de los poblachones posibles». Un mes antes había pensado que el Magistral iba a sacarla de aquel hastío, llevándola consigo, sin salir de la

50 catedral, a regiones superiores, llenas de luz. «Y capaz de hacerlo como lo decía debía de ser, porque tenía mucho talento y muchas cosas que explicar; pero ella, ella era la que caía de lo alto a lo mejor, la que volvía a aquel enojo, a la aridez que le secaba el alma en aquel instante».

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