BREVE HISTORIA

DEL CIRCO Y SUS ARTISTAS

BREVE HISTORIA

DEL CIRCO Y SUS ARTISTAS

EL ESPECTÁCULO MÁS GRANDE DEL MUNDO

El circo es tan antiguo como la Humanidad. Los chinos dicen que la acrobacia fue la primera expresión artística del hombre, anterior incluso a la danza y el teatro. Teniendo en cuenta que las habilidades del mejor acróbata se parecen a las del mejor cazador, debió ser tal y como dicen los chinos. Habilidad, agi-lidad, flexibilidad, fuerza, equilibrio… cualidades del cazador, de la fiera y del acróbata.

Pero la historia de la acrobacia no es la historia del circo. Hace falta que muchos artistas de diferentes habilidades decidan unirse y recorrer el mundo ofreciendo diversión y asombro, fantasía y emociones. Todo bajo la carpa itinerante y ahí nace-ría “El espectáculo más grande del mundo”.

Más grande por la cantidad de artistas que viajaban juntos, por las enormes carpas que se montaban para dar cabida al espectáculo, por la cantidad de público que podía darse cita en cada espectáculo, por las fieras grandes y pequeñas que exhibían, por los números que se podían ver en cada show… Un espectáculo de enormes proporciones, más grande que cualquier otro y que sin embargo… se mueve. El viaje está en el origen del circo.

EL ORIGEN DEL CIRCO. UN CUENTO CHINO

Cuenta la leyenda, también de origen chino, que el gran Emperador Amarillo envió a uno de sus generales, Li, en plena invasión en busca de ayuda. Li se perdió en el bosque tras varios días de camino. De perecer de hambre y frío le salvaron unos carboneros y el General, que era capaz de partir una manzana en dos con su sable, les hizo una demostración de sus habi-lidades. Li aceptó y sus habilidades militares con el sable, su precisión en el tiro, el lazo y el lanzamiento de cuchillos pasó a formar parte del repertorio circense.

Mientras, visto que el General no regresaba, Amarillo envió a Chen, su segundo general, co-nocido por su fuerza. Chen emprendió la ruta pero, a pesar de su fuerza, también se perdió entre terrenos pantanosos de los que fue rescatado por unos pescadores. Chen agradeció su hospitalidad transportando para ellos una chalupa con doce marineros y todos sus aperos y su pesca. Luego, para su público improvisado, Chen hizo malabares con enormes calderos. Los pescadores le pidieron que se quedara y les enseñara su arte. Así el forzudo ocupó su espacio en el circo.

Hasta cinco generales más envió en Emperador, pidiéndoles que atravesaran el mar, el de-sierto, las ventiscas, el hielo y el infame calor de la jungla. Sus hombres, que eran capaces de hacer malabares con jarrones, doblarse en cuatro, mantenerse en equilibrio sobre su cabe-za, domesticar lobos y osos, hacer reír a los más tristones… salieron a su misión pero nunca regresaron. Así el circo creció, sumando nuevas habilidades, nuevas artes y nuevos artistas.

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No hay un solo circo. Están el circo chino y otros bellísimos circos orientales, el circo inglés y su elegancia natural y su hermano de sangre, el circo fran-cés. El grandísimo circo americano y sus rarezas, el circo ruso y su gran tradición, el circo español con sus caballos ( y toros); el circo suizo y sus amazonas, el circo italiano y su referente romano, el circo canadiense y su enorme modernidad. Hay circos en cada rincón de Europa, de África y de Latinoamérica, cada uno con su estilo, con su belleza y con su público.

Y como no hay un solo circo, tampoco hay un solo origen. Pero el circo mo-derno tal y como lo entendemos nació en Europa, concretamente en Ingla-terra en 1770. Allí se unieron los acróbatas, malabaristas y volatineros a los caballistas clásicos. Sucedió en una pista redonda, el lugar escénico ideal para este nuevo espectáculo que acababa de nacer como tal. Sucedió en una explanada frente al puente de Westminster y el genio que pensó tal posibili-dad fue Philip Astley.

Astley comprendió que solo con las exhibiciones de su escuela de equitación no iba a lograr un espectáculo lo suficiente dinámico y divertido para las exi-gencias del público de su época. Había que reunir a diferentes artistas. Hasta cinco generales más envió el Emperador, pidiéndoles que atravesaran el mar, el desierto, las ventiscas, el hielo y el infame calor de la jungla. Sus hombres, que eran capaces de hacer malabares con jarrones, doblarse en cuatro, man-tenerse en equilibrio sobre su cabeza, domesticar lobos y osos, hacer reír a los más tristones… salieron a su misión pero nunca regresaron. Así el circo creció, sumando nuevas habilidades, nuevas artes y nuevos artistas.

EL NACIMIENTO DEL CIRCO MODERNO

El circo de Astley, el Astley Royal Amphitheater durante una fantasía de Ricardo III, de Shakespeare.

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Pero además de esta idea tan feliz, fue el inventor de otros elementos clásicos del circo: •La pista circular, de 13 metros de diámetro que era lo necesario para que el entrenador pudiera dominar a los caba-

llos con su largo látigo, también permitía disfrutar de la exhibición de otros artistas del aire y de la pista.

•Tenía una estupenda habilidad para la publicidad y se le ocurrió ir por las calles de Londres con llamativos uniformesde dragones y casco de fantasía, acompañado por un gaitero y un tambor, anunciando su espectáculo.

•Instaló la taquilla a la entrada y los distintos precios que atrajeran a distintos públicos.

•Fue un fantástico director que dosificó perfectamente los números ecuestres y de acrobacia con intermedios pro-tagonizados por payasos (sus clowns) y triunfó especialmente con la representación de fantasías o dramas hípicos, pequeñas narraciones escénicas.

MIRA QUÉ CURIOSO

El apicultor Daniel Wilman actuaba a caballo con la cabeza y el rostro completamente cubierto de… abejas.

Y luego vendrían los grandes circos de animales. La colección ambulante más grande de bichos curiosos, domados o no, sería la del circo de los hermanos Sanger. Su espectáculo “El viaje de Gulliver” corría a cuenta de: 700 artistas (200 hombres, 200 niños y 300 mujeres), 152 caballos, 13 elefantes, jirafas, avestruces y dos leones… atados con correas. ¡El mayor espectáculo del mundo!

Mientras, estupendos artistas de toda índole habían visto lo que el espectáculo podía dar de sí como show familiar dirigido a todos los públicos y el circo se empezaba a desarrollar plenamente en otros puntos cardinales inspirados por el moderno circo inglés.

Por supuesto, Astley entendió que para tener un es-pectáculo de éxito debía moverse por el mundo. Así que en cuanto pudo llevó su espectáculo a París y Dublín donde triunfó y le salieron imitadores por to-dos lados.

Hasta 1840 se mantuvo la hegemonía del circo británi-co. Durante ese tiempo, un alumno de Astley, Andrew Ducrow, mantendría el circo en Londres. Se preocu-paría especialmente de la estética y creatividad: más teatralidad y soberbias acrobacias ecuestres iban a definir este periodo dorado del circo británico.

Al circo inglés le debemos muchos de los roles circenses que aparecen en nuestra idea del circo clásico. ¿Quieres un par de ejemplos?

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Como ves, el propio Astley ocupó de alguna manera este trabajo en su circo. En el circo clásico, se trata del encargado de presen-tar los números, estar en contacto con el público, improvisar si hay algún problema sobre el programa marcado (cosa no tan rara en un espectáculo con numerosos artistas e imprevisibles animales). Mantiene la fluidez del espectáculo y crea al público la sensación de hipérbole: ¡El mayor espectáculo del mundo!, increíble, espec-tacular… En los circos más pequeños, suele ser el dueño del circo o director del este. Tradicionalmente, su vestuario está inspirado en el traje hípico del caballero del SXIX, incluso con el elemento del látigo como recuerdo de aquel momento. Lleva un frac o chaqueta elegante y sombrero de copa.

El circo moderno nace de la doma y las acrobacias a caballo y hay pocas co-sas más elegantes que un jinete y su caballo moviéndose por la pista como si fueran uno. Por eso el circo inglés es el circo de la elegancia desde sus orígenes. Numerosos artistas británi-cos pertenecen a grandes dinastías de domadores y jinetes. Aunque cada vez sean menos los circos que ofrezcan espectáculos con animales domados, los caballos amaestrados, las fieras enjauladas y las troupes de elefantes forman parte de los momentos más gloriosos del circo tradicional.

ARTISTAS DEL CIRCO CLÁSICO

DOMADORES Y JINETES MAESTRO DE CEREMONIAS, JEFE DE PISTA O RINGMASTER

Norman Barret, presentador inglés, para muchos el mejor ringmaster de la historia del circo.

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Ya en 1772 en los inicios del circo de Astley apareció la primera écuyère, o amazona ar-tística, que era su propia esposa y una jine-te apreciada por los monarcas de la época. Le siguieron grandes artistas, algunas de ellas convertidas en divas. El circo también adelantó en esto al cine y a la televisión. El éxito de las amazonas estaba asegura-do. Representaban la feminidad, el arte y la belleza unidas a la bravura y la dificultad propias de unir equilibrio y animales. La danza era una de sus grandes habilidades. Además, gozaban de prestigio como mon-tadoras y domadoras lo cual redondeaba su personalidad fascinante y arrolladora. Frente al papel de la mujer de esta época, incluso en la clase alta, las grandes ama-zonas del circo representaban la libertad. Eran las grandes damas del circo román-tico, aristocrático e inspiraron a grandes artistas como Toulouse-Lautrec o Picasso.

ÉCUYÊRES Y AMAZONAS

Dos tipos de amazonas clásicas, del grácil y etéreo estilo griego a la elegancia de la Alta Escuela.

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Los hay mudos y charlatanes, ágiles y torpes, listos y “tontos”; muchos son además malabaristas, acróba-tas, jinetes, músicos, magos… Son ingeniosos, provo-cadores, tiernos, improvisadores… Ellos forman parte del circo desde sus orígenes y sin ellos el circo difícil-mente sería circo.El nombre de payaso deriva del italiano pagliaccio (saco de paja) mientras que el término anglosajón clown deriva de clod (terrón) que al parecer significa patán. Los primeros payasos, los de Astley, iban en burro y solían ser estupendos jinetes cómicos.Dentro de un espectáculo cargado de destrezas físi-cas, el payaso o el clown bebe de la esencia del teatro. Su origen está en la Comedia del arte y en Shakespea-re, en el gracioso de la comedia española (Juan de la Encina, Lope de Rueda o Juan Timoneda). Ha sido lar-ga su evolución, aunque su forma de mirar al mundo sigue siendo su esenciaJoseph Grimaldi fue el mayor payaso de su época (fi-nales del SXVIII y principios del SXIX), el primer paya-so del circo moderno.

PAYASOS

Charlie Rivel, el “más grande, imborrable y definitivo” payaso español, siempre con su silla y su guitarra.

Joseph Grimaldi, el primer payaso del circo moderno.

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Este tipo de artistas remiten al mundo antiguo, las olim-piadas y el circo romano, y por eso suelen vestirse de gladiadores o gue-rreros.

Aunque son las mallas las que muestran sus músculos y la tensión que son capaces de ejercer en ellos. Este tipo de ejercicios provienen del circo callejero, puesto que apenas necesitan infraestructura: fuerza, destre-za y gracia para exhibir las posibilidades de un cuerpo debidamente entrenado. Los forzudos levanta pesas, rompe cadenas, dobla barras y luce grandes bigotes que suelen mostrar su masculinidad.

Uno de los primeros forzudos que triunfó en el circo de Astley fue Carl Rappo, alemán. Hacía malabares con seis balas de cañón de dos kilos y cuarto cada una. Na-die ha vuelto a repetir un ejercicio así desde el siglo XIX.

FORZUDOS MAGOS, ILUSIONISTAS Y ADIVINADORES

Este tipo de números llegaron al circo de forma más tardía. Procedían del teatro de variedades o de la feria. Pero ya resulta difícil imaginarse al circo sin magos porque vamos allí a maravillar-nos, a asombrarnos, a vivir esa ilusión. El mago aporta al circo un elemento esencial, la fantasía. Dentro del amplio mundo de la magia hay dos grupos. Uno, el de los ilusionistas y prestidigita-dores y otro, el de los mentalistas, ya sean adivi-nadores o hipnotizadores. La magia de los prestidigitadores consiste en gran destreza manual y profundo conocimiento de leyes físicas, astrología, química, matemáti-cas y medicina. Es un arte de observación. Los orígenes de la ciencia se mezclan con los de la magia. Para los magos y adivinadores es importante la puesta en escena, el ritual: la vestimenta, los pa-ses, los objetos mágicos, las palabras poderosas.

Sea más o menos real, la magia ejerce un gran poder sobre nuestra imaginación. ¡Que se lo digan sino a J.K. Rowling, la creadora de la saga de Harry Potter y su universo de magos y brujas!

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No están todos los que son, pero resultaría complicado ser breve si hablamos de acróbatas, funambulistas, malabaristas, equilibristas, las ménageries, la parada de los monstruos, los hombres-bala o los fakires. El circo es poliédirco y al gusto de todos… los que quieran asombrarse.

Y la historia continúa...

El modelo del circo de Astley o circo inglés se expandió por toda Europa y América, por algo el circo es un espectáculo ambulante que gira por el mundo. En cada lugar, el circo se renovó o se nutrió de la personalidad de cada lugar. Un buen ejemplo es el Show de Buffalo Bill, número clásico del circo americano, inspirado en la conquista del Oeste. O el circo ibé-rico, donde el toro tiene un gran protagonismo. En la historia del circo, no pueden faltar la enorme personalidad del Circo Ruso, que se convirtió en espectáculo nacional en la URSS.

El circo pasó por crisis enormes con la dos guerras mundiales pero su gran debacle tuvo lugar alrededor de los años sesen-ta, con la llegada de nuevos divertimentos. El circo necesitaba renovarse sin perder su personalidad y lo ha hecho, duplicán-dose y nutriéndose de artistas que salen ahora de escuelas de circo y no de dinastías familiares como antaño.

La novedad del circo actual radica en que ya no basta con te-ner una habilidad, con saber hacer, ahora hay que tener algo que contar, el circo es ahora disciplina y sentimiento.

Momento de Varekai, del Circo del sol, un espectáculo para niños de gira por españa en 2016 y 2017.

Como hemos visto, no se puede hablar de El Circo, sino de Los Circos, cuya nó-mina ha crecido desde la llegada de propuestas como El Circo del Sol.

Nació en los años ochenta gracias a unos artistas callejeros de Quebec que ini-ciaron un proyecto social y un encargo del Gobierno. Empezaron con 20 artistas; actualmente cuentan con más de 1300 artistas de cincuenta países diferentes. Un circo de circos. Cirque du Soleil ha sido tan importante especialmente por la respuesta que ha conseguido del público, un público no ya infantil, sino adulto.

El circo es variedad, asombro, rarezas, excentricidades… Un espectáculo

alucinado y enloquecido que “hunde sus raíces en lo ancestral, enigmático y

profundo que rodea la cultura popular”. El circo establece un vínculo entre el

artista y el público que la tecnología no debe mediatizar. En el circo no cabe la

mentira porque el circo es el lugar de la verdad, un espectáculo que se basa

en la magia de lo posible, el drama de lo real.

Bibliografía: Eguizábal, Raúl: El gran salto. Editorial Península. 2012. Barcelona.Mauclair, Dominique: Historia del circo. Viaje extraordinario alrededor del mundo. Editorial Milenio.