Brandon Sanderson - Aleación de Ley

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Aleacin de ley

Brandon Sanderson Aleacin de ley

Brandon SandersonAleacin de ley

PARA JOSHUA BILMES

Que nunca teme decirme

qu hay de malo en un libro,

y luego pelea por ese mismo libro,

no importa quin ms renuncie a l.Agradecimientos

Creo que le suger por primera vez a mi editor la idea de una serie de novelas de Nacidos de la Bruma de pocas posteriores ya en 2006. Haca tiempo que lo planeaba para Scadrial, el planeta donde tienen lugar estos libros. Quera alejarme de la idea de los mundos de fantasa como lugares estticos, donde pasan milenios sin que la tecnologa cambie jams. El plan entonces era situar una segunda triloga pica en una era urbana, y una tercera triloga en el futuro, con la alomancia, la feruquimia y la hemalurgia como hilos comunes que las unieran.

Este libro no es parte de esa segunda triloga. Es un desvo, algo emocionante que creci inesperadamente en mi planificacin de hacia dnde debera ir el mundo. El objeto de contarles todo esto, sin embargo, es explicar que sera imposible hacer una lista de todas las personas que me han ayudado a lo largo de los aos, en cambio, lo mejor que puedo hacer es mencionar a las maravillosas personas que me han ayudado con este libro en concreto.

Los lectores alfa incluyeron, como siempre, a mi agente, Joshua Bilmes, y a mi editor, Moshe Feder. De hecho, este libro est dedicado a Joshua. Profesionalmente, ha credo en mi trabajo ms tiempo que nadie aparte de mi grupo de escritura. Ha sido un recurso maravilloso y un buen amigo.

Otros alfas fueron mi grupo de escritura: Ethan Skarstedt, Dan Wells, Alan y Jeanette Layton, Kaylynn ZoBell, Karen Ahlstrom, Ben y Danielle Olsen, Jordan Sanderson (ms o menos), y Kathleen Dorsey. Finalmente, por supuesto, est el Inseparable Peter Ahlstrom, mi secretario y amigo, que hace todo tipo de cosas importantes para mis escritos y nunca recibe suficiente agradecimiento.

En Tor Books, mi agradecimiento a Irene Gallo, Justin Golenbock, Terry McGarry, y muchos otros a quienes no podra mencionar: todos desde Tom Doherty hasta el departamento de ventas. Gracias a todos por vuestro excelente trabajo. Una vez ms, siento la necesidad de mostrar un agradecimiento especial a Paul Stevens, que hace mucho ms de lo que yo podra esperar razonablemente en cuestin de ayuda y explicaciones.

Los lectores beta incluyeron a Jeff Creer y Dominique Nolan. Mi agradecimiento especial a Dom por su informacin referida a las armas y pistolas. Si alguna vez necesitan algo a lo que disparar adecuadamente, ya saben a quin llamar.

Fjense en la bella portada de Chris McGrath, a quien ped especficamente por su trabajo en la serie en rstica de Nacidos de la bruma. Tanto Ben McSweeney como Isaac Stewart volvieron a proporcionar ilustraciones interiores para este libro, ya que su trabajo para El camino de los reyes fue simplemente asombroso. Siguen sorprendiendo. Ben tambin proporcion ilustraciones igualmente asombrosas para el juego de rol de Nacidos de la Bruma recientemente publicado por Crafty Games. Comprueben en crafty-games.com, sobre todo si les interesa la historia del origen de Kelsier.

En ltimo lugar me gustara dar una vez ms las gracias a Emily, mi maravillosa esposa, por su apoyo, sus comentarios y su amor.

Prlogo

Wax se arrastr agazapado junto a la irregular verja, rozando con sus botas el seco suelo. Alzaba su Sterrion 36 sobre la cabeza, el largo y plateado can manchado de barro rojo. El revlver no era bonito a la vista, aunque el tambor de seis tiros estaba engarzado con tanto cuidado en el armazn de acero que solo haba fluidez en sus lneas. No haba ningn brillo en el metal ni ningn material extico en la empuadura. Pero encajaba en su mano como si estuviera hecho para estar all.

La verja de apenas un metro de altura era endeble, la madera gastada por el tiempo, sujeta por ajados trozos de cuerda. Ola a edad. Incluso los gusanos haban renunciado a esta madera haca tiempo.

Wax se asom por encima de las tablas atadas, escrutando el pueblo vaco. Lneas azules flotaban en su campo de visin, extendindose desde su pecho para apuntar a fuentes cercanas de metal, un resultado de su alomancia. Quemar acero produca ese efecto: le permita ver la localizacin de fuentes de metal, y luego empujar contra ellas si quera. Su peso contra el peso del objeto. Si era ms pesado, era empujado hacia atrs. Si el ms pesado era l, era impulsado hacia delante.

Sin embargo, en este caso, no empuj. Solo observ las lneas para ver si algn elemento de metal se mova. No lo haca ninguno. Los clavos sujetaban los edificios, los casquillos de bala gastados yacan dispersos por el polvo, las herraduras se apilaban en la silenciosa herrera... todo estaba tan inmvil como la vieja bomba manual plantada en el suelo a su derecha.

Cauteloso, tambin l permaneci quieto. El acero continuaba ardiendo confortablemente en su estmago, y, por eso, como precaucin, empuj suavemente hacia fuera en todas direcciones. Era un truco que haba aprendido a dominar haca unos cuantos aos: no empujaba ningn objeto de metal concreto, sino que creaba una especie de burbuja defensiva a su alrededor. Todo metal que viniera corriendo en su direccin sera desviado levemente de su rumbo.

Distaba de ser perfecto: todava podan alcanzarlo. Pero los disparos se desviaran, sin dar en el sitio donde apuntaban. Le haba salvado la vida en un par de ocasiones. Ni siquiera estaba seguro de cmo lo haca: la alomancia a menudo era para l una cosa instintiva. De algn modo incluso consegua eximir el metal que llevaba, y no empujaba su propia pistola para arrebatarla de sus manos.

Hecho esto, continu avanzando por la verja, todava observando las lneas de metal para asegurarse de que nadie lo segua. Feltrel haba sido en tiempos una poblacin prspera. Eso fue veinte aos atrs. Entonces un clan de koloss se asent cerca. Las cosas no haban ido bien.

Hoy, la ciudad muerta pareca completamente vaca, aunque Wax saba que no era as. Haba venido persiguiendo a un psicpata. Y no era el nico.

Se agarr a la parte superior de la verja y salt, los pies rechinando sobre el barro rojo. Tras agazaparse, corri hasta el lado de la vieja fragua. Sus ropas estaban terriblemente cubiertas de polvo, pero eran de buen pao: un bonito traje, un pauelo plateado al cuello, chispeantes gemelos en las mangas de su elegante camisa blanca. Haba cultivado un aspecto fsico que pareca fuera de lugar, como si planeara asistir a un baile de gala en Elendel en vez de recorrer una poblacin muerta en los ridos a la caza de un asesino. Completando el conjunto, llevaba un sombrero hongo en la cabeza para protegerse del sol.

Un sonido: alguien haba pisado una tabla al otro lado de la calle, hacindola crujir. Fue tan dbil que casi lo pas por alto. Wax reaccion de inmediato, avivando el acero que arda dentro de su estmago. Empuj un grupo de clavos en la pared que tena al lado justo cuando la detonacin de un disparo henda el aire.

Su sbito empujn hizo que la pared se sacudiera, los viejos clavos oxidados se tensaron. Se impuls a un lado, y rod por el suelo. Una lnea azul apareci durante un parpadeo: la bala, que golpe el suelo donde l se encontraba un momento antes. Mientras se incorporaba, se produjo un segundo disparo. Este lleg cerca, pero se desvi un pelo mientras se aproximaba a l.

Desviada por la burbuja de acero, la bala zumb junto a su odo. Otra pulgada a la derecha, y la habra recibido en la frente, con burbuja de acero o no. Respirando con calma, alz su Sterrion y apunt al balcn del viejo hotel al otro lado de la calle, de donde haba surgido el disparo. El balcn tena delante el cartel del hotel, capaz de ocultar a un pistolero.

Wax dispar, luego empuj la bala, lanzndola con ms fuerza para hacerla ms rpida y ms penetrante. No usaba las tpicas balas de plomo o con chaqueta de plomo y cobre: necesitaba algo ms fuerte.

La bala de gran calibre recubierta de acero alcanz el balcn, y su poder extra hizo que atravesara la madera e hiriera al hombre que haba detrs. La lnea azul que conduca al arma del hombre tembl mientras caa. Wax se levant despacio, sacudindose el polvo de la ropa. En ese momento otro estampido quebr el aire.

Maldijo, empuj de nuevo por reflejo contra los clavos, aunque sus instintos le decan que sera demasiado tarde. Cuando se oa un disparo, ya era demasiado tarde para que empujar sirviera de nada.

Esta vez se lanz al suelo. Aquella fuerza tena que ir a alguna parte, y si los clavos no podan moverse, tena que hacerlo l. Gru mientras golpeaba el suelo y alz su revlver, el polvo pegado al sudor de su mano. Busc frenticamente a quien le haba disparado. Haban fallado. Quiz la burbuja de acero haba...

Un cuerpo sali rodando desde lo alto de la herrera y cay al suelo, levantando una vaharada de polvo rojo. Wax parpade, luego se llev la pistola al pecho y se situ de nuevo detrs de la verja, agachndose para ponerse a cubierto. No dej de observar las lneas azules alomnticas, que podran advertirle si alguien se acercaba, pero solo si la persona que lo haca llevaba o vesta metal.

El cuerpo que haba cado junto al edificio no tena ni una sola lnea apuntndolo. Sin embargo, otro grupo de lneas temblorosas apuntaba a algo que se mova a lo largo de la parte trasera de la fragua. Wax alz su arma y apunt mientras una figura corra hacia l siguiendo el lado del edificio.

La mujer llevaba un sobretodo blanco, enrojecido por la parte inferior. Tena el pelo oscuro recogido en una cola, y llevaba pantalones y un cinturn ancho, con gruesas botas en los pies. Tena el rostro cuadrado. Un rostro fuerte, con labios que a menudo se alzaban levemente por la parte derecha en una media sonrisa.

Wax dej escapar un suspiro de alivio y baj el arma.

Lessie.

Has vuelto a tirarte al suelo? pregunt ella mientras llegaba a la cobertura de la verja junto a l. Tienes ms polvo en la cara que Miles tiene muecas. Tal vez es hora de que te retires, viejo.

Lessie, soy tres meses mayor que t.

Son tres meses muy largos ella se asom a la verja. Has visto a alguien ms?

Abat a un hombre en el balcn dijo Wax. No pude ver si era Sangriento Tan o no.

No lo era respondi ella. No habra intentado dispararte desde tan lejos.

Wax asinti. A Tan le gustaban las cosas personales. De cerca. El psicpata lamentaba cuando tena que usar un arma, y rara vez le disparaba a alguien sin poder ver el miedo en sus ojos.

Lessie escrut el silencioso pueblo, luego lo mir, dispuesta a moverse. Baj la mirada un momento, centrndose en el bolsillo de su camisa.

Wax sigui su mirada. Del bolsillo sobresala una carta, entregada antes ese mismo da. Era de la gran ciudad de Elendel, e iba dirigida a Lord Waxillium Ladrian. Un nombre que Wax no empleaba desde haca aos. Un nombre que ahora le pareca extrao.

Guard la carta en las profundidades del bolsillo. A Lessie le pareci que el gesto implicaba algo ms. La ciudad no albergaba nada para l ahora, y la Casa Ladrian poda vivir sin l. Tendra que haber quemado esa carta.

Wax asinti, sealando al hombre cado junto a la pared para distraerla de la carta.

Cosa tuya?

Tena un arco dijo ella. Puntas de piedra. Casi te alcanz desde arriba.

Gracias.

Ella se encogi de hombros, los ojos brillando de satisfaccin. Esos ojos tenan ahora arrugas en las comisuras, curtidas por la fuerte luz de los ridos. Hubo una poca en que Wax y ella llevaban la cuenta de quin salvaba ms a menudo a quin. Los dos haban perdido la cuenta haca aos.

Cbreme dijo Wax en voz baja.

Con qu? pregunt ella. Con pintura? Besos? Ya ests cubierto de polvo.

Wax alz una ceja.

Lo siento dijo ella, haciendo una mueca. He jugado demasiado a las cartas con Wayne ltimamente.

l buf y corri agazapado hasta el cadver y le dio la vuelta. El hombre era un tipo de rostro cruel con barba de varios das en las mejillas: la herida de bala sangraba en su costado derecho. Creo que lo reconozco, pens Wax para s mientras registraba los bolsillos del hombro y encontraba un vial de cristal rojo como la sangre.

Corri de regreso a la verja.

Bien? pregunt Lessie.

Del grupo de Donal dijo Wax, mostrando el vial.

Hijos de puta dijo Lessie. No podan dejarnos hacerlo a nosotros, eh?

Le pegaste un tiro a su hijo, Lessie.

Y t mataste a su hermano.

Lo mo fue en defensa propia.

Lo mo tambin replic ella. Ese chico era un coazo. Adems, sobrevivi.

Perdi un dedo del pie.

No hacen falta diez. Tengo una prima con cuatro. Le va bien.

Alz el revlver, escrutando el pueblo vaco.

Naturalmente, se la ve un poco ridcula. Cbreme.

Con qu?

Ella hizo una mueca y dej atrs la cobertura y corri hacia la fragua.

Armona pens Wax con una sonrisa. Quiero a esa mujer.

Se mantuvo alerta por si detectaba a ms pistoleros, pero Lessie lleg al edificio sin que se dispararan nuevos tiros. Wax le asinti y luego cruz corriendo la calle hacia el hotel. Entr con cautela, vigilando las esquinas. La taberna estaba vaca, as que se puso a cubierto tras la puerta e hizo seas a Lessie. Ella corri hasta el siguiente edificio de su lado de la calle y comprob.

La banda de Donal. S, Wax haba matado a su hermano: el tipo estaba robando un tren en ese momento. Sin embargo, por lo que saba, a Donal ni siquiera le importaba su hermano. No, lo nico que le molestaba era perder dinero, y probablemente por eso estaba aqu. Haba puesto a precio la cabeza de Sangriento Tan por robar un cargamento de bendaleo. Donal probablemente no esperaba que Wax viniera a cazar a Tan el mismo da que l, pero sus hombres tenan rdenes de matarlo a l o a Lessie nada ms verlo.

Wax casi sinti la tentacin de dejar el pueblo muerto y que Donal y Tan se las arreglaran solos. Sin embargo, la idea le provoc una mueca. Haba prometido entregar a Tan. Eso era todo.

Lessie salud desde dentro de su edificio, luego seal hacia atrs. Iba a salir en esa direccin y arrastrarse tras los siguientes edificios. Wax asinti, luego hizo un gesto cortante. Intentara conectar con Wayne y Barl, que haban ido a comprobar el otro lado del pueblo.

Lessie desapareci, y Wax se abri paso a travs del viejo hotel para llegar a una puerta lateral. Dej atrs viejos y sucios nidos hechos por ratas y hombres. El pueblo recoga bribones como un perro recoga pulgas. Incluso pas ante un lugar donde pareca que algn vagabundo haba hecho una pequea hoguera sobre una placa de metal con un crculo de piedras. Era asombroso que el idiota no hubiera quemado todo el edificio hasta los cimientos.

Wax abri con cuidado la puerta lateral y sali a un callejn entre el hotel y el almacn contiguo. Los disparos de antes haban hecho ruido, y alguien podra venir a mirar. Era mejor no dejarse ver.

Wax rode la parte trasera del almacn, pisando con mucho cuidado el suelo de barro rojo. La ladera en esta parte estaba repleta de hierbajos a excepcin de la entrada a una vieja y fra bodega. Wax la rode, luego se detuvo, mirando el pozo enmarcado en madera.

Tal vez...

Se arrodill junto a la abertura y se asom. Haba habido una escalera antes, pero se haba podrido: los restos eran visibles abajo, entre un montn de viejas astillas. El aire ola rancio y hmedo... con un leve atisbo de humo. Alguien haba encendido una antorcha all abajo.

Wax dej caer una bala en el agujero, y luego salt al interior, el arma en la mano. Mientras caa, llen su mente de metal de hierro, reduciendo su peso. Era un nacidoble, feruquimista adems de alomntico. Su poder alomntico era empujar acero, y su poder feruquimista, llamado ajuste, era la habilidad de hacerse ms pesado o ms liviano. Era una poderosa combinacin de talentos.

Empuj contra la bala que tena debajo, reduciendo su cada, de modo que aterriz con suavidad. Devolvi su peso a lo normal, o lo que era normal para l. A menudo empleaba tres cuartas partes de su peso sin ajustar, hacindose ms ligero, ms rpido para reaccionar.

Avanz despacio en la oscuridad. Haba sido un camino largo y difcil hasta encontrar dnde se ocultaba Sangriento Tan. Al final, el hecho de que Feltrel se hubiera vaciado de otros bandidos, vagabundos y desgraciados haba sido una pista importante. Wax pisaba el suelo con suavidad, internndose en la bodega. El olor de humo era fuerte aqu dentro, y aunque la luz menguaba, distingui una hoguera junto a la pared este. Eso y una escalera que poda colocarse junto a la entrada.

Se detuvo. Aquello indicaba que quien haba convertido en escondite esta bodega (poda ser Tan o poda ser otra persona) estaba todava aqu abajo. A menos que hubiera otra salida. Wax avanz un poco ms, entornando los ojos en la oscuridad.

Haba luz delante.

Amartill su arma con cuidado, luego sac un pequeo frasco de su gabn de bruma y le quit el tapn con los dientes. Apur de un trago el whisky con acero, restaurando sus reservas. Aviv su acero. S... haba metal delante, al fondo del tnel. Qu longitud tena esta bodega? Haba supuesto que sera pequea, pero las vigas de madera que servan como refuerzo indicaban algo ms profundo, ms largo. Ms bien como la galera de una mina.

Avanz, concentrado en aquellas lneas de metal. Alguien tendra que apuntarlo con una pistola si lo viera, y el metal temblara, dndole una oportunidad de empujar el arma y arrancrsela de las manos. No se movi nada. Se desliz hacia delante, oliendo el suelo mustio y hmedo, los hongos, las patatas arrumbadas. Se acerc a una luz trmula, pero no pudo or nada. Las lneas de metal no se movieron.

Finalmente, se acerc lo suficiente para ver una lmpara colgando de un gancho en una viga de madera cerca de la pared. Otra cosa ms colgaba en el centro del tnel. Un cuerpo? Ahorcado? Wax maldijo en voz baja y ech a correr, consciente de que era una trampa. Era un cadver, s, pero eso lo dej aturdido. A primera vista, pareca tener aos de antigedad. Los ojos haban desaparecido del crneo, la piel se haba consumido contra el hueso. No apestaba, y no estaba hinchado.

Le pareci reconocerlo. Geormin, el cochero que llevaba el correo a Erosin desde las aldeas ms lejanas de la zona. Este era su uniforme, al menos, y pareca su pelo. Haba sido una de las primeras vctimas de Tan, la desaparicin que haba lanzado a Max a la caza. Eso haba sucedido haca solo dos meses.

Lo han momificado pens Wax. Lo han preparado y secado como si fuera cuero. Se sinti asqueado: haba tomado alguna copa con Geormin, y aunque el hombre haca trampas a las cartas, era un tipo amigable.

Tampoco colgaba de una forma normal. Haban usado alambres para alzarle los brazos, que se extendan hacia los lados, la cabeza gacha, la boca abierta. Wax se apart de la horrible visin, el ojo temblando.

Cuidado se dijo. No dejes que te irrite. Mantn la concentracin. Tendra que volver para bajar de aqu a Geormin. Ahora mismo, no poda permitirse hacer ruido. Al menos saba que estaba en buen camino. Este era sin duda el cubil de Sangriento Tan.

Haba otra zona de luz a lo lejos. Qu longitud tena el tnel? Se acerc a la luz, y all encontr otro cadver, este colgado de lado en la pared. Annarel, una geloga ambulante que haba desaparecido poco despus de Geormin. Pobre mujer. La haban secado de la misma forma, el cuerpo clavado a la pared en una pose muy especfica, como si estuviera de rodillas inspeccionando una pila de rocas.

Otro charco de luz le impuls a continuar. Estaba claro que esto no era una bodega, sino algn tipo de tnel de contrabandistas que quedaba de los tiempos en que Feltrel era una poblacin floreciente. Tan no lo haba construido, no con estas ajadas vigas de madera.

Wax encontr otros seis cadveres, cada uno iluminado por su propia linterna brillante, cada uno colocado en una pose distinta. Uno sentado en una silla, otro desplegado como si volara, unos cuantos pegados a la pared. Los ltimos eran ms frescos, el ltimo recin asesinado. Wax no reconoci a aquel hombre delgado que colgaba con la mano en la cabeza como saludo.

Herrumbre y Ruina pens Wax. Esto no es el cubil de Sangriento Tan... es su galera.

Asqueado, Wax avanz hacia el siguiente charco de luz. Este era diferente. Ms brillante. Mientras se acercaba, advirti que estaba viendo la luz del sol que entraba por un agujero cuadrado en el techo. El tnel llevaba hasta all, probablemente se trataba de una antigua trampilla que se haba podrido o se haba desplomado. El suelo se empinaba gradualmente hacia el agujero.

Wax gate por la pendiente, y asom con cautela la cabeza. Se encontr con un edificio, aunque el tejado haba desaparecido. Las paredes de ladrillo estaban en su mayora intactas, y haba cuatro altares en la parte frontal, justo a la izquierda de Wax. Una antigua capilla del Superviviente. Pareca vaca.

Wax sali del agujero, el Sterrion a un lado de la cabeza, la chaqueta manchada de tierra. El aire limpio y seco le sent bien.

Cada vida es una representacin dijo una voz, resonando en la iglesia abandonada.

Wax inmediatamente esquiv a un lado, rodando hasta un altar.

Pero nosotros no somos los actores continu diciendo la voz. Somos las marionetas.

Tan dijo Wax. Sal.

He visto a Dios, vigilante de la ley susurr Tan.

Dnde estaba?

He visto a la misma Muerte, con los clavos en los ojos. He visto al Superviviente, que es la vida.

Wax escrut la pequea capilla. Estaba sembrada de bancos rotos y estatuas cadas. Rode el lado del altar, juzgando que el sonido proceda del fondo de la sala.

Otros hombres dudan dijo la voz de Tan, pero yo lo s. S que soy una marioneta. Todos lo somos. Te gust mi espectculo? He trabajado mucho para construirlo.

Wax continu por la pared derecha del edificio, dejando con las botas un rastro en el polvo. Respiraba de manera entrecortada, una lnea de sudor corra por su sien derecha. Su ojo temblaba. Vea mentalmente los cadveres en las paredes.

Muchos hombres nunca tienen una oportunidad de crear verdadero arte dijo Tan. Y las mejores representaciones son aquellas que jams pueden ser reproducidas. Meses, aos, de preparacin. Todo en su sitio. Pero al final del da, la putrefaccin comienza. No pude momificarlos de verdad: no tuve tiempo ni recursos. Solo pude preservarlos lo suficiente para preparar este nico espectculo. Maana, se habr estropeado. T fuiste el nico que lo ha visto. Solo t. Entiendo... que todos somos marionetas... sabes?

La voz proceda del fondo de la sala, cerca de unos escombros que bloqueaban la visin de Wax.

Alguien ms nos mueve dijo Tan.

Wax rode el montculo de escombros, alzando su Sterrion.

Tan estaba all de pie, sujetando a Lessie ante l, amordazada, los ojos muy abiertos. Wax se qued inmvil, la pistola alzada. Lessie sangraba por una pierna y un brazo. Le haban disparado, y su rostro palideca. Haba perdido sangre. As haba podido someterla Tan.

Wax no se movi. No sinti ansiedad. No poda permitrselo: podra hacerle temblar, y temblar podra hacer que fallara el tiro. Poda ver el rostro de Tan detrs de Lessie; el hombre sujetaba un garrote alrededor de su cuello.

Tan era un hombre delgado, de dedos finos. Era enterrador. Pelo negro, algo escaso, repeinado hacia atrs. Un bonito traje que ahora brillaba con sangre.

Alguien nos mueve, vigilante dijo Tan en voz baja.

Lessie mir a Wax a los ojos. Los dos saban qu hacer en esta situacin. La ltima vez, lo haban capturado a l. En opinin de Lessie, eso no era una desventaja. Habra explicado que si Tan no hubiera sabido que los dos eran pareja, la habra matado inmediatamente. En cambio, la haba secuestrado. Eso les daba una oportunidad.

Wax apunt a lo largo del can de su Sterrion. Apret el gatillo hasta que equilibr el peso del percutor hasta el punto de inicio del disparo, y Lessie parpade. Uno. Dos. Tres.

Wax dispar.

En el mismo instante, Tan empuj a Lessie a la derecha.

El disparo rompi el aire, resonando contra los ladrillos de barro. La cabeza de Lessie se sacudi hacia atrs cuando la bala de Wax la alcanz sobre el ojo derecho. La sangre roci la pared de ladrillo que tena detrs. Se desmoron.

Wax se qued inmvil, petrificado, horrorizado. No... esta no es la forma... no puede...

Las mejores representaciones dijo Tan, sonriendo y mirando la figura de Lessie son aquellas que solo pueden representarse una vez.

Wax le dispar a la cabeza.

1

Cinco meses ms tarde, Wax caminaba por las salas decoradas de una fiesta grande y animada, dejando atrs hombres con fracs oscuros y mujeres con coloridos vestidos de estrechas cinturas y montones de pliegues en sus largas faldas plisadas. Lo llamaban Lord Waxillium o Lord Ladrian cuando le hablaban.

Los salud a todos, pero evit verse atrado a ninguna conversacin. Deliberadamente se abri paso hasta una de las salas del fondo, donde las deslumbrantes luces elctricas (la comidilla de la ciudad) producan un firme brillo, demasiado regular, para espantar la penumbra de la noche. Ante las ventanas, pudo ver la bruma araando los cristales.

Desafiando el decoro, Wax se dirigi a las enormes dobles puertas de cristal de la sala y sali al gran balcn de la mansin. All, finalmente, pudo respirar a sus anchas.

Cerr los ojos, tom aire y lo expuls, sintiendo la leve humedad de las brumas en la piel de su rostro. Los edificios son tan... asfixiantes aqu en la ciudad pens. Lo haba olvidado sin ms, o no me daba cuenta cuando era ms joven?

Abri los ojos, y apoy las manos en la barandilla del balcn para contemplar Elendel. Era la ciudad ms grande del mundo entero, una metrpolis diseada por el mismsimo Armona. El lugar de la juventud de Wax. Un lugar que no haba sido su hogar desde haca veinte aos.

Aunque haban pasado cinco meses desde la muerte de Lessie, todava poda or el disparo, ver la sangre manchando los ladrillos. Haba dejado los ridos, regresado a la ciudad, respondiendo a la desesperada llamada para cumplir con su deber para con su casa tras el fallecimiento de su to.

Cinco meses y un mundo de distancia, y todava poda or aquel disparo. Ntido, limpio, como un trueno en el cielo.

Tras l, pudo or la msica de las risas que procedan del calor de la sala. La Mansin Cett era un lugar grandioso, lleno de maderas caras, suaves alfombras, y chispeantes lmparas. Nadie se uni a l en el balcn.

Desde este lugar, poda ver perfectamente las luces del Paseo Demoux. Una doble fila de brillantes farolas elctricas con una firme y ardiente blancura. Brillaban como burbujas a lo largo del amplio bulevar, que estaba flanqueado por un canal an ms amplio donde las luces se reflejaban en sus aguas mansas y silenciosas. Un tren nocturno salud mientras se diriga hacia el lejano centro de la ciudad, manchando las brumas con humo ms oscuro.

Tras el Paseo Demoux, Wax poda ver bien el Edificio Columna de Hierro y la Torre Tekiel, uno a cada lado del canal. Ambos estaban sin terminar, pero sus entramados de acero ya se elevaban hacia las alturas. Sus dimensiones eran asombrosas.

Los arquitectos continuaban enviando informes de progresos sobre la altura que pretendan alcanzar, cada uno intentando superar al otro. Los rumores que Wax haba odo en la fiesta, crebles, decan que ambos se detendran cuando superaran los cincuenta pisos de altura. Nadie saba cul acabara siendo ms alto, aunque eran comunes las apuestas.

Wax aspir las brumas. All en los ridos, la Mansin Cett, que tena tres pisos de altura, habra sido el edificio ms alto existente. Aqu se vea empequeecida. El mundo haba seguido su marcha y haba cambiado durante los aos que haba estado fuera de la ciudad. Haba crecido, inventando luces que no necesitaban ningn fuego y edificios que amenazaban con alzarse por encima de las mismsimas brumas. Al contemplar aquella amplia calle en la linde del Quinto Octante, Wax se sinti de pronto muy, muy viejo.

Lord Waxillium? pregunt una voz desde atrs.

Se dio la vuelta y encontr a una mujer mayor, Lady Aving Cett, que estaba asomada a la puerta. Su pelo gris estaba recogido en un moo y llevaba rubes en el cuello.

Por Armona, buen hombre. Vas a enfriarte ah fuera! Ven, hay unas personas que quiero que conozcas.

Voy en un momento, mi seora respondi Wax. Estoy tomando un poco el aire.

Lady Cett frunci el ceo, pero se march. No saba qu pensar de l: ninguno de ellos lo saba. Algunos lo vean como un vstago misterioso de la familia Ladrian, asociado con extraas historias de los reinos de ms all de las montaas. Los dems asuman que era un inculto bufn rural. l supona que probablemente era ambas cosas.

Haba estado exhibindose toda la noche. Se supona que deba de buscar una esposa, y todo el mundo lo saba. La Casa Ladrian era insolvente despus de la imprudente direccin de su to, y el camino ms sencillo para encontrar dinero era el matrimonio. Por desgracia, su to tambin haba conseguido ofender a tres cuartas partes de la clase alta de la ciudad.

Wax se inclin hacia delante en el balcn, los revlveres Sterrion bajo sus brazos se le clavaron en los costados. Con sus largos caones, no estaban hechos para llevarlos bajo el sobaco. Le haban estado molestando toda la noche.

Sin darse tiempo para pensrselo mejor, salt por el balcn y empez a caer hacia el suelo. Quem acero, luego lanz una bala usada tras l y la empuj: su peso la envi a la tierra ms rpido de lo que l caa. Como siempre, gracias a su feruquimia, era ms liviano de lo que tendra que haber sido. Ya apenas saba cmo era ir por la vida con su peso pleno.

Cuando el casquillo golpe el suelo, lo empuj y se lanz en horizontal hacia la muralla del jardn. Apoyando una mano en la piedra, dio una voltereta para salir del jardn, luego redujo su peso a una fraccin de lo normal mientras caa al otro lado. Aterriz con suavidad.

Ah, bien pens, agazapndose y mirando entre las brumas. El patio de los cocheros.

Los vehculos que todo el mundo haba utilizado para llegar hasta aqu estaban aparcados en ordenadas filas, y los cocheros charlaban en unas cuantas cmodas habitaciones que vertan luz anaranjada a las brumas. Aqu no haba luces elctricas: solo buenos hogares que desprendan calor.

Camin entre los carruajes hasta que encontr el suyo, y luego abri el arcn atado atrs.

Se quit la elegante chaqueta de caballero. En cambio, se puso su gabn de bruma, un largo atuendo envolvente como un sobretodo con un grueso cuello y mangas vueltas. Meti una escopeta en su bolsillo interior, y luego se ci el cinturn y enfund las Sterrions en las pistoleras de sus caderas.

Ah, mucho mejor, pens. Tena que dejar de llevar encima las Sterrions y conseguirse unas armas ms prcticas que pudiera ocultar. Por desgracia, nunca haba encontrado algo tan bueno como la obra de Ranette. No se haba mudado ella a la ciudad? Tal vez podra buscarla y convencerla para que le fabricara algo. Suponiendo que no le pegara un tiro nada ms verlo.

Unos momentos despus, corra por la ciudad, el gabn de bruma liviano sobre su espalda. Lo dej abierto por delante, revelando su camisa negra y sus pantalones de caballero. El gabn, que le llegaba hasta los tobillos, haba sido cortado en tiras desde la cintura para abajo, y las partes colgantes ondeaban tras l con un suave rumor.

Lanz un casquillo de bala y se abalanz al aire, para aterrizar en lo alto del edificio del otro lado de la calle, frente a la mansin. Se volvi a mirarla, las ventanas encendidas en la oscuridad de la noche. Qu clase de rumores iba a iniciar, desapareciendo as del balcn?

Bueno, ya saban que era un nacidoble: eso era de dominio pblico. Su desaparicin no iba a hacer mucho para ayudar a su familia a reparar su reputacin. Por el momento, no le importaba. Haba pasado casi todas las noches desde su regreso a la ciudad en un acto social u otro, y no haban tenido una noche brumosa desde haca semanas.

Necesitaba las brumas. Eran su esencia.

Wax cruz corriendo el tejado y salt, dirigindose hacia el Paseo Demoux. Justo antes de alcanzar el suelo, lanz un casquillo vaco y lo empuj, refrenando su descenso. Aterriz en medio de unos arbustos decorativos que se engancharon en los sueltos de su gabn e hicieron un sonido de roce.

Maldicin. Nadie plantaba arbustos decorativos en los ridos. Se liber, dando un respingo ante el ruido. Unas pocas semanas en la ciudad y se estaba oxidando ya?

Sacudi la cabeza y se impuls de nuevo al aire, movindose por el amplio bulevar y el canal paralelo. Orient su vuelo para remontarlo y aterriz en una de las nuevas farolas elctricas. Haba una cosa buena en una ciudad moderna como esta: tena un montn de metal.

Sonri, aviv su acero y se impuls desde lo alto de la farola, lanzndose en un amplio arco por los aires. La bruma pasaba veloz ante l, girando mientras el viento le azotaba el rostro. Era emocionante. Un hombre nunca se senta verdaderamente libre hasta que se libraba de las cadenas de la gravedad y surcaba el cielo.

Mientras remontaba su arco, empuj de nuevo contra otra farola, lanzndose hacia delante. La larga fila de postes de metal era como su propia va frrea personal. Avanz rebotando, atrayendo con sus proezas la atencin de los que pasaban en carruaje, tanto tirados por caballos como sin caballos.

Sonri. Los lanzamonedas como l eran relativamente raros, pero Elendel era una ciudad importante con una poblacin enorme. No sera el primer hombre que esta gente vea surcar los aires gracias al metal de la ciudad. Los lanzamonedas a menudo actuaban como mensajeros de alta velocidad en Elendel.

El tamao de la ciudad lo sorprenda todava. Aqu vivan millones de personas, quizs hasta cinco. Nadie tena una forma segura de contar cunta gente haba en todos sus distritos: se llamaban octantes, y como caba esperar, eran ocho.

Millones. No poda imaginarlo, aunque haba crecido aqu. Antes de dejar Erosin, haba empezado a pensar que se estaba haciendo demasiado grande, pero no poda haber diez mil habitantes en esa ciudad.

Aterriz en una farola situada directamente delante del Edificio Columna de Hierro. Torci el cuello, mirando a travs de las brumas la inmensa estructura de la torre. La cima sin terminar se perda en la oscuridad. Podra escalar algo tan alto? No poda tirar de los metales, solo empujar: no era ningn nacido de la bruma mitolgico de las viejas historias, como el Superviviente o el Guerrero Ascendente. Un poder alomntico, un poder feruquimista, era todo lo que un hombre poda tener. De hecho, tener uno solo era un gran privilegio: ser un nacidoble como era Wax era verdaderamente excepcional.

Wayne deca haber memorizado los nombres de todas las posibles combinaciones de nacidobles. Naturalmente, Wayne tambin deca haber robado una vez un caballo que eructaba perfectas notas musicales, as que haba que coger lo que deca con pinzas de cobre. Wax no prestaba atencin a todos los nombres y definiciones: l era un chocador, la mezcla de lanzamonedas y ajustador. Rara vez se molestaba en pensar en s mismo en esos trminos.

Empez a llenar sus mentes de metal (los brazaletes de hierro que llevaba en los brazos), librndose de ms peso, hacindose an ms liviano. Ese peso poda almacenarse para un uso futuro. Entonces, ignorando la parte ms cautelosa de su mente, aviv su acero y empuj.

Se lanz hacia arriba. El viento se convirti en un rugido, y la farola era un buen anclaje (montones de metal, firmemente sujeto al suelo) capaz de impulsarlo muy alto. Se haba desviado levemente, y los pisos del edificio se convirtieron en un borrn ante l. Se pos unos veinte pisos ms arriba, justo cuando su empujn a la farola alcanzaba su lmite.

Esta seccin del edificio haba sido terminada ya, el exterior hecho de un material moldeable que imitaba la piedra labrada. Cermica, haba odo decir que se llamaba. Era una prctica comn para los edificios altos, donde los niveles inferiores eran de piedra, pero los ms altos usaban algo ms ligero.

Se aferr a un saliente. No era tan liviano como para que el viento pudiera hacerlo caer, no con sus mentes de metal en los brazos y las armas que llevaba. Su cuerpo ms liviano le facilit sujetarse.

Las brumas se revolvan bajo l. Parecan casi juguetonas. Mir hacia abajo, decidiendo su siguiente paso. Su acero revelaba lneas de azul, indicando fuentes cercanas de metal, muchas de las cuales eran el armazn de la estructura. Empujar cualquiera de ellas lo enviara lejos del edificio.

All, pens, advirtiendo un saliente a unos dos metros ms arriba. Escal por el lado del edificio, los dedos enguantados seguros en la compleja superficie ornamental. Un lanzamonedas aprenda pronto a no temer a las alturas. Se encaram en el saliente, luego lanz un casquillo, detenindolo con el pie.

Mir hacia arriba, juzgando su trayectoria. Extrajo un frasco de su cinturn, lo destap y apur el lquido y las virutas de acero que tena dentro. Sise entre dientes mientras el whisky le quemaba la garganta. Buen material, de la destilera de Stagin. Maldicin, voy a echarlo de menos cuando se me acabe, pens, tirando el frasquito.

La mayora de los alomnticos no usaban whisky. Se perdan una oportunidad perfecta. Sonri mientras sus reservas internas de acero eran restauradas; luego aviv el metal y se lanz al aire.

Vol al cielo nocturno. Por desgracia, la Columna de Hierro estaba construida con vigas escalonadas, y los pisos superiores se hacan progresivamente ms estrechos a medida que se iba ascendiendo. Esto significaba que aunque se empujara directamente hacia arriba, pronto se hall surcando la oscuridad abierta, rodeado de brumas, con el costado del edificio a tres metros de distancia.

Wax busc en su gabn y sac su escopeta de caones cortos del largo bolsillo en forma de manga del interior. Se gir, apuntando con el arma hacia fuera, la apoy contra su costado, y dispar.

Era tan liviano que el retroceso lo hizo volar hacia el edificio. El estampido del disparo reson abajo, pero los casquillos eran de postas, demasiado pequeas y ligeras para herir a nadie cuando caan dispersas desde tanta altura.

Choc contra la pared de la torre cinco pisos por encima de donde estaba, y se agarr a un saliente en forma de clavo. La decoracin aqu arriba era realmente maravillosa. Quines crean que iban a mirarla? Sacudi la cabeza. Los arquitectos eran tipos curiosos. Nada prcticos, como lo eran los buenos armeros. Wax escal hasta otro saliente y salt de nuevo hacia arriba.

El siguiente salto fue suficiente para llevarlo al entramado de acero descubierto de las plantas superiores sin terminar. Camin sobre una viga, luego escal un travesao vertical (su peso reducido hizo que fuera fcil), y escal a la ms alta de las vigas que sobresalan de la parte superior del edificio.

La altura era mareante. Incluso con las brumas oscureciendo el paisaje, poda ver la doble fila de luces que iluminaban la calle abajo. Otras luces brillaban ms suavemente por la ciudad, como las velas flotantes de un entierro marino. Solo la ausencia de luces le permiti detectar los diversos parques y la baha al oeste.

Una vez, esta ciudad haba sido su casa. Eso fue antes de que se pasara veinte aos viviendo en el polvo, donde la ley era a veces un recuerdo lejano y la gente consideraba que los carruajes eran una frivolidad. Qu habra pensado Lessie de uno de estos artefactos sin caballo, con las finas ruedas hechas para conducir por las bellas calles pavimentadas de una ciudad? Vehculos que funcionaban con petrleo y grasa, no con heno y herraduras?

Se dio media vuelta. Era difcil juzgar las localizaciones con la oscuridad y las brumas, pero tena la ventaja de haber pasado su juventud en esta parte de la ciudad. Las cosas haban cambiado, pero no tanto. Juzg la direccin, comprob sus reservas de acero, y luego se lanz a la oscuridad.

Se impuls hacia arriba trazando un gran arco sobre la ciudad, volando durante medio minuto gracias al empujn por encima de aquellas enormes vigas. El rascacielos se convirti en una silueta en sombras tras l, luego desapareci. Al cabo de un rato, su mpetu se agot, y cay a travs de las brumas. Se dej caer, tranquilo. Cuando las luces se acercaron, y pudo ver que no tena a nadie debajo, apunt con su escopeta al suelo y apret el gatillo.

El retroceso lo lanz hacia arriba un momento, frenando su descenso. Empuj la posta en el suelo para frenarse ms, y aterriz agazapado, con suavidad. Advirti insatisfecho que haba destrozado algunas piedras del pavimento con el disparo.

Armona! pens. Iba a tener que aprender a acostumbrarse a este lugar. Soy como un caballo desbocado en un mercado estrecho pens, volvindose a guardar la escopeta bajo el gabn. Tengo que aprender a ser ms delicado. All en los ridos, lo consideraban un caballero refinado. Aqu, si no prestaba atencin, pronto demostrara ser el bruto inculto que la mayor parte de la nobleza consideraba ya que era. Si...

Disparos.

Wax reaccion de inmediato. Se empuj lateralmente en una verja de hierro, y luego rod. Se incorpor y empu un Sterrion con la mano derecha, buscando con la izquierda la escopeta en el bolsillo interior de su gabn.

Escrut la noche. Haban atrado sus disparos inconscientes la atencin de los alguaciles locales? Los disparos volvieron a repetirse y l frunci el ceo. No. Suenan demasiado lejos. Ha sucedido algo.

Esto lo llen de emocin. Salt al aire y recorri la calle, empujndose contra la misma verja para ganar altura. Aterriz en lo alto de un edificio; esta zona estaba llena de estructuras de apartamentos de tres y cuatro plantas con estrechos callejones intermedios. Cmo poda vivir la gente sin espacio alrededor? l se habra vuelto loco.

Cruz unos cuantos edificios (era muy conveniente que los tejados fueran planos), y entonces se detuvo a escuchar. Su corazn lata emocionado, y advirti que estaba esperando algo como esto. Por eso haba abandonado la fiesta, para buscar el rascacielos y escalarlo, para correr entre las brumas. All en Erosin, a medida que la ciudad se iba haciendo ms grande, a menudo haba patrullado de noche, vigilando por si haba problemas.

Prepar su Sterrion cuando oy otro disparo, ms cerca esta vez. Juzg la distancia, luego dej caer un casquillo y se empuj al aire. Haba restaurado su peso a tres cuartas partes y lo dej ah. Necesitabas algo de peso para luchar con efectividad.

Las brumas giraban y revoloteaban, incitndolo. Nunca poda saberse qu noches traan las brumas: no seguan las pautas normales del clima. Una noche poda ser hmeda y fra, y sin embargo no apareca ni un jirn de bruma. Otra noche poda empezar seca como hojas quebradizas, pero las brumas la consuman.

Eran finas esta noche, y por eso la visibilidad segua siendo buena. Otro estampido rompi el silencio. All, pens Wax. Tras quemar acero y sentir un cmodo calor en su interior, salt por encima de otra calle en medio de un aleteo de brumas veloces, los faldones de su gabn, y el viento ululante.

Aterriz suavemente y alz la pistola mientras cruzaba corriendo el tejado. Lleg al borde y mir hacia abajo. All, alguien se haba refugiado tras un montn de cajas cerca de la desembocadura del callejn. En la noche oscura y brumosa, Wax no pudo distinguir muchos detalles, pero la persona iba armada con un rifle que apoyaba en una caja. Apuntaba a un grupo de personas que llevaban los distintivos sombreros redondos de los alguaciles de la ciudad.

Wax empuj suavemente en todas direcciones, formando su burbuja de acero. Un pestillo en una trampilla a sus pies se sacudi cuando su alomancia lo afect. Mir al hombre que le disparaba a los alguaciles. Sera bueno hacer algo valioso en esta ciudad, en vez de ir por ah charlando con los demasiado privilegiados y los demasiado elegantes.

Lanz un casquillo, y su alomancia lo aplast contra el techo. Empuj con ms fuerza, lanzndose a las alturas a travs de las brumas. Redujo dramticamente su peso y empuj el pestillo de una ventana mientras caa, posicionndose para aterrizar justo en medio del callejn.

Con su acero, poda ver lneas que apuntaban hacia cuatro figuras distintas que tena delante. Mientras aterrizaba (los hombres murmuraron maldiciones y se volvieron hacia l), alz su Sterrion y apunt al primero de los hampones callejeros. El hombre tena una barba rala y ojos tan oscuros como la misma noche.

Wax oy gemir a una mujer.

Se detuvo, la mano firme, pero incapaz de moverse. Los recuerdos, tan cuidadosamente contenidos dentro de su cabeza, reventaron e inundaron su mente. Lessie, inmovilizada con un garrote alrededor del cuello. Un solo disparo. Sangre en las paredes de ladrillo rojo.

El hampn volvi su rifle hacia Wax y dispar. La burbuja de acero apenas desvi el tiro, y la bala atraves el tejido del gabn, rozndole las costillas.

Intent disparar, pero aquel gemido...

Oh, Armona, pens, enfadado consigo mismo. Apunt hacia abajo y dispar al suelo, luego empuj la bala y se lanz hacia atrs, fuera del callejn.

Las balas penetraron en las brumas a su alrededor. Con burbuja de acero o no, tendra que haberlo alcanzado alguna. Fue pura suerte haber salvado la vida mientras aterrizaba en otro tejado y rodaba hasta detenerse, boca abajo, protegido de los disparos por un pretil.

Wax jade en busca de aire, la mano en el revlver. Idiota pens para s. Necio. Nunca se haba quedado inmovilizado en un combate antes, ni siquiera cuando era novato. Nunca. Esta, sin embargo, era la primera vez que intentaba dispararle a alguien desde el desastre en la iglesia en ruinas.

Quiso agazaparse, avergonzado, pero rechin los dientes y se arrastr hasta el borde del tejado. Los hombres seguan all abajo. Ahora poda verlos mejor, reunindose y preparndose para atacar. Probablemente no queran tener nada que ver con un alomntico.

Apunt al que pareca ser el jefe. No obstante, antes de que Wax pudiera disparar, el hombre cay ante los disparos de los alguaciles. En unos instantes, el callejn se llen de hombres de uniforme. Wax alz su Sterrion, respirando profundamente.

Podra haber disparado esa vez se dijo. Fue ese nico momento en que no supe reaccionar. No tendra que haber sucedido de nuevo. Se lo dijo varias veces mientras los alguaciles iban eliminando a los malhechores del callejn uno a uno.

No haba ninguna mujer. Los gemidos que haba odo eran de un miembro de la banda que haba recibido un balazo antes de la llegada de Wax. El hombre segua gimiendo de dolor cuando se lo llevaron.

Los alguaciles no haban visto a Wax. Se dio media vuelta y desapareci en la noche.

Poco despus, Wax lleg a la Mansin Ladrian. Su residencia en la ciudad, su hogar ancestral. No senta que perteneciera a este lugar, pero lo utilizaba de todas formas.

La majestuosa mansin careca de terrenos donde expandirse, aunque tena cuatro elegantes plantas, con balcones y un bonito jardn en la parte de atrs. Wax lanz una moneda y salt por encima de la verja de entrada, hasta aterrizar en lo alto de la garita. Mi carruaje ha vuelto, advirti. No era sorprendente. Se estaban acostumbrando a l; no estaba seguro de si sentirse halagado o avergonzado de ello.

Empuj las puertas, que se sacudieron por el peso, y aterriz en un balcn del tercer piso. Los lanzamonedas tenan que aprender precisin, al contrario que sus primos alomnticos, los tiradores de hierro, tambin conocidos por atraedores. Estos tan solo elegan un blanco y tiraban de s mismos hacia l, pero a menudo tenan que agarrarse al costado de un edificio, haciendo ruido. Los lanzamonedas tenan que ser delicados, cuidadosos, precisos.

La habitacin no estaba cerrada: la haba dejado as. No le apeteca tratar con nadie en este momento: su enfrentamiento abortado con los delincuentes lo haba afectado. Entr en la habitacin oscura, luego la cruz y escuch ante la puerta. No haba ningn sonido en el pasillo. Abri la puerta en silencio, despus sali.

El pasillo estaba oscuro, y l no era ningn ojos de estao, capaz de amplificar sus sentidos. Avanz paso a paso, cuidando de no tropezar con el borde de una alfombra o chocar con un pedestal.

Sus aposentos estaban al fondo del pasillo. Extendi la mano enguantada hacia la aldaba de bronce. Excelente. Con cuidado empuj la puerta para abrirla y entr en su dormitorio. Ahora solo tena que...

Una puerta se abri al otro lado de su habitacin, dejando entrar una brillante luz amarilla. Wax se detuvo, aunque su mano busc rpidamente en su gabn uno de sus Sterrions.

En la puerta haba un hombre mayor, que sostena un gran candelabro. Llevaba un impoluto uniforme negro y guantes blancos. Alz una ceja al ver a Wax.

Gran seor Ladrian dijo. Veo que ha regresado.

Hum... dijo Wax, apartando tmidamente la mano del interior del gabn.

Su bao est preparado, mi seor.

No he pedido ningn bao.

S, pero considerando sus... diversiones nocturnas, me pareci prudente prepararle uno. El mayordomo olisque. Plvora?

Ejem, s.

Confo en que mi seor no le disparara a nadie demasiado importante.

No pens Wax. No, no pude.

Tillaume se qued all de pie, envarado, desaprobndolo. No dijo las palabras que indudablemente estaba pensando: que la desaparicin de Wax de la fiesta haba causado un escndalo menor, que sera an ms difcil encontrar una novia adecuada ahora. No dijo que estaba decepcionado. No dijo estas cosas porque era, despus de todo, un sirviente.

Adems, poda decirlo todo con una sola mirada de todas formas.

Redacto una carta de disculpas a Lady Cett, mi seor? Creo que la esperar, considerando que se le envi una a Lord Stanton.

S, eso estara bien dijo Wax. Se llev las manos al cinturn, palp los frascos con metal que llevaba all, los revlveres en las caderas, el peso de la escopeta sujeta dentro del gabn. Qu estoy haciendo? Estoy actuando como un necio.

De pronto se sinti enormemente infantil. Dejar una fiesta para salir a patrullar por la ciudad, buscando problemas? Qu le pasaba?

Senta como si hubiera estado intentando volver a capturar algo. Una parte de la persona que haba sido antes de la muerte de Lessie. Saba, en el fondo, que podra haber problemas al disparar ahora y haba querido demostrar lo contrario.

Haba suspendido la prueba.

Mi seor dijo Tillaume, acercndose un paso. Puedo hablar... con osada, un momento?

Puedes.

La ciudad tiene gran nmero de alguaciles dijo Tillaume. Y son bastante capaces en su trabajo. Nuestra casa, sin embargo, solo tiene un gran seor. Miles de personas dependen de usted, seor.

Tillaume asinti respetuosamente, luego se dispuso a empezar a encender algunas velas en el dormitorio.

Las palabras del mayordomo eran ciertas. La Casa Ladrian era una de las ms poderosas de la ciudad, al menos histricamente. En el gobierno de la ciudad, Wax representaba los intereses de toda la gente que empleaba su casa. Cierto, tambin tenan un representante basado en los votos de su gremio, pero de quien ms dependan era de Wax.

Su casa estaba casi en bancarrota: rica en potencial, en posesiones, y en trabajadores, pero pobre en dinero en efectivo y conexiones debido a la locura de su to. Si Wax no haca algo para cambiar eso, poda significar la prdida de empleos, pobreza, y la ruina cuando otras casas se hicieran con sus pertenencias y les exigieran las deudas sin pagar.

Wax pas los pulgares por sus Sterrions. Los alguaciles manejaron bien a esos hampones admiti para sus adentros. No me necesitaron. Esta ciudad no me necesita, no como lo haca Erosin.

Intentaba aferrarse a lo que haba sido. Ya no era esa persona. No poda serlo. Pero la gente lo necesitaba para otra cosa.

Tillaume dijo Wax.

El mayordomo se volvi a mirarlo. La mansin no tena luces elctricas todava, aunque iban a venir obreros a instalarlas pronto. Algo que su to haba pagado antes de morir, dinero que Wax no poda recuperar ahora.

S, mi seor? pregunt Tillaume.

Wax vacil. Luego extrajo lentamente la escopeta de dentro del gabn y la deposit en el bal que haba junto a su cama, colocndola junto a una compaera que haba dejado all antes. Se quit el gabn de bruma, envolviendo el grueso tejido en su brazo. Sostuvo con reverencia la prenda un instante, luego la guard en el bal. Siguieron sus revlveres Sterrion. No eran sus nicas pistolas, pero representaban su vida en los ridos.

Cerr la tapa del bal de su antigua vida.

Llvate esto, Tillaume dijo Wax. Gurdalo por ah.

S, mi seor respondi Tillaume. Lo tendr preparado, por si lo vuelve a necesitar.

No lo necesitar dijo Wax. Se haba concedido una ltima noche en las brumas. Una emocin para subir a la torre, una noche en la oscuridad. Decidi concentrarse en eso, en vez de su fracaso con los hampones, como los logros de su noche.

Un ltimo baile.

Llvatelo, Tillaume dijo Wax, dando la espalda al bal. Llvatelo a algn lugar seguro, pero gurdalo. Para siempre.

S, mi seor dijo el mayordomo en voz baja. Pareca aprobar su accin.

Y eso es todo, pens Wax. Se dirigi entonces al cuarto de bao. Wax el vigilante haba desaparecido.

Era el momento de ser Lord Waxillium Ladrian, Decimosexto Gran Seor de la Casa de Ladrian, residente en el Cuarto Octante de la ciudad de Elendel.

2

Seis meses ms tarde

Qu tal el pauelo? pregunt Waxillium, estudindose en el espejo. Se volvi de lado y tir de nuevo de la corbata plateada.

Impecable como siempre, mi seor dijo Tillaume. El mayordomo permaneca de pie, las manos a la espalda, una bandeja de humeante t a su lado en una mesita. Waxillium no haba pedido t, pero Tillaume lo haba trado de todas formas. A Tillaume le encantaba el t.

Ests seguro? pregunt Waxillium, tirando de nuevo del pauelo.

Por supuesto, mi seor vacil. He de admitir, mi seor, que siento curiosidad desde hace meses. Es usted el primer gran seor al que sirvo que sabe hacerse un nudo decente en el pauelo para el cuello. Me haba acostumbrado a proporcionar esa ayuda.

Cuando uno vive en los ridos, aprende a hacer las cosas solo.

Con el debido respeto, mi seor dijo Tillaume, su voz normalmente montona traicion una sombra de curiosidad. No pensaba que hiciera falta aprender esa habilidad en los ridos. No era consciente de que los habitantes de esas tierras tuvieran el menor inters por asuntos de moda y decoro.

No lo tienen respondi Waxillium con una sonrisa, dando un ltimo ajuste al pauelo. Por eso lo haca siempre en parte. Vestir como un caballero de ciudad tena un extrao efecto en la gente de all. Algunos me respetaron inmediatamente, otros me subestimaron inmediatamente. A m me vino bien en ambos casos. Y, he de aadir, era inenarrablemente agradable ver las expresiones de los rostros de los delincuentes cuando eran entregados por alguien que haban tomado por un dandy de ciudad.

Me lo imagino, mi seor.

Tambin me vino bien a m dijo Waxillium en voz baja, mirndose en el espejo. Pauelo plateado, chaleco de seda verde. Gemelos esmeralda. Chaqueta y pantalones negros, con las mangas y perneras vueltas. Un botn de acero en el chaleco entre los de madera, una vieja tradicin suya. La ropa era un recordatorio, Tillaume. La tierra a mi alrededor poda ser salvaje, pero yo no tena por qu serlo.

Waxillium sac un pauelo plateado de la cmoda, perfectamente doblado, y se lo coloc en el bolsillo del pecho. Una sbita campana son por toda la mansin.

Herrumbre y Ruina maldijo, comprobando el reloj de bolsillo. Llegan temprano.

Lord Harms es clebre por su puntualidad, mi seor.

Maravilloso. Bien, acabemos con esto.

Waxillium sali al pasillo, las botas deslizndose por la alfombra de terciopelo verde. La mansin haba cambiado poco durante sus dos dcadas de ausencia. Incluso despus de seis meses de vivir aqu, segua sin parecerle que fuera suya. El leve olor de la pipa de su to an permaneca, y la decoracin mostraba una aficin a las maderas oscuras y las esculturas de piedra. A pesar de los gustos modernos, casi no haba ningn retrato ni pinturas. Como Waxillium saba, muchas eran valiosas y haban sido vendidas antes de la muerte de su to.

Tillaume lo acompa, las manos a la espalda.

Mi seor habla como si considerara el deber de este da una lacra.

No es obvio? Waxillium hizo una mueca. Qu deca de l que prefiriera enfrentarse a una red de forajidos, sin armas y en inferioridad numrica, antes que reunirse con Lord Harms y sus hijas?

Una matrona regordeta esperaba al fondo del pasillo, ataviada con un vestido negro y un delantal blanco.

Oh, Lord Ladrian dijo con afecto. Su madre estara tan satisfecha al ver este da!

No se ha decidido nada an, seorita Grimes dijo Waxillium mientras la mujer se les una y caminaban juntos por la balaustrada de la galera del primer piso.

Ella esperaba que se casara con una bella dama algn da dijo la seorita Grimes. Si hubiera odo cmo se preocupaba, todos esos aos...

Waxillium trat de ignorar la forma en que esas palabras retorcan su corazn. No haba odo cmo se preocupaba su madre. Apenas le haba escrito a sus padres o a su hermana, y solo haba venido de visita una vez, despus de que el ferrocarril llegara a Erosin.

Bueno, ahora estaba cumpliendo con sus obligaciones. Seis meses de trabajo, y por fin estaba establecindose y sacando a la Casa Ladrian (junto a sus muchos forjadores y costureras) del abismo del colapso financiero. El ltimo paso se dara hoy.

Waxillium lleg a lo alto de las escaleras, y entonces vacil.

No dijo. No debo apresurarme. Tengo que darles tiempo para sentirse cmodos.

Eso es... empez a decir Tillaume, pero Waxillium lo interrumpi dndose media vuelta y echando a andar por donde haba venido.

Seorita Grimes dijo Waxillium, hay otros asuntos que necesiten mi atencin hoy?

Desea orlos ahora? pregunt ella, frunciendo el ceo mientras se apresuraba por alcanzarlo.

Algo que mantenga mi mente ocupada, querida mujer dijo Waxillium. Herrumbre y Ruina... estaba tan nervioso que not que haba metido la mano por dentro de su chaqueta y estaba acariciando la empuadura de su Immerling 44-S.

Era una buena arma; no tan buena como las que fabricaba Ranette, sino un arma pequea, adecuada para un caballero. Haba decidido que sera lord y no vigilante, pero eso no significaba que fuera a ir por ah desarmado. Eso... bueno, eso sera una locura.

Hay una cuestin dijo la seorita Grimes, sonriendo. Era el ama de llaves de la Casa Ladrian desde haca veinte aos. Anoche perdimos otro cargamento de acero.

Waxillium se detuvo en el pasillo.

Qu? Otra vez!

Desgraciadamente, mi seor.

Maldicin. Estoy empezando a pensar que los ladrones solo se ceban en nosotros.

Es solo nuestro segundo envo dijo ella. La Casa Tekiel ha perdido hasta ahora cinco cargamentos.

Cules son los detalles? pregunt l. La desaparicin. Dnde sucedi?

Bueno...

No, no me lo diga dijo l, alzando una mano. No puedo permitirme distracciones.

La seorita Grimes le dirigi una mirada inexpresiva, ya que por eso haba evitado hablarle de este tema antes de su encuentro con Lord Harms. Waxillium apoy una mano en la barandilla, y sinti que su ojo izquierdo temblaba de forma involuntaria. All fuera haba alguien, dirigiendo una operacin organizada y altamente eficaz para robar los contenidos de vagones enteros. Empezaban a llamarlos los desvanecedores. Tal vez podra investigar un poco y...

No se dijo con firmeza. No es mi deber. Ya no. Acudira a las autoridades adecuadas, tal vez contratara a algunos guardias o investigadores personales. No ira a cazar a los bandidos en persona.

Estoy seguro de que los alguaciles encontrarn a los responsables y los llevarn a la justicia dijo Waxillium con cierta dificultad. Cree que ya hemos hecho esperar lo suficiente a Lord Harms? Creo que es suficiente. No es suficiente, no?

Waxillium se dio media vuelta y regres por donde haba venido. Tillaume puso los ojos en blanco cuando pas por su lado.

Waxillium lleg a las escaleras. Un joven con un chaleco verde de los Ladrian y una camisa blanca las vena subiendo.

Lord Ladrian! dijo Kip. Ha llegado el correo.

Algn paquete?

No, mi seor dijo el muchacho, entregando una carta lacrada. Solo esto. Pareca importante.

Una invitacin a los esponsales Yomen-Ostlin supuso la seorita Grimes. Podra ser una buena ocasin para hacer la primera aparicin pblica con la seorita Harms.

Los detalles no se han decidido todava! protest Waxillium mientras se detenan al pie de las escaleras. Apenas he abordado el tema con Lord Harms y prcticamente nos han casado ya. Es muy posible que esos comentarios interrumpan todo el asunto, como sucedi con Lady Entrone.

Todo saldr bien, joven seor dijo la seorita Grimes. Extendi la mano y ajust el pauelo plateado de su bolsillo. Tengo el sentido de un aplacador para estos asuntos.

Es consciente de que tengo cuarenta y dos aos? Joven seor no encaja ya exactamente.

Ella le dio una palmadita en la mejilla. La seorita Grimes consideraba que todo hombre soltero era un nio... lo cual era terriblemente injusto, considerando que ella no se haba casado nunca. l se abstuvo de hablarle de Lessie: la mayor parte de su familia en la ciudad no saba nada de ella.

Muy bien dijo Waxillium, volvindose y avanzando hacia la sala de espera. Vamos a las fauces de la bestia.

Limmi, jefa de personal de la planta baja, esperaba junto a la puerta. Alz la mano mientras Waxillium se acercaba, como para hablar, pero l le desliz la invitacin a la boda en la mano.

Que redacten una respuesta afirmativa a esto, por favor, Limmi dijo. Indica que cenar con la seorita Harms y su padre, pero retn la carta hasta que acabe con la reunin. Ya te har saber si la envo o no.

S, mi seor, pero...

No pasa nada dijo l, abriendo la puerta. No debo hacer espe...

Lord Harms y su hija no estaban en la sala. En cambio, Waxillium encontr a un joven larguirucho de rostro redondo y mentn afilado. Tena unos treinta aos de edad, y unos cuantos das de barba en la mandbula y las mejillas. Llevaba un sombrero de ala ancha al estilo de los ridos, los lados curvados levemente hacia arriba, y llevaba un sobretodo de cuero. Jugaba con uno de los relojes del tamao de una mano que haba en la repisa.

Hola, Wax dijo el hombre alegremente. Alz el reloj. Puedo cambiarte por esto?

Waxillium cerr rpidamente la puerta tras l.

Wayne? Qu ests haciendo aqu?

Mirando tus cosas, socio respondi Wayne. Alz el reloj, aprecindolo. Qu vale, tres o cuatro barras? Tengo una botella de buen whisky que podra valer lo mismo.

Tienes que marcharte de aqu! dijo Waxillium. Se supone que debes estar en Erosin. Quin vigila el lugar?

Barl.

Barl! Es un bellaco.

Yo tambin.

S, pero t eres el bellaco que yo eleg para hacer el trabajo. Al menos podras haber enviado a Miles.

Miles? dijo Wayne. Socio, Miles es un ser humano horrible. Prefiere dispararle a alguien antes de molestarse en averiguar si el tipo es culpable o no.

Miles mantiene limpia su ciudad dijo Waxillium. Y me ha salvado la vida un par de veces. Y adems no tiene nada que ver. Te dije que vigilaras Erosin.

Wayne se llev la mano al sombrero.

Cierto, Wax, pero ya no eres vigilante de la ley. Y yo tengo cosas importantes que hacer. Mir el reloj, luego se lo guard en el bolsillo y dej en su lugar una botellita de whisky en la repisa. Ahora, seor, tengo que hacerle unas cuantas preguntas.

Sac una libretita y un lpiz del interior de su sobretodo.

Dnde estuvo la noche pasada a eso de medianoche?

Qu signifi...?

Las campanillas de la puerta volvieron a interrumpir a Waxillium.

Herrumbre y Ruina! Es gente de clase alta, Wayne. He pasado meses convencindolos de que no soy un rufin. Necesito que te largues de aqu.

Waxillium dio un paso adelante, intentando conducir a su amigo hacia la salida del fondo.

Vaya, esa es una conducta sospechosa, no? dijo Wayne, anotando algo en su libreta. Esquivando preguntas, actuando ansioso. Qu oculta, seor?

Wayne dijo Waxillium, agarrando al otro hombre por el brazo. Una parte de m aprecia que hayas venido hasta aqu a sacarme de quicio, y me alegro de verte. Pero este no es el momento.

Wayne hizo una mueca.

Das por hecho que estoy aqu por ti. No te parece un poco arrogante?

Para qu si no estaras aqu?

Envo de alimentos dijo Wayne. Un tren sali de Elendel hace tres das y lleg a Elendel con todo el contenido de un vagn vaco. He odo que recientemente has perdido dos cargamentos propios por obra de esos desvanecedores. He venido a interrogarte. Bastante sospechoso, como deca.

Sospechoso... Wayne, he perdido dos envos. Es a m a quien han robado! Por qu me convierte eso en sospechoso?

Cmo voy a saber yo cmo funciona tu retorcida mente de genio criminal, socio?

Sonaron pasos ante la puerta. Waxillium mir la puerta, luego a Wayne.

Ahora mismo, mi mente de genio criminal se pregunta si puedo esconder tu cadver en algn sitio donde no llame demasiado la atencin.

Wayne sonri, dando un paso atrs.

La puerta se abri.

Waxillium se dio media vuelta para ver a Limmi abrir mansamente la puerta. En el umbral esperaba un hombre corpulento con un traje muy elegante, empuando un bastn de madera. Tena unos bigotes que caan hasta su grueso cuello, y su chaleco estaba adornado por un pauelo rojo oscuro.

... digo que no importa a quin est atendiendo! deca Lord Harms. Querr hablar conmigo! Tenamos una cita y...

Lord Harms se detuvo, advirtiendo que la puerta estaba abierta.

Ah!

Y entr en la sala.

Lo sigui una mujer de aspecto severo y cabello dorado sujeto en un tenso moo (su hija, Steris), y una mujer ms joven a quien Waxillium no reconoci.

Lord Ladrian dijo Harms. Considero muy impropio hacerme esperar. Y a quin recibe en vez de a m?

Waxillium suspir.

Es mi viejo...

To! dijo Wayne, dando un paso adelante y alterando la voz para parecer brusca y perder todo su acento rural. Soy su to Maksil. Me present de forma inesperada esta maana, mi querido seor.

Waxillium alz una ceja mientras Wayne avanzaba. Se haba quitado el sombrero y el sobretodo, y se haba pegado en el labio superior un bigote falso de aspecto realista y algunas canas. Encoga el rostro para mostrar unas cuantas arrugas extra alrededor de los ojos. Era un buen disfraz que le haba parecer quizs unos cuantos aos mayor que Waxillium, en vez de diez aos ms joven.

Waxillium mir por encima del hombro. El sobretodo estaba doblado en el suelo junto a uno de los sillones, el sombrero encima, un par de bastones de duelo cruzados sobre la pila. Waxillium ni siquiera haba advertido el cambio: naturalmente, Wayne lo haba hecho mientras estaba dentro de una burbuja de velocidad. Wayne era un deslizador, un alomntico de bendaleo, capaz de crear una burbuja de tiempo comprimido a su alrededor. A menudo empleaba ese poder para cambiar de disfraz.

Tambin era nacidoble, como Waxillium, aunque su habilidad feruquimista (sanar rpidamente de las heridas) no era muy til si no se dedicaba a combatir. Con todo, las dos formaban una poderosa combinacin.

To, dice? pregunt Lord Harms, estrechando la mano de Wayne.

Por parte de madre! dijo Wayne. No por parte Ladrian, naturalmente. De lo contrario, estara dirigiendo este lugar, no?

No hablaba como era costumbre en l, pero esa era la especialidad de Wayne. Deca que las tres cuartas partes de un disfraz estaban en el acento y la voz.

Llevo mucho tiempo queriendo venir a ver cmo est el chaval. Ha tenido un pasado algo revuelto, ya sabe. Necesita una mano firme para asegurar que no vuelva a esas desagradables costumbres.

A menudo he pensado lo mismo! dijo Lord Harms. Supongo que tenemos permiso para sentarnos, no, Lord Ladrian?

S, por supuesto respondi Waxillium, dirigiendo con disimulo una mirada de reproche a Wayne. De verdad? deca esa mirada. Estamos haciendo esto?

Wayne tan solo se encogi de hombros. Luego se volvi y tom la mano de Steris e inclin amablemente la cabeza.

Y quin es esta encantadora criatura?

Mi hija, Steris Harms se sent. Lord Ladrian? No haba avisado a su to de nuestra llegada?

Me sorprendi tanto su llegada que no he tenido oportunidad dijo Waxillium. Tom la mano de Steris e inclin tambin la cabeza ante ella.

Ella lo mir de arriba abajo con expresin crtica, y luego sus ojos se volvieron hacia el sobretodo y el sombrero del rincn. Su expresin se agri. Sin duda haba asumido que eran suyos.

Esta es mi prima Marasi dijo Steris, indicando a la mujer que tena detrs. Marasi era morena y de ojos grandes, con brillantes labios rojos. Agach recatadamente la cabeza en cuanto Waxillium se volvi hacia ella. Ha pasado casi toda su vida en los Estados Exteriores y es bastante tmida, as que por favor no la inquiete.

Ni lo soara dijo Waxillium. Esper hasta que las mujeres estuvieron sentadas junto a Lord Harms y luego tom asiento en el sof ms pequeo frente a ellos, de cara a la puerta. Haba otra salida de la sala, pero haba descubierto que haba un tabln flojo en el suelo, lo cual era ideal. De esta forma, nadie poda entrar sorprendindolo. Vigilante o lord, no le apeteca que le pegaran un tiro por la espalda.

Wayne se sent en una silla a la derecha de Waxillium. Todos se miraron unos a otros durante un largo instante. Wayne bostez.

Bueno dijo Waxillium. Tal vez debera empezar preguntando por su salud.

Tal vez respondi Steris.

Esto... s. Cmo est de salud?

Bien.

Igual que Waxillium aadi Wayne.

Todos se volvieron hacia l.

Ya saben, est aqu y no en cama. Ejem. Eso es caoba?

Esto? dijo Lord Harms, alzando su bastn. En efecto. Es herencia familiar.

Mi seor Waxillium intervino Steris con voz cortante. No pareca gustarle hablar de nimiedades. Quiz podamos saltarnos las palabras huecas. Todos sabemos la naturaleza de esta reunin.

Ah, s? pregunt Wayne.

S dijo Steris, la voz fra. Lord Waxillium. Tiene usted una desafortunada reputacin. Su to, con el Hroe descanse, manch el apellido Ladrian con su reclusin social, sus ocasionales incursiones intrpidas en la poltica, y su aventurerismo descarado. Usted viene de los ridos, lo que no hace sino aumentar la pobre reputacin de la casa, sobre todo considerando sus insultantes acciones a diversas casas durante sus primeras semanas en la ciudad. Por encima de todo, su casa est casi arruinada.

Nosotros, sin embargo, nos encontramos con circunstancias desesperadas propias. Nuestro estatus financiero es excelente, pero nuestro apellido es desconocido en la alta sociedad. Mi padre no tiene ningn heredero varn al que conferirle el apellido familiar, as que una unin entre nuestras casas tiene todo el sentido.

Cunta lgica por su parte, querida dijo Wayne, el acento de clase alta surgiendo de sus labios como si hubiera nacido con l.

Naturalmente dijo ella, todava mirando a Waxillium. Busc en su bolso. Sus cartas y conversaciones con mi padre han sido suficientes para persuadirnos de sus serias intenciones, y durante estos ltimos meses en la ciudad su comportamiento pblico ha demostrado ser ms prometedoramente sobrio que su grosera inicial. As que me he tomado la libertad de redactar un acuerdo que creo que complace a nuestras necesidades.

Un... acuerdo? pregunt Waxillium.

Oh, estoy ansioso por orlo aadi Wayne. Se meti ausente la mano en el bolsillo y sac algo que Waxillium no pudo distinguir.

El acuerdo result ser un gran documento, al menos de veinte pginas de largo. Steris le tendi una copia a Waxillium y otra a su padre, y se qued con otra para s.

Lord Harms tosi en su mano.

Suger que anotara sus pensamientos dijo. Y... bueno, mi hija es una mujer muy concienzuda.

Ya lo veo contest Waxillium.

Te sugiero que nunca le pidas que te pase la leche aadi Wayne entre dientes, para que solo Waxillium pudiera orlo. Ya que parece probable que te lanzara una vaca, solo para asegurarse de que hace el trabajo a conciencia.

El documento consta de varias partes dijo Steris. La primera es un esbozo de nuestra fase de cortejo, donde hacemos claros progresos, aunque no demasiado acelerados, hacia el compromiso. Nos tomamos el tiempo suficiente para que la sociedad empiece a asociarnos como pareja. El compromiso no debe ser demasiado rpido para que no parezca un escndalo, pero no puede ser tampoco demasiado lento. Ocho meses, segn mis clculos, cumpliran nuestros propsitos.

Comprendo dijo Waxillium, repasando las hojas. Tillaume entr, trayendo una bandeja con t y pasteles, y la deposit en una mesita junto a Wayne.

Waxillium sacudi la cabeza, cerrando el contrato.

No le parece un poco... encorsetado?

Encorsetado?

Quiero decir... no tendra que haber espacio para el romance?

Lo hay dijo Steris. Pgina trece. Tras el matrimonio, no habr ms de tres encuentros conyugales por semana y no menos de uno hasta que se proporcione un heredero adecuado. Despus de eso, se aplica el mismo nmero a un lapso de dos semanas.

Ah, claro dijo Waxillium. Pgina trece.

Mir a Wayne. Era una bala lo que se haba sacado del bolsillo? Wayne jugueteaba con ella entre sus dedos.

Si no es suficiente para satisfacer sus necesidades aadi Steris, la siguiente pgina detalla los adecuados protocolos de amantes.

Espere dijo Waxillium, apartando la mirada de Wayne. Su documento permite amantes?

Naturalmente. Son un simple hecho de la vida, y por eso es mejor tenerlas en cuenta que ignorarlas. En el documento encontrar usted los requerimientos para su potencial amante junto con los medios por los cuales se mantendr la discrecin.

Comprendo dijo Waxillium.

Naturalmente continu Steris, yo seguir las mismas indicaciones.

Planea usted echarse un amante, mi seora? pregunt Wayne, alzando la cabeza.

Deberan permitrseme mis propios escarceos contest ella. Normalmente el objeto de eleccin es el cochero. Me abstendr hasta que se produzcan herederos, naturalmente. No debe de haber ninguna confusin respecto al linaje.

Naturalmente dijo Waxillium.

Est en el contrato dijo ella. Pgina quince.

No dudo de que lo est.

Lord Harms tosi de nuevo en su mano. Marasi, la prima de Steris, mantuvo una expresin neutra, aunque se haba estado mirando los pies durante la conversacin. Por qu la haban trado?

Hija dijo Lord Harms, quiz deberamos dirigir la conversacin a temas menos personales durante un momento.

Muy bien dijo Steris con sequedad. Hay unas cuantas cosas que quera saber de usted. Es un hombre religioso, Lord Ladrian?

Sigo el Camino respondi Waxillium.

Hum dijo ella, dando un golpecito con los dedos en el contrato. Bueno, es una opcin segura, aunque algo aburrida. Yo, por ejemplo, nunca he comprendido por qu la gente sigue una religin cuyo dios prohbe especficamente adorarlo.

Es complicado.

Eso dicen los caminantes. Con el mismo tono con el que intentan explicar lo simple que es su religin.

Eso tambin es complicado dijo Waxillium. Una forma simple de complicacin. Es usted supervivencialista, supongo?

Lo soy.

Maravilloso, pens Waxillium. Bueno, los supervivencialistas no eran demasiado malos. Algunos, al menos. Se levant. Wayne segua jugueteando con aquella bala.

Le apetece a alguien un poco de t?

No dijo Steris, agitando la mano, mientras revisaba su documento.

S, por favor contest Marasi en voz baja.

Waxillium cruz la habitacin para dirigirse a la mesita.

Esas estanteras son muy bonitas dijo Wayne. Ojal tuviera estanteras como esas. Vaya, vaya, vaya. Y... listo.

Waxillium se dio media vuelta. Los tres invitados se haban vuelto a mirar las estanteras, y al hacerlo, Wayne haba empezado a quemar bendaleo y lanz una burbuja de velocidad.

La burbuja tena un metro y medio de dimetro, e inclua solo a Wayne y Waxillium, y una vez emplazada, Wayne no poda moverla. Aos de familiaridad permitieron a Waxillium discernir el lmite de la burbuja, que estaba marcada por una leve ondulacin del aire. Para los que estaban dentro de la burbuja, el tiempo flua mucho ms rpidamente que para los de fuera.

Bien? pregunt Waxillium.

Oh, creo que la calladita es bastante mona dijo Wayne, recuperando su acento. Pero la alta est loca. Herrumbre en mis manos, s que lo est.

Waxillium se sirvi un poco de t. Harms y las dos mujeres parecan petrificados all sentados en el sof, casi como estatuas. Wayne estaba avivando su metal, usando tanta fuerza como poda para crear unos cuantos momentos privados.

Estas burbujas podan ser muy tiles, aunque no del modo que esperaba la mayora de la gente. No podas salir de ellas; bueno, s podas, pero algo en la barrera interfera con los objetos que la atravesaban. Si le disparabas a una burbuja de velocidad, la bala se frenaba en cuanto alcanzaba el tiempo ordinario y se mova errticamente hasta desviarse de su curso. Eso haca casi imposible disparar dentro de una.

Es una buena pareja dijo Waxillium. Es una situacin ideal para ambos.

Mira, socio. Solo porque Lessie...

Esto no tiene nada que ver con Lessie.

Eh, eh... Wayne alz una mano. No hace falta cabrearse.

No estoy... Waxillium inspir profundamente, luego continu con ms calma. No estoy cabreado. Pero no tiene nada que ver con Lessie. Tiene que ver con mis deberes.

Maldito seas, Wayne. Ya casi haba conseguido dejar de pensar en ella. Qu dira Lessie, si viera lo que estaba haciendo? Se reira, probablemente. Se reira de lo ridculo que era, se reira de su incomodidad. No era de las celosas, quiz porque nunca haba tenido ningn motivo para serlo. Con una mujer como ella, por qu querra Waxillium mirar a ninguna otra?

Nadie estara nunca a su altura, pero por desgracia eso no importaba. El contrato de Steris pareca bueno en ese aspecto. Le ayudara a dividirse. Tal vez le ayudara un poco con el dolor.

Este es mi deber ahora repiti Waxillium.

Tus deberes solan tener que ver con salvar a la gente, no casarte con ellas.

Waxillium se agach junto a la silla.

Wayne. No puedo volver a ser lo que fui. Que irrumpas aqu y empieces a medrar en mi vida no va a cambiar eso. Ahora soy una persona diferente.

Si ibas a convertirte en una persona diferente, no podras haber elegido a una sin esa cara tan fea?

Wayne, esto es serio.

Wayne alz la mano, haciendo girar el cartucho entre sus dedos y ofrecindoselo.

Y esto tambin.

Qu es eso?

Una bala. Se utiliza para dispararle a la gente. Es de esperar que a los malos... o al menos a los que te deben una barra o dos.

Wayne...

Se estn volviendo.

Wayne dej el cartucho sobre la bandeja.

Pero...

Hora de toser. Tres. Dos. Uno.

Waxillium maldijo entre dientes, pero se guard la bala y dio un paso atrs. Empez a toser con fuerza mientras la burbuja de velocidad se colapsaba, restaurando el tiempo normal. Para los tres visitantes solo haban pasado segundos, y para sus odos la conversacin entre Waxillium y Wayne acelerara hasta el punto en que la mayor parte sera inaudible. La tos cubrira todo lo dems.

Ninguno de los tres visitantes pareca haber advertido nada extrao. Waxillium sirvi el t (hoy era de un profundo color cereza, probablemente afrutado), y le llev una taza a Marasi. Ella la acept, y l se sent, sosteniendo su propia taza en una mano. Sac la bala con la otra. Tanto el casquillo como la camisa de calibre medio asemejaban acero, pero pareca demasiado liviana. Frunci el ceo, sopesndola.

Sangre en su cara. Sangre en la pared de ladrillo.

Se estremeci, combatiendo aquellos recuerdos. Maldito seas, Wayne, volvi a pensar.

El t est delicioso dijo Marasi con voz suave. Gracias.

No hay de qu respondi Waxillium, obligndose a regresar a la conversacin. Lady Steris, considerar este contrato. Gracias por redactarlo. Pero la verdad es que esperaba que este encuentro me permitiera saber ms cosas sobre usted.

He estado trabajando en una autobiografa dijo ella. Tal vez le enve un captulo o dos por correo.

Eso es... muy poco convencional por su parte dijo Waxillium. Aunque sera de agradecer. Pero por favor, hbleme de usted. Qu cosas le interesan?

Normalmente, me gustan las obras sonri. En el Coolerim.

Me estoy perdiendo algo? pregunt Waxillium.

El teatro Coolerim dijo Wayne, inclinndose hacia delante. Hace dos noches, robaron en mitad de la representacin.

No se ha enterado? pregunt Lord Harms. Apareci en todos los peridicos.

Alguien result herido?

No en el acto en s dijo Lord Harms, pero tomaron un rehn mientras huan.

Una cosa tan horrible dijo Steris. Nadie ha tenido noticias de Armal todava.

La conoca usted? pregunt Wayne, perdiendo levemente el acento al mostrar inters.

Mi prima.

Igual que.... pregunt Waxillium, indicando a Marasi.

Los tres lo miraron con expresiones confusas durante un instante, pero entonces Lord Harms intervino.

Ah, no. Otra rama de la familia.

Interesante dijo Waxillium, reclinndose en su asiento, el t olvidado en su mano. Y ambicioso. Robar un teatro entero? Cuntos ladrones haba?

Docenas respondi Marasi. Tal vez hasta treinta, segn dicen los informes.

Toda una banda. Eso significa otros ocho ms solo para ayudarlos en la ida. Y vehculos para escapar. Impresionante.

Son los desvanecedores dijo Marasi. Los que roban tambin en los trenes.

Eso no se ha demostrado replic Wayne, sealndola.

No. Pero uno de los testigos de un robo de trenes describi a varios hombres que estaban en el robo del teatro.

Espere dijo Waxillium. Hubo testigos en uno de los robos de trenes? Crea que fue en secreto. No dijeron algo de un tren fantasma que apareci en las vas?

S dijo Wayne. Los conductores del tren se detienen a investigar y, probablemente, los domina el pnico. Pero el tren fantasma desaparece antes de que puedan investigarlo. Siguen su camino, pero cuando llegan al final de la lnea, uno de los vagones de su tren est vaco. Cerrado todava, sin signos de entrada forzada. Pero la mercanca ha desaparecido.

As que nadie ve a los culpables dijo Waxillium.

Los recientes han sido distintos dijo Marasi, animndose. Han empezado a robar tambin vagones de pasajeros. Cuando el tren se detiene por el fantasma de las vas, unos hombres irrumpen en los vagones y empiezan a recopilar joyas y carteras a sus ocupantes. Toman a una mujer como rehn, amenazando con matarla si alguien los sigue, y se van. Tambin roban el vagn de carga.

Curioso dijo Waxillium.

S coincidi Marasi. Creo...

Querida cort Lord Harms. Ests molestando a Lord Ladrian.

Marasi se ruboriz, y baj la mirada.

No es ninguna molestia dijo Waxillium, acariciando la taza de t con el dedo. Es...

Eso que tiene en los dedos es una bala? pregunt Steris, sealando.

Waxillium baj la mirada y advirti que estaba haciendo rodar el cartucho entre su ndice y su pulgar. Cerr el puo antes de que pudieran regresar los recuerdos.

No es nada.

Le dirigi una mirada a Wayne.

El otro hombre silabe algo: Empjala.

Est seguro de que su pasado tan poco convencional ha quedado atrs, Lord Ladrian? pregunt Steris.

Oh, est seguro dijo Wayne, sonriendo. No tiene que preocuparse de que sea poco convencional. Pero si es aburridsimo! Increble, cmica, absurdamente aburrido. Podra encontrar ms diversin en un mendigo que espere en la cola en un comedor social el da que dan carne de rata. Si...

Gracias, to dijo Waxillium secamente. S, Steris, mi pasado es solo eso. Pasado. Estoy comprometido con mis deberes como jefe de la Casa Ladrian.

Muy bien dijo ella. Necesitaremos una entrada formal a la alta sociedad como pareja. Un acontecimiento pblico de algn tipo.

Qu tal los esponsales Yomen-Ostlin? dijo Waxillium, ausente. Empjala. He recibido una invitacin esta misma maana.

Una idea excelente dijo Lord Harms. Nosotros tambin estamos invitados.

Empjala. Waxillium meti la mano en su manga izquierda y con disimulo cogi un trocito de recorte de acero de la bolsa que guardaba all. Lo dej caer en su t y tom un sorbo. Eso no le dio muchas reservas, pero fue suficiente.

Quem acero, y las lneas familiares de azul brotaron a su alrededor. Apuntaban a todas las fuentes de metal.

Excepto al que tena en los dedos.

Aluminio advirti. No me extraa que sea tan liviano.

El aluminio y unas cuantas de sus aleaciones eran alomnticamente inertes: no se poda tirar ni empujar de ellos. Tambin era muy caro. Costaba an ms que el oro o el platino.

La bala estaba diseada para matar a lanzamonedas y atraedores, hombres como el propio Waxillium. Eso le provoc un escalofro, aunque asi la bala con ms fuerza. Hubo das en que habra dado su mejor arma por unas cuantas balas de aluminio, aunque no conoca ninguna aleacin que produjera una bala con buenas propiedades.

Dnde? le silabe a Wayne. Dnde la has encontrado?

Wayne tan solo asinti a los invitados, que estaban mirando a Waxillium.

Se encuentra bien, Lord Ladrian? pregunt Steris. Conozco a un buen consejero de zinc si necesita ayuda emocional.

Er... no. Gracias. Me encuentro bien, y creo que esta reunin ha sido muy productiva. No est de acuerdo?

Depende dijo ella, levantndose, interpretando al parecer sus palabras como una invitacin para terminar la conversacin. La fiesta de la boda es por la maana, creo. Puedo contar con haber recibido el contrato para entonces?

Puede contest Waxillium, levantndose tambin.

Creo que esta reunin ha sido maravillosa dijo Wayne mientras se incorporaba. Es usted lo que necesita mi sobrino, Lady Steris! Una mano firme. No esa chusma a la que est acostumbrado.

Estoy de acuerdo! dijo Lord Harms. Lord Ladrian, quiz su to pueda asistir a la cena...

No dijo Waxillium rpidamente antes de que Wayne pudiera decir nada. No, por desgracia, tiene que regresar a sus propiedades. Me lo estaba diciendo antes. Tiene un parto muy importante al que asistir.

Oh, entonces bien dijo Lord Harms, ayudando a Marasi a ponerse en pie. Le enviaremos una nota de confirmacin en cuanto hayamos aceptado la invitacin de Yomen.

Y yo har lo mismo dijo Waxillium, escoltndolos hasta la puerta. Hasta entonces, adis.

Tillaume les hizo una reverencia y los acompa hasta la salida. A Waxillium su marcha le pareci apresurada, pero sinti alivio al verlos partir. Considerando la sbita intrusin de Wayne, las cosas haban salido bastante bien. Nadie haba terminado intentando pegarle un tiro.

Bonito grupo dijo Wayne. Ahora comprendo lo que ests haciendo. Con una esposa y parientes polticos como estos, te sentirs aqu como en casa... Igual que la crcel y sus ocupantes all en Erosin!

Muy bien dijo Waxillium entre dientes, saludando una vez ms a la familia Harms mientras salan por las puertas de la mansin. De dnde has sacado la bala?

Se cay en el robo del teatro. Se la cambi a los alguaciles esta maana.

Waxillium cerr los ojos. Wayne tena una interpretacin muy amplia de lo que significaba cambiar.

Oh, no te pongas as dijo Wayne. Les dej un bonito adoqun a cambio. Creo que Steris y su padre estn convencidos de que ests chiflado, por cierto sonri.

Eso no es nada nuevo. Mi asociacin contigo lleva aos convenciendo de eso mismo a la gente.

Ja! Y yo que pensaba que habas perdido el sentido del humor Wayne volvi a entrar en la habitacin. Se sac un lpiz del bolsillo al pasar junto a una mesa, y lo cambi por una de las plumas de Waxillium.

Mi humor no se ha perdido, Wayne, solo est crispado. Lo que te dije es verdad, y esta bala no cambia nada.

Tal vez no dijo Wayne, recuperando el sombrero, el sobretodo y los bastones de duelo. Pero yo voy a ver qu puedo buscar.

No es tu trabajo.

Tampoco era tu trabajo empezar a perseguir criminales en los ridos. Eso no cambia lo que hay que hacer, socio.

Wayne se acerc a Waxillium y le tendi el sombrero. Cuando Waxillium lo acept, Wayne se puso el sobretodo.

Wayne...

Estn secuestrando gente, Wax dijo, recuperando su sombrero y ponindoselo. Cuatro rehenes hasta ahora. Ninguno ha regresado. Robar propiedades es una cosa. Robar comida en los ridos es otra. Secuestrar gente... bueno, aqu est pasando algo. Voy a descubrir qu es. Contigo o sin ti.

Sin m.

Bien Wayne vacil. Pero necesito algo, Wax. Un lugar donde buscar. T siempre te encargabas de pensar.

S, sorprendentemente, tener cerebro ayuda mucho.

Wayne lo mir entornando los ojos. Entonces alz las cejas, suplicante.

Muy bien dijo Waxillium, suspirando y cogiendo su taza de t. Cuntos robos van?

Ocho. Siete trenes y, el ms reciente, el teatro.

Cuatro rehenes?

S. En los tres ltimos robos, en los trenes