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1
UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES
UNA APROXIMACIÓN A LOS REGÍMENES ESPECIALES DE SEGURIDAD
SOCIAL: EL CASO DE LA SEGURIDAD SOCIAL DE LAS FUERZAS
ARMADAS DEL ECUADOR
AUTOR
CÉSAR AUGUSTO TAMAYO HERRERA
DIRECTOR
XAVIER VENCE DEZA
Santiago de Compostela, 2015
3
UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES
UNA APROXIMACIÓN A LOS REGÍMENES ESPECIALES DE SEGURIDAD
SOCIAL: EL CASO DE LA SEGURIDAD SOCIAL DE LAS FUERZAS
ARMADAS DEL ECUADOR
AUTOR
César Augusto Tamayo Herrera
Tesis realizada en el Departamento de Economía
Aplicada de la Universidad de Santiago de Compostela,
bajo la dirección de Xavier Vence Deza y entregada
como parte de los requerimientos para la obtención del
título de DOCTOR EN DESARROLLO ECONÓMICO E
INNVOVACIÓN.
Santiago de Compostela, 2015
i
Dedicatoria
A mis padres que han sido mi fuerza
A mi esposa e hija que han sido mi inspiración
A mi hermano que ha sido mi ejemplo
Y sobre todo te la dedico a ti mi Señor
iii
Agradecimientos
Resultaría un gran desafío nombrar a todas las personas que han contribuido a
la terminación de este estudio, no por su menor o mayor grado de contribución
académica o moral, sino porque, al ser un gran número, no quisiera omitir a alguna.
Por tal motivo mencionaré a aquellas que de manera directa han sido valiosas para
alcanzar este objetivo. A los no mencionados les estaré agradecido eternamente.
Al Estado ecuatoriano, quien a través de su política de revolución educativa
está apostando por un mejor futuro para el país, al afrontar los grandes desafíos que
representa el incursionar en un verdadero desarrollo académico-científico de
excelencia. Propósito que no sería factible sin la gran inversión educativa realizada y
la confianza depositada en los jóvenes ecuatorianos que un día decidimos emprender
este camino de superación, aprovechando esta gran oportunidad de prepararnos en
una de las mejores universidades del mundo.
A la Secretaría Nacional de Educación Superior Ciencia Tecnología e
Innovación (SENESCYT), Cartera de Estado que ha sido el instrumento gubernamental
que ejecuta la política educativa por medio del otorgamiento de becas, mediante un
proceso de selección justo, honesto y transparente.
A mis queridas Fuerzas Armadas y en especial a la Fuerza Terrestre, que a
través de su Ex Comandante General GRAD. (S.P) Patricio Cárdenas Proaño y de
BGRAL (SP) Eduardo Esparza Paula Ex Director General del ISSFA, depositaron en
mí su total confianza y apoyo.
Al Departamento de Economía Aplicada de la Facultad de Ciencias Económicas
y Empresariales de la Universidad de Santiago de Compostela, en especial a los
docentes investigadores del Grupo ICEDE, y a todos demás profesores y doctorandos
que me brindaron incondicionalmente sus conocimientos, hospitalidad y cooperación
desinteresada.
Al Dr. Rubén Camilo Lois por su amistad y cooperación sincera. Sus reflexiones
y apoyo fueron muy importantes para el exitoso fin de la investigación.
A Ana Guerra que siempre ha sido un puntal importante en el Departamento, no
solo con su apoyo administrativo académico, sino por su amistad y don de gente.
A Ángeles Pereira, por ser aquella compañera y amiga con la que pasé muchas
horas de estudio, con quien compartí alegrías y frustraciones, pero sobre todo valorar
ese noble sentimiento de la amistad y lealtad a toda prueba.
A Hugo Martínez, Giovanni Herrera y Danny Zambrano, grandes amigos y
compañeros cuyos brazos estuvieron siempre listos para levantarme y con una palabra
de ánimo para seguir siempre adelante.
iv
A Severino Lavandeira Rey, gran hombre y amigo que con sus consejos y ayuda
hizo que mi estancia en esta hermosa ciudad haya sido tan acogedora como mi hogar.
Un especial agradecimiento a mi Director, el Catedrático Dr. Xavier Vence
Deza, quien ha sido un referente profesional, académico, humano, y que con su apoyo
incondicional y conocimiento me ha permitido desarrollar una nueva concepción del
pensamiento. Cualidad que solo tienen los verdaderos líderes sobre sus discípulos.
Egoísta resultaría no mencionar a aquellas personas que han permanecido a mi
lado y me han ayudado a levantarme en el trayecto del estudio.
A la Dra. María Teresa Orduña Domingo quien con su amistad a toda prueba
nos supo guiar a acompañar durante todo este largo camino.
A mis amadas esposa e hija que cambiaron su vida durante este tiempo para
emprender un nuevo camino en pos de un gran sueño.
A mis adorados padres quienes, aunque ausentes físicamente, cada día supieron
infundirme esa confianza y amor, factores que me impulsaron a no decaer.
A mi hermano mayor que con sus palabras de aliento y ejemplo ha sido mi
referente profesional.
A ti mi Señor por siempre estar conmigo
A toda Galiza por ser a miña segunda patria!
1
Contenido
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 13
METODOLOGÍA ....................................................................................................................... 25
ESTRUCTURA POR CAPITULOS ........................................................................................ 29
LAS FUENTES DE INFORMACIÓN Y SUS LIMITACIONES ........................................... 31
PARTE I El Estado de bienestar y la evolución de la protección social en el Contexto
Latinoamericano ....................................................................................................................... 33
Introducción ............................................................................................................................... 33
Capítulo I El Estado de bienestar ...................................................................................... 35
Introducción ........................................................................................................................... 35
1.1 Conceptualización y configuración del Estado de bienestar ......................... 37
1.1.1 Estados de bienestar en Europa .................................................................... 39
1.1.2 El origen de los Estados de bienestar en América Latina.......................... 41
1.2 Teorías sobre el Estado de bienestar ............................................................... 42
1.2.1 El Estado de bienestar como resultado del proceso democrático ............ 43
1.2.2 El Estado de bienestar como elemento de legitimación del sistema
capitalista ........................................................................................................................... 46
1.2.3 El Estado de bienestar como resultado del proceso modernización de la
sociedad ............................................................................................................................. 49
1.3 Las corrientes de pensamiento de la Protección Social. ................................ 50
1.3.1 El inicio de la Protección Social de Bismarck en Alemania ....................... 51
1.3.2 Beveridge por una Seguridad Social para todos ......................................... 52
1.4 Modelos de Desarrollo ......................................................................................... 54
1.4.1 Aproximación a la Modelización Teórica de la Protección Social en el
Estado de bienestar ......................................................................................................... 56
1.4.2 Modelos por la forma de institucionalización de la Protección Social como
Seguridad Social ............................................................................................................... 60
Capítulo II La protección Social en Latinoamérica .......................................................... 65
Introducción ........................................................................................................................... 65
2.1 Breve repaso de la Protección Social en América Latina .............................. 66
2.1.1 Diversidad de la Protección Social por niveles de gasto............................ 67
2.1.2 Uniformidad de los sistemas de la Protección Social ................................. 75
2.1.3 Cobertura contributiva a la Protección Social .............................................. 75
2.2 Los sistemas públicos versus los sistemas privados de Protección Social 76
2.2.1 Los Sistemas Públicos y Regímenes Especiales de Protección Social .. 78
2
2.2.2 Regímenes Especiales de Protección Social en América Latina ............. 81
2.2.3 Los sistemas Privados de Protección Social ............................................... 83
2.3 Estructuras para el financiamiento de los sistemas de pensiones ............... 85
2.3.1 Sistema de pensiones con Beneficio Definido ............................................. 89
2.3.2 Fuentes de Financiamiento ............................................................................. 90
2.3.3 Desfinanciamiento de los sistemas de pensiones ....................................... 92
2.4 La Sostenibilidad de los sistemas de pensiones en la Protección Social ... 93
2.4.1 El efecto del cambio demográfico en la sostenibilidad ............................... 95
2.4.2 Reformas a los sistemas de pensiones ........................................................ 96
2.4.3 La sostenibilidad en los Regímenes Especiales – Régimen Militar ......... 97
Capítulo III La Protección Social en el Ecuador .............................................................. 99
Introducción ........................................................................................................................... 99
3.1 Contexto Socio-económico ............................................................................... 100
3.1.1 Pobreza en el Ecuador .................................................................................. 101
3.1.2 Estructura demográfica .................................................................................. 103
3.2 Marco constitucional y de gestión de la política social ................................. 105
3.2.1 Cobertura de la Seguridad Social ................................................................ 107
3.2.2 Estructura de la Seguridad Social ................................................................ 108
3.2.3 Gasto Social del Ecuador .............................................................................. 110
PARTE II La Protección Social Militar en América Latina ................................................ 115
Introducción ............................................................................................................................. 115
Capítulo I El Gasto Social y la Influencia del Sector Militar en América Latina ........ 116
Introducción ......................................................................................................................... 116
1.1 Tendencias de Gasto Social ............................................................................. 117
1.2 Grupos de Presión en Latinoamérica .............................................................. 117
1.2.1 Grupo de Presión Militar ................................................................................ 122
1.2.2 Influencia Militar en la Política Social .......................................................... 124
1.3 Gasto en Defensa ............................................................................................... 125
1.3.1 Presupuesto de Defensa en América Latina .............................................. 133
1.3.2 Estructura de personal de las Fuerzas Armadas a nivel mundial ........... 137
1.3.3 La pensión de jubilación como parte de la compensación militar ........... 139
1.3.4 Los efectos del prematuro retiro sobre el sistema de pensiones ............ 141
Capítulo II La Seguridad Social Militar en América Latina: El Caso ecuatoriano ..... 143
Introducción ......................................................................................................................... 143
3
2.1 La Seguridad Social Militar ............................................................................... 144
2.1.1 La Seguridad Social Militar Mexicana ......................................................... 146
2.1.2 La Seguridad Social Militar Chilena ............................................................. 147
2.1.3 La Seguridad Social Militar Argentina ......................................................... 149
2.1.4 La Seguridad Social Militar Uruguaya ......................................................... 151
2.1.5 La Seguridad Social Militar Ecuatoriana ..................................................... 152
2.2 El Sistema de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas del Ecuador .... 154
2.2.1 Cobertura de la Seguridad Social Militar del Ecuador .............................. 158
2.3 Las Pensiones Militares del Ecuador .............................................................. 161
2.3.1 Estructura demográfica .................................................................................. 162
2.3.2 Sostenibilidad del sistema de pensiones .................................................... 164
2.3.3 Cotizaciones sociales .................................................................................... 169
2.3.4 Fondo de reserva............................................................................................ 170
PARTE III Métodos de análisis de los sistemas de pensiones ....................................... 175
Introducción ............................................................................................................................. 175
Capítulo I Tipos de modelos para el análisis de los sistemas de pensiones ............ 177
Introducción ......................................................................................................................... 177
1.1 Mecanismos de análisis en sistemas privados de pensiones. .................... 178
1.2 Mecanismos de análisis en sistemas de pensiones públicas: El caso de
España ............................................................................................................................. 181
1.3 Modelo de análisis del sistema de pensiones basado en el Fondo de
Reserva ............................................................................................................................ 184
1.4 Modelo actuarial del sistema de pensiones militares del Ecuador ............. 185
1.5 Análisis de sensibilidad del gasto en pensiones militares ............................ 188
Capítulo II Análisis Econométrico del Sistema de pensiones militares ecuatoriano 206
Introducción ......................................................................................................................... 206
2.1 Base de datos y muestra ................................................................................... 207
2.2 Modelo econométrico en función de los determinantes del gasto agregado
en pensiones ................................................................................................................... 208
2.2.1 Descripción de las Variables......................................................................... 210
2.2.2 Metodología y resultados .............................................................................. 213
2.2.3 Interpretación de los Coeficientes ................................................................ 215
2.2.4 Análisis y discusión de resultados ............................................................... 216
2.3 Modelo Econométrico por el Saldo Financiero .............................................. 217
2.3.1 Descripción de Variables ............................................................................... 217
4
2.3.2 Metodología y resultados .............................................................................. 220
2.3.3 Interpretación de Coeficientes ...................................................................... 223
2.3.4 Análisis y discusión de resultados ............................................................... 223
2.4 Estabilidad del Saldo Financiero ...................................................................... 225
2.4.1 Metodología y resultados .............................................................................. 225
2.4.2 Interpretación de Coeficientes ...................................................................... 226
Capítulo III Propuesta de reformas al Sistema de Pensiones Militares ..................... 227
Introducción ......................................................................................................................... 227
3.1 Reformas propuestas en el Estudio Actuarial del año 2010 ........................ 228
3.2 Proyecto de Ley de Reformas al Sistema de Pensiones Militares ............. 232
3.3 Efectos de la reestructuración demográfica sobre la sostenibilidad del
sistema de pensiones .................................................................................................... 233
3.4 Análisis de la situación actual del sistema y propuesta de reformas ......... 234
3.5 Supuestos para la aplicación de las reformas propuestas .......................... 241
PARTE IV Conclusiones Generales .................................................................................... 245
Bibliografía ............................................................................................................................... 257
Anexos ..................................................................................................................................... 289
5
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 1 Modelos de Protección Social .................................................................................. 57
Tabla 2 Diversidad del gasto público social en los países de América Latina y el Caribe
..................................................................................................................................................... 71
Tabla 3 Estructura de la Seguridad Social en América Latina .......................................... 82
Tabla 4 Fuentes de Financiamiento de los Sistemas Protección Social ......................... 92
Tabla 5 Indicadores de Sostenibilidad Financiera en América Latina ............................. 95
Tabla 6 Marco constitucional y características del Sistema de Protección Social ....... 106
Tabla 7 Estructura del Sistema de Seguridad Social del Ecuador ................................. 109
Tabla 8 Relación del subsidio de la Seguridad Social con respecto al Gasto Social
(2000-2012) ............................................................................................................................. 112
Tabla 9 Conflictos armados mundiales por región 1989-2000 ........................................ 128
Tabla 10 Relación en los presupuestos de defensa de Latinoamérica con otros países
................................................................................................................................................... 134
Tabla 11 Evolución del Presupuesto de Defensa 2008 - 2012 ....................................... 136
Tabla 12 Presupuestos de Defensa de los países de América del Sur, en relación con
el PIB 2013 .............................................................................................................................. 136
Tabla 13 Número personal en servicio activo de las Fuerzas Armadas 2012 .............. 138
Tabla 14 Tiempo de servicio requerido para el retiro de la Seguridad Social Militar en
América Latina ........................................................................................................................ 145
Tabla 15 Reseña Histórica de la Seguridad Social Militar de México ............................ 146
Tabla 16 Prestaciones Sociales de la Seguridad Social Militar Mexicana .................... 147
Tabla 17 Reseña Histórica y servicios de la Seguridad Social Militar de Chile ............ 149
Tabla 18 Reseña Histórica y servicios de la Seguridad Social Militar del Uruguay ..... 151
Tabla 19 Reseña Histórica y servicios de la Seguridad Social Militar del Ecuador ..... 152
Tabla 20 Prestaciones sociales de la Seguridad Social Militar del Ecuador ................ 153
Tabla 21 Características de la Seguridad Social Militar del Ecuador ............................ 155
Tabla 22 Evolución y comportamiento de los Ingresos y Egresos de la Seguridad
Social Militar en relación al PIB y PIB Per cápita 2000 – 2013 ....................................... 156
Tabla 23 Cartera de aportaciones de la Seguridad Social Militar ................................... 157
Tabla 24 Estructura demográfica de la Población Protegida por el Sistema de
Seguridad Social de las FF.AA. 2013 ................................................................................. 162
Tabla 25 Evolución anual de la Población Militar Activa y Pasiva 2000-2013 .............. 165
Tabla 26 Evolución anual de la Masa Pensional, Pensión Media e Indicadores
macroeconómicos 2000-2013 .............................................................................................. 167
Tabla 27 Definición de los Modelos de Análisis Financiero Dinámico DFA .................. 180
Tabla 28 Desarrollo y ámbitos de aplicación de los MEGA ............................................. 183
Tabla 29 Escenarios de sensibilidad del sistema de pensiones militares ..................... 190
Tabla 30 Hipótesis económicas de las pensiones militares ............................................ 193
Tabla 31 Estadísticos Descriptivos ...................................................................................... 208
Tabla 32 Evolución del Portafolio de Inversiones ............................................................. 297
Tabla 33 Proyección de Rendimiento de las Inversiones ................................................ 306
7
ÍNDICE DE GRÁFICOS
Gráfico 1 Evolución y participación del Gasto Público Social en el Gasto Total América
Latina y El Caribe 1991-1992 A 2012-2013 ......................................................................... 68
Gráfico 2 Sistema de pensiones mediante Prima Media General .................................... 87
Gráfico 3 Evolución de la pobreza y extrema pobreza en el Ecuador ........................... 102
Gráfico 4 PEA y PEI urbana en condiciones de pobreza (2007-2012) .......................... 103
Gráfico 5 Población en edad de trabajar y Relación de dependencia ........................... 104
Gráfico 6 Distribución porcentual de los Subsidios 2006, 2008, 2010, 2012................ 111
Gráfico 7 Evolución Mundial del Gasto Militar 1988-2013 ............................................... 127
Gráfico 8 El gasto militar, en salud y en educación como acciones de PIB de América
Latina, 1995-2010 ................................................................................................................... 130
Gráfico 9 Evolución del porcentaje de gasto en defensa con respecto al PIB (2008-
2012)......................................................................................................................................... 131
Gráfico 10 Nivel de participación de los gastos de Defensa por país en Sudamérica 131
Gráfico 11 Composición Porcentual del Gasto de Defensa en Sudamérica 2012 ...... 132
Gráfico 12 Estructura en porcentaje del gasto de Defensa en América del Sur 2012 133
Gráfico 13 Pirámide Poblacional Activa 2013 .................................................................... 163
Gráfico 14 Evolución del Fondo de Reservas de las Pensiones Militares .................... 172
Gráfico 15 Horizonte de Sostenibilidad del Sistema de Pensiones Militares con el
soporte del Fondo de Reserva y los aportes del Estado ................................................. 173
Gráfico 16 Evolución del Aporte Estatal del sistema de pensiones militares (reparto
puro) ......................................................................................................................................... 194
Gráfico 17 Evolución del Aporte estatal al sistema de pensiones militares (reparto
puro) con el incremento del porcentaje de cotizaciones individuales ............................ 196
Gráfico 18 Evolución del Aporte estatal al sistema de pensiones militares (reparto
puro) con el aporte del 7,25 % de los pensionistas .......................................................... 197
Gráfico 19 Evolución del Aporte estatal al sistema de pensiones militares (reparto
puro) con el incremento del porcentaje de cotizaciones individuales y los aportes de los
pensionistas............................................................................................................................. 198
Gráfico 20 Evolución del Aporte estatal y sostenibilidad del sistema de pensiones
militares en las condiciones actuales .................................................................................. 200
Gráfico 21 Proyección de la Evolución de los Aportes del Estado ................................. 201
Gráfico 22 Evolución del Aporte estatal y sostenibilidad del sistema de pensiones
militares con el incremento de las cotizaciones individuales ........................................... 202
Gráfico 23 Evolución de los Aportes del Estado ............................................................... 203
Gráfico 24 Evolución del Aporte estatal y sostenibilidad del sistema de pensiones
militares con el incremento del aporte de los pensionistas ............................................. 204
Gráfico 25 Evolución de los Aportes del Estado ............................................................... 205
Gráfico 26 Esquema financiero del Fondo de Reservas de la Seguridad Social Militar
del Ecuador ............................................................................................................................. 295
Gráfico 27 Evolución de las Variables Macroeconómicas del Ecuador ......................... 296
Gráfico 28 Evolución de la Rentabilidad de las Inversiones Financieras ...................... 299
Gráfico 29 Evolución de la Rentabilidad de las Inversiones en Préstamos .................. 300
Gráfico 30 Evolución de la rentabilidad sobre activos (ROI) ........................................... 301
Gráfico 31 Alineamiento Estratégico de la Seguridad Social Militar .............................. 303
9
ÍNDICE DE ANEXOS
Anexo 1. Haber Militar y Pensión Individual por grados militares ................................... 291
Anexo 2. Simulación demográfica del sistema de pensiones militares del Ecuador ... 293
Anexo 3. Análisis del proceso de Inversiones de la Seguridad Social Militar del
Ecuador .................................................................................................................................... 295
Anexo 4. Simulación del sistema de pensiones militares, visto como un sistema de
reparto puro ............................................................................................................................. 307
Anexo 5. Simulación del sistema de pensiones militares, como un sistema de reparto
puro, con el incremento de las cotizaciones individuales del 12,4 % al 14,4 %. .......... 309
Anexo 6. Simulación del sistema de pensiones militares, visto como un sistema de
reparto puro, con el incremento de la aportación de 7,25 % de los pensionistas ........ 311
Anexo 7. Simulación del sistema de pensiones militares, como un sistema de reparto
puro, con el incremento de las cotizaciones individuales y el aporte de los
pensionistas. ........................................................................................................................... 313
Anexo 8. Simulación del sistema de pensiones militares con una estructura de Prima
Media General en las condiciones actuales. ...................................................................... 315
Anexo 9. Simulación del sistema de pensiones militares con una estructura de Prima
Media General, con el incremento de las cotizaciones individuales. ............................. 317
Anexo 10. Simulación del sistema de pensiones militares con una estructura de Prima
Media General, con el aporte del 7,25 de los pensionistas. ............................................ 319
Anexo 11 Componentes del sistema de pensiones militares .......................................... 321
Anexo 12 Correlaciones cruzadas mediante el coeficiente de correlación de Pearson
................................................................................................................................................... 323
Anexo 13 Test de Análisis Estadístico del Modelo ........................................................... 327
Anexo 14 Test de Análisis Estadístico del Modelo de Saldo Financiero ....................... 335
Anexo 15 El Modelo de Valoración de Activos Financieros (CAPM) clásico o de tipo
discreto ..................................................................................................................................... 343
11
ÍNDICE DE ABREVIATURAS
BCE Banco Central del Ecuador
CAPREDENA Caja de Previsión de Defensa Nacional
CCTP Conditional Cash Transfer Programmes
CELADE Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía
CEPAL Comisión Económica para América Latina y El Caribe
DFA Dynamic Financial Analysis
DIPRECA Dirección de Previsión de Carabineros de Chile
FF.AA. Fuerzas Armadas
I.A.F.P.R.P.M
Instituto de Ayuda Financiera para Pago de Retiros y Pensiones
Militares
IESS Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social
IDH Impuesto Directo de los Hidrocarburos
IHSS Instituto Hondureño de Seguridad Social
INEC Instituto Nacional de Estadísticas y Censos
IPS Instituto de Previsión Social
IPSFA Instituto de Previsión Social de las Fuerzas Armadas de El Salvador
ISSFA Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas del Ecuador
ISSFAM Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas
ISSPOL Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional
IVSS Instituto Venezolano de los Seguros Sociales
MEGA Modelo de equilibrio general aplicado
OLAP On-Line Analytical Processing
OIT Organización Internacional del Trabajo
OECD Organisation for Economic Co-operation and Development
RAND Research and Development Corporation
RESDAL Red de Seguridad y Defensa de América Latina
RGPS Régimen General de Previsión Social
RIM Retiro, Invalidéz y Muerte
RMC Regular Military Compensation
SIPRI Stockholm International Peace Research Institute
SODEM Sistema Integrado Automatizado
GRAE. General de Ejército
ALM. Almirante
GRAA. General del Aire
GRAD. General de División
VALM. Vicealmirante
TGRAL. Teniente General
GRAB. General de Brigada
CALM. Contralmirante
BGRAL. Brigadier General
CRNL. Coronel
12
CPNV. Capitán de Navío
TCRN. Teniente Coronel
CPFG. Capitán de Fragata
MAYO. Mayor
CPCB. Capitán de Corbeta
CAPT. Capitán
TNNV. Teniente de Navío
TNTE. Teniente
TNFG. Teniente de Fragata
SBTE. Subteniente
ALFG. Alférez de Fragata
SBUM. Suboficial Mayor
SBUP. Suboficial Primero
SBUS. Suboficial Segundo
SGOP. Sargento Primero
SGOS. Sargento Segundo
CBOP. Cabo Primero
CBOS. Cabo Segundo
SLDO. Soldado
MAR. Marinero
13
INTRODUCCIÓN
Esta tesis se centra en la problemática de la estructuración y
mantenimiento del régimen especial de sus Fuerzas Armadas como parte del
Estado de bienestar en el Ecuador. Los regímenes especiales de seguridad
social de las Fuerzas Armadas instaurados en América Latina, se caracterizan
porque en su gran mayoría son el resultado de la influencia que han tenido
sobre las decisiones políticas y de seguridad de los países, así como por la
influencia que muchas de ellas siguen manteniendo sobre la conducción de los
estados. Los regímenes de seguridad social de las Fuerzas Armadas, y en
especial sus sistemas de pensiones, guardan profundas diferencias con
relación al régimen general, tanto en sus estructuras como en sus beneficios
sociales.
La configuración de los sistemas de pensiones de la fuerza pública de la
región, en su gran mayoría, es el resultado del nivel de participación de las
Fuerzas Armadas en los procesos democráticos, políticos y de seguridad de
Latinoamérica. El nivel de influencia que han tenido y que muchas de ellas
siguen manteniendo sobre las decisiones de los Estados, las ubica como un
grupo de poder cuyos esquemas sociales se vuelven sensibles en el momento
de valorar su conveniencia en la relación coste-beneficio (Mesa-Lago, 1978,
2004b).
El caso del sistema de pensiones de la seguridad social militar del
Ecuador no es ajeno a esta realidad y, al igual que otros esquemas, es parte
del sistema de protección social del país que, junto con otros mecanismos
sociales, materializa su Estado de bienestar. De este modo, el estudio parte de
la definición del Estado de bienestar como elemento fundamental en el
desarrollo de la economía.
El rol del Estado en el sostenimiento económico de los sistemas de
pensiones de los regímenes especiales es un tema controvertido y sensible en
el debate político y social. Lo cierto es que, de acuerdo a las demandas de los
ciudadanos debido a la concepción del Estado como el gran proveedor de
bienes y servicios, su responsabilidad recae en la resolución de todos sus
14
problemas. Unos problemas que se han incrementado con mayor rapidez que
la misma capacidad del sistema político y económico para satisfacer tales
demandas. En este sentido, partimos del análisis del Estado de bienestar
desde su conceptualización y fundamentación teórica, para finalizar en el
análisis de la situación del sistema de la seguridad social de las Fuerzas
Armadas del Ecuador.
El Estado de bienestar o Estado social ocupa una parte central de la
función del Estado que se ha ido añadiendo al concepto de Estado de la
tradición liberal, que establecía como funciones esenciales la conservación de
la paz, el orden y la justicia. Hoy en día se lo relaciona con el desarrollo de la
democracia moderna de masas, como una respuesta a las crecientes
demandas de igualdad socio-económica (Ritter, 1991).
La definición de Estado de bienestar implica distintos procesos y
experiencias históricas cuyo fin es la construcción de un sistema de mediación
institucional que contribuya al crecimiento económico vía demanda agregada,
garantice la reproducción social y la sustitución solidaria entre generaciones de
activos y pasivos, y medie en los conflictos de intereses entre las clases y
grupos organizados de la sociedad, siendo este un factor indudable de
legitimidad política. De esta manera, el Estado de bienestar asume funciones,
no solo de carácter económico con la corrección de los fallos de mercado y
equilibrando el ciclo económico, sino también en el campo social, mediante la
redistribución de la renta de manera positiva, reduciendo las desigualdades
más profundas y generando políticas que propendan a la estabilidad social y el
orden político de los sistemas democráticos (Rodríguez Cabrero, 2004).
Por otra parte, se aborda el papel político que juega el sistema de
pensiones de las Fuerzas Armadas en la estructura institucional y de poder del
Estado, los impactos que, por mantener este sistema, se generan en la
economía de una sociedad que los ha heredado de sistemas políticos
dictatoriales predominantes entre las décadas del 1960 a 1970 en América
Latina.
15
La intervención del Estado en el desarrollo social es un tema de debate
permanente. En estos tiempos en los que la tendencia mundial gira en torno a
los intentos por limitar sus espacios de acción e intervención, es una
controversia que ocupa un lugar central en el debate económico y social, más
aún cuando el Estado asume un papel relevante en el desarrollo (Hirst, 1996).
El Estado, a través de sus políticas económicas y sociales y de sus
instituciones, es el principal agente de desarrollo social, no solo debido al
volumen de recursos que moviliza por medio del gasto público, sino también
por sus múltiples y variadas formas de actuación de la inversión pública, que
buscan dar solución a problemas vinculados con el mal funcionamiento del
mercado de trabajo y la familia. Al respecto, Esping-Andersen (2000) señala
que la razón de su mal funcionamiento se encuentra en que ambos se hallan
inmersos en un cambio revolucionario, incapaz de proporcionar el pleno
empleo e igualdad al mismo tiempo. Por el contrario, Mishra (1992) determina
que los problemas del Estado de bienestar no son de carácter político ni
económico, sino que recaen en el campo de la confianza.
Una de las dimensiones más amplias y acertadas es lo que se ha
definido como “Estado de bienestar”, ya que engloba todo el conjunto de
funciones centradas en la prestación de políticas públicas para la cohesión
social y el bienestar de la población. Barroso & Castro (2011) señalan que el
Estado de bienestar no se trata de otra cosa que de la materialización de la
acción social desarrollada por el mismo Estado, siendo la protección social uno
de los pilares más esenciales.
El elemento clave en el nacimiento del Estado de bienestar o Estado
social fue la creación de diferentes sistemas de protección social a finales del
siglo XIX en varios países. Estos sistemas de protección se irán ampliando a lo
largo del siglo XX como resultado del proceso democrático, con una base
conceptual sustentada en el Estado de derecho. En este sentido, la libertad de
las personas y de propiedad del ciudadano fundamenta el bienestar del
individuo en el ámbito jurídico-político (Ritter, 1991). Años más tarde se
considerará al Estado como una unidad independiente que actúa con medios
de poder propio y claramente delimitados en lo personal y territorial (Heller,
16
2002), cuyo objetivo será el solventar las condiciones de vida de los segmentos
más pobres (Vrooman, 2009).
En el contexto latinoamericano, el desarrollo de la protección social
como mecanismo en el que se fundamenta el Estado de bienestar se origina
cuando se reconoce la pobreza como un problema social (Fleury & Molina,
2000). Esta situación permitió la construcción de grandes mecanismos
institucionales de protección social, que sin embargo han sido incapaces de
combatir los altos niveles de desigualdad y exclusión social. De hecho, la
región se ha caracterizado por las grandes brechas sociales y de pobreza, lo
cual ha propiciado la estructuración de sistemas especiales dirigidos hacia
aquellos grupos más sensibles de riesgo social.
Es importante diferenciar aquellos sistemas especiales establecidos para
atender grandes riesgos sociales, de aquellos que se han configurado gracias
al nivel de influencia, presión y poder sobre las decisiones políticas del Estado
de colectivos específicos de la sociedad. Estos últimos, como son los
conformados para las Fuerzas Armadas, han alcanzado condiciones
diferenciales de protección social que demandan una gran cantidad de
recursos provenientes del presupuesto gubernamental para sostenerse (Mesa-
Lago, 1978).
El sistema de pensiones, puesto que es uno de los pilares
fundamentales del Estado de bienestar, constituye el punto central de su
análisis económico como consecuencia de la demanda financiera que ejerce
sobre el presupuesto estatal (González Calvet, 1998). Más aun cuando su
coste se ve incrementado de manera significativa desde el momento en que el
Estado asume las ventajosas condiciones de protección y de acceso a los
beneficios previsionales de determinados sectores de la sociedad, como el
caso militar (Ignacio & Pérez, 2006).
Las Fuerzas Armadas se encuentran inmersas en actividades con altos
niveles de riesgo y bajo condiciones de extrema exigencia física. Estas, entre
otras, son las razones por las que su seguridad social se estructura bajo
condiciones especiales (Cazorla, 2010; Cotino Hueso, 2007; Fernández
17
Domínguez, 2009). La seguridad social militar en determinados países de
América Latina se sustenta, por un lado, en el alto reconocimiento social a sus
Fuerzas Armadas debido a su participación en las gestas independentistas1 y,
por otro, en el rol desempeñado por las Fuerzas Armadas dentro del proceso
democrático de la región. Esta situación permitió que las Fuerzas Armadas
alcanzasen un alto grado de influencia sobre las decisiones políticas de los
Estados de la región (Kruijt & Koonings, 2002).
Siendo el tema central del presente trabajo de investigación el sistema
de pensiones de la seguridad social de las fuerzas armadas del Ecuador, se
profundiza en la valoración de su sostenibilidad y la presión financiera que se
ejerce sobre el presupuesto del Estado. No obstante, sin dejar de considerar la
importancia que significa para el sistema el aporte económico estatal, se han
valorado las demás fuentes de financiamiento que conforman la cartera de
cotizaciones de las pensiones militares.
Si nos fijamos en la evolución del gasto en pensiones y la relacionamos
con la capacidad de generación de ingresos del sistema militar, nos
encontramos con que el sistema se enfrenta a graves problemas financieros
(ISSFA, 2014). La repercusiones sociales y económicas que esta situación
puede generar para la sociedad ecuatoriana, hace imprescindible que el tema
de las pensiones militares sea sometido a un análisis crítico y pragmático del
cual se deriven reformas técnicas que permitan alargar el actual horizonte de
sostenibilidad, sin que esto implique una mayor carga para el presupuesto del
Estado. Ante la situación económica presente y futura, las reformas propuestas
podrían enfrentarse a determinadas resistencias sociales del colectivo militar,
considerado como grupo de poder, derivadas del efecto de medidas
redistributivas, incrementos en los porcentajes de cotización, ampliación de la
cartera de cotizaciones, aumento en el número de años de cotización,
modificaciones en la fórmula de cálculo de las pensiones, etc.
En este sentido, se considera de fundamental importancia analizar el
impacto financiero que significa para el presupuesto estatal sostener
1 Véase ISSFA (1992ª); ISSFAM (2013); Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas
Armadas, n.d.; Subsecretaría de Previsión Social de Chile (2013)
18
económicamente este esquema de pensiones. Así como recomendar
mecanismos que mejoren las condiciones financieras del sistema sin que
afecten aún más a las altas tasas de cotización individual actuales o se
reduzcan los beneficios sociales establecidos. Todo esto considerando el
efecto financiero que ocasionará a la sostenibilidad del sistema la nueva
política de defensa orientada hacia la reestructuración de las Fuerzas
Armadas2.
La elección del tema de tesis parte de la convicción de que un sistema
de pensiones público (en el que se incluyen las pensiones militares), debe
establecer adecuados niveles de sostenibilidad, de suficiencia y de cobertura
(Pérez Ruiz, 2010). Estos aspectos aseguran las condiciones de vida de la
población y, a su vez, minimizan los efectos financieros sobre el presupuesto
estatal provocados por los requerimientos previsionales de los regímenes
especiales (CEPAL, 2006). De esta manera, buscar un equilibrio financiero que
garantice al largo plazo el pago de las pensiones es fundamental. Un
mecanismo que permite mejorar las condiciones financiera son las reformas del
sistema, ya sea en su estructura asistencial como en la financiera (CEPAL,
2010b; Cetrángolo, 2009).
La implementación de reformas en el sistema militar implica un mayor
grado de complejidad debido a que, por un lado, las pensiones constituyen un
componente importante del sistema de compensación cuyo objetivo es
incorporar profesionalmente al mejor talento humano (Asch & Warner, 1994).
Por otro lado, hay que considerar que cualquier tipo de reforma orientada a la
regulación de beneficios ocasionaría una seria resistencia social (Lahera &
Ortúzar, 1998). Más aún si se tiene en cuenta que el sector militar en América
Latina, como grupo de poder, ha logrado establecer una estructura social muy
beneficiosa en comparación con el sistema general (Kruijt & Koonings, 2002;
Mesa-Lago, 1978).
Si nos fijamos en el origen histórico de los sistemas de seguridad social
militar en Latinoamérica, y tomando como referencia el trabajo de Bonniec
(2002), se observaría que, de manera general, estas estructuras habrían
2 Entre otros aspectos, la reducción de 7.500 efectivos militares hasta el año 2025.
19
servido como base para la configuración de los sistemas de seguridad social.
En cuanto a su estructura, la mayoría de sistemas militares latinoamericanos
tienen una configuración legal, financiera y demográfica homogénea3 (Mesa-
Lago & Witte, 1992).
La responsabilidad absoluta del financiamiento de las pensiones
militares recae, en la mayoría de los casos, en el propio Estado (Florián
Plasencia, 2009; Gobierno Bolivariano de Venezuela, 2011; Hacienda, 1967;
Quesada, 2013; Rodríguez Cardo, 2008; Subsecretaría de Previsión Social de
Chile, 2013). Es importante destacar que las cifras del presupuesto militar
generalmente no incluyen los costos de las pensiones militares (Bromley &
Solmirano, 2012; Centro de Estudios Nueva Mayoría, 2013). En el caso de
estudio, el 60% de los recursos estatales que financian las pensiones militares
proviene del presupuesto consignado a subsidios sociales, independientemente
del gasto de defensa (Durán Valverde, 2008), y el 40% restante se completa
con las aportaciones patronales y cotizaciones individuales de los miembros en
servicio activo (ISSFA, 1992b).
El sistema de pensiones militares ecuatoriano, al estar estructurado
financieramente como un sistema de prima media general, impulsa la
búsqueda permanente de mecanismos de autofinanciamiento para incrementar
los recursos de su fondo de reservas y, de esta manera, garantizar
parcialmente las pensiones actuales (Dirección de Inversiones, 2014). Es así
que la suficiencia del fondo de reservas se alimenta de los recursos excedentes
provenientes de la propia gestión del sistema y de la rentabilidad de sus
inversiones. La cartera de cotizaciones suministra recursos al sistema y se
conforma con el aporte individual de los miembros en servicio activo, el aporte
del patrono (Ministerio de Defensa) y un aporte del Estado no superior al 60%
del gasto en pensiones (ISSFA, 1992b).
Un aspecto que reduciría aún más la débil estructura financiera del
sistema de pensiones militares del Ecuador es el provocado por la eliminación
del 7,25% de aporte de los pensionistas militares. El efecto económico implicó
3 Edad mínima para acceder al beneficio de la pensión, las fórmulas de cálculo para el
establecimiento de la pensión o el déficit financiero que afrontan, entre otras
20
que la brecha financiera existente aumente y supuso que su financiamiento
requiera, por un lado, incrementar el nivel de rendimiento de sus inversiones y,
por otro, que el Estado tenga que aportar el máximo porcentaje permitido por la
ley (Dirección de Inversiones, 2014).
Con la finalidad de determinar los niveles de sostenibilidad del sistema
se realizaron tres tipos de análisis. En el primero, mediante el aprovechamiento
del modelo actuarial construido para la seguridad social militar por parte de la
empresa Actuaria, se realizó el análisis de sensibilidad, con la simulación del
comportamiento del sistema bajo la influencia de reformas en su estructura
demográfica y financiera. En este sentido, se redujeron los aportantes de los
actuales 42.000 efectivos a 34.500, y se incrementaron las fuentes de ingresos
mediante el aumento del porcentaje de cotización individual y el aporte del
7,25% de los pensionistas. De esta manera se determinó el horizonte de
sostenibilidad y la presión financiera del sistema sobre el Estado en cada uno
de los siete escenarios construidos, considerando el sistema de pensiones
militares, por un lado, como un sistema de reparto puro y, por otro, como una
estructura de prima media general.
En un segundo análisis, tomando como referencia el modelo de
regresión lineal desarrollado por Conde-Ruiz & Meseguer (2004) para el
sistema de pensiones español, se aplica al sistema de pensiones militares
ecuatoriano analizando la relación de dependencia a largo plazo de los
determinantes del gasto agregado (factor demográfico, factores institucionales
y el factor mercado laboral).
En un tercer enfoque se toma en consideración el modelo desarrollado
por Jimeno (2004) el cual, aplicado al caso militar, determina la sostenibilidad
del sistema de pensiones en base al análisis de los ingresos (se incluye el
fondo de reservas) y los gastos orientado en dos relaciones: 1) la pensión
media del sistema, y 2) un ratio medido entre los pensionistas y el número de
cotizantes.
Con estos tres análisis se determinó que los regímenes especiales no
son autosostenibles. El alto coste que genera su mantenimiento al presupuesto
21
nacional sugiere la implementación de medidas tendientes a aliviar la presión
económica ejercida sobre el presupuesto del Estado mediante: 1) la reducción
directa del gasto corriente fiscal, y 2) alargar su horizonte de sostenibilidad, vía
redistribución de recursos. Cabe mencionar que, debido a la relación del tema
con los asuntos de seguridad nacional, la información y contrastación con
casos similares han sido muy restringidas.
En este sentido, la hipótesis central de la tesis es la de determinar si el
sistema especial de pensiones militar es insostenible. Se han planteado
hipótesis secundarias relacionadas con las siguientes cuestiones: ¿las
condiciones económico-financieras del sistema de pensiones militares
minimizan la presión financiera ejercida sobre el Estado? Además ¿las
variaciones en la composición de sus variables influyen en los niveles de
sostenibilidad? Con estas suposiciones se pretende evidenciar la necesidad de
configurar diversas propuestas destinadas a fortalecer las condiciones
económico-financieras del sistema de pensiones militares.
Con estas premisas, y considerando la evolución y estructura de los
sistemas especiales de seguridad social, se ha definido la siguiente pregunta
de investigación. ¿Tiene sentido hablar hoy en día de un régimen especial para
las Fuerzas Armadas en el Ecuador teniendo en cuenta que su singular
estructura requiere de un gran esfuerzo económico gubernamental?
En la coyuntura actual, la acción del Estado sobre la responsabilidad
social se enfrenta a cuestionamientos desde tres ópticas: el nivel de
participación pública sobre los sistemas de protección (Uthoff & Szalachman,
1992), la necesidad de contar o no con regímenes especiales de seguridad
social (Rodríguez Escaciano, 2008), o la inversión de defensa contra la
inversión social (Freeman, 2011). Estos aspectos dirigidos hacia el análisis de
la realidad socio-económica del Ecuador y de la seguridad social de sus
Fuerzas Armadas, permitirán que se establezcan bases sólidas para la toma de
decisiones en este campo de estudio.
El punto de partida fue situar en el contexto histórico el nivel de
intervención del Estado en la protección social, de donde se determinó que
22
esta se ha enfrentado a dos corrientes de carácter ideológico (Cazorla, 2010;
Uthoff & Szalachman, 1992). Una orientada hacia la responsabilidad universal
sobre la protección social y los sistemas de protección social públicos
sustentados bajo el principio de solidaridad (Viana, Elias, & Ibañez, 2005), y
otra en la que se pretende focalizar el accionar del Estado en una función
principalmente de control y regulación (Ajzenstadt & Rosenhek, 2000).
Una segunda perspectiva en la que se detalla la estructura y nivel de
dependencia económica gubernamental de los sistemas especiales de
seguridad social, fortalece el debate acerca de la necesidad de contar con este
tipo de esquemas dentro de un Estado. Las condiciones bajo las que se
estructuran los regímenes especiales (edad de jubilación menor, primas de
cotización más bajas, pensiones más altas, etc.) serían una de las razones
centrales de esta dependencia (Couso, 2004; Habermas, 1996; Mesa-Lago,
1978). De esta manera, sostener los regímenes especiales provoca un
permanente déficit4 financiero en el que el Estado, al ser responsable directo de
su sostenimiento, soporta una fuerte presión económica sobre su presupuesto
general (Ignacio & Pérez, 2006). Este aspecto es uno de los argumentos que
permiten fortalecer aquellas tendencias orientadas a la reducción de la carga
económica gubernamental. Una de las líneas busca establecer esquemas de
protección más homogéneos, pero en muchos casos sus esfuerzos han sido
infructuosos ya que no ha sido posible eliminar o reducir los regímenes
especiales ni tampoco regular sus privilegios sociales (Ignacio & Pérez, 2006).
Una tercera perspectiva se sustenta en la conveniencia o no de invertir
ingentes recursos económicos en el campo de la defensa, frente a los limitados
recursos disponibles en el área social. En este contexto, la definición de gasto
militar, metodológicamente, tiene dos niveles de expresión: el primero con una
definición básica de lo que se considera gasto militar, exclusivamente orientado
a las operaciones militares, y el segundo incluyendo aquel gasto que no lo es,
como el caso de la salud, educación o las pensiones (Scheetz, 2001). Se ha
procurado confrontar aspectos relacionados con la tendencia mundial por
incrementar los mecanismos para la mitigación de los riesgos sociales, frente a
4 Es la diferencia negativa que resulta de la comparación entre los ingresos y los gastos
destinados al sistema de pensiones
23
la propensión global por aumentar el gasto de defensa (Freeman, 2011). La
tendencia incremental del gasto militar, según Stockholm International Peace
Research Institute (2012), no es ajena para América Latina, sobre todo si se
fundamenta en la histórica presencia que tienen las Fuerzas Armadas en los
gobiernos y sus decisiones (Kruijt & Koonings, 2002; Mesa-Lago, 1978).
En definitiva, estos enfoques han provocado que las bases para discutir
la pertinencia o no de mantener un importante gasto militar cobren mayor
relevancia cuando los recursos destinados a mantener estructuras especiales
son financiados por la sociedad a través del Estado.
Luego de los análisis realizados desde el punto de vista actuarial y
econométrico, se concluyó que el sistema de pensiones militares del Ecuador
debe en un corto plazo realizar reformas inmediatas en cuanto a su estructura
social y de financiamiento a fin de poder mantener el sistema en niveles
aceptables de sostenibilidad.
Desde la estructura social, es pertinente la regulación de la escala de
pensiones establecida mediante una reformulación de la fórmula de cálculo, la
ampliación de los años mínimos de cotización y la regulación de los techos de
aquellos niveles con mayores montos de pensión.
Desde la estructura financiera, es necesaria la ampliación de la cartera
de cotizaciones considerando que el patrimonio de la seguridad social militar
representada en el fondo de reservas, en caso de que el sistema sea
insostenible, no podrá garantizar el pago de las pensiones en el mediano o
largo plazo. De esta manera, la regulación de la escala de pensiones actuales
es importante, ya sea por la vía de la reformulación de una nueva escala más
homogénea o por la vía del incremento de los ingresos con el aporte de los
pensionistas. Con estas medidas el sistema de pensiones militares podrá
extender su horizonte de sostenibilidad al mediano y largo plazo sin que el
Estado se vea obligado a incrementar el porcentaje de aportación establecido
por Ley.
25
METODOLOGÍA
La metodología empleada es la misma disciplina económica, en la que
se combina el estudio teórico con un trabajo empírico que permite contrastar la
hipótesis propuesta en el trabajo. El ámbito espacial se circunscribe al Ecuador,
orientado hacia la Seguridad Social Militar administrada por el Instituto de
Seguridad Social de las Fuerzas Armadas, y el lapso temporal comprende el
período 2000-2050. El año base coincide con el cambio de estructura
monetaria de la dolarización implantada en el Ecuador durante el año 1999. La
elección de este período obedece al interés particular por conocer la evolución
del gasto en pensiones y el nivel de aporte económico estatal al sistema
prestacional en este período reciente de la historia, además del
condicionamiento impuesto por la limitada disponibilidad de los datos.
La revisión de la literatura está centrada fundamentalmente en la
perspectiva de la estructura social, en la que se destaca la importancia del
gasto dirigido a la protección social y, dentro de este, el destinado a los
regímenes especiales de las Fuerzas Armadas en Latinoamérica. En el referido
estudio se considerará un enfoque según el cual el Estado de bienestar en
América Latina no ha sido el resultado de un fenómeno social determinado,
sino que es consecuencia de una constante evolución de cada Estado-nación
(Wallerstein, 2004).
Se consideran enfoques como el social de Álvarez García (1997), en el
que el Estado de bienestar es considerado como un tipo de capitalismo
corporativo, donde los grupos de presión buscan alcanzar mejores condiciones,
mientras que el Estado busca regular los conflictos sociales a través del
direccionamiento de la economía. De esta manera, cuando se habla del Estado
de bienestar, no se trata de otra cosa que la materialización de la acción social
desarrollada por el mismo Estado (Barroso & Castro, 2011).
Se eligió la visión de la seguridad social militar, y en especial su sistema
de pensiones, por considerar que constituye un andamiaje importante en la
aplicación de la protección social del Ecuador. El sistema de protección social
del país se encuentra complementado por regímenes especiales de seguridad
26
social para la fuerza pública. Estos regímenes especiales se estructuraron con
el objetivo de proteger a segmentos de la sociedad que por sus características
laborales, niveles de riesgo entre otros, requieren un tratamiento específico en
el momento de otorgar beneficios de jubilación.
Para el trabajo empírico se utilizan fuentes principales de información
cuantitativa, entre las que se consideró la limitada información financiera
remitida por el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas del
Ecuador (ISSFA) y de la Superintendencia de Bancos y Seguros del Ecuador.
Las bases de datos del ISSFA fueron agrupadas de acuerdo a su estructura
demográfica, escala remunerativa, escala de pensiones, evolución financiera
del fondo de reservas, etc. Ante la insuficiencia de datos institucionales, se
utilizó la información del último estudio actuarial para el seguro de Retiro,
Invalidez y Muerte realizado por Actuaria Consultores Cía. Ltda. (2010).
En cuanto a la información estadística secundaria de carácter social y
económico, se tomó como referencia la derivada de estudios y bases de datos
de la CEPAL, Banco Mundial, Instituto Nacional de Estadísticas y Censos del
Ecuador INEC, Banco Central del Ecuador, Ministerio de Economía y Finanzas
del Ecuador, entre otros. Entre los estudios que se fundamentan en
estadísticas del sector militar, se tuvo acceso a información del Stockholm
International Peace Research Institute (2012) relacionada con el gasto de
defensa mundial, y del Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013) y RESDAL
(2005), (2013) que analiza el gasto militar en América del Sur y del Ecuador.
Partiendo de estos datos, se realizaron tres análisis de carácter
cuantitativo. Un primer estudio en el que, tomando como base el modelo
actuarial construido por Actuaria Consultores Cía. Ltda. (2010), se ejecutaron
varias simulaciones derivadas de las nuevas condiciones demográficas y
financieras a ser aplicadas sobre las fuerzas armadas. Estas simulaciones se
fundamentan en la política de defensa encaminada hacia un proceso de
reestructuración del número de efectivos en servicio activo. Como resultado se
obtuvieron siete escenarios en los que se evidencia el impacto económico que
representaría para el Estado el mantener este sistema especial.
27
En un segundo análisis basado en el modelo propuesto por Conde-Ruiz
& Meseguer (2004), se analiza la relación entre el envejecimiento de la
población y el gasto en pensiones. En este análisis se consideran los
determinantes fundamentales del gasto en pensiones. Para ello se
descompone el gasto en pensiones como porcentaje del PIB en tres factores:
Factor Demográfico, Factor Mercado de Trabajo y Factor Institucional,
compuesto por la elegibilidad y la generosidad del sistema.
Un último análisis basado en el modelo de Jimeno (2004), que analiza la
sostenibilidad financiera del modelo de reparto de la seguridad social española
a partir del análisis del nivel de sustentabilidad del fondo de reservas, se aplicó
al sistema de pensiones militares del Ecuador considerando que, al ser un
sistema de prima media general, su fondo de reservas garantiza el pago de las
pensiones actuales y futuras.
29
ESTRUCTURA POR CAPITULOS
Esta tesis se encuentra estructurada en cuatro partes, además de las
consabidas “Introducción” y “Bibliografía”. La primera parte está dividida en tres
capítulos. El primer capítulo está dedicado a una revisión de la literatura sobre
la evolución del Estado de bienestar y de la protección social desde las
diferentes perspectivas del pensamiento económico en el mundo, y a una
aproximación hacia los modelos de desarrollo y forma de institucionalización de
la protección social en América Latina. El segundo capítulo se consagra al
análisis de la evolución de la protección social en Latinoamérica en cuanto a la
diversidad del gasto social y los niveles de cobertura, prestando una especial
atención al análisis del rol que desarrollan los sistemas públicos y privados en
cuanto a sus estructuras y financiamiento. En un tercer capítulo, relacionado
con la descripción de la protección social en el Ecuador, se analiza el contexto
socio-económico en función de la cobertura y niveles de gasto.
Una segunda parte de este trabajo se divide en dos capítulos que tratan
la situación de la protección social en América Latina desde dos perspectivas.
Por un lado, se analiza el comportamiento del gasto social en los países en
función de su tendencia y de la influencia que sobre este ejerce el sector
militar. En este sentido, se aborda una temática que ha sido base para un
profundo debate social. La presencia de las Fuerzas Armadas en la política ha
permitido que hayan desempeñado un rol determinante en el ejercicio del poder
de los Estados latinoamericanos. La conformación como grupo de poder habría
permitido que las Fuerzas Armadas hayan estructurado sistemas sociales
preferentes para sus miembros.
Por otro lado, se realiza una comparación de los sistemas de protección
militar tomando como ejemplos sistemas de varios países de América Latina en
cuanto a su estructura y nivel de cobertura. Finalmente, dentro de esta
segunda parte, se realiza una aproximación al sistema militar ecuatoriano y sus
niveles de sostenibilidad.
En una tercera parte se desarrolla un análisis empírico del sistema de
seguridad social militar de las Fuerzas Armadas del Ecuador. El contenido
30
parte de una descripción de diferentes métodos empleados para evaluar un
sistema de pensiones, ya sea desde el punto de vista financiero, actuarial o
econométrico. En una segunda parte, mediante un análisis de tipo cuantitativo,
se evidencian las complicadas condiciones económicas a las que se enfrenta el
sistema de pensiones militares. De esta manera se ejecutaron tres tipos de
análisis:
1) en base al modelo actuarial desarrollado para el sistema militar
ecuatoriano por la empresa Actuaria Consultores Cía. Ltda., que fue sometido a
nuevas condiciones demográficas y financieras con la finalidad de determinar
los nuevos horizontes de sostenibilidad del sistema y la presión que este ejerce
sobre el presupuesto del Estado.
2) sustentado en la base de datos proporcionada por el ISSFA, se tomó
como referencia el modelo propuesto por Conde-Ruiz & Meseguer (2004), en el
que se analiza la relación entre el envejecimiento de la población y el gasto en
pensiones, a través de la descomposición del gasto en pensiones como
porcentaje del PIB en tres factores: demográfico, mercado de trabajo e
institucional, compuesto por la elegibilidad y la generosidad del sistema,
3) a partir del modelo desarrollado por Jimeno (2004) adaptado al
sistema de pensiones militares, a diferencia del modelo de Conde-Ruiz &
Meseguer (2004), se evalúa el sistema en función de la sustentabilidad del
fondo de reservas. Complementariamente a este modelo, se realizaron pruebas
específicas relacionadas con la determinación de la Estabilidad del Saldo
Financiero.
Finalmente, se presentan en la “Parte IV” las conclusiones generales del
trabajo, basadas en los resultados, y las recomendaciones, tendientes a
fortalecer la situación económica financiera del sistema de pensiones militares.
31
LAS FUENTES DE INFORMACIÓN Y SUS LIMITACIONES
Esta investigación aborda el problema del sistema de pensiones
militares del Ecuador desde una perspectiva empírica, por lo que resulta
evidente que la amplitud y calidad de la información estadística y de gestión
son aspectos claves para la realización de esta tesis.
Una de las limitaciones de esta investigación se refiere al acceso y
disponibilidad de los datos. La información relacionada con los aspectos de
gastos en defensa y los relacionados con el sector militar, ha sido tratada con
restricción porque es considerada de interés estratégico con carácter
reservado. En el caso de América Latina, se ha avanzado en este tema con la
elaboración del libro blanco en el que se detallan los gastos realizados en las
Fuerzas Armadas.
En cuanto a los gastos de pensiones militares en América Latina, estos
son tratados de manera general sin que se disponga un detalle específico. A
excepción del Ecuador, los recursos previsionales en general son incluidos
dentro del gasto en defensa, junto con las inversiones militares, servicios y
otros gastos. Otro aspecto importante es el referente a los escasos estudios
científicos disponibles relacionados con el gasto en pensiones y la protección
social de los miembros de las Fuerzas Armadas.
El acceso a información estadística ha sido limitado debido a la
obstaculización provocada por trámites por demás burocráticos y de seguridad
de la información. Pese a los intentos por acceder a sus bases de datos,
incluso a través de otros canales gubernamentales como la Superintendencia
de Banco y Seguros del Ecuador, todos los requerimientos fueron canalizados
al ISSFA, quien facilitó información considerada como de difusión y no aquella
relacionada con el monto de pensiones individuales, entre otros. Esta es una
de las razones por la que el estudio empírico se fundamentó en los datos del
informe actuarial del 2010 y en información histórica otorgada por el ISSFA.
Los análisis del gasto en defensa se realizaron a partir de la base de
datos del Stockholm International Peace Research Institute (2012) (SIPRI) y de
los estudios de la Red de Seguridad y Defensa de América Latina (RESDAL).
32
La información de los gastos de defensa considerados para este análisis
corresponde a los países de América del Sur, entre los que se incluyó México.
Los datos del gasto social de América Latina se sustentan en los diferentes
estudios realizados por la CEPAL y la OIT, como organismos supranacionales
que disponen de la información.
Se ha recopilado información estadística del Instituto de Estadísticas y
Censos del Ecuador (INEC), basada en el censo de población y vivienda del
2010, datos económicos del Banco Central del Ecuador a partir del año 2000 al
2012, del Ministerio de Economía y Finanzas del Ecuador, etc. Estos datos se
dirigen a establecer la situación de los sistemas de pensiones del país y de la
región, así como el comportamiento de las variables macroeconómicas que
inciden en los niveles de sostenibilidad de los sistemas de pensiones.
33
PARTE I El Estado de bienestar y la evolución de la protección
social en el Contexto Latinoamericano
Introducción
La primera parte de este trabajo busca identificar el papel del Estado
como eje fundamental en el sostenimiento de los sistemas de pensiones
públicos, dentro de los que se encuentran los regímenes especiales. En su
estructura se han considerado tres capítulos en los que se realiza un análisis
del Estado de bienestar desde su conceptualización y fundamentación teórica.
Es importante definir el Estado de bienestar considerando que su
configuración comprende distintos procesos y experiencias históricas, cuyo fin
ha sido la construcción de un sistema de mediación institucional mediante: 1)
su contribución al crecimiento económico vía demanda agregada, 2) el
aseguramiento de la reproducción social y la sustitución solidaria entre
generaciones de activos y pasivos, y 3) como instrumento que ha mediado
entre los conflictos de intereses entre las clases y grupos organizados de la
sociedad.
La participación del Estado en el desarrollo social es un tema que
genera un profundo y permanente debate debido a sus políticas económicas y
sociales y al empleo de sus instituciones, aspectos que lo convierten en el
principal agente de desarrollo social. Su capacidad para movilizar recursos
mediante el gasto público y a través de sus múltiples y variadas formas de
inversión, busca dar solución a problemas vinculados con el mal
funcionamiento del mercado de trabajo y la familia.
Un elemento clave en el origen del Estado de bienestar o Estado social
se relaciona con la creación de diferentes sistemas de protección social a
finales del siglo XIX, que se irán ampliando a lo largo del siglo XX. Estos
sistemas de protección social no serán homogéneamente desarrollados, sino
que, por el contrario, presentarán determinados niveles de desigualdad social
como consecuencia del mayor o menor grado de desarrollo de los países
(Alonso-Martínez, 2011).
34
De esta manera, en esta primera parte, también se han considerado las
corrientes teóricas de la protección social basadas en la concepción
biskmarckriana y beveridgediana que permitieron la configuración de una serie
de tipologías y modelos de protección social en América Latina.
En un segundo capítulo, se efectúa un breve repaso de la situación de la
protección social en América Latina, tomando en consideración la diversidad de
sus estructuras, ya sea por sus niveles de gasto, de cobertura, etc. De esta
manera, al ser América Latina una región donde prevalece una profunda
estratificación, es importante identificar los tipos de sistemas de protección
social, sean estos de carácter público o privado, así como los diferentes
regímenes instaurados con la finalidad de suplir las necesidades de protección
social de segmentos específicos de la sociedad.
Finalmente, en un tercer capítulo se realiza una aproximación a la
situación del sistema de protección social del Ecuador, en la que se identifica
su contexto socio-económico, estructura demográfica, cobertura, niveles de
pobreza y la evolución del gasto social. Todo esto con el objetivo de orientar y
encuadrar el estudio dirigido al régimen especial de protección social de sus
Fuerzas Armadas.
35
Capítulo I El Estado de bienestar
Introducción
En este capítulo se analizará la conceptualización teórica del Estado de
bienestar desde su configuración en Europa y los intentos por ser replicados en
la realidad de América Latina. Es así que se realiza un análisis del Estado de
bienestar desde tres enfoques de desarrollo: como resultado del proceso
democrático de la sociedad, como elemento de legitimización del sistema
capitalista y como resultado del proceso de modernización.
En este sentido, el papel que desempeña el Estado en el campo social
es una temática que conlleva una permanente discusión. En la actualidad, la
tendencia mundial busca limitar sus espacios de acción e intervención, sobre
todo cuando el Estado asume un papel relevante en el desarrollo. El Estado,
con sus políticas económicas y sociales y sus instituciones, es el principal
agente de desarrollo social, debido al volumen del gasto e inversión pública
que busca atender las necesidades provocadas por el mal funcionamiento del
mercado de trabajo y la familia. Esping-Andersen (2000) apunta que el mal
funcionamiento se debe a que ambos están inmersos en un cambio
revolucionario, incapaz de proporcionar pleno empleo e igualdad al mismo
tiempo. Problemas que en opinión de Mishra (1992) no se relacionan con el
campo político ni económico, sino que recaen en el campo de la confianza.
A lo largo de este capítulo se abordarán las concepciones de la
protección social desde la óptica bismarckriana y la óptica beveridgediana, así
como sus intentos de adaptación a la realidad latinoamericana. Si bien el rol
central del Estado en la protección social se enmarca en las diferentes
orientaciones del pensamiento social, se han promovido esquemas que
pretenden incrementar la participación del sector privado, incluso con la pérdida
del papel del Estado para compensar las diferencias, fallos y desigualdades.
Aspecto que se contrapone a la necesaria acción colectiva y solidaria como
factor importante que permita alcanzar el desarrollo económico y humano a
cargo del Estado (Alonso-Martínez, 2011).
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De esta forma, tomando como referencia que el objetivo central de
Estado es la reducción de la pobreza y la mitigación de sus efectos mediante la
inclusión de todas las personas en el desarrollo de la sociedad, se ha
procurado identificar los variados modelos de desarrollo de la protección social,
así como los diferentes modelos y tipologías instaurados en América Latina,
considerando las políticas redistributivas, el desarrollo de sistemas de
protección social y las políticas de inclusión y control social como aspectos
básicos demandados por la sociedad (Santibáñez Servat & Sánchez Díez,
2001).
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1.1 Conceptualización y configuración del Estado de bienestar
Como ya se ha señalado, la definición de Estado de bienestar involucra
distintos procesos y experiencias históricas. En general, todos ellos se
caracterizan por la construcción de un sistema de mediación institucional que,
por un lado, contribuya al crecimiento económico por la vía demanda agregada,
por otro lado, garantice la reproducción social y la sustitución solidaria entre
generaciones de activos y pasivos, y, finalmente, medie entre los conflictos de
intereses entre las clases y grupos organizados de la sociedad. De esta
manera, el Estado de bienestar asume una función social tendiente a la
disminución de las desigualdades y a la promoción de la estabilidad social y
política (Rodríguez Cabrero, 2004).
Los diferentes estudios relacionados con el Estado de bienestar lo han
considerado como el generador del desarrollo, cuya finalidad es la integración
social, el mejoramiento de la calidad de vida y la justicia. De manera general,
esta condición social se refiere a todas las medidas adoptadas por la sociedad
con el fin de satisfacer las necesidades de las personas y grupos sociales. Es
así que se considera acción social, de manera independiente de su origen —
administración pública o el sector privado—, aquella que tiene por objetivo
contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los individuos dentro de una
sociedad (Alemán, Gracía, & García, 1999; Esping-Andersen, 2000; Ritter,
1991).
Svallfors (2004) describe al Estado de bienestar como aquel encargado
de la redistribución de los recursos, promotor de las oportunidades de vida y la
reducción de los riesgos ocasionados por la dependencia del mercado, lo que,
a través de la seguridad social, requiere financiamiento, y de la prestación de
los servicios públicos orientados hacia el bienestar. Para Acosta (2010), el
Estado de bienestar es reemplazado por una propuesta en construcción del
“Buen Vivir”.
Este enfoque se contrapone al tradicional concepto occidental, basando
su concepción en la configuración de un Estado plurinacional e intercultural que
conforma una sociedad y donde se convive estrechamente con el respeto a la
naturaleza. Así, se valoran los derechos del medio ambiente, que
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permanentemente han sido supeditados a los Derechos Humanos. Se obliga a
la construcción democrática de sociedades sostenibles pensadas también
desde lo ambiental.
Según Donati & Lucas (1987), el Estado de bienestar es la garantía
gubernamental que asegura la provisión de niveles mínimos de renta,
alimentación, salud, alojamiento y educación, como parte de los derechos
políticos del ciudadano, sin que sean considerados como caridad. Esta función
se estructura mediante la participación del conjunto de instituciones públicas y
privadas, formales o no, que permiten materializar estos derechos a los
miembros de una sociedad.
Los diversos riesgos a los que se ven enfrentados los individuos y que
atentan contra el Estado de bienestar, según Pierson (2001), son atendidos por
el Estado por medio de la promulgación de políticas sociales, que son
materializadas en forma de acciones sociales como la dotación de prestaciones
en efectivo para encarar eventos sociales de desempleo, invalidez, vejez,
enfermedad, o, frente a los riesgos de mercado, como financiación y prestación
de bienes y servicios públicos.
El Estado de bienestar será el producto de un determinado grado de
desarrollo al que llega una sociedad (Chomsky, 2007). Es así que, considerado
como un mecanismo de eficiencia, el Estado de bienestar asegura la
integración social, la cohesión, la prosperidad y la justicia. La protección social
dentro del Estado de bienestar atiende una amplia gama de actividades
gubernamentales y disposiciones formales de atención, que incluyen
prestaciones en efectivo con el objetivo de contrarrestar los efectos del
desempleo, la vejez, la invalidez o enfermedad.
Según Moreno (2003), se entiende como Estado de bienestar al
“conjunto de instituciones estatales proveedoras de políticas sociales dirigidas
a la mejora de las condiciones de vida, a facilitar la integración de clases y
grupos sociales, nivelando e igualando sus recursos materiales”.
Fonseca (2006), cuando se refiere al nacimiento de los Estados de
bienestar en el mundo desarrollado, señala que este concepto surgió en tres
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etapas: en la década de 1930, en el período de posguerra y durante la década
de 1960. Así también menciona que el Estado de bienestar surge como
respuesta a los riesgos vinculados con el trabajo, que previamente deberían
ser identificados para su posterior atención.
En este sentido, determinadas condiciones permitieron el surgimiento del
Estado de bienestar. Durante el período de la posguerra estas condiciones
tuvieron que ver con la expansión del empleo y la indexación de los
incrementos de la productividad con el incremento salarial, el crecimiento del
consumo de masa, la teoría keynesiana que legitima la intervención pública y el
crecimiento de la capacidad de administración estatal. Esta situación
evoluciona hasta el punto en que Leibfiied (2000) concibe que la integración de
los mercados en el mundo ha ocasionado la remodelación de los Estados de
bienestar.
1.1.1 Estados de bienestar en Europa
El proceso de integración experimentado en Europa permitió que sus
Estados de bienestar fuesen revisados y reestructurados según el contexto
específico. Estas condiciones les obligaron a establecer complejos sistemas
bajo la formulación de políticas sociales vinculadas a las políticas de carácter
nacional (Leibfiied, 2000). Las particularidades específicas de cada entorno les
permitieron establecer las bases de operación y financiamiento de sus servicios
asistenciales. En este contexto, Esping-Andersen (1990), a fin de facilitar su
estudio social, clasifica los países en tres tipos de regímenes básicos de
bienestar, que posteriormente Hamnett (2009) ampliará a cuatro.
El modelo liberal anglosajón, desarrollado por países como Reino Unido e
Irlanda, se caracteriza por ser el Estado de bienestar más orientado al
mercado y por establecer como objetivo social la asistencia universal
mediante moderadas transferencias o planes de seguro social.
El modelo social-demócrata, en el que sitúa a Dinamarca y al resto de
países escandinavos, establece un sistema integral y universal
caracterizado por ser favorable a las mujeres, romper las barreras entre la
clase trabajadora y la clase media, entre otros aspectos.
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El modelo corporativista o conservador, en el que se sitúan países de
Europa Central como Alemania y los casos de Francia y Bélgica, donde
los beneficios sociales están estrechamente vinculados al empleo regular.
Las contribuciones obrero-patronales están dirigidas al financiamiento de
los sistemas de seguridad social en la que las prestaciones se establecen
en función del nivel de ingresos de los trabajadores.
El modelo residual, mediterráneo o sur, aplicado en países como Portugal
y España, se caracteriza por su política familiar, relativamente menos
desarrollada que en el resto de Estados, tanto por su alcance como por la
cobertura de beneficios. En este modelo, las familias constituyen el
elemento central del orden social, dejando al Estado ejercer un rol
complementario (Hamnett, 2009).
Si bien es cierto que los límites entre los diferentes sistemas estatales de
bienestar no están bien definidos, la clasificación propuesta por Hamnett (2009)
supone que un país debe pertenecer a un único régimen de bienestar (Ferrera,
1996; Moreno Fuentes & Bruquetas Callejo, 2011; Moreno, 2006). Para Geist
(2005), esta clasificación establece y analiza las diferencias entre países. La
identificación de los efectos institucionales de las políticas en torno a salarios y
educación permitirá identificar sus diferencias y similitudes, establecidas por un
conjunto de factores históricos, culturales, sociales, económicos y políticos
(Rodríguez-Pose & Tselios, 2011).
Esping-Andersen (1990) va más allá de las políticas y de las prácticas
gubernamentales e incorpora el aspecto social. Así, se centra en investigar la
manera en cómo las sociedades se estructuran para producir bienestar y
generar una mayor interacción entre el Estado, el mercado y las familias.
Probablemente el Estado de bienestar será siempre el factor de discrepancia
en la medida en que se mercantilizan las necesidades sociales, se
redistribuyen los costes de los riesgos sociales y se busca construir
solidaridades colectivas, priorizándolas de las individuales o familiares (Esping-
Andersen, 2000).
Los retos futuros del Estado de bienestar se concentran en atender los
problemas generados por el envejecimiento de la población, la ampliación del
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mercado de trabajo, el incremento del número de familias inestables, la
independencia económica de las mujeres, la generación de pleno empleo y la
creación de condiciones enmarcadas en la igualdad. De esta manera es
importante que se refuerce la base impositiva que lo financia, factor que
únicamente las familias y el mercado de trabajo pueden producir (Esping-
Andersen, 2000; Mishra, 1992; Rodríguez Cabrero, 2004).
1.1.2 El origen de los Estados de bienestar en América Latina
El Estado de bienestar nace entre finales del siglo XIX y principios del
siglo XX. Es el resultado de las luchas sociales provocadas por las desiguales
condiciones derivadas de la Revolución Industrial y del establecimiento de un
pacto social. La presión social, con el objetivo de mejorar las condiciones
laborales a los trabajadores, impulsa a que la burguesía acceda a incrementar
sus niveles de impuestos. Los recursos son destinados al financiamiento de
programas de lucha contra la pobreza y de reducción de los niveles de
desigualdad social.
En este sentido, el Estado tendría la facultad de intervenir de manera
directa sobre las áreas de educación, salud, y, en general, sobre lo que
posteriormente se conocería como los servicios sociales. Para Chevalier
(2002), estas medidas permitieron que la clase obrera, al sentirse atendida en
sus demandas sociales, cediera al desarrollo del sistema de producción. Este
pacto social tuvo un mejor desempeño en aquellos países relativamente
pequeños y homogéneos, pero no periféricos, en los que parte del coste del
Estado de bienestar era financiado por las colonias.
En América Latina, el Estado de bienestar tardaría mucho más tiempo
en establecerse. Las élites sociales empleaban otros mecanismos
(políticos/militares) para controlar las demandas sociales. En el contexto
internacional, los Estados Unidos reemplazaron al Reino Unido en el control del
sistema mundial. Según Justin Goldstein (2001), desde esta posición, el
problema de acuerdos sociales habría sido resuelto de manera diferente
partiendo de las tradiciones ideológicas más individualistas y casi “darwinistas”,
etapa que coincide con un ciclo económico largo (Martínez, 2001).
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Durante el período entre 1945 a 1973, se amplían las condiciones sobre
las que se asienta el Estado de bienestar en países periféricos y
semiperiféricos. Este proceso, para países centrales y semiperiféricos, sufre
una ruptura con la crisis de 1968, y posteriormente, según Tortosa (2011), con
la crisis del petróleo de 1973 las “repúblicas petroleras” se verán beneficiadas
con el aumento de ingresos, de manera que promoverán un mayor alcance del
Estado de bienestar.
El cambio de ciclo económico hace posible que se analicen las
condiciones sobre las que se asienta el Estado de bienestar. El estatismo
comienza a debilitarse y se fortalece la concepción neoliberal, en la que
comienzan a aparecen las Organizaciones No Gubernamentales de carácter no
estatal (Hopkins & Wallerstein, 1996). En este sentido, el Estado de bienestar,
al no ser una entidad abstracta, representa a las diversas coyunturas que se
interrelacionan dentro de la sociedad sobre la que se construye.
1.2 Teorías sobre el Estado de bienestar
A la hora de analizar el Estado de bienestar es necesario tener muy
presente tanto la gran diversidad de configuraciones presentes como la gran
variedad histórica en la génesis del Estado de bienestar en cada país, así como
también el abanico de teorías explicativas de la propia naturaleza y funciones
del Estado de bienestar.
El nacimiento del Estado de bienestar no ha sido resultado de un
fenómeno social determinado, sino que es consecuencia de una constante
evolución de cada Estado-nación (Français, 2000; G. E. Reyes, 2001;
Wallerstein, 2004). Esta mutación ha sido impulsada por la influencia de una
diversidad de ideologías que han dominado determinadas épocas y que han
mantenido como base los principios de libertad e igualdad, soportados por el
establecimiento de una seguridad jurídica con el objetivo de enfrentar la lucha
contra la pobreza extrema (Cazorla, 2010).
Álvarez García (1997) realiza un análisis del Estado de bienestar desde
dos enfoques, uno desde el punto de vista económico y otro desde la
perspectiva jurídica. Desde la visión de un sistema de economía de mercado,
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parte de la generación de pleno empleo, bienestar social y el crecimiento
económico, objetivos característicos del neocapitalismo5. Desde lo social, se
pretende implantar un tipo de capitalismo corporativo en donde los grupos de
presión buscan alcanzar mejores condiciones mientras que el Estado busca
regular los conflictos sociales a través del direccionamiento de la economía.
Es así que el Estado de bienestar, bajo estas consideraciones, se
resume en que el sistema económico y el sistema político alimentan su
desarrollo. Cuando se habla del Estado de bienestar, no se trata de otra cosa
que de la materialización de la acción social desarrollada por el mismo Estado
(Barroso & Castro, 2011). Esta situación otorga el reconocimiento
constitucional de los derechos civiles y políticos que los individuos tienen
dentro de la sociedad. En este contexto, la configuración del Estado de
bienestar puede haber surgido a partir de la profundización de la democracia y
del proceso de modernización de la sociedad.
La multiplicidad de estudios y teorías sobre el Estado de bienestar
podría clasificarse en tres grandes familias teóricas, que de forma sintética
exponemos a continuación.
1.2.1 El Estado de bienestar como resultado del proceso democrático
El elemento clave en el nacimiento del Estado de bienestar o Estado
social fue la creación de diferentes sistemas de protección social a finales del
siglo XIX en varios países, que se irán ampliando a lo largo del siglo XX como
resultado del proceso democrático, con una base conceptual sustentada en el
Estado de derecho. A este respecto, la libertad de las personas y de propiedad
del ciudadano fundamenta el bienestar del individuo en el ámbito jurídico-
político (Ritter, 1991). La base conceptual radica en la libertad de las personas
y de propiedad del ciudadano, donde el objetivo es fomentar el bienestar del
individuo. En este sentido, lo que se pretende es construir una sociedad bajo
un orden estatal justo, en el que se reconozcan los derechos de los individuos y
se garantice la separación de poderes (Villar Borda, 2007).
5 Para mayor profundidad acerca del neocapitalismo, véase Reich (1993) y Galbraith (2007)
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Años más tarde, Heller (2002) considera al Estado como “una unidad de
dominación, independiente en lo exterior e interior, que actúa de modo
continuo, con medios de poder propios y claramente delimitado en lo personal y
territorial”, lo que es materializado cuando se dispone de recursos económicos
y sociales que le permiten adaptarse a su entorno y le permiten solventar las
condiciones de vida de los segmentos más pobres (Ritter, 1991; Rodríguez
Cabrero, 2004), además de enfrentarse a aquellos conflictos surgidos desde
las esferas dominantes cuando buscan la prevalencia de sus propios intereses.
Según Álvarez García (op.cit.), desde el punto de vista del pensamiento
socialdemócrata, muchos analistas en esta línea del pensamiento consideran el
origen de esta teoría como el acuerdo de cuatro corrientes ideológicas:
socialismo, liberalismo, conservadurismo y socialcristianismo. Desde el
pensamiento liberal clásico, no se admite la existencia de la pobreza, sino que
existen pobres que se han automarginado del progreso.
Según los principios de Keynes y Beveridge, una forma de solventar este
problema social es el reconocimiento, no solo de los derechos políticos y
civiles, sino también de los derechos sociales de los individuos (Leibfiied, 2000;
T. H. Marshall, 1950). En este sentido, la libertad será el mecanismo por medio
del cual el Estado de bienestar, sin eliminar la desigualdad, enfrente los riesgos
de los altos niveles de pobreza, a través de un conjunto medidas de carácter
irrenunciable para atender las necesidades individuales básicas y alcanzar un
orden social deseable6.
El Estado del bienestar, desde el enfoque conservador, se explica a
partir de la óptica del funcionalismo7. Como parte del sistema capitalista, el
Estado, al permitir su desarrollo, justifica su participación en la vida económica
y social de la sociedad. Es así que, desde la creación de seguros sociales por
Bismark en Alemania en el siglo XIX, el Estado dio atención a las necesidades
de seguridad de la sociedad en un proceso de modernización. El sistema
6 La Seguridad Social se implanta mediante el aseguramiento de todos los ciudadanos a
percibir una renta mínima y garantizar la participación de los seguros privados para incrementar libremente el grado de satisfacción de las necesidades (Informe Beveridge de 1942). 7 En un marco de construcción teórica, considera la sociedad como un sistema complejo, cuyos
componentes trabajan en conjunto y promueven la solidaridad y estabilidad.
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capitalista, cuyo fundamento radica en el desarrollo económico del sector
privado en el que el capital funge como herramienta de producción, se ve
sometido a un alto nivel de inseguridad económica. Es así que se requiere de
un mecanismo que promueva la integración social, a la vez que corrige los
fallos del sistema.
El Estado de bienestar desde la perspectiva socialista considera al
Estado como ente central planificador y regulador de la economía (Coraggio,
2002). En este sentido, el Estado de bienestar se considera como un triunfo de
la lucha de clases, proceso del que se desprenden tanto el reconocimiento de
la igualdad social como la integración de la clase obrera. Esta situación obliga
al diseño de políticas sociales muy complejas que permitan emprender la lucha
contra la pobreza.
Finalmente el socialcristianismo, basado en la doctrina social de la
iglesia, se materializa con el desarrollo de los movimientos sindicales y políticos
que se inspiraron en el Evangelio. Esta corriente del pensamiento, establecida
por el Papa León XIII, se opone al individualismo liberal y al materialismo
colectivista. Entre otras características, se desprende su énfasis por el bien
común y la solidaridad, el apoyo a la economía de mercado —la economía al
servicio de la humanidad— y oposición a la lucha de clases, y otorga directa
responsabilidad al Estado respecto a la sociedad (Vergara Estévez, 2005).
Frente a estas teorías de pensamiento, otros grupos de analistas
presentan sus discrepancias con este tipo de Estado. Las posturas y
argumentaciones se describen a continuación.
En la línea del pensamiento conservador, se establecieron criterios
contrarios al establecimiento del Estado del bienestar. La crisis de los años
setenta permitió que teóricos como Hayek8, Mises, Rawls, Friedman, Nozick,
Nisbet, desarrollasen tesis contrarias a la intervención del Estado en la
sociedad. Para Vergara Estévez (2005), Hayek y Mises, catalogados como los
precursores del pensamiento neoliberal, cuestionaron la teoría económica de
8 Relaciona la libertad con la libertad económica individual y sin considerar otros ámbitos como
la libertad social y colectiva, la política, intelectual, cultural y otras. Para más detalle véase Hayek (1998)
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Keynes, contrarios a la transformación del sistema que permitiría establecer el
Estado de bienestar.
Mantienen la teoría de que el mercado tiene la capacidad de
autorregulación, señalando que la participación del Estado atenta contra la
libertad de los individuos. Consideran que la desigualdad económica es el
resultado de la libertad que tienen los individuos de participar en la economía y
que los argumentos que defienden la justicia social son inaceptables por ser
equivocados y peligrosos. Es así que mantienen su oposición a cualquier tipo
de intervención en la que el Estado emprenda su lucha contra la pobreza con la
atención de las necesidades básicas de la población.
Friedman (1975) considera que existe una falacia básica esencial
respecto al Estado de bienestar. Esta radica en que “es factible y posible hacer
el bien con el dinero de otra gente”, y para ello el “Estado benefactor” deberá
previamente obtenerlo de otra gente. Esto, para Friedman, representa una
filosofía violenta de coercitiva que atenta contra la libertad.
Dieterlen (1988) realiza una crítica a la postura de Nozick (1974). Hace
referencia a uno de los principales rasgos de su pensamiento, que se refiere a
la irrenunciabilidad e inviolabilidad de los derechos individuales aun cuando la
intervención del Estado sea en beneficio de esa persona o con un fin colectivo.
Nisbet (1995), desde su análisis de la crisis del conservadurismo, del
que se extrae que la base principal sobre la que se asienta el conservadurismo
es el derecho de supervivencia que tienen todas las estructuras intermedias de
una nación, sin que estas sean anuladas por el poder del Estado, concluye que
esta crisis es provocada en buena medida por la adopción de principios
fundamentales del liberalismo económico y del Estado de bienestar.
1.2.2 El Estado de bienestar como elemento de legitimación del sistema
capitalista
Desde el enfoque marxista no es novedad que existe una marcada
discrepancia con el Estado de bienestar. La mayor cantidad de postulados en
esta línea fueron redactados a finales de los años setenta y sus principales
enfoques se fundamentan en dos líneas explicativas del aparecimiento del
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Estado de bienestar. Por un lado, la visión instrumentalista fundamentada en la
idea de que el Estado es un mecanismo de la clase dominante para atender a
sus intereses de clase y cada capitalista en particular. Por otro lado están otras
visiones del Estado como reflejo y condensación de las contradicciones
existentes en la sociedad (O’Connor, 1981).
En ese sentido, el Estado puede cumplir un papel de legitimización del
sistema capitalista, en función de compensar el desequilibrio provocado por la
acumulación del capital (Miliband, 1969) o como aquella instancia que posee
una determinada autonomía que proporciona una sensación de seguridad
económica a la clase trabajadora (Jessop, 2002). No obstante, estos dos
enfoques contrapuestos pueden llegar a determinar que el Estado esté al
servicio de la clase trabajadora dependiendo de un posible cambio de
correlaciones de poder (Boyer, 2007).
Según Palazuelos et al. (1990), el Estado, desde el enfoque
instrumentalista, es considerado como un monopolio controlado por la clase
capitalista. Sweezy (1943) lo define como “un instrumento en manos de las
clases dominantes para hacer efectiva y garantizar la estabilidad de la
estructura de clase”; es decir, su trabajo tendrá como base central la
acumulación del capital. La acción estatal se ejerce mediante relaciones
personales y sociales entre las élites dominantes y los dirigentes políticos
(Domhoff, 1973; Miliband, 1969).
En este sentido, Álvarez García (1997) menciona que el Estado se
convierte en un poderoso instrumento empleado a favor de un determinado
grupo social dominante, además de “retomar la idea de la división de las clases
dominantes entre los gestores del capital y los gestores de los intereses
generales del capital desde el Estado, los capitalistas y los políticos”.
Es así que se reconoce la autonomía del Estado, pero exclusivamente
para los capitalistas individuales. Se asume que las medidas en beneficio del
conjunto de la sociedad capitalista adoptadas por el Estado pueden, en el corto
plazo, afectar los intereses de los capitalistas individuales. Esto se visualiza
cuando se forma un tipo de Estado Asistencial que implica una importante
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carga sobre las rentas del capital, cuyo efecto es la anulación de la lucha de
clases y garantiza al mismo tiempo la paz social y permite la dinámica del
sistema en forma armoniosa e ininterrumpida.
Offe (1984), en su análisis sobre el Estado capitalista de bienestar,
señala su incapacidad por atender las necesidades y solventar los problemas
de las sociedades capitalistas, proponiendo una reestructuración del Estado.
Es así que, desde su enfoque marxista, considera que la regulación privada de
la economía capitalista genera períodos de crisis. En su estudio sobre las
contradicciones del capitalismo maduro, se basa en la teoría de la integración
social, según la cual se considera el Estado de bienestar como un mecanismo
que organiza, planifica y controla el desarrollo económico, mediante una red de
instituciones políticas y administrativas en la que el Estado clasifica a los
individuos en función de las necesidades capitalistas.
En este contexto, la desigualdad social no se origina en las condiciones
de los individuos dentro del proceso de producción, sino que radica en el
interés gubernamental por atender las necesidades del capital, de donde un
determinado sector de la sociedad resultará beneficiado. Vence (1998) se
refiere al efecto desigual que genera la acción de políticas orientadas a la
creación de nuevos recursos dentro del sistema de producción. O’Connor
(1981) señala las contradicciones de la sociedad ya que el Estado ejecuta sus
funciones en beneficio de una determinada clase social en desmedro de otra.
De esta manera, la contradicción del sistema no es la mantenida por el
pensamiento marxista clásico —las diferencias se presentan entre las fuerzas
productivas, dinámicas, y las estancadas relaciones de producción—, sino que
es fruto de la relación entre la intensa producción capitalista y la capacidad
normalizadora del Estado. En este sentido, la acción del Estado se torna
fundamental, en especial cuando debe alcanzar un equilibrio económico en el
que se integre a la población y se controlen los desequilibrios externos, al
pretender resolver la crisis del sistema cuando este es regido por el interés
privado (Álvarez García, 1997).
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El rol que desempeña el Estado se valorará en la medida en que este
permita el mejor funcionamiento de la sociedad, su cohesión y su
legitimización. Sin embargo, más allá del efectivo accionar del Estado sobre la
sociedad, la clase dominante será la que al final sea favorecida en tanto en
cuanto el sistema capitalista como tal funcione. Esta situación no significa que
toda la acción gubernamental sea en beneficio directo de las empresas, sino
que, para que el sistema se mantenga, es necesario que las funciones se
orienten en beneficio de otros sectores sociales (Fine & Harris, 1985).
1.2.3 El Estado de bienestar como resultado del proceso modernización
de la sociedad
La aproximación de las políticas y las instituciones ha sido un tema
recurrente dentro del estudio estructura social. Los países con el tiempo se han
homogenizando y convergido en determinadas características de sus
estructuras institucionales y de sus Estados de bienestar. La comparación entre
el sistema pasado con el sistema actual se ha asociado con el cambio de
conceptos y temáticas, tales como la modernización, el industrialismo,
postindustrialismo, postfordismo y la globalización, por el hecho de compartir
ciertas perspectivas teóricas (Montanari, 2001)
En este sentido, la idea de la convergencia ha sido empleada para
entender el desarrollo de las políticas de bienestar en aquellos países
económicamente desarrollados. Para Flora (Ed.) (1986), la evolución que ha
mantenido el Estado de bienestar es una característica universal del proceso
de modernización. Es así que los aspectos específicos de sus estructuras
institucionales de política social serán de manera general considerados como
equivalentes funcionales y resultado de su especificidad cultural (Form, 1979),
de los valores según Wilensky (1975) y de la estatalidad o la centralidad de la
política en general para Flora (Ed.) (1986).
Entre las principales teorías de la modernización, se encuentra la teoría
de la perspectiva ortodoxa. Esta se refiere a la división existente entre las
sociedades tradicionales y las actuales, en donde las características de las
primeras se definen en relación con las de las segundas. Según Bula Escobar
(1994), este tipo de neoevolucionismo se basa en el contraste de valores
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sociales característicos de cada sociedad, en donde la universalidad es la
característica básica de las sociedades modernas.
Asimismo, los neoevolucionistas americanos, según Álvarez García
(1997), consideran la modernización como la acción recíproca de dos procesos
similares, diferenciación y reintegración, que preparan a la sociedad para
adaptarse a su medio ambiente. De esta forma, el inicio del proceso
modernizador tiene dos orígenes: en el campo económico, la Revolución
Industrial (Peemans, 1992) y, desde en el campo político, la Revolución
Francesa (Fukuyama, 2011).
El proceso de evolución de la economía de subsistencia a una economía
de mercado (Franco, 1986) dentro del proceso de modernización, según
Álvarez García (1997), se asocia con el cambio a una economía de
urbanización e industrialización (Gollin, Jedwab, & Vollrath, 2013), en la que las
personas y las familias ya no son capaces de atender sus necesidades,
obligando a que el Estado se haga cargo de sus necesidades básicas.
Forsthoff (1961) hace hincapié en la responsabilidad general de la sociedad,
centrando su atención en el funcionamiento del gobierno cuando el individuo es
incapaz de subsistir por sí solo.
Desde estos enfoques, el Estado de bienestar a futuro se enfrenta a una
crisis irreversible debido a que su crecimiento y establecimiento dependía del
fuerte progreso económico y del pleno empleo, características que difieren del
sistema capitalista actual. De este modo, la sociedad se ve ante la necesidad
de gestionar una nueva estructura de riesgos de tal forma que ningún grupo se
convierta en “perdedor” sistemático. El replanteamiento de los objetivos del
Estado de bienestar debe considerar un nuevo énfasis a favor de las familias
jóvenes y, en especial, hacia atender las necesidades de los servicios (Esping-
Andersen, 2000).
1.3 Las corrientes de pensamiento de la Protección Social.
El rol que desempeña el Estado en el desarrollo social es un tema de
debate permanente. En la actualidad, la tendencia mundial se encuentra
orientada a limitar los espacios de acción del Estado. El debate central gira en
51
torno al rol del Estado ya que su intervención es necesaria y relevante para el
desarrollo económico y social, no solo por el volumen de recursos que moviliza
a través del gasto público, sino por las múltiples y variadas formas de actuación
gubernamental (regulación, legislación general, aportes a la seguridad social,
etc.) (González Calvet, 1998; Mishra, 1992; Ritter, 1991; Rodríguez Cabrero,
2004).
La protección social se inicia con la implementación del seguro de
enfermedad para los trabajadores y posteriormente con el desarrollo de los
seguros sociales. Los seguros sociales constituyen un mecanismo cuyo
objetivo busca alcanzar la universalización de la protección social, en donde el
Estado constituye el eje fundamental que la garantiza. En este sentido, se
generan dos corrientes teóricas sostenidas por Bismarck y Beveridge (op. cit).
1.3.1 El inicio de la Protección Social de Bismarck en Alemania
La corriente del pensamiento desarrollada por Otto von Bismarck surge
de las deplorables condiciones laborales y de indefensión a las que se
encontraban sometidos los trabajadores: los largos e intensos períodos de
trabajo y bajos niveles salariales, la restricción al derecho de asociación
profesional y huelga, la desprotección patronal frente a los gastos por
enfermedades y accidentes de trabajo9, los salarios destinados a atender los
riesgos y contingencias sociales que obligaba a la incorporación de las mujeres
y los hijos menores edad al trabajo, entre otras. Estas fueron las condiciones
que situaban a los trabajadores en una posición de desamparo frente a los
riesgos sociales y que iban a impulsar la reacción social que desencadenó la
Revolución Industrial de los siglos XVIII y XIX.
La fuerte presión a favor del bienestar de los trabajadores impulsó la
necesidad de reducir el impacto de estas condiciones y, así, de manera
progresiva se iniciaron los sistemas sociales de protección, como el ahorro
privado, la mutualidad, el seguro privado, la responsabilidad civil y la asistencia
pública (Nugent, 1997). Las bases de la protección social tienen su inicio a
9 Los gastos por enfermedad eran considerados egresos que incrementaban los costos de
producción, por lo que eran trasladados a los trabajadores
52
partir de 1883, año en el que se promulgan en Alemania una serie de leyes que
configuran un sistema conformado por tres seguros básicos:
El seguro de enfermedad, promulgado mediante la ley del 15 de junio de
1883, establece la obligación de que la contribución se repartiese en dos
terceras partes a los obreros y el tercio restante para los empresarios. Los
beneficios son el resultado de la cuantía de la cotización y de la entidad
aseguradora.
El seguro de accidentes de trabajo, promulgado en la ley de 1884, obliga
a los empleadores a cotizar a las cajas para cubrir la invalidez
permanente provocada por los accidentes de trabajo; además, los costes
de este seguro eran asumidos totalmente por el patrono.
Finalmente, con la ley de 1889, se instituyó un primer sistema obligatorio
de jubilación. El seguro se establece para aquellos obreros cuyo salario
no era superior a los dos mil marcos anuales. El beneficio de la pensión
era concedida a aquellos trabajadores cuya edad era superior a los 70
años y su monto era proporcional al número de cotizaciones del
asegurado.
1.3.2 Beveridge por una Seguridad Social para todos
La promoción del bienestar de los trabajadores hizo que Bismarck sea
tildado de “socialista”10. Esta configuración de la protección social fue replicada
años más tarde por presidente de los EE.UU. Franklin D. Roosevelt que, en
1935, conseguiría la aprobación de la Ley de la Seguridad Social, basada en
una combinación de la “seguridad económica” con el “seguro social”.
El fin de la Primera Guerra Mundial permitió que los sistemas de seguros
sociales se desarrollaran rápidamente en varias regiones. Es así que en los
programas de las organizaciones internacionales como la OIT ya se consideró
la inclusión de la protección social. Durante la Segunda Guerra Mundial, el
gobierno del Reino Unido hizo público el Plan Beveridge, llamado así por su
10
El bienestar de los trabajadores se da a raíz de la puesta en marcha del seguro social diseñado por Bismarck, con la finalidad de que economía alemana continúe funcionando con la máxima eficiencia y minimizar la demanda de los socialistas radicales que exigían mayores derechos.
53
principal autor, Lord Beveridge, quien promovió la creación del primer sistema
unificado de seguridad social.
El Plan Beveridge contempla tres aspectos que permiten que el sistema
de seguridad social sea efectivo, y que están dirigidos a las asignaciones
familiares, a los servicios completos de salubridad y convalecencia y a la
continuidad en el trabajo para evitar el desempleo colectivo (Peris, 2009). En
este contexto, para alcanzar su efectividad, es necesario guiarse por estos tres
principios básicos de la seguridad social: la reestructuración total, que se
considere parte de la política de progreso social, y que sea parte de la
cooperación entre el Estado y el individuo.
Para Etala (2002), las previsiones deben combinarse con tres métodos
distintos: Seguro Social —incluye la solidaridad y mancomunidad—, Asistencia
Nacional —beneficios mediante la verificación de necesidad—, Seguros
Voluntarios —la prima del seguro es ajustada al riesgo y requiere de la
creación de un fondo con el pago de cuotas periódicas que permitan atender
las pensiones y la acumulación de reservas para enfrentar adversidades
futuras—. En este sentido, el Plan Beveridge es consecuencia de los seguros
sociales de carácter obligatorio que buscan combinar la asistencia y con el
seguro voluntario.
La construcción de un Plan de Seguridad Social busca que los individuos
puedan atender sus necesidades básicas. El seguro social se estructura como
un seguro con un alcance nacional que reemplaza la concepción de la garantía
frente al riesgo por la garantía de la satisfacción de las necesidades sociales
(Ruiz & Ruiz Medina, 2011). El Plan Beveridge marca la diferencia entre lo que
es el seguro social y el alcance que tiene la seguridad social. Es así que la
seguridad social se plasma cuando toda la población está protegida por los
seguros sociales. Para IMSS (1983), la importancia radica en la protección
universal de la población, bajo un eficiente sistema de seguridad social.
Uzcátegui Díaz (1990) señala que los seguros sociales son parte de la
seguridad social; se constituyen como una herramienta que permite la
implementación de los planes de la Seguridad Social. En este sentido, los
54
seguros sociales tienen un carácter parcial y en determinados momentos hasta
inadecuados, mientras que la Seguridad Social tiene una concepción social
integral.
1.4 Modelos de Desarrollo
La configuración de los diferentes “Modelos de Desarrollo” se caracteriza
por la influencia de ciclos importantes de la actividad económica, como la crisis
económica de 1929 y la crisis de la deuda externa en los años 80. En América
Latina, el desarrollo de la protección social se fue asumiendo de manera
progresiva en función del grado de participación del Estado, en pos de la
universalización de la protección social (Cecchini & Martínez, 2011).
Los modelos de desarrollo implementados en la sociedad se originan
dependiendo de cómo organiza sus recursos materiales y sus instituciones
para establecer un eficiente Estado de bienestar, sus posibilidades científico-
tecnológicas, su capacidad productiva y económica, su historia, su cultura, sus
necesidades, su marco jurídico, el respeto a la naturaleza, entre otros aspectos
(Mejía Ortega & Franco Giraldo, 2007). Este conjunto de factores permite que
la sociedad pueda alcanzar el progreso y proporcionar satisfacción de
necesidades de todos sus miembros.
Los modelos de desarrollo económico fueron objeto de nuevas
tendencias en relación con la participación del Estado y la aparición de
privatizaciones (Sánchez Carreira, 2005). Es así que, en el campo social, el
derecho universal de protección en América Latina se convertía en una
exclusividad de quienes disponían de recursos económicos. Los enfoques de
los diversos modelos de desarrollo considerados por Mejía Ortega & Franco
Giraldo (2007) se sintetizan en los siguientes:
El Modelo Keynesiano, según Schwartz (2001), se basa en la teoría general
de la ocupación11 y se centra en factores adicionales como el ingreso, el
ahorro, la inversión, el consumo y la determinación de los precios. En
América Latina, durante los años 30 y 40, en casos como el de Costa Rica y
Uruguay, se promovió el incremento del gasto público con el fin de
11
Véase Keynes (2005)
55
incentivar la demanda de bienes y servicios desde un enfoque estatista
central de la protección social orientado hacia la integración universal.
Desde esta perspectiva se destaca la importancia de los cambios en los
niveles de producción y el empleo como factores reguladores de la
economía cuyo objetivo es el equilibrar la renta nacional total y la
producción nacional. Además se evidencia la importancia que tienen los
ingresos para el desarrollo humano, a través de indicadores como las tasas
de ocupación (Cecchini, 2005) .
El modelo basado en la sustitución de importaciones se caracteriza por
favorecer la modernización, el desarrollo y el crecimiento económico de la
región, así como por el incremento del mercado laboral y de esta manera
superar niveles de pobreza12(Ocampo, 2001). Su orientación se encamina a
la protección social mediante la instrumentación de los seguros sociales y la
asistencia social. Este modelo fue aplicado por países como Brasil, México,
Argentina, Chile o Colombia durante los años 40, con un enfoque estatista
pero de economía mixta, dirigida especialmente hacia la ampliación del
empleo y del gasto público.
El modelo Neoliberal, desde un enfoque de la protección social basada en
la interacción de los individuos en el que el Estado es controlado por las
fuerzas del mercado13. Laurell (1992) determina, entre otras características:
establecer una política social excluyente, un gasto social focalizado en la
promoción de privatizaciones y descentralización de la protección social,
amplios mercados de bienes, servicios y valores sociales convertidos en
mercancías —vendedores privados buscan obtener rentabilidad económica
bajo el principio de la libre competencia— y el consumidor tiene la opción de
elegir de acuerdo con su capacidad de compra. Este concepto fue aplicado
12
Según Rey de Marulanda (2000), este modelo tuvo su declive en la década de los 70. En este periodo, la región perdió sus niveles de competitividad y se originó la denominada “crisis de la deuda” caracterizada por la caída de las tasas de crecimiento, incremento de los niveles de desempleo, desigualdad y pobreza, disminución de los salarios, a consecuencia de los altos índices de inflación. 13
Se refiere a las críticas al Estado benefactor establecidas por Hayek y Friedman, desde la perspectiva los principios de la libertad individual y desigualdad (Prebisch, 1981)
56
por países como Perú, Argentina, Chile y Colombia durante los años 80 y
90.
El modelo de planificación económica central se basa en el enfoque
socialista o sociocéntrico (Cardona Osorio, 1987). Entre sus principales
características se destaca: su política social integral, incluyente y
redistributiva con énfasis en el campo social —establecidos en países como
Cuba y Nicaragua en los años 60 y 70—, donde el Estado es propietario de
los recursos dentro de la economía y por lo tanto decide la organización
productiva, la asignación de las recursos, el tipo de industrias y el uso de la
tecnología.
1.4.1 Aproximación a la Modelización Teórica de la Protección Social en
el Estado de bienestar
El Estado de bienestar (Welfare State) en América Latina se vio abocado
al desarrollo de sistemas de protección social específicos, estructuras que
permitían atender sus problemas sociales dentro de un contexto social
determinado. La evolución de la sociedad, a raíz de la Revolución Industrial y la
caída de las condiciones de vida de las personas, junto al reconocimiento de la
pobreza como un problema social, permitió que se construyesen grandes
mecanismos institucionales de protección social (Fleury & Molina, 2000).
Los sistemas de protección social en la región presentan una gama de
políticas caracterizadas por la superposición, la acumulación y el cruce de
instituciones, situación que ha profundizado la diversidad y complejidad en la
planificación y desarrollo de las políticas sociales (Rosenthal, 1999). Para
Fleury (2000), la caracterización de los “modelos de política social”, basada en
la clasificación europea, se fundamentó en las políticas y estructura de los
sistemas públicos de protección social, en la que la función del Seguro Social
era el pago de pensiones y salud.
La evolución de los diferentes Estados de bienestar con base en la
experiencia de regiones con mayor desarrollo, permitió que Fleury (1997),
mediante el agrupamiento de las diferentes características, establezca una
propuesta de tipos ideales de protección social. En esta propuesta, se
57
consideran elementos base de tipo ideológico y valorativo, elementos
organizativos e institucionales para la implementación de las políticas sociales,
las relaciones entre los modelos de protección social y las condiciones de
sociedad en cada caso.
Fleury & Molina (2000) propone tres modelos de Protección Social
relacionados con los modelos de desarrollo del Estado de bienestar, la
Seguridad Social, el Seguro Social y la Asistencia Social14 (véase la Tabla 1).
Para esto, se considera como un supuesto clave “la existencia de un círculo
virtuoso de la economía en el cual, el desarrollo económico, es capaz de
generar una tendencia al pleno empleo, acompañada del crecimiento de la
masa salarial”, situación que, alejada de este condicionamiento, lo convierte en
inviable15.
Tabla 1 Modelos de Protección Social
Estructura organizacional específica
Modalidad de Asistencia Social
Asistencia Social Seguro Social Seguridad Social
Rasgos
Denominaciones “Residual” “Meritocrático” “Institucional”
Ideología Liberal Corporativa Social-Democracia
Principio Caridad Solidaridad Justicia
Efecto Discriminación Manutención Redistribución
Status Descalificante Privilegio Derecho
Finanzas Donaciones % Salarial Presupuesto
Actuarial Fondos Acumulación Público
Cobertura Focal Ocupacional Repartición
Beneficio Bienes/servicios Proporción/Salario Universal
Acceso Prueba de medios Afiliación Mínimo vital
Administración Filantrópica Corporativa Necesidad
Organización Local Fragmentada Pública
Referencia "Poor laws" Bismark Central Beveridge
Invertida16
Regulada17
Universal
Modalidad de Ciudadanía
Perspectiva jurídico – política de la articulación del Estado sobre la sociedad
Elaboración a partir de Fleury (1997)
14
Vrooman, J.C. (2009), los clasifica en tres pilares: Primer Pilar la Seguridad Social Colectiva, Segundo Pilar la Seguridad Social Laboral y Tercer Pilar el Contrato Privado de Seguridad Social impulsado por el gobierno. 15
El nivel de pobreza ha crecido hasta convertirse en un segmento mayoritario, el crecimiento del trabajo formal es inversamente proporcional al crecimiento del trabajo del mercado informal, los recursos provenientes del Estado no son suficientes para atender las necesidades de la sociedad. 16
Fleury (1984) la considera como una “ciudadanía invertida”, cuya la referencia histórica son las "Poor Laws", que existieron antes del Estado de bienestar como un sistema de ayuda a los pobres, cuya asistencia social tiene un carácter preventivo y punitivo más que ser una garantía de los derechos ciudadanos. 17
Dos Santos (1979) identifica como “ciudadanía regulada” al efecto causado cuando los derechos sociales son condicionados para la inserción laboral de los individuos.
58
En este aspecto, Fleury & Molina (2000) recalcan que no existe un curso
ascendente e irreversible de desarrollo de la protección social a pesar de que
determinados países desarrollados, como es el caso de Inglaterra y los
Estados Unidos, iniciaron sus políticas sociales con un modelo asistencial para
posteriormente pasar a la seguridad social. En este sentido, no se puede
determinar la existencia de sistemas que reproduzcan modelos exactos, razón
por la que determinadas ideologías y modelos hegemónicos, por naturaleza
contrarios, conviven y se subordinan a la lógica dominante.
Modelo de Asistencia Social
El modelo se basa, fundamentalmente, en contextos socioeconómicos
que ponen el énfasis en el comportamiento del mercado. Se enfoca en la
atención del segmento económicamente más débil de la sociedad, quien no
puede aportar a una caja de previsión (Zuñiga Cisneros, 1963). Según Fleury &
Molina (2000), la predominancia del mercado reduce al mínimo la presencia del
Estado, por lo que su rol se orienta a la atención de aquellas personas que no
tuvieron la capacidad para mantenerse adecuadamente en el mercado, con la
participación de asociaciones de carácter caritativo y de voluntariado.
Modelo de Seguro Social
El modelo de Seguro Social, para Titelman & Uthoff (2003), es la
aplicación estratégica de una política de seguridad social sustentada en los
principios de solidaridad y universalidad, y no como un proceso independiente.
Según Sojo (2003), una de sus estrategias es el aseguramiento18. En este
sentido, no permite que se cubran todos los riesgos, es insuficiente para
mantener las condiciones mínimas del bienestar, limita la cobertura a riesgos
por enfermedad y a determinados riesgos económicos, sin garantizar los
derechos sociales ya que obedecen a los desafíos de la industrialización.
Fleury & Molina (2000) lo definen como un modelo que involucra la
protección en base a una relación contractual. El Seguro Social difiere del
seguro privado en cuanto que el Estado impide la posibilidad de la afiliación
18
Se considera como "el conjunto de transacciones mediante las cuales el pago de un monto determinado permite recibir otro pago si ocurren ciertos eventos".
59
voluntaria y establece una organización burocrática fuerte, encargada de
legitimar y reconocer las diferencias entre los grupos ocupacionales, cuyo
objetivo es obtener la lealtad de los beneficiarios y, basándose en el principio
de solidaridad, lograr la correspondiente compensación de manera proporcional
a sus contribuciones.
La estructura financiera de este modelo enlaza la política social con la
inserción en el mercado laboral, debido a que se financian las contribuciones
porcentuales provenientes de los aportes personales, patronales y la
contribución realizada por el Estado. La financiación de este modelo requiere
que el cotizante, aun en situación de pérdida de su capacidad de trabajo,
mantenga un nivel socioeconómico semejante al que poseía cuando se
encontraba como trabajador activo, mantenga una relación proporcional entre
su contribución y el beneficio y mantenga la acumulación de las reservas.
Modelo de Seguridad Social
Este modelo se constituye en un sistema público de protección frente a
diversas situaciones de necesidad legalmente previstas o riesgos que limitan la
actividad laboral de los individuos (Tarancón Pérez & Romero Rodenas, 2013;
Zuñiga Cisneros, 1963). En este sentido, Fleury & Molina (2000) consideran
necesario establecer una política redistributiva, en razón de que el nivel de
desigualdad es considerable. En las regiones más desarrolladas como el caso
europeo, el modelo de Seguridad Social incluye, entre otros, pleno empleo,
acceso universal a la educación, redistribución del ingreso, regulación de
relaciones laborales, mientras que en otras regiones las condiciones apenas
son parciales, sustentadas en ciertos mecanismos de protección (Mesa-Lago,
2006).
La Seguridad Social se orienta desde dos perspectivas: por un lado, se
concentra específicamente en la seguridad social19 y, por otro, se dirige hacia
áreas como la educación y la salud pública20. Estas dos ópticas se diferencian
en cuanto a su forma de institucionalización (Fleury & Molina, 2000). La red de
19
Se caracteriza por la gran estratificación de los grupos con cobertura y la exclusión de gran parte de la población, que, por lo general, no pertenece a la economía formal 20
Este tipo de políticas ofrece iguales beneficios, aunque muy diversos para la población.
60
instituciones públicas que estructuran el modelo, basado en la propuesta de
Beveridge (1942), busca establecer la universalidad del derecho de las
personas mediante del aseguramiento mínimo de sus beneficios, desvincular
los derechos sociales de la relación contractual de los asalariados, y a través
de un mecanismo de redistribución, corregir las desigualdades ocasionadas por
fallos del mercado (Barroso & Castro, 2011).
En este contexto, este modelo se fundamenta en el principio de
solidaridad —principio concebido como el compromiso que se establece entre
generaciones de manera cíclica—, en el que la generación actual —que
activamente se encuentra aportando los recursos al sistema—, financia los
beneficios destinados a la generación que la antecedió. (Fleury & Molina,
2000).
1.4.2 Modelos por la forma de institucionalización de la Protección Social
como Seguridad Social
Muchos y permanentes han sido los intentos por clasificar los sistemas
de protección social de América Latina. Los esquemas propuestos han
procurado guardar una determinada lógica pedagógica considerando
similitudes en sus estructuras políticas y sociales derivadas de experiencias
internacionales. Para la región la tarea ha resultado difícil y complicada. Según
Lautier (2012), las diferencias entre los países se fundamentan en
características específicas en cuanto a sus políticas de gasto, tipos de
organización institucional y la extrema complejidad de sus estructuras —
compuestas por su múltiples instrumentos de protección social—, además de
que, por efecto de la acumulación histórica de estos factores —no han sido
sometidos a un proceso de integración o eliminación de los anteriores—, son
aspectos que han agravado la tarea.
La Seguridad Social definida como el derecho fundamental de la
persona base de la estructura de la Protección Social (Ritter, 1991) ha ido
desarrollando con el tiempo redes institucionales responsables de la seguridad
social. Valencia Lomelí (2010) señala que en función de establecer una
metodología de comparación de los diferentes regímenes de bienestar, esta
debe ir mucho más allá de la confrontación de tipologías a fin de comprender
61
procesos evolutivos del bienestar en la región, siendo necesario analizar el rol
del Estado, el mercado y el hogar. Para Adelantado (2005) y Gough (2005),
estos agentes involucrados deben ser complementados con un cuarto actor,
que es la sociedad, a la que en conjunto denomina como “Welfare Mix”.
Uno de los primeros estudios en los que se analizan comparativamente
los regímenes de bienestar de los países de Latinoamérica, es el realizado por
Mesa-Lago (1978). Dicho estudio clasificó los países en grupos, basados
particularmente por la fecha en la que introdujeron sus primeros programas de
seguro social en pensiones y enfermedad-maternidad, así como el grado de
desarrollo alcanzado en esos programas. En su análisis, identifica tres tipos de
países en América Latina: pionero alto, intermedio y tardío-bajo.
El grupo “pionero alto”, se caracteriza porque sus países fueron los
primeros en establecer los sistemas de seguros sociales en la región (años
20 y 30), alcanzaron la mayor cobertura social entre el 62 y el 96%,
establecieron un mayor nivel de desarrollo, una población relativamente
más envejecida, una esperanza de vida mayor, promulgaron leyes de
protección a los obreros frente a riesgos de trabajo, enfermedades
profesionales, vejez, invalidez, muerte y enfermedad común (Cruz Saco &
Mesa-Lago, 1998).
En este grupo se incluye a países como Costa Rica, Brasil, Argentina,
Cuba, Chile y Uruguay, los cuales, pese a sus progresos en materia de
protección social, adolecían de varios problemas como la estratificación, los
altos costos, el déficit creciente y el desequilibrio financiero actuarial
(Guzmán Gameros, 2005). Para Mesa-Lago (1986), durante los primeros
años del siglo XX, permitieron ampliar gradualmente la cobertura de los
servicios de salud, educación y seguridad social, además de casos como el
de Argentina, que desarrolló el sistema de seguridad social con mayor
grado de universalidad de la región, instituyendo el seguro de desempleo.
El grupo “intermedio” implementa programas principalmente en los años
cuarenta y cincuenta, influenciado por los convenios de la OIT. Se
caracteriza porque sus sistemas estaban menos estratificados, su costo era
62
menor y su situación financiera mejor que la del primer grupo, aunque
algunos ya se enfrentaban a desequilibrios, alcanzando una cobertura y
desarrollo medio que oscilaba entre el 18 y el 50% (Cruz Saco & Mesa-
Lago, 1998).
En este grupo se encuentran países como Panamá, México, Perú,
Colombia, Bolivia, Ecuador y Venezuela, los cuales, según Mesa-Lago
(1986), presentan un mayor desarrollo relativo, y cuyos sistemas fueron
estructurados con instituciones de seguridad social que protegían a los
grupos de presión más poderosos21, antes de la creación del instituto gestor
general.
El grupo “tardío-bajo”, con una población más joven y una esperanza de
vida menor. Sus sistemas se caracterizan por ser relativamente más
unificados y con menos problemas financieros, pero con una menor
cobertura y desarrollo. Este grupo lo conformaron países como Paraguay,
República Dominicana, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras y
Haití. Fue el último que introdujo sus programas, en los años sesenta y
setenta.
Según Lautier (2012), la estructura social existente en Latinoamérica es
un entrelazamiento de diversos subsistemas cuyas brechas (en términos de
riesgos o de poblaciones desprotegidas) son grandes. Esta diversidad y
complejidad en sus estructuras no han permitido que se desarrolle una
homogenización de sus sistemas, incluso para aquellos países cuyo objetivo
primordial ha sido el establecimiento una protección social universal, ni
tampoco para aquellos caracterizados por mantener un predominio del
"régimen general" (Mesa-Lago, 2004a).
La configuración de un sistema o grupo de sistemas de protección social
homogéneos en América Latina ha sido complicada y confusa, lo que ha
dificultado el desarrollo de metodologías de análisis similares a las
desarrolladas en Europa. En este sentido, Mesa-Lago (2005) propone que
21
Fuerzas Armadas, empleados públicos, maestros, trabajadores de energía y ferrocarriles
63
cualquier estudio relacionado con los sistemas de protección social
latinoamericanos deberán ser abordados por separado.
Otro de los intentos por clasificar los sistemas de protección en América
Latina, se encuentra en los estudios desarrollados por Filgueira (1998). En esta
clasificación, se establecen tres grupos de países basados en el alcance de
protección de sus sistemas: el “universalismo estratificado”, el “dual” y el
“excluyente”.
El grupo “universalismo estratificado”, caracterizado por la protección de
la mayor parte de la población, a través de mecanismos de seguridad social
con altos grados de desmercantilización, estratificación de beneficios y
condiciones de acceso, encuadrados dentro de la lógica de modelo
conservador europeo establecido por Esping-Andersen (1990).
El grupo “dual”, en el que se enfatiza la estratificación del modelo
universalista y el papel de la heterogeneidad territorial, como factor
relevante que provoca una baja intensidad democrática a determinados
sectores de la sociedad. Barba Solano (2004) considera incrementar
factores como la heterogeneidad étnico-cultural, el alto grado de
informalidad de los mercados laborales y el carácter regresivo de los
sistemas de protección social, como factores relevantes (Del Valle, 2010).
El grupo “excluyente”, conformado por países cuyos sistemas elitistas y
excluyentes de seguridad social, donde las élites se apoderan del aparato
estatal, extraen rentas de economías primarias y evita la generación de
bienes colectivos.
Desde otra perspectiva, Martínez Franzoni (2007) identifica tres grupos
considerados como conglomerados: aquellos que se diferencian por el grado
de mercantilización y familiarización de la protección social —efectividad y
suficiencia de sus mercados laborales, etc.—, aquellos que establecen
diferencias cualitativas en términos de desmercantilización —nivel de oferta y
demanda de mano de obra— y aquellos que han desarrollado menores grados
de mercantilización de la fuerza de trabajo y mínimos niveles de familiarización
del bienestar.
65
Capítulo II La protección Social en Latinoamérica
Introducción
En el contexto latinoamericano la protección social aparece como un
mecanismo en el que se fundamenta el Estado de bienestar, y se origina
cuando se reconoce a la pobreza como un problema social (Fleury & Molina,
2000). Esta situación permitirá que se desarrollen grandes mecanismos
institucionales de protección social, que sin embargo han sido insuficientes
para combatir los altos niveles de desigualdad y exclusión social de la región, a
fin de evitar condiciones de inestabilidad (Judt, 2010).
De esta manera es pertinente hacer un recorrido por la situación de la
protección social en Latinoamérica, tomando en cuenta la diversidad del gasto,
la uniformidad de sus sistemas de protección y sus niveles de cobertura. Se
requiere comparar los diferentes sistemas de protección de carácter público y
privado instaurados en la región.
El análisis de las diversas estructuras y fuentes de financiamiento, así
como los problemas financieros a los que se encuentran expuestos los
sistemas de protección social tienen singular importancia. Factores que
provocan problemas de desfinanciamiento e insostenibilidad y que han
motivado el desarrollo de reformas, sobre todo, si el tema de la sostenibilidad
financiera se relaciona con los regímenes especiales, deben ser estudiados
En este sentido, en los regímenes especiales de protección social
instaurados para las Fuerzas Armadas, es necesario detallar las
características, tipo de estructura, financiamiento y sostenibilidad y las razones
que han motivado a los países a establecerlos y mantenerlos a pesar del coste
que representa para el presupuesto gubernamental.
66
2.1 Breve repaso de la Protección Social en América Latina
El desarrollo de sistemas de protección social en América Latina no ha
sido suficiente para alcanzar una posición sólida y efectiva que permita
materializar los derechos económicos y sociales de la población. Según
Naciones Unidas (2013), los retos son aún más grandes si se pretende reducir,
significativamente, sus niveles de hambre y pobreza22. Se ha pretendido
proyectar la protección social en la región como un instrumento que permita la
construcción de sociedades más justas y equitativas.
Uno de los objetivos prioritarios dirigidos a los segmentos de la
población más pobre, es el permitir que alcancen niveles de vida dignos con la
atención necesidades básicas. Es así que la protección social es considerada
como “un mecanismo que contribuye a la plena realización de los derechos
económicos y sociales de la población”23. En este sentido, el Estado será quien
garantice que estos derechos se cumplan por ser considerado como un
derecho universal de la sociedad y no como un privilegio específico de un
segmento de la población.
La responsabilidad del Estado por garantizar un sistema de protección
social eficiente, requiere de la participación de otros agentes de la población —
las familias, el mercado y las organizaciones sociales y comunitarias—. La
integración de estos grupos sociales, según la CEPAL (2011), constituye uno
de los retos más complicados. Su participación permite asegurar la
implementación de programas de protección social, considerando que es la
base central de la política social.
Naranjo Bonilla (2013) se refiere a la protección social como un
componente que, junto a otras políticas de carácter sectorial como la salud,
educación o vivienda, y políticas de promoción social como la capacitación y la
intermediación laboral, entre otras, en su conjunto estructuran las políticas
sociales. Según Cecchini & Martínez (2011), la protección social asegura un
22
América Latina registró, a finales del 2011, alrededor de 174 millones de personas que vivían en la pobreza y de estos, 73 millones en extrema pobreza (CEPAL, 2012). 23
La Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948 y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC).
67
nivel de bienestar básico en lo económico y social, las políticas sectoriales
están a cargo de la provisión de servicios sociales para fortalecer el desarrollo
humano y las políticas de promoción refuerzan las capacidades de generación
autónoma de ingresos de la población.
En este contexto, la protección social buscará alcanzar tres objetivos
fundamentales y de carácter universal: que la sociedad alcance un nivel de
bienestar que le permita sostener niveles básicos de calidad, que facilite el
acceso a los servicios sociales y que fomente el trabajo decente.
2.1.1 Diversidad de la Protección Social por niveles de gasto
La Protección Social en el contexto mundial es un tema que, por la
importancia que reviste para la sociedad y por el coste que significa mantener
sus estructuras24, se ha visto sometido permanentemente a reformas. La
composición de los sistemas de protección social difieren entre cada país,
debido entre otros factores a sus políticas sociales, pero en general estos
sistemas se basan en tres pilares fundamentales: pensiones públicas,
educación y salud. Estos tres aspectos han sido claves para enfrentar los
riesgos de pobreza de los grupos más vulnerables y, entre ellos, las personas
mayores.
Para determinados países, los objetivos de las reformas varían entre la
eliminación del déficit público y los efectos provocados por los cambios
demográficos o el reordenamiento de los regímenes que se han deformado por
efecto de medidas coyunturales (Tostes Vieira, 2003). Para Musgrave (1959),
el gasto público, como una de las funciones de la política fiscal, es una
herramienta que incentiva y asegura la economía, redistribuye el ingreso hacia
los sectores más vulnerables y destina recursos públicos para la dotación de
bienes y servicios sociales de manera eficiente.
En América Latina, estas funciones se implementaron de manera
paulatina. Además la región se ha caracterizado por haber experimentado tres
ciclos de desarrollo en su protección social: en los años 1980, las reformas de
24
Según Piketty (2014), la protección social a través de las pensiones en Europa continental representa entre el 12 % y 13 % de la renta nacional y en los Estados Unidos oscila entre el 6 % y 7 % de su ingreso total.
68
ajuste y control ocasionaron un gran caída del sistema; en los años 90 se
consigue un crecimiento moderado, el cual se ve limitado a consecuencia de la
crisis de los años 1995 y 1996; durante los años 2001 y 2002 se logra un
crecimiento sustancial y sostenido por efecto de la aplicación de las reformas
en el campo social (Gráfico 1).
Gráfico 1 Evolución y participación del Gasto Público Social en el Gasto Total
América Latina y El Caribe 1991-1992 A 2012-2013 (En porcentajes del PIB y del gasto público total)
*
* Promedio ponderado de los países. Elaboración propia a partir de CEPAL (2012), (2014)
La CEPAL (2012) se refiere a que el crecimiento del gasto en protección
social no coincidía con la evolución de la economía. Aspectos como el
incremento de los productos básicos de exportación iniciado en 2003, el
aumento de precio de los alimentos y combustibles en el 2008, la crisis
financiera de 2008 y la desaceleración del crecimiento económico mundial,
podrían haber frenado el desarrollo de los sistema de protección social. Por el
contrario, las reformas permitieron que determinados programas sociales,
como el combate a la pobreza, y los de carácter solidario y no contributivo se
hayan fortalecido. Según la CEPAL (2014) estos incrementos obedecieron a
contracciones del gasto público no social.
11,2 12,9
13,7 13,9 14,4 14,8 14,9 15,5 16,7
18,3 18,9 19,1
45,7
52,7 54,4
52,4 55,9
59,3 62,4
63,9 64,1 63,7 65,2 65,4
40
45
50
55
60
65
70
75
80
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
Como porcentaje del PIB
Gasto público social como porcentaje del gasto público total
69
Para comprender el desarrollo de la protección en América Latina, es
pertinente observar el comportamiento del gasto social a fin de establecer la
diversidad de gasto público social. En la Tabla 2 se ha considerado presentar el
gasto público social per cápita, el gasto social como porcentaje del PIB y el
gasto social como parte del gasto público total de 21 países de América Latina
en el año 2009.
71
Tabla 2 Diversidad del gasto público social en los países de América Latina y el Caribe
Gasto social público per cápita (en dólares a precios constantes
de 2005)
Gasto público social como porcentaje del PIB
Gasto público social como porcentaje del gasto público total
País (selección entre 21 países) PIB per cápita en 2009 (en dólares a precios constantes de 2005)
1990-1991 2000-2001 2008-2009 1990-1991 2000-2001 2008-2009 1990-1991 2000-2001 2008-2009
Argentina 9.870,00 1.166,00 1.683,00 2.387,00 19,10 21,80 24,20 62,20 62,80 62,80
Uruguay 8.238,00 841,00 1.314,00 1.740,00 16,80 21,60 21,70 62,30 68,10 75,40
México 6.563,00 358,00 621,00 889,00 6,50 9,70 12,50 41,30 61,30 68,70
Chile 6.106,00 381,00 747,00 945,00 12,00 15,10 15,30 61,20 68,40 67,00
Panamá 5.732,00 229,00 371,00 559,00 7,50 9,50 9,80 38,10 42,50 41,60
Venezuela (República Bolivariana de) 5.493,00 433,00 549,00 1.275,00 8,80 11,60 20,10 32,80 37,80 35,33
Costa Rica 5.084,00 486,00 727,00 1.006,00 15,60 18,00 19,30 38,90 40,50 35,60
América Latina y el Caribe* 4.778,00 440,00 642,00 917,00 12,20 15,50 18,40 44,10 57,30 63,90
Cuba 4.426,00 864,00 661,00 1.793,00 27,60 23,70 40,80 35,60 47,00 53,40
Brasil 4.416,00 554,00 785,00 1.165,00 16,60 21,20 26,20 48,90 62,10 73,60
República Dominicana 3.764,00 69,00 188,00 358,00 3,80 6,80 7,20 43,10 49,90 30,53
Jamaica 3.589,00 294,00 331,00 … 8,40 9,50 … 26,80 17,10 …
Colombia 2.951,00 129,00 264,00 401,00 5,90 11,10 13,50 28,80 68,55 69,50
Perú 2.916,00 64,00 179,00 229,00 3,90 8,80 7,80 33,00 52,20 51,20
El Salvador 2.566,00 … 222,00 378,00 … 10,00 12,70 … 38,60 27,60
Ecuador 1.770,00 99,00 66,00 231,00 7,40 4,90 7,20 42,80 20,90 51,95
Guatemala 1.656,00 49,00 105,00 127,00 3,70 6,80 7,60 29,90 47,30 54,10
Paraguay 1.438,00 45,00 107,00 135,00 3,20 8,00 8,90 39,90 38,30 55,00
Honduras 1.395,00 67,00 97,00 162,00 6,30 8,40 11,40 40,70 45,40 50,00
Bolivia (Estado Plurinacional de) 1.192,00 … 165,00 140,00 … 16,30 12,30 … 42,80 48,16
Nicaragua 870,00 45,00 63,00 110,00 6,60 8,10 12,30 34,00 38,40 53,80
*Promedio ponderado de los países. Incluye estimaciones en casos de países sin información disponible.
Fuente: CEPAL (2010a); CEPAL-División de Desarrollo Social (2014) Elaboración propia
73
De la tabla anterior se desprende el ritmo de crecimiento del gasto
público social en la región. En lo que respecta al gasto social per cápita, en
casos como el de Chile y Argentina o el de Cuba y Brasil, se aprecia que su
gasto es alto. Los dos primeros han ido moderando su gasto en los últimos
años, mientras que para los segundos, este sigue siendo elevado a diferencia
de países con menores niveles desarrollo económico.
En cuanto al gasto público social como porcentaje del gasto público total,
el comportamiento es el mismo. Los países que lo han ido profundizando son
justamente aquellos que han tenido mejores niveles económicos, como Chile
(61,20%), Uruguay (62,30%), Brasil (48,90%) y Argentina (62,20%). Al contrario
que aquellos países cuya inversión se ha situado entre las más bajas, como
Nicaragua (34%), Guatemala (29,90%), Colombia (28,80%) y Perú (33%).
En un tercer grupo se sitúan países que han presentado un
comportamiento moderado. Es el caso de Honduras (40,70%), Ecuador
(42,80%) y República Dominicana (43,10%), cuyos niveles oscilan alrededor de
la media de la región (44,10%).
En el período 2008-2009, la tendencia sigue siendo más o menos la
misma: Chile 67%, Brasil 73,60%, Argentina 62,80% y Uruguay con el 75,40%.
En este período, se destacan países cuyo gasto social se ha ido incrementado
desde finales de los años 80, como es el caso de Brasil (48,90% - 62,10% - 73-
60%), Colombia (28,80%-68,55% - 69,50%) y Ecuador25 (42,80% - 20,90% -
51,95%). El nivel de crecimiento a principios del 2000, según CEPAL (2010a),
se debe al intenso aumento de los programas de pensiones no contributivas o
de salud pública en Brasil y Colombia respectivamente, sin considerar el
crecimiento de los Conditional Cash Transfer Programmes (CCTP) cuyo costo
es de alrededor del 0,4% del PIB (Lautier, 2012).
25
El decrecimiento en el período 2000-2001 se debió específicamente a la grave crisis económica que cambió su estructura monetaria del país y se desarrolló el programa de CCTP denominado bono solidario y posteriormente, bono de desarrollo humano. A partir del año 2006, la política social ecuatoriana toma un nuevo rumbo que se ve reflejado en los niveles de inversión del período 2008-2009.
74
En este sentido, Lautier (2012) considera que el incremento del gasto
social en la mayoría de los países se debe, entre otros factores, al gasto en
pensiones y a la orientación política de los gobiernos. El gasto en pensiones,
para aquellos países que tienen un sistema de capitalización26 a diferencia de
aquellos con sistemas de reparto27, es mucho mayor y, de no entrar en un
proceso de renacionalización, el problema de insostenibilidad de cara al futuro
será muy grande. La orientación política de los gobiernos agrupa a los países,
quienes, dependiendo del tipo de política social, destinan determinada cantidad
de recursos al gasto social.
Para Filgueira (2005), el factor principal del Estado social no es el
aspecto político sino el económico. Sin dejar de considerar el nivel de influencia
que tiene la tendencia política sobre el gasto social, se denota que, para
aquellos lugares en donde la democracia se ha mantenido por períodos mucho
más largos que en aquellos regímenes con una democracia débil o inexistente,
el aspecto político juega un papel fundamental en el desarrollo económico y,
más aún, permite determinar el nivel de importancia que se le otorga al gasto
social, como lo sucedido en la última década en los países latinoamericanos.
En aquellos países caracterizados por su bajo respaldo social e
insuficiente capacidad política, resulta complicado desarrollar profundas
reformas fiscales que mejoren los niveles de inversión de gasto social. En
países como Brasil, que el coeficiente de Gini designa como uno de los más
desiguales de América Latina, pese a que su gasto social como parte del gasto
público es alto, se debe recurrir a programas CCTP para reducir los altos
niveles de desigualdad.
26
Una estructura de Capitalización corresponde a un sistema de ahorro cuyo único objetivo es financiar una pensión. Se caracterizan por aislar el riesgo demográfico de envejecimiento de la población al asignar cuentas a cada beneficiario, garantizar recursos suficientes para el pago de la pensión y por la participación del sector privado en la administración de los fondos de reservas 27
Un sistema con una estructura de Reparto se caracteriza por establecer un nivel de cotización con la finalidad de financiar solo los gastos de las pensiones en curso de pago y por lo tanto no genera reservas
75
2.1.2 Uniformidad de los sistemas de la Protección Social
Las diferencias y similitudes establecidas por cada país o grupo de
países, dentro de sus sistemas nacionales de protección social, permiten
establecer bases sólidas respecto a sus tipos de financiación y servicios
asistenciales. En lo referente al marco legal y la forma de aplicación de los
sistemas de protección social, en general, los países no se ven sometidos a
limitaciones en cuanto al alcance o formas de organización y estructura. Cada
sistema estatal supone que un país pertenece a un único régimen de bienestar,
basado en sus propias realidades, potencialidades, condiciones e idiosincrasia,
según Rodríguez-Pose & Tselios (2011).
Según Geist (2005), el determinar las diferencias y similitudes existentes
entre los países en torno a sus estructuras resulta relevante para evidenciar el
tipo de política social que se está desarrollando. Es así que Lautier (2012)
señala que, en el caso de América Latina, sus sistemas de protección figuran
con una diversidad de redes organizativas y financieras que han dificultado su
agrupación en torno a la lógica aplicada en Europa.
2.1.3 Cobertura contributiva a la Protección Social
Los sistemas de protección social se enfrentan a serios desequilibrios
entre la necesidad de atención y la disponibilidad de recursos financieros
necesarios para cubrir sus demandas (Titelman & Uthoff, 2003). En este
sentido, es necesario establecer reformas de protección social que permitan la
provisión de recursos para el aumento de la cobertura, sin dejar de considerar
los mecanismos de financiamiento adicional que esto demande, a fin de cumplir
con los principios básicos de solidaridad y universalidad del sistema.
La protección social mediante la cobertura contributiva, pese a los
intentos por volverla de carácter universal en la actualidad, solo ha logrado
cubrir un segmento de la población trabajadora. Esta situación se agrava en los
sectores rurales e informales de la sociedad, sin que eso asegure que ciertos
segmentos de la población formal se encuentren contribuyendo al sistema y,
por ende, protegidos por esta vía (Curcio, 2013). Según la CEPAL (2006), la
falta de protección está vinculada con las reducidas oportunidades para
76
generar suficientes recursos por parte de los sectores más pobres y con sus
escasas opciones de desarrollo que les permita insertarse en empleos de alta
productividad.
Esta situación, según Hernández (2011), habría provocado que la
cobertura contributiva se relacione con la ubicación de los hogares en lo que
respecta a la distribución de ingresos y por tanto una reducción niveles de
cobertura de la población ocupada.
La cobertura contributiva refleja la realidad del comportamiento del
mercado laboral (Bertranou & De Mesa, 2003), en la que, para la CEPAL
(2006), se demuestra que los trabajadores con mayor grado de experiencia o
educación acceden a un mercado de trabajo constituido por empresas de
mayor tamaño o en sectores caracterizados por su estabilidad laboral. De esta
manera tienen una mayor probabilidad de poder cotizar.
2.2 Los sistemas públicos versus los sistemas privados de Protección
Social
Políticas sociales como las concernientes al sistema de pensiones han
generado profundos debates y de estas controversias se han generado
propuestas de reforma o de nuevos esquemas de implementación. Para Uthoff
& Szalachman (1992), esas divergencias en cierta medida responden a
cuestiones ideológicas, pero, principalmente, obedecen a que el objetivo de las
reformas busca establecer un sistema de pensiones autosustentable, equitativo
y eficiente.
Entre los problemas que han sufrido los sistemas públicos, el de más
relevancia tiene que ver con la sostenibilidad financiera, aspecto que no ha sido
el resultado exclusivo del desfinanciamiento actuarial, sino que a este se le han
sumado las insuficientes medidas para enfrentar los permanentes desafíos. En
este sentido, se han planteado dos enfoques de estructura. Por un lado, se
impulsa la tesis en la que el Estado debe desvincularse del sistema de
pensiones dejando la tarea al sector privado. Por otro lado, hay sectores de la
sociedad que responsabilizan al Estado de su futuro económico y social,
77
considerando que el mercado es incapaz crear las condiciones necesarias para
asumir este rol.
Uthoff & Szalachman (1992) consideran que la incapacidad del mercado
y la cultura social dificulta el ahorro, aspecto que provoca la intervención del
Estado en busca del establecimiento de tres principios básicos: la equidad28, la
solidez financiera actuarial y la universalidad. En lo que respecta a los sistemas
privados de pensiones, estos involucran gastos a largo plazo basados en
diferentes modalidades de financiamiento: capitalización completa (prima
media uniforme), capitalización parcial (prima media escalonada) y reparto29.
Según De la Fuente (2010), propuestas del Banco Mundial y de la OECD
señalan al mercado como agente principal en la provisión de pensiones. Es así
que el Estado se limita a la lucha contra la pobreza. Este enfoque
responsabiliza a la gestión individual del riesgo social, lo que provoca una
reducción de las prestaciones intergeneracionales y amplía el campo de acción
de los sistemas privados. Sistemas que, según Torres López & Navarro (2013),
no tienen una sólida fuente financiera que les proporcione sostenibilidad,
eliminando además los principios sociales de la solidaridad y universalidad.
Desde cualquiera de estos enfoques, los riesgos sociales en cuanto al
aseguramiento económico de las personas en su vejez cada vez son mayores.
Aspectos como los cambios demográficos, incrementos en la esperanza de
vida, reducción del mercado laboral, decrementos en la productividad, empleo y
de la distribución de los ingresos entre beneficios y salarios, permiten
balancear el sistema soportado principalmente con recursos públicos, donde el
Estado tiene un rol fundamental, ya sea como actor directo o como agente
regulador de políticas sociales (De la Fuente Lavín, 2007; De la Fuente, 2010).
28
Impulsa mecanismos de solidaridad entre quienes están en condiciones de ahorro para la vejez vía intergeneracional (reparto) o intrageneracional (capitalización) o mediante políticas de subsidiaridad con las que se aseguran pensiones mínimas para aquellos segmentos con bajos ingresos 29
El primero mantiene el equilibrio por tiempo indefinido, sobre la base de una prima fija que se calcula actuadamente proyectando las obligaciones futuras, el segundo mantiene el equilibrio por períodos más cortos, estableciendo un prima dentro de cada período y elevándola en períodos sucesivos, mientras que el de reparto, busca establecer su equilibrio en términos anuales, lo que exige ajustes más frecuentes de las contribuciones.
78
2.2.1 Los Sistemas Públicos y Regímenes Especiales de Protección
Social
Un sistema de protección constituye una estructura que responde a una
política social destinada a establecer las bases sobre las que se asienta y se
regula la sociedad. La protección social se desarrolla a través de instituciones,
normas y recursos, sin dejar de considerar el pacto social como aspecto
fundamental que orienta la protección de carácter universal. Es necesario
definir y garantizar previamente la viabilidad de los derechos de las personas, a
fin de establecer un sistema eficiente (CEPAL, 2006).
Las políticas sociales y los sistemas de protección social públicos, según
Viana, Elias, & Ibañez (2005), se sustentan bajo el principio de solidaridad. El
fundamento de la solidaridad, ajusta el aspecto individual con la
responsabilidad colectiva, responsabilidad que es asumida por el marco
institucional de los sistemas de protección social. En este sentido, el Estado
reemplaza las actividades de carácter humanitario, propias del siglo XIX y XX,
centrado en la aplicación del seguro social como mecanismo de protección
social que se vinculaba con el trabajo (CEPAL, 2006).
El establecimiento de un sistema de protección eficiente, desde la acción
pública, busca salvaguardar a los individuos de los efectos de riesgos sociales
como enfermedad, vejez, invalidez, desempleo, etc. (Fonseca, 2006). Es así
que las variaciones macroeconómicas, en especial las que afectaron América
Latina de la década de los 90, motivaron que el Estado desempeñe un rol
directo, a fin solventar las grandes inestabilidades sociales (Itzigsohn, 2001).
Estas, según Hicks & Wodon (2001), se caracterizan por la reducción del
ingreso real, el incremento de los niveles de desempleo y el subempleo, entre
otros.
La intervención del Estado, no solo se limitó a acciones de carácter
asistencial, sino que su acción ha sido dirigida a la protección de la persona y
la prevención de riesgos, de acuerdo con el grado de vulnerabilidad de los
segmentos de la población (Rodríguez Vignoli, 2001). Un sistema de protección
eficiente, más allá de ser una estructura organizativa, es un acuerdo político del
que la sociedad se nutre para regular y construir su convivencia, no limitándose
79
al bienestar individual o dinámicas de mercado. América Latina estableció un
sistema de protección basado en el empleo formal, que garantizaba dos tipos
de prestaciones: asistencia de salud, pensiones y accidentes de trabajo (Mesa-
Lago, 2005).
En ciertos países como Venezuela se estableció el seguro por
desempleo, modelo considerado por Fonseca (2006) como altamente protector
por no establecer ninguna acción redistributiva, sino que por el contrario se
mantenían las posiciones salariales de la sociedad. El período de crisis
económica ocasionó el deterioro de los seguros sociales y limitó incluso la ya
superada asistencia social (Mesa-Lago, 2006). Es así que la estrategia por
enfrentar la crisis y mantener el sistema se orientó en dos direcciones: las
privatizaciones de empresas y servicios públicos, y las reformas en la
protección social, mediante objeciones a su funcionamiento (Bresser Pereira,
1998).
El impacto de la crisis económica, así como las reformas aplicadas,
agravaron los niveles de pobreza de la región. Es en este contexto en el que se
desarrollaron redes de protección social con el objetivo de atender a los grupos
más vulnerables y surgen los primeros programas de transferencias
condicionadas de ingreso a los sectores más pobres (CEPAL, 2009).
Regímenes Especiales de Protección Social
La necesidad de los Estados por configurar una estructura de Protección
Social que le permita a la sociedad convivir en armonía, enfrentar una
diversidad de concepciones políticas, sociológicas, riesgos que atenten contra
su Estado de bienestar, mantener una estructura económica financiera solvente
y sostenible entre otras causas, ha permitido la implementación de una serie de
políticas que, lejos de unificar las consideraciones para los diferentes grupos
sociales, han dado lugar a la configuración de diversos regímenes especiales
dentro del marco general de la Seguridad Social (Gala, 1970).
La estructura de los sistemas de protección financiados con los recursos
del Estado, como se ha mencionado, se basan en principios de universalidad,
igualdad y solidaridad. Factores políticos, históricos, económicos o sociales,
80
han impulsado que los Estados, considerando aspectos como la importancia de
sus actividades, riesgos laborales, nivel de influencia política, riesgos sociales
extremos, actividades con un excesivo desgaste fisiológico o nocivo para el
trabajador, etc., implementen estructuras de protección para determinados
sectores de trabajo30, esquemas que dieron origen a los Regímenes Especiales
(Couso, 2004).
Los intentos por unificar los sistemas de protección se basan en la
premisa de la existencia de profundas diferencias en los beneficios otorgados
para atender los siguientes aspectos: riesgos causados por la vejez,
incapacidad, muerte y supervivencia, contingencias comunes y profesionales y
el acatamiento a las regulaciones de ley para la fijación, limitación y
revalorización del pago de pensiones (Fernández Domínguez, 2009). En este
sentido, la existencia de una protección social paralela al régimen general, en
determinados casos, no justificaría su aplicación, sino que respondería al
hecho de atender “ancestrales privilegios o castas de profunda raigambre en el
sector público” (Gete Castrillo, 1997; p.272).
En este sentido, Rodríguez Escaciano (2008) señala que la existencia de
la diversidad de regímenes no necesariamente responde a una lógica de la
realidad socio-económica y que la excesiva fragmentación del régimen general
provoca confusión y dificulta su gestión. Los regímenes especiales operan en la
realidad como “una modalidad asistencial esencialmente desigual, pues una
misma situación protegida dispone de atención diferenciada, en extensión o
intensidad, según cual sea el grupo profesional al que el necesitado pertenece”.
La estructuración de la Protección Social, en general, ha sido compleja y
con un nivel de cobertura excluyente y estratificada. La naturaleza misma de la
Protección Social ha permitido que sea utilizada bien como medio para obtener
apoyo electoral de un sector determinado, o como mecanismo para legitimar un
régimen político o para alcanzar, mediante la satisfacción de sus necesidades,
el apoyo de poderosos grupos de presión que en determinadas circunstancias
30
Mesa-Lago (1978) hace un análisis de los sistemas especiales como producto de la presión ejercida por los “Grupos de Poder”.
81
estarían en capacidad de atentar contra su statu quo y, de esta manera,
afianzar la estabilidad política.
2.2.2 Regímenes Especiales de Protección Social en América Latina
América Latina, al igual que otras regiones, incluso en aquellas con un
mayor grado de desarrollo económico y social, ha permitido que determinados
segmentos de la sociedad posean su propia reglamentación que en su
generalidad pertenece al sector público. Los grupos más comunes están
vinculados con los sectores minero, petrolero, agrícola, pecuario, pesquero,
etc., empleados públicos de la seguridad social, Fuerzas Armadas, políticos; en
definitiva, colectivos que tienen el poder social suficiente para lograr sus
intereses a cambio de la estabilidad política de los centros de decisión (Couso,
2004; Habermas, 1996; Mesa-Lago, 1978).
Según Merchán (2002a), el establecimiento de estructuras especiales
que establecen determinadas diferencias e inequidades deben ser mantenidas
por un tiempo determinado. Cuando estas condiciones se mantienen por
períodos amplios o de manera permanente, provoca que sus costes de
mantenimiento sean muy altos, además de la incapacidad legal estatal para
modificar sus estructuras. Las reformas, sean de carácter público o privado,
pretenden lograr que las estructuras de protección social sean más
homogéneas, objetivos que no han podido eliminar regímenes especiales y
reducir privilegios sociales (Ignacio & Pérez, 2006).
De manera general, los regímenes especiales, a diferencia del régimen
general, gozan de mayores beneficios y de condiciones más flexibles de
acceso al sistema. Por ejemplo, la edad de jubilación es menor, las primas de
cotización son más bajas, las pensiones más altas, etc. En este sentido, la
presión que ejercen sobre el presupuesto general del Estado es muy grande
(Ignacio & Pérez, 2006). El déficit generado suele ser cubierto mediante la
reasignación de recursos de otros sectores o a través de recursos externos
provenientes de las empresas públicas, salvo que el Estado obtenga
financiación vía incremento de los impuestos (Merchán, 2002b).
82
En Latinoamérica existe una gran fragmentación de sistemas de
protección. México. por ejemplo, establece sistemas para los trabajadores
públicos, las Fuerzas Armadas, empresa de petróleos, beneficios adicionales
para sectores de seguridad social y banca en desarrollo, entre otros (Solís
Soberón, 2001). En el caso argentino, se encuentran los jueces de la Corte
Suprema de Justicia, premios nobel, clero, familiares de desaparecidos,
Fuerzas Armadas y de seguridad, etc. En casi todos los países, el sistema
establecido para las Fuerzas Armadas es recurrente, a excepción de Costa
Rica que no posee Fuerzas Armadas.
Los sistemas de protección especiales fueron instaurados previamente
al régimen general, con el objetivo de afrontar los riesgos de trabajo de
determinados sectores de la sociedad. Algunos beneficios que incluían eran:
permisos de enfermedad con sueldo parcial o total, permisos por maternidad,
derecho a jubilación anticipada, pensión extraordinaria por invalidez o
fallecimiento ocurrido en actos del servicio, prestación de servicios médicos y
farmacéuticos gratuitos, pensiones de retiro o jubilación y de viudedad y
orfandad. En la Tabla 3 se detallan ejemplos de la diversidad en la estructura
de los sistemas de seguridad social latinoamericanos.
Tabla 3 Estructura de la Seguridad Social en América Latina
País Programas Estructura
Bolivia 1 (Integrado) Las Fuerzas Armadas con condiciones especiales
Cuba 3 General, Fuerzas Armadas y Seguridad Interna
Guatemala 3 General, funcionarios públicos y Fuerzas Armadas.
14 esquemas de pensiones complementarias para empleados públicos y privados.
Brasil31
4
General (Régimen General de Previsión Social: RGPS) para asalariados privados urbanos y en empresas estatales,
empleados de dos tercios de los municipios, funcionarios públicos federales o de la Unión, incluyendo a los tres
poderes y las Fuerzas Armadas, empleados en los 27 estados y un tercio de los municipios (hay numerosos
programas en los estados y municipios)
Honduras 7 General (Instituto Hondureño de Seguridad Social: IHSS), poderes ejecutivo, legislativo y judicial, e instituciones
autónomas, maestros, la universidad principal, Fuerzas Armadas, periodistas y el Banco Central
Ecuador 3 General (en el que incluye al Seguro Social Campesino), Fuerzas Armadas, Policía Nacional
Paraguay 7
General (Instituto de Previsión Social: IPS) para asalariados privados, empleados de entidades públicas
descentralizadas, servidores domésticos y trabajadores independientes, poderes ejecutivo y judicial, poder
legislativo, maestros, Fuerzas Armadas y Policía, bancarios, municipios, ferrocarriles y gráficos, hay dos programas
de pensiones complementarias.
Venezuela Sistema muy
segmentado
General (Instituto Venezolano de los Seguros Sociales: IVSS) para asalariados privados, obreros y funcionarios
públicos, trabajadores independientes y servidores domésticos, funcionarios del gobierno central, estados y
municipios (hasta 1991) y regímenes especiales para poder judicial, poder legislativo, Fuerzas Armadas, Policía,
Banco Central, Contraloría, Fiscalía, Ministerio de Educación, docentes universitarios, petróleo y electricidad, así
como unos 400 programas más, integrados en lay de 2002.
Fuente: Balsells (2002); Durán Valverde (2001); González (2002); Mesa-Lago (2000); (2003); Ministério da
Previdência Social (2003); Saldaín (2003); Legislación de 8 países
Elaboración propia
31
Brasil tiene el mayor número de esquemas voluntarios de pensiones complementarias en la región.
83
Los diferentes esquemas de seguridad social de los países de América
Latina mantienen una gama de regímenes relativamente de privilegio. La
multiplicidad de programas de seguridad social existentes en la región, a
excepción de Panamá32, evidencian que sus estructuras están constituidas por
una diversidad de programas especiales. Estos sistemas están dirigidos a
determinados grupos de influencia como los funcionarios públicos o los
poderes ejecutivo, legislativo y judicial, maestros, fuerzas de seguridad y otros
grupos bien organizados e influyentes.
Implícitamente, en todos los países existen programas de carácter
voluntario que otorgan pensiones complementarias a determinados grupos con
niveles socioeconómicos relativamente altos. Las diferencias notables que
generan problemas de inequidad se establecen en las condiciones de acceso y
en las prestaciones otorgadas a diferencia del régimen público general. Los
programas separados tienen condiciones de acceso mucho más generosas. En
varios de ellos, se otorgan retiros por antigüedad, basados en años de servicios
sin tener en cuenta la edad. Mientras mayor sea la segmentación del sistema,
mayores serán las diferencias que, de manera injustificada, mantienen las
condiciones de acceso (Mesa-Lago, 2004b).
2.2.3 Los sistemas Privados de Protección Social
La situación económica de América Latina por efecto de la crisis y sus
sistemas de protección social, obligó a que ciertos países incorporasen al
sector privado en su sistema de protección. Entre los primeros países en
realizar cambios estructurales se encuentra Chile, que introdujo un modelo de
financiación capitalizada (Pensiones & Seguros y BBVA Research, 2011). La
presencia del sector privado en el sistema de seguridad social, en especial en
el campo de la pensiones por jubilación, está siendo de relevancia en la región
y, más aún, se ha convertido en el foco de discusión del debate ideológico
(Cazorla, 2010; Uthoff & Szalachman, 1992).
Aspectos de carácter económico, social y demográfico como son las
limitaciones del mercado laboral, las regulaciones del gasto social público, el
32
Panamá tiene un sistema general unificado y programas voluntarios de pensiones complementarias.
84
nuevo rol de la familia, que abandona el tradicional como agente informal de
protección social, y el envejecimiento de la población, han generado un cambio
en las estructuras de protección social. En este escenario surge el sector
privado como “solución” para mitigar debilidades financieras de los sistemas
públicos. La propuesta de modelo se sustenta en la financiación de las
pensiones de jubilación con una gran base capitalizada, similar al desarrollado
en el caso chileno (Cazorla, 2010).
Este nuevo esquema de financiación pretende sustituir a los
tradicionales de reparto que, a su vez, reemplazaron esquemas en donde los
regímenes previsionales se financiaban por medio de un modelo de
capitalización parcial conformado por los aportes de trabajadores, una parte de
cuyos recursos alimentaba un fondo de reserva. Estos esquemas iniciales no
pudieron superar el desequilibrio financiero generado por los altos costes que
demandaban, siendo obligados a recurrir a sus reservas y dando de esta
manera paso a los regímenes de reparto (SAFP, 2002). Es así que Uthoff &
Szalachman (1992), señalan que:
“Todo sistema de pensiones se funda en el reconocimiento de que el
mercado es incapaz de proveer señales e incentivos adecuados para que las
personas y familias ahorren durante su vida adiva un porcentaje suficiente
como para sustentarse durante su vejez, sin transformarse en una carga para
el resto”.
Los sistemas de seguridad social varían conforme a la realidad de cada
país y muestran, según Schulthess & Demarco (1993), serias deficiencias y
limitaciones. Los sistemas privados de protección se caracterizan porque sus
programas de pensiones actuariales, sean de contribución o beneficio definido,
son administrados por organizaciones especializadas y descentralizadas de
carácter privado, así como también por la acumulación de reservas financieras,
las cuales, para Baeza V. (1991), garantizan el pago de las pensiones. En este
sentido, el carácter especial de este tipo de sistemas son las pensiones de
vejez, invalidez y sobrevivencia, dejando al Estado la responsabilidad social.
85
Los sistemas de pensiones privados son financiados mediante un
mecanismo de capitalización colectivo o individual. Estos sistemas definen una
cotización fija y continua basada en el tipo de jubilación y riesgo en el que,
dependiendo del nivel de aportación, se estipula el monto del ahorro
acumulado. Córdoba Herrera (1995) destaca entre sus características la
libertad de elección que se tiene respecto a las condiciones de prestación y la
equidad del sistema, basada en que los beneficios recibidos son acordes con la
cantidad de los aportes, independientemente de la actividad específica o rama
económica en la que trabaje.
Posturas como la de Ajzenstadt & Rosenhek (2000) sostienen la
importancia de los sistemas privados, sin que se constituyan responsables del
debilitamiento del Estado de bienestar. Mediante la transferencia de los
servicios prestados al sector privado, se atiende a la demanda y presión
ejercida por la sociedad, además de permitir paralelamente el desarrollo de
mecanismos de control y regulación. De esta forma se alivia la responsabilidad
estatal en el campo social, debido a que las políticas de privatización no
implican la eliminación del Estado de bienestar, sino que corresponde a una
ayuda, muy necesaria, al modo de intervención del Estado.
2.3 Estructuras para el financiamiento de los sistemas de pensiones
Los sistemas con los que se financian las pensiones dependen de
criterios como su organización interna, la administración, las políticas de
acumulación de reservas y el nivel de la participación del Estado y del mercado
(Merchán, 2002b). Los sistemas pueden clasificarse en dos grupos: informales
y formales. Dentro de estos últimos, y teniendo en cuenta la naturaleza de las
pensiones, se derivan dos: beneficio definido (BD) y contribución definida (CD).
La combinación de ambas puede dar origen a los denominados sistemas mixto
y paralelo.
Los Sistemas Informales se caracterizan por establecer estructuras en
las que la manutención de los ancianos corre a cargo de los hijos y/o con la
participación de las comunidades locales, los clubes de ancianos, las redes de
parientes, los patronos y otras organizaciones no gubernamentales y religiosas.
86
Los Sistemas Formales se caracterizan por mantener la presencia activa
del Estado, la obligatoriedad de las afiliaciones, la existencia de reglas
definidas a través de normas estatales y la constitución de sistemas
especializados para la administración de los recursos. Merchán (2002b) los
subdivide en los siguientes subsistemas:
Reparto Puro, caracterizado por establecer un nivel de cotización que solo
financia los gastos de las pensiones en curso de pago, por no generar
reservas y porque su aplicación es limitada para prestaciones de corto plazo
como las de riesgos de trabajo.
Reparto de Capitales, un sistema que se caracteriza porque su
contribución anual se basa en la cantidad de recursos necesarios para
cubrir las pensiones de ese año. Los recursos que conforman las reservas
son consecuencia de que el gasto anual de pensión es menor que su valor
presente del flujo de la pensión. Las reservas garantizan el pago de la renta
pactada a los pensionados.
Prima media escalonada, que establece una prima por un período
predeterminado, para luego establecer un nivel de cotización superior para
el siguiente período. La cuantía de la reserva es mucho menor que la
establecida en el reparto de capitales.
Prima Media General, que determina una tasa de cotización constante
durante toda la vigencia del sistema. Los ingresos serán los capaces de
cubrir los gastos corrientes y sus excedentes permiten constituir un fondo
de reservas que tiene por objetivo afrontar pagos y gastos futuros. En las
primeras etapas de aportación, los ingresos y las reservas superan los
gastos pero, a medida que las obligaciones, en especial las destinadas al
pago de las pensiones, crecen por efecto del envejecimiento de la
población, van generando un equilibrio actuarial en el largo plazo (Gráfico
2).
87
0
20
40
60
80
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Mile
s d
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ció
n %
Pagos
Tiempo en años
Gráfico 2 Sistema de pensiones mediante Prima Media General
Tomado de Merchán (2002b, p. 13)
La configuración de este sistema procura evitar que las últimas
generaciones tengan que aportar más que las primeras y/o que reciban
beneficios reducidos por efecto del incremento de la esperanza de vida. Los
efectos causados por los problemas intergeneracionales obligan a que el
sistema realice modificaciones, como por ejemplo que la edad de jubilación
se ajuste a los cambios en la esperanza de vida, procurando un período fijo
de disfrute de la pensión.
Frente a la necesidad de encontrar un equilibrio entre la equidad
intergeneracional y los recursos financieros necesarios, el período para la
transición demográfica afecta aún más el ratio de dependencia entre
afiliados/pensionados, razón por la que es fundamental mantener un control
permanente del sistema (ya sea de reparto puro, prima escalonada, etc.) y
efectuar los ajustes pertinentes.
Contribución definida o Capitalización individual, en la que la legislación
determina la cuantía del aporte. No define el monto de las prestaciones o
beneficios basándose en un salario de referencia. El monto de la pensión es
incierto, depende de la cantidad efectiva acumulada que es conocida en el
momento del retiro. Es un sistema de ahorro cuya tarea es financiar y
Ingresos + Reservas
Prima
88
garantizar los recursos para el pago de una pensión mediante el aislamiento
del riesgo demográfico provocado por el envejecimiento de la población.
La suficiencia de recursos permite cumplir con el denominado “principio de
equivalencia” que se establece en el momento del retiro. El valor presente
(actuarial) del flujo de pensiones debe ser equivalente al ahorro acumulado.
El sector privado se encarga de la administración de los fondos de reservas.
Reduce la probabilidad de fomentar el gasto ineficiente gubernamental. No
permite la función de redistribución, propia de los sistemas públicos. Es
vulnerable a choques financieros de tipo doméstico o internacional.
Multipilar o mixto, un tipo de sistema promovido por el Banco Mundial
(1994) que se sustenta en un primer pilar público financiado con impuestos
y limitado a reducir la pobreza en la vejez. Pretende evitar la presión
generada por el excesivo gasto y las nocivas transferencias generacionales
o intergeneracionales. Redistribuye el ingreso hacia sectores más
necesitados, garantizando su solidez frente a períodos de recesión y de
baja rentabilidad de las inversiones.
Un segundo pilar de carácter obligatorio recomienda la existencia de
cuentas de ahorro individual administradas por el sector privado con
regulación del gobierno. Vincula beneficios y costos para cumplir con la
función de uniformidad del ingreso o ahorro. Impulsa la acumulación de
capital, desarrolla el mercado financiero y reduce la presión política a favor
de la expansión del pilar público.
Finalmente, un tercer pilar se apoya en planes de ahorro voluntario que
proveen una protección adicional para las personas de altos ingresos que
deseen más de lo ofrecido por los otros dos pilares.
Paralelo o dual, un sistema en el que los pilares de Contribución Definida y
Beneficio Definido no se complementan, por el contrario, cada uno busca
incrementar su número de afiliados. El beneficio definido es característico
del sistema público, mientras que en el sistema privado los beneficios se
sujetan al comportamiento establecido en el sistema de capitalización
89
individual. La predominancia del régimen depende de las condiciones
existentes en cada uno de ellos.
La coexistencia de los dos regímenes posibilita la competencia entre ellos,
estimula la eficiencia en la utilización de los recursos, mejora la atención a
afiliados y pensionados, y brinda mayores rentabilidades en las reservas.
Dependiendo de la preferencia de afiliación de los estratos con altos
ingresos al régimen de capitalización individual, el sistema público solo
podría afiliar a personas de bajos recursos, en detrimento de su equilibrio
financiero.
Los sistemas de financiamiento tratados por Merchán (2002) son
propensos a desequilibrios financieros causados por cambios demográficos y
medidas correctivas tardías. Muchos países de América Latina financiaron sus
déficits con recursos del presupuesto estatal. Esta situación provocó profundas
afectaciones sobre sus políticas redistributivas. Así también se suma la
intervención de grupos influyentes o grupos de poder, como los denomina
Mesa-Lago (1978), que, bajo su presión política, generaron condiciones
favorables en detrimento de los segmentos cuya participación política es nula o
escasa.
2.3.1 Sistema de pensiones con Beneficio Definido
Un sistema de Beneficio Definido (BD), compromete el pago de una
determinada pensión sobre la base de otras variables como el salario, número
de años de trabajo, etc., sin depender exclusivamente del resultado de las
inversiones (Hormazábal, 2010). La responsabilidad legal para dotar fondos
suficientes destinados al pago de la pensión de los afiliados recae en el
empleador sea de carácter privado o el Estado (Valdés P., 2002).
Un sistema de BD en el que el patrocinador es financieramente frágil o
un Estado fiscalmente débil, puede transmitir más riesgo de inversión a los
afiliados. En este sentido, el riesgo financiero agregado33, que no se diversifica
y que afecta al sistema, tiene al menos dos orígenes externos: los riesgos de
33
El riesgo financiero agregado es la variabilidad en la diferencia entre el valor de los activos y pasivos
del plan, sean estos implícitos o explícitos, antes de que opere el modo de distribución del riesgo.
90
carácter económico34 y los riesgos demográficos35, como los cambios en la
longevidad de los pensionados y en la fertilidad respecto a las proyecciones
actuariales. En otras palabras, el plan no sufre riesgo cuando existe equilibrio
entre sus activos y pasivos.
El sistema llega a una situación financiera ideal cuando la estructura del
sistema adopta un modo de distribución del riesgo tal, que genere una
estabilidad financiera automática. Ante la presencia de una inestabilidad, al
tratarse de un sistema obligatorio, el Estado asume la responsabilidad
financiera que garantice el pago de las obligaciones (Valdés P., 2002). Los
modelos de Beneficio Definido, dado que estipulan una edad legal de jubilación
para acceder al beneficio máximo y que se haya cumplido con los aportes
correspondientes, provoca un notable desincentivo a seguir aportando al
sistema (CEPAL, 2006).
2.3.2 Fuentes de Financiamiento
La financiación de los sistemas contributivos de pensiones suele
establecerse mediante las cotizaciones aplicadas sobre el salario de los
asegurados, las cuales pueden estar a cargo del afiliado, el empleador, el
Estado o alguna combinación entre estos. Según Merchán (2002b), el Estado
puede participar como aportador tripartito, como empleador y como garante de
última instancia cubriendo los eventuales déficit que se presenten. Los
rendimientos de las reservas se consideran como otro mecanismo importante
de financiación, en especial para aquellos sistemas de capitalización plena.
Córdoba Herrera (1995), al respecto, determina los principales
instrumentos con los que cuenta la seguridad social para el financiamiento de
las pensiones. Son, en primer lugar, las cotizaciones, sean individuales o
patronales. Las cotizaciones individuales, según la Organización Internacional
del Trabajo (O.I.T.) (1970), son descuentos generalmente de carácter
34
En este tipo riesgos se encuentran: el riesgo de una caída en los precios de las inversiones del plan, el
riesgo de reinvertir a tasas de interés inferiores a las esperadas, el riesgo de crédito. En aquellos sistemas en los que los planes son financiados en parte por reparto interesa el riesgo de una caída en las cotizaciones individuales (reducción o limitación del número de aportantes, adelantamiento de la edad de jubilación, disminución en el crecimiento de los salarios, etc,). 35
Si cae la fertilidad se puede reducir el valor presente de los flujos de ingresos de un plan de reparto. Si
aumenta la longevidad se elevan los pasivos del plan
91
obligatorio con un destino específico. Las cotizaciones sobre los salarios se
consideran convenientes siempre y cuando no sean muy representativas sobre
estos. Merchán (2002b) considera que se puede desestimular la generación de
empleo y el deseo de aportación o afiliación de los propios asegurados, lo que
sería un riesgo para la seguridad social. Las cotizaciones patronales, de
conformidad con los sistemas internacionales de contabilidad nacional, suelen
ser consideradas como parte de la remuneración del trabajo (Córdoba Herrera,
1995).
En segundo lugar, los aportes del Estado son otro componente
importante que financia el sistema de pensiones públicas. Se pueden encontrar
sistemas que dependen total o parcialmente del presupuesto del Estado, a
través de impuestos directos o indirectos. El Estado financia el pago total o
parcial de pensiones, dependiendo el tipo de cobertura y las prioridades de
inversión de los recursos públicos36 (Merchán, 2002b).
En tercer lugar, las tasas e impuestos especiales, cuya recaudación
tiene como destino específico el financiamiento total o parcial de los fondos de
pensiones y jubilaciones, o generando una financiación entre sistemas, en
donde los recursos provenientes de grupos con mayores niveles de ingresos
financian sistemas deficitarios. La clasificación de las Fuentes de financiación
consideradas por el Centro Internacional de Formación O.I.T. (2011) se detalla
en la Tabla 4.
36
Los ingresos derivados como consecuencia de los rendimientos de las inversiones, serán dirigidos a fortalecer sus reservas.
92
Tabla 4 Fuentes de Financiamiento de los Sistemas Protección Social
Cotizacio
nes S
ocia
les
En relación de quien asume el pago
Cotizaciones a cargo de los empleadores
Cotizaciones a cargo de las personas protegidas
En relación a la cuantía de la misma
Fija Una misma suma del conjunto de las personas aseguradas
Proporcional Una proporción del total del salario
Proporcional con límites Una proporción del salario pero existe un tope máximo de aseguramiento
Aport
es p
úblic
os
Por su destino
Aportes financiados totalmente
Aportes que contribuyen a la financiación conjunta de las prestaciones
Por su Origen
Provenientes de los recursos fiscales generales
Provenientes de recursos fiscales afectados
Provienen de impuestos específicos
Otros Recursos Son aquellos activos financieros de la Seguridad Social prestados a terceros o invertidos en activos
Fuente: Centro Internacional de Formación O.I.T. (2011)
En esta clasificación el Estado participa como una fuente de
financiamiento fundamental que soporta la estructura del sistema de pensiones,
ya sea asumiendo el gasto total de los costes del sistema, participando de su
financiación o como ente de control.
2.3.3 Desfinanciamiento de los sistemas de pensiones
El financiamiento de las pensiones únicamente con cotizaciones sociales
no es suficiente para sostener el sistema. Esta situación ha generado dos
posturas contrapuestas respecto al rol del Estado en el financiamiento del
sistema de pensiones —más de carácter político que económico—. Por un
lado, se encuentran países cuyos Estados tienen una participación cada vez
mayor en el soporte financiero (Bertranou, 2004; Pino, 2004). Por otro, países
como Israel que buscan reducir la participación y responsabilidad del Estado a
través de una reducción de personal y la marginación del Estado de bienestar a
grupos específicos de la población37 (Doron, 2001).
Los permanentes retos de financiamiento de los sistemas de pensiones
debido a los insuficientes recursos provenientes de las cotizaciones sociales,
obligan a la participación del Estado con el objetivo de financiar sus costes de
forma cada vez más significativa (Mesa-Lago, 2006; Pino, 2004). Según
Holzmann (2012), el financiamiento de las pensiones es un tema de
37
Holzmann (2012) se refiere a las reformas de los regímenes hacia los grupos de bajos ingresos.
93
fundamental interés no solo desde la perspectiva económica, sino también
desde el enfoque social a causa del impacto que tiene sobre la sociedad,
aspecto que, según Moral-Arce, Patxot, & Souto (2008), recae en el ambiente
político debido a su papel protagónico en la sociedad. Desde la perspectiva
económica, González Calvet (1998) señala que cualquier sistema de pensiones
no garantiza el poder adquisitivo ya que su comportamiento dependerá del
crecimiento de la economía.
La sostenibilidad de las pensiones, según la OECD (2011), puede ser
tratado desde tres aspectos: el incremento de la vida laboral, la concentración
de los esfuerzos de los fondos de pensiones públicos en los más vulnerables y
la motivación del ahorro individual para su jubilación. Sin embargo, muchos
países han optado por reducir las generosas condiciones de sus sistemas de
pensiones, a fin dotar de sostenibilidad financiera (Hinz et al., 2013; Vrooman,
J.C. 2009). Para Cipolletta & Archaga (1997), la existencia de multiplicidad de
regímenes es otra de las causas que afectan a la sostenibilidad, pues atañen a
los principios de equidad y solidaridad.
La mayor parte de la sostenibilidad del sistema de pensiones depende
de la adecuación presente y futura de sus ingresos con respecto a sus gastos.
Esto supone una disminución de población activa frente a una creciente
población pensionista (Anido Crespo, Álvarez-Santullano, & López-Corrales,
2014; Belmonte, Corrales, & Ruiz, 2009; Frades, 2011; Knell, Köhler-Töglhofer,
& Prammer, 2006; Mesa-Lago, 2011; OECD, 2011; World Bank, 2001). Al
respecto, Belmonte et al. (2009) señala que la debilidad de los sistemas de
pensiones se debe a su vulnerabilidad frente a los cambios demográficos
ocasionados por la disminución del ratio de dependencia.
2.4 La Sostenibilidad de los sistemas de pensiones en la Protección
Social
El debate y las reformas de los sistemas públicos de pensiones
derivadas de la necesidad establecer un equilibrio financiero a largo plazo,
plantean repercusiones estructurales tanto de tipo político como económico.
Desde el punto de vista político, se plantea el problema de la contribución
pública al mantenimiento de la cohesión social. Y desde el punto de vista
94
económico, existen problemas de suficiencia en los modelos tradicionales de
tipo contributivo y también de sostenibilidad de los sistemas de reparto
(Rodríguez Cabrero, 2004).
Por lo general, los sistemas de pensiones son analizados a partir de tres
aspectos básicos: 1) por su cobertura, relacionada con la proporción de adultos
protegidos en relación con la Población Económicamente Activa (PEA); 2) por
su suficiencia, es decir, el nivel de beneficios proporcionados con respecto a la
población demandante; y 3) por su sostenibilidad, representada con la
capacidad del Estado y de la sociedad para mantener el sistema (Rofman,
2006).
La sostenibilidad de los sistemas de protección social —parte importante
del Estado de bienestar— es el gran reto al que se enfrentan tanto países
industrializados como países en desarrollo y cuya superación permitirá
mantener la cohesión social en el futuro (Barroso & Castro, 2011). Según
Cadena Castillo (2006), la sostenibilidad no es un objetivo ya que esta depende
de la decisión política.
El término de sostenibilidad ha sido tratado desde muchas ópticas. Para
Knell, Köhler-Töglhofer, & Prammer (2006) la sostenibilidad se refiere a la
política fiscal del sector público frente al sistema público de pensiones. Una de
las definiciones más aceptadas en el ámbito de las pensiones se refiere a
aquella situación en la que no se considera elevar la tasa de cotización en el
futuro (Boado-Penas, Settergren, & Valencia, 2011). Para el Comité de
Expertos sobre el factor de sostenibilidad (2013), es la aspiración de quien
otorga el mandato para que el sistema de pensiones sea autosostenible.
La sostenibilidad financiera, según Cadena Castillo (2006), es el proceso
de creación de reservas suficientemente robustas que permitan asumir el coste
que demande el pago de las pensiones actuales y futuras, siendo la generación
de reservas su principal problema financiero. En este sentido, contar con un
sistema equilibrado financieramente permite que la sociedad se beneficie de
una estructura de prestaciones sociales eficiente. Esta situación constituye un
reto para los países que en general resulta complicado de establecer.
95
Es así que muchos estudios coinciden en determinar ciertos aspectos
que provocan las debilidades en los sistemas de pensiones, como las
condiciones laborales, la economía sumergida, el fraude fiscal y laboral o la
productividad, entre otros. Navarro et al. (2011) señala que las variaciones
provocadas por cualquiera de estos aspectos influye directamente sobre la
sostenibilidad del sistema.
Mesa-Lago (2010) define los siguientes Indicadores de sostenibilidad
financiera para los sistemas de pensiones en América Latina: a) afiliados que
cotizan, b) valor del fondo acumulado en dólares por asegurado y como
porcentaje del PIB, c) composición de la cartera por instrumento, d) rentabilidad
real (ajustada a la inflación) anual promedio, y e) balance del sistema como
porcentaje del PIB (véase la Tabla 5).
Tabla 5 Indicadores de Sostenibilidad Financiera en América Latina
Indicador Descripción
Afiliados que cotizan Permite determinar la cantidad de ingresos con la que cuenta el sistema.
Valor del fondo acumulado en dólares por asegurado y como porcentaje del PIB
Se refiere a la evolución de las Reservas del sistema de pensiones Para los sistemas de capitalización parcial colectiva. Sus reservas son invertidas con el objetivo de generar rentabilidad.
Composición de la cartera por instrumento
Los países están sometidos a dos tipos de riesgos. 1) Político: depende del comportamiento estatal la que mediante la
diversificación busca disminuir riesgos. 2) Financiero: incurren los sistemas con una proporción excesiva de
inversión en acciones y emisiones extranjeras.
Rentabilidad real (ajustada a la inflación) anual promedio
Mide la rentabilidad de las inversiones realizadas
Balance del sistema como porcentaje del PIB
Es el indicador más difícil de evaluar, por su complejidad, escasez de cifras confiables recientes e imposibilidad de comparación técnicamente adecuada entre los sistemas privados y los públicos
Elaboración propia a partir de Mesa-Lago (2010)
Los indicadores de sostenibilidad para los regímenes generales de
pensiones determinados por Mesa-Lago (2008), son susceptibles de aplicación
en aquellos regímenes especiales de carácter contributivo. Pese a que estos
sistemas adolecen de problemas de sostenibilidad, deficiencia que es asumida
por el Estado, los indicadores pueden servir para evidenciar el nivel de presión
económica ejercida sobre el presupuesto estatal.
2.4.1 El efecto del cambio demográfico en la sostenibilidad
El cambio demográfico es un factor que plantea grandes problemas para
los sistemas de pensiones debido a los efectos del envejecimiento vinculados
con la sostenibilidad (Peinado Martínez, 2011). El problema del cambio
96
demográfico es el resultado de la disminución de las tasas de fecundidad, junto
con el aumento de la longevidad. La capacidad de los sistemas de reparto para
atender las pensiones al envejecimiento se debilita por dos factores: la
disminución en el número de trabajadores y el considerable aumento de la
esperanza de vida (Gil, López-García, Onrubia, Patxot, & Souto, 2007).
Una población que envejece rápidamente38 aumenta la importancia de la
seguridad del ingreso en la vejez, situación que afecta significativamente a la
financiación de las pensiones públicas (Hinz et al., 2013; World Bank, 2001).
En este sentido, el envejecimiento poblacional no sería el único y determinante
factor por medio del cual se valora la sostenibilidad del sistema de pensiones
(Navarro et al., 2011).
Así, Wöss & Türk (2011) consideran que el desarrollo del mercado
laboral constituye un factor determinante del efecto del envejecimiento de la
población en la sostenibilidad, además del impacto derivado de los efectos de
la estratificación social (Anido Crespo et al., 2014; Boado-Penas et al., 2011;
Vrooman, J.C. 2009).
2.4.2 Reformas a los sistemas de pensiones
El papel del Estado en la administración de la seguridad social39 ha
generado un cierto grado descontento en algunos países, situación que ha
impulsado una serie de reformas que buscan definir el nivel de participación del
Estado y las responsabilidades de los actores sociales como el sector privado y
afiliados (O.I.T., 2001). Sea cual sea el nivel de participación del Estado, el
financiamiento de las pensiones se ha establecido bajo esquemas
estrictamente contributivos basados en cotizaciones que se sustentan en la
responsabilidad individual40, cuya principal motivación, según la CEPAL (2006)
y Oorschot (1997), se enmarca en el interés personal sobre los beneficios
sociales. 38
La población militar se caracteriza por cumplir, prematuramente, con los requisitos para acogerse a la jubilación. En el caso de las Fuerzas Armadas del Ecuador, la edad promedio oscila de entre los 42 a los 43 años de edad. 39
Lindert, Skoufias, & Shapiro (2006) señalan que los subsidios públicos a las pensiones financiados mediante impuestos generales absorben alrededor del 5% del PIB en algunos países de América Latina 40
En el mundo, la tasa de cotización promedio oscila entre el 18 y el 20% del ingreso de un trabajador (Riaño Barón, 2004).
97
Las reformas buscan establecer mecanismos que permitan que las
personas mayores mantengan un ingreso conveniente (Hinz et al., 2013).
Desde muchas perspectivas de solución puestas en debate, Belmonte et al.
(2009) consideran necesaria la ampliación de la base reguladora y el aumento
de la edad legal de jubilación. Las Naciones Unidas (2008) plantean medidas
que garanticen la asequibilidad y sostenibilidad de los sistemas, tanto del lado
de los ingresos como de los gastos. Según Knell et al. (2006), el incremento de
la presión fiscal sobre la sociedad o la reducción del nivel de las pensiones
serían una solución viable. Ochando Claramunt (2010)41 define medidas
complementarias a aquellas orientadas a la reducción de la evasión, la
morosidad y el fraude, y el aumento de la calidad del trabajo informal, pero,
ante la insuficiencia de recursos para financiar las pensiones, es necesaria la
participación del Estado.
La insostenibilidad financiera ha originado que se planteen una serie de
reformas, como la modificación de la tasa de cotización, el incremento de la
edad de jubilación, la reducción de prestaciones sociales, etc. (Oficina
Internacional del Trabajo, 2013). La O.I.T. (2001) propone que para reforzar la
sostenibilidad se puede optar por diversos mecanismos, entre los que se
encuentran el establecimiento de un fondo común o la afiliación a sistemas de
seguro social obligatorio.
2.4.3 La sostenibilidad en los Regímenes Especiales – Régimen Militar
El problema de la sostenibilidad del sistema de pensiones es un aspecto
que no solo afecta a la población en general, sino que compromete
radicalmente a otros regímenes de carácter especial. En regímenes especiales
de reparto caracterizados por sus elevados niveles de reemplazo como es el
caso de las pensiones militares, sus niveles de sostenibilidad pueden verse
afectados significativamente (Smith & West, 2012). El mantener y operar estos
regímenes especiales resulta en la actualidad muy costoso y la proyección de
sus niveles de gasto tiende a incrementarse en el futuro (Antolin, Payet, &
Yermo, 2012).
41
Medidas consideradas dentro de las reformas del régimen de pensiones de Venezuela.
98
Los regímenes militares se caracterizan, entre otros rasgos, por la
limitación en el incremento de la base de cotizantes42, el aumento de la
esperanza de vida, las flexibles condiciones para acogerse a los beneficios de
jubilación y las relativamente generosas pensiones. Estos aspectos provocan
un aumento de los niveles de desfinanciamiento de las pensiones militares
(Freeman, 2011; Leier, 2012). Mesa-Lago (2008) determina que la
sostenibilidad financiera de estos sistemas se ve afectada por el alto costo que
significa su mantenimiento, generando a su vez severos déficits actuariales.
El aumento de los costos de compensación, según el U.S. Government
Accountability Office (2005), obliga a que se aborden reformas tales como la
adecuación y razonabilidad de la composición de la indemnización y la
asequibilidad a largo plazo, a fin de mejorar la sostenibilidad del sistema de
pensiones militares de manera inédita (Leier, 2012). El impacto de las medidas
se puede determinar examinando el crecimiento del gasto previsto (Pensiones
& Seguros y BBVA Research, 2011), cuya financiación debe ser responsable y
sostenible (Alda & Gómez, 2002).
El aumento de los costos impulsa a buscar mecanismos que
proporcionen sostenibilidad al sistema de pensiones militares a largo plazo
(U.S. Government Accountability Office, 2005). El tema de sostenibilidad de las
pensiones militares se sustenta en la gestión de financiamiento de sus
reservas. El fondo de reservas, según el World Bank (2001), tiene un efecto
directo en la sostenibilidad financiera y en los niveles potenciales de beneficios.
Así también, tiende a generar efectos indirectos en la economía en general
cuando dichos fondos son de gran tamaño, aspecto que, por otra parte, no
garantiza la viabilidad futura de un sistema de pensiones (Anido Crespo et al.,
2014).
42
La Fuerzas Armadas dependen de una estructura piramidal en la que, tanto los grados militares y el tiempo de permanencia en cada uno, son predeterminados.
99
Capítulo III La Protección Social en el Ecuador
Introducción
El estudio de la protección social en el Ecuador requiere incorporar temas que
involucren el contexto socio-económico, con especial énfasis en el
fortalecimiento de la acción social derivada de un cambio de orientación política
a partir del año 2006. El abordaje de los mecanismos puestos en marcha para
combatir la pobreza y los resultados alcanzados en términos de desarrollo
social y reducción de los niveles de desigualdad, permite situar al país en las
condiciones actuales de desarrollo. Las variables demográficas básicas son
requeridas para cumplir con este objetivo.
El marco constitucional y la gestión política son elementos
fundamentales en el momento de analizar el sistema ecuatoriano, ya que
brindan el soporte legal al sistema de protección social. En este sentido, es
importante observar la evolución de sus niveles de cobertura frente a su
estructura demográfica, considerando que antes del 2006 el Ecuador no tenía
gran desempeño dentro de la región. A partir del giro en su política social, el
país alcanza niveles superiores a la media regional, junto a otros países que
históricamente han sido referentes en el desarrollo social.
Es importante analizar el incremento que han tenido los niveles de gasto
e inversión social realizados por el Ecuador en los últimos años, aspecto que
denota la preocupación gubernamental para que la sociedad, no solo tenga
acceso a adecuados servicios asistenciales, sino que también pueda afrontar
en mejores condiciones los riesgos sociales como la pobreza y extrema
pobreza, y de esta manera crear las condiciones necesarias que permitan
mejorar sus perspectivas de desarrollo.
100
3.1 Contexto Socio-económico
El cambio de modelo de desarrollo propuesto por el Ecuador a raíz de la
crisis económica del año 1999 —caracterizado por la reducción del Estado y el
fortalecimiento del mercado—, aunque fue desarrollado de forma paulatina,
provocó profundos conflictos sociales y una marcada inestabilidad política
(Burneo, Diego y Oleas, 1996). Los factores que desencadenaron la crisis se
remontan a mediados de la década de los 90, cuando el país se vería abocado
al establecimiento de medidas económicas como el desmantelamiento de su
protección arancelaria con la liberalización del tipo de cambio y las tasas de
interés, la apertura de sus mercados mediante la eliminación de subsidios y
modificaciones en los precios relativos de sus productos, y la desregularización
parcial del sistema financiero y del mercado laboral.
Estas medidas, según Larrea Maldonado (2004), lejos de mejorar la
situación económica, ocasionaron la contracción del desarrollo del país,
considerando que el sistema productivo dependía de una limitada oferta de
productos primarios como el café, el banano, el cacao, el camarón, las flores y
el petróleo, que en su conjunto generaban el 90% de las exportaciones. A la
débil situación económica se sumaba la creciente deuda pública de USD.
13.240 millones y una deuda privada de USD. 3.160 millones, que
representaban en conjunto cerca del 10% del PIB en el período 1995-2002.
Estas condiciones dificultaban la inversión productiva, el desarrollo económico
y el debilitamiento del Estado de bienestar.
La paralización económica y comercial del país se unió a los problemas
estructurales de inequidad social y exclusión, siendo así que los niveles de
pobreza en el año 1995 alcanzaron el 55.90%, con una incidencia del 76% en
el área rural. Niveles que sobrepasaron la media latinoamericana, y, junto al
coeficiente de Gini de 0.57, la baja productividad, el analfabetismo, etc.,
crearon las condiciones ideales para que el país entrase en crisis en el año
1999, con el resultante del shock del sistema monetario que obligaría al país a
dolarizar su economía (Larrea Maldonado, 2004).
A partir del año 2006, el Ecuador asume una nueva orientación en su
modelo de desarrollo económico y social, un nuevo modelo dirigido hacia el
101
bienestar social, fundamentado en mecanismos redistributivos y de inversión
en sectores de desarrollo como el energético y el educativo. Según Correa
Delgado (2012), los resultados de este cambio en la política de desarrollo
podrán ser visualizados en la década siguiente con el mejoramiento en la
calidad de vida.
3.1.1 Pobreza en el Ecuador
La situación social y económica del Ecuador en las dos últimas décadas
tiene dos momentos importantes. El primero, de 1995 al 2000, etapa en la que
la pobreza y extrema pobreza alcanzan sus niveles más altos —en este
período se originó la crisis económica que desembocó en el cambio de
estructura monetaria a la dolarización, sistema que estabilizó la economía y
redujo el nivel de crecimiento de los niveles de pobreza y extrema pobreza—.
El segundo a partir del año 2006, en el que se da un giro al modelo de
desarrollo y se logran reducir los niveles de pobreza del país de manera
significativa (véase el Gráfico 3).
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2013), el
Ecuador ha impulsado importantes avances para reducir los niveles de pobreza
y extrema pobreza. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y
Censos (INEC) (2012), la línea de pobreza43 mensual se ubicaba en USD 72,9,
es decir, USD 2,4 diarios.
43
La pobreza por ingresos se determina mediante la identificación de aquel segmento poblacional cuyo ingreso per cápita es menor a la línea de pobreza. La Línea de Pobreza o Indigencia es el valor monetario de una canasta básica de bienes alimenticios que refleja el costo necesario para satisfacer los requerimientos nutricionales mínimos. Aquellos hogares cuyo consumo no alcanza para cubrir ni siquiera los requerimientos nutricionales mínimos son considerados indigentes. La valoración de una canasta de 2,236 kilocalorías por persona y por día, representa la Línea de Extrema Pobreza o Indigencia.
102
Gráfico 3 Evolución de la pobreza y extrema pobreza en el Ecuador
(1995-2011)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) (2014); León & Vos (2000); Naranjo Bonilla (2013) Elaboración propia
El primer período se caracteriza por el aumento de los niveles de
pobreza y por factores como la reducción de los salarios, el aumento del
desempleo, la eliminación temporal de los créditos formales y el incremento
significativo de la migración. En el campo económico, la migración permitió que
el nuevo esquema monetario se mantuviese gracias a los recursos enviados al
país desde el exterior (Larrea Maldonado, 2004).
En el segundo período, los efectos económicos impulsados por la
migración y los crecientes precios del petróleo motivaron que sectores como el
de la construcción y de la exploración petrolera promuevan una reducción de
las tasas de desempleo, el mejoramiento del consumo y la calidad de vida de la
población. Así también, la salida de mano de obra no cualificada, obreros
especializados, técnicos y profesionales, llevó a que, por efecto de la demanda
en ciertos sectores, los salarios se eleven y, con ello, se mejore el nivel
económico de la sociedad, disminuyendo los índices de pobreza y extrema
pobreza.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) (2012a),
mediante el estudio de los ingresos de los hogares se confirma que el país está
logrando reducir los niveles de pobreza y extrema pobreza. En el Gráfico 4 se
aprecia la evolución de la Población Económicamente Activa (PEA) y de la
103
17,20%
19,70%
17,60% 18,10%
16,10%
17,40%
17,40% 15,60%
13,70%
10,50% 10,40%
12,20%
23,40%
27,60%
26,40%
28,10%
25,20% 24,60%
25,90%
24,60%
22,20%
19,40%
18,10%
21,30%
6,00%
8,00%
10,00%
12,00%
14,00%
16,00%
18,00%
20,00%
22,00%
24,00%
26,00%
28,00%
30,00%
PEA pobre
PEI pobre
0,00%
5,00%
10,00%
15,00%
20,00%
25,00%
30,00%
35,00%
PEA pobre
PEI pobre
0,00%
5,00%
10,00%
15,00%
20,00%
25,00%
30,00%
35,00%
Título del eje
PEA pobre
PEI pobre
Población Económicamente Inactiva (PEI), que a partir del segundo período
denotan una disminución de los índices de pobreza
Gráfico 4 PEA y PEI urbana en condiciones de pobreza (2007-2012)
Elaboración propia a partir del Banco Central del Ecuador (2012; 2013)
Según los datos del Banco Central del Ecuador (2012; 2013), a
mediados del 2012, la PEA tuvo una disminución de 5 puntos porcentuales con
un ingreso mensual promedio de USD 76,73. En el caso de la PEI, al ser un
grupo social que no trabaja ni está disponible para hacerlo, también redujo su
tasa de pobreza en 2 puntos porcentuales, esto por efecto de la acción directa
del Estado con subsidios como el “Bono de Desarrollo Humano”, entre otras
políticas.
3.1.2 Estructura demográfica
La estructura demográfica obtenida en base a los datos del Censo
Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) (2010), mostró que la
mayoría de la población ecuatoriana se encuentra en edad de trabajar, cuya
edad promedio oscila en alrededor de los 29 años. En lo que respecta a la tasa
de dependencia (ratio de dependencia), definida como la población menor de
15 años de edad y mayor a 64 años de edad expresadas en relación a cada
1.000 personas entre 15 y 64 años de edad, decreció del 76% al 66% en el
período de 1990 al 2001. En el año 2010 este porcentaje cae al 61% (Gráfico
5).
104
Gráfico 5 Población en edad de trabajar y Relación de dependencia
Elaboración propia a partir del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) (2010)
La población en condiciones de trabajar, cuya edad fluctúa entre los 15 y
64 años, se ubica en el 62,2%. Con estos resultados, según el INEC (2010), el
Ecuador ha ingresado en lo que se conoce como “bono demográfico”44. Estos
datos determinan que la mayoría de la población se encuentra en edad de
trabajar y por lo tanto en el mayor potencial productivo de la economía.
En este contexto, el Ecuador debe prever acciones que le permitan
enfrentar los riesgos futuros, considerando que la tendencia del
comportamiento de la tasa de dependencia disminuye por efecto de la
modificación de la estructura poblacional. Ante este comportamiento
demográfico, es preciso establecer la importancia de la evolución de las tasas
de natalidad y mortalidad considerando que, según la proyección de los datos,
no es pertinente mantener una tasa de natalidad decreciente e inclusive
cercana a nivel de reemplazo.
44
Denominando así al fenómeno que ocurre dentro del proceso de transición demográfica en el que se cuenta con una mayor proporción de población en edad de trabajar, ahorrar, invertir y producir, y un menor número de personas dependientes que requieren inversiones en salud y educación. .
5.490.782,00
7.302.964,00
9.014.169,00
75,7%
66,5% 60,7%
-
1.000.000
2.000.000
3.000.000
4.000.000
5.000.000
6.000.000
7.000.000
8.000.000
9.000.000
10.000.000
0,0%
10,0%
20,0%
30,0%
40,0%
50,0%
60,0%
70,0%
80,0%
1990 2001 2010
Población entre 15 y 65 años Relación de dependencia
105
3.2 Marco constitucional y de gestión de la política social
La grave situación económica, social y política que afrontó el Ecuador
durante la crisis del año 1999 y las consecuencias acaecidas en los años
posteriores, obligaron a que el país tomase un nuevo rumbo en su estrategia
de desarrollo. La elaboración de una nueva estructura constitucional en el año
2008 enmarca a la sociedad ecuatoriana en “(…Una nueva forma de
convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza, para
alcanzar el buen vivir, el “Sumak Kawsay”. Una sociedad que respeta, en todas
sus dimensiones, la dignidad de las personas y las colectividades…)”.
En la sección octava, artículo 34 referente al Trabajo y seguridad social
de la Carta Magna, se determina que “EI derecho a la seguridad social es un
derecho irrenunciable de todas las personas, y será deber y responsabilidad
primordial del Estado”. Es así que la seguridad social se rige sobre los
principios de solidaridad, obligatoriedad, universalidad, equidad, eficiencia,
subsidiaridad, suficiencia, transparencia y participación, cuyo objetivo es la
atención de las necesidades individuales y colectivas.
En este sentido, el Estado se constituye como el garante del efectivo
derecho a la seguridad social, en el que se incluye al segmento poblacional que
realiza trabajo no remunerado en los hogares, actividades para el autosustento
en el campo, toda forma de trabajo autónomo y a quienes se encuentran en
situación de desempleo (Asamblea Nacional Constituyente, 2008). El nuevo
marco legal constitucional, adicionalmente, se complementa con las
consideraciones y características que se detallan en la Tabla 6.
106
Tabla 6 Marco constitucional y características del Sistema de Protección
Social
Marco Constitucional Características
Fundamento constitucional del sistema de seguridad social
Atención a la sociedad a través del seguro universal obligatorio y de sus regímenes especiales
La seguridad social como un derecho público y universal, que no podrá privatizarse.
Los seguros privados no son parte del sistema de seguridad social
Los seguros complementarios no cubren prestaciones adicionales del seguro general obligatorio.
Principios que rigen el sistema nacional de inclusión y equidad social
Obligatoriedad, suficiencia, integración, solidaridad y subsidiaridad.
El seguro universal obligatorio
Población urbana y rural, con independencia de su situación laboral. Art 369
Personas que realizan trabajo doméstico no remunerado y tareas de cuidado (financiadas con aportes y contribuciones del Estado).
Financiamiento de las prestaciones de la seguridad social
Aporte personal, patronal
Aportes voluntarios
Aportes voluntarios de ecuatorianos domiciliados en el exterior
Aportes y contribuciones del Estado
Los fondos y reservas del seguro universal obligatorio
Recursos propios y distintos de los del fisco, administrados por el Banco del IESS (BIESS)
Estructura del Sistema de Seguridad Social
El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), como entidad autónoma responsable de la prestación de las contingencias del seguro universal obligatorio
Regímenes Especiales
Seguro Social Campesino
Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (ISSFA)
Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional (ISSPOL)
El Seguro Social campesino
Régimen especial del seguro universal obligatorio, parte del IESS
Protege a la población rural y a las personas dedicadas a la pesca artesanal.
Financiamiento
Aportes solidarios de las personas aseguradas y empleadoras del sistema nacional de seguridad social
Aportaciones diferenciadas de las jefas o jefes de las familias protegidas
Asignaciones fiscales
Contribución de los seguros públicos y privados.
Fuente: Asamblea Nacional Constituyente del Ecuador (2008) Elaboración propia
El nuevo marco constitucional adoptado por el Ecuador en el año 2008
pretende mejorar y fortalecer el sistema público de protección social. Uno de
los mayores retos que el Estado se ha propuesto superar se encamina a la
universalización de la cobertura de la protección social, pero este objetivo solo
será posible si se combate directamente sobre la base estructural de la
pobreza y sus brechas existentes. Los programas de desarrollo social
requieren grandes recursos si se esperan resultados efectivos. De ahí que su
financiamiento se considera uno de sus principales obstáculos.
107
No obstante, otros problemas como una inadecuada coordinación,
planificación y estructura en el desarrollo de programas sociales, sumados a la
gran cantidad de órganos de gestión existentes, han dificultado la atención de
los grupos más vulnerables (Durán Valverde, 2008). El nuevo modelo de
desarrollo social por medio del que el Estado toma el control de la planificación
y coordinación del sistema social, está permitiendo que estas deficiencias se
estén superando (Minteguiaga, 2012), considerando además la voluntad
política materializada en la importante cantidad de recursos destinados a la
provisión de servicios sociales.
3.2.1 Cobertura de la Seguridad Social
El modelo de desarrollo social implementado en el país a partir del año
2008, considera la protección social como un derecho y bien superior de
carácter universal que debe ser garantizado por el Estado. Pese al gran
esfuerzo y a los grandes avances en este campo, la reducción la pobreza y
desigualdad existentes no han sido suficientes ya que los problemas todavía se
mantienen. La baja cobertura de la seguridad social al año 2012 apenas
alcanzaba el 41% de la PEA, el cual estaba bajo el régimen ya sea del IESS,
del ISSFA o del ISSPOL (Carranza Barona & Cisneros, 2014).
En este sentido, las políticas sociales están direccionadas a ampliar la
cobertura de la seguridad social contributiva para aquellos sectores que se han
encontrado marginados, como es el caso del trabajo doméstico, autónomos,
profesionales en libre ejercicio, familiares de los afiliados, adultos mayores que
no han accedido a un aseguramiento previsional, entre otros. Es así que, para
lograr una efectiva universalización de la política social, es necesaria la
implementación de medidas y estructuras que permitan atender a aquellos
sectores que requieren mecanismos especiales de contribución.
Las deficiencias del sistema fortalecen la percepción de los trabajadores
y sus empleados de que sus contribuciones son una pérdida de recursos, junto
a la incapacidad económica de determinados sectores de la población en
situación de subempleo o desempleo. El debilitamiento estructural del sistema
y la ineficiencia de la prestación de servicios sociales, provocada por la falta de
financiamiento, son la preocupación central del Estado en materia social. El
108
estudio actuarial del sistema general de seguridad social señala que el déficit
actuarial del fondo de pensiones se ha incrementado de USD 3.701 millones en
el 2003 a 5.142 millones en el 2013 (Carranza Barona & Cisneros, 2014).
En este contexto, es necesaria la incorporación de nuevos afiliados que,
con sus contribuciones, permitan financiar el sistema. La estrategia social que
se ha venido implementando tiene dos líneas. Por un lado el financiamiento,
cuyos objetivos son la inserción de nuevos afiliados eliminando barreras de
afiliación voluntaria y la aportación al sistema contributivo de aquellos
trabajadores sin relación de dependencia. Por otro, el mejoramiento de los
servicios sociales, a través de la integración de la red de salud pública entre las
prestaciones de salud del régimen contributivo y las del sistema nacional de
salud del Estado.
La política social del Estado pretende la creación de un sistema nacional
de inclusión y equidad social, mediante la vinculación de la seguridad social
con un sistema integral de salud. De esta manera, hay que establecer que el
campo de acción de la seguridad social no sea exclusivamente el acceso a la
salud, sino que permita atender una serie de contingencias que son
consideradas como derechos de los ciudadanos. Se convierte en un importante
objetivo que el Estado asuma su responsabilidad de garante de la protección
social universal, sustentado en un marco regulatorio estructurado para este
efecto.
3.2.2 Estructura de la Seguridad Social
El Sistema de Seguridad Social de ecuatoriano, al ser un sistema público
y universal, basado en principios de solidaridad, obligatoriedad, universalidad,
equidad, eficiencia, subsidiariedad y suficiencia, se implementa mediante la
organización y funcionamiento del seguro general obligatorio a cargo del
Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), complementado por tres
regímenes especiales (Congreso Nacional de la República del Ecuador &
Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), 2001), tal y como se muestra
en la Tabla 7.
109
Tabla 7 Estructura del Sistema de Seguridad Social del Ecuador
INSTITUCIÓN RÉGIMEN POBLACIÓN OBJETIVO
FUNCIÓN PRINCIPAL
Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS)
Obligatorio La población ecuatoriana de manera general
Protección de la población urbana y rural, con relación de dependencia laboral o sin ella.
Seguro Social Campesino
Especial Población rural y personas dedicadas a la pesca artesanal
Protección de los trabajadores que se dedican a la pesca artesanal y a aquellos que habitan en el sector rural, que laboran habitualmente en el campo, que no recibe remuneraciones de un empleador público o privado y tampoco contrata a terceros externos a la comunidad
Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (ISSFA)
Especial
Los miembros de las Fuerzas Armadas y los pensionistas militares y sus familias
Protección social mediante un sistema de prestaciones y servicios sociales al colectivo militar.
Instituto de Seguridad Social de la Policía nacional (ISSPOL)
Especial
Los miembros del colectivo policial, sus dependientes y derechohabientes
Protección social integral frente a los riesgos asistenciales y económicos y, asistencia y protección a los más necesitados y no asalariados de la mutualidad de la Policía Nacional
Fuente: Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) (2001); ISSFA (1992); ISSPOL (1992) Elaboración propia
La política social basada en el marco legal del año 2008, cuyo objeto
central es la universalización de la protección social, busca atender las
necesidades de la sociedad ecuatoriana, mediante una estructura que atienda
los diferentes sectores sociales, siendo uno de sus mayores logros la
incorporación a la protección social de aquellas personas que realizan trabajo
doméstico no remunerado, cuya financiación se encuentra en análisis. Dentro
del sistema obligatorio, se encuentra uno de los regímenes especiales dirigido
a la protección de los trabajadores del sector rural que habitualmente trabajan
en el campo y aquellos que se dedican a la pesca artesanal.
Así también, a diferencia del Seguro Social Campesino que es parte del
IESS, se establecieron dos regímenes especiales adicionales dirigidos a la
fuerza pública y que se administran por un conjunto de programas típicos de la
seguridad social que forman parte de la red pública integral de salud y del
sistema de seguridad social ecuatoriano. El IESS, el ISSFA y el ISSPOL son
entidades autónomas, regidas por legislaciones propias y recursos públicos
distintos del fisco, lo que les permite atender las necesidades del sector
poblacional al cual están dirigidos. En su estructura de beneficios, sus afiliados
en el momento de acogerse a la jubilación recibirán dos tipos de pensiones:
110
una básica, establecida por la ley, y una complementaria, de acuerdo con el
monto acumulado en su cuenta individual (Sandra & Robalino, 2004).
3.2.3 Gasto Social del Ecuador
La política de desarrollo social que se viene ejecutando en el país se
caracteriza por el incremento del gasto, incluso superando los niveles de
sectores como el de producción. Los recursos son provenientes de los ingresos
petroleros, los impuestos y la emisión de una importante deuda interna y
externa45. En el período posterior a la crisis del año 2000, en especial del 2006
en adelante, el gasto público social se ha incrementado significativamente. Es
así que, del 5,6% de crecimiento promedio anual durante el período 2000-2006,
en adelante alcanzará el 15% de crecimiento social (Naranjo Bonilla, 2013).
La recuperación del gasto social en relación al PIB, pasó del 8,7% en el
año 2000, al 15% en el 2012, equivalente al 37,5% y 34% del presupuesto del
Estado, respectivamente. El gasto social per cápita subió de los USD 130 en el
2000 a USD 315 en el 2012, colocando al Ecuador en el nivel intermedio de los
países de la región. Según Naranjo Bonilla (2013), este incremento se debe a
dos factores: el aumento en los sueldos de docentes y médicos y la baja de la
tasa de natalidad, con el relativo descenso en las tasas de crecimiento de la
población.
El gasto social se realiza en tres niveles: 1) políticas sociales regulares,
a través del Gobierno Central y sus ministerios; 2) programas sociales
específicos, mediante entidades autónomas descentralizadas de carácter para-
ministerial; 3) subsidios, a través de empresas públicas y/o entidades
autónomas. El gasto social ejecutado en el 2012 por el Gobierno Central fue
aproximadamente el 58% del gasto social total ampliado y el 8,7% del PIB,
alrededor del 97% del gasto del presupuesto general, los programas
específicos, alrededor del 23% del gasto, mientras que los subsidios a los
derivados del petróleo y a la seguridad social el 55% y el 20%,
respectivamente.
45
Durante el período 2007 y 2012, el Estado asume una deuda estructurada de la siguiente forma: 1) deuda interna (Banco Central, IESS y Banco del Estado) y emisión de bonos por USD. 1.000 millones cada una; 2) deuda externa de alrededor de los USD. 3.000 millones.
111
21,6% 17,4% 18,0% 19,9%
59,4% 55,3% 54,9% 55,0%
10,1%
5,4% 5,7% 5,7%
8,9% 22,0% 21,4% 19,4%
0%
20%
40%
60%
80%
100%
2006 2008 2010 2012
Pensiones Derivados del Petróleo Sector eléctrico Otros subsidios pro-pobres
En lo que respecta al gasto social por medio de subsidios, desde los
años 70 han sido empleados como mecanismos predominantes de la política
pública del país, con el objetivo de disminuir las brechas sociales existentes.
Entre estos se encuentran el subsidio a las pensiones de los trabajadores
públicos a través del IESS, ISSFA, ISSPOL, el subsidio al consumo de los
combustibles y el subsidio al consumo de energía eléctrica (Gráfico 6). En años
recientes se han instaurado otros subsidios dirigidos principalmente a
pequeños productores agropecuarios46.
Gráfico 6 Distribución porcentual de los Subsidios 2006, 2008, 2010, 2012
Elaboración propia, tomado de Naranjo Bonilla (2013), p.31
La composición del gasto en subsidios durante el período 2006-2012 ha
mantenido una tendencia sin mayores variaciones. En el caso de los subsidios
al sector eléctrico, estos se redujeron del 10,1% en el 2006 al 5,7% en el 2012,
y los subsidios dirigidos a los programas pro-pobres se incrementaron en más
del doble en seis años, pasando del 8,9% al 19,4% en el 2012. El sector al que
mayormente se destinan recursos es el de los derivados de petróleos con el
55%, seguido por los de la seguridad social con el 19,9% del total.
La mayor parte de los recursos son entregados al sistema general
obligatorio del sistema de seguridad social a través del IESS, los recursos
46
Los subsidios, de manera general, no son considerados como gasto social. El carácter universal y permanente de muchos de ellos o por no estar relacionados con la educación y salud, no son valorados y registrados como gasto social, pese a que en los últimos años, alrededor del 15 % del presupuesto anual, fue destinado a subsidios.
112
asignados a las Fuerzas Armadas por medio del ISSFA y los correspondientes
a la Policía Nacional mediante el ISSPOL. En la Tabla 8 se puede apreciar la
composición del subsidio por régimen de seguridad social, así como también la
relación que estos recursos tienen sobre el PIB, el gasto social total y el gasto
per cápita.
Tabla 8 Relación del subsidio de la Seguridad Social con respecto al Gasto
Social (2000-2012)
A ÑOS IN ST IT UC IÓN
Gasto to tal
del seguro
so cial
(millo nes de
dó lares)
P o rcentaje
P IB
P o rcentaje
Gasto to tal
P o rcentaje
Gasto so cial
Gasto per
cápita
(dó lares)
T OT A L 130,60 0,70% 3,00% 4,30% 10,60
IESS 95,40 0,50% 2,20% 3,10% 7,80
ISSFA 14,00 0,10% 0,30% 0,50% 1,10
ISSPOL 21,20 0,10% 0,50% 0,70% 1,70
T OT A L 158,00 0,70% 3,90% 4,50% 15,80
IESS 115,50 0,50% 2,90% 3,30% 11,50
ISSFA 16,90 0,10% 0,40% 0,50% 1,70
ISSPOL 25,60 0,10% 0,60% 0,70% 2,60
T OT A L 191,20 0,70% 4,40% 4,20% 21,20
IESS 139,70 0,50% 3,20% 3,10% 15,50
ISSFA 20,50 0,10% 0,50% 0,40% 2,30
ISSPOL 31,00 0,10% 0,70% 0,70% 3,40
T OT A L 231,40 0,70% 5,50% 4,60% 28,10
IESS 166,80 0,50% 3,90% 3,30% 20,20
ISSFA 36,00 0,10% 0,90% 0,70% 4,40
ISSPOL 28,60 0,10% 0,70% 0,60% 3,50
T OT A L 325,20 0,90% 7,20% 5,50% 41,10
IESS 230,50 0,60% 5,10% 3,90% 29,10
ISSFA 32,30 0,10% 0,70% 0,50% 4,10
ISSPOL 62,40 0,20% 1,40% 1,10% 7,90
T OT A L 432,20 1,10% 8,50% 6,20% 57,60
IESS 332,10 0,80% 6,60% 4,70% 44,30
ISSFA 32,30 0,10% 0,60% 0,50% 4,30
ISSPOL 67,80 0,20% 1,30% 1,00% 9,00
T OT A L 489,80 1,10% 9,40% 6,20% 68,90
IESS 379,70 0,80% 7,30% 4,80% 53,40
ISSFA 78,00 0,20% 1,50% 1,00% 11,00
ISSPOL 32,10 0,10% 0,60% 0,40% 4,50
T OT A L 551,00 1,10% 8,90% 6,10% 82,20
IESS 418,90 0,80% 6,80% 4,60% 62,50
ISSFA 87,90 0,20% 1,40% 1,00% 13,10
ISSPOL 44,20 0,10% 0,70% 0,50% 6,60
T OT A L 624,90 1,00% 6,50% 4,30% 102,20
IESS 442,20 0,70% 4,60% 3,00% 72,30
ISSFA 127,20 0,20% 1,30% 0,90% 20,80
ISSPOL 55,50 0,10% 0,60% 0,40% 9,10
T OT A L 778,60 1,20% 8,10% 5,60% 119,90
IESS 510,00 0,80% 5,30% 3,70% 78,60
ISSFA 194,40 0,30% 2,00% 1,40% 29,90
ISSPOL 74,20 0,10% 0,80% 0,50% 11,40
T OT A L 803,30 1,10% 7,70% 4,80% 131,30
IESS 493,40 0,70% 4,70% 2,90% 80,60
ISSFA 213,50 0,30% 2,10% 1,30% 34,90
ISSPOL 96,40 0,10% 0,90% 0,60% 15,80
T OT A L 827,30 1,00% 6,70% 3,70% 142,80
IESS 493,50 0,60% 4,00% 2,20% 85,20
ISSFA 230,60 0,30% 1,90% 1,00% 39,80
ISSPOL 103,20 0,10% 0,80% 0,50% 17,80
T OT A L 1039,90 1,30% 7,50% 4,20% 179,90
IESS 706,10 0,90% 5,10% 2,90% 122,10
ISSFA 230,60 0,30% 1,70% 0,90% 39,90
ISSPOL 103,20 0,10% 0,70% 0,40% 17,90
2005
2000
2001
2002
2003
2004
2012
2006
2007
2008
2009
2010
2011
Elaboración propia, a partir de Naranjo Bonilla (2013)
El promedio anual del subsidio destinado al gasto social, durante el
período 2000-2012, es de aproximadamente 506,42 millones de dólares. En
113
cuanto a la evolución del gasto social en pensiones con relación al PIB, este
rubro se incrementó el 0,6% en el mismo período. El gasto total aumentó al
7,5%, mientras que, dentro del gasto social, el porcentaje se mantuvo sin
mayores variaciones. Finalmente, la asignación que ha tenido mayor transición
es la referente al gasto per cápita. Este valor sube de los USD 10,60 al USD
179,90 en el 2012, situación que muestra el gran impulso que se viene
desarrollando en el campo social.
115
PARTE II La Protección Social Militar en América Latina
Introducción
En la segunda parte de este trabajo se ha considerado pertinente tratar
un tema muy sensible que corresponde al gasto militar. El objetivo que se
pretende alcanzar es el de colocar en la mesa del debate argumentos que
permitan confrontar dos temáticas que son el centro de la discusión mundial.
Por un lado, como se ha venido tratando a lo largo de este estudio, la
necesidad de desarrollar y fortalecer un sistema que permita atender las
necesidades de la sociedad a través del fortalecimiento del Estado de bienestar
y, por otro, la necesidad permanente de los países por fortalecer cada vez más
sus sistemas de defensa como política prioritaria de gasto.
De esta manera y de acuerdo a varios estudios de referencia, la
tendencia del gasto social mundial ha sido incremental y, aunque en los últimos
años sus niveles de crecimiento se han reducido, la tendencia se mantiene,
comportamiento ha sido similar en el sector de defensa. En este sentido, la
discrepancia se centra en torno a la conveniencia o no de limitar el bienestar de
la sociedad a cambio de una creciente inversión en defensa. En el caso de
América Latina, una de las causas por las que el gasto en defensa se ha visto
incrementado es debido a la misma influencia de los gastos prestacionales que,
en muchos países de la región, se encuentran considerados dentro de sus
presupuestos de defensa. En el caso del Ecuador, el gasto de defensa, pese a
ser alto, no incluye los gastos previsionales sino que el aporte estatal a su
sistema de pensiones proviene de los subsidios del sector social.
Se abordan temas como el relacionado con el nivel de influencia del
sector militar sobre las decisiones políticas de los gobiernos de Latinoamérica,
lo que le permitió configurar sus beneficiosos sistemas de seguridad social y
sistemas de compensación. Así, también se analizan aspectos como el
presupuesto, los gastos de defensa y la cantidad de efectivos. Estos factores
permitirán la comparación con sistemas de seguridad social militar de países
de la región, a fin de identificar similitudes en cuanto a financiamiento, servicios
y estructura.
116
Capítulo I El Gasto Social y la Influencia del Sector Militar en
América Latina
Introducción
La protección social militar en Latinoamérica ha tenido una evolución
vinculada con el propio desarrollo democrático de la sociedad, con sus
avatares y con el papel que las FF.AA. han jugado en las diferentes
coyunturas. Las Fuerzas Armadas, configuradas como un grupo de poder, y
por haber sido parte de muchos de los gobiernos de la región, han establecido
condiciones diferenciales en sus esquemas de protección social que
constituyen un elemento clave en la definición de su estatus y posición en la
jerarquía social. Las estructuras sociales del sector militar son similares en
buena parte de los países de Latinoamérica, tanto en servicios prestacionales
como en los requisitos de acceso.
Los sistemas de protección social, en especial el de pensiones, tienen la
garantía gubernamental por ser un régimen público especial. Pese a ser
sistemas públicos, su administración, como en el caso ecuatoriano, es
independiente y bajo condiciones específicas. El nivel de sostenibilidad de
estos sistemas, por la misma estructura, adolece de graves problemas de
financiamiento. Estos problemas se derivan de aspectos como el ratio de
dependencia, la esperanza de vida y las escalas de pensiones, lo que impulsa
que el Estado atienda estos requerimientos.
Es fundamental comparar el gasto social con el gasto de defensa ya
que, según muchos estudios, el gasto en defensa sería el responsable del
deterioro del gasto social. En este sentido, es importante señalar que, si bien el
gasto en defensa no infiere en el gasto social para aquellos países con
economías desarrolladas, el efecto provocado para aquellos países en
desarrollo sí puede ser un factor determinante que impida el desarrollo social a
causa de la magnitud del gasto militar. Aspecto que impulsaría una inmediata
revisión respecto al gasto militar y, dentro de este, al gasto previsional, cuyos
efectos se derivan de la propia estructura caracterizada, entre otros aspectos,
por el prematuro retiro de sus miembros.
117
1.1 Tendencias de Gasto Social
La tendencia del gasto social en América Latina, pese a las variaciones
económicas como las crisis financieras del 2008 y 2009, ha sido incremental
respecto a los recursos destinados al financiamiento de los servicios sociales y
las transferencias monetarias en los hogares. A partir del 2012, la tendencia de
crecimiento del gasto social tiende a ser menor, debido a que los países se
vieron obligados a afrontar la crisis financiera internacional (CEPAL, 2014).
Tomando en consideración la evolución y la diversidad de la protección
social por niveles de gasto (Parte I, Capítulo II, punto 1.1.1), a partir del año
2000, varios países iniciaron procesos para fortalecer sus programas sociales.
En particular, se trata de programas dirigidos a la lucha contra la pobreza,
medidas de protección social no contributivas (con el objetivo de hacer frente a
los choques externos) y mecanismos de reorientación del gasto e impuestos
para evitar los efectos regresivos del aumento de precios de los productos
básicos durante los años 2007 y 2008 (CEPAL, 2014). De este estudio se
deriva que, por efecto de la crisis financiera internacional, se aplicaron medidas
no sociales, como la estabilización de la demanda interna (aumento del gasto
público con inversión en infraestructura), y sociales mediante programas de
empleo, de fomento productivo (créditos a microempresas) y de vivienda.
Los datos macroeconómicos no reflejan por completo el esfuerzo que
realizan los países de la región por sostener los niveles de gasto social. A
inicios de la última década, el gasto social se vio incrementado en casos como
Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, el Ecuador, El Salvador, el Paraguay y el
Perú. Según los datos de CEPAL-División de Desarrollo Social (2014), se
denota que la tendencia se mantendrá aunque con un aumento menor en la
participación en el PIB.
1.2 Grupos de Presión en Latinoamérica
Los antecedentes pueden remontarse a la época precolombina y a los
gobiernos españoles coloniales, aunque la institucionalidad actual floreció a
partir de la época republicana de 1920 (Mesa-Lago, 1978). La evolución de los
diferentes grupos sociales en un mismo país se concretó sobre la necesidad de
118
protección, a través de la seguridad social. Las instituciones que se fueron
creando, de manera general, configuraron una gama de esquemas de
protección social caracterizados por la falta de coordinación y la diversidad en
cuanto a sus niveles de cobertura y protección de la población.
Los objetivos de las estructuras que se diseñaron buscaban afrontar
riesgos sociales como la pérdida total o parcial de su fuente de ingresos y el
desarrollo de políticas de redistribución de ingresos. Así también se utilizaban
como medio de difusión de programas de ayuda y protección social y del nivel
de influencia de las organizaciones internacionales sobre estos programas. Por
último, se trataba de emplearlas como un instrumento por medio del cual el
gobierno buscaba expandir su imagen y poder, mediante la introducción de la
seguridad social de forma paternalista, ayudar a los sectores más necesitados
y evitar la lucha social.
Otros enfoques pretenden explicar que el desarrollo heterogéneo de la
Protección Social es el resultado de la estructura socioeconómica y política de
cada país. Fonseca (2006) y Rosales (2003) señalan que el origen de las
diferencias sociales es el propio efecto del proceso de industrialización,
modernización y urbanización que se ha venido experimentando, proceso que
para Draibe (2006) mina los medios tradicionales de protección social. Sin
embargo, aspectos administrativos y aspectos relacionados con el entorno
también serían determinantes en el momento de priorizar a los beneficiarios de
la protección social.
Mesa-Lago & Witte (1992) infieren que para el Estado resulta más fácil y
menos costoso proteger a la sociedad asalariada urbana que al segmento de
campesinos o autónomos. Los primeros se caracterizan por su concentración
geográfica, identificación relativamente sencilla, salarios susceptibles de
impuestos, capacidad de pago de los empleadores, una situación que para los
campesinos y autónomos resulta ser más compleja. El Estado, mediante la
protección social, busca incrementar la productividad laboral y evitar la
depresión económica, a través del incentivo a determinadas capacidades de
mano de obra y de la entrega de ingresos mínimos a las personas en
desocupación, respectivamente.
119
Desde la perspectiva política, la protección social será considerada
como la resultante del poder ejercido por determinados grupos de influencia,
quienes mediante la presión obtienen concesiones por parte de Estado (W. E.
Schulthess, 1998). También desde el Estado se emplea la protección social
como herramienta que neutraliza y capta el apoyo de estos grupos de
influencia. Su propósito es el de evitar graves conflictos sociales conservando
su statu quo y la estabilidad política del gobierno. Es así que se evidencia la
estrecha relación existente entre la estructura de los sistemas de protección, la
estratificación de la sociedad y la intervención de los grupos de presión.
En este sentido, la injerencia de los grupos de presión es el nexo que
enlaza la estratificación de la seguridad social con la estratificación de la
sociedad (Mesa-Lago, 1978). Entre los diversos factores que caracterizan a la
estratificación social se encuentran la ocupación, el nivel de ingreso, el estatus,
el lugar de residencia, la raza, el nivel educativo y el acceso a las armas
(García Francés, 2009). De estos, la estratificación resultante de la estructura
ocupacional surge como dominante47, y de ella se derivan tanto los beneficios
como la desigualdad de la Protección Social.
En sociedades industrializadas, basadas en economía de mercado,
Mesa-Lago (1978) jerarquiza sus ocupaciones de la siguiente manera: 1)
profesionales, empresarios y funcionarios administrativos de alto rango, 2)
semiprofesionales, funcionarios administrativos de nivel inferior y empleados
altos, 3) empleados comunes y obreros calificados, 4) obreros semicualificados
y 5) obreros no cualificados. En este contexto, se deriva que cuanto más alta
sea en la escala jerárquica, mayor será su reconocimiento por parte de la
sociedad (salarios, sueldos, beneficios adicionales al salario, entre otros).
Atria (2004) define que el poder constituye la base de las relaciones
entre el nivel de ocupación y el nivel de recompensa. Para Parsons (1999), el
poder sobre el sistema social depende del grado de institucionalización del
derecho a los patrimonios particulares y de su generalización se origina la
cualificación. Según Mesa-Lago (1978), la delimitación de capacidades tiene un
alto valor dentro de una economía industrializada y su posesión constituye un
47
Véase Dahrendorf (1959)
120
“poder de mercado”, el cual es el principal determinante de la recompensa
ocupacional y, por ende, factor predominante de la desigualdad.
En economías más tradicionales y con menor desarrollo, se admiten otro
tipo de influencias sociales que se convierten en fuente de recompensas, como
son el estatus, la organización sindical, la influencia del control militar de las
armas (poder militar) o el prestigio de determinadas carreras (capacitación
laboral en términos de educación), el lugar de residencia, la raza, etc. Hogg
(2008) se refiere a que el poder puede interpretarse como aquella capacidad o
habilidad por ejercer influencia. Es así que Raven (2012) señala seis aspectos
sobre los que se origina el poder como resultado del nivel de influencia:
coercitivo, recompensa, legítimo, experto, de referencia e informativo.
Bauman (2013) apunta como causa principal de la estratificación la
libertad de desplazarse y el acceso a una mercancía escasa y distribuida de
manera desigual. La profundización de la estratificación en las sociedades en
desarrollo será consecuencia directa de los niveles de influencia (Mesa-Lago,
1978). Determinados privilegios, no necesariamente relacionados con la
protección social, están en relación con el grado del “poder de negociación
político”, propio de grupos sociales de estratos medios y altos (empleados),
quienes buscan articular e influir en función de sus intereses frente a grupos
menos poderosos y con niveles más bajos (obreros).
En la generalidad de países de América Latina, los mecanismos de
protección social como los sistemas de pensiones no cumplen con su objetivo
redistributivo, sino que buena parte de las pensiones constituyen un subsidio
puro a favor de los grupos con mejores ingresos (Cetrángolo, 2009). La
influencia que los grupos de presión ejercen sobre el Estado, en especial
cuando el marco constitucional no pone límites claros a sus obligaciones frente
a los derechos sociales, permite que se demanden obligaciones incluso de
carácter no social, de beneficio para determinados sectores.
De acuerdo con el modelo propuesto en el Inter-American Research
Training Seminar de 1975, se desprende que la estratificación desarrollada en
sociedades democráticas y pluralistas no es provocada únicamente por los
121
grupos de poder que, a través de la presión ejercida sobre el Estado, buscan
obtener mejores condiciones de protección por parte del sistema de seguridad
social. En este sentido, será el mismo Estado quien promueva la estratificación
con el objetivo de cooptar a determinados grupos de presión provenientes de
clase económica media y que se desenvuelven en las zonas urbanas, mediante
la preservación de su statu quo (Mesa-Lago, 1978).
Estos últimos se caracterizan por su buen nivel educativo, su
cualificación y/o fuerza sindical o política, ya sean empleados públicos,
profesionales, empleados y obreros de sectores estratégicos. Dichos grupos,
denominados por Mesa-Lago (1978) como “enclaves ocupacionales”, se han
beneficiado de mejores condiciones de seguridad social otorgadas por las élites
del poder. El Estado, al tener la iniciativa sobre las condiciones de la seguridad
social, está en posición de mantener el control y neutralizar la oposición a
cambio de mejoras en su calidad de vida, situación que ha profundizado la
brecha social en perjuicio de los grupos marginales.
Complementarios a estos dos modelos generadores de la estratificación
social, Mesa-Lago (1978) considera la participación de otros grupos vinculados
con los partidos políticos y la burocracia del sistema de seguridad social,
quienes, desde sus intereses y nivel de control, infieren en el marco de entrega
de beneficios. Los primeros con el objetivo de expandir su clientela política y
los últimos buscando obtener una relativa independencia al decidir la
ampliación de su cobertura social a nuevos grupos.
La clasificación de los grupos de poder basados en el tipo y calidad de
asistencia médica recibida, denominados por Roemer (1964) como “clases
sociales”, considera los grupos sociales en la siguiente jerarquización: 1) la
élite social compuesta por los terratenientes, grandes comerciantes,
industriales y profesionales de alto nivel, 2) los militares, policías y empleados
públicos, 3) los empleados y pequeños empresarios, 4) los trabajadores
industriales manuales, 5) los campesinos peones y subempleados urbanos y 6)
los indios.
122
Marshall (1968), en relación a los grupos sociales existentes en América
Latina, los segmenta de la siguiente forma: 1) los hacedores y ejecutores de la
ley, diputados y miembros de las Fuerzas Armadas respectivamente, 2)
empleados públicos, 3) asalariados urbanos, 4) obreros de gremios
organizados, 5) personas de estratos de bajos ingresos, como las trabajadoras
domésticas y personal no cualificado. De estas clasificaciones de la sociedad
respecto al nivel de influencia en las políticas sociales se desprende que la
principal base para la estratificación radica en la estructura ocupacional.
1.2.1 Grupo de Presión Militar
En el contexto de la evolución de la sociedad latinoamericana desde las
épocas de independencia, sus gobiernos se han establecido bajo sistemas
políticos autoritarios. Según García (2002), se han caracterizado por tener
gobiernos con un presidencialismo fuerte, ejércitos cercanos al poder
presidencial, ciudadanos pasivos y receptivos más que participativos, con
grandes diferencias entre élites y pueblo. El “grupo de poder” conformado por
los miembros de las Fuerzas Armadas ha basado su poder en el control de las
armas y el control del orden, constituyéndose como actor directo del
ordenamiento y de la recuperación del statu quo en determinados momentos
históricos de la región.
Una tipología militar elaborada por García (2002) presenta cuatro
características que difieren de otras evoluciones militares en el mundo. En
primer lugar, se las considera como fundacionales, ya que permitieron el
nacimiento del Estado-nación. En segundo lugar, son merecedoras del
reconocimiento social, por su participación en importantes roles nacionales,
algunos ellos no fueron considerados en sus marcos constitucionales. En tercer
lugar, las gestas militares, por medio de las que han sido merecedoras del
prestigio y reconocimiento de la sociedad, considerándolas héroes en ese
campo. Finalmente, fueron protagonistas directas del ejercicio del poder por
períodos más o menos prolongados, dotándolas de un fuerte posicionamiento
político.
Lowenthal (1973) señala que las Fuerzas Armadas, en gran parte de los
países de América Latina, participan activamente en la política sin necesidad
123
de ser gobierno. Esto ayuda a entender la razón del apoyo gubernamental que
mantienen, sumado al reconocimiento de la sociedad. Para Kruijt & Koonings
(2002), la posición política y de influencia de las Fuerzas Armadas permitió que
se estableciese un sistema “envidiable de seguridad social”, sumado a criterios
en la misma línea planteados por Mesa-Lago (1978).
Según Mesa-Lago (op. cit.), los sistemas establecidos para las Fuerzas
Armadas se han fundamentado en el relevante rol desempeñado para el
reestablecimiento de un determinado orden social. Esta situación ha permitido
que sean grabadas en la conciencia social como un “sentido de compromiso”,
que, a su vez, ha impulsado una determinada posición de privilegio mediante la
concesión a sí mismas o a través de sus gobernantes de mejores condiciones
en sus sistemas de seguridad social48.
Las Fuerzas Armadas, basándose en la naturaleza y el riesgo que
involucran sus actividades, ya sean en período de entrenamiento o durante el
desarrollo mismo de una acción militar (guerras coloniales y de independencia
o en guerras con estados limítrofes), fueron las primeras que presionaron para
lograr pensiones de invalidez y protección de sus sobrevivientes. En cuanto a
la cobertura sanitaria, este grupo cuenta con los más modernos y mejor
equipados centros de atención médica de Latinoamérica, justamente porque su
objetivo es brindar atención general a las necesidades resultantes de un
conflicto armado.
En el caso ecuatoriano, la mayoría de los miembros de las Fuerzas
Armadas no se retiran a una edad avanzada. La edad mínima requerida para
jubilarse, como se verá más adelante, es de alrededor de 20 años de servicio,
con una edad mínima que oscila entre los 42 y 45 años de edad. Esta situación
provoca que la institución militar se caracterice por el alto nivel de rotación
institucional.
48
Frühling, Portales, & Varas (1982), desde el análisis del caso chileno, determinan el papel que han desarrollado las Fuerzas Armadas dentro de la sociedad, así como su evolución dentro del poder político. Kruijt & Koonings (2002) profundizan en el papel político que los militares desempeñaron durante el siglo XX en el contexto latinoamericano.
124
1.2.2 Influencia Militar en la Política Social
La influencia militar en la política de los Estados de Suramérica desde la
primera mitad del siglo XX, según Leal Buitrago (2003), tiene su base en la
doctrina de Seguridad Nacional. Sus raíces se remontan al siglo XIX, de las
que sobresalen el desarrollo simultáneo de las instituciones militares y los
Estados nacionales y la influencia ibérica y europea. El proceso de formación
de los Estados nacionales, caracterizado por la inestabilidad económica, las
difíciles condiciones para la integración social y la fortaleza de las estructuras
militares frente a otras instancias estatales, facilitaría la autoproclamación de
estas como dinamizadoras de la economía e integradoras de la sociedad.
La fuerte tradición ibérica en América del Sur (reforzada por la tendencia
militar a influir en los asuntos civiles), complementada por la absorción de
principios militares de la España franquista (como presupuesto doctrinario de la
seguridad nacional), permitieron la formación de los Estados nacionales en la
región (Loveman, 1993). Esta influencia ibérica reafirmada por las nociones de
defensa nacional, según Tapia Valdés (1988), hicieron énfasis en la concepción
orgánica del Estado, en el carácter estratégico de los recursos naturales y las
fronteras y en el conflicto potencial entre países vecinos, motivado por la
competencia por el control del espacio y los recursos limitados.
En este sentido, al ser la carrera militar el camino más rápido y seguro
para llegar a la jefatura máxima de diversión países de América Latina, como
sucedió en el caso de Argentina, Bolivia, Brasil o Ecuador, entre otros, (Kruijt &
Koonings, 2002), las Fuerzas Armadas tendrían la función de colaborar con el
desarrollo nacional, lo que facilita que los militares tengan intereses en algunas
áreas de la economía y la educación (Alcántara Saez, 1991; Montecinos,
2010).
El involucrar a las Fuerzas Armadas en las políticas públicas hace muy
difícil marginarlas de la toma de decisiones, razón por la que Montecinos
(2010) determina que los militares seguirán siendo actores en la política de
América Latina. Davies & Loveman (1997) señalan que, bajo estas premisas,
las Fuerzas Armadas han sido un actor determinante en las decisiones políticas
de los países de América Latina y su presencia permitirá conseguir la
125
modernización, el desarrollo económico y la estabilidad social. El rol
desempeñado por las Fuerzas Armadas les habría permitido estructurar un
sistema de seguridad social preferencial respecto al resto de la sociedad
(Mesa-Lago, 1978).
1.3 Gasto en Defensa
La definición de gasto militar, metodológicamente, debería tener dos
niveles de expresión: el primero, una definición básica de encuadramiento de lo
que se considera gasto militar orientado a las operaciones militares, y aquel
gasto que no lo es como salud, educación, pensiones (Scheetz, 2001). La
naturaleza de los gastos militares va más allá del ámbito de la economía
(Cypher, 2007). Es así que el nivel de los gastos de defensa, en especial el
realizado por los países de Latinoamérica, puede verse incrementado por
efecto de los rubros orientados al mantenimiento de personal en el que se
incluyen los gastos previsionales.
La tendencia mundial por incrementar los niveles de gasto militar y la
adquisición de armas, no es ajena al comportamiento en América Latina
(Stockholm International Peace Research Institute, 2013). Es además
justificada la preocupación gubernamental respecto a la racionalización de los
recursos dirigidos al gasto militar, considerando que, al igual que cualquier otro
gasto público, es necesario determinar el impacto, la eficacia y la eficiencia del
gasto militar (Lahera & Ortúzar, 1998). Los estudios realizados evidencian cada
vez más y con más fuerza, el efecto negativo de los gastos militares en el
crecimiento de la economía (Duffield, 2004; Dunne & Tian, 2013).
El impacto de los gastos militares, con frecuencia, no es considerado
como significativo para el crecimiento económico49. Sin embargo, la mayoría de
países dirigen ingentes recursos de su PIB para gastos de defensa (Aizenman
& Reuven, 2003). En este sentido, Chowdhury (1991) determina que la relación
entre el gasto en defensa y el crecimiento económico no puede ser general
para todos los países. Los recursos asignados a la defensa tienen dos
enfoques. Por un lado se consideran un despilfarro que no estimula el
49
El gasto militar mundial se redujo en 2013 un 1,9 por ciento en términos reales, para llegar a USD. 1,747,000 millones (Freeman & Solmirano, 2014).
126
desarrollo, sino que, por el contrario, genera destrucción social y económica a
raíz de un conflicto (Collier, 2006). Por otro, se concibe que las inversiones en
defensa no favorecen el crecimiento económico, salvo cuando el gasto militar
es consecuencia de la presencia de grandes amenazas externas que obligan a
la intervención armada (Aizenman & Reuven, 2003; Dunne, Smith, &
Willenbockel, 2005).
Ante la necesidad de identificar los principales factores que afectan a la
relación entre el gasto militar y el crecimiento, Saadet & Sen (1995)
desarrollaron varios modelos teóricos de análisis, cuyas líneas se sustentan en
tres enfoques:
Relacionar la tasa de crecimiento del PIB, la tasa de ahorro o inversión, la
balanza comercial y la cuota de los gastos militares en el PIB, para estimar
el impacto del gasto militar.
Enfatizar que la externalidad, positiva o negativa, puede surgir de un
subsector de la economía global (en este caso el de defensa).
Considerar la seguridad como bien público básico e imprescindible50.
En este contexto, según Samuelson (2009), los bienes puramente
públicos son aquellos relacionados con la defensa nacional. Es así que el coste
que demanda su provisión y suministro deberá ser asumido por los sectores
civiles mediante sus aportes. Los beneficios de esta financiación no se verán
reflejados en el crecimiento económico pero son necesarios para el desarrollo.
La inversión en defensa implica un costo de oportunidad para la economía
productiva. La seguridad, según Saadet & Sen (1995), al ser un bien público
proporcionado por la fuerza militar a coste cero, no tiene precio en el mercado.
En esta misma línea, Grautoff & Jaramillo-Jassir (2010) definen el gasto
de defensa como un bien público que afecta a la producción nacional, en la
medida en que se alimenta de los recursos de los sectores productivos y
provoca perturbaciones al Estado de bienestar. En el contexto internacional, a
50
Esta línea de análisis y de fundamento del gasto en defensa es la que permite direccionar recursos hacia este sector, en especial a la seguridad social, inclusive conscientes del gran esfuerzo económico que significa para un país el mantener a sus Fuerzas Armadas.
127
0
200
400
600
800
1000
1200
1400
1600
1800
2000
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partir del fin de la Guerra Fría los gastos militares comenzaron a disminuir
(Gráfico 7). Saadet & Sen (1995) vinculan esta tendencia con la crisis mundial
de armas, mientras que Coulomb & Fontanel (2005) señalan que este
comportamiento parecería ser el resultado de que el gasto militar es
considerado como una carga económica en lugar de una fuerza del desarrollo
económico.
Gráfico 7 Evolución Mundial del Gasto Militar 1988-2013
Fuente: SIPRI (2012)
El gasto militar es uno de los más significativos del mundo. Representa
el 2,5% del PIB y aproximadamente USD. 251 de PIB per cápita. La tendencia
mundial se incrementó un 19,7%, pasando de USD 1.464.000 millones a USD
1.753.000 millones entre el 2008 y 2012. Uno de los presupuestos más
representativos es el de los Estados Unidos con el 40% del gasto mundial.
Según el Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013)51, sus gastos se redujeron
en el 6%, como medida para enfrentar los efectos de la posguerra con Irak,
situación que produjo reajustes en su economía interna.
El gasto militar, tradicionalmente, se encontraba estrechamente
relacionado con los conflictos interestatales (Duffield, 2004). En la actualidad,
como se detalla en la Tabla 9, son mucho menos comunes que los conflictos
internos. Según Wallensteen & Sollenberg (2001), para finales del año 2000 de 51
El estudio realizado por el Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013) se concentra en el análisis del gasto en defensa de América del Sur. Para efectos de este estudio y por incluir países como México, la información referenciada se ha señalado como la correspondiente a América Latina en general.
128
los 33 conflictos armados existentes en el mundo, 31 correspondían a
problemas internos y dos, el caso de India-Pakistán y el de Eritrea-Etiopía,
fueron de carácter internacional. Este comportamiento global estaría
impulsando a países con un menor desarrollo, cuya presencia militar global no
es determinante para reestructurar sus presupuestos, a dirigir mayores
recursos a otros sectores de la economía.
Tabla 9 Conflictos armados mundiales por región 1989-2000
Año Europa Medio Oriente Asia África América Total
1989 2 4 19 14 8 47
1990 3 6 18 17 5 49
1991 6 7 16 17 5 51
1992 9 7 20 15 4 55
1993 10 7 15 11 3 46
1994 5 5 15 13 4 42
1995 5 4 13 9 4 35
1996 1 5 14 14 2 36
1997 0 3 15 14 2 34
1998 2 3 15 15 2 37
1999 3 2 14 16 2 37
2000 1 3 13 14 1 32
Elaboración propia a partir de Wallensteen & Sollenberg (2001)
En América Latina el fantasma de las guerras parecería ser un problema
del pasado. Latinoamérica sería una de las regiones más pacíficas del mundo
en función de la cantidad de conflictos armados tanto de carácter interestatal
como interno. Para finales de la década de 1980, se desarrollaban 8 conflictos
armados52. A día de hoy la región se enfrenta a un conjunto de realidades
distintas propias de la transición de las épocas de dictaduras (Garzón Vergara,
et. al 2012). El problema regional evolucionó con una lógica propia de la Guerra
Fría, debido a su carácter de ser una guerra contra el terrorismo y el
narcotráfico (Pizarro Leongómez, 2002).
El conflicto interno de Colombia se ha extendido sobre sus fronteras
involucrando a los países de la región, en especial al Ecuador en cuanto al
problema de seguridad fronteriza. Esta amenaza contra la seguridad impulsó
que el Ecuador haya ido incrementando sus presupuestos de defensa. Para el
año 2015, la proforma presupuestaria de defensa es de alrededor de USD
52
En la actualidad se encuentra latente el escenario colombiano con su conflicto interno armado.
129
1.682 millones53. En el caso venezolano, sus incrementos de gasto, según
Grautoff & Jaramillo-Jassir (2010), han sido justificados en la lógica que
relaciona la posibilidad de una “Guerra Asimétrica” con Estados Unidos, sobre
el conflicto interno colombiano.
El caso mexicano, caracterizado por el violento aumento del narcotráfico
y su penetración en las élites del poder y en los diversos sectores de la política,
ha sido motivo para que el problema de las drogas se incorpore en la agenda
de seguridad interna del país (Alvarado & Serrano, 2010). El caso chileno, a
diferencia del mexicano y colombiano, trata de uno de los litigios territoriales
mantenidos con Bolivia a raíz de la Guerra del Pacífico (1879-1883) (Bonilla,
1980). Brasil, por su parte, al no tener conflictos internos y externos en el siglo
XX, es considerado una potencia pacificadora (Gratius, 2007).
Las condiciones de seguridad en América Latina, por su posición frente
a las amenazas internas y externas y a las necesidades de desarrollo social de
la región, han generado profundos debates respecto a la pertinencia o no de
los gastos en defensa y seguridad. Las diversas posturas se ciñen en torno a la
discusión de cuándo estos gastos, por un lado, se consideran atentatorios
contra otras prioridades relacionadas con la economía social como salud y
educación (Freeman, 2011). Por otro, en relación a que estos gastos pueden
generar niveles de bienestar, promover la paz y minimizar riesgos de violencia
(Grautoff & Jaramillo-Jassir, 2010), son considerados pertinentes.
En este contexto, estudios realizados como el de Freeman (2011), en el
que se relaciona el impacto de gasto militar sobre los destinados a salud y
educación en América Latina, determinan que no se presentan evidencias en
torno a que el aumento del presupuesto al sector militar afecte a las inversiones
en áreas de carácter social o resten prioridad a otras áreas como la salud y la
educación. Por el contrario, la tendencia regional del gasto en salud y de
53
El Ministerio de Defensa tiene una asignación solo por debajo del de Educación, Salud, Recursos Naturales y de Electricidad y Energía y por encima de sectores como Inclusión Social, Transporte, Agricultura, entre otros.
130
0
0,5
1
1,5
2
2,5
3
3,5
4
4,5
5
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Salud Educación Militar
educación54 durante el período 1995-2009, aumenta, mientras que disminuye la
carga militar (Gráfico 8).
Gráfico 8 El gasto militar, en salud y en educación como acciones de PIB de
América Latina, 1995-2010
Fuente: Tomado de Freeman (2011 p.2), p.2
De los datos obtenidos del SIPRI (2012), se denota que mientras la
tendencia del gasto militar es decreciente a partir del 2003, el gasto en salud
como porcentaje del PIB, aumenta. Según Freeman (2011), ningún país de
América Latina evidencia vínculos que relacionen los gastos militares con los
de salud y educación; es decir, la propensión hacia inversión en el sector de
defensa, sea alta o baja, no incide sobre la inversión social. Es así que en el
tiempo, los niveles altos de gasto militar y salud como porcentaje del PIB, han
sido simétricos y en igualdad de condiciones.
El gasto en defensa respecto al PIB de América del Sur, pasó del 1,70%
en el año 2008 al 1,47% en el año 2012. Se destacan países como Ecuador,
Chile y Colombia, que tienen las mayores inversiones en defensa. Así también,
aunque con menores niveles, Surinam, Guyana y Argentina (Gráfico 9). La
reducción del gasto militar, según el Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013),
obedece a una de las medidas adoptadas por la región, con el fin de hacer
frente a la crisis financiera y económica, y reducir los altos niveles de
desempleo.
54
El gasto en educación a partir de 1998 tiende a incrementarse de manera más moderada que el gasto en salud.
131
0,87
1,52 1,67
2,8 2,88 3,15
1,02 1 1,28
0,7
2,07
1,05
1,7
0,84 1,22 1,41 2,27 2,06 3,29 0,8 1,63 1,03 0,7 1,84 1,3 1,47
2008 2012
Argentina; 6,40%
Bolivia; 0,50%
Brasil; 53,70%
Chile; 9,70%
Colombia; 12,00%
Ecuador; 4,30%
Guyana; 0,04%
Paraguay; 0,70% Perú; 3,30%
Surinam; 0,05% Uruguay;
1,50% Venezuela; 7,90%
Gráfico 9 Evolución del porcentaje de gasto en defensa con respecto al PIB
(2008-2012)
Elaboración propia a partir del Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013)
Los índices de gasto en defensa respeto al PIB regional de 1,47% y el
PIB mundial de 2,5%, más allá de ser destinados al desarrollo de proyectos de
reequipamiento de su potencial bélico, muestran que, en general, América del
Sur mantiene una política moderada en materia de defensa. En el Gráfico 10,
se muestra el nivel de participación de los gastos de defensa en Sudamérica.
Gráfico 10 Nivel de participación de los gastos de Defensa por país en Sudamérica
Fuente: Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013)
En el nivel de participación de los gastos en defensa por país, en el total
regional es destacable la situación de Brasil, país que representa más del 50%
132
Gastos de Personal (Incluye
Prestaciones Previsionales)
65,30%
Bienes y Servicios 14,80%
Inversiones 18,50%
Otros Gastos 1,40%
de los gastos de la región, seguido por Chile y Colombia, que constituyen el
22% del total regional. Aquellos países que mantienen un nivel medio de gasto
en defensa son Argentina, Venezuela, Ecuador y Perú, siendo el grupo de
Paraguay, Uruguay, Bolivia y Surinam el que menor nivel de gasto dirigen al
sector de defensa.
En la composición porcentual del gasto en defensa, se han considerado
aquellos gastos que están destinados a solventar las necesidades de personal,
inversión, bienes y servicios, y otros gastos. El mayor porcentaje del gasto se
destina a los gastos a personal, seguido por las inversiones, que, en relación a
los gastos de personal, se benefician de aproximadamente la tercera parte. En
el Gráfico 11 se aprecia el nivel de participación que tiene cada rubro en la
generalidad de la región.
Gráfico 11 Composición Porcentual del Gasto de Defensa en Sudamérica
2012
Fuente: Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013)
En el 65% de los gastos de personal, se incluyen los de miembros en
servicio activo, así como aquellos destinados a cubrir los beneficios de retiro
del personal de las Fuerzas Armadas. Para el Estado, el sostener total o
parcialmente el gasto de pensiones del personal de las Fuerzas Armadas y
bajo las especificidades de sus regímenes, representa el comprometimiento de
altos porcentajes del presupuesto destinado a la defensa. En la Gráfico 12 se
presenta la estructura del gasto en defensa de los países de América del Sur.
133
Gráfico 12 Estructura en porcentaje del gasto de Defensa en América del Sur
2012
Nota: El porcentaje correspondiente a otros gastos de Bolivia, fue reajustado
Fuente: Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013)
Los gastos de personal, en los que se incluyen las prestaciones
previsionales, constituyen el mayor rubro en el presupuesto de defensa. Una de
las razones es el gasto ocasionado por el pago de pensiones al personal militar
en situación de retiro, así como los gastos destinados al pago de sueldos del
personal en servicio activo. A continuación, dependiendo de la planificación en
defensa de cada país, se encuentran los recursos destinados a inversiones
militares o gastos en bienes y servicios.
En este aspecto se destaca que, en razón de la proporción de los gastos
realizados, el objetivo de los presupuestos, más allá de incrementar su
operatividad con equipo y armamento, está destinado a la atención de las
necesidades de personal. En el caso del Ecuador, el gasto en defensa no
incluye la asignación correspondiente a gastos previsionales. Estos se
entregan por medio del presupuesto asignado al subsidio de la Seguridad
Social Militar; es decir, para tener una referencia total de los recursos
entregados a este sector, se considerarán los gastos militares y el
correspondiente el subsidio a la seguridad social militar.
1.3.1 Presupuesto de Defensa en América Latina
Las políticas nacionales que involucran decisiones sobre el sector de
defensa son, para la generalidad de los países, cuestiones muy sensibles,
77,97%
68,59%
68,30%
60,90%
54,97%
76,49%
69,80%
56,86%
84,40%
48,73%
19,03%
27,39%
12,07%
11,20%
28,39%
11,83%
10,46%
30,70%
12,82%
8,86%
2,88%
3,26%
18,67%
26,70%
11,79%
11,22%
18,50%
12,20%
2,78%
41,00%
0,12%
0,76%
0,96%
1,20%
4,85%
0,46%
1,24%
0,24%
1,41%
0,00% 10,00% 20,00% 30,00% 40,00% 50,00% 60,00% 70,00% 80,00% 90,00% 100,00%
Argentina
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Ecuador
Paraguay
Perú
Uruguay
Venezuela
Gastos de personal… Bienes y Servicios Inversiones Otros Gastos
134
especialmente cuando estas se vinculan con la asignación de recursos
económicos. Los temas de defensa, regularmente, son aspectos que no tienen
mucho interés para la sociedad, salvo cuando las Fuerzas Armadas hacen
frente a otro tipo de amenazas regionales como el narcotráfico, conflictos
internos que se extienden sobre sus fronteras, o se prima la atención en la
solución de problemas sociales ligados al desempleo, la delincuencia o la
pobreza (Corporación Latinobarómetro, 2010).
Los presupuestos en defensa, a nivel mundial, son tratados bajo un alto
grado de discrecionalidad. El acceso total a los datos se dificulta debido a que
la información, por razones que responden a la naturaleza de los aspectos de
seguridad, requiere un manejo discreto (Sibilla, 2003). Al ser un área sensible,
los gobiernos prefieren mantener en reserva este tema, lo que no significa que
la inversión pública destinada a la defensa no tenga control (Veloso, 2006). En
la Tabla 10 se compara los presupuestos de defensa de América Latina con
otros países del mundo.
Tabla 10 Relación en los presupuestos de defensa de Latinoamérica con otros
países
País
Presupuesto de Defensa
año 2012(en millones de
USD)(a)
Presupuesto total de Defensa
países sudamericanos año 2012
(en millones de USD) (b)
Relación (b/a)
Estados Unidos 677.900
62.694*
9,2 %
China 106.400 58,9 %
Rusia 61.680 101,6 %
Reino Unido 61.100 102,6 %
Japón 58.823 106,6 %
Francia 55.512 112,9 %
Arabia Saudí 50.800 123,4 %
Alemania 48.123 130,3 %
India 40.800 153,7 %
MUNDIAL 1.753.000 3,6 %
Nota: El gasto corriente al 2013 fue de 67.383,2 según SIPRI (2012)
Fuente: Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013)
América del Sur, a partir del 2003, en concordancia con la mayoría de
regiones del mundo, incrementa su gasto militar a una tasa promedio del 8,5%
anual, alcanzando los USD 67,3 mil millones en 2013 (SIPRI, 2012). Los
factores de seguridad que impulsan el reforzamiento militar en Latinoamérica
son, entre otros, el conflicto interno en Colombia y México, los altos niveles de
violencia criminal organizada, los altos niveles de pobreza e inequidad en la
135
región. Aspectos de seguridad caracterizados por la inexistencia de amenazas
de conflictos interestatales.
El presupuesto de defensa, durante el período 2008-2012 en
Latinoamérica, se incrementó en un 25,06%, mientras que en el período 2008-
2013 el incremento fue del 34,41%55. El destino de los recursos difiere en
función de cada política de defensa: pueden ser orientados al crecimiento (p.
ej. Paraguay destinó sus recursos al mejoramiento sustancial y la
infraestructura de las FF.AA.), al reequipamiento de las FF.AA (p. ej. Argentina
compensó su nivel de operatividad frente a la inflación en torno al gasto de
personal, inversiones, mantenimiento de equipo y armamento). Asimismo, los
recursos se orientan al gasto de personal56 (Centro de Estudios Nueva
Mayoría, 2013).
En el caso del Ecuador, los recursos de defensa se destinan al
desarrollo del proceso de reestructuración de las Fuerzas Armadas. Según la
Presidencia de la República del Ecuador (2014), se prevé una inversión de
USD. 1.558,4 millones hasta el 2017, recursos destinados a la mejora de
infraestructura, personal y mejoramiento de las capacidades estratégicas.
Venezuela con un incremento de su gasto militar al 7,15%, destinó recursos a
la compra de armamento y equipo (Tabla 11).
55
Los datos presentados por Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013), para el año 2008, difieren de los presentados por el SIPRI (2012), pese a que no se considera el gasto de defensa de Surinam, el gasto del 2008 es de USD. 59.428,6 millones. 56
Por ejemplo, Uruguay destinó recursos hacia una importante actualización de salarios
136
Tabla 11 Evolución del Presupuesto de Defensa 2008 - 2012 (Incluye Sistema Previsional y Organismos descentralizados. No incluye fuerzas intermedias)
País Presupuestos de Defensa (en millones de dólares)
(1)
Año 2008 Año 2012 Año 2013(2)
Argentina 2.830,467 4.003,190 4.929,00
Bolivia 258,672 335,951 404,00
Brasil 27.540,831 33.665,870 36.165,00
Chile (2)
5.019,714 6.095,264 5.309,00
Colombia 6.764,721 7.529,000 12.465,00
Ecuador 1.914,732 2.662,277 2.596,00
Guyana 19,700 22,304 31,20
Paraguay 186,854 423,040 458,00
Perú 1.622,473 2.047,510 2.638,00
Surinam 24,000 33,166 n/d
Uruguay 629,429 912,551 942,00
Venezuela (3)
3.321,487 4.964,807 4.487,00
Total 50.133,080 62.694,930 67.383,200 (1)
Los presupuestos fueron transformados de la moneda de cada país a dólares estadounidenses corrientes al tipo de cambio
promedio de cada año considerado según las cotizaciones de los respectivos Bancos Centrales. (2)
Según el Stockholm International Peace Research Institute SIPRI (2012) (3)
Incluye el aporte de la Ley 13.196 Reservada del Cobre. (4)
Incluye la Guardia Nacional.
Fuente: Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013); SIPRI (2012)
En el caso de Brasil, en la relación entre los presupuestos de defensa y
los presupuestos nacionales, la magnitud de estos últimos es tan grande que,
aunque dedican un importante esfuerzo al sector de la defensa, su relación
resultante no parece significativa57. Entre los países de América Latina que más
invierten en defensa nacional con relación al PIB se destacan Chile, Ecuador,
Colombia y Uruguay, cuya tendencia no ha variado desde el año 2008 (Tabla
12).
Tabla 12 Presupuestos de Defensa de los países de América del Sur, en relación con el PIB 2013
(En millones de dólares)
País PIB 2013 Presupuesto de defensa Porcentaje respecto al PIB
Argentina 501.758,21 4.766,703 0,95%
Bolivia 29.629,29 456,291 1,54%
Brasil 2.285.175,49 32.449,492 1,42%
Chile 330.883,63 6.286,789 1,90%
Colombia 260.094,59 8.843,216 3,40%
Ecuador 121.038,59 2.057,656 1,70%
Guyana 3.011,00 33,121 1,10%
Paraguay 30.876,99 512,558 1,66%
Perú 166.391,64 2.329,483 1,40%
Surinam - n/d -
Uruguay 50.384,26 957,301 1,90%
Venezuela 533.813,64 7.473,391 1,40%
Fuente: Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013); SIPRI (2012)
Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay y Uruguay invierten un
porcentaje superior al 1,5% del PIB al sector de defensa. En términos
57
Su porcentaje de gasto en defensa del 2,94 % del presupuesto nacional, lo posiciona en el undécimo lugar a nivel mundial.
137
absolutos, aquellos países que mayor cantidad de recursos dirigen a sus
Fuerzas Armadas son Brasil, Colombia, Venezuela y Chile.
La composición del presupuesto de defensa suele presentar dificultades
en el momento de analizar los diferentes tipos de gastos que contiene. Entre
los más complejos se encuentra el correspondiente a las Prestaciones
Previsionales. En este sentido, los países han configurado una red de
instituciones destinadas a la planificación, ejecución y control de los servicios
asistenciales y beneficios sociales como el pago de los retiros y pensiones. En
muchos casos se han estructurado bajo un esquema de regímenes especiales
y en otros a cargo total del Estado.
1.3.2 Estructura de personal de las Fuerzas Armadas a nivel mundial
La presencia de las Fuerzas Armadas en el contexto mundial obliga a
que se desarrollen políticas de defensa que involucran, entre otras, estrategias
dirigidas a mantener un eficiente y motivado recurso humano. El mantenimiento
de las fuerzas militares requiere ingentes recursos del presupuesto estatal para
mantener toda su estructura, no solo en recursos dirigidos al personal en
servicio activo, sino también el orientado al sostenimiento de sus reservas y
pensionistas. En este contexto, es importante determinar la magnitud de las
Fuerzas Armadas en cuanto al número de sus efectivos.
Los gastos asumidos por el Estado no terminan cuando sus miembros
pasan al servicio pasivo. De hecho, uno de los motivantes para formar parte de
las Fuerzas Armadas son los complementos a sus compensaciones (Asch &
Warner, 1994). El mayor empleador en las economías del mundo es el sector
militar, tanto por su cantidad de personal como por las asignaciones
económicas que requieren (Asch, Hosek, & Mattock, 2013). En la Tabla 13 se
aprecia la cantidad de efectivos militares de las Fuerzas Armadas de América
Latina y de los países más representativos a nivel mundial.
138
Tabla 13 Número personal en servicio activo de las Fuerzas Armadas 2012
AMÉRICA LATINA RESTO DEL MUNDO
PAÍS EFECTIVOS
TOTALES
*POBLACIÓN
TOTAL % PAÍS
EFECTIVOS
TOTALES
POBLACIÓN
TOTAL %
Argentina 75.700 41.424.822 0,18 Alemania 200.500 80.425.823 0,25
Bolivia 46.300 30.389.596 0,15 Bélgica 34.500 11.128.246 0,31
Brasil 337.400 199.985.126 0,17 EEUU 1.450.000 313.873.685 0,46
Chile 64.200 17.602.946 0,36 España 124.500 46.761.264 0,27
Colombia 268.500 48.373.997 0,55 Francia 228.000 65.676.758 0,35
Ecuador 60.800 15.768.918 0,38 Países
Bajos
37.500 16.754.962 0,22
Guyana 1.100 *795.369 0,14 Gran
Bretaña
170.500 63.695.687 0,27
Paraguay 10.690 6.782.282 0,16 Italia 180.000 59.539.717 0,30
Perú 117.000 30.297.279 0,39 Polonia 104.300 38.535.873 0,27
Surinam 1.840 *534.541 0,34 Rumania 71.000 20.076.727 0,35
Uruguay 24.600 3.406.545 0,72 Rusia 810.000 143.178.000 0,57
Venezuela 97.900 30.389.596 0,32 China 2.120.000 1.350.695.000 0,16
México** 330.000 119.321.339 0,28 Japón 241.000 127.561.489 0,19
* Datos correspondientes al año 2013
Fuente: Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013); **Tapen (2012); CELADE -
División de Población de la CEPAL (2013); World Data Bank (2012)
Elaboración propia
El balance militar de América Latina, así como de otros países cuyas
Fuerzas Armadas son más representativas a nivel mundial, determina que en
ningún caso superan el 1% de su población. El ranking de países del resto del
mundo revela que los países con mayor gasto militar son Rusia, Estados
Unidos, Francia y Rumania. Entre los países con un porcentaje más bajo se
ubican China y Japón. En términos absolutos, los países con un mayor número
de efectivos son China, Estados Unidos y Rusia, situación que estrechamente
se vincula con la magnitud poblacional.
En el caso de América Latina, los países que porcentualmente tienen
mayor número de miembros en las Fuerzas Armadas son Uruguay, Colombia,
Perú, Ecuador y Chile. En términos absolutos, los países más representativos
son Brasil, México, Colombia y Argentina. En la generalidad de la región, las
Fuerzas Armadas se encuentran en un proceso de reestructuración. Este
aspecto no es ajeno a la realidad mundial. En el caso de los Estados Unidos, la
gran magnitud de sus Fuerzas Armadas ha provocado una reestructuración
que se ha traducido en una reducción de 2 millones de efectivos a un total de
1,4 millones (Asch & Warner, 2014).
139
Según el Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013), la evolución en la
cantidad de efectivos de las Fuerzas Armadas de Latinoamérica no ha tenido
alteraciones sustanciales. La variación de la región oscila entre 1.004.000
efectivos en el 2004, 1.083.000 en el 2008 y 1.106.000 en 2012. El caso de las
Fuerzas Armadas de Colombia, debido a su situación interna, al contrario de
entrar en un proceso de reestructuración con la reducción de sus efectivos,
incrementó sus miembros de 213.200 en el 2004 a 268.500 en el 2012.
Aspecto que también sucedió en Venezuela con el incremento de sus efectivos
de 56.000 a 97.900 miembros en el 2012.
Por el contrario, en países como el caso de Chile y Paraguay, sus
Fuerzas Armadas fueron reducidas de los 80.900 efectivos a 64.200 y de
18.500 miembros a 10.690, respectivamente. El Ecuador también está
ingresando en esta lógica de reestructuración, con una reducción de sus
Fuerzas Armadas. Se estima reducir sus efectivos profesionales activos en
34.500 en el año 2025, acompañado por un proceso de modernización y
fortalecimiento de sus capacidades.
1.3.3 La pensión de jubilación como parte de la compensación militar
La cuestión de cómo compensar de manera eficiente y equitativa el
personal militar tanto en servicio activo como pasivo, es una preocupación
constante para el Estado. Las decisiones que involucran a las Fuerzas
Armadas son determinantes para la seguridad nacional, ya sea en el campo de
operativo como en el económico y social. En el ámbito de la seguridad social,
es pertinente dotar de medidas que proporcionen sostenibilidad al sistema
militar, bien a través del incremento de las fuentes de ingresos o bien
reduciendo el nivel de obligaciones en la asistencia social o bien reformando su
esquema de pensiones.
El nivel de compensación de la institución militar es un aspecto que para
la sociedad resulta atractivo. Las Fuerzas Armadas, mediante una estructura
de beneficios para sus miembros activos, jubilados y familiares, buscan
compensar los riesgos y exigencias propias de la carrera militar. Este esquema
exige un esfuerzo económico grande por parte del Estado. Las reformas
planteadas en la generalidad de países giran en torno al financiamiento de los
140
gastos que ocasiona mantener unas Fuerzas Armadas operativas, así como a
una población de pensionistas en condiciones de afrontar los riesgos derivados
de la vejez.
Los beneficios de la jubilación, para los miembros de las Fuerzas
Armadas, son un aspecto valorado de manera muy significativa en el momento
de decidir su ingreso o continuar en sus filas (Smith & West, 2012). De esta
forma, el tema de las generosas pensiones militares y sus reformas, así como
la flexibilidad en sus procedimientos para acceder a los beneficios, tiene un
gran impacto en el momento de atraer y retener al personal en todos los países
en donde existe una fuerza militar.
El sistema de retiro militar es uno de los aspectos distintivos de la
compensación militar pues, dependiendo de la estructura económica y la
política social de cada país, se financia total o parcialmente con los recursos
del Estado (Cetrángolo, 2009; Tapen, 2012). Las pensiones militares, por sus
específicas consideraciones, han impulsado profundas reformas que buscan
corregir aspectos del sistema como inequidad58, inflexibilidad e ineficacia. El
objetivo de las diferentes medidas aplicadas al sistema es el compensar los
recursos dirigidos al pago de pensiones militares (Office, 2012).
Para Jeffrey (2009), las reformas de los sistemas de pensiones militares,
buscan alcanzar tres objetivos: 1) dotar de mejores condiciones a sus
miembros, 2) encontrar un equilibrio financiero, 3) fortalecer económicamente
el sistema. La Congressional Budget Office (2007) señala que la estructura
diferencial de los sistemas de pensiones militares con los sistemas generales
se sustenta en las exclusivas características de la vida militar, aspecto que
históricamente ha justificado medidas de tutela específicas (Rodríguez Cardo,
2008).
La jubilación militar, como en el caso de las Fuerzas Armadas de los
Estados Unidos, constituye un beneficio importante de la compensación militar,
costando aproximadamente USD 13 mil millones por año o más de un 7% de la
58
Las medidas aplicadas, entre otras, han estado dirigidas hacia aspectos como la edad mínima de retiro o la estructura de su financiamiento.
141
compensación militar actual59, situación que no es ajena al resto de países y
regiones del mundo, como se vio anteriormente. Del gasto destinado a defensa
en América Latina, el 65,30% corresponde a gastos de personal, en los que se
incluyen las prestaciones previsionales.
Los Estados Unidos canalizan alrededor de los USD. 14 mil millones al
gasto en pensiones militares (Congressional Budget Office, 2007; Departament
of Defense U.S.A, 2008). La estructura de su sistema difiere de los planes de
jubilación civiles en tres aspectos: 1) Predominio de un sistema de beneficio
definido que no requiere de las contribuciones de los empleados (los miembros
del servicio pueden contribuir a las cuentas de jubilación en el Plan de Ahorros
Federal, un plan de contribución definida). 2) Requiere de al menos 20 años de
servicio para la consolidación de la concesión60. 3) El beneficio inicia cuando el
usuario ha dejado el servicio (Congressional Budget Office, 2007).
En América Latina, este gasto gira en torno a los USD. 17 millones,
representando el 29% del presupuesto en defensa (Alda & Gómez, 2002).
Según el Centro de Estudios Nueva Mayoría (2013), el gasto de personal
militar de América del Sur del 2013, en los que se incluyen los gastos
previsionales, fue del 65,3%. En otros esquemas, los gastos en pensiones se
analizan desde el impacto que tiene el gasto en defensa sobre la región (Dunne
& Tian, 2013).
1.3.4 Los efectos del prematuro retiro sobre el sistema de pensiones
El prematuro retiro del servicio activo tiene efectos no solo de carácter
económico sobre el sistema de pensiones, sino que se presentan otros efectos
como el institucional, por no poder contar con una estructura demográfica que
le permita atender sus objetivos operacionales61; efectos para los pensionistas,
que se retiran en una edad productiva tanto en sus capacidades físicas como
por la preparación y experiencia (competencias útiles institucionalmente pero
59
El costo financiero del sistema de retiro militar de los Estados Unidos alcanzará los USD 116.9 mil millones hasta el 2035 (Office of the Actuary, 2012). 60
Bonnet, Buffeteau, & Godefroy, (2006) se refieren a que una “relativa temprana” edad de jubilación genera desigualdad y afecta a los ingresos a los sistemas de pensiones 61
En estas circunstancias, la reducción de personal entrenado y debidamente cualificado es suplida por la incorporación de tecnología y medios que le permitan mantener e incrementar sus capacidades militares.
142
con limitadas oportunidades en el mercado laboral); sobre el personal militar en
servicio activo que consideran su permanencia; y sobre aquellas personas que
optan por ingresar a la carrera militar (Asch, Hosek, Mattock, & Panis, 2008;
Asch, Warner, & Johnson, 1998; Asch & Warner, 1994, 2014; Slijper, 2013;
Smith & West, 2012).
Entre los requisitos establecidos para que el segmento militar tenga
acceso a una pensión de retiro, el principal es el concerniente al tiempo mínimo
de permanencia en el servicio activo, que oscila entre los 15, 20 y 25 años
dependiendo de cada país. Esta consideración es el resultado de, entre otras
causas, el reconocimiento social por las exigencias profesionales de la carrera
militar (Cotino Hueso, 2007), ser un grupo de poder (Mesa-Lago, 1978), su rol
desempeñado en la historia (Kruijt & Koonings, 2002). Para los Estados
Unidos, el retiro militar busca atraer a los mejores al establecer un sistema en
relación con el sistema privado y público.
El prematuro retiro del servicio activo sin lugar a dudas es un mecanismo
que representa un aspecto atractivo de la carrera militar. Se suman, desde el
punto de vista económico, los generosos beneficios que el sistema otorga a sus
pensionistas. Desde la perspectiva de su financiamiento, estas condiciones
representan un gasto importante en el presupuesto estatal, inclusive en
Fuerzas Armadas donde sus pensiones son cofinanciadas con el aporte de sus
afiliados, como es el caso del Ecuador. En estas circunstancias, la presión
ejercida sobre el presupuesto nacional es menor, pero depende de una
estructura demográfica de aportantes previamente establecida.
143
Capítulo II La Seguridad Social Militar en América Latina: El Caso
ecuatoriano
Introducción
Las numerosas ocasiones en las que los gobiernos de América Latina
impulsaron la creación de subsistemas de protección social, con el tiempo se
convirtieron en deficitarios crónicos al no regular y homogenizar el gasto
(Cazorla, 2010), fueron el resultado de la influencia y presión social de ciertos
grupos de poder, que buscaban a través de este medio perpetuar sus
beneficios a largo plazo sobre la base de los “derechos adquiridos”. En esta
situación, el Estado se ve obligado a asumir, en último término, el coste social y
económico de su quiebra técnica (W. E. Schulthess, 1998).
La comparación de los sistemas de seguridad social con otros países de
la región, en especial con aquellos que guardan similitudes en cuando a
estructura, financiamiento y beneficios sociales, permite que se identifiquen los
principales factores que provocan problemas de sostenibilidad, así como
también el interés gubernamental por mantener las estructuras, más allá del
peso económico que representa mantener este tipo de sistemas.
Entre los factores que se destacan en este tipo de regímenes especiales
se encuentran la edad de jubilación, los requisitos de acceso a los beneficios,
el gasto en pensiones en relación al PIB, el gasto en defensa respecto al PIB,
la tasa de empleo efectivo, los mecanismos de financiamiento del sistema,
entre otros. Un aspecto que se ha considerado es el nivel de influencia del
sector militar sobre las decisiones políticas del Estado, en especial las
orientadas a la protección social militar.
144
2.1 La Seguridad Social Militar
Los regímenes especiales, en el caso de Latinoamérica, se instauraron
originalmente para proteger a las Fuerzas Armadas. Su evolución data de la
época de independencia de manera fragmentaria y sus antecedentes pueden
remontarse a la época precolombina y a los gobiernos españoles coloniales.
Según Mesa-Lago (1978), la institucionalidad actual floreció a partir de la época
republicana posterior a 1920, cuyo establecimiento se caracterizó por las
discrepancias y descoordinación entre instituciones, lo que ocasionó profundas
diferencias entre los niveles de cobertura y la calidad de la protección de la
población, en especial en los programas de pensiones.
La configuración de programas paralelos dirigidos a grupos específicos
de la sociedad no es exclusiva de América Latina. Para Mesa-Lago (2004b), el
esquema de programas separados ocurre de manera similar en países
industrializados. Los regímenes instaurados tanto para servidores públicos
como para las Fuerzas Armadas gozan de condiciones de acceso más liberales
que el sistema general. Así por ejemplo, su jubilación se otorga en base a los
años de servicio, independientemente de la edad, o se establece una fórmula
de cálculo más generosa, tomando como base de cálculo el último salario, a fin
de que sus pensiones sean más altas.
La argumentación general para el sector militar se basa en que sus
carreras son más cortas, sometidas a riesgos más altos en comparación a las
demás actividades laborales, sus miembros están inmersos en limitaciones que
les restringe las posibilidades de reinserción laboral a su retiro, su alto grado de
siniestralidad y la imposibilidad de sindicalización (Florián Plasencia, 2009)62.
En este sentido, Asch, Hosek, Mattock, & Panis (2008) consideran que la gran
cantidad de habilidades requeridas demandan de juventud, vigor y son
susceptibles a riesgos extremos. Esto hace necesario adaptar su sistema de
jubilación a un esquema de una carrera profesional relativamente corta con una
solidez financiera propia de una carrera más larga.
62
Mesa-Lago (1978) señala que estos razonamientos no serían exclusivos de este sector de la sociedad. Sin embargo, estas consideraciones no se aplican a otros grupos, como los relacionados con el sector minero, ya que no constituye un “grupo de poder”.
145
La posición privilegiada con relación al tiempo de servicio mínimo
necesario para acceder al beneficio de la jubilación en las Fuerzas Armadas, se
puede notar en ciertos ejemplos de países América Latina detallados en la
Tabla 14. La edad aproximada para tener acceso a los beneficios de retiro se
encuentra alrededor de los 20 años. Esta edad no es exclusiva de los países
de América Latina, una situación similar sucede en los Estados Unidos y
demás países industrializados.
Tabla 14 Tiempo de servicio requerido para el retiro de la Seguridad Social
Militar en América Latina
País Tiempo de servicio mínimo (años)*
Observaciones
Argentina 25 Edad promedio de retiro 43 años
Ecuador 20 Edad promedio de retiro 42 años
Honduras 35 (aprox.)
Tendrán derecho a jubilación los afiliados que hayan cumplido cincuenta y ocho (58) años de edad y diez (10) años de cotizar como mínimo. La jubilación será obligatoria a los sesenta y cinco (65) años de edad.
El Salvador
28 (aprox.) Acceso al beneficio con 50 años de edad (10 menos que el sistema general
Colombia 15 Edad promedio de retiro 37 años
Chile 20 Pensión para FFAA se basa en el 100% del último salario
Perú 15 Pensión mensual tantas treintavas partes de las remuneraciones pensionables de su grado.
*Se considera una edad de 22 años promedio en la que pasan a formar parte profesional de las Fuerzas Armadas
Fuente: Ayala & Acosta (2001); IPSFA (2002); Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.) (2002); ISSFA (2012); legislación de 7 países Elaboración propia
Los regímenes especiales de Protección Social, considerados como
“Grupos de Presión”, constituyen uno de los factores predominantes en el inicio
de la estructuración del sistema de protección social “estratificado” en
Latinoamérica. Así, figuran como una de las causas generadoras de
desigualdad en la distribución de los servicios sociales. Tomando con
referencia el estudio realizado por Mesa-Lago (1978), situaré al sistema de
protección social de las Fuerzas Armadas en Latinoamérica como un grupo de
presión debido a su nivel de influencia en el aparato estatal, tanto por su grado
de organización como por su importancia estratégica.
En el siguiente apartado, se describe la evolución de la seguridad social
militar en cinco países: México, Chile, Argentina, Uruguay y Ecuador. En estos
ejemplos se evidencia lo descrito en el apartado anterior respecto a las
características que se fueron desarrollando durante la historia para conseguir
146
establecer su estructura de protección social, sus exclusivos beneficios y sus
relativamente flexibles condiciones de acceso a los beneficios.
2.1.1 La Seguridad Social Militar Mexicana
La seguridad social mexicana, desarrollada a través del Instituto de
Seguridad Social de las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM), es un
organismo público descentralizado federal con personalidad jurídica y
patrimonio propio. Su misión es la de proporcionar prestaciones sociales y
económicas a los miembros de las Fuerzas Armadas mexicanas y sus
beneficiarios, así como de salud al personal militar retirado, pensionistas y
derechohabientes, contribuir a su bienestar social mediante capital humano con
identidad institucional y vocación de servicio, herramientas tecnológicas y
procesos eficientes con apego a derecho (Cámara de Diputados del H.
Congreso de la Unión, 2012). La reseña histórica se detalla en la Tabla 15.
Tabla 15 Reseña Histórica de la Seguridad Social Militar de México
AÑO EVENTO OBSERVACIÓN
1829 Aprobación del Reglamento General de la Gran Casa Nacional de Inválidos
Se establecen reglas para su funcionamiento y las condiciones para el otorgamiento del beneficio.
1917 Incorporación de garantían sociales, normas y regulaciones en la Constitución.
A continuación se especificarían los sujetos y objetos, materia de la seguridad social y la participación de instituciones que, en la actualidad, ocupan diversos e importantes sectores de la sociedad.
1925 Creación de la Dirección General de Pensiones Civiles y de Retiro
Proporciona a los prestadores de servicios del estado, los beneficios de seguridad social.
1926 Se expide la Ley de Retiros y Pensiones del Ejército y la Armada Nacionales.
1929 Se establece un Sistema de Seguros Obligatorio
Resultado de la evolución del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas, como precursor de la Seguridad Social en la historia de México
1936 Se crea el Fondo de Ahorro del Ejército y su Reglamento.
1939
Se modifica la Ley de Retiros y Pensiones del Ejército y la Armada Nacionales
El objetivo es el de incrementar los beneficios
1946 Se crea el Banco Nacional del Ejército y la Armada.
1953 Se establece la Ley del Seguro de Vida Militar.
1955 Se reforma la Ley de Retiros y Pensiones Militares y se crea la Dirección de Pensiones Militares.
Institución con personalidad jurídica y patrimonio propio que, entre otros objetivos, el manejo de pensiones, compensaciones y haberes de retiro.
1961 Se emite la Ley de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas
Se deroga la Ley de Seguro de Vida Militar.
1976 Se emite la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas.
Se eliminan: La Ley de Retiros y Pensiones Militares El decreto de creación de la Dirección de Pensiones Militares de 1955 La Ley de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas de 1961.
1995
Se revoca el acuerdo del 19 de agosto de 1988 y se establece el derecho a recibir los nuevos beneficios del Seguro Colectivo de Retiro.
Se establece en beneficio militar y a los beneficiarios de retiro, invalidez y muerte
2000 Se otorga el beneficio del Seguro Institucional.
Para aquellos Militares que ostentan un puesto como Servidor Público, mediante un convenio que regulaba la operación y administración del mismo.
2003 Entra en vigor la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas.
2006 Se actualiza la Ley del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM)
En materia de Control Interno, Servicio Médico y Requisitos de los Extractos de Antecedentes.
2008 Se reforma significativamente la seguridad social militar
Se sustituye el porcentaje del 70% que percibían los militares en situación de retiro y el 60% de los pensionistas por el 80% Se incrementa la pensión de los militares que pasen a situación de retiro y los que se encuentren en dicha situación con 30 o más años de servicios efectivos.
147
2011 Se reforma la Ley del ISSFAM, Referente a los ascensos de los militares que pasan a situación de retiro, al grado inmediato superior, para efectos de cálculo de beneficio económico.
2012
Se incrementan las pensiones militares Para aquellos militares que pasen al retiro y a los que se encuentren en dicha situación entre los 20 a los 29 años de servicios efectivos.
2012 Se otorga becas educativas a los hijos de los militares en activo
El ISSFAM provee de becas de Manutención, Escolar y Especial.
2013 Se mejora la redacción para el cálculo de la cuantía de la suma asegurada para el seguro colectivo de retiro.
Para los militares que causen baja del servicio activo y alta en situación de retiro con derecho a percibir haber de retiro o a sus beneficiarios
Fuente: ISSFAM (2013) Elaboración propia
La evolución del sistema de seguridad social militar en México ha tenido
etapas en las que se han ido alcanzando beneficios exclusivos para las
Fuerzas Armadas. A consecuencia de las reformas realizadas en la estructura
de la ley de seguridad social militar, se ha configurado un esquema de
beneficios exclusivos como los requisitos de acceso, el monto de pensiones,
fórmula de cálculo de la cuantía de la pensión, becas para los hijos, entre otros
aspectos. Las prestaciones sociales se detallan en la Tabla 16.
Tabla 16 Prestaciones Sociales de la Seguridad Social Militar Mexicana
Prestación Social Beneficios
Haber de retiro, compensación y
muerte del militar
Prestación económica vitalicia y de una única prestación, para el militar o a familiares en caso
de su fallecimiento
Pago de los gastos generados en caso de muerte y pagas de defunción y ayudas de gasto de
sepelio.
Prestaciones al Fondo de trabajo,
fondo de ahorro, seguro de vida
militar y seguro colectivo de
retiro.
Fondo de trabajo para el personal de tropa hasta el momento que se le otorgue licencia
ilimitada o ascienda a oficial
Fondo de ahorro para los Oficiales en servicio activo
Seguro colectivo a los beneficiarios o familiares de los militares por su fallecimiento
Vivienda y otras prestaciones Cubre las necesidades de habitación familiar del militar, mediante la construcción, reparación,
ampliación o mejora su vivienda.
Becas y créditos de capacitación
científica y tecnológica
Para la resolución de los problemas relacionados con la formación científica y técnica y el
mejoramiento social de los hijos de los militares en el activo y retirados
Servicio médico integral Sistema integral de salud que trata de conservar y preservar la salud de las personas
Fuente: Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión (2012) Elaboración propia
Las prestaciones sociales involucran beneficios tanto de carácter
económico como asistencial. El esquema propende a la protección del militar y
su familia en eventos como el retiro, invalidez y muerte, así como la protección
preventiva y atención de salud al militar y su familia, sea en servicio activo o
pasivo, beneficio económico dirigido a asegurar la educación de los hijos y
prestaciones para vivienda sin discriminar la condición de activo o retirado.
2.1.2 La Seguridad Social Militar Chilena
El Sistema de Pensiones que poseen las Fuerzas Armadas y de Orden
es distinto al Sistema civil de Capitalización Individual. Se encuentra
compuesto por dos sistemas que coexisten con este último: el de la Caja de
148
Previsión de Defensa Nacional (CAPREDENA)63 y la Dirección de Previsión de
Carabineros de Chile (DIPRECA). En este estudio nos centraremos en la
descripción del CAPREDENA, por ser el organismo encargado de la seguridad
social militar.
El Sistema de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas de Chile se
basa en la entrega prestaciones en materia de salud (bonificaciones y
prestaciones), pensiones, y servicios sociales y financieros a sus beneficiarios.
La estructura se rige por la Ley de Presupuesto del Sector Público, la misma
que es aprobada anualmente por el Poder Legislativo. El Ministerio de Defensa
Nacional se encarga del control y supervisión de la gestión en cuanto al
cumplimiento de sus objetivos y actividades institucionales.
El Ministerio del Trabajo y Previsión Social se encargará de todos los
aspectos presupuestarios, en razón de que el carácter del sistema de
seguridad social militar es previsional (Subsecretaría de Previsión Social de
Chile, 2013). La evolución histórica y las prestaciones sociales otorgadas por el
CAPREDENA como organismo encargado de ejecutar las acciones de
seguridad social militar, se resumen en la Tabla 17.
63
Es uno de los Servicios de la Administración Descentralizada del Estado que conforman el Poder Ejecutivo, con personalidad jurídica y patrimonio propio
149
Tabla 17 Reseña Histórica y servicios de la Seguridad Social Militar de Chile
1879 Se crea la “Sociedad Protectora de viudas y huérfanos de los mártires de la Patria"64
1915 Se crea la Caja de Retiro y Montepío para el personal de Ejército y de la Armada, como una sección
de la Caja Nacional de Ahorros65
.
1953 Pasa a denominarse Caja de Previsión de la Defensa Nacional66
.
Servicios y Asistencia Social
Pensión de Retiro
Pago mensual al cumplir un mínimo de 20 años de servicios efectivos o padecer de
alguna invalidez por enfermedad o derivada de accidente en acto determinado de
servicio.
Pensión de Montepío
Pago mensual a los herederos a consecuencia del fallecimiento del militar, siempre
y cuando el imponente haya cumplido los requisitos para acceder a la pensión o
cuando el militar fallece a consecuencia de un accidente en acto determinado del
servicio.
Pago de Asignación Familiar Pago mensual a los pensionados, por cada persona que éste tenga reconocida
como carga familiar.
Pago de Asignación por Muerte Beneficio que se paga a la persona encargada de los gastos de funeral.
Fondo de Desahucio Administra el pago de los beneficios de dicho fondo.
Fondo de Auxilio Social Dirigido a otorgar préstamos de Auxilio y Habitacionales.
Fondo de Medicina Curativa Orientado a financiar las atenciones de Salud de los Pensionados y sus Cargas
Familiares, el desarrollo de Centros de Salud y Rehabilitación.
Fondo Solidario Su objetivo es generar un sistema de seguros complementarios a la bonificación de
salud.
Fuente: Subsecretaría de Previsión Social de Chile (2013)
Elaboración propia
La base de la creación de la seguridad social militar chilena se origina a
raíz de la Guerra del Pacífico. De este modo, como retribución social a los
actos desempeñados por las fuerzas militares y con el compromiso de velar por
los inválidos y los familiares de los fallecidos, se configura el esquema de
protección social militar que otorga beneficios económicos y de asistencia
social a sus miembros, enmarcados en retribuciones económicas a
consecuencia del retiro, invalidez, muerte y asistencia en el campo de salud
para el militar y sus familiares.
2.1.3 La Seguridad Social Militar Argentina
Los beneficios sociales otorgados a los miembros de las Fuerzas
Armadas argentinas, relacionados con el reconocimiento económico por
concepto de retiros y pensiones militares, se rige por la Ley para el Personal
Militar Nº 19.101, sus reformas y por los reglamentos para cada una de sus
64
El Estado se preocupa por el otorgamiento de montepíos a los deudos de los soldados de la Independencia. Su objetivo es proteger a los inválidos, a las viudas, a los huérfanos y a las demás personas que quedaren en desamparo por motivo de la guerra. 65
Este documento jurídico es la norma legal que da origen a la actual Caja de Previsión de la Defensa Nacional CAPREDENA. 66
El Decreto DFL N° 31 de 1953 estableció su actual Ley Orgánica. En esta se define su personalidad jurídica, objetivos, funciones, beneficiarios, fondos, organización y beneficios que otorgará, siendo de suma importancia la supervigilancia del Ministerio de Defensa Nacional.
150
Fuerzas Armadas. Este sistema, según el Instituto de Ayuda Financiera para
pago de retiros y pensiones militares, corresponde a un Régimen Especial de
retiros y pensiones que nada tiene que ver con los llamados Regímenes de
Privilegios.
La Ley N° 12913 crea el Instituto de Ayuda Financiera para Pago de
Retiros y Pensiones Militares (I.A.F.P.R.P.M.), que entró en funcionamiento en
el año 1947, con la misión de responder por los retiros y pensiones militares y,
con esto, eliminar la posibilidad de que el sistema quede expuesto a las
fluctuaciones del presupuesto nacional. El sistema de pensiones constituye,
para el Estado argentino, una efectiva y sensible ayuda financiera, mediante
capitalización de reservas con los recursos provenientes de los militares en
servicio activo, pasivo y pensionistas, con lo cual se pretende dar solución
estructural a sus necesidades financieras.
El sistema de pensiones se caracteriza porque su financiamiento, a
diferencia de otros sistemas de pensiones militares donde el Estado asume la
totalidad del coste en pensiones, es de carácter contributivo. Es así que las
pensiones militares son financiadas tanto por el aporte del personal militar en
servicio pasivo y activo, como por las contribuciones del Tesoro Nacional en
proporciones fijadas periódicamente por el presupuesto nacional. Este aspecto
permite dotarlo de un cierto nivel de sostenibilidad financiera ya que los
militares retirados y sus pensionistas continúan aportando el 11% de su
pensión hasta la extinción del beneficio67.
Entre los requisitos mínimos para que el personal militar acceda al retiro,
se encuentra la obligatoriedad de cumplir al menos veinticinco años de
servicios simples militares. La Seguridad Social Militar de Argentina cuenta con
84.043 beneficiarios entre su población de retirados y pensionistas, y una
población activa de 75.700 hombres que, conjuntamente con el aporte del
Estado, financian el sistema de pensiones militares.
67
La finalidad de su aporte es la formación de capital que origina los fondos, además de contribuir con el Estado para la financiación de los haberes de retiro, indemnizatorios y de pensión, según lo considera la Ley Nº 22.919 que rige el Instituto de Ayuda Financiera.
151
2.1.4 La Seguridad Social Militar Uruguaya
La ley Nº 14.157, promulgada por el Poder Legislativo (1974), dispone
que la Dirección General de los Servicios dirigirá, coordinará y supervisará las
actividades de los servicios comunes de las Fuerzas Armadas, entre los que se
encuentra la seguridad social. El sistema considera servicios y asistencias
sociales como los siguientes: el servicio para la adquisición de viviendas, el
servicio de retiros y pensiones militares (control administrativo, liquidación de
pensiones militares y servicios de seguridad social del personal militar y sus
familiares) y el servicio de tutela social (atiende a segmento de las Fuerzas
Armadas y sus familiares no considerados en las funciones anteriores) (véase
la Tabla 18).
Tabla 18 Reseña Histórica y servicios de la Seguridad Social Militar del Uruguay
AÑO EVENTO OBSERVACIÓN
1811 Concesión de la primera pensión vitalicia
de montepío
En reconocimiento del Estado, por los encomiables actos
militares
1911 Creación de la Caja de Pensiones Militares Se considera como el nacimiento del Sistema de Seguridad
Social Militar (Ley Nº 3.739)
1942 La Caja de Pensiones Militares adquiere
personería jurídica (Ley Nº 10.273)
1956 Reconocimiento de su calidad de Servicio
Descentralizado. Sin dejar de depender del Ministerio de Defensa Nacional
1960 Se cambia la denominación a Caja de
Retirados y Pensionistas Militares Ley Nº 12.803
1974
La Caja de Retirados y Pensionistas
Militares, pasa a denominarse “Servicio de
Retiros y Pensiones Militares”
De ser una persona jurídica estatal con patrimonio propio y
descentralización administrativa, pasa a depender de una
dirección del Ministerio de Defensa Nacional. (Ley Nº 14.157
y Nº 14.189)
1992
Cambia su denominación a Servicio de
Retiros y Pensiones de las Fuerzas
Armadas
Ley Nº 16.320
Fuente: Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas Elaboración propia
El sistema de pensiones es un sistema de reparto basado en el principio
de solidaridad intergeneracional entre activos y pasivos. El requisito mínimo
para que un militar pueda acceder al beneficio de retiro, en el caso de los
oficiales es contar con 20 años de servicio y en el caso del personal subalterno
15 años de servicio y treinta años de edad. La población militar cuenta con
24.600 efectivos en servicio activo y con alrededor de 50.858 beneficiarios
entre su población de retirados y pensionistas (Centro de Estudios Nueva
Mayoría, 2013; Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas, n.d.).
152
2.1.5 La Seguridad Social Militar Ecuatoriana
La seguridad social militar se define como el servicio público obligatorio
promovido por el Estado que comprende medidas preventivas, reparadoras y
de recuperación, legalmente establecidas en un régimen especial. Así también,
se configura como un sistema solidario y estructurado por instituciones de
previsión, servicios y asistencia social a favor del profesional militar y el
pensionado militar y sus familias, a fin de precautelar su bienestar y el
aseguramiento del nivel de vida (ISSFA, 1992b).
La Constitución de la República del Ecuador define la Seguridad Social
de las Fuerzas Armadas como un régimen especial, legalmente autónomo que
es parte del Sistema Nacional de Seguridad Social. Este régimen especial
proporciona cobertura social militar integral ya que protege al militar frente a
todos los riesgos profesionales propios de la carrera militar (véase la Tabla 19).
A diferencia de los otros países, la seguridad social militar es de carácter
contributivo pues el militar ecuatoriano aporta al financiamiento de las
pensiones militares, la salud y los riesgos de trabajo (ISSFA, 1992b).
Tabla 19 Reseña Histórica y servicios de la Seguridad Social Militar del Ecuador
AÑO EVENTO OBSERVACIÓN
1928 Expedición de la ley de jubilación, montepío civil,
ahorro y cooperativa y la ley de retiro militar.
Legaliza el retiro a favor de los oficiales y extiende el
beneficio a todo el colectivo militar. Se considera el
punto de partida de la seguridad social ecuatoriana
1939
Promulgación de la Ley de pensiones de las
Fuerzas Armadas y se crea el seguro de
cesantía militar para oficiales en servicio activo.
Iniciativa de las Fuerzas Armadas
1949 Se crea la Cesantía militar para la tropa del
Ejército y la Aviación
1951 Se crea la Cesantía militar para la tropa de la
Marina
1953
La cesantía militar para oficiales y tropa, cambia
de denominación por el de “cooperativa de
cesantía militar”
Los fondos son administrados por la caja de pensiones.
1957 Creación de la Caja Militar, como caja
independiente. Administrada por la caja de pensiones
1982 Se presenta el primer proyecto de
Institucionalización de la Seguridad Social Militar Desestimado por el Ejecutivo por cuestiones políticas
1988 Se retoma el proyecto contemplado en el plan
estratégico de Fuerzas Armadas.
So objetivo era la creación del Instituto de Seguridad
Social de las Fuerzas Armadas (ISSFA)
1992 Se expide la Ley de Seguridad Social de las
FF.AA
Fuente: ISSFA (1992a)
Elaboración propia
153
Las necesidades derivadas de protección de la población militar
permitieron que, a partir de la aprobación de la ley de retiro militar, se
estructurase el sistema de seguridad social ecuatoriana. Situación que, luego
de un proceso de evolución del sistema de protección militar, deriva en la
expedición de la Ley de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas. En este
sentido, se configura el régimen especial de seguridad social, implementado a
través del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas del Ecuador
como organismo autónomo, con finalidad social, con personería jurídica,
patrimonio propio, que atiente a la población militar en servicio activo, pasivo y
sus familiares (véase la Tabla 20).
Tabla 20 Prestaciones sociales de la Seguridad Social Militar del Ecuador
Segu
ro d
e
Retiro
,
Invalid
ez
y M
uert
e
(RIM
)
Retiro Beneficio destinado al pago de una pensión vitalicia cuando se separa del servicio activo y
acredita un mínimo de 20 años de servicio activo y efectivo.
Invalidez Beneficio otorgado cuando el militar en servicio activo, se incapacita fuera de actos de servicio.
Muerte Es el pago de una pensión vitalicia a los derechohabientes a la muerte del militar
Seguro de Cesantía Beneficio económico otorgado cuando al militar se separa del servicio activo y acredita un
mínimo de 20 años de servicio activo y efectivo.
Seguro de Enfermedad y
Maternidad
Protege al militar en servicio activo y pasivo, a sus dependientes y derechohabientes, aspirantes
a oficiales y tropa y conscriptos, mediante la atención médica general y especial.
Seguro de Mortuoria Recursos destinados cubrir los gastos que demandan sus funerales.
Segu
ro d
e V
ida
y d
e A
ccid
ente
s
Pro
fesio
nale
s De Vida
Beneficio destinado a resarcir a los derechohabientes, la pérdida del ingreso familiar originada
por el fallecimiento del militar en servicio activo.
Accidentes
Profesionales
Beneficio que pretende compensar el ingreso del militar que se incapacita por enfermedad o
accidente profesional.
Fondo de Reserva Beneficio proporcionado por el Ministerio de Defensa, el que anualmente se entrega al ISSFA y
es el equivalente a un mes de sueldo imponible, a partir del segundo año de servicio.
Otr
os s
erv
icio
s
socia
les
Fondo de Vivienda Financia la compra o construcción de su vivienda.
La Indemnización
global
Beneficio en la que el militar que sin tener derecho a los seguros de Retiro y Cesantía, se
separa de la Institución y que acredita un mínimo de 5 años de servicio activo y efectivo, recibe
por concepto de una indemnización global equivalente.
Préstamos Percibir préstamos quirografarios, ordinarios y de emergencia, préstamos hipotecarios y
préstamos prendarios.
Fuente: ISSFA (1992b)
La seguridad social militar se fundamenta en la necesidad de dar
cobertura al militar contra los riesgos a los que se expone en el ejercicio
profesional, además de establecer adecuadas condiciones de bienestar para el
militar y su familia, permitiendo ajustarse a las determinantes de la
organización. La creación de las pensiones militares se considera como uno de
los logros sociales y profesionales más significativos de la institución militar
(ISSFA, 2013b). Este reconocimiento social fue producto de las gestas militares
desarrolladas por la Revolución Juliana de 1925 (Paz y Miño Cepeda, 2013).
154
El Ecuador, con la expedición de la ley de retiro militar y de montepío
militar de 1928, se convertirá en el pionero en instaurar un esquema de
seguridad social militar en Latinoamérica. La seguridad social militar se concibe
como un régimen contributivo y solidario, esquema que tiene por objetivo aliviar
la presión económico-financiera que el sistema ejerce sobre el presupuesto del
Estado. La seguridad social militar atiende a una población militar compuesta,
hasta diciembre del 2013, por 36.054 miembros entre pensionados y
pensionistas y 41.354 militares en servicio activo, situación que será tratada
más al detalle en el siguiente apartado.
2.2 El Sistema de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas del Ecuador
El sistema de seguridad social militar del Ecuador, que forma parte del
sistema de seguridad social ecuatoriano, es desarrollado a través del Instituto
de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (ISSFA). El ISSFA se encarga de
planificar, organizar, dirigir y controlar la ejecución de los programas de
seguridad social para los miembros de las Fuerzas Armadas. Al constituirse
como un organismo autónomo con finalidad social, personalidad jurídica y
patrimonio propio, no está sujeto a la intervención de la Contraloría General del
Estado. Entre sus principales funciones se encuentran:
Planificar y ejecutar programas de capacitación, bienestar, rehabilitación y recreación
Financiar programas de atención médica, provisión de medicinas, vivienda, educación y otros.
Adquirir bienes necesarios para la consecución de sus objetivos.
Ejecutar planes de inversión.
Asumir las obligaciones económicas establecidas por la Ley de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas
El patrimonio de la seguridad social militar se conforma con los bienes,
derechos y obligaciones establecidos en la ley y por aquellos recursos que
integraron el patrimonio de la Caja Militar, Cooperativas de Cesantía Militar,
Junta Calificadora de Servicios Militares y Junta Administradora de Consulta de
manera interna. Externamente incluye todas las aportaciones de los
asegurados, las aportaciones patronales del Ministerio de Defensa Nacional,
155
las asignaciones de Ley que anualmente constan en el Presupuesto General
del Estado, los bienes que por cualquier título adquiera el ISSFA, así como la
rentabilidad que obtenga de sus inversiones, donaciones, cesiones y
contribuciones a favor del ISSFA (ISSFA, 1992b).
La peculiaridad del sistema de seguridad social militar, entre otros
aspectos de carácter legal, económico y demográfico, se resumen en la Tabla
21. La estructura de financiamiento requiere de una permanente inyección de
recursos que le permita soportar la carga económica resultante de los elevados
niveles de gasto, en especial el generado por las pensiones militares. El
sistema de pensiones presenta un déficit actuarial que, para mantenerlo bajo
niveles de aceptabilidad, necesita recurrir al financiamiento ya sea con recursos
provenientes del Estado, de los afiliados, pensionistas68 o los resultantes de la
generación interna del Instituto.
Tabla 21 Características de la Seguridad Social Militar del Ecuador
Oficiales Tropa
ASPECTO LEGAL
Edad Promedio de Ingreso a FF.AA. 22 años 23 años
Tiempo de Servicio Mínimo para el Retiro 20 años
Edad mínima de Retiro 42 años 43 años
Tiempo de Retiro Promedio 24 años 28 años
Edad Promedio de Retiro 46 años 51 años
Tiempo de Servicio para acceso al nivel máximo de pensión de Retiro 30 años
ASPECTO ECONÓMICO
Tasa de Rendimiento Financiero 6,3 %
Porcentaje de Financiamiento de las pensiones por parte del Estado 60% Máximo
Base Reguladora (en % al último haber militar) 88 %
Pensión de Retiro Mínima en % de base Reguladora 70 %
Pensión de Retiro Máxima en % de base Reguladora 100 %
Porcentaje de Actualización de pensiones Art. 10069
Tasa proyectada de largo plazo de crecimiento de salarios 3,5 %
Tasa proyectada en el largo plazo de la inflación 3,5 %
Aporte individual, miembros en servicio activo, al RIM 12,40 %
Aporte individual, miembros en servicio pasivo, al RIM 00,00 %
Aporte patronal del Haber Militar al RIM 13,15 %
Porcentaje de inversión (reservas) en bonos o títulos Gubernamentales
10 %
Porcentaje de las reservas en inversiones sociales y de alta rentabilidad
90%
Gastos administrativos del fondo 1 %
ASPECTO DEMOGRÁFICO
Expectativa de vida para un militar jubilado de 60 años 16, 1 años
Expectativa de vida para un militar jubilado de 70 años 9,6 años
Expectativa de vida para un militar jubilado de 80 años 4,9 años
Promedio de retiros por año 1.225
Base de aportantes a octubre 2010 37.950
Fuente: Actuaria Consultores Cía. Ltda. (2010); ISSFA (1992) Elaboración propia
68
En el año 2007 se derogan las aportaciones por parte de militares en servicio pasivo para los seguros del RIM, Enfermedad y Maternidad y Mortuoria, rubros que a partir de esa fecha son asumidos por las aportaciones del personal en servicio activo. 69
“Cada vez que se aumenten los sueldos del personal militar en servicio activo, el ISSFA procederá de oficio a la revalorización automática de las pensiones en curso de pago, en la misma proporción en que se incrementen los salarios de los activos, de conformidad con el artículo 5 de la Ley Nº 166, publicada en el Registro Oficial Nº 761 del 14 de junio de 1984…”
156
Las características del sistema militar evidencian las favorables
condiciones instituidas como régimen especial. El sostener a la población
militar en estas condiciones resulta económicamente complicado, más aún si
se considera que como regulación específica para el sector militar, en general,
se establece la posibilidad de que sus miembros puedan acogerse a su retiro
(con todos los beneficios otorgados a una persona de tercera edad) luego de
20 años de aportaciones continuas y efectivas, con una edad mínima promedio
que oscila entre los 42 y 43 años de edad, aspecto que, vinculado con la
esperanza de vida, ahondan su financiamiento.
El comportamiento del sistema (ingresos y gastos) y la presión
económica ejercida sobre el presupuesto general del Estado (necesario para
mantener el sistema de seguridad social militar) en relación con el PIB y el PIB
per cápita del Ecuador durante el período 2000-2013, se detallan en la Tabla
22.
Tabla 22 Evolución y comportamiento de los Ingresos y Egresos de la Seguridad
Social Militar en relación al PIB y PIB Per cápita 2000 – 2013
(Millones de dólares)
AÑO INGRESOS DEL ISSFA
(A)
PIB (B)
EGRESOS DEL
ISSFA (C)
PIB-PERCAPITA
(D)
RELACIÓN (A/B)
RELACIÓN (C/B)
RELACIÓN (C/D)
2000 104 15.934 72 1.296 0,65% 0,45% 5,56%
2001 135 21.250 112 1.703 0,64% 0,53% 6,58%
2002 155 24.899 128 1.967 0,62% 0,51% 6,51%
2003 162 28.636 141 2.230 0,57% 0,49% 6,32%
2004 169 32.642 143 2.506 0,52% 0,44% 5,71%
2005 201 37.187 164 2.814 0,54% 0,44% 5,83%
2006 250 41.763 193 3.115 0,60% 0,46% 6,20%
2007 296 45.789 243 3.366 0,65% 0,53% 7,22%
2008 368 61.763 331 3.748 0,60% 0,54% 8,83%
2009 424 61.550 486 3.719 0,69% 0,79% 13,07%
2010 655 67.856 554 3.770 0,97% 0,82% 14,69%
2011 702 78.189 614 4.004 0,90% 0,79% 15,33%
2012 750 88.186 599 4.405 0,85% 0,68% 13,60%
2013 821 93.746 615 4.949 0,88% 0,66% 12,43%
TASA MEDIA DE
CRECIMIENTO 17,23% 14,60% 17,94% 10,86% 2,29% 2,91% 6,39%
NOTA: Cambio de año base 2007
Fuente: Boletines del Banco Central del Ecuador, estados financieros ISSFA 2008-2013 Elaboración propia
157
Los ingresos de la seguridad social militar han evolucionado a una tasa
media de crecimiento del 17,23%, pasando de los USD. 104 millones en el
2000 a los USD. 821 millones en el 2013. El PIB del Ecuador ha tenido una
menor tasa crecimiento media (14,60%). Los gastos incurridos por el sistema
se han incrementado de los USD. 72 millones en el 2000 a los USD. 615
millones en el 2013 con una tasa media de crecimiento del 17,94%. Situación
que muestra que los egresos crecen en una proporción mayor al nivel de
crecimiento del PIB y que los ingresos institucionales.
En cuanto a la relación de los ingresos y gastos del sistema con el PIB
per cápita, este se ha incrementado desde el año 2000 a una tasa media del
10,68%, en donde la relación entre los egresos sociales del sistema militar con
el PIB per cápita ha tenido un importante crecimiento medio del 6,39% al año
2013.
Según la CEPAL (2006), los regímenes especiales afrontan cada vez y
con más intensidad limitaciones en sus fuentes de financiamiento. El régimen
especial militar, por la naturaleza de su configuración, no es la excepción. En
estas condiciones, la estructura de su cartera en porcentajes de aportación se
sostiene con los aportes individuales del militar en servicio activo equivalente al
23% de su sueldo imponible70 y con el aporte patronal del Ministerio de
Defensa Nacional del 26% (Tabla 23). Recursos que no son suficientes para
sostener los niveles de gasto.
Tabla 23 Cartera de aportaciones de la Seguridad Social Militar
Seguro Aporte
Individual Aporte
Patronal Distribución del aporte Estatal
(bajo un máx. de 60 %)
RIM (Pensiones Militares) 12,40 % 13,13 % 75 %
Mortuoria 0,20 % 0,20 % 3 %
Enfermedad y Maternidad 3,35 % 5,85 % 4 %
Vida y Accidentes Profesionales 0,15 % 0,15 % 3 %
Cesantía 6,25 % 6,25 % 10 %
Servicio de Vivienda 0,65 % 0,40 % 5 %
Total 23,00 % 26,00 % 100 %
Fuente: ISSFA (1992b) Elaboración propia
70
El sueldo imponible, equivalente al haber militar y que sirve de base para el cálculo de las prestaciones que concede el ISSFA, es el correspondiente al 88% del total de la remuneración recibida en el último mes previo a la baja del militar. Lo que es una política regular en los programas de pensiones de las fuerzas armadas y seguridad interna de Latinoamérica, que para su cálculo consideran al último mes de salario (Mesa-Lago, 2003; Sandó, 2003).
158
La estructura de la cartera de aportaciones, en especial el porcentaje
destinado al financiamiento de las pensiones es el de mayor relevancia
económica. Debido al porcentaje de cotización individual (23%), el ISSFA
promueve medidas encaminadas a reducir el ritmo porcentual del crecimiento
de revalorización anual de las pensiones, ya que este se encuentra sobre el
nivel de la inflación. La imposibilidad, por el efecto socioeconómico, que
supondría incrementar el aporte individual y la necesidad de asegurar el
sistema de pensiones con el fortalecimiento de sus reservas, hacen necesario
el establecimiento de reformas encaminadas a incrementar la fuente de
ingresos.
2.2.1 Cobertura de la Seguridad Social Militar del Ecuador
La cobertura del sistema de seguridad social de las Fuerzas Armadas
protege a todos los miembros en servicio activo, pasivo y sus familiares,
mediante la concesión de prestaciones y beneficios sociales (cobertura
prestacional) incluidos en: el Seguro de Retiro, Invalidez y Muerte (RIM),
Seguro de Cesantía, Seguro de Enfermedad y Maternidad, Seguro de
Mortuoria, Seguro de Vida y Accidentes Profesionales y Servicio de Vivienda. A
continuación realizaremos una breve descripción de cada uno de los seguros
para, posteriormente, profundizar el estudio de las pensiones militares del
Seguro de Retiro.
Seguro de Retiro, Invalidez y Muerte (RIM)
El seguro del RIM es el más importante del sistema de seguridad social de
las Fuerzas Armadas para el militar en el momento de su salida del servicio
activo, pues constituye su mayor fuente de liquidez. El RIM se compone de
tres asistencias sociales de carácter económico: el beneficio por retiro, a
través de las pensiones militares, el aseguramiento económico por causa
de invalidez y el ocasionado por la muerte del militar. Por la relevancia que
reviste este seguro se hace imprescindible la permanente evaluación de
sus niveles de sostenibilidad, en especial el que se relaciona con el sistema
de pensiones.
159
El Seguro de Retiro es la prestación que genera el pago de una pensión
vitalicia al militar que se separa del servicio, luego de haber acreditado un
mínimo de 20 años de servicio activo y efectivo en la Institución. El cálculo
de la pensión toma como base el sueldo imponible. Así, al cumplir 20 años
de servicio tendrá derecho al 70%, el 3% adicional por cada año adicional a
los 20 años y el 0,25% por cada mes completo de servicio, hasta alcanzar
el 100% del sueldo imponible, en el caso de aquellos militares que hayan
permanecido un tiempo igual o superior a los 30 años de servicio.
El Seguro de Invalidez es la asistencia social que ampara al militar en
servicio activo que se incapacita fuera de actos de servicio, ya sea por
efecto de enfermedad común, ya por accidente no profesional. La base
mínima de aportación activa y efectiva es de por lo menos cinco años en la
Institución. Esta prestación se da por terminado una vez que el asegurado
alcance la rehabilitación orgánica-funcional o se produzca su fallecimiento.
El Seguro de Muerte permite que los miembros de las Fuerzas Armadas,
sea en calidad de activo o pasivo (en ambos casos con o sin pensión de
invalidez o discapacidad), generen el derecho de pago de una pensión
vitalicia a sus derechohabientes una vez producido su fallecimiento.
Seguro de Mortuoria
Es la prestación otorgada a los derechohabientes del asegurado fallecido,
destinada a cubrir los gastos funerales.
Seguro de Enfermedad y Maternidad
Es la protección contra riesgos de enfermedad del militar, tanto en servicio
activo como pasivo, de sus dependientes y derechohabientes, otorgada a
través de los servicios de atención de medicina preventiva, asistencia
clínica y quirúrgica, asistencia obstétrica y odontológica, rehabilitación,
órtesis y prótesis, auxiliares de diagnóstico y tratamiento, asistencia
farmacológica. El Seguro de Maternidad comprende la cobertura de
servicios asistenciales pre y postnatal, asistencia de ginecobstetricia.
160
Seguro de Vida y accidentes Profesionales
El Seguro de Vida corresponde a la prestación destinada a compensar a
los derechohabientes designados por el militar por la pérdida del ingreso
familiar originada por el militar en servicio activo. Este seguro es de
carácter obligatorio para el militar en servicio activo y voluntario para el
militar en servicio pasivo. La cuantía otorgada corresponde a un
equivalente de 50 veces el sueldo imponible medio determinado tanto para
oficiales y para tropa.
El Seguro de Accidentes Profesionales se corresponde con la prestación
destinada a compensar el ingreso del militar que se incapacita, ya sea por
enfermedad o por accidente profesional, para desempeñar sus funciones
profesionales habituales después de haberse sometido al proceso de
rehabilitación. Este beneficio se hace efectivo mediante el pago de la
indemnización de la discapacidad y de la pensión de discapacidad.
Seguro de Cesantía
Comprende el beneficio obtenido por el militar una vez que se separa del
servicio activo y acredita un mínimo de 20 años de servicio activo y efectivo
en la institución71. No se consideran abonos por tiempo de servicio, ni
tiempo adicional por servicio civil. Este seguro se hace efectivo por una
sola vez y es equivalente al sueldo imponible percibido por el militar a la
fecha de baja, multiplicado por el tiempo de servicio activo y efectivo en la
Institución (acreditado en años completos) y por el factor de ponderación
de 2.5.
Seguro de Servicio de Vivienda
La seguridad social militar estructuró el fondo de vivienda con la finalidad
de financiar los recursos necesarios para que el militar pueda obtener su
vivienda o mejorarla. Las condiciones económicas a las que se sujetan son
71
El militar dado de baja antes de los cinco años efectivos en la Institución no tendrá derecho a este beneficio ni a la devolución de sus aportaciones individuales realizadas a este seguro. Para el militar que se retira antes de cumplir los 20 años de servicio y tiene más de 5 años efectivos en la Institución, se le acreditará una indemnización equivalente al monto de sus aportaciones capitalizadas a la tasa de interés actuarial.
161
preferenciales, debidamente establecidas en la reglamentación específica
para tal efecto.
2.3 Las Pensiones Militares del Ecuador
El sistema de seguridad social militar del Ecuador entró en ejecución en
la década de los 90, conforme fueron introducidos los planes capitalizados en
América Latina. El sistema militar se estructuró a favor de los afiliados con una
modalidad de pensión vitalicia fija, que garantiza su pensión sin sufrir alteración
por efecto de pérdidas o ganancias de sus inversiones, ni por efecto de
choques demográficos.
El sistema de pensiones se basa en un sistema contributivo financiado
vía reparto y administrado bajo el régimen de capitalización a prima media
general. El sistema mantiene un fondo de reserva que se alimenta de los
recursos provenientes del rendimiento financiero de los préstamos y las
inversiones institucionales y de los excedentes de los demás seguros sociales,
cuyo objetivo es el de garantizar el financiamiento del sistema. La seguridad
social militar del Ecuador, al igual que todos los regímenes establecidos para
las Fuerzas Armadas, genera una fuerte presión económica, necesaria para
cubrir sus costes, sobre el presupuesto del Estado.
El sistema de pensiones militares ha demandado USD. 464.450.434
millones, de los cuales el 40% es financiado mediante cotizaciones patronales72
(13,15%) e individuales (12,40%) y el 60% con recursos provenientes del
Estado. El financiamiento de las pensiones militares se vincula estrechamente
con la cada vez más reducida Ratio de Dependencia (Afiliados/Pensionistas),
que para finales de 2013 se situaba en 1.086.
El último estudio actuarial realizado al sistema de pensiones militares del
Ecuador por Actuaria Consultores Cía. Ltda. (2010) determinó que el sistema
se encuentra con un grave problema de sostenibilidad y que para superarlo se
72
Las aportaciones se realizan sobre la base imponible denominada “Haber Militar”, que es la remuneración mensual unificada que percibe el militar en servicio activo, como retribución inmediata y directa por el ejercicio de su jerarquía, cargo militar, ámbito de operación militar, responsabilidad y nivel de jurisdicción. Su valor se establece de acuerdo con la Escala de Nivel Jerárquico Superior y la Escala de Remuneraciones Mensuales Unificadas, vigentes para el Sector Público y reconocimiento por tiempo de servicio en el grado.
162
debían efectuar reformas encaminadas a mejorar el rendimiento de las
inversiones, reducir el ritmo de crecimiento del porcentaje de revalorización
anual de las pensiones73, modificar la edad mínima y máxima de jubilación,
incrementar en el porcentaje a aportación al Seguro del RIM del actual 12,40%
al 14,40%.
2.3.1 Estructura demográfica
La afiliación a la seguridad social militar es de carácter obligatorio e
irrenunciable. Se produce inmediatamente cuando la persona es dada de alta
militar. La condición de afiliado se pierde cuando al militar se le separa del
servicio activo sin haber cumplido los requisitos para tener derecho a las
prestaciones sociales, es condenado a sentencia por el delito de alta traición a
la Patria o fallece. La estructura demográfica de la población militar en servicio
activo se detalla en la Tabla 24.
Tabla 24 Estructura demográfica de la Población Protegida por el Sistema de
Seguridad Social de las FF.AA. 2013
Activos 41.041
Dependientes de Activos 101.041
Pasivos del ISSFA 27.808
Dependientes de pasivos ISSFA74
52.887
Montepíos ISSFA 8.377
Aspirantes y conscriptos 17.219
Pensionistas del Estado 234
Montepíos de pensionistas del Estado 2.100
Pensionistas Ex - Combatientes del 4175
393
Montepíos de pensionistas Ex - Combatientes del 41 1.414
Pensionistas del Cenepa76
12
Montepíos de pensionistas del Cenepa 98
Pensionistas Taura77
60
Total 252.684
Nota: El campo de aplicación corresponde a la población total protegida del sistema Fuente: ISSFA (2013a)
La población militar del Ecuador, a finales del 2013, asciende a un total
252.684 miembros entre afiliados, pensionistas y familiares. Los beneficios del
73
En el momento actual se encuentra por encima del nivel de la inflación. 74
Los dependientes comprenden cónyuges, hijos, padres y hermanas del grupo, a excepción del grupo excombatientes del 41 que no posee dependientes padres. 75
Pensionistas Ex - Combatientes del 41, corresponde al grupo de beneficiarios de la guerra en la campaña internacional de 1941. 76
Pensionistas del Cenepa, corresponde al grupo de beneficiarios en base a la Ley 83 del 31 de marzo de 1996. 77
Pensionistas de Taura, corresponde al grupo de beneficiarios por mandato de Asamblea Constituyente del año 2008 en Decreto Nº35
163
segmento militar de los pensionistas, familiares de pensionistas, familiares de
militares en servicio activo y montepíos, se financian con los recursos
provenientes de la cartera de aportaciones previstas en la ley. Los demás
miembros de la población militar, que en términos generales no representan
una carga financiera al sistema, son cubiertos con el financiamiento
proveniente de las asignaciones directas del Estado ecuatoriano.
La carrera militar se estructura demográficamente conforme a la
pirámide jerárquica propia de las instituciones militares. Su sistema de
pensiones, al ser financiado a través de un sistema de reparto, lo hace
susceptible a riesgos de insostenibilidad financiera provocados por las
variaciones en la distribución demográfica. La pirámide demográfica
presentada en el Gráfico 13 denota que su estructura no guarda una simetría
debido a que, entre otras causas, los retiros de personal del servicio activo se
realizan apenas cumplen con los requisitos mínimos.
Gráfico 13 Pirámide Poblacional Activa 2013
OF
ICIA
LE
S
General de Ejército/Almirante/Gral. del Aire 1
Gral. De División/Vicealmirante/ Teniente Gral. 5
Gral. De Brigada/Contralmirante/Brigadier Gral. 51
Coronel / Capitán de Navío 461
Teniente Coronel / Capitán de Fragata 576
Mayor / Capitán de Corbeta 995
Capitán / Teniente de Navío 1.443
Teniente / Teniente de Fragata 874
Subteniente / Alférez de Fragata 912
TR
OP
A
Suboficial Mayor 47
Suboficial Primero 714
Suboficial Segundo 1.329
Sargento Primero 5.850
Sargento Segundo 7.235
Cabo Primero 8.116
Cabo Segundo 5.378
Soldado / Marinero 7.060
Fuente: ISSFA (2013a) Elaboración propia
La distribución en los diferentes grados militares no permite que el
sistema, por la propia acción del comportamiento demográfico, pueda atender
los gastos derivados de las pensiones militares. En este contexto, el sistema se
ve enfrentado a retos derivados de la restricción en la incorporación de nuevos
miembros aportantes y la acumulación de personas en determinados grados,
en especial en jerarquías en las que pueden optar por su retiro. Estos
164
aspectos, sumados a otros factores como el período de retiro y la esperanza de
vida, provocan que el sistema soporte una carga financiera muy grande,
imposible de mantenerla sin la ayuda del Estado.
2.3.2 Sostenibilidad del sistema de pensiones
Uno de los regímenes por medio de los cuales se pueden canalizar las
prestaciones de la seguridad social son los seguros sociales. Los seguros
sociales afrontan cada vez más y con mayor intensidad deficiencias en sus
fuentes de financiamiento. Las “excesivamente generosas” reglas aplicadas a
esquemas de beneficio definido78, como las establecidas para los regímenes
especiales de las Fuerzas Armadas, generan problemas de desequilibrio
financiero que, sumado a la escasa relación con las contribuciones, hace
necesario estrechar la relación entre aportantes y beneficios (CEPAL, 2006).
El reto del financiamiento del sistema de pensiones no es específico del
sistema militar. Tanto los sistemas de carácter general como los especiales
adolecen de problemas de sostenibilidad. Esta condición se deriva, entre otras
causas, de los retos del cambio demográfico, de las oportunidades de
incorporación al mercado laboral y de la esperanza de vida. El sistema de
pensiones militares, desde la perspectiva demográfica, se caracteriza por la
limitación numérica generada por depender de una cantidad fija de afiliados
aportantes79, aspecto que será determinante en el momento de evaluar el nivel
de sostenibilidad del sistema de pensiones.
En la Tabla 25 se muestra la evolución demográfica del personal militar
tanto en servicio activo como de sus pensionistas durante el período 2000-
2013. El segmento militar en servicio activo se ha clasificado dependiendo de
su relación con las Fuerzas Armadas (oficial o tropa). A la población jubilada se
la ordenó conforme a su relación con la seguridad social, esto es, si el beneficio
pensional (entendido como todos aquellos aspectos referidos a las pensiones)
78
Beneficios extraordinarios otorgados a la mayoría de los pensionados —sin ser equilibrados con mayores tasas de aporte—, una edad legal de jubilación relativamente temprana con relación a la creciente esperanza de vida de la población, generosa garantía de pensión mínima, entre otras. 79
Las Fuerzas Armadas en conjunto tienen un orgánico máximo de 42.000 efectivos y que, de acuerdo a las políticas de reestructuración, deberán reducir su número a 34.500 hasta el año 2025
165
es directo a través de la pensión de retiro, o es otorgado a sus dependientes
mediante una pensión de montepío.
Tabla 25 Evolución anual de la Población Militar Activa y Pasiva 2000-2013
(Por tipo de clasificación)
CLASIFICACIÓN 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
ACTIVOS
OFICIALES 4.358 4.344 4.423 4.378 4.401 4.411 4.439 4.448 4.541 4.647 4.753 4920 5.108 53.18
TROPA 31.415 31.133 31.479 32.493 33.925 44.099 33.965 34.053 33.992 33.287 33.131 33.407 34.848 35.723
TOTAL 35.773 35.477 35.902 36.871 38.326 38.510 38.404 38.501 38.533 37.934 37.884 38.327 39.956 41.041
PENSIONADOS
RETIRO 16.481 17.277 18.228 18.872 19.450 20.037 20.722 21.372 22.148 23.677 25.065 26.427 27.161 27.766
MONTEPÍO 6.691 6.823 6.820 6.892 7.102 7.253 7.462 7.679 7.854 7.965 8.107 8.180 8.238 8.289
TOTAL 23.172 24.100 25.048 25.764 26.552 27.290 28.184 29.051 30.002 31.642 33.172 34.607 35.399 36.055
RATIO DE DEPENDENCIA 1,54 1,47 1,43 1,43 1,44 1,41 1,36 1,33 1,28 1,20 1,14 1,11 1,13 1,14
Fuente: Base de Datos ISSFA Elaboración propia
La evolución demográfica permite relacionar a los afiliados (aportantes)
con los pensionistas (beneficiarios) del sistema y así obtener el ratio de
dependencia. La reducida evolución del ratio de dependencia no ha permitido
que el sistema pueda autofinanciarse. La tendencia ha ido disminuyendo desde
el 1,54 en el año 2000 al 1,086 en el 2013. En otras palabras, en el año 2013
un afiliado en servicio activo financiaba la pensión de 1,086 jubilados militares.
En este sentido, para evitar la insostenibilidad financiera del sistema, se
requiere obligatoriamente la intervención del Estado.
Desde la perspectiva financiera, en la Tabla 26 se muestra la evolución
que ha tenido la masa pensional (entendido como el monto total destinado al
pago de las pensiones) a partir del año 2000, respecto al esfuerzo económico
que representa sostener el sistema contributivo de las pensiones militares. Así
también, se ha considerado la evolución de la pensión media del sistema
dirigido a proveer el ingreso del militar y de su familia cuando este fallece.
167
Tabla 26 Evolución anual de la Masa Pensional, Pensión Media e Indicadores macroeconómicos 2000-2013
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
RETIRO 36389221 55544617 67874960 75006700 78270683 86301182 102290245 136874675 193979789 264457337 301992067 358376697 393765310 408194164
MONTEPÍO 5323485 7117213 8766265 9983435 10666943 12064491 13687782 18007162 25339397 34473660 39531546 44329384 52528658 56256270
TOTAL 41712705 62661831 76641225 84990135 88937626 98365672 115978027 154881837 219319186 298930997 341523613 402706081 446293968 464450434
PENSIÓN MEDIA DE RETIRO
N.D N.D N.D N.D N.D N.D N.D N.D 641,9 843,42 996,10 1123,60 1225,40 1256,92
PENSIÓN MEDIA MONTEPÍO
N.D N.D N.D N.D N.D N.D N.D N.D 227,7 305,10 379,40 430,40 476,32 498,96
Inflación, precios al consumidor (% anual)
96,09 37,67 12,48 7,93 2,74 2,40 3,03 2,27 8,40 5,16 3,55 4,47 5,10 2,74
Canasta Básica 269,77 319,15 361,75 381,39 417,57 440,81 453,97 478,82 512,03 528,90 544,71 578,04 595,70 620,86
Canasta Vital 202,49 242,91 275,86 267,20 278,72 298,56 317,34 334,74 361,72 377,87 390,10 419,25 431,32 444,78
Ingreso Familiar Mensual
200,73 221,76 253,17 265,95 268,09 298,67 317,34 373,34 406,93 406,93 448 492,80 545,07 593,60
Tasa de Crecimiento Promedio
RETIRO MASA PENSIONAL 20,44 %
PENSIÓN MEDIA 19,89 %
MONTEPÍO MASA PENSIONAL 14,38 %
PENSIÓN MEDIA 16,99 %
MASA PENSIONAL TOTAL 20,37 %
Fuente: Base de Datos ISSFA, Banco Mundial (2014) Elaboración propia
169
La variación de la masa pensional se ha incrementado a una tasa
promedia del 20,37% desde el año 2000. La masa pensional de retiros tuvo un
crecimiento promedio del 20,44% y de montepíos del 14,38%. Si se confronta
con el incremento anual de la inflación, las pensiones militares han tenido un
significativo crecimiento. Al comparar la pensión media de montepío (la pensión
de menor cuantía en el sistema), equivalente a USD. 498,9680, con el ingreso
familiar mensual general de USD. 593,60, la canasta básica y la canasta vital,
la pensión de montepío se encuentra dentro de los parámetros normales.
Los recursos necesarios para mantener las pensiones militares provocan
que la seguridad social militar tenga que hacer frente al desafío de su
financiamiento. El estudio realizado por Actuaria Consultores Cía. Ltda. (2010),
recomienda implementar reformas encaminadas a fortalecer y diversificar las
fuentes de financiamiento de su sistema de pensiones. Es así que, entre otras
medidas, se prevé incrementar el porcentaje de cotización de 12,40% a
14,40%, aumentar los años de aportación de 20 a 25, mejorar de la tasa de
rentabilidad de sus inversiones, limitar los gastos de asistencia social y
asegurar el aporte del Estado por el 60% del total de las pensiones81.
2.3.3 Cotizaciones sociales
La efectiva aplicación de la política social frente a una eficiente
estructura del sistema de jubilaciones y pensiones, destinada a enfrentar los
riesgos de vejez, invalidez y muerte, se enmarca en la relación existente entre
la responsabilidad individual y la responsabilidad colectiva, definida por
Vrooman (2009) como el principio de equivalencia. Según Peinado (2012), las
cotizaciones sociales son aquellas que los trabajadores realizan durante su
vida laboral y sobre las que reciben beneficios dependiendo de la historia
salarial, años de trabajo o directamente de sus contribuciones.
Los aportes personales o cotizaciones individuales de los militares
destinados a pensiones, dependen de las políticas y estructura específica de
cada sistema. Así, por ejemplo, en Australia las contribuciones oscilan entre el
80
No se consideran los costes que representan de los beneficios asistenciales, en especial en de salud, a los que tiene derecho 81
La Ley de Seguridad Social Militar, en vigencia, considera que el aporte máximo del Estado al sistema de pensiones militares es de hasta un máximo del 60 %.
170
5% y el 10% de los ingresos (Bateman & Piggott, 2011). En las Fuerzas
Armadas de los Estados Unidos el porcentaje de la compensación dirigida al
retiro del miembro alistado oscila entre el 8% al 10%82, luego de lo que tendrá
derecho al 50% del salario básico correspondiente al 34% de la RMC83.
Las pensiones militares, sean contributivas o no contributivas, adolecen
de fallas en cuanto a sus niveles de eficiencia, equidad y eficacia en la
prestación de la jubilación como una herramienta de gestión al interior de las
Fuerzas Armadas (Office of the Actuary, 2012). La estructura de las pensiones
militares del Ecuador, al ser de carácter contributivo, presentan un
financiamiento compuesto tanto por los aportes individuales de los miembros
en servicio activo como de los recursos provenientes de los subsidios al gasto
social84.
La característica general de las Fuerzas Armadas a nivel mundial de
establecer como requisito mínimo para pasar a una situación de retiro 20 años
de servicio efectivos en la carrera militar, sumada a la edad mínima en la que
una persona pasa a formar parte del sistema militar profesional (alrededor de
los 22 años) y al deseo individual por salir del servicio activo apenas cumplir la
base mínima de permanencia institucional, son factores determinantes que
lesionan el nivel de sostenibilidad del sistema de pensiones.
2.3.4 Fondo de reserva
El Fondo de Reserva es el monto con el que el sistema de pensiones
deberá contar para cubrir totalmente el pago de los beneficios previsionales de
todos los afiliados. Anido Crespo et al. (2014) lo definen como un mecanismo
empleado para corregir situaciones de desequilibrio actuarial de los sistemas
de pensiones, provocados por efecto de crisis demográficas y económicas.
82
El salario reserva básico de un jubilado de 20 años es de aproximadamente 68 % ciento de la “Regular Military Compensation” (RMC) (Office of the Actuary, 2012). El sistema de jubilación militar es uno de los únicos esquemas abiertos financiados sobre una base de reparto. El personal de Defensa alcanza los 138.639 miembros, que comprenden 54.525 empleados actuales, 76.430 personales de defensa jubilados y pensionados 7684. El costo de los planes de prestaciones definidas financiadas parcialmente totalizan $ 205,4 mil millones. 83
RMC es la suma de (1) salario básico, (2) el subsidio de vivienda, el cual varía según el grado, la ubicación y la situación de dependencia, (3) las dietas, y (4) las ventajas fiscales resultantes para los subsidios porque no son sujetos al impuesto sobre la renta federal. 84
El costo de las pensiones militares alcanzaría los 1.5 mil millones hasta el 2035 (Actuaria Consultores Cía. Ltda., 2010).
171
Según la OECD (2012), estos recursos permiten prever el pago de las
pensiones públicas futuras.
Los esquemas de pensiones, en especial aquellos estructurados para
los sistemas militares, por lo general se encuentran bien definidos en cuanto a
su tipo de gestión, políticas de inversiones y riesgos, órganos de control y
supervisión, costes de gestión, entre otros aspectos. El régimen especial de las
Fuerzas Armadas se caracteriza por su estricto y bien definido mercado laboral
que garantiza el flujo de ingresos al sistema. El nivel de gasto en pensiones del
sistema, por otro lado, dependerá de las variaciones del número de
pensionistas y de la esperanza de vida, entre otras.
Este comportamiento demográfico genera desequilibrios financieros que
afectan a los niveles de sostenibilidad. Es así que el desafío de la gestión de
este sistema, radica en la capacidad de canalizar adecuadamente la inversión
de sus reservas, ya que su rentabilidad garantiza la sostenibilidad de las
pensiones (García Jiménez, 2000), y en el caso de no ser suficientes, el
aspecto político será determinante en su futuro, en el momento de requerir de
un mayor financiamiento estatal (W. E. Schulthess, 1998).
Los fondos de reservas de manera general se alimentan principalmente
de dos fuentes: las contribuciones individuales y los aportes que realiza el
Estado85 (Vida Soria, Monereo Pérez, Molina Navarrete, & Quesada Segura,
2009). El fondo de reserva de la seguridad social militar del Ecuador, además
de estas fuentes, dispone de otras como la rentabilidad de sus inversiones
(financieras, inmobiliarias, créditos y empresas) y los excedentes financieros
provenientes de los demás seguros del sistema de seguridad social militar. La
evolución del fondo se muestra en el Gráfico 14.
85
Ochando Claramunt (2010) considera importante la cuantía del fondo, ya que estimula la inversión de todo tipo de proyectos rentables sean de carácter público o privado.
172
1 1 2 3 5 7 16 25 34 41 59 62 68 95
120 142 158
414 430
495
582 613
0
100
200
300
400
500
600
700
Dolarización
Gráfico 14 Evolución del Fondo de Reservas de las Pensiones Militares (En millones de USD.)
Se incluyen las cuentas por cobrar Fuente: Base de Datos del ISSFA Elaboración propia
El fondo de reserva, desde su constitución en el año 1992, soporta el
efecto de tres factores importantes. El primero relacionado con el cambio de
sistema monetario (dolarización), cuyo efecto vulneró la débil y creciente
reserva financiera militar. Un segundo y tercer aspecto durante el período
2010-2013, que se vinculan con la finalización del proceso de equiparación
salarial de los miembros de la fuerza pública86 (Presidencia de la República del
Ecuador, 2006), y la transferencia de acciones y utilidades de las empresas de
propiedad de las Fuerzas Armadas, respectivamente. Estos últimos provocaron
un importante fortalecimiento financiero del sistema.
La estructura financiera del sistema de pensiones militares, a raíz del
fortalecimiento del fondo de reservas, denota un significativo mejoramiento de
la proyección de los niveles de sostenibilidad establecidos por Actuaria
86
Las remuneraciones del personal militar en servicio activo y pensionistas de las Fuerzas Armadas, se igualan con el referente de las escalas de remuneración previstas en la Ley Orgánica de Servicio Civil y Carrera Administrativa y de Unificación y Homologación de las Remuneraciones del Sector Publico para el nivel jerárquico superior. La equiparación de las compensaciones anuales entre Fuerzas Armadas y Policía Nacional se fundamenta en la Ley Orgánica del Servicio Público que en su art. 115 establece “…las servidoras/es públicos de las fuerzas armadas y la policía nacional en servicio activo y de los cuerpos de bomberos que, por sus peculiaridades y particularidades en el ejercicio de la profesión militar, policial y de bomberos no perciban horas extraordinarias o suplementarias, subrogación, encargos u otros beneficios económicos por los conceptos previstos en esta ley para las servidoras y servidores públicos…”.
173
Consultores Cía. Ltda. (2010). En el Gráfico 15 se aprecia el comportamiento
de los gastos pensionales (entendidos como los gastos destinados a atender el
pago de las pensiones) en relación a los ingresos de la cartera de aportaciones
y el financiamiento requerido por parte del Estado, en concordancia con la
disposición de los recursos potencialmente utilizables del fondo de reservas.
Gráfico 15 Horizonte de Sostenibilidad del Sistema de Pensiones Militares con el soporte del Fondo de Reserva y los aportes del Estado
(En millones de USD.)
Fuente: Base de datos del ISSFA; Actuaria Consultores Cía. Ltda.( 2010) Elaboración propia
El gasto de las pensiones se ha financiado con la totalidad de los
recursos establecidos en la cartera de aportaciones del sistema. Los aportes
del Estado han representado el porcentaje máximo permitido por la ley, es
decir, la sostenibilidad del sistema no era posible sin el aporte del 60% del
Estado. La brecha entre los gastos y los recursos disponibles se da a partir del
2014 agravándose desde ese momento en adelante. El financiamiento deberá
provenir ya sea de los recursos del fondo de reservas, o mediante la
generación inmediata de reformas al sistema.
-100
100
300
500
700
900
1100
2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 2014 2016 2018 2020 2022 2024 2026
Fondo de Reservas Presión Fiscal Gasto en Pensiones Ingresos del Sistema
175
PARTE III Métodos de análisis de los sistemas de pensiones
Introducción
El establecimiento de un adecuado Estado de bienestar cuya base es la
Seguridad Social, implica el comprometimiento de recursos que garanticen las
prestaciones y los servicios sociales. Esta situación vuelve imperante la
obligatoriedad de contar con ingresos económicos que doten de sostenibilidad
al sistema, mediante diversas fuentes de financiamiento. El propósito de la
sostenibilidad es encontrar un equilibrio económico-financiero en el presente y
en el futuro, cuyo alcance queda definido por el nivel, el tipo de prestaciones y
las políticas de financiación puestas en marcha por la sociedad.
Los principales criterios para evaluar los sistemas de pensiones según
Holzmann, Paul, & Dorfman (2008), son la adecuación, la asequibilidad, la
sostenibilidad, la equidad, la previsibilidad y la robustez. Mientras que para
Naciones Unidas (2008) estos criterios se resumen en tres: accesibilidad,
asequibilidad y sostenibilidad. De estos, considerando el segmento de la
sociedad que se está tratando, el análisis se centrará en el estudio de
determinadas variables sobre las cuales se asienta la sostenibilidad del sistema
de pensiones militares.
Analizar la sostenibilidad de los sistemas de pensiones involucra
incorporar una serie de herramientas financieras y económicas. Dentro de las
primeras se encuentran los modelos actuariales que evalúan las condiciones
financieras del sistema en función de los cambios demográficos. El segundo
grupo de herramientas toma los modelos econométricos para evaluar la
sostenibilidad del sistema en función del comportamiento de sus variables,
tales como el mercado laboral, la elegibilidad, demografía, entre otras.
Se pueden identificar una serie de estudios que evalúan tanto los
sistemas privados de pensiones, como los sistemas públicos, los sistemas de
pensiones basados en la solidez de su fondo de reserva y los sistemas
basados en estudios actuariales, los mismos que permiten una evaluación de
las decisiones técnicas y políticas y su efecto económico financiero.
176
Un sistema de pensiones será sostenible desde el momento en el que su
situación financiera sea sólida y se pueda mantener en un horizonte previsible
y bajo un amplio conjunto de supuestos de aceptabilidad. En regímenes
especiales, los sistemas de pensiones como el de los militares adolecen de
debilidades financieras a largo plazo. Estos sistemas se encuentran
caracterizados por su fuerte influencia en las decisiones gubernamentales en
este campo, por lo que la evaluación de estas configura un componente
esencial en la toma de decisiones.
177
Capítulo I Tipos de modelos para el análisis de los sistemas de
pensiones
Introducción
El control de los riesgos y el análisis de la solvencia del sistema
financiero, especialmente en lo que respecta a sus pensiones, ha constituido
tradicionalmente una de las preocupaciones principales de la Seguridad Social
Militar. Las pensiones militares en Latinoamérica en su generalidad son de
entera responsabilidad financiera a cargo del Estado, ya que se considera
como un servicio de coste cero. En casos como el ecuatoriano, su
financiamiento es asumido con la participación de los cotizantes. Sea cual sea
su estructura financiera, la sensibilidad y el coste del sistema promueven el
análisis permanente de sus niveles de sostenibilidad.
En este sentido, el sistema de pensiones militares del Ecuador, al tener
una estructura de reparto con prima media general, requiere identificar los
diferentes mecanismos de análisis de los sistemas de pensiones. De este
modo, los sistemas de pensiones de carácter privado se caracterizan por su
especialidad en la administración de fondos de capitalización, los sistemas
públicos se basan en su capacidad de administrar sistemas de reparto y los
actuariales se definen porque permiten la proyección los recursos financieros
necesarios en función de la evolución demográfica.
De esta manera, al tener un marco de análisis claro, se consideró
fundamental que, en base al modelo actuarial propuesto para el sistema militar
ecuatoriano, se realice una análisis de sensibilidad en el que se someta el
modelo a las nuevas condiciones de financiamiento y estructura demográfica.
La proyección del horizonte de sostenibilidad del sistema de pensiones
militares se realizó en 7 escenarios que difirieron en torno a una reducción del
número de efectivos militares y al incremento de sus fuentes de cotización.
Estas últimas derivadas de las recomendaciones del estudio actuarial del año
2010, más una regulación de las pensiones vía aporte de los retirados.
178
1.1 Mecanismos de análisis en sistemas privados de pensiones.
El Análisis Financiero Dinámico (Dynamic Financial Analysis o DFA) es
un término empleado en el ámbito actuarial debido a las tendencias del entorno
financiero, competitivo y regulador (Otero González & Durán Santomil, 2011).
Estas nuevas tendencias, unidas a las innovadoras metodologías financieras y
al desarrollo tecnológico, han desarrollado la aplicación de herramientas de
gestión de riesgo como el DFA.
Según Otero González, Durán Santomil, & Rodríguez Sandiás (2008), la
técnica del DFA permite el análisis integral del riesgo, tanto en el campo
financiero como en el actuarial, y la configuración de modelos internos. Los
modelos internos son la base que soporta la técnica DFA, ya que permiten el
análisis exhaustivo del riesgo, mediante la evaluación del impacto en la
capacidad y la rentabilidad en la toma de decisiones del negocio asegurador
(Durán Santomil & Otero González, 2010).
En el sector de los seguros, generalmente se establecía una división
entre las áreas financiera y actuarial, lo que permitía que se formasen dos
visiones independientes, una de ellas dirigida hacia los seguros y la otra
encargada de las finanzas (Wang, 2002). Según Blum & Dacorogna (2004), la
herramienta del DFA realiza un completo análisis de la posición de la
organización frente a factores de riesgo tanto de carácter asegurador como de
inversión. Según Hodes & Feldblum (1999), el DFA era una herramienta muy
poco conocida, cuya presencia se extiende por efecto del riesgo financiero en
el sector de los seguros a inicios del 2000 (Berliet & Lowe, 1999).
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, en los Estados Unidos surge la
necesidad de conectar la planificación militar con la investigación y el
desarrollo. La creación del Proyecto RAND87 permite que, mediante sus
trabajos de planificación estratégica a través de escenarios, se dé origen a los
modelos DFA (Charles C. et al., 1999). RAND es una institución que ayuda a
mejorar la política y la toma de decisiones, mediante la investigación y el
87
La Corporación RAND (Research and Development) es un laboratorio de ideas norteamericano que forma a las Fuerzas Armadas norteamericanas.
179
análisis. Su investigación abarca temas como la energía, la educación, la salud,
la justicia, el medio ambiente y los asuntos internacionales y militares.
La aplicación de los modelos DFA en el sector de los seguros data de
trabajos de grupos británicos como los de Daykin & Hey (1990); Daykin et al.
(1987) y de finlandeses como Pentikäinen, Bonsdoff, Pesonen, Rantala, &
Ruohonen (1989); Pentikäinen & Rantala (1982), cuyos estudios se basan en el
análisis de la solvencia de las compañías de vida. Según Durán Santomil &
Otero González (2010), el objetivo de dichos trabajos consistía en probar la
poca suficiencia de documentos contables para evaluar la solvencia de las
compañías en el futuro. Sus evaluaciones, al ser muy estáticas y
retrospectivas, hacían necesario que se redefiniera su solvencia sobre una
base dinámica dirigida al flujo de liquidez.
En la actualidad, los modelos DFA se consideran una herramienta
versátil que analiza las ventajas y riesgos de la toma de decisiones en la
planificación estratégica (Correnti, Sonlin, & Isaac, 1998; Hodes, Neghaiwi,
Cummins, Phillips, & Feldblum, 1996). Para Kaufmann, Gadmer, & Klett (2001),
el objetivo general del DFA es la comparación de estrategias en términos de
rentabilidad–riesgo. Posteriormente, la técnica del DFA fue implantada por los
Estados Unidos y Canadá con un objetivo estrictamente regulador bajo la
denominación de Test de Solvencia Dinámico o también Análisis de la
Condición Financiera.
El DFA como herramienta de análisis en el sector de los seguros
privados.
A diferencia de los modelos tradicionales de evaluación de riesgo, el
DFA considera las interacciones entre la política de inversión y la política de
aseguramiento. El DFA, a través de técnicas de modelación apoyadas en un
soporte informático, proporciona una retroalimentación instantánea a sus
usuarios (D’Arcy, Gorvett, Hettinger, & Walling III, 1998). Los modelos
dinámicos evolucionan a partir de los modelos estocásticos tradicionales y son
capaces de establecer hipótesis críticas en términos de conjuntos de resultados
180
posibles, en lugar presentar valores fijos basados en técnicas deterministas
(Durán Santomil & Otero González, 2010).
En la actividad aseguradora, los DFA son considerados como aquellos
procesos que se fundamentan en la simulación de escenarios de forma
integral, mediante una modelización estocástica de variables determinantes de
la evolución de los activos y pasivos. En general, buscan establecer los niveles
de solvencia y de la gestión del riesgo, a fin de que, por medio de un modelo
financiero integrado, se logre promover una mejor comprensión en torno a las
decisiones económicas que afectan a toda la organización.
El DFA constituye una herramienta útil para medir la evolución de la
situación financiera de las compañías aseguradoras a través de sus
proyecciones88. El establecer una metodología única para los DFA resulta
complejo y para ciertos analistas, como Kaufmann et al. (2001), el establecer
una definición específica es imposible. Muchos autores buscan otorgar una
definición a los modelos DFA, algunas de cuyas conceptualizaciones se
resumen en la Tabla 27.
Tabla 27 Definición de los Modelos de Análisis Financiero Dinámico DFA
Referencia Conceptualización Observación
Shiu (2006) Proceso que proyecta la situación financiera de un asegurador bajo un conjunto de hipótesis consistentes.
La finalidad es evaluar su solvencia o determinadas decisiones estratégicas
D’Arcy et al. (1998)
Proceso que examina la situación financiera de una aseguradora a lo largo del tiempo.
Considera las interrelaciones entre las distintas partes y la naturaleza estocástica de los factores que pueden influir en los resultados.
Blum & Dacorogna (2004)
Herramienta para la gestión del riesgo global de la empresa en la toma de decisiones estratégicas.
Plataforma que usa varios modelos y técnicas de las finanzas y de la ciencia actuarial y las integra en un modelo de simulación estocástica dinámica
Eling & Parnitzke (2007)
Herramienta para el análisis y la toma de decisiones de las compañías aseguradoras
Se caracteriza por su acercamiento explícito multiperíodo orientado a los movimientos de flujos de caja.
Szkoda (1997) Proceso que analiza la condición financiera de una compañía aseguradora
Herramienta para evaluar la solvencia
Canadian Institute of Actuaries (1999)
Técnica para supervisar la fortaleza financiera de un asegurador y su capacidad de resolver las obligaciones con los asegurados
Herramienta para evaluar la solvencia
Casualty Actuarial Society (1995)
Proceso que implica probar un número de escenarios adversos y favorables con las operaciones de una compañía de seguros
Herramienta para evaluar la solvencia
Brooke-Taylor (2003)
Herramientas de gerencia para los aseguradores generales y aseguradores de vida
Durán Santomil & Otero González (2010)
Proceso de simulación de la actividad aseguradora, o de otra actividad financiera, de forma integral a través de la modelización estocástica de las variables determinantes de la evolución de los activos y pasivos con fines alternativos.
El DFA es la evaluación del riesgo y las necesidades de capital inherentes al mismo, sus usos se extienden a la evaluación de distintas estrategias de la compañía, es una herramienta útil para la toma de decisiones.
Elaboración propia
88
Según Durán Santomil & Otero González (2010) permiten: i) evaluar los diferentes escenarios para la toma de decisiones, ii) la capacidad futura del excedente para soportar los riesgos y proporcionar rentabilidad sobre el capital invertido, iii) el nivel de solvencia mediante la identificación y cuantificación de los riesgos financieros, iv) ponderar el impacto de las futuras condiciones del entorno interno y externo de la compañía, basados en los resultados obtenidos y v) diseñar y/o modificar planes de negocio.
181
La metodología sobre la cual se asienta el modelo DFA se basa en la
simulación estocástica. Esta técnica permite la generación estocástica de los
flujos de caja y de los activos y pasivos para un período de proyección en una
organización vinculada al sector de los seguros. El análisis de variables de
resultado se realiza mediante la simulación de escenarios de tipo Monte Carlo.
1.2 Mecanismos de análisis en sistemas de pensiones públicas: El caso
de España
El sistema de seguridad social de España es un sistema contributivo
estructurado en varios regímenes. Por una parte, el Régimen General, que
cubre a los trabajadores por cuenta ajena de la industria y de los servicios, y,
por vía de asimilación, otras categorías profesionales. Por otro lado, los
Regímenes Especiales, cuyo ámbito de aplicación específico es dirigido a
aquellos colectivos que, por sus características socioeconómicas específicas,
precisan de una acción protectora diferenciada (Jimeno, 2000). El sistema
público de pensiones proporciona cinco tipos de pensiones: incapacidad
permanente, jubilación, viudedad, orfandad y a favor de familiares.
En el régimen general, la pensión por jubilación establece como
requerimientos de acceso haber cumplido 65 años y tener cubiertos un periodo
mínimo de cotización de 15 años de los cuales, al menos dos, deberán estar
comprendidos dentro de los ocho años inmediatamente anteriores al momento
de acceder al derecho. Asimismo, se considera la posibilidad de adelantar la
jubilación a los 60 años bajo determinadas condiciones previamente
establecidas en la ley y que, para el cálculo de la base reguladora de la
pensión, se realizará en función de las cotizaciones de los últimos 15 años
(Estado, 2011).
El sistema de pensiones público se financia con las cotizaciones sociales
correspondientes al 28,3% de la base de cotización89. Del porcentaje total de
cotización, el 23,6% está a cargo del empleador y el 4,7% es asumido por el
trabajador.
89
Aproximadamente igual al salario bruto excepto por la aplicación de bases mínimas y máximas de cotización.
182
El Modelo de equilibrio general aplicado (MEGA) como herramienta de
análisis del sistema de pensiones públicas
Entre los diferentes modelos desarrollados para el análisis del sistema
de pensiones públicas, se ha considerado como ejemplo la herramienta de
análisis económico denominada “modelo de equilibrio general aplicado”
(MEGA). Mediante esta técnica se simulan los efectos provocados por los
cambios en la financiación de la seguridad social y en las prestaciones a
personas mayores. Según Viejo Rubio (2008), un MEGA es un modelo
matemático numérico que busca reflejar las principales características de una
economía de mercado mixta y abierta, donde las familias, empresas,
administradoras públicas y sectores exteriores interaccionan regidos por los
precios en función de sus intereses u objetivos.
Este tipo de modelos responde a una serie de datos observados de la
economía y con los que, aplicados sobre un año base (asumido en equilibrio),
se realizan simulaciones económicas. En este sentido, un MEGA suministra
valores de sus variables endógenas en equilibrio tras haber modificado algún
componente exógeno del mismo. El modelo de equilibrio general aplicado
construye relaciones entre los principales agentes de una economía, así como
mide los efectos provocados por un cambio realizado sobre una variable
económica exógena o un parámetro de las variables endógenas del modelo.
En el supuesto de un descenso de las cotizaciones sociales, este tipo de
modelos tienen en cuenta los efectos sobre el mercado laboral y en los
ingresos de las administradoras públicas, así como en otros ámbitos
aparentemente muy alejados como los precios y la demanda de bienes y
servicios, o incluso las importaciones. Para Viejo Rubio (2008), los MEGA
permiten analizar el impacto de una política fiscal desde las perspectivas de
recaudación, distribución y provisión de servicios públicos, sobre la actividad
económica y el bienestar.
Es así que si se analiza desde el lado del impacto las políticas tributarias
(impuestos y subvenciones) cualquier actividad económica, estas pueden
perturbar el contexto de su desarrollo, pudiendo incluso influir tanto en el nivel
183
de participación en el mercado laboral como en el grado de emprendimiento en
una actividad empresarial. Desde la perspectiva de la política de gasto, la
misma establece la cantidad, calidad y composición de los servicios que
proporcionan las administradoras públicas. Aunque sus efectos resultan
difíciles de determinar, las regulaciones en la provisión de servicios públicos
afectan tanto al desempeño de las empresas como al bienestar de las familias.
Al respecto, en la Tabla 28, se resumen algunos aspectos característicos del
desarrollo y aplicación de los MEGA.
Tabla 28 Desarrollo y ámbitos de aplicación de los MEGA
Autor Características
Johansen (1960) Origen de los MEGA, aplicables en el contexto noruego
Harberger (1962) Origen de los MEGA, con aplicación en los Estados Unidos
Shoven & Whalley (1972, 1973)
Los MEGA, evalúan los efectos de la política fiscal en las economías de Estados Unidos y Reino Unido. Amplían el modelo de equilibrio general teórico de Arrow-Debreu
90, hacia las
actividades de las Administradoras públicas y los intercambios internacionales
Shoven & Whalley (1992), El MEGA es considerado como una herramienta indispensable de investigación de la Economía Pública.
(Kehoe, Manresa, Polo, & Sancho, (1989); (1985)
El MEGA evalúa los efectos de la reforma fiscal española de 1986, en especial, la introducción del impuesto sobre el valor añadido (IVA)
Sancho & Polo (1990) El MEGA analiza aspectos como: la reducción del 30% en las cotizaciones sociales de los empleadores y sus beneficiosos efectos sobre el empleo y producción
Sancho & Polo (1993) El MEGA analiza los efectos de la eliminación de barreras comerciales y la homogenización de impuestos indirectos consecuencia de la puesta en marcha del Mercado Único en la CEE
Fernández & Polo (2004) El Mega analiza las consecuencias derivadas de la reducción del 1 % del PIB del déficit público
Viejo Rubio (2008) Analiza el grado de desagregación de los sectores productivos, bienes, hogares y un desglose de la recaudación impositiva
Elaboración propia
El interés por la financiación de las pensiones, como en el caso del
sistema público español, se deriva de las expectativas provocadas por la
evolución en esta materia ya que, en su mayoría, se vincula con las
cotizaciones de los trabajadores. De esta manera, la financiación del sistema
social, en general, afecta negativamente al coste de producción y a la demanda
de factor trabajo. En este sentido, la aplicación de este modelo se orienta a
definir un sistema de financiación alternativo de interés para los trabajadores y
empresarios que paralelamente mejoren tanto los niveles de competitividad
como el nivel de prestaciones sociales.
90
Lozano G., Villa P., & Monsalve G. (1997) señalan que el modelo es estático y que sobre este no pueden derivarse consideraciones dinámicas
184
1.3 Modelo de análisis del sistema de pensiones basado en el Fondo de
Reserva
El problema de la sostenibilidad del sistema de pensiones está sujeto a
la restricción presupuestaria del Estado. La escasez de recursos económicos
estatales hace necesario establecer mecanismos que propendan a la
maximización del bienestar de la población. Es así que para Cadena Castillo
(2006), “un sistema es viable cuando es auto sostenible”, será factible cuando
los aportes de los cotizantes puedan, al menos, cubrir los gastos de las
pensiones actuales. En este sentido, dependiendo de la capacidad del fondo de
reservas, permitirá establecer un mayor grado de sostenibilidad del sistema al
mediano o largo plazo.
Sin embargo, en el corto plazo un sistema será sostenible si entre las
cotizaciones individuales y los aportes estatales son capaces de solventar el
gasto de las pensiones actuales, más aún si los recursos disponibles permiten
acumular reservas para el pago de las pensiones futuras. Por el contrario,
cuando las cotizaciones son insuficientes para cubrir los requerimientos
financieros del sistema, el problema se centra en determinar cuál es el nivel de
gasto que debe asumir el Estado para garantizar el pago de las pensiones.
Más adelante se profundizará en el modelo propuesto por Jimeno (2004)
el cual, aplicado al sistema de pensiones militares, valora la cuantía del fondo
de reserva. El modelo relaciona la solvencia del fondo de reservas en
consideración con la tasa de cotización, la pensión media, el número de
cotizantes y pensionados y la tasa de rendimiento de los recursos acumulados.
Este modelo, por su estructura correspondiente a un sistema de
capitalización colectiva con capitales de cobertura, permite que sea aplicado al
sistema militar ecuatoriano debido a sus similitudes. De este modo, la cantidad
de reservas necesarias para garantizar el pago de las pensiones se obtiene de
la sumatoria de los aportes en el tiempo más los rendimientos de las reservas,
menos la sumatoria del pago de las pensiones. Si a la sostenibilidad financiera
se la entiende como la acumulación de reservas dada una tasa de interés y un
nivel de cotización, el problema financiero, según Cadena Castillo (2006), está
sujeto al nivel de crecimiento de las reservas al finalizar el período.
185
Considerando que el sistema de pensiones militares del Ecuador
garantiza el pago de sus pensiones actuales y futuras en función de mantener
el fondo de reservas, se ha visto pertinente aplicar el modelo de Jimeno (op.
cit.) bajo las condiciones y demás información estadística y financiera
proporcionada por el ISSFA.
1.4 Modelo actuarial del sistema de pensiones militares del Ecuador
El sistema de pensiones del régimen especial de las Fuerzas Armadas
del Ecuador, se sustenta en un sistema de reparto con una estructura de
financiamiento de prima media general. El nivel de sostenibilidad calculado por
Actuaria Consultores Cía. Ltda. (2010), se fundamenta en la construcción de un
balance actuarial basado en un modelo con metodología de financiamiento total
a largo plazo. El análisis desarrollado confronta los valores actuales de
ingresos y egresos con los valores futuros del sistema de pensiones.
Según Boado & Vidal (2008), un balance actuarial es definido como
herramienta de análisis de los sistemas de reparto91, así como instrumento
efectivo que provee estímulos dirigidos a la mejora para la gestión financiera
del sistema. En este sentido, el balance actuarial es un estado financiero que
relaciona las cotizaciones con las obligaciones (gasto en pensiones) a una
fecha establecida, con la capacidad total de activos disponibles (financieros,
reales y por cotizaciones) que respaldan esas obligaciones.
El balance actuarial representa una radiografía de la estructura del
patrimonio financiero del sistema de pensiones en un ejercicio económico
específico. El modelo de gestión y de información externa permite que se
desarrolle un adecuado proceso de toma de decisiones considerando también
que tanto los cotizantes y los pensionistas como el Estado dispongan de
información clara relacionada con la situación financiera del sistema. En un
sistema de reparto, las cuentas que conforman las principales partidas del
balance actuarial son el Total Activo y Total Pasivo.
91
La finalidad es la de establecer el nivel de transparencia del sistema y un indicador de la solvencia, sostenibilidad o solidez financiera
186
Según Boado-Penas (2009), la solvencia de un sistema de pensiones
basado con una estructura financiera de reparto, se determina cuando el activo
financiero más el activo por cotizaciones o activo oculto92 es igual o mayor al
pasivo de los pensionistas y de los cotizantes. El resultado implica que el déficit
acumulado sea igual cero. En este esquema, y según la fecha de referencia del
balance actuarial, los cotizantes y pensionistas tienen la certeza de cobrar la
pensión sin necesidad de que el Estado intervenga más allá de lo permitido por
ley.
El sistema de pensiones militares ecuatoriano, al estar estructurado bajo
un sistema de beneficio definido, permite que la capacidad total del fondo de
reserva (necesario para garantizar la sostenibilidad del sistema) se pueda
determinar mediante la sumatoria de los valores resultantes del cálculo
individual. El análisis realizado se basó en la proyección derivada de la
aplicación del modelo matemático de acuerdo a los parámetros involucrados.
Es así que para poder determinar el valor presente de la obligación establecida
para los miembros en servicio activo 𝑉𝑃𝑂(𝑗)∝ se construyó el siguiente modelo:
𝑉𝑃𝑂(𝑗)∝ = ∑ 𝐵(𝑡)12𝐼��𝑥𝑦12
𝜔𝑗−𝑥−1
𝑡=0
𝑡 𝑝𝑥𝜏𝑞𝑥+1
(𝑗)𝑣𝑡
Donde:
VPO Valor presente de la obligación
ωj Es la edad en la que se interrumpe la aplicación del decremento j
v Es el factor de descuento para el valor presente
ω Es la edad máxima de sobrevivencia
j Es la Tasa de incremento anual en el monto de las pensiones
B(t) Es el Monto de beneficio en el año t
Iaxy12 Es el Valor presente actuarial de una anualidad vitalicia creciente
que paga 1/12 cada mes, incrementando el beneficio en 100*j%
cada año.
92
Véase Valdés-Prieto (2002)
187
t pxτ Es la probabilidad de que una persona de edad x sobreviva hasta
la edad x+t
qx+1(j)
Es la probabilidad de que una persona de edad x sufra el
decremento antes de cumplir la edad x+1
La fórmula aplicada para el cálculo del valor presente de la obligación
total de los miembros en servicio activo ∝, es la siguiente:
𝑉𝑃𝑂𝑇 = ∑ 𝑉𝑃𝑂𝑇∝
𝑁
∝=1
Donde:
VPOT Es el valor presente de la Obligación
N Es el total de miembros en servicio pasivo
VPOT∝ Es el valor presente de la obligación total debida al empleado ∝
El valor presente del beneficio correspondiente al miembro en servicio
pasivo VPOTω es:
𝑉𝑃𝑂𝑇𝜔 = 12𝑃𝐼��𝑥𝑦(12)
+ 13𝑎𝑃𝑎𝑥𝑦 + 14𝑎𝑃𝑎𝑥𝑦
Donde:
P Es la pensión mensual que recibe el miembro en servicio en el
año cero
La fórmula aplicada para el cálculo del valor presente del beneficio total
correspondiente al miembro en servicio pasivo ∝, es la siguiente:
𝑉𝑃𝑂𝑇 = ∑ 𝑉𝑃𝑂𝑇∝
𝑁
∝=1
Los resultados derivados del análisis del sistema de pensiones se
determinaron en función de las hipótesis generadas en el estudio actuarial, que
involucra la asignación de parámetros invariables (fecha de valuación, sueldo,
población de cotizantes, cartera de cotizaciones) y variables (tasas de inflación
188
anual promedio en el largo plazo, de crecimiento promedio de sueldos y de
interés aplicada para el cálculo del valor presente de las obligaciones futuras).
1.5 Análisis de sensibilidad del gasto en pensiones militares
La información demográfica, salarial y de aportaciones fue procesada
mediante el uso de hojas electrónicas en formato Excel, con datos actualizados
hasta el 2013 y algunos hasta julio de 2014. Las proyecciones del estudio
actuarial 2010 permitieron determinar las tendencias de los datos simulados.
Se consideró la información ejecutada en el período 2000 al 2013, a diferencia
del estudio actuarial, cuya temporalización fue hasta el año 2010.
De análisis realizado se determinaron posibles escenarios basados en la
legislación vigente, así como propuestas de reformas orientadas a incrementar
los niveles de ingresos. En este sentido, se efectuaron modificaciones en la
cartera de cotizaciones y el número de aportantes al sistema, y se consideró el
efecto económico que provoca sobre el sistema la disponibilidad del fondo de
reserva. A continuación se hará referencia a cada uno de los factores
participantes en el financiamiento del sistema.
Masa Imponible (Remunerativa)
Es el rubro que considera el valor anual generado por la seguridad social
militar, proveniente del aporte de los afiliados (miembros en servicio activo)
durante todo el año (12 aportaciones). Las cotizaciones individuales al
sistema de seguridad social militar representan el 23% del haber militar,
porcentaje que es distribuido para todos los seguros previsionales
otorgados a los miembros de las Fuerzas Armadas del Ecuador en servicio
activo y pasivo. El gasto generado por concepto de pensiones individuales
recibido por los militares se detalla en el Anexo 1.
Base remunerativa
Es el valor registrado al mes de enero de cada año, resultante de dividir la
masa remunerativa general del personal militar para el número de
efectivos.
189
Masa Pensional
Los recursos representan el 12,40% de porcentaje de cotización individual
aplicado a la Masa Remunerativa. En otras palabras, es el valor
correspondiente al 12,40% del 23% de la cotización individual de los
miembros en servicio activo acumulados durante un año a la seguridad
social militar.
Aporte Personal / Cotizaciones Individuales
Representa el 12,40% (prima de aportación al seguro de Retiro, Invalidez y
Muerte (RIM)), porcentaje considerado dentro de los aportes a la seguridad
social militar (23%), proveniente del Haber Militar de los miembros de las
Fuerzas Armadas en servicio activo.
Aportes Patronal
Representa el 13,15% (prima de aportación al seguro de Retiro, Invalidez y
Muerte (RIM)), porcentaje de la prima de aportación a la seguridad social
militar (26%) entregado por el empleador, Ministerio de Defensa Nacional,
al sistema de seguridad social militar del Ecuador.
Aporte del Estado
Recursos entregados por el Estado para sostener el sistema de pensiones
(por ley se establece hasta un máximo del 60%).
El modelo propuesto por Actuaria Consultores Cía. Ltda. (2010) será la
base por medio del cual se simulará el horizonte de sostenibilidad del sistema
de pensiones y el esfuerzo económico que representa para el Estado el
sostener las pensiones militares. Los escenarios desarrollados consideran: 1)
el sistema de pensiones militares como un sistema de reparto puro, 2) el
sistema de pensiones como un sistema de capitalización, 3) el incremento del
porcentaje de cotización individual (recomendación del estudio actuarial 2010),
4) el incremento del 7,25% correspondiente a los aportes de la población en
servicio pasivo (derogado en el año 2007).
190
El ejercicio propuesto parte de la proyección demográfica realizada tanto
de los cotizantes como la población pasiva (retirados y sus beneficiarios
cuando el pensionista fallece). Para la proyección demográfica de la población
de aportantes (Anexo 2), se ha considerado la nueva política de defensa que
busca reestructurar la cantidad de miembros en servicio activo que considera:
Una disminución anual de ingresos de las escuelas de formación militar
en un 50%.
Aplicación de cuotas de eliminación93 del 15%, regulaciones que no se
han venido aplicando en las Fuerzas Armadas.
El 2% de reducción de los miembros en servicio activo a consecuencia
de autodepuración institucional.
La evolución de la estructura de la población militar se detalla en la
Tabla 29.
Tabla 29 Escenarios de sensibilidad del sistema de pensiones militares
POBLACIÓN EN SERVICIO ACTIVO
EVOLUCIÓN ANUAL DE RETIROS EVOLUCIÓN ANUAL DE LA POBLACIÓN DE PENSIONISTAS
AÑO OFICIALES TROPA TOTAL OFICIALES TROPA TOTAL
PENSIONISTAS RETIROS MONTEPÍO TOTAL
PORCENTAJE DE
RETIRADOS
PORCENTAJE DE
MONTEPIOS
2000 4.358 31.415 35.773 63 1.113 1.176 16.481 6.691 23.172 71,12% 28,88%
2001 4.344 31.133 35.477 115 897 1.012 17.277 6.823 24.100 71,69% 28,31%
2002 4.423 31.479 35.902 80 1.096 1.176 18.228 6.820 25.048 72,77% 27,23%
2003 4.378 32.493 36.871 115 756 871 18.872 6.892 25.764 73,25% 26,75%
2004 4.401 33.925 38.326 88 783 871 19.450 7.102 26.552 73,25% 26,75%
2005 4.411 34.099 38.510 111 744 855 20.037 7.253 27.290 73,42% 26,58%
2006 4.439 33.965 38.404 134 851 985 20.722 7.462 28.184 73,52% 26,48%
2007 4.448 34.053 38.501 109 837 946 21.372 7.679 29.051 73,57% 26,43%
2008 4.541 33.992 38.533 107 992 1.099 22.148 7.854 30.002 73,82% 26,18%
2009 4.647 33.287 37.934 93 1.732 1.825 23.677 7.965 31.642 74,83% 25,17%
2010 4.753 33.131 37.884 136 1.620 1.756 25.065 8.107 33.172 75,56% 24,44%
2011 4.920 33.407 38.327 75 1.518 1.593 26.427 8.180 34.607 76,36% 23,64%
2012 5.108 34.848 39.956 103 940 1.043 27.161 8.238 35.399 76,73% 23,27%
2013 5.318 35.723 41.041 - 27.776 8.377 36.153 76,83% 23,17%
TOTAL 514 6.802 7.316 152.254 48.721 200.975 75,76% 24,24%
Fuente: ISSFA Elaboración propia
La población militar ha tenido un comportamiento evolutivo en el que su
tasa de dependencia ha alcanzado un nivel máximo de 1,544 con una
93
Con el propósito de asegurar una adecuada selección del personal militar en los diferentes grados, garantizar la idoneidad de la carrera militar y para satisfacer las necesidades orgánicas de la Institución, se establecieron en el Art. 141, del Título Sexto DE LA ELIMINACION DE PERSONAL MILITAR de la Ley de Personal de las Fuerzas Armadas del Ecuador, cuotas de eliminación del personal en servicio activo en todos sus grados (Congreso Nacional de la República del Ecuador, 1991).
191
tendencia decreciente que en la actualidad es de 1,086. En otras palabras, la
parte del financiamiento del sistema de pensiones militares que recae en la
responsabilidad individual de los aportantes es de 0,86; es decir, la pensión de
un jubilado está siendo soportado con el financiamiento de 0,86 afiliados
activos. Como se aprecia en el Anexo 1, la reestructuración demográfica del
sistema provocará que la tasa de dependencia se reduzca aún más y alcance
en el año 2025 el 0,671 (la cantidad de pasivos será de 51.391 y de afiliados
activos de 34.500).
El comportamiento de los datos estadísticos y financieros sobre los que
se asienta el sistema de pensiones militares, presentaba antes del 2007 una
cartera de cotizaciones estructurada con el aporte individual, el aporte patronal,
el aporte de los pensionistas, el aporte del Estado. El financiamiento de las
pensiones se garantiza a través del fondo de reservas, fondo que es
alimentado por el rendimiento del proceso de inversiones (Anexo 2).
A raíz de la reforma realizada al sistema de pensiones en el año 2007,
se elimina el aporte del 7,25% de los pensionistas militares. La disminución de
ingresos impulsó que la brecha financiera sea cubierta tanto por el aporte
máximo del Estado, como con los recursos provenientes de la gestión
institucional. En este sentido, la gestión institucional se vio en la necesidad de
mejorar sus niveles de rentabilidad y optimizar el gasto de los recursos del
sistema de seguridad social. Los excedentes financieros generados permitieron
no solo cubrir la demanda de las pensiones militares, sino que se fortaleció la
solvencia del fondo de reservas.
Los análisis realizados se han basado en la proyección de la masa
imponible, masa pensional, la disponibilidad de efectivos aportantes al sistema
de seguridad social militar y la evolución demográfica de los pensionados. Las
simulaciones basadas en el modelo actuarial evidencian los diferentes
horizontes de autosostenibilidad del sistema militar, así como el peso
económico financiero que significará para el presupuesto nacional la reforma
de la política de defensa y su influencia en el sistema de pensiones militares.
192
En los ejercicios desarrollados, el sistema de pensiones militares se ha
visto afectado en el aumento de su cartera de aportaciones, los porcentajes de
cotización individual y la influencia del fondo de reservas sobre la solvencia
financiera del sistema. Es así que se han desarrollado 7 escenarios:
1) El sistema de pensiones militares visto como un sistema de reparto
puro.
2) El sistema de pensiones militares como un sistema de reparto puro,
con el incremento de las cotizaciones individuales del 12,4% al
14,4%94.
3) El sistema de pensiones militares visto como un sistema de reparto
puro, con el incremento de la aportación de 7,25% de los
pensionistas.
4) El sistema de pensiones militares como un sistema de reparto puro,
con el incremento de las cotizaciones individuales y el aporte de los
pensionistas.
5) El sistema de pensiones militares con una estructura de Prima Media
General en las condiciones actuales.
6) El sistema de pensiones militares con una estructura de Prima Media
General, con el incremento de las cotizaciones individuales
7) El sistema de pensiones militares con una estructura de Prima Media
General, con el aporte del 7,25% de los pensionistas.
Hipótesis actuariales consideradas para el estudio actuarial
En función de la realidad económica del país, se utilizaron como
hipótesis económicas las siguientes tasas: tasa de inflación, tasa de incremento
futuro del haber militar, tasa técnica actuarial, tasa de descuento financiero y
tasa de crecimiento poblacional (Tabla 30). Fueron consideradas las bases
salariales definitivas del año 201295 (Anexo 1) y el envejecimiento de la
población activa. Además el valor presente de las obligaciones estará
compensado por efecto de la tasa de descuento financiero.
94
Esta es una de las recomendaciones que realizó el estudio actuarial del 2010, sin que se hayan considerado las condiciones actuales 95
Resultado del proceso de homologación realizada para las Fuerzas Armadas (Ministerio de Relaciones Laborales, 2012)
193
Tabla 30 Hipótesis económicas de las pensiones militares
Tasa de Inflación promedio anual en el largo plazo 3,5 %
Tasa de Incrementos futuros del haber militar promedio anual a largo plazo 3,5 %
Tasa de interés de descuento financiero 6,3 %
Tasa de rendimiento esperada de los activos del fondo de reservas 6,3 %
Elaboración propia
En la determinación de la tasa de descuento financiero fue considerado
un valor intermedio entre la tasa de rendimiento de los Bonos del Estado
(6,5%) y la tasa de rendimiento del portafolio de inversiones del ISSFA (6,1%).
El Estado financia el 60% del gasto total en pensiones y el 40% lo sostienen las
cotizaciones individuales de los miembros en servicio activo y las cotizaciones
patronales del Ministerio de Defensa.
El sistema militar ecuatoriano debe enfrentarse a riesgos derivados de 1)
el incremento del número de pensionistas, a consecuencia del deseo individual
de acogerse a los beneficios de retiro apenas cumplidos los requisitos mínimos
de aportación (20 años), 2) la reducción del número de cotizantes, por efecto
de reformas al número de miembros en servicio activo96, 3) los incrementos en
la esperanza de vida del conglomerado militar, 4) el aporte estatal al sistema de
pensiones militares, vinculado con el crecimiento de la economía nacional y el
precio del petróleo, 5) la indexación de las pensiones militares con los
miembros en servicio activo, 6) la ausencia de niveles máximos de pensiones
militares.
Escenario legal
La creación del régimen especial de las Fuerzas Armadas en el Ecuador
supuso un modelo de administración tendiente a atender las necesidades del
personal militar. Las pensiones militares constituyen un componente importante
para las Fuerzas Armadas en lo que respecta a atraer y retener personal
profesional, debido a que se establece un paquete de compensaciones y
beneficios competitivos frente a los demás sectores de la sociedad.
96
La reforma en la política de defensa del Ecuador prevé que el número de efectivos en las Fuerzas Armadas deberá reducirse de los actuales 42.000 efectivos, hasta los 34.500 en el 2025 (Presidencia de la República del Ecuador, 2014a).
194
60%
50%
60% 61%
68% 74%
77%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
0,00
500,00
1.000,00
1.500,00
2.000,00
2.500,00
3.000,00
3.500,00
4.000,00
4.500,00
20
00
20
02
20
04
20
06
20
08
20
10
20
12
20
14
20
16
20
18
20
20
20
22
20
24
20
26
20
28
20
30
20
32
20
34
20
36
20
38
20
40
20
42
20
44
20
46
20
48
20
50
Mill
on
es
USD
.
APORTE DEL ESTADO HASTA EL 60 % APORTE DEL ESTADO PRESIÓN ESTATAL
El financiamiento de las pensiones, configurado en su creación, se
establecía con el financiamiento máximo por parte del Estado del 60%. El 40%
restante debía ser asumido mediante cotizaciones y la gestión institucional
derivada de la administración de sus propios recursos. Es así que este 40% se
suministra con la cotización patronal del Ministerio de Defensa (13,15%), las
cotizaciones individuales (aportaciones al sistema de pensiones) de los
militares en servicio activo (12,40%), las aportaciones de los militares en
servicio pasivo (7,25%) y los resultados financieros provenientes de la gestión
institucional (7,20%).
El sistema de pensiones militares considerado como un sistema de
reparto puro
En un primer ejercicio, el sistema de pensiones militares se considera
como un sistema de reparto puro; es decir, no se toma en consideración la
influencia financiera del fondo de reserva (Anexo 3). La simulación realizada
presenta una proyección hasta el año 2050 donde se determina la magnitud de
la presión económica generada por el sistema de pensiones militares al
presupuesto nacional (véase el Gráfico 16).
Gráfico 16 Evolución del Aporte Estatal del sistema de pensiones militares (reparto puro)
Elaboración propia
En el supuesto de que el sistema de pensiones militares se financie
exclusivamente con los aportes del Estado y con las cotizaciones sociales
(patrono e individuales), sin considerar los recursos provenientes del fondo de
195
reserva, su financiación provocaría una presión económica superior al 60%
máximo permitido por la ley de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas. El
porcentaje requerido a partir del año 2016 responde a un comportamiento
tendencial creciente, que ascendería inicialmente al 61% y que, por efecto de
causas como la reducción progresiva de la cantidad de efectivos aportantes al
sistema de pensiones o el incremento de población jubilada, alcanzaría el 77%
en el año 2050. Los recursos provenientes de la gestión institucional, a través
del proceso de inversiones (Anexo 2), ahorrarían al Estado alrededor de USD.
622 millones.
La situación financiera del sistema provocada por el déficit estructural
que adolece al no verse sustentada por el fondo de reservas, requiere del
financiamiento adicional por parte del Estado. A continuación se presentan
escenarios en los que se ha considerado incrementar la fuente de ingresos del
sistema así como confrontarla con la creciente masa pensional, a fin de alargar
el horizonte de sostenibilidad del sistema.
El sistema de pensiones militares, como un sistema de reparto puro, con
el incremento de las cotizaciones individuales
El estudio actuarial del sistema de pensiones militares del año 2010
recomendó, entre otros aspectos, el incremento del porcentaje de aportación
de los afiliados en servicio activo del 12,4% al 14,4%, con la finalidad de que,
con el soporte financiero provocado en conjunto con otras medidas de carácter
financiero y demográfico, se estabilicen las condiciones de sostenibilidad del
sistema de pensiones. En este sentido, la siguiente simulación busca
determinar la solvencia del sistema (reparto puro) afectado por el incremento
del porcentaje de cotización individual (Anexo 4). En el Gráfico 17 se presenta
el comportamiento financiero del sistema y la evolución del aporte estatal en
estas condiciones.
196
Gráfico 17 Evolución del Aporte estatal al sistema de pensiones militares (reparto puro) con el incremento del porcentaje de cotizaciones individuales
Elaboración propia
Un incremento de los ingresos provenientes de la subida de las
cotizaciones en 2 puntos porcentuales, generaría sobre el sistema un alivio
financiero de 3% en el corto plazo. El comportamiento incremental del gasto en
pensiones a consecuencia de esta medida, se vería reducido de tal forma que
el Estado ecuatoriano para el año 2050 deberá aportar al sistema de pensiones
militares un 16% más al actual porcentaje. Esta simulación consideró los
efectos financieros provocados por la reducción del ratio de dependencia.
En el siguiente ejercicio se ha considerado el fortalecimiento del sistema
derivado de la incorporación de las dos reformas a su cartera de cotizaciones.
En este sentido, el objetivo de esta simulación será el de determinar el efecto
económico que ocasionarían estas medidas sobre el aporte económico que
realiza el Estado a las pensiones militares.
El sistema de pensiones militares, visto como un sistema de reparto puro,
con el incremento de la aportación de los pensionistas
En un tercer ejercicio, se presenta una simulación del sistema de
pensiones militares como un sistema de reparto puro, que se ve afectado por
un incremento de sus ingresos provenientes de los aportes realizados por los
pensionistas equivalente al 7,25% del gasto en pensiones, derogado en el 2007
(Anexo 5). En el Gráfico 18, se aprecia la evolución del aporte del Estado en
70%
50%
60%
57%
59%
65% 72%
76%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
0,00
500,00
1.000,00
1.500,00
2.000,00
2.500,00
3.000,00
3.500,00
4.000,00
4.500,00
20
00
20
02
20
04
20
06
20
08
20
10
20
12
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14
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16
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18
20
20
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20
24
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26
20
28
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30
20
32
20
34
20
36
20
38
20
40
20
42
20
44
20
46
20
48
20
50
Mill
on
es
USD
APORTES DEL ESTADO HASTA EL 60 % APORTE DEL ESTADO PRESIÓN ESTATAL
197
70%
50%
60%
63%
53%
59% 60%
63%
70%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
0,00
500,00
1.000,00
1.500,00
2.000,00
2.500,00
3.000,00
3.500,00
4.000,00
4.500,002
000
20
02
20
04
20
06
20
08
20
10
20
12
20
14
20
16
20
18
20
20
20
22
20
24
20
26
20
28
20
30
20
32
20
34
20
36
20
38
20
40
20
42
20
44
20
46
20
48
20
50
Mill
on
es
USD
APORTE DEL ESTADO HASTA EL 60 % APORTE DEL ESTADO PRESIÓN ESTATAL
función de la situación financiera del sistema al incorporarse el aporte del
7,25% de los pensionistas militares.
Gráfico 18 Evolución del Aporte estatal al sistema de pensiones militares (reparto puro) con el aporte del 7,25 % de los pensionistas
Elaboración propia
La solidez financiera que le proporciona el aporte del 7,25% de los
pensionistas, tiende a regular el aporte del Estado. Es así que, de aplicarse
medidas reformatorias a la ley de seguridad social militar al corto plazo (2015),
la presión financiera se vería reducida al 53%. La tendencia del soporte estatal
será incremental pero menos intensiva, por efecto de la inyección de recursos.
El aporte de los pensionistas permitirá que el Estado reduzca su porcentaje de
aportación actual. En el año 2024, por acción de la magnitud del gasto en
pensiones, será necesario que el sistema requiera periódicamente del aporte
gubernamental superior al 60% hasta alcanzar el 70% en el año 2050.
Aun cuando en apariencia la insostenibilidad no porcentualmente
elevada, la acumulación de esta presión estatal en el mediano plazo es
demasiado muy alta. Por lo que ya alrededor del 2033 el modelo debería
considerarse colapsado.
A continuación, sobre este escenario se ha considerado otra fuente de
ingresos: la que, por recomendación del estudio actuarial del 2010, se
establecía en el incremento del porcentaje de las aportaciones individuales.
Este aspecto no se ha puesto en ejecución, ni tampoco se consideró la
198
reducción del universo de sus afiliados. Por el contrario, se asumió como
hipótesis demográfica el incremento de sus miembros en servicio activo a los
42.000 afiliados.
El sistema de pensiones militares, como un sistema de reparto puro, con
el incremento de las cotizaciones individuales y el aporte de los
pensionistas.
La financiación de las pensiones militares, como se ha visto en los
ejercicios anteriores, tendría un efecto importante si se incrementan sus
fuentes de cotización. En la siguiente simulación, se ha incorporado tanto el
aporte de los pensionistas (7,25%) como el aumento del porcentaje de
cotización individual (del 12,4% al 14,4%) (véase el Anexo 6). La incorporación
de recursos provenientes de estas dos medidas provocaría un efecto positivo
sobre el sistema, tanto en el alargamiento de su horizonte de sostenibilidad
como en el alivio de la presión financiera requerida para garantizar el pago de
las pensiones actuales y futuras por parte del Estado (véase el Gráfico 19).
Gráfico 19 Evolución del Aporte estatal al sistema de pensiones militares (reparto puro) con el incremento del porcentaje de cotizaciones individuales y
los aportes de los pensionistas
Elaboración propia
Los ingresos resultantes del aumento del 2% en las cotizaciones
individuales representan alrededor de los USD. 15,7 millones, que sumados a
los USD. 36,7 millones de los aportes de los jubilados, en el año 2015,
70%
50%
60% 63%
50% 52%
56% 60%
61% 64%
68%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
0,00
500,00
1.000,00
1.500,00
2.000,00
2.500,00
3.000,00
3.500,00
4.000,00
20
00
20
02
20
04
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06
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10
20
12
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14
20
16
20
18
20
20
20
22
20
24
20
26
20
28
20
30
20
32
20
34
20
36
20
38
20
40
20
42
20
44
20
46
20
48
20
50
Mill
on
es
USD
.
APORTE DEL ESTADO HASTA EL 60 % APORTE DEL ESTADO PRESIÓN ESTATAL
199
permitirían que el Estado se ahorre el 10% de sus aportes a las pensiones
militares. En este sentido, la evolución de la presión financiera ejercida sobre el
Estado, por efecto del incremento del gasto en pensiones, se verá
relativamente aliviada en el largo plazo. En el año 2029, el aporte del Estado
tenderá a incrementarse de manera progresiva hasta requerir del soporte
financiero del 68% en el año 2050.
Un factor importante para el financiamiento de las pensiones militares es
la estructuración del fondo de reservas. El sistema militar, al ser configurado
como un sistema de prima media general, permite que se establezca un fondo
de reservas como una medida que garantice el pago de las pensiones actuales
y futuras. En los escenarios siguientes, se simula la sostenibilidad del sistema
de pensiones militares con la influencia de los recursos del fondo de reservas y
el fortalecimiento de su cartera de cotizaciones.
El sistema de pensiones militares con una estructura de Prima Media
General en las condiciones actuales.
En la estructura del sistema de seguridad social militar, los recursos
destinados a la cobertura prestacional están garantizados con los acumulados
en el fondo de reservas. Dependiendo de la posición financiera y de gestión de
cada seguro del sistema social militar, se pueden generar excedentes
periódicos que, en función de cada régimen financiero aplicable, pasan a
formar parte del fondo de reserva, ya sea para constitución, liquidez o
contingencia, entre otros.
Los recursos del fondo de reservas se gestionan productivamente a
través de la diversificación de su inversión en varias líneas: Inversiones
Financieras, Inversiones Empresariales, Inversiones Inmobiliarias, Inversiones
en Préstamos. El proceso de fortalecimiento (capitalización) de las reservas a
través del sistema de inversiones se ejecuta observando los principios, políticas
y estrategias que rigen la gestión de los recursos institucionales,
implementando adecuados sistemas de control y gestión que permitan contar
con un portafolio de inversiones con la mejor relación riesgo-rendimiento que
200
genere valor (niveles de rentabilidad igual o mayor que la tasa técnica del
sistema) (Anexo 2).
La situación económica financiera del sistema de pensiones militares, de
acuerdo a la simulación realizada, confrontó el activo total, el pasivo total y los
recursos provenientes del fondo de reservas (Anexo 7). De este ejercicio se
determina que los recursos de financiación proveniente de la cartera de
cotizaciones del sistema, en las condiciones actuales, serán insuficientes a
partir del año 2035 (Gráfico 20). Para sostener los gastos pensionales en el
futuro, será necesario demandar mayores recursos económicos estatales.
Gráfico 20 Evolución del Aporte estatal y sostenibilidad del sistema de pensiones militares en las condiciones actuales
Elaboración propia
La financiación del sistema, en las condiciones actuales y de manera
general, se enfrenta a un debilitamiento de su capacidad de
autofinanciamiento. La proyección financiera tiene tres momentos importantes,
considerando para ello que, entre las hipótesis económicas y financieras
establecidas, se determinó el 6,3% para la tasa de rendimiento de los recursos
del fondo de reservas:
1) Hasta el año 2023, la estructura financiera del sistema de pensiones
militares alcanzará el pico más alto de generación de recursos. En
este momento, el gasto en pensiones superará los ingresos
provenientes de la cartera de cotizaciones, por lo que se recurrirá a
-400,00
-200,00
0,00
200,00
400,00
600,00
800,00
1.000,00
1.200,00
1.400,00
20
00
20
02
20
04
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06
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08
20
10
20
12
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14
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16
20
18
20
20
20
22
20
24
20
26
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28
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20
32
20
34
20
36
Mill
on
es
USD
.
SOSTENIBILIDAD APORTES DEL ESTADO
201
los recursos del fondo de reservas para cubrir el déficit financiero y
garantizar el pago de las pensiones.
2) A partir del año 2029, la presión financiera provocada por el nivel de
incremento de los gastos pensionales frente a una menor tasa de
rendimiento de las inversiones de los recursos del fondo de reservas,
provocará que la solvencia del fondo de reservas vaya reduciéndose
progresivamente.
3) En el año 2035, los gastos pensionales serán de tal magnitud que se
habrán liquidado los recursos disponibles del fondo de reservas. El
Estado, a partir de este instante, asumirá la responsabilidad total del
saldo entre el gasto en pensiones y la cartera de cotizaciones del
sistema (Gráfico 21).
Gráfico 21 Proyección de la Evolución de los Aportes del Estado
Elaboración propia
Los aportes del Estado al sistema de pensiones militares, de acuerdo a
lo establecido en la Ley de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas, será
de un máximo del 60% del gasto. Las medidas planteadas deberán alcanzar
dos objetivos: 1) dotar de un nivel de autosostenibilidad al sistema de
pensiones, y 2) evitar que el sistema militar tenga que recurrir al soporte del
Estado, en el corto plazo, con un porcentaje superior al establecido y que,
complementariamente, se extienda el horizonte de sostenibilidad del sistema.
De acuerdo con la gráfica, en las condiciones actuales el sistema no requerirá
de un porcentaje superior al 60% hasta el año 2035. De no aplicarse reformas
70%
60%
50%
60% 60% 60%
72% 75% 77%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
20
00
20
02
20
04
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06
20
08
20
10
20
12
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14
20
16
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20
20
20
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20
24
20
26
20
28
20
30
20
32
20
34
20
36
20
38
20
40
20
42
20
44
20
46
20
48
20
50
PRESIÓN ESTATAL
202
inmediatas al sistema de pensiones, los recursos institucionales se encuentran
en riesgo de desaparecer.
A continuación se presentarán dos escenarios en los que la cartera de
cotizaciones será fortalecida por el incremento de las cotizaciones individuales
(Anexo 8) y por el incremento de los aportes de los pensionistas (Anexo 9).
El sistema de pensiones militares con una estructura de Prima Media
General, con el incremento del porcentaje de cotización individual.
El comportamiento financiero del sistema de pensiones militares con el
incremento de las cotizaciones individuales, al pasar de los 12,4% al 14,5%
(una de las recomendaciones del estudio actuarial del 2010 realizado al
sistema), tendrá un efecto positivo sobre la autosostenibilidad financiera del
sistema. Es así que el horizonte de sostenibilidad se alargará 6 años respecto
al establecido en las condiciones actuales. Sin embargo, dados los análisis
precedentes, 6 años no son suficientes. En este sentido, el incremento de la
tasa de cotización no es suficiente por sí solo (Gráfico 22).
Gráfico 22 Evolución del Aporte estatal y sostenibilidad del sistema de pensiones militares con el incremento de las cotizaciones individuales
Elaboración propia
El reforzamiento financiero del sistema con medidas como el incremento
porcentual de las cotizaciones, permite asegurar el pago de las pensiones a
futuro. La naturaleza misma del sistema requiere de un conjunto de medidas
tendientes a mejorar los niveles financieros. La proyección financiera, con este
-400,00
-200,00
0,00
200,00
400,00
600,00
800,00
1.000,00
1.200,00
1.400,00
1.600,00
Mill
on
es
USD
.
SOSTENIBILIDAD APORTE DEL ESTADO
203
incremento, tiene tres momentos importantes. Se ha considerado, entre las
hipótesis económicas y financieras, el 6,3% para la tasa de rendimiento de los
recursos del fondo de reservas:
1) Hasta el año 2028, la estructura financiera del sistema de pensiones
militares alcanzará el pico más alto de generación de recursos. En
este momento, el gasto en pensiones superará los ingresos
provenientes de la cartera de cotizaciones, y se recurrirá a los
recursos del fondo de reservas para cubrir el déficit financiero y
garantizar el pago de las pensiones.
2) A partir del año 2035, la presión financiera provocada por el nivel de
incremento de los gastos pensionales frente a una menor tasa de
rendimiento de las inversiones de los recursos del fondo de reservas,
provocará que la solvencia del fondo de reservas vaya reduciéndose
progresivamente.
3) En el año 2041, los gastos pensionales serán de tal magnitud que se
habrán liquidado los recursos disponibles del fondo de reservas. El
Estado, a partir de este instante, asumirá la responsabilidad total del
saldo entre el gasto en pensiones y la cartera de cotizaciones del
sistema (Gráfico 23).
Gráfico 23 Evolución de los Aportes del Estado
Elaboración propia
La medida de fortalecimiento financiero permite que se mejore el nivel de
autosostenibilidad del sistema de pensiones y se limite la necesidad de recurrir
70%
50%
60% 60% 60%
73% 76%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
20
00
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02
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20
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20
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20
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42
20
44
20
46
20
48
20
50
PRESIÓN ESTATAL
204
al presupuesto del Estado. De acuerdo con la gráfica, el impacto de la medida
provocará que el aporte del Estado no se vea afectado hasta el año 2040,
cuando se requerirá que de manera progresiva se incremente al 76% en el año
2050.
El sistema de pensiones militares con el incremento de cotizaciones de
los pensionistas
En un siguiente ejercicio, se ha previsto incorporar a la cartera de
cotizaciones el aporte del 7,25% de los pensionistas, a fin de atender el gasto
en pensiones (Anexo 9). En el Gráfico 24, se muestra la evolución del sistema
con la influencia del rendimiento de los recursos del fondo de reservas y el
aporte de los pensionistas. El nivel de autosostenibilidad proyectado hasta el
año 2050, con esta medida, permitirá que el sistema garantice el pago de las
pensiones por un período superior al establecido en la simulación.
Gráfico 24 Evolución del Aporte estatal y sostenibilidad del sistema de pensiones militares con el incremento del aporte de los pensionistas
Elaboración propia
El fortalecimiento económico del sistema se ve reflejado en el
alargamiento de su nivel de sostenibilidad. La influencia del fondo de reservas y
el aporte de los pensionistas provocarán que el patrimonio institucional alcance
su nivel más alto en el año 2042. A partir de este momento, el nivel de
crecimiento económico va a ser menor al porcentaje de evolución de la masa
pensional; es decir, posteriormente a este año, la magnitud del gasto en
0,00
500,00
1.000,00
1.500,00
2.000,00
2.500,00
3.000,00
20
00
20
02
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04
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Mill
on
es
USD
.
SOSTENIBILIDAD APORTES DEL ESTADO
205
pensiones superará a los disponibles en la cartera de cotizaciones, razón por la
cual será necesario recurrir a los fondos institucionales para atender el pago de
las pensiones.
Las condiciones económicas institucionales para el Estado significarán
un alivio financiero ya que, como se aprecia en el Gráfico 25, el aporte
económico estatal se mantendrá en los niveles establecidos en la ley de
seguridad social militar.
Gráfico 25 Evolución de los Aportes del Estado
Elaboración propia
La medida propuesta permitirá mantener constante el nivel de aportes
del Estado sobre el período simulado. El Estado, con el aporte 60% de la masa
pensional, no se verá inmerso en presiones económicas superiores a lo
dispuesto por ley. El sistema establecerá niveles de sostenibilidad aceptables,
proyectando un horizonte de sostenibilidad superior al año 2050, con lo cual se
asegura el pago de las pensiones sin que el sistema sufra problemas
económicos.
70%
60%
60% 60%
60%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
20
00
20
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20
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20
24
20
26
20
28
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30
20
32
20
34
20
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20
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20
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20
50
PRESIÓN ESTATAL
206
Capítulo II Análisis Econométrico del Sistema de pensiones
militares ecuatoriano
Introducción
En vista de la realidad que se vive y con la persistente preocupación por
la equidad y la correcta distribución de la riqueza, la teoría sobre pensiones y
los estudios sobre este tema han avanzado con el tiempo, llegando a niveles
de desarrollo que convergen sobre el grado y la importancia del funcionamiento
del sistema financiero y por ende de la economía del país.
Estos estudios tratan de contribuir a la formación de ahorro y
capitalización de los sistemas de pensiones, ya que llegan a la dimensión
social, incorporando configuraciones de instrumentos preventivos sobre la
previsión social, lo que se transforma en coberturas a las posibles
contingencias como la jubilación, viudedad, orfandad o invalidez.
El hecho de ser sistemas de pensiones que tratan las compensaciones
complementarias y no sustitutivas a las otorgadas por el sistema militar de la
Seguridad Social, lo diferencia de otras alternativas de ahorro.
En la literatura se han encontrado diferentes aspectos relacionados con
este tema. Se han generado distintas líneas de investigación, identificando
principalmente estudios en el campo actuarial, desde la perspectiva de la
economía industrial y desde la económico-financiera.
La econometría permite un análisis cuantitativo de los efectos que son
generados por la aplicación de diferentes decisiones de nivel político-
económico. Una posibilidad es la presentada por Conde-Ruiz & Meseguer
(2004), en la que se estudia la relación de dependencia a largo plazo de la
evolución de la población, los cambios estructurales de la economía y el
mercado laboral.
Otro enfoque de corte cuantitativo es el presentado por Jimeno (2004),
que estudia la sostenibilidad entre los ingresos y gastos de un sistema de
pensiones orientado en dos relaciones: 1) la pensión media del sistema que se
evalúe y 2) un ratio medido ente los pensionistas y el número de cotizantes.
207
2.1 Base de datos y muestra
Los datos empleados corresponden a la recolección de informes
estadísticos del sistema de pensiones militares y a la base de datos del Oracle
Discoverer Plus97, proporcionado por el Instituto de Seguridad Social de las
Fuerzas Armadas del Ecuador. El horizonte temporal parte del año 1992 al año
2014, pero lastimosamente no para todas las series. Ante esta situación se ha
realizado la mayoría de los cálculos con la temporalidad de 2000 a 2014. Las
estimaciones están comprendidas y cuidadosamente calculadas dentro de la
teoría de la estimación con muestras pequeñas. La evolución de las series
empleadas en el análisis (Anexo 11) corresponde a los distintos componentes
del sistema de pensiones militares de Ecuador.
Las series evidencian su componente cíclico y se denota un
comportamiento con mínimos y máximos. El año 2008 se puede considerar
como un punto de referencia debido a que en este año se aprecia el efecto de
la crisis económica mundial ocasionada por la quiebra del sistema financiero
(Lehman Brothers). En este sentido, la economía ecuatoriana también se vio
afectada por este hecho, siendo una de las causas, sin lugar a dudas, el
sistema monetario establecido en el país en el año 1999.
Aparte de ese hecho, también queda reflejado que en el sistema de
pensiones militares se encuentran componentes estacionales e inherentes a
los procesos deterministas de las series temporales. En la Tabla 31 se muestra
la información estadística de las series empleadas en este estudio. Se ha
puesto especial interés en recabar información sobre el tipo de distribución de
las mismas, considerando que se requiere tener certeza estadística sobre el
cumplimiento de normalidad en los modelos econométricos que
desarrollaremos en este capítulo.
97
Es la herramienta que permite explorar la base de datos del sistema, realizar análisis relacionales y en diversos niveles de profundidad de la información, construir informes, mantenerlos, modificarlos, actualizarlos en instantes y visualizarlos de diferentes formas, inclusive gráficas. Permite a los usuarios acceder a los almacenes de datos relacionales y a los sistemas de transacciones en línea, en correspondencia con los esquemas de seguridad del conjunto de las aplicaciones. Discoverer proporciona facilidades de uso y un muy buen desempeño en la exploración de datos del ISSFA.
208
Tabla 31 Estadísticos Descriptivos
COTZINDV COTZPATRO FONDORESS GDEFENSA GPENSIONES INVERSIONES INVERSIONES01 NPENSIONISTAS
Media 40113376 42543488 1.53E+08 1289.87 1.54E+08 1968918 6635557 25877.43
Mediana 32745926 34729710 60249207 945 84990135 426557.8 1094047 25764
Máximo 85739081 90933248 6.13E+08 2803 4.64E+08 17009554 58857562 36054
Mínimo 6224768.00 6601871.00 656505.80 467.00 29158501.00 50863.38 0.00 17260.00
Std. Dev. 31183567 33072701 2.05E+08 782.0488 1.46E+08 4485383 15969752 6102.862
Skewness 0.297678 0.297678 1.266481 0.704671 1.124932 2.983802 2.695132 0.161679
Kurtosis 1.421099 1.421099 3.011133 1.937265 2.722217 10.50054 8.975921 1.834129
Jarque-Bera 1.66097 1.66097 5.881353 2.985832 4.496674 53.59102 40.47912 1.280838
Probabilidad J-
B 0.43584 0.43584 0.05283 0.22472 0.10558 0.00000 0.00000 0.52707
Suma Tot 5.62E+08 5.96E+08 3.37E+09 29667 3.22E+09 27564851 99533359 543426
Sum Sq. Dev. 1.26E+16 1.42E+16 8.83E+17 13455207 4.26E+17 2.62E+14 3.57E+15 7.45E+08
Observaciones 14 14 22 23 21 14 15 21
OFICIALES PENMEDIA PIB TOTALEJER TOTCOMPCOTIZ TOTEFECTIVOS TTROPA TROPA
Media 222.7826 529.9408 55932.74 1813.739 2.06E+08 36333.18 1813.739 1590.957
Mediana 203 347.92 50989.64 1721 1.41E+08 36782 1721 1517
Máximo 411 1126.32 82609.09 3125 4.56E+08 39167 3125 2922
Mínimo 144.00 162.32 40490.85 1104.00 42009988.00 29790.00 1104.00 938.00
Std. Dev. 63.24768 357.1659 12815.91 461.4097 1.55E+08 2680.954 461.4097 450.2212
Skewness 1.339858 0.564842 0.65014 0.800764 0.513227 -1.239468 0.800764 1.005243
Kurtosis 4.527687 1.678311 2.194808 3.950213 1.630397 3.581671 3.950213 4.409327
Jarque-Bera 9.11826 1.637484 2.144142 3.323303 1.70883 5.943177 3.323303 5.777084
Probabilidad J-
B 0.01047 0.44099 0.34230 0.18983 0.42553 0.05122 0.18983 0.05566
Suma Tot 5124 6889.23 1230520 41716 2.88E+09 799330 41716 36592
Sum Sq. Dev. 88005.91 1530810 3.45E+09 4683776 3.11E+17 1.51E+08 4683776 4459381
Observaciones 23 13 22 23 14 22 23 23
Elaboración propia
Como se puede observar en el remarcado azul, el valor de la
probabilidad asociada al estadístico de Jarque-Bera, denota una distribución
normal N~(0,1), cuya Regla de Decisión aplicada es:
Si el JB es menor 5.99 no se rechaza la hipótesis nula
Por lo tanto, en la tabla anterior todas las series que tienen los
resultados en remarcados en color rojo no se distribuyen como una normal
N~(0,1). Por otro lado, en el Anexo 12 se presentan las correlaciones cruzadas
obtenidas mediante el cálculo del coeficiente de correlación de Pearson.
2.2 Modelo econométrico en función de los determinantes del gasto
agregado en pensiones
Este apartado trata respecto a la influencia que tienen ciertos
determinantes de carácter demográfico sobre el sostenimiento financiero del
sistema de pensiones de la seguridad social militar. El sistema de pensiones
militares del Ecuador, como se ha mencionado anteriormente, es un sistema de
209
reparto con una estructura de prima media general. Para este análisis, no se ha
considerado la influencia del fondo de reservas sobre la sostenibilidad del
sistema.
El efecto que tiene el envejecimiento poblacional sobre la sostenibilidad
de los sistemas de pensiones, según Conde-Ruiz & Meseguer (2004), tiene dos
causas: el aumento de la esperanza de vida y el descenso en la tasa de
fecundidad. Este último no influye en el sistema militar ya que su estructura
demográfica es fija. De este modo, el aumento de la esperanza de vida provoca
que la proporción de la relación aportantes/jubilados (Ratio de Dependencia)
tenga una tendencia decreciente importante sobre la sostenibilidad del sistema.
En la estructura militar la edad mínima para acceder al beneficio de la
jubilación es de 20 años de aportación. La edad promedio de retiro mínima
oscila entre los 42 y 43 años de edad. Si se compara esta condición con el
sistema general, donde la edad de jubilación son los 65 años, se aprecia que
existe un déficit de 22 años de aportación. Este aspecto afecta directamente a
la estructura financiera del sistema de pensiones, ya que se reduce el número
de cotizaciones individuales a cambio de un incremento del número de
pensiones.
En este sentido, de ejecutarse la política gubernamental —considera una
reducción del número de efectivos de alrededor del 17% de la estructura
demográfica militar—, obligaría a que el sistema, para financiarse, recurra a las
otras fuentes de financiamiento como los aportes del Estado, el aumento en los
porcentajes de las cotizaciones individuales, o el aporte de jubilados militares
(aportación derogada en el año 2007).
Si se observan sistemas de pensiones militares de otros países
latinoamericanos, la diferencia recae en las formas de financiación, ya que los
requisitos de acceso a la jubilación son generalmente los mismos. Como se
mencionó en apartados anteriores, la estructura de financiamiento difiere en
cuanto al porcentaje de participación económica que realiza el Estado al
sistema de pensiones. En el caso ecuatoriano, este aporte no debe ser superior
al 60% del gasto en pensiones. Por lo tanto, se puede afirmar que, de reducirse
210
el número de efectivos militares (aportantes) y al tener una estructura de
reparto, el Estado se verá en la obligación de garantizar la sostenibilidad del
sistema con un porcentaje superior al 60% —estipulado en la Ley de Seguridad
Social de las Fuerzas Armadas—.
Las consecuencias financieras de la reducción de efectivos militares
sobre los niveles de sostenibilidad del sistema son claras para el Estado.
Complementariamente a esta disminución en el número de cotizantes, se prevé
una reforma constitucional que elimine el techo del porcentaje de aportación
gubernamental a cambio de garantizar el pago de las pensiones actuales y
futuras.
En cuanto al envejecimiento y al gasto en pensiones —factores que
influencian directamente a la sostenibilidad del sistema militar— tomaremos
como referencia el trabajo realizado por Conde-Ruiz & Meseguer (2004),
quienes analizan los determinantes fundamentales del gasto agregado en
pensiones descomponiendo el gasto en pensiones como porcentaje del PIB en
tres factores98:
𝐺𝑎𝑠𝑡𝑜 𝑒𝑛 𝑃𝑒𝑛𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠
𝑃𝐼𝐵=
𝑃𝑜𝑏𝑙𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑃𝑒𝑛𝑠𝑖𝑜𝑛𝑖𝑠𝑡𝑎
𝑃𝑜𝑏𝑙𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑒𝑛 𝐸𝑑𝑎𝑑 𝑑𝑒 𝑇𝑟𝑎𝑏𝑎𝑗𝑎𝑟×
1
𝑇𝑎𝑠𝑎 𝑑𝑒 𝐸𝑚𝑝𝑙𝑒𝑜× (
𝑁º 𝑃𝑒𝑛𝑠𝑖𝑜𝑛𝑖𝑠𝑡𝑎𝑠
𝑃𝑜𝑏𝑙𝑎𝑐𝑖ó𝑛 𝑃𝑒𝑛𝑠𝑖𝑜𝑛𝑖𝑠𝑡𝑎×
𝑃𝑒𝑛𝑠𝑖ó𝑛 𝑀𝑒𝑑𝑖𝑎
𝑃𝑟𝑜𝑑𝑢𝑐𝑡𝑖𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑀𝑒𝑑𝑖𝑎)
Factor Demográfico
Factor Mercado de Trabajo
Factor Institucional
2.2.1 Descripción de las Variables
Gasto en Pensiones sobre el porcentaje del PIB
La variable relevante en el análisis de las pensiones públicas es el gasto
en pensiones como % del PIB, es decir, se relaciona el gasto público en
pensiones con la riqueza del país. Esta variable depende del comportamiento
del factor demográfico, el mercado de trabajo y el factor institucional. El
98
La ecuación no es más que una identidad contable.
211
desfinanciamiento de las pensiones se basa en que, en el supuesto de que la
evolución de las variables sea relativamente razonable, la estructura del ratio
de dependencia militar provocará que el gasto público de las pensiones se
incremente más allá del 60% actual.
Esta situación requiere el establecimiento de reformas orientadas en tres
líneas de acción: 1) incrementos en los ingresos de la cartera de cotizaciones
para afrontar el gasto, 2) reducir el gasto en las pensiones, 3) incrementar la
presión económica para que el Estado asuma el déficit.
Factor Demográfico
Este factor depende del comportamiento demográfico y equivale a la
Ratio de Dependencia del colectivo militar, que actualmente encuentra en el
1,12, con una tendencia decreciente. Es interesante resaltar que las
previsiones demográficas a largo plazo de los afiliados (aportantes) no varían,
al contrario del universo de pensionistas cuyo número tiende a incrementarse
(Anexo 2).
La explicación radica en el efecto provocado por la misma estructura del
sistema, que permite a los miembros militares acogerse al retiro con 20 años
de aportación. Este aspecto, sumado al incremento de la esperanza de vida
agravan las condiciones y debilitan aún más los niveles de sostenibilidad del
sistema de pensiones militares. Es por esta razón que, para que el gasto de
pensiones como porcentaje del PIB se mantenga en niveles aceptables, es
necesario que el factor de mercado de trabajo y factor institucional disminuyan
el efecto negativo del factor demográfico.
Factor mercado de trabajo
La mayoría de trabajos se centran en prever el comportamiento a futuro
de los sistemas de pensiones bajo el supuesto que la economía es la más
favorable posible (Conde-Ruiz & Meseguer, 2004). Este factor depende del
funcionamiento del mercado de trabajo en el futuro, el cual, para el caso militar,
se mantiene estable. En este sentido, aspectos como el incremento de los
212
salarios y de las pensiones del colectivo militar, constituyen factores que
influyen directamente sobre los niveles de sostenibilidad del sistema.
El factor mercado de trabajo en el sector militar, pese a su limitación de
incrementar el número de cotizantes, sí puede inferir en el mejoramiento de los
niveles de sostenibilidad, a través de que aquellos miembros en servicio activo
que se encuentren en condiciones mínimas para acogerse al retiro (20 años),
no lo hagan, de manera que continúen cotizando y financiando el sistema de
pensiones a cambio de un mejoramiento a futuro de sus pensiones.
Factor Institucional
Este factor está compuesto por dos variables. La primera es la
representada por la relación entre el número de pensiones y la población en
condiciones de acogerse a la jubilación, la cual depende de la elegibilidad legal
para recibir una pensión. En este sentido, este factor depende de las normas
establecidas para el acceso a las pensiones contributivas. El sistema de
pensiones militares reconoce prestaciones contributivas por retiro, invalidez,
muerte (véase en la Tabla 20). La segunda variable corresponde a la relación
entre la pensión media y la productividad media, y depende de las normas de
cálculo de las pensiones y de la evolución de la productividad, que para el caso
corresponde al gasto de defensa. Esta ratio es un indicador del grado de
generosidad del sistema.
El nivel de evolución de esta relación no dependerá únicamente de los
cambios que experimente el gasto en defensa, sino también de las políticas por
medio de las que se orienten los recursos asignados al sector de defensa y al
sector social para el sistema de pensiones militares.
En este sentido, bajo el supuesto de que la economía ecuatoriana
continúe con el mismo ritmo de crecimiento y que además se mantenga el
porcentaje de aportación al sistema del 60%, como escenario más favorable,
implica que, si se pretende mantener constante el porcentaje de gasto de las
pensiones militares sobre el PIB, es necesario que se disminuya el grado de
cobertura de las pensiones (ratio entre el número de pensiones y la población
en condiciones de optar por el retiro), o bien, disminuya el grado de
213
generosidad de las mismas (ratio entre la pensión media y productividad
media), o ambas opciones.
El factor institucional (elegibilidad y generosidad), al estar sujeto a la
legislación, requiere de una reforma estructural de la norma constitucional.
Tomando como referencia el estudio actuarial realizado para el sistema de
pensiones militares, este determina que el problema de la sostenibilidad
financiera del sistema se inició en el año 2014. A partir de esta fecha, la brecha
entre los gastos y los ingresos del sistema comienza a aumentar. Esta
situación obliga a que la brecha financiera sea cubierta con los recursos
disponibles en el fondo de reservas. De no aplicarse medidas que fortalezcan
la cartera de ingresos, regulen los beneficios de las prestaciones sociales o
ambas, el sistema de pensiones liquidará sus recursos a partir del año 2035
(véase el Gráfico 20).
2.2.2 Metodología y resultados
Para visualizar y analizar los efectos sobre la sostenibilidad del sistema
de pensiones militares del Ecuador, utilizaremos el método de minimización de
los errores al cuadrado. El objetivo de esta metodología se basa en permitir
que los resultados de las ecuaciones teóricas sean aplicadas a un caso en
concreto, tal y como pretendemos aplicar en esta tesis.
El modelo de sostenibilidad con datos agregados que proponemos se
basa en indicadores de sostenibilidad que intervienen en el sistema de
pensiones militares del Ecuador. Se ha planteado de esta forma debido a que
no hay muchos modelos econométricos que utilicen los datos disponibles,
además de que los modelos existentes han sido construidos para sistemas de
pensiones no militares, que usan datos tipo panel o encuestas como la de
condiciones de vida o similares y que no son aplicables a la vida militar.
En este sentido, siguiendo la metodología que evalúa la sostenibilidad
financiera del sistema de pensiones, vemos que esta depende en el largo plazo
de la evolución de la población, los cambios en la economía y en el mercado
laboral (Conde-Ruiz & Meseguer, 2004).
214
𝐺𝑃
𝑃𝐼𝐵=
𝑀
𝑃𝐸𝑇∗
1
𝑇𝐸∗
𝑃𝐸𝑁
𝑀∗
𝑃𝐸𝑁. 𝑀
𝑃𝑟. 𝑀
Donde:
PIB Producto Interior Bruto GP Gasto en Pensiones PET Población en edad de trabajar M Población pensionista TE Tasa de empleo PEN Número de pensiones. Pr.M Productividad media (facturación del sector
defensa/ del número de empleados) PEN.M Pensión media.
En este contexto, la sostenibilidad del sistema de pensiones se evalúa
relacionando el PIB sobre el gasto en pensiones militares y sus variables
explicativas. Daría lugar a cuatro estructuras:
La primera corresponde al factor demográfico PET/M.
La segunda corresponde al factor del mercado laboral TE.
La tercera corresponde al factor de elegibilidad M/PEN y,
El cuarto corresponde a la generosidad del sistema.
Las dos últimas estructuras (3ª y 4ª) componen el factor institucional.
La estimación del modelo propuesto con término constante proporciona
los siguientes resultados, que serán interpretados en tasas porcentuales por la
construcción de las variables.
𝐺𝑎𝑠𝑡𝑜 𝑒𝑛 𝑃𝑒𝑛𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑜 % 𝑑𝑒𝑙 𝑃𝐼𝐵
= 𝛽0 + 𝛽1𝑓𝑎𝑐_𝑑𝑒𝑚𝑜𝑔𝑟á𝑓𝑖𝑐𝑜 + 𝛽2𝑓𝑎𝑐_𝑚𝑒𝑟𝑐_𝑙𝑎𝑏𝑜𝑟𝑎𝑙 + 𝛽3𝐸𝑙𝑒𝑔𝑖𝑏𝑖𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑
+ 𝛽4𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑜𝑠𝑖𝑑𝑎𝑑_𝑠𝑖𝑠
215
Variable Gasto en Pensiones
como % del PIB Prob.
Factor demográfico -0.019234*
(0.006476) 0.0179
Factor mercado laboral 6.64E-07*
(2.36E-07) 0.0229
Elegibilidad -7.21E-08**
(1.75E-08) 0.0033
Generosidad del sistema 116.7863***
(8.613846) 0.0000
Constante 0.002434**
(0.000501) 0.0013
Nota: Errores estándares entre paréntesis; *p<0,05; **p<0,01; ***p<0,001
2.2.3 Interpretación de los Coeficientes
Coeficiente Valor Interpretación
Contraste de Nulidad Estadística del Parámetro 𝜢𝟎: 𝜷𝒋 = 𝟎
t-Statistic
Nivel de Significació
n Estadística
Significación
1 (Factor
demográfico)
-0.019234
A un incremento de una unidad del Factor demográfico, mientras todo lo demás queda constante, la Sostenibilidad se ve afectada negativamente en 0.24 %.
-2.970088 0.0179 Al 5%
2 (Factor
del mercado laboral)
6.64E-07
A un incremento de una unidad del Factor de mercado laboral, mientras todo lo demás queda constante, la Sostenibilidad se ve afectada positivamente en 0.000000664 %.
2.809161 0.0229 Al 5 %
3
(Elegibilidad)
-7.21E-08
A un incremento de una unidad del Factor de Elegibilidad, mientras todo lo demás queda constante, la Sostenibilidad se ve afectada negativamente en -0.0000000721 %.
-4.127089 0.0033 Al 1 %
4
(Generosidad del sistema)
116.7863
A un incremento de una unidad del Factor de Generosidad del Sistema, mientras todo lo demás queda constante, la Sostenibilidad se ve afectada positivamente en 116.7863 %.
13.55798 0.0000 Al 0,1 %
El ajuste del modelo por el valor del 𝑅2 es muy alto. De hecho,
aproximadamente el 99% de la variabilidad de la Sostenibilidad del sistema de
pensiones es explicada por el Factor demográfico, Factor del mercado laboral,
Factor de Elegibilidad y la Generosidad del sistema.
No obstante, esto significa que el ajuste es bueno, pero realizaremos un
análisis de los test estadísticos correspondientes a las pruebas formales de
cumplimiento de los supuestos básicos del modelo de regresión lineal clásico
(Anexo 13).
216
2.2.4 Análisis y discusión de resultados
El factor demográfico, tal y como señala la Conferencia Interamericana
de Seguridad Social (2010), desempeña un rol importante en la viabilidad
financiera y el rendimiento de los programas de pensiones. Asimismo evidencia
la complejidad de vincular la política de seguridad social, más aún en sistemas
como el establecido para el sector militar. Montero Muñoz (2000) define que los
cambios suscitados en la estructura demográfica permiten evaluar los efectos
de mantener constante el ratio del gasto en pensiones de jubilación sobre el
PIB. En este sentido, con el impacto negativo a una variación del 1% de este
factor, mientras el resto se mantienen constantes, la relación del gasto de
pensiones sobre el PIB se ve afectada en -0,019234%.
Si bien es cierto que las variaciones en la ratios de dependencia son
importantes para mantener los niveles de sostenibilidad de sistemas de
pensiones, en sistemas especiales como el analizado, este aspecto es menos
importante frente a otros de carácter político que inciden directamente en su
financiamiento (Cremer & Pestieau, 2000; Mesa-Lago & Müller, 2002).
El factor mercado laboral reproduce los patrones de la cobertura
contributiva. Las Fuerzas Armadas se caracterizan por presentar una mayor
estabilidad laboral y mantener su tasa máxima de empleo. Este aspecto
permite que se mantengan relativamente estables los niveles de cotización.
Una reducción de la cantidad de miembros cotizantes afectará negativamente
los niveles de sostenibilidad. Ante esta situación, el Estado se verá obligando a
incrementar su porcentaje de aportación para financiar el gasto pensional.
El factor de elegibilidad como primera variable del factor institucional,
evidencia el impacto que tiene sobre el nivel de sostenibilidad la facultad legal
que permite acogerse al retiro a partir de los 20 años de aportación. Este
aspecto, sumado a la reducción del mercado laboral actual, ocasionaría un
incremento del gasto pensional frente a una reducción de los ingresos. Ante
esta situación, es pertinente desarrollar incentivos institucionales que motiven
la permanencia en el servicio activo de sus miembros, a fin de que, en lugar de
elegir retirarse, decidan continuar aportando al sistema en condición de servicio
activo.
217
El factor de generosidad del sistema como segunda variable
institucional, muestra que el gasto pensional supera el porcentaje de
cotizaciones individuales, y esto es por efecto del subsidio realizado por el
Estado. De esta forma, para mejorar el nivel de sostenibilidad aliviando el peso
económico que tiene el sistema sobre el Estado, es recomendable regular la
pensión media estableciendo techos basados en parámetros instaurados en el
régimen general.
2.3 Modelo Econométrico por el Saldo Financiero
El problema de la sostenibilidad del sistema de pensiones se sujeta a la
restricción presupuestaria del Estado. La escasez de recursos económicos
estatales hace necesario establecer mecanismos que propendan a la
maximización del bienestar de la población. Cadena Castillo (2006) señala que
para que un sistema sea viable debe ser autosostenible. En este sentido, los
aportes de los cotizantes deberán, al menos, cubrir los gastos de las pensiones
actuales. Es así que, dependiendo de la capacidad del fondo de reservas, será
posible establecer un mayor grado de sostenibilidad del sistema al mediano o
largo plazo.
Sin embargo, en el corto plazo, un sistema como el estructurado para las
Fuerzas Armadas del Ecuador será sostenible si, entre las cotizaciones y los
aportes estatales, son capaces de solventar el gasto de las pensiones actuales,
sobre todo si los recursos disponibles permiten acumular reservas para el pago
de las pensiones futuras. Por el contrario, cuando las cotizaciones son
insuficientes para cubrir los requerimientos financieros del sistema, el problema
se centra en determinar cuál es el nivel de gasto que debe asumir el Estado
para garantizar el pago de las pensiones.
2.3.1 Descripción de Variables
Fondo de reserva
El sistema de pensiones militares se basa en un sistema contributivo
financiado vía reparto y administrado bajo el régimen de capitalización a prima
media general. En este sentido, el sistema dispone de un fondo de reserva que
se alimenta de los recursos provenientes del rendimiento financiero de los
218
préstamos y las inversiones institucionales y de los excedentes de los demás
seguros sociales. El objetivo del fondo es el de garantizar el financiamiento del
sistema en el momento en el que la cartera de cotizaciones no sea suficiente
para atender la demanda de las pensiones actuales o futuras (Cadena Castillo,
2006).
El fondo de reservas, según el World Bank (2001), tiene un efecto
directo en la sostenibilidad financiera y en los niveles potenciales de beneficios.
Tiende a generar efectos indirectos en la economía en general cuando sus
recursos son de gran tamaño. Anido Crespo et al. (2014) señalan que el
mantener un fondo de reservas no garantiza la viabilidad futura de un sistema
de pensiones, situación que, para el caso de estudio, permite aliviar la presión
económica del sistema sobre el presupuesto gubernamental.
Tasa de cotización
En los sistemas de reparto, la tasa de cotización como porcentaje del
salario representa los recursos de un año dado destinados al pago de las
pensiones del mismo período. Córdoba Herrera (1995) señala que es
recomendable prever una reserva mínima para emergencias y fluctuaciones a
fin de que permita mantener un porcentaje de tasa constante durante varios
años. Otro factor que influye en la determinación del valor de la cotización es la
Ratio de Dependencia. Este sistema de financiamiento se caracteriza por la
solidaridad de las generaciones, debido a que el gasto de las pensiones es
asumido por los contribuyentes activos.
Ingreso base de la cotización media
Este ingreso se refiere al monto del salario sobre el cual se aplica el
porcentaje de cotización durante vida laboral de un trabajador (Peinado, 2012).
Las cotizaciones de los militares dependen de las políticas y del tipo de
estructura específica para cada país. De este modo, como se describió en
apartados anteriores, el porcentaje de cotización oscila entre el 5% y 10% de
los ingresos en el caso de Australia (Bateman & Piggott, 2011), en Estados
Unidos entre el 8% y el 10%, en Ecuador es el 12,4%, en Colombia el 5%, en
Perú el 6% (Actuaria Consultores Cía. Ltda., 2010).
219
El ingreso por cotizaciones es complementado mediante el
financiamiento de otras fuentes, como el aporte del Estado (en muchos casos
financia el 100% del gasto en pensiones), el aporte de los jubilados, la
rentabilidad de las inversiones, entre otras.
Número de cotizantes
Un aspecto determinante en este tipo de sistemas especiales se refiere
al número de cotizantes que conforman el universo del sector militar. Los
regímenes especiales orientados a las Fuerzas Armadas dependen de un alto
grado de financiamiento del presupuesto estatal, incluso cuando tienen una
estructura de reparto donde la Ratio de Dependencia tiende a ser 1 o menos.
Las peculiaridades de este tipo de sistemas provocan que el desfinanciamiento
sea el resultado de la misma composición demográfica que lo caracteriza.
Tasa de interés que devengan las reservas
Uno de los factores más importantes del sistema de Seguridad Social
Militar, se corresponde con la Tasa Técnica Actuarial que, en términos
financieros, equivale a la tasa real (tasa nominal menos la inflación). Esta se
refiere a la tasa de rendimiento real de las inversiones basada en la hipótesis
de los estudios actuariales anualmente. La tasa considerada en este estudio
fue la del año 2013, de 3,3%.
En sistemas dolarizados esta tasa suele estar ubicada en el 3%, es
decir, el rendimiento promedio ponderado del portafolio de inversiones debe
observar este condicionante para el respectivo ejercicio económico. El
portafolio de las inversiones de seguridad social militar está conformada por
cuatro tipos de inversiones que alimentan los recursos del fondo de reserva:
financieras, inmobiliarias, empresarial y los préstamos. El rendimiento
establecido por el ISSFA, según Actuaria Consultores Cía. Ltda. (2010), es del
7,64%.
Número de pensionados
El colectivo conformado por los pensionistas militares se caracteriza
porque la misma estructura del sistema permite que este segmento poblacional
220
tienda a ser mayor al número de afiliados. Las causas tienen su origen en: 1) la
edad mínima para acogerse al retiro, 2) el incremento de la esperanza de vida,
3) gastos generados por el sistema en un tiempo
2.3.2 Metodología y resultados
A continuación se describe una de las herramientas que permiten definir
la suficiencia financiera del sistema de reparto mediante la valoración del fondo
de reserva propuesta por Jimeno (2004). El modelo relaciona la solvencia del
fondo de reservas en consideración con la tasa de cotización, la pensión
media, el número de cotizantes y pensionados, y la tasa de rendimiento de los
recursos acumulados. El modelo propuesto es el siguiente:
(1) 𝑅𝑡+1 = 𝜏𝑡 ∗ 𝑊𝑡 ∗ 𝑁𝑡 + 𝑅𝑡(1 + 𝑖𝑡) − 𝐵𝑡 ∗ 𝑃𝑡
Donde:
𝑅𝑡+1 Reservas al finalizar el período t
𝜏 Tasa de cotización del período t
W Ingreso base de la cotización media
N Número de cotizantes
R Reservas actuales
(1 + 𝑖) Tasa de interés que devengan las reservas actuales
B Pensión media
P Número de pensionados
𝐵𝑡 ∗ 𝑃𝑡 Gastos generados por el sistema en un tiempo t
La cantidad de reservas necesarias para un período siguiente se obtiene
de la sumatoria de los aportes en el tiempo más los rendimientos de las
reservas, menos la sumatoria del pago de las pensiones. Si a la sostenibilidad
financiera se la entiende como la acumulación de reservas destinadas al pago
de pensiones actuales y futuras, dada una tasa de interés y un nivel de
cotización, el problema financiero, según Cadena Castillo (2006), se sujeta al
crecimiento de las reservas al finalizar el período.
En este sentido, el esfuerzo financiero recae sobre las cotizaciones
individuales, patronales y las aportaciones del Estado. Para el caso de las
221
pensiones militares, los ingresos provendrán de los recursos establecidos por
la cartera de cotizaciones —individuales, patronales y los aportes del Estado—.
Si se pretende determinar la sostenibilidad del sistema de reparto en el
supuesto de que las reservas del sistema de pensiones sean cero y sin que
existan otros ingresos como para el caso son los aportes de Estado, el modelo
de Jimeno (2004) sería el siguiente:
(2) Saldofinanciero = 𝜏𝑡 ∗ 𝑊𝑡 ∗ 𝑁𝑡 − 𝐵𝑡 ∗ 𝑃𝑡
(3) Saldofinanciero (%)=1-𝐵
𝜏𝑊∗
𝑃
𝑁
De esta forma el modelo permite observar dos ratios importantes. Por un
lado, la ratio entre la pensión media y la cotización media —relacionada con la
tasa de sustitución de las pensiones—, de la que se obtienen tres herramientas
para lograr suficiencia: 1) la base del salario, 2) la tasa de cotización, y 3) la
prestación del sistema. Por otro, la ratio de dependencia, que permite
determinar cómo el número de pensionados puede incrementar la edad de
jubilación, prohibir la compatibilidad de pensiones y aumentar el período de
cotizaciones.
En definitiva, el modelo del saldo financiero dependerá del
comportamiento de la tasa de sustitución de pensiones y de la tasa de
dependencia. Si nos ceñimos a la ecuación proporcional propuesta por Jimeno
(2004), la sostenibilidad del sistema estará dada inicialmente por la definición
de cuál es el nivel de la tasa de sustitución que se quiere mantener (sea cual
sea la tasa de dependencia). En este sentido, si se reduce suficientemente el
coeficiente de la tasa de sustitución, se puede lograr que el saldo financiero no
sea negativo.
La reducción puede lograrse si se rebajan las prestaciones del sistema
(𝐵), o incrementando el nivel de cotización (𝜏) o la base de cotización (𝑊). Por
el contrario, si su resultado es negativo se tendrá un déficit. Esta situación no
implica una insostenibilidad del sistema, ya que el déficit tendrá que ser
solventado inicialmente con los recursos del fondo de reserva y, en última
instancia, a través de recursos adicionales al 60% entregado por el Estado. Los
222
recursos empleados en primera instancia y que son acumulados en el fondo de
reserva del sistema, representan el esfuerzo específico de los cotizantes, a
través de la acertada inversión de los mismos por parte del ISSFA, mientras
que un incremento de la financiación adicional por parte del Estado supone que
la sociedad es la que asume el déficit generado por el sistema.
El saldo financiero, al depender de la tasa de sustitución y de
dependencia, provoca que en el caso de la primera medida, las reformas estén
determinadas por modificaciones legislativas, a través de las cuales se
establecen nuevos porcentajes y períodos de cotización, edad mínima de
jubilación, fórmula de cálculo de la base reguladora, niveles de pensiones, etc.
En la segunda, referida al número de pensionistas y de cotizantes, influyen los
cambios demográficos y la capacidad del mercado laboral —corresponde a la
totalidad de miembros en servicio activo—.
La acumulación de reservas implica que la garantía del pago de las
pensiones en primera instancia recaiga sobre la generación actual de
trabajadores. Si no se acumulan reservas (𝑅 = 0), la garantía del pago de las
pensiones recaerá en la responsabilidad del Estado.
𝐹𝑜𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑅𝑒𝑠𝑒𝑟𝑣𝑎
= 𝛽0 + 𝛽1𝐶𝑜𝑚𝑝. 𝑓𝑖𝑛𝑎𝑛. 𝑠𝑖𝑠𝑡𝑒𝑚𝑎 + 𝛽2𝐴𝑐𝑢. 𝐹𝑜𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑟𝑒𝑠𝑒𝑟𝑣𝑎
− 𝛽3𝐺𝑎𝑠𝑡𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑠𝑖𝑠𝑡𝑒𝑚𝑎
Variable Fondo de Reserva Prob.
Componentes de Financiamiento del Sistema (TAU*W*N)
-7.82E-09**
(1.72E-09) 0.0014
Fondo de Reservas (ACUMULADO)
2.37E-09***
(7.03E-11) 0.0000
Gastos del Sistema -(PENMEDIA*NPENSIOINISTAS)
-3.165713**
(0.900459) 0.0066
Constante -3914119
(5648912) 0.5059
Nota: Errores estándares entre paréntesis; *p<0,05; **p<0,01; ***p<0,001
223
2.3.3 Interpretación de Coeficientes
Coeficiente Valor Interpretación
Contraste de Nulidad Estadística del Parámetro 𝜢𝟎: 𝜷𝒋 = 𝟎
t-Statistic Nivel de
Significación Estadística
Significación
1
(Componentes Ingresos del Sistema)
-7.82E-09
A un incremento de una unidad de los componentes del sistema, mientras lo demás permanece constante, el fondo de reserva tiene una influencia negativa desdeñable de -0,00000000782 unidades
-4.544873 0.0014 Al 1 %
2
(Acu.Fondo de Reservas)
2.37E-07
A un incremento de una unidad en la acumulación del fondo de reserva, mientras lo demás permanece constante, el fondo de reserva tiene una influencia positiva de 0,000000237 unidades
33.73778 0.0000 Al 0,1 %
3
(Gastos del Sistema)
-3.165713
A un incremento de una unidad en el factor Gastos del sistema, mientras lo demás permanece constante, el fondo de reserva tiene una influencia negativa de -3.165713 unidades
-3.515666 0.0066 Al 1 %
El ajuste del modelo por el valor del 𝑅2 es muy alto. De hecho,
aproximadamente el 99% de la variabilidad de la Sostenibilidad del sistema de
pensiones es medido por el fondo de reservas que es explicada por las
variables en la ecuación.
Esto significa que el ajuste es bueno, pero realizaremos un análisis de
los test estadísticos correspondientes a las pruebas formales de cumplimiento
de los supuestos básicos del modelo de regresión lineal clásico (Anexo 14).
2.3.4 Análisis y discusión de resultados
La variable de los componentes del sistema (tasa de cotización, número
de cotizantes e ingreso base de la cotización media) permite determinar la
cantidad de recursos disponibles, producto de las cotizaciones individuales,
patronales y los aportes del Estado al sistema de pensiones, es decir, aquellos
que financian las pensiones bajo la estructura de reparto. El sistema de
pensiones militares, de ser autosostenible, no tendría necesidad de la
acumulación de reservas. Ahora bien, el problema de la estructura demográfica
y la cada vez menor ratio de dependencia, generan una presión sobre el
sistema, que se ve obligado a establecer medidas para equilibrar sus finanzas.
En este efecto, como se han descrito anteriormente, las reformas
planteadas en la generalidad de sistemas de pensiones se orientan en torno al
224
incremento de los años de aportación (aumento del número de aportaciones),
el incremento en la tasa de cotización y el incremento del número de
aportantes (aspecto que es restringido para el caso de las Fuerzas Armadas).
De los resultados obtenidos se deriva que existe una muy baja relación entre la
variable componentes del sistema y el fondo de reserva, considerando que
todos los recursos han sido empleados al pago de las pensiones actuales y que
el fondo de reservas se corresponde a excedentes del sistema de seguridad
social y a la rentabilidad de sus inversiones.
La variable Acumulado del Fondo de Reservas corresponde a los
recursos generados en el tiempo, producto de las inversiones a una tasa de
rentabilidad determinada por la seguridad social militar. El proceso por medio
del cual se genera el proceso de inversiones (Anexo 3), evidencia que tiene
una significación del 1% sobre el Saldo Financiero.
En cuanto a la variable de Gastos del sistema (pensión media por el
número de pensionados), al tratarse de obligaciones financieras que se deben
solventar, un incremento de esta variable afecta negativamente al Saldo
financiero, ya que este deberá cubrir los saldos existentes en caso de que los
recursos provenientes de las cotizaciones y aportes del Estado no sean
suficientes. Cuando los recursos disponibles en el sistema son insuficientes
para atender las obligaciones del sistema, la magnitud del fondo de reserva no
permite cubrir la brecha financiera por periodos prolongados en el tiempo. De
hecho, el fondo sirve como un mecanismo emergente en casos de insolvencia
por un período reducido de tiempo.
Una medida aplicable a este tipo de sistema es el aumento del número
de cotizaciones existentes (240, que representan 20 años). El efecto provocado
por este aumento permitirá 1) mantener una mayor cantidad de aportaciones
de los miembros en servicio activo, 2) reducir el número de pensionistas, 3)
reducir el tiempo de pago del beneficio de la pensión, 4) reducir la brecha
financiera, 5) reducir la carga financiera del Estado.
225
2.4 Estabilidad del Saldo Financiero
Para la estimación del modelo que Jimeno (2004) diseña, se ha
desarrollado un modelo que evalúa la rentabilidad del Saldo Financiero, lo que
Jimeno denomina como “el futuro del fondo de reservas”.
2.4.1 Metodología y resultados
Para el cálculo de la rentabilidad del Saldo Financiero, la ecuación (1),
expresada como proporción de los ingresos del sistema, viene dada por la
diferencia entre la unidad y el producto de dos cocientes: la tasa de sustitución
de las pensiones y la ratio de dependencia descrita en la ecuación (2)
La ecuación (3) Saldofinanciero (%)=1-𝐵
𝜏𝑊∗
𝑃
𝑁 , ilustra de forma sencilla
el concepto de sostenibilidad financiera de un sistema de pensiones de reparto.
Para determinar si un sistema es sostenible es necesario establecer cuál es la
tasa de sustitución de las pensiones que se quiere financiar. Si se reduce
suficientemente el primero de los cocientes, puede hacer que el saldo
financiero no sea negativo, sea cual sea la evolución de la tasa de
dependencia. Dicha reducción puede conseguirse reduciendo las prestaciones
del sistema (B) o aumentando el tipo de cotización (𝜏) o la base de cotización
(W).
Sin embargo, el aumento de la cotización está sujeto a determinadas
restricciones, en especial en un contexto del sector militar, donde su estructura
difiere del sistema general. Por otra parte, aun cuando el saldo financiero sea
negativo, puede sostenerse ante una determinada la tasa de sustitución
recurriendo a fuentes alternativas de ingresos, ya sea mediante la constitución
de reservas en previsión de futuros déficit o mediante un incremento en el
porcentaje de aportaciones por parte del Estado.
226
𝐹𝑜𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑅𝑒𝑠𝑒𝑟𝑣𝑎 = 𝛽0 − 𝛽1𝑇𝑎𝑠𝑎 𝑑𝑒 𝑠𝑢𝑠𝑡𝑖𝑡𝑢𝑐𝑖ó𝑛 ∗ 𝑅𝑎𝑡𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝐷𝑒𝑝𝑒𝑛𝑑𝑒𝑛𝑐𝑖𝑎
Variable Sostenibilidad Prob.
-(PENMEDIA/TAU*W)*(NPENSIONISTAS/NCOTIZANTES) -1127.265***
(86.14282) 0.0000
Constante
17.32629*
(0.127186) 0.0000
Nota: Errores estándares entre paréntesis; *p<0,05; **p<0,01; ***p<0,001
2.4.2 Interpretación de Coeficientes
Coeficiente Valor Interpretación
Contraste de Nulidad Estadística del Parámetro 𝜢𝟎: 𝜷𝒋 = 𝟎
t-Statistic Nivel de
Significación Estadística
Significación
1
(Tasa de Sustitución * Ratio de Dependencia)
-1127.265
A un incremento de una unidad monetaria de los componentes del Saldo Financiero (Tasa de Sustitución * Ratio de Dependencia), mientras todo lo demás queda constante, el saldo financiero se ve afectado negativamente en -1127.265 unidades monetarias.
-13.08600 0.0000 Al 0,1 %
El producto entre la tasa de sustitución y el ratio de dependencia influye
en la rentabilidad del saldo financiero ya que, a un incremento de esta variable,
los recursos del fondo de reserva se reducirán y, por efecto, la rentabilidad de
las inversiones será menor.
Las pruebas de estabilidad y el Test de Análisis Estadístico del Modelo
de Saldo Financiero de este modelo se presentan en el Anexo 14.
227
Capítulo III Propuesta de reformas al Sistema de Pensiones Militares
Introducción
El sistema de pensiones militares se ha venido analizando desde la
necesidad de la sociedad por establecer condiciones de bienestar para el
desarrollo de las personas y proteger a los individuos frente a los riesgos
sociales, entre ellos la vejez, invalidez y muerte. La temática de la protección
social orientada a sectores específicos como el militar, ha sido motivo de
profundos debates sobre la pertinencia o no de su establecimiento. De este
modo, las pensiones constituyen una parte importante dentro de la estructura
de la protección social militar debido al impacto económico y social que tiene
sobre las personas y el Estado.
La necesidad por establecer sistemas de protección social en el sector
militar ha enfrentado y se sigue enfrentado posiciones fundamentadas en tres
líneas: en primer lugar, el gasto militar frente al gasto social, en segundo lugar,
la homogenización de la protección social y, en tercer lugar, la estructura de
financiamiento de los sistemas de pensiones. En este sentido, los sistemas de
pensiones en aquellos países que poseen Fuerzas Armadas tienen similares
estructuras en cuanto a financiamiento, requisitos de acceso y beneficios. En
América Latina, los sistemas especiales de pensiones serían el resultado del
importante rol de sus Fuerzas Armadas en las decisiones político-económicas
de los Estados.
El sistema de pensiones militares ecuatoriano no difiere de este tipo de
estructuras, salvo por la necesidad gubernamental de reorientar la misión de
las Fuerzas Armadas. La estrategia considera, entre otras acciones, la
reestructuración del número de efectivos. Esta propuesta, que afecta
directamente a la estructura demográfica, sumada al esquema de
financiamiento del sistema de protección social, infiere directamente en la
sostenibilidad del sistema de pensiones.
228
3.1 Reformas propuestas en el Estudio Actuarial del año 2010
El estudio actuarial elaboró un balance actuarial con corte al 31 de
octubre del 2010 empleando valores de los activos financieros del ISSFA,
estimando los valores de las cuentas de activos y pasivos actuariales del
seguro del RIM.
El estudio determinó la suficiencia actuarial del RIM basado en la
población activa, pensionistas y beneficiarios, recursos financieros, reservas y
entorno económico y social del año 2010.
Del estudio se derivó la proyección a futuro del RIM, y de este, las
correspondientes propuestas de reformas para la racionalización del sistema y
fortalecimiento de sus niveles de sostenibilidad.
Situación del sistema de pensiones al año 2010
El RIM presentaba un déficit actuarial de USD. 969,9 millones (se incluye
el aporte del Estado de hasta el 60%) debido a:
La dolarización implementada en el año 2000 provocó una disminución de
la rentabilidad que eliminó las reservas con el significativo incremento del
monto de las obligaciones.
El incremento de la esperanza de vida implicó el pago de las pensiones
por períodos más largos99 .
La revalorización incremental de las pensiones, a consecuencia de la
indexación de las pensiones a los sueldos del personal militar en servicio
activo a un porcentaje superior al de la inflación.
La disminución de la Ratio de Dependencia del 1,32 en el año 2007 al
1,15 en el 2010.
El significativo incremento anual promedio del número de pensionistas
(4,36%).
En el período 2007-2010 la revalorización de las pensiones tuvo un
incremento porcentual más alto que la del Haber Militar. La pensión mensual
99
La esperanza de vida considerada fue: de 16.1 años para un jubilado de 60 años, de 9.6 años para uno de 70 años y de 4.9 para uno de 80 años.
229
promedio ascendió de USD. 485 a USD. 950 (incremento del 95%) y la pensión
de montepío pasó de USD. 171 a USD 372 (incremento del 106%), mientras
que el haber militar promedio pasó de los USD. 720 a USD 1258, equivalente al
75%. Se consideró como número promedio anual de retiros 1225 personas. Un
aspecto importante constituyó la eliminación del aporte de los pensionista a
partir del 31 de julio del 2007 (Ley 2007-82, publicada en el Suplemento del
Reg. Oficial Nº 138), reforma que agravó el nivel de sostenibilidad del RIM.
Reformas propuestas por el Estudio Actuarial
Incremento del número de efectivos militares hasta alcanzar los 60.000
efectivos en el 2059.
La pensión mensual será equivalente al 70% del promedio de los haberes
militares de los últimos tres años.
Edad mínima de jubilación de 47 años para el personal de tropa y de 48
para los oficiales.
Controlar y limitar en un máximo del 88% del haber militar los beneficios
mediante la fijación de topes máximos y mínimos en la pensiones en
curso de pago.
Incrementar la tasa de aportación individual del 12,4% al 14,4%.
Mejorar los niveles de rentabilidad de las inversiones a una tasa mínima
de 7.64% anual.
Incrementar a 25 años el tiempo mínimo para acceder al retiro, con un
incremento anual del 1% hasta alcanzar un máximo del 80% a los 35
años de servicio.
Asegurar el 60% de aportes del Estado al gasto en pensiones.
Aplicación de las reformas propuestas
Las condiciones para la aplicación de las reformas propuestas variaron al año
de 2015. Las medidas no aplicadas se explican a continuación.
El incremento del número de efectivos militares. Pese a que la proyección
actuarial en el período 2010-2015 tuvo una tasa de crecimiento media de
1,058%, la evolución real de la tasa de crecimiento media es del 1,55%;
230
es decir, la cantidad de aportantes reales fue superior a la simulada. Este
aspecto favorece a los niveles de sostenibilidad.
Evolución demográfica de
personal activo Evolución demográfica de
pensionistas
Año Proyección Actuarial
Evolución Real
Proyección Actuarial
Evolución Real
2010 37.950 38.196 32.947 33.172
2011 38.351 38.285 34.385 34.607
2012 38.757 39.301 36.038 35.399
2013 39.167 40.493 37.506 36.065
2014 39.581 41.302 38.781 37.195
2015 40.000 41.249 40.334 N.D.
Tasa media de
crecimiento 1,058% 1,550% 4,129% 2,903%
En cuanto a la tasa de crecimiento del número de pensionistas, la
simulación estableció un crecimiento de 4,129%, mientras que la
evolución real tuvo una tasa media de 2,903% (1,22% menos). Esta
relación eleva el nivel de sostenibilidad del sistema de pensiones. La
inconsistencia de la proyección demográfica se basa en que, a partir del
2015, se establece un máximo de 40.000 efectivos con la perspectiva de
60.000 miembros al año 2059. Como se verá en el apartado siguiente, el
proyecto de reforma del Sistema de Seguridad Social Militar considera
una reducción de número de efectivos a 34.500, contradiciendo la lógica
de la proyección aplicada en el estudio actuarial. Sin duda alguna, este
aspecto de la ley inhabilita la solidez y confiabilidad de las simulaciones
realizadas.
La pensión mensual será equivalente al 70% del promedio de los haberes
militares de los últimos tres años.
Esta propuesta no se ha ejecutado ya que se mantiene la reglamentación
correspondiente al pago de una pensión entre el 70% y 80% del último
haber militar.
Edad mínima de jubilación de 47 años para el personal de tropa y de 48
para los oficiales.
231
La modificación de la edad mínima promedio no ha sufrido cambio alguno.
La edad mínima que sigue siendo aplicada es de 42 años para la tropa y
43 años para los oficiales. Esto significa que los años mínimos de
cotización al sistema de pensiones continua siendo 20 años o 240
aportaciones. Los cinco años adicionales no han sido incorporados a la
ley de Seguridad Social.
Incremento de la tasa de aportación individual del 12,4% al 14,4%.
El incremento del 2% en la cotización individual no ha sido modificado. El
impacto financiero de este incremento se encuentra en la simulación
(véase el Anexo 5).
Mejorar los niveles de rentabilidad de las inversiones a una tasa mínima
de 7.64% anual.
Los recursos del Fondo de Reservas, desde su creación como régimen
especial, afrontaron tres momentos importantes en su evolución desde el
cambio de sistema monetario.
Período Tasa media de Crecimiento
Capital Inicial Capital Final Observación
Período 2000-2005 27,64% 24.539.714,72 68.103.059,17 Dolarización
Período 2006-2009 18,48% 95.241.071,50 158.398.538,11 Homologación Salarial
Período 2010-2014 10,30% 414.149.636,8 612.677.777,84 Patrimonio de la empresas
Un primer momento caracterizado por el fuerte impulso financiero dado
por el Estado al sistema de seguridad social militar, que permitió que las
escasas reservas (resultantes de proceso de dolarización), durante el
período 2000-2005, creciesen a una tasa media del 27,64%. En un
segundo momento, los recursos se ven afectados por el proceso de
homologación salarial, que provocó una alta recaudación de recursos.
Pero, a su vez, la política de revalorización de las pensiones influyó
directamente en la capacidad del fondo. Pese a esta situación, la tasa de
crecimiento alcanzó el 18,48% con USD. 158 millones de dólares.
Finalmente, en el año 2010 se transfiere el paquete accionario de las
empresas de propiedad de las FFAA, aspecto que incrementa
ostensiblemente los recursos del fondo de reservas, de cuya inversión
se ha logrado mantener un rendimiento medio del 10.30%.
232
En definitiva, la gestión financiera de los recursos está sobre la tasa de
7,64% proyectada por el estudio actuarial necesaria para que, en
complemento con otras medidas, se alcancen niveles aceptables de
sostenibilidad.
El incremento mínimo para acceder a los beneficios de la jubilación de 20
a 25 años, así como la reducción del porcentaje máximo de cálculo del
88% al 80% del haber militar y la reducción del 2% al 1% de incremento
anual, no han sido reformados.
Actual Reforma
Años de Servicio
% de Pensión aplicable al
Haber Militar
Incremento anual
Años de Servicio
% de Pensión aplicable al Haber
Militar
Incremento anual
20 70 %
2 %
25 70 %
1 %
21 72 % 26 71 %
22 74 % 27 72 %
23 76 % 28 73 %
24 78 % 29 74 %
25 80 % 30 75 %
26 82 % 31 76 %
27 84 % 32 77 %
28 86 % 33 78 %
29 88 % 34 79 %
30 88 % 35 80 %
Asegurar el 60% de aportes del Estado al gasto en pensiones.
La situación económica-financiera del sistema de pensiones ha obligado a
que el Estado asuma el porcentaje máximo de aportación del 60%.
Considerando que la ley de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas lo
establece como un techo máximo de aportación, este puede variar
dependiendo de la necesidad de financiamiento.
3.2 Proyecto de Ley de Reformas al Sistema de Pensiones Militares
El Estado ecuatoriano, impulsado por afrontar las nuevas amenazas
externas, se ha visto en la necesidad de reorientar su política de defensa
nacional. Es así que las Fuerzas Armadas han ingresado en un proceso de
modernización, fortalecimiento y cooperación regional. El nuevo rol que
asumirán las FF.AA. involucra la participación y coordinación con otros entes
gubernamentales del sector seguridad y defensa, entre otras: Secretaría
Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES), Ministerio de Finanzas y
Secretaría Nacional de la Administración Pública (SNAP).
233
Esta reestructura implica el mejoramiento de la calidad de vida del
personal militar y sus familias (se incluye la seguridad social), el mejoramiento
del diseño operacional, el fortalecimiento de las capacidades operativas y el
empleo eficiente del talento humano. Este último prevé la reducción
programada y progresiva de los militares en servicio activo, aspecto que no
afectará al personal en servicio activo actual, sino a los nuevos ingresos de
personal profesional.
La reducción de personal profesional implica una disminución de 7.500
efectivos militares hasta el año 2025, bajo cuatro líneas de acción: 1) el 50%
mediante restricciones de ingreso a los aspirantes a Oficiales y Tropa a las
Escuelas Militares, 2) el 2% correspondiente a la aplicación de las cuotas de
eliminación reglamentaria, 3) el 15% por la reducción de personal a
consecuencia de un proceso de autodepuración institucional, y 4) tras causas
institucionales y personales (retiros, muertes, bajas, etc.).
3.3 Efectos de la reestructuración demográfica sobre la sostenibilidad
del sistema de pensiones
Las reformas propuestas en el estudio actuarial para el sistema de
pensiones no consideraron este escenario, sino que por el contrario, simuló sus
horizontes de sostenibilidad basados en un incremento de aportantes. Este
aspecto, en el supuesto que el resto de factores ocurriesen, deja sin fiabilidad
las proyecciones realizadas.
La sostenibilidad del sistema de pensiones al no ser sometido a las
reformas propuestas, entró en un proceso de insuficiencia de recursos frente al
gasto en pensiones. De no aplicarse otras medidas, el sistema no será
autosuficiente para afrontar la brecha financiera con los recursos del fondo de
reservas. Frente a este hecho, el Estado tendrá la obligación de asumir el costo
que demande el gasto previsional del sistema militar100.
100
El proyecto de Ley propuesto por el Ejecutivo considera la ampliación ilimitada del aporte Estatal para garantizar el cumplimiento de las obligaciones del RIM, además de la reformulación del Artículo 370 de la Constitución Política del Estado señalando que “el Estado garantiza el pago de las pensiones jubilares de los miembros de la fuerza pública", cuyo alcance sería exclusivo al RIM, dejando sin afectación alguna a los otros seguros.
234
Tomando el modelo en el que se analizan los determinantes
fundamentales del gasto agregado en pensiones (Capítulo II), a continuación
se simulará el efecto que tendrá el proyecto de reducción paulatina de los
actuales 42.000 efectivos (41.000 reales) a 34.500 hasta el año 2025.
𝑆𝑜𝑠𝑡𝑒𝑛𝑖𝑏𝑖𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑 = 𝛽0 + 𝛽1𝑓𝑎𝑐_𝑑𝑒𝑚𝑜𝑔𝑟á𝑓𝑖𝑐𝑜 + 𝛽2𝑓𝑎𝑐_𝑚𝑒𝑟𝑐_𝑙𝑎𝑏𝑜𝑟𝑎𝑙 + 𝛽3𝐸𝑙𝑒𝑔𝑖𝑏𝑖𝑙𝑖𝑑𝑎𝑑
+ 𝛽4𝑔𝑒𝑛𝑒𝑟𝑜𝑠𝑖𝑑𝑎𝑑_𝑠𝑖𝑠𝑡
En este sentido, al reemplazar los valores de total efectivos en la multiplicación
de 𝛽1 ∗ 𝑓𝑎𝑐_𝑑𝑒𝑚𝑜𝑔𝑟á𝑓𝑖𝑐𝑜 dejando todo lo demás constante, céteris paribus tenemos:
Como vemos, la reducción del personal efectivo año a año de 3.450
personas reduce la sostenibilidad en -66.35661, pero en este formato la lectura
es que se va reduciendo la carga a la sostenibilidad en esas magnitudes; es
decir, se podría entender el signo negativo como el ahorro a la sostenibilidad:
está claro que, mientras menos personal efectivo hay, el efecto es menor a la
hora de la carga en la sostenibilidad.
Si antes, con 41.000 efectivos, la sostenibilidad es -788.58 unidades
monetarias, con 34.500 el efecto es de -663.5661 unidades monetarias.
Frente a la propuesta de ampliar los años mínimos de cotización de 20
años a 30 años, la limitación de datos entregados por el ISSFA no permite
realizar el cálculo correspondiente. Es necesario tener información relacionada
con la cantidad de pensionistas que se retiran por cada año a partir de los 20
años y la cantidad de militares que se acogen al retiro al cumplir 30 años y
más.
3.4 Análisis de la situación actual del sistema y propuesta de reformas
Siendo el objeto de estudio del presente trabajo el Seguro de Retiro y no
la totalidad del ISSFA, la mayoría de propuestas harán hincapié en el mismo.
Sin embargo, algunas medidas podrían integrar los otros seguros y acciones
Personal o
𝒇𝒂𝒄_𝒅𝒆𝒎𝒐𝒈𝒓á𝒇𝒊𝒄𝒐 𝜷𝟏 Resultado
Población actual 41.000 -0.019234 -788.5858
Reducción en 10 años 34.500 -0.019234 -663.5661
Reducción anual 3.450 -0.019234 -66.35661
235
que deberían ser parte de una política de saneamiento y sostenibilidad del
Sistema de Pensiones Militar.
En importante mencionar que la mayoría de los sistemas de pensiones
en Latinoamérica colapsaron por varias razones. W. E. Schulthess (1998) lo
atribuye a los graves problemas económicos que enfrentaron los países y a
consecuencia de una serie de imperfecciones dentro de los sistemas, como la
incapacidad del Estado para administrar los sistemas públicos. Otros analistas
como Devesa, Martínez, & Vidal (2000), lo imputan además a la baja cobertura
de la población, a los elevados costes administrativos, a la mala gestión de los
saldos financieros existentes, entre otros.
Frente a este hecho, se destacan propuestas individuales, alternativas o
en algunos casos complementarias entre sí, dependiendo de la libertad que
otorgue el nuevo contexto político y legal. Es pertinente tomar en cuenta que
las reformas llevadas a cabo en los sistemas de pensiones en América Latina
han exceptuado a los establecidos para el sector militar. El World Bank (2001)
señala que uno de los factores por los que se les ha permitido configurar sus
propios y privilegiados regímenes especiales es por constituirse como un grupo
de poder.
Las medidas propuestas por Actuaria Consultores Cía. Ltda. (2010) no
han involucrado propuestas innovadoras o aquellas aplicadas en sistemas
militares de otros países. Estas medidas corresponden a las regularmente
planteadas en sistemas generales: incrementos en las tasas de cotización,
incremento de los años mínimos para acceder a la jubilación, sustento
financiero gubernamental, etc. No se han aplicado mecanismos como
regulaciones en las pensiones a los niveles jerárquicos más altos, base de
cálculo para el establecimiento del monto de la pensión tomando como
referencia el promedio de los últimos años, acceso al derecho de la pensión al
cumplir un mínimo de edad (65 años) y no basado en un mínimo de
aportaciones, entre otros.
Del análisis de sensibilidad presentado en el punto 1.5 de la Parte III, se
desarrollaron una serie de simulaciones en las que se muestra el efecto de
236
reformas orientadas a fortalecer la cartera de cotizaciones, mediante el
incremento del porcentaje individual de cotización y el aporte de los jubilados.
Es importante tener en cuenta que la misma naturaleza de poder e influencia
de este grupo de la sociedad puede generar un cierto grado de resistencia en
la aplicación de reformas, en especial aquellas orientadas a la regulación de
beneficios sociales (Lahera & Ortúzar, 1998; Mesa-Lago, 1978).
En este sentido, cualquier tipo de reforma requiere de un alto grado de
negociación previa, a fin de consensuar la ejecución de medidas orientadas al
sistema de pensiones y reducir la presión social (Piazze & Flaño, 2006;
Vásquez Colmenares, 2012). Asimismo, tomando como referencia la
conceptualización del Estado de bienestar de Moreno (2003), en la que queda
manifiesta la necesidad de delimitar lo que se entiende por el Estado de
bienestar, el Estado debe salvaguardar las estructuras sociales y a sus
integrantes. Sin embargo, la salvaguardia no significa que un Estado deba
asumir un papel excesivamente proteccionista o que permita establecer
sistemas que fomenten la estratificación con regímenes extremadamente
diferenciales.
En este sentido, Monereo Pérez (2011) señala que es pertinente la
reevaluación de los alcances del Estado de bienestar, a través de la
configuración de los sistemas de pensiones del sistema general y especial,
debiendo tenderse en su regulación a la homogeneidad con el Régimen
General. En el sistema configurado para el sector militar, a pesar de ser el
recurso humano de suma importancia para la subsistencia de un Estado,
muchas medidas socialmente proteccionistas pueden conducir a todo lo
contrario de un Estado de bienestar, favoreciendo a unos en desmedro de otros
(Rodríguez Escaciano, 2008).
Las medidas propuestas deben evaluarse de forma concreta, sin que
esto signifique una reducción del gasto social necesario, sino, más bien, la
reestructuración del mismo en pro de la eficiencia y eficacia del aparato
público. Las reformas buscan garantizar el logro de objetivos y valores
comunes, como la prevención de la exclusión social, el mantenimiento del nivel
237
de vida de los pensionistas, la integración, solidaridad, la viabilidad de los
sistemas de pensiones, la sostenibilidad financiera, entre otros.
Es un desafío para el sistema de pensiones militares el otorgamiento de
pensiones “adecuadas y sostenibles” para todos los militares,
independientemente de que sean oficiales o de tropa. Así como garantizar que
los costes de mantener el sistema sean los más bajos y eficientes, de manera
que se puedan alcanzar metas financieras como la reducción de los déficits y
se promueva la autogeneración de recursos del ISSFA.
El sistema de seguridad social militar cuenta con un mix de prestaciones
sociales (Tabla 20), financiadas de manera tripartita (cotizaciones individuales y
patronales y el Estado). Si bien cada seguro cuenta con su propio fondo
independiente de gestión y reglamentación propia, la carga de financiamiento
más fuerte es la asumida por el Estado (Tabla 23). Es pertinente definir el
monto de aportación del Estado, considerando que el sistema por estructura es
cada vez más insostenible y que el 60% de su aporte será insuficiente a futuro.
En este contexto, para evitar una reducción de la asistencia social o que
se transfiera el coste de financiamiento mediante el incremento del ya elevado
porcentaje de la cotización individual, es necesario que el Estado garantice el
pago de las pensiones actuales y futuras, sin que se establezca un porcentaje
máximo de aportación al sistema. Este aspecto se fundamenta en que las
Fuerzas Armadas son las encargadas de garantizar la seguridad nacional y que
el gasto de defensa, al ser considerado un bien público, no tiene precio en el
mercado (Saadet & Sen, 1995). Además de que las actividades relacionadas
con la defensa afectan a la producción nacional con perturbaciones al Estado
de bienestar (Grautoff & Jaramillo-Jassir, 2010); en tal razón, su coste de
mantenimiento es de entera responsabilidad de la sociedad, a través del
financiamiento del Estado.
Sin embargo, esta situación no limita la gestión de autofinanciamiento
del sistema, sino que la eliminación del techo máximo de aportaciones
estatales garantiza la sostenibilidad del sistema (Merchán, 2002a). Ante los
efectos de la dinámica evolución de la Ratio de Dependencia que reduce los
238
ingresos disponibles y frente a la necesidad de minimizar la presión económica
que ocasiona el gasto en pensiones militares sobre el Estado, es necesario
fortalecer los niveles de sostenibilidad desde la misma gestión interna de la
seguridad social militar (Florián Plasencia, 2009).
Es necesaria la adopción de mecanismos que permitan economizar
recursos, sin que esto implique una reducción de la asistencia social; el
incremento de los recursos disponibles, sin que esto sea consecuencia de
elevar, aún más, las tasas de cotización individual; racionalizar el gasto
pensional mediante el establecimiento de techos máximos en las pensiones
individuales (Fernández Domínguez, 2009); establecer medidas coherentes
para la revalorización de la pensiones (Ochando Claramunt, 2010), que no
necesariamente estén vinculadas con la indexación al haber militar.
Si continuamos sobre la base en la que el Estado financia el 60% del
gasto en pensiones y el 40% es responsabilidad de la gestión institucional, el
horizonte de sostenibilidad cada vez menor —provocado especialmente por el
comportamiento de la Ratio de Dependencia— obliga a que se implementen
medidas, ya sea vía reformas en los gastos sociales, con el aumento de
ingresos (cartera de cotizaciones), o ambos.
Un factor determinante para el sistema es la reducción del efecto
demográfico, donde la Ratio de Dependencia muestra una cada vez más
mermada relación entre los pensionistas del sistema y los afiliados que
financian sus pensiones (Rofman, 2006). Este fenómeno, como se ha visto, se
fundamenta en el reducido período de cotización necesario para jubilarse en
compensación con las exigencias físicas y riesgos de trabajo a los que los
miembros de las Fuerzas Armadas se ven involucrados (Ryan et al., 2007).
Es necesaria una reformulación de la escala de pensiones establecida.
La escala de las pensiones está fundamentada en la propia naturaleza de la
estructura jerárquica de las Fuerzas Armadas, así como en los porcentajes de
cotización. Es importante una reforma orientada hacia el establecimiento de
mecanismo de revalorización de las pensiones vinculado con el entorno
económico y social del país, a fin de evitar niveles diferenciales de
239
estratificación entre el sector militar y la población en general (Bertoncino &
Flanagan, 1999).
La política de revalorización de las pensiones que indexa el incremento
de las pensiones en función del haber militar, ha provocado un aumento
significativo del valor de las pensiones, en especial las establecidas para los
niveles más altos de la jerarquización. La reforma de actualización de las
pensiones deberá estar en función de fórmulas de revalorización automática de
las pensiones fundamentadas en el Índice de Precios de Consumo (IPC), de
manera de que quede asegurado el poder adquisitivo (Lopez García & Pérez
Forniés, 1997)
Por otro lado, la fórmula de cálculo de la pensión aplicada en función del
último haber militar ocasiona que el nivel de la pensión promedio sea más alto
que la pensión del sistema general (Morales Mora, 2004). La propuesta de
reforma se orienta a la reformulación del tiempo de la base reguladora al
promedio del haber militar obtenido durante del último grado militar previo al
retiro. Esta reforma permitirá que la pensión mensual sea más homogénea y
sobre todo que el monto de la pensión no sea superior al haber militar neto.
El shock económico producido por la adopción del sistema de la
dolarización, provocó la eliminación del Fondo de reservas. Como resultado de
esta situación, se incrementaron los gastos por pensiones, que fueron cubiertos
por el Estado. Sin embargo, la prácticamente extinción de este fondo significó
en suma la ausencia de garantías de sostenibilidad del sistema de pensiones,
recursos que sustentan por un determinado tiempo el desfase entre los
ingresos y egresos del gasto en pensiones (Etxezarreta, Iglesias Fernández,
Idoate, & Junyent Tarrida, 2009).
En este sentido, todos los excedentes provenientes de las inversiones y
gestión financiera del ISSFA, deben aportarse para la restitución del Fondo de
Reservas, que debe capitalizarse a una razón de no menos de 7.64% anual o
la tasa inflacionaria, con el fin de preservar su valor. El Fondo de Reservas
corresponde a un factor clave para el logro de la sostenibilidad de largo plazo
del ISSFA y particularmente en cuanto a RIM compete. Sin embargo, su
240
instrumentación debe ser motivo de una reforma adicional para evitar shocks
externos.
En cuanto a la revisión de la edad de jubilación y prolongación voluntaria
de la edad de jubilación, se ha evidenciado como un factor importante. Así,
diversos estudios recomiendan como una medida efectiva para disminuir el
efecto de la insostenibilidad del sistema de pensiones, la revisión de la edad de
jubilación (Fernández Domínguez, 2009; Gómez & Martí, 2003; Utrilla de la Hoz
& Ubago Martínez, 2005). En la actualidad los pensionistas se retiran tras 20
años de servicio como mínimo, lo que implica una edad de jubilación promedio
de 42 años.
Si se toma como referencia el estudio de Actuaria Consultores Cía. Ltda.
(2010), la esperanza de vida de una persona en Ecuador es de 75 años
promedio para varones y 80 para mujeres. Las cargas por jubilación se realizan
por al menos 33 años en el caso de los hombres (5 años adicionales para su
cónyuge en caso de supervivencia) y 38 años en el caso de las mujeres. Ante
esta necesidad de financiamiento y de las obligaciones financieras, es lógico
que el seguro de retiro presente insostenibilidad.
En razón de las simulaciones realizadas y considerando las reformas
propuestas en el estudio actuarial, es pertinente considerar como un
mecanismo necesario el incremento de los ingresos del sistema vía
modificaciones en la edad mínima de jubilación bajo los siguientes argumentos:
La política de defensa involucra nuevas misiones para las Fuerzas
Armadas resumidas en la protección de la vida de la población y los
recursos del país (Jarrín Roman, 2013). Aspecto que no prioriza ni
considera un eminente conflicto armado en el corto plazo.
La edad promedio establecida para acogerse al retiro es considerada como
un importante componente de la compensación militar. Esta constituye un
eficaz incentivo para atraer personal y que estos, a su vez, decidan
mantenerse en el servicio activo (Departament of Defense U.S.A, 2008).
Dada la actividad militar que exige, no tan solo buen estado físico y mental,
sino también buen nivel de salud general (Cazorla, 2010; Cotino Hueso,
241
2007; Fernández Domínguez, 2009), dado que las condiciones de
formación y entrenamiento hacen que un militar se encuentra en mejores
condiciones físicas con relación al resto de la población promedio (Cotino
Hueso, 2007) y dado que, se ha reducido el nivel de ocurrencia de un
conflicto bélico en la región (Mercado-Jarrín, 1982), es pertinente
considerar una reforma que incremente la edad mínima de retiro.
3.5 Supuestos para la aplicación de las reformas propuestas
Las reformas propuestas deberán considerar ciertos supuestos del
contexto económico, político y militar, a fin de que su aplicación permita
alcanzar los resultados esperados:
Económico
Es importante que el país continúe con un crecimiento económico anual
como el mantenido a partir del 2010 (aunque con un cierto grado de
desaceleración progresiva) con tasas de crecimiento del 3,5%, el 7,8%, el
5,2%, el 4,6% y el 3.8%, tras recuperarse de los efectos de la crisis global
(Banco Mundial, 2015). Los niveles alcanzados para ser sostenibles
económicamente, deberán superar desafíos vinculados a su alta dependencia
al sector petrolero donde, “la condición social de la población se satisface con
el uso racional y sostenible de recursos y sistemas naturales”(G. Reyes, 2009).
Político
El factor político es un aspecto determinante en la configuración del
sistema social del sector militar, en especial cuando lo que se pretende es
regular, reformar o limitar su sistema de pensiones.
Durante esta tesis se han venido citando trabajos en los que se señala el
importante rol que desempeñan y han desempeñado las Fuerzas Armadas en
el desarrollo político-económico de los países, en especial de los de América
Latina (Álvarez Veloso et al., 2012; Kruijt & Koonings, 2002; Montecinos, 2010).
Es así que, tomando como referencia el trabajo de Mesa-Lago (1978), hemos
de evidenciar el papel que ha desarrollado el sector militar en la política social,
242
donde este sector ha sido beneficiado con medidas mucho más beneficiosas
que las aplicadas en el sistema general (Vásconez, 2005).
De esta forma y con estos antecedentes, es necesario alcanzar un
acuerdo con el sector militar acerca de una propuesta de reformas al sistema
de pensiones para lograr un consenso, bajo la premisa de la necesidad de
fortalecer la sostenibilidad del sistema a futuro (Piazze & Flaño, 2006).
Militar
El tema del gasto militar es un aspecto de gran debate en la actualidad,
sobre todo cuando se lo enfoca desde sus efectos negativos sobre el
crecimiento económico (Dunne & Tian, 2013). Múltiples son las posturas que se
contraponen al gasto en el sector de la defensa. Por un lado señalan su
innecesaria inversión ya que merma recursos a sectores como el de la salud y
de la educación (Lahera & Ortúzar, 1998), o exponen que una reducción de los
gastos militares podrían aumentar las tasas de crecimiento y a su vez reducir el
riesgo de amenazas contra la seguridad (Collier, 2006). Por otro, existen
estudios que no determinan una significativa relación, ya que se evidencia que
los gastos en salud y educación tienden a ser superiores al gasto militar
(Freeman, 2011).
Es pertinente tomar en consideración que es necesaria la inversión
militar en conjunto con una indiscutible necesidad del fortalecimiento del Estado
de bienestar. Desde este punto de vista, un plan de reformas al sistema de
pensiones militares al corto plazo, permitirá que se equilibre el coste de
mantener la estructura social militar con los limitados recursos estatales. Si
bien es cierto que muchos de los presupuestos estatales incluyen dentro de los
gastos de defensa los correspondientes a las prestaciones sociales (Centro de
Estudios Nueva Mayoría, 2013), en el caso de estudio, los recursos destinados
al gasto en pensiones provienen de los subsidios sociales y que, lejos de la
posibilidad de ser considerados como no militares, estos son destinados al
sector militar.
En este sentido, la actual política de defensa del Ecuador permite que su
tratamiento en relación a la economía y al bienestar social, posibilite la
243
ejecución de un plan de reformas que fortalezca el sistema social militar y dé
sostenibilidad al sistema de pensiones, sin descuidar la operatividad de las
Fuerzas Armadas.
245
PARTE IV Conclusiones Generales
En esta tesis se analiza la problemática de los regímenes especiales de
la Seguridad Social y de forma específica el estructurado para las Fuerzas
Armadas del Ecuador. Se parte por definir al Estado de bienestar como
elemento fundamental en el desarrollo de las economías, pues su surgimiento
puede ser considerado como el intento del sistema capitalista por incluir a
todos aquellos segmentos de la población que han sido tradicionalmente
excluidos y más desfavorecidos por su situación socio-económica.
El papel del Estado en el sostenimiento económico de los sistemas de
pensiones de los regímenes especiales para las Fuerzas Armadas, es un tema
controvertido y sensible en el debate político y social. Lo cierto es que debido a
las demandas de los ciudadanos por concebir al Estado como el gran
proveedor de bienes y servicios, su responsabilidad recae en la resolución de
todos sus problemas, que se han incrementado con mayor rapidez que la
misma capacidad del sistema político y económico para satisfacerlas.
La participación del Estado como principal agente promotor del
desarrollo social ha variado a lo largo de la historia. Múltiples han sido sus
intentos por mejorar las condiciones sociales y se ha visto enfrentado a superar
diversos paradigmas de carácter político, económico y social. Uno de los
grandes desafíos ha consistido en dar atención a la insuficiente y deficiente
prestación de los servicios públicos, aspecto que ha generado una
desconfianza en la gestión del sistema. Por otra parte, el crecimiento del
Estado ha generado una sobrecarga económica que complica su
financiamiento, en especial para aquellos países con economías en desarrollo.
Los Estados, ante las demandas sociales presentadas por parte de
influyentes grupos sociales, ante el riesgo enfrentar diversas concepciones de
índole política y sociológica que puedan atentar contra su estabilidad o al ser
promovido por las condiciones laborales de riesgo, han estructurado sistemas
paralelos o especiales con esquemas y beneficios específicos. Estos sistemas
especiales, además de diversificar los sistemas sociales y volverlos más
excluyentes, han profundizado la brecha de desigualdad social.
246
El sistema de pensiones de las FFAA es el resultado de privilegios que
fueron heredados de procesos dictatoriales militares que predominaron en
América Latina a lo largo de las décadas de los años 1960 y 1970, por lo que
se convierte en un instrumento de consolidación de poder sobre la sociedad. La
sostenibilidad de este sistema no es una función típica del Estado de bienestar,
no corresponde a un tema de redistribución intergeneracional, ni cohesión entre
clases o desigualdad social, sino que es una forma de captura de recursos
públicos por parte de un segmento de la sociedad.
Los regímenes especiales han sido un mecanismo que protege a
determinados grupos sociales bajo la justificación de estar sometidos a
funciones de riesgos extremos o indefensión frente a riesgos sociales. Sin
embargo, el mismo esquema especial ha permitido otorgar una suerte de
exclusividad a otros segmentos de la sociedad, quienes, fundamentados en sus
niveles de influencia y poder, están en condiciones de debilitar la posición de
gobierno. Es así que este mecanismo, más allá de otorgar protección social, ha
servido como una herramienta que ha profundizado los niveles de
estratificación, no solo por sus diferenciales estructuras sino también por el
coste que representa mantenerlo.
Los regímenes especiales para las Fuerzas Armadas se han justificado
no solo en el riesgo, exigencia y desgaste físico en el que se encuentran
inmersos, sino que, en el caso de América Latina, estos han sido el resultado
de la influencia política que como grupo de poder han tenido o siguen teniendo.
En el siglo XX la estructura democrática y política de los países de la región se
ha caracterizado por mantener sistemas democráticos débiles y dictaduras, lo
que ha significado vías efectivas para la incidencia del poder militar de los
Estados Unidos en la región.
Los regímenes especiales de las Fuerzas Armadas son considerados
como un tema sensible de análisis, en especial por la limitada información
relacionada con su financiamiento, mantenimiento y estructura. La restricción
para el acceso a la información constituye una de las medidas de seguridad
aplicadas frente a riesgos de fuga que puedan atentar contra la seguridad
nacional. Pese a esto, se ha logrado tener acceso a fuentes de difusión oficial y
247
de carácter privado, como la del SIPRI, con las que se ha podido comparar de
manera general las bases estructurales de los sistemas.
Entre los aspectos determinantes de estos regímenes están los
relacionados con las tempranas edades de jubilación, el mecanismo de
actualización de las pensiones, las tasas de cotización individuales, los aportes
del Estado como patrono, el subsidio del Estado al sistema de pensiones, los
entes administrativos exclusivos y el amplio periodo de asignación de
beneficios independiente de la edad. Estos esquemas representan un elevado
coste de mantenimiento para el presupuesto del Estado. En este sentido, los
proyectos de reformas pretenden encontrar medidas que proporcionen un nivel
aceptable de sostenibilidad financiera, sin que esto represente una reducción
radical a su statu quo, o un mayor peso financiero del que ya tienen sobre las
finanzas públicas.
En la actualidad, la percepción social y política respecto a los gastos
militares en Latinoamérica refleja la intención por otorgarle una menor
importancia frente a otros sectores considerados como prioritarios. Es así que
los mayores esfuerzos están orientados a la atención de los profundos
problemas sociales que han afectado a la región, anteponiéndolos a los temas
de defensa. Al contraponer el tema de los gastos de defensa frente al
estrictamente social que involucra los sistemas de pensiones, nos encontramos
con la problemática enmarcada, por un lado, en la necesidad de mantener un
sistema de pensiones al sector militar, y por otro, el relacionado con el alto
coste que representa mantenerlo. Es así que surge la necesidad de contar con
un sistema configurado conforme al actual entorno económico y social que
obliga a disponer de un sistema universal, homogéneo y sostenible,
desvirtuando el hecho de que los sistemas militares responden a las
particulares condiciones de la carrera y que ameritan un trato especial.
El sistema de pensiones militares, al estar estructurado bajo un sistema
de beneficio definido, permite que se realice un análisis de sensibilidad basado
en la proyección derivada de los parámetros involucrados con la aplicación del
modelo matemático actuarial. De esta forma se establecen 7 posibles
escenarios basados tanto en la legislación vigente, como en propuestas de
248
reformas orientadas a incrementar los niveles de ingresos, con el fin de ampliar
el horizonte de sostenibilidad y disminuir o mantener la presión financiera que
el sistema ejerce sobre el presupuesto del Estado.
En las primeras cuatro proyecciones se considera la hipótesis de que el
sistema de pensiones militares tiene una estructura de reparto puro y se
mantienen constantes las condiciones financieras del sistema y el aporte
económico máximo del Estado al gasto en pensiones (60%). A las simulaciones
se les incorpora la reforma de su estructura demográfica que involucra la
reducción paulatina del número de cotizantes de los actuales 41.000 miembros
a 34.500 en el 2025 (proyecto de reestructuración de las Fuerzas Armadas). En
este sentido, se llega a establecer las siguientes conclusiones: el resultado del
primer escenario muestra que el sistema de pensiones es insostenible a partir
del año 2016. En el segundo escenario, el sistema, al ser sometido a un
incremento del porcentaje de cotización individual del 12,4% al 14,4%,
(recomendación del estudio actuarial), provoca que el sistema sea insostenible
a partir del año 2018. El tercer escenario, influenciado por el incremento de los
ingresos provenientes del aporte del 7,25% de los pensionistas (aporte
derogado en el 2007), su horizonte de sostenibilidad se alargaría al año 2024.
Finalmente, en un cuarto escenario, el sistema se ve afectado por el
incremento tanto del aporte de los pensionistas (7,25%) como del incremento
del porcentaje de cotización individual (del 12,4% al 14,4%); estas reformas
permitirán alargar el horizonte de sostenibilidad hasta el año 2029.
En los siguientes tres escenarios, se parte de la hipótesis de que el
sistema de pensiones militares, además de considerar constantes las
condiciones financieras anteriores y la reducción de su estructura demográfica,
tiene una estructura de Prima Media General; es decir, dispone de los recursos
del fondo de reservas. La disponibilidad del fondo de reservas determina tres
momentos financieros en cada simulación. El primero, cuando el gasto en
pensiones supera los ingresos, aspecto que obliga a recurrir a los recursos
acumulados del fondo. El segundo, en el que el nivel de crecimiento del gasto
en pensiones supera la tasa de rendimiento de los recursos acumulados en el
fondo (6.3%) y, por ende, los recursos disponibles comienzan a reducirse. El
249
tercero, en el que el fondo de reservas se termina y la responsabilidad de
financiación recae por completo sobre el Estado.
Bajo estas condiciones, se concluye que el quinto escenario propuesto
alcanzará el primer momento en el año 2023, un segundo momento en el año
2029 y un tercer momento en el año 2035; el sexto escenario, sometido al
incremento del porcentaje de cotización individual del 12,4% al 14,4% (estudio
actuarial), alcanzará su primer momento en el año 2028, un segundo momento
en el año 2035 y un tercer momento en el año 2041; el séptimo escenario,
influenciado por el incremento de los ingresos derivados del aporte del 7,25%
de los pensionistas (aporte derogado en el año 2007), alcanzará su primer
momento en el año 2042, y un segundo y tercer momentos más allá del
período de simulación realizado hasta el año 2050.
De las simulaciones realizadas, y considerando la actual estructura
financiera del sistema de pensiones militares, así como la facultad legal
atribuida al Estado de aportar un máximo del 60% al sistema de pensiones, se
concluye que, de mantenerse las condiciones actuales, el sistema de
pensiones requerirá a partir del año 2016 una reforma constitucional a la Ley
de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas que permita al Estado
incrementar su porcentaje de aportación o, en su defecto, implementar al corto
plazo un paquete de reformas que permitan equilibrar los niveles de
sostenibilidad del sistema.
Las siete simulaciones desarrolladas a través del modelo actuarial
incorporan la corrección de la variable demográfica del sistema de pensiones
militares que influye directamente sobre su estructura de financiamiento. Los
escenarios desarrollados se derivan desde dos perspectivas: en la primera se
considera el sistema con una estructura de reparto puro, mientras que la
segunda incorpora al análisis el efecto financiero provocado por el fondo de
reservas. En el primer enfoque, los escenarios muestran sus niveles de
sostenibilidad, además de evidenciar la necesidad imperativa de que el Estado,
en esas condiciones, asuma una mayor carga económica a futuro para
mantener el sistema. En el segundo, se incorpora al sistema el fondo de
250
reservas, cuya eficiencia financiera aliviará a futuro la responsabilidad
económica a cargo del Estado.
Con el fin de realizar un estudio integral del sistema de pensiones
militares, se han considerado dos metodologías que caen en el campo de la
econometría. La primera realiza el análisis de la relación porcentual que las
pensiones tienen sobre el PIB (Conde-Ruiz & Meseguer, 2004); la segunda
analiza el sistema mediante la aplicación del modelo del Saldo Financiero
(Jimeno, 2004). Para Conde-Ruiz & Meseguer (2004), las pensiones militares
como % del PIB dependen del comportamiento de tres factores (demográfico,
mercado de trabajo y el factor institucional), considerados importantes ya que
de estos se derivarán las reformas orientadas desde tres líneas de ejecución:
incrementos en los ingresos de la cartera de cotizaciones, reducción del gasto
en las pensiones y las aportaciones estatales. Por otra parte, Jimeno (2004)
analiza el impacto económico que ocasiona el fondo de reservas dentro del
autofinanciamiento del sistema y que permitirá garantizar el pago de pensiones
provocando que la responsabilidad financiera del Estado de inicio no sea muy
grande.
El primer modelo de regresión lineal fue desarrollado para el sistema de
pensiones español por Conde-Ruiz & Meseguer (2004) y es aplicado al sistema
de pensiones militares ecuatoriano. Por medio de él se analiza la relación de
dependencia a largo plazo de los determinantes del gasto agregado: el factor
demográfico, los factores institucionales y el factor mercado laboral. Es
importante indicar que en este análisis no se considera el efecto financiero que
ejerce el fondo de reservas sobre el nivel de sostenibilidad del sistema de
pensiones militares.
El factor demográfico desempeña un rol importante en la viabilidad
financiera y el rendimiento de los programas de pensiones, más aún en
sistemas militares, cuya estructura determina un límite máximo en el número de
afiliados cotizantes, frente a un creciente número de pensionistas generando
una reducción permanente de su Ratio de Dependencia. En este sentido, se
concluye que a una variación del 1% de este factor, manteniendo el resto de
factores constantes, el nivel de sostenibilidad del sistema se verá afectado en -
251
0,019234%. Situación que determina que, frente a una potencial reducción del
número de cotizantes, la relación dada por la Ratio de Dependencia se verá
aún más disminuida y en consecuencia afectará el nivel de sostenibilidad.
El factor mercado de trabajo, al reproducir los patrones de la cobertura
contributiva del sector militar, presenta una mayor estabilidad laboral debido a
que mantiene constante su tasa máxima de empleo Esto permite concluir que a
un incremento del 1% de este factor, mientras todo lo demás queda constante,
la sostenibilidad del sistema de pensiones militares se verá afectada en
0.000000664%. En este sentido, cualquier medida tendiente a la reducción del
número de efectivos militares ocasionará una afectación negativa sobre el nivel
de sostenibilidad del sistema.
El factor de elegibilidad como primera variable del factor institucional,
evidencia que a un incremento de una unidad del número de retirados,
mientras todo lo demás queda constante, la sostenibilidad del sistema se ve
afectada negativamente en -0.0000000721%. Esto permite concluir que cuanto
mayor sea la flexibilidad legal que permita al militar acogerse al retiro a una
edad relativamente temprana (20 años) y mayor sea el deseo voluntario por
retirarse, provocará una mayor reducción del nivel de sostenibilidad, por lo que
es necesario desarrollar incentivos institucionales que motiven la permanencia
en el servicio activo.
El factor de generosidad del sistema como segunda variable
institucional, muestra que el gasto pensional supera el porcentaje de
cotizaciones individuales. De esta forma, a un incremento de una unidad en
este factor, mientras todo lo demás queda constante, la sostenibilidad se ve
afectada en un 116.7863%. En este sentido, se concluye que, ya que se trata
de un factor significativo del sistema, las reformas orientadas sobre él, como la
reestructuración tanto de la fórmula de cálculo de la pensión media como de la
en la escala de pensiones, permitirán mejorar el nivel de sostenibilidad del
sistema
El segundo enfoque econométrico toma en consideración el modelo
desarrollado de Jimeno (2004) que también fue aplicado al sistema de
252
pensiones español y que, al aplicarse en este estudio, permite determinar la
sostenibilidad en base al análisis de los ingresos (incluye el fondo de reservas)
y los gastos de un sistema de pensiones orientado en dos relaciones: 1) la
pensión media del sistema, y 2) un ratio medido entre los pensionistas y el
número de cotizantes. Si se considera que para que un sistema sea viable
debe ser autosostenible, en el caso del sistema de pensiones militar, este
objetivo se verá limitado a que su estructura financiera al menos le permita
mantener aceptables niveles de sostenibilidad, minimizando el impacto
económico provocado por el sistema sobre la economía del Estado por ser el
garante del sistema.
El modelo permitió determinar el nivel de influencia que tienen sobre la
sostenibilidad del sistema militar, la cantidad de recursos acumulados en el
sistema de pensiones. De esta forma, el modelo del Saldo Financiero, al
depender del comportamiento de la tasa de sustitución de pensiones y de la
tasa de dependencia, donde la sostenibilidad del sistema estará dada
inicialmente por el nivel de la tasa de sustitución que se quiere sostener (sea
cual sea la tasa de dependencia), concluye que si se reduce el coeficiente de la
tasa de sustitución se puede lograr que el saldo financiero no sea negativo.
Dado que el saldo financiero depende de la tasa de sustitución y de
dependencia (componentes de los ingresos del sistema), las reformas
aplicables para mejorar el nivel de la tasa de sustitución estarán relacionadas
con modificaciones legislativas mediante las que se establecen nuevos
porcentajes y períodos de cotización, edad mínima de jubilación, fórmula de
cálculo de la base reguladora, niveles de pensiones, etc. La segunda relación
se refiere al número de pensionistas y de cotizantes, por lo cual sobre ella
influyen los cambios demográficos y la capacidad del mercado laboral.
En este sentido, se concluye que un incremento de una unidad en los
componentes de ingresos del sistema (tasa de sustitución y dependencia),
mientras lo demás permanece constante, el fondo de reserva se ve afectado en
-0,00000000782 unidades, por lo que, si el sistema permite mantener un nivel
de financiamiento tal que la Ratio de Dependencia se mantenga como la actual
de 1,12, el fondo de reserva tendría una afectación mínima. Pero, como el
253
comportamiento demográfico de los sistemas de pensiones con el tiempo
tiende a reducir la relación entre el número pensionistas y el número de
afiliados (el sistema militar limita el incremento del número de cotizantes), el
sistema en estas condiciones es insostenible.
En cuanto a la variable de la Acumulación del Fondo de Reserva, un
incremento de una unidad en esta, mientras lo demás permanece constante,
provocará una influencia positiva de 0,000000237 unidades en el fondo de
reserva. Por tanto, se concluye que esta variable responde positivamente a un
incremento de los recursos disponibles por efecto de las inversiones
institucionales bajo el esquema de rendimiento financiero establecido en el
portafolio de inversiones.
Finalmente, la variable de los gastos del sistema resultantes del pago de
las pensiones jubilares, frente a un incremento de una unidad manteniendo
constantes las demás variables, afecta negativamente en -3.165713 unidades
al fondo de reserva. Se concluye que, de incrementarse el número de
pensionistas, provocando a su vez una reducción de la Ratio de Dependencia,
obligará al fondo de reservas a cubrir la brecha financiera cada vez mayor,
hasta que sus recursos se terminen y el sistema entre en insostenibilidad.
Como parte del modelo, Jimeno (2004) desarrolló un modelo que evalúa
la rentabilidad del Saldo Financiero. Este permite proyectar la capacidad del
fondo de reservas de modo que, a un incremento de una unidad monetaria de
los componentes del Saldo Financiero (Tasa de Sustitución y Ratio de
Dependencia), mientras todo lo demás queda constante, esta variable se verá
afectada negativamente en -1127.265 unidades monetarias. Se concluye que,
dependiendo de la flexibilidad de las condiciones legales del sistema, frente a
la estructura demográfica actual, de no desarrollarse mecanismos que motiven
la permanencia en servicio activo de los miembros de las Fuerzas Armadas, los
recursos excedentes del sistema van a ser afectados negativamente de
manera que la suficiencia del fondo de reservas será cada vez menor.
De los análisis realizados se concluye que no existen razones para
conservar la actual estructura del sistema de pensiones militares, ya que
254
permanentemente se requiere de un mayor esfuerzo institucional y del aporte
financiero del Estado para poder darle sostenibilidad. En consecuencia, se
valida la hipótesis de que el sistema de pensiones militares de las Fuerzas
Armadas del Ecuador, por la misma naturaleza de su estructura, en las
condiciones actuales no es autosostenible, por lo que, al ser un servicio público
irremplazable, el coste de su mantenimiento debe ser asumido por la sociedad
a través del Estado. Así también, queda evidenciado que la responsabilidad
financiera del Estado puede ser compartida con agentes que conforman el
sistema, de tal forma que, mediante la aplicación de otras medidas, se puede
lograr que el sistema de pensiones militares extienda su horizonte de
sostenibilidad y no requiera de mayores recursos económicos estatales que los
ya establecidos en la ley. Así lo evidencian otros sistemas de pensiones
tomados como referencia en este estudio, de manera especial los de los países
de América Latina que se enmarcan dentro de un contexto de realidades
similares tanto sociales, económicas y de defensa.
Para que esto sea viable, es importante reestructurar el mecanismo de
actualización de las pensiones. Para ello se debe considerar una nueva
composición de las variables financieras y demográficas, a fin de que permita
moderar los beneficios previsionales, ampliar el período mínimo de cotización y
ampliar la cartera de cotizaciones, para hacer frente a los nuevos escenarios y
se equilibre el sistema en el largo plazo, aliviando de esta manera la presión
financiera ejercida sobre el presupuesto estatal.
Es preciso afrontar la necesidad de reducir los niveles de desigualdad
social regulando la estructura de las pensiones dentro del sistema militar, que
por su naturaleza se fundamenta en un orden jerárquico. Este aspecto provoca
la existencia de altos niveles de estratificación dentro del sistema y que, en
conjunto, generan una demanda financiera cada vez más fuerte, que es
financiada por el Estado y por el limitado número de cotizantes. Es necesario
reformar la fórmula de cálculo de las pensiones. El considerar que la
actualización de las pensiones se fundamente en la indexación al sueldo de los
militares en servicio activo y no a otro factor como el IPC, provoca que el
255
sistema demande ingentes recursos, además de generar desigualdades
sociales que son contraproducentes con la teoría del Estado de bienestar.
Finalmente, la situación de la sociedad ecuatoriana dentro del contexto
geográfico, económico, social y de defensa, hace que sea prioritario definir y
reformar aspectos relacionados con las Fuerzas Armadas que por años han
sido tabúes, ya sea por su nivel de sensibilidad, por las repercusiones sobre la
estabilidad política o simplemente porque era considerado un tema privado de
análisis público. La orientación del desarrollo social en la región impulsa a que,
por un lado, se invierta en defensa y, por otro, se garanticen las condiciones
sociales de protección social, estas últimas consideradas como prioritarias
dentro de un marco de homogeneidad y universalidad de la sociedad en
general.
Queda abierto el debate académico que permita la profundización de la
investigación en aspectos relacionados con el sector social-militar, que
involucra temas como el tratamiento financiero del sistema de salud militar, el
bienestar social familiar de los miembros de Fuerzas Armadas cuando estos
sufren los efectos de un conflicto, el aprovechamiento del capital humano
militar más allá de la jubilación, entre otros.
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Zuñiga Cisneros, M. (1963). Seguridad Social y su Historia. la doctrina, la historia antológica. Caracas: EDIME.
291
Anexo 1. Haber Militar y Pensión Individual por grados militares
OFICIALES TROPA
TIEMPO DE
SERVICIO (años)
GRADO TIEMPO
EN EL GRADO
HABER MILITAR
COTIZACIÓN 12,4 %
PENSIÓN GRADO TIEMPO
EN EL GRADO
HABER MILITAR
COTIZACIÓN 12,4 %
PENSIÓN
47 GRAE/ALM/GRAA 2 5.560,00 689,440 4.892,80
46 GRAE/ALM/GRAA 1 5.481,00 679,644 4.823,28
45 GRAD/VALM/TGRAL 3 5.358,00 664,392 4.715,04
44 GRAD/VALM/TGRAL 2 5.340,00 662,160 4.699,20
43 GRAD/VALM/TGRAL 1 5.242,00 650,008 4.612,96
42 GRAB/CALM/BGRAL 5 5.111,00 633,764 4.497,68
41 GRAB/CALM/BGRAL 4 5.011,00 621,364 4.409,68
40 GRAB/CALM/BGRAL 3 4.913,00 609,212 4.323,44
39 GRAB/CALM/BGRAL 2 4.817,00 597,308 4.238,96 SBUM 2 2.669,00 330,956 2.348,72
38 GRAB/CALM/BGRAL 1 4.713,00 584,412 4.147,44 SBUM 1 2.618,00 324,632 2.303,84
37 CRNL/CPNV/CRNL 7 4.419,00 547,956 3.888,72 SBUP 3 2.481,00 307,644 2.183,28
36 CRNL/CPNV/CRNL 6 4.332,00 537,168 3.812,16 SBUP 2 2.432,00 301,568 2.140,16
35 CRNL/CPNV/CRNL 5 4.247,00 526,628 3.737,36 SBUP 1 2.390,00 296,360 2.103,20
34 CRNL/CPNV/CRNL 4 4.164,00 516,336 3.664,32 SBUS 4 1.804,00 223,696 1.587,52
33 CRNL/CPNV/CRNL 3 4.083,00 506,292 3.593,04 SBUS 3 1.798,00 222,952 1.582,24
32 CRNL/CPNV/CRNL 2 4.002,00 496,248 3.521,76 SBUS 2 1.762,00 218,488 1.550,56
31 CRNL/CPNV/CRNL 1 3.928,00 487,072 3.456,64 SBUS 1 1.735,00 215,140 1.526,80
30 TCRN/CPFG/TCRN 7 3.541,00 439,084 3.116,08 SGOP 7 1.643,00 203,732 1.445,84
29 TCRN/CPFG/TCRN 6 3.472,00 430,528 2.978,98 SGOP 6 1.611,00 199,764 1.382,24
28 TCRN/CPFG/TCRN 5 3.404,00 422,096 2.830,77 SGOP 5 1.579,00 195,796 1.313,10
27 TCRN/CPFG/TCRN 4 3.337,00 413,788 2.686,95 SGOP 4 1.548,00 191,952 1.246,45
26 TCRN/CPFG/TCRN 3 3.272,00 405,728 2.548,23 SGOP 3 1.518,00 188,232 1.182,22
292
25 TCRN/CPFG/TCRN 2 3.208,00 397,792 2.413,70 SGOP 2 1.488,00 184,512 1.119,57
24 TCRN/CPFG/TCRN 1 3.142,00 389,608 2.281,09 SGOP 1 1.462,00 181,288 1.061,41
23 MAYO/CPCB/MAYO 7 2.944,00 365,056 2.059,62 SGOS 7 1.408,00 174,592 985,04
22 MAYO/CPCB/MAYO 6 2.887,00 357,988 1.943,53 SGOS 6 1.381,00 171,244 929,69
21 MAYO/CPCB/MAYO 5 2.829,00 350,796 1.829,80 SGOS 5 1.353,00 167,772 875,12
20 MAYO/CPCB/MAYO 4 2.772,00 343,728 1.719,75 SGOS 4 1.327,00 164,548 823,27
19 MAYO/CPCB/MAYO 3 2.721,00 337,404
SEG
UR
O D
E V
IDA
Y D
E A
CC
IDEN
TES
PER
SON
ALE
S
SGOS 3 1.301,00 161,324
SEG
UR
O D
E V
IDA
Y D
E A
CC
IDEN
TES
PER
SON
ALE
S
18 MAYO/CPCB/MAYO 2 2.669,00 330,956 SGOS 2 1.275,00 158,100
17 MAYO/CPCB/MAYO 1 2.618,00 324,632 SGOS 1 1.254,00 155,496
16 CAPT/TNNV/CAPT 7 2.537,00 314,588 CBOP 7 1.244,00 154,256
15 CAPT/TNNV/CAPT 6 2.532,00 313,968 CBOP 6 1.236,00 153,264
14 CAPT/TNNV/CAPT 5 2.526,00 313,224 CBOP 5 1.212,00 150,288
13 CAPT/TNNV/CAPT 4 2.520,00 312,480 CBOP 4 1.188,00 147,312
12 CAPT/TNNV/CAPT 3 2.481,00 307,644 CBOP 3 1.165,00 144,460
11 CAPT/TNNV/CAPT 2 2.432,00 301,568 CBOP 2 1.143,00 141,732
10 CAPT/TNNV/CAPT 1 2.390,00 296,360 CBOP 1 1.124,00 139,376
9 TNTE/TNFG/TNTE 5 1.810,00 224,440 CBOS 5 1.102,00 136,648
8 TNTE/TNFG/TNTE 4 1.804,00 223,696 CBOS 4 1.080,00 133,920
7 TNTE/TNFG/TNTE 3 1.798,00 222,952 CBOS 3 1.059,00 131,316
6 TNTE/TNFG/TNTE 2 1.762,00 218,488 CBOS 2 1.038,00 128,712
5 TNTE/TNFG/TNTE 1 1.735,00 215,140 CBOS 1 1.020,00 126,480
4 SBTE/ALFG/SBTE 4 1.548,00 191,952 SLDO/MAR/SLDO 4 987,00 122,388
3 SBTE/ALFG/SBTE 3 1.518,00 188,232 SLDO/MAR/SLDO 3 967,00 119,908
2 SBTE/ALFG/SBTE 2 1.488,00 184,512 SLDO/MAR/SLDO 2 948,00 117,552
1 SBTE/ALFG/SBTE 1 1.462,00 181,288 SLDO/MAR/SLDO 1 933,00 115,692
Nota: El monto de pensión individual está calculado en años exactos
293
Anexo 2. Simulación demográfica del sistema de pensiones militares del Ecuador
ESTRATEGIAS DE REDUCCIÓN 7.500 EFECTIVOS EVOLUCIÓN DE ENTRADAS Y SALIDAS
RETIROS MONTEPÍOS TOTAL
PENSIONISTAS
PENSIONISTAS QUE
FALLECEN
PENSIONISTAS DE MONTEPIO QUE DEJAN EL
BENEFICIO
NUEVOS PENISONISTAS DE MONTEPIO
PENSIÓN PROMEDIO
NUEVOS JUBILADOS
AÑO ACTIVOS
REDUCCIÓN DE
EFECTIVOS (50 %)
CUOTAS DE ELIMINACIÓN
(2%)
DEPURACIÓN INSTITUCIONAL
(15 %)
OTROS CONCEPTOS
(33%) INGRESOS MUERTES SEPARACIÓN INVALIDEZ RETIRO
2.014 42.000 42.000
2.466 65 246 3 1.733 29.771 9.010 38.781 447 180 335 1.086,00
2.015 41.249 375 15 113 248 1.406 65 269 4 1.068 31.659 9.557 41.216 466 186 350 1.124,00
2.016 40.500 375 15 112 247 1.485 64 286 4 1.131 32.315 9.841 42.156 475 191 356 1.163,00
2.017 39.749 375 15 113 248 1.728 66 292 3 1.367 33.197 10.129 43.326 485 197 364 1.204,00
2.018 39.000 375 15 112 247 1.830 68 290 3 1.469 34.168 10.424 44.592 498 203 374 1.246,00
2.019 38.249 375 15 113 248 1.535 68 292 3 1.172 34.827 10.729 45.556 513 208 385 1.289,00
2.020 37.500 375 15 112 247 1.502 67 283 3 1.149 35.454 11.036 46.490 522 215 392 1.334,00
2.021 36.749 375 15 113 248 1.670 67 286 3 1.314 36.236 11.347 47.583 532 221 399 1.381,00
2.022 36.000 375 15 112 247 1.614 67 288 3 1.256 36.948 11.664 48.612 544 227 408 1.429,00
2.023 35.249 375 15 113 248 1.626 66 287 3 1.270 37.664 11.985 49.649 554 233 416 1.480,00
2.024 34.500 375 15 112 247 1.464 68 287 3 1.106 38.205 12.310 50.515 565 240 424 1.531,00
2.025 34.500 3.750 150 1.125 2.475 1.482 69 288 3 1.122 38.754 12.637 51.391 573 246 430 1.585,00
2.026 34.500
1.404 70 289 3 1.042 39.215 12.965 52.180 581 253 436 1.640,00
2.027 34.500
1.479 69 286 3 1.121 39.748 13.624 53.372 588 259 441 1.698,00
2.028 34.500
1.466 69 276 4 1.117 40.517 13.956 54.473 596 266 447 1.757,00
2.029 34.500
1.191 69 267 3 852 40.846 14.285 55.131 604 272 453 1.819,00
2.030 34.500
1.268 69 259 3 937 41.066 14.612 55.678 608 279 456 1.882,00
2.031 34.500
1.158 71 251 3 833 41.298 14.936 56.234 613 286 460 1.948,00
2.032 34.500
1.168 71 246 3 848 42.118 15.256 57.374 616 292 462 2.016,00
2.033 34.500
1.752 70 240 3 1.439 42.919 15.583 58.502 619 299 464 2.087,00
2.034 34.500
1.738 70 232 3 1.433 43.721 15.915 59.636 632 305 474 2.160,00
2.035 34.500
1.748 68 231 3 1.446 44.323 16.253 60.576 644 312 483 2.236,00
2.036 34.500
1.559 68 230 3 1.258 45.341 16.593 61.934 656 318 492 2.314,00
294
2.037 34.500
1.988 67 235 3 1.683 45.492 16.941 62.433 665 325 499 2.395,00
2.038 34.500
1.141 67 240 3 831 45.760 17.284 63.044 680 332 510 2.479,00
2.039 34.500
1.265 67 245 3 950 46.394 17.624 64.018 682 339 512 2.565,00
2.040 34.500
1.636 68 245 3 1.320 46.989 17.968 64.957 686 346 515 2.655,00
2.041 34.500
1.607 69 244 3 1.291 47.470 18.314 65.784 696 352 522 2.748,00
2.042 34.500
1.507 69 249 3 1.186 47.885 18.660 66.545 705 359 529 2.844,00
2.043 34.500
1.439 68 242 2 1.127 48.444 19.005 67.449 712 366 534 2.944,00
2.044 34.500
1.595 68 247 3 1.277 48.978 19.352 68.330 718 373 539 3.047,00
2.045 34.500
1.581 68 249 3 1.261 49.488 19.700 69.188 727 380 545 3.154,00
2.046 34.500
1.566 68 250 3 1.245 49.893 20.048 69.941 735 387 551 3.264,00
2.047 34.500
1.470 68 252 3 1.147 50.309 20.395 70.704 742 394 557 3.378,00
2.048 34.500
1.490 68 255 3 1.164 50.669 20.742 71.411 748 401 561 3.496,00
2.049 34.500
1.445 68 259 3 1.115 51.063 21.087 72.150 755 408 566 3.619,00
2.050 34.500
1.483 68 258 3 1.154 51.444 21.431 72.875 760 415 570 3.745,00
Nota:
Las políticas de reducción de 7.500 efectivos militares se implementarán en base a 4 líneas de acción: 1) La reducción de 3.750 miembros (50 %),
mediante restricciones de ingreso a los aspirantes a Oficiales y Tropa a las Escuelas Militares, 2) Aplicación de la política Institucional de
separación del servicio activo a consecuencia de incurrir, en las causales previstas en la ley, correspondiente a la cuota de eliminación (2 %), 3)
Aplicación del 15 % de reducción de personal, a consecuencia de un proceso de auto-depuración Institucional y, 4) Otras causas que de acuerdo a
las normas internas Institucionales así como de carácter personal, promuevan la salida del personal (retiros, muertes, bajas, etc).
295
Anexo 3. Análisis del proceso de Inversiones de la Seguridad Social
Militar del Ecuador
La sostenibilidad del sistema de pensiones militares depende del
equilibrio entre sus fuentes de financiamiento y los gastos que genere la
prestación de servicios. En regímenes especiales como el sistema de
pensiones de la seguridad social militar del Ecuador, cuya estructura adolece
de un déficit de origen, su proceso de inversiones desenvuelve un papel
sumamente fundamental en su sostenibilidad y que debe ser adecuadamente
dimensionado.
El circuito financiero del sistema de seguridad social militar determina
que aquellos recursos que ingresan como parte de sus fuentes de
financiamiento y no son utilizados para cubrir el pago de las prestaciones
(otorgados por los respectivos seguros dentro de la cobertura del sistema),
sean destinados a formar parte de sus reservas. Los recursos son gestionados
productivamente, a través del proceso de inversiones (Gráfico 26).
Gráfico 26 Esquema financiero del Fondo de Reservas de la Seguridad Social
Militar del Ecuador
Elaboración Propia
El sistema de inversiones se sujeta a principios de seguridad,
rentabilidad y liquidez, con la finalidad de que la rentabilidad de sus inversiones
incremente su fondo de reservas. Este enfoque determina que la gestión de
recursos no se fundamente exclusivamente en el cumplimiento de metas
presupuestarias, sino que con la creación de valor del sistema —reflejado en el
296
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Precio del Crudo USD 27,73 23,01 23,14 26,12 33,74 46,55 50,75 59,86 82,95 52,56 71,93 96,96 98,18 97,01 96,31
PIB % 1,09 4,02 4,1 2,72 8,21 5,29 4,1 2,19 6,36 0,57 3,5 7,8 5,1 4,5 5
Inflación % 91 22,44 9,36 6,07 1,95 3,14 2,87 3,32 8,83 4,31 3,33 5,41 4,16 2,7 3,67
0
20
40
60
80
100
120
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
nivel de rentabilidad real alcanzado— fortalezca el nivel de reservas y, por
ende, proporcione mayor sostenibilidad al sistema de pensiones.
Proyecciones Macroeconómicas
El comportamiento de las variables macroeconómicas, de interés para el
sistema de pensiones militares (Gráfico 27), muestra que el Ecuador ha
mantenido un crecimiento económico moderado. Este aspecto tiene
importancia, ya que la liquidez del presupuesto depende en un gran porcentaje
del precio del barril de petróleo. Dicha liquidez permite la transferencia
oportuna de los recursos destinados a la seguridad social militar, a través de
cada uno de sus seguros. En el caso de las pensiones militares, estos recursos
permitirán cubrir los porcentajes considerados en la cartera de cotizaciones.
Gráfico 27 Evolución de las Variables Macroeconómicas del Ecuador
Fuente: Banco Central del Ecuador (2014); Ministerio Coordinador de Política Económica (2012), (2013)
Las interrupciones o demoras en la asignación de recursos influyen
directamente en los niveles de liquidez inmediata, así como en la gestión de
recursos como los destinados a inversiones financieras de cortísimo plazo (no
mayores de 90 días). Otra variable a considerar es la inflación, ya que afecta
directamente a los niveles de rendimiento real de las inversiones
297
institucionales. La evolución de la inflación no ha tenido cambios significativos,
debido a la estabilidad macroeconómica del país.
Estructura del Portafolio de Inversiones
La inversión de los recursos de la Seguridad Social Militar se da
básicamente a partir de cuatro segmentos específicos:
Préstamos a los Afiliados (Inversiones Privativas)
Inversiones Inmobiliarias (Inversiones Privativas)
Renta Fija Sector Financiero y Público (Inversiones No Privativas)
Renta Variable (acciones) (Inversiones No Privativas)
La gestión del sistema de inversiones permitió que el portafolio se
incremente en 4,3% al pasar de USD 1.179,8 en el 2012 a USD 1230,1
millones en 2013, debido al aumento de los préstamos a USD. 44,5 millones
otorgados a los afiliados.
La estructura del portafolio entre inversiones privativas y no privativas,
denota un crecimiento de 3,4% en las inversiones privativas (de 49,9% a
53,3%). Estos recursos provienen, principalmente, de la reducción de las
inversiones en renta fija en el sector privado financiero. En lo que se relaciona
al comportamiento de las inversiones inmobiliarias, estas muestran un
crecimiento del 24,1% durante el 2013, debido a la actualización de los avalúos
de ciertos inmuebles (Tabla 32).
Tabla 32 Evolución del Portafolio de Inversiones (En millones de dólares
Tipo de Inversión 2011 2012 2013 Variación 2012-2013
USD % USD % USD % USD %
Inversiones Privativas 562,6 58,2 589,3 49,9 656,1 53,3 66,8 11,3
Préstamos 506 52,3 531,3 45 584,1 47,4 52,8 9,94
Inversiones Inmobiliarias 56,6 5,9 58 4,9 72 5,9 14 24,1
Inversiones No Privativas 403,6 41,8 590,5 50,1 574,1 46,7 -16,4 -2,8%
Renta Fija Sector Público 6,5 0,7 74,8 6,3 104,6 8,5 29,8 39,9
Renta Fija Sector Privado 120,1 12,4 182,7 15,5 161,2 13,1 -21,5 -11,8
Renta Fija Sector Privado (Vivienda)
26,9 2,8 41,3 3,5 17,0 1,4 -24,3 -58,8
Renta Variable (Empresas) 250,1 25,9 291,7 24,7 291,3 23,7 -0,4 -0,1
Total 966,2 100 1179,8 100 1230,2 100 50,4 4,3
Fuente: Dirección de Inversiones del ISSFA Elaboración propia
298
En las inversiones en renta fija del sector privado (sistema financiero
más títulos a través del mercado de valores), no se observa una importante
reducción neta. La ejecución presupuestaria, al generar una mayor liquidez,
debe ser absorbida por el sistema de créditos. El Flujo de Caja institucional
registra USD 532 millones, liquidez que es colocada en el sistema financiero en
inversiones de corto plazo (Renta Fija Sector Privado) y en títulos a través del
mercado de valores (obligaciones y titularizaciones).
En este sentido, la gestión financiera institucional afecta a los niveles de
liquidez del sistema y los plazos de colocación. Las inversiones en renta
variable (paquetes accionarios en empresas), que en su totalidad forman parte
de las reservas del sistema de pensiones militares, no observan mayor
variación.
Rentabilidad Real de las Inversiones institucionales
Uno de los indicadores más importantes del sistema de Seguridad Social
Militar es la Tasa Técnica Actuarial, que en términos financieros equivale a la
tasa real (tasa nominal menos la inflación). La misma constituye la tasa de
rendimiento real de las inversiones, utilizada como hipótesis en los estudios
actuariales, de manera anual. Para el año 2013, esta tasa fue establecida en
3,3%, un 0,7% menos que la del 2012101. En sistemas dolarizados, esta tasa
suele estar ubicada en el 3%, es decir, el rendimiento promedio ponderado del
portafolio de inversiones debe observar este condicionante para el respectivo
ejercicio económico.
Las Inversiones Financieras se encuentran reguladas según el Banco
Central del Ecuador (2010). En esta norma se define el techo de la tasa
efectiva en 3,5% para las inversiones de la Seguridad Social mayores a 360
días, y una tasa efectiva máxima de 2,5% para inversiones a 90 días. Estas
tasas se encuentran por debajo de la tasa actuarial demandada por el sistema
de seguridad social militar. Sin embargo, estas inversiones son necesarias para
101
La Tasa Técnica Actuarial es aprobada por el Consejo Directivo de la Seguridad Social Militar, y es considera como referencia para el análisis del valor agregado del proceso de inversiones al sistema.
299
-4%
-2%
0%
2%
4%
6%
8%
dic
-08
abr-
09
ago
-09
dic
-09
abr-
10
ago
-10
dic
-10
abr-
11
ago
-11
dic
-11
abr-
12
ago
-12
dic
-12
abr-
13
ago
-13
Tasa Técnica Rend. Inv Financieras Tasa Real Inv. Fin. ISSFA
atender los requerimientos del flujo de caja institucional. En el Gráfico 28, se
aprecia la evolución de la rentabilidad de las inversiones financieras.
Gráfico 28 Evolución de la Rentabilidad de las Inversiones Financieras
Fuente: Dirección de Inversiones del ISSFA Elaboración propia
La rentabilidad real, resultante de las inversiones en Préstamos a los
Afiliados durante el período 2009–2013, presenta notables variaciones con
respecto a la tasa actuarial. Este tipo de inversión cumple con los
requerimientos mínimos del sistema. Para agosto de 2013, la rentabilidad
nominal fue de 9,6% (sin considerar los préstamos de vivienda), lo cual, en
comparación con la inflación registrada en el mes de agosto de 2013, que fue
de 2,27%, resulta muy positivo. El sistema de créditos genera una tasa real de
6,73%. La evolución se muestra en el Gráfico 29.
300
-4%
-2%
0%
2%
4%
6%
8%
10%
Tasa Técnica Rend. Inv. Prestamos Tasa Real Inv. Prest. ISSFA
Gráfico 29 Evolución de la Rentabilidad de las Inversiones en Préstamos
Fuente: Dirección de Inversiones del ISSFA Elaboración propia
Este rendimiento de los préstamos es superior al establecido por la Tasa
Técnica Actuarial vigente, situación que permite que los recursos resultantes
puedan ser capitalizados a un ritmo mayor a la tasa establecida.
Las inversiones inmobiliarias, como otro tipo de inversión privativa, están
sujetas a los resultados provenientes de la gestión de comercialización. Su
valor contable es ajustado basándose en el precio de mercado reflejado en las
evaluaciones periódicas.
Las inversiones de la seguridad social militar, desarrolladas en el sector
empresarial, constituyen la mayor y más importante reserva del seguro de
pensiones militares. Considerando que las inversiones en préstamos están
constituidas principalmente con recursos de los otros seguros y fondos de la
seguridad social militar, su rentabilidad mejora sustancialmente la
sostenibilidad del sistema de pensiones militares, situación que la convierte
como una inversión crítica (Gráfico 30).
301
15,0%
19,0%
17,0%
8,0% 8,0% 8,0%*
9,4%
12%
2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Rendimiento Rendimiento esperado
Gráfico 30 Evolución de la rentabilidad sobre activos (ROI)
Nota: * Porcentaje estimado Fuente: Dirección de Inversiones (2012) Elaboración propia
La rentabilidad de las inversiones de renta variable, generadas por la
gestión de las empresas de la seguridad social militar, se ubica en alrededor
del 9,4% y sobre el patrimonio en torno al 14% para el año 2012 (Dirección de
Inversiones, 2014). Este rendimiento cumple el requerido por el sistema de
7,64%, según Actuaria Consultores Cía. Ltda. (2010).
Análisis del Entorno de la Seguridad Social Militar
Los factores de carácter interno y externo de la seguridad social militar
del Ecuador, que afectan directamente al proceso de inversiones y por efecto
directo al sistema de pensiones militares, se describen en el siguiente
apartado.
Situación Política y de Influencia de las Fuerzas Armadas
El respaldo del Gobierno a las decisiones de gestión y políticas de la
seguridad social militar, se vinculan directamente con la política y objetivos del
Estado ecuatoriano establecidos en el Plan Nacional del Buen Vivir
(SENPLADES, 2013). Es así que, al ser la seguridad social militar parte del
Sistema de Seguridad Social del Ecuador, es considerada dentro de la
Planificación Estratégica Institucional alineada con la Política 2.10 del Objetivo
2 del mencionado plan, como se aprecia en el Gráfico 31.
303
Nivel de responsabilidad:
1.1 1.2 1.3 1.4 1.5 1.6 1.7 1.8 1.9 1.10 1.11 1.12 1.13 2.1 2.2 2.3 2.4 2.5 2.6 2.7 2.8 2.9 2.10 2.11 2.12 8.1 8.2 8.3 8.4 8.5 8.6 8.7 8.8 8.9 8.10
O O O O O O O O O O O O R C
3.1 3.2 3.3 3.4 3.5 3.6 3.7 3.8 3.9 3.10 3.11 3.12 9.1 9.2 9.3 9.4 9.5
C O C
4.1 4.2 4.3 4.4 4.5 4.6 4.7 4.8 4.9 4.10 10.1 10.2 10.3 10.4 10.5 10.6 10.7 10.8 10.9
O O
5.1 5.2 5.3 5.4 5.5 5.6 5.7
O O
Objetivo 9: Garantizar el
trabajo digno en su
divers idad de formas
Objetivo 10: Impulsar la transformación de la matriz
productiva
Objetivo 3: Mejorar la ca l idad de vida de la población
Objetivo 4: Forta lecer las capacidades y
potencia l idades de las personas a lo largo
de la vida
Objetivo 5: Construir espacios
de encuentro común y
forta lecer la identidad
nacional , las identidades
diversas , la plurinacional idad
y la intercultura l idad
2.10 Garantizar la protección y la seguridad
social a lo largo del ciclo de vida, de forma
independiente de la situación laboral de la
persona
Objetivo 8: Consol idar el s i s tema económico socia l y
sol idario de forma sostenible
Transformación económica y productiva
Objetivo 1: Consol idar el Estado democrático y la construcción
del poder socia l para el buen vivi r
Poder Popular y Estado
R= Responsable C=Corresponsable O= Observacia
Objetivo 2: Aus iciar la igualdad, la cohes ión, la inclus ión
y, la equidad socia l y terri toria l en la divers idad
Derechos y libertades para el Buen Vivir
Objetivo Estratégico2 ISSFA
Incrementar la cobertura de los
servicios y la gestión de las prestaciones
Gráfico 31 Alineamiento Estratégico de la Seguridad Social Militar
Fuente: ISSFA (2013b); SENPLADES (2013) Elaboración propia
305
Las Fuerzas Armadas del Ecuador desde la época republicana han
alcanzado un prestigio institucional y respaldo a nivel nacional. El trabajo
realizado desde las luchas de independencia configuró una posición fuerte en
el contexto nacional, incluso siendo fortalecido luego de su retorno al régimen
democrático en los años 70. Esta vinculación ha permitido que se establezca
un ambiente favorable para la toma de decisiones en el tema de la seguridad
social militar y que, a su vez, el sistema se vea fortalecido con la entrega de
recursos (activos). Estos recursos le otorgan un cierto grado de fortaleza
económica, sin que esto signifique que el sistema sea sostenible.
Sin embargo, la verdadera fortaleza del sistema radica en que es
considerado como un régimen especial y autónomo. Esto le permite gestionar
sus recursos buscando las mejores condiciones económicas y bajo ciertas
consideraciones exclusivas. En este sentido, la situación económica financiera
del sistema recae en la responsabilidad directa del Estado, aunque su
autonomía busca permanentemente encontrar nuevas formas de
financiamiento, a fin de disminuir la presión sobre el Estado.
Entre las fuentes de financiamiento del sistema de pensiones militares
se encuentran aquellas oportunidades de inversión en el sector empresarial,
así como la entrega de los excedentes económicos de las empresas públicas
por parte del Estado. El déficit financiero anual del 2012, equivalente al 1,5%
en las pensiones militares, fue cubierto con parte de las utilidades generadas
por el grupo empresarial de propiedad de la seguridad social militar.
Meta Global – Rentabilidad Esperada
Las proyecciones de rentabilidad de las inversiones (tasa efectiva) de la
seguridad social militar, establecidas con el fin de mantener sus niveles de
sostenibilidad, se muestran en la Tabla 33.
306
Tabla 33 Proyección de Rendimiento de las Inversiones
Tipo de inversión
Rendimiento Esperado
Política de regulación
Préstamos* 8,3% El rendimiento en préstamos, no debe ser menor que la tasa técnica actuarial
Financieras 3% El rendimiento financiero está sujeto por ley al 3 % en inversiones de 60 y 90 días
Inmobiliarias 9,3% El rendimiento mínimo es el 1% superior al rendimiento de los préstamos
Empresas 12% La rentabilidad establecida sobre activos gestionados (ROI)
* El rendimiento se establecen considerando los niveles de inflación. (Año 2012 = 4,16%) y la tasa técnica actuarial del 4%. ((1,0416 * 1,04) -1) = 8,3%
Fuente: Dirección de Inversiones (2014) Elaboración propia
307
Anexo 4. Simulación del sistema de pensiones militares, visto como un sistema de reparto puro
AÑO MASA IMPONIBLE
(A) MASA PENSIONAL
(B)
CARTERA DE COTIZACIONES SALDO
FINANCIERO (I)=G-B
APORTE DEL ESTADO
K=F+J
APORTE ESTATAL
APORTE PERSONAL
(C)=A*12,4 %
APORTE PATRONAL
(D)=A*13,15 %
APORTE DE PENSIONISTAS (E)=B*7,25 %
APORTES DEL ESTADO (F)=B*60
%
TOTAL DE APORTES
(G)=C+D+E+F
2000 60.483.371,00 41.712.706,00 6.224.767,60 6.601.870,77 3.024.171,15 29.183.349,84 29.183.349,84 70%
2001 87.790.851,00 62.661.830,00 9.072.796,71 9.622.436,56 4.542.856,82 43.869.811,74 43.869.811,74 70%
2002 102.619.247,00 76.641.225,00 10.775.280,28 11.428.058,44 5.556.488,81 49.635.029,50 49.635.029,50 65%
2003 108.562.937,00 84.990.135,00 11.195.922,48 11.874.183,60 6.161.784,76 52.748.060,00 52.748.060,00 62%
2004 112.008.585,00 88.937.626,00 11.570.156,25 12.271.088,85 6.447.977,90 53.337.224,00 53.337.224,00 60%
2005 123.930.386,00 98.365.673,00 12.785.998,54 13.560.588,20 7.131.511,24 59.083.515,74 59.083.515,74 60%
2006 222.092.386,00 115.978.027,00 26.665.152,59 28.280.556,43 8.408.406,94 69.562.411,76 69.562.411,76 60%
2007 325.476.716,00 154.881.837,00 38.826.699,37 41.178.862,90 6.046.348,63 77.701.798,84 77.701.798,84 50%
2008 417.944.031,00 219.319.186,00 52.460.759,52 55.638.889,20 117.979.247,79 117.979.247,79 54%
2009 546.919.663,00 298.930.997,00 62.305.574,97 66.080.114,23 179.358.598,22 179.358.598,22 60%
2010 559.771.771,00 341.523.613,00 72.732.951,23 77.139.192,24 204.914.167,78 204.914.167,78 60%
2011 614.147.765,00 402.706.081,00 77.713.019,85 82.420.958,82 241.623.648,40 241.623.648,40 60%
2012 658.217.635,00 446.293.969,00 83.519.103,96 88.578.781,81 267.776.381,12 267.776.381,12 60%
2013 678.460.311,00 464.450.434,00 85.739.081,38 90.933.247,86 279.123.958,35 279.123.958,35 60%
2014 755.063.500,00 471.472.600,00 85.048.500,00 90.192.500,00 282.883.560,00 458.124.560,00 -13.348.040,00 296.231.600,00 63%
2015 789.737.900,00 506.846.100,00 97.927.499,60 103.850.533,85 304.107.660,00 505.885.693,45 -960.406,55 305.068.066,55 60%
2016 817.339.100,00 535.533.700,00 101.350.048,40 107.480.091,65 321.320.220,00 530.150.360,05 -5.383.339,95 326.703.559,95 61%
2017 845.892.400,00 566.366.900,00 104.890.657,60 111.234.850,60 339.820.140,00 555.945.648,20 -10.421.251,80 350.241.391,80 62%
2018 875.431.000,00 601.843.300,00 108.553.444,00 115.119.176,50 361.105.980,00 584.778.600,50 -17.064.699,50 378.170.679,50 63%
2019 905.989.500,00 640.451.000,00 112.342.698,00 119.137.619,25 384.270.600,00 615.750.917,25 -24.700.082,75 408.970.682,75 64%
2020 937.603.600,00 676.575.700,00 116.262.846,40 123.294.873,40 405.945.420,00 645.503.139,80 -31.072.560,20 437.017.980,20 65%
2021 970.310.100,00 714.007.400,00 120.318.452,40 127.595.778,15 428.404.440,00 676.318.670,55 -37.688.729,45 466.093.169,45 65%
2022 1.004.147.300,00 755.722.300,00 124.514.265,20 132.045.369,95 453.433.380,00 709.993.015,15 -45.729.284,85 499.162.664,85 66%
2023 1.039.154.900,00 798.437.300,00 128.855.207,60 136.648.869,35 479.062.380,00 744.566.456,95 -53.870.843,05 532.933.223,05 67%
2024 1.075.373.700,00 843.347.100,00 133.346.338,80 141.411.641,55 506.008.260,00 780.766.240,35 -62.580.859,65 568.589.119,65 67%
2025 1.112.846.200,00 887.471.000,00 137.992.928,80 146.339.275,30 532.482.600,00 816.814.804,10 -70.656.195,90 603.138.795,90 68%
2026 1.151.616.200,00 933.842.200,00 142.800.408,80 151.437.530,30 560.305.320,00 854.543.259,10 -79.298.940,90 639.604.260,90 68%
2027 1.191.729.200,00 980.787.700,00 147.774.420,80 156.712.389,80 588.472.620,00 892.959.430,60 -87.828.269,40 676.300.889,40 69%
2028 1.233.232.100,00 1.031.299.000,00 152.920.780,40 162.170.021,15 618.779.400,00 933.870.201,55 -97.428.798,45 716.208.198,45 69%
2029 1.276.173.600,00 1.083.960.600,00 158.245.526,40 167.816.828,40 650.376.360,00 976.438.714,80 -107.521.885,20 757.898.245,20 70%
2030 1.320.604.100,00 1.133.490.200,00 163.754.908,40 173.659.439,15 680.094.120,00 1.017.508.467,55 -115.981.732,45 796.075.852,45 70%
2031 1.366.575.700,00 1.186.888.800,00 169.455.386,80 179.704.704,55 712.133.280,00 1.061.293.371,35 -125.595.428,65 837.728.708,65 71%
2032 1.414.142.200,00 1.240.257.200,00 175.353.632,80 185.959.699,30 744.154.320,00 1.105.467.652,10 -134.789.547,90 878.943.867,90 71%
2033 1.463.359.600,00 1.296.170.100,00 181.456.590,40 192.431.787,40 777.702.060,00 1.151.590.437,80 -144.579.662,20 922.281.722,20 71%
2034 1.514.285.600,00 1.368.321.800,00 187.771.414,40 199.128.556,40 820.993.080,00 1.207.893.050,80 -160.428.749,20 981.421.829,20 72%
2035 1.566.980.000,00 1.443.626.400,00 194.305.520,00 206.057.870,00 866.175.840,00 1.266.539.230,00 -177.087.170,00 1.043.263.010,00 72%
2036 1.621.504.700,00 1.522.686.500,00 201.066.582,80 213.227.868,05 913.611.900,00 1.327.906.350,85 -194.780.149,15 1.108.392.049,15 73%
308
2037 1.677.923.700,00 1.600.431.900,00 208.062.538,80 220.646.966,55 960.259.140,00 1.388.968.645,35 -211.463.254,65 1.171.722.394,65 73%
2038 1.736.303.500,00 1.693.082.100,00 215.301.634,00 228.323.910,25 1.015.849.260,00 1.459.474.804,25 -233.607.295,75 1.249.456.555,75 74%
2039 1.796.712.500,00 1.766.229.900,00 222.792.350,00 236.267.693,75 1.059.737.940,00 1.518.797.983,75 -247.431.916,25 1.307.169.856,25 74%
2040 1.859.221.800,00 1.845.775.700,00 230.543.503,20 244.487.666,70 1.107.465.420,00 1.582.496.589,90 -263.279.110,10 1.370.744.530,10 74%
2041 1.923.905.000,00 1.939.684.100,00 238.564.220,00 252.993.507,50 1.163.810.460,00 1.655.368.187,50 -284.315.912,50 1.448.126.372,50 75%
2042 1.990.838.000,00 2.036.831.800,00 246.863.912,00 261.795.197,00 1.222.099.080,00 1.730.758.189,00 -306.073.611,00 1.528.172.691,00 75%
2043 2.060.099.800,00 2.134.865.700,00 255.452.375,20 270.903.123,70 1.280.919.420,00 1.807.274.918,90 -327.590.781,10 1.608.510.201,10 75%
2044 2.131.771.700,00 2.235.151.500,00 264.339.690,80 280.327.978,55 1.341.090.900,00 1.885.758.569,35 -349.392.930,65 1.690.483.830,65 76%
2045 2.205.938.100,00 2.344.831.500,00 273.536.324,40 290.080.860,15 1.406.898.900,00 1.970.516.084,55 -374.315.415,45 1.781.214.315,45 76%
2046 2.282.686.300,00 2.458.697.300,00 283.053.101,20 300.173.248,45 1.475.218.380,00 2.058.444.729,65 -400.252.570,35 1.875.470.950,35 76%
2047 2.362.106.700,00 2.576.886.500,00 292.901.230,80 310.617.031,05 1.546.131.900,00 2.149.650.161,85 -427.236.338,15 1.973.368.238,15 77%
2048 2.444.292.900,00 2.696.427.000,00 303.092.319,60 321.424.516,35 1.617.856.200,00 2.242.373.035,95 -454.053.964,05 2.071.910.164,05 77%
2049 2.529.341.500,00 2.821.674.700,00 313.638.346,00 332.608.407,25 1.693.004.820,00 2.339.251.573,25 -482.423.126,75 2.175.427.946,75 77%
2050 2.617.352.900,00 2.950.214.900,00 324.551.759,60 344.181.906,35 1.770.128.940,00 2.438.862.605,95 -511.352.294,05 2.281.481.234,05 77%
Notas:
Los datos del año 2014 corresponden a una información parcial hasta el mes de junio.
La proyección de datos desde el año 2000 al 2014 fue ejecutada por el sistema de pensiones militares.
A partir del año 2014 hasta el año 2025, la reforma en la política de defensa del país dispone que las Fuerzas Armadas entren en un proceso
de reestructuración. Esto implica una reducción de 7.500 efectivos. La capacidad total de las Fuerzas Armadas, en la actualidad, es de 42.000
miembros en servicio activo (cotizantes del sistema).
309
Anexo 5. Simulación del sistema de pensiones militares, como un sistema de reparto puro, con el incremento de las
cotizaciones individuales del 12,4 % al 14,4 %.
AÑO MASA IMPONIBLE
(A) MASA PENSIONAL
(B)
CARTERA DE COTIZACIONES SALDO
FINANCIERO (I)=G-B
APORTE DEL ESTADO
K=F+J
APORTE ESTATAL
APORTE PERSONAL
(C)=A*14,4 %
APORTE PATRONAL
(D)=A*13,15 %
APORTE DE PENSIONISTAS (E)=B*7,25 %
APORTES DEL ESTADO (F)=B*60
%
TOTAL DE APORTES
(G)=C+D+E+F
2000 60.483.371,00 41.712.706,00 6.224.767,60 6.601.870,77 3.024.171,15 29.183.349,84 29.183.349,84 70%
2001 87.790.851,00 62.661.830,00 9.072.796,71 9.622.436,56 4.542.856,82 43.869.811,74 43.869.811,74 70%
2002 102.619.247,00 76.641.225,00 10.775.280,28 11.428.058,44 5.556.488,81 49.635.029,50 49.635.029,50 65%
2003 108.562.937,00 84.990.135,00 11.195.922,48 11.874.183,60 6.161.784,76 52.748.060,00 52.748.060,00 62%
2004 112.008.585,00 88.937.626,00 11.570.156,25 12.271.088,85 6.447.977,90 53.337.224,00 53.337.224,00 60%
2005 123.930.386,00 98.365.673,00 12.785.998,54 13.560.588,20 7.131.511,24 59.083.515,74 59.083.515,74 60%
2006 222.092.386,00 115.978.027,00 26.665.152,59 28.280.556,43 8.408.406,94 69.562.411,76 69.562.411,76 60%
2007 325.476.716,00 154.881.837,00 38.826.699,37 41.178.862,90 6.046.348,63 77.701.798,84 77.701.798,84 50%
2008 417.944.031,00 219.319.186,00 52.460.759,52 55.638.889,20 117.979.247,79 117.979.247,79 54%
2009 546.919.663,00 298.930.997,00 62.305.574,97 66.080.114,23 179.358.598,22 179.358.598,22 60%
2010 559.771.771,00 341.523.613,00 72.732.951,23 77.139.192,24 204.914.167,78 204.914.167,78 60%
2011 614.147.765,00 402.706.081,00 77.713.019,85 82.420.958,82 241.623.648,40 241.623.648,40 60%
2012 658.217.635,00 446.293.969,00 83.519.103,96 88.578.781,81 267.776.381,12 267.776.381,12 60%
2013 678.460.311,00 464.450.434,00 85.739.081,38 90.933.247,86 279.123.958,35 279.123.958,35 60%
2014 755.063.500,00 471.472.600,00 85.048.500,00 90.192.500,00 282.883.560,00 458.124.560,00 -13.348.040,00 296.231.600,00 63%
2015 789.737.900,00 506.846.100,00 113.722.257,60 103.850.533,85 304.107.660,00 521.680.451,45 14.834.351,45 289.273.308,55 57%
2016 817.339.100,00 535.533.700,00 117.696.830,40 107.480.091,65 321.320.220,00 546.497.142,05 10.963.442,05 310.356.777,95 58%
2017 845.892.400,00 566.366.900,00 121.808.505,60 111.234.850,60 339.820.140,00 572.863.496,20 6.496.596,20 333.323.543,80 59%
2018 875.431.000,00 601.843.300,00 126.062.064,00 115.119.176,50 361.105.980,00 602.287.220,50 443.920,50 360.662.059,50 60%
2019 905.989.500,00 640.451.000,00 130.462.488,00 119.137.619,25 384.270.600,00 633.870.707,25 -6.580.292,75 390.850.892,75 61%
2020 937.603.600,00 676.575.700,00 135.014.918,40 123.294.873,40 405.945.420,00 664.255.211,80 -12.320.488,20 418.265.908,20 62%
2021 970.310.100,00 714.007.400,00 139.724.654,40 127.595.778,15 428.404.440,00 695.724.872,55 -18.282.527,45 446.686.967,45 63%
2022 1.004.147.300,00 755.722.300,00 144.597.211,20 132.045.369,95 453.433.380,00 730.075.961,15 -25.646.338,85 479.079.718,85 63%
2023 1.039.154.900,00 798.437.300,00 149.638.305,60 136.648.869,35 479.062.380,00 765.349.554,95 -33.087.745,05 512.150.125,05 64%
2024 1.075.373.700,00 843.347.100,00 154.853.812,80 141.411.641,55 506.008.260,00 802.273.714,35 -41.073.385,65 547.081.645,65 65%
2025 1.112.846.200,00 887.471.000,00 160.249.852,80 146.339.275,30 532.482.600,00 839.071.728,10 -48.399.271,90 580.881.871,90 65%
2026 1.151.616.200,00 933.842.200,00 165.832.732,80 151.437.530,30 560.305.320,00 877.575.583,10 -56.266.616,90 616.571.936,90 66%
2027 1.191.729.200,00 980.787.700,00 171.609.004,80 156.712.389,80 588.472.620,00 916.794.014,60 -63.993.685,40 652.466.305,40 67%
2028 1.233.232.100,00 1.031.299.000,00 177.585.422,40 162.170.021,15 618.779.400,00 958.534.843,55 -72.764.156,45 691.543.556,45 67%
2029 1.276.173.600,00 1.083.960.600,00 183.768.998,40 167.816.828,40 650.376.360,00 1.001.962.186,80 -81.998.413,20 732.374.773,20 68%
2030 1.320.604.100,00 1.133.490.200,00 190.166.990,40 173.659.439,15 680.094.120,00 1.043.920.549,55 -89.569.650,45 769.663.770,45 68%
2031 1.366.575.700,00 1.186.888.800,00 196.786.900,80 179.704.704,55 712.133.280,00 1.088.624.885,35 -98.263.914,65 810.397.194,65 68%
2032 1.414.142.200,00 1.240.257.200,00 203.636.476,80 185.959.699,30 744.154.320,00 1.133.750.496,10 -106.506.703,90 850.661.023,90 69%
2033 1.463.359.600,00 1.296.170.100,00 210.723.782,40 192.431.787,40 777.702.060,00 1.180.857.629,80 -115.312.470,20 893.014.530,20 69%
2034 1.514.285.600,00 1.368.321.800,00 218.057.126,40 199.128.556,40 820.993.080,00 1.238.178.762,80 -130.143.037,20 951.136.117,20 70%
2035 1.566.980.000,00 1.443.626.400,00 225.645.120,00 206.057.870,00 866.175.840,00 1.297.878.830,00 -145.747.570,00 1.011.923.410,00 70%
310
2036 1.621.504.700,00 1.522.686.500,00 233.496.676,80 213.227.868,05 913.611.900,00 1.360.336.444,85 -162.350.055,15 1.075.961.955,15 71%
2037 1.677.923.700,00 1.600.431.900,00 241.621.012,80 220.646.966,55 960.259.140,00 1.422.527.119,35 -177.904.780,65 1.138.163.920,65 71%
2038 1.736.303.500,00 1.693.082.100,00 250.027.704,00 228.323.910,25 1.015.849.260,00 1.494.200.874,25 -198.881.225,75 1.214.730.485,75 72%
2039 1.796.712.500,00 1.766.229.900,00 258.726.600,00 236.267.693,75 1.059.737.940,00 1.554.732.233,75 -211.497.666,25 1.271.235.606,25 72%
2040 1.859.221.800,00 1.845.775.700,00 267.727.939,20 244.487.666,70 1.107.465.420,00 1.619.681.025,90 -226.094.674,10 1.333.560.094,10 72%
2041 1.923.905.000,00 1.939.684.100,00 277.042.320,00 252.993.507,50 1.163.810.460,00 1.693.846.287,50 -245.837.812,50 1.409.648.272,50 73%
2042 1.990.838.000,00 2.036.831.800,00 286.680.672,00 261.795.197,00 1.222.099.080,00 1.770.574.949,00 -266.256.851,00 1.488.355.931,00 73%
2043 2.060.099.800,00 2.134.865.700,00 296.654.371,20 270.903.123,70 1.280.919.420,00 1.848.476.914,90 -286.388.785,10 1.567.308.205,10 73%
2044 2.131.771.700,00 2.235.151.500,00 306.975.124,80 280.327.978,55 1.341.090.900,00 1.928.394.003,35 -306.757.496,65 1.647.848.396,65 74%
2045 2.205.938.100,00 2.344.831.500,00 317.655.086,40 290.080.860,15 1.406.898.900,00 2.014.634.846,55 -330.196.653,45 1.737.095.553,45 74%
2046 2.282.686.300,00 2.458.697.300,00 328.706.827,20 300.173.248,45 1.475.218.380,00 2.104.098.455,65 -354.598.844,35 1.829.817.224,35 74%
2047 2.362.106.700,00 2.576.886.500,00 340.143.364,80 310.617.031,05 1.546.131.900,00 2.196.892.295,85 -379.994.204,15 1.926.126.104,15 75%
2048 2.444.292.900,00 2.696.427.000,00 351.978.177,60 321.424.516,35 1.617.856.200,00 2.291.258.893,95 -405.168.106,05 2.023.024.306,05 75%
2049 2.529.341.500,00 2.821.674.700,00 364.225.176,00 332.608.407,25 1.693.004.820,00 2.389.838.403,25 -431.836.296,75 2.124.841.116,75 75%
2050 2.617.352.900,00 2.950.214.900,00 376.898.817,60 344.181.906,35 1.770.128.940,00 2.491.209.663,95 -459.005.236,05 2.229.134.176,05 76%
Notas:
La proyección de datos desde el año 2000 al 2014 fue ejecutada por el sistema de pensiones militares.
A partir del año 2014 hasta el año 2025, la reforma en la política de defensa del país dispone que las Fuerzas Armadas entren en un proceso
de reestructuración. Esto implica una reducción de 7.500 efectivos. La capacidad total de las Fuerzas Armadas, en la actualidad, es de 42.000
miembros en servicio activo (cotizantes del sistema).
Se simula una de las reformas planteadas (hasta el momento no ejecutadas), que corresponde al incremento del porcentaje de aportación
individual.
311
Anexo 6. Simulación del sistema de pensiones militares, visto como un sistema de reparto puro, con el incremento
de la aportación de 7,25 % de los pensionistas
AÑO MASA IMPONIBLE
(A) MASA PENSIONAL
(B)
CARTERA DE COTIZACIONES
SALDO FINANCIERO (I)=G-B
APORTE DEL ESTADO
K=F+J
APORTE ESTATAL
APORTE PERSONAL
(C)=A*12,4 %
APORTE PATRONAL
(D)=A*13,15 %
APORTE DE PENSIONISTAS (E)=B*7,25 %
APORTES DEL ESTADO (F)=B*60
%
TOTAL DE APORTES
(G)=C+D+E+F
2000 60.483.371,00 41.712.706,00 6.224.767,60 6.601.870,77 3.024.171,15 29.183.349,84 29.183.349,84 70%
2001 87.790.851,00 62.661.830,00 9.072.796,71 9.622.436,56 4.542.856,82 43.869.811,74 43.869.811,74 70%
2002 102.619.247,00 76.641.225,00 10.775.280,28 11.428.058,44 5.556.488,81 49.635.029,50 49.635.029,50 65%
2003 108.562.937,00 84.990.135,00 11.195.922,48 11.874.183,60 6.161.784,76 52.748.060,00 52.748.060,00 62%
2004 112.008.585,00 88.937.626,00 11.570.156,25 12.271.088,85 6.447.977,90 53.337.224,00 53.337.224,00 60%
2005 123.930.386,00 98.365.673,00 12.785.998,54 13.560.588,20 7.131.511,24 59.083.515,74 59.083.515,74 60%
2006 222.092.386,00 115.978.027,00 26.665.152,59 28.280.556,43 8.408.406,94 69.562.411,76 69.562.411,76 60%
2007 325.476.716,00 154.881.837,00 38.826.699,37 41.178.862,90 6.046.348,63 77.701.798,84 77.701.798,84 50%
2008 417.944.031,00 219.319.186,00 52.460.759,52 55.638.889,20 117.979.247,79 117.979.247,79 54%
2009 546.919.663,00 298.930.997,00 62.305.574,97 66.080.114,23 179.358.598,22 179.358.598,22 60%
2010 559.771.771,00 341.523.613,00 72.732.951,23 77.139.192,24 204.914.167,78 204.914.167,78 60%
2011 614.147.765,00 402.706.081,00 77.713.019,85 82.420.958,82 241.623.648,40 241.623.648,40 60%
2012 658.217.635,00 446.293.969,00 83.519.103,96 88.578.781,81 267.776.381,12 267.776.381,12 60%
2013 678.460.311,00 464.450.434,00 85.739.081,38 90.933.247,86 279.123.958,35 279.123.958,35 60%
2014 755.063.500,00 471.472.600,00 85.048.500,00 90.192.500,00 282.883.560,00 458.124.560,00 -13.348.040,00 296.231.600,00 63%
2015 789.737.900,00 506.846.100,00 97.927.499,60 103.850.533,85 36.746.342,25 304.107.660,00 542.632.035,70 35.785.935,70 268.321.724,30 53%
2016 817.339.100,00 535.533.700,00 101.350.048,40 107.480.091,65 38.826.193,25 321.320.220,00 568.976.553,30 33.442.853,30 287.877.366,70 54%
2017 845.892.400,00 566.366.900,00 104.890.657,60 111.234.850,60 41.061.600,25 339.820.140,00 597.007.248,45 30.640.348,45 309.179.791,55 55%
2018 875.431.000,00 601.843.300,00 108.553.444,00 115.119.176,50 43.633.639,25 361.105.980,00 628.412.239,75 26.568.939,75 334.537.040,25 56%
2019 905.989.500,00 640.451.000,00 112.342.698,00 119.137.619,25 46.432.697,50 384.270.600,00 662.183.614,75 21.732.614,75 362.537.985,25 57%
2020 937.603.600,00 676.575.700,00 116.262.846,40 123.294.873,40 49.051.738,25 405.945.420,00 694.554.878,05 17.979.178,05 387.966.241,95 57%
2021 970.310.100,00 714.007.400,00 120.318.452,40 127.595.778,15 51.765.536,50 428.404.440,00 728.084.207,05 14.076.807,05 414.327.632,95 58%
2022 1.004.147.300,00 755.722.300,00 124.514.265,20 132.045.369,95 54.789.866,75 453.433.380,00 764.782.881,90 9.060.581,90 444.372.798,10 59%
2023 1.039.154.900,00 798.437.300,00 128.855.207,60 136.648.869,35 57.886.704,25 479.062.380,00 802.453.161,20 4.015.861,20 475.046.518,80 59%
2024 1.075.373.700,00 843.347.100,00 133.346.338,80 141.411.641,55 61.142.664,75 506.008.260,00 841.908.905,10 -1.438.194,90 507.446.454,90 60%
2025 1.112.846.200,00 887.471.000,00 137.992.928,80 146.339.275,30 64.341.647,50 532.482.600,00 881.156.451,60 -6.314.548,40 538.797.148,40 61%
2026 1.151.616.200,00 933.842.200,00 142.800.408,80 151.437.530,30 67.703.559,50 560.305.320,00 922.246.818,60 -11.595.381,40 571.900.701,40 61%
2027 1.191.729.200,00 980.787.700,00 147.774.420,80 156.712.389,80 71.107.108,25 588.472.620,00 964.066.538,85 -16.721.161,15 605.193.781,15 62%
2028 1.233.232.100,00 1.031.299.000,00 152.920.780,40 162.170.021,15 74.769.177,50 618.779.400,00 1.008.639.379,05 -22.659.620,95 641.439.020,95 62%
2029 1.276.173.600,00 1.083.960.600,00 158.245.526,40 167.816.828,40 78.587.143,50 650.376.360,00 1.055.025.858,30 -28.934.741,70 679.311.101,70 63%
2030 1.320.604.100,00 1.133.490.200,00 163.754.908,40 173.659.439,15 82.178.039,50 680.094.120,00 1.099.686.507,05 -33.803.692,95 713.897.812,95 63%
2031 1.366.575.700,00 1.186.888.800,00 169.455.386,80 179.704.704,55 86.049.438,00 712.133.280,00 1.147.342.809,35 -39.545.990,65 751.679.270,65 63%
2032 1.414.142.200,00 1.240.257.200,00 175.353.632,80 185.959.699,30 89.918.647,00 744.154.320,00 1.195.386.299,10 -44.870.900,90 789.025.220,90 64%
2033 1.463.359.600,00 1.296.170.100,00 181.456.590,40 192.431.787,40 93.972.332,25 777.702.060,00 1.245.562.770,05 -50.607.329,95 828.309.389,95 64%
2034 1.514.285.600,00 1.368.321.800,00 187.771.414,40 199.128.556,40 99.203.330,50 820.993.080,00 1.307.096.381,30 -61.225.418,70 882.218.498,70 64%
2035 1.566.980.000,00 1.443.626.400,00 194.305.520,00 206.057.870,00 104.662.914,00 866.175.840,00 1.371.202.144,00 -72.424.256,00 938.600.096,00 65%
312
2036 1.621.504.700,00 1.522.686.500,00 201.066.582,80 213.227.868,05 110.394.771,25 913.611.900,00 1.438.301.122,10 -84.385.377,90 997.997.277,90 66%
2037 1.677.923.700,00 1.600.431.900,00 208.062.538,80 220.646.966,55 116.031.312,75 960.259.140,00 1.504.999.958,10 -95.431.941,90 1.055.691.081,90 66%
2038 1.736.303.500,00 1.693.082.100,00 215.301.634,00 228.323.910,25 122.748.452,25 1.015.849.260,00 1.582.223.256,50 -110.858.843,50 1.126.708.103,50 67%
2039 1.796.712.500,00 1.766.229.900,00 222.792.350,00 236.267.693,75 128.051.667,75 1.059.737.940,00 1.646.849.651,50 -119.380.248,50 1.179.118.188,50 67%
2040 1.859.221.800,00 1.845.775.700,00 230.543.503,20 244.487.666,70 133.818.738,25 1.107.465.420,00 1.716.315.328,15 -129.460.371,85 1.236.925.791,85 67%
2041 1.923.905.000,00 1.939.684.100,00 238.564.220,00 252.993.507,50 140.627.097,25 1.163.810.460,00 1.795.995.284,75 -143.688.815,25 1.307.499.275,25 67%
2042 1.990.838.000,00 2.036.831.800,00 246.863.912,00 261.795.197,00 147.670.305,50 1.222.099.080,00 1.878.428.494,50 -158.403.305,50 1.380.502.385,50 68%
2043 2.060.099.800,00 2.134.865.700,00 255.452.375,20 270.903.123,70 154.777.763,25 1.280.919.420,00 1.962.052.682,15 -172.813.017,85 1.453.732.437,85 68%
2044 2.131.771.700,00 2.235.151.500,00 264.339.690,80 280.327.978,55 162.048.483,75 1.341.090.900,00 2.047.807.053,10 -187.344.446,90 1.528.435.346,90 68%
2045 2.205.938.100,00 2.344.831.500,00 273.536.324,40 290.080.860,15 170.000.283,75 1.406.898.900,00 2.140.516.368,30 -204.315.131,70 1.611.214.031,70 69%
2046 2.282.686.300,00 2.458.697.300,00 283.053.101,20 300.173.248,45 178.255.554,25 1.475.218.380,00 2.236.700.283,90 -221.997.016,10 1.697.215.396,10 69%
2047 2.362.106.700,00 2.576.886.500,00 292.901.230,80 310.617.031,05 186.824.271,25 1.546.131.900,00 2.336.474.433,10 -240.412.066,90 1.786.543.966,90 69%
2048 2.444.292.900,00 2.696.427.000,00 303.092.319,60 321.424.516,35 195.490.957,50 1.617.856.200,00 2.437.863.993,45 -258.563.006,55 1.876.419.206,55 70%
2049 2.529.341.500,00 2.821.674.700,00 313.638.346,00 332.608.407,25 204.571.415,75 1.693.004.820,00 2.543.822.989,00 -277.851.711,00 1.970.856.531,00 70%
2050 2.617.352.900,00 2.950.214.900,00 324.551.759,60 344.181.906,35 213.890.580,25 1.770.128.940,00 2.652.753.186,20 -297.461.713,80 2.067.590.653,80 70%
Notas:
La proyección de datos desde el año 2000 al 2014 fue ejecutada por el sistema de pensiones militares.
A partir del año 2014 hasta el año 2025, la reforma en la política de defensa del país dispone que las Fuerzas Armadas entren en un proceso
de reestructuración. Esto implica una reducción de 7.500 efectivos. La capacidad total de las Fuerzas Armadas, en la actualidad, es de 42.000
miembros en servicio activo (cotizantes del sistema).
Se ha considerado la aportación del 7,25% de los jubilados.
313
Anexo 7. Simulación del sistema de pensiones militares, como un sistema de reparto puro, con el incremento de las
cotizaciones individuales y el aporte de los pensionistas.
AÑO MASA IMPONIBLE
(A) MASA PENSIONAL
(B)
CARTERA DE COTIZACIONES
SALDO FINANCIERO (I)=G-B
APORTE DEL ESTADO
K=F+J
APORTE ESTATAL
APORTE PERSONAL
(C)=A*14,4 %
APORTE PATRONAL
(D)=A*13,15 %
APORTE DE PENSIONISTAS (E)=B*7,25 %
APORTES DEL ESTADO (F)=B*60
%
TOTAL DE APORTES
(G)=C+D+E+F
2000 60.483.371,00 41.712.706,00 6.224.767,60 6.601.870,77 3.024.171,15 29.183.349,84 29.183.349,84 70%
2001 87.790.851,00 62.661.830,00 9.072.796,71 9.622.436,56 4.542.856,82 43.869.811,74 43.869.811,74 70%
2002 102.619.247,00 76.641.225,00 10.775.280,28 11.428.058,44 5.556.488,81 49.635.029,50 49.635.029,50 65%
2003 108.562.937,00 84.990.135,00 11.195.922,48 11.874.183,60 6.161.784,76 52.748.060,00 52.748.060,00 62%
2004 112.008.585,00 88.937.626,00 11.570.156,25 12.271.088,85 6.447.977,90 53.337.224,00 53.337.224,00 60%
2005 123.930.386,00 98.365.673,00 12.785.998,54 13.560.588,20 7.131.511,24 59.083.515,74 59.083.515,74 60%
2006 222.092.386,00 115.978.027,00 26.665.152,59 28.280.556,43 8.408.406,94 69.562.411,76 69.562.411,76 60%
2007 325.476.716,00 154.881.837,00 38.826.699,37 41.178.862,90 6.046.348,63 77.701.798,84 77.701.798,84 50%
2008 417.944.031,00 219.319.186,00 52.460.759,52 55.638.889,20 117.979.247,79 117.979.247,79 54%
2009 546.919.663,00 298.930.997,00 62.305.574,97 66.080.114,23 179.358.598,22 179.358.598,22 60%
2010 559.771.771,00 341.523.613,00 72.732.951,23 77.139.192,24 204.914.167,78 204.914.167,78 60%
2011 614.147.765,00 402.706.081,00 77.713.019,85 82.420.958,82 241.623.648,40 241.623.648,40 60%
2012 658.217.635,00 446.293.969,00 83.519.103,96 88.578.781,81 267.776.381,12 267.776.381,12 60%
2013 678.460.311,00 464.450.434,00 85.739.081,38 90.933.247,86 279.123.958,35 279.123.958,35 60%
2014 755.063.500,00 471.472.600,00 85.048.500,00 90.192.500,00 282.883.560,00 458.124.560,00 -13.348.040,00 296.231.600,00 63%
2015 789.737.900,00 506.846.100,00 113.722.257,60 103.850.533,85 36.746.342,25 304.107.660,00 558.426.793,70 51.580.693,70 252.526.966,30 50%
2016 817.339.100,00 535.533.700,00 117.696.830,40 107.480.091,65 38.826.193,25 321.320.220,00 585.323.335,30 49.789.635,30 271.530.584,70 51%
2017 845.892.400,00 566.366.900,00 121.808.505,60 111.234.850,60 41.061.600,25 339.820.140,00 613.925.096,45 47.558.196,45 292.261.943,55 52%
2018 875.431.000,00 601.843.300,00 126.062.064,00 115.119.176,50 43.633.639,25 361.105.980,00 645.920.859,75 44.077.559,75 317.028.420,25 53%
2019 905.989.500,00 640.451.000,00 130.462.488,00 119.137.619,25 46.432.697,50 384.270.600,00 680.303.404,75 39.852.404,75 344.418.195,25 54%
2020 937.603.600,00 676.575.700,00 135.014.918,40 123.294.873,40 49.051.738,25 405.945.420,00 713.306.950,05 36.731.250,05 369.214.169,95 55%
2021 970.310.100,00 714.007.400,00 139.724.654,40 127.595.778,15 51.765.536,50 428.404.440,00 747.490.409,05 33.483.009,05 394.921.430,95 55%
2022 1.004.147.300,00 755.722.300,00 144.597.211,20 132.045.369,95 54.789.866,75 453.433.380,00 784.865.827,90 29.143.527,90 424.289.852,10 56%
2023 1.039.154.900,00 798.437.300,00 149.638.305,60 136.648.869,35 57.886.704,25 479.062.380,00 823.236.259,20 24.798.959,20 454.263.420,80 57%
2024 1.075.373.700,00 843.347.100,00 154.853.812,80 141.411.641,55 61.142.664,75 506.008.260,00 863.416.379,10 20.069.279,10 485.938.980,90 58%
2025 1.112.846.200,00 887.471.000,00 160.249.852,80 146.339.275,30 64.341.647,50 532.482.600,00 903.413.375,60 15.942.375,60 516.540.224,40 58%
2026 1.151.616.200,00 933.842.200,00 165.832.732,80 151.437.530,30 67.703.559,50 560.305.320,00 945.279.142,60 11.436.942,60 548.868.377,40 59%
2027 1.191.729.200,00 980.787.700,00 171.609.004,80 156.712.389,80 71.107.108,25 588.472.620,00 987.901.122,85 7.113.422,85 581.359.197,15 59%
2028 1.233.232.100,00 1.031.299.000,00 177.585.422,40 162.170.021,15 74.769.177,50 618.779.400,00 1.033.304.021,05 2.005.021,05 616.774.378,95 60%
2029 1.276.173.600,00 1.083.960.600,00 183.768.998,40 167.816.828,40 78.587.143,50 650.376.360,00 1.080.549.330,30 -3.411.269,70 653.787.629,70 60%
2030 1.320.604.100,00 1.133.490.200,00 190.166.990,40 173.659.439,15 82.178.039,50 680.094.120,00 1.126.098.589,05 -7.391.610,95 687.485.730,95 61%
2031 1.366.575.700,00 1.186.888.800,00 196.786.900,80 179.704.704,55 86.049.438,00 712.133.280,00 1.174.674.323,35 -12.214.476,65 724.347.756,65 61%
2032 1.414.142.200,00 1.240.257.200,00 203.636.476,80 185.959.699,30 89.918.647,00 744.154.320,00 1.223.669.143,10 -16.588.056,90 760.742.376,90 61%
2033 1.463.359.600,00 1.296.170.100,00 210.723.782,40 192.431.787,40 93.972.332,25 777.702.060,00 1.274.829.962,05 -21.340.137,95 799.042.197,95 62%
2034 1.514.285.600,00 1.368.321.800,00 218.057.126,40 199.128.556,40 99.203.330,50 820.993.080,00 1.337.382.093,30 -30.939.706,70 851.932.786,70 62%
2035 1.566.980.000,00 1.443.626.400,00 225.645.120,00 206.057.870,00 104.662.914,00 866.175.840,00 1.402.541.744,00 -41.084.656,00 907.260.496,00 63%
314
2036 1.621.504.700,00 1.522.686.500,00 233.496.676,80 213.227.868,05 110.394.771,25 913.611.900,00 1.470.731.216,10 -51.955.283,90 965.567.183,90 63%
2037 1.677.923.700,00 1.600.431.900,00 241.621.012,80 220.646.966,55 116.031.312,75 960.259.140,00 1.538.558.432,10 -61.873.467,90 1.022.132.607,90 64%
2038 1.736.303.500,00 1.693.082.100,00 250.027.704,00 228.323.910,25 122.748.452,25 1.015.849.260,00 1.616.949.326,50 -76.132.773,50 1.091.982.033,50 64%
2039 1.796.712.500,00 1.766.229.900,00 258.726.600,00 236.267.693,75 128.051.667,75 1.059.737.940,00 1.682.783.901,50 -83.445.998,50 1.143.183.938,50 65%
2040 1.859.221.800,00 1.845.775.700,00 267.727.939,20 244.487.666,70 133.818.738,25 1.107.465.420,00 1.753.499.764,15 -92.275.935,85 1.199.741.355,85 65%
2041 1.923.905.000,00 1.939.684.100,00 277.042.320,00 252.993.507,50 140.627.097,25 1.163.810.460,00 1.834.473.384,75 -105.210.715,25 1.269.021.175,25 65%
2042 1.990.838.000,00 2.036.831.800,00 286.680.672,00 261.795.197,00 147.670.305,50 1.222.099.080,00 1.918.245.254,50 -118.586.545,50 1.340.685.625,50 66%
2043 2.060.099.800,00 2.134.865.700,00 296.654.371,20 270.903.123,70 154.777.763,25 1.280.919.420,00 2.003.254.678,15 -131.611.021,85 1.412.530.441,85 66%
2044 2.131.771.700,00 2.235.151.500,00 306.975.124,80 280.327.978,55 162.048.483,75 1.341.090.900,00 2.090.442.487,10 -144.709.012,90 1.485.799.912,90 66%
2045 2.205.938.100,00 2.344.831.500,00 317.655.086,40 290.080.860,15 170.000.283,75 1.406.898.900,00 2.184.635.130,30 -160.196.369,70 1.567.095.269,70 67%
2046 2.282.686.300,00 2.458.697.300,00 328.706.827,20 300.173.248,45 178.255.554,25 1.475.218.380,00 2.282.354.009,90 -176.343.290,10 1.651.561.670,10 67%
2047 2.362.106.700,00 2.576.886.500,00 340.143.364,80 310.617.031,05 186.824.271,25 1.546.131.900,00 2.383.716.567,10 -193.169.932,90 1.739.301.832,90 67%
2048 2.444.292.900,00 2.696.427.000,00 351.978.177,60 321.424.516,35 195.490.957,50 1.617.856.200,00 2.486.749.851,45 -209.677.148,55 1.827.533.348,55 68%
2049 2.529.341.500,00 2.821.674.700,00 364.225.176,00 332.608.407,25 204.571.415,75 1.693.004.820,00 2.594.409.819,00 -227.264.881,00 1.920.269.701,00 68%
2050 2.617.352.900,00 2.950.214.900,00 376.898.817,60 344.181.906,35 213.890.580,25 1.770.128.940,00 2.705.100.244,20 -245.114.655,80 2.015.243.595,80 68%
Notas:
La proyección de datos desde el año 2000 al 2014 fue ejecutada por el sistema de pensiones militares.
A partir del año 2014 hasta el año 2025, la reforma en la política de defensa del país dispone que las Fuerzas Armadas entren en un proceso
de reestructuración. Esto implica una reducción de 7.500 efectivos. La capacidad total de las Fuerzas Armadas, en la actualidad, es de 42.000
miembros en servicio activo (cotizantes del sistema).
Se ha considerado el aporte de los pensionistas militares, así como el incremento de las cotizaciones individuales.
315
Anexo 8. Simulación del sistema de pensiones militares con una estructura de Prima Media General en las
condiciones actuales.
AÑO MASA IMPONIBLE
(A) MASA PENSIONAL
(B)
CARTERA DE COTIZACIONES FONDO DE
RESERVAS 6,3 % (I)
SALDO FINANCIERO
(J)=G-B+I
APORTE DEL ESTADO
K=F+J
APORTE ESTATAL
APORTE PERSONAL
(C)=A*12,4 %
APORTE PATRONAL
(D)=A*13,15 %
APORTE DE PENSIONISTAS (E)=B*7,25 %
APORTES DEL ESTADO (F)=B*60
%
TOTAL DE APORTES
(G)=C+D+E+F
2000 60.483.371,00 41.712.706,00 6.224.767,60 6.601.870,77 3.024.171,15 29.183.349,84 24.539.714,72 29.183.349,84 70%
2001 87.790.851,00 62.661.830,00 9.072.796,71 9.622.436,56 4.542.856,82 43.869.811,74 33.918.056,73 43.869.811,74 70%
2002 102.619.247,00 76.641.225,00 10.775.280,28 11.428.058,44 5.556.488,81 49.635.029,50 40.722.857,13 49.635.029,50 65%
2003 108.562.937,00 84.990.135,00 11.195.922,48 11.874.183,60 6.161.784,76 52.748.060,00 58.634.309,04 52.748.060,00 62%
2004 112.008.585,00 88.937.626,00 11.570.156,25 12.271.088,85 6.447.977,90 53.337.224,00 61.864.105,25 53.337.224,00 60%
2005 123.930.386,00 98.365.673,00 12.785.998,54 13.560.588,20 7.131.511,24 59.083.515,74 68.103.059,17 59.083.515,74 60%
2006 222.092.386,00 115.978.027,00 26.665.152,59 28.280.556,43 8.408.406,94 69.562.411,76 95.241.071,50 69.562.411,76 60%
2007 325.476.716,00 154.881.837,00 38.826.699,37 41.178.862,90 6.046.348,63 77.701.798,84 119.530.017,41 77.701.798,84 50%
2008 417.944.031,00 219.319.186,00 52.460.759,52 55.638.889,20 117.979.247,79 142.289.293,38 117.979.247,79 54%
2009 546.919.663,00 298.930.997,00 62.305.574,97 66.080.114,23 179.358.598,22 158.398.538,11 179.358.598,22 60%
2010 559.771.771,00 341.523.613,00 72.732.951,23 77.139.192,24 204.914.167,78 414.149.636,82 204.914.167,78 60%
2011 614.147.765,00 402.706.081,00 77.713.019,85 82.420.958,82 241.623.648,40 429.875.989,11 241.623.648,40 60%
2012 658.217.635,00 446.293.969,00 83.519.103,96 88.578.781,81 267.776.381,12 495.453.805,97 267.776.381,12 60%
2013 678.460.311,00 464.450.434,00 85.739.081,38 90.933.247,86 279.123.958,35 581.953.503,40 279.123.958,35 60%
2014 755.063.500,00 471.472.600,00 85.048.500,00 90.192.500,00 282.883.560,00 458.124.560,00 622.946.258,36 609.598.218,36 282.883.560,00 60%
2015 789.737.900,00 506.846.100,00 97.927.499,60 103.850.533,85 304.107.660,00 505.885.693,45 647.042.499,57 304.107.660,00 60%
2016 817.339.100,00 535.533.700,00 101.350.048,40 107.480.091,65 321.320.220,00 530.150.360,05 682.422.837,09 321.320.220,00 60%
2017 845.892.400,00 566.366.900,00 104.890.657,60 111.234.850,60 339.820.140,00 555.945.648,20 714.994.224,03 339.820.140,00 60%
2018 875.431.000,00 601.843.300,00 108.553.444,00 115.119.176,50 361.105.980,00 584.778.600,50 742.974.160,65 361.105.980,00 60%
2019 905.989.500,00 640.451.000,00 112.342.698,00 119.137.619,25 384.270.600,00 615.750.917,25 765.081.450,02 384.270.600,00 60%
2020 937.603.600,00 676.575.700,00 116.262.846,40 123.294.873,40 405.945.420,00 645.503.139,80 782.209.021,17 405.945.420,00 60%
2021 970.310.100,00 714.007.400,00 120.318.452,40 127.595.778,15 428.404.440,00 676.318.670,55 793.799.460,05 428.404.440,00 60%
2022 1.004.147.300,00 755.722.300,00 124.514.265,20 132.045.369,95 453.433.380,00 709.993.015,15 798.079.541,18 453.433.380,00 60%
2023 1.039.154.900,00 798.437.300,00 128.855.207,60 136.648.869,35 479.062.380,00 744.566.456,95 794.487.709,23 479.062.380,00 60%
2024 1.075.373.700,00 843.347.100,00 133.346.338,80 141.411.641,55 506.008.260,00 780.766.240,35 781.959.575,26 506.008.260,00 60%
2025 1.112.846.200,00 887.471.000,00 137.992.928,80 146.339.275,30 532.482.600,00 816.814.804,10 760.566.832,60 532.482.600,00 60%
2026 1.151.616.200,00 933.842.200,00 142.800.408,80 151.437.530,30 560.305.320,00 854.543.259,10 729.183.602,15 560.305.320,00 60%
2027 1.191.729.200,00 980.787.700,00 147.774.420,80 156.712.389,80 588.472.620,00 892.959.430,60 687.293.899,69 588.472.620,00 60%
2028 1.233.232.100,00 1.031.299.000,00 152.920.780,40 162.170.021,15 618.779.400,00 933.870.201,55 633.164.616,92 618.779.400,00 60%
2029 1.276.173.600,00 1.083.960.600,00 158.245.526,40 167.816.828,40 650.376.360,00 976.438.714,80 565.532.102,59 650.376.360,00 60%
2030 1.320.604.100,00 1.133.490.200,00 163.754.908,40 173.659.439,15 680.094.120,00 1.017.508.467,55 485.178.892,60 680.094.120,00 60%
2031 1.366.575.700,00 1.186.888.800,00 169.455.386,80 179.704.704,55 712.133.280,00 1.061.293.371,35 390.149.734,18 712.133.280,00 60%
2032 1.414.142.200,00 1.240.257.200,00 175.353.632,80 185.959.699,30 744.154.320,00 1.105.467.652,10 279.939.619,54 744.154.320,00 60%
2033 1.463.359.600,00 1.296.170.100,00 181.456.590,40 192.431.787,40 777.702.060,00 1.151.590.437,80 152.996.153,37 777.702.060,00 60%
2034 1.514.285.600,00 1.368.321.800,00 187.771.414,40 199.128.556,40 820.993.080,00 1.207.893.050,80 2.206.161,83 820.993.080,00 60%
2035 1.566.980.000,00 1.443.626.400,00 194.305.520,00 206.057.870,00 866.175.840,00 1.266.539.230,00 -174.742.019,97 1.040.917.859,97 72%
316
2036 1.621.504.700,00 1.522.686.500,00 201.066.582,80 213.227.868,05 913.611.900,00 1.327.906.350,85 -194.780.149,15 1.108.392.049,15 73%
2037 1.677.923.700,00 1.600.431.900,00 208.062.538,80 220.646.966,55 960.259.140,00 1.388.968.645,35 -211.463.254,65 1.171.722.394,65 73%
2038 1.736.303.500,00 1.693.082.100,00 215.301.634,00 228.323.910,25 1.015.849.260,00 1.459.474.804,25 -233.607.295,75 1.249.456.555,75 74%
2039 1.796.712.500,00 1.766.229.900,00 222.792.350,00 236.267.693,75 1.059.737.940,00 1.518.797.983,75 -247.431.916,25 1.307.169.856,25 74%
2040 1.859.221.800,00 1.845.775.700,00 230.543.503,20 244.487.666,70 1.107.465.420,00 1.582.496.589,90 -263.279.110,10 1.370.744.530,10 74%
2041 1.923.905.000,00 1.939.684.100,00 238.564.220,00 252.993.507,50 1.163.810.460,00 1.655.368.187,50 -284.315.912,50 1.448.126.372,50 75%
2042 1.990.838.000,00 2.036.831.800,00 246.863.912,00 261.795.197,00 1.222.099.080,00 1.730.758.189,00 -306.073.611,00 1.528.172.691,00 75%
2043 2.060.099.800,00 2.134.865.700,00 255.452.375,20 270.903.123,70 1.280.919.420,00 1.807.274.918,90 -327.590.781,10 1.608.510.201,10 75%
2044 2.131.771.700,00 2.235.151.500,00 264.339.690,80 280.327.978,55 1.341.090.900,00 1.885.758.569,35 -349.392.930,65 1.690.483.830,65 76%
2045 2.205.938.100,00 2.344.831.500,00 273.536.324,40 290.080.860,15 1.406.898.900,00 1.970.516.084,55 -374.315.415,45 1.781.214.315,45 76%
2046 2.282.686.300,00 2.458.697.300,00 283.053.101,20 300.173.248,45 1.475.218.380,00 2.058.444.729,65 -400.252.570,35 1.875.470.950,35 76%
2047 2.362.106.700,00 2.576.886.500,00 292.901.230,80 310.617.031,05 1.546.131.900,00 2.149.650.161,85 -427.236.338,15 1.973.368.238,15 77%
2048 2.444.292.900,00 2.696.427.000,00 303.092.319,60 321.424.516,35 1.617.856.200,00 2.242.373.035,95 -454.053.964,05 2.071.910.164,05 77%
2049 2.529.341.500,00 2.821.674.700,00 313.638.346,00 332.608.407,25 1.693.004.820,00 2.339.251.573,25 -482.423.126,75 2.175.427.946,75 77%
2050 2.617.352.900,00 2.950.214.900,00 324.551.759,60 344.181.906,35 1.770.128.940,00 2.438.862.605,95 -511.352.294,05 2.281.481.234,05 77%
Notas:
La proyección de datos desde el año 2000 al 2014 fue ejecutada por el sistema de pensiones militares.
A partir del año 2014 hasta el año 2025, la reforma en la política de defensa del país dispone que las Fuerzas Armadas entren en un proceso
de reestructuración. Esto implica una reducción de 7.500 efectivos. La capacidad total de las Fuerzas Armadas, en la actualidad, es de 42.000
miembros en servicio activo (cotizantes del sistema).
La tasa de rendimiento del portafolio de inversiones, según las hipótesis financieras, es del 6,3%.
El saldo financiero es el resultado de los recursos del portafolio de inversiones menos el gasto en pensiones; conforme el gasto se va
incrementando se va disponiendo de los recursos del portafolio de inversiones.
La autosostenibilidad del sistema se determina en función de la capacidad que tiene el fondo de reservas para cubrir el déficit financiero
resultante del saldo financiero.
317
Anexo 9. Simulación del sistema de pensiones militares con una estructura de Prima Media General, con el
incremento de las cotizaciones individuales.
AÑO MASA IMPONIBLE
(A) MASA PENSIONAL
(B)
CARTERA DE COTIZACIONES FONDO DE RESERVAS
(I)
SALDO FINANCIERO
(J)=G-B+I
APORTE DEL ESTADO
K=F+J
APORTE ESTATAL
APORTE PERSONAL
(C)=A*14,4 %
APORTE PATRONAL
(D)=A*13,15 %
APORTE DE PENSIONISTAS (E)=B*7,25 %
APORTES DEL ESTADO (F)=B*60
%
TOTAL DE APORTES
(G)=C+D+E+F
2000 60.483.371,00 41.712.706,00 6.224.767,60 6.601.870,77 3.024.171,15 29.183.349,84 24.539.714,72 29.183.349,84 70%
2001 87.790.851,00 62.661.830,00 9.072.796,71 9.622.436,56 4.542.856,82 43.869.811,74 33.918.056,73 43.869.811,74 70%
2002 102.619.247,00 76.641.225,00 10.775.280,28 11.428.058,44 5.556.488,81 49.635.029,50 40.722.857,13 49.635.029,50 65%
2003 108.562.937,00 84.990.135,00 11.195.922,48 11.874.183,60 6.161.784,76 52.748.060,00 58.634.309,04 52.748.060,00 62%
2004 112.008.585,00 88.937.626,00 11.570.156,25 12.271.088,85 6.447.977,90 53.337.224,00 61.864.105,25 53.337.224,00 60%
2005 123.930.386,00 98.365.673,00 12.785.998,54 13.560.588,20 7.131.511,24 59.083.515,74 68.103.059,17 59.083.515,74 60%
2006 222.092.386,00 115.978.027,00 26.665.152,59 28.280.556,43 8.408.406,94 69.562.411,76 95.241.071,50 69.562.411,76 60%
2007 325.476.716,00 154.881.837,00 38.826.699,37 41.178.862,90 6.046.348,63 77.701.798,84 119.530.017,41 77.701.798,84 50%
2008 417.944.031,00 219.319.186,00 52.460.759,52 55.638.889,20 117.979.247,79 142.289.293,38 117.979.247,79 54%
2009 546.919.663,00 298.930.997,00 62.305.574,97 66.080.114,23 179.358.598,22 158.398.538,11 179.358.598,22 60%
2010 559.771.771,00 341.523.613,00 72.732.951,23 77.139.192,24 204.914.167,78 414.149.636,82 204.914.167,78 60%
2011 614.147.765,00 402.706.081,00 77.713.019,85 82.420.958,82 241.623.648,40 429.875.989,11 241.623.648,40 60%
2012 658.217.635,00 446.293.969,00 83.519.103,96 88.578.781,81 267.776.381,12 495.453.805,97 267.776.381,12 60%
2013 678.460.311,00 464.450.434,00 85.739.081,38 90.933.247,86 279.123.958,35 581.953.503,40 279.123.958,35 60%
2014 755.063.500,00 471.472.600,00 85.048.500,00 90.192.500,00 282.883.560,00 458.124.560,00 622.946.258,36 609.598.218,36 282.883.560,00 60%
2015 789.737.900,00 506.846.100,00 113.722.257,60 103.850.533,85 304.107.660,00 521.680.451,45 662.837.257,57 304.107.660,00 60%
2016 817.339.100,00 535.533.700,00 117.696.830,40 107.480.091,65 321.320.220,00 546.497.142,05 715.559.446,85 321.320.220,00 60%
2017 845.892.400,00 566.366.900,00 121.808.505,60 111.234.850,60 339.820.140,00 572.863.496,20 767.136.288,20 339.820.140,00 60%
2018 875.431.000,00 601.843.300,00 126.062.064,00 115.119.176,50 361.105.980,00 602.287.220,50 815.909.794,86 361.105.980,00 60%
2019 905.989.500,00 640.451.000,00 130.462.488,00 119.137.619,25 384.270.600,00 633.870.707,25 860.731.819,18 384.270.600,00 60%
2020 937.603.600,00 676.575.700,00 135.014.918,40 123.294.873,40 405.945.420,00 664.255.211,80 902.637.435,59 405.945.420,00 60%
2021 970.310.100,00 714.007.400,00 139.724.654,40 127.595.778,15 428.404.440,00 695.724.872,55 941.221.066,58 428.404.440,00 60%
2022 1.004.147.300,00 755.722.300,00 144.597.211,20 132.045.369,95 453.433.380,00 730.075.961,15 974.871.654,93 453.433.380,00 60%
2023 1.039.154.900,00 798.437.300,00 149.638.305,60 136.648.869,35 479.062.380,00 765.349.554,95 1.003.200.824,14 479.062.380,00 60%
2024 1.075.373.700,00 843.347.100,00 154.853.812,80 141.411.641,55 506.008.260,00 802.273.714,35 1.025.329.090,41 506.008.260,00 60%
2025 1.112.846.200,00 887.471.000,00 160.249.852,80 146.339.275,30 532.482.600,00 839.071.728,10 1.041.525.551,20 532.482.600,00 60%
2026 1.151.616.200,00 933.842.200,00 165.832.732,80 151.437.530,30 560.305.320,00 877.575.583,10 1.050.875.044,03 560.305.320,00 60%
2027 1.191.729.200,00 980.787.700,00 171.609.004,80 156.712.389,80 588.472.620,00 916.794.014,60 1.053.086.486,40 588.472.620,00 60%
2028 1.233.232.100,00 1.031.299.000,00 177.585.422,40 162.170.021,15 618.779.400,00 958.534.843,55 1.046.666.778,60 618.779.400,00 60%
2029 1.276.173.600,00 1.083.960.600,00 183.768.998,40 167.816.828,40 650.376.360,00 1.001.962.186,80 1.030.608.372,45 650.376.360,00 60%
2030 1.320.604.100,00 1.133.490.200,00 190.166.990,40 173.659.439,15 680.094.120,00 1.043.920.549,55 1.005.967.049,46 680.094.120,00 60%
2031 1.366.575.700,00 1.186.888.800,00 196.786.900,80 179.704.704,55 712.133.280,00 1.088.624.885,35 971.079.058,93 712.133.280,00 60%
2032 1.414.142.200,00 1.240.257.200,00 203.636.476,80 185.959.699,30 744.154.320,00 1.133.750.496,10 925.750.335,74 744.154.320,00 60%
2033 1.463.359.600,00 1.296.170.100,00 210.723.782,40 192.431.787,40 777.702.060,00 1.180.857.629,80 868.760.136,69 777.702.060,00 60%
2034 1.514.285.600,00 1.368.321.800,00 218.057.126,40 199.128.556,40 820.993.080,00 1.238.178.762,80 793.348.988,11 820.993.080,00 60%
2035 1.566.980.000,00 1.443.626.400,00 225.645.120,00 206.057.870,00 866.175.840,00 1.297.878.830,00 697.582.404,36 866.175.840,00 60%
318
2036 1.621.504.700,00 1.522.686.500,00 233.496.676,80 213.227.868,05 913.611.900,00 1.360.336.444,85 579.180.040,68 913.611.900,00 60%
2037 1.677.923.700,00 1.600.431.900,00 241.621.012,80 220.646.966,55 960.259.140,00 1.422.527.119,35 437.763.602,59 960.259.140,00 60%
2038 1.736.303.500,00 1.693.082.100,00 250.027.704,00 228.323.910,25 1.015.849.260,00 1.494.200.874,25 266.461.483,81 1.015.849.260,00 60%
2039 1.796.712.500,00 1.766.229.900,00 258.726.600,00 236.267.693,75 1.059.737.940,00 1.554.732.233,75 71.750.891,04 1.059.737.940,00 60%
2040 1.859.221.800,00 1.845.775.700,00 267.727.939,20 244.487.666,70 1.107.465.420,00 1.619.681.025,90 -149.823.476,93 1.257.288.896,93 68%
2041 1.923.905.000,00 1.939.684.100,00 277.042.320,00 252.993.507,50 1.163.810.460,00 1.693.846.287,50 -245.837.812,50 1.409.648.272,50 73%
2042 1.990.838.000,00 2.036.831.800,00 286.680.672,00 261.795.197,00 1.222.099.080,00 1.770.574.949,00 -266.256.851,00 1.488.355.931,00 73%
2043 2.060.099.800,00 2.134.865.700,00 296.654.371,20 270.903.123,70 1.280.919.420,00 1.848.476.914,90 -286.388.785,10 1.567.308.205,10 73%
2044 2.131.771.700,00 2.235.151.500,00 306.975.124,80 280.327.978,55 1.341.090.900,00 1.928.394.003,35 -306.757.496,65 1.647.848.396,65 74%
2045 2.205.938.100,00 2.344.831.500,00 317.655.086,40 290.080.860,15 1.406.898.900,00 2.014.634.846,55 -330.196.653,45 1.737.095.553,45 74%
2046 2.282.686.300,00 2.458.697.300,00 328.706.827,20 300.173.248,45 1.475.218.380,00 2.104.098.455,65 -354.598.844,35 1.829.817.224,35 74%
2047 2.362.106.700,00 2.576.886.500,00 340.143.364,80 310.617.031,05 1.546.131.900,00 2.196.892.295,85 -379.994.204,15 1.926.126.104,15 75%
2048 2.444.292.900,00 2.696.427.000,00 351.978.177,60 321.424.516,35 1.617.856.200,00 2.291.258.893,95 -405.168.106,05 2.023.024.306,05 75%
2049 2.529.341.500,00 2.821.674.700,00 364.225.176,00 332.608.407,25 1.693.004.820,00 2.389.838.403,25 -431.836.296,75 2.124.841.116,75 75%
2050 2.617.352.900,00 2.950.214.900,00 376.898.817,60 344.181.906,35 1.770.128.940,00 2.491.209.663,95 -459.005.236,05 2.229.134.176,05 76%
Notas:
La proyección de datos desde el año 2000 al 2014 fue ejecutada por el sistema de pensiones militares.
A partir del año 2014 hasta el año 2025, la reforma en la política de defensa del país dispone que las Fuerzas Armadas entren en un proceso
de reestructuración. Esto implica una reducción de 7.500 efectivos. La capacidad total de las Fuerzas Armadas, en la actualidad, es de 42.000
miembros en servicio activo (cotizantes del sistema).
La tasa de rendimiento del portafolio de inversiones, según las hipótesis financieras, es del 6,3%.
El saldo financiero es el resultado de los recursos del portafolio de inversiones menos el gasto en pensiones; conforme el gasto se va
incrementando se va disponiendo de los recursos del portafolio de inversiones.
La autosostenibilidad del sistema se determina en función de la capacidad que tiene el fondo de reservas para cubrir el déficit financiero
resultante del saldo financiero.
Se consideró un incremento del 2% en las cotizaciones individuales.
319
Anexo 10. Simulación del sistema de pensiones militares con una estructura de Prima Media General, con el aporte
del 7,25 de los pensionistas.
AÑO MASA IMPONIBLE
(A) MASA PENSIONAL
(B)
CARTERA DE COTIZACIONES FONDO DE RESERVAS
(I)
SALDO FINANCIERO
(J)=G-B+I
APORTE DEL ESTADO
K=F+J
APORTE ESTATAL
APORTE PERSONAL
(C)=A*12,4 %
APORTE PATRONAL
(D)=A*13,15 %
APORTE DE PENSIONISTAS (E)=B*7,25 %
APORTES DEL ESTADO (F)=B*60
%
TOTAL DE APORTES
(G)=C+D+E+F
2000 60.483.371,00 41.712.706,00 6.224.767,60 6.601.870,77 3.024.171,15 29.183.349,84 24.539.714,72 29.183.349,84 70%
2001 87.790.851,00 62.661.830,00 9.072.796,71 9.622.436,56 4.542.856,82 43.869.811,74 33.918.056,73 43.869.811,74 70%
2002 102.619.247,00 76.641.225,00 10.775.280,28 11.428.058,44 5.556.488,81 49.635.029,50 40.722.857,13 49.635.029,50 65%
2003 108.562.937,00 84.990.135,00 11.195.922,48 11.874.183,60 6.161.784,76 52.748.060,00 58.634.309,04 52.748.060,00 62%
2004 112.008.585,00 88.937.626,00 11.570.156,25 12.271.088,85 6.447.977,90 53.337.224,00 61.864.105,25 53.337.224,00 60%
2005 123.930.386,00 98.365.673,00 12.785.998,54 13.560.588,20 7.131.511,24 59.083.515,74 68.103.059,17 59.083.515,74 60%
2006 222.092.386,00 115.978.027,00 26.665.152,59 28.280.556,43 8.408.406,94 69.562.411,76 95.241.071,50 69.562.411,76 60%
2007 325.476.716,00 154.881.837,00 38.826.699,37 41.178.862,90 6.046.348,63 77.701.798,84 119.530.017,41 77.701.798,84 50%
2008 417.944.031,00 219.319.186,00 52.460.759,52 55.638.889,20 117.979.247,79 142.289.293,38 117.979.247,79 54%
2009 546.919.663,00 298.930.997,00 62.305.574,97 66.080.114,23 179.358.598,22 158.398.538,11 179.358.598,22 60%
2010 559.771.771,00 341.523.613,00 72.732.951,23 77.139.192,24 204.914.167,78 414.149.636,82 204.914.167,78 60%
2011 614.147.765,00 402.706.081,00 77.713.019,85 82.420.958,82 241.623.648,40 429.875.989,11 241.623.648,40 60%
2012 658.217.635,00 446.293.969,00 83.519.103,96 88.578.781,81 267.776.381,12 495.453.805,97 267.776.381,12 60%
2013 678.460.311,00 464.450.434,00 85.739.081,38 90.933.247,86 279.123.958,35 581.953.503,40 279.123.958,35 60%
2014 755.063.500,00 471.472.600,00 85.048.500,00 90.192.500,00 282.883.560,00 458.124.560,00 622.946.258,36 609.598.218,36 282.883.560,00 60%
2015 789.737.900,00 506.846.100,00 97.927.499,60 103.850.533,85 36.746.342,25 304.107.660,00 542.632.035,70 662.191.872,64 683.788.841,82 304.107.660,00 60%
2016 817.339.100,00 535.533.700,00 101.350.048,40 107.480.091,65 38.826.193,25 321.320.220,00 568.976.553,30 741.950.410,27 760.310.392,16 321.320.220,00 60%
2017 845.892.400,00 566.366.900,00 104.890.657,60 111.234.850,60 41.061.600,25 339.820.140,00 597.007.248,45 824.243.039,17 838.850.295,31 339.820.140,00 60%
2018 875.431.000,00 601.843.300,00 108.553.444,00 115.119.176,50 43.633.639,25 361.105.980,00 628.412.239,75 908.741.041,04 918.266.803,67 361.105.980,00 60%
2019 905.989.500,00 640.451.000,00 112.342.698,00 119.137.619,25 46.432.697,50 384.270.600,00 662.183.614,75 994.234.509,58 997.850.227,05 384.270.600,00 60%
2020 937.603.600,00 676.575.700,00 116.262.846,40 123.294.873,40 49.051.738,25 405.945.420,00 694.554.878,05 1.079.973.053,16 1.078.693.969,40 405.945.420,00 60%
2021 970.310.100,00 714.007.400,00 120.318.452,40 127.595.778,15 51.765.536,50 428.404.440,00 728.084.207,05 1.167.123.221,78 1.160.728.496,52 428.404.440,00 60%
2022 1.004.147.300,00 755.722.300,00 124.514.265,20 132.045.369,95 54.789.866,75 453.433.380,00 764.782.881,90 1.255.615.630,65 1.242.914.973,70 453.433.380,00 60%
2023 1.039.154.900,00 798.437.300,00 128.855.207,60 136.648.869,35 57.886.704,25 479.062.380,00 802.453.161,20 1.344.350.813,94 1.325.234.478,25 479.062.380,00 60%
2024 1.075.373.700,00 843.347.100,00 133.346.338,80 141.411.641,55 61.142.664,75 506.008.260,00 841.908.905,10 1.433.313.775,67 1.407.286.055,48 506.008.260,00 60%
2025 1.112.846.200,00 887.471.000,00 137.992.928,80 146.339.275,30 64.341.647,50 532.482.600,00 881.156.451,60 1.522.083.742,36 1.489.630.528,57 532.482.600,00 60%
2026 1.151.616.200,00 933.842.200,00 142.800.408,80 151.437.530,30 67.703.559,50 560.305.320,00 922.246.818,60 1.611.262.653,18 1.571.881.870,47 560.305.320,00 60%
2027 1.191.729.200,00 980.787.700,00 147.774.420,80 156.712.389,80 71.107.108,25 588.472.620,00 964.066.538,85 1.700.446.309,90 1.654.189.267,16 588.472.620,00 60%
2028 1.233.232.100,00 1.031.299.000,00 152.920.780,40 162.170.021,15 74.769.177,50 618.779.400,00 1.008.639.379,05 1.789.799.833,12 1.735.743.570,04 618.779.400,00 60%
2029 1.276.173.600,00 1.083.960.600,00 158.245.526,40 167.816.828,40 78.587.143,50 650.376.360,00 1.055.025.858,30 1.878.470.045,54 1.816.160.673,26 650.376.360,00 60%
2030 1.320.604.100,00 1.133.490.200,00 163.754.908,40 173.659.439,15 82.178.039,50 680.094.120,00 1.099.686.507,05 1.966.056.027,98 1.896.775.102,72 680.094.120,00 60%
2031 1.366.575.700,00 1.186.888.800,00 169.455.386,80 179.704.704,55 86.049.438,00 712.133.280,00 1.147.342.809,35 2.053.984.232,14 1.976.725.943,54 712.133.280,00 60%
2032 1.414.142.200,00 1.240.257.200,00 175.353.632,80 185.959.699,30 89.918.647,00 744.154.320,00 1.195.386.299,10 2.141.347.850,70 2.056.388.777,09 744.154.320,00 60%
2033 1.463.359.600,00 1.296.170.100,00 181.456.590,40 192.431.787,40 93.972.332,25 777.702.060,00 1.245.562.770,05 2.228.554.997,64 2.135.333.940,09 777.702.060,00 60%
2034 1.514.285.600,00 1.368.321.800,00 187.771.414,40 199.128.556,40 99.203.330,50 820.993.080,00 1.307.096.381,30 2.315.158.370,75 2.208.634.559,62 820.993.080,00 60%
2035 1.566.980.000,00 1.443.626.400,00 194.305.520,00 206.057.870,00 104.662.914,00 866.175.840,00 1.371.202.144,00 2.395.930.728,03 2.275.354.280,87 866.175.840,00 60%
320
2036 1.621.504.700,00 1.522.686.500,00 201.066.582,80 213.227.868,05 110.394.771,25 913.611.900,00 1.438.301.122,10 2.469.887.379,77 2.334.316.222,67 913.611.900,00 60%
2037 1.677.923.700,00 1.600.431.900,00 208.062.538,80 220.646.966,55 116.031.312,75 960.259.140,00 1.504.999.958,10 2.535.788.627,99 2.385.946.202,80 960.259.140,00 60%
2038 1.736.303.500,00 1.693.082.100,00 215.301.634,00 228.323.910,25 122.748.452,25 1.015.849.260,00 1.582.223.256,50 2.594.099.157,31 2.425.401.970,07 1.015.849.260,00 60%
2039 1.796.712.500,00 1.766.229.900,00 222.792.350,00 236.267.693,75 128.051.667,75 1.059.737.940,00 1.646.849.651,50 2.639.684.453,58 2.458.822.045,69 1.059.737.940,00 60%
2040 1.859.221.800,00 1.845.775.700,00 230.543.503,20 244.487.666,70 133.818.738,25 1.107.465.420,00 1.716.315.328,15 2.679.083.370,00 2.484.267.462,72 1.107.465.420,00 60%
2041 1.923.905.000,00 1.939.684.100,00 238.564.220,00 252.993.507,50 140.627.097,25 1.163.810.460,00 1.795.995.284,75 2.710.249.247,04 2.497.087.497,62 1.163.810.460,00 60%
2042 1.990.838.000,00 2.036.831.800,00 246.863.912,00 261.795.197,00 147.670.305,50 1.222.099.080,00 1.878.428.494,50 2.728.253.738,99 2.496.000.704,47 1.222.099.080,00 60%
2043 2.060.099.800,00 2.134.865.700,00 255.452.375,20 270.903.123,70 154.777.763,25 1.280.919.420,00 1.962.052.682,15 2.731.751.010,80 2.480.435.731,00 1.280.919.420,00 60%
2044 2.131.771.700,00 2.235.151.500,00 264.339.690,80 280.327.978,55 162.048.483,75 1.341.090.900,00 2.047.807.053,10 2.720.151.086,51 2.449.358.735,15 1.341.090.900,00 60%
2045 2.205.938.100,00 2.344.831.500,00 273.536.324,40 290.080.860,15 170.000.283,75 1.406.898.900,00 2.140.516.368,30 2.692.373.457,90 2.399.353.203,77 1.406.898.900,00 60%
2046 2.282.686.300,00 2.458.697.300,00 283.053.101,20 300.173.248,45 178.255.554,25 1.475.218.380,00 2.236.700.283,90 2.644.806.000,75 2.328.515.439,50 1.475.218.380,00 60%
2047 2.362.106.700,00 2.576.886.500,00 292.901.230,80 310.617.031,05 186.824.271,25 1.546.131.900,00 2.336.474.433,10 2.575.445.950,68 2.234.799.845,29 1.546.131.900,00 60%
2048 2.444.292.900,00 2.696.427.000,00 303.092.319,60 321.424.516,35 195.490.957,50 1.617.856.200,00 2.437.863.993,45 2.482.141.018,46 2.117.029.229,00 1.617.856.200,00 60%
2049 2.529.341.500,00 2.821.674.700,00 313.638.346,00 332.608.407,25 204.571.415,75 1.693.004.820,00 2.543.822.989,00 2.363.663.426,66 1.972.550.359,42 1.693.004.820,00 60%
2050 2.617.352.900,00 2.950.214.900,00 324.551.759,60 344.181.906,35 213.890.580,25 1.770.128.940,00 2.652.753.186,20 2.217.217.853,75 1.799.359.318,27 1.770.128.940,00 60%
Notas:
La proyección de datos desde el año 2000 al 2014 fue ejecutada por el sistema de pensiones militares.
A partir del año 2014 hasta el año 2025, la reforma en la política de defensa del país dispone que las Fuerzas Armadas entren en un proceso
de reestructuración. Esto implica una reducción de 7.500 efectivos. La capacidad total de las Fuerzas Armadas, en la actualidad, es de 42.000
miembros en servicio activo (cotizantes del sistema).
La tasa de rendimiento del portafolio de inversiones, según las hipótesis financieras, es del 6,3%.
Se incorpora el aporte de los pensionistas del 7,25% al sistema de pensiones.
En el 2042, el porcentaje de incremento de la masa pensional será superior a la del rendimiento de las reserva; en tal razón, el patrimonio
inicia su decrecimiento.
321
Anexo 11 Componentes del sistema de pensiones militares
0
20,000,000
40,000,000
60,000,000
80,000,000
100,000,000
00 02 04 06 08 10 12 14
COTZINDV
0
20,000,000
40,000,000
60,000,000
80,000,000
100,000,000
00 02 04 06 08 10 12 14
COTZPATRO
0
200,000,000
400,000,000
600,000,000
800,000,000
00 02 04 06 08 10 12 14
FONDORESS
500
1,000
1,500
2,000
2,500
3,000
00 02 04 06 08 10 12 14
GDEFENSA
0
100,000,000
200,000,000
300,000,000
400,000,000
500,000,000
00 02 04 06 08 10 12 14
GPENSIONES
0
5,000,000
10,000,000
15,000,000
20,000,000
00 02 04 06 08 10 12 14
INVERSIONES
0
10,000,000
20,000,000
30,000,000
40,000,000
50,000,000
60,000,000
00 02 04 06 08 10 12 14
inversiones
20,000
24,000
28,000
32,000
36,000
40,000
00 02 04 06 08 10 12 14
NPENSIOINISTAS
20,000
24,000
28,000
32,000
36,000
40,000
00 02 04 06 08 10 12 14
NPENSIONISTAS
150
200
250
300
350
400
450
00 02 04 06 08 10 12 14
OFICIALES
0
200
400
600
800
1,000
1,200
00 02 04 06 08 10 12 14
PENMEDIA
40,000
50,000
60,000
70,000
80,000
90,000
00 02 04 06 08 10 12 14
PIB
800
1,200
1,600
2,000
2,400
00 02 04 06 08 10 12 14
TOTALEJER
0
100,000,000
200,000,000
300,000,000
400,000,000
500,000,000
00 02 04 06 08 10 12 14
TOTCOMPCOTIZ
35,000
36,000
37,000
38,000
39,000
40,000
00 02 04 06 08 10 12 14
TOTEFECTIVOS
800
1,200
1,600
2,000
2,400
00 02 04 06 08 10 12 14
TTROPA
800
1,200
1,600
2,000
2,400
00 02 04 06 08 10 12 14
TROPA
323
Anexo 12 Correlaciones cruzadas mediante el coeficiente de correlación
de Pearson
N 95 % de confianza
99 % de confianza
n 95 % de confianza
99 % de confianza
3 1.00 1.00 15 0.51 0.64
4 0.95 0.99 16 0.50 0.61
5 0.88 0.96 17 0.48 0.61
6 0.81 0.92 18 0.47 0.59
7 0.75 0.87 19 0.46 0.58
8 0.71 0.83 20 0.44 0.56
9 0.67 0.80 22 0.42 0.54
10 0.63 0.76 24 0.40 0.52
11 0.60 0.73 26 0.39 0.50
12 0.58 0.71 28 0.37 0.48
13 0.53 0.68 30 0.36 0.46
14 0.53 0.66
Por su importancia, el coeficiente mínimo de correlación (r) para un 95%
de confianza con una muestra de 10, debe ser de al menos 0,63. Por lo tanto,
presentamos a continuación la matriz de correlaciones cruzadas de las
variables de nuestra muestra a un 95% de confianza.
325
Matriz de Correlaciones Cruzadas
Nota: Todas aquellas variables con un porcentaje superior al 53% tienen un nivel de correlación alto.
COTZINDV COTZPATRO FONDORESS GDEFENSA GPENSIONES INVERSIONES INVERSIONES01 NPENSIOINISTAS NPENSIONISTAS OFICIALES PENMEDIA PIB TOTALEJER TOTCOMPCOTIZ TOTEFECTIVOS TTROPA TROPA
COTZINDV 1
COTZPATRO 1 1
FONDORESS 0.96 0.96 1.00
GDEFENSA 0.98 0.98 0.93 1.00
GPENSIONES 0.98 0.98 0.99 0.96 1.00
INVERSIONES 0.73 0.73 0.81 0.68 0.79 1.00
INVERSIONES01 0.67 0.67 0.76 0.64 0.76 0.95 1.00
NPENSIOINISTAS 0.97 0.97 0.95 0.99 0.97 0.74 0.70 1.00
NPENSIONISTAS 0.97 0.97 0.95 0.99 0.97 0.74 0.70 1.00 1.00
OFICIALES 0.53 0.53 0.55 0.41 0.55 0.61 0.60 0.40 0.40 1.00
PENMEDIA 0.99 0.99 0.98 0.98 0.99 0.75 0.70 0.97 0.97 0.54 1.00
PIB 0.95 0.95 0.91 0.97 0.95 0.74 0.70 0.99 0.99 0.37 0.95 1.00
TOTALEJER 0.13 0.13 0.26 0.07 0.25 0.32 0.39 0.11 0.11 0.30 0.20 0.02 1.00
TOTCOMPCOTIZ 0.99 0.99 0.98 0.97 1.00 0.78 0.73 0.97 0.97 0.56 1.00 0.94 0.23 1.00
TOTEFECTIVOS 0.60 0.60 0.52 0.71 0.57 0.39 0.37 0.72 0.72 -0.10 0.58 0.79 -0.38 0.56 1.00
TTROPA 0.13 0.13 0.26 0.07 0.25 0.32 0.39 0.11 0.11 0.30 0.20 0.02 1.00 0.23 -0.38 1.00
TROPA 0.07 0.07 0.19 0.02 0.18 0.25 0.32 0.06 0.06 0.18 0.13 -0.03 0.99 0.16 -0.38 0.99 1
MATRIZ DE CORRELACIONES CRUZADAS
327
Anexo 13 Test de Análisis Estadístico del Modelo
Intervalos de confianza
Los grados de libertad de la estimación son (n-k) 14-1=13. Para esos
grados de libertad, los valores de la “t” de Student (tε∕2) para los distintos niveles
de significación son:
Al 99%, el valor de t0,01∕2=2,779
Al 95%, el valor de t0,05∕2=2,055
Al 90%, el valor de t0,3∕2=1,057
90% CI 95% CI 99% CI
Variable Coefficiente Low High Low High Low High
C 0.002434 0.001503 0.003366 0.001279 0.003589 0.000753 0.004115
Factor
demográfico -0.019234 -0.031276 -0.007192
-
0.034167 -0.004300 -0.040963 0.002495
Factor mercado
laboral 6.64E-07 2.24E-07 1.10E-06 1.19E-07 1.21E-06 -1.29E-07 1.46E-06
Elegibilidad -7.21E-08 -1.05E-07 -3.96E-08 -1.12E-07 -3.18E-08 -1.31E-07 -1.35E-08
Generosidad
del sistema 116.7863 100.7685 132.8042 96.92279 136.6499 87.88356 145.6891
Coeficiente de Determinación
Para la 𝑅2 se considera la Desviación Típica de la Variable Endógena
(0.000278) y la suma cuadrática residual (5.80E-09) de modo que:
993736.0)0.000278(
13
09-5.80E
112
ˆ2 y
U
y
y
S
S
S
SR
La 𝑅2corregida se obtiene mediante:
990604.010
13)0.9937361(1
1)1(1 22
kn
nRR
328
Elipse de Confianza
Prueba de multicolinealidad
Factores de Inflación de Varianza (VIF)
Coefficient Variance
Uncentered VIF
Centered VIF Variable
C 2.51E-07 12108.06 NA
Factor demográfico 4.19E-05 12384.54 394.6571
Factor mercado laboral 5.58E-14 11230.04 311.7552
Elegibilidad 3.05E-16 10421.66 140.1557
Generosidad del sistema 74.19834 24.16420 5.990534
Existe presencia de multicolinealidad aproximada.
-.03
-.02
-.01
.00
C(2
)
.0000000
.0000004
.0000008
.0000012
C(3
)
-1.2E-07
-1.0E-07
-8.0E-08
-6.0E-08
-4.0E-08
-2.0E-08
C(4
)
100
110
120
130
140
.001 .002 .003
C(1)
C(5
)
-.03 -.02 -.01 .00
C(2)
.0000000 .0000008
C(3)
-1.2E-07 -8.0E-08 -4.0E-08
C(4)
329
Normalidad de los Residuos del Modelo
Si el JB es menor 5.99 no se rechaza la hipótesis nula
Estadístico Jarque - Bera
Los residuos son normales.
Contrastes de detección de Heteroscedasticidad
Heteroskedasticity Test: White
F-statistic 0.636143 Prob. F(4,8) 0.6511
Obs*R-squared 3.137107 Prob. Chi-Square(4) 0.5351
Scaled explained SS 1.261757 Prob. Chi-Square(4) 0.8678
Heteroskedasticity Test: Breusch-Pagan-Godfrey
F-statistic 0.650089 Prob. F(4,8) 0.6427
Obs*R-squared 3.189010 Prob. Chi-Square(4) 0.5267
Scaled explained SS 1.282633 Prob. Chi-Square(4) 0.8643
Heteroskedasticity Test: Glejser
F-statistic 0.432881 Prob. F(4,8) 0.7818
Obs*R-squared 2.313082 Prob. Chi-Square(4) 0.6784
Scaled explained SS 1.904936 Prob. Chi-Square(4) 0.7532
El modelo no presenta heteroscedasticidad.
0
1
2
3
4
5
6
-0.00004 -0.00002 0.00000 0.00002 0.00004
Series: Residuals
Sample 2000 2012
Observations 13
Mean -2.46e-19
Median -6.29e-07
Maximum 4.63e-05
Minimum -3.62e-05
Std. Dev. 2.20e-05
Skewness 0.341577
Kurtosis 3.124140
Jarque-Bera 0.261144
Probability 0.877593
330
Comportamiento autorregresivo del Modelo
El residuo de la estimación no indica un claro patrón de autocorrelación
positiva; pese a que la evolución de la endógena real y la estimada parece muy
similar, lo cierto es que el componente autorregresivo del error es muy difícil de
ver.
La nube de puntos se distribuye con claridad alejándose alrededor de
una hipotética recta de regresión con elevada pendiente lo que, lógicamente,
revela que no habría una relación entre cada error y el error estimado del
período previo.
Pruebas formales con Estadísticos
Breusch-Godfrey Serial Correlation LM Test:
F-statistic 0.877678 Prob. F(2,6) 0.4631
Obs*R-squared 2.942434 Prob. Chi-Square(2) 0.2296
El modelo no presenta autocorrelación.
Contrastes de Especificación y Estabilidad
Ramsey RESET Test
Value df Probability
t-statistic 1.545062 7 0.1662
F-statistic 2.387216 (1, 7) 0.1662
Likelihood ratio 3.814702 1 0.0508
-.00004
-.00002
.00000
.00002
.00004
.00006
.0000
.0002
.0004
.0006
.0008
.0010
.0012
00 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12
Residual Actual Fitted
45,000
50,000
55,000
60,000
65,000
70,000
75,000
80,000
-12,000 -4,000 0 4,000 8,000 12,000
RESID
ES
TA
BF
331
Notemos que la probabilidad asociada al F estadístico del test de
Ramsey RESET, es igual a 0.1662% (p>5% por lo no se rechaza la hipótesis
nula). Las variables regresoras cumplen con el objetivo de explicar bien el
modelo.
Estimaciones Recursivas
En ninguna de las estimaciones se presenta una evolución constante en
el tiempo (las figuras se alejan de mucho de la recta horizontal), con lo que no
habrá estabilidad estructural.
333
Estimaciones recursivas
-.004
-.002
.000
.002
.004
.006
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Recursive C(1) Estimates
± 2 S.E.
-.06
-.04
-.02
.00
.02
.04
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Recursive C(2) Estimates
± 2 S.E.
-.0000015
-.0000010
-.0000005
.0000000
.0000005
.0000010
.0000015
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Recursive C(3) Estimates
± 2 S.E.
-2.0E-07
-1.0E-07
0.0E+00
1.0E-07
2.0E-07
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Recursive C(4) Estimates
± 2 S.E.
0
40
80
120
160
200
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Recursive C(5) Estimates
± 2 S.E.
334
Estimaciones CUSUM y CUSUM2
El modelo es estable.
-10.0
-7.5
-5.0
-2.5
0.0
2.5
5.0
7.5
10.0
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
CUSUM 5% Significance
-0.4
0.0
0.4
0.8
1.2
1.6
2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
CUSUM of Squares 5% Significance
335
Anexo 14 Test de Análisis Estadístico del Modelo de Saldo Financiero
Tabla de Correlación
N 95 % de confianza
99 % de confianza
n 95 % de confianza
99 % de confianza
3 1.00 1.00 15 0.51 0.64
4 0.95 0.99 16 0.50 0.61
5 0.88 0.96 17 0.48 0.61
6 0.81 0.92 18 0.47 0.59
7 0.75 0.87 19 0.46 0.58
8 0.71 0.83 20 0.44 0.56
9 0.67 0.80 22 0.42 0.54
10 0.63 0.76 24 0.40 0.52
11 0.60 0.73 26 0.39 0.50
12 0.58 0.71 28 0.37 0.48
13 0.53 0.68 30 0.36 0.46
14 0.53 0.66
Por su importancia el coeficiente mínimo de correlación (r) para un 95%
de confianza con una muestra de 10, debe ser de al menos 0,63. En la matriz
de correlaciones cruzadas de las varíales de nuestra muestra a un 95% de
confianza.
Matriz de Correlaciones Cruzadas
Rt+1 TAU*W*N R(1+i) (-B*P)
Rt+1 1
TAU*W*N 0.486049544 1
R(1+i) 0.982698032 0.611975173 1
(-B*P) -0.517725069 -0.989220089 -0.62768164 1
Normalidad de los residuos del modelo de MCO
Regla de Decisión:
99.52
)2%;5( JB
336
Estadístico Jarque – Bera
Elaboración propia
El test nos indica que los residuos son normales.
Comportamiento autorregresivo del Modelo
Pese a que la evolución de la endógena real y la estimada parece muy
similar, el ajuste es bueno. La línea verde y roja son prácticamente las mismas;
los residuos en azul se comportan relativamente estables, excepto las
innovaciones que salen de los límites de confianza.
0
1
2
3
4
5
-9999975 -4999975 25.0000 5000025 1.0e+07
Series: Residuals
Sample 2000 2012
Observations 13
Mean 7.16e-09
Median 786273.3
Maximum 7932065.
Minimum -8587050.
Std. Dev. 5069640.
Skewness -0.172987
Kurtosis 1.873909
Jarque-Bera 0.751714
Probability 0.686701
-10,000,000
-5,000,000
0
5,000,000
10,000,0000
50,000,000
100,000,000
150,000,000
200,000,000
250,000,000
300,000,000
00 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12
Residual Actual Fitted
337
Contrastes de Detección de Heteroscedasticidad
Heteroskedasticity Test: White
F-statistic 1.451992 Prob. F(9,3) 0.4186
Obs*R-squared 10.57280 Prob. Chi-Square(9) 0.3061
Scaled explained SS 2.214240 Prob. Chi-Square(9) 0.9876
Heteroskedasticity Test: Breusch-Pagan-Godfrey
F-statistic 0.454327 Prob. F(3,9) 0.7207
Obs*R-squared 1.709813 Prob. Chi-Square(3) 0.6348
Scaled explained SS 0.358083 Prob. Chi-Square(3) 0.9488
Heteroskedasticity Test: Glejser
F-statistic 0.680605 Prob. F(3,9) 0.5858
Obs*R-squared 2.403916 Prob. Chi-Square(3) 0.4929
Scaled explained SS 0.992871 Prob. Chi-Square(3) 0.8030
El modelo no presenta heteroscedasticidad.
Contrastes de Auto-correlación
Breusch-Godfrey Serial Correlation LM Test:
F-statistic 2.162268 Prob. F(2,7) 0.1857
Obs*R-squared 4.964351 Prob. Chi-Square(2) 0.0836
El modelo no presenta autocorrelación.
Intervalos de confianza
Los grados de libertad de la estimación son (n-k) 14-1=13. Para esos
grados de libertad, los valores de la “t” de Student (tε∕2) para los distintos niveles
de significación son:
Al 99%, el valor de t0,01∕2=2,779
Al 95%, el valor de t0,05∕2=2,055
Al 90%, el valor de t0,3∕2=1,057
90% CI 95% CI 99% CI
Variable Coefficient Low High Low High Low High
C -3914119. -14269212 6440975. -16692846 8864608. -22272154 14443916
TAU*W*N -7.82E-09 -1.10E-08 -4.67E-09 -1.17E-08 -3.93E-09 -1.34E-08 -2.23E-09
ACUMULADO 2.37E-09 2.24E-09 2.50E-09 2.21E-09 2.53E-09 2.14E-09 2.60E-09
-(PENMEDIA*NPENSIONISTAS) -3.165713 -4.816356 -1.515070 -5.202693 -1.128733 -6.092056 -0.239369
338
Coeficientes de Determinación
Para la 𝑅2 se considera la Desviación Típica de la Variable Endógena
(68402097) y la suma cuadrática residual (3.08E+14) de modo que:
0.994507)68402097(
13
14+3.08E
112
ˆ2 y
U
y
y
S
S
S
SR
La 𝑅2corregida se obtiene mediante:
0.99267610
13)0.9945071(1
1)1(1 22
kn
nRR
Como podemos comprobar el ajuste global es bueno.
Elipse de Confianza
-1.0E-08
-8.0E-09
-6.0E-09
-4.0E-09
C(2
)
1.0E-09
2.0E-09
3.0E-09
4.0E-09
C(3
)
-5
-4
-3
-2
-1
-20,000,000 0 10,000,000
C(1)
C(4
)
-1.2E-08 -8.0E-09 -4.0E-09
C(2)
2.2E-09 2.4E-09
C(3)
339
Pruebas Gráficas de Estabilidad
Estimaciones CUSUM y CUSUM2
Las líneas azules se mantienen dentro de las bandas de confianza. Si
saliese del modelo, este sería inestable como demuestra el grafico de
CUSUM2.
Prueba de multicolinealidad
Factores de Inflación de Varianza (VIF)
Coefficient Uncentered Centered
Variable Variance VIF VIF
C 3.19E+13 12.10542 NA
TAU*W*N 2.96E-18 81.90907 46.92252
ACUMULADO 4.94E-21 2.144626 1.660334
-(PENMEDIA*NPENSIOINISTAS) 0.810826 132.4448 48.43009
Existe presencia de multicolinealidad aproximada, ya que algunas de las
variables superan el valor de 10 esperado.
Contrastes de Especificación y Estabilidad
Test de Ramsey
Ramsey RESET Test
Value df Probability
t-statistic 0.468770 8 0.6517
F-statistic 0.219746 (1, 8) 0.6517
Likelihood ratio 0.352270 1 0.5528
-10.0
-7.5
-5.0
-2.5
0.0
2.5
5.0
7.5
10.0
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
CUSUM 5% Significance
-0.4
0.0
0.4
0.8
1.2
1.6
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
CUSUM of Squares 5% Significance
340
La probabilidad asociada al F estadístico del test de Ramsey RESET es
igual a 0.6517% (p>5%, por lo no se rechaza la hipótesis nula). Las variables
regresoras cumplen con el objetivo de explicar bien el modelo.
Multicolinealidad mediante la U de THEIL
Pruebas Gráficas de Estabilidad
Estimaciones CUSUM y CUSUM2
El modelo es estable.
Contrastes de Especificación y Estabilidad
Ramsey RESET Test
Value Df Probability
t-statistic 1.584241 10 0.1442
F-statistic 2.509820 (1, 10) 0.1442
Likelihood ratio 2.911075 1 0.0880
Elaboración propia
Notemos que la probabilidad asociada al F estadístico del test de
Ramsey RESET es igual a 0.1442% (p>5%, por lo no se rechaza la hipótesis
El R2 del modelo Restringido no debe ser mayor al R2 del modelo sin restringir.
R2 del modelo sin restringir 0.994507 No hay multicolinealidad.
R2 del modelo Restringido 0.978688
-10.0
-7.5
-5.0
-2.5
0.0
2.5
5.0
7.5
10.0
02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12
CUSUM 5% Significance
-0.4
0.0
0.4
0.8
1.2
1.6
02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12
CUSUM of Squares 5% Significance
341
nula). Las variables regresoras cumplen con el objetivo de explicar bien el
modelo.
Contrastes de Detección de Heteroscedasticidad
Heteroskedasticity Test: Breusch-Pagan-Godfrey
F-statistic 2.590332 Prob. F(1,11) 0.1358
Obs*R-squared 2.477814 Prob. Chi-Square(1) 0.1155
Scaled explained SS 1.529922 Prob. Chi-Square(1) 0.2161
El modelo no presenta heteroscedasticidad.
Normalidad de los Residuos del Modelo
Los residuos son normales.
0
1
2
3
4
5
6
-0.50 -0.25 0.00 0.25 0.50
Series: Residuals
Sample 2000 2012
Observations 13
Mean 4.80e-16
Median -0.025915
Maximum 0.468501
Minimum -0.444786
Std. Dev. 0.242637
Skewness 0.165757
Kurtosis 2.724773
Jarque-Bera 0.100561
Probability 0.950963
342
Eficiencia predictiva del Modelo
El coeficiente de desigualdad de Theil tiene como valor 0.063101 cercano a
cero, lo cual indica fiabilidad en la predicción del modelo.
0
200,000,000
400,000,000
600,000,000
800,000,000
1,000,000,000
1,200,000,000
00 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12
FONDORESSF ± 2 S.E.
Forecast: FONDORESSFActual: FONDORESSForecast sample: 1992 2014Adjusted sample: 2000 2012Included observations: 13Root Mean Squared Error 36088955Mean Absolute Error 28519598Mean Abs. Percent Error 18.65834Theil Inequality Coefficient 0.063101 Bias Proportion 0.001853 Variance Proportion 0.148279 Covariance Proportion 0.849868
343
Anexo 15 El Modelo de Valoración de Activos Financieros (CAPM) clásico
o de tipo discreto
Se utilizó el método de Capital Asset Pricing Model (CAPM) para calcular
la estimación del futuro del fondo de reserva. Al utilizar esta metodología
pretendemos ajustar de forma correcta el valor de la variable dependiente
desconocida en su futuro para aproximarla a una función esperada.
El CAPM clásico se basa en la explicación de la prima de riesgo para los
activos financieros, permitiendo que el inversionista se relacione en el mercado
a través de sus agentes o bien de sus activos. Además, posee un componente
introducido por Markowitz (op.cit.), que instaura la disyuntiva de los agentes
económicos entre el riesgo y el retorno, estableciendo la relación directa entre
estas variables.
El punto de partida de la modelización del CAPM es la condición de
eficiencia, es decir, el diseño de un portafolio de activos con riesgo que otorgue
un rendimiento esperado minimizando el riesgo. Formalmente la condición se
puede resumir como sigue.
𝜇1 − 𝑟0
𝛽1=
𝜇2 − 𝑟0
𝛽2= ⋯ =
𝜇𝑛 − 𝑟0
𝛽𝑛= 𝜇𝑧 − 𝑟0
Para i = 1, 2,…. n
Donde
n: número de activos con riesgo
r0: retorno sobre un activo libre de riesgo
µi: es el retorno esperado sobre el activo
Por construcción,
𝛽𝑖 = 𝜎𝑖𝑍 𝜎𝑍2⁄
Siendo Z el portafolio eficiente, la ecuación indica que pequeños
cambios en la composición del portafolio, provocados por cambios en la
344
participación de un activo i, afectan en igual proporción a todos los otros activos
del portafolio.
Entonces, si la ecuación no se cumple, es posible obtener un mayor
retorno del portafolio sin que esto implique un aumento del riesgo. Bajo esta
condición de eficiencia se puede encontrar el equilibrio de mercado con el
modelo CAPM, como se muestra a continuación.
Sea el valor de la posición sobre el activo i dada por la siguiente
expresión:
𝑧𝑖𝐵𝑗
Para todo j = 1, 2,…m
Donde,
Bj: valor total del portafolio del inversionista102j
Zi: la ponderación103 destinada al activo i
Bajo una condición de equilibrio de mercado, el valor del activo i está
dada por:
𝑝𝑖𝑋𝑖 = ∑ 𝑧𝑖𝐵𝑗 =
𝑚
𝑗=1
𝑧𝑖 ∑ 𝐵𝑗
𝑚
𝑗=1
= 𝑧𝑖𝐵
Para todo i = 1, 2,…n
De la anterior expresión de obtiene 𝑍𝑖 =𝑝𝑖𝑋𝑖
𝐵≡ 𝑚𝑖 , para i = 1, 2,…n. Esta
expresión implica que el equilibrio de mercado se da cuando los precios de los
activos se ajustan de manera tal que zi iguala a la ponderación del activo i en el
portafolio 𝑝𝑖𝑋𝑖/𝐵.
102
El subíndice j se excluye de z debido a que, bajo el supuesto de expectativas homogéneas, la matriz de varianzas y covarianzas es igual para todos los inversionistas. Entonces, la ponderación sobre el activo i también será idéntica. 103
Según la condición ∑ 𝑧𝑖𝑛𝑖=1 = 1
345
El portafolio construido por el inversionista debe igualar al portafolio de
mercado respetando la condición de equilibrio. Por tanto, la elección de activos
de riesgo debe dar como resultado un portafolio eficiente que tenga
ponderaciones iguales a las del equilibrio. Para este efecto pueden emplearse
métodos de media-varianza.
Se identifica una relación de aversión al riesgo que poseen los agentes
económicos; por tanto se abre la posibilidad de negociar un activo a tasas libre
de riesgo. En este caso, cada portafolio difiere en la posición que se tiene
sobre este activo. Entonces, los portafolios óptimos se encuentran sobre la
Línea de Mercado de Capital o CML por su nombre en inglés104.
𝐶𝑀𝐿 ≡ 𝜇𝑧 = 𝑟0 +𝜎𝑧
𝜎𝑀(𝜇𝑀 − 𝑟0)
La expresión anterior corresponde al CML dado el retorno libre de
riesgo. Realizando operaciones entre las anteriores expresiones, se observa
que la igualdad se cumple:
𝜇𝑖 − 𝑟𝑜
𝛽𝑖= 𝜇𝑀 − 𝑟0 ≡ 𝜇𝑖 = 𝑟0 + 𝛽𝑖(𝜇𝑀 − 𝑟0)
Donde, 𝛽𝑖 = 𝜎𝑖𝑀 𝜎𝑀2⁄ . Para i = 1, 2,…n
La útil relación que representa la predicción principal del CAPM,
establece que el retorno esperado sobre un activo i es la función lineal de la
prima de riesgo (𝜇𝑀 − 𝑟0) cuya pendiente es igual a 𝛽𝑖. Entonces, el CAPM
posibilita la predicción del retorno esperado de un activo. Para simplificar este
análisis, de las ecuaciones antes presentadas, se deriva la Línea de Seguridad
de Mercado o SML105, en la cual para valores dados de 𝜇𝑀 − 𝑟0 es posible
encontrar y graficar la interrelación existente entre 𝜇𝑖y 𝛽𝑖, teniendo como
intercepto a 𝑟0.
104
Capital Market Line, este concepto emplea el cociente de Sharpe, que establece que todos los portafolios eficientes generan un mismo retorno sobre una unidad de riesgo. Formalmente debe cumplir la siguiente ecuación:
𝜇𝑧 − 𝑟0
𝜎𝑧
=𝜇𝑀 − 𝑟0
𝜎𝑀
Donde, Z es un portafolio eficiente y M es el portafolio de mercado. 105
Security Market Line.
346
Línea de Seguridad del Mercado (SML)
Fuente: Bailey (2005)
Se puede observar que para cualquier valor de 𝛽𝑖 la SML es capaz de
mostrar el retorno esperado para el activo i. Si esta condición se cumple,
entonces todos los activos deben estar sobre la SML; por tanto, existe equilibrio
en el mercado financiero.
Solo existen dos posibilidades de desequilibrio:
a) Si un activo está por encima de la SML, esta situación identificaría un
retorno observado mayor al predicho por el modelo CAPM. Por tanto, se
puede decir que el precio estaría subestimado. Entonces los
inversionistas deberían esperar a que el precio del activo se ajuste a la
alza en busca del equilibrio de mercado, por lo que la demanda por este
activo tendería a incrementarse.
b) Si un activo está por debajo de la SML, su precio estaría sobreestimado,
el caso opuesto al anterior, por lo que el mercado, en aras de corregir el
fallo, bajaría su precio hasta lograr el equilibrio y así la demanda por el
activo tendería a la baja.
347
Dado que las estimaciones del modelo CAPM consideran a 𝜇𝑖 y 𝜇𝑀
variables aleatorias, la anterior ecuación puede reescribirse como la que sigue,
donde 𝜀𝑖 es un término de pertubación estocástica.
𝑟𝑖 − 𝑟0 = 𝛼0 + 𝛽𝑖(𝑟𝑀 − 𝑟𝑜) + 𝜀𝑖
Para i = 1, 2,…n
Como sabemos.
∝𝑖 hace referencia a la rentabilidad normal del activo i-ésimo sobre el
benchmark, en nuestro caso las series de los mercados de USA.
𝑟𝑖,𝑡 es la rentabilidad continua del activo i en el periodo t en exceso sobre el
activo libre de riesgo.
𝑟𝑚,𝑡 es la rentabilidad continua en exceso del benchmark en el periodo t.
𝛽𝑖 es el riesgo sistemático del activo i.
𝜀𝑡 es el error de la ecuación.