Borobio, Dionisio - Los Sacramentos

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DIONISIO BOROBIO P. TENA - J. ALDAZABAL - E. ALIAGA I. OÑATIBIA - J. LLOPIS LA CELEBRACIÓN EN LA IGLESIA II SACRAMENTOS EDICIONES SIGÚEME

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DIONISIO BOROBIOP. TENA - J. ALDAZABAL - E. ALIAGA I. OATIBIA - J. LLOPIS

LA CELEBRACIN EN LA IGLESIA IISACRAMENTOS

EDICIONES SIGEME

LUX M U N D I

DIONISIO BOROBIO (Director) P. TENA - J. ALDAZABAL - E. ALIAGA I. OATIBIA - J. LLOPIS

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LA CELEBRACIN EN LA IGLESIAIISACRAMENTOS

EDICIONES SIGEMESALAMANCA 1988

CONTENIDO

Prlogo Siglas de colecciones y revistas Documentos del concilio Vaticano II Rituales y documentos litrgicos del Vaticano II Abreviaturas Introduccin (D. Borobio)I. SACRAMENTOS DE INICIACIN CRISTIANA: BAUTISMO Y

9 11 19 21 23 25

CONFIRMACIN (P. Tena-D. Borobio) Introduccin a los sacramentos de iniciacin El testimonio de la experiencia histrica de la Iglesia Valoracin teolgica de los smbolos fundamentales de la iniciacin cristiana Los datos bblicos sobre la iniciacin cristiana Las dimensiones de una comprensin sistemtica de la iniciacin cristiana Planteamientos pastorales sobre la iniciacin cristiana II. Ediciones Sigeme. S. A.. I9XX Apartado 332 - 37(1X0 Salamanca (Espaa) ISBN: 84-301-0955-2 (obra completa) ISBN:X4-3()I-I064-X(vol. II) Depsito legal: S. 622-19XX Printed in Spain Imprime: Grficas Ortega. S. A. Polaono El Vlonlalvo - Salamanaca. I98X LA EUCARISTA

27 29 51 75 97 127 167 181 187 253 303 337 381

(J. Aldazbal)

La eucarista en el nuevo testamento Evolucin histrica de la comprensin eclesial de la eucarista La plegaria eucarstica Reflexin teolgica sobre la eucarista La celebracin de la eucarista

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Contenido

PROLOGO437

III.

PENITENCIA (E. Aliaga)

PenitenciaIV. MATRIMONIO (D. Borobio)

439497

MatrimonioV. MINISTERIOS ECLESIALES: ORDEN (I. Oatibia)

499593

El sacramento del ordenVI. UNCIN DE ENFERMOS (D. Borobio)

595653

Uncin de enfermos VII.EXEQUIAS

655 745 747 761 771 777 La liturgia es la realidad ms viva y la expresin ms elocuente de la vida de la iglesia. Por la liturgia la iglesia dice su identidad reconocida, su mismidad renovada. En la liturgia la iglesia hace experiencia de su ser y de su existir. La liturgia es la misma iglesia en su relacin simblica ms densa con Dios y con su totalidad. Podr esta liturgia interpretarse, configurarse y ser puesta en accin de una u otra forma, con una u otra actitud. Pero lo cierto es que, por encima y gracias a sus vicisitudes y pluralismos, la liturgia es y seguir siendo el smbolo ms pregnante de vida cristiana, la forma ms original que tenemos los creyentes para decir la salvacin que nos ha sido dada, la esperanza que nos inunda. El Vaticano II y la reforma litrgica por l desencadenada, han sido los motivos principales de una nueva conciencia litrgica, cuya consolidacin est en trance de producirse. Pasadas las reacciones de la primera inocencia o los conflictos de la primera reaccin (extremismos de diverso tipo), estamos en un momento propicio para que la reforma litrgica produzca sus mejores frutos. Los diversos movimientos o corrientes de opinin litrgica posvaticanos (desacralizacinsecularizacin, socializacin-politizacin, evangelizacin-catequizacin, adaptacin-creatividad, simbolismo-fiesta, intimismo-experiencia, ecumenismo-unidad...), han contribuido sin duda a un mejor discernimiento, a una mayor riqueza del sentido, las dimensiones y las exigencias de la celebracin. Esta situacin nueva y esta aportacin enriquecedora creemos deben ser asumidas con rigor en una visin renovada de la liturgia y los sacramentos. Las aportaciones que ya nos ofrece el contraste de la celebracin litrgica y sacramental con la situacin actual de la iglesia, con la accin pastoral, con las ciencias humanas, con la configuracin social, con la instancia ecumnica... no pueden quedar al margen de una comprensin integral y verdaderamente renovada de la liturgia.

(J. Llopis)

Exequias ndice de autores ndice de materias ndice general

10

Prlogo

De todo ello se desprende la necesidad de una nueva sntesis litrgica y sacramental que, respondiendo a las exigencias del momento, destaque los valores permanentes y ponga de relieve los centros de sentido, pondere la diversidad y el pluralismo, defienda la identidad sin ahogar la vida, ayude a la verdadera recepcin consciente, sepa unir la liturgia condita con la liturgia condenda, articule en un desarrollo unitario y coherente la totalidad litrgico-sacramental, oferte en fin una respuesta a la sensibilidad y reivindicacin simblica del hombre actual. Esta es, justamente, la tarea que hemos querido emprender y realizar un grupo de liturgistasy telogos de los sacramentos, en servicio a la iglesia, y como respuesta a una necesidad por todos comnmente sentida. La obra que presentamos no es proposicin de una persona sino demanda de una Asociacin (la de los profesores de Liturgia de Espaa: A. E. P. L.); no es mrito de un autor sino trabajo de un equipo, que ha sabido unir sus esfuerzos y superar dificultades con ilusin y entrega. DIONISIO BOROBIO (Coordinador responsable del primer volumen)

SIGLAS DE COLECCIONES Y REVISTASSAAS

Ac Bibl Ac Cat Ac Past AFrH AHD AKG ALW An Can Ang Ani Ant APhil Asam Sen AScSR Assem Seign AtCont Bib Bi Leb Bi Lit Bi Vi chr BLit E Bol Hoac BTBib BThAM

Acta Apostolicae Sedis, Roma 1909 ss. Actualidad Bibliogrfica, Barcelona 1964. Actualidad Catequtica, Madrid 1960 ss. Actualidad Pastoral, Buenos Aires 1968 ss. Archivium Franciscanum Historicum, Florencia-Quaracchi 1908 ss. Archives d'histoire doctrnale et littraire du moyen age Paris 1926 ss. Archiv fr Kulturgeschichte (Leipzig), Mnster y Colonia 1903 ss. Archiv fr Liturgiewissenschaft (antes: JLW), Ratisbona 1950 ss. L'Anne Canonique, Pars 1952 ss. Angelicum, Roma 1924 ss. Anima, Mainz-Olten 1946-65; desde 1966: Diakonia. Antonianum, Roma 1926 ss. Archives de Philosophie Asambleas del Seor, 65 vol. Madrid 1964-1966. Archives de Sciences Sociales des Religions, Paris 1973 ss. Assembles du Seigneur, 67 t , Pars 1968-1975. El Atesmo contemporneo dir. por J. Girardi, 4 vol. Madrid 1971. Bblica, Roma 1920 ss. Bibel und Leben, Dusseldorf 1960 ss. Bibel und Liturgie, Munich 1927/28 ss. Bible et Vie chrtienne, Pars 1953-1973. Bulletin de Littrature Ecclsiastique, Tolo use 1899 ss. Boletn de la HOAC (ahora Noticias Obreras) Madrid 1947 y siguientes. Bulletin de Thologie Biblique (Biblical Theology Bulletin), Roma 1971-1972 ss. Bulletin de Thologie Ancienne et Medivale, Lovaina 1929 y siguientes.

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Siglas

Siglas

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BThom Burg BZ BZThS Cath CBQ Cl CFT Chr CiFe CiTom CiuDios CivCat Coll Mechl Com Com Chret Com Lit Comp Conc Conf Cont Cor Crist Soc CSCO CSEL CSL CuBib DACL DAFC DB DBS DETM DHGE Diak DiEc Div

Bulletin Thomiste, Roma 1924-1968 (desde 1969: Rassegna di Letteratura Tomistica). Burgense, Burgos 1960 ss. Biblische Zeitschrift, Paderborn 1957 ss. Bonner Zeitschrift fr Theol. und Seelsorge, Dusseldorf 1924-1931. Catholicisme. Hier-Aujourd'hui. The Catholic Biblical Quarterly, Washington 1939 ss. Clbrer, Pars 1955. Conceptos Fundamentales de Teologa, dirigida por H. Fors, Madrid 1966-1979, 2 vol. Christus, Mxico 1935 ss. Ciencia y Fe, San Miguel (Argentina) 1944-1964. Ciencia Tomista, Salamanca 1910 ss. La Ciudad de Dios, El Escorial 1981 ss. La Civilt Catholica, Roma 1850 ss. Collectanea Mechlimensia, Mecheln 1907 ss. Communio, Madrid 1979. Communaut Chrtienne, Montreal 1962. Communauts et Liturgies, Ottignies 1946 ss (antes Paroisse et Liturgie). Compostellanum, Santiago de Compostela 1956. Concilium, Madrid 1965 ss. Confer, Madrid 1962. Contacts, Pars 1963. Corintios XIII, Madrid 1977. Cristianismo y Sociedad, Montevideo 1963. Corpus Scriptorum Christianorum Orientalium, Pars 1903 y siguientes. Corpus Scriptorum Ecclesiasticorum Latinoruin. \ ICIU 1866 ss. Corpus Scriptorum. Series Latina. Cultura Bblica, Madrid 1944 ss. Dictionnaire d'Archologie chrtienne et de Liturgie, Pars 1924 ss. Dictionnaire Apologtique de la Foi Catholique, Pars 19091931. Dictionnaire de la Bible, ed. por F. Vigourons, Pars 18951912 (cf DBS). Dictionnaire de la Bible, Supplment, ed. por L. Pirot y J. A. Robert, Pars 1928 ss (cf. DB). Diccionario enciclopdico de teologa moral, ed. por L. Rossi y A. Valsecchi, Madrid 1974. Dictionnaire d'Histoire et de Gographie ecclsiastiques, Pars 1912 ss. Diakonia, Mainz-Olten 1966 ss., continuacin de Anima. Dilogo Ecumnico, Salamanca. Divinitas, Roma 1957.

DNT Doc Sol DS DSpir DTC DTI DTNT ECA Eccl EcRev Ef Diac Egl Th EICS Eph Carm Eph Lit Eph Mar Eph Theol Lov Est Bib Est Ecl Est Franc Est Mis EsVi Et Et B ETe ETL ETRel EvT FoiT GeistLeb GER GLNT Greg HDG HDienst HK HPTh

Diccionario del NT, ed. por X. Lon-Dufour, Madrid 1977. Documentacin Social, Madrid 1958 ss. 3.a poca 1971 ss. H. Denzinger-A. Schnmetzer, Enchiridion Symbolorum... Bar 341967. Dictionnaire de Spiritualit asctique et mystique. Doctrine et histoire, ed. por M. Villes, Pars 1932 ss. Dictionnaire de thologie catholique, ed. por A. Vacant y E. Mangenot, Pars 1899 ss. Diccionario Teolgico Interdisciplinar, ed. por L. Pacomio y otros, Salamanca 1982. Diccionario Teolgico del Nuevo Testamento, ed. por L. Coenen y otros, 4 vol., Salamanca 1980 ss. Estudios Centroamericanos, San Salvador 1945 ss. Ecclesia, Madrid 1941 ss. The Ecumenical Review, Ginebra 1948 ss. Effort Diaconal. Eglise et Thologie, Otawa 1970. Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, dir. por D. L. Sills, Madrid 1979, 11 vol. Ephemerides Carmeliticae, Florencia 1947 ss. Ephemerides Liturgicae, Roma 1887 ss. Ephemerides Mariologicae, Madrid 1951 ss. Ephemerides Theologicae Lovanienses, Leuen. Estudios Bblicos, Madrid 1941 ss. Estudios Eclesisticos, Madrid 1922-1936, 1942 ss. . Estudios Franciscanos, Barcelona 1907 ss. Estudios de Misionologa. Esprit et Vie. Etudes, Pars 1856 ss (hasta 1896: Etudes Religieuses). Etudes Bibliques, Pars 1907 ss. Escritos de Teologa: ed. K. Rahner. Ephemerides Theologicae Lovanienses, Brujas 1924 ss. Etudes Thologiques et Religieuses, Montpelier 1926 ss. Evangelische Thologie, Munich 1934 ss. La foi et le Temps, Tournai 1968 ss. Geist und Leben. Zeitschrift fr Aszese und Mystik, Wrzburg 1947 ss. Gran Enciclopedia Rialp. Grande lessico del Nuovo Testamento, ed. por F. Mataguini y S. Scorpeat (original: TWNT). Gregorianum, Roma 1920 ss. Handbuch der Dogmengeschichte, ed. por M. Schmaus, J. R. Geiselmann, A. Grillmeier, Friburgo de Brisgovia 1951 ss. Heiliger Dienst, Salzburgo 1947 ss. Herder-Korrespondenz, Friburgo de Brisgovia 1946 ss. Handbuch der Pastoral-theologie, 5 vol. ed. K. Rahner y otros.

14 HThR Hum ICI Idlnt Ig Vi Inc Cult Irn Ist JBL JLW KerDo Laic LJ LSc Cat LCCat LCd Lit Zeit LMD LThK LumVie LumVit Man MasOuv MGH MisAb MisJov MM MS MThZ NDT Not NotObr NRT NTS Or Cath Pg Par Lit Par Mis Past Mis Past Pop

Siglas The Harvard Theological Review, Cambridge, Mass., 1908 y siguientes. Humanitas, Brescia 1964 ss. Informations Catholiques Internationales, Pars 1955 ss (de 1953 a 1955: L'actualit religieuse dans le monde). IDOC International, Roma 1963 ss. Iglesia Viva, Valencia 1966. Incontri Culturali, Roma 1968 ss. Irnikon, Chevegtone 1926 ss. Istina, Pars 1954 ss. Journal of Biblical Literature, Boston 1881 ss. Jahrbuch fr Liturgie Wissenschaft, Mnster 1921-1941 ( = ALW). Kerygma und Dogma, Gotinga 1955 ss. Laicado. Liturgisches Jahrbuch La Scuola Catholica La Civilt Cattolica La Ciudad de Dios. Liturgisches Zeitschrift, Berln 1929-1933 (desde 1934: Liturgisches Leben). La Maison-Dieu, Pars 1945 ss. Lexikon fr Theologie und Kirche, Friburgo 1930-1938, 1957-1965. Lumire et Vie, Lyon 1950 ss. Lumen Vitae, Bruselas 1946 ss. Manresa, Madrid 1925 ss. Masses Ouvrires, Pars 1945 ss. Monumenta Germaniae Histrica, Hannover-Berlin 1826 y siguientes. Misin Abierta al servicio de su fe, 1972 ss (de 1907 a 1971: La Ilustracin del clero). Misin Joven, Madrid 1977 ss. Mundo Mejor, Madrid 1960 ss. Mysterium Salutis, ed. por J. Feiner y M. Lhrer, 4 vol, Madrid 1969-1975. Mnchener Theologische Zeitschrift, Munich 1950 ss. Nuevo Diccionario de Teologa, ed. por G. Borbaglio y S. Dianich, 2 vol., Madrid 1982. Notitiae, Roma 1965 ss. Noticias Obreras (antes: Boletn de la HOAC). Nouvelle Revue Thologique, Lovaina 1879 ss. New Testament Studies, Cambridge-Washington 1954 ss. Orbis Catholicus, Barcelona 1958-1964. Pginas. Paroisse et Liturgie (ahora: Com Lit), Brujas 1918 ss. Parole et Mission, Pars 1958-1970. Pastoral Misionera, Madrid 1965. Pastoral Popular, Santiago de Chile 1953 ss. Pent PG Phase PL PMCL PMV QL QPast QVC RAC RAPop RasT RB RBiblt RCLAfr REB RecSR REDC Re Cult Re Scuo RET Rev Bib Rev Esp Rev Met Mor Rev Nouv RevQ Rev Thom RF RGG RHPR RHSp RL RPasLit RSPhTh RSR RTh RThPh RTLv RTM

Siglas

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Pentecosts, Madrid 1963 ss (ahora Moralia). Patrologa Graeca, ed. por J. P. Migne, 161 vol, Pars 18571866; Suppl. 1959 ss. Phase, Barcelona 1961. Patrologa Latina, ed. por J. P. Migne, 217 vol, Pars 18441864; Suppl. 1958 ss. Peridica de re morali, cannica, litrgica, Roma 1912 ss. Pro mundi Vita, Bruselas 1964 ss. Questions Liturgiques et paroissiales, Lovaina 1921 ss. Quaderns de pastoral, Barcelona 1973 ss (de 1969 a 1972: Presbyterium). Questions de Vida Cristiana, Barcelona 1958 ss. Reallexikon fr Antike und Christentum, ed. por Th. Klauser, Stuttgart 1941 (1950) ss. Revue de l'Action Populaire, Pars 1950-1965 (ahora: Projet). Rassegna di Teologa, Miln 1966 ss. Revue biblique, Pars 1892; nueva serie desde 1904. Revista Bblica Italiana, Brescia 1953 ss. Revue du Clerg Africain, Mazidi (Zaire) 1946 ss. Revista Eclesistica Brasileira, Petrpolis 1941 ss. Recherches des Sciences Religieuses, Estrasburgo 1921 ss. Revista Espaola de Derecho Cannico, Salamanca 1946 ss. Religin y Cultura, Madrid 1928 ss. Religione e Scuola. Revista Espaola de Teologa, Madrid 1940 ss. Revista Bblica, Buenos Aires 1939 ss. Revista de Espiritualidad, Madrid 1941 ss. Revue de Mtaphysique et de Morale, Pars 1893 ss. Revue Nouvelle, Bruselas 1945 ss. Revue de Qumrn, Pars 1958 ss. Revue Thomiste, Pars 1893 ss. Razn y Fe, Madrid 1901 ss. Die Religin in Geschichte und Gegenwart, Tubinga 1909 y siguientes. Revue d'Histoire et de Philosophie Religieuse, Estrasburgo 1921 ss. Revue d'Histoire de la Spiritualit Rivista Litrgica, Roma 1914 ss. Rivista di Pastorale Litrgica, Brescia 1963 ss. Revue de Sciences Phosophiques et Thologiques, Pars 1907 ss. Revue de Science Religieuse, Pars 1910 ss. Revue Thomiste, Pars 1893 ss. Revue de Theologie et de Philosophie, 1. Serie (Lausana 1868-1911), 2. Serie (1913-1950), 3. Serie (1951 ss). Revue Thologique de Louvain, Lovaina 1970 ss. Rivista di Teologa Morale, Bologna 1969 ss.

16 RVSp Sacr Er SalT SC SCt ScEc Schol ScuolC Seel SelT Seminarios Seminarium Ser Signo Sin SM Sp StGr StMor Str SZ TcAp ThGl ThLz ThQ ThRu ThST ThXav TThZ TVid TWNT VerC VerDom Vlnt ViNue Voc VR VS VSS VTB Wr

Siglas Rivista di Vita Spirituale, Roma 1947 ss. Sacris Erudiri. Jaarboek voor Godsdienstvetenschapen, Brujas 1948 ss. Sal Terrae, Santander 1912 ss. Sources Chretiennes. La Scuola Cattolica, Miln 1873 ss. Sciences Ecclsiastiques, Montreal 1948 ss. Scholastik, Friburgo de Brisgovia 1926 ss. Scuola Cattolica, Miln 1873 ss. . Die Seelsorge, Viena 1925-1926 (desde 1970: Diakonia). Selecciones de Teologa, San Cugat del Valles 1962. Seminarios, Salamanca 1955 ss. Seminarium, Citt del Vaticano 1949 ss. Servir, Mxico 1965 ss. Signo, Madrid 1936 ss. Sinite, Madrid 1960 ss. Sacramentum Mundi, Enciclopedia teolgica, ed. por KRahner, 6 vol., Barcelona 1972-1976. Spiritus, Cahiers de spiritualit missionaire, Pars 1959 ss. Studia Gratiana, ed. por J. Forchielli y A. M. Stiker, I-III, Barcelona 1953 ss. Studia Moralia, Roma 1963 ss. Stromata, Buenos Aires 1938 ss. Stimmen der Zeit, Friburgo de Brisgovia 1871 ss. Tcnicas de Apostolado, Madrid 1962 ss. Theologie und Glaube, Paderborn 1909 ss. Theologische Literatur-Zeitung, Leipzig 1878 ss. Theologische Quartalschrift, Munich 1948 ss. Theologische Rundschau, Tubinga 1897 ss. Theological Studies, Woodstock 1940 ss. Theologica Xavierana. Trierer Theologische Zeitschrift, Tiier 1945 ss. Teologa y Vida, Santiago de Chile 1960 ss. Theologisches Wrterbuch zum Neuen Testament: ed. Kittel, Stuttgart 1933 ss. Verbum Caro, Neuchatel 1947-1969 (desde 1970: Communion). Verbum Domini, Roma 1921 ss. La Vie Intellectuelle, Pars 1928 ss. Vida Nueva, Madrid 1956 ss. Vocaciones, Madrid 1967 ss. Vida Religiosa, Madrid 1944 ss. La Vie Spirituelle, Pars 1869 ss. La Vie Spirituelle, Supplment, Pars 1947-1969 (desde 1970: Le Supplment). Vocabulario de Teologa Bblica, ed. por X. Lon-Dufour, Barcelona 51972. Worship. Yel ZAW ZKTh ZNW ZTK

Siglas

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Yelda, Madrid 1966 ss. Zeitschrift fr die alttestamentliche Wissenschaft, Berln 1881 ss. Zeitschrift fr katholische Theologie, Innsbruck-Viena 1877 y siguientes. Zeitschrift fr die Neutestamentliche Wissenschaft und die Kunde der alteren Kirche, Giessen 1900 ss. Berln 1934 y siguientes. Zeitschrift fr Theologie und Kirche, Tubinga 1891 ss.

DOCUMENTOS DEL CONCILIO VATICANO IIAA AG CD DH DV GE GS IM LG NA OE OT PC PO SC UR Apostolicam actuositatem. Decreto sobre el apostolado de los seglares Ad gentes. Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia Christus Dominus. Decreto sobre el deber pastoral de los obispos Dignitatis humanae. Declaracin sobre la libertad religiosa Dei Verbum. Constitucin dogmtica sobre la divina revelacin Gravissimum educationis. Declaracin sobre la educacin cristiana Gaudium et spes. Constitucin pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual nter mirifica. Decreto sobre los medios de comunicacin social Lumen gentium. Constitucin dogmtica sobre la Iglesia Nostra aetate. Declaracin sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas Orientalium ecclesiarum. Decreto sobre las Iglesias orientales catlicas Optatam totius. Decreto sobre la formacin sacerdotal Perfectae caritatis. Decreto sobre la adecuada renovacin de la vida religiosa Presbyterorum ordinis. Decreto sobre el ministerio y vida de los presbteros Sacrosanctum Concilium. Constitucin sobre la sagrada liturgia Unitatis redintegratio. Decreto sobre el ecumenismo OTROS DOCUMENTOS PONTIFICIOS CP CT DM EN ES FC LE MM OA Communio et progressio. Instruccin pastoral de Pablo VI (18.5.1971) Catechesi tradendae. Exhortacin de Juan Pablo II (16.10.1979) Dives in misericordia. Encclica de Juan Pablo II (30. 11.1980) Evangelii nuntiandi. Exhortacin de Pablo VI (8.12.1975) Ecclesiam suam. Encclica de Pablo VI (6.8.1964) Familiaris consortio. Exhortacin de Juan Pablo II (22.11.1981) Laborem exercens. Encclica de Juan Pablo II (14.9.1981) Mater et magistra. Encclica de Juan XXIII (11.4.1963) Octogsima adveniens. Carta apostlica de Pablo VI (14.5.1971)

20 PP PT QA RH RN

Documentos

Populorum progressio. Encclica de Pablo VI (26.3.1967) Pacem in tenis. Encclica de Juan XXIII (11.4.1963) Quadragesimo armo. Encclica de Pi XI (15.5.1931) Redemptor hominis. Encclica de Juan Pablo II (4.3.1979) Rerum novaran. Encclica de Len XIII (15.5.1891)

RITUALES Y DOCUMENTOS LITRGICOS DEL VATICANO IIRB RICA RC RP RM RO RCCE RLA RPR RCV RBnA RDI RBO RU RE OGLH OGMR AlCr InsMS InsEM InsAP Ritual del bautismo de nios (15 mayo de 1969). Ritual de la iniciacin cristiana de adultos (6 de enero de 1972). Ritual de la confirmacin (22 agosto 1971). Ritual de la penitencia (2 diciembre 1973). Ritual del matrimonio (19 marzo 1969). Ritual de ordenacin del dicono, del presbtero y del obispo (15 agosto 1968). Ritual de la sagrada comunin y del culto de la eucarista fuera del la misa (1973). Ritual para instituir aclitos y admitir candidatos al diaconado y presbiterado, y para la promesa de observar el celibato (3 dic. 1972). Ritual de la profesin religiosa (2 febrero 1970). Ritual de la consagracin de vrgenes (31 mayo 1970). Ritual de la bendicin de un abad o una abadesa (9 de noviembre 1970). Ritual de la dedicacin de iglesias y de altares (29 marzo 1977). Ritual de la bendicin del leo de los catecmenos y enfermos y de la consagracin del crisma. Ritual de la uncin y de la pastoral de enfermos (7 dic. 1972). Ritual de exequias (15 junio 1969). Ordenacin General de la Liturgia de las horas. Ordenacin general del misal romano (3 abril 1969). Normas universales sobre el ao litrgico y sobre el calendario (14 de febrero de 1969). Instruccin Musicam sacram sobre la msica sagrada (15 marzo 1967). Instruccin Eucharisticum Mysterium sobre el culto de la eucarista (15 mayo 1967). Instr. Actio Pastoralis sobre misas para grupos part. (15.5.1965).

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Rituales

InsMD InsIC InsID DMn

Instr. Memoriale Domini sobre comunin en la mano (29 mayo 1969). Instr. Inmensae Caritatis para facilitar la comunin sacramental en algunas circunstancias (29 enero 1973). Instr. Inaestimabile donum sobre algunas normas acerca del culto del misterio eucarstico (17 abril 1980). Directorio para las misas con nios (22 octubre 1973).

ABREVIATURASa. a.C. A.C. art.art. cit.

AT AV c , can. ce. bb. ca. cap. CIC cf. d.C. ed. eds. ep. fr.ib id.

id. intr. loe. cit. LXX MCS n. NT0. C.

Ppar. p. ej. prl. qd. Rit.

ao, articulo antes de Cristo Accin Catlica articulo articulo citado Antiguo Testamento audiovisuales canon comunidades de base circa, hacia captulo Codex Iuris Canonici confer, vase despus de Cristo editor, editado editores epstola fragmento all mismo el mismo introduccin lugar citado versin griega del AT por los Setenta medios de comunicacin social nota, nmero Nuevo Testamento obra citada pgina paralelo por ejemplo prlogo cuestio, quaestio dstico ritual

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Abreviaturas

INTRODUCCIND. Borobio

s. ss. s., ss. s. a. s. f. sect. sess. S.Th. suppl.V., VV.

Vat. v. gr. vol. Vulg.

siguiente (s) siglo (s) sin ao sin fecha seccin sesin Summa theologica suplemento versculo (s) Vaticano verbi gratia volumen Vulgata: versin latina B

Durante mucho tiempo ha existido una concepcin prevalente en la Iglesia, que consideraba a los sacramentos como meros ritos que se administraban a quienes los pedan. En conjunto, puede afirmarse que reinaba una actitud y una mentalidad ms bien individualista: el rito se le daba al cristiano que lo peda, y con frecuencia se administraba sin la participacin de la comunidad. Con la renovacin litrgica recogida y promovida por el Vaticano II, han cambiado en gran parte la actitud y praxis sealadas. Los principios de la participacin comunitaria y celebracin gozosa estn bien claros. Ya no se habla tanto de recibir un rito, cuanto de participar en un sacramento. Y ha venido a ser ms frecuente la expresin celebrar un sacramento, que administrar el sacramento. En verdad, se trata de la recuperacin de un aspecto decisivo, a tener muy en cuenta en el desarrollo terico: los sacramentos son celebraciones. Tambin es verdad que durante mucho tiempo se consideraban como cosas no slo distintas, sino incluso separadas, la liturgia y los sacramentos. Mientras la liturgia eran los actos de culto y devocin, los sacramentos eran los ritos de necesidad y de salvacin. Por eso, no se insista en su carcter celebrativo y festivo, en la comunitariedad y gratuidad que suponen. Ha sido igualmente la renovacin litrgica la que ha vuelto a unir liturgia y sacramentos. Pues los sacramentos son celebraciones litrgicas, son el centro y el corazn de la misma liturgia. No toda celebracin litrgica se reduce a los siete sacramentos. Pero los siete sacramentos constituyen las celebraciones litrgicas fundamentales de la Iglesia, con su centro de atraccin y referencia en la eucarista. De ah que sea imposible separar la teologa sacramental de la liturgia del sacramento, si se quiere evitar el riesgo de reducir la liturgia a ritualismo y ceremonia, y el sacramento a ideologa y abstraccin. Dios puede conceder su gracia al margen de la liturgia, pero los hombres no podemos tener la certeza del don y celebrar el misterio sin liturgia: los sacramentos son el misterio en accin litrgica.

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Introduccin

Por otro lado, si los sacramentos tienen de comn que son celebraciones, tambin tienen de diferenciante que cada uno es una celebracin sacramental distinta, porque cada uno es sacramento a su modo. No se pueden explicar adecuadamente los sacramentos partiendo de un concepto unvoco aplicado automticamente a todos, sino partiendo de un concepto anlogo aplicado diferenciadamente a cada uno. Y es as porque en cada sacramento hay una situacin vital propia; una significatividad o expresin litrgica peculiar; una configuracin histrica diversa; una manifestacin del encuentro de gracia y libertad correspondiente; unas repercusiones y consecuencias eclesiales y sociales distintas. En cada sacramento, aun aplicndose a l los aspectos fundamentales de la sacramentlo ga general, hay que explicar de forma propia la institucin, la causalidad de la gracia, la intervencin de la Iglesia y comunidad, la participacin del sujeto... La obra que presentamos, por tratar de cada uno de los sacramentos, no puede no tener en cuenta estos principios fundamentales, que destacan la peculiaridad de tratamiento, la clave de interpretacin. Este segundo volumen, Los sacramentos, celebraciones de la Iglesia, viene a continuar y a realizar el plan de la obra: La celebracin en la Iglesia, cuyo primer volumen (Liturgia y sacramentologia fundamenta], 1985) inici la publicacin. El objeto de este volumen son, como puede apreciarse, los sacrametos en particular, o el estudio de cada uno de los siete signos sacramentales de la Iglesia. El mtodo de desarrollo en cada uno de los sacramentos guarda una unidad fundamental, dentro de la variedad de planteamientos y visiones que caracteriza a cada uno de los autores. Como eje metodolgico unitario permanece el desarrollo integral de cada sacramento, desde las diversas perspectivas (socio-antropolgica, bblico-histrica, teolgico-sistemtica, litrgico-pastoral), pero teniendo siempre como punto departida y de referencia fundamental la celebracin litrgica, como realidad dada y accin comunitaria. La diversidad de planteamientos se manifiesta en la ordenacin distinta de las diversas perspectivas que cada autor adopta, segn el objeto y especifidad del sacramento y la propia visin, as como en la diversa importancia que se da a una u otra de estas perspectivas o dimensiones. El conjunto ofrece una elaboracin sistemtica coherente, que confiamos pueda ayudar a expertos, telogos y pastores a una visin actualizada y una praxis renovada de la celebracin de los sacramentos. Dionisio BorobioCoordinador responsable

I SACRAMENTOS DE INICIACIN CRISTIANA: BAUTISMO Y CONFIRMACINP. TENA - D. BOROBIO

INTRODUCCIN A LOS SACRAMENTOS DE INICIACIN

Las grandes cuestiones a las que responde la iniciacin cristiana son tres: Cmo rene Dios a su pueblo en Cristo? Cmo edifica Cristo su Iglesia, haciendo de ella su cuerpo? Cmo son construidos los hombres en templo del Espritu?... La pregunta sobre el sentido de los sacramentos de la iniciacin cristiana se funda sobre una afirmacin bsica de nuestra fe, que bien puede sintetizarse en la frase con que Lucas termina su primer resumen en el libro de los Hechos: El Seor agregaba a los salvados cada da a la comunidad (Hech 2,47). La respuesta es de orden sacramental, y remite a las acciones institucionales de la Iglesia. Los sacramentos de la iniciacin son los instrumentos significativos de esta accin invisible del protagonista principal y mximamente real en la edificacin de la Iglesia: el Seor de la gloria! Analizar los sacramentos de la iniciacin se convierte, as, en una experiencia magnfica de eclesiologa. En efecto, es la experiencia de cmo la Iglesia es edificada per fidem et per fidei sacramenta, de cmo la Iglesia recibe y a la vez comunica la comunin trinitaria, y de cmo mantiene su identidad de sacramento universal de la salvacin. La lnea metodolgica es la consecuencia de este concepto de los sacramentos de la iniciacin. En lugar de empezar definindolos, el estudio se centrar ante todo en el anlisis del proceso que la Iglesia hace en la iniciacin cristiana; a travs de esta accin de la Iglesia se manifiesta lo que Dios quiere hacer y hace. Despus se tratar de confrontar la accin actual de la Iglesia con la tradicin litrgica, hasta llegar a la conclusin de los principales smbolos de la iniciacin. Los datos bblicos y la reflexin sistemtica completarn, cada uno en su orden, el estudio de los sacramentos de la iniciacin cristiana.

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La celebracin en la Iglesia.

Sacramentos

Sacramentos de iniciacin cristiana: bautismo y confirmacin

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I.

SENTIDO GLOBAL DE LA INICIACIN CRISTIANA

1. Evolucin del trmino Iniciacin no es un trmino procedente del lenguaje bblico, sino del lenguaje religioso, especialmente de las religiones mistricas. El uso que hace de l la Iglesia proviene sobre todo de su introduccin por parte de los Padres de la Iglesia, en relacin con la disciplina del arcano1. El trmino, sin embargo, est plenamente introducido en la actualidad dentro del lenguaje cristiano, y ms especialmente en el lenguaje litrgico, para significar el proceso completo de los sacramentos por los cuales el hombre pasa de la situacin de no-cristiano a la de miembro de pleno derecho de la Iglesia, con la participacin en la eucarista. En este sentido es utilizado en el decreto Ad gentes, del concilio Vaticano II, n. 14, y de all ha pasado al ritual de la iniciacin cristiana de adultos, n. 1-2. En estos textos queda muy claro el contenido del trmino: Por los sacramentos de la iniciacin cristiana, los hombres, libres del poder de las tinieblas, muertos, sepultados y resucitados con Cristo, reciben el Espritu de los hijos de adopcin y celebran con todo el pueblo de Dios el memorial de la muerte y resurreccin del Seor... Por tanto, los tres sacramentos de la iniciacin cristiana se ordenan entre s para llevar a su pleno desarrollo a los fieles que ejercen la misin de todo el pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo (RICA, n. 1-2). Una buena definicin de la iniciacin cristiana es la que ofrece el P. Chenu: La iniciacin es la operacin por la cual la fe realiza, por una accin simblica, la comunin con el misterio. Cuando habla de la fe, se entiende la fe de la Iglesia en el acto redentor realizado por el Salvador. 2. Elementos de una iniciacin

- en segundo lugar, una simbologa, un cuerpo de smbolos, que son el puente de acercamiento; acercan el misterio, por una parte, y son fronterizos con el que pretende entrar en l. Estos smbolos, por otra parte, sern institucionalizados, aceptados y reconocidos. - en tercer lugar, una comunidad de iniciados, que acta desde su situacin en favor de los que quieren participar en su estado. Esta comunidad desarrolla la simbologa institucional, y es reconocida precisamente a travs de ella. - finalmente, en cuarto lugar, est el sujeto de la iniciacin que debe ser capaz de entrar en el misterio, de aceptar sus consecuencias... 3. Caractersticas de la iniciacin cristiana

Si analizamos la estructura interna de todo proceso inicitico, encontraremos la presencia de cuatro elementos que lo configuran: - en primer lugar, un misterio; es decir, una realidad con algn tipo de transcendencia. Incluso se podr aplicar a una doctrina, o a una ciencia.1. Una bibliografa sobre el tema Iniciacin cristiana: P. M. Gy, La notiort chrtienne d'initiation: LMD 132 (1977) 33-54; G. Kretschmar, Nouvelles recherches sur l'initiation chrtienne: Ibid., 7-32; E. Rufini, Iniziazione cristiana, en Nuovo Dizionario di Teologa, Alba 1977, 658-690; H. Bourgeois, L'Eglise est-elle initiatrice?; LMD 132 (1977) 103-135; Varios Diventare cristlani oggi, Torino-Leumann 1983; D. Borobio, Proyecto de iniciacin cristiana, Bilbao 1982; J.A. Vela, Reiniciacin cristiana, Estella 1986; Varios, Iniziazione cristiana e immagine di Chiesa, Torino-Leumann 1982.

Est claro que podemos aplicar fcilmente el esquema de toda iniciacin al proceso de la iniciacin cristiana. Todo el estudio de los sacramentos del bautismo, de la confirmacin y de la ecucarista demuestra esta afirmacin. De hecho, no es infrecuente encontrar aplicado el trmino iniciacin tambin a otros sacramentos, y no sin razn. En realidad, todo sacramento celebra el misterio por el cual la Iglesia vive, y de ah que todo sacramento tenga una vertiente de iniciacin. Ciendo ahora la cuestin a la iniciacin cristiana, se pueden describir as las peculiaridades de la misma en relacin con el esquema general: - en primer lugar, la iniciacin cristiana tiene como finalidad la entrada en un misterio: la insercin en el misterio pascual de Cristo. La nota caracterstica, aqu, es el carcter personal de este misterio. No se trata de un elemento mtico sino estrictamente histrico, no se trata de una doctrina o de una construccin mental -cientfica, religiosa, ideolgica- sino de una persona. No se trata tampoco, en ltimo trmino, de la entrada en una comunidad que se autoabastece de sentido, sino de la comunin trascendente con el Dios revelado por Jesucristo, en la unidad del Espritu santo. La condicin proftica de la fe cristiana centra toda incorporacin a la misma en la persona del Seor, y en la asimilacin a su biografa; de ah que la insercin en el misterio pascual de Cristo incluya la recepcin del don de su Espritu. - en segundo lugar, los sacramentos de la iniciacin cristiana no son simplemente un cuerpo simblico para expresar el deseo de acercar el hombre al misterio; como sacramentos, su fuerza est en ser acciones del Seor de la gloria que sale al encuentro de los hombres en la Iglesia, ofreciendo su salvacin. Se trata, por tanto, de realidades simblicas en el sentido ms fuerte de la palabra, como elementos visibles de una realidad total en la que Cristo, por la Iglesia,

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comunica con su presencia lo que los smbolos significan: el misterio en la historia. - en tercer lugar, la Iglesia es realmente la comunidad de los iniciados. Su presencia activa es decisiva para la iniciacin cristiana, como se destaca, por otra parte, en el mismo ritual litrgico. Ahora bien, se trata de la Iglesia en la totalidad de su comprensin jerrquica y sacramental, en el ejercicio de su mediacin maternal. - en cuarto lugar, el sujeto de la iniciacin es el hombre. Cabe aqu destacar la peculiaridad de la constitucin del cristiano, que no procede de una accin del hombre, sino de la gracia de Dios. De ah que la realidad de la iniciacin cristiana no dependa slo de las posibilidades humanas del sujeto, sino, sobre todo, de la misteriosa accin de Dios. Sin embargo, el Ritual hablar de la plena verdad del sacramento para referirse a la situacin del cristiano que profesa su fe, en la Iglesia, con un acto personal y consciente. Esta fe puede ser perfectamente posterior a la accin de Dios realizada en el sacramentum fidei (RB n. 9). 4. Observacin metodolgica

La ntima unidad del proceso inicitico cristiano, a travs de los sacramentos del bautismo, de la confirmacin, y de la eucarista, aconseja no dividir en principio, de una forma estricta, el tratamiento de este proceso, especialmente por lo que se refiere a los dos sacramentos constitutivos del cristiano: el bautismo y la confirmacin. De hecho, en la Escritura y en el primer perodo patrstico, estos sacramentos son tratados siempre en conjunto, hasta tal punto que no pocas veces, cuando se habla del bautismo, hay que entender, en realidad, bautismo-confirmacin. En este estudio se sigue, en principio, un tratamiento conjunto, excepto los casos en los que se requiere y as lo exija claramente la especificidad del tema. Este tratamiento conjunto favorece, asimismo, la comprensin del carcter unitario del misterio pascual en el cual son iniciados los sujetos.II. LA INICIACIN CRISTIANA SEGN LOS RITUALES DE PABLO VI

de los padres y padrinos (SC n.67), y, a la vez, de revisar el rito del bautismo de los adultos, tanto el simple como el solemne, teniendo en cuenta la restauracin del catecumenado (SC n. 66). El primero en ser preparado y publicado fue el Ritual del bautismo de nios, o de prvulos (=RB), con fecha de 15 de mayo de 1969. Le sigui el Ritual de la confirmacin (=RC), con fecha 22 de agosto de 1971. Este ritual va precedido de la constitucin apostlica Divinae consortium naturae, firmada en Roma por Pablo VI el da 15 de agosto de 1971. En esta constitucin, Pablo VI precisa el signo sacramental de la confirmacin y decide una nueva frmula para la crismacin. Finalmente, con fecha 6 de enero de 1972, fue publicado el Ritual de la iniciacin cristiana de los adultos (=RICA). En el primero de los rituales, RB, se propuso una breve introduccin general sobre los sacramentos de la iniciacin, y una introduccin ms amplia para el bautismo, tanto de nios como de adultos. El contenido de esta introduccin se refiere a la dignidad del bautismo (RB n. 3-6), describe la diversidad de intervenciones que corresponden a cada estamento del pueblo cristiano en relacin con el bautismo (Funciones y ministerios en la celebracin del bautismo, RB n. 717), y expone las condiciones de la celebracin, especialmente por lo que se refiere al agua bautismal, al bautisterio, y a las circunstancias de la celebracin (Requisitos para celebrar el bautismo, RB n. 1829). Finalmente, enumera las competencias de las Conferencias episcopales en materia de adaptacin del rito romano (RB n. 30-33), y las que corresponden al ministro de la celebracin en la adaptacin y preparacin del rito (RB n. 34-35). El CIC ha recogido gran parte de este texto introductorio en los cnones referentes al bautismo, con leves modificaciones en algunos casos (CIC, c. 849-878). El itinerario de los adultos2. El RICA est destinado a los adultos en el sentido ms amplio de la palabra. Segn el CIC c. 852,1, hay que tratar como adultos, por lo que al bautismo se refiere, a todos aquellos que han pasado de la 2.2. Sobre el Ritual de la iniciacin cristiana de adultos (=RICA) pueden verse los siguientes estudios y comentarios de revistas: Ephemerides Liturgicae 88/3 (1974); Pitase 94 (1976) esp.pp. 259-278; La Maison Dieu 132 (1977); Liturgisches Jarbuch 1 (1978); Rivista litrgica 3 (1979); Rivista di Pastorale Litrgica 89/4 (1978); Concilium 2 (1978); Concilium 2 (1979)... Algunos estudios particulares: S. Marsilli, / due modelli rituali delViniziazione cristiana. Analisi e raporto, en Varios, Iniziazione cristiana, problema della Chiesa oggi, Bologna 1976, 143-166; C. Rochetta, Cristiani come catecumeni. Rito delViniziazione cristiana degli adulti, Roma 1984; M. Dujarier, Iniciacin cristiana de adultos, Bilbao 1986; D. Borobio, Proyecto de iniciacin cristiana, o.c, 113-149; J.A. Vela, Reiniciacin cristiana, o.c, pp. 97-250; Varios, La nouva proposta di iniziazione alia vita cristiana. Rito delViniziazione cristiana degli adulti. Teologa, liturgia, pastorale, Torino-Leumann 1985.

1.

Observaciones generales sobre la iniciacin cristiana

Despus del concilio Vaticano II, el rito romano tiene varios rituales para la iniciacin cristiana, segn los destinatarios de la celebracin sacramental. Este hecho ha sido el cumplimiento del mandato conciliar de adaptar realmente el bautismo a la condicin de los prvulos, y poner ms de manifiesto en el mismo rito la participacin

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infancia y tienen uso de razn. El RICA describe a los destinatarios como aquellos que al or el anuncio del misterio de Cristo, y bajo la accin del Espritu santo en sus corazones, consciente y libremente buscan al Dios vivo y emprenden el camino de la fe y de la conversin (RICA n. 1). La edicin tpica del RICA aparece, incluso en su presentacin, como un ritual-marco segn el cual las Conferencias episcopales deben adaptar los ritos (RICA n. 64-65), y aun cada ministro, segn la situacin de los candidatos, podr adaptar la preparacin colectiva a la preparacin individual (RICA n. 3), as como utilizar las probabilidades ofrecidas. La variedad de situaciones a las cuales este ritual debe responder (iglesias jvenes, iglesias antiguas, culturas diversas, presencia habitual o extraordinaria en las comunidades de catecumenados, etc.) hace especialmente necesaria esta advertencia del RICA sobre la adaptacin por parte de las Conferencias episcopales. Aunque, en principio, haya sido la experiencia de las iglesias jvenes la promotora de la recuperacin del RICA -como se advierte en la asuncin de muchos textos del decreto Ad gentes-, en realidad su utilizacin se hace necesaria tambin en muchas iglesias antiguas. El RICA contempla la iniciacin cristiana como una gran accin eclesial, en la cual los catecmenos -que, en principio, aparecen como un grupo- nunca quedan aislados, sino en conexin con la comunidad de los fieles, que juntamente con ellos contemplan la fuerza del misterio pascual y renuevan la propia coversin (RICA n. 4). Se parte, por tanto, de un claro estatuto del catecmeno como miembro de la Iglesia, segn la tradicional imagen patrstica de la Iglesia madre, tan destacada en todo el proceso inicitico. El CIC ha recogido esta imagen: Eos (catechumenos), iam ut suos fovet (Ecclesia) (c. 206,1). Esta accin eclesial se hace segn un itinerario de grados o etapas, mediante los cuales el catecmeno ha de avanzar atravesando puertas, por as decirlo, o subiendo escalones (RICA n. 6). Los grados introducen a las etapas o tiempos de instruccin o maduracin, o por ellos son preparados. Todo ello, sin embargo, acomodado al camino espitual de los adultos, que es muy variado segn la gracia multiforme de Dios, la libre cooperacin de los catecmenos, la accin de la Iglesia y las circunstancias de tiempo y lugar (RICA n. 5). Los grados indicados por el RICA son tres, marcados con tres ritos litrgicos, y sitan al adulto en un peculiar mbito eclesial. El primero es la entrada al catecumenado. El adulto pasa de una situacin de simpatizante a la situacin eclesial de catecmeno. El segundo grado, marcado por el rito de la eleccin, hace del catecmeno un elegido o competente, y da paso al tiempo de la purificacin e iluminacin, coincidente en principio con la cuaresma preparatoria del

bautismo. El tercer grado, finalmente, consiste en la celebracin misma de los sacramentos, por los cuales el elegido es constituido fiel en el sentido propio de la palabra. La descripcin completa del itinerario del adulto se encuentra en el cap. I. del RICA (n. 68-239): Ritual del catecumenado distribuido en sus grados o etapas. De acuerdo con este ritual completo hay que aplicar el cap. II, Frmula simplificada de la iniciacin de un adulto (RICA n. 240-277), y el cap. III, Ritual breve de la iniciacin de un adulto en peligro prximo o inminente de muerte (RICA n. 278-294). El RICA contempla tambin en los captulos IV y V dos situaciones particulares, pastoralmente importantes: la Preparacin para la confirmacin y la eucarista de los adultos bautizados en la primera infancia y que no han recibido catequesis (RICA n. 295-305), y la Iniciacin de los nios en edad catequtica (RICA n. 306-369). Este ltimo captulo es una adaptacin especialmente pedaggica del Ritual completo descrito en el captulo I. El contenido y significacin de cada una de las etapas del itinerario de los adultos es descrito en el RICA de la forma siguiente: 1.a etapa: Evangelizacin y pre-catecumenado (RICA n. 9-13) Es el tiempo del contacto entre la predicacin del evangelio y el corazn de los hombres, concretado en aquellas personas en las que, con el auxilio de Dios, ha brotado la fe y la conversin inicial. La recepcin de los simpatizantes es facultativa, segn la disposicin de las Conferencias episcopales, y se hace sin ningn rito especial. Lo que importa desde el principio es la manifestacin del rostro maternal de la Iglesia expresado en la acogida de la comunidad de los fieles. El RICA utiliza el trmino evangelizacin en el sentido estricto, como anuncio del Dios vivo y de Jesucristo, enviado por l para salvar a todos los hombres. Se trata, por tanto, del ejercicio de la misin fundamental de la Iglesia; as queda bien claro, desde el principio, que la iniciacin cristiana es exactamente el proceso de la edificacin de la Iglesia, y de ninguna manera un momento aislado de la accin eclesial. En el caso de los nios en edad catequtica, se piensa que vienen para la iniciacin cristiana ya trados por sus padres o tutores, ya espontneamente, pero con su permiso (RICA n. 306). Este permiso se considera necesario en las disposiciones del ritual, debido a la situacin de dependencia en que vive el nio. Habr que tener en cuenta la posible inscripcin hecha por los padres, en la poca del

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nacimiento del nio, en vistas a un catecumenado en la poca escolar, segn la instruccin sobre el bautismo de los nios, del ao 1980. Tambin en el caso de los nios se advierte en el RICA el propsito de no hacer una celebracin propiamente dicha antes de entrar en el catecumenado. El motivo es que estas personas no pertenecen todava a la comunidad eclesial, y no son, por tanto, sujetos de una celebracin cristiana. 2. etapa: El catecumenado (n. 14-20 y 68-132) 1) El rito de entrada (n. 68-97) Se trata de un rito litrgico, presidido por un sacerdote o por un dicono. Estn presentes los candidatos con sus padrinos de catecumenado (los sponsores), as como aquellos miembros de la comunidad cristiana ms directamente vinculados con los candidatos. En el caso de los nios, estarn presentes los padres o tutores que manifiesten el consentimiento; si ellos no estn presentes, actuarn unos fiadores (sponsores). El RICA prev que la asamblea sea reducida, aunque activa, y no considera deseable la presencia de toda la comunidad parroquial (RICA n. 311-314). El rito de entrada consiste fundamentalmente en la admisin de los candidatos, la liturgia de la palabra, y la despedida de los catecmenos. La admisin de los candidatos empieza con un dilogo personal con cada uno de ellos, significativo de la decisin de ste de entrar en el camino de la fe, y de la acogida que merece su decisin por parte de la Iglesia. Sigue a continuacin el rito de la signacin en la frente y en los sentidos por parte del celebrante y de los padrinos, como primer signo de la accin de Cristo sobre el catecmeno. La admisin termina con la entrada en la iglesia, como expresin de la acogida de los catecmenos en la mesa de la palabra de Dios. En el ritual de los nios, la formulacin es quiz ms expresiva: ahora podis ocupar vuestro lugar en la reunin de los cristianos. La liturgia de la palabra empieza con una entrada solemne del libro de la sagrada Escritura, y se desarrolla con la lectura de textos apropiados, especialmente referidos al tema de la vocacin divina, con el salmo y la homila. Se puede entregar a los catecmenos el libro de los evangelios como texto del camino de la fe. La liturgia de la palabra termina con splicas litnicas por los catecmenos. La despedida de stos tiene lugar en este momento, aunque los fieles continen reunidos para la celebracin eucarstica. Esta expea

riencia de separacin, que se repetir durante todas las celebraciones del catecumenado -a no ser que hubiere graves razones para que no salieran de la iglesia en este momento (RICA n. 96)-, ayudar a ambos grupos a identificarse en su mutua relacin y en su orientacin hacia la eucarista. 2) El tiempo del catecumenado y sus ritos (n. 98-132) La Constitucin SC prescribi la restauracin del catecumenado de adultos, dividido en distintas etapas, cuya prctica debe depender del ordinario del lugar; de esa manera, el tiempo del catecumenado establecido para la conveniente instruccin, podr ser santificado con los sagrados ritos que se celebrarn en tiempos sucesivos (SC n. 64). Este mandato ha quedado concretado en el RICA. En l aparece claramente, en la comunidad local, el grupo de los catecmenos, y se describen con precisin las grandes lneas de la accin pastoral que corresponden a su situacin. Tal descripcin, por otra parte, desborda el inters concreto de la pastoral estricta con los catecmenos, ya que ofrece la estructura de la pastoral catequtica de la Iglesia. Ntese, adems que en este punto, ms todava que en otros, el RICA no puede ser tratado como el ritual fijo a poner en prctica puntualmente, sino como un verdadero ritual-marco, o directorio, con unos ritos y textos precisos, pero que hay que realizar en un contexto de atencin a las personas y al ritmo de las celebraciones de la Iglesia (por ejemplo, el domingo, el ao litrgico...). Nada se puede determinar a priori en el catecumenado. Al obispo toca determinar el tiempo y ordenar la disciplina de los catecmenos (RICA n. 20). El catecumenado se define como un tiempo prolongado en que los candidatos reciben la instruccin pastoral y se ejercitan en un modo de vida apropiado, y as se les ayuda para que lleguen a la madurez las disposiciones de nimo manifestadas en la entrada (RICA n. 19). Brevemente, se puede definir como el tiempo de aprendizaje global de la vida cristiana. Este aprendizaje es descrito por el RICA en cuatro reas: a) La catequesis apropiada, eclesial, graduada, ntegra, directamente vinculada al ao litrgico y a las celebraciones de la palabra, que conduzca a la congrua notitia de unos contenidos, pero tambin a la intima cognitio del misterio de salvacin. De ah se deduce la conexin entre la catequesis y las celebraciones de la palabra, que constituyen la celebracin litrgica fundamental de los catecmenos (RICA n. 106-108). b) La experiencia de la vida en cristiano, como vida en comunidad, vida de oracin, testimonial y en esperanza, dcil a las inspi-

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raciones divinas y entregada a la caridad. Es, propiamente, el proceso de la conversin como itinerario, con todo lo que puede suponer de ruptura y lucha, no pocas veces. Los ritos de exorcismos (RICA n. 109-118) y de las bendiciones (RICA n. 119-124) responden a esta situacin. En ellos se invoca la gracia protectora y santificadora de Dios sobre los catecmenos, para que no rehusen el esfuerzo en el seguimiento de Cristo. Una oracin particularmente expresiva relaciona esfuerzo con la fidelidad al sermn de la montaa (RICA n. 116). De esta manera, los catecmenos pueden experimentar, desde el principio, que la vida cristiana no es puro voluntarismo, sino colaboracin con la gracia de Dios, de quien viene la iniciativa de salvacin. c) La participacin en la liturgia de la Iglesia, especialmente la propia de los catecmenos, pero tambin, si parece conveniente, a la liturgia de la palabra de la misa, aunque siempre retirndose, en principio, despus de ella, sin participar en la celebracin de la eucarista. Otros ritos, pertenecientes propiamente a la etapa inmediatamente previa a los sacramentos, pueden ser adelantados, si parece conveniente, para ir marcando el progreso de los catecmenos. Estos son las entregas -traditiones- del smbolo apostlico y de la oracin dominical, el ephpheta, e incluso la uncin con el leo de los catecmenos, la cual, pro opportunitate, se puede repetir varias veces (RICA n. 128). Con esta experiencia de los ritos litrgicos, el catecmeno entra en el mundo de la realidades sacramentales en su sentido ms amplio. El aprendizaje de la vida cristiana es percibido no slo como instruccin y experiencia individual, sino como verdadera entrada en un mundo simblico, a travs del cual el misterio es participado en la historia. d) La colaboracin en la evangelizacin y en el testimonio de la fe, como consecuencia del carcter apostlico de la vida de la Iglesia. Este elemento del aprendizaje del catecmeno es precioso para descubrir la participacin del cristiano en la misin de la Iglesia, como consecuencia de su incorporacin a Cristo. Por lo que se refiere a la iniciacin de los nios en edad catequtica, el Ritual indica simplemente que su iniciacin debe prolongarse como la de los adultos durante varios aos, si es necesario, antes de que se acerquen a los sacramentos (RICA n.307). Por lo dems, se supone que el caso de estos nios no es el ms ordinario, y que lo normal ser que estn insertos en algn grupo de compaeros de su edad, bautizados ya de tiempo atrs, que se preparan en la catequesis para la confirmacin y la eucarista (RICA n. 308 a). Un elemento a destacar, en todo este perodo, que puede ser largo, es el protagonismo de los catequistas, en ausencia del sacerdote o del dicono. A ellos corresponden no solamente la instruccin, sino tam-

bien los gestos rituales y las oraciones de los exorcismos y las bendiciones. As se acenta la complementariedad instruccin-iniciacin. Hay que tener en cuenta asimismo que la figura del padrino del catecumenado -un varn o mujer que avala la peticin del catecmeno, que le conozca, le ayude, y sea testigo de sus costumbres, de su fe y de su voluntad- puede no coincidir con el que ha de ejercer el ministerio del padrino en las etapas de purificacin, sacramentos y mistagoga (cf. RICA n. 42).

3. a etapa: la eleccin 1) El rito de la eleccin o inscripcin del nombre (RICA 133-151) Un solemne y significativo rito de principio, despus del catecumenado, a la etapa directamente preparatoria a los sacramentos pascuales. Este rito se llama "eleccin" porque la admisin de los candidatos, hecha por la Iglesia, se funda en la eleccin de Dios, en cuyo nombre acta la Iglesia; se llama tambin "inscripcin de los nombres" porque los candidatos, en prenda de fidelidad, escriben su nombre en el libro de los elegidos (n. 22). Esta es la base y el contenido de todo el rito, magnficamente descrito en las moniciones propuestas por el RICA. Se trata ahora ya de una celebracin de toda la asamblea cristiana. El sentido es claro: la Iglesia local empieza el itinerario cuaresmal, en el primer domingo de cuaresma, bajo la presidencia del obispo, que la rene en el Espritu santo, y asume en este itinerario la responsabilidad de los catecmenos dispuestos ya suficientemente para ser elegidos, para ser iniciados en los misterios en la prxima vigilia pascual (cf. RICA n. 147). La comunidad conduce a los elegidos. Dice el obispo a la asamblea reunida: Los elegidos, a quienes conducimos nosotros a los sacramentos pascuales, se fijan en el ejemplo de nuestra renovacin (RICA n. 148). El rito consiste fundamentalmente en la presentacin de los candidatos, el interrogatorio y peticin por parte de ellos, la inscripcin de sus nombres, y finalmente la eleccin propiamente dicha, con la exhortacin a que se esfuercen con todo entusiasmo en llegar a la plena verdad de su eleccin (RICA n. 147). El rito termina con las splicas por los elegidos, la bendicin y su despedida, en trminos de comunin: habis entrado con nosotros en el camino cuaresmal (RICA n. 150).

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2) El tiempo de la purificacin e iluminacin y sus ritos (RICA 152-207) Los elegidos van a hacer la primera experiencia de una cuaresma vivida intensamente. Entre ellos y la comunidad local se establece un lazo ntimo que los santos Padres han comparado con los lazos que se establecen entre la madre y el hijo que crece en sus entraas, intensificados a medida que se acerca el momento del parto. El acento de la pastoral acerca de los elegidos, y de su mismo esfuerzo espiritual, no es ya, en este momento, la preparacin doctrinal. Se trata ms bien de la preparacin del nimo, de una actitud asctica. Los elegidos deben vivir como competentes, porque rivalizan o compiten para recibir los sacramentos de Cristo y el don del Espritu santo. En orden a este fin se desarrollan en este perodo diversos ritos: los escrutinios, las entregas, y los ritos inmediatamente preparatorios. 1. Los escrutinios Los escrutinios, cuyo centro son los exorcismos, son unas celebraciones de gran intensidad espiritual. Se trata de un rito en el cual aparece claramente el elegido en el centro de este gran combate entre la adhesin a Cristo y las tentaciones, para el cual la Iglesia, con su plegaria, le protege, le fortalece, le avisa, intercede por l, y sobre todo le induce a vivir bajo el signo de la victoria pascual de Cristo, de la cual empezar a participar sacramentalmente por el bautismo. En definitiva, se trata de scrutare cor cathecumeni, entrar en su personalidad para ayudarle a vivir segn el hombre nuevo. Destaca, en consecuencia, el elemento penitencial y la oracin, con la imposicin de manos. El ritual insiste en la oracin en silencio, antes de empezar la deprecacin, y asimismo durante la imposicin de manos sobre la cabeza de cada uno de los elegidos. El rito de los escrutinios es estrictamente dominical, ya que implica directamente a la comunidad local. Las celebraciones de los domingos III, IV y V de cuaresma son las destinadas a este rito. La tradicin romana de las tres percopas de Juan -samaritana, ciego de nacimiento y resurreccin de Lzaro- ha sido recuperada en el ritual y en el leccionario actual, en el ciclo A, y siempre que, durante la cuaresma, haya que celebrar los escrutinios. Las tres percopas de Juan se presentan como la configuracin del itinerario del elegido en orden al sentido de Cristo redentor, que es agua viva, luz, resurreccin y vida. Del primero al ltimo escrutinio, conviene que haya, por parte del

elegido, un progreso en el conocimiento del pecado y en el deseo de la salvacin (RICA, n. 157). En cada uno de los tres escrutinios, una de las oraciones del exorcismo hace referencia explcita y actualizadora al tema de las percopas evanglicas.

2 Las entregas (traditiones) La Iglesia entrega amorosamente a los que han de ser iluminados los documentos en los cuales, desde la antigedad, se compendian su fe y su oracin (RICA n. 181). El sentido de las entregas, por tanto, no es propiamente la instruccin doctrinal, sino la preparacin para la participacin en la asamblea litrgica. Se trata de unos ritos -en principio feriales, despus del primer y del tercer escrutinio respectivamente- en los cuales destaca el sentido de la mediacin eclesial y el carcter simblico de la fe cristiana. El ritual de las entregas consiste en la recitacin de cada una de estas frmulas, la explicacin de las mismas y la recomendacin a los elegidos para que las aprendan de memoria. Es significativo el orden de las entregas: primero el smbolo -la profesin de fe- y luego el padrenuestro. Corresponde al itinerario de los sacramentos de la iniciacin -del sacramento de la fe, a la mesa de los hijos de Dios- y corresponde asimismo al movimiento interno de la vida cristiana: la oracin del cristiano es respuesta a la palabra del Seor, acogida con fe. El mismo ritmo se experimentar cada domingo, en la asamblea eucarstica. 3. Ritos preparatorios El RICA propone, para la maana del sbado santo, un grupo de ritos preparatorios de la celebracin de los sacramentos, si es posible reunir en ese momento a los elegidos. Ms importante que estos ritos es la exhortacin a que, en este da, dejando el trabajo acostumbrado, dediquen el tiempo a la oracin y al recogimiento del corazn, y guarden el ayuno segn sus fuerzas (RICA n. 26). Esta ltima recomendacin enlaza con la tradicin antiqusima que prevea mantener el ayuno del sbado santo, incluso con preferencia al del viernes, en el caso en que el catecmeno no pudiera ayunar los dos das. El ayuno, en este caso, no es tanto un elemento penitencial cuanto un elemento simblico de la comunin con la muerte de Cristo

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y la expectativa del hombre nuevo, y del nuevo alimento del Reino: la eucarista. Los ritos previstos son: la redditio, devolucin, recitacin pblica del smbolo y de la oracin del Seor; el ephpheta por el cual se inculca la necesidad de la gracia para poder escuchar la palabra de Dios y confesarla para la salvacin (RICA n. 200); la eleccin o explicacin del nombre cristiano; y, finalmente, la uncin con el leo de los catecmenos, si se prefiere no hacerla durante la vigilia pascual.

3) Los escrutinios y ritos penitenciales en el ritual de los nios de edad catequtica La adaptacin del tiempo de purificacin e iluminacin, prevista para los nios que son iniciados en edad catequtica, es de una gran simplicidad y oportunidad pedaggica. El ritual propone, para este momento, una celebracin penitencial, en la cual se destaque, sobre todo, la buena noticia del perdn de los pecados y la misericordia del Padre (RICA n. 334). Supuesto que estos nios participan de un grupo que se prepara tambin para la eucarista, el ritual sugiere que en esta celebracin penitencial se acerquen por primera vez al sacramento de la penitencia los nios ya bautizados, y que los padres, amigos, catequistas y sacerdotes, cada uno segn su situacin, comprendan la significacin de la celebracin.

4.a etapa: La entrada en los misterios 1) La celebracin de los sacramentos de la iniciacin (RICA n. 208-234) El bautismo, la confirmacin y la eucarista son el ltimo grado o etapa, en el que los elegidos, perdonados sus pecados, realizan su primera participacin sacramental en la muerte y resurreccin de Cristo. El desarrollo de la celebracin de estos sacramentos adquiere en los adultos, y en concreto durante la vigilia pascual, su mximo grado de significacin. El rito empieza, despus de las lecturas de la vigilia, con la invocacin de los santos y la bendicin del agua. La colaboracin del hombre a la iniciativa salvfica de Dios se expresa con su renuncia a

Satans y con la profesin de fe, que forman un nico rito. Destaca, en efecto, el aspecto de renuncia al hombre viejo y adhesin a la familia divina, el aspecto de alianza y la participacin en la fe de la Iglesia. La uncin con el leo de los catecmenos se inserta, en principio, entre la renuncia y profesin de fe, como smbolo de la fuerza de Cristo que necesita el candidato para profesar la fe y mantener esta profesin, sin desmayo, a lo largo de toda su vida (cf. RICA n. 212). El rito del bautismo puede ser por inmersin o por infusin, y pueden intervenir en el mismo varios ministros. La frmula es N., yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu santo, y se prevn tres inmersiones o se derrama agua tres veces. El carcter trinitario del bautismo queda as plenamente significado, a la vez que el smbolo cristolgico del agua como muerte y vida. El ritmo normal de la celebracin de los sacramentos implica que el adulto reciba la confirmacin inmediatamente despus del bautismo y de los ritos complementarios -la vestidura blanca que los padrinos revisten al nefito y la entrega de la luz por medio de los padrinosDe esta manera se significa la unidad del misterio pascual (RICA n. 34). Esto hace que, normalmente, no se haga la uncin posbautismal con el crisma. Puede, sin embargo, darse el caso que haya graves razones en contra de conferir la confirmacin al nefito (como parece que pudieran darse, de acuerdo con la referencia del ritual al n. 44, si el obispo deseara dar la confirmacin personalmente a los nefitos). En este caso, despus del bautismo se hace tambin la uncin con el crisma. Un elemento a destacar, en esta celebracin, es la importancia que adquiere la oracin universal en la que participan por primera vez los nuevos fieles. Es una expresin de su insercin en el pueblo sacerdotal, que tiene la misin de interceder, por Cristo y en Cristo, en favor de todos los hombres. Hasta este momento, los que acaban de ser bautizados eran despedidos de la asamblea antes de la oracin universal; ahora ya pueden participar en ella porque ya son fieles de Cristo. Otro elemento especfico de los nefitos, en la eucarista de la noche pascual, es su participacin en las ofrendas y, sobre todo, la comunin bajo las dos especies juntamente con los padrinos, parientes y catequistas. Es una forma de manifestar la peculiar situacin eclesial que les corresponde en esta asamblea. El RICA subraya el aspecto escatolgico de esta primera participacin eucarstica, propio de la eucarista en s misma: los nefitos, al comulgar el cuerpo entregado por nosotros y la sangre derramada tambin por nosotros, ratifican los dones recibidos y pregustan los eternos (RICA n. 36).

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2) El tiempo de la mystagogia (RICA 235-239) La cincuentena pascual aparece como el tiempo privilegiado para la primera experiencia de vida eclesial plena, con la misa dominical como centro y ritmo vital de la comunidad eclesial. Las recomendaciones del RICA se refieren especialmente al esfuerzo de la comunidad local por acoger a los nefitos; los padrinos tienen todava, en este campo, un lugar privilegiado, como verdaderos puentes entre la comunidad y los nefitos. La insercin debe ser plena et iucunda (RICA, 235). Como las misas de los domingos de cuaresma del ciclo A eran el marco adecuado de los escrutinios, as tambin las misas de los domingos pascuales del ciclo A lo son para las primeras celebraciones eucarsticas de los nefitos. Estos, segn el ritual, tendrn un cierto protagonismo dentro de la asamblea: lugares propios, referencias en la homila, en la oracin universal, etc. La misma dinmica corresponde a los que han recibido la confirmacin y la eucarista siendo adultos, y han hecho un itinerario de tipo catecumenal (RICA n. 305). En cuanto a los nios bautizados en edad catequtica, habr que adaptarles convenientemente lo que se dice para los adultos. El ritual hace todava dos sugerencias de gran inters pastoral: la celebracin del aniversario del bautismo y el encuentro anual del obispo con los nuevos fieles para una celebracin eucarstica conjunta. Las dos sugerencias se orientan claramente a reafirmar la situacin de los bautizados, ayudndoles en su experiencia como cristianos miembros de la Iglesia.

3.

El bautismo de los prvulos3

Junto al ritual de la iniciacin cristiana de los adultos, que sigue el itinerario sacramental completo, la Iglesia de rito latino tiene actualmente, despus de la reforma del concilio Vaticano II, un ritual propio para el bautismo de los prvulos (=RB). Su originalidad consiste en estar pensado desde la situacin concreta de los prvulos3. Algunos comentarios de revistas al Ritual del Bautismo de nios (=RB): Ephemerides Liturgicae 84 (1970) 43-75; La Maison Dieu 98 (1969) 7-58; Phase 55 (1970) 3-99; Ibid, 57 (1970) 225-22=49; Quaderni di Rivista Litrgica 13 (1970); Rivista Litrgica 57 (1970)... Otros: L. Ligier, Le baptme des petits enfants: Greg 57 (1976) 613657; A. Iniesta, El bautismo, Madrid 1970; H. auf der Maur-B. Kleinheyer (ed.), Zeichen des Glaubens, Koln 1972.

destinatarios del bautismo, y no como una adaptacin de la iniciacin cristiana de\los adultos. Como consecuencia de este planteamiento, los padres en primer lugar, y despus los padrinos, juegan en la celebracin un papel importante, al que el RB no duda en llamar ministerio: En el bautismo de los nios, el ministerio y funcin de los padres tiene mayor importancia que el ministerio y funcin de los padrinos...; los padres del nio ejercen un verdadero ministerio... (RB n.5). En esta lnea, el RB conjuga la celebracin sacramental del bautismo con la preparacin pastoral de los padres y con la posterior educacin cristiana de los bautizados. La presencia misma de los padres en la celebracin es un factor condicionante del tiempo de la celebracin del bautismo; ste, en efecto, deber tener en cuenta la situacin de la madre, de suerte que sta pueda asistir al bautismo de su hijo. En principio, la celebracin del bautismo debe hacerse dentro de las primeras semanas despus del nacimiento, a no ser que tenga que adelantarse a causa de la salud del nio, o retrasarse en vistas a una preparacin ms intensa de los padres, o por razones graves de orden pastoral, determinadas por la Conferencia episcopal. En cualquier caso, sin embargo, no podr retrasarse en los casos en que los padres ofrecen garantas suficientes de educacin cristiana (RBP n. 8; CIC c. 867 y 868). En cualquier caso, el da ms propio para celebrar el bautismo es la vigilia pascual, o bien el domingo, por su carcter de pascua semanal (RB n. 9 y CIC c. 856). Por lo que se refiere al lugar, ste ser en principio la iglesia parroquial de los padres u otra iglesia que tenga fuente bautismal, excluyndose los bautismos en las clnicas y hospitales, o en las casas privadas, a no ser en peligro de muerte (RB n. 10-13 y CIC c. 857860). El proceso de la celebracin se distribuye en cuatro partes: el rito de entrada, la liturgia de la palabra, la liturgia del bautismo, y los ritos conclusivos. El rito de entrada gira en torno al dilogo entre el ministro y los padres y padrinos. Incluye la peticin del bautismo, la concrecin del nombre cristiano y el compromiso explcito, por parte de los padres y padrinos, de velar por la educacin cristiana del nio. El rito ms destacado de esta primera parte es la signacin, hecha por el ministro primero, y despus por los padres y padrinos, que significa la acogida de la Iglesia hacia el prvulo que los padres presentan. La signacin se configura as como un signo de pertenencia a la Iglesia; en el lenguaje catequtico hablamos de la seal del cristiano. La segunda parte de la celebracin la forma la liturgia de la palabra. Tiene la finalidad de avivar la fe de los padres, de los

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padrinos, y de todos los presentes, e implorar de Dios el fruto del sacramento medante la oracin en comn (RB n. 17). El contenido de la liturgia de la palabra lo forman una o varias lecturas bblicas, con el salmo responsorial y la homila adecuada, y una oracin letnica de intercesin por los que van a ser bautizados y por los que los presentan. Le sigue inmediatamente una invocacin letnica de la Virgen y de los santos, especialmente de los santos patronos de los que van a ser bautizados. Concluye con una oracin de exorcismo, de carcter prospectivo, ya que se pide la proteccin de Dios para el nio, en vistas a las dificultades de la vida cristiana que experimentar un da. Esta oracin introduce la uncin con el leo de los catecmenos, que tiene asimismo un sentido de proteccin, ya que invoca la fuerza de Cristo salvador. Como se puede comprobar, esta liturgia de la palabra del bautismo de los prvulos no puede considerarse como una abreviacin del proceso del catecumenado de los adultos, sino ms bien en la lnea de la liturgia de la palabra habitual en los sacramentos, o, si se quiere, como una minicelebracin de la vigilia pascual. Las lecturas bblicas no tienen aqu como destinatarios a los bautizandos, sino a la asamblea reunida. Esto es as de tal manera que el RB prev que los prvulos pueden ser retirados de la Iglesia durante la liturgia de la palabra, para ser introducidos luego, oportunamente, durante la invocacin de los santos. En cambio, la oracin de exorcismo y la uncin con el leo de los catecmenos s pueden considerarse como el paralelo con la etapa de purificacin en el itinerario de los adultos, aunque adaptada a la situacin del prvulo destinatario. La liturgia del bautismo empieza con la solemne oracin del ministro que invoca la bendicin de Dios sobre el agua, y hace memoria del designio de salvacin a la vez que suplica la fuerza del Espritu para el nuevo nacimiento del hombre en la familia divina, por la comunin con el misterio de la muerte y resurreccin de Cristo. Despus de esta oracin, se invita a los padres y padrinos a que renueven su fe bautismal con las frmulas del renuncio y creo. Se trata, estrictamente, de una profesin de fe de los padres y padrinos, y no de toda la asamblea reunida. Tampoco se trata de asumir la representacin de los nios, en un gesto prospectivo. Este sentido del rito queda muy claro especialmente en la vigilia pascual, ya que la renovacin prevista para toda la asamblea se diferencia claramente de esta renovacin propia de los padres y padrinos de los nios que van a ser bautizados. Si alguno de los padres no quiere, tal vez, hacer la profesin de fe, por ejemplo, porque no es catlico, puede guardar silencio; se le pide solamente que, habiendo solicitado el bautismo del nio, provea para que ste sea educado en la fe bautismal, o que, por

lo menos, lo permita (RB n.5,d). Esta observacin es importante pastoralmente, ya que precisa muy bien el sentido que tiene esta intervencin de los padres, as como el alcance de las garantas que pide el ritual y el cdigo (RB n. 3 y CIC c. 868,1). La profesin de fe de los padres y padrinos tiene tambin otra finalidad en este momento: explicitar la fe de la Iglesia, en la cual son bautizados los prvulos. Esta dimensin es la que subraya el ministro, inmediatamente despus de las respuestas de los padres: Esta es nuestra fe.... La asamblea rubrica y asiente con un amn o con un canto de profesin de fe. Esta novedad, que se encontrar asimismo en el ritual de la confirmacin, es el fruto de la reflexin teolgica sobre el bautismo como sacramento de la fe, y tiene sus races en las clsicas explicaciones agustiniano-tomistas. De ah que la pregunta final del ministro a los padres, inmediatamente antes del bautismo, sea acerca de la voluntad de stos de bautizar a su hijo en la fe de la Iglesia. Sigue la ablucin con el agua -por infusin o por inmersin- y la invocacin de la Santsima Trinidad. En este ritual ha desaparecido por completo la conexin entre la frmula dialogal de la fe por parte del candidato y el bao bautismal, ya que la profesin de fe que acaba de hacerse no se refiere a la fe de los nios. Esta desconexin es, para algunos telogos, un punto dbil del actual ritual, desde una consideracin doctrinal. No faltan asimismo crticas de tipo ecumnico. El rito bautismal se completa con la inmediata uncin con el santo crisma, de carcter cristolgico mesinico: se significa la comunin con la misin mesinica de Cristo, sacerdote, rey y profeta, y la incorporacin del nefito al pueblo de Dios. Como elementos complementarios hay que mencionar el revestimiento con la vestidura blanca, la entrega al padre del cirio encendido como smbolo de una fe que hay que mantener encendida. Finalmente, si parece oportuno, se incluye el rito del ephpheta, de carcter catecumenal como un anuncio de la futura catequesis que recibir el prvulo. La cuarta parte de la celebracin, ritos conclusivos, se hace en torno al altar. Se quiere, con esto, significar el itinerario de la iniciacin cristiana, que tiene que proseguir con la confirmacin y culminar en la participacin eucarstica. Esta participacin se alude con la recitacin del padrenuestro. Finalmente, con la bendicin de las madres, de los padres, y de todos los presentes a la celebracin, concluye el rito. Aunque de una forma muy simplificada, se puede decir que conserva lo substancial del primer momento de la iniciacin cristiana.

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4.

El ritual de la confirmacin*

El concilio Vaticano II mand que el ritual de la confirmacin estuviera ms explcitamente vinculado con el sacramento del bautismo: Revsese tambin el rito de la confirmacin, para que aparezca ms claramente la ntima relacin de este sacramento con toda la iniciacin cristiana; por lo tanto, la renovacin de las promesas del bautismo preceder a la celebracin del sacramento (Constitucin Sacrosanctum concilium n. 71). El ritual de Pablo VI es una plasmacin de esta voluntad del concilio, aunque la confirmacin separada contina resintindose del carcter referencial. De hecho, se permite un retraso por razones teolgico-pastorales (RC n. 11). El ritual prev una celebracin del sacramento dentro de la misa y otra fuera de la misa, aunque hace notar que la confirmacin se tiene normalmente dentro de la misa, para que se manifieste ms claramente la conexin de este sacramento con toda la iniciacin cristiana, que alcanza su culmen en la comunin del cuerpo y de la sangre de Cristo (RC n. 13). El ministro originario de la confirmacin es el obispo. Este es el principio que ha mantenido la Iglesia en occidente, subrayando as la sucesin apostlica con el acontecimiento de Pentecosts, y la dimensin eclesial del don del Espritu santo. Sin embargo, la disciplina actual ampla notablemente la intervencin de los presbteros en este sacramento. No slo en el caso de peligro de muerte, como hizo ya Po XII, sino tambin en los casos de la iniciacin cristiana de adultos, cuando el bautismo y la confirmacin se celebran conjuntamente (CIC c. 883 y 884). El RC prev tambin, por causas graves, la asociacin de presbteros concelebrantes con el ministro principal, tanto en la crismacin como en la imposicin de manos. El RC indica la conveniencia de que estos presbteros tengan, en principio, alguna peculiar responsabilidad pastoral en relacin con los confirmandos. Aunque el CIC no ha recogido esta indicacin, puede considerarse una forma simple, pero suficiente, de expresar la colaboracin presbiteral con el ministerio principal del obispo, sobre todo cuando se trata de concelebrar el sacramento con el propio obispo (vase RC n. 7).4. Comentarios de revistas sobre el Ritual de la Confirmacin: Ephemerides Liturgicae 86/2 (1972) 110-128 y 214-224: La Maison Dieu 110 (1972) 51-71; Pitase 68 (1972) 195-290; 94 (1976) 279-294; Notitiae 7 91971) 347-363; Rivista Litrgica 59/3 (1972) 313-431, 60/5 (1973) 611-632; 65/4 (1976) 506-522; Heiliger Dienst 26 (1972) 164-174; 27 (1973) 13-23: Gregorianum 53 (1972) 267-321 y 407-486. Otros: H. Bourgeois, El futuro de la confirmacin, Madrid 1973; L. Ligier, La confirmation. Sens et conjocture oecumenique hier et aujourd'hui, Paris 1973; E. Rufini, // battesimo nello Spirito, Torino 1975; D. Borobio, Confirmar hoy. De la teologa a la Praxis, Bilbao 1974, 3 1985.

La celebracin del sacramento de la confirmacin es muy simple. Despus de la liturgia de la palabra, la de la misa normalmente, o propia si es fuera de ella, se hace la renovacin de la profesin de fe bautismal. As se enlaza explcitamente -tal como quiso el conciliola confirmacin con el bautismo, y se subraya su condicinn de segundo momento en el itinerario del sacramento de la fe. Tambin aqu se repite la frmula Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia.... El primer rito especfico es la imposicin general de las manos sobre los candidatos, por parte del obispo y de los presbteros concelebrantes, si los hubiere. Esta imposicin de manos va precedida de un invitatorio a la oracin. El texto del invitatorio, y el de la oracin que acompaa la imposicin de las manos, apuntan especficamente al don del Espritu como confirmacin de la vida iniciada en el bautismo, y la configuracin a Cristo, el ungido. A continuacin, y despus de entregar solemnemente el crisma a los presbteros concelebrantes, si los hubiere, el obispo y los dems presbteros designados para ello signan la frente del que es confirmado con el crisma, diciendo: N. recibe por esta seal el don del Espritu santo. Y acto seguido, el ministro saluda al confirmado diciendo: La paz sea contigo. A lo cual responde el confirmado: Y con tu espritu. Con este dilogo se ha vuelto a la simplicidad significativa de la salutacin eclesial, eliminando el rito medieval de la bofetada. El valor eclesial de esta salutacin de paz por parte del obispo al neoconfirmado es evidente: aqul que es cabeza y centro de unidad de la Iglesia particular, saluda y acoge paternalmente al cristiano que acaba de ser integrado plenamente a la comunidad eclesial por el don de pentecosts. El concilio dice que los fieles, por el sacramento de la confirmacin, se vinculan con ms perfeccin a la Iglesia (Lumen gentium n. 11). El rito final es la oracin universal, en la cual participan plenamente, y con pleno derecho, los cofirmandos. Uno de ellos puede proponer las intenciones. Cuando la confirmacin se celebra dentro de la misa, la oracin universal ocupa el lugar que es habitual, y constituye el rito de transicin hacia la eucarista. La bendicin solemne del obispo cierra toda la celebracin. El ritual de Pablo VI no concede especial importancia sacramental a esta bendicin. En cambio, s la tiene la recitacin del padrenuestro, que se hace, o bien en el momento propio de la misa, o bien antes de la bendicin, si no se celebra la eucarista. La recitacin de la oracin dominical es en este momento, como en el bautismo de los prvulos, un anuncio de la celebracin eucarstica, a la vez que una expresin magnfica de la filiacin divina, en la que son confirmados los que reciben el don del Espritu santo.

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Dentro de las disposiciones cannicas que afectan a la celebracin del sacramento de la confirmacin, destaca la referente a la edad. El CIC c. 891, resume as las disposiciones del RC: El sacramento de la confirmacin se ha de administrar a los fieles en torno a la edad de la discrecin, a no ser que la Conferencia episcopal determine otra edad, o exista peligro de muerte, o, a juicio del ministro, una causa grave aconseje otra cosa. El RC precisa que el sacramento de la confirmacin debe ser administrado, en peligro de muerte, a todo bautizado que no estuviere confirmado, aunque sea un prvulo (RC n. 11). Y el CIC c. 890 insiste en la obligacin, por parte de los fieles, de recibirlo en el tiempo oportuno, y encarga a los padres y los pastores de almas, sobre todo los prrocos, a que procuren que los fieles sean bien preparados para recibirlo y que lo reciban en el tiempo oportuno. La Conferencia episcopal espaola ha determinado como edad para recibir la confirmacin la situada alrededor de los catorce aos, sin perjuicio de las disposiciones del ordinario propio. En el mismo sentido se han pronunciado otras Conferencias episcopales, aunque se observa una cierta reserva en pronunciarse en este tema, por la conciencia de las dificultades de tipo pastoral que, de una forma ms o menos inmediata, pueden surgir de una imposicin de esta edad de una manera general, tanto para el sentido del sacramento como para las posibilidades de recepcin por parte de los bautizados.

EL TESTIMONIO DE LA EXPERIENCIA HISTRICA DE LA IGLESIA

En el captulo anterior hemos presentado la iniciacin cristiana, tal como la propone hoy la Iglesia. La forma de celebrar la iniciacin es una forma de identificacin eclesial en este momento histrico. La Iglesia pretende as expresar simblicamente lo que doctrinalmente confiesa con su fe, acerca de la iniciacin. Pero esta tarea est siempre sometida a dos interrogantes fundamentales: En qu medida existe una coherencia entre el sentido iniciatorio afirmado o confesado y la expresin ritual propuesta, de manera que las mediaciones respondan adecuadamente al contenido de fe? Hasta qu punto se da en esta iniciacin propuesta una continuidad genuina con la experiencia ms paradigmtica de iniciacin que en otros tiempos vivi la Iglesia, y que se decanta como la constante mayor de la tradicin? Para responder a estas dos cuestiones debemos hacer un sondeo histrico que nos conduzca a un encuentro con las tradiciones eclesiales y nos ayude a discernir la verdad integral de la iniciacin, sin perder de vista las exigencias de una encarnacin iniciatoria para el momento actual. 1. Primeros testimonios: Didach, Justino... No es difcil encontrar referencias al bautismo en los primeros escritos. De una forma parecida a lo que sucede en los Hechos, estos textos hablan del bautismo frecuentemente, pero ms de forma circunstancial, como de un hecho vivido en el interior de la predicacin de la comunidad cristiana, que de forma sistemtica, como ritual desarrollado. Es distinto, en cambio, lo que sucede en la Didach o Doctrina de los doce apostles11. J. P. Audet, La Didach. Instructions des Apotres, Paris 1958.

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El documento trata con una cierta detencin el ritual del bautismo en una primera parte, en la que se contiene toda la enseanza catequtica sobre el camino de la vida. Fcilmente se advierte, en esa conexin entre enseanza y bautismo, el paralelismo con la conclusin de Mateo 28,18-20: bautizando... y enseando a cumplir.... La conexin se acenta por la presencia de la misma frmula del primer evangelio: Bautizad en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu santo (Did. VIII, 1). Al tema del bautismo sigue en la Didach el tema del padre nuestro y de la eucarista, lo cual podra ser indicio del itinerario de la iniciacin cristiana. No existe, sin embargo, ninguna referencia a unciones o imposiciones de manos. De hecho, este es tambin el itinerario que de una manera explcita sigue S. Justino1 en su Apologa 1,61: Cuantos se convencen y tienen fe de que son verdaderas estas cosas que nosotros enseamos y decimos y prometen poder vivir conforme a ellas, se les instruye ante todo para que oren y pidan, con ayuno, perdn a Dios de sus pecados anteriormente cometidos, y nosotros oramos y ayunamos juntamente con ellos. Luego los conducimos al sitio donde hay agua, y por el mismo modo de regeneracin con que nosotros fuimos tambin regenerados, son regenerados ellos, pues entonces toman en el agua el bao en el nombre de Dios, Padre y Soberano del universo, y de nuestro Salvador Jesucristo y del Espritu santo (61,1-3). Este bao se llama iluminacin, para dar a entender que son iluminados los que aprenden estas cosas, y el iluminado se lava tambin en el nombre de Jesucristo (ibid., 61, 12-13). Despus de as lavado el que ha credo y se ha adherido a nosotros, le llevamos a los que se llaman hermanos, all donde estn reunidos, con el fin de elevar fervorosamente oraciones en comn... (Did. 65,1). Contina explicando la oracin universal, la salutacin de paz y la eucarista. En estos dos testimonios resulta bien clara la relacin ntima entre enseanza y bao bautismal, as como la referencia trinitaria de la fe bautismal. En la descripcin de Justino se adivina ya un esbozo de catecumenado. 2. La Tradicin apostlica de Hiplito3

Como sucede con tantos otros temas sacramentales, la Tradicin apostlica de Hiplito ofrece tambin las primicias histricas de un ritual prcticamente completo de la iniciacin cristiana. El itinerario2. 3. PG 6, 420-428. Cf. D. Ruiz Bueno, Padres apostlicos, Madrid 1950, 85 ss. Hiplito de Roma, Tradicin apostlica, ed. B. Botte, Mnster 1963, n. 15-22.

empieza con la seleccin de los candidatos, presentados por los cristianos. La eleccin se establece a partir de la situacin familiar y social de cada uno. Se advierte en seguida el deseo de preservar la identidad de la comunidad cristiana y de alejar todo aquello que de lejos o de cerca tenga relacin con los pecados considerados como mayores: la idolatra, el homicidio, y la fornicacin. El catecumenado es ya en la TA una institucin en plena vigencia, as como los ritos catecumenales de la oracin y la imposicin de manos. Estn a cargo del doctor, tanto si es clrigo como si es laico. El catecmeno puede llegar a ser testigo cristiano o mrtir, y este bautismo en su sangre por la muerte le justificar. La segunda etapa empieza con la eleccin. Se escrutan las disposiciones de los elegidos, se ora por ellos, escuchan ya el evangelio. La ltima reunin preparatoria la tendrn el sbado santo por la maana. La vigilia pascual es el momento de la catequesis intensiva. La celebracin de los misterios empieza al canto del gallo, con la oracin sobre el agua. No se urge que sea agua corriente o que caiga de arriba; puede ser el agua que se encuentra fcilmente. El bautismo de los nios (algunos de los cuales se supone que no pueden hablar) inicia el rito. Esta rbrica, reseada con toda normalidad, es un dato importante para concluir sobre la antigedad de esta prctica. El ritual prev, como momento previo al bao, la preparacin del leo de exorcismo y del leo de accin de gracias. Con el leo de exorcismo se unge al que va a pasar al bao bautismal, una vez ha expresado la renuncia a Satans. El bao se hace con una triple inmersin, una despus de cada profesin de fe en la Trinidad. El que bautiza hace las preguntas con la mano impuesta sobre la cabeza del que es bautizado. Despus del bao bautismal empieza un proceso de unciones e imposiciones de manos: primero, el presbtero unge al nefito con el leo de accin de gracias; luego, el obispo le impone la mano pidiendo el don del Espritu; en seguida, el propio obispo derrama sobre la cabeza del nefito el leo de accin de gracias y concluye con la signacin en la frente y el beso de paz. La integracin a la asamblea se hace a partir de la oracin de los fieles y el beso de paz fraternal. La eucarista presenta una curiosa multiplicacin de clices: adems del cliz con el vino eucarstico, se preparan otros dos, uno con leche y miel mezcladas, y otro con agua. El significado del primero es el cumplimiento de los bienes de la tierra prometida, el del segundo, es la purificacin interior. En el momento de la comunin, los nefitos, despus de recibir el pan, beben de los clices por este orden: agua, leche y miel, y vino.

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La celebracin en la Iglesia.

Sacramentos

Sacramentos de iniciacin cristiana: bautismo y confirmacin

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El texto de la TA sita estas enseanzas entre las cosas bsicas, como la resurreccin de la carne. Cabe preguntarse sobre la presencia o no de la confirmacin en la TA. El texto habla del bautismo, pero la descripcin incluye unos ritos posbautismales que tienen una significacin claramente perfectiva y, si se quiere, confirmatoria. Se trata, pues, de una celebracin que no tiene ms nombre que bautismo, pero que es comprendida como un bao en la fe tr