Bombas de racismo

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19 Somos 19 de enero del 2013 ACTUALIDAD BOMBAS DE RACISMO ESCRIBE RICARDO LEÓN ¡Maldición! Humala presidente... Ahora el V.I.P. se llamará Very Indian People”; “Toda la gente que vota por Humala debería morir. Así ha- bría menos pobreza”. Mensajes como estos, casi todos escritos por peruanos jóvenes y de muy mala ortografía, se podían leer a diario en las redes sociales a lo largo de la hostil campaña electoral del año 2011, especial- mente en las semanas previas a la segunda vuelta entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori. Eran manifestaciones del racismo, la intolerancia y la discriminación en su más puro estado, puestos al servicio de la política. Es decir, de ese tipo de política. Agítese antes de usar “El racismo, como la bestia de Monterroso, nunca se fue”, es- cribió por aquellos días el psi- coanalista Jorge Bruce, autor del libro Nos habíamos choleado tanto. Él mencionaba comenta- rios puntuales del racismo más inefable, malicioso y pueril, como “¡¡Quitémosle el DNI a todos los serranos y paguemos su multa!!”. Y así. Dos años después, y en un contexto electoral –la revocación municipal– distinto, pero igual de tenso, esas señales se comienzan a repetir. Si al comienzo del pro- ceso de revocación en Lima los ‘bandos’ estaban conformados por mafiosos o ineficientes, que ya de por establecía etiquetas innecesarias, hoy se divide entre aristócratas blancos y cholos po- bres. “Otra vez estamos viendo cómo, de pronto, aparece lo real, las costuras de una sociedad in- consistente. La discriminación y la intolerancia son algo que no está aún en proceso… pero actuamos como si lo estuviera. Y eso le hace mucho daño tanto a la ciudad como a la sociedad. Esto no es algo que ocurra solo en el Perú, pero aquí es casi una costumbre”, opina Bruce. Es como si estuviéramos fren- te a una caja de emergencia: en caso de campaña política, rompa el vidrio y use el racismo. Distorsiones “El error [de Susana Villarán] ha sido poner a demasiado blanqui- to en sus voces por el No”, dijo Marco Tulio Gutiérrez, principal promotor de la revocación. “Los nuevos ricos, esos son horroro- sos”, comentó la actriz Claudia Dammert en una bizantina dis- cusión –consigo misma– sobre quién es pituco y quién cholo y quién, por último, es ‘pitucholo’. Listo, dos comentarios igual de La política otra vez muestra su rostro más sucio. La campaña por la revocación de la alcaldesa Susana Villarán se convirtió, en pocos días, en la reafirmación de la intolerancia, la discriminación y otras taras de la sociedad.

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La política nos muestra otra vez su rostro más sucio. La campaña por la revocación de la alcaldesa Susana Villarán se convirtió, en pocos días, en la reafirmación de la intolerancia, la discriminación y otras taras de la sociedad.

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ricardo león “¡Maldición! Humala presidente... Ahora el V.I.P. se llamará Very Indian People”; “Toda la gente que vota por

Humala debería morir. Así ha-bría menos pobreza”. Mensajes como estos, casi todos escritos por peruanos jóvenes y de muy mala ortografía, se podían leer a diario en las redes sociales a lo largo de la hostil campaña electoral del año 2011, especial-mente en las semanas previas a la segunda vuelta entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori. Eran manifestaciones del racismo, la intolerancia y la discriminación en su más puro estado, puestos al servicio de la política. Es decir, de ese tipo de política.

Agítese antes de usar“El racismo, como la bestia de Monterroso, nunca se fue”, es-

cribió por aquellos días el psi-coanalista Jorge Bruce, autor del libro Nos habíamos choleado tanto. Él mencionaba comenta-rios puntuales del racismo más inefable, malicioso y pueril, como “¡¡Quitémosle el DNI a todos los serranos y paguemos su multa!!”. Y así.

Dos años después, y en un contexto electoral –la revocación municipal– distinto, pero igual de tenso, esas señales se comienzan a repetir. Si al comienzo del pro-ceso de revocación en Lima los ‘bandos’ estaban conformados por mafiosos o ineficientes, que ya de por sí establecía etiquetas innecesarias, hoy se divide entre aristócratas blancos y cholos po-bres. “Otra vez estamos viendo cómo, de pronto, aparece lo real, las costuras de una sociedad in-consistente. La discriminación y la intolerancia son algo que

no está aún en proceso… pero actuamos como si lo estuviera. Y eso le hace mucho daño tanto a la ciudad como a la sociedad. Esto no es algo que ocurra solo en el Perú, pero aquí es casi una costumbre”, opina Bruce.

Es como si estuviéramos fren-te a una caja de emergencia: en caso de campaña política, rompa el vidrio y use el racismo.

Distorsiones“El error [de Susana Villarán] ha sido poner a demasiado blanqui-to en sus voces por el No”, dijo Marco Tulio Gutiérrez, principal promotor de la revocación. “Los nuevos ricos, esos son horroro-sos”, comentó la actriz Claudia Dammert en una bizantina dis-cusión –consigo misma– sobre quién es pituco y quién cholo y quién, por último, es ‘pitucholo’. Listo, dos comentarios igual de

La política otra vez muestra su rostro más sucio. La campaña por la revocación de la alcaldesa Susana Villarán se convirtió, en

pocos días, en la reafirmación de la intolerancia, la discriminación y otras taras de la sociedad.

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desatinados y el vidrio de emer-gencia se rompió. Así de frágil es la política local. De pronto la revocación se convirtió en un ajedrez perverso, donde los que están a favor del Sí ponen palitos para que alguien los pise, y los que defienden el No cuidan cada palabra y cada gesto para evitar prender más chispas.

Fernán Altuve lo define como “la subjetivización de la política”. Altuve es regidor de la Munici-palidad de Lima y es uno de los más consecuentes críticos de la gestión de Susana Villarán. Él comenta que, a diferencia de la elección de una autoridad, la revocación tiene tintes aún más emocionales, porque no se trata de confiarle un cargo político a alguien, sino de quitárselo. “Es un proceso abierto. Uno puede querer revocar a la alcaldesa incluso porque no le gusta su cara, porque no le cae bien. Es la naturaleza de las distorsiones; importa más la frase o el apodo que las ideas o los planes”.

Juan Acevedo es historietista de larga trayectoria, y en mu-chos de sus trabajos ha tocado el tema del racismo político y sus variables. Una de sus series más celebradas se titula El Kuraka, y grafica con humor las ideas indigenistas del patriarca de los Humala, Isaac, que consideraba a los mestizos como represen-tantes de una raza superior. Pero en realidad para Acevedo nada de esto es divertido: “El racis-mo aplicado a la política es solo una prolongación del racismo social real que vivimos en todo momento, en todas partes. Es, eso sí, un uso malévolo, eso de decir abiertamente que Villarán defiende a los ricos. No hay nada más demagógico que recurrir a esos prejuicios y taras. Es la forma más fácil de manipular complejos, y eso es peligroso”.

Un vicio moralLa discriminación y los prejui-cios conscientes o inconscientes siempre encuentran una manera de manifestarse. El ex presidente Alan García comentó alguna vez:

“Somos un país andino, es decir, un país esencialmente triste. No somos un país alegre, como Bra-sil, o como los colombianos, que son hiperactivos […] Tienen más sol, tienen Caribe. Aquí tenemos indígenas que cosechan hoja de coca todavía”. O cuando, años antes, Ántero Flores-Aráoz ana-lizaba la propuesta de discutir vía refe-réndum un tratado comercial con Esta-dos Unidos y dijo: “¿Le vas a preguntar a las llamas y vicu-ñas sobre el TLC?”. O cuando Eliane Karp, intentando defender a su esposo, el por entonces presidente Alejandro Toledo, se refirió a “esos pituquitos mira-florinos”. O cuando el padre de Lourdes Flores Nano se refirió al propio Toledo como “el auquéni-do de Harvard”. O cuando, años

atrás, los seguidores de Mario Vargas Llosa denigraban a los partidarios de Alberto Fujimori, y cuando estos a su vez tildaban de “pitucos” a quienes apoyaban al Fredemo...

Pablo Quintanilla, un recono-cido filósofo, escribió hace poco en el blog Sophimania.pe algu-

nas reflexiones sobre el racismo y sobre la condición innatural aunque latente del racismo. “El solo hecho de ser recono-cido como miembro del grupo dominante le trae a uno, y a los individuos más cer-canos a uno, muchas ventajas adaptativas. Por eso aún sobrevi-

ve el racismo. Pero el racismo no tiene justificación científica, es un vicio moral y es el producto de la ignorancia”. Nunca más claro. ❖

racismo y políticaen el mundo

estados UnidosEn la campaña estadouniden-se del 2012, en la que Obama resultó reelecto, se distri-buyó stickers con la frase ‘Don’t Re-Nig in 2012’, que es un juego de palabras con ‘renege’ (significa incumplir) y ‘nigger’, la forma peyorativa con la que llaman a los negros en ese país.

brasilLuego de una larguísima his-toria de esclavitud y rechazo social, la presidenta Dilma Rousseff creó un programa de

becas y apoyo laboral para la población negra de ese país, además de un refuerzo en el sector cultural.

FranciaLa lideresa de la ultraderecha Marine Le Pen el año pasado, tras conocerse la identidad de un joven francés de origen argelino (en la foto superior) que asesinó a siete franceses en Toulouse: “Debería ser juz-gado como musulmán antes que como francés”.

operAción estereotipo. el grupo que defiende la gestión de villarán incluye a personajes como julio pérez (de la sarita) y el actor jason day. “hay mucho blanquito”, le dijo marco tulio gutiérrez.

no LA qUieren. la campaña va a ser ardua en las próximas semanas. los promotores de la revocación cuentan ahora con el apoyo del apra, que pondrá toda su maquinaria política a su disposición.

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“el raciS-mo no tiene juStifi-cación científica. eS un vicio moral”, eScribió el filóSofo pablo quin-tanilla.

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