BOLIVAR, América en en El Ensayo de Germán Arciniegas y La Identidad Narrativa

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América entre el ensayo de Germán Arciniegas y la identidad narrativa * Hermano Luis Bernardo Bolívar, Fsc.** Resumen Hacerse la pregunta por “el quién” de América Latina desde la pers- pectiva de la identidad narrativa según Paul Ricoeur, es también pensar en “el ensayo” en su doble sentido; por un lado, como experiencia y experimento; por el otro, como proceso escritural-estético, a la manera en que lo plantea Germán Arciniegas en “Nuestra América es un ensa- yo”. A través de él, se pueden narrar los episodios experimentados por América durante su existencia o parte de ella, no ya solamente desde un estado de prefiguración en el que los hechos se dan y se interpretan de manera aislada como sucede en la anécdota, sino con el propósito de ponerlos en conexión unos con otros como sucede en la narración, esto con el fin de realizar un proceso de configuración en el que la his- toria aparece como unidad con sentido. Palabras clave: ensayo, ser nacional, identidad narrativa, realidad, fic- ción, América, narración. * El presente artículo es resultado parcial del proceso investigativo “El ser nacional y continental” perteneciente al semillero de investigación de la Maestría en Hermenéutica Literaria, adscrito al Departamento de Humanidades de la Universidad EAFIT. ** Magíster en Hermenéutica Literaria de la Universidad EAFIT. Licenciado en Educación de la Corporación Universi- taria Lasallista. Profesor catedrático en la facultad de ciencias sociales de dicha universidad. Miembro del Semillero de Investigación de la Maestría en Hermenéutica Literaria, EAFIT. Correo electrónico: [email protected].

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La presencia de Bolívar Arcinegas sobre Bolívar

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Amrica entre el ensayo de Germn Arciniegas y la identidad narrativa*Hermano Luis Bernardo Bolvar, Fsc.** ResumenHacerselapreguntaporelquindeAmricaLatinadesdelapers-pectiva de la identidad narrativa segn Paul Ricoeur, es tambin pensar enelensayoensudoblesentido; porunlado,como experienciay experimento; por el otro, como proceso escritural-esttico, a la manera en que lo plantea Germn Arciniegas en Nuestra Amrica es un ensa-yo. A travs de l, se pueden narrar los episodios experimentados por Amrica durante su existencia o parte de ella, no ya solamente desde un estadodeprefiguracinenelqueloshechossedanyseinterpretan demaneraaisladacomo sucede en la ancdota, sino con el propsito de ponerlos en conexin unos con otros como sucede en la narracin, esto con el fin de realizar un proceso de configuracin en el que la his-toria aparece como unidad con sentido.Palabrasclave:ensayo,sernacional,identidadnarrativa,realidad,fic-cin, Amrica, narracin.*El presente artculo es resultado parcial del proceso investigativo El ser nacional y continental perteneciente al semillero de investigacin de la Maestra en Hermenutica Literaria, adscrito al Departamento de Humanidades de la Universidad EAFIT.**Magster en Hermenutica Literaria de la Universidad EAFIT. Licenciado en Educacin de la Corporacin Universi-taria Lasallista. Profesor catedrtico en la facultad de ciencias sociales de dicha universidad. Miembro del Semillero de Investigacin de la Maestra en Hermenutica Literaria, EAFIT. Correo electrnico: [email protected] literatura ha estado por mucho tiempo bajo el monopolio de los cnones occidentales.AtravsdeellaEuroparecogisupensamiento.Tuvogranin-fluenciaenladinmicadeAmrica.Enlosiniciosdelaconquista,amuchos hombres de letras venidos a este lado del Atlntico se les encomend la fun-cinderegistraratravsdecrnicaslosacontecimientossucedidosdurante los viajes. Era comn encontrar en los relatos de estos hombres temas sobre la geografa, las plantas, las caractersticas de los seres humanos con los que se encontraban. El gnero de la novela contribuy a poner en el centro la vida propiadeAmrica.Suestiloalbergabaunaespeciedenarracinatravsde lacualsere-creabantodaclasedeacontecimientos.Dentrodeestegnero literario los personajes cobraban vida y, a la luz de la realidad, con un poco de ficcin, trataba de presentarse una perspectiva de lo que era Amrica; a veces comoescenariodondesedesarrollabaunaideaocomopersonajesobreel cual sucedan ciertos acontecimientos.Con el paso del tiempo, surgi en Amrica la conciencia sobre una nueva ma-nera de abordar los problemas propios con un carcter de originalidad. Fue as como algunos hombres de letras tomaron conciencia de esta nueva forma de expresar los sentimientos de pertenencia a lo que era Amrica. Para Germn Arciniegas un hombre de letras del siglo XX existe una fusin inseparable entre el ensayo y Amrica, ya que los dos mantienen un carcter proyectivo, problemtico e inacabado que confronta a quien detenga su mirada sobre am-bos. A partir de estos presupuestos de una identidad narrativa para Amrica, si se quiere tener una idea de lo que es ella, es preciso volcar la mirada en torno alosrelatosque,sobresuhistoria,sehanconstruido,yaquenosepuede pensarenunaAmricadesdeunsoloaspectoendetrimentodetodoslos dems elementos que la constituyen. Lo anterior permite pensar en el tema de la identidad narrativa como una propuesta en la que los diversos aspectos de Amrica se tornan en unidad. Ms all de centrar la mirada en un nico aspecto de Amrica como un elemento desde el cual se pueda definirla a partir de una perspectiva generalizadora y esttica, la identidad narrativa permite que todos los episodios de Amrica se vayan hilando en torno a la configuracin de una Amrica entre el ensayo de Germn Arciniegas y la identidad narrativaimagen que nos permita reconocerla en el escenario mundial, con la posibili-dad de que se vayan aadiendo nuevos sucesos.El ser nacional en Amrica desde la perspectivadel ensayo en Germn ArciniegasHablar del ser nacional y continental en Amrica1 hoy pareciera un tema ago-tado,yaquesobreesteasuntosonmuchoslosautoresquehanvolcadosu inters, hasta el punto de generar nuevas perspectivas a travs de numerosos escritosestticamenteelaborados;aqucabedecirquelatinta,elpapelyel pensamiento se unen para dar vida a un nuevo ser en la escritura, lo que se convertir despus, sin pronosticarlo, en un incalculable valor literario para la humanidad. Por medio de ella confluyen tanto la realidad como la ficcin. Estn impregnadas del aire de la sociologa, la antropologa, la filosofa, entre otros gneros que oscilan de la escritura a la ciencia; as sucede con Germn Arcinie-gas, quien cuenta con gran habilidad a la hora de mezclar este tipo de gneros al referirse a las fascinantes situaciones de Amrica a travs de sus ensayos.As como el pensamiento occidental contaba con unas categoras para abordar eltemadelaidentidad,tambinenAmricahuboysiguehabiendoformas originalesparahacerlo.Pinseseenestemomento,enlainfluenciaqueen Amrica tuvo el ensayo, luego la novela, como una forma de expresar las emo-ciones y sentimientos propios. Germn Arciniegas, de manera habilidosa, pone en el mismo crisol escritural diversos gneros, tanto de la literatura como de la ciencia. Gracias a su formacin y experiencia que le ha dado el conocimiento que tiene de la realidad latinoamericana y de otras partes del mundo, Germn Arciniegasleconcedealaliteraturaunespaciomayorensudeseoporre-crear el pasado, poniendo en el centro de su reflexin aspectos propios de la realidad latinoamericana, lo que hace desde su aproximacin a los detalles, que muchas ocasiones escapan a los agudos ojos de escritores; trata de establecer una perspectiva distinta a la que otros han realizado en su inters por estable-cer una idea de lo que es Amrica; Cobo Borda dice al respecto: el papel de 1Me refiero aqu, y en adelante, con la palabra Amrica a la regin ubicada al sur del Continente de Amrica como lo deja en claro Arciniegas durante el recorrido de Nuestra Amrica es un ensayo y que se precisa du-rante este artculo ms adelante (Arciniegas, 2012, pp. 46 y 48).Arciniegas como historiador se revala en importancia. Apunt hacia la historia cotidiana;acmosehacanlascasas,desdeelbohoindgenaalrascacielos funcionalista,alamicro-historia,ydedicpormenorizadaatencin[]alas mujeres y a los grupos populares insurrectos (Cobo, 2012, p. 31).FuelamenteosadadeArciniegas,permeadaporelmundodelaficcin,lo quele permiti ampliar el campo de navegacin a travs de sus ensayos sobre Amrica. Recordemos lo que dice Hctor Jaimes (2001) en La reescritura de la historia en el ensayo hispanoamericano (citado por Cobo 2012, p. 35): Arci-niegas busca poner en perspectiva el pasado en la medida en que lo reinventa estticamente.Esteesun procesosimultneoy audaz,yaquealvalersedel ensayo,nole rinde cuenta ni al historiador ni al novelista; y al mismo tiempo llega a producir una interpretacin histrica - verosmil, esttica y objetivamen-te hablando - que re-crea el pasado (Jaimes, 2001, p. 117).Para Arciniegas, aunque a la literatura se la tilda de nadar entre el mundo de la realidad y la ficcin de manera desorientada, es precisamente este carcter intermedio lo que le da la posibilidad de auscultar otras orillas no identificadas todava, ya que un viaje determinado por los documentos y archivos cientfi-cos por s solos, propio del positivismo, como sucede con otros gneros, no permite llegar hasta ellas. Hctor Jaimes reconoce que Arciniegas no desvirta lautilidaddelafuentedocumental,sinoque,ademsdelaimportanciaque leconcede,tambinesnecesariointegrarlaalaperspectivadealguienque la interpreta; as lo enuncia Jaimes: segn Arciniegas, una de las bases funda-mentales para reescribir la historia es el documento, pero el documento por s solo no basta si no existe un intrprete que una los puntos sueltos entre un acontecimiento y otro (Jaimes, 2012, p. 55). La realidad emprica terminara por anclar cualquier intento de ruta bajo coordenadas reducidas a la experien-cia de la realidad fsica, lo que restringira las posibilidades de navegacin. De manera similar habra ocurrido con aquellos hombres que se lanzaron al mar, desafiando los peligros del azar con el ferviente propsito de venir a un lugar inexplorado anteriormente. Si ellos se hubieran detenido ante las inseguridades y el miedo que causa lo desconocido, tal vez este proyecto de Amrica, al me-nos como lo conocemos hoy, con todas sus implicaciones negativas y positivas, no fuera posible.Amrica entre el ensayo de Germn Arciniegas y la identidad narrativaEl ensayo se convierte para Arciniegas en una manera de configurar una idea sobre Amrica; de la misma manera, este gnero ha cautivado muchas men-tes prodigiosas de la humanidad en diversas latitudes del mundo como es el casodeMontaigne;aunqueConsueloTrivioconsideraqueparaArciniegas el ensayo se remonta a los inicios del descubrimiento; en las crnicas de los cronistas de Indias, y no tanto a Montaigne como piensan algunos, y que este ms bien, por el contrario, se sirvi de estos documentos para afinar su discur-so anticolonialista a travs del gnero del ensayo (2012, p. 87).Este gnero se fusiona, segn Arciniegas, con la realidad de Amrica. Ambos poseen las mismas cualidades de novedad y ensayo, entendido este desde su doble connotacin, por un lado el escritural y, por el otro, el de experiencia, aunque el ensayo como escritura sirva para expresar las experiencias de Am-rica. As nos lo hace saber el propio Arciniegas en su ensayo Nuestra Am-rica es un ensayo: El ensayo, que es la palestra natural para que se discutan estas cosas2, con todo lo que hay en este gnero de incitante, de breve, de audaz, de polmico, de paradjico, de problemtico, de avizor, result desde el primer da algo que pareca dispuesto sobre medidas para que nosotros nos expresramos (p. 46).Liliana Weinberg, en un texto titulado El ensayo, entre el paraso y el infierno, dicequeAmricaesproblema,desafo,provocacin,novedad,querompe sobre las ideas tradicionales sobre el continente y obliga al ejercicio del ensayo (Weinberg, 2001, p. 89). De la misma manera, Germn Arciniegas nos pone de frente con una definicin de lo que es Amrica, sin agotarla del todo, a tra-vs del ensayo, como una manera de mezclar en la narracin la realidad con la ficcin, ya que tanto el ensayo como Amrica son dos realidades inagotables y misteriosas para quienes se enfrentan a ellas; tanto el uno como la otra contie-nen un carcter hbrido de circunstancias; por ejemplo, en el ensayo conflu-yen notas periodsticas, documentos histricos reales e imaginarios, siendo as el ensayo como la forma de un centauro, mitad humano y mitad animal, segn Alfonso Reyes, citado por Trivio Anzola de la manera siguiente: Este centauro 2Con el trmino de estas cosas se refiere aqu Arciniegas a todas las experiencias y problemas vividos por Amri-ca durante el proceso de independencia y emancipacin; uno para designar la ruptura con los espaoles y el otro para referirse al proceso intelectual que llev a la independencia.de los gneros donde hay de todo y cabe de todo, propio hijo caprichoso de una cultura que no puede responder ya al orbe circular y cerrado de los anti-guos, sino a la curva abierta, al proceso en marcha, al etctera cantado ya por un poeta contemporneo preocupado de filosofa (2012, p. 86).Esto supone que Amrica, al igual que el ensayo escritural, alberga el cruce de razas, de los indios y los espaoles en un momento de la historia; ms ade-lante, tambin sucede lo mismo con la aparicin de los negros en el escenario geogrfico. Con el cruce de razas se produjo en Amrica el llamado mestizaje, fenmeno que la determinara para el resto de su existencia. El mestizaje cu-bri la realidad de Amrica y a ella se le otorga un valor fuerte en la constitucin de lo que es hoy.Despus de haber hecho una presentacin de lo que es Amrica con relacin al ensayo y todo lo que ello implica, para efectos de intentar realizar un anlisis sobre la identidad de Amrica que recoja toda su diversidad y su carcter ori-ginal,temacentraldeesteartculo,propongoacontinuacintrascenderuna definicin meramente esttica, sustancialista, de la identidad tal como sucedi en el pasado; por el contrario, propongo una interpretacin en la medida que esta fluye de manera dinmica en el transcurso de la historia, como bien lo deja verArciniegasalreferirseaAmricacomoensayo,problemayproyecto. Germn Arciniegas nos pone ante una Amrica lanzada hacia el futuro, cargada de esperanza, no solo para quienes llegaron a estas tierras hace ms de cinco siglos, en su afn por liberarse tambin de las circunstancias propias de la vida occidental, en la que estaban sumidos. Amrica cuenta con la peculiaridad de estar en apertura a nuevos episodios existenciales que han de marcar la his-toria venidera, tanto para los recin llegados como para los que han vivido en estas tierras durante siglos, de lo cual no hablan muchos escritos al referirse a la historia de Amrica. Germn Arciniegas es consecuente con este deseo de poner a Amrica de cara con el futuro de manera original y distinta al hablar-nos de una Amrica posible, situacin que hace evidente en toda su escritura ensaystica. Consuelo Trivio resalta cuatro aspectos importantes en la forma escritural de Arciniegas: necesidad de expresar, primero, un concepto del ser humano como proyecto, como posibilidad no se confunda este concepto con la idea de que los americanos son inmaduros; segundo, una voluntad Amrica entre el ensayo de Germn Arciniegas y la identidad narrativade ser americano; tercero una necesidad de escapar de las generalizaciones; y, por ltimo, un placer de ser distinto, inclasificable, diverso, plural, indiscipli-nado, irreverente (Trivio, 2012, p. 93).Siendo consecuentes con lo anterior, creo que el tema de la identidad, com-prendida esta desde la narracin, nos permite ubicarnos en la misma lnea de Germn Arciniegas a travs de sus ensayos, sobre todo desde Nuestra Amri-ca es un ensayo, donde echa mano de las experiencias de Amrica y establece conexionesentreunasyotrasparaconfigurarunaimagendeloqueesella. Recordemos lo que Hctor Jaimes nos dice al respecto: el acontecimiento3 histrico se halla inserto dentro de un discurso de asociacin aproximativa en donde elensayista,por conjetura e intuicin, crea conexiones, hace sntesis, y descubre la historicidad de cada evento (2012, p. 55). Para esta tarea cabe recordar la propuesta de Paul Ricoeur (2006, p. 998) cuando habla de la iden-tidad narrativa como una posibilidad de ensanchar las paredes de lo mismo al reconocimiento de la diferencia presente en los mltiples relatos que com-ponen una tradicin, pensamiento que adems comparten pensadores como Charles Taylor y Alasdair MacIntyre en un inters por hablar de un identidad comunitaria,quetrasciendeelcampomeramenteindividual.Peroantesde hablardelensayoenGermnArciniegascomoposibilidaddeunaidentidad narrativa, que ser la reflexin final de este artculo, veamos algunos ejemplos narrativos en los que se alcanza a configurar una imagen de Amrica a partir de una o varias narraciones.Amrica compuesta por una tradicin de relatos ensaysticosAmrica es un gran relato inacabado en el que confluyen mltiples historias. A travs de ellas se narra su historia desde antes de su fundacin, y pongo esta palabra entre comillas para designar el proceso que se dio desde la venida de los espaoles, quienes llegaron a Amrica para asentar las formas de vida del antiguomundosinreconocerlasparticularidadesdelnuevoalqueapenas llegaban. Recordemos aqu el trabajo de Eduardo Galeano (2007) en su texto 3Entendamos por acontecimiento aquello que irrumpe ms all de las estructuras o lo convencionalmente esta-blecido,loquetienecarcterdenovedad,delamismamanerataninesperadaquelotuvoAmricaconsu aparicin en el escenario mundial.titulado Memorias del fuego, a travs del cual narra de manera potica, hasta el punto de tocar los sentimientos de los personajes, el tema de los orgenes y, de manera intercalada, la vida del viejo mundo y del nuevo.Deotramanera,tambinhaytextosquenoshablandelaimportanciaque tuvieron las narraciones durante la colonia; a travs de las cuales ya se empieza configurarunahistoriaidentitariasingulardeAmrica;delaformacomolo mencionaAlejoCarpentieralinsinuarenElarpaylasombraquelostextos de Coln son fundacionales en la literatura latinoamericana; Echevarra lo cita delamanerasiguiente:Enelesquemaconvencionaldelahistorialiteraria latinoamericana, los textos de Coln constituyen el origen, el comienzo de la tradicin narrativa, el escrito fundador. Coln fue el primero en dar nombre a las cosas del Nuevo Mundo, como el de Adn de Blake, un gesto que en la ideologa neorromntica de Carpentier seala el inicio de la literatura latinoa-mericana (1988, p. 65).Los primeros relatos que sobre Amrica se hicieron distan mucho de los cno-nes que hoy se adoptan en la literatura latinoamericana en su deseo de man-tener independencia y originalidad; ya que aquellos adoptaron los parmetros fijados por la autoridad en la presentacin de informes y crnicas sobre lo que iba sucediendo durante la conquista; el ms sobresaliente era el notarial. Al res-pecto Echevarra contina diciendo que la historia y la ficcin latinoamericanas, la narrativa de Amrica Latina, fueron concebidas al principio en el contexto del discurso de la ley, una totalidad secular que garantizaba su veracidad y haca su circulacin posible (p. 35).ParaArciniegas,antesdelallegadadelosespaoles,estastierrasyaestaban habitadas por personas, y no de salvajes sin alma como lo pensaban y lo expre-saban algunos que vinieron a estas tierras del otro lado del Atlntico. Amrica alberga una forma de vida en la que la realidad es percibida de manera distinta; y aunque sus lentes le permiten mirar de otra forma, no por esto se le pue-dedesconocersurealidadhistrica.TodoelprocesohistricodeAmrica haservidoparaenriquecerlasmiradasdeunosydeotros,denativosyde extranjeros,deespaolesydeindgenas.Enelprocesodeconfiguracinde una identidad de Amrica desde una perspectiva narrativa, cobra inters lo que Amrica entre el ensayo de Germn Arciniegas y la identidad narrativapasa con ella antes y despus de la llegada de los extranjeros; temas como el descubrimiento, el mestizaje y la independencia ejercen gran importancia.Amrica cuenta con una riqueza de situaciones propias que hacen de su pro-ceso histrico una fuente inagotable para los relatos orales y escritos como ha sucedidodurantesiglos.Muestradeellosonlosdiversosvolmenesenlos que se ha tratado de condensar la verdad de lo que ha acontecido en Amri-ca, reunidos en escritos que recogen la perspectiva de la las ciencias sociales, cientficasyliterarias.Sinembargo,apesardetodoestoesteesfuerzo,se puede decir que an no se ha saciado el deseo de escribir sobre ella porque la construccin de horizontes por parte de quien escribe es una tarea inagotable, equiparablealasmiradasdecuantoshanhabitadoestemundoylosiguen haciendo. Pensemos en dos acercamientos al respecto. Por un lado est Hans Georg Gadamer, para quien el horizonte es el mbito de visin que abarca y encierra todo lo que es visible desde un determinado punto (2003, p. 372) y Encarna Llamas, citando a Daniel Innerarity, en su texto Charles Taylor: Antropo-loga de la identidad dice que:El horizonte que dota de sentido la experiencia est integrado tambin por la con-cepcin de s mismo que tenga el sujeto, y, por lo tanto, los horizontes de sentido cambian con la evolucin de la comprensin que tiene el ser humano del mundo y de su relacin con l. Es decir, los horizontes de sentido cambian a lo largo de la historia en funcin del cambio de paradigmas, ya que cada sujeto vive en su inter-pretacin del mundo, de s y de su relacin con l, en su mundo, configurado en parte por cambios culturales. Estos cambios a su vez se hacen patentes en el arte, la literatura, la msica, etc. (Llamas, 2001, p. 59)Lo anterior tambin nos permite decir que, con la aparicin de nuevos hori-zontes, cabe la posibilidad de que haya una fusin entre uno y otro en la medi-da que se permita el encuentro entre ellos para ampliar la perspectiva en uno nuevo, lo que Hans Georg Gadamer expresa como el desplazarse del que observa; recordemos: este desplazarse no es ni empata de una individualidad enlaotra,nisumisindelotrobajolospropiospatrones;porelcontrario, significa siempre un ascenso hacia una generalidad superior, que rebasa tanto la particularidad propia como la del otro (Gadamer, 2003, p. 375). Esto es lo que hace Arciniegas al querer presentarnos una perspectiva de la historia de Amrica a partir de la ilacin de las vivencias que confluyen en Amrica como una manera de re-crear su historia.Algunos intelectuales de Europa, entre ellos Hegel (Arciniegas, 2009, pp. 205-211), acuden a sus escritos para abordar lo sucedido durante la conquista: he aqu los horizontes! Para ellos, desde una perspectiva eurocentrista, lo impor-tanteesresaltarlosprivilegiosquehaobtenidoAmricaporhaberentrado enrelacinconelViejoMundoparaenriquecersetantoenlocultural,lo religioso, lo poltico y lo histrico; sin embargo, de lo que poco se habla, a no ser que se haga desde una perspectiva u horizonte de Amrica, es que muchas de las personas que se embarcaron hacia este lado del Atlntico venan con el propsito de buscar para sus vidas mejor suerte de la que tenan anteriormen-te.Aquellosqueseembarcaronenelviajeaestecontinente,venanconel deseo de quitarse de encima el infortunio que les acompaaba en su vida du-rante su permanencia en Europa, pues muchos de ellos estaban condenados a cierto ostracismo interno en cuanto sus palabras no eran tenidas en cuenta en los asuntos de su tierra; tampoco gozaban de los privilegios y comodidades dentro de la dinmica social y econmica. Esto era un privilegio de las clases acomodadas. Vean en Amrica una esperanza de realizacin. Algunos escrito-res de Amrica, entre los cuales figura Germn Arciniegas, dicen que quienes encontraron la libertad y la independencia en Amrica fueron ms los llegados a estas tierras de Amrica que los mismos habitantes de este lado, por lo que el tema de la independencia, tema central en Nuestra Amrica es un ensayo, se remite, ya desde el mismo proceso del descubrimiento de Amrica, a los conquistadores venidos de Europa y no solo de Amrica con respecto a Espa-a, lo que genera una dinmica independentista en doble va.Una narracin cuya perspectiva es la de engrandecer la imagen triunfalista de Europa en detrimento de Amrica, omite hablar de la actitud violenta con que llegaron los extranjeros a saquear y usufructuar las riquezas de Amrica para su beneficio. Usurparon las riquezas de Amrica. Tanto el oro como la abundancia y variedad de productos agrcolas y vegetacin fueron cargados para entregr-selos a los reyes al otro lado del Atlntico. Todas estas situaciones sobre Am-rica, cercanas a la poca colonial, como de los ms recientes a nuestra poca, Amrica entre el ensayo de Germn Arciniegas y la identidad narrativacomo bien lo hace Arciniegas a travs de Nuestra Amrica es un ensayo, han sido recogidas en distintos relatos como ya se resalt anteriormente.Comoelementoscentralesenlasnarracionesquesepresentanacontinua-cin,sobreAmrica,seencuentran,adems,temassobrelascaractersticas fsicas y climticas de Amrica, las cuales fueron asumidas por algunos escrito-res como aspectos que influan de manera determinante en el desarrollo de los aspectos fsicos y psicolgicos de sus habitantes, lo que ocasion reduccionis-mos y determinismos en la manera en que se comportaba el ser humano en escenarios sociales, polticos y econmicos; esto obedeca a una negacin de otros aspectos histricos. Entre algunos de los autores ms sobresalientes en este aspecto estn Domingo Faustino Sarmiento y Jos Vasconcelos, tambin ensayistas prestigiosos, reconocidos por Germn Arciniegas.Para estos autores, la geografa y las caractersticas climticas influan en las for-mas de ser de los habitantes de Amrica. Para Sarmiento haba un inters por laantinomiacivilizacinybarbarie,yaquelascondicionesfsicasyclimticas llevabanaqueelhombreargentinoasumieracomportamientosdebarbarie (1999, pp. 17-32); as lo presenta Sarmiento: la vida del campo, pues, ha des-envuelto en el gaucho, las facultades fsicas, sin ninguna de las de la inteligencia. Su carcter moral se resiente de su hbito de triunfar, de los obstculos y del poderdelanaturaleza:esfuerte,altivo,enrgico(Sarmiento, 1999,p.31); tambin suceda que algunos hombres en sus largos viajes de un lugar a otro aprendiera a defenderse o someter a otros hombres a sus intereses:As es, como en la vida argentina, empieza a establecerse por estas peculiaridades, el predominio de la fuerza brutal, la preponderancia del ms fuerte, la autoridad sin lmites y sin responsabilidad de los que mandan, la justicia administrada sin formas y sin debates. La tropa de carretera lleva un caoncito giratorio en la que va a la delantera.Silosbrbaroslaasaltan,formauncrculo,atandounascarretascon otras, y casi siempre resisten victoriosamente a las codicias de los salvajes, vidos de sangre y de pillaje (1999, p. 22).Tambin se puede descubrir en la obra de Faustino Domingo Sarmiento una manera en que el autor se proyecta en el personaje central de la obra; en la medida que este experimenta la sensacin del miedo ante el tigre, as tambin Sarmiento ante la opacidad de su destino; su relacin con su obra le posibilita un grado de auto-comprensin. En su novela Facundo, Sarmiento realiza una especiederadiografadeunpersonajellamadodelamismamaneraquela novela. Roberto Gonzlez Echevarra resalta que Sarmiento, en la medida que seadentraalassituacionesdelmundocircundanteatravsdelaliteratu-ra, tambin explora su mundo personal para comprenderse en el horizonte. Observemos: Sarmiento, el narrador omnisciente del libro, est preso en la mismatrampa(enlaqueseencuentraFacundoQuirogaensucontroversia por matar al tigre). Debido a su identificacin con Facundo Quiroga y Rosas, la aniquilacin de estos equivale a la suya propia, l tambin est ciego ante su destino, que ser como la de ellos. En la historia de la literatura, Sarmiento vive gracias a Facundo Quiroga (Echevarra,1998, p. 176).Facundo es una narracin en la que se puede observar la dificultad de la auto-comprensin sin la vinculacin a ciertos rasgos que describen la realidad; ob-servemos a este respecto lo que nos dice Encarna Llamas: nos conocemos a nosotros mismos en nuestra percepcin del mundo como parte de l, como vinculadosalpornuestracondicindeagentescorporales(2001,p.53). Facundo Quiroga encarna la tirana, ya que personifica al militar Juan Manuel Rosas; pone al otro lado con el estigma de enemigo a quien no comparta sus pensamientos e ideales (Vasconcelos, 2010, pp. 84-85). Aunque el escenario es Argentina en tiempos del caudillismo, su influencia se extiende a lo que po-dra ser cualquier escenario de la sociologa latinoamericana. En Argentina, se recrea la vida de la ciudad y del campo; se construye a partir de estos lugares unaantinomiaentrecivilizacinybarbarie,enlaquelaprimeraestenmar-cada por la dinmica de la ciudad; a este respecto observemos la descripcin que hace el propio Sarmiento de la ciudad Argentina: la ciudad argentina es el centro de la civilizacin argentina, espaola, europea; all estn los talleres de las artes, las tiendas del comercio, las escuelas y colegios, los juzgados, todo lo que caracteriza, en fin, a los pueblos cultos (1999, p. 25); mientras que depo-sita en la zona rural la barbarie, debido a sus caractersticas agrestes, miremos:El hombre de la campaa, lejos de aspirar a semejarse al de la ciudad, rechaza con desdn, su lujo y sus modales corteses, y el vestido del ciudadano, el frac, la capa, la Amrica entre el ensayo de Germn Arciniegas y la identidad narrativasilla, ningn signo europeo puede presentarse impunemente en la campaa. Todo lo que hay de civilizado en la ciudad, est bloqueado all, proscripto afuera, y el que osara mostrarse con levita, por ejemplo, y montado en silla inglesa, atraera sobre s las burlas y las agresiones brutales de los campesinos (pp. 25-26).Otroautor,concaractersticastemticassimilaresaltextodeSarmiento,es JosVasconcelos,quienvaunpocomsallderesaltarciertoscondiciona-mientos a razn de las caractersticas del medio natural, al concluir que ninguna raza estaba en condiciones superiores a la otra, a no ser por condiciones de las dinmicas sociales (2012, pp. 47, 70).As como sucedi con el sometimiento de una raza sobre otra en Europa en sus muchas guerras de conquista, de la misma manera aconteci en Amrica. Los espaoles sometieron a los indios, pero tanto gan y perdi el uno como el otro sus propios rasgos, a diferencia de lo que sucedi en Norteamrica, en la que una raza, la blanca, desplaz a la del indio. Por el contrario, Vasconcelos encuentra en el mestizaje una alternativa para romper con la relacin antagni-ca entre Europa, Norteamrica y Amrica (2010, pp. 111-142).La condicin del mestizaje, fruto del encuentro entre tres mundos, deviene en una similitud entre lo que es Amrica y el ensayo. Ella, de igual forma, es lanza-da hacia el futuro, que rompe con los prejuicios del no se puede. Todos los espacios de la tierra, dice Vasconcelos, estn abocados a aceptar el mestizaje y a dejar de defender la idea de la pureza de razas, ya que esto es imposible. Amrica es un ejemplo tipo ensayo que busca la realizacin del rompimiento de las barreras para la mezcla de sangre, de sentimientos y pensamientos. Figu-ras como el Inca Garcilaso de la Vega materializan la imagen ms predominante del mestizaje; con l se establece una ruptura de lo local e individual para pasar a lo universal. Recordemos que el Inca es mitad indio, mitad espaol; hijo de una princesa india y de un capitn espaol, obtuvo un puesto central en tiem-pos de la colonia por sus habilidades en el mundo de las letras, pues se vali de ellas para hablar de los dos mundos a los que perteneca, tanto del mundo de Amrica, del que provena su madre y del espaol, del que era su padre. Germn Arciniegas encuentra en la figura de El Inca una imagen para resaltar el valor del ensayo, ya que su condicin reflejaba una situacin de ensayo, segn Arciniegas hombre-ensayo (2012, p. 46) en el mundo.Con todo el cmulo de relatos sobre los episodios de Amrica como los pre-sentados anteriormente, no se puede hablar de un proceso concluido en torno a ella, porque su historia an no ha terminado. Amrica se ha transformado, ha devenido en distintas maneras de presentarse ante los ojos de los espectadores del mundo, pero, en medio de esta diversidad, hay algo que perdura en ella ms all de la tradicional idea esttica de identidad de la persona, pensada durante la edad media, como la sustancia individual de naturaleza racional (Abbagnano, 2004.p. 1810). Segn hemos visto, desde la perspectiva de Germn Arciniegas, Faustino Sarmiento y Vasconcelos, existe en Amrica algo que le da su carcter de ser Amrica y no Europa o Norteamrica a partir de sus mltiples relatos, lo que difcilmente pudiera darse en razn de la influencia del mundo occiden-tal y norteamericano sobre Amrica; lugares que con su influencia geopoltica ponan las condiciones sobre la manera en que deba darse el proceso social, poltico y econmico en las dinmicas del mundo de la vida, a tal punto de afectar la cultura. Como lo hemos observado en las ligeras presentaciones de lasnarracionesanteriores,enlaescrituradeFaustinoDomingoSarmientoy Jos Vasconcelos, ha existido un inters en Amrica por reivindicar cierto es-tado de singularidad y originalidad con respecto al mundo europeo, exaltando sus particularidades fsicas y psicolgicas. De lo contrario, Amrica podra seguir siendo una colonia ms, un apndice de otro continente a causa de los intentos que sobre ella se ha ejercido de someterla. Esto es lo que aproximativamente vamos a tratar de desarrollar en la reflexin siguiente con la temtica de la iden-tidad narrativa, ya que esto nos permite poner en conexin diversas situaciones a travs del hilo conductor de la singularidad y la originalidad.La continuidad de Amrica suceder as hasta que todos los personajes y epi-sodios que la conforman se ausenten del escenario planetario. Puede ser que llegue un da en que esto suceda y su historia llegue a su fin cuando no quede nadiequecuentesusrelatosypuedarealizarmltiplesinterpretacionesde ellos. Por el momento, quedmonos con la certidumbre de que nuevos hom-bres llegaran cargados de horizontes, vidos de inters por su historia, que la leern e irn articulando pieza por pieza como un rompecabezas para dar a luz Amrica entre el ensayo de Germn Arciniegas y la identidad narrativanuevas maneras de comprenderla en su singularidad, sin agotar tal compren-sin de una vez por todas.A continuacin nos introduciremos en la reflexin final sobre el tema propues-todesdeelinicioenesteartculo.Recordmoslonuevamente:laidentidad narrativa en la construccin del ser de Amrica a partir de Germn Arciniegas en el texto Nuestra Amrica es un ensayo.GermnArciniegasylaidentidadnarrativadeAmrica desdeNuestraAmricaes un ensayoResponder a la pregunta quin?, como lo haba dicho con toda energa Hannah Arendt, es contar la historia de una vida. La historia narrativa dice el quin de la accin. Por lo tanto, la propia identidad del quin no es ms que una identidad narrativa. En efecto sin la ayuda de la narracin, el problema de la identidad personal est condenado a una antinomia sin solucin: o se presenta un sujeto idntico a s mismo en la diversidad de sus estados, o se sostiene siguiendo a Hume y a Nietzsche, que este sujeto idntico no es ms que una ilusin sustancialista, cuya eliminacin no muestra ms que una diversidad de cognicin, de emociones, de voliciones. El dilema desaparece si la identidad entendida en el sentido de un mismo (idem), se sustituye por la identidad entendida en el sentido de un s-mismo (ipse); la diferencia entre idem e ipse no es otra que la diferencia entre una identidad sustancial o formal y la identidad narrativa (Ricoeur, 2006, pp. 997-998)Saber quin soy es como conocer cmo me encuentro. Mi identidad se define por los compromisos e identificaciones que proporcionan el marco u horizonte dentro del cual yo intento determinar, caso a caso, lo que es bueno, valioso, lo que se debe hacer, lo que apruebo o a lo que me opongo. En otras palabras, es el horizonte dentro del cual puedo adoptar una postura.(Taylor, 1996, 43)Para hablar de la identidad de Amrica desde un horizonte o perspectiva na-rrativa,talcomolomuestranlasanteriorescitasdePaulRicoeuryCharles Taylor, o lo que es lo mismo, preguntarnos por quin y no qu es Amrica, es necesario identificar aquello que a pesar de las constantes transformaciones sufridas como comunidad histrica se ha mantenido perenne durante el paso del tiempo. En ese constante devenir de la historia de Amrica, aunque han aparecido nuevas maneras de manifestarse, se puede hablar de algo peculiar que corresponde a su modo de estar en el mundo. Si se quiere hablar de una identidaddeAmricadesdeunaperspectivanarrativa,esprecisoreconocer a Amrica como un personaje en el escenario mundial, con una historia que se ha ido configurando a lo largo de la narracin o disposicin de los hechos como lo recuerda Ricoeur (2007, p. 88) a propsito de la definicin que Aris-tteles concede al Mythos, en la que se ponen en conexin aquellas situaciones a partir de un hilo conductor, que a pesar del paso del tiempo y de las transfor-maciones durante el mismo, permiten resaltar unas imgenes duraderas que le dan el carcter propio de algo con existencia. Recordemos que Ricoeur define el carcter desde una perspectiva en trminos de disposicin adquirida (1996, p. 115) como el conjunto de signos distintivos que permiten identificar de nuevo a un individuo humano como siendo el mismo (p. 113) o conjunto de disposiciones duraderas en las que reconocemos a una persona (p. 115).Para Amrica esta condicin identitaria no es algo que se ha dado de una vez y por todas desde un solo aspecto o episodio de su existencia, ni de manera fcil, sino que a diferencia de lo que aconteci por mucho tiempo frente a la antigua respuesta que se dio y se ha dado a la pregunta por la cosa, hay una superacin de esta idea. En esta lnea generalizadora y esttica, Descartes en la segunda meditacin, citado por Paul Ricoeur dice: Qu es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, que entiende, que afirma, que niega, que quiere o no quiere, que tambin imagina o que siente (1996, p. XVIII). Trasladando esta pregunta a la identidad de Amrica, y a diferencia de las anteriores refe-rencias constantes en torno al pensamiento, se puede responder a partir de un reconocimiento de su diversidad, que como sujeto concreto, con historia, se presenta en el orden mundial a comienzos del siglo XVI de manera confusa, tal como lo podemos descubrir del puo y letra de los cronistas de Indias; no es fcil referirse a Amrica desde un solo aspecto, aunque el pensamiento haya Amrica entre el ensayo de Germn Arciniegas y la identidad narrativaservido para poner en relacin todas sus circunstancias; ella nos desafa en su multiplicidaddehechos;recordemosloquediceGermnArciniegassobre Amrica:detodoslospersonajesquehanentradoalaescenaenelteatro de las ideas universales, ninguno tan inesperado ni tan extrao como Amrica (Arciniegas, 2012, p. 45).Con lo anterior, Arciniegas nos introduce en una perspectiva del mundo como una obra literaria en la que participan diversos personajes y diversas acciones, entre ellos Amrica como un personaje sin construir de una vez y por todas, dndole a ella el carcter de novedad. Algunos se refieren a ella como Nuevo Mundo, como un nuevo acto de creacin, que se va construyendo en la me-dida que pasa el tiempo y que las acciones se van conectando unas con otras. A pesar de su carcter inconcluso, se puede hablar de una identidad de Amrica a partir de las diversas narraciones que sobre ella se han escrito.Recordemos que Arciniegas a travs de su ensayo, el que nos ocupa en este momento,nosmuestracmosevanrelatandolosdistintosmomentospor losquepasaAmrica,retrocedehastalapocaprecolombina,sobrelacual no todos sus bigrafos hacen mencin; ya que para muchos Amrica empieza con el descubrimiento, el sometimiento y la conquista que sobre ella ejerci Espaa. Ms adelante, Arciniegas nos ubica en el episodio de la independencia ydelprocesovividoantesdequeestasediera,conelpropsitodellegar adecirque,msqueunestadodeguerra,enAmricaloqueseavecinaba era una revolucin, porque, dice Arciniegas, nunca pensamos en una guerra, sino en una revolucin (2012, p. 46). Arciniegas reconoce que en todo este proceso de la identidad narrativa de Amrica tambin el campo de la intelec-tualidad de muchos hombres ha tenido una fuerte influencia; lo cual se agudiza conlaentradadelosestudiosacadmicosenlasuniversidades,interesados por el anlisis de los aspectos propios, aunque en algunos casos se acudiera a mtodos forneos. Dilthey nos habla de un proceso en que las partes dejan de percibirse de manera aislada para remitirnos a algo que confiere un estado de unidad de la manera siguiente:El curso de la vida consta de partes, de vivencias que se hallan en mutua conexin interna. Cada vivencia individual est referida a un s-mismo del cual es parte; por la estructura, est vinculada a las otras partes en una conexin. En todo lo espiritual encontramos conexin; de modo que la conexin es una categora que brota de la vida [] la conexin de la vida nos es dada solamente porque la vida misma es unaconexinestructural,enlacuallasvivenciassehallanenrelacionesvivibles. Esta conexin es concebida bajo una categora abarcante, la cual es un modo de proposicin acerca de toda realidad efectiva, a saber, la relacin del todo y las partes (Dilthey, 2000, p. 121). Del mismo modo, el ensayo concebido en su vertiente narrativa nos permite laidentificacindedistintosmomentosporlosquehapasadoAmricayla manera como estos se van articulando hasta permitirnos comprender un sen-tido que pone en unidad todo lo dems. El ensayo en su doble connotacin permeatodoelserdeAmrica;desdesuscaractersticasfsicasymentales, pinsese en todos los procesos instaurados en Amrica, y que Arciniegas se da a la tarea de recoger en sus ensayos. Para Europa, un mundo donde se pensa-ba que todo estaba dicho, gener mucha sorpresa el haberse encontrado a su paso el continente americano. Nadie se imaginaba que existiera la posibilidad de algo con existencia tan distinto como lo es Amrica; por lo cual, Arciniegas reconoce el carcter de Amrica como una novedad insospechada que rom-pe con las ideas tradicionales (Arciniegas, 2012, p. 45) que tienta, provoca, desafa a la inteligencia (p. 45) de los hombres que se enfrentan a su realidad; lo mismo que sigue sucediendo hoy.A partir de la narracin que hace Arciniegas y de su estilo esttico dado por el carcter literario de sus planteamientos, aspecto que se pone de manifiesto en laformadesuescrituradetintepersuasivo,emotivoytestimonial;mientras enuncia situaciones del pasado, del presente y del futuro, se inserta en su dis-curso como asumiendo una posicin de pertenencia de los hechos, al mismo tiempo que interpela y cuestiona al lector. Durante todo el ensayo de Arcinie-gas, se va estableciendo una preocupacin por el tema del ensayo como una oportunidad de resaltar la originalidad y novedad de Amrica; la lucha incesante por la independencia de Amrica que se teje alrededor del ensayo como hilo conductor.Heaqularespuestaalainquietudinicialsobreaquelloqueha perdurado en Amrica pese a su diversidad: su condicin de ensayo. Con el propsito de ir identificando en la narracin de Arciniegas ciertas caractersticas Amrica entre el ensayo de Germn Arciniegas y la identidad narrativaque permitan ver cmo se va configurando una idea de lo que es Amrica, y al mismo tiempo quin es ella como lo plantea Ricoeur, observemos algunos aspectos a continuacin.Arciniegas presenta a manera de narracin la mezcla entre aspectos histricos ydeficcinenlahistoriadeAmrica.Recordemosquedurantesuensayo, Arciniegasresaltaelvalordeconjugarlounoconlootroencircunstancias de tanta violencia; como las que ha vivido Amrica en su deseo por ganar su emancipacin, de la siguiente manera: la lucha llega a tales extremos que nos parece que la historia pasa a ser un gnero demasiado acadmico y clsico para recoger escenas tan violentas como las que cubren de sangre, lgrimas y lodo las jornadas trgicas de algunas repblicas (Arciniegas, 2012, p. 50).En un momento en que la narracin de los acontecimientos se va presentando progresiva, aparece un tono de voz personal y directo en el que el enunciador, aquelmismoautor,seponedemanifiestodentrodelrelato,ocupandoun lugar solidario con las vctimas y de reproche con los victimarios que desean someter a Amrica; asume una posicin de anlisis sobre hechos que narra en el presente como ya lo veremos a continuacin en la exposicin de algunos aspectos del texto de Nuestra Amrica es un ensayo. Arciniegas busca ganar laatencindellectorenexpresionescomo:perolomsextraordinariode nuestro caso est en que el da en que tuvimos que presentar lnea de combate para enfrentar nuestros hombres desarmados en luchas contra los ejrcitos de Fernando VII, nunca pensamos en una guerra, sino en una revolucin (2012, p.46);comoestrategiasdiscursivasdeArciniegas,suvozpersonaltambin asume el carcter cuestionador que irrumpe para introducir al lector como po-sible constructor de la historia y de su responsabilidad frente a ella, por ejem-plo:hastanohacemuchotiempo(seseguirhaciendotodava?)(p.46), pero, qu repblica? (p. 50); deja espacio para que el lector intervenga con su opinin: quizs ah est la diferencia (p. 46); realiza nfasis sobre aspectos que desea que queden claros: (que no hay que considerar como el afn de un profesor de literatura por clasificar gneros literarios) (por qu no decirlo?) (p.47);seremitealpasadodealgunoshombrescongratituddelamanera siguiente: es aleccionador el recuerdo de los americanos que (p. 47).Vemos la manera en que Arciniegas hace suyos los acontecimientos del pasa-do, distantes de su poca; se incrusta en los pensamientos de los personajes como queriendo explicar los motivos que los llevaron a actuar de una manera y no de otra; as lo hizo al referirse a un episodio de la vida de Bolvar: Bolvar, en Jamaica, derrotadopor lasuperioridadmilitarde los espaoles,mirabaal futuronotendiendolavistahaciaunclarohorizontelejano(claro,entonces nohabanada),sinomirandopordentrolosabismosdesuspropiasdudas. Qu pensaba el Libertador, de las posibilidades de gobiernos representativos y democrticos en nuestra Amrica? A ratos lo peor (Arciniegas, 2012, p. 48).Arciniegas no se polariza del todo en la ficcin, adems, se refiere a algunos soportes histricos para cotejar la nueva informacin que presenta; as sucede con la referencia que hace sobre las razones por las que debe hablarse de una revolucinynodeunaguerraduranteelprocesodeindependencia,dela manera siguiente: si bien se miran los documentos contemporneos, se ver que en ellos se habla de la revolucin y no de la guerra de independencia (p. 46). Tambin se puede observar una articulacin que Arciniegas hace durante el ensayo del pasado con el presente y el futuro en su inters por re-crear la historia de Amrica. Observemos cmo Arciniegas lleva hasta el presente algu-nas situaciones del pasado con el propsito de hacer notar de las repercusio-nes de una poca sobre otra, de la manera siguiente: todava en nuestro siglo (p. 46); cosa que tiene su aplicacin an en nuestros das (p. 47); luego, en lashistorias,sehahablado(p.46);hoymismo,aqu,estamosenlaquinta repblica(p.48);tambindejavercmolanovedad,unejetransversalen la histrica de Amrica, se perpeta durante el tiempo, de manera que lanza a Amrica hacia el futuro de forma ininterrumpida; as lo cita Arciniegas: hoy mismo se nos est creando una nueva circunstancia histrica que implica para Amrica nuevas perspectivas [] y ofrecer este nuevo conflicto a las prximas generaciones, si no ya a la nuestra propia (p. 52).Tambin es un inters de Arciniegas por dejar en claro la perspectiva desde la que habla en la narracin. Aunque se refiere tanto a Europa, Espaa y Estados Unidos en varios momentos, deja en claro que el lugar del que habla y al cual perteneceesAmricadelSur,cosaquesedejaverenexpresionescomo: compartimos en el sur (p. 48); en cambio, nosotros (p. 48); la Amrica Amrica entre el ensayo de Germn Arciniegas y la identidad narrativaespaola (p. 48). Con lo anterior, tambin se resalta una diferenciacin entre el nosotros y el ellos cuando Arciniegas se incluye en la primera persona del plural dentro del relato, por ejemplo: el ensayo [] para que nosotros nos expresramos. O para que los europeos se expresaran sobre nosotros (p. 46); esos problemas nos desafan en trminos ms vivos que a ningn otro pueblo del mundo. No hemos tenido tiempo para dedicarnos al ejercicio de las guerras (p. 46); hemos tenido treguas de paz (p. 46); Amrica ha sido, en la parte nuestra (p. 46).Como hemos visto hasta ahora, en la imagen que se ha ido construyendo de Amrica a travs de las narraciones y del ensayo como una manera de narrar losacontecimientosdelahistoriasegnnoslopresentaGermnArciniegas, cabe resaltar entonces que Amrica es algo que ha estado en constante deve-nir histrico, que aglutina todo lo relacionado con su ser en sus relatos, ms all de lo que podra ser por reconocimiento de la mirada del mundo occidental, o encasillada dentro de un canon convencional que afirme su existencia. Al con-trario de lo que pretendan las miradas deterministas y reduccionistas de algu-nos autores, Amrica no est determinada por la estada de los colonizadores, ni por el descubrimiento, ni por su topografa, botnica, minerales o especies, como tampoco por sus condiciones idiomticas aisladamente.Como mencionamos anteriormente, hay algo que ha permitido que Amrica sea una en su multiplicidad de caractersticas; gracias a esto han sido posibles gran nmero de interpretaciones que permiten elaborar un trasfondo de situa-ciones concretas que ataen a su vida social, econmica y poltica. Ese algo es lo que atae a la conexin de sus episodios a partir de la narracin con la cual se puede construir una idea de lo que sera Amrica, porque ella es lo uno, lo otro y todo al mismo tiempo. Todo lo que sobre Amrica se ha escrito, desde la perspectiva de Arciniegas y vinculndolo al marco la identidad narrativa, es que Amrica es su vegetacin, es el color de piel de sus gentes, fruto del mes-tizaje, la ilusin de quienes llegaron a colonizar estas tierras, como tambin lo fue el proceso de independencia; tambin es sus recursos minerales, la alegra, el sentimiento por lo propio, el asombro y el misterio que devela el continente en su totalidad, lo mismo que su unidad histrica; en conclusin, Amrica es su historia misma. Paul Ricoeur se refiere a este asunto de manera siguiente: Es en la historia narrada, con sus caracteres de unidad, de articulacin interna y de totalidad, conferidos por la operacin de construccin de la trama, donde el personaje conserva, a lo largo de toda la historia, una identidad correlativa a la de la historia misma (Ricoeur, 2007, p. 142)Continuando con el tema de la originalidad de Amrica, hay un hondo deseo de sus gentes por saberse distintos y arraigados en su pertenencia a este te-rritorio de manera entraable, con el conocimiento de todas las implicaciones culturalesquesehanconfiguradopormuchossiglos.Msalldeunadelas condicionespeculiaresquehayenAmricaeslavoluntadyelsentimiento por su tradicin cultural sin rechazarla, lo que hace que Amrica se reconozca distinta con respecto a otras formas de vida. Va que la lleva al reconocimiento de sus peculiaridades. Sin importar que confluyan diversas tipologas genticas de personas, ya sean indios, espaoles, negros o mestizos, es su voluntad y sentimientos respecto a esta tierra lo que la hace diferente de los dems espa-cios topogrficos, lo que permite que justifique su condicin diferenciada; es el deseo de romper con los cnones occidentales y con cualquier otra imposicin sobre su ser lo que le permite resaltar sus particularidades, de esta forma nos lo hace saber Arciniegas en su ensayo Amrica tierra firme, citado por Consuelo Trivio (2012, p. 93):No. Nuestra cultura no es europea. Nosotros estamos negndola en el alma a cada instante. Las ciudades que perecieron bajo el imperio del conquistador, bien muer-tas estn. Y rotos los dolos y quemadas las bibliotecas mexicanas. Pero nosotros llevamos por dentro una negacin agazapada. Nosotros estamos descubrindonos en cada examen de conciencia y no es posible someter la parte de nuestro espritu americano por silenciosa que parezca (Arciniegas, 1937,p. 103)Pese a que en Amrica tratan de entrelazarse un fuerte deseo de algunos sec-toresporimponerunaperspectivadelmundoeuropeo,tambinhaycada vez, y con ms fuerza, el deseo de relievar las caractersticas de Amrica des-de expresiones originales; en el que lo autctono sumerja a la superficie con airefresco,sinnecesidadderecurriralamiradavalidadoradeloextranjero como aconteci por muchos siglos y que an sigue pasando. De ah que los esfuerzos por hablar de una literatura propia sean cada vez ms grandes; en Amrica entre el ensayo de Germn Arciniegas y la identidad narrativala que se puedan construir narraciones con los smbolos de la propia cultura, recurriendo a formas literarias extranjeras no ms que como punto de apoyo y no como valor en s mismo para su reconocimiento. Hemos visto que ha sido grande el esfuerzo que se ha hecho en Amrica por reivindicar su singularidad; unas veces con algo de claridad a raz de su pasado o cierto grado de opacidad ante la oscuridad de su destino; lo que s es difano es su arrojo por lanzarse como desde el principio a nuevos e inditos ensayos. Una tarea nada fcil y por el contrario peligrosa. Es un peligro que acecha a todo aquel que se atreve a desafiar el orden establecido.A manera de conclusinPara clausurar estas pginas, es oportuno enfatizar que la pretensin de este artculo ha sido, por una parte, la de presentar el tema de la identidad desde unaperspectivaquetrasciendelatradicionalconcepcinestticacuandose trata de responder a la pregunta por el quien de alguien o algo, en la que se incurre con frecuencia en generalizaciones y universalismos; por el contrario, ha sido el inters de presentar aqu una visin en la que la identidad se cons-truye a travs de las narraciones, haciendo de ella algo dinmico, cambiante y complementario en la medida que pasa el tiempo.Por otro lado, aplicada esta idea de la identidad narrativa desde el ser de Am-rica; en la que tal identidad, segn los planteamientos de Paul Ricoeur y Dilthey, se va configurando a partir de las conexiones que se establecen entre los acon-tecimientos de una vida, inicialmente en un estado de prefiguracin, a travs de la narracin, en este caso la de Amrica. Vemos que gracias a los esfuerzos de muchos hombres de letras, sus historias han quedado registradas en diver-sos gneros literarios; entre los cuales cabe resaltar las crnicas de Indias, las novelas y el ensayo.Germn Arciniegas es un ejemplo de la manera en que el ensayo en su doble funcin: como escritura y como experiencia, se convierte en el hilo conductor en la elaboracin de una identidad narrativa de Amrica, a travs del cual se tejen los diversos relatos que sobre el descubrimiento, la independencia, la sin-gularidad y originalidad de Amrica se han construido. Lo anterior ha permitido que Amrica se erija como una regin cargada de novedad y de esperanza para lasgeneracionesvenideras,yaquesuhistorianohafinalizadoan,sinoque sigue con ms fuerza hacia el futuro.Por ltimo, la historia de Amrica sigue deviniendo dinmicamente a la manera en que un ro transita de un lugar a otro. Ha sido su pasado y el presente lo que la lanza cargada de esperanza a nuevas posibilidades histricas en el futuro. Para aquellosquecreenqueelpasadoesdinmicoyquecomprendindolonos avecinamos al futuro de manera clarividente, saben que el pasado nos lanza de nuevas maneras a la existencia. Solo cuando no se comprende y no se tiene en cuenta la historia, cuando hay enajenacin sobre ella, es cuando se repite imperceptiblementedemaneracircular,talcomohasucedidoconmuchas situaciones que en el presente son una fiel copia de situaciones del pasado.BibliografaAbbagnano, N. (2004). Diccionario de filosofa. 4 Ed. Mxico: FCE.Arciniegas, G. (2009). Una sola palabra: independencia. En: Germn Arcinie-gas. La libertad: el destino de Amrica. Bogot: Planeta.Cowie,L.(2003).VigenciadelaMalichecomopersonajehistrico.En:A. Saladino, et al. Visin de Amrica latina: Homenaje a Leopoldo Zea. 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