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BOLETÍN DE DUDAS RESUELTAS Boletín 4 [6 de marzo 2018]

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BOLETÍN DE DUDAS RESUELTAS Boletín 4 [6 de marzo 2018]

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ÍNDICE

Utilidad del boletín 3

Sobre el personaje y el observador 4

Sobre la autoobservación 6

Sobre las fases de autoobservación 13

Sobre errores en la autoobservación 17

Sobre la práctica meditativa 20

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Utilidad del boletín Cada semana, enviamos un boletín de dudas resuelto con las preguntas que llegan a [email protected] o mediante el formulario de la página web. Todos los boletines se cuelgan en el “Área del Alumnado” de www.universidaddevida.online junto con el resumen y la grabación de la sesión. Así todo está siempre disponible y agrupado en un único sitio.

En todas las preguntas, se eliminan los datos personales con el objetivo de mantener el anonimato. Las preguntas siempre deben hacer referencia al contenido del curso. No es necesario leerlas todas, solo aquellas que despierten tu interés. Por eso, en el índice escribimos la idea principal de cada pregunta.

Si recibimos varios mails de una misma duda, sólo ponemos uno, pero de manera que conteste a todas las personas que tenían esa dificultad. Además, es útil para las personas que no la habían planteado.

Os rogamos que planteéis dudas sobre el tema y no uséis este espacio para consultas personales: no es un lugar de terapia, ni un consultorio personal.

Por otra parte, si deseáis tratar algún tema concreto en Universidad de Vida, también podéis hacernos llegar vuestra propuesta, ¿de acuerdo?

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Sobre el personaje y el observador Buenas, estoy aprendiendo muchas cosas con estas sesiones, e intentando interiorizar sus valiosos aprendizajes. Nos alegra mucho saber que Universidad de Vida te resulta útil. Con el tema de discernir entre el personaje y el observador compruebo que me es más fácil cuando estoy en silencio o realizando alguna actividad yo sola, pero cuando estoy conversando con alguien no sé si hablo desde el personaje o no. Asimismo, tampoco identifico si la otra persona está actuando según los mandatos de su personaje o desde un estado de consciencia más elevado. ¿Qué puedo hacer? Lo que nos dices es muy lógico, ya que al principio suele resultarnos más fácil sostener la autoobservación cuando a nuestro alrededor hay menos “ruido”, es decir, cuando recibimos menos ‘inputs’ en forma de impresiones. Un exceso de impresiones enfrente (cómo cuando alguien nos está hablando y, por lo tanto, tenemos que prestar atención a lo que nos está diciendo), al principio dificulta la práctica de la autoobservación. Por lo tanto, de inicio la recomendación es: hagámoslo fácil. No tiene mucho sentido que intente observarme en una conversación cuando todavía me resulta costoso hacerlo estando solo. Empezamos por la ‘a’ y ya llegaremos a la ‘z’. No hay prisa. La diferencia entre el Personaje y el Observador es muy clara. El Personaje nos piensa, nos siente y nos ‘hace’, mientras que el Observador tan solo se da cuenta de lo que pensamos, sentimos o hacemos. Ahí termina el trabajo de la autoobservación: en este sutil y fantástico “darse cuenta”. Punto. Todo lo demás no tiene ninguna importancia. No tiene importancia conocer si los demás están actuando desde el Ego o desde la esencia, así como tampoco tiene ninguna importancia conocer si nosotros mismos estamos actuando más o menos conscientemente. De hecho, nunca actuamos totalmente desde el Personaje, así como tampoco nunca actuamos totalmente desde la esencia (a no ser, quizás, que te llames Sidhartha). Nuestro proceso interior no son blancos o negros, está lleno de grises. A medida que vamos “encendiendo la luz” en nuestro interior nuestras acciones, emociones y pensamientos están más cargadas

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de conciencia. Eso es todo. Intentar descubrir qué grado de conciencia poseen nuestras acciones y las de los demás no tiene ningún sentido. Por lo tanto, respondiendo a tu pregunta sobre qué puedes hacer si ahora no sabes identificar si los demás actúan más desde el personaje o la esencia, la respuesta es: “Nada”. Nuestro consejo es: limítate a incrementar la luz en tu interior. Cómo? Fácil! Con un poco de autoobservación, con un poco de Presencia, con un poco de meditación…. Asimismo, también tengo dificultades para conseguir no identificarme con mi cuerpo físico cuando éste está padeciendo dolor y me arrastra y ocupa mi mente. También es muy lógico. Las sensaciones son muy potentes y eso hace que, hoy por hoy, nuestra “sensación de Yo” se encuentre en gran medida centrada en el cuerpo físico. Aquí mi consejo es: no intentes no identificarte con el cuerpo físico, eso solo te traerá tensión y, posiblemente frustración en caso de que no lo consigas. Date cuenta de que, por ahora, te identificas con el cuerpo físico y todas sus sensaciones. Enfócate en esto y solo en esto. Toma conciencia de que, en este momento, por ejemplo, te identificas con el dolor del cuerpo. De este modo no hay lucha. No eres alguien intentando tomar distancia del cuerpo físico. Si solo observas ese dolor sin intentar separarte de él, te conviertes automáticamente en esa distancia. Ya no eres alguien sufriendo intentando no sufrir. Ya eres alguien que SE DA CUENTA del sufrimiento. Te conviertes en dos: Observador y Observado. Y ahí, gota a gota, poco a poco, tu sensación de Yo va desplazándose al Yo Observador y de manera natural se forma esa ‘distancia’. En cambio, si eres alguien que lucha contra la identificación con el cuerpo, lo único que haces es incrementar todavía más esa identificación y, por ende, el sufrimiento. Supongo que igual pasa con las emociones intensas, etc. ¿Algún consejo? Con las emociones pasa exactamente lo mismo que con las sensaciones. De ello hablaremos en profundidad en mi próxima sesión en la que abordaremos la cuestión emocional y, por lo tanto te emplazo a ese día para seguir reflexionando juntos. Te parece? Gracias

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Sobre la autoobservación Expongo mi caso por si puede servir a alguien y por si alguien ha pasado o está pasando por lo mismo que yo. Adelante! Hay en mí como dos fuerzas que tiran una en contra de la otra. Por un lado, siempre he sido una persona curiosa y con ganas de ir más allá. De alguna manera intuyo que la vida debe ser algo más de lo que estoy viviendo. Por otro lado siempre hay un miedo inmenso a dar este paso al vacío. No soy capaz de confiar que en este vacío no me caeré y seré capaz de sostenerme por mí misma. Qué gráfico! Se trata del aparente conflicto entre nuestra naturaleza más instintiva o animal, que se ocupa de nuestra protección y supervivencia, y nuestra naturaleza más humana o espiritual que se ocupa de nuestra evolución. Las dos pueden convivir perfectamente. E incluso pueden aprender a cooperar… De momento te invito a darte cuenta de que lo que más tememos también es lo que más nos emociona…. Sin ese anhelo de ir más allá (de nuestro actual ‘Yo’), ya sabemos lo que hay. Y no pasa nada por no querer ir más allá. Es una opción legítima buscar la seguridad en todo lo que hacemos y quedarnos en el modo supervivencia. Gran parte de la humanidad lo hace. De hecho, el anhelo de conocer lo que hay más allá de la vida que ahora conocemos tampoco lo controlamos nosotros. Está o no está. Uno no puede decir: “Desde hoy tendré mucho anhelo por salir de mi zona de confort y descubrir otra manera de vivir”. O hay anhelo o no lo hay, o hay algo que nace de mí y que me empuja a buscar algo más o no lo hay. En tu caso hay anhelo y hay miedo, señal que tus dos naturalezas están operativas y cada una hace su trabajo. Por lo tanto, el primer paso es darse cuenta que estos miedos son naturales. Ante ti está lo desconocido. Estás recorriendo un camino interior que te lleva hacia estados desconocidos y entonces aparece tu naturaleza instintiva y dice: “Tranquila, yo me ocupo, voy a generarte miedo para que seas precavida y vayas con cuidado, a ver dónde te metes”. Este miedo no es malo. Simplemente te está diciendo: “Cuidado”. Te invito a vivirlo con

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conciencia, no vayas contra él, simplemente siéntelo conscientemente y te darás cuenta que no te está impidiendo hacer nada, tan solo te está diciendo: “Ándate con ojo”. Por otro lado, es cierto que a veces el miedo puede bloquearnos e impedirnos que avancemos hacia donde anhelamos ir. Ahora bien, cuando este anhelo no es solo una ligera curiosidad sino que se basa en la experiencia de una profunda insatisfacción y una intensa ‘sed’ de algo real y esencial, estos miedos nunca son un obstáculo. Avanzas aunque no sabes a dónde vas, aprendiendo poco a poco que no pasa nada por caerte y que tampoco pasa nada si no puedes sostenerte. El anhelo te tira más de lo que te retiene el miedo. Y descubres que no pasa nada cuando tu ‘Yo’ se tambalea y sientes que estás perdiendo tu identidad. No pasa nada. Te vas dando cuenta que cada vez tienes menos claro quién eres y hasta qué quieres. Y no pasa nada. No pasa nada, pero pasa todo. Estás en plena metamorfosis. Y eso es grande. Y tampoco pasa nada si el miedo te impide avanzar. Te paras, y no pasa nada. Tarde o temprano tu anhelo te empujará a ir más allá. Y no podrás hacer nada para evitarlo… Resumiendo: estás donde debes estar: con tus anhelos y tus miedos: dos fuerzas en tu interior aparentemente opuestas pero complementarias, como el yin y el yang, como el día y la noche, que son opuestos pero se necesitan una a la otra. Sin anhelos tu coche no tiene motor. Sin miedos tu coche no tiene frenos. Aprender a aceptar que se quiere ir más allá y que también se tiene miedo compatibiliza las dos fuerzas. Las dos nos hacen humanos.. Hay una secuencia bíblica que me resuena muchísimo: cuando Jesús les dice a algunos de sus discípulos que caminen sobre las aguas y ellos les dicen “maestro, nos hundiremos” y Jesús les dice “hombres de poca fe”. Si! Es una muy buena imagen para representar lo que estamos diciendo. Hay días en que pienso que lo mejor es no tomarse la pastilla de Matrix y olvidarme de que hay otra vida posible. En Matrix quizá la libertad no existía pero yo me sentía segura, aunque fuera una falsa seguridad. El problema es que cuando ya sabes una cosa no puedes

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hacer ver que no la sabes… Jajajaja! Vaya, que ya te has tomado la pastilla roja y no puedes volver atrás… Acuérdate que en la película, hay un momento en que Neo duda entre seguir adelante o volver a su casa –cuando Trinity lo lleva en coche a ver a Morfeo-. Entonces Trinity le abre la puerta y le dice: “Vete si quieres, pero ya sabes a donde conduce ese camino”. ¡Brutal! Si hay anhelo es porque ya conocemos la vida que llevamos y no nos satisface. Eso solo nos deja un camino posible, aunque sea desconocido y nos inunden los miedos, vamos hacia él. Me autobservo en todos estos pensamientos y también como mis emociones van debilitando toda mi energía. Y observo esto y lo único que me dan es ganas de dormir literalmente y no despertarme. Si! Imagínate toda esa energía que ahora utiliza el Personaje/Ego al servicio de nuestra Presencia y conexión con lo que Es. Uau!! El Ego tiene un gran tesoro en sus manos, como la bruja del cuento de Hansel y Gretel, que escondía grandes tesoros. Uno de ellos es la energía. Absolutamente todo lo que pasa en nuestro interior consume energía. Pensar consume energía. Sentir consume energía. Hacer consume energía. De este modo, la identificación con los incesantes pensamientos mecánicos consumen toneladas de energía. Los sentimientos resultantes de la identificación con nuestro ‘loro’ o intérprete mental, -mal llamados ‘emociones’ cuando no son más que ‘ecos’ del pensamiento-, consumen toneladas de energía. En este sentido, las emociones que aparecen como reacción natural a lo que Es consumen una milésima parte de la energía que consumen los sentimientos mecánicos. Es más, algunas emociones incluso da la sensación que generan energía más que gastarla. Y también las tensiones musculares innecesarias propias de andar todo el día en modo supervivencia consumen toneladas de energía. Te imaginas toda esa energía al servicio de la experiencia consciente de la Vida? Uau! Que ilusión! A por ella! Por otro lado, la opción de dormir y no despertarnos no es una opción, básicamente porque ya es lo que estamos haciendo. Ya estamos dormidos en el sentido metafórico y casi textual del término. Dormir y

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no querer despertarse solo es un síntoma que no se está a gusto con la vida que se lleva. Alguien que viviera en Plenitud diría todo lo contrario: “quiero estar todo el rato despierto, no quiero perderme ni un segundo!” Y esa es la buena noticia: estamos despertando, de forma gradual, a nuestra esencialidad. Ahora podría decirse, tomando de nuevo el film Matrix como referencia, que estás como Neo una vez ya se ha tomado la pastilla, Morfeo le ha mostrado la realidad y se niega a aceptarlo. Entonces solo quiere apartarse de todo y … dormir… No obstante, poco a poco va digiriendo y aceptando su situación y en esa misma aceptación ya hay un cambio en su atmosfera interior, y poco a poco va apareciendo el Neo seguro de sí mismo que todos conocemos. Aquí el consejo es: date tiempo, se paciente contigo y con tu proceso. Piensa en el bambú, que lo riegas, y lo riegas, y lo riegas, y no parece que crezca, pero está creciendo y mucho: concretamente está construyendo un complejo y sólido sistema de raíces que le darán la consistencia necesaria para, más tarde, crecer muchos metros en pocas semanas. A veces nuestro proceso interior se asemeja al bambú. Parece que no avancemos pero estamos aumentando la comprensión de nosotros mismos y, con ella, se están formando las raíces de nuestro ascenso por la vertical. Luego me vuelvo a levantar y vuelta a empezar en positivo pero es como un círculo vicioso del que me parece que no puedo salir. Ya. Como en la película “Atrapado en el Tiempo”, la del día de la Marmota… Sin embargo, acuérdate que en esta película el protagonista acaba gozando mucho con su día. De momento ya es mucho que te des cuenta que tu día de la Marmota no está en las circunstancias de la vida sino en tu interior y que el círculo vicioso se trata solo de estados mecánicos que se activan una y otra vez en tu interior. No podemos salir del círculo porque nos hemos convertido en el círculo. Hasta que nos convertimos en alguien que se empieza a dar cuenta del círculo… y nos percatamos que en ese ‘darnos cuenta’ el círculo desaparece, y con él, también nuestra necesidad de encontrar una salida… Muchas gracias

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Molt bones Sergi, en relación a la autoobservación, quisiera compartir mi vivencia cuando transité por este paso. Adelante! Veo por una parte que hay gente que duda de si será capaz, de que se va a encontrar, .... Comprendo que esto suceda, pero encuentro a faltar quizás un nivel de compromiso con lo que se está tratando. Para mí esto es muy determinante a la hora de adentrarnos en nuestro SER. Yo me lancé a esta aventura, de una forma apasionada y a la vez con mucho respeto, pues lo veía como ir a un altar donde se manifiesta lo divino en mí. Claro que me asaltaban pensamientos y demás pero no los consideraba y los dejaba pasar. Para mí lo más importante era el "experimento" darme cuenta de todo como si fuera la primera vez, dejándome asombrar y con el tiempo descubrí que lo podía hacer en la vida diaria. Es muy bonito lo que nos cuentas. Cuando el trabajo interior deja de vivirse como un conjunto de prácticas que requieren un esfuerzo por nuestra parte y pasa a ser una auto-invitación –un billete de ida- a una experiencia más consciente de la vida, se incrementa enormemente la motivación. Como el niño que simplemente juega con la vida y va descubriendo el mundo mientras juega con pasión. Esta actitud para con el trabajo es muy saludable, ya que podría decirse que, desde ahí, “se hace solo”, al vivirlo como una experiencia apasionante más que como una obligación. En este punto, no hace falta ningún nivel de compromiso con el trabajo de igual modo que a alguien a quien le apasiona ir en bicicleta no le hará falta ningún nivel de compromiso para coger la bicicleta ya que su amor por el ciclismo le empujará a montarse en el sillín una y otra vez. Claro, esto engancha pues empiezas a pasártelo bien, sientes un gozo sin un porque y ya no paras. Si! Entonces ya no deberíamos decir: “Yo hago trabajo interior”, sinó más bien: “Disfruto con mi proceso interior”. El trabajo se hace “solo” y, como dices, sin un por qué. No hay un “porqué” por una razón: empezamos a conectar con nuestro Propósito de Vida, que no es otro que ascender por

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la vertical. Igual que el propósito de una semilla de roble es convertirse en un roble. El roble no se plantea crecer. Crece. Punto. Cuando conectamos con ese Propósito de Vida, no trabajamos para vivir más felices, ni para controlar nuestro mundo interior ni para nada en concreto. Trabajamos porque no podríamos no hacerlo, porque el Propósito nos empuja y se convierte en lo que da sentido a la Vida. Quiero animar a todos a que se tomen la vida como un "experimento" e ir viendo lo que pasa. Es mucho más sencillo de lo que parece, pero hay que ponerle pasión, esperanza de que todo saldrá bien, "Acabareis enganchados"!!!!! Muchas gracias por compartir tu experiencia, creo que puede ser de ayuda para mucha gente que todavía no sabe cómo ‘emocionalizar’ el trabajo interior para que no se vea como algo muy duro que requiere esfuerzo sino como un juego que nos da acceso a una experiencia de vida más auténtica. Tú lo has conseguido, enfocando el trabajo interior como una oportunidad de vivir una experiencia transcendente. Bien por ti! Por otro lado la pasión tampoco es algo que pueda forzarse, se tiene o no se tiene. Generalmente, la pasión por las cosas procede, ante todo, de la curiosidad. La curiosidad produce interés. El interés, asombro. El asombro, admiración. La admiración, entusiasmo y el entusiasmo, pasión y agradecimiento por lo que tenemos enfrente. Por eso, si de momento el Trabajo interior nos genera interés y nos despierta la curiosidad, aunque todavía no sintamos pasión por él, ya estamos en camino… Os animo a ver el trabajo con curiosidad, no como algo que puede aportarnos unos beneficios concretos. De hecho, en realidad no sabemos adónde nos conducirá el trabajo. Nadie que haya trabajado durante largo tiempo podía imaginarse cuando empezó, que el trabajo le conduciría a donde ahora está. Por lo tanto es absurdo hacer proyecciones de qué nos aportará el trabajo interior. Lo ideal es trabajar con ilusión “a ver dónde nos lleva el trabajo”, sin esperar nada concreto. ¿No es maravilloso? ¡Vamos hacia lo desconocido! ¿Qué nos vamos a encontrar? De momento solo disponemos de los testimonios de gente que ya ha dado unos pasos por este camino interior, y sus mensajes no son para echarse atrás, sino todo lo contrario. Todos dicen haber encontrado algo muy valioso…

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Perdón si me he extendido demasiado. Al contrario. Es fantástico que todos compartamos nuestras experiencias internas en relación al camino interior. Así aprendemos unos de otros!

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Sobre las fases de autoobservación ¡Holaaaa! Que bien este gimnasio/laboratorio virtual/real que nos proporcionáis. ¡Muchas gracias a los dos(y a todo el equipo) ! Gracias a todos vosotros por hacerlo posible! Mi duda es sobre las fases de autobservación... ¿puede ser que estemos en las 3 en diferentes momentos? Quiero decir que, ¿unas veces tengamos que recordárnoslo, en otros momentos aparezca de forma más espontánea y en otros momentos notemos que nos estaba acompañando? Sí, es lo más normal. Hay días en que la autoobservación solo aparece cuando nos acordamos de ella, días en que aparece sin avisar, y días que tenemos mucha conciencia de nosotros mismos. Eso se debe a que las fases no tienen un principio y un final claro. Puedo estar saliendo de una fase y entrando en otra, lo que puede dar la impresión que las fases se confunden. Eso sí, al ir avanzando en la práctica, se tiende cada vez más a vivir la autoobservación como un acompañamiento de la vida. Supongo que no es lineal y que si me pasa es que puede ser así... Exacto. No es lineal. Las fases se sobreponen. Pasa como con los niveles de los que hablaba Daniel: Cuando me voy acostumbrando a vivir en el nivel dos, puede que algún día, de forma puntual, acceda al tres, pero lo normal será que viva entre el uno y el dos. Cuando ya vivo siempre en el dos, los accesos al tres se harán más frecuentes y sostenidos, y entonces viviré siempre entre el dos y el tres. Me gustaría saber algo más al respecto y supongo que ¡busco sentirme más segura! Sentirnos ignorantes nos genera inseguridad, es cierto. Nos han educado de esta forma: hay que saber, tener las cosas claras… Sin embargo, conocimiento no equivale a sabiduría. A veces, tenemos mucho conocimiento y poca sabiduría. Sabiduría, por ejemplo, es darse cuenta de la propia ignorancia y aceptarla sin más. Ahí se encuentra la máxima seguridad: en saberse ignorante y aceptarlo. De hecho, el que se da

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cuenta que no sabe ya sabe mucho más que el que ni tan siquiera se da cuenta que no sabe… De todas formas, en este camino interior que nos lleva a lo desconocido, que alguien nos hable de lo que nos vamos a encontrar o que ponga palabras a lo que ya nos estamos encontrando, puede dar mucha firmeza y seguridad a nuestros pasos. Es muy reconfortante comprobar que otros han vivido ya antes lo que ahora estamos experimentando nosotros… PD. Por cierto... ¡Muy interente la entrevista de la contra(vanguardia)! ¡Muchas gracias!

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Hola!

Respecto a la última sesión me surgen algunas dudas:

-cuando estoy en la fase 1 de la autoobservación, y me pongo a autoobservarme y en ese momento no surge nada…..comentáis que es habitual….pero…qué hacer?

Esto suele suceder en la observación de la esfera mental en la primera fase de la autoobservación. No es que no surja nada, solo que los pensamientos que surgen están relacionados con lo que estamos haciendo conscientemente en ese momento, esto es, observarnos. Paramos el mundo y nos decimos: “Voy a observarme”. Entonces todos los procesos mentales automáticos se detienen. Se detienen porque ahora estoy haciendo algo conscientemente: observarme.

De todos modos, si te fijas, verás pensamientos del tipo: “Uy, no veo nada”, “No debo estar haciendo bien la práctica”, “El día que viene lo voy a preguntar en clase”, “No lo sé hacer”, etc., etc. Son pensamientos que giran en torno al hecho de observarnos. Cuando la autoobservación aparezca de manera espontánea, pillaremos “in fraganti” muchos pensamientos automáticos no relacionados con el hecho de observarnos.

Por lo tanto, y respondiendo a tu pregunta de qué hacer: fíjate bien y verás claramente el desfile de pensamientos sobre la acción de observar el pensamiento. Y si no los ves, no pasa nada. Limítate a aceptar con naturalidad que de momento no los ves. Ya los verás..

La sugerencia de tratarnos como a desconocidos, punto 5 del decálogo….no es un poco contradictoria con lo que sugería Daniel el otro día de tratarnos con palabras de cariño? Quizás se puedan ir combinando las dos cosas.

Las dos cosas son perfectamente compatibles. El trabajo interior propone un multienfoque: en unos momentos puede ser útil vernos como auténticos desconocidos para facilitar la desidentificación del Personaje, y en otros, puede ayudarnos a conectar con el amor y la suavidad hacia nosotros mismos el tratarnos con palabras de cariño.

Y ya por último, por si a alguien le sirve…..me pongo a veces un anillo para recordar estar atenta. Al no llevar nunca anillos el hecho de ir encontrándomelo en mi mano o viéndomelo me sirve

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como despertador.

Muy bueno! Un buen despertador. Gracias por compartir.

Un abrazo grande a todos.

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Sobre errores en la autoobservación Buenas noches Sergi, Muy buenas! Muchas gracias por la claridad en la exposición y las pautas. A veces pienso que soy muy rígida y exigente conmigo misma, no sé si perfeccionista o ya se trata de esto, de mejorarse. Me acuerdo cuando era niño que era muy exigente conmigo mismo cuando jugaba al fútbol. Cuando no hacía un buen partido me sentía mal conmigo mismo y me exigía mayor concentración al siguiente y entrenar más duro. Ahora, ya de adulto, recuerdo esta exigencia que tenía para conmigo mismo de niño con cariño. Me hace gracia. Vernos como niños que hacen lo que saben y lo que pueden es un buen modo de aceptar el punto en el que estamos. En tu caso, date cuenta que ahora eres muy rígida y exigente contigo misma y que no puedes evitarlo. Es un buen inicio. Al menos te descargarás de la presión de “tener que ser más suave conmigo misma, y más ahora que hago un trabajo interior”. Más que de mejorarse se trata de descubrirse en lo que se Es. Ese descubrimiento no lleva a la mejora de nada, sino a una profunda transformación. Hay gente que entiende el trabajo interior como un conjunto de herramientas para mejorar la vida del Personaje. No es eso. El trabajo interior es una caja de herramientas que me llevarán a comprenderme por lo que Soy, de un modo global, y la consecuencia es que ‘morirá’ en mí la imagen que tenia de mí mismo, con la que me identificaba. En realidad no vamos a matar a ningún personaje, porque no existe tal personaje, tan solo es una imagen –de ‘imaginación’- que vive en mi mente. Gracias al trabajo, simplemente nos damos cuenta que no somos eso, y entonces el personaje cae por sí solo. Mi pregunta es: ¿cómo no equivocarme cuando me observo? Cuando te observas sin juicio, solo viendo lo que hay, nunca te equivocas. Te equivocas cuando te identificas con el juicio que haces sobre lo que has observado. Y ni tan siquiera eso. Tampoco llamaría equivocarse a juzgarse, igual que no creo que un niño de dos años se

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equivoque porque no sabe hacer ecuaciones diferenciales. Sería tonto decir que un párvulo es un mal alumno universitario, no? Por ahora solo sabemos juzgar porque lo hemos hecho toda la vida, y además juzgamos desde la ignorancia porque eso es lo que hay en nuestro interior: ignorancia. Y no pasa nada. Pero no puedo pedir peras al olmo. No puedo pedir sabiduría a alguien que, por el momento, vive en modo automático. En resumen: desde esta perspectiva nunca nos equivocamos. Simplemente hacemos aquello que estamos capacitados para hacer. Y al darnos cuenta de los efectos de nuestras acciones ignorantes, rectificamos y aprendemos. Como Edison, que antes de descubrir la bombilla erró 1000 veces. Una vez, alguien le preguntó: “Sr.Edison, se da cuenta que se ha equivocado 1000 veces antes de descubrir la bombilla?”, a lo que Edison contestó: “No es verdad. Yo no me he equivocado 1000 veces, yo he descubierto 1000 modos de no hacer una bombilla”. Pues eso mismo. Al principio, uno accede a estados muy incipientes de la autoobservación, pero debe experimentarlos y conocerlos para poder pasar a estados más profundos… Alguien que empieza a practicar y accede a estados incipientes de autoobservación no lo está haciendo mal, no se está equivocando. En su nivel, lo está haciendo perfecto. Es decir, a veces puedo pensar, ahora aquí veo mi personaje desconfiado y celoso, etc. Pero quizás tiene razón y motivos para serlo. El personaje siempre tiene motivos que justifican sus estados. Aunque a veces no lo parezca, el modo de razonar del personaje es muy lógico. Sin embargo, sus argumentos siempre son parciales, ven solo un ángulo de la realidad. Ve razones para estar celoso, claro que sí, pero no comprende en profundidad qué son los celos, ni que ellos son un síntoma de nuestra dependencia psicológica. Simplemente ve las razones para estar celoso y con ellas nos encadena a vivir sus estados. En puntos más elevados de la Vertical, esas razones desaparecen, porqué hay más comprensión, menos dependencia de los demás, más empatía, más autoestima auténtica, etc. Pero cuando se ve la vida desde escalones más bajos de la vertical, uno se identifica con la desconfianza y los celos, entre otros compañeros de viaje, al no poseer suficiente nivel de comprensión.

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No sé si me explico. Dudo a veces si "criticando el personaje" lo que hago es tener una actitud naif. Tampoco se trata de criticar al personaje, sino tan solo de observarlo sin juicio alguno. Hasta ahora hemos vivido pegados al personaje y él también nos ha dado cosas: como si fuera un mayordomo al que hemos dejado al mando de nuestra casa, mientras el dueño –que somos nosotros, nuestro Yo más esencial- está de vacaciones. Y el mayordomo lo hace lo mejor que puede. A menudo comparo al personaje a un fervoroso sirviente que se esfuerza para mejorar nuestra vida aunque a veces sin muchas luces. Entonces le decimos: “Mira, yo me voy a hacer unos recados y mientras tanto me gustaría que te ocuparas de la pila de platos sucios que hay en la cocina. Lo has entendido?” A lo que el personaje responde servicial: “Sí, entendido”. Tú te vas y cuando regresas, efectivamente, los platos sucios ya no están apilados en el fregadero. Vas y le preguntas donde los ha guardado y él te contesta, sin ninguna maldad: “Los he lanzado por la ventana”, a lo que tu replicas: “¿Cómo? Yo quería que los lavaras y los guardaras, no que te deshicieras de ellos”. Y él responde: “Ah! Perdona, pensaba que solo querías no verlos ahí”. Ese es el ego. En el fondo nos quiere ayudar, solo que a menudo su ignorancia nos perjudica más que favorece. Pero hay que tener en cuenta su buena intención para mirarlo con cariño y ser suaves con él. Muchas gracias por adelantado!!

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Sobre la práctica meditativa

Hola Sergi, durante la meditación observo , toda una tormenta de imágenes inconexas sin sentido, como si fueran imágenes residuales que no hubiera podido eliminar ,son como flashes rápidos que pasan de una imagen a otra a alta velocidad, los pensamientos aparecen también de la misma forma pasando de situaciones vividas a otras imaginadas. Si, todo ello son movimientos automáticos de nuestra programación psicológica. Programas autónomos que “van solos”. Como decía Gurdjieff, en nuestro interior “todo sucede”. Y mientras estábamos identificados con el pensamiento, a todos esos movimientos automáticos los considerábamos como parte de nuestro ‘Yo’. Ahora empezamos a ver que toda esa mecanicidad nada tiene que ver con ese ‘Yo’ más profundo. Gracias a la autoobservación cada vez nos sentimos más ese Yo que observa que esos pensamientos mecánicos.. Como si observáramos el movimiento de las nubes en el firmamento un día ventoso. Vemos los pensamientos pasar como nubes ante nosotros, pero ya no los sentimos como ‘nosotros’, sino como algo que observamos desde un ‘lugar’ más íntimo. ¿Todo esto tiene una intención? Todos los movimientos de nuestro Ego tienen un porqué. Pero a mi entender ese ‘porqué’ no tiene ninguna importancia. Es más importante sentir que somos algo más que esos pensamientos. Ahí está lo esencial. El conocer el por qué aparece este pensamiento o este otro no nos aporta nada especialmente valioso para nuestro proceso interior. Cierto es que, a medida que subes por la vertical comprendes más el funcionamiento de Mátrix, pero este conocimiento de nuestra mecanicidad es una consecuencia de este despertar a lo esencial, y no al revés. Es decir, despertar no pasa por comprender el funcionamiento de nuestro Ego, comprender el funcionamiento del Ego es el fruto del despertar. O bien es un reflejo de nuestra propia forma de funcionar?

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Las dos cosas a la vez. Todos los movimientos del personaje tienen una intención y, a la vez, son un reflejo de nuestra forma actual de funcionar. De todas maneras al observar está claro que nuestra mente funciona de forma autónoma, sin tener en cuenta al observador. Exacto! Y esa ya es una gran comprensión. Fundamental, a mi entender. Cuando empiezo a darme cuenta de la mecanicidad de mi mente y de que por ahora estoy plenamente identificado con ella, ya están empezando a transformarse las cosas en mi interior. Y acuérdate de esto: la máquina que empieza a darse cuenta que es una máquina, ya empieza a dejar de serlo. Gracias