Boletín Cultural y Bibliográfico · 2019. 5. 11. · ciencia y aprender a "hacer las cosas bien",...

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. DERE C HO nombre de lo !-. tn\e ug ad ores que e laborar on la s d ife re nt es monogra- fía !>, lo qu e hubtera !>tdo .de interé para quiene oc upam os en la tnvestigación so br e el t ema y. cierta- mente. para el público en ge nera l. , CARl G. AL VAREZ Rt fertncia s A 1\ are7 . C. G . Renta. ·' geopo li11ca de la ener· gia. Ed1 c 1one> Au to re s Antioqueños. Mcde - llin. 1988 G1ra ud , J . P .. Geografía y p o/ i11 ca tnterna cw· na/ de l os recurs os mmeral es. U m ve rs1dad Nac1onal, Fac ultad de M1n as. Me dellin. 1989 Man ínez . L.A . uuepartició ndelponquépetro· /ero. El T1empo 21 de ma yo de 1989. pág . 28. Delito diurno El sec ue s tro Coronel Carlos Al berto Pulido Barranres Plaza y Jané s. Bogotá. 1988. 350 págs. El secuestrable sue le ser con fiado. Un pr im er e rr or, cr eo, q ue deja a las perso nas a merced del enemigo, ta nt o en la gue rra como en la paz, es creer que la jus ti cia de su causa o la infali- bilidad de sus pr inc ipios Jo van a pro- teger. C uanto s abierta sea una pers ona a idea s ajenas, m ás será capaz de reacciona r ante la ag resión, no importa de dónde venga . " La naturaleza humana - escribe Kafka en el so b er bio relato LA mura- lla china-, esencialmente tornadiza , ines table como el polvo , no tolera atadura s; forcejea co ntra las que ella mis ma se ha impuesto y acaba por re m pe rla s a tod as". El secues tr o, sin duda , es ia peor de ellas. Es pr eferible mor ir que perder la liberta d, ex pr e Al va ro Góme z Hu rtado al r ecobra r la su ya . Lo grave de morir violent amen te, como bi en lo dijo el m ismo di ri gente , es que en Colom bi a ya ni siquiera se mata con o d io. 86 He de sc ubierto en este lib ro no tanto ese "esp íritu pragmático" qu e se anuncia en la so nora portada co mercial, porque deb o adve rtir que la prese ntación ll eva a im aginar des- venturadas secuelas del "libro pr ác- t ico'' y despia dad o q ue tanto gus a mediado s de siglo. de esos bondad o- sos Cómo hacerse rico, de los Carne- gie de Cómo ganar ami gos, de los C ron in, de los Ja go t . ... pu es la que debería ser una simple mon og rafía aba r ca interesan t es as pectos históri- cos, jurídi cos, pr ocesa les, de pol icía judicial, c rim inológi cos y de investi- gación. La amplitud , pu es, es su signo d is tintivo. El mis mo origen de la figura ata- ca da pl a nt ea ya con tro versias. El rmino original, plagio (en latín, 'apropiación de esclavos ajenos' , y tamb n ' venta de h omb res libres co mo esclavos'), se vio co n el tie mp o reducido exclus ivamente al campo literario. Aún s c urio so par ece el de origen ingl és : kidnap , es de cir, 'ro barse un niñ o'. Pa ra los quejosos, el secuestro es comú n desde que la es pecie humana existe; los más sonados desfilan en es ta s página s, algunos con cierto detenimiento : la histo ria bíblica de José, los de M ontezumay Atahu a lp a, el de Mar ía Es tuard o (el co rone l Pulido no r ecord ó el de Ce rv ant es e ntr e los mo ros), el del zar Ni co lás 11 , el del hijo de Lindberg h; en Colom- bia, los secues tr os aér eos en los año s seten ta (que h oy ya no se llamarían secuestro s ino apoderamiento y des- vío de nave), el de don Ol iverio L ara ( 1965), el de don Fernando Londoño y L on d oño ( 19 70), el del come r cia nt e J esús Oc hoa ( 197 1 ), el del diri ge nte sindi ca l Jo Raqu el M ercad o, el de RE SEÑAS la embaj ad a de Repúbli ca Domini- cana en 19 80, el del Palacio de J u st i- cia en 1985 y los más recie nte s de André s Pa s trana , Carlo s Ma ur o H oyos y Alvar o G ómez Hurtado . Lo s aspectos jurídi cos, un tant o especializados, que do minan g ran parte de la o bra , parten del análisis prolijo del tema de la libe rtad , de sde Spi n oza has ta Sartre , co nt i nuand o co n una his tori a muy completa de la legislación co lom biana d esde 1837, pa s ando por el muy famoso y co n- tr ove rtid o "Estatuto de seg uridad" de 1978, h as ta llegar al actual Código Penal de 1980 y al llamad o "Estatuto para la defen sa de la democrac ia" ( dec. 180 de 1 988) , para a co ntinua - ción echar un vistazo a los el emento s constitutivos, a las circunstancias de agravación y a los a tenuant es de es te odioso delito. El libr o quiere pon er orden a la ma raña de normas de lo s últim os año s, sin desdeñar autores que van desde Plauto has ta Carrara, y co n tal fin trata de agotar te xto s no rmati vos y j uri s prudenci a . A pesar de qu e co múnmente se las c ulpe para evitar invo luc rar a las per so nas, que si se pueden defender , nu es tra s normas suelen ser mu y t éc nicas; la sus tan cia de la ley suele ser bo ndadosa, aunque acaso menos literaria que la de o tra s legislaciones ; véase, como ejemplo , el delito de deten ció n ilegal en el der e- cho es pañ o l: "comete es te delito el que encier ra a su mujer por m ás de vei nt e días en el pi so en que vivan prohibiéndo la [sic] en absoluto s alir a la ca lle y a so mar se por la ventana". Lo s que bu sc amos , ante todo , el a so mbro en los lib ros no nos vemos de ce p cionados. A veces la de sc rip- ció n r aya en lo ma ca bro : "U n palillo Cultural y B1blt ogrili co Vol. 26. núm. 20. 1 989 brought to you by CORE View metadata, citation and similar papers at core.ac.uk provided by Revistas y Boletines - Banco de la República

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DEREC HO

no mbre de lo!-. tn\e ugad ores que elaboraron las d ife rentes monogra­fía !>, lo que hubtera !>tdo .de interé para quiene no~ ocupamos en la tnvestigación sobre el tema y. cierta­mente. para el público en genera l.

, CARl o~ G. ALVAREZ

Rt fertncias

A 1\ are7. C. G . Renta. ·' geop oli11ca de la ener· gia. Ed1c1one> Auto res Antioqueños. Mcde­

llin. 1988

G1raud , J . P .. Geografía y po/i11ca tnternacw· na/ de los recursos mmerales. U mvers1dad

Nac1onal , Fac ultad de M1n as. Medellin. 1989

Manínez . L.A . uueparticióndelponquépetro· /ero. El T1empo 21 de mayo de 1989. pág. 28.

Delito diurno

El secuestro Coronel Carlos Alberto Pulido Barranres Plaza y Janés. Bogotá. 1988. 350 págs .

El secuest rable suele ser confiado . Un primer erro r, creo, q ue deja a las personas a merced del enemigo, tanto en la guerra como en la paz, es creer que la justicia de su causa o la infali­bilidad de sus principios Jo van a pro­teger. C uanto más abierta sea una persona a ideas ajenas, más será capaz de reaccionar ante la agresión, no importa de dónde venga.

" La naturaleza humana - escribe Kafka en el soberbio relato LA mura­lla china-, esencialmente tornadiza , inestable como el polvo, no tolera ataduras; forcejea contra las q ue ella misma se ha impuesto y acaba por re m perlas a todas". El secuestro, sin duda, es ia peor de ellas.

Es preferible morir q ue perder la libertad , expresó Alva ro Gómez Hurtado al recobrar la suya. Lo grave de morir violent amente, como bien lo dijo el mismo di rigente , es que en Colombia ya ni siquiera se mata con od io.

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He descubierto en este libro no tanto ese "espíritu pragmático" que se anuncia en la sono ra portada comercial , porque debo advertir q ue la presentación lleva a imaginar des­vent uradas secuelas del " libro prác­tico'' y despiadad o q ue tanto gustó a mediados de siglo. de esos bondado­sos Cóm o hacerse rico, de los Carne­gie de Cóm o ganar amigos, de los C ronin, de los Jagot. ... pues la que debería se r una simple m onografía abarca interesantes aspectos históri­cos, jurídicos, procesales, de policía judicial , crimino lógicos y de investi­gación. La amplitud , pues, es su signo d ist intivo.

El mismo origen de la figura ata­cada plantea ya controversias . El té rmino original , plagio (en latín, 'apropiación de esclavos ajenos', y también 'venta de hombres libres como esclavos'), se vio con el tiempo reducido exclusivamente al campo literario. Aún más curioso parece el de origen inglés: kidnap, es deci r, 'robarse un niño'.

Para los quejosos, el secuestro es común desde que la especie humana existe ; los más sonados desfilan en estas páginas, a lgunos con cierto detenimiento: la historia bíblica de José, los de Montezumay Atahualpa, el de María Estuard o (el coronel Pu lido no recordó el de Cervantes entre los moros) , el del zar Nicolás 11, el del hijo de Lindbergh; en Colom­bia, los secuestros aé reos en los años setenta (que hoy ya no se llamarían secuest ro sino apoderamiento y des­vío de nave) , el de don Oliverio Lara ( 1965), el de don Fernando Lo ndo ño y Londoño ( 1970), el del comerciante J esús Ochoa ( 197 1 ), e l del d irigente sindical José Raquel Mercado, el de

RESEÑAS

la embajada de República Domini­cana en 1980, el del Palacio de J usti­cia en 1985 y los más recientes de Andrés Pastrana, Carlos M auro Hoyos y Alvaro Gómez Hurtado.

Los aspectos jurídicos, un tanto especializados, que do minan gran parte de la obra, parten del análisis prolijo del tema de la libertad , desde Spinoza hasta Sartre, continuando con una historia muy completa de la legislación colombiana desde 1837, pasando por el muy famoso y con­trovertido "Estatuto de seguridad" de 1978, hasta llegar a l actual Código Penal de 1980 y al llamado "Estatuto para la defensa de la democracia" ( dec. 180 de 1988), para a continua­ción echar un vistazo a los e lementos constitutivos, a las circunstancias de agravación y a los atenuantes de este odioso delito.

El libro quiere poner orden a la maraña de normas de los últimos años, sin desdeñar autores que van desde Plauto hasta Carrara, y con tal fin trata de agotar textos no rmativos y jurisprudencia . A pesar de que comúnmente se las culpe para evitar involucrar a las personas, que si se pueden defender, nuestras normas suelen se r muy técnicas; la sustancia de la ley suele ser bondadosa, aunque acaso menos literaria que la de otras legislaciones; véase, como ejemplo, el delito de detención ilegal en el dere­cho españo l: "comete este delito el que encierra a su mujer po r más de veinte días en el piso en que vivan prohibiéndola [sic] en absoluto salir a la calle y asomarse po r la ventana".

Los que buscamos , ante todo, el asombro en los libros no nos vemos decepcionados. A veces la descrip­ción raya en lo macabro: "Un palillo

Bol<~ in C ultural y B1bltogrilico Vol . 26. núm. 20. 1989

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RES EÑA S

de dientes no es apto para matar , pero clavad o en la parte del cerebro infantil no pro tegido por el cráneo, es suficiente para ese resultado" (pág. 1 00). En cambio, echamos de menos el romántico y recién desaparecido delito del rapto.

Entre los aspectos procedimentales vale mencionar la importancia que en este ramo desempeña el Cód igo de Justicia Militar de 1958; por su parte, el actual procedimiento, contemplado en la ley 2a d e 1984, que habrá d e desaparecer en 1990, acude a jueces especializados. La intermediación, salvo en casos humanitarios, es ahora severamente reprimida y castigada.

Los aspectos d e policía judicial, de sumo valor por provenir d e un experto, contemplan las recompen­sas por informaciones (dec. 1199 de 1987), el caso moralmente discutido de los delatores y los pagos a los tes­tigos (dec. 3673 de 1986), entre otros. Estas son funciones que se han ido retirando a la policía nacional. Lo importante, me parece, no es abando­nar lo inservible sino encontrar qué poner en su sitio. Entre tanto, el crimen se extiende. Porque la lucha es dura; los delincuentes se valen, sin escrúpu­los, tanto de los medios ilegales como de los legales en su favor, amparados en el temor social a la arbitrariedad.

Las bandas de secuestradores, se nos enseña en los aspectos crimino­lógicos, suelen estar compuestas por ocho a diez delincuentes. Las zonas más afectadas en el país po r este fla­gelo son Urabá y el Magdalena medio. El autor discute propuestas como la congelación de las cuentas bancarias de los secuestrados y desvela la psi­cología del secuestrador, que sigue convencido de que mejor víctima es el hombre rico que sus familiares.

Finalmente vienen las recomenda­ciones prácticas extraídas de la expe­riencia de la policía y de la referencia básica a dos obras: Secuestro y res­cate de Clutterbuck y Surviving the long night de Geoffroy Jackson. El funcionamiento usual del secuest ro es bien conocido po r las autoridades , a quienes el autor recomienda acudir siempre. Porque, razono, como anota en una de sus novelas Michel Tour­nier, todo delito que llega a conoci­miento de la autoridad ya es de p or sí un fracaso.

Bolcl ln Cuhural y Bibliográfico Vol. 26. núm. 20, 1989

La extorsión y el tormento moral lo preceden . Son los más expuestos los solitarios , los inadaptados con dinero, e l hacendado tacaño o la so l­tero na rica, aunque casi siempre el cautivo recibe buen trato físico. Casi el noventa por ciento d e los secues­tros ocurren de día y só lo el tres por ciento de los secuestrados son asesina­dos . Así mismo , las estadísticas mos­traron un gran descenso de este delito en el año 86 y un recrudecimiento notable en 1988.

Complementada con estadísticas y gráficos, resalta en esta obra una cua­lidad. Ante todo, su oportunidad. Si algo no le falta es actualidad. Rico en elementos de j uicio, es éste un libro esencial para el penalista y valioso para el público en general, y en especial, evidentemente, para los secuestrables.

L UIS H. ARISTI ZÁBAL

Hacer las cosas bien

ldeologla empresarial y cambio técnjco en la organización Carvajal Patricia Henao V. Tesis en sociología, Universidad d el Valle. Cali, 1987 , 201 págs .. 6 anexos

E l sistema organizacional Carvajal S.A. ha captado paulatinamente la a tenc ión de historiad ores, dirigentes industriales, investigad o res y o tros

ADMINISTRACION

sectores interesados en aspectos del desarrollo de la libre empresa en Colombia. Hoy en d ía Carvajal es punto d e referencia obligado en el aná li sis de la cond ucta d el trabajo nacional. En esta megaempresa se pueden apreciar nítidamente muchas de las características d ist intivas del desarro llo de las fue rzas productivas en el país: acumulación capitalista y concentración de la propiedad aso­ciadas a un apellido, entendimiento , acomodación e inducción de una ética laboral basada en la cultura regional, robustecimie nto empresarial merced a ventajas comparativas y a situación en el mercad o , y selecció n e intentos actuales de atemperamiento de tecnologías en concordancia con algunos supuestos sobre la correla­ción de los factores productivos. La consideración de Carvajal como indi­vidualidad en la evoluc ión de lamen­talidad empresarial colombiana, cons­tituye un aporte importante en procu­ra de lograr una visión de conjunto sobre las características del liderazgo en los procesos de modernizac ión de las estructuras sociales del país.

C arvajal ha atraído la atención, no sólo po r sus magnitudes organiza­cionales y administrativas expresa­das en su sistema de divisiones indus­triales y comerciales, con importantes logros de diversificación y capac idad productiva en bienes de consumo e inte rmedios, sino también, y de manera especialmente interesante para los es tudiosos, po r e l compor­tamiento en el trabaj o. En una reciente observación al medio laboral en el cual se producen los bienes de con­sumo editoria l, se pudo detectar, por ejemplo, una elevada identificación de los objetivos de calificación en el trabajo, por parte del personal d e planta, con los objetivos colocados como jerárq uicos por la empresa. Esto es , que a muchos de los obreros de Carvajal les parecía suficiente haberse "calificad o" en to mar con­ciencia y a prender a "hacer las cosas bien", dejando el margen las expecta­t ivas reales , en el contexto del cam­bio tecnológico, de aumentar las habi­lidades téc nicas ind ividuales en procura de acreditar experiencia de trabajo concreto. como requisi tos para aumentar los ingresos en una si tua-