Boletin Juntada 2011

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Desde la Juntada seguimos sosteniendo que la carrera de Comunicación tiene hoy varias tareas pendientes que urge que empecemos a debatir. Creemos que los acuerdos alcanzados el año pasado en torno a cómo discutir la reforma de nuestro plan de estudios no pueden quedar en la nada: tenemos que seguir impulsando el intercambio de ideas en la comisión abierta. No nos llama la atención que aún no haya habido ninguna convocatoria a reunión de junta para re-impulsarla: sabemos que la gestión de la carrera preferiría discutir sobre la reforma lo más alejado de los estudiantes posible -tal y como hicieron con los desdoblamientos- con tal de garantizarse sus propios cargos . Por eso no podemos esperar que estos espacios aparezcan por generosidad de las autoridades: los estudiantes tenemos que tomar la voz, empezar a dar la discusión sobre cómo queremos que sea nuestro plan de estudios y sobre cómo queremos dar las discusiones sobre las decisiones que atañen a nuestra formación. Si nos organizamos, no les va a quedar otra que escucharnos. Partimos de algunos interrogantes: ¿por qué nos cuesta tanto explicarnos a nosotros y a los demás qué es nuestra carrera ¿Qué es un comunicador o un comunicólogo? ¿Cuál es el rol social que debe ocupar? Y es que la carrera dista de adecuadarse a nuestra realidad. Durante muchos años, el debate sobre el plan de estudios fue clausurado por las sucesivas gestiones de la carrera. Pero nuestra carrera necesita tener un proyecto general, coherente. El problema no es solamente que tengamos muchos años de cursada, sino que el plan está pensado desde una yuxtaposición de materias entre las cuales no existe conexión (el colmo es que eso sucede también entre las materias de una misma orientación). Esto genera repetición de contenidos y extiende innecesariamente la cursada de cada estudiante. Con la seguridad de que el debate sobre la organización y la disputa de la producción de conocimiento de nuestra carrera se realiza desde espacios interclaustros, valorando las posiciones y aportes específicos de cada uno, es que La Juntada se presentó a elecciones en el 2009 consiguiendo la mayoría estudiantil en la junta de carrera. Desde ese espacio buscamos difundir en el estudiantado y dinamizar los grandes debates de la carrera sumando más y más compañeros a participar. El 2010 nos encontró debatiendo sobre la creación arbitraria de cátedras por parte de la dirección de la carrera (los desdoblamientos de cátedras) y en la reapertura de la posibilidad de reformar nuestro plan. Escribimos estas líneas para compartir nuestro balance de los debates que dimos durante el año que llevamos como consejeros en la junta, y para que sirvan estas líneas de puntapié para la discusión sobre lo que nos queda por delante. Ahora bien, está claro que la modificación de la estructura de la carrera poco puede lograr si esto implica que se cierra sobre sí misma. A pesar de que la UBA presenta la carrera de comunicación con más estudiantes en todo el país, es la única que no está produciendo ningún material audiovisual ni radial. El nivel de incidencia de la carrera en el escenario abierto por la nueva ley de medios es nula y la dirección aún se contenta con sacar una revista de debate teórica con frecuencia descontinuada y sin participación estudiantil. Pensar en la producción nos permite no sólo problematizar la formación que tenemos como profesionales, sino establecer la necesidad de generar puentes, intercambios e incidencias entre la Universidad y la sociedad. Es por eso que es necesario de la carrera de comunicación, comunique, tenga una voz, no sólo desde lo institucional, sino desde la producción y la difusión.

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Boletin Juntada 2011

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Desde la Juntada seguimos sosteniendo que la carrera de Comunicación tiene hoy varias tareas pendientes que urge que empecemos a debatir.

Creemos que los acuerdos alcanzados el año pasado en torno a cómo discutir la reforma de nuestro plan de estudios no pueden quedar en la

nada: tenemos que seguir impulsando el intercambio de ideas en la comisión abierta. No nos llama la atención que aún no haya habido ninguna convocatoria a reunión de junta para re-impulsarla: sabemos que la gestión de la carrera preferiría discutir sobre la reforma

lo más alejado de los estudiantes posible -tal y como hicieron con los desdoblamientos- con tal de garantizarse sus propios cargos .

Por eso no podemos esperar que estos espacios aparezcan por generosidad de las autoridades: los estudiantes tenemos que tomar la voz, empezar a dar la discusión sobre

cómo queremos que sea nuestro plan de estudios y sobre cómo queremos dar las discusiones sobre las decisiones que atañen a nuestra formación. Si nos organizamos,

no les va a quedar otra que escucharnos.

Partimos de algunos interrogantes: ¿por qué nos cuesta tanto explicarnos a nosotros y a los demás qué es nuestra carrera ¿Qué es un comunicador o un comunicólogo? ¿Cuál es el rol social que debe ocupar? Y es que la carrera dista de adecuadarse a nuestra realidad. Durante muchos años, el debate sobre el plan de estudios fue clausurado por las sucesivas gestiones de la carrera. Pero nuestra carrera necesita tener un proyecto general, coherente. El problema no es solamente que tengamos muchos años de cursada, sino que el plan está pensado desde una yuxtaposición de materias entre las cuales no existe conexión (el colmo es que eso sucede también entre las materias de una misma orientación). Esto genera repetición de contenidos y extiende innecesariamente la cursada de cada estudiante.

Con la seguridad de que el debate sobre la organización y la disputa de la producción de conocimiento de nuestra carrera se realiza desde espacios interclaustros, valorando las posiciones y aportes específicos de cada uno, es que La Juntada se presentó a elecciones en el 2009 consiguiendo la mayoría estudiantil en la junta de carrera. Desde ese espacio buscamos difundir en el estudiantado y dinamizar los grandes debates de la carrera sumando más y más compañeros a participar.

El 2010 nos encontró debatiendo sobre la creación arbitraria de cátedras por parte de la dirección de la carrera (los desdoblamientos de cátedras) y en la reapertura de la posibilidad de reformar nuestro plan. Escribimos estas líneas para compartir nuestro balance de los debates que dimos durante el año que llevamos como consejeros en la junta, y para que sirvan estas líneas de puntapié para la discusión sobre lo que nos queda por delante.

Ahora bien, está claro que la modificación de la estructura de la carrera poco puede lograr si esto implica que se

cierra sobre sí misma. A pesar de que la UBA presenta la carrera de comunicación con más estudiantes en todo

el país, es la única que no está produciendo ningún material audiovisual ni radial.

El nivel de incidencia de la carrera en el escenario abierto por la nueva ley de medios es nula y la dirección aún se contenta con sacar una revista de debate teórica con frecuencia descontinuada y sin participación estudiantil.

Pensar en la producción nos permite no sólo problematizar la formación que tenemos como profesionales, sino establecer la necesidad de generar puentes, intercambios e incidencias entre la Universidad y la sociedad. Es por eso que es necesario de la carrera de comunicación, comunique, tenga una voz, no sólo desde lo institucional, sino desde la producción y la difusión.

El “desdoblamiento de cátedras” fue el eufemismo con el que la gestión de la carrera nombró a una serie de cátedras que fueron creadas de manera arbitraria y sin realizar ninguna consulta previa, dejando fuera el

debate y la información necesaria a todo el claustro estudiantil.

Escudados en la necesidad de promover la carrera docente, promover los contenidos diversos y aumentar la oferta horaria se abrieron las cátedras Postolski, Kaufman, Gassman, Ma. R. Gómez, Levenberg y Bailo, a las que se suman Rodríguez del Seminario de Cultura Popular y Masiva y Varela de Semiótica II. La verdad es que hasta el día de hoy no se evidencian mejoras en ninguno de los casos, sino más bien lo contrario: quiénes pasaron a estar a cargo de las nuevas cátedras fueron elegidos “a dedo” por las autoridades de la carrera (muchas veces perjudicando la calidad de cursada), los contenidos y programas no presentan grandes variantes, ni se amplia la oferta horaria de manera alguna.

A este modelo hemos opuesto otra manera de crear cátedras, que apunten a generar espacios de debate entre los claustros para determinar los intereses de la comunidad sobre enfoques teórico-epistemológicos y las perspectivas didácticas de las materias en las que se propone crear cátedra nueva, y se formulen diversas alternativas posibles a las existentes pero la Dirección de la Carrera ratificó su intención de continuar con su metodología.

La carrera de Ciencias de la Comunicación tiene ya casi 30 años de existencia. Fue creada con los aires de la vuelta a la democracia, la valorización de la intervención cultural y política de los medios y con el inicio de los estudios específicos en América Latina. Desde entonces nunca ha tenido grandes modificaciones en su plan. No incluyó los cambios sociales y mucho menos ha contemplado los cambios concretos en el campo de la comunicación. Por lo tanto, es

necesario investigar al respecto para afrontar una transformación de la misma, que esté en sintonía con la sociedad y la época en la que hoy vivimos.

En ese sentido, venimos trabajando para que lo dicho sea realizado de una vez, pero no como una imposición de alguna agrupación, o de la gestión de la carrera, sino como producto de un debate y participación constante y profunda de los tres claustros (docentes, graduados y estudiantes). Por eso insistimos en trabajar en la comisión abierta por la reforma del plan de estudios y por eso impulsamos una instancia del mismo carácter para la junta de la carrera.

Creemos que nuestra carrera es demasiado rígida y con pocas elecciones (sin considerar que estas se encuentran con el problema de la desarticulación entre diferentes sectores del tronco común), demasiado larga y con poca capacidad de integrar recorridos diferentes para una formación teórico-práctica del comunicador social. Proponemos algunos de los ejes que pensamos:

?La generación de diferentes perfiles de carrera en los que cada estudiante puede elegir un recorrido que contemple una formación completa en materia teórica y práctica. Estos perfiles no serán de la condición de una “orientación final” sino que deberán considerarse desde el principio mismo de la carrera.

?La cuatrimestralización general de la carrera, no por fetiche sino como resultado de las necesidades que subyacen a cada materia (explorando, por ejemplo, las posibilidades en el terreno de los talleres).

?La posibilidad de adquirir una formación en base a los intereses de formación personal, garantizando la libertad de cada estudiante de elegir materias de diferentes recorridos

para generar especializaciones complejas.

Como ya hemos declarado “la carrera tiene por delante una vasta tarea que nos pone frente a la posibilidad de salir de la inercia actual. El desafío puede resultar en un impulso que enriquezca, o puede diluirse. De lo que no queda duda, es que sin debates plurales y sin confrontación de ideas, todo intento de reforma será funcional a esa inercia y terminará por secar los recursos más ricos con que contamos para enfrentar los procesos de cambio”. Es por

eso que llamamos a toda la comunidad a que se sumen a reabrir la comisión por la reforma del plan de estudios y a construir una jornada de

debate que puedan plasmar los diversos alcances de nuestra reforma.