Boletín Guadalupano Octubre 2013

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BOLETÍN 2013 1

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Revista Mensual Gratuita

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SUMARIO

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12 DE OCTUBRE

Cango. Dr. Eduardo Chávez S. 4

SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORADE LAS LAJASIPIALES, NARIÑO, COLOMBIA

Cango. Lic. Juan Castillo H. 23

Número 151 • Año XIII • Octubre 2013.

EL OBSEQUIO OLÍMPICODE UN PAPALic. Carlos Iván Arcila Berzunza

GUADALUPE: CORONACIÓN DELA HUMILDAD Y EL SERVICIOLic. Mercedes Aguilar Lara

EN EL AÑO DE LA FE, LOS SEMINARISTASEN EL TEPEYACPbro. Lic. Salvador González Morales

Gonzalo Carrasco S. J. (1859-1936)La coronación canónica de la

Virgen de Guadalupe, 12 de Octubre de 1895, (boceto)

1924Óleo sobre tela

Museo de la Basílica de Guadalupe.

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12 DE OCTUBRE

Cango. Dr. Eduardo Chávez S. 4

SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORADE LAS LAJASIPIALES, NARIÑO, COLOMBIA

Cango. Lic. Juan Castillo H. 23

LA VOZ

GUADALUPANA: EL

MATERNAL REFLEJO DE LA

VIRGEN DE GUADALUPE EN

AMÉRICA Y EL MUNDO

Cinthia Huelgas Moreno 27BREVES 38

ANTIGUA BASÍLICALUGAR DE ENCUENTRO, PERDÓN Y PAZ ESPIRITUAL.Lic. Gabriela Treviño GonzálezColaboración de: Roberto Mora

DIRECTORIOPRESIDENTE DEL BOLETÍN

Cango. Mons. Enrique Glennie Graue

DIRECTORCango. Juan Castillo Hernández

COORDINADORA GENERAL

Lic. María Natividad Correa Beltrán

JEFE DE FORMACIÓN

Cango. Dr. Eduardo Chávez Sánchez

EDICIÓN Y CORRECCIÓN DE ESTILO

Cinthia Huelgas Moreno

FOTOGRAFÍADepartamento de Comunicación

Social Basílica de Guadalupe

DISEÑADORPbro. Omar Sotelo Aguilar

Ricardo Vázquez Hernández

COLABORADORES

Cango. Dr. Eduardo Chávez Sánchez Cango. Lic. Juan Castillo HernándezCango. Dr. Gustavo Watson Marrón

Mons. Salvador Diez de Sollano y OrtegaPbro. Dr. Ricardo Valenzuela

Pbro. Lic. Alberto Medel OrtegaPbro. Salvador González Morales

Dra. Lidia Guerberof Hahn Dra. Ana Rita Valero

Lic. Nydia M. Rodríguez Alatorre Lic. Marcela Vallecillo Gómez

Lic. Carlos Iván Arcila Lic. Mercedes Aguilar Lara

María de Guadalupe González PachecoArq. Oscar Jiménez Gerard Sr. Ricardo Galindo Melchor

FOTÓGRAFOS

Lic. Marcela VallecilloCinthia Huelgas MorenoElizabeth Moreno Trejo

Boletín Guadalupano, revista mensual año XIII número 151, Octubre de 2013. Editor Responsable: María Natividad Correa Beltrán. Número de Certificado de Reserva de De-rechos otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor 04-2004-102812475400-106. ISSN 2007-4603. Número de Certificado de Licitud de Título y Número de Certificado de Licitud de Contenido otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación: 10545, Impresor: Edith Velázquez Martínez, Rin-conada de los Juegos, edif. Matatena. No. 204 Col. Pedre-gal de Carrasco. C.P. 04700. Delegación Coyoacán México D.F. Domicilio de la Publicación y Distribuidor: Basílica de Guadalupe A.R., Plaza de las Américas No. 1 Colonia Villa de Guadalupe, Delegación Gustavo A. Madero, C.P. 07050 México, D.F. Teléfono 5118-0500. www.virgendeguadalupe.mx. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos de imágenes de la publicación sin previa autorización de Boletín Guadalupano.

SANTA MARÍA DE GUADALUPE MODELO...Mons. Salvador Diez de Sollano y O.

DESCUBRIENDO EL AMOR DE DIOSCango. Dr. Eduardo Chávez Sánchez

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12 DE OCTUBRECango. Dr. Eduardo Chávez Sánchez

EDITORIAL

El 12 de Octubre es uno de los días que tienen un gran significado.

Un 12 de Octubre de 1492 fue cuando Cristóbal Colón “descu-brió” el Continente Americano, entendiendo que este “descubri-miento” significa, no sólo llegar a un nuevo territorio, sino que Colón inauguró un camino entre el viejo y el nuevo mundo; una ruta que será comercial, militar, cultural, religiosa, etc.; y que transforma-rá, de manera radical, el desarrollo en ambos mundos; asimismo los pueblos se integrarán, en ocasiones de manera positiva y en otros mo-mentos de manera dolorosa. Se de-claró que este día sería el llamado como el “Día de la Raza”.

En este mismo día pero del año de 1895, se realizó una de las ce-lebraciones más importantes la Coronación Pontificia de la Ima-gen de la Virgen de Guadalupe, que desde el siglo XVIII ya se había deseado. Cuando además se pidió Misa y Oficio propios para esta Celebración, se tuvo que volver a comprobar la histo-ricidad del Hecho Guadalupano, no sólo se logró con éxito dicha comprobación sino que, además, uno de los informes más impor-tantes de este maravilloso Even-to Guadalupano conocido como “Informaciones Jurídicas de

1666”, conjunto de documentos que está formado por la primera Inspección directa de la Sagrada Imagen que realizaron los pin-tores más expertos de la Nueva España, además de la inspección del ambiente húmedo y salitroso que realizaron los mejores estu-diosos de las ciencias químicas, y todo esto se complementaba con las entrevistas de indígenas muy ancianos de Cuautitlán.

Estas “Informaciones” fueron ca-lificadas por la Santa Sede como “Visita Apostólica”, pues estaban excelentemente realizadas.

También es en esta fecha cuando los Papas envían varios mensajes sobre la Virgen de Guadalupe conmemorando la Coronación y, actualmente, se sigue realizando la conocida “Misa de las Rosas” en donde por tradición es el Se-ñor Arzobispo de México quien la preside.

La mejor coronación que Santa María de Guadalupe puede reci-bir es la del amor de sus hijos y que entre ellos ese amor los une como la única familia de Dios, en donde ya no hay más divisiones; en donde reina la justicia, el amor y la paz, en donde todos estamos comprometidos para que sea una realidad la civilización del Amor, y la cultura de la Vida.

También es en esta fecha cuando los Papas envían varios mensajes sobre la Virgen de Guadalupe

conmemorando la Coronación y, actualmente, se

sigue realizando la conocida “Misa de

las Rosas” en donde por tradición es el

Señor Arzobispo de México quien la

preside.

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AÑO DE LA FE

Los alumnos de los seminarios no han venido solos, cual debe ser, sus formadores, aquellos sacerdotes que han sido encomendados para acompañar a los futuros pastores de la Iglesia,

también se hicieron presentes.

EN EL AÑO DE LA FE,LOS SEMINARISTAS

EN EL TEPEYACPbro. Lic. Salvador González Morales

Dentro de las actividades extraordinarias realizadas durante el Año de la Fe en la Basílica, se ha pensado

muy pronto en las personas en for-mación, de un modo especial inspi-rados en la invitación que el Santo Padre hiciera a los seminaristas y no-

vicios para estar con él en la Ciudad del Vaticano a inicios del mes de ju-lio. Evidentemente que la presencia de los seminaristas en Roma no sería posible para todos, pero teniendo en México un lugar tan significativo como el Tepeyac podíamos ofrecer un lugar para testimoniar, celebrar y

profesar la fe a nuestros futuros sa-cerdotes.

Consultando al Rector de nuestro Seminario Conciliar de México, P. Julián A. López Amozurrutia, hemos encontrado eco a esta idea; después nos hemos apoyado de los Rectores

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de la zona metropolitana, que se en-cuentra muy bien organizada, y dia-logamos sobre el esquema que podría funcionar e incluso hemos cambiado la fecha por una más favorable para el evento. Un apoyo muy impor-tante para entrar a la reunión de los Rectores ha sido el de su entonces presidente y Rector del Seminario de Cuautitlán, el P. Martín González Soria, pues nos brindó el espacio y fue haciendo de “puente” para todas las informaciones.

Después de un par de reuniones con los padres Rectores de la zona la experiencia quedó organizada en tres grandes momentos: Primero, la Peregrinación de los seminaristas de Peralvillo al Santuario; segundo, la Celebración de la Eucaristía con la Solemne Profesión de Fe; tercero, la Fiesta de la Fe y de la Vocación.

Además los distintos seminarios se comprometieron en algunas comi-siones que servirían de gran apoyo para esta experiencia, por ejemplo, el Seminario del Espíritu Santo de Eca-tepec nos ha ayudado con la anima-ción de la peregrinación. Ellos han preparado una sencilla reflexión de los misterios del Rosario, a partir de las palabras del Papa Francisco, han dispuesto un cantoral, se han organi-zado para traer un sonido y un coro para dar una mejor ambientación al caminar como verdaderos peregrinos de la fe.

Por su parte el Seminario Conciliar de México, que de alguna manera ha sido el seminario anfitrión, nos ha ayudado con todos los aspectos logís-ticos tanto en la peregrinación como en el Recinto Mariano. El Seminario de Cuautitlán participó con el mi-

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nisterio de música en la Celebración de la Eucaristía. Mientras que el Se-minario Hispano de Santa María de Guadalupe, ha tenido a bien realizar el servicio del altar durante la Misa. El Seminario Conciliar de Toluca ha dado muestra de la gran preparación que tiene la Schola Cantorum al de-leitarnos con algunas piezas durante el momento testimonial. De esta for-ma, hemos visto en la práctica un tra-bajo en equipo, una disposición exce-lente que deja una huella imborrable en lo que nuestros futuros sacerdotes tendrán que realizar en su ministerio, cada uno poner el don recibido al ser-vicio de los demás para construir el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia.

Ahora quisiera hablar de la partici-pación en este encuentro que ha sido del todo festivo y alegre, como alegres son los jóvenes, como fiesta se hace

en la casa de Mamá, en confianza, sintiendo realmente que camino con hermanos y compartiendo la vida con personas con el mismo ideal. Los seminarios que estuvieron presentes fueron: Seminario de Acapulco, Se-minario de Ciudad Altamirano, Se-minario de Atlacomulo, Seminario de Cuauhtitlán, Seminario de Eca-tepec, Seminario Hispano, Semina-rio Conciliar de México, Seminario Redemptoris Mater, Seminario de Misiones Extranjeras, Seminario de Nezahualcóyotl, Seminario de Cristo Rey, Seminario de Texcoco, Semina-rio de Tlalnepantla, Seminario de Tu-lancingo, Seminario de los Operarios Diocesanos, Seminario Palafoxiano de Puebla, Seminario de Tula, Semi-nario de Tenancingo.

Los alumnos de los seminarios no han venido solos, cual debe ser, sus forma-dores, aquellos sacerdotes que han sido

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encomendados para acompañar a los futuros pastores de la Iglesia, también se hicieron presentes, contamos con alrededor de 68 padres formadores, y más de mil seminaristas. Esta presen-cia fue un verdadero testimonio del amor de Dios que no deja de llamar, que no deja de confiar, que no deja de esperar en el hombre, y que al tiempo le invita a colaborar en su misión.

Los tres momentos de este Encuentro han tenido como “alma” el entusias-mo y la espontaneidad de nuestros se-minaristas. Durante la Peregrinación, la oración festiva del Rosario, el can-to, y las porras han llamado la aten-ción de los transeúntes, mirar a tan-tos jóvenes con sotanas manifestando su gusto por ser de Cristo no ha sido algo que pudiera pasar desapercibido. La Eucaristía que nos ha presidido el nuevo Sr. Obispo Auxiliar de Méxi-co Don Jorge Estrada Solórzano, sin lugar a dudas fue el corazón de esta Jornada, celebrar la Fe y profesarla Solemnemente. La comida ofrecida por los voluntarios del Comedor de Peregrinos de la Basílica ha sido una gran muestra de aprecio para con los futuros sacerdotes, el espacio fue su-perado por el número de asistentes, sin embargo, con un poco de pacien-cia todos alcanzaron y gracias a Dios y a la generosidad de estos volunta-rios, como dice el Evangelio “sobra-ron canastos”.

El momento Festivo y Testimonial después de la comida dio la opor-tunidad a nuestros futuros pastores para cantar, gritar y seguir con las porras, ahora a sus propios semina-rios. En este contexto, los alumnos Reineris Herazo del Seminario de Cristo Rey, Heriberto David Rive-

ro Salas del Seminario de Ecatepec, y Francisco Mejía del Seminario de Ciudad Altamirano nos han com-partido un testimonio de fe a partir del llamado que han escuchado por parte de Dios para consagrar sus vi-das como sacerdotes de Cristo. La animación musical, además del Se-minario de Toluca, corrió a cargo del grupo Samaria, ministerio de música que colabora en la Basílica.

Como cierre a esta Jornada, que ha sido ardua para los jóvenes semi-naristas, han venido las palabras de Agradecimiento del M. I. Sr. Can-go. Carlos Ruíz y Alvarado, Vice-rrector de la Basílica, mediante las cuales además motivó a los alum-nos de los distintos seminarios y a sus formadores para seguir adelante con la respuesta generosa a Dios y el acompañamiento atento y dedicado. Oramos mostrando nuestra gratitud a Dios, que como siempre, estuvo grande con nosotros y nosotros está-bamos y estamos alegres.

He aquí los testimonios vocaciona-les de dos seminaristas:La vocación en mi vida se presentó, como es característico, al estar en la Secundaria, y se fue acrecentando la idea a lo largo de este periodo, como una inquietud que fue creciendo hasta volverse una idea constante, más sin embargo no quise hacerle caso. Fue algo muy particular pues a lo largo de los años y mi desarro-llo propio me fui percatando que no era una idea sino una realidad que dejé de lado (…). Y fue en un reti-ro donde escuché nuevamente la voz del Señor que me volvía a llamar (…) me armé de valor y llegué a el seminario del Espíritu Santo en mi

El momento Festivo y Testimonial después de la comida, dio la oportunidad a nuestros futuros pastores para cantar, gritar y seguir con las porras, ahora a sus propios seminarios.

Los tres momentos de este Encuentro

han tenido como “alma” el entusiasmo y la espontaneidad

de nuestros seminaristas.

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diócesis, pregunté y me informaron sobre los círculos vocacionales (…) Paso a paso se fueron dando las co-sas (…). Gracias a Dios me acoplé y vivo feliz en esta experiencia. La fe que vivo actualmente se engrande-ce a cada paso en la formación (…) Quiero, si Dios me da la gracia de llegar a ser presbítero, ser un pastor que, como dice el Papa Francisco, huela a oveja (…) vivir alejado de la comunidad te impide ser un buen testimonio pues desconoces las necesi-dades de las personas que vas a llevar a la santificación.Heriberto David Rivero Salas.Seminarista, 40 años

Todo es gracia, y vaya que no han exagerado. Soy colombiano, nací en un bello lugar cerca de la histórica ciudad de Cartagena. Al terminar mi bachillerato, estudie Artes Escé-nicas y después de tres años ingre-

sé al Seminario en Bogotá, porque me sentí seducido por el Señor y me lancé a su aventura. (…) Hace más de dos años llegué a México por invitación de un sacerdote amigo, quien me propuso hacer una expe-riencia de pastoral en la Prelatura de Cancún Chetumal, y después de un año de inserción en esta tierra de misión, he llegado al Seminario de Cristo Rey.(…) en todos nuestros seminarios se requiere de jóvenes maduros con las suficientes cualida-des para responder con coherencia y fidelidad al llamado que nos hace Cristo por medio de su Iglesia (…). La gracia de Dios nos ha permitido estar hoy aquí, viviendo este sueño sacerdotal, y la madurez de parte nuestra nos ha de ayudar a vivirlo y a concretarlo correctamente. Si no es así, la cosa no va.Reineris Herazo. Seminarista

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En Apocalipsis 12 se habla de una mujer con una corona de 12 estrellas en su cabeza. Esa mujer, en una interpre-

tación, es María la Madre de Jesús.

GUADALUPE:CORONACIÓN DE LA HUMILDAD

Y EL SERVICIO Lic. Mercedes Aguilar Lara

FORMACIÓN Y ESPIRITUALIDAD

La Iglesia Católica celebra junto con la Asunción de María a los Cielos, su coronación como Reina y Señora de la Iglesia Triunfante, en el acto en que pasó de esta vida a la eterna.

María es reina en un sentido evan-gélico, nada que ver con la realeza humana y sus poderes jurisdicciona-les. Jesús se separa del comportamien-to de los príncipes de este mundo y

Gonzalo Carrasco S. J. (1859-1936)La coronación canónica de la Virgen de Guadalupe, 12 de Octubre de 1895, (boceto)1924Óleo sobre telaMuseo de la Basílica de Guadalupe.

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es ejemplo de una autentica realeza. La que no consiste en dominar, ser el primero, ejercer el poder, recurrir a la violencia, sino, al contrario, en servir, ser humilde y dar testimonio de la verdad (Lc 22,24-30; Jn 18, 33-37). En sintonía con Jesús, Ma-ría vive en servicio con obediencia cordial a Dios y en ello radica su realeza.

La Coronación de María es un re-conocimiento a su realeza divina. Este tema fue muy popular entre los pintores durante la Edad Media y el Renacimiento por lo que existe una gran historia iconográfica de la Coronación de la Virgen María.

Al parecer, el acto de poner una corona en la cabeza de las imáge-nes llegó á ser práctica común en la Iglesia de Oriente, pasando después a la de Occidente.1 Se coronaban las imágenes de gran veneración.

El primer intento por coronar a la Virgen de Guadalupe tuvo su origen en 1738 por un extranjero enamorado de la Virgen de Gua-dalupe, su nombre era Lorenzo Boturini.2 No le fue muy bien al buscar dicho objetivo entre otras cosas por moverse sin autorización del gobierno civil y por su con-dición de extranjero. Boturini se admiró de la fe que se tenía en la Imagen Sagrada de Guadalupe, fe que él compartió, y de los muchos milagros que había realizado y por ello se esforzó en que se le coronara. Este esfuerzo se dio desde la pers-pectiva de un extranjero que tenía la posibilidad de comparar cultos y reconocer la preponderancia del culto a la Virgen de Guadalupe.

Durante el siglo XIX se hacen más populares las coronaciones en Espa-ña y de ahí nos llega esa influencia.

La Coronación de la Virgen de Guadalupe fue un acto ampara-do por la mayoría del Episcopa-do Mexicano. El padre Antonio Plancarte y Labastida fue quien consiguió del Pontífice Romano la autorización para coronar a la Guadalupana y de los fieles las li-mosnas necesarias para ampliar el Santuario del Tepeyac.

José Salomé PinaBoceto para la corona de la Virgen de Guadalupe

ca. 1894 Lápiz y acuarela sobre papel

Museo de la Basílica de Guadalupe.

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El 12 de octubre de 1895 fue coro-nada solemnemente la Virgen de Guadalupe. Una enorme cantidad de fieles durmió en la Villa desde la vís-pera, con la esperanza de poder entrar al día siguiente en el sagrado recinto. Desde el Zócalo y por toda la calzada, había una interminable fila de cre-yentes, unos a pie y otros en vehículo, que presurosos se dirigían a la Iglesia. Por la parte conocida como puerta del colegio de infantes, entraron con invitación del señor Plancarte los be-nefactores de la colegiata, las damas que ofrecieron las coronas y, en gene-ral, los que ayudaron en los trabajos. Por iniciativa del Obispo Ibarra, de Chilapa, asistió una representación de indígenas de Cuautitlán, patria de San Juan Diego y un representante de cada una de las diócesis mexicanas.

Un total de cuarenta obispos, entre nacionales y extranjeros, se presenta-ron “revestidos de magníficas y ricas capas, ceñidas las sienes con preciosas y valiosísimas mitras deslumbrantes de oro y pedrería, muchos de ellos con sus báculos de oro, que formaban un verdadero bosque”. Después se celebró un suntuoso banquete. 3

La Coronación se da en un contexto histórico en que grupos protestantes empiezan a tener mayor capacidad de actuar en nuestro país, la ten-dencia política y social tiene sus ojos puestos en lo europeo como lo mejor y surgen protestas antiaparicionistas.

A la distancia la Coronación de la Virgen de Guadalupe se mira como un acto de magnificencia de

la Iglesia en México en honor a su Patrona. Dicho acto se consolida por la gran fe que en ella tiene el pueblo pero no repercute en mayor o menor fe. Independientemente de su coronación la Virgen María en su advocación de Guadalupe es reina de los mexicanos. Al ce-lebrar la Coronación de la Virgen de Guadalupe sería bueno pregun-tarnos si consideramos su realeza divina y si es que al considerarla, seguimos su ejemplo para mayor gloria de Dios.

1 Enciclopedia Universal Ilustrada, Europea-Americana, Espasa-Calpe, Madrid-Barcelona, Tomo XV, p.610 2 AHBG, Caja 381, exp. 23 Daniel Cosio Villegas, Historia Moderna de México, en El Porfiriato, Vida Social, México 1957, Ed. Hermes, p.469

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DESCUBRIENDOEL AMOR DE DIOS

Cango. Dr. Eduardo Chávez Sánchez

FORMACIÓN Y ESPIRITUALIDAD

Virgen de Guadalupe de Tomás Julián

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En este mes de octubre, de una manera muy especial, varios son los aconteci-mientos que han marcado

la historia; entre los más destacados fue el ocurrido el 12 de Octubre de 1492, al cual se le ha denomi-nado Descubrimiento de América, que para algunos fue un encuen-tro, mientras que para otros fue un choque. Lo que no se puede negar es que fue un hecho histórico re-levante y que, de alguna forma, somos producto de ese momento; en donde hubo heridas e injusti-cias, pero también varios signos de pundonor y de nobleza; en donde hubo tremendos crímenes, pero también grandes testimonios de valor y de caridad; en donde hubo tremendas injusticias, pero tam-

bién grandes esperanzas; y en don-de, inevitablemente, se estaba bajo el signo cultural de sus pueblos.

Ante todo esto nuevamente se toma como baluarte y guía la pre-sencia amorosa y misericordiosa de Santa María de Guadalupe, la cual en nuestro territorio, de una manera especial, ha forjado esta patria bendita; Ella ha sanado tan-tas heridas, Ella ha reparado tan-tos destrosos; y Ella sigue forjando esta nueva civilización del Amor de Dios iniciando en la raíz de cada corazón, más allá de fronteras y distancias. Ella sigue pidiendo la construcción de su casita sagrada, templo en donde Ella manifiesta, ensalza y entrega a su Amor-Perso-na: Jesucristo. Ella sigue animado

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y motivando la participación de los laicos, como san Juan Diego, bajo la autoridad e intervención de los consagrados, como del obispo fray Juan de Zumárraga. Ella sigue forjando una Iglesia que es el lugar de un encuentro verdadero en el amor de Dios y en él, con nuestros hermanos, pues somos de la misma sangre, sangre que se derramó en una cruz. Así, en el inmenso amor de Dios somos su Iglesia.

Ella, Modelo y Madre de la Iglesia, continúa poniéndonos en el hueco de su manto, es decir, hasta lo más profundo de sus ser en donde está su amado Hijo, y nos sigue colo-cando en el cruce de sus brazos, en donde su corazón se une al nuestro

y lo une, a su vez, al de su ama-do Hijo. Ella no se cansa de seguir guiando nuestra existencia a lo que le da su sentido pleno, precisamen-te, su amado Hijo.

Celebremos este inmenso amor de Dios, por medio de su Madre, que también es nuestra Madre, Santa María de Guadalupe, en la Misa de las Rosas, que se celebra en este mismo día, 12 de Octubre, en su “casita sagrada”, es decir en nuestro corazón.

Festeja, con una verdadera conver-sión de tu corazón, a aquella que nos ha “Descubierto” el Amor in-menso y eterno de Dios.

Lo que no se puede negar es

que fue un hecho histórico relevante

y que, de alguna forma, somos

producto de ese momento.

Anónimo novohispanoTercera aparición de la Virgen de GuadalupeSiglo XVIIIÓleo sobre telaMuseo de la Basílica de Guadalupe.

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SANTA MARÍADE GUADALUPE MODELO

Y ESPEJO DE LA IGLESIADE CRISTO.

Mons. Salvador Diez de Sollano y Ortega

FORMACIÓN Y ESPIRITUALIDAD

“El magisterio del Concilio ha subrayado que la verdad sobre la Santísima Virgen, Madre de Cristo, constituye un me-

dio eficaz para la profundización de la verdad sobre la Iglesia. El mismo Pablo VI, tomando la palabra en relación con la Constitución Lu-

men Gentium, recién aprobada por el Concilio, dijo: «El conocimiento de la verdadera doctrina católica sobre María será siempre la clave para la exacta comprensión del misterio de Cristo y de la Iglesia» (JUAN PABLO II, “Redemptoris Mater”. 47).

Para terminar el Año de la Fe con las meditaciones que hemos venido haciendo sobre nuestra Fe católica, contemplándola en el prisma pre-ciosamente luminoso de la Virgen Santa María de Guadalupe, vale la pena mirarla como espejo y mode-lo de la Santa Iglesia. “La Virgen

Anónimo novohispanoLa coronación de la VirgenSiglo XVIII, Óleo sobre lámina de cobreMuseo de la Basílica de Guadalupe.

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María es llamada bellamente por los Santos Padres como <la tierra santa de la Iglesia>”, y es, como dice Joseph Ratzinger, la“tierra de la madre”, la tierra santa de la Iglesia, donde germinó la Palabra de Dios, Semilla enviada por el Padre, que no quedó sola, sino que asumió en sí lo otro, -la tierra- de la madre, en la que se hizo hombre, y así, fundido con la tierra de toda la Humanidad, pudo regresar de un modo nuevo a Dios, haciendo referencia a Isaías (cfr. Is 55,10-11) (cfr. J. Ratzinger, “MARIA, LA IGLESIA NACIEN-TE”, c.I).

La Virgen Santa María de Guada-lupe aparece, con el simbolismo de la cultura náhuatl, vestida de color rosa, que significa a la madre tierra, en cuyo vientre florece el Hijo de Dios encarnado, el Arraigadísimo Dios por quien se vive y Creador de las personas. Allí germina la Cabeza, Cristo, cuyo Cuerpo místico es la Iglesia. En el seno de la Iglesia están llamados a nacer, por los Sacramen-tos de la Gracia, los hijos de Dios.

María de Guadalupe se presenta a San Juan Diego en el Nican Mopo-hua como Santa y Virgen Madre: “Sábelo, ten por cierto, hijo mío el más pequeño, que soy la perfecta siem-pre Virgen Santa María, Madre…” (NM. n.26). “Al profundizar la iden-tidad y la misión de la Iglesia, siento ahora la necesidad de dirigir la mira-da hacia la santísima Virgen, que vi-vió perfectamente la santidad y consti-tuye su modelo” (cfr. JUAN PABLO II, “Presencia de María en el origen de la Iglesia”, n.1, 6-IX-95). “La misión materna de María compromete a la Iglesia a buscar siempre su verdadera identidad en la contemplación del ros-tro de la Theotókos” (ib. n.6).

Detalle de: Anónimo mexicanoVirgen de GuadalupeSiglo XIX Óleo sobre telaMuseo de la Basílica de Guadalupe.

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La Madre Iglesia, a semejanza de la Madre del Redentor, Santa Ma-ría de Guadalupe por la que Dios nos envió a su Hijo nacido de Ella, al llegar la plenitud de los tiempos a nuestros pueblos de América, tie-ne la misión de rescatar a los que se hallan bajo la esclavitud del pecado, para que reciban la filiación adoptiva por el envío del Espíritu Santo de su Hijo a sus corazones por medio de los sacramentos y de su misión pas-toral y puedan clamar: ¡Abbá, Padre! » (cfr. Gál 4, 4-6) (cfr. RM n.1).

Santa María de Guadalupe, en el Mis-terio de la Encarnación de que es por-tadora, encuentra su prolongación en el misterio de la Iglesia-Cuerpo de Cristo,

“convirtiéndose en «tipo de la Iglesia en el orden de la fe, de la caridad y de la perfecta unión con Cristo”. Misión salvífica que realiza la Iglesia uniendo en sí, como María, las cualidades de madre y virgen. Es virgen que “guarda pura e íntegramente la fe prometida al Esposo” y que “se hace también madre pues engendra a una vida nueva e in-mortal a los hijos concebidos por obra del Espíritu Santo y nacidos de Dios” (cfr. LG 58.63; RM 5).

Santa María de Guadalupe Madre de Dios, que se presenta admira-blemente gloriosa, ya asunta al cielo, es ya el cumplimiento esca-tológico de la Iglesia: “La Iglesia ha alcanzado en la Santísima Virgen la perfección, en virtud de la cual no tiene mancha ni arruga” (cf. Ef 5,27) y por eso levanta sus ojos a María, que resplandece como modelo de virtudes para toda la comunidad de los elegidos. La peregrinación de la fe ya no pertenece a la Madre del Hijo de Dios; glorificada junto al Hijo en los cielos, María ha su-perado ya el umbral entre la fe y la visión “cara a cara” (1 Cor 13, 12) y no deja de ser la “Estrella del mar” (Maris Stella) para todos los que aún siguen el camino de la Fe. (cfr. LG 65).

Aplicando a María de Guadalupe lo que dice la Lumen Gentium: “Ma-ría, habiendo entrado íntimamen-te en la historia de la salvación (en la historia de América), en cierta manera en sí une y refleja las más grandes exigencias de la Fe”. Entre todos los creyentes, Santa María de Guadalupe “es como un espejo”, donde se reflejan del modo más profundo y claro “las maravillas de Dios” (Hch 2, 11). (cfr. RM n.25). El Espíritu Santo llena con la

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presencia de su Luz y de su Fuego místicos a la Virgen de Guadalupe y la ha convertido en su Esposa fiel, acogiendo al Verbo de Dios verdade-ro, asintiendo y abandonándose ple-namente en Dios. (Cfr. RM n.26).

Contemplando y escuchando a San-ta María de Guadalupe, la Iglesia nos invita a “mirar” a María, a través de Jesús, como “mirar” a Je-sús a través de María. Ella nos lo muestra y nos lo entrega (cfr. NM 27-28), está en medio de nosotros como un testigo excepcional del Misterio de Cristo. Y la Iglesia está llamada a perseverar constante en la oración junto a Ella, que está entre nosotros en su imagen en oración permanente, y al mismo tiempo, “a contemplarla a la luz del Verbo hecho hombre”, del cual está embarazada (cfr. LG 65; RM n.27).

Santa María de Guadalupe entra ín-timamente en la historia de la salva-ción de nuestros pueblos, y mientras es predicada y honrada por la Iglesia atrae a los creyentes hacia su Hijo y su Sacrificio, y hacia el amor del Padre (ib. LG 65). Por lo tanto, en cierto modo la fe de María, sobre la base del testimonio apostólico de la Iglesia, se convierte sin cesar en la fe del pueblo de Dios en camino y con razón la Iglesia mira hacia aquella que engendró a Cristo, concebido por el Espíritu Santo y nacido de la Virgen, precisamente para que por la Iglesia nazca y crezca también en los corazones de los fieles (RM n.28).

María de Guadalupe es Mujer ecuménica porque acoge maternal-mente a todos, no sólo a los creyen-tes, a los moradores de estas tierras y a todo aquel que se acerca a Ella para mostrarles a su Hijo y darles todo sus

amor (cfr. NM nn.30-33). El camino de la Iglesia, está marcado por el sig-no del ecumenismo para reconstruir la unidad por la que Cristo invocaba al Padre “para que todos sean uno” (Jn 17, 21); unidad que se conseguirá verdaderamente sólo si se funda en la unidad de su fe en el testimonio de la Caridad (cfr. RM 29.30).

El amor preferencial de Santa Ma-ría de Guadalupe por los pobres está inscrito admirablemente en el Magníficat de María. El Dios de la Alianza, cantado por la Virgen de Nazaret en la elevación de su espí-ritu, es a la vez el que “derriba del trono a los poderosos, enaltece a los humildes, a los hambrientos los col-ma de bienes y a los ricos los despide vacíos, dispersa a los soberbios y con-serva su misericordia para los que le temen. “La Iglesia, acudiendo al co-razón de María, a la profundidad de su fe, expresada en las palabras del Magníficat, renueva cada vez mejor en sí la conciencia de que no se pue-de separar la verdad sobre Dios que salva, sobre Dios que es fuente

de todo don, de la manifestación de su amor preferencial por los pobres y los humildes, que, cantado en el Magníficat, se encuentra luego ex-presado en las palabras y obras de Jesús”. (cfr. RM.37).

La Iglesia de nuestros pueblos de América en Aparecida, por tanto, al ejemplo de María, Santa María de Guadalupe, es consciente de que no sólo no se pueden separar estos dos elementos del mensaje contenido en el Magníficat, sino que también se debe salvaguardar cuidadosamen-te la importancia que “los pobres” y “la opción en favor de los po-bres” tienen en la Palabra del Dios vivo. Dependiendo totalmente de Dios y plenamente orientada hacia Él por el empuje de su fe, María de Guadalupe, al lado de su Hijo, es la imagen más perfecta de la liber-tad y de la liberación de la Huma-nidad y del Cosmos. La Iglesia debe mirar hacia Ella, Madre y Modelo para comprender en su integridad el sentido de su misión (B. JUAN PABLO II, cfr RM. 37).

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La Gran maravilla del Cie-lo, la Santísima Virgen de Guadalupe, entregó un mensaje de amor y de es-

peranza en el cual encomendó al obispo de México a través de San Juan Diego, la misión de construir un templo. Fue así como se cons-truyó la primera ermita, su tem-plo de 1531, y la ampliación en 1555.

A inicios del Siglo XVII debido a la gran devoción y concurrencia de los fieles, el cabildo de la Ca-tedral de México y el Arzobispo Juan Pérez de la Serna, precisaron y emprendieron la construcción de una nueva morada más espaciosa, para la Virgen; la cual abriría sus puertas en 1622 a los peregrinos y sería conocida bajo el nombre de “Iglesia Artesonada”, por la forma en que se encontraba decorada.

En virtud del llamado de la Virgen a sus hijos, la iglesia artesonada también resultaría insuficiente por lo que se iniciaron trabajos para construir un nuevo Santuario. El 25 de Marzo de 1695, el Arzobispo

CULTURA

ANTIGUA BASÍLICALUGAR DE ENCUENTRO, PERDÓN

Y PAZ ESPIRITUALLic. Gabriela Treviño GonzálezColaboración de: Roberto Mora

Francisco de Aguiar y Seijas, colo-có la primera piedra, bajo la direc-ción del Arq. Pedro de Arrieta.

Fue dedicado solemnemente el 27 de Abril de 1709 y el día 30 del mismo mes se trasladó la portento-sa imagen de Santa María de Gua-dalupe.

En el año de 1749 el Papa Benedic-to XIV, eleva el Santuario al rango de Colegiata, debido al prestigio

adquirido por la presencia de Ma-ría; integrando a un gran Cabildo (grupo de Sacerdotes, dedicados a atender las necesidades pastorales y administrativas del lugar) que a su vez, se daría a la ardua labor de adecuar y restructurar el espacio, haciendo gala de una muestra ex-quisita del barroco, en los acaba-dos y decoración que recibirían a los peregrinos a su llegada. Se po-dría disfrutar de todo ello, hasta lo que fuera la 1era. Reforma Artísti-

“Encuéntrate a ti mismo; aprecia, perdona y compadece”

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ca (1802-1836) en la que todo se sustituiría por arte neoclásico y de lo cual solo quedan algunas piezas bajo el resguardo del Museo de la Basílica.

Con el pasar de los años y los múlti-ples cambios para mejorar el Hogar de la Virgen, fueron llegando cada día más peregrinos a verla a Ella; ya sea para saludarle, rogarle, agrade-cerle, encomendarse o presentarle alguna ofrenda significativa por los favores y el amor otorgado. Fue así como incluso, personajes célebres de la historia de México, visitaron la Colegiata para presentarse frente a la Sagrada Imagen.

Por ejemplo, algunas de esas me-morables visitas resultaron ser: Agustín de Iturbide en 1822 para instituir la Orden de Guadalupe y ofrecer su cetro de emperador de México. En los festejos Guadalupa-nos de 1853, Don Antonio López de Santa Anna, trajo consigo el es-tandarte de la Virgen de Guadalu-pe, utilizado durante la Guerra de Independencia, por Miguel Hidal-go; resguardándose durante algu-nos años. Fue él mismo, quien al interior de la Colegiata, firmaría el 2 febrero de 1848 el de Tratado de Guadalupe- Hidalgo, donde cedía parte del territorio mexicano a Es-trados Unidos. Además de reinsti-

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tuir la Orden de Guadalupe, como harían también, las Majestades Maximiliano y Carlota a su llegada al país en 1864, al mismo tiempo

en que agradecían y pedían por su temporada el frente del país.

Para 1895 sucedió otro gran aconte-cimiento, gracias al Papa León XIII, se llevo a cabo la gran coronación de la Virgen de Guadalupe. Y fue des-pués de todos estos honores, que el Papa Pío X, decide que la Colegiata, subiría de jerarquía a Basílica Menor. Por lo cual se hicieron al templo, los arreglos pertinentes para tal nombra-miento; mismos que serían dañados en 1921, tras un atentado de bom-ba, en contra de la Virgen; la cual lograría salir sin daño alguno de tal horroroso hecho.

Este lugar fue conocido como Basí-lica y el hogar de la Virgen durante 267 años hasta 1976; para después nombrarlo: Templo Expiatorio a Cristo Rey, recinto donde se invita a adorar a Jesús en la Eucaristía, a arrepentirse de los pecados y a agra-decer por la vida, estando en paz con Dios y con uno mismo a pesar de las adversidades.

Bibliografía:Álbum de la Coronación Pon-tificia. Ed. Diario Católico, El Tiempo. México, 1895.CEPEDA, Félix Alejandro. “América Mariana. Historia compendiada de las imágenes de la Santísima Virgen”. Tomo I Ed. Corazón de María Men-dizaba. Madrid, España. 1925.LÓPEZ Sarralangue Delfina. “Una Villa Mexicana en el Siglo XVIII. Nuestra Señora de Guadalupe”. Ed.UNAM-Porrúa. México. 2005.

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Esta estrofa del himno a la Virgen de las Lajas, des-cribe la identidad de una imagen tan estimada y ve-

nerada en la frontera entre Colom-bia y Ecuador, en un lugar llama-do “Las Lajas” o piedras labradas y lisas, dentro del Departamento de Nariño, cerca de la ciudad de Ipiales y encima del río Guáitara o Guáytara, un río que recorre el sur de Colombia y el norte de Ecua-dor y sirve de frontera que delimita ambas naciones en algún tramo del recorrido de su cause. El santuario está en el país de Colombia y es atendido por el clero de la Diócesis de Ipiales. El himno poéticamente llama a la Virgen: Reina de las ro-cas, pues, en efecto, la imagen esta pintada en un roca y según una leyenda es de origen divino, pues, no se nota que sea sólo una figu-ra caprichosa, como tantas otras imágenes que la piedad popular le atribuye origen milagroso, es una pintura bien realizada y parece es-tampada en la roca, la laja mide 3.20m de alto por 2.02m de an-cho y está a unos cincuenta metros sobre el nivel del río y representa

CULTURA

SANTUARIO DE NUESTRASEÑORA DE LAS LAJAS

IPIALES, NARIÑO, COLOMBIACango. Lic. Juan Castillo Hernández

“Oh Reina de las rocas, Tu cetro en la frontera, es nuestra alianza eterna. Con tu Hijo Dios y Rey… La caravana ignota (ignorada). Trayendo el alma ahíta (cansada).

De penas infinitas. Viene a jurar tu ley”.

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a la Santísima Virgen del Rosario, quien con un rostro serio y moreno carga a un niño sonriente que en-trega el rosario a San Francisco de Asís, mientras que ella lo entrega a Santo Domingo de Guzmán, los fundadores de las primeras ordenes mendicantes que evangelizaron la región. Algunos historiadores y sacerdotes atribuyen la pintura a un fraile dominico, devoto de la Virgen del Rosario, quien pin-tó al oleo una imagen al estilo del arte quiteño del siglo XVI y XVII y quedó abandonada en ese lugar por muchos años; concre-

tamente hablan de un provincial de la orden llamado Pedro Bedón (1555- 1621), el cual frecuente-mente recorría esa comarca en sus recorridos misioneros y pintó va-rias imágenes de la Virgen. Lo que llama la atención es cómo se logró preservar durante tanto tiempo, ya que cuando fue encontrada seguía como recién pintada; posterior-mente, por mucho tiempo estuvo a la intemperie, sin protección al-guna, con el humo de velas y las inclemencias del tiempo y la bella imagen continua bien conservada. Por eso le llaman milagrosa y Reina de las Rocas, pues, además se en-cuentra dentro de complejo rocoso enclavado sobre la verticalidad del cañón de dicho río. Ella reina entre las dos naciones, pues es famosa y visitada por peregrinos, tanto de Colombia como de Ecuador, am-bos pueblos la sienten suya, de ahí que, su cetro domina la frontera, no solo de aquellas naciones veci-nas sino de tantos otros pueblos y países de donde peregrinos devotos llegan a visitar a su Santa Madre y a implorar su protección.

La leyenda dice que en la primera quincena del mes de septiembre de 1754, una indígena de aquella re-gión llamada María Mueses vivió una experiencia de encuentro con la Virgen del Rosario junto con su hija Rosa, quien milagrosamente habló, pues era sordomuda y, ade-más, la Virgen la resucitó. Un día caminando de Potosí, el pueblo de María, al pasar por el puente del río, que era un rústico tronco cruzado, le alcanzó una tormenta que le obligó a refugiarse en una cueva en la vera del camino, con

A lo largo de los siglos se han

construido 4 iglesias, todas

ellas enclavadas en el cañón del

rio, dentro de los peñascos y

resguardando la Sagrada Imagen.

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miedo se puso a rezar, pues la gen-te comentaba que esos lugares es-taban encantados o que se aparecía el demonio. De repente sintió la presencia de una persona y salió corriendo, sin embargo, tenía que pasar frecuentemente por ahí. En otra ocasión venía con su hija y se detuvo nuevamente en el lugar, la niña de repente le dijo “mamá, aquí esta una señora blanca con un niño”, “una señora mestiza me llama”; de ahí que, ahora le lla-man con cariño “la mestiza” o la “ojona”. Ella no vio nada, pero, le admiró que su hija hablara, se reti-ro del lugar y la niña sola volvió al mismo sitio a orar con la Virgen, durante varios días, al poco tiempo murió y la madre afligida fue ante la imagen e imploró la vida para su hija, al momento resucitó y co-menzó un resplandor inexplicable. El prodigio comenzó a divulgarse por toda aquella región y la fama de la imagen se extendió, al grado que el párroco de Ipiales tuvo la iniciativa de celebrar la misa en el lugar y al poco tiempo, construir una pequeña ermita de paja, la cual era visitada por muchas per-sonas. A lo largo de los siglos se han construido 4 iglesias, todas ellas enclavadas en el cañón del rio, dentro de los peñascos y res-guardando la sagrada imagen. Mu-chos cronistas hablan del santuario desde sus inicios, debido a lo pe-culiar del lugar y a la admiración que causa observar el santuario desde todos sus ángulos. La actual construcción y la más imponente fue iniciada el primero de enero de 1916, por iniciativa del Obispo de Pasto, Leonidas Medina, de quien entonces dependía la iglesia y, tam-

bién, él puso la primera piedra. Con la contribución de miles de benefactores que apoyaron la edifi-cación, de entre ellos sobresale un famoso invidente conocido como el ciego Rivera, el cual a pesar de su incapacidad recorrió pueblos y ciudades pidiendo limosna para el santuario, la obra se concluyó en agosto de 1949; promovieron la construcción los Capellanes: José María Cabrera, Ángel María Cha-morro, Justino C. Mejía y Mejía y la diseñaron los arquitectos Lucin-do Espinosa (nariñense) y J. Gual-berto Pérez (Ecuatoriano). Una de

Una de las más bellas basílicas del mundo, ha

sido nombrada la segunda maravilla

de Colombia.

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las más bellas basílicas del mun-do, ha sido nombrada la segunda maravilla de Colombia. De estilo neogótico, hecha de piedra gris y blanca, construida sobre un puen-te de 50 metros de altura, que sirve de atrio a la basílica con 17 metros de ancho por 20 de largo, rodeada de estatuas de ángeles. El santuario mide desde la base hasta la torre 100 metros. Esta compuesta de tres naves y actualmente hay una capilla dedicada al Sagrado Cora-zón, junto con un museo. Además la embellecen maravillosos vitrales

con temas de las apariciones de la Virgen y simbología cristiana cató-lica. En este lugar se combinan la belleza y el ingenio del arte huma-no y las maravillas de la naturaleza, a lo lejos se contempla una peque-ña cascada. Para acceder al lugar se deben bajar cientos de escalinatas y a lo largo del camino empedrado se pueden observar sobre las rocas los miles de exvotos que agradecen los milagros de la Reina del lugar. También hay escaleras para bajar al cause del río y contemplar des-de abajo la magnificencia del san-tuario. El ambiente es campirano, cerca está el pueblo, típico y pinto-resco, con calles empedradas.

Sin duda que este lugar invita a la contemplación, Dios ha querido manifestar su cercanía, su protec-ción y amor por medio de la santí-sima Virgen. Ella ora por nosotros, nos invita a la oración y nos es-cucha en nuestras necesidades. Al mirar su rostro tierno nos sentimos abrazados en la luz de Dios. Que la Virgen del Rosario de Lajas ruegue por nosotros.

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Entre los años 1939 y 1941 el diseño de La Voz Guadalu-pana cambió radicalmente; esto se puede corroborar al

observar el nuevo tamaño de la re-vista, el tipo de papel que la consti-tuye, las tintas que se usaron, el tipo de letra y los innovadores diseños que se colocaron en las portadas, en donde se puede notar claramente la manera en la que se utilizan, de forma consciente, mecanismos de diseño editorial para atrapar el inte-rés del lector. La mayoría de factores que nos permiten percibir este nue-vo cambio dentro del campo del di-seño, se encuentran en las portadas de cada número mensual; las que contenían además del nombre de la revista, algunos lemas que podían dar a entender la idea central del contenido de la misma, dando lugar a lo que posteriormente en el mun-do del diseño editorial, se llamarían “balazos”. Así mismo, forma parte de un interesante recorrido gráfico, apreciar los diversos diseños que se encuentran en todas las portadas, dándole una personalidad distinta a cada número; encontrando por ejemplo, interesantes signos ideo-gráficos japoneses o bellas imágenes diseñadas en tamaño miniatura de la Virgen de Guadalupe.

CULTURA

LA VOZ GUADALUPANA:EL MATERNAL REFLEJO DELA VIRGEN DE GUADALUPEEN AMÉRICA Y EL MUNDO

Cinthia Huelgas Moreno

En el número anterior resaltamos el carácter internacional que esta revista proyectó desde sus inicios, situación que no cambió en esta nueva etapa, ya que se siguen ob-servando fotos de peregrinaciones

guadalupanas y congresos interna-cionales en Los Ángeles, Budapest, París, China; también podemos ver fotorafías del 21 de septiembre de 1939, día en que se inauguró la escultura de marmol de A. Ponza-

Portada de La Voz Guadalupana de Septiembre de 1941.

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nelli que México obsequió al Vati-cano, o incluso se pueden ver fotos de una procesión guadalupana a lo largo del río Danubio. En estas fo-tos se puede apreciar la vestimenta de los peregrinos y algunas ciuda-des a inicios de los años 40, justo

a principios de la Segunda Guerra Mundial.

Otro dato muy importante que quisiéramos resaltar de estos nú-meros de La Voz Guadalupana, tie-ne que ver con el grupo editorial

Peregrinación guadalupana en Los Ángeles, California.

Procesión en el Danubio, 1939.

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que conformaba la revista, el cual realizó interesantes aportaciones y propició una expresión devocional guadalupana que a su vez logró ser maravillosamente creativa. Este grupo editorial estaba conformado por Don Antonio Pompa y Pompa, Jefe de Redacción y uno de los más importantes promotores de la pre-servación de textos históricos en el país; junto al Prof. Higinio Vázquez Santa Anna quien fue Oficial Ma-yor de la Secretaría de Educación durante el gobierno del Presidente Plutarco Elías Calles y reconocido como uno de los principales pro-motores de las tradiciones mexica-nas de principios de siglo XX; Luis González Obregon, importante historiador y cronista mexicano; Artemio del Valle Arizpe famoso escritor y diplomático mexicano. Todos ellos colaboraron con textos muy interesantes que nos ayudan a aporximarnos al Hecho Guadalu-pano desde un compromiso tanto de preservación como de difusión; aunado a que sus textos proponen la unión de una visión evangeliza-dora y cultural respecto a la devo-sión hacia nuestra Santa Madre del Cielo.

Finalmente quisieramos que leye-ran este bello fragmento de una composición del Obispo de Tabas-co, el Excmo. Sr. Dr. D. Vicente Camacho; fragmento que se recitó durante las Mañanitas a la Virgen el año de 1939:

Tú reinas en mi jacaly en mi alma y en mi viday en mi muerte, y más allá…!Juan Diego escuchó conciertos en la tierra nunca oídos,

y no era un sueño: cantabande tu pecho los latidos…Madrecita, Madrecita,¡Déjame acercarme a Ti: quiero oir aquellas músicasy escuchándolas morir!1

En el próximo número del Boletín Guadalupano seguiremos este maravilloso recorrido literario con Acento Guadalupano.

Ceremonia de entrega de inauguración del monumento guadalupano. Ciudad

del Vaticano, 1939.

1 Vicente Camacho, “Mañanitas” en La Voz Guadalupana, Año VI, No. 9, Diciembre, 1939. p.21.

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CULTURA

EL OBSEQUIO OLÍMPICODE UN PAPA

Lic. Carlos Iván Arcila Berzunza

El panorama es majestuoso, pero apacible; enmarca-do por los verdes -algunos tiernos, otros intensos- de

los árboles y de la variada vegeta-ción, propia de la naturaleza de la región de Campania, emergen imponentes y milenarias las ruinas de templos y edificios griegos, de una polis, una ciudad, la creación humana por excelencia. El orden, la armonía y el equilibrio de la na-turaleza en contraste con el arte de la arquitectura, el cual mediante el genio creativo busca imponer la belleza y perfección de las formas y los volúmenes a que aspiraba el mundo dominado por el intelecto. Se trata de una pieza, un mosaico, de extraordinaria delicadeza téc-nica y cromática, que aunada a la exquisita armonía y levedad esté-ticas que contiene, parece enfren-tarse con ironía a su materia sólida y peso físico excesivo. La escena reproduce una espléndida pano-

rámica que retrata el paisaje y las construcciones de Paestum, una zona arqueológica helénica en Ita-lia, considerada la mejor conserva-da del mundo fuera de Grecia, área declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco y que también es reserva de la biósfera de nuestro planeta.

Esta obra fue un obsequio hecho por el Papa Pablo VI al pueblo de México, con motivo de la celebra-ción de los Juegos de la XIX Olim-piada, que habían tenido lugar del 12 al 27 de octubre de 1968, en la capital de nuestra nación. El regalo del Obispo de Roma fue entrega-do por el Dr. Guido del Mestri,

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quien era entonces delegado apos-tólico en el país, al XXI Abad de la Basílica de Guadalupe, Mons. Guillermo Schulemberg Prado, en noviembre de 1969.

Como todo objeto artístico, per-mite múltiples niveles de análisis y lectura, examinemos algunos de ellos. En primer término, como se apuntó líneas arriba, se trata de un mosaico, una obra realizada con piezas pequeñas –llamadas teselas- de piedra, terracota, vidrio colo-reado o cerámica (como es el caso que nos ocupa) que se yuxtaponen para formar diseños geométricos o figurativos, con fines ornamen-tales. Su historia se remonta a las antiguas civilizaciones occidenta-les y se han localizado muestras de dicha técnica en vestigios arqueo-lógicos asirios, por ejemplo; pero,

fueron los griegos quienes la em-plearon con mayor profusión en pisos y pavimentos, hasta que con posterioridad los romanos llevaron a su perfección esta forma de refi-namiento decorativo, que sería re-tomado por los primeros cristianos para embellecer sus templos, pero en lugar de emplearlos en los pisos, prefirieron utilizarlos para revestir paredes, cúpulas o pechinas.

La vinculación definitiva entre el arte del mosaico y el catolicismo se daría en 1578, cuando el Papa Gregorio XIII decidió que en la construcción de la nueva basílica de San Pedro1 se utilizaría esta técnica para adornar los espacios interiores del inmenso recinto y para lo cual llamó a los principales expertos de dicho arte en ese tiempo, los maes-tros venecianos, quienes adiestraron

1 Recordemos que el Papa Julio II, en abril de 1506, emprendió la colosal tarea de derruir la vetusta basílica construida a instancias del emperador Constantino y edificar una obra monumental acorde a las nuevas necesidades de una iglesia en florecimiento y crecimiento constantes, conforme a la tendencia artística que representaba el Renacimiento, para lo que contó con el apoyo de grandes figuras como Miguel Ángel Buonarroti o Rafael Sanzio.

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a los artesanos que emprenderían aquella labor bajo su dirección. A partir de aquel momento, se esta-bleció una factoría -a manera de taller- que crearía mosaicos para la Santa Sede y que también se encar-garía de su mantenimiento y restau-ración, bajo la administración de la Reverenda Fábrica de San Pedro, aunque no sería sino hasta 1727, cuando el Papa Benedicto XIII le otorgó existencia institucional al crear de forma oficial el Estudio del Mosaico Vaticano.

Las obras producidas en el taller de la Santa Sede alcanzaron tal prestigio y calidad, que en muchas ocasiones han sido utilizadas como obsequios diplomáticos; por recor-dar algunos casos recientes, podría mencionarse el mosaico regalado por el beato Juan Pablo II a Fidel Castro, durante su visita a Cuba en enero de 1998 y que representa una

reproducción del Cristo del Ni-cho, imagen ubicada en los Palios de las grutas vaticanas; u otro que Benedicto XVI entregó al rey Juan Carlos de España, durante su visita a la Península Ibérica en agosto de 2011. En ambos casos, se trataba de piezas de pequeño formato, de 50 x 60 cm. En cambio, la que fue obsequiada a México por Pablo VI es de mayores dimensiones, pues mide 48 x 166 cm.

En la actualidad, el Estudio del Mo-saico Vaticano produce obras tanto para la Iglesia como para particula-res que le hacen encargos especia-les y se reproducen lo mismo obras clásicas o de tema contemporáneo, muchas de ellas no forzosamente de contenido religioso. Esas piezas gozan de tal aprecio por parte de los coleccionistas, que sus costos pueden alcanzar entre los tres mil y los doscientos mil euros2.

2 Al cambio actual, de poco más de $52,000 hasta rebasar los 3 millones de pesos mexicanos, aproximadamente.

“Las obras producidas en el

taller de la Santa Sede alcanzaron

tal prestigio y calidad, que

en muchas ocasiones han

sido utilizadas como obsequios diplomáticos.”

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Por otro lado, podríamos pregun-tarnos el por qué Pablo VI eligió la temática referida para la obra obsequiada. Lo que resulta obvio, si consideramos que se trata de un presente con motivo de los Juegos Olímpicos, es que cualquier re-presentación de la cultura griega nos remite de inmediato a su ori-gen3, aunque en este caso se trata de las ruinas de un asentamiento surgido hacia principios del siglo VI a. C. en lo que ha sido deno-minada Magna Grecia, al sur de la Península Itálica. En un principio, la ciudad se llamó Poseidona, en honor del dios griego de los mares. Siglos más tarde, sería convertida en colonia romana y se le impon-dría el nombre de Paestum. Gozó de gran prosperidad, pero diversos fenómenos naturales la llevaron a

ser abandonada y quedó en el ol-vido, hasta que sus ruinas fueron encontradas en el siglo XVIII. Para muchos especialistas, Paestum cuenta con algunos de los princi-pales ejemplos de arquitectura dó-rica4 que se conservan.

El redescubrimiento de Paestum, desde el punto de vista artístico e histórico, podría atribuirse al alemán Johan Joachim Winckel-mann5, quien llegó al sitio en 1761 y lo dio a conocer en toda Europa. Debido al prestigio del que gozó este personaje converso al cato-licismo, llegaron al lugar artistas plásticos como Giovanni Battista Piranesi o John Robert Cozens, cuyas obras descriptivas de los mo-numentos de Paestum hicieron crecer el interés y curiosidad de los

3 Se calcula que dicha competencia deportiva surgió en el siglo VIII a. C. y que mientras se desarrollaba se suspendían todos los conflictos entre las ciudades-estado y los diversos reinos de Grecia. 4 El estilo primigenio de la arquitectura griega, cuyo máximo exponente es el Partenón, de la Acrópolis, en Atenas y que podría resumirse en la expresión: la belleza radica en la armoniosa conjunción de sencillez y funcionalidad.5 Considerado fundador de la Historia del Arte y la Arqueología. Atraído por los hallazgos de Herculano (1738) y Pompeya (1748), viajó a conocer sus restos arqueológicos, cercanos a Paestum.

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europeos, al grado que desataron oleadas de viajantes a ese antiguo establecimiento griego6. De esta forma, podemos inferir que en la elección temática del regalo de Pa-blo VI se conjugaron el referente a la cultura griega –originaria de los Juegos Olímpicos-, pero de un sitio ubicado en la bota italiana, cuna de ese Sumo Pontífice, bauti-zado Giovanni Battista Montini7y nacido en Concesio, dentro de la región de Lombardía (en el extre-mo norte de Italia). Sin embargo, no sería el único factor. Otro, po-dría estar relacionado con el autor de la obra que replica el mosaico: Giovanni Francesco Grimaldi, ar-quitecto y pintor apodado el Bo-lonés, por la ciudad donde nació8, en 1606.

El joven Grimaldi estudió el arte de la pintura en el círculo de la fa-milia Caracci, asentada en Bolonia y luego se trasladó a Roma, donde

fue contratado como arquitecto por el Papa Pablo V. Más tarde, el Cardenal Jules Mazarin, lo llevó a Francia y le encargó la realización de diversas obras para el rey Luis XIV, como fueron algunos frescos para el Palacio del Louvre.

En este caso, la asociación resulta clara, ya que Grimaldi fue un artis-ta que trabajó para Camilio Borg-hese, quien adoptaría el nombre de Pablo V y sería la cabeza visible de la Iglesia hasta su muerte en 1621, por lo que habrían de transcurrir 342 años, hasta que en 1963 el Cardenal Montini decidiera usar el nombre de Pablo VI, al ser elegido para ocupar el trono de San Pedro. Les unía, por tanto, la admiración por el apóstol que renovó y difun-dió con fuerza y vigor el mensaje cristiano. De ahí, la identificación con la obra que resumía y reunía numerosos mensajes, desde los griegos con sus juegos olímpicos

7 (1897-1978). Fue Papa del 21 junio de 1963 al 6 de agosto de 1978. Concluyó el Concilio Vaticano II, iniciado por su antecesor Juan XXIII y con el que se llevó a cabo la reforma más importante que ha tenido la Iglesia en los últimos siglos. Propició el diálogo con todas las religiones y corrientes de pensamiento. Publicó numerosas y destacadas encíclicas. Fue el primer Pontífice en conocer los cinco continentes. En 1993, Juan Pablo II inició la causa de beatificación del Papa Montini. 8 Bolonia, capital de la región Emilia-Romaña, al norte de Italia.

“Rescatada del riquísimo acervo del Museo de la Basílica

de Guadalupe, después de mucho

tiempo, esta singular e importante obra

plástica vuelve a exponerse al público

visitante.”

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hasta la conexión con su antecesor en el nombre y su mecenazgo so-bre ese artista, no muy conocido, pero que realizó una pieza de gran belleza, como es el caso de la que reproduce el mosaico obsequiado a los mexicanos.

En su vista de Paestum, Grimal-di siguió el camino trazado por los Caracci dentro de este género pictórico, el paisaje se convierte en protagonista, aunque sin me-nospreciar el espléndido conjunto arquitectónico legado por los grie-gos. Al centro, domina la escena la estructura del templo de Poseidón o Neptuno, que nos remite de in-mediato al Partenón de Atenas. A la izquierda de nuestros ojos, se aprecia la mole del edificio dedica-do a la diosa Hera, mientras que en segundo término, en el extremo derecho, se distinguen los restos del santuario ofrendado a Atenea. Empequeñecidos por la naturaleza y las obras arquitec-tónicas, se percibe a un grupo de campesinos y pastores con su gana-

do vacuno y ovino, que pasta con tranquilidad entre las ruinas. Se trata de cinco adultos – dos muje-res y tres hombres- y un bebé. Los que están al centro parecen plati-car, una de las mujeres es la única sentada sobre unas rocas y entretie-ne al infante que descansa sobre sus rodillas. A cierta distancia, el otro personaje femenino carga sobre su cabeza un gran canasto, que podría contener alimentos cubiertos con diversas telas. En el ángulo dere-cho, un par de soberbios árboles de castaño, proporcionan frescor bajo su sombra. En diversos puntos cre-cen agaves similares a los mague-yes mexicanos, mientras en el ho-rizonte se vislumbran las siluetas de pinos piñoneros, que semejan sombrillas abiertas, por sus copas redondeadas y achatadas. Del lado izquierdo, sobre los restos de una construcción, crecen matorrales de dispares tonalidades verdes, que reciben los matizados rayos sola-res e impregnan un aire bucólico al ambiente. Se adivina la cercanía del mar Mediterráneo, cuyas aguas

han visto nacer y morir miles de historias cruzadas por el tiempo. Al fondo, el contorno de colinas, que nos hacen cuestionarnos sobre qué podría haber detrás de ellas o quié-nes cruzaron sus cimas para descu-brir otros horizontes. La atmósfera es de tranquilidad, sosiego y armo-nía. Naturaleza y humanidad en equilibrio. El pasado histórico se entrelaza con el presente gozoso y contemplativo. Un suspiro se deja sentir, la añoranza de quienes nos antecedieron y abrieron camino a lo que ahora somos.

Rescatada del riquísimo acervo del Museo de la Basílica de Guadalu-pe, después de mucho tiempo, esta singular e importante obra plástica vuelve a exponerse al público vi-sitante, permitiéndole admirar la técnica artística del mosaico greco-latino del mundo clásico, pero rea-lizado con los avances del siglo XX, por lo que te invitamos a tener una experiencia significativa conocien-do el mosaico original, durante el mes de octubre.

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128 PEREGRINACIÓN DE LA ARQUIDIÓCESISDE ZACATECAS

XV PEREGRINACIÓN DE LA COORDINADORADE MERCADOS DEL VALLE DE MÉXICO

BREVES

Erigida en 1864 y con una larga historia de peregri-nar desde hace 128 años, la Arquidiócesis de Zacatecas

se hizo presente en la Basílica para “agradecer, suplicar y alabar a Dios que sigue haciendo maravillas”, dijo Mons. Sigifredo Noriega Barceló, quien recordó que la Virgen de Gua-dalupe nos ha visitado para evange-lizar, comunica y transmitir la fe. Ante cientos de zacatecanos dolori-dos por la situación de violencia en su región, resaltó que “necesitamos ser audaces y creativos” para que no se quede ninguna comunidad sin ser tocada y transformada por el Evan-gelio, y les llamó a ser testigos de la esperanza de salvación. “Hoy somos visitados para irradiar el Evangelio”, subrayó. “Dios puede sacar vida de

la muerte y esperanza donde las po-sibilidades humanas están agotadas”. En otro momento, anunció que la arquidiócesis zacatecana cumplirá 150 años el próximo año y apuntó que los desafíos actuales también “son oportunidades para purificar y fortalecer nuestra fe”. El Arzobispo dio a conocer su de-

cisión de constituir seis zonas pas-torales para acompañar los ritmos y tareas pastorales y alcanzar a las 118 parroquias de la arquidiócesis porque la parroquia es la estructura fundamental para anunciar el Evan-gelio. Asimismo otorgó los nombra-mientos correspondientes a los seis nuevos vicarios.

Alrededor de dos mil 500 locatarios y clientes de 25 mercados integrados en la Coordinadora de Merca-

dos del Valle de México, se adhirie-ron a la peregrinación número XV de esta organización, a la que invi-taron a Mons. Héctor Luis Morales Sánchez, Obispo de la Diócesis de Nezahualcoyotl.

Esta peregrinación tiene sus antece-dentes en varias peregrinaciones que salían de diversos mercados las cua-les se suspendieron durante los años 1990 a 1997, pero en 1998 la reto-maron los actuales organizadores y ahora se congregan todos, por ello en este año que cumplieron 15 años

de peregrinar juntos, lo festejaron invitando al obispo. El propósito, según afirmó el Sr.Vicente Ruíz Vázquez, presidente de la organi-zación, “es preservar la fe y como cató-licos que somos, hijos de católicos, nos interesa mucho continuar con estas tradiciones. En todos los mercados de Neza lo primero que se instaló después de un local fue una capilla”.

Por su parte, Mons. Héctor señaló que como parte de sus actividades, él procura acompañar a los diversos sec-tores de su diócesis. “He tratado de saber acompañar a este pueblo que Dios me ha encomendado hace dos años (…). Tratamos de responder a las invitaciones que nos hacen las dis-tintas parroquias y en las actividades que en la diócesis se realizan”.

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POR DIOS Y POR LA PATRIA100 AÑOS DE LA ACCIÓN CATÓLICA

DE LA JUVENTUD MEXICANA

BREVES

Jóvenes integrantes de la Ac-ción Católica de la Juven-tud Mexicana, procedentes de varias diócesis del país,

festejaron el 100 aniversario de la Acción Católica de la Juventud Mexicana, portando las reliquias de los santos y los beatos que han sido integrantes de esta asociación, y dando gracias por los bienes reci-bidos durante un siglo.

La Celebración Eucarística fue presidida por el Pbro. Alberto Me-dellín, de Monterrey, Asesor Na-cional de la ACJM, y concelebrada por cuatro sacerdotes: Catarino Es-pinoza, de Guadalajara; Edmundo

Márquez, de Texcoco; Guillermo Mendoza, de la Ciudad de México, y Jesús Soto, de Durango, y adscri-to a la Basílica de Guadalupe.

Al inicio de la Celebración, el Padre Soto, manifestó su alegría de con-celebrar los 100 años de la ACJM pues también le tocó celebrar el 50 Aniversario de esta asociación. “Ahora tengo el gusto de acompa-ñar a los padres aquí y a todos us-tedes, dándole gracias a Dios por estos 100 años de la ACJM”. Los jóvenes trajeron las banderas de sus grupos y al final de la misa cantaron el himno que exalta la

presencia de Santa María de Gua-dalupe y la misión de cada joven integrante de la ACJM, finalizan-do con la proclamación del lema que inspira su acción: Por Dios y por la Patria.

La Acción Católica Mexicana fue fundada en la Ciudad de México el 12 de agosto de 1913, por el sacer-dote jesuita Bernardo Bergoend, con el propósito de impulsar líde-res jóvenes mediante tres bases: la piedad, el estudio y la acción res-tauradora del orden social cristia-no, para lo cual la doctrina social cristiana es fundamental.

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BREVES

XVIII PEREGRINACIÓN DE LA DIÓCESIS DE ECATEPEC

Contentos y agradecidos por el don de la vida; por los 18 años de la Dióce-sis; por su nuevo pastor,

Mons. Roberto Domínguez, y por innumerables bendiciones, miles de fieles, entre ellos numerosos grupos de niños y jóvenes, y sacer-dotes de Ecatepec celebraron un año más de peregrinar a la Casa de Santa María de Guadalupe.

Con pancartas, globos, flores, enormes mantas y estandartes, los peregrinos llegaron cantando ala-banzas a Dios y saludando a Santa María de Guadalupe. “Al celebrar diez y ocho años como Iglesia par-ticular, deseamos nos bendigas, en nuestras parroquias, comunidades, familias, colonias, trabajos y estu-dios; deseamos nos libres de todo mal espiritual y físico; deseamos

nos concedas ser constructores y vivir en paz”.

Así lo expresó en su mensaje Mons. Roberto Domínguez Couttolenc, al reiterar el cariño y devoción de los fieles de Ecatepec a la Virgen Morena, pero resaltó que la presen-cia de la Madre de Dios es un lla-mado al compromiso, más allá de las tradiciones, para escuchar, aco-ger y guardar la Palabra de Dios, viviendo una fe viva que se mues-tre en las obras de nuestra vida y que nos comprometa a formar una sociedad justa, donde reine el amor y tenga como resultado la paz.

“La Iglesia de Ecatepec que pere-grina, no puede ni debe olvidar que debemos dar rostro a la presencia del Señor, sabemos que tenemos una tarea ser “discípulos misione-

ros. (…) Hagamos con nuestra vida visible al Señor, démosle rostro, ese es el compromiso, pero para esto tenemos que tener un oído aten-to, es decir, escuchar al Señor, de la misma manera que María escuchó la Palabra de Dios”.

Por otra parte, Monseñor Do-mínguez pidió la unión de toda la asamblea en la oración que a nivel universal se llevó a cabo por la paz del mundo y en particular de Siria, así como de México y de nuestras comunidades.

En la misa, los jóvenes del Seminario diocesano que terminaron el Curso Introductorio recibieron la cruz al ingresar al Seminario Menor, y los que ingresaron al Seminario Mayor recibieron la sotana de manos de sus padrinos sacerdotes.

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JUBILEO DE ORODE LA COFRATERNIDAD DE

LOS OPERARIOS DEL REINO DE CRISTO

Un 12 de septiembre de hace 50 años, nació en la Casa de Santa María de Guadalupe la Cofrater-

nidad de los Operarios del Reino de Cristo, una obra eclesial ya de derecho pontificio, gracias al Don recibido por Dios, la visión de iglesia y el espíritu misionero del sacerdote Enrique Amezcua Medi-na; el apoyo del Arzobispo de Xa-lapa, Mons. Manuel Pío López y

del Obispo de Tacámbaro, Mons. Abraham Martínez Betancourt. Por ese motivo, los integrantes de la Cofraternidad, acompañados por seis obispos del país, colabo-radores, la incipiente fraternidad femenina y feligreses, celebraron en la Basílica de Guadalupe, el mes pasado, agradeciendo el haber sido llamados a esta obra. Mons. Rogelio Cabrera, Arzo-bispo de Monterrey, presidió la

Eucaristía e hizo un reconoci-miento a la labor y entrega de los integrantes de la Cofraternidad misma que apoya las diócesis que requieren sacerdotes. Al finalizar la misa, los Operarios renovaron sus promesas sacerdotales y su pertenencia a esta obra, pidiendo a Santa María de Guadalupe que interceda para que sean fieles mi-nistros de Cristo.

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PRIMERA PEREGRINACIÓN DE LA INFANCIA EUCARÍSTICA DE LA ARQUIDIÓCESIS DE MÉXICO

La Infancia Eucarística de la Comisión de Animación Eucarística de la Arquidió-cesis de México, llevó a cabo

su Primera Peregrinación en la fies-ta del Divino Niño Jesús, con el ob-jetivo de acercar a los niños a Jesús Eucaristía y a las familias. “…En este Año de la Fe, hemos alen-tado y promovido a nuestros niños alrededor de la bendita imagen del divino niño Jesús. Hoy hemos teni-do esta primera gran peregrinación en la que hemos tenido una respues-ta maravillosa. Desgraciadamente hoy los niños son enganchados por la delincuencia organizada, por el al-cohol, la droga, la prostitución, por

eso los niños son prioridad en nues-tra pastoral porque fueron prioridad en la vida de nuestro Señor Jesucris-to”. Si el niño crece armoniosamente va a ser, el día de mañana, un gran hombre, un excelente cristiano, un excelente ciudadano; pero hay que educarlos y formarlos, señaló Mons. Diego Monroy Ponce, Capellán del Santuario de San Juan Diego, quien presidió la Celebración Eucarística.

En tanto, Mons. Pedro Agustín Ri-vera Díaz, Capellán del Templo Ex-piatorio a Cristo Rey y Director de la Comisión de Animación Eucarís-tica, consideró que esperan realizar año con año esta peregrinación pues en la medida en que ayudemos a los niños, los protejamos, no solamen-te ayudaremos a que sean felices, sino que promoveremos la santidad en ellos.

CONFIRMACIONES COMUNITARIAS ENLA BASÍLICA DE GUADALUPE

Ante cientos de testigos que acudieron a misa de domingo el 08 de sep-tiembre, 58 niños y jóve-

nes recibieron los sacramentos de la Comunión y la Confirmación, a manos de Mons. Carlos Ruíz y Al-varado, Vicerrector del Santuario, y del Pbro. Salvador González, Direc-tor de la Pastoral Profética.

Luego de un año de formación y estudio sobre el significado del Sacramento a recibir, acompaña-dos de sus papás y padrinos, los niños y jóvenes de la comunidad de Xochitlalpan y del Centro de Evangelización y Catequesis de la Basílica de Guadalupe, a cargo del Pbro. Marco Antonio Gonzá-lez, accedieron a Jesús Eucaristía

y a la unción de la Confirmación en su fe.En su mensaje, Mons. Carlos Ruíz exhortó a la asamblea a no ser cris-tianos persignados o únicamente de tradiciones, sino congruentes y comprometidos con la fe, con ac-titudes y valores evangélicos que se reflejen en la vida diaria.

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En la fiesta litúrgica de la Beata madre Teresa de Calcuta, las Hermanas de la Caridad celebraron en

la Basílica de Guadalupe, con vo-luntarios y personas en situación vulnerable, dando testimonio de su servicio a “los más pobres entre los pobres”.

A 17 años del fallecimiento de madre Teresa y a 10 años de su beatificación, la tarea apostólica de las misioneras continúa fuerte porque es una obra de Dios. En la República Mexicana cuentan con 17 casas y 109 hermanas que atienden a unas 600 personas en situación vulnerable.

“El trabajo ha continuado, ha cre-cido porque es una obra de Dios.

Todas las obras de Dios, donde está su bendición, siguen creciendo”, se-ñaló madre Mary, en tanto madre Rita, dijo que “es el trabajo de Dios y lo único que hacemos es cooperar con él”, y llamó a seguir el ejemplo de fe y santidad de la Madre Teresa, particularmente en este Año de la Fe que vive la Iglesia.

Mons. Jorge Palencia Ramírez de Arellano, Sacristán Mayor de la Basílica, presidió la celebración; concelebraron sacerdotes Misione-ros de la Caridad, la rama masculi-na de la congregación fundada por madre Teresa. Mons. Palencia dio testimonio de la presencia de ma-dre Teresa en su vida y recordó el ejemplo que dejó de hacer las cosas pequeñas con amor.

La Madre Teresa de Calcuta fue beatificada el 19 de octubre de 2003. Con una labor claramente arraigada en el Evangelio, y con sencillas e impactantes frases ema-nadas de su profunda relación con Dios, madre Teresa legó al mundo su gran sabiduría y una manera de vivir de acuerdo a Cristo. Para muestra, esta frase: “La mayor en-fermedad hoy día no es la lepra ni la tuberculosis sino más bien el sentirse no querido, no cuidado y abandonado por todos; el mayor mal es la falta de amor y caridad, la terrible indiferencia hacia nuestro vecino que vive al lado de la calle, asaltado por la explotación, la co-rrupción, pobreza y enfermedad”.Madre Teresa de Calcuta.

CELEBRAN LA FIESTA DEMADRE TERESA DE CALCUTA

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RENUEVA SU COMPROMISOLA ESCUELA DE PASTORAL

LUZ Y SAL

Al iniciar el ciclo forma-tivo 2013-2014, cientos de integrantes del Insti-tuto de Formación para

Laicos al servicio de la Pastoral Parroquial, mejor conocido como Escuela de Pastoral, renovaron ante Santa María de Guadalupe su compromiso de entrega y servicio. Al acompañarles en la Celebración Eucarística, el Arzobispo de Méxi-co, Emmo. Sr. Cardenal Norberto Rivera Carrera, también Rector de esta obra, oró para que la Virgen Morena y la Divina Providencia bendigan a los miles de dirigentes y alumnos de este instituto, y puso

en las manos de Dios los planes de trabajo del nuevo curso.

El Cardenal Rivera les recordó que no es suficiente el entusiasmo, porque Cristo no les dice a sus dis-cípulos “vayan y échenle muchas ganas”, sino: “vayan y den fruto, y que el fruto permanezca”. Por lo tanto sugirió revisar si lo que están haciendo está dando frutos, si va creciendo, si permanece. En primer lugar, explicó, es necesario revisar si el regalo de la fe lo esta-mos haciendo crecer, y en segundo lugar, revisar si las cosas materia-les que Dios ha puesto en nuestras

manos estamos haciéndolas crecer. “Es muy sano que antes de que el Señor nos pida cuentas, nosotros revisemos esas cuentas, si vamos creciendo o aquello lo estamos echando a perder (…). Así como el Señor te pide crecimiento en las cosas espirituales, también te pide entregar buenas cuentas”, subrayó.

Por su parte, los miembros de la Escuela de Pastoral oraron para valorar los talentos que Dios ha puesto en sus manos y que, en este ciclo que comienzan, prevalezca la visión de servicio hacia los herma-nos en esta obra que es de Dios.

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