BOLETÍN CULTURAL n°18

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Salimos de Quemchi con rumbo a Quicaví. Las playas se extendieron más de lo común ese día, fueron las mareas más grandes en mucho tiempo. Si incluso en Pargua y Achao los vehículos quedaron esperando varias horas que los transbordadores pudieran acercarse sin peligro de varar. A nosotros nos pasó lo mismo, pero hacía frío esa mañana y con la lancha de servicio de la Ingrid Andrea, fuimos subiendo a la gente, los equipos y el podio para decir los discursos de rigor. Mechuque fue apareciendo entre las nubes y al rato desembarcamos en la rampla al costado de la antigua escuela palafito Bordemar, que hoy es monumento nacional y fue convertida en un centro cultural. Acá funciona la biblioteca pública, la feria artesanal de productores loca- les y se encuentra un salón de clases conservado de los tiempos en que la escuela recibía a sus alumnos, que llegaban remando y dejaban ase- guradas sus embarcaciones a orillas de sus salones de clases. Mechuque es un hermoso pueblo, nacido en el rigor de una naturaleza indómita, la isla se yergue orgullosa de sus adelantos, su posta, su centro cultural y su gimnasio, sus calles de adoquines invitan a recorrer un lugar salido desde el mar. A la vuelta de sus esquinas encontramos al vecino maestro de ribera e innumerables casas que mantienen su estructura y construcción tradicional. Eso si, algunos palafitos y casas están bastante dete- riorados. ¿Será posible preservar este pueblo? Después de un café para reponer las fuerzas comienza la ceremonia de celebración de los 20 años del programa Bibliolancha, nos acompaña el alcalde de Quemchi Luis Macias, el director regional de bibliotecas pu- blicas Gonzalo Oyarzun, honorables del consejo municipal, varios ami- gos, la periodista de El Mercurio Soledad Neira, Horacio Duran, uno de los fundadores de Inti-Illimani, que afinaba su charango para amenizar la fiesta y Ángel Cabezas, que es el nuevo director nacional de la DIBAM. -- “Seguro viene a hacer un anuncio de la bibliolancha, para que tengamos lancha propia”--, imaginaba días antes Teolinda Higue- ras, que se sentía igualmente festejada, ya que el programa nació hace dos décadas de su interés por acercar la pequeña biblioteca de Que- mchi de ese tiempo a los lugares mas apartados de la comuna. Boletín Cultural Año 02 Numero 18 años del programa Bibliolancha 20 Crónica de la Celebración

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DE LA BIBLIOTECA PÚBLICA EDWING LANGDON DE QUEMCHI

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Salimos de Quemchi con rumbo a Quicaví. Las playas se extendieron

más de lo común ese día, fueron las mareas más grandes en mucho tiempo. Si incluso en Pargua y Achao los vehículos quedaron esperando varias horas que los transbordadores pudieran acercarse sin peligro de varar. A nosotros nos pasó lo mismo, pero hacía frío esa mañana y con la lancha de servicio de la Ingrid Andrea, fuimos subiendo a la gente,

los equipos y el podio para decir los discursos de rigor.

Mechuque fue apareciendo entre las nubes y al rato desembarcamos en la rampla al costado de la antigua escuela palafito Bordemar, que hoy es monumento nacional y fue convertida en un centro cultural. Acá funciona la biblioteca pública, la feria artesanal de productores loca-les y se encuentra un salón de clases conservado de los tiempos en que la escuela recibía a sus alumnos, que llegaban remando y dejaban ase-

guradas sus embarcaciones a orillas de sus salones de clases.

Mechuque es un hermoso pueblo, nacido en el rigor de una naturaleza indómita, la isla se yergue orgullosa de sus adelantos, su posta, su centro cultural y su gimnasio, sus calles de adoquines invitan a recorrer un lugar salido desde el mar. A la vuelta de sus esquinas encontramos al vecino maestro de ribera e innumerables casas que mantienen su estructura y construcción tradicional. Eso si, algunos palafitos y casas están bastante dete-

riorados. ¿Será posible preservar este pueblo?

Después de un café para reponer las fuerzas comienza la ceremonia de celebración de los 20 años del programa Bibliolancha, nos acompaña el alcalde de Quemchi Luis Macias, el director regional de bibliotecas pu-blicas Gonzalo Oyarzun, honorables del consejo municipal, varios ami-gos, la periodista de El Mercurio Soledad Neira, Horacio Duran, uno de los fundadores de Inti-Illimani, que afinaba su charango para amenizar la fiesta y Ángel Cabezas, que es el nuevo director nacional de la DIBAM. -- “Seguro viene a hacer un anuncio de la bibliolancha, para que tengamos lancha propia”--, imaginaba días antes Teolinda Higue-ras, que se sentía igualmente festejada, ya que el programa nació hace dos décadas de su interés por acercar la pequeña biblioteca de Que-

mchi de ese tiempo a los lugares mas apartados de la comuna.

Boletín Cultural Año 02

Numero 18

años del programa

Bibliolancha 20 Crónica de la Celebración

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Con los protocolos de todo acto oficial, Mechuque es sede de la cele-

bración del programa, mientras sus canales vuelven a llenarse en la pleamar, nosotros escuchamos atentos don Luis Macias que exalta la labor cultural del programa, reconociendo la labor de sus impulsores y dando paso luego a que Teolinda recuerde con emoción a Alicia Díaz, directora de la escuela Linda Vista de Metahue, quien acogió el pro-yecto y a ella misma como persona. A su vez, agradeció al actual con-cejal y antiguo maestro de escuela don Rigoberto Barrientos y nos invi-to a recordar el pasado del proyecto, a través de dos reportajes que hicieron Paúl Landon con su programa Tierra Adentro y ARTV. En ellos vimos a una joven Teolinda, recorriendo las escuelas, acarreando cajas de libros y haciendo Cuentacuentos junto a Raquel Mella quien heredó después el recorrido del proyecto. Los videos son contundentes y dan muestra de un amor y dedicación al trabajo y al libro como motor de

desarrollo de las personas.

Luego fue el tiempo de Horacio Duran de Inti Illimani histórico. Este importante músico nacional, quien eligió la isla grande de Chiloé como lugar de residencia hace varios años, interpretó tres temas y un cuento musicalizado, agradeció la oportunidad de acompañar a esta comitiva

cultural y aportar con su trabajo a la celebración.

Ahora era el turno de Ángel Cabezas, quien fue parte de la comisión que declaró a la escuela Bordemar como monumento nacional. Las ca-ras eran de expectación, pero después de muchos elogios al proyecto no se entendía completamente. ¿Tendremos lancha o no? Después de sopesar los números: 50 millones para adquirir la embarcación, más 2 millones al mes para su funcionamiento. Ángel Cabezas declaró al Mer-curio, --“Financiamos la construcción de algunas bibliotecas y museos, pero hay que analizarlo.”—Pero Teolinda esta contenta porque ella sabe que al fin comprometieron los recursos. Es que la Dibam hace años financia los Bibliomoviles, pero acá la cosa es distinta, el mar es

nuestra carretera.

Ya era hora de finalizar la ceremonia, no sin antes reconocer al actual bibliolanchero, Adrián Barría, que hace un trabajo mucho mas comple-to, llevando libros no solo a lugares icono como las escuelas o el con-sultorio, sino recorriendo cada mes a pie muchas casas que quedan en

diversos lugares del grupo de islas Chauques y Butachauques.

Después de un almuerzo de camaradería, nada menos que un curanto en hoyo, la comitiva se relajó bajo los manzanos de la hermosa casa de don Carmelo de la Cruz. Pero esto fue solo una hora pues era necesario regresar a Mechuque donde la celebración tuvo su broche de oro con la presentación del Ballet Folclórico de Quemchi, jóvenes amantes de la danza que no dudan un instante en participar donde quiera que se les invite y el conjunto Nuestra Tierra, que desde la lejana Calama vinieron a recorrer los intrincados canales del sur de Chile. Para que explicar la impresión de este grupo que dejó el desierto para venir a mostrar sus bailes en es-

tas islas australes.

Después de la larga jornada, volvemos con la siguiente marea baja, el desembarco es igual de engorroso, aun más, pues ahora venimos junto a ambos grupos folclóricos. La comitiva está satisfecha por la misión cumplida, Adrián esta exhausto, ha estado realizando su recorrido hace tres días, nosotros volvemos a Quemchi esperando ansiosos cuando

llegue nuestra Bibliolancha.

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Filomena Barrera, la abuela Fillo, cumplió 85 años el 28 de octubre pasado, la

encontramos afanada con sus aves de corral, es una mujer fuerte y trabajadora. Por su puesto, antes de comenzar la entrevista hay que ayudar, así que vamos re-

partiendo agua para los patos y para sus pollos de patas verdes.

Doña Fillo fue invitada a tocar al decimosegundo encuentro de acordeonistas de Tenaun y hace

pocos días se presentó en el nuevo parque municipal frente a un centenar de personas.

Cuénteme, ¿cómo se sintió?

Me sentí muy bien, me trataron como siempre con mucho cariño, si incluso me saludaron tanto que no me dejaban avanzar hasta el puesto de mi hija la Bety. En Tenaun también estuvo bien bonito, y eso que este año el proyecto no fue aprobado allá. A la niña que lo organizaba, que es de Valdivia, no se porque no le dieron los fondos para el encuentro de acordeonistas. Así que esta vez lo organizó la junta de vecinos. Eso lo digo para que tengan un poco de vergüenza, porque a pesar de todo se hizo y salió bien. Y para que no se chupen la plata en cosas que no

son importantes.

¿Y cual es la canción que más le gusta?

Me gustan todas, en ambas presentaciones toqué La Cocaleca, Las Mañanitas y un Vals que lo inventé yo. Ese no tiene letra,

pura melodía.

¿Lo inventó usted?

Claro, antes cantaba cuando era joven, por eso aprendí a tocar. Ahí le iba buscan-do el sonido de los pitos de mi acordeón y

cantando la melodía, la iba encontrando.

Filomena Barrera, cultora del acordeón

“Mientras me queden fuerzas, seguiré tocando”

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¿Como consiguió su primer acordeón a botones?

Mi primer acordeón lo compré en Puerto Montt, claro que no me acuerdo cuánto habrá costado en esos años. Una vez venia de Puerto Montt a Quemchi; porque antes solo se andaba por barco no mas, no había caminos ni buses; uno cruzaba el golfo y se venia directo a Quemchi y seguía hasta Aysén el viaje. El barco era el Tenglo, ese esta finado en Puerto hace rato. Ahí venia mi papa que me formó en este mundo, él anduvo muchos años navegando en ese barco, era bueno para andar en el mar. De repente supieron que andaba con instrumento, él mismo debe haberlo contado. De pronto me llamó el capitán, y como yo andaba con el acordeón, se armó esa fiesta y ya no hicieron mucho caso del rumbo que llevaban. Pasábamos cerca de la isla Maillen, cuando el barco anduvo por unos bajos y pasó raspando el fondo, menos mal que iba subiendo la marea. Otra vez venia desde Queilén en el

Villarrica, ahí trabajaba un tío. Ahí también toqué y se armaban esas fiestas.

¿Alguno de sus hijos o nietos ha seguido con el acordeón?

Mi hijo Américo toca el acordeón a piano. En ese tiempo yo vivía en Quiterquén, el último lugar de la isla Cau-cahué, y mi hijo aprovechaba cuando yo iba a Quemchi de tocar el acordeón. El fue el único de mis hijos que he-redó la música. Claro que la Angélica y la Carmen tocaban la guitarra antes, ya no la tocan. También mis nietos

tocan la guitarra.

Es que yo tenía acordeón, guitarra y bombo, también aprendí a tocar la armónica. En Santiago me compre una y empecé a sacar canciones. En la noche, a las dos de la mañana, yo en mi cama buscando las melodías para sacar-

las. Todas esas canciones las escuche en la radio los 4 años que viví en la capital.

Yo tenía linda voz, me escuchaban ahí porque yo trabajaba en un negocio. Un día pasó un grupo de jóvenes que me escuchó y se quedaron, me dijeron que tenia linda voz y me preguntaron si quería aprender en el teatro. No-sotros estamos aprendiendo en el teatro, me dijeron. Si yo me hubiese ido con ellos, habría sido una cantante,

aunque igual no mas ahora seria vieja.

¿Usted debe ser la única mujer que tocaba el acordeón en esos años? ¿Era muy requerida?

Así es, la única mujer, y no solo de esos años, de los 30 acordeonistas que nos conocemos de los encuentros de

Tenaun, soy la única y la con más años.

En la isla, cuando ya sabia tocar bien, me buscaban. Allá los vecinos se ayudaban a hacer sus casas, y cuando es-taba lista era fiesta, igual que un bautizo, matrimonios, botaduras de embarcaciones. Para todas esas cosas me buscaban para tocar. Después entré en la acción católica, ahí acompañaba los cantos católicos en las procesio-

nes.

¿Qué espera de las nuevas generaciones?

Bueno, a mi la artrosis me está poniendo insensibles algunos dedos, los siento pesados, parece que no fueran

míos. Pero hasta que no tenga fuerza voy a seguir tocando.

Ojala que los padres dejen a sus hijos tocar música, porque es muy bonito.

Me gustaría que los jóvenes sigan las costumbres de Chiloé. Que no se pierda el instrumento. En Tenaún al menos hay varios niños que están tocando. Ojala acá en Quemchi hubieran más. Además, aprender muy difícil no es, si uno aprende a leer, como no va a aprender a tocar un instrumento. No es cosa de decir solo quiero hacer esto,

hay que trabajar harto. Y hay que saber cantar.

Gracias Doña Fillo. ¿Necesita que le ayude a algo más? Por lo pronto no se me ocurre, así que aprovecha

de irte no más.

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Pedro Chadicadi

Joven poeta castreño, participa en el taller literario

de Castro, aprendiz de los Maestros Nelson Torres y

Manuel Zúñiga, ambos poetas de la isla de Chiloé.

La colina.-

Cuando te han hablado de la vida,

el efecto en orugas de una ciudad abandonada

y una trompeta oírse en otro punto.

Hay recién bautizado un árbol

sosteniendo entre sus raíces

los cabellos grasos del amanecer.

Es vida de la que te hablo

porque ella debe tener vida, escondida

en los pastos secos que tararean

la canción en el filo del viento.

No puedo dar explicaciones,

nos separa el cielo

sobre mi, sobre quienes viven,

preguntándose allá que si nos acordamos

de las aves traspasando aristas

esquivando narices humeantes de la gente.

Y este palo olvidado por el fuego

observa, donde crece la vida,

al fuego huyendo en brazos del árbol bautizado.

Fin.-

Cuando la tierra caiga

y se quiebre en partículas venenosas,

donde enamorados retorciéndose en el espacio

lleguen a la hora exacta

a orillas del fiordo verdoso,

lleno de hongos traídos de la luna,

justamente,

cobijados con restos de palabras escritas

y escogiendo tumbas para el recuerdo de la Tierra,

caerán humanos y los perros por fin

cumplirán sus deseos de volar.

Podemos heredar los labios de nuestros abuelos

enterrados en abismos lejanos a la muerte.

Nos encargamos de morir. Situar cuando será el final.

En aguas con hojas de menta, explotan

caparazones azules expulsando espinas de noche.

Sin tocar a una mujer, como en los principios,

podrán habitar los siglos en una luna preñada.

Como han tallado los bosques en la torre,

despojando colores al material llamado a ser eterno

y no queda más que un cartel de advertencia en la puerta.

Yo no estaré en la sepultura.

No gasten discursos baratos

hacia tierra removida para mí.

Sepan

yo vi caer humanos gritando

mientras todos me trataban de insano.

Noveles

Poetas

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BOLETÍN

Los mil

paisajes

Canal Caucahué

desde Guardia-

mó, Quemchi.

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CICLO DE CINE+CREACIÓN

INVITAMOS A TODOS LOS NIÑOS Y NIÑAS DESDE LOS 6 AÑOS A PARTICIPAR EN UN CICLO DE CINE + CREACIÓN

EN LA ACTIVIDAD, LOS NIÑOS VERÁN UNA PELÍCULA DE ANI-MACIÓN Y A PARTIR DE AHÍ CREARÁN SUS PROPIAS SITUA-CIONES TEATRALES Y PERSONAJES.

CADA VIERNES DESDE LAS 15:30 A 18:30 A CARGO DE LA AC-TRIZ Y DIRECTORA ANDREA PEREZ, EN NUESTRA BIBLIOTE-CA PÚBLICA DE QUEMCHI.

Breves