Boff, Leonardo - Memoria de Un Teologo de La Liberacion

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LEON RDO  BOFF Memorias de  un teólogo de la liberador Conversaciones con

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    L E O N R D O B O F FMemorias de un telogo de la liberacinConver sac iones conChristian Dutilleux

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    Director Editorial: Juan Gonzlez AlvaroEditora: Constanza Aguilera CarmonaDiseo de la coleccin: Paniagua & CallejaFotos de cubierta: Agencia Efe

    Ttulo original:Je m 'expliqueTraduccin del francs: PilarGonzlez Rodrguez

    Reservados todos los derechos. No se permite reproducir, almacenar en sistemas de recuperacin de la informacin ni transmitir alguna parte de esta publicacin, cualquiera que sea el medio empleado electrnico, mecnico, fotocopia, grabacin, etc., sin el permiso previo de los titulares de los derechos de lapropiedad intelectual.

    Impreso en EspaaPrinted in SpainE S P R O P I E D A D Desele de Brouw er, 1996 De esta edic in: Espasa Calpe S. A. 1997Im p re s i n : B R O SMA C , S . L .Depsi to lega l : M. 32.601-1997ISB N : 8 4 -2 3 9 -9 9 1 6 -5Editoria l Espasa Calpe , S. A.Carre tera de Irn, km 12,200. 28049 Madrid

    sndice

    Prlogo 91. Un pionero en el alma 132. Liberad la teologa 233. La insurreccin de Jess 454. De Marx a Lula 615. Brazo de hierro con el Vaticano 736. Por un cristianismo pluricultural 977. La ecologa segn san Francisco 111

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    Prlogo

    Desde lo alto de la montaa de Tijuca hasta orillas de la inmensa playa de Barra, en B rasil, se despliega una cascada de colinas verdes que llaman el Valle Encantado. En la parte ms alta, una construccin abovedada se agazapa en un espeso bosque. Su fachada decemento, deteriorada por la humedad, mira al mar que se extiendeal pie del valle. Desde aqu la vista es fascinante. A esta alturaunos cuatrocientos m etros el clima cambia incesantemente. Lasborrascas suceden a los chaparrones, los claros son barridos a menudo por descargas de lluvias torrenciales. La naturaleza muestra eneste lugar toda su generosidad y su fuerza primitiva. Es la reinaabsoluta. Sin embargo, hablamos del corazn de R o de Janeiro, ciudad de ocho millones de habitantes.Dentro de la casa, el espacio del saln resiste a duras penas elasalto de los libros. Estn por todas partes. Una m araa de pequeas estanteras ha tratado de canalizar la marea de papel, pero decenas de fascculos, revistas y peridicos han conseguido ya deslizarse por las mesas y los am plificadores empujando as hacia lo alto delas paredes algunos cuadrosndifo,san Francisco y un tocado indio.

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    10 LEONARDO BOFFPo runa puerta entreabierta sedescubreunacocina recientementesacrificada para acoger cajasdecartnyestanterasquetambinaparecenyaabarrotadas.Lainvasin parece procederde unapequea habitacin trasera dondeunaobesa biblioteca incubaunordenador instalado frente a la ventana. Este campo atrincherado entremurallasdelibros,convista al Valle Encantadoy al marinfinito,esel nuevo refugiode uno de lostelogosmspolmicosy fecundosde estos ltimos aos: LeonardoBoff.Cllese hasta nueva orden ,esa fue enesencia,laorden terminanteque elVaticano dirigiaLeonardo Boff en mayode 1985.Semejante condenaalsilencioes muyraraen laIglesia. Rom a esperabaconella amordazar a unrebeldeydebilitar lateologade laliberacin elaboradapor unpuadodetelogos entre ellos LeonardoBoff ypracticadapormillonesdecristianosde AmricaLatina. Fray Leonardosecall. Perosusilencio provocunaenorme agitacin entrelasfilasde la Iglesia. Recibaadiarioms decien cartasdeapoyo,mecuenta ah ora.Deeste modo, contrasuvoluntad,larepresin vaticana diounaenorme pub licidadalas tesisdel brasileo.Envsperasde laPascuade 1986,elPapaledevolviel derechoa lapalabra. Separado progresivamentedetodoslospuestos deresponsabilidadqueocupabaen laIglesiay con susescritossometidosa unacensura cadavezms rgida,enjuniode 1992, despusdetreintaycinco aos, Leonardo Boff decide dejar laordenfranciscana y elministeriode laIglesia.Cambiodetrinchera perono deguerra, escribeporentoncesasusamigo s. Boff sigue siendountelogo catlico pero desde estemomento quiere actuar fuerade loscrculos eclesisticos.Sulargabatalla dentrode la institucin se termina, porque todo tieneunlmite, reconocel.Dos aosmstarde, Genesio Darcysuverdadero nom breaparece como un cincuentn feliz que a travsde sus grandesgafas, contemplaelmundocon divertido entusiasmo.Suentonacin jovialdenarradordecuentosy subarba blanca evocanms laimagende unPap Noelque la de unaustero telogo. Inmerso lite-

    LEONARDO BOFF 11ramenteen loslibros, habla saboreandolaspalabras.Condeleitey glotonera.Segn l,lateologaesante todo preguntarselo queDios tienequ evercon.... Con qu? Con todo, naturalmente Enveinticinco aos, Leonardo Boffhapublicado alrededordecincuenta obrasmuchasdeellashansido traducidas,hapronunciado m ilesdeconferencias, concedido entrevistaseimpartido cursos.Frente alVaticano, demasiado romano y autoritario parasugusto, defiende ladiferenciade una Iglesia latinoamericana, frutodel crucedelmensajedeCristoy lasculturas locales,unaIglesiaigualitaria yfraternal,en laquelospobres sean sujetosde supropialiberacin,unaIglesia ecumnica impregnadaporlos cultos africanos,latradicin india yelcatolicismo m edieval. Despusde surupturacon lajerarqua nuncaheabandonado la Iglesia, slounpuesto, insiste Leonardo Boff explora tambin nuevos horizontes teolgicos, como laelaboracinde unaecologa cristiana ins piradaen sanFranciscodeAss.Contemplativo declarado, lamenta cadada de suvida trepidantelainvencinde laagenday elritmoal que serellenalasuya:conmesesdeadelanto. Comunidadesdebase, peridicos, partidos polticosyuniversidadesdeBrasil,delrestodeAmrica Latinay deEuropaleinvitan,leconsultan,lepiden escritos, esperansupalabra.En laactualidad,eltelogose haconvertidoenprofesoren Roademsdepredicador cosmo polita.Eltiempodesilencio estmuylejos.

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    1Un pionero en el alma

    Desde hace ms de veinte aos, Leonardo Bojf es usted unode los telogos latinoam ericanos ms influyentes, smbolo en elmundo entero de la teologa de la liberacin. Pero, despus de suconflicto con Roma, de spus de dejar el ministerio de la Iglesia y laorden franciscana en 1992, qu ha cambiado para usted?

    No han cambiado en la prctica ni mi compromiso, ni mi trabajo Las iglesias me invitan constantemen te a dar cursos y conferencias, a participar en debates. Ms que antes incluso Sigo escribiendo. En 1994 publiqu en Brasil tres obras, dos de reflexin y una deconversaciones con mi amigo fray Beto. En 1993 viaj a Europa y,durante dos meses, fui recibido en todos los pases, desde Espaa aNoruega, donde encontr auditorios muy animados de mil o dos milpersonas. Ad ems, ocu po la ctedra de tica de la Universidad del estado de Ro de Janeiro y contino a la vez con mi trabajo de telogo.

    Es un trabajo solitario?No, en absoluto. Millones de cristianos de mi continente mehan ayudado a formular mi pensam iento En primer lugar, deseo ren-

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    14 LEONARDO BOFFdirles homenaje, elogiar su lucha. No puedo olvidar, en especial, atodos esos seres annimos gracias a los cuales he podido caminar,progresar; a todos aquellos que me han sostenido con su humanidady con su fe autntica. Por ello, recuerdo a los habitantes de la com unidad San Juan Bautista de Petrpolis, en la que viv y trabaj durante mucho tiempo. Era un enorme poblado chabolista donde todo elmundo viva rodeado por montones de basuras que constituan sunica fuente de ingreso s. All particip de la vida de la comunidad,en sus luchas y esperanzas. Cuntos hombres y mujeres oprimidospor un sistema inhum ano, pero que, sin embargo, encuentran un sentido a la vida y recrean la esperanza da a da, participando en lascomunidades de base y los movimientos populares, en la lucha porla tierra, en la defensa de los indios y la proteccin de la selva amaznica he conocid o en este inmenso Brasil Entre ellos hay confesores, sabios maestros y mrtires.Cuntos misioneros, llegados de Italia, Espaa, Francia o deotros lugares, he conocido tambin enlasfavelas de Ro, de SaoPaulo y de Recife, en el corazn de la selva amaznica, totalmenteentregados a los pobres, arriesgando su vida en el proceso de hum anizacin y de liberacin de estos ltimos ocupantes de la tierra Handejado atrs sus pases, han renunciado a sus culturas para expon ersea mil peligros sin endurecerse y sin perder su ternura. Ellos son m iscompaeros de viaje y, en muchos casos, mis maestros.

    Ycm o han reaccionado ellos ante su salida de la Iglesia?H e recibido cientos de testimonios de simpata. El presidente de la Conferencia Episcopal brasilea, monseor Luciano M en-des de Almeida, ha defendido pblicamente mi contribucin teolgica y ha pedido a las comunidades de base y a las personasligadas a la teologa de la liberacin que no se desanimen. Todosmis allegados han comprendido mi actitud. Algunos se preguntaban, incluso, cmo haba podido resistir tanto tiempo a las presiones del Vaticano. Otros teman que perdiera la fe pero, como dice

    LEONARDO BOFF 15con humor mi amigo fray Beto, no he dejado la Iglesia para convertirme en directivo de Coca-Cola sino para continuar mi trabajoms librementeDesde entonces, mis amigos siguen siendo mis amigos y los queno me apreciaban tienen an ms razones para no apreciarme. Enoctubre de 1993, se reunieron 3.000representantes de las comunidades eclesiales de base de todo Brasil. Por aquella poca, yo estaba dando unas conferencias en Suiza. Un amigo me telefone:Aqu, los militantes gritan tu nombre y te reclaman. Si no vienespronto esto va a desembocar en una revuelta As que tuve queirme de Suiza para reunirme con esta asamblea en la que participaban ms de cien obispos. En aquel momento, yo sent, muy profundamente, que reciba una especie de nueva ordenacin en el ministerio de la Iglesia popular. Hace poco he pronunciado unaconferencia en Sao Paulo con ocasin de una reunin de obispos deAmrica Latina. Estos dos acontecimientos constituyen signos deque la Iglesia progresista ha comprendido perfectamente que yo nohe dejado la Iglesia, solamente he dejado un puesto, una funcin...

    No parece lamentarlo y, sin embargo, ha pasado usted casitoda su vida en la Iglesia...

    S , s Entr siendo un cro y salgo con barba blancaPas mi infancia en el sur de Brasil. Mis abuelos eran inmigrantes. Haban venido de Feltre y de Seren del Grappa, en el nortede Italia, y se instalaron en Guap or, en el extremo sur de B rasil.Las razones que les llevaron a emigrar de Italia, entonces en plenaexpansin industrial, todava existen hoy aqu, entre nosotros, dondenuestro sistema social rechaza continuamente a aquellos que se considera molestos, demasiado numerosos. Se convierten en vctimas.Aunque yo me considero un privilegiado, he experimentado directamente esta injusticia en mi familia. En los aos treinta, mis padresllegaron a Concordia, en el estado de Santa Catarina. Esta regin,situada un poco ms al norte, se encontraba todava casi virgen en

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    16 LEONARDO BOFFesa poca. All viva una tribu de indios guarans, los kaigangs, enmedio de selvas y v alles frtiles.

    Portanto,sus padres eran colonos...S,yjunto a otros, fundaron su pueblo, roturaron y plantaron.Despus de construir sus casas, levantaron una capilla y una escue

    la en madera rstica. En esta pequea comunidad, mi padre desempeaba a la vez el papel de maestro, de sacristn, de farmacutico,de partero y de juez de paz. Es la persona que ms me ha influidoen la vida. De l, he heredado ese fuego interior, esa exigencia sinla que un intelectual se convierte pronto en un mediocre.Como el mayor de una familia de once hijos, yo le acompaabaa todas p artes. Tambin iba a llevar el trigo al m olino. Esta tarea eramuy dura en el invierno, muy riguroso en la zona. En el helado amanecer, a veces incluso bajo la nieve, sala a caballo y necesitaba entretres y cuatro horas para llegar al molino ms cercano.Mi madre era una mujer analfabeta, llena de sentido comn.Mientras mi padre enseaba, ella trabajaba en el campo, se ocupa :ba de los pollos, los cerdos, las vacas y organizaba la casa con suretahila de nios.El nio de pies desnudos que yo era entonces, el pequeo descendiente de inmigrantes italianos, arda en deseos de trabajar y dedesarrollarse, de evolucionar Despus he recorrido un largo camino , atravesando poco a poco las diferentes etapas del crecimientohumano. Como en mi casa slo se hablaba el italiano dialectal delVneto, no aprend el portugus hasta los diez aos. Llegaron acontinuacin los estudios primarios y secundarios, el latn, el griego ,la filosofa, la teologa, hasta el doctorado en la Universidad deMunich.A partir de los aos setenta, me sumerg en la pastoral popular,en los ambientes pobres y en ellos descubr la lgica perversa delsistema capitalista, dependiente y productor de la miseria de lasmasas. Particip en la elaboracin de la teologa de la liberacin. Y

    LEONARDO BOFF 17comenzaron los problemas con las autoridades doctrinarias de laIglesia...Durante el transcurso de todo esto, soport luchas y sufrimientos. Pero no puedo olvidar tampoco la alegra serena de contribuiral nacimiento de una nueva manera de ser de la Iglesia y de compartir un poco la pasin de mi pueblo.

    Cmo surgi su vocacin?Yo jams pens en ser sacerdote. De hecho, en mi familiaexista una sana tradicin anticlerical. Una preciosa herencia quetodos han conservado hasta el da de hoy... Una sana tradicin anticlerical? Es una extraa afir

    macin viniendo de un telogoNo,simplemente hay que situarse en el contexto de la poca.

    Mi padre era un pionero . Estuvo a punto de convertirse en jesuitapero,terminados sus estudios clsicos y de filosofa, prefiri tom arparte en la colonizacin italiana del estado de Santa Catarina. Allse encontr con algunos religiosos, frailes alemanes, todos ellos muyautoritarios. Descendiente de italianos, mi padre ejerca cierta oposicin hacia ellos y no vacilaba en criticarlos. Frente al poder deaquellos religiosos, defenda a los campesinos de la regin, a lospobres y a los indios empujados por la colonizacin. Los ltimossupervivientes de los kaigangs se vean constantemente amenazados de muerte o de expulsin por los colonos que invadan sus tierras y por la Iglesia, que posea all un territorio enorme. Lo quesucedi entonces en aquella regin constituye una tragedia que habrque contar detenidamente algn da. En cierta poca, el vicario dela zona quiso incluso expulsar a toda la poblacin. Como mi padrese opuso, le amenaz con la excomuninEn casa reinaba por entonces un estado de espritu liberal. Com omaestro de la escuela, mi padre dispona de una biblioteca que reuna unas dos mil obras. Los colonos d e aquellos tiempos slo habla-

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    18 LEONARDO BOFFban italiano o alemn, mejor dicho, vneto y bvaro. Sin embargo,mi padre les animaba a leer en portugus. Despus del rosario deldoming o, obligaba a todas las familias a llevarse un libro en prstamo.A continuacin, organizaba una reunin donde los adultos acudan a contar las historias que estaban leyendo y a practicar as elportugus. Ms tarde, instal una radio en una casa, para que lagente aprendiera la lengua escuchndola. Cuando alguien rechazaba el ofrecimiento, mi padre instalaba la radio en un poste vecino,colocaba una batera y mantena el aparato encendido permanentemente.Tambin se dedic a alfabetizar adultos durante muchos aos.Los nios iban a la escuela por la maana, los adultos p or la tarde ypor la noche. En esta ocasin, se enfrent una vez ms a los religiosos que queran que los colonos continuasen hablando solamente alemn o italiano y viviendo un cristianismo ms conservador. l,en cambio, se mostraba ms crtico. Por lo tanto, nos educ en unaperspectiva ms evanglica que eclesistica, dentro de este espritude pioneros. En este sentido hablo yo de tradicin anticlerical.

    Sin em bargo, usted decidi hacerse sacerdote...S.Con relacin a esto, recuerdo perfectamente una fecha:el 9 de mayo de 1949. Ese da lleg un sacerdote al pueblo, un hom bre de Ro. Nos habl de vocaciones para el sacerdocio, de san Francisco, de san Antonio, de la grandeza de ser otro Cristo en la tierra

    y concluy: El que quiera convertirse en sacerdote que levante lamano. Yo haba escuchado atentamente. Sent dentro de m unincreble calor Me arda la cara con un fuego que haba transformado en una eternidad el corto espacio de tiempo transcurrido entrela pregunta y la respuesta. Alguien en m levant la mano Tomaron nota y avisaron a mi padre. Despus, en casa, llor por hab eractuado as. Por qu ser sacerdote, yo, que quera ser camionero?Amijuicio, era la vocacin ms sublime: conducir y dom inar aquellos monstruos que parecan a nuestros ojos los camiones de la

    LEONARDO BOFF 19poca. Pero se haba pronunciado una palabra y mi vida estabatrazada...

    Por qu eligi la teologa?Siempre me he sentido atrado por la actividad intelectual.Cuando comenc a estudiar teologa, descubr un verdadero desafo

    para el pensamiento. Cmo abordar los problemas concretos delpueblo, el hambre, el subdesarrollo? Cmo entender la Iglesia enun mundo tan negativo, tan atroz, tan antimundo? De hecho, todoser humano es un telogo. Toda persona se enfrenta a las preguntasltimas: de dnde vengo?, adonde voy?, qu sentido tiene el sufrimiento, especialmente el sufrimiento de tantos inocentes?, qu meespera tras la vida? Al reflexionar y llevar estas pregun tas hasta susltimas consecuencias, creo que verdaderamente hacemos teologa.Y, en el transcurso de esta evolucin, descubrimos que la realidadtiene sentido, pese a todos los contrasentidos. Despu s, ligamos estarealidad a lo que las religiones llaman Dios. El telogo profesionalcomo yo es, simplemente, un especialista en todas estas preguntas.

    Y los franciscanos? Cmo dio con ellos?N o tuve eleccin Cuando quise entrar en el seminario menor,slo los franciscanos tenan una escuela en una ciudad cercana, enLceme. Su enseanza pareca ms abierta que la de los misionerosde la regin. Mi hermano C lodovis se hizo servita porque los padresservitas recorran la regin reclutando jvene s El ao en que Clodovis les sigui, yo me libr porque estaba de vacaciones No saba usted nada de los franciscanos antes de entrar en

    el seminario?Poca cosa, a decir verdad. Los sacerdotes de la regin erantodos franciscanos as que, por lo general, aquel que quera ser curase haca franciscano.

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    2 LEONARDO BOFF Algunos de ellos influirn en su trayectoria...Yo segu la formacin clsica de un aspirante al sacerdocio.Entr en el seminario menor a los once aos para seguir mis estudios hum ansticos de griego y latn, despus filosofa y teologa. Treshombres me marcaron decisivamente durante estos aos. Primero,Paulo Evaristo Arns, que se convirti desde entonces en cardenal

    arzobispo de Sao Paulo. En 1954, regres de Francia, donde se habaformado en historia antigua del cristianismo y en ped agoga. Nosinici en los mtodos ms avanzados de la poca sobre la participacin y el trabajo en grupos. Lo tuve como profesor a la edad de trecey catorce aos en Sao Paulo y, despus, nuevamente, en la comunidad franciscana de Petrpolis, donde ejerca como profesor de estudios teolgicos. En aquella poca, enseaba a todo el mundo cantogregoriano y nos obligaba a cantar a diario. Me influy mucho, erami maestro ms cercano, el que me anim a ir a estudiar a Europa.Mi segundo maestro, Constantino Koser, era entonces el consejero principal de la Conferencia Episcopal y el telogo brasileo msconocido en el extranjero. Tena una formacin ms alemana, mscrtica. Enviado a Roma, donde se convirti en el Superior Generalde la Orden, fue l quien impuls la gran reforma de los franciscanos.Bajo su influencia, le prcticamente a todos los grandes maestros de la Edad Media, todas las obras de san Buenaventura, de DunsEscoto y de Toms de Aquino. En nuestros seminarios, leamostodos los textos en latn y discutamos en esta lengua, que hablbamos como el portugus.La tercera persona que me ha m arcado es monseor Bonaven-tura Kloppenburg. Ahora se ha vuelto muy conservador, de extremaderecha, pero en aquella poca era el nico telogo brasileo quehaba participado en el Concilio Vaticano II. Fue l quien me dio aconocer las innovaciones teolgicas del Concilio. Yo fui su secretario particular y, ms tarde, su sucesor a la cabeza de la editorialVozes y en la ctedra de Teologa de Petrp olis.Estos hombres eran entonces los grandes nomb res de la teolo-

    LEONARDO BOFF 21ga brasilea. Ellos me ensearon a concebir la teologa como unacto creativo y no como una simple repeticin de la tradicin. Enresumen, me ha influido ms su entusiasmo que el contenido de suteologa.

    Encontr el mismo entusiasmo en Alemania? uando llegu a Munich en 1965, me qued muy sorprendido de encontrar una teologa alemana casi al m ismo nivel que la teologa que hacamos en Petrpolis. Evidentemente, la teologa en Alemania se mostraba ms abierta. En el tercer ciclo, viendo que notena ya gran cosa que aprender, pas a la filosofa y prepar mi tesisen teologa participando slo en algunos seminarios. Considerabatodo esto muy repetitivo. Viv cuatro aos y medio en Alemania,donde estuve a menudo con Karl Rahner que, en mi opinin, es eltelogo catlico ms importante del siglo. Tambin conoc a algunos grandes intelectuales protestantes, sobre todo Pannenberg y Von

    Rad.Ylateologa de la liberacin...F ue all, en Alemania, donde com enc a elaborar lo que pronto llamamos teologa de la liberacin. En los dos ltimos aos demi estancia en Alemania, 1968 y 1969, organic algunas reunionescon una quincena de brasileos que estudiaban en Europa cienciaspolticas, sociologa e historia. Nuestros encuentros tuvieron lugaren el convento de Garnstock, en la frontera entre Blgica y Alemania, cerca de A ix-la-Chapelle. En esta comunidad vivan, junto a loshermanos alemanes, algunos brasileos. En aquellas reuniones tratbamos de dar forma a un pensamiento latinoamericano partiendode las contradicciones de la realidad local. Trabajbamos con unaperspectiva de revolucin. Un o de los principales polos de reflexinse encontraba entonces en Per con Gustavo Gutirrez. Al volver aBrasil en 1970, comenc a escribir Jesucristo Liberador ya con laperspectiva de la liberacin...

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    22 LEONARDO BOFFCmo vivi este regreso a su tierra?M uy mal Atraves una profunda crisis de identidad. Despus de vivir durante cinco aos en Europa sin volver a Brasil, mesent profundamente escandalizado, conm ocionado por la pobrezay la miseria. Cuando se viene de un pas rico que no sabe de semejantes diferencias sociales, se es especialmente sensible a los nios

    de la calle y a los mendigos. Inmediatamente pens que haba quecambiar esa realidad. Yo vena con el bagaje de una lectura crticade la sociedad, de una tradicin marxista, pero necesitaba esa inmersin en la realidad que produce un conflicto existencial. No obstante ,la crisis interior se desencaden en julio de ese ao. Fui a predicaren un retiro espiritual de los agentes pastorales de la Amazonia, enManaos, y all me di cuenta de que mi discurso no les afectaba, queno llegaba hasta ellos. Algunos haban viajado una semana en b arco,cinco das a caballo y diez das a pie para reunirse con los dems.Contaban la miseria de la poblacin riberea, de los indios, de losrecolectores de caucho. Cuando comenc a hablar, mis ideas meparecieron muy europeas. De pronto, comprend que me habaquedado sin discurso. Mi palabra haba enmudecido. Mi saber teolgico se haba evaporado, mi tesis de seiscientas pginas sobre laIglesia como sacramento tena que reescribirse, reeditarse, repensarse...Viv todo esto com o una crisis personal pero, en realidad, era lacrisis de toda una generacin, esa generacin que en los siguientesdos o tres aos provoc tantos cambios.Cmo poda anunciar la muerte y resurreccin de Cristo a unpueblo que languideca de hambre, de soledad, de explotacin enaquella inmensa selva? La teologa de entonces no responda a estapregunta. As pues, haba que inventar una nueva teologa que partiera de esa realidad concreta.

    Liberad la teologa

    Era a comienzos de los aos setenta. En plena transformacin postsesenta y o cho, reuni usted a varios amigos para hacerteologa. No se senta un poco perdido en medio de toda esa agitacin ?

    En absoluto. Nuestra bsqueda teolgica se acercaba, llegaba al corazn de la revuelta estudiantil y a los jvenes en general.En aquel momento, el movimiento de la contracultura era defendido esencialmente por la juventud hippy.Estos jvenes vivan comouna verdadera pasin colectiva la bsqueda de la paz y del amor, delsentimiento por encima del nimo de lucro, de la espontaneidad, dela amistad y de la fraternidad universal. Los jvenes probaron primero, no lo olvidem os, la liberacin sexual, el alcohol y las drogas.Despus vino la meditacin trascendental de Maharishi MaheschYogui, el profeta de los Beatles. Finalmente, descubrieron a Jesucristo. Se vea, se admiraba, se amaba a Cristo como a un autnticosuperstar como aquel que haba vivido y predicado lo que ellos buscaban: la paz, el amor, la solidaridad, la comunin con Dios. Para

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    24 LEONARDO BOFFellos, Jess era mejor que un viaje de LSD Procuraba un placer formidable. Se extraan, entonces, frases d e los Evangelios para im primirlas en las camisetas junto a la figura de Cristo: Jess es el Salvador, El Mesas es el mensaje, Volvemos a Jess, Llegarsin tardanza.Aunque debamos ser crticos ante un movimiento semejante, almenos era una invitacin a repensar la Iglesia y la sociedad. Lasociedad moderna, secularizada y racionalista, haba credo responder a los problemas fundamentales del hombre por medio de laabundancia econmica. Pero sta se haba hecho unidimensional,por hablar como M arcuse. Haba conducido a la esfera individuallas preguntas sob re el sentido de la vida y de la fe. Dios no tenavalor econmico y por lo tanto careca de importancia. Esto supona, sin embargo, olvidar que el hombre busca incesantemente otropan para alimentarse, que intenta descifrar el misterio que rodea suexistencia y que se llama Dios.

    Muchos jvenes pensaron entonces que Jess se haba convertido en prisionero de la Iglesia, de su interpretacin eclesistica y desus dogmas. Jess haba perdido su misterio, haba dejado de fascinar a los hombres, prisionero, como estaba, de una estructura cerrada y asfixiante. Como ellos, tenamos que liberar a Jesucristo, paraque pudiese hablar de nuevo , y crear comunidades que seran llamadas, con toda justicia, las comunidades de la Iglesia de Cristo.A partir de los aos sesenta, numerosos jvenes intelectuales ytoda una gama de movimientos sociales han ido al encuentro de losoprimidos para intentar su liberacin. Optaron por los pob res, entraron en el continente de los pobres, asumieron su cultura. El radicalismo de izquierda, que ha desembocado en la subversin, en laviolencia armada en el campo y en la guerrilla en las ciudades, fue,en el fondo, el fruto de esta revuelta tica no controlada, frente a lainjusticia de la realidad. Aquellos que entonces eligieron la accinviolenta fueron pronto violentamente reprimidos por los estados dictatoriales. En mi opinin, con la perspectiva de los aos, creo que,si una revolucin quiere triunfar, tiene que dominar la revuelta, cana-

    LEONARDO BOFF 25lizar la violencia y traducirla en prctica poltica. Una vez concienciados y organizados, articulados con otros grupos sociales, lospobres pueden transformar la sociedad en un sentido igualitario yjusto. Muchos cristianos, inspirndose en el Evangelio, se han comprometido con los pobres en un proceso de toma de conciencia y unaprctica que sienta las bases de una sociedad alternativa.

    De dnde procedan los cristianos comprometidos en esapoca?Sobre todo de la Juventud Universitaria Catlica y de laAccin Obrera Catlica. Estas personas y estos grupos experimentaban, por lo general, una fuerte contradiccin de clases. Procedentes de la burguesa, se revelaban llenos de idealismo, pero carecandel sentido poltico necesario para llevar a buen trmino la liberacin popular.Los aos sesenta y setenta, por tanto, se caracterizaron por lamovilizacin p opular y la aparicin de una potente voluntad de cambio social. Las reformas no bastaban Se reclamaba una liberacinde las opresiones histricas que la mayora sufra desde haca siglos.Exista un movimiento histrico en curso que trascenda nuestrospropios itinerarios personales. Eramos los catalizadores de estemovimiento preexistente que nos sobrepasaba. Toda la sociologade Fernando H enrique Cardoso elegido presidente de Brasil yde Paul Prebisch, la teora de la dependencia y el educador PauloFreir nos influyeron entonces decisivamente. De este modo, se dieron las condiciones histricas para el nacimiento de una Iglesia surgida del pueblo, de las clases dominadas. En las comunidades debase observamo s que era la Iglesia la que se diseminaba en la sociedad y no la sociedad en la Iglesia. Las comunidades daban testimonio de la presencia de una dispora cristiana en el tejido social. Ayudaban a constituir las clulas de una sociedad civil cada vez msatomizada y preparaban una nueva forma de convivencia socialopuesta a la sociedad burguesa.

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    26 LEONARDO BOFF Usted pensaba en una sociedad alternativa, sin embargo,

    Brasil viva en plena dictadura.En efecto, entre 1968 y 1974, transcurrieron los aos msduros de la dictadura. Haba una represin feroz Todos los que semovilizaban para sacudirse las cadenas se vean perseguidos por lasfuerzas del Estado de Seguridad Nacional y de sus aliados. El podernos haba prohibido incluso publicar la palabra liberacin, oficialmente desterrada de los medios de comunicacin por un decreto del ministerio de Justicia. Hasta el mismo Papa era sometido ala censura Cuando utilizaba en un discurso la expresin Cristoliberador, el presentador de la televisin brasilea traduca Cristo Redentor. En aquel momento, tras mi retorno de Europa, meayud mucho mi entrada en el Instituto Nacional de Pastoral, formado por telogos que actuaban como consejeros de la Conferencia Episcopal. Una vez al mes, pasbamos una jornada completadebatiendo y preparando los textos de la CNBB con socilogos y

    economistas. Nos reunamos clandestinamente por miedo a la represin militar, viviendo una especie de prisin. Era una labor intelectual en grupo, no un trabajo solitario. Muchos de los nuestros fueron encarcelados, como fray Beto, que nos escriba cartas desde lacrcel; ms tarde, seran publicadas en forma de libro.En este ambiente de vigilancia policial, de secuestros, de torturas y de asesinatos fue en el que yo e scribJesucristo Liberador.Y cmo consigui eludir la censura?Yo haba impartido un seminario sobre el tema de Cristoliberador; despus, para desbaratar las sospechas del poder, publiqu mis conferencias en forma de artculo en una revista de pocatirada destinada a los religiosos, una revista muy inocente llamada El gran signo. Estos artculos se reunieron ms tarde en unlibro. Pero el autor no pudo decir entonces todo lo que queradecir En este contexto de crcel y opresin, una perspectiva mssocioanaltica habra sido percibida, sin ninguna duda, como una

    LEONARDO BOFF 27provocacin por los rganos de seguridad y de control policial.Como las otras disciplinas, la teologa no poda h acer todo lo quehubiera querido sino solamente lo que la situacin social y ecle-sial permita. A pesar de las limitaciones, el mensaje sigui sucurso. Muchos cristianos en Brasil, en Amrica Latina y en otrasregiones del mundo comprendieron el significado profundo de estelibro que quera reforzar la inspiracin evanglica del com promiso para la liberacin. La teologa de la liberacin est construida,en gran medida, en torno a la figura de Jesucristo liberador: sinosotros no predicamos a Jess como liberador, no predicamos elJess que los apstoles conocieron y nos transmitieron. Su obra,su mensaje, su muerte como consecuencia de su compromiso conel Padre y con los dones del Reino en la historia y, por ltimo, suresurreccin, que inaugura la liberacin en su plenitud, han creado una profunda mstica de la solidaridad con los pobres, contrasu pobreza. Jess constituye el modelo de comportamiento del cristiano en una sociedad que hay que transformar.En ese momento, tambin las comunidades de base comenzarona representar un papel eclesiolgico y poltico fundamental.

    Cul fue el punto de partida de esa reflexin?Partimos, simplemente, de una constatacin: las grandesmasas humanas de nuestro continente cristiano viven y mueren encondiciones inhumanas. Desnutricin, mortalidad infantil, enfermedades end micas, salarios bajos, paro, falta de proteccin social,de higiene, de hospitales, de escuelas, de vivienda: carecen de todoslos bienes necesarios p ara asegurar la dignidad mnima de un serhumano. H abitualmente se llama a esto subdesarrollo. Sin embargo ,esta realidad coexiste con la fe cristiana y sus elevados valores:su hospitalidad, su calor hum ano, su sentido de la solidaridad, suinmenso deseo de justicia y de p articipacin, su gusto por la fiesta. Ahora bien, esteethos cultural se erosionaba y se desintegrababajo la presin del mito del progreso capitalista y de su consumis-mo elitista.

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    28 LEONARDO BOFFLa causa determinante de nues t ro subdesarrol lo exis ten ot raspero no son tan importantes es, a mi juicio, el sistema de dependencia en que vivimos. Esta dependencia const i tuye una forma deopresin y de sumisin introducida en el interior de diversos pasesper i fr icos por los representantes de lo que podr amos l lamar elimperio de los pases ricos. Esta dependencia marca todas las manifes tac iones de la v ida del mismo mo do que m arca nues t ro s i s temaeconmico, la divisin del trabajo, la polt ica, la cultura e, incluso,la religin. La nica salida para tal si tuacin se encuen tra en un proyecto de ruptura de los vnculos de dependencia y de l iberacin pormedio de un proyecto nacional autoges t ionado . Cu and o publicaba sus primeros libros y animaba sus prime

    ros seminarios, la idea de la liberacin flotaba en el ambiente. Sehablaba de frentes de liberacin pero tambin de liberacin de lamujer, de liberacin sexual, de liberacin de los prisioneros polticos... Prcticame nte al mismo tiempo, usted en Brasil y G ustavoGutirrez, en Per, lanzaron e l trmino teologa de la liberacin.La eleccin de esta expresin, emblem tica de su corriente de pensamiento, es una concesin al aire de los tiempos o bien el frutode su lectura de la Biblia?

    Las dos cosas Al principio partimos de una visin crt ica dela sociedad y del desarrollo con sus dos caras: la cara agradable delos pases ricos, que abso rben los beneficios del desarro llo, y la caraperversa de los pases pobres. En esta perspectiva, todo intento dedesarrollar el subdesarrollo se consideraba condenado al fracaso.La nica alternativa era la l iberacin. No la l ibertad, en el sentidodel discurso europeo. En Europa, la l ibertad es un derecho del ciudadano, un beneficio social. Aqu, la libertad est prisionera. La liberacin se concibe como la accin que va a crear la l ibertad.

    As pues, por un lado, hem os partido de la sociologa crt ica. Porotro, de la Biblia, ya que el tema de la l iberacin es recurrente a lolargo de las Escrituras. El pueblo judo tambin conoci en dos oca-

    LEONARDO BOFF 29siones duras experiencias de opresin: el cautiverio de Babilonia yla esclavitud en E gipto. Los textos que narran estas experiencias sonlos pilares centrales de todas las tradiciones. En su origen, la Bibliarefleja el cautiverio babilnico.

    Pe ro por qu sita usted la idea de la liberacin como laesencia, el fundamento de su teologa y no slo como un conceptoms ?

    Po rqu e es la esencia del Rein o La liberacin total , eng endrada por la libertad plena, es el don escatolgico de Dios La libertad es el poder de realizarse a s mismo en el marco de su determinacin existencial social y polt ica. No hay un camino establecido,previa men te t razado, para e l re ino de la l iber tad Cada uno de beencontrar lo por s mismo. Sin ese esfuerzo, no encontrar compaeros de viaje sino, solamente, vasallos o seores. Ser l ibre es conquistar el propio corazn . A partir de aqu es posible establecer otrotipo de relacin. Si esta relacin nace en la l ibertad, siempre serpara promover la vida y ensanchar los caminos de la bondad. En laBibl ia , encontramos es te proceso de l iberacin vivido por un pueblo . U t i lizando las herramientas cr t icas marxis tas , hemos t ra tadode leer la realidad social bajo esta perspectiva de la liberacin. Nuest ro pr imer xi to se produjo en 1968, cuando e l episcopa do la t inoamericano reunido en Medelln hizo suyo este discurso como el ejepr incipal de todos sus documentos . Habamos conseguido renovarun poco el discurso de la Iglesia. Pe ro en 1968, usted estaba todava en Europa. Q uin ejer

    ci entonces influencia sobre los obispos?Gustavo Gutirrez. De todas formas, todava no haba producido una teologa escrita en aquel mom ento, slo una reflexin oral.Tambin en su pas, la represin censuraba las publicaciones. Por loque a m se refiere, despus de la publicacin deJesucristo Libera

    dor, tuve que esconderme durante una semana, la polica me busca-

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    3 LEONARDO BOFFba. Lo ms importante era que n osotros dos unamos nuestras respectivas reflexiones sobre la liberacin a un trabajo perm anente conlas periferias pobres, con las zonas chabolistas. Fue entonces cuando comenc a trabajar en las chabolas del vertedero, lafavelamsmiserable de Petrpolis. En esta regin montaosa, situada a unahora de Ro, doscientas familias vivan de la seleccin y venta debasuras. Cerdos, buitres y humanos se disputaban los desperdicios.Yo acuda a esa zona los viernes y los domingos.All, nadie trabajaba fuera; todos vivan del vertedero. Inclusoganaban ms as que trabajando como o breros: recogan las botellas, el aluminio, el papel. Algunos se haban especializado en botellas de plstico o en chatarra: la seleccionaban y la revendan.Todos ellos vivan, prcticamente, sobre las inmundicias. Hoy enda sigue siendo as pero, gracias a nuestra lucha, hemos logradoconstruir una planta de tratamiento y creado un centro comunitario,una guardera y una escuela.

    Nuestra primera tarea consisti en decirles: no sois mendigos,sois trabajadores, tenis que defender vuestra dignidad de trabajadores De este modo, creamos el primer ncleo para empezar aluchar. Levantamos un pequeo centro comunitario construido enautogestin para celebrar las reuniones. Se comenzaba siempre poruna lectura popular de la Biblia, porque ese es el lenguaje que com prende el pueblo.Qu es la lectura popular de la Biblia?A partir de una situacin de la realidad, se busca un pasajebblico que lo ilumine, y viceversa. Si los campesinos ocupan unatierra y son reprimidos por la polica, la gente busca todos los textos de los profetas dedicados a la tierra. Ciertos pasajes, que casinadie ha ledo, sin embargo dicen: Si tienes hambre toma tu alimento de la tierra de la que has sido expulsado. Y as, el pueblo sealimenta de la Biblia para despus luchar mejor, se enfrenta a la polica y algunos mueren por C risto. En las comunidades de base, la lec-

    LEONARDO BOFF 31tura se acompaa frecuentemente por la representacin de algunaescena bblica a la que se incorporan elementos de la cultura negra,como la msica y los ritmos, y elementos indgenas, como la formacasi mgica de entender la presencia de los santos.

    Culera su papel en esta comunidad?El de animador. Reunir a estas personas no puede ser un simple encuentro de amigos, al que se acude para verse de vez en cuando y despus se desaparece. Todo debe estar organizado, ligado ala marcha del pueblo en una continuidad, para ayudar a la formacin de lderes entre ellos, de modo que puedan continuar solos.Ahora slo voy a visitarlos, a ver a mis amigos. Tienen su asociacin de barrio, representantes en los sindicatos e, incluso, un concejal.Usteddescribeu ntrabajod edesarrollosocial pero como te

    logo, qu ha aportado de nuevo, de verdaderamente especfico?La teologa de la liberacin intenta, al mismo tiempo, analizar las causas de la miseria, concienciar a los pobres, organizadosy mostrarles que el Reino de Dios se construye en la tierra defendiendo la vida, defendiendo sus derechos. Nosotros hemos unidosiempre la toma de conciencia y la lectura de la Biblia. Lo primeroque se hace cuan do se rene el pueblo es leer un pasaje de la B iblia.Comienza a percibir as que Dios escucha los gritos de los oprimidos.En el xo do, por ejemplo, Dios les ayuda a liberarse del faran.La gente traslada el mensaje a su vida cotidiana: Quines son losoprimidos? Nosotros. Quin es el faran? Ellos. Eligen los textospor s mismos. Un da, se produjo un desprendimiento de tierras enlas montaas de Petrpolis, despus de unas lluvias torrenciales. Latierra arrastr algunas chabolas y murieron seis o siete personas,enterradas bajo los escombros. Entonces reunimos a la comunidady la gente comenz a leer extractos del libro del Deuteronomio quehabla del derecho de los pobres (Deuteronomio 24, 17-23); actuali-

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    32 LEONARDO BOFFzaron los temas y se identificaron con el pueblo elegido. A travsdel discurso religioso, comenz aron a pensar en su realidad. El pueblo desconfa s i se parte directamente de un anlis is poltico. Lagente del pueblo no es diestra en el discurso poltico pero, en cambio, domina el discurso religioso y en este mbito se expresa consoltura. A partir de la Biblia , las comunidades se entregan a unacrtica de la sociedad, descubren quines son los faraones de hoy,quines son los Anticris tos , quin es el dragn que destruye susfamilias.

    L a teologa de la liberacin es una manera de aliviar lamiseria, e l dolor de los creyentes?

    No slo. La gente comienza a hacer frente a las autoridades,a mostrarse ms consciente. En la favela del vertedero, en cuanto se presentaba un problema, la comunidad paraba la seleccin dedesperdicios. De esa manera, los camiones no podan descargar y,en dos das, la recogida de basuras en la ciudad quedaba paralizada.Yo me pona mi hbito y nos bamos todos juntos a ver al a lcalde.Pero eran ellos, los del pueblo, los que hablaban. Yo permaneca ensilencio en un rincn. Pero era importante que yo estuviera presente entre ellos , en tanto que hombre de Iglesia . Algunas veces, senegaban a desplazarse y exigan que el a lcalde viniese a negociarcon ellos al barrio chabolista. M s all del discurso religioso, com enzaban a tomar conciencia de la realidad, a comprender que las cosasno son as porque Dios lo quiere, sino que existen causas concretasde la miseria. Despus, gracias a su lucha, consiguieron que se construyera una planta de tratamiento de basuras, la guardera , la escuela y un campo de ftbol. Hay que verlo, es fants tico Sin em bargo, es una his toria banal en Brasil. Se ha producido en cientos deocasiones. La liberacin surge de esta prctica de reflexionar con elpueblo. Despus, se hace teologa, se elabora un discurso ms universalista, ms terico.

    LEONARDO BOFF 33 C un tas comunidades eclesiales de base (CEB), como sta

    del vertedero , existen hoy en B rasil?Ms de cien mil, segn un libro recientemente escrito despusde una investigacin encargada por la Conferencia Episcopal. Esuna cifra correcta. Y no hay que olvidar los crculos bblicos: sonms de un milln Estos crculos son peque os grupos que se renen cada semana para leer la Biblia. Todos juntos discuten sobre lavida cotidiana, a partir de las enseanzas bblicas . Hoy en da, lacoordinadora nacional de crculos bblicos agrupa millones de personas bajo el nombre de Centro de Estudio Bblico y Ecumnic o. Ami modo de ver, la gran revolucin de la actualidad es la lecturapopular de la Biblia . El Vaticano ya no sabe qu hacer ante esto,porq ue no pued e imped ir a la gente leer la Bibl ia Las S agra dasEscrituras no tienen propietario. Pertenecen a las Iglesias , a todaslas Iglesias , no slo a la Iglesia catlica. Los crculos han desarrollado un mtodo de lectura fantstico, un mtodo materialis ta . Par

    ten del hecho de que la Biblia es el fruto de la lucha de un pueblo.As, identifican la parte econmica, p oltica, ideolgica y religiosade las luchas de las comunidades, de las mujeres... Buscan lo que seencuentra detrs de los textos.Y la comunidad de base?La comunidad de base suele estar constituida por unas quince o veinte familias. Rene a varios crculos bblicos en torno a lasdiferentes dimensiones de la vida de la Iglesia: catequesis , sacramentos. . . Una o dos veces a la semana, estas comunidades se renen para escuchar la palabra de Dios, poner en comn sus problemas y tratar de resolverlos a la luz del Evange lio. Hacen comen tariosbblicos, inventan sus oraciones y deciden de forma comunitaria lastareas que deben llevarse a cabo. Despus de s iglos de s ilencio, e lpueblo de Dios toma por fin la palabra, ya no es tan slo un usuariode su parroquia. Reinve nta la Iglesia de Dios en su sentido his trico real. Poco a poco, las comunidad es se han ido apropiando de los

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    34 LEONARDO BOFFinstrumentos de anlisis que antes estaban monopolizados porgrupsculos de militantes y de universitarios. Dentro de la comunidad, tambin tiene sitio la creatividad litrgica. El pueblo crea susritos, escenifica la palabra de Dios con gran espontaneidad, organizagrandes celebraciones con la Biblia rodeada de objetos y alimentostpicos de la regin. En estas situaciones tan intensas, se expresamejor la fe.

    La gran mayora de comunidades se encuentra con problemasde tierras, de salarios, de vivienda a los cuales el capitalismo no darespuesta. La Iglesia de base ocupa un lugar paralelo al de la Iglesia como gran institucin. La comunidad es radical en el sentido propio del trmino porque va a la raz de los prob lemas, muestra al pueblo cmo es explotado y marginado por el sistema y cmo la gentedel pueblo constituye el combustible de un progreso que no esthecho para esa gente sino a sus expensas e, incluso, contra ella. Enconjunto, las comunidades de base renen entre ocho y diez millones de cristianos militantes. Histricamente, representan la primeraexperiencia de la Iglesia popular que ha tenido xito. Han dado lugara una nueva forma de Iglesia que, en el fondo, se aproxima a la Iglesia de los Apstoles y de la tradicin.

    Es especficamente latinoamericana este tipo de Iglesia y deprctica que adopta como perspectiva el punto d e vista de lospobres? Sera necesaria tambin en Europa, por ejemplo, dondelos pobres slo constituyen una m inora delapoblacin?

    Lo ms importante es que el oprimido sea el actor de su propia liberacin, no importa donde viva La liberacin no vendr dela Iglesia, ni del Estado, ni de la bondad de la clase dom inante. Talperspectiva es radicalmente nueva en la historia del cristianismo.Tradicionalmente, era la Iglesia la que actuaba. Incluso en la social-democracia europea, el Estado se presenta como un superpatrnbenevolente que acta y produce as una enorme masificacin deconsumidores, que ya no son sujetos histricos. En Europa, las

    LEONARDO BOFF 35luchas sociales y sindicales han permitido la existencia de unaimportante legislacin social pero, en la actualidad, los sujetos queestuvieron en el origen de este progreso, los movimientos socialesy los sindicatos, han desaparecido o han sido cooptados, absorbidospor la gran m quina del consumo. N uestra lucha consiste precisamente en crear sujetos activos para exigir el nacimiento de unasociedad alternativa a la democracia liberal burguesa con su ciudadana individualista. Yo mantengo muchos contactos en Europa, engeneral con asociaciones que trabajan con extranjeros, como los turcos y griegos en Alemania, los obreros marginados, los parados.Nosotros reflexionamos con ellos, comienzan a analizar las causasde la opresin y buscan la forma de evitarla. Queremos que nazcauna democracia participativa basada en esta fuerza social que semanifiesta en mil movimientos, entre ellos, las comunidades de base.Estas comunidades tienen una raz religiosa pero sus frutos no sonslo religiosos sino tambin crticos: educan a las personas para laparticipacin, para la utilizacin de la palabra, para la gestin autocrtica, lo cual es fundamental. En una comunidad de base hay unmomento en el que cada uno debe hacer su examen de concienciaen pblico, decir los errores que ha cometido. Si no lo hace as,alguien le dir: T, la semana pasada, estuviste con la mujer de tuvecino. S e lo dirn a la cara.

    Este tipo de autocrtica pblica forma parte del proceso deliberacin?

    Sin duda La puesta en comn es total.Este procedimiento, sin embargo, trae m alos recuerdos. Los

    campos de reeducacin, por ejemplo...No,no. Esto es el juego comunitario. La comunidad enteraparticipa Todos pueden justificarse; lo importante es que aqu hayque ser autntico...

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    36 LEONARDO BOFFPara elaborar su teologa, parte usted del punto de vista de

    los pobres y de la experiencia de las com unidades de base...S, la pobreza de la mayora de nuestro pueblo ha removido,ha provocado el sentido cristiano del amor. Nosotros hemos intentado responder a este desafo y de este modo ha nacido una nuevaexperiencia espiritual. Como la mayora de las ciencias, la teologa

    de la liberacin es, a la vez, el resultado de una gran intuicin y deuna nueva experiencia de la realidad. Nuestro discurso no es unarealidad primera, es un resultado, el resultado de la experiencia dela liberacin, que es mucho ms rico que la teologa de la liberacinpor s sola. Para ser vlida, nuestra teologa debe reflejar el acto deliberacin y enriquecer el proceso de liberacin. De no ser as, lateologa separa e incluso opone la teora y la prctica, degenera enideologa y se aliena. H ablar de los pobres no es slo abordar untema como cualquier otro en la agenda de los telogos Se trata deadoptar un punto de vista y un horizonte desde los que se interpretan los dems temas. El pobre es una cuestin social y epistemolgica. Cmo hablar de Dios desde la vida en las favelas sino comode un Dios de la vida? Cmo hablar de Jesucristo a partir de lamirada de los indios del altiplano peruano sino como de un Jesucristo liberador? Cmo pensar en la Iglesia partiendo de la experiencia de las mujeres, siempre vctimas de la discriminacin en unacultura masculina, y del celibato sino como en una Iglesia que sedesea liberadora?

    La pobreza existe desde la noche de los tiempos...S, pero nosotros tenemos que confrontar siempre tres visiones de la pobreza: la visin tradicional, la visin moderna y la de lateologa de la liberacin.Segn la visin tradicional, el pobre es aquel que no tiene, queno posee nada. Debe ser ayudado por los que tienen, por los ricos.As nacieron las obras de ayuda a los pobres, en el marco de la Iglesia desde su origen y en el marco del Estado. En consecuencia, se

    LEONARDO BOFF 37ha creado una poltica paternalista de asistencia, una forma de beneficencia que no es participativa. El pobre no cuenta para nada puesto que es contemplado a travs de los ojos del rico. Sigue siendodependiente.Segn la visin moderna, la pobreza es, en primer lugar, un problema social. El pobre representa un potencial pero es un potencialque no ha sido utilizado, que est subdesarrollado. Por esta razn,hay que desarrollarlo por medio de la escuela, a travs de la profe-sionalizacin, integrndolo en el proceso productivo. El papel delEstado es crear empleos para estos pobres sociales.La visin tradicional reconoce al pobre pero niega la dimensincolectiva de la pobreza. La visin moderna ve el aspecto colectivopero no la dimensin del conflicto. En realidad, el pobre es el resultado de mecanismos polticos y econmicos que privilegian al capital en relacin con el trabajo. Esta relacin desigual provoca el conflicto social. El pobre es la vctima del conflicto. Para integrarlo enel proceso prod uctivo, hay que llevar a cabo una crtica de la sociedad que produce y reproduce sin cesar las injusticias y las desigualdades.El tercer punto de vista es el que comparte la teologa de laliberacin. En l se reconoce el potencial de los pobres no para integrarlos en la fuerza de trabajo del sistema vigente sino para transformar el propio sistema. Los pobres, una yez concienciados, organizados por ellos mismos y unidos a sus aliados, pueden transformarla sociedad para hacerla ms igualitaria y ms participativa. En talsentido, esta perspectiva es liberadora.Los pobres nos ayudan a comprender la perspectiva central dela tradicin judeocristiana, que presenta una ntima conexin entrelos tres elementos, Dios-Ios pobres-la liberacin. Dios es un Dios-misterio que habita en una luz inaccesible, pero es un Dios tico queescucha el grito de los oprim idos, en Egipto o en cualquier otra circunstancia. Toma partido con tra el faran y contra los opresores dela Historia en favor de los que sufren y claman por la vida.

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    38 LEONARDO BOFFPero la pobreza vara de un pas a otro...Por supuesto Cuando hablamos de pobres, estamos considerando una realidad colectiva y compleja, la de los grupos marginados por su raza, su sexo o su enfermedad, la de las clases enterasoprimidas incluso culturas como las de nuestros indgenas, desestructuradas y despreciadas. Tantas realidades conflictivas e injustas,

    tantos gritos de protesta y tantas exigencias de transformacin histrica.En efecto, la liberacin depende del grado de opresin qu e afecta a los que la padecen. En frica, la opresin es cultural, tras ladesestructuracin operada por las culturas blancas co lonizadoras.Ah, la teologa de la liberacin debe revalorizar la cultura negra.En A mrica Latina, la opresin es de orden econ mico, poltico ycultural. Se manifiesta en el empobrecimiento de grandes masas depoblacin. En Europa, la opresin es ms personal. Produce so ledad, desesperanza, falta del sentido de la vida. Al mismo tiempo yen esos mismos lugares, se encuentran poblaciones opulentas queviven del disfrute, casi de la lujuria, de los bienes que producen yacumulan gracias a la explotacin del Tercer Mundo. Para cada unade estas opresiones, existen liberaciones diferentes. Lo importantees articular estas liberaciones para que no entren en conflicto unascon otras. Contra la opresin, hay que oponer la accin unida detodos los oprimidos y la de aquellos que asumen su destino en laidea de engendrar una sociedad nueva. Su reflexin parte, por tanto, de la suerte de aquellos a losque habitualmente llamamos los vencidos de la Historia...Mi antropologa parte, fundamentalmente, del hombre negado ,humillado, oprimido. Este no-Hombre tiene que ser liberado,tiene que transformarse en el Hombre nuevo de la revelacinbblica. Se trata de una antropologa proftica qu e revela al Hom brevencedor de las teologas y de los sistemas dominantes, el hombre trascendente. Es un cambio radical del punto de vista, parto de

    LEONARDO BOFF 39lo ms bajo de la escala social, no de lo alto. La teologa de la liberacin naci de una profunda espiritualidad, del reencuentro de loscristianos con el Seor en los medios pobres. Ha permitido elaboraruna espiritualidad del com prom iso, de la fidelidad a la causa delpueblo, de la fidelidad al Evangelio ligado alajusticia . Esta espiritualidad constituye una fuerza en medio de los conflictos y esta fuerza es quiz una de las contribuciones ms ricas que la teologa ofrece a la Iglesia universal. En mi opinin, la teologa de la liberacinconstituye hoy en da la corriente ms fuerte y ms viva de la Iglesia. Ha logrado implicar a la sociedad mundial, a las religiones y alas otras Iglesias cristianas. Sus temas y su vocabulario han sido asumidos por la propia Iglesia universal y por su magisterio. Pero loms importante es que la teologa de la liberacin ha sido experimentada y vivida por los oprimidos que tienen fe y hacen de ella elpunto de referencia de sus prcticas liberadoras. Si nosotros noadquirimos este compromiso en favor de los dbiles y de las vctimas,nuestra identidad cristiana no sirve para nada. Si nuestra identidad cristiana es puramente formal, si mantiene las manos limpiaspor temor a inmiscuirse en el fango de la Historia, es indigna deJesucristo que tom partido por los pobres y no tuvo m iedo de serperseguido, maldecido y ejecutado en la cruz.

    La teologa de la liberacin se ha inspirado a menudo en elSermn de la montaa. Creeusted que es posible organizar lavida en sociedad sobre esta base de las Bienaventuranzas?

    A lgunos piensan que las exigencias del Sermn de la montaa demuestran que es imposible para el hombre hacer el bien.Estas exigencias conduciran al hombre desesperado y convencidode su pecado a Cristo, el nico que ha cumplido todos los requisitos y nos ha redimido. Otros, en cambio, creen que el Sermn predica en el fondo una moral de buenas intenciones. Dios no miratanto lo que hacemos sino cmo lo hacemos, con inters, obediencia y de buena fe. Por ltimo, hay quienes opinan que las exigencias

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    4 LEONARDO BOFFde Jess deben ser interpretadas en su contexto histrico. Jess predica la llegada prxima del Reino de Dios: el tiempo apremia, elplazo es urgente. Es el mom ento de la opcin final, la hora veinticinco. En este espacio de tiempo anterior al advenimiento de unorden nuevo, debemos arriesgar todo y prepararnos. Como las leyesde excepcin, se trata de una moral transitoria, del tiempo de transicin antes de la catstrofe final, cuando por fin el cielo apareceren la tierra.Las tres interpretaciones contienen elementos positivos peropasan por alto lo esencial, porque parten de que el Sermn es unaforma de ley. Ahora bien, Cristo no vino para predicar una ley radical y severa, ni un farisesmo perfeccionado. Predic el Evangelio.Lo que significa una buena nueva: no es la ley la que salva sino elamor. La ley apenas po see una funcin humana de orden, difcilmente puede crear posibilidades de armona y de comprensin entrelos hombres. El amor que salva rebasa todas las leyes y lleva alabsurdo a todas las leyes. El amor exigido por Cristo sobrepasa conmucho la justicia.

    No b asta, a suparecer la justicia?L a justicia en un sentido clsico es dar a cada uno lo que essuyo. Lo suyo de cada uno supone, evidentemente, un sistemasocial preestablecido. En una sociedad esclavista, dar a cada uno loque es suyo consiste en dar lo suyo al esclavo y al am o; en unasociedad burguesa, al patrn y al obrero; en el sistema neocapitalis-ta, dar al magnate lo que le corresponde y tambin al proletario. Conel Sermn de la montaa, Cristo introduce una ruptura, sale deeste estancamiento. No predica una justicia que legitime elstatu quobasado en una discriminacin entre los hombres. A nuncia una igualdad fundamental: todos los hombres son dignos de amor.Ya no sern el Estado con su paternalismo, ni las Iglesias consus obras asistenciales, ni la misericordia emocional de ciertos sectores de las clases opulentas los que resolvern los problemas de los

    LEONARDO BOFF 41pobres. Sern los propios pobres. Slo el pobre puede liberarse yliberar a otro pobre. Lo que hace la pobreza inhumana, no es solamente la ausencia de bienes sino, sobre todo, la imagen negativa quelos pobres tienen de s mismos, una imagen producida por las clases dominantes y que el pobre acaba por aceptar. El pobre terminapor considerarse un ser despreciable.

    Cmove usted hoy, con la perspectiva de uno s veinte aos,los primeros pasos de la teologa de la liberacin?

    En sus comienzos fue muy iluminista, muy racional. Nosotros desebamos de verdad crear una conciencia poltica crtica,desenmascarar los m ecanismos ideolgicos del orden establecido.Eramos implacables, iconoclastas. Criticbamos el simbolismopopular y todas las tradiciones como formas de alienacin. Eso fueun gran error Le pongo un ejemplo: para la Iglesia, el bautismosalva del infierno y sana los pecad os. Sin embargo , en la religinpopular, la gente entiende el pecado en sentido fsico. Si un nio estenfermo, sanar con el bau tismo. Si no sana, se le bautiza por segunda vez, por tercera... hasta que sane Cuntas veces he tenido quebautizar a un nio por segunda vez a peticin de los padres Con unanegativa, me arriesgaba a sorprender y herir gravemente a lospadres. Tomaban el simbolismo en un sentido literal, no metafsico.No siempre supimos com prender esto.Despus del Concilio, el sacerdote se vio en el deber de dejar suposicin elitista y mezclarse con el pueblo. Todo se hizo bajo elsigno de la secularizacin. El sacerdote dej casi todos los smbolos sagrados que llevaba: la sotana, el claustro... Su casa se abri ala gente. Sin embargo, hoy en da hay que preguntarse si el sacerdote no fue demasiado lejos en este sentido, puesto que existen estudios que prueban que el pueblo no est tan secularizado como sedice.El sacerdote se ha desvestido y ha desvestido a la Iglesia, hahecho que el pu eblo tome con ciencia y ha destruido en parte la religiosidad popular. El pueblo se ha retractado pero no se ha conven-

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    42 LEONARDO BOFFcido. Se ha sentido herido. Afortunadamente, en la actualidad secomienza a valorar de nuevo estos smbolos. Queremos conocermejor las tradiciones ancestrales, tan numerosas y tan ricas, y todoese cristianismo popular con sus fiestas, sus sanadores, los devotosque van de casa en casa, y la literatura de cordel, esos pequeoslibros de poesa que los trovadores recitan de pueblo en pueblo porel interior del pas, puesto que ha sido todo eso lo que ha mantenido durante siglos la fe de los fieles abandonados por la Iglesia institucional.

    Cmo reaccion elVaticanoante el rapidsimo desarrollode las comunidades de base?

    Roma trat de imponer en todas las dicesis que las comunidades de base se agruparan bajo la autoridad de las parroquias. Deeste modo, las comunidades de base perderan su autonoma. Ya noseran el germen de una Iglesia nueva, sino simples instrumentos deevangelizacin de los pobres. Como la pastoral de las familias parala clase media y el Opus Dei para los ricos As se conservara el ejeclerical. El cardenal de Ro, por tanto, oblig a todas las com unidades a someterse a las parroquias. Pero esta medida no tuvo muchoimpacto porque la parroquia no suele llegar hasta los poblados cha-bolistas y los perifricos do nde las comunidades ejercen una enormefuncin social. Actualmente, tenemos dos tipos de comunidades:unas son parroquiales, otras son ms autnomas, ms libres.

    La Iglesia de la liberacin est sometida a una presin enormepor parte del Vaticano que quiere encarrilar nuestra teologaponiendo el acento en la liberacin espiritual, la liberacin del pecado .Esta subjetividad del cristianismo es, en sum a, una forma de pri-vatizarlo. Pero el pecado, para no sotros, es el hambre, la miseria, laexplotacin econmica. El Vaticano rechaza que el pobre sea el sujeto de su propia liberacin y esto constituye, precisam ente, el elemento central de la teologa de la liberacin. En sus documentosms recientes, Roma no hace referencia alguna a la dignidad del

    LEONARDO BOFF 43pobre, a su papel de actor en la Historia Para ayudar al pobre, laIglesia se alia con los poderosos, con aquellos que tienen qu dar alos que slo pueden recibir. Es una Iglesia paternalista que no resuelve nada. La liberacin de los pobres no es fcilmente admisible porla teologa tradicional ni por la teologa moderna. No ha sido verdaderamente aceptada por el pensamiento universitario ni por lassociedades industrializadas. La teologa de la liberacin defiende ellugar del pobre como un espacio original, propio y fecundo paracomprender mejor el mundo , la sociedad, el desarrollo p osible, elfuturo de la humanidad, la misin de la Iglesia y la naturaleza de lodivino.

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    3La insurreccin de Jess

    Jesucristo Liberador,su primer libro, de ttulo hermoso y provocador tuvo una gran resonancia en la opinin pblica. Por qucomenz su itinerario teolgico partiendo delafigura de Cristo?

    Mi inters por las actitudes y los comportamientos del Jesshistrico parte de un presup uesto: en l se revela lo que hay de divino en el hombre y lo que hay de humano en Dios. Jess nos enseael camino de una total entrega a Dios y a los otros, un amor sin lmites,un espritu crtico frente a la situacin social y religiosa. No slorepresenta la encarnacin de la voluntad pura y simple de Dios, tambin propone una cultura de la fantasa creativa que, en nombre dela libertad de los hijos de Dios, pone en tela de juicio las estructuras sociales. Todo ello debe aparecer y expresarse igualmente entresus fieles. Qu sentido podemos dar a la vida de Jess?Jess era alguien vaco de s mismo. Por esa razn, poda llenarse completamente de los dems. Les acoga y les escuchaba tal

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    46 LEONARDO BOFFcomo llegaban hasta l, fueran mujeres o nios, recaudadores deimpuestos o pecadores, piadosos o fariseos, prostituta o telogo, tresantiguos guerrilleros...

    Antiguos guerrilleros ?S,probablemente tres: Santiago, Simn y Judas Iscariote, que

    se convirtieron inmediatamente en sus discpulos. Jess es un hombre que se comprende a partir de los dems. Su ser estaba en funcin de los otros, sobre todo del Gran Otro, Dios, con el cual exista una relacin de extrema intimidad. Jess era el hombre porexcelencia, elEcce Homo Su humanidad radical no fue conquistada por medio de una afirmacin autocrtica, sino por la comunicacin con los otros, hasta el punto de identificarse con los otros ycon Dios. Esta forma de ser para los dems nos muestra cul esel verdadero modo de ser y existir para el hombre. Si lo interpretamos como una apertura total y como un n udo de relaciones en todoslos sentidos, el hombre no adquiere su verdadero significado msque en su relacin con el mundo, con los otros y con D ios. Su manera real de vivir es la de vivir en relacin.El hombre que surge de Jess es divino. Debido a ello, la experiencia cristiana de Dios y del hombre es diferente a la trayectoriadel judaismo y del paganismo. La Iglesia primitiva ha descubiertoen un hombre a Dios. Y es en Dios donde nosotros hemos aprendido lo que realmente es y ser el hombre. Por esta causa, mirando aJesucristo, podemos decir con razn que el misterio del hombreevoca el misterio de D ios. Tambin es cierto que la aproximacin almisterio de Dios evoca el misterio del hombre. No podemos hablardel hombre sin hablar de Dios y no podemos hablar de Dios sinhablar del hombre.La figura de Jess es la de un hombre libre, sin prejuicios, consus ojos abiertos a lo esencial, que se entrega a los dems, en especial a los ms abandonados fsica y moralmente. Nos demuestra contodo ello que el orden establecido no puede con ducir a la alienacin

    LEONARDO BOFF 47fundamental del hombre. Este mundo, tal como est, no tiene sitiopara el Reino de Dios (1 Co 1, 15-30). Tiene que experimentar unareestructuracin desde sus cimientos. Lo que salva es el amor, laaceptacin sin lmites del otro y la total apertura a Dios.

    Qu puede ensearnos, qu puede decirnos hoy el hombreJess?

    Por sus actitudes, Jess encarna el Reino y el amor del Padre.Si l se acerca a aquellos que todos evitan, los pobres, los pecadores, los impdicos, los alcohlicos, los leprosos, las prostitutas, enuna palabra, a los marginados social y religiosamente, no es por simple espritu hum anitario sino porque Jess traduce h istricamente elamor del Padre hacia estos pobres seres peca dores. No estn definitivamente perdidos. D ios puede liberarlos. La prctica de Jess tieneun carcter eminentemente sociopoltico y afecta a la estructura dela sociedad y de la religin de la poca. Cristo no se presenta comoun reformista asctico a la manera de los esenios, tampoco comorespetuoso de la tradicin como los fariseos, sino como un liberador proftico.Acta en un plano religioso. En su poca, la religin constituauno de los pilares fundamentales del poder poltico. Por tanto, todaintervencin religiosa tena consecuencias polticas. Jess guardaba las distancias con respecto a las leyes. Si ayudan al hombre, siaumentan o hacen posible el amor, las acepta. Si, por el contrario,legitiman la esclavitud, las rechaza y exige su supresin. Lo quesalva no es la ley sino el amor: as se resume el pensamiento ticode Jess. Sin embargo, al liberar de las leyes al hombre, Cristo nolo lanza al libertinaje o a la irresponsabilidad. Al contrario, crealazos y relaciones m s fuertes que las leyes, pues el amor debe unira todos los hombres entre ellos.Su accin social es liberadora. La sociedad de su poca estabamuy estratificada: entre los parientes y los no parientes, los puros ylos impuros,losjudos y los extranjeros, los hombres y las mujeres,

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    48 LEONARDO BOFFlos sabios fieles a las leyes y el pueblo ignorante, los hombres conprofesiones de mala reputacin, los enfermos considerados comopecadores. Jess se solidariza con todos ellos y eso le lleva a ser tratado de juerguista, glotn, bebedor, amigo de los recaudadores deimpuestos y de los sinvergenzas. Sus despiadados ataques dirigidos a los telogos, a los fariseos o a los esenios revisten extremadaimportancia social. La justicia o cupa el lugar primordial de su mensaje. Cristo declara bienaventurados a los pobres no porque considere la pobreza como una virtud, cuando no es ms que el fruto deuna relacin injusta entre los hombres. Al contrario, provoca la intervencin del rey, cuya primera funcin es hacer justicia a los pobresy defender los derechos del dbil. Del mismo modo, rechaza lariqueza que ve dialcticamente como la consecuencia de la explotacin de los pobres. Por todo e sto, simplemente la califica de injusta (Le 16, 4). El ideal de Jess no es una sociedad de la opulencia niuna sociedad de la pobreza sino una sociedad de la justicia y la fraternidad.

    Hablar as de Jess liberador no es confundirlafe en Jessy su propia crtica social?L a fe siempre ha tratado de entender en qu aspectos Jess esel verdadero Dios y en cules el verdadero homb re. La fe que intenta comprender se llama teologa. sta ni quiere ni debe poner enduda o probar la fe. Al contrario, busca ayudar y aclarar esta fe. Procura ser una forma de fe crtica, racional, cientfica (en la medida delo posible). Analiza la vida de la fe para descubrir en ella la racionalidad y la lgica de los dones divinos y, por tanto, ser capaces deamar a Dios con una fuerza ms intensa y humana. La fe, pues, nose logra con la razn. Sin embargo, para ser verdadera, debe intentar comprender, no para abolir el misterio sino para entender sus verdaderas dimensiones. Nadie tiene el derecho de eliminar la capacidad humana de hacerse preguntas y de indagar, especialmente en elterreno religioso donde avistamos, deslumhrados, el misterio ab-

    LEONARDO BOFF 49soluto de Dios. Dios jams podr ser reducido a una definicin, niaprisionado en un sistema de comprensin.

    Puedeentoncese lcristianismotraducir latotalidaddel mensaje divino?

    El cristianismo no es la cosmologa ms perfecta, ni la religin ms sublime, ni una ideologa. El cristianismo es la experiencia concreta de que Jess de Nazaret vivi.

    Como toda religin, el cristianismo no siempre ha sido liberador en la historia...

    La religin puede usar y abusar de su poder para, en el nombre de Dios, maniatar al hombre. Pero Dios, por el contrario, noquiere atar sino liberar. Por esta razn, si Jess viene en nombre deDios a anunciar la liberacin total, ser considerado por el sistemacomo un blasfemo (Me 2, 7), un loco fuera de s (Me 3, 24), unimpostor (Mt 27, 63), un poseso (Me 3, 22; Jn 7, 20), un hereje(Jn 8, 48). Cuando abusa de su poder, la religin puede reducir alhombre a la esclavitud, pero cuando es verdadera, autntica, puedeliberarlo, es decir, ampliar el mbito de su vida y de su libertad. Lareligin puede darle al hombre lo mejor y lo peor. Cuando el profeta predica su mensaje, debe tener en cuenta la violencia del ordenestablecido. Con Cristo, todo se tambalea. Con l, el viejo mundose acaba y aparece otro en el que los hom bres tienen la oportunidadde ser juzgados no por los convencionalismos morales, religiosos yculturales sino por el sentido comn, el amor y la total apertura aDios y a los dems. La conducta de Jess ante las leyes sagradas yla tradicin no es reformista; es liberadora.

    El mensaje de Cristo, entonces, es siempre crtico frente alas instituciones?

    Por supu esto Pero todo anlisis del mensaje de Cristo efectuado a lo largo de la Historia est impregnado de las influencias de

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    5 LEONARDO BOFFla cultura de la poca. Tal proceso puede incluso degenerar en ideologa e invertir el contenido del mensaje d e Cristo extrayendo de ljustificaciones para el poder del momento. As es como papas yreyes han utilizado el ttulo de Cristo-Emperador-Rey para justificar su propio poder, no siempre ejercido en el sentido querido porCristo, sino incluso contra ese sentido.Ninguna realidad histrica concreta puede agotar la riqueza deCristo. Ms an, ningn ttulo conferido a Cristo puede considerarse absoluto. El Reino de Dios no puede ser privatizado, ni identificado,pura y simplemente, con la Iglesia o con un rgimen de cristiandad, como fue el caso de Brasil y de Portugal. El mensaje deCristo no puede ser reducido a una ideologa que legitima y consagra una situacin existente. Lo contrario tambin es cierto: mientrasque las clases dominantes interpretaban un Cristo a su medida, lasclases dolientes y oprimidas, por su parte, lo interpretaban como elanuncio del Reino, como una revolucin social.

    As naci Jesucristo Liberador...S. La liberacin se halla en correlacin con la dominacin.Venerar y anunciar a Jesucristo Liberador implica pensar y vivir la fede Cristo a partir de un contexto socio-histrico de dominacin y o presin. Es una fe que pone de manifiesto los temas que conducen a unatransformacin estructural de una situacin histrica. Esta fe elaboraanalticamente una cristologa centrada en el tema de la liberacin.Semejante cristologa conlleva un cierto compromiso poltico y socialy afronta la ruptura de una situacin de opresin. Como JesucristoLiberador, aspira a la liberacin econm ica, social y poltica de losgrupos oprimidos y dom inados. Crea un estilo que pone en evidencialas dimensiones liberadoras del camino histrico de Jess.El contexto de dependencia y opresin en todos los niveles dela vida provoca, suscita su cara opuesta la liberacin que permite a la cristologa de Amrica Latina pensar y amar a Jesucristocomo liberador.

    LEONARDO BOFF 51En Amrica Latina, efectivamente, los mecanismos de dominacin son ms evidentes que en otros lugares. Saltan a la vista. Poresta razn ha sido ms fcil cuestionar la teologa y buscar nuevosapoyos para el proyecto liberador. En Europa, los m ecanismos estnpresentes pues ah se encuentran los centros de decisin sobrenuestra situacin econmica, poltica y cultural pero son ms sutiles y refinados. D e todas formas, la teologa puede llegar a una posicin social y teolgica liberadora afinando sus instrumentos de anlisis y manteniendo una distancia crtica ms profunda. En Am ricaLatina, soamos siempre nos est permitido soar con el da enque laintelligentsia privilegiada de la teologa europea tome conciencia de la importancia del proceso de liberacin para sus Iglesiasy para su sociedad, ya que su posicin central ayudara a los hermanos de nuestro continente en su lucha. La teologa de la liberacin y Jesucristo Liberador representan el grito doloroso de los cristianos oprimidos, que llaman a la puerta de los hermanos ricos y

    piden, tan slo, ser tratados como personas, como seres humanos...A causa de nuestras preocupaciones, forjadas en el contextosuramericano, hemos reledo los viejos textos del Nuevo Testamento y los escritos recientemente aparecidos en Europa. Nuestro cieloposee otros signos del Zodiaco con los cuales nos orientamos ennuestra aventura de la vida y de la fe. Por lo tanto, su visin de Cristo es diferente de la visin

    europea...En la reflexin teolgica latinoamericana, reina un escepticismo eclesiolgico muy marcado. La Iglesia ha producido aqumodelos y estructuras importadas de Europa. Ha habido poco margen para la creatividad de una fe que, vivida y experimentada ennuestro medio, habra podido expresarse naturalmente y con mslibertad en el seno de sus propias estructuras. La interpretacin do gmtica del derecho cannico ha cortado de raz los intentos de crearuna nueva encarnacin de la Iglesia fuera de los marcos tradiciona-

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    52 LEONARDO BOFFles heredados de la comprensin grecolatina del mundo. Sin embargo ,la disminucin de la poblacin europea hace que el futuro de laIglesia dependa inevitablemente de Amrica Latina. Ser nuestravisin antropolgica de un hombre nuevo la que renovar y revita-lizar la reflexin cristiana.

    Cules entonces la funcin de la Iglesia en este contexto ?El mayor problema de las sociedades suramericanas es queinmensos sectores de la poblacin viven al margen de ellas. La cuestin no puede plantearse exclusivamente en trminos de conversinpersonal. Existen males estructurales que trascienden a los individuos.Se quiera o no, la Iglesia est inmersa en este contexto que lasobrepasa. Tiene que participar de forma crtica en el despegue global del proceso de liberacin que est atravesando la sociedad latinoamericana. Como Jess, tiene que prestar especial atencin a losque no tienen nombre ni voz. Debe acentuar las dimensiones seculares y liberadoras del mensaje de Cristo. Debe poner de manifiesto el futuro que Jess promete para este mundo en el que crece, entreel trigo y el maz, el Reino futuro. Un Reino que no vendr slo paraalgunos privilegiados sino para todos. Cmodebemos entender este Reino de Dios ?El Reino de Dios que anuncia Cristo no es la liberacin deeste u otro mal, de la opresin poltica de los romanos, de las difi

    cultades econmicas del pueblo o simplemente del pecado. El R einode Dios no puede ser circunscrito a tal o cual aspecto: afecta a todo,al mundo , al hombre y a la sociedad; la totalidad de la realidad debeser transformada por Dios. De ah la frase de Cristo: El Reino deDios viene sin dejarse sentir. Y no dirn: "Vedlo aqu o all", porque el Reino de D ios ya est entre vosotros (Le 17, 21). Esta expresin difcil el Reino de Dios est entre vosotros significa, segnla ms reciente exgesis: El nuevo orden introducido por D ios esta vuestra disposicin. No preguntis cundo llegar el futuro. No

    LEONARDO BOFF 53corris aqu o all, como si el Reino de Dios estuviera vinculado aalgn lugar. Antes de nada, decidios y comprometeos con l. Diosquiere ser vuestro Seor. Abrios a su voluntad. Dios os espera hoy.Preparaos y esperad el ltimo ofrecimiento de Dios. El Reino deDios implica una dinmica, anuncia un acontecimiento y expresauna intencin de Dios que est comenzada pero no terminada. Elteln de fondo de la idea del Reino de D ios es la comprensin esca-tolgica y apocalptica segn la cual este mundo , tal como est, contradice el diseo de Dios. Pero Dios, finalmente, ha decidido intervenir e inaugurar definitivamente su reinado. El Reino de Dios espues el signo semn tico que traduce esta espera (Le 3, 15) y se presenta como la realizacin de la utopa de liberacin total.

    Pero se puede hablar realmente de esta utopa liberadora?Nosotros podemos predicar el Reino de Dios de mltiples

    maneras. Lo podemos anunciar como otro mundo que Dios nos prepara y que viene despus de la vida. Lo podemos predicar como laIglesia, representante y continuadora de la vida de Jess con suculto,sus dogm as, sus instituciones, sus sacramentos. Estas dos formas,amijuicio, ponen entre parntesis el compromiso con la construccin de un mundomsjusto y alienan a los cristianos frente a laopresin de millones de nuestros hermanos. Pero tambin podemospredicar el reino de Dios como una utopa de un mundo reconciliado en plenitud que se anticipa y comienza ya en la Historia para loshombres de buena voluntad. Creemos que esta ltima interpretacintraduce tanto en el nivel histrico com o en el teolgico la intencinde Jess.Al contrario de lo que piensan muchos cristianos, el Reino deDios no significa algo pu ramente esp iritual o algo situado fuera delmundo. Se trata de la totalidad de este mundo material, espiritual yhumano introducida desde ahora en el orden de Dios. Creer en elReino de Dios es creer en un sentido final y feliz de la Historia. Esafirmar que la utopa es ms real que los hechos. El hombre verda-

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    54 LEONARDO BOFFdero no ha nacido todava . Es t formndose en la enorme placentadel proceso histrico que converge en Dios.

    S todo forma parte del orden divino, cmo ex plicar e l sufrimiento, la muerte, la violencia?

    Es uno de los mis ter ios de la exis tencia . D ios no expl ica e lporqu del sufrimiento. Sufre. Dios no resp onde al porqu del dolor.Se hace hombre con todos sus sufrimientos. Dios no responde a lahumillacin. Se humilla. Para la Biblia, el pobre es el indigente, eldoblega do, e l dbi l , e l miserable . Es ta s i tuacin se presenta com oun mal que ofende a Dios . El hombre ha s ido hecho seor y noesclavo de la t ierra. Ha sido creado a imagen de Dios. Ofendiendoesta imagen, se ofende a su autor, Dios. Las lgrimas de los pobresson las lgrimas ms dolorosas porque representan la negacin dela dignidad de su lucha y de sus pequeas victorias, que tanta sangre y tanto sudor les cuestan. Ellos no sienten el mal de una formavaga o abstracta, como la gracia o el bien. El mal tiene un rostro biendef inido, aunqu e emplee m scaras o subterfugios . Toma cuerpo ensituaciones concretas favorables o desfavorables.

    La muer te , por o t ra par te , se ins ta la en e l corazn de la v ida .Morimos sin cesar, gastando nuestras energas vitales en cada minuto has ta mor i r completamente . Morimos no porque a lguien puedamatarnos sino porque la muerte anida en la propia estructura de lavida. La muerte es el fin de la vida, pero tambin pued e ser interpretada como su objetivo ltimo, la plenitud deseada y el punto deun verdadero nacimiento. En la muerte, el hombre renace.

    Si todo est contenido en el proyecto de Dios, po r qu loshombres tienen que luchar tanto y afrontar tantas dificultades paraliberarse?

    A m enudo, e l ser huma no es t a l ienado y no ve la presenciade Dios.

    LEONARDO BOFF 55 Cree usted en el diablo? Esa es una buena pregun ta teolgica (Risas.) Para m, el diablo representa la cr is ta l izacin m xima de la negat iva hum ana. Elser humano es capaz de rechazar, de decir no. Uno de los misteriosms profundos de la condicin humana, tratado por la fi losofa y lateologa, es saber por qu el hombre no llega a la verdad, no consi

    gue decir la verdad al otro. No se trata simplemente de una cuestinindividual , s ino comuni tar ia y global . No concierne a l des t ino decada persona s ino a la colect iv idad human a, a la humanidad tomada como un todo, portadora de racionalidad, de inteligencia, de tica,de sentido de la responsab ilidad. Por tod o ello, y no contra ello, hayque dar gracias a Dios y a Jess . Tampoco Jess saba todo y , aveces,se irri taba; tuvo mied o de la mue rte, no quera m orir, grit enla cruz. Todo esto pertenece a la human idad, todo pertene ce a la historia de Dios. La pasin de Cristo es tambin la pasin de Dios. Lapasin del mundo forma parte del misterio de las cosas. Es entonces, precisamente, cuando las religiones entran en escena para decirque el fin de todo ello es luminoso y no trgico. El proceso es trgico, pero tambin es creador de significado. El paradigma de estedevenir es la resurreccin que celebra el trmino de los problemashumanos . Seg n su opinin, la Historia avanza por un camino de edu

    cacin, de progreso...S, un camino durante el cual la humanidad aprende, un camino que es revelador de Dios. Se aprende lo que es la misericordia,la paciencia, la humildad, el amor por los ms dbiles. Veo a Cristoen la huella de Teilhard de Ch ardin, en la l nea de la tradicin franciscana, ms prxima al misterio de la Creacin que al misterio dela Redencin. Cristo no vino al mundo a causa del pecado que habaque redimir, vino para disfrutar con el universo. El universo debaser completado, enr iquecido. D ios ama apas ionadamente e l mundo .Vino a l mun do porq ue quiso asociar es ta creacin a su natura leza

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    56 LEONARDO BOFFdivina, quiso ser acompaado por los hombres y las mujeres en suamor. Se produjo un accidente en el trayecto; entonces se introdujola cuestin de la Redencin. Pero este aspecto no es fundamental.Lo esencial es la alegra, el lado brillante de la vida, como en el Carnaval. Todo ser humano nace para brillar no para sufrir, ni para sersalvado o perdonado. Cristo no vino para salvar. Eso es una historia inventada por la teologa. Vino a vivir con la gente, a sufrir y agozar con los seres humanos. Se le trat de bebedor, de glotn, legustaba la fiesta, era amigo de las malas compaas, de las prostitutas. Ese era el mundo de Cristo. Somos nosotros, en cambio, losque hemos inventado el ascetismo, la austeridad,lajerarqua. Jessno tena nada de eso. l se encuentra con una prostituta y ella poneen escena todo un ritual amoroso: le lava los pies, se los frota conaceites y los seca con sus cabellos. Es el ritual judo de la sexualidad refinada Y ella hace todo esto en pblico y provoca con ello unescndalo. La gente se preguntaba: Quin es se? Jess tena esalibertad. Nosotros somos pdicos, sin erotismo, en el fondo, sinamor. La Redencin supone vivir esta libertad, esta humanidad, estaalegra de ser. El Dios ldico libera ms que el Dios crucificado, queest en la cruz transitoriamente. Quiere vivir su resurreccin, noquiere quedarse en la cruz No hay que olvidar que el milagro msgrande de Cristo fue transformar el agua en vino no el vino en agua

    A su juicio, cul fue la verdadera causa de su muerte? Porqu el proceso y lo que le sigui?

    La muerte fue provocada por las exigencias de la conversin.La buena nueva de D ios, que l difunda, su libertad frente a las tradiciones sagradas, su critica proftica frente a quienes detentaban elpoder poltico, econmico y religioso, originaron un conflicto quele condujo a una muerte violenta. La conversin postulada por Jessno es slo un cambio de convicciones, de teora, sino, sobre todo,un cambio de actitud, de prctica. No se trata slo de un cambio decorazn, de sentimientos, sino tambin de la vida concreta implica-

    LEONARDO BOFF 57da en una red activa de relaciones . La conversin, sin duda, es laproduccin de relaciones modificadas en todos los niveles, para concretar la libertad y an ticipar el Reino.Jess no busc su muerte. Le fue impuesta y l no la acept conresignacin sino como una forma de ex presar la libertad y la fidelidad a la causa de Dios y de los hombres. Aislado, rechazado y amenazado, no acept pactos con los privilegiados poderosos para garantizar su supervivencia. Acept libremente la muerte que le fueimpuesta por una circunstancia histrica.

    Cul es entonces el significado de la resurreccin?L a resurreccin es una insurreccin Una insurreccin contra este mundo y sus normas morales y religiosas que limitan y aprisionan la libertad. Lo que sucedi no fue la reanimacin de un cadver sino la transformacin radical de la realidad terrestre de Jess.Es entonces cuando se demuestra hasta qu punto el mensaje deJess era verdadero: la resurreccin es la realizacin de su anunciode liberacin total, en particular, de liberacin de la muerte. Hoysabemos que la vida y el sin sentido de la muerte tienen un sentidoque,con la resurreccin de Jess, aparece con toda su luz. La resurreccin significa la introduccin del hombre cuerpo-alma en elReino de Dios. Es la realizacin de todas las capacidades que Diosha colocado en la existencia human a. Para el cristiano, a partir de laresurreccin, ya no exis