Blood, Princess III

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    KatinaDuranArtigues

    Estaba tumbada en mi cama cuando me despert. Ya era de noche, y la luz tenue de una de las lamparitas

    estaba encendida.

    Alguien me haba puesto el pijama y mi pelo ya estaba completamente seco. Lo ltimo que recordaba erahaber abierto los ojos durante unos segundos en el asiento de atrs del coche de Will, con la cara apoyada enel hombro de alguien, y luego haberme quedado de nuevo dormida.

    -Te encuentras bien? - me pregunt Emil. Alc la cabeza y lo vi de pie, apoyado en una de las columnas deldosel.

    -Cuantas horas he estado durmiendo?

    -Casi siete. - me incorpor.

    -Creo que Dara le hizo una pregunta interesante a Theresa antes de que me desmayara.

    -Theresa no nos ha contado nada an. Esperaba a que te despertaras, ya que esto tambin te interesa a ti.Ellos estn abajo esperando, si te encuentras en condiciones, claro.

    -S, me encuentro en perfectas condiciones. - me levant; Emil me ayud.

    La nica luz que alumbraba era la del fuego de la chimenea, el resto del saln estaba completamente oscuro.Los chicos estaban all, sentados en silencio, mirando fijamente el fuego que les haca brillar los ojos.Theresa sali de la cocina y vino hacia nosotros con una taza en las manos. Yo me sent al lado de Tom.

    -Como te encuentras, Harmonie? - me pregunt Ther.

    -Dbil, pero bien.

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    -Ten, sabe bastante mal, pero te ayudar a recuperar las fuerzas ms rpido. Dara ya se la ha tomado y ahoraest como una rosa, verdad?

    Mir a Daragh mientras coga la taza, pero enseguida que ese fuerte y desagradable olor a comida endescomposicin penetr en mi narz mir el lquido color marrn verdoso que haba dentro de esta. Arrugula nariz y me tap la boca al sentir arcadas. Me apresur a alejar la taza de mi cara.

    -Sabe un poco mal, pero debes tomrtela si no quieres sentirte dbil durante das, y sobretodo para evitar quete suba de nuevo la fiebre.

    -Theresa, vas a contestarme a la pregunta que te he echo esta tarde?

    Ther vacil unos segundos antes de empezar a hablar, mirando fijamente las llamas de la chimenea con lacabeza agachada, y los cerr durante unas dcimas de segundos para respirar hondo.

    -Llam a nuestra puerta en plena noche, estaba apunto de dar a luz y nadie la haba visto nunca antes. Esoes lo que me contaron de mi madre. Era tan rubia que su larga melena ondulada pareca del mismo colorque su piel blanca, y tena unos grandes ojos del color de la luna, as fue como me la describieron. Nac enuna granja en Galway, un quince de Diciembre de mil setecientos noventa y ocho. Mi madre muri a las

    pocas horas de haber dado a luz. Sus ltimas palabras fueron Theresa Grinne Rinn, ese ser su nombre.Los Newell me criaron como si fuera una ms de sus cinco hijas, pero pronto descubr mi don, y entonces medi cuenta de que necesitaba viajar para encontrar respuestas y aprender. Solo tena catorce aos. Al cabo deunos dieciocho meses, en el condado de Dubln, o hablar de un tal Conleth Mave Rinn. Decan que era undemente que viva en una cabaa en las montaas. Fui en su busca y no tard mucho en dar con l. Han

    pasado muchsimos aos y todava recuerdo lo nerviosa que estaba antes de llamar a la puerta, y la cara desorpresa que puse cuando ese hombre con el pelo largo y despeinado que ola a alcohol me abri la puerta.Le dije que era su hija y l se limit a sonrer, sin mostrar ni una sola muestra de afecto. Luego me hizo pasary empez a hablarme del miedo que le daba la muerte, de la vida eterna y de las almas. Yo no saba que decirni que hacer. El interior era una cabaa fra y oscura, donde reinaba el desorden. Era imposible andar sin

    pisar algo. Cuando sal de all Conleth me dijo que volviera al da siguiente. Era la primera vez que mehablaba sin parecer que estaba hablando solo. Yo me alej corriendo y llorando, decepcionada con lo que mehaba encontrado, pero al da siguiente volv. Ese hombre me ense cosas, pero estaba tan inmerso en losuyo que muchas veces se olvidaba de mi, o desapareca durante semanas sin decirme nada. Cansada de serignorada por mi propio padre, que solo se preocupaba por l y por su inmortalidad, me march y segu conmi viaje. Ya haban pasado casi dos aos. Ni siquiera me retuvo cuando sal por la puerta. - Theresa se volvihacia nosotros con lgrimas en los ojos. - Siento haberme ido por las ramas, pero es la primera vez que lecuento esto a alguien, y necesitaba hacerlo. - William fue a levantarse, pero Theresa se volvi de nuevo haciala chimenea. - Lo que querais saber es por que mi sangre no es vlida para la pocin. Os lo explicar.Cuarenta aos antes de saber de vosotros, las creaciones de mi padre, (yo era una anciana de ciento quinceaos) tuve un accidente con la magia y la Theresa de pelo rubio y ojos azules, mi verdadero cuerpo, muri.Pero soy bruja, y hay algo que algunas de nosotras sabemos hacer. Mi alma abandon mi antiguo cuerpo y

    fue en busca de otro que hubiera muerto recientemente para habitarlo. Despus de casi un ao de bsquedami alma finalmente encontr un cuerpo compatible, uno que le serva, el de una hermosa joven pelirroja deojos color caf que acababa de perecer, y se aloj en l. Este fsico que veis es el de una chica llamadaGwendoline que muri enferma a los veintitrs aos. Su sangre no es sangre de Conleth, por eso no os sirve.

    Hubo un silencio largo despus de que Theresa nos contara todo aquello. Todos nos habamos quedado sinpalabras y con la boca abierta. Haba mucho que asimilar.

    -Cuando tu padre te maldijo hace cincuenta aos, saba que eras tu? - le pregunt Will. Ella neg con lacabeza.

    -Por suerte para vosotros, mi madre no fue la nica mujer que am a Conleth Mave.

    -Como supiste que Vanessa era una descendiente suya? - le pregunt Tom.

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    Dara se puso sobre mi para protegerme con su cuerpo, y no se apart hasta que todo pareci habersecalmado. Lo nico que me hizo sentir fue un leve escalofro, pero eso ahora era lo de menos. Theresa, queestaba en el suelo, y los dems se incorporaron, todos excepto yo. El susto me haba dejado completamente

    paralizada. El fuego de la chimenea se haba apagado y estbamos a oscuras.

    -Ests bien? - me pregunt Dara. Yo asent.

    -Costar arreglar todo esto, y barrer el suelo. Vaya, hay cristales por todo el comedor. - dijo Tom,levantndose a la vez que su hermano.

    -Ests bien, Theresa? - le pregunt Will, ayudndola a levantarse del suelo.

    -S, estoy bien. Conleth har lo posible para impedirnos que nos hagamos con su sangre.

    -Crees que es posible que se la lleve, como hizo con Vanessa? - le pregunt Emil.

    -Proteg el castillo con un hechizo. Harmonie estar a salvo aqu, Conleth no podr entrar.

    -No os parece extrao que no se la haya llevado ya? Hoy mismo ha tenido la oportunidad de hacerlo. -pregunt Will.

    -Hoy ha optado por conducirla hacia unos acantilados, no se que es peor. - dijo Dara.

    -S, la verdad es que me parece bastante extrao. Quiz tenga algo planeado para vosotros, algo diferente, yquiera algo ms de nosotros. - dijo Theresa.

    -Ha intentado matarla!

    -No s si esas eran exactamente sus intenciones, Daragh. Creo que solo pretenda asustarnos, amenazarnos.

    Conleth ha echo muchas cosas malas, pero, que yo sepa, nunca ha matado a nadie.

    -Sea lo que sea no vamos a ceder, eso lo tenemos claro. - dijo Will.

    -Hay que acabar con esto ya, as nos dejar en paz de una vez. - dijo Dara.

    Vi como primero se morda el labio inferior y despus estrechaba la mandbula. Resopl y luego sali delcomedor. Yo de repente me recuper de esa parlisis momentnea y fui corriendo tras l. Lo alcanc por lasescaleras; l no se par.

    -No te preocupes, todo saldr bien.

    -De verdad crees que todo saldr bien? Conleth nos est vigilando, estamos atrapados en este castillo, y tucorres peligro.

    -Todos corremos peligro aqu. Deberas ser un poco ms optimista.

    -Soy realista. Ya nos sali mal una vez, sabes lo que pas con tu ta.

    -Olvida de una vez lo que pas con mi ta, Daragh Sheridan, y centrate en el presente. - sent un fuerte doloren la planta del pie y me par. - Au.

    -Que te pasa? - me cog el pi para mirarlo, tena la planta llena de sangre. - Habrs pisado algn cristal, nodeberas andar descalza. Ve a limpiarte la herida, te traer una venda.

    Di unos cuantos pasos pero tuve que pararme. No me haba dado cuenta antes de lo mucho que me dola alcaminar. Me volv y mir a Dara con el ceo fruncido y cara de dolor. l puso los ojos en blanco y se acerc

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    y se agach delante de mi.

    -Sbete a mi espalda, te llevar. - vacil antes de hacerlo. - Agarrate fuerte a mi cuello. Ests lista?

    -S.

    Se levant, sujetndome bien por las piernas que haba enroscado en su cintura.

    -Si te sientes dbil avisame.

    -Gracias, Dara.

    -Por hacer de mula de carga? De nada.

    -Por preocuparte tanto por mi, por cuidarme. Hoy me has salvado la vida.

    -Tu tambin me salvaste no hace mucho.

    -Las personas estamos para ayudarnos mutuamente. La gente debera ayudarse ms, no crees? - hizo elamago de asentir. - Me pregunto si lo hiciste por mi, o porque te recuerdo a mi ta. - se par, y not como sus

    brazos se sentaban. - Lo siento, no quera...

    -Lo hago por ti, por supuesto. - dijo interrumpindome, y sigui andando.

    -Gracias.

    -No hay de que.

    Los cristales de la ventana del cuarto de bao tambin se haban roto, y haban cado todos dentro de laenorme baera cuadrada. Me sent en el borde de sta cuando Dara me dej en el suelo. Me senta algo

    adormecida y tuve que apoyarme a la pared cuando l sali. Aunque llevase guantes a Dara no le servantanto como a los dems, pues todo su cuerpo absorba energa, pero no quise decirle nada. Se habamolestado en llevarme a cuestas, y no quera preocuparle ms. Dos o tres minutos despus de que l hubierasalido entr Theresa seguida de Emil, que llevaba un botiqun blanco.

    -Hoy no es tu da, Harmonie. - me dijo Ther, agachndose delante de mi. - Saca unas pinzas del botiqun, porfavor Emil.

    -Theresa, esta tarde creo que he podido comunicarme con Tom. l solo puede hablar y no escuchar, no esas? - dije, mientras ella intentaba sacarme el cristal.

    -Estabas tan desesperada para que te encontrramos que has conseguido conectar mentalmente con Toms, y

    l ha podido escuchar tus pensamientos. Es la primera vez que le pasa esto y est tan sorprendido como tu,creme.

    -Vaya... Quien dira que Tom y yo conectramos de alguna manera.

    Ther me sac el cristal y yo di un respingo. Luego me limpi la herida y me vend el pie con cuidado.

    Emil me pas el brazo por detrs de la cintura y yo tambin me agarr a l, y me acompa hasta lahabitacin. Andaba cojeando del pie derecho, me dola cuando lo apoyaba en el suelo. Cuando me hubodejado en mi cama cubri las ventanas rotas de mi habitacin con una tela, pero como an as entraba algo deaire me trajo unas cuantas mantas ms. Luego se sent en la butaca con la intencin de pasar la nocheconmigo. Yo quera decirle que no era necesario, pero no tena fuerzas ni para discutir. Me qued dormida

    pensando en lo bien que l y Dara me cuidaban y se preocupaban por mi, cada uno a su manera.

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    tranquila hasta que vi, a lo lejos y escondida detrs de tantos rboles, la fachada del castillo. Ahora ya tenaclaro al cien por cien que nada haba sido un sueo, y empec a pensar qu decirles al reirles por habermellevado a casa cuando an me necesitaban.

    Apoy la espalda en el asiento y relaj los brazos por primera vez desde que haba salido de casa. Pero en esemomento algo cay sobre el techo del coche, golpendolo tan fuerte que este se hundi un poco. Yo fren enseco. En cuestin de segundos un fo helado empa todos los cristales del coche y yo empec a tiritar. No

    solt el volante, mi cuerpo entero estaba paralizado y temblando por el fro y por el miedo, pues saba dequin se trataba. Estaba segura de que me llevara con l como se haba llevado a mi ta Vanessa cincuentaaos atrs, o que, en el peor de los casos, me matara.

    Consegu mover un brazo y llev la mano a la llave, para arrancar de nuevo el coche. Nada ms rozarla mipuerta se abri, y yo grit. Ese hombre de pelo alto y delgado de pelo gris y ojos azules, Conleth, se inclinhacia delante esbozando media sonrisa, apoyndose en mi asiento. Yo me apart de l todo lo que pude, hastaque me clav el freno de meno en la pierna.

    -Hola de nuevo, bonita. Te he asustado? No era mi intencin.

    -Qqque qqquieeereees? - pregunt, tiritando. l ni siquiera temblaba un poco, y tampoco le sala humo delfro por la boca.

    -Solo quiero pedirte un favor. - se sac un papel doblado del bolsillo de su pantaln beige y me lo dio. Yo locog con un poco de miedo. - Entrgale este papel a uno de esos chicos, es una propuesta que les valeconsiderarla bien. - me gui un ojo. - Lo hars? - asent. - Buena chica. - me coloqu de nuevo en elasiento cuando l se apart. - Un momento, ya se me olvidaba. La edad me hace perder un poco la cabeza. -dijo, sonriendo, y se acerc de nuevo a mi. - Permite que te coja un momento el brazo.

    Quise resistirme, pero fue en vano. Conleth me agarr de la mueca sin problema y arremang la manga deljersey con violencia. Luego acerc la ua de su dedo ndice, una ua larga, puntiaguda y de un color verdosoque daba grima. La clav en pi piel hasta que empez a salir sangre. Grit de dolor. Dibuj una pequea

    cruz, una herida que me empez a arder de cada vez ms y ms.

    -No olvides darles esa nota, princesa.Au revoir.

    Cerr la puerta del coche y desapareci, llevndose el fro con l. Yo me agarr la herida que no paraba desangrar y de arder y me inclin hacia adelante hasta que toqu el volante con la frente. No poda contener losgritos de dolor, pues era un dolor atroz que nunca antes haba sentido. Me hubiese cortado el brazo si con eso

    poda hacer que cesara.

    Por un momento pens en poner el coche en marcha, pero saba que no hubiese podido conducirlo. Abr lapuerta del coche y sal tambalendome, sin separarme mucho de este para agarrarme. Mir a mi alrededor,todo lo vea doble. Luego me centr en el castillo y en el camino y, aunque me senta como si me hubiesen

    metido una buena dosis de sedantes en el suelo, empec a caminar hacia este dando tumbos y agarrndomeen todo lo que poda. Todo me daba vueltas, todo se mova, y yo de cada vez estaba ms empapada de sudor.

    No pude aguantar ms y ca de rodillas al suelo a pocos metros del castillo. Me inclin hacia delante hastaque toqu el suelo con la cara, y luego me ca de lado. Estaba temblando y segua sudando ms y de cada vezms, tanto que el pelo empapado ya se me aferraba a la cara. Notaba como me arda la frente. Ahora el dolorde la herida ya no era tan intenso e insoportable, pero la fiebre me suba a la velocidad de la luz. De repentetodo mi alrededor se qued en silencio, pero entonces vi a alguien arrodillndose a mi lado. Tard largossegundos en ver que se trataba de Will, pues perda la vista por momentos. Me hablaba, poda ver comomova la boca, todo como si estuvieran pasando una pelcula en cmara lenta... pero no oa nada. William mecogi en brazos, y luego todo se volvi negro.

    -Creo que la fiebre le est bajando. - o que deca Theresa, antes de abrir los ojos. - Hola, Harmonie, comote encuentras?

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    Estaba tumbada en la cama de mi habitacin, tapada. La cara me arda y tena un pao de agua sobre lafrente. Theresa estaba sentada a mi lado, me limpiaba la herida en forma de cruz que Conleth me haba hechoen el brazo.

    -Te duele la herida?

    -No, ya no. - dije, en voz baja. Oa mi voz como si tuviera los odos taponados.

    -Te he preparado una crema para que te la apliques en la herida, ya no sentirs ms que algn leve pinchazo.Puedo imaginarme lo mal que lo has pasado.

    -Por que me ha marcado?

    -No, no te ha marcado. Lo que ha hecho Conleth ha sido envenenarte la sangre para que no la podamosutilizar.

    -Que? - alc la cabeza y el pao resbal de mi frente.

    -Tranquila, Harmonie. - dijo Ther, colocndome de nuevo. - Si te aplicas esa crema a diario tu sangre estarlimpia dentro de entre siete y diez das. Ms tarde te preparar una pocin para que no sufras los posiblesefectos secundarios.

    -Gracias, Theresa. - cerr los ojos un momento, hasta que me acord de la nota. - Conleth me ha dado...

    -Una nota. - me interrumpi. - Se te ha cado mientras Will te llevaba en brazos.

    -La han ledo? - asinti. - Que deca?

    -Nuestras suposiciones eran correctas. Conleth ha conseguido crear a ms vampiros chupa energa. Por loque explica no son exactamente iguales a los chicos, pero, sean mejores o no, l los quiere tambin a ellos.

    Les pide que se unan a ellos para formar una especie gran sociedad de inmortales, y est dispuesto a lucharpara conseguirlo.

    -Supongo que no lo harn, verdad?

    -No, por supuesto que no. El problema es que no creo que Conleth trame nada bueno. A pesar de su poder mipadre siempre se ha sentido intimidado por cualquiera, por eso nunca se ha arriesgado estando solo. Ahoraque tiene a ms esos chupa energas que estn de su parte se sentir ms poderoso, y Dios sabe lo que se leest pasando por la cabeza hacer.

    -Sea lo que sea lo que tenga planeado hacer todos esos inmortales necesitarn a gente normal paraalimentarse y dudo que vayan con tanto cuidado como los chicos. Solo eso ya es peligroso, hay que detenerlo

    antes que le haga dao a alguien.

    -Sera una buena idea, pero no es tan fcil. Conleth tambin es inmortal, recuerdas? - asent. - nicamentese puede acabar con la vida de un inmortal cortndole la cabeza, quemando su cuerpo y enterrando bien lascenizas... pero es prcticamente imposible atrapar a mi padre, y mucho menos si ya no est solo.

    -No podramos intentarlo?

    -No me importara arriesgar mi vida, Harmonie, pero no quiero que les pase nada a los chicos ni a nadie ms.Intentarlo sera peligroso para todos.

    Se levant, dejando el pao con el que me haba limpiado la herida dentro de un cuenco lleno de agua teida

    de sangre que haba sobre la mesita de noche, y luego me dio una cajita redonda de plata que contena unapomada azul turquesa.

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    -No olvides ponrtela. Avisanos si vuelve a subirte la fiebre, todava no ests recuperada. - forz una sonrisa,pero su mirada era triste. - Que ni se te ocurra moverte de la cama; intenta dormir.

    Me acomod debajo de las mantas cuando Theresa sali. Todava no me encontraba bien, segua teniendoalgo de fiebre, pero al menos la herida ya no me dola, solo senta algn pinchazo de vez en cuando. Hice lo

    posible para no volver a recordar el infierno que haba pasado despus de la visita de ese demonio.

    Dorm hasta que lleg la noche, aunque me despert varias veces temblando. Me incorpor para ponerme lapomada cuyo olor dulce me recordaba al de las chucheras. Mientras me la aplicaba en la herida llamaron ala puerta. Dara entr con los ojos amarillos y las pupilas dilatadas.

    -Has estado observndome?

    -Solo llevo un rato en el pasillo, no creas que he estado all todo el da. - baj la mirada. - Quera ver queestabas bien, nada ms.

    -Por que no has entrado? Esas butacas son ms cmodas que el suelo fro del pasillo.

    -Para que no te enfadaras al verme. Te hubiese subido ms la fiebre y necesitabas descansar. - sonre.

    -Y como sabes que iba a enfadarme?

    -Porque te llevamos a tu casa anoche mientras dormas, y tu no queras eso.

    -Cierto... pero la verdad es que ahora estoy demasiado dbil y temo que la fiebre me haga desvariar. Adems,sera injusto que solo lo pagara contigo. - sonri.

    -Eres de lo que no hay, Harmonie. Yo tambin debera enfadarme contigo.

    -Porque he vuelto.

    -Exacto.

    -Me necesitis y quiero ayudaros.

    -Eres ms cabezota que una mula.

    -No te lo niego.

    -Te dira que tu vuelta ha sido en vano porque ayer nos hicimos con un poco de tu sangre cuando te heristeen el pie...

    -Pero...

    -Pero esta madrugada la toalla con la que Theresa te limpi la herida, la que tena tu sangre, ha ardidomisteriosamente.

    -Entonces puedes estar contento. El ingrediente principal para vuestra pocin milagrosa ha regresado. - Darapuso los ojos en blanco y sonri.-Descansa. - sali de mi habitacin.

    Me despert de golpe y empec a llorar. Senta una fuerte amargura en mi pecho, una gran e insoportableangustia que me estaba ahogando. Me levant sollozando sin saber cual era el motivo de mi tristeza, y fui

    hacia la puerta.

    Mis piernas andaban solas, era como si alguien hubiera entrado en mi cuerpo y me moviera. A pesar de que

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    ya estaba empezando a entrar algo de luz todo segua estando bastante oscuro, sobretodo los pasillos. Cuandome di cuenta estaba en lo alto de la torre, rodeada de un paisaje completamente gris.

    Sonre al sentirme como la reina de todo aquello que me rodeaba. Me acerqu a la pared y sin pensrmelodos veces me sub a esta y me mantuve de pie con un perfecto equilibrio. Ni siquiera senta vrtigo al mirarhacia abajo. Mir el cielo gris y, como si mi mirada lo hubiera provocado, empez a nevar. Volv a sonrercuando el primer copo de nieve se fundi en mi rostro hmedo aunque mis lagrimas ya haban cesado, al

    igual que la angustia de mi pecho. Ahora me senta bien, muy feliz. Cerr los ojos, con la cara mirando alcielo, y extend mis brazos hacia los dados dibujando una cruz con mi cuerpo.

    -Harmonie, donde diablos ests? - o que me deca Tom, pero no lo escuch. - Te estamos buscando comotontos! Aparece de una vez, antes de que les de un ataque a estos. - negu con la cabeza. -Ests en la torre,verdad? - volvi a hablarme, al cabo de unos tres minutos.

    Una especie de pnico se apoder de mi cuerpo cuando supe que me haban encontrado, y empec a sentir ungran agobio. Mir hacia abajo y dej car mi cuerpo hacia delante, era como si prefiriera estamparme contra elsuelo antes de que me encontraran. Pero justo en ese momento alguien me agarr por la cintura y me estirhacia atrs.

    -Que demonios ests haciendo, Harmonie!?

    Estaba tumbada boca arriba sobre Will, que me haba amortiguado el golpe. De repente volva a ser la dueade mi cuerpo, consciente de mis actos, y estaba muy asustada. Mir la pared, mis recuerdos de lo queacababa de pasar eran tan vagos que hubiese pensado que todo haba sido un sueo de no ser porque estabaall donde haba ocurrido.

    -Ests bien? - me pregunt, cuando nos incorporamos. Yo lo mir a los ojos y me abrac a su cuello. lcorrespondi a mi abrazo. - Tranquila princesa, ya pas.

    -Te prepar una pocin para los efectos secundarios, Harmonie. Deberas habrtela tomado. - dijo Theresa,

    apareciendo por la puerta con los otros chicos.

    -No la he visto. Lo siento. - me tap la cara con las manos y empec a llorar.

    -Est muy vulnerable ahora, es mejor que no le digis nada. - dijo Will, ayudndome a ponerme en pie. -Vamos princesa, te acompaar a tu habitacin. - lo mir a los ojos y sonre sin darme cuenta. No solallamarme as en presencia de Ther.

    Me llev en brazos. Theresa caminaba a nuestro lado. Se la vea muy preocupada y ausente, supongo queeso no estaba molesta con Will, o al menos no lo pareca. Nada ms entrar en mi habitacin, mientrasWilliam me dejaba sobre la cama, ella cogi una botella de plstico de agua sin la etiqueta llena de unlquido color cereza y lo acerc a mi boca. Yo la abr y beb.

    -A parte de aplicarte la pomada, Harmonie, bebe de esta pocin cada dos o tres horas para evitar que tevuelva a pasar esto. - la pocin saba mal, pero estaba dispuesta a soportar ese horroroso sabor.

    -Theresa, no lo entiendo. Estaba durmiendo tan tranquila y de repente me he despertado muy triste, sin ganasde nada. Era como si... como si lo hubiese perdido todo, como si hubiese perdido hasta las ganas de vivir.

    -Has tenido algn sueo extrao? - hice memoria.

    -Estaba todo muy oscuro y mojado. Yo iba corriendo y vea siluetas a mi alrededor, siluetas negras. Creo queerais vosotros y... tambin estaba mi familia. Haba una joven llorando en el suelo, tena el pelo de colorcastao oscuro y muy corto, y llevaba un vestido azul... Y tambin haba una chica triste, morena de ojos

    verdes.

    -Keelin? - pregunt Emil.

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    -S, era Keelin Brady.

    -Conoces a Keelin Brady? - dio un paso hacia mi. Yo mir a Will.

    -Will y yo la vimos una vez, hace ms de un mes.

    -Por que no me lo habas dicho, William? - era la primera vez que oa a Emil alzar la voz.

    -Para que no volvieras a pasar por lo mismo.

    -S, pero ahora es diferente. Ella corre peligro, acaso no leste la nota de Conleth? Ese demonio es listo y laencontrar, ir a por ella!

    -Que deca esa nota? - pregunt, pero me ignoraron.

    -Pienso ir a buscarla y ponerla a salvo.

    -Correr ms peligro aqu. Emil, no saldrs del castillo. - se puso delante de la puerta.

    -Basta! Dejad de discutir! - grit Theresa, cuando vio que yo empezaba a llorar de nuevo. - No veis comoest la pobre?

    -Theresa, que deca Conleth en esa carta?

    -Mi padre sabe que ellos no sienten mucho aprecio por su vida, por eso opt en amenazar a sus seresqueridos si no se unan a l, o si intentaban hacerles algo a l y a sus sbditos, como impedirles que llevabana cabo sus planes.

    -En resumen, estamos entre la espada y la pared. - dijo Dara, que estaba de brazos cruzados. Theresa asinti.

    -Lo nico que podemos hacer es acabar con Conleth. - dijo ella.

    -Pero nos ha amenazado. No soportara que le hicieran nada a Keelin, ya ha sufrido bastante por mi culpa. -nunca haba visto tan nervioso a Emil.

    -Adems, tu dijiste que es prcticamente imposible atraparlo. Es inmortal, y muy poderoso al fin y al cabo.Sera un suicidio.

    -S, sobretodo para vosotros, que carecis de poderes mgicos. Sois los ms vulnerables en esto.

    -Y que vamos a hacer? Quedarnos de brazos cruzados? - pregunt Will.

    -No... - vacil un momento antes de seguir hablando. - Esta maana he recordado algo. Cuando estabaviviendo con mi padre l tena un librito pequeo y grueso, color marfil, donde anotaba cosas importantescomo pociones, hechizos, etc. que l mismo creaba. Durante una temporada me dej al cargo de ese libritocuidaba tanto como su propia vida. Un da no pude evitarlo y lo oje. All encontr un hechizo oscuro queacabara con su vida si alguna vez, siendo ya inmortal, lo deseaba. Aunque parezca extrao sabiendo lomucho que le aterra la muerte, mi padre siempre fue un hombre muy precavido.

    -Y donde est ese libro?

    -Conleth nunca lo llevaba encima. Viajaba mucho y le preocupaba perderlo en alguno de sus viajes. Por esose lo dejaba solo a personas de mucha confianza. - sonri y vi como se le llenaban los ojos de lgrimas. -

    Tengo que admitir que me emocion cuando me lo confi. Una de las ltimas veces que me cruc con l, yaen el cuerpo de Gwendoline, me cont que haba ido a Hungra, a dejarle a alguien un objeto muy importante

    para l. Supongo que se trata de ese librito.

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    -Como un mago desconfiado le cuenta eso a una desconocida?

    -La verdad es que me haba presentado antes a l como una bruja llamada Eirigh que buscaba consejos de ungran mago. - se encogi de hombros. - No pude evitarlo, al fin y al cabo era mi padre.

    -Tenemos que llegar hasta ese libro y acabar con l. - dijo Emil. - Lo siento, Theresa, s que es tu padre

    pero...

    -No, ya os dije que para mi l hace mucho tiempo que dej de ser mi padre. Es lo que hay que hacer, porvosotros, y por toda la gente que correr peligro si Conleth llega a llevar a cabo sus planes. Hay que acabarcon l.

    -Pero Hungra es grande, como encontraremos ese librito? - pregunt Will.

    -Estoy casi segura de que quin lo guarda habita en un escondido templo en ruinas en medio de un bosque,cerca de Visegrd o alrededores.

    -Y como ests tan segura?

    -Porque Conleth Mave naci all, su madre era hngara, y eso debe suponer seguridad para l.

    -Est bien, no perderemos nada por ir a buscar ese libro.

    -Un viaje, me gusta. - dijo Tom, con media sonrisa dibujada en los labios. - Cuando partimos hacia all?

    -Si nos vamos todos Conleth nos seguir, o ante el desconcierto se ver amenazado y atacar a quienes noqueremos que ataque. - dijo Emil.

    -Adems Theresa tiene que quedarse para empezar a preparar la pocin. - dijo Will.

    -Y Harmonie no est en condiciones para viajar, pero no puede quedarse sola en el castillo. - dijo Dara.

    -No, Harmonie debe irse. - dijo Theresa. Todos se miraron. - Lejos de aqu es donde menos riesgo corre.

    -Pero ella est enferma, es mejor que no se mueva de la cama.

    -Estoy bien, Dara.

    -Voto para que vayan Tom, Dara y Harmonie. - dijo Will.

    -Que!? - exclamaron Tom y Dara, al unsono.

    -Yo no pienso moverme del castillo y dejar a Theresa sola mientras prepara la pocin. Emil dudo que quieraalejarse de Killarney, todos sabemos por quin. - el aludido asinti con la cabeza.

    -Cuando regresis la pocin estar terminada, y la sangre de Harmonie limpia. Solo har falta pillar aConleth desprevenido, si es que eso es posible, y pronunciar ese hechizo para acabar con l. - dijo la bruja.

    -Y que haremos con esos sbditos suyos? - pregunt Will.

    -Sabemos como acabar con los inmortales, y ellos sern ms fciles que atrapar que mi padre.

    -Entonces decidido. Esperaremos dos das para que Harmonie se recupere un poco y viajaris a Hungra.

    -Es mejor que dejemos sola a Harmonie. - dijo Theresa. - Vamos, todos fuera de la habitacin.

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    -Quiero hablar un segundo con ella a solas. - le dijo Emil, cuando los dems ya hubieron salido. Theresaasinti y sali de la habitacin.

    -Tendrs que viajar sola con esos dos, te compadezco.

    -Puede que llegue a ser divertido. - me acomod en la cama. - Siento no haberte dicho nada de Keelin. Willdijo que era mejor que no lo supieras y le hice caso.

    -No te preocupes, Harmonie. - se sent a mi lado. - Vaya, nos has dado un susto muy grande cuando no tehemos encontrado en tu cama.

    -Te juro que no saba qu estaba haciendo. Era como si otra persona me controlara.

    -Te creo. Nunca te haba visto llorar as, verte tan mal ha creado una angustia en mi pecho.

    -Lo siento. No suelo llorar, y menos en pblico, pero hoy... - la voz me tembl.

    -Tranquila, olvdalo. Ya ests bien, y gracias a esta pocin no volver a pasarte lo mismo. - asent y sonre sindespegar los labios. - Harmonie, me gustara pedirte un favor.

    -Que quieres que haga?

    -Esta noche ir a buscar a Keelin, solo estar a salvo en el castillo. Si te encuentras en condiciones megustara que me acompaaras.

    -S, por supuesto que te acompaar.

    -Supongo que si vienes conmigo no se asustar.

    -De que iba a asustarse?

    -Bueno, un desconocido con barba no suele inspirar confianza.

    -Tu si la inspiras. - Emil sonri, y luego se levant.

    -Gracias, Harmonie. - me dio un beso en la frente. - Nos vemos luego.

    Cuando Emil vino a traerme la cena yo ya me encontraba mucho mejor. Llevaba un buen rato levantada,sentada una de las butacas leyendo. La cruz que Conleth me haba dibujado en el brazo ya haba cicatrizado,y a mi no me haba vuelto a subir la fiebre, ni me haban pasado cosas extraas. Com con mucha hambre,

    pues apenas haba comido nada desde el da anterior, y luego me prepar para salir. Emil me hizo ponerme

    unos guantes de lana rojos, un gorrito negro y una enorme y caliente chaqueta verde oliva que me llegabahasta casi las rodillas, todas las prendas eran suyas.

    Bajamos por unas escaleras de caracol muy empinadas y estrechas a las cuales accedimos a escondidas poruna pequea puerta del segundo piso, y llegamos a un pasillo muy oscuro que l ilumin con la luz amarillade su linterna. Por suerte, pues estaba empezando a agobiarme all dentro, pronto llegamos a unas escalerasde hierro bastante oxidadas que daban a una trampilla. l subi primero para abrirla y sali del castillo. Unavez fuera se arrodill para darme la mano y ayudarme a salir. Estbamos fuera, en una parte del castillo queestaba en ruinas.

    -Guardamos las motos all dentro. - dijo, sealando una puerta que tenamos bastante cerca. - Sabesconducir moto?

    -Daniel me prest la suya unas cuantas veces. Creo que podr hacerlo. - entramos en ese especie de establodonde estaban las dos motos y me dio un casco cuando me hube subido a la moto de Dara. - Seguro que

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    Dara no se enfadar? Y si le hago algo a su moto?

    -Le dir que ha sido culpa ma. Pero no te preocupes por la moto de Dara, Harmonie, preocupate por ti. - sesubi sobre la moto y cogi el casco, pero no se lo puso.

    -Ocurre algo, Emil?

    -Siento que te estoy obligando a hacer esto. Lo siento, Harmonie, me ciego cuando pienso en Keelin. Laquise mucho.

    -No tienes por que disculparte, Emil, estoy dispuesta a ayudarte. Ponte el casco y vamos a buscarla. - asintiy se lo puso.

    -Lista? En marcha.

    Emil no pas de los cincuenta kilmetros por hora, y yo lo segua por detrs. No tardamos en llegar a unacasita que recordaba a las cabaas de los cuentos. A pesar de que se encontraba muy cerca de la carreterasegua estando rodeada de bosque. La fachada era de color lila claro, y sala humo de la chimenea. Emil y yoaparcamos delante de la barrera de madera blanca, y luego saltamos la pared de piedra de poco menos demetro y medio. Nos acercamos poco a poco, haba luz dentro de la casa.

    -Vive sola? - pregunt, mientras l se asomaba con cuidado por una ventana.

    -No, vive con su hermana mayor. Son hurfanas desde hace tres aos. - se agach, y yo lo imit.

    -Que ocurre? - pregunt, en voz baja.

    -Est tomando caf y leyendo un libro en el sof. Creo que me ha visto. - vimos pasar una silueta por la luzque la ventana proyectaba en el suelo. - No tengo valor para llamar a la puerta. Que le digo para que vengaconmigo?

    -William me dijo que no consigui borrarle la memoria al cien por cien. Quiz te reconoce.

    -Y si no me reconoce? - respir hondo. - Debera haber pensado antes en esto. No se que hacer, Harmonie.

    -Tranquilo. - le puse una mano en el hombro.

    De repente omos como la puerta se abra, y nos levantamos de golpe. Ella, que llevaba un pijama color perlay una bata rosa encima, se asom y mir hacia un lado y hacia el otro hasta que nos vio. Emil dio unoscuantos pasos hacia ella, pero entonces Keelin cerr la puerta.

    -Keelin, no te acuerdas de mi? - ella no dijo nada. - Soy Emil, Emil Kevorkian. Nos conocimos una maana

    en el bosque. - segua sin hablar. - Yo haba salido a pasear y te encontr sentada sobre un rbol cado,leyendo un libro. Llevabas puesto un hermoso vestido color lavanda. - la puerta se volvi a abrir, lo justo

    para que ella pudiera asomar media cara. - Me recuerdas ahora?

    -Emil, dices? - l asinti. - Por tu culpa me encerraron en ese hospital psiquitrico.

    -Lo siento. - la joven abri la puerta, sin soltar la manilla.

    -Lo recordaba todo como si hubiese sido solo un sueo, pero una parte de mi estaba convencida de queexistas. Me obsesion tanto contigo que me ingresaron en ese lugar lleno de locos porque no me crean.Luego me convencieron de que solo eras fruto de mi imaginacin, pero ahora resulta que s eres real.

    -He venido para decirte que no ests segura aqu, Keelin. Tienes que venir conmigo. - la chica me mir. Yosonre sin despegar los labios y la salud con la mano.

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    -Por que tendra que confiar en ti? Al fin y al cabo eres un desconocido.

    -No, no soy ningn desconocido, tu lo sabes. Busca en tus recuerdos, s que algunos siguen en tu memoria.

    Keelin dio un paso hacia atrs entrecerr la puerta, escondindose detrs de esta. De cada vez pareca msasustada y desconfiada. De cada vez creca la tensin y Emil ya no saba que decir. Me mir, esperando a quelo ayudara, pero yo me encog de hombros. No saba que decir.

    -Necesita tiempo para asimilarlo. - le dije, en voz baja.

    -Tienes razn. Es mejor que la dejemos sola.

    Emil agach la mirada y empez a andar con los hombros cados hacia las motos. Lo segu con la miradahasta que salt la pared baja, y luego mir hacia la casa. Keelin, que estaba observando por la ventana, seapart de esta cuando nuestras miradas se cruzaron. No saba bien que decir pero deba intentar hacer algo

    para convencerla. Me dola ver a mi amigo triste, y ella corra peligro all. Me acerqu a la puerta y llam sinmuchas esperanzas de que abriera, pero lo hizo.

    -Hola. - me dijo, sin mirarme a los ojos. Su tono de voz era bajo y muy dulce, me recordaba al de Emil.

    -Hola. Mi nombre es Harmonie. - me mir con esos enormes ojos verdes. - Debes escuchar lo que Emil tedice, y venir con nosotros, por tu bien. l es un buen chico y tu lo recuerdas, tu misma lo has dicho antes.

    -Es que estoy confundida. No s qu es real.

    -Esto es real, Keelin. Creme. - ella desvi la mirada hacia Emil.

    -Por que est triste?

    -Porque est preocupado por ti. Nunca me cont la historia, pero parece que te quiso y te quiere mucho.

    -Yo... si que lo recuerdo. No recuerdo bien cuales eran mis sentimientos, pero si recuerdo momentos,momentos muy bonitos, por cierto. - sonri sin despegar las manos y baj la mirada. Yo estir el brazo y letom la mano.

    -Entonces, vienes con nosotros? - volvi a mirarme a los ojos, y asinti.

    Vino conmigo sin pensrselo; ni siquiera cerr la puerta de su casa, ni se cambi de ropa. No la solt hastaque llegamos a la barrera blanca, tena miedo de que cambiara de opinin. Emil, que estaba apoyado en sumoto, se acerc a nosotras con ese rostro que se le ilumin al ver a Keelin conmigo. Ella me solt la mano yestrech los puos mientras los ojos se le iban llenando de lgrimas. Emil dio un paso hacia ella, y Keelin selanz hacia l para abrazarlo como si hubiese estado reprimiendo desde haca rato las ganas de hacerlo. l le

    correspondi encantado el abrazo, nunca haba visto esa expresin tan feliz en su rostro.

    -Lo siento. - le dijo mientras l le secaba las lgrimas que surcaban sus mejillas.

    -Tranquila... - le dio un beso en la frente, y luego le puso el casco. Yo me sub en la moto.

    Arranqu despus de que Emil lo hiciera. Mientras conduca la moto de Dara miraba fijamente la espalda deKeelin. Me senta contenta porque Emil haba vuelto a encontrarse con la chica a la que quera y la conducaa un lugar seguro, pero a la vez una amargura converta ese sentimiento en un sentimiento agridulce. Meamargaba al recordar a Daniel, porque me estaba dando cuenta de que lo que senta por l se habaextinguido prcticamente del todo. Me preguntaba si eso tena algo que ver con la ms bien pequeaatraccin que senta hacia Will, aunque estaba ms convencida de que la culpa era de haber estado tantos

    meses separada de l. An as no poda permitir que corriera ningn tipo de riesgo por mi culpa.

    De repente, mientras le estaba dando vueltas a ese tema, sin prestar atencin ni siquiera al camino, sent un

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    pinchazo agudo en la herida prcticamente cicatrizada del todo que me hizo dar un pequeo tumbo. Porsuerte enseguida me estabilic, pero de repente not un cambio en mi mente, algo que ya habaexperimentado antes. Record el da que la polica nos haba perseguido y tuve la necesidad de volver aexperimentar esa subida de adrenalina. Di gas y adelant a Emil. O que me deca algo, pero no lo escuch.De cada vez iba ms rpido, esquivando rboles y ms rboles que aparecan de la nada de la oscuridad de lanoche. De repente me di cuenta de que haba empezado a nevar.

    Las ruedas me patinaron unas cuantas veces y estuve a punto de caerme, pero eso no me detuvo. Mi cuerponecesitaba ms velocidad. Cuando me di cuenta sal a la carretera y me encontr con una recta llena decoches que iban y venan. Me puse justo en medio, siguiendo la lnea discontinua, y avanc esquivandovehculos que me pitaban. De repente, cuando ya me haba alejado unos cuantos kilmetros de Killarney poresa misma carretera, los faros de un 4X4 que se haba puesto justo detrs de mi, casi rozando la rueda traserade la moto, me cegaron al reflectarse en los retrovisores. Pero no me detuve, segu dando gas a pesar de quela moto ya no alcanzaba ms.

    -De parte de Sheridan: Reduce estpida! - me dijo Tom. - No ves que puedes hacerte mucho dao sichocas con algn coche o se te escapa lo moto? Si aceleras ms puedes perder el control, el suelo est

    resbaladizo! ... Vamos, princesita, si mueres no podrs ayudarnos. S, podramos coger tu sangre, pero ansigue envenenada - ... - Vamos Harmonie, hablando en serio, no dejas que el veneno de ese demonio dominetus actos. Tu no quieres hacer ninguna locura, puedes con l. - ... - No quieres matarte, Harmonie. Piensa entu familia y en la gente que quieres. - ... - Vamos, detente maldita sea, hazlo por ti y por la gente de tualrededor. Hazlo por nosotros si de verdad quieres ayudarnos. - y entonces la razn y la cordura regresaron ami, y reduje sin pensrmelo dos veces.

    Me qued sentada sobre la moto durante ms de un minuto, con el corazn acelerado y el cuerpo enterotemblndome. No reaccion hasta que o tres puertas de coche cerrarse. Entonces me quit el casco, lo dejcaer al suelo mientras bajaba de la moto, y fui corriendo hacia ellos. Me abrac fuerte a la cintura de Dara yhund mi cara en su pecho. l pas sus brazos por encima de mis hombros, pero no tard en separarme de l.

    -Ya pas... - me dijo, tocndome el pelo con su mano protegida por un guante.

    -Ests bien? - me pregunt Will. Yo asent. - De nuevo, me has dado un susto de muerte, princesa.

    -Creis que me seguir pasando mientras mi sangre est envenenada?

    -No si tomas la pocin que Theresa te prepar ms veces al da.

    -Lo har. Esto me asusta mucho, me asusta no controlar mis actos.

    -No te preocupes. A partir de hoy no nos separaremos de ti. - dijo Dara. Yo sonre para agradecrselo, y luegomir a Tom.

    -Gracias por hacerme volver a poner los pies en la tierra.

    -No hay de que, princesita. - me gui un ojo y yo puse los ojos en blanco.

    -Movmonos, estamos justo en medio de la carretera. - dijo Will. Dara recogi su casco abollado del suelo. -Nos vemos en el castillo. - le dijo.

    Cuando entr en el castillo, con la cabeza agachada, pues todava no me haba recuperado del todo del susto,Emil se levant del sof y vino corriendo hacia mi.

    -Lo siento, lo siento mucho, Harmonie.

    -Oh, no... Emil, no ha sido culpa tuya. - le puse la mano en la mejilla y la acarici por encima de su barba.Luego mir a Keelin, que estaba de pie delante de la chimenea. - Me alegro de que estis bien. Mientrasregresbamos me preguntaba si Conleth os habra echo algo por el camino.

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    -Te has salido con la tuya... - le dijo William.

    -No lo rias, Will. - le ped. - l solo est enamorado de esa chica. A caso no haras lo mismo tu porTheresa? - la voz me tembl al hacer esa pregunta. l mir a Ther, que estaba en la puerta de la cocina,durante un breve segundo. - Will, he estado pensando y... Es posible que mi familia y Dani tambin corran

    peligro. Por favor, deja que vengan aqu antes de que yo parta hacia a Hungra. S que en el castillo estarn

    seguros.

    -Ni pensarlo!

    -Por que no?

    -Porque nuestros problemas son serios, y ellos seran una responsabilidad ms que quiz nos estorbara.

    -No saba que fueras egosta, William. - me puse las manos en la cintura.

    -No estoy siendo egosta. Harmonie, tu familia estar bien en su casa.

    -No me fo.

    -Harmonie est poniendo en riesgo su vida por ayudarnos y nosotros no vamos a concederle el favor quenos pide? - pregunt Dara. - No creo que sea para tanto. Adems, esa familia ya perdi un miembro pornuestra culpa. - William baj la mirada. Pareca que Dara lo haba convencido.

    -Est bien. Diles que empiecen a prepararse, los recogeremos antes de que partis hacia Hungra. - dio mediavuelta y se fue hacia la cocina.

    -Gracias. - le dije a Dar en voz baja. l sonri sin despegar los labios.

    -Vamos, sube a tu habitacin y bebe de esa pocin antes de que vuelvas a hacer alguna locura. - me dijo. Yoasent y le hice caso.

    Era bastante pronto, pero yo llevaba un buen rato despierta. Estaba nerviosa por varias cosas: porque merencontrara con mis padres y conoceran el motivo de mi desaparicin, porque volvera a ver a Daniel ydescubrira si segua o no enamorada de l, y porque iba a subirme por primera vez en un avin.

    Estaba observando el paisaje desde la ventana de mi habitacin, con una manta pasada sobre los hombrosporque tena fro, cuando llamaron a la habitacin. Fui a abrir la puerta y me encontr con Keelin. Ellamiraba al suelo. Aunque apenas la conoca saba que era una chica tmida y asustadiza. Fui a abrir la boca

    para preguntarle alguna estupidez, solo para acabar con el silencio, pero entonces me atraves con esos ojos

    tan hermosos.

    -Tu nombre me sonaba mucho, pero hasta esta maana no he cado. Tu eres Harmonie O'Hannigan, verdad?La chica de Killarney que desapareci en Septiembre. - yo asent. - Te han hecho algo malo?

    -No, nada malo en absoluto. Ellos me necesitan para algo, por eso estoy aqu. Me han tratado muy biendurante estos tres meses. - me apart para que pasara. - Entra, por favor.

    -No s por que, pero al ver a Emil he recordado cosas que ni siquiera saba que haban pasado. Algo que pasuna noche de luna llena. - vi como se ruborizaba.

    -Siento ser indiscreta, Keelin, pero me pregunto... me pregunto si sigues sintiendo lo mismo por Emil. - me

    sent en una de las butacas y ella me imit.

    -Es como si hubiera abierto una caja que contena mis recuerdos y los sentimientos que senta por l. Ahora

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    todas esas imgenes ya no son tan borrosas, y creo que mis sentimientos hacia l han resurgido... pero tengomiedo, Harmonie.

    -Miedo? Por que tienes miedo?

    -Porque temo a que me pase lo que me pas la ltima vez. De la noche a la maana todos mis recuerdos sevolvieron borrosos y llenos de enormes lagunas, luego todo el mundo empez a decirme que estaba loca

    porque me inventaba la existencia de un chico de piel morena y ojos negros, y pas mucho tiempo encerradaen ese fro y ttrico lugar. - empez a llorar. Yo me inclin hacia delante y puse mis dedos en su brazo.

    -No tienes por que preocuparte. Te aseguro que esto no es un sueo ni nada parecido, y te prometo porencima de todo que no volver a pasarte lo mismo que la ltima vez. - sonre para tranquilizarla, y loconsegu.

    -Muchas gracias, Harmonie. Eres una buena chica.

    Nos quedamos unos segundos en silencio, mirndonos a los ojos con una sonrisa en la boca, hasta que, derepente, se oy un fuerte ruido en el piso de abajo. Nuestras expresiones reflejaron el pnico. Yo me levanty sal corriendo de mi habitacin para ver que era lo que ocurra. A medida que iba bajando escalonesempec a distinguir los diferentes ruidos que se escuchaban; uno era el del motor de un coche. El del 4X4,concrtamente. Ya poda conocer el ruido de su motor. Cuando entr en el comedor vi la larga mesa aferradaa la puerta donde estaban los ventanales que seguan sin cristales, y Will entrando su coche marcha atrs.

    -Para que estis entrando el coche? - le pregunt a Emil, mientras se acercaba a mi. Keelin se puso a milado.

    -Por vuestra seguridad. Theresa le har el mismo hechizo que le ech al castillo para protegerlo, as Conlethno podr hacernos nada mientras vayamos dentro.

    -Ya tienes las maletas listas, Harmonie? - me pregunt Will, bajando de su coche.

    -Tambin voy a protegeros a vosotros. dijo Theresa, alzando la voz desde la puerta de la cocina. - Ven,Harmonie. Will, diles a tu hermano y a Daragh que tambin vengan.

    Entr en la cocina, pero me par en seco cuando una mezcla de olores poco agradables penetraron en minariz. Me tap la nariz y la boca, observando la cocina. No pareca la misma que yo conoca, todo estabacompletamente patas al aire y apenas se vea la mesa ni la encimera. A parte de todo aquel desorden de ollas,cubos, bolsas, frascos y diferentes ingredientes como babosas, entre otras cosas, flotaba una nube de vaporque llenaba todos los rincones de la cocina a pesar de que la puerta trasera estuviera abierta para que corrieraun poco el aire.

    -La pocin que os proteger a ti y a tus acompaantes har que Conleth no sienta vuestra energa, as que no

    os podr seguir.

    -Nuestra energa?

    -S. Los magos y brujas sentimos la energa de las personas a kilmetros, por eso Conleth sabe donde seencuentra la persona que le interesa sin necesidad de estar pendiente de sus movimientos.

    -Es decir, cuando hayamos tomado esa pocin l ignorar nuestros movimientos.

    -Exacto. Asegurate de que tu familia tambin la tome, he preparado de sobra para todos. - asent, y luego ellame dio una botella de plstico llena de esa pocin densa color verde lima.

    Di un sorbo y despus empec a poner muecas de asco y a tener escalofros. Todas las pociones, o al menoslas que yo haba tomado, tenan un sabor asqueroso muy parecido. Era peor que beberse un jarabe. Cuandome hube recuperado un poco de ese momento desagradable Dara y Tom entraron muy decididos en la cocina,

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    pero se pararon de golpe exactamente como yo haba hecho antes.

    -Vaya, habrs estado trabajando durante horas. - dijo Tom, tapndose la nariz. - Con la cocina as no hayquien prepare el desayuno.

    -Me temo que hoy no podrs desayunar aqu, Toms. - Theresa cogi un frasco que contena un lquidoblanco, y se lo dio a Dara. - Esto te ayudar a aguantar cuando hagas grandes esfuerzos. Te dar energa, pero

    no abuses de l. - Dara asinti.

    -Yo no puedo tomar de ese lquido?

    -No Tom, las pociones no se pueden tomar a la ligera. Dara es el que ms lo necesita.

    -Tambin tengo que tomarme eso?

    -Harmonie, recuerda tambin que tienes que ponerte esa crema en la cicatriz. - asent. - Ahora lo nico queme queda es desearos buena suerte. Si tenis problemas en Hungra no dudis en llamar. - se me hizo raroimaginarme a una bruja usando un telfono.

    -Para mi no hay nada?

    -Harmonie ya os explicar para que sirve esa pocin. - dijo, sealando la botella que yo sujetaba.

    -Meted las maletas en el 4X4 y no perdis el tiempo. Dentro de una hora tenis que estar en el aeropuerto deKerry. - dijo Will, asomndose por la puerta.

    Cuando hubimos cargado las maletas en el 4X4 Theresa nos hizo beber la pocin que hara que Conleth nosintiera nuestra energa, y, por lo tanto, no nos seguira. Despus de que los tres pusiramos la misma caratras beberla entramos en el coche, pero antes de que yo me sentara en el asiento de atrs, al lado de Tom,Will me agarr del brazo y yo lo mir a los ojos.

    -Mucha suerte, princesa. - l se ri al ver mi cara de sorpresa, y luego me cerr la puerta.

    -Tengo que ir a acompaarlos al aeropuerto, pero luego volver. Estars bien aqu, Theresa y Will cuidarnbien de ti. - le dijo Emil a Keelin. Ella asinti, aunque no pareca hacerle mucha gracia que l se fuera.

    -Tom, Dara., portaros bien. - les pidi Theresa.

    -Creo que Harmonie sabr mantenerlos a raya. - dijo Will, mirndome. Los dems se rieron. - Bueno, buenviaje a los tres. Tened mucho cuidado.

    -Adis. - dije en voz baja, cuando Emil arranc el coche.

    Esperaba que mis padres, mi hermano Grey, mi abuela Mollie y Daniel hubieran echo caso a los mensajes detexto que les haba enviado la noche anterior y que estuvieran en mi casa, esperando listos y con las maletas

    preparadas. Durante el trayecto en coche hasta la ciudad Tom estuvo hablando, como siempre. Cont unascuantas ancdotas de una vez que estuvieron en Hungra, algo que le pas con unas chicas, pero yo no loescuchaba. Segua nerviosa por los mismos motivos que me haban despertado tan pronto esa maana.Tambin me hundi un poco ese especie de aura oscura que Dara y Emil emanaban cuando me di cuenta deque ese da ni siquiera se haban dirigido la palabra.

    Se me aceler el corazn cuando torcimos hacia la calle de mi casa al sentir que cada vez estaba ms cercade Daniel. Me preguntaba que diran mis sentimientos al verlo, y ansiaba saberlo. Emil aparc el coche justo

    delante de la entrada y baj conmigo. Mam, que seguramente estaba mirando detrs de la ventana, sali laprimera de la casa y me abraz antes de que yo llegara a la puerta. Detrs de ella salieron mi padre y miabuela, seguidos de Grey y de Dani. Me qued observndolo mientras mi padre me abrazaba, y luego lo

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    haca mi hermano. Intentaba prestarles atencin, devolverles el caso que me hacan, pero todo mi alrededordesapareci y las voces desaparecieron, todo excepto mi chico. Daniel sonri y me abraz cuando Grey mesolt. Luego me cogi la cara y me bes. Yo cerr los ojos y busqu la respuesta, pero no encontr nada.Segua sin saber si segua enamorada de l o ya no senta nada. Era una sensacin desconcertante.

    -Cario, a donde fuiste el otro da? Donde est mi coche? Nos asustaste mucho a tu hermano y a mi. - mepregunt mam, cuando Dani me solt.

    -Lo siento mam.

    -No entendemos nada. Resulta que llevabas meses desaparecida... y a donde tenemos que ir nosotros ahora?- pregunt pap.

    -Es una larga historia, pero no tengo tiempo para explicrosla. l os llevar a un lugar donde no correrispeligro, por prevencin. - dije, agarrndole el brazo a Emil.

    -Encantado, seores O'Hannigan. - les dijo. Mam y pap se miraron entre ellos.

    Supongo que a primera vista Emil no les pareci una persona de fiar, algo probablemente normal si solo lojuzgaban por la apariencia.

    -Subiros al coche y seguidnos. Primero haremos una parada en el aeropuerto, y luego Emil os guiar hasta elcastillo.

    -Castillo?

    -S, mam. - di media vuelta y empec a andar hacia el 4X4 al lado de Emil. - Crees que lo estn asimilandobien?

    -Por sus caras dira que piensan que te has vuelto loca, pero an as te hacen caso. Harmonie, creo que a tus

    padres no les gusto. - me re.

    -Les gustars, eres un chico maravilloso. - l sonri. - Dara y tu estis enfadados?

    -Dara se enfad porque te ped que me acompaaras a buscar a Keelin, pero es normal. Por mi culpa te pudopasar algo.

    -No, la culpa fue tanto tuya como ma. No tiene derecho a enfadarse.

    Cuando ya llevbamos unos veinte minutos de viaje en coche, a punto de llegar al aeropuerto, sent unpinchazo en la herida y me asust. Me arremangu la manga del jersey y vi como la piel del alrededor de la

    cruz se haba puesto de color rojo. Me apresur a buscar la pomada y la pocin para evitar los efectos delveneno dentro de la bandolera. Tom me mir.

    -Que te ocurre, princesita?

    -La cicatriz, empieza a molestarme y eso no significa nada bueno. - me beb la pocin sin pensrmelo dosveces. - Espero que haga efecto pronto, no me gustara hacer algo dentro del avin como intentar pilotarlo. -los chicos se rieron.

    Los escalofros todava me recorran cuando Emil aparc delante de la puerta de la entrada al aeropuerto.Mis padres y los dems, que nos haban seguido, se pararon justo detrs. Cuando nosotros bajamos del 4X4mi madre y Daniel tambin lo hicieron.

    -Cario, Que hacemos en el aeropuerto? Donde vamos?

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    -Vosotros os quedaris aqu, mam. Seguid a Emil, pasaris unos das en un castillo en Killarney. Ellos ojoslo explicarn. - mir a mi amigo. - Emil, asegurate que ellos tambin tomen la pocin que nos ha preparadoDara. Sirve para que Conleth no sienta vuestra presencia.

    -Una pocin? - pregunt Dani, desconcertado.

    -Tenemos que embarcar. - dijo Dara, bajando mi maleta del maletero.

    -Emil os lo explicar cuando lleguis. Por favor, confiad en ellos y haced todo lo que os digan.

    -Estoy tan asustada como desconcertada, cario. - dijo mi madre, ponindose una mano en el pecho.

    -Tranquila, mam. - sonre.

    -Harmonie, donde vas? - me pregunt Dani, cuando cog mi maleta.

    -A Hungra, pero volver dentro de unos das. - me apresur a aadir, cuando mam empez a palidecer.

    -Debemos facturar ya mismo. - dijo Dara, mirando su reloj.

    -Cario, ten mucho cuidado. Tu abuela ha estado llorando durante casi todo el camino. Ella ha sufrido muchoestos meses con tu desaparicin, recordando a la vez la desaparicin de su hermana pequea hace aos. - vicomo Dara bajaba la mirada.

    -Lo tendremos, mam. Dile a la abuela que no se preocupe. - le di un fuerte beso en la mejilla. - Hasta dentrode un par de das.

    -Buena suerte. Cuidad mucho de Harmonie. - dijo Emil, mientras se despeda con la mano.

    Empezamos a caminar, cada uno estirando nuestras respectivas maletas. Cuando estbamos a punto de entrar

    en la terminal, las puertas automticas de cristal ya se haban abierto, o mi nombre y me volv. Dani seacercaba dando largas zancadas hacia mi.

    -Que ocurre, Daniel? - me abraz.

    -An no te has ido y ya deseo que regreses. Te he echado mucho de menos, mi vida. - me dijo, muy cerca delodo, y luego me bes. - Buen viaje.

    -Muchas gracias. - dije, forzando una sonrisa. - Adis, Dani.

    -Problemas en el paraso, princesita? - me pregunt Tom.

    -Como lo has...?

    -Se te nota en la cara.

    Estuve completamente ausente durante el proceso de embarque, lo nico que haca era imitar losmovimientos de mis dos acompaantes. Oa las voces de mi alrededor como ruidos de fondo, y no escuchabanada. No volv a poner los pies en la tierra hasta que entramos en el avin y record que estaba a punto devolar por primera vez en la vida. Entonces empec a ponerme un poco nerviosa. Me sent bien erguida en elasiento, al lado de la ventana y de Dara.

    -Ests nerviosa? - me pregunt Dara, mirando como agarraba el asiento.

    -Es la primera vez que voy en avin.

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    l puso su mano sobre la ma y entrelaz sus dedos con los mos mientras el avin empezaba a avanzar. Lomir a la cara pero l haba cerrado los ojos, mientras se acomodaba en el asiento. Cuando el avin se alz leestrech la mano con fuerza, y l abri los ojos.

    -Lo siento. - le dije en voz baja. l volvi a cerrar los ojos y sonri.

    No me soltaba, y me extra que lo hiciera, a pesar de que sus guantes me protegan de l. Luego me di

    cuenta de que se haba quedado dormido, al igual que Tom. No llevbamos ni quince minutos en el aire.

    Me aburr bastante durante todo el viaje. Mir unas cuantas revistas, aunque era difcil con una sola mano, yluego intent dormirme. Despus de largas horas, cuando los ojos se me estaban empezando a cerrar, la vozde una azafata anunci que estbamos a punto de llegar al aeropuerto de Budapest. Ambos chicos sedespertaron y se incorporaron a la vez. Dara enseguida me solt la mano.

    -Habis dormido bien?

    -Estos asientos son un poco incmodos. - se quej Tom. Yo puse los ojos en blanco.

    Cuando hubimos cogido las maletas, an aturdidos por el vuelo, nos montamos en un taxi que nos llev alhotel. Por suerte se defenda con el ingls y nos entendi. En menos de una hora llegamos a ese hotel, unhotel de lujo.

    -Vaya, Will no se ha andado con tonteras. - dijo Tom.

    -Creo que se ha pasado. Solo vendremos aqu para dormir.

    -Y a comer, Sheridan, y a comer.

    Mi boca se abri cuando entramos en el hotel. Si ya pareca lujoso desde fuera, el interior lo era el doble delo que imaginaba. Haba mucha luz, y se respiraba tranquilidad en el aire. Apenas se oan ruidos. El suelo y

    las escaleras, que imitaban un estilo modernista en su baranda de hierro forjado, eran de mrmol color marfil.A la izquierda se encontraba la recepcin de madera, y a la derecha unos sofs que tenan la forma de unsemi crculo de color verde oscuro.

    -Buenas noches. - le dijo Dara a un joven trajeado de recepcin, despus de haber sacado unos papeles de sumaleta. - Tenemos reservadas estas dos habitaciones. - le hizo firmar en otros papeles y luego nos dio lasllaves.

    -Contis con servicio de habitaciones, y tenis un telfono que podris hacer servir cuando necesitiscualquier cosa, a la hora que sea. Las habitaciones se encuentran en el tercer piso. Disfruten de su estncia enel hotel. - ese joven, a pesar del fuerte acento, hablaba el ingls con bastante fluidez.

    -Gracias. - dijimos los tres, al unsono, y empezamos a andar hacia los ascensores.

    Me decepcion un poco cuando entr en la habitacin. Era grande, tena un pequeo sof marrn y unamesita, la cama era de matrimonio y haba jacuzzi en el bao, lo que ms me gust. Pero supongo quedespus de tantos meses durmiendo en una habitacin de princesa esa, a pesar del lujo, no me sorprendi.

    Deshice la maleta y colgu toda mi ropa dentro del armario antes de que se arrugara ms de lo que ya estaba.

    -Harmonie. - me dijo Tom. Yo me asust, y se me cay un jersey al suelo - Seguro que la comida de estehotel est para chuparse los dedos, pero despus de haber pasado tantas horas dentro de un avin meapetece despejarme. Hazme un favor y convence a Dara para que vayamos a cenar fuera. - puse los ojos en

    blanco.

    -Antes quiero probar el jacuzzi. - pens en voz alta, aunque l no me oyera.

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    Estaba segura de que era Tom quin aporreaba la puerta, no poda tratarse de otra persona, pero no le hice nicaso. Todava era pronto para salir a cenar, y quera disfrutar un poco ms de ese bao tan relajante. Habametido medio bote de sales de bao con aroma a frutas en el agua. Le hice sufrir un buen rato, hasta que secans y dej de llamar. Entonces sal del jacuzzi.

    -Harmonie? - o que me llamaba Dara. - Idiota!

    Estaba acostumbrada a que Dara me llamara estpida cuando le sacaba de sus casillas y se enfadabaconmigo, pero nunca me haba llamado idiota y menos en ese tono. Me apresur a ponerme el albornoz

    blanco que llevaba el nombre del hotel grabado en letras doradas, y fui corriendo hacia la puerta sin entendernada. Cuando la abr vi a Tom apoyado a la pared, que no poda dejar de rer a pesar de tener lo que parecala mano de la marca en la mejilla que se frotaba. Luego mir a Dara que pareca avergonzado, y cuando memir a los ojos y vi su iris color amarillo que volva poco a poco a su tonalidad marrn natural entend porque. Me ruboric y le apart la mirada.

    -Lo siento, yo no quera... - se haba puesto nervioso. - Tom me ha dicho que no le contestabas y pens que tehabra pasado algo, no me haba dicho que...

    -Toms Foley... - dije, apretando los dientes. - Sabes? Se me han quitado las ganas de ir a cenar fuera. - dimedia vuelta y entr en mi habitacin.

    -Puedo salir a cenar solo. - o que deca, antes de que yo cerrara la puerta de un portazo.

    Anduve muerta de vergenza por dentro de mi habitacin durante un rato largo. Daragh me haba vistodesnuda, y yo siempre haba sido una chica muy pudorosa. Como iba a poder mirarlo a la cara despus deeso? Y, conocindolo, estaba casi segura de que su comportamiento no ayudara. Maldito Tom, dije en vozalta unas cuantas veces seguidas. Por su culpa me sentira incmoda durante el resto del viaje.

    Me tumb sobre la cama e intent pensar en otra cosa. Pero el otro tema que me preocupaba eran missentimientos hacia Daniel. A mi misma me pareca ilgico que esos asuntos fueran los nicos que me

    preocupaban en ese momento, cuando un demonio me haba envenenado la sangre, entre otras cosas, ebamos a ponernos a buscar un libro que ni siquiera sabamos exactamente donde se encontraba, y sirealmente estaba donde Theresa crea. El motivo de mi despreocupacin era que me senta bastante optimistarespeto a eso, aunque no estaba del todo relajada en absoluto estaba segura de que todo saldra bien.

    Me qued dormida sin darme cuenta. Cuando abr los ojos me incorpor enseguida, tan rpido que luegosent un leve mareo. Al recuperarme de ese mareo me di cuenta de lo hambrienta que estaba. Mir mi reloj,eran las cuatro y media de la madrugada. Me levant y me acerqu a la pequea nevera que haba en unmueble, una especie de tocador, al lado del sof marrn. Me sent en el suelo y saqu un par de cosas queluego me llev sobre la cama. Todo estaba muy tranquilo, no se oa ni un solo ruido, solo el que haca yo alcomer. Luego me acord de esa pocin asquerosa que tena que tomarme, a parte de la crema que tena que

    ponerme en la cicatriz, pero todo estaba en la habitacin de lo chicos. Me apresur a acabar de comer, me

    puse el pijama y me acost antes de que se me cruzaran los cables.

    Tuve la sensacin de haber dormido solo durante diez minutos cuando llamaron a mi puerta. Respir hondo yme dirig hacia la puerta. Cuando la abr y me encontr con Dara, al que esperaba encontrarme, sonre.

    -Buenos das. - me dio la botella con la pocin para mi y la pomada.

    -Estaba en nuestra habitacin, no lo he visto hasta esta maana. Por que no viniste a buscarlo?

    -Se me olvid, y me qued dormida. Gracias.

    Haba algo de tensin entre nosotros, pero no mucha. Por suerte l no pareca incmodo ni nervioso. Eso merelaj bastante, an as se me cay el tap de la botella cuando la abr. Dara se agach antes que yo pararecogerlo del suelo, y le sonre como manera de darle las gracias.

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    -Quieres pasar?

    -Solo vena a darte eso y a decirte que debemos bajar a desayunar ya para salir lo antes posible.

    -Est bien.

    -Quieres que te espere? Tom ya est en el comedor. - sonre y asent dos veces.

    -Gracias. En dos minutos estoy lista.

    Beb de esa pocin mientras coga la ropa que iba a ponerme del armario y la dejaba sobre la cama. Ya estabaempezando a acostumbrarme a su mal sabor. De repente, mientras me quitaba el pijama, me pregunt si Daraestara observndome a travs de la pared. Eso me cohibi y me volv, dndole la espalda a la puerta.. Luegome di cuenta de que pensar eso era una estupidez sin sentido y me llam idiota varias veces en voz alta. Mesenta culpable por haber desconfiado en l durante un par de segundos. Como haba podido pensar eso?

    La incomodidad se produjo cuando nos quedamos en silencio dentro del ascensor. Desapareci cuandosalamos de este. Tom nos esperaba en una mesa redonda del fondo, comiendo como si hiciera das que no

    probaba bocado de una bandeja llena de bollera y pastas que l mismo se haba servido.

    Despus de desayunar salimos a la calle. El cielo estaba muy nublado, igual que el da anterior, y pareca queestaba apunto de empezar a nevar. Me baj el gorrito azul hasta que me tap bien las orejas, despus desubirme la bufanda para cubrirme completamente la boca para soportar ese aire tan fro. Tanto Tom comoDara hicieron algo por el estilo, despus de abrocharse sus respectivas chaquetas impermeables. Una vez

    bien abrigados empezamos a andar bastante juntos, pues la acera estaba muy concurrida y la gente iba yvenia de un lado a otro sin mirar lo que tena delante. Me llev unos cuantos golpes. Haba quedado prendadade la decoracin navidea que haba por la calle, una decoracin que me haba recordado las fechas en lasque nos encontrbamos, y que haba despertado mi espritu navideo.

    Llevbamos unos veinte minutos andando cuando empec a pensar que ellos tampoco saban hacia dondenos dirigamos. Entonces llegamos a un Rent a car. Me qued fuera esperando con Tom, que iba de un lado aotro mientras me hablaba. Yo lo ignoraba como sola hacer cuando resultaba molesto, es decir, siempre. Erainevitable, pero no me agradaba su forma de ser, y sus risas solan desquiciarme, cuando no se tomaba lascosas en serio. Odiaba pensar eso, pero saba que a l no lo echara de menos al igual que los dems cuandotodo eso acabara.Un hombre bastante moreno de piel y pelo blanco que llevaba un uniforme azul, sali muy decidido de lasoficinas. Ni siquiera nos mir cuando pas por nuestro lado. Dara sali detrs de l con un papel en la mano,y nos hizo un gesto con la cabeza para que siguiramos al hombre. ste se puso al lado de un Cheviy Aveo1.2 metalizado. Abri la puerta del coche, pero antes de dale las llaves a Dara se inclin un momento haciadelante y mir dentro. Luego asinti y nos hizo seas, querindonos decir algo as como: podis entrar.

    Al contrario de ellos dos, que haban estado en prcticamente todo el mundo, yo nunca haba salido del pas,y estaba ansiosa por conocer Hungra, aunque era muy consciente del motivo por el que estbamos all. Meapresur a sentarme en el asiento del copiloto antes de que lo hiciera Tom. l no se quej, cosa que mesorprendi. Cuando Dara arranc el coche se qued petrificado en el asiento, mirando fijamente el volante ycon la mano clavada en la llave.

    -Dara, que ocurre? - le pregunt, mientras me empezaba a asustar.

    -Odio los pases donde se conduce por la izquierda.

    -Que?

    -Se me hace ms difcil conducir. Har lo que pueda.

    -Estpido, me has asustado. - murmur. O la risa entre dientes de Tom.

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    Tenamos que ir a la ciudad de Visegrd, que se encontraba a casi una hora de Budapest. Por suerte el cochellevaba navegador GPS incorporado y no nos perdimos. Despus de dar un par de vueltas en coche pordentro de la ciudad encontramos una iglesia que no se pareca mucho a las que yo conoca. Dara, que nohaba tenido ningn problema conduciendo por la derecha, aparc el coche cerca de esta y nos acercamosandando.

    -Creis que lo encontraremos aqu? Theresa habl de un templo en ruinas.

    -Lo s, pero debemos buscar en todos lados. Recordad que una vez dentro no tenemos que llamar mucho laatencin.

    -Fingiremos que somos turistas. - dijo Tom, bostezando. Haba estado durmiendo prcticamente todo el viaje.

    Entramos en silencio, intentando no romper la calma que haba dentro de la iglesia. Camin por el pasilloque se formaba entre las dos hileras de bancos, y me par al lado de la antepenltima fila. Mir a mialrededor y comprob lo grande que era esa iglesia. De repente mis esperanzas se desvanecieron un pococuando me puse a pensar de un modo realista. Encontrar un librito en un lugar que no conocamos nosresultara mucho ms difcil de lo que imaginaba.

    -Ests bien? - me pregunt Dara en voz baja, ponindose a mi lado.

    -Crees que encontraremos ese libro? - nos miramos a los ojos. No me contest.

    -Seguro que lo que hay detrs de esta puerta podra interesarnos. - Dara y yo giramos la cabeza hacia laderecha a la vez. - Vaya, haca tiempo que no consegua hablarles a dos personas a la vez.

    Toms estaba al lado de una pequea puerta, situada en un rincn del templo muy cerca de la salida. Fuimoshacia all. Dara se concentr y sus ojos cambiaron de color mientras sus pupilas dilatadas.-Aqu dentro no hay nada. Sigamos buscando. - dijo, despus de haber estado recorriendo la puerta con la

    mirada durante casi dos largos minutos. - Es mejor que nos centremos buscando algn tiempo en ruinas.

    Llevbamos dos das buscando, yendo en coche de un lado a otro, caminando durante horas por la montaa,entre los rboles y la maleza hmeda, y no habamos conseguido hallar ningn templo en ruinas. Los tresestbamos ya muy cansados, los das se nos hacan largos, y de cada vez nuestras esperanzas disminuan. A

    pesar de eso ni siquiera nos habamos planteado rendirnos.

    -Acabo de hablar con Will por telfono. - me dijo Tom, desde su habitacin. - Conleth sigue insistiendo yamenazando, por suerte todo estamos a salvo.

    Me levant y fui hacia su habitacin, necesitaba preguntarle algunas cosas. Cuando llam a la puerta fue

    Dara quin me abri. Su pelo liso estaba mojado y llevaba una camiseta blanca de tirantes. Mi mirada sedesliz por sus brazos, nunca hubiese imaginado que los tendra fuertes, y luego por el resto de su cuerpo.

    -He venido a hablar con Tom. - dije, cuando quise parar mis pensamientos. l se apart para dejarme entrar.Tom, tumbado boca arriba sobre la cama. - Como est mi familia? Como estn Emil, Will, Theresa yKeelin?

    -El Demonio Mave ahora est acompaado, por esas copias baratas nuestras seguramente. Will dice quetienen muy mal aspecto, que estn muy plidos. Le recuerdan un poco a los zombies.

    -A intentado hacer algo?

    -Es listo, y ya se ha dado cuenta de que faltamos nosotros. Ahora parece ser que se ha olvidado de sus planesy teme a lo que le podamos hacer. No baja la guardia.

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    -Ojal que no consigan romper el conjuro de Theresa. Si entran en el castillo... - me sent en la cama. - Porque no encontramos ese maldito libro? Por que tiene que ser todo tan difcil?

    -No te desanimes, Harmonie. - me dijo Dara, ponindose un jersey negro sobre la camiseta. - Encontraremosese libro y acabaremos con Conleth de una vez. No le har dao a nadie ms.

    -De verdad lo crees? - asinti. - Espero que sea as. Luego vosotros volveris a ser normales. - Dara sonri.

    -Volvamos a la bsqueda. - dijo, cogiendo su chaqueta azul marino.

    -Que? Pero si pronto va a atardecer. - dijo Tom, incorporndose.

    -Nuestro avin sale pasado maana, recuerdas? No podemos perder el tiempo. - me levant y fui hacia lapuerta. - Nos vemos abajo, Harmonie.

    Que me haba pasado? Me pregunt, nada ms entrar en mi habitacin. Haba sentido una fuerte atraccinpor Dara, algo que nunca habra imaginado. Encend la luz con la cabeza agachada, estaba aturdida.Entonces vi algo sobre mi cama, y alc la mirada. Me sobresalt al ver a una persona tumbada de lado sobreesta, una mujer de larga melena negra muy lisa y ojos azules en concreto, tanto que choqu de espaldas conla puerta. La mujer, que llevaba los labios pintados de rojo y un vestido largo negro, se levant y se acerchacia mi. Agarr la manilla de la puerta con la mano, quera gritar y pedir ayuda pero la voz no me sala.Cuando iba a abrir la puerta la manilla me quem la mano y la solt despus de dar un grito de dolor.

    -Hola, bonita. Creo que estis buscando esto. - se sac del escote un pequeo y grueso libro color marfil.

    -Quien eres tu?

    -Me llamo Margit. Conleth me dio el privilegio de guardar este libro, es decir, su vida. Me siento muyafortunada y no puedo fallarle.

    -Y como sabes que lo estamos buscando?

    -Siempre que alguien ha intentado acercarse a este libro lo he sabido. Este libro es muy poderoso, sabes? -me agarr del brazo.

    -A donde me llevas?

    -A un lugar donde esos dos chicos tan atractivos nunca te encontrarn.

    Me estir con brusquedad, apartndome de la puerta, y dibuj con el dedo una estrella de sis puntas quequed grabada en la madera como si su yema la hubiera quemado. Al final de cada punta dibuj una especiede smbolos que no haba visto antes, y luego susurr unas palabras que no entend. Luego abri la puerta y

    un fuerte viento que me hizo cerrar los ojos me golpe el cuerpo. Los abr cuando me estir, y tard largossegundos en asimilar que estbamos andando por un bosque.

    El olor a tierra y hierba mojada era muy fuerte. Andbamos pisando hojas secas que se le haban cado a esosrboles cuyas ramas estaban desnudas. Los pocos rayos de luz del sol poniente se filtraban entre las ramas delos dems rboles, los de hoja perenne. An as el camino era bastante oscuro y ttrico.

    No tardamos en llegar a un templo cubierto de musgo, situado en lo que probablemente sera la zona ms fray oscura del bosque. Despus de pasar por un arco agrietado que atravesaba una pared de medio metrollegamos a la puerta de ese templo, una puerta vieja bastante baja que pareca que tena que romperse en mil

    pedazos con solo una patada. Margit tuvo que agacharse para abrirla. El interior del templo no tena nada quever con la parte de fuera, a pesar de que las races de los rboles haban alzado y agrietado algunos trozos del

    suelo, y de ese insoportable olor a humedad entremezclado con olor a cerrado que me hizo estornudar variasveces. Haba dos hileras de unos diez bancos cada una, que formaban un pasillo en medio que conduca a unaltar lleno de velas encendidas, la nica luz que haba en el templo.

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