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DeclARAcIN De oDIo

101ARGUMeNToS UAM-XochIMIlco MXIco

I

Francia no es un pas muy vasto. Pero es un pas muy diverso. Ah reside una delas originalidades ms impresionantes de su civilizacin; de ah vienen los colores

particulares y la uerza misma de su unidad espiritual como nacin.En ninguna parte aparece esta diversidad rancesa con mayor claridad que en lasonoma rural del pas: sus contrastes de relieves, tierra, clima, inmediatamente

Marc Bloch advierte, de entrada, que es de los campesinos de quienes hay que hablar.Hablar del campesino en singular lleva al error, y representa, adems, ignorar la historia de

Francia. Para Bloch importa todo: el desmonte medieval, el diseo de las aldeas, el tipo desuelo, las condiciones del terreno: el campesinado, el seor, los braceros, los labradores, lasolidaridad rural. La dierencia de ortunas provoca el individualismo pero surge tambin conste la colectividad. Y es a los campesinos a quienes les corresponde adaptarse a los nuevostiempos, concluye Bloch.

ABSTRAcT

To begin with, Marc Bloch warns that it is the peasants that must be spoken o . To speak othe peasant in singular leads to misconception, and in addition means to ignore Frances history.Everything is important to Bloch: medieval clearing o land or settlement, village design, the type

o soils, the conditions o the terrain; the peasant population, the lords, laborers, rural solidarity.The dierences o wealth brings about individualism but with it, also comes the community.And Bloch concludes that it is the peasants task to adapt to the new times.

* Publicado en revista Genses, nm. 20, Pars, 1995. Agradecemos a tienne Bloch, quiengenerosamente nos autoriz reproducir este texto de su padre enArgumentos. Estudios crticos de lasociedad, nm. 26, UAM-Xochimilco, Mxico, abril de 1997.

TIpoS De eSTRUcTURA SocIAl

n a ida rura ransa

Mar B


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m. Bloch TIpoS De eSTRUcTURA SocIAl eN lA vIDA RURAl fRANceSA

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perceptibles a la vista; ms los contrastes en las tradiciones sociales, propias de lasdierentes regiones y que por lo dems no dejan de inscribirse, tambin ellas, enatributos materiales del paisaje de casas y campos. Por esta razn, hablar del campesino

rancs en singular sera usar un trmino sin contenido vivo. Es de los campesinos dequienes hay que hablar.

Pero un motivo ms prohbe esta esquematizacin. Ninguna de nuestras pequeascolectividades rurales jams ha ormado un bloque humano de una sola pieza. Pordoquier, con lneas de separacin muy diversas segn los lugares, se ven coexistir diversasclases de explotaciones y, con mayor razn, de propietarios de la tierra.

Para dar una idea somera de la estructura de la sociedad rural rancesa, tomar comohilo conductor dos rdenes de enmenos: la reparticin y la orma de los asentamientoshumanos, enocados sobre todo en la relacin que guardan con la tierra cultivada; las

clases, enocadas en sus relaciones con el ejercicio de los derechos sobre la tierra.

II

a) En la mayor parte de Francia, el tipo de hbitat ms antiguo (al menos desdecomienzos de la Edad Media) ha sido la aldea. Hoy en da sigue siendo, en lasregiones donde otrora triun, si no la nica orma de asentamiento, al menos laundamental, en torno a la cual gravitan los caseros o las casas aisladas.La aldea se caracteriza por la presencia de un nmero relativamente elevado de amilias,que viven una al lado de la otra y que orman, juntas, una verdadera comunidad.La aldea no es slo un conjunto de casas; constituye un centro religioso, jurdico,econmico. Muchas de nuestras aldeas son muy viejas y todava llevan el nombre del

jee, del seor o del propietario con el cual ueron inscritas en el catastro galorromano.Adems no todas nuestras aldeas responden a los mismos modos proundos deestructura social. Me limitar a citar dos casos, que distan mucho de agotar larealidad.

1. En los campos de cereales del norte y Borgoa abundan las aldeas cuyas tierras

se componen de campos sin cercas, muy extensos y agrupados de manera muyregular en conjuntos de parcelas paralelas. El diseo mismo de estos terrenosindica un asentamiento sobre un plan colectivo. Por mucho tiempo este diseoimpuso el mantenimiento de uertes explotaciones comunitarias, que dejaronhuellas importantes en las costumbres.

2. En la regin mediterrnea, sobre todo al este del ro Rdano, los terrenos,generalmente divididos por el relieve, presentan un diseo en rompecabezas querevela una ocupacin sin plan de conjunto. La aldea es, ante todo, un oppidum,


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eDIcIN coNMeMoRATIvA 1987-2012

del tipo de las antiguas ciudades, lugar de reugio y culto, centro de una vidasocial cuasi urbana. Las explotaciones comunitarias de rotacin y pastizalestambin existieron en otros tiempos, pero desaparecieron relativamente pronto,

porque no haban sido impuestas por el diseo mismo de los terrenos. Ms quecon undamento en una accin econmica, el sentimiento colectivo encontrsu expresin duradera en la vida poltica y en las estas.

b) Parece ser que, desde la alta Edad Media, en las tierras pobres del oeste armoricanoy el Macizo Central, el rgimen del hbitat ue sensiblemente dierente delque acabamos de ver. Las amilias se establecan muy lejos las unas de las otras.

Adems eran grandes amilias patriarcales. Cuando estas primitivas comunidadesconsanguneas se escindieron en amilias conyugales, su asentamiento considerable

de personas, dio nacimiento a un casero compuesto por varias viviendas. Como lapobreza del campo exiga una cultura muy de las pocas; si demasiados hombreshubieran permanecido agrupados en conjunto, hubieran estado demasiado lejosde sus campos. Un poblado, generalmente ms antiguo que los otros y a menudoparroquial y econmico. Pero cada casero tena, y en cierta medida sigue teniendo,su propio territorio y sus tierras comunales.Por otra parte, durante mucho tiempo estas regiones slo haban practicado loscultivos de temporal. Poco a poco, en torno a las casas, se ueron estableciendocampos permanentes que, para evitar que el ganado paciera en los alrededores,ueron encerrados con cercas permanentes (por lo general de setos vivos) y quepor lo tanto resultaron excluidos de la explotacin colectiva. Pero un sentimientocomunitario muy uerte se mantuvo a causa de la existencia de tierras extensas que,destinadas a usos colectivos de recoleccin y pastura, servan a la vez, y en ocasionestodava sirven, temporalmente, de reserva para cultivos.

c) La evolucin rural despus del siglo XII se encamin, en su conjunto, hacia unadispersin creciente del hbitat por el nacimiento de nuevos caseros, incluso enlas regiones de las aldeas, por la aparicin y multiplicacin de casas aisladas.

1. En ocasin de los grandes desmontes medievales, se undaron verdaderas aldeas

nuevas, a menudo erigidas como parroquias. Pero tambin surgieron, especialmenteen los bosques, grupos menos numerosos de colonos que ormaron pequeoscaseros, ms o menos relacionados con una vieja aldea vecina.

2. La disolucin de las amilias patriarcales, que por lo dems se llev a cabo ms omenos tardamente, segn las regiones, no dio nacimiento a caseros slo por elasentamiento, unas al lado de otras, de las dierentes amilias que en otros tiemposhaban vivido juntas. Parece ser que en ocasiones hubo verdaderas migraciones desegundas generaciones que, a cierta distancia, ormaban nuevas poblaciones. El


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caso es muy claro en ciertas regiones montaosas donde haba un asentamientode invierno y un asentamiento temporal de verano. Este ltimo se transormen un casero permanentemente habitado.

3. Parece que las primeras casas aisladas tambin datan de los tiempos de los grandesdesmontes medievales. Se trataba de trojes seoriales y sobre todo, en susorgenes, de trojes monsticas, pertenecientes a rdenes cuyos miembros estaban,segn sus reglas, obligados a vivir lejos de otros hombres (principalmente loscistercienses). Posteriormente, a partir del sigloXV, las circunstancias econmicasy, sobre todo, el endeudamiento de los campesinos llev a muchos seores,burgueses o labradores ricos a comprar las tierras de los campesinos pobres.Como en general trataban de ormar explotaciones de una sola pieza, muy amenudo llegaban a adquirir casi todas las tierras de un casero. Las viviendas que

lo ormaban se vean as sustituidas por una casa solariega o una granja sola, y enadelante quedaban aisladas en el campo. Finalmente, sobre todo en las regionesen donde por razones de seguridad las aldeas primitivas haban tenido que buscarlugares elevados e incmodos, el advenimiento de tiempos menos turbios llev enocasiones a los habitantes a dispersar sus viviendas para acercarlas a sus camposy a las uentes de agua.

Pero este movimiento de dispersin encontr sus lmites. Primero por la orma mismade los terrenos. Aqullos de las comarcas de campos abiertos y alargados estn divididos de

tal manera que la explotacin cuenta con parcelas dispersas en amplios espacios; y losintentos de concentracin se toparon con el obstculo de tradiciones campesinas, que dehecho no siempre son tan injusticadas como ciertos agrnomos imaginan. Ah dondeimpera este diseo agrario, el labrador evidentemente no tiene ninguna razn para salirde su aldea, porque literalmente le resulta imposible vivir cerca de cualquiera de suscampos. Adems las costumbres a menudo no avorecen el aislamiento. Al campesinole repele vivir aparte, como un lobo. Y los hbitos de ayuda mutua, todava muyuertes, resultan un obstculo de ms para este alejamiento. El casero o la aldea, msque la casa aislada, son tpicos de la vida rancesa; y aun ah donde existe la dispersinrelativa, en orma de casero, o incluso la dispersin ms completa, con abundanciade casas aisladas, la presencia de un centro aldeano desconocido, por ejemplo, en lamayor parte de Estados Unidos o de Noruega ortalece la vida colectiva.


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III

Pero es una vida colectiva que no se unda en absoluto en la uniormidad ni de las

clases ni de los intereses.

a) Que hubiera, tan lejos como podamos remontarnos en la historia, dierenciasde riqueza entre la poblacin campesina es un hecho casi indiscutible. Pero,en la graduacin de las ortunas, desde tiempos muy tempranos se marc unalneas divisoria muy clara, por una parte, entre los poseedores de yuntas y, por laotra, entre los pobres diablos que slo tenan sus brazos para trabajar, entre loslabradores y los braceros. Las ms de las veces, el bracero no estaba totalmentedesprovisto de tierras. Pero sus campos no le resultaban sucientes para vivir. Deba

buscar un indispensable suplemento de ingresos alquilando su trabajo al labrador.Esencialmente era un jornalero.b) Por encima de los campesinos, existi durante mucho tiempo el seor. El rgimen

seorial desapareci bajo la Revolucin. Sin embargo, no sin que su largo imperiohubiera dejado en nuestra estructura rural huellas proundas. El seor no sloposea el derecho de percibir de sus terrazgueros, rentas o servicios, que las leyesrevolucionarias abolieron radicalmente. En la mayor parte de los seoros, a ladode las tierras as gravadas, exista un dominio, es decir una raccin del suelo queel seor pona a producir, sea directamente, sea por que pagaban, por lo tanto,rentas susceptibles de variar con el tiempo. Cuando el seor era laico y no habaemigrado, la Revolucin le dejaba naturalmente su dominio, considerado como unbien raz intangible. Y si, por el contrario, la seora perteneca a una comunidadeclesistica o a un emigrado? El dominio era conscado como bien nacional,despus vendido, pasando as a un nuevo comprador, con el suciente capital pararealizar la operacin.

A decir verdad, estos hechos no habran tenido grandes consecuencias sobre el estadoactual de la propiedad de bienes races, si los dominios seoriales hubieran estado engeneral poco extendidos o si, aun de grandes dimensiones, hubieran sido divididosal momento de la venta de un gran nmero de ellos como bienes nacionales. Hacia

el nal de la Edad Media, los dominios eran, en su mayora, de dimensiones muymediocres. Pero a partir del sigloXVI, los seores modicaron, en general, su poltica:alarmados por la devaluacin monetaria y el alza de precios que disminuan el valorreal de las rentas de las tierras, avorecidos por la crisis de endeudamiento campesino,antes sealada, en n, cuando ellos mismos eran de origen burgus, como a menudosuceda, dotados de capitales para invertir, hacan compras de tierra masivas queacrecentaban considerablemente sus dominios. Por otra parte, la venta de bienes


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nacionales se realiz en condiciones tales que, entre las vastas explotaciones asconstituidas, muchas no ueron divididas o slo lo ueron de manera muy dbil.En medio del desbarajuste de tierras campesinas, elevadas al rango de propiedades

pequeas o medianas, la mayora de los antiguos dominios, resultado de grandespropiedades, siguieron ormando grandes manchas blancas.Por lo dems, sera inexacto limitar la concentracin de tierras de los siglosXVI,XVII yXVIII como obra exclusiva de los seores. El mismo trabajo haba sido pacientementellevado a cabo por muchos burgueses, aun por aqullos que jams tuvieron accesoa poseer derechos seoriales, e incluso por cierto nmero de campesinos ricos,quienes adems, en su mayora, junto con el cultivo ejercan los lucrativos ociosde hoteleros, carreteros, comerciantes de ganado, molineros o usureros. De suerteque la coexistencia, entre nosotros tan caracterstica, de la gran propiedad campesina

es, en su esencia, resultado de la revolucin capitalista de los tiempos modernos,ayudada por el rgimen seorial.

c) No se puede decir que la evolucin posterior de los siglos XIXyXXno haya dadoimportantes resultados. Lo que se puede percibir ms directamente sin duda ue elgran debilitamiento, y en ciertas regiones la desaparicin casi total, de la clase de los

jornaleros. El primer xodo rural de alrededor de 1848 a 1880 abarcaba sobre todoa esta parte de la poblacin campesina, que el extraordinario sobrepoblamiento enel campo de cerca de 1800, y la desaparicin de los antiguos derechos de pastoreocolectivo, avorecido por la legislacin individualista de la Revolucin, haban reducido

a condiciones de vida ms diciles que nunca. Todava hay grupos extendidos deasalariados agrcolas, en ciertas regiones. Pero se trata casi exclusivamente de asalariadosde las grandes propiedades y de asalariados sin tierra. El bracero de otros tiempos,que ocupaba una parte de su tiempo para cultivar su pequea parcela y el resto paratrabajar para el labrador, es un tipo humano del que slo existen escasos sobrevivientes.

Algunos se beneciaron de la crisis de la ortuna burguesa para elevarse a la dignidadde verdaderos propietarios. Muchos otros se marcharon a las ciudades o se emplearoncomo obreros erroviarios y nunca ms volvieron.No resulta cil describir las vicisitudes de la grande y pequea propiedaddel siglo XIX y principios del XX. Tanto ms cuanto que en esos periodos lasvariaciones regionales ueron realmente importantes, intensicadas an ms por lastransormaciones econmicas avorables para que diversas zonas se especializaranen un autntico monocultivo. Parece ser que, por una parte, el despoblamiento,posterior a la congestin anterior, que aproximadamente rein despus de 1880, ypor la otra, la crisis de ingresos de la posguerra concluyeron en el reciente progresode la mediana propiedad a expensas de la pequea y gran propiedad. Entindase, deuna mediana propiedad campesina. En su conjunto, la coexistencia, anteriormente


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sealada, entre los dos tipos undamentales de propiedad, dierentes por la extensindel rea de apropiacin y por la posicin social del propietario, sigue siendo, conlos mltiples matices conorme a las dierentes regiones del pas, uno de los rasgos

propios de las estructura rural rancesa. Ms de una reciente oposicin de interesesse explica a causa de ello.

IV

Aqu no podemos sino hacer aforar los graves y mltiples problemas que hoy en dase le imponen a nuestra sociedad rural, o mejor dicho, a nuestra poblacin campesina.Por lo dems, se pueden resumir con una palabra: adaptacin. Quiero decir: para las

ormas de vida muy antiguas y cuya persistencia, por s misma, es deseable, la necesidadde adaptarse a una civilizacin en plena renovacin. Una economa aldeana, undadaen el consumo local o para que el abasto de mercados sea muy prximo o al menoscon una demanda de bienes poco dierenciados (como el trigo), debe adaptarse a unaeconoma sin cesar dependiente de inmensos y cambiantes mercados. Una sociedadtradicionalista o bien se ve atrada por sociedades de costumbres urbanas o bien sedeende contra estas costumbres. En n, las antiguas ormas de solidaridad colectiva,que constituyen el armazn de las antiguas comunidades rurales, deben, para conservarsu valor, encontrar ormas nuevas.


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Franciscana(2009), leo y aluminio sobre madera,32x24 cm, col. particular, Cuidad de Mxico.

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