Blanco, Ramos Sucre y la ciudad
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Universidad Central de Venezuela Escuela de Letras Literatura Venezolana II Prof. Eduardo Febres Br. Nstor Linares
Arcadia personal:
Jos Ramos Sucre, Andrs Eloy Blanco y la ciudad
Creadas como pilares de una nueva era de luz civilizadora, las ciudades son
partes vitales del mundo del hombre moderno. Es difcil concebir el siglo XXI
sin imaginarse colosos como Pars, Nueva York o Tokyo, ciudades que de alguna
manera representan un avance social, cultural y tecnolgico masivo para la
humanidad, sin embargo existe una dualidad moral que ensucia el posible
concepto de arcadia o utopa que acompaa al avance. La pureza, un valor de
carcter religioso que ha permeado en la moral de muchas culturas, crea una
apreciacin diferente que cambiar con las ideas preconcebidas que se tengan
sobre el mundo. En el caso de las ciudades modernas, la visin conservadora
obtenida a travs de una mentalidad pura solo encontrar un foco masivo de
indecencia y decadencia humana. Ramos Sucre en Discurso contemplativo y
Ocaso, si bien no toma una postura religiosa al respecto, decide alejarse de las
ciudades por este pensamiento de desidia humana, por lo que para l las ruinas
sern las ciudades idlicas: sin personas ni interrupciones que destruyan el
proceso creativo. Blanco, por otro lado, tomar la figura bblica de la Torre de
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Babel como un ejemplo de las ciudades modernas en Arquitectura y, en un
cambio de perspectiva, intenta mostrar que no solo en la soledad se puede
conseguir una paz de mente en su poema El extrao
Para Ramos Sucre, la estancia ideal es aquella que no intervenga en su
proceso creativo, en sus poemas se adivinan una serie de deseos, casi de reglas,
sobre aqul lugar utpico para escribir:
[...] aspiro a vivir en una casa espaciosa y antigua donde no haya otro ruido que el de una fuente, cuando yo quiera or su chorro abundante. Ocupar el centro del patio, en medio de rboles que, para salvar del sol y del viento el sueo de sus aguas, enlazarn las copas gemebundas. Recibir la nica visita de los pjaros que encontrarn descanso en mi refugio silencioso. (1980:39)
Pero ms all del hogar solitario deseado, las descripciones del paisaje y su
desolacin son los componentes clave del distanciamiento que Ramos Sucre
parece desear en su poesa, pues las caractersticas que l decide exponer son
aquellas de pases fros, grises, antpodas de nuestro caribeo pas lleno de
verdor y sol. Jos Ramn Medina, en su estudio preliminar sobre Ramos Sucre
incluido en la Obra Completa, hablar sobre esta predileccin [...] paisaje nrdico, brumoso, muy lejano de la
realidad venezolana, lo concepta la mayora de la crtica. En cierta forma, es un paisaje enfermizo, creado a imagen y semejanza de una sensibilidad doliente, un paisaje de abstracciones y trazos desprovistos de vida intensa y verdadera. (1980:LXXII)
La esterilidad de sus paisajes es un contraste impactante cuando consideramos
la idea de proliferacin que proponen las fue ciudades. Esta desolacin se
perpeta en su obra potica como un espectro deseoso de compaa.
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Eloy Blanco aadir el aspecto profano a la imagen de la ciudad al
compararla con Babilonia en Arquitectura. El mito bblico de la Torre de Babel
-aquella que deseaba llegar a los cielos, construida por un pueblo que hablaba
una sola lengua, pero finalmente detenida por el Dios del antiguo testamento-
se ha fijado en el imaginario colectivo como una prueba de que el hombre
civilizado es capaz de desafiar a los dioses. Para detener la inminente llegada al
cielo, Yahveh decide crear los idiomas y causar una confusin en masa,
efectivamente eliminando cualquier tipo de rebelda humana. Eloy Blanco
propone una segunda Babel en su poema, tal vez en otra realidad, en donde la
confusin es evitada en el silencio y la unidad de todos aquellos con el
proposito lo suficientemente fuerte de construir la torre. En la primera
Babel/nadie amaba./Si dos hubieran amado,/ habran quedado silenciosos/y todo
hubiera ido ms all de los cielos. escribe Blanco, estableciendo un punto
importante en la colectividad de la ciudad: la soledad en las interrelaciones. La
imposibilidad de entendimiento lleva a la visin profana de la ciudad: qu
puede salir bien en un lugar donde existen mentalidades tan diferentes? Esta
visin heterognea se enraiz en el concepto que se tiene de una ciudad
relativamente grande, las muchas diferencias de pensar y comportarse siendo
una razn principal para el desprecio de aquellos que no desean ser perturbados
en lo ms mnimo: esto pasa en los poemas de Ramos Sucre, quien dice que la
verdadera bondad del mundo solo puede ser lograda en la interioridad personal.
Mariano Picn Salas, en Regreso de tres mundos, habla de la dicotoma -podra
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hablarse hasta de hipocridad- que algunos escritores tienen al hablar de lo
verdaderamente bueno: La literatura arrastra la trgica paradoja de que los
seres en su vida normal se comportaban como egostas o neurticos, describen
la ternura, el desinters y el amor humano mejor que muchos hombres
autnticamente buenos. (1959:1278). La imagen del campo solitario como una
metfora para la pureza humana, de espritu, es una manera de expresar el
deseo reprimido de ser otra persona, reforzado en Ramos Sucre por el uso de
varios sujetos lricos, mscaras que deforman el concepto de persona y a su vez
permiten una vida relativamente plena, como lo dir Armando Rojas Guardia en
Ramos Sucre y el problema del yo: por momentos ellas podan sustituir el
peso de ser alguien y otorgarle la precaria conviccin de ser todas ellas y nadie
al mismo tiempo (2006:434)
La otra cara de la moneda se nos revela con El extrao de Eloy Blanco.
Jos Ramn Medina, intentando explicar la soledad en Ramos Sucre, escribe que:
Ser solitario expresa Carlos Augusto Len es algo ms que estar solo. Es tener una soledad donde los otros no pueden penetrar, semejante a la que rodea, en su ms hondo sentido, al nacimiento y a la muerte. Es en cierto modo una voluntad de estar solo, agravada tal es el caso por influencias exteriores, pero que no arranca necesaria ni nicamente de ellas (1980:LXXVI)
Si bien se refiere a un poeta diferente a Blanco, el concepto prevalece pues el
extrao encuentra en s mismo una necesidad de no verse reflejado en las
personas que ve a su alrededor. Es el dilema del que no pertenece a ningn
lugar. Sin embargo, al buscar refugio en la inmensidad de la naturaleza, lo
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verdaderamente escalofriante de la humanidad se le refleja en las aguas del
mar: el fondo intocable no est debajo del agua, sino dentro del alma del
hombre. Conocerse plenamente conlleva un viaje inacabable e imposible, donde
el sufrimiento es permanente. Agobiado por las nuevas verdades, el extrao al
fin puede ver y apreciar mejor lo que ha dejado atrs, y en su soledad prefiri
estar dentro del mar humano.
As pues, la ciudad nos muestra dos de sus mscaras en estos dos poetas y
nos invita a imaginar su verdadera cara. Ser de verdad una cueva de
perversiones o un nido de oportunidades, de avances? Lo ms probable es que
sea una combinacin extraa de ambos extremos, donde la soledad y la
multitud van de la mano sin necesidad de destruirse mutuamente.
Bibliografa
BLANCO, Andrs Eloy (1960). Arquitectura, El extrao Baedeker 2000. Ed. Cordillera. Caracas: Feria del libro venezolano.
MEDINA, Jos Ramn (1980) Trayectoria de Jose Antonio Ramos Sucre Obra Completa. Caracas: Biblioteca Ayacucho. PICN SALAS, Mariano (1959) Literatura y sociedad Regreso de tres mundos. Caracas: Biblioteca Ayacucho.
RAMOS SUCRE, Jos Antonio (1980).Discurso contemplativo, Ocaso. Obra Completa. Caracas: Biblioteca Ayacucho. ROJAS GUARDIA, Armando (2006). Ramos Sucre y el problema del yo Ensayo: obra completa. Caracas: Ediciones El Otro el mismo.
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