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Biografía[editar ] Lorenzo de las Llamosas nació probablemente en el año de 1665 en Lima 1 o en Arequipa 2 o en el Cuzco 3 y a partir del año de 1705, luego de salir de la cárcel de Valladolid y desde la fecha de su último libro conocido, el Pequeño panegírico.., Paris, 1705, se pierde todo rastro suyo. Su biografía es reducida en datos y carecemos casi completamente de referencias; las que sobre él existen, algunas incompletas y otras dudosas, provienen en su totalidad de los estudios realizados por el investigador peruano Guillermo Lohmann Villena . De su obra literaria conocemos siete libros -3 de teatro en verso, 3 de prosa y un panegírico en verso- amén de una carta y unas octavas reales consagradas al homenaje póstumo que se rindió a Sor Juana Inés de la Cruz , en una publicación hecha en Madrid, en 3 t. el año de 1701. De modo pues, que sus trabajos literarios cubren los 16 años que van desde 1689 hasta 1705, y que son presumiblemente los años finales de su vida. La crítica literaria peruana no ha prestado la necesaria atención a la obra de este escritor. Luis A. Sánchez y José de la Riva-Agüero , no lo mencionan en sus estudios literarios; tampoco lo hace don Ricardo Palma , quien se caracteriza por dejar muy pocos rincones literarios sin estudiar. En cambio Augusto Tamayo Vargas sí le presta atención y también el General Manuel de Mendiburu que lo incluye en su Diccionario biográfico-histórico y por supuesto, existe el libro que le dedica el P. Rubén Vargas Ugarte S.J. que tantas veces se mencionará en este trabajo y que es la única edición existente, que contiene algunos de los textos de Llamosas, aunque estos estén mutilados y se le atribuya la paternidad del poema Demofonte y Filis, lo que hoy en día no puede ser sostenido.Sin embargo en la actualidad se está valorizando su obra y así lo demuestra su inclusión en dos modernas Antologías, una de poesía y la otra de teatro. 4 En Lima, Llamosas escribió de acuerdo a su propio dicho y a la edad de 20 años, en 1685, un panegírico a Carlos II por pedido de su protector el virrey Duque de la Palata , texto que se ha perdido. Igualmente en esta capital escribió la zarzuela También se vengan los dioses, en tanto que el resto de su obra fue escrita en España.

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Biografa[editar]Lorenzo de las Llamosas naci probablemente en el ao de 1665 en Lima1o en Arequipa2o en el Cuzco3y a partir del ao de 1705, luego de salir de la crcel de Valladolid y desde la fecha de su ltimo libro conocido, el Pequeo panegrico.., Paris, 1705, se pierde todo rastro suyo. Su biografa es reducida en datos y carecemos casi completamente de referencias; las que sobre l existen, algunas incompletas y otras dudosas, provienen en su totalidad de los estudios realizados por el investigador peruanoGuillermo Lohmann Villena.De su obra literaria conocemos siete libros -3 de teatro en verso, 3 de prosa y un panegrico en verso- amn de una carta y unas octavas reales consagradas al homenaje pstumo que se rindi aSor Juana Ins de la Cruz, en una publicacin hecha en Madrid, en 3 t. el ao de 1701. De modo pues, que sus trabajos literarios cubren los 16 aos que van desde 1689 hasta 1705, y que son presumiblemente los aos finales de su vida.La crtica literaria peruana no ha prestado la necesaria atencin a la obra de este escritor.Luis A. SnchezyJos de la Riva-Agero, no lo mencionan en sus estudios literarios; tampoco lo hace donRicardo Palma, quien se caracteriza por dejar muy pocos rincones literarios sin estudiar. En cambioAugusto Tamayo Vargass le presta atencin y tambin el GeneralManuel de Mendiburuque lo incluye en suDiccionario biogrfico-histricoy por supuesto, existe el libro que le dedica el P.Rubn Vargas Ugarte S.J.que tantas veces se mencionar en este trabajo y que es la nica edicin existente, que contiene algunos de los textos de Llamosas, aunque estos estn mutilados y se le atribuya la paternidad del poema Demofonte y Filis, lo que hoy en da no puede ser sostenido.Sin embargo en la actualidad se est valorizando su obra y as lo demuestra su inclusin en dos modernas Antologas, una de poesa y la otra de teatro.4En Lima, Llamosas escribi de acuerdo a su propio dicho y a la edad de 20 aos, en 1685, un panegrico aCarlos IIpor pedido de su protector el virreyDuque de la Palata, texto que se ha perdido. Igualmente en esta capital escribi la zarzuelaTambin se vengan los dioses, en tanto que el resto de su obra fue escrita en Espaa.Llamosas parti de Lima en el squito del virrey Duque de la Palata con direccin a Madrid, adonde solo lleg el autor, ya que el virrey falleci en Panam. Una vez en la metrpoli, se integr a la corte, escribi libros, se dedic al ejercicio de las armas participando en la desastrosa campaa contra los franceses en Catalua. Viaj hasta por dos veces, y en ambas extensamente por Europa, dedicado a menesteres de armas y al aprendizaje de idiomas.Durante la poca de Llamosas se sucedieron en el gobierno de Espaa:Felipe IV(1621-1665),Carlosa II(1665-1700) yFelipe V(1700-1756), en tanto que al frente del Vireinato del Per estuvieron donMelchor de Navarra y Rocafull, el Duque de la Palata(1681-1689) y donMelchor Portocarrero Lasso de la Vega, el Conde de la Monclova(1689-1700). Felipe IV dej el gobierno de su Reino en manos deGaspar de Guzmn, el Conde-Duque de Olivares, durante el cual Espa perdila guerra de los Treinta aosy adems cedi importancia en el concierto europeo; le sucedi su hijo, Carlos II, que fue el ltimo de la dinasta delos Austria, y que dio probadas muestras de incapacidad para gobernar, perdindose elReino de Portugal, que se independiz. Ante la ausencia de descendencia real, la corona espaola pas a la dinasta delos Borbones, el primero de los cuales fue el Duque de Anjou, en Espaa: Felipe V.Obra[editar]En la primera mitad del siglo XVI la literatura de carcter didctico, que es la que con mayor entusiasmo va a desarrollar Llamosas, florece con mucha fuerza en Espaa. Son muestra de ello Alonso Herrera, Juan Lpez de Vivero y Francisco Lpez de Villalobos; as mismo la obra del jesuitaP. Jos de Acosta, espaol que vivi 17 aos en Amrica trabajando como misionero y que produjo un trabajo capital:Historia natural y moral de Indias.Fr. Antonio de Guevara, luego Antonio Prez y el jesuita Pedro de Rivadeneyra, y finalmente Diego Saavedra Fajardo, continuaron con esta tradicin de literatura didctica ya en el siglo XVII. Hay pues una larga y clara precedencia en cuanto a la utilizacin del medio literario como forma de educacin, lo cual ser recogido por Llamosas a travs de sus obras en prosa: moralizadoras y didcticas.El teatro en la primera mitad del siglo XVI no es todava un teatro de ndole popular y deriva hacia la imitacin de los modelos clsicos, postergndose as la aparicin de un genuino teatro espaol, basado esencialmente en lo popular, haciendo de esta manera posible el que sea gustado por un auditorio amplio.El siglo XVII es ciertamente el Siglo de Oro de la literatura espaola.Miguel de Cervantes,Lope de Vega,Tirso de Molina, elP. Juan de Mariana,Luis de Gngora,Francisco de Quevedo,Baltasar Gracin, el mexicanoJuan Ruiz de AlarcnyPedro Caldern de la Barca, forman lo esencial de este tiempo privilegiado de la inteligencia y el arte espaoles. Durante este siglo hay en Espaa una gran influencia literaria de Italia y se da el inicio del barroco como tendencia general en el mundo cultural, escindido en Espaa en sus dos ramas ms aparentes:conceptismoygongorismo.En Amrica este siglo es todava propicio a seguir los modelos clsicos:Ariosto,Tasso,Virgilio; y es el de la aparicin de escritores como Juan Ruiz de Alarcn ySor Juana Ins de la Cruzen Mxico, y en el PerJuan de Espinosa Medrano, el Lunarejo.Tambin en este siglo, Europa se encuentra al final de varias de las guerras religiosas que se iniciaron con la Reforma. La unidad europea que en gran parte estaba garantizada por la institucin monrquica de la familia de los Habsburgo, de origen alemn y con una rama en Austria y otra en Espaa, se pierde debido al surgimiento de la idea de las nacionalidades y al fuerte apoyo delCardenal Richelieua las monarquas protestantes, para enfrentar a los tradicionales enemigos de Francia, los reyes catlicos espaoles.En la poca en la que Llamosas desarrolla sus trabajos, el gongorismo se asienta en Amrica sobre todo desde que Juan de Espinoza Medrano, el Lunarejo (1632-1688) escribe su Apologtico en favor de don Luis de Gngora a quien haba tratado desdeosamente el portugusManuel Fara y Souza(1590-1649) en su elogio al poeta lusitanoLuis de Camoens. Cabe sealar que el escrito de Fara es de 1627 y la contestacin o refutacin de Espinoza es de 1662 ( Fara ya estaba muerto en esta fecha y Espinoza an no haba nacido, cuando el portugus public su trabajo). Juan de Aylln, franciscano limeo, nacido en los primeros aos del 1600 publica en 1630 su "Poema de las fiestas que hizo el convento..." y que es una de las primeras y mejores expresiones del gongorismo americano. Ya est dicha la importancia del Lunarejo para esta corriente literaria, la que contina en los trabajos de los hermanosLen Pinelohasta llegar a los integrantes de la Academia palatina del virrey Duque de la Palata, de principios de los aos 1700 y en la cual destaca entre otros donJos Bermdez de la Torre y Solier, y finalmente termina con las obras de donPedro de Peralta y Barnuevoy donLuis Antonio de Oviedo, el conde de la Granja, como exponentes mayores del estilo gongorino: abundancia de latinismos y gran nmero de metforas, trasposiciones y neologismos.En la literatura virreinal peruana se pueden destacar los siguientes poemas, como los mejores y al mismo tiempo los ms representativos de sus autores y de su poca: La Araucana, publicada la primera parte en 1569,la segunda en 1578 y la tercera en 1589; deAlonso de Ercilla. El Arauco domado, en Lima, 1596, impreso por Antonio Ricardo; dePedro de Oa. La Cristada, en Sevilla, 1611, impresa por Diego Prez; del dominicoDiego de Ojeda( a quien Luis A. Snchez y A. Tamayo Vargas llaman Hojeda, siguiendo la grafa de la poca). Armas antrticas,en los primeros aos del 1600; poema inconcluso deJuan de Miramontes y Zuzola. Lima fundada, en Lima, 1732; de don Pedro de Peralta. Poema sacro, en Lima,1717 y Vida de Santa Rosa, en Madrid, 1712; ambos poemas de don Luis A. de Oviedo, el conde de la Granja. Destacan adems, autores menos conocidos por el pblico y no por su falta de mritos literarios sino por haber permanecido inditos hasta hace muy poco tiempo, en manuscritos de difcil por no decir imposible acceso: el largo y bello poema "La pasin y muerte de nuestro redentor y seor Jesucristo", del mercedariofray Francisco del Castillo O.M.,5"Telmaco en la isla de Calipso", exquisito poema de donJos Bermdez de la Torre y Solier6y Demofonte y Filis, poema de autor annimo que, haya sido o no haya sido, copiado del anterior, tiene una existencia literaria valiosa.Teatro[editar]Es una zarzuela, es decir una composicin literaria y musical, con una loa y un sainete, del mismo autor. Escrita en homenaje al hijo del virrey Conde de la Moncloa, don Melchor Portocarrero Laso de la Vega, se conserva en manuscrito. En la dedicatoria al Virrey, que est escrita en prosa, se incluyen unos pocos versos.En la loa se desarrolla un dilogo entre Mxico y Lima, en memoria de las dos ciudades en donde ha ejercido autoridad el virrey y se puede notar que el escenario dispuesto por el autor es muy grande y fastuoso por la gran cantidad de maquinaria que se necesita para variar el escenario y tambin para hacer volar a los personajes, cuando deben hacerlo, por el aire. Esta caracterstica escnica se repetir en todas sus obras teatrales, las cuales por estar destinadas a festejos reales seguramente no tenan limitaciones de gasto.La comedia-zarzuela se desarrolla en dos jornadas, y en ella Apolo y Venus disputan entre s para favorecer los amores de unos pastores que se enamoran y entrecruzan sus amoros entre ellos; el elemento cmico est asegurado por los parlamentos del personaje denominado Cuervo, cuyas intervenciones, coloquiales la mayora de ellas, pone el elemento popular y de frescura espontnea, que contrasta con el habla ampulosa y recargada, a fuer de gongorina, de los dems personajes.Entre estas dos jornadas se intercala el sainete "El astrlogo", en el que este personaje adjudica a jvenes pastores de ambos sexos que le consultan, la ubicacin que les corresponde dentro de los signos zodiacales, como manifestacin de su suerte futura.Hay que advertir en lo tocante a esta obra, que ha sido ya publicada por el P. Vargas U. en su libro "Obras" de Llamosas que su texto en esa edicin equivale a la mitad del que presentamos aqu, el cual ha sido tomado del manuscrito original, y esto debido sobre todo a que los parlamentos del personaje Cuervo han sido suprimidos casi en su totalidad. Este personaje utiliza trminos como: volaverunt, denantes, por diez (equivalente a, por Dios), voto a tristo (voto a Cristo), vive diez (vive Dios), y frases como:"de presente te la pega/con un esposo futuro/", "que es muy moza para suegra". "Amor, industria y poder", otra de sus obras teatrales, es "una fiesta real, representada y cantada", tal como lo dice la portada del libro editado en Madrid, en 1692. Llamosas es el autor tanto de la loa como de la comedia, en dos jornadas. Nada se nos dice sobre la autora del entrems, baile y fin de fiesta, que junto con la loa y las dos o tres jornadas de la comedia, formaban las seis o siete partes de que se compona habitualmente una representacin escnica de esos tiempos. La loa consiste en una escenificacin que a pesar de su corta duracin exige una maquinaria teatral muy grande y elaborada, para as poder trasladar a los dieciocho intrpretes en escena y efectuar sus desplazamientos suspendidos en el aire. Aparece el Tiempo, que representa las tres edades posibles: pasado, presente y futuro; luego, 12 actores que son las doce horas que tiene el da y cada uno de ellos es portador de una letra con las cuales formar CARLOS SEGUNDO, pero como las letras del nombre son trece y no doce, la O final tiene el carcter de resumen de todo, por ser un crculo, que es la imagen de la perfeccin. Se trata pues de una alegora bastante bien lograda del tiempo en abstracto en relacin con la duracin del tiempo concreto de una persona determinada. La comedia, que por la msica que contiene es ms bien unazarzuela, tiene como motivo central un tema mitolgico: el robo de Europa, hija del rey de Fenicia, por Jpiter bajo la forma de un toro que la lleva a Creta, donde nace el hijo de ambos, Minos, rey de Creta cuya esposa Parsfae ser la madre del Minotauro. Para que el tratamiento mitolgico del argumento quede bien definido se refiere tambin el episodio de Leda y el cisne, en el cual Jpiter esta vez bajo la forma de un cisne tiene una relacin amorosa con Leda, fruto de la cual nacern Cstor y Plux.El final de esta comedia-zarzuela, que al igual que su loa hace uso de una gran maquinaria escenogrfica, proporcionando a su Real homenajeado un espectculo de gran fausto y dimensiones, nos presenta a Jpiter convertido en un toro blanco raptando a Europa y llevndola a Creta. En esta obra intervienen dos personajes con el carcter de graciosos: Gazapo y Alcornoque, en vez de ser uno slo con esta caracterstica. Entendemos que la conquista de Europa ha sido posible por la unin de industria, amor y poder. La comedia "Destinos vencen finezas", es tambin una zarzuela y su autor la denomina: fiesta, ya que est dotada de msica por el maestro D. Juan de Navas, cuyo nombre figura en la portada del libro al lado de la del autor del texto. La obra est dedicada al Rey don Carlos II en el da de su onomstico del ao 1698 y tambin a su esposa doa Mariana de Baviera, y se represent en el palacio real por las dos compaas de teatro que en ese momento estaban asignadas al palacio. En la carta con que se inicia el libro, que est dirigida a don Juan Francisco de Castelvi, Marqus de Laconi, quien es el funcionario palaciego a cargo de la organizacin de las festividades en homenaje al Rey, Llamosas confiesa que "nada aborreca ms mi genio que escribir comedias, como lo ha acreditado en seis aos mi retiro"; se refiere a los seis aos transcurridos desde que escribi su comedia-zarzuela: Amor, industria, poder en 1692 y tambin representada con motivo del onomstico de Carlos II en ese ao, pero como aprovechado hombre de corte que es, no deja Llamosas pasar la oportunidad para ensalzar al Marqus de Laconi, evidentemente su protector, recordando desde los orgenes a su familia en Borgoa, donde Castelvi fue capitn de guardia delRey de Francia, Enrique IVy desde ese momento expone toda su genealoga hasta los tiempos presentes. Esta alabanza genealgica la termina Llamosas con una frase en la que se puede adivinar una carga de irona: "ceso, por hacerle a usted la lisonja de no elogiarle". Por fin, y antes de comenzar la comedia o fiesta, participa Llamosas al lector en una apretada sntesis sus actividades de los ltimos aos en que no ha escrito comedias, pero ha utilizado su tiempo en viajar: dos veces a Italia, y tambin a Inglaterra, Holanda, los pases bajos [una de estas dos ltimas referencias debe ser hecha a lo que hoy es Blgica] y Francia. Cuenta tambin que slo ha tenido tres das para escribir esta pieza, a la que luego hubo que ponerle msica y ser estudiada para su representacin; tambin nos dice que la duracin no deba exceder de las dos horas y media, con loa, entrems, baile y fin de fiesta. Las listas de personajes que intervienen tanto en la loa como en la comedia, que tiene tres jornadas y en el baile, tienen la particularidad de recoger los nombres de las actrices y actores que interpretaron los papeles en esa ocasin. Al final del libro nos encontramos con la salvedad que no se imprime el fin de fiesta, por no ser del mismo autor. El argumento de la comedia est sustentado en la relacin amorosa truncada deDidoconEneas, en la ciudad de Cartago. Al fin, la intervencin adversa de los dioses hace fracasar estos amores y por orden que lleva Mercurio, el mensajero de los dioses, se le conmina a Eneas a que junto con sus compaeros parta sin decirle nada a Dido. Esta es tambin la razn del ttulo de la obra, Destinos vencen finezas, es decir, que la compleja maquinaria de la voluntad de los dioses impide a Eneas proceder con la urbanidad debida al separarse de Dido sin una despedida. En las lneas finales de la pieza, Dido otorga su mano y con ella su reino, a Yarbas. Esta es una singularidad del autor, ya que la mitologa afirma en cambio que Dido prefiri la muerte antes que casarse con Yarbas. El baile, intercalado, que lleva el nombre de baile del bureo es una escenificacin burlesca en la que se critican los hbitos burocrticos (de all el nombre de bureo) que existan en la corte de Madrid. Los nombres de los seis personajes, pueden ser hombres o mujeres, as lo seala el autor, que intervienen son: paneteria, cava, frutera, santeria, confitera y ceretia, nombres que deforman los oficios que llevan a cabo. Estas tres comedias, las nicas obras teatrales que produjo nuestro autor, son todas ellas fruto de compromisos palaciegos y de carcter cortesano, complaciente; sin duda, son los medios de que dispona Llamosas, un indiano en la corte de Madrid, para escalar posiciones y buscar un lugar en Espaa. Por esta necesidad impuesta a su produccin literaria, entendemos que recurriera al depsito casi infinito de la mitologa clsica, donde siempre se encuentran historias que contar, interesantes y conocidas por el pblico de la corte, el cual se preocupaba ms que por lo que va a ocurrir, por el modo en que esto ser presentado.Poesa[editar]Las nicas dos composiciones de ndole potica son lasOctavas a Sor Juana Ins de la Cruzy elPequeo panegrico..., teniendo por cierto que Demofonte...no le pertenece, y es obra de un autor que permanece annimo hasta nuestros das y que las tres obras de teatro en verso que escribi Llamosas no tienen contenido potico, sino que fueron escritas de compromiso y en verso.En las Octavas reales escritas por Llamosas ante el pedido de participar en el homenaje pstumo que se rindi a la musa de las letras, la mexicana Sor Juana Ins de la Cruz, mediante un libro que se public en Madrid en tres tomos, se nota simplemente el tono elegaco que deba tener la composicin y los deseos de colaboracin literaria del autor peruano.Para la publicacin del Pequeo panegrico..., Llamosas, que ha salido ya de la crcel de Valladolid evidentemente, se ha dirigido a Pars y all por intermedio del embajador espaol ante la corte de Luis XIV, el Duque de Alba, le pide a ste que interceda ante el Rey francs para que acepte su ofrenda, que quiere realizar en forma de libro. Este libro y sus circunstancias son lo ltimo que sabemos de su autor: l sale de la crcel en 1704 y en marzo de l705 se imprime este libro en Pars, gracias a sus gestiones.A partir de este momento se pierden definitivamente sus huellas.El autor dirige al inicio del libro un breve texto en prosa al Rey francs alabndolo y luego vienen las 42 octavas del panegrico (hay que sealar una vez ms que en el libro del P. Rubn Vargas U. Obras de Llamosas se publican slo l6 octavas y sin los prolegmenos); su texto es de tono encomistico, cortesano, alico y en determinado momento toca lo desaforado cuando dice que as como Dios envi a la segunda persona de la Santsima Trinidad, a Jesucristo al mundo, as Luis XIV envi al segundo de sus tres nietos, el Duque de Anjou a Espaa, para ser coronado como Felipe V. Excesos de Llamosas, estos de comparar a un rey con Dios. Sin embargo esta comparacin de Felipe V con Jesucristo, tiene antecedentes en la literatura espaola; el poco conocido poeta Antn de Montero se refiri as a la Reina Isabel I de Castilla, la Reina Catlica: Alta reina soberana/ si fuerais antes vos/ que la hija de Santa Ana,/ de vos el Hijo de Dios/ recibiere carne humana.El "Manifiesto apologtico" fue escrito por Llamosas a la mayor gloria de su protector, el virrey Duque de la Palata, don Melchor de Navarra y Rocafull. El mismo autor seala las tres partes de su obra: una alabanza al Duque de la Palata, la relacin de los aciertos de su gobierno en el Per y las materias a que estos se aplicaron, y una oracin fnebre a su valedor, que muri en Panam camino de Espaa y cuyas cenizas reposan en la iglesia de Portobelo.La primera y la tercera parte son de compromiso y no tienen mayor trascendencia; lo interesante aparece en la segunda parte, en el inventario de los hechos del gobierno del Virrey.En esta parte de su trabajo se ocupa Llamosas del Patrimonio Real -formado por el Real Patronato y la Real Hacienda- las minas y las mitas de trabajo, el comercio y finalmente habla del pueblo, colectividad invisible. Estas cuatro partes de su exposicin son comparadas por el autor con los cuatro elementales: aire, agua, tierra y fuego. El lenguaje utilizado es muy rico en comparaciones, metforas e imgenes de corte potico; a pesar de lo cual y contra la tendencia de su poca, el estilo literario es bastante directo, til para el objetivo de ser un memorial descriptivo de las obras realizadas por el gobernante en su Virreinato.El otro texto en prosa, la "Ofrenda poltica" es un libro didctico destinado a la instrucin de la juventud y en este caso concreto al hijo de los Marqueses de Jdar, que a la sazn contaba diez aos de edad. El libro se dirige primero a su valedor ofrecindole su trabajo; vienen luego la aprobacin, la licencia para que el libro se imprima por no contener desmedro para la religin cristiana ni para la Corona de Espaa, una segunda aprobacin que en realidad es una recomendacin de lectura, la correccin, el privilegio y la tasa.A continuacin una carta del P. Blas Lpez en la que encomia al autor y en donde tambin comenta sus impresiones ante la excepcional capacidad de memoria de Llamosas, que se puso a prueba en su presencia cuando repiti 2 000 palabras sueltas en orden y luego empe-zando por la ltima hasta la primera las repiti tambin por su orden inverso y finalmente otra vez las 2 000 palabras en su orden inicial, sin cometer ningn error ni en las palabras ni en su orden; acto continuo y aludiendo a sus cualidades de versificador relata la prueba que l presenci: se le dio a Llamosas una octava y adems 16 asuntos distintos, entonces l dict a 16 personas, componiendo 8 octavas con cada uno de los versos de la octava que le haba sido propuesta y adems dict 4 octavas y 4 sonetos completando as las 16 composiciones en verso, todas las cuales fueron de feliz factura, y lo cual se realiz en el lapso de tiempo necesario para decirlo y escribirlo, de corrido.Todava hay ms cartas laudatorias para el autor: de don Juan Mujica quien responde as al pedido de Llamosas de opinar sobre su obra y de don Nicols de Paredes y Armendriz, Oidor de la Audiencia de Lima, quien le ruega que publique su obra. Finalmente nos encontramos con la censura de fray Matas de Burgos, y despus de "una advertencia al que leyere" y de una Introduccin, entra el autor en materia ofreciendo sus consejos a sus alumnos, los que estn en la lnea de las recomendaciones que se hacan a los jvenes que estaban destinados a ser "prncipes", es decir a tener mando en mayor o menor grado dentro de la estructura de poder de la Corona.El manuscrito de "Reflexiones sobre... Asuero Artajerjes Longimano...", contiene en sus 222 folios una serie de apuntes y en todo caso lo que parece ser una primera redaccin de un libro, dividido en tres captulos a los cuales corresponden otros tres de reflexiones, que se alternan con la misma numeracin en forma bastante desprolija. Se basa en la historia bblica de Ester contenida en el Antiguo Testamento y que el autor afirma querer contar a imitacin del Marco Bruto de Francisco de Quevedo. El texto de Llamosas sigue fielmente en sus grandes lneas al texto de la Biblia: el pueblo judo es conquistado por los babilonios de Nabucodonosor y despus cae en poder de los persas, quienes los reparten entre sus ciudades de Susa y Perspolis; entre estos judos se encontraban Mardoqueo y su sobrina Ester. En el Imperio persa reinaba en este tiempo Asuero, sobre las 127 provincias que comprenda un inmenso imperio que se extenda desde Etiopa hasta la India; Asuero (nombre bblico), Jerjes (nombre de su traduccin al griego) o Artajerjes Longimano (como lo llama Llamosas) celebra un festn que dura varios das y durante el transcurso de ste, enva a sus eunucos para que traigan ante su presencia a su esposa, la reina Vasti, quien deba hacerlo luciendo su corona. La reina se neg y Asuero mont en clera y la depuso, convocando despus a que se presentaran ante l las jvenes vrgenes que existieran en su Imperio, entre las que escogera a una de ellas como a su nueva consorte. Ester fue la elegida por Asuero; poco tiempo despus el to de ella, Mardoqueo, descubre un complot para matar al rey, lo denuncia y los conspiradores son colgados. A todo esto entre el visir Amn y el judo Mardoqueo exista una manifiesta animadversin nacida seguramente de la altivez del to de Ester cuando se encontraba con el visir en pblico y la forma que tena de saludarlo. Amn abusando de su poder poltico convence a Asuero de matar a todos los judos, sealndolos como peligrosos para el estado, y asegurando de esta manera su venganza sobre el to de Ester. Al llegar a este estado de cosas, Mardoqueo pide a Ester que interceda ante el rey para salvar a su pueblo, y ella, despus de algunas vacilaciones, lo hace con xito; se salva el pueblo judo y Amn es ejecutado. Las figuras de Mardoqueo y de Ester, parecen ser legendarias, ya que carecen de confirmacin histrica independiente. El mismo Libro de Ester, incluido en el Antiguo Testamento, es muy discutido por los telogos, ya que su contenido se acerca ms al de una novela que a un libro de carcter religioso; debe indicarse tambin que los rollos encontrados en el mar muerto, contienen referencias a todos los libros de la Biblia, con excepcin del de Ester.La nica carta de Llamosas est fechada el 15 de julio de 1698, en la ciudad de Bruselas y dirigida a don Sebastin Fernndez de Medrano, director de la Academia matemtica del ejrcito de Flandes. Esta carta, larga y con los muchos florilegios, adornos y las alabanzas que exige el estilo cortesano, tiene por finalidad... solicitarle a tan afamado matemtico su ltimo libro sobre esta materia. En el decurso de la carta le hace Llamosas un brevsimo resumen de su vida, desde su nacimiento en Amrica y el viaje a Espaa emprendido bajo la proteccin del Virrey Duque de la Palata hasta su llegada a Madrid, y luego sus dos viajes por la Europa hispnica, abocado a actividades militares haciendo adems una minuciosa lista de todas las ciudades que ha visitado: las islas espaolas en el mar Mediterrneo, Gnova, Npoles y Roma, Londres, Rotterdam, Leyde, Amsterdam, Utrecht, Bruselas y Pars.Prrafo aparte merece la cuestin relativa al hermoso poema "Demofonte y Filis", que viene a ser la parte central de la publicacin que le dedica el P. Vargas U. en su libro ""Obras" de Llamosas, atribuyndole la autora de esta composicin. El poema Demofonte y Filis tiene una gran semejanza, que excede largamente de lo casual o de la procedencia de fuente anterior en comn, con el poema de Jos Bermdez de la Torre y Solier: "Telmaco en la isla de Calipso". Ciertamente desde el estudio que le dedic Eduardo Hopkins7al poema de Demofonte y Filis, ha quedado muy en claro que no existe ningn argumento que se pueda aportar para atribuirle este poema a Llamosas, y por lo dems es muy factible que el Telmaco... de Bermdez haya servido de modelo para que el annimo autor de Demofonte... lo siga casi al pie de la letra. El manuscrito de Telmaco...se encuentra en la Biblioteca Nacional del Per, en Lima, bajo la signatura C 1658 ms. y lleva la fecha de 1728; en tanto que el P. Vargas U. en su descripcin de los cdices que contienen el Demofonte... que l publica, slo nos da la fecha de uno de ellos, la de 1730.Llamosas escribi lo fundamental de su obra en prosa y no en verso; los que produjo, sean estos en honor de Sor Juana Ins de la Cruz o en sus obras teatrales en verso, lo son de compromiso y por si fuera esto poco, lo dice textualmente el mismo autor en la Introduccin de su Ofrenda poltica, en el sentido de que se inclina ms a escribir prosa que versos, a los cuales "los miro menos apreciables en este siglo y ms opuestos a mi genio". Estamos seguros que no dira tal, quien fuera el autor de un poema tan excelente como es el de Demofonte y Filis, que a la fecha debe ser tenido como de autor annimo.Demofonte... es un poema de asunto mitolgico que se deriva de los hechos que se relatan en la Ilada; Homero nos cuenta en esta epopeya el rapto de Helena, esposa del rey de Esparta, por Paris, hijo del rey de Troya. Para recuperar a Helena se forma una confederacin de Reyes y de Prncipes griegos, que asedian la ciudad de Troya durante una dcada, hasta que gracias al ardid del caballo de madera, logran tomar la ciudad por asalto desde el interior de ella. La Ilada nos relata los acontecimientos de los ltimos das de esta guerra y el triunfo final de los griegos. Demofonte es hijo del Rey de Atenas y uno de los Prncipes de la confederacin; terminada la guerra, vuelven los triunfadores a su patria y en esta travesa la nave de Demofonte se hunde y el nafrago llega a la regin de Tracia, donde reina la Princesa Filis, a quien corteja y con la que luego se casa. Transcurrido algn tiempo, Demofonte debe ir a Atenas y all se demora ms de lo previsto y de lo que le haba prometido a Filis, de regresar sin tardanza a su lado; sta, desesperada, se ahorca en un rbol de almendro. A estos hechos mitolgicos se suma la imaginacin popular que quiere que el almendro florezca cuando Demofonte llora abrazado a l la muerte de su esposa, o la conseja que transforma al esposo de la muerta, en hiedra que se adhiere al almendro.El autor se revela como un lector atento y entusiasta deVirgilioy particularmente de la Eneida. Ah estn para demostrarlo la tormenta con que se inicia el poema Demofonte... que es igual a la que se desencadena en el primer libro de la Eneida (en ste, la responsable es Juno y en el otro, Venus); la Princesa Filis es remedo fiel de la Reina Dido y ambas caen en una relacin amorosa con el hroe del poema respectivo, y ambas igualmente desdeadas, ponen fin a sus das.Esta concepcin potica, de origen marcadamente libresco no llega a encontrar en su camino el hlito de lo popular, de lo espontneo, y sin embargo dentro del gongorismo que en general aflige a la poca y en particular tambin a este poema, se advierten momentos muy logrados de musicalidad y bien decir del autor, poeta a carta cabal y con sobrado oficio de versificador adems.Referencias[editar]1. Volver arribaSegn el mismo autor, en las Octavas a Sor Juana Ins de la Cruz, en "Fama y obras pstumas del Fnix de Mxico",T.III,Madrid,1701 libro coordinado por Juan I. De Castorena y Ursa y lo dice claramente en la portada del "Pequeo panegrico"....Pars,1705; y coinciden con l, Guillermo Lohmann Villena, en "El arte dramtico en Lima " ...,Madrid,1945, Carlos M. Surez R. en "El teatro barroco hispanoamericano", T. II Ed. Jos Porra,Madrid y el P. Rubn Vargas U. en "Obras" de Lorenzo de las Llamosas, Lima, 1950.2. Volver arribaManuel de Mendiburu, "Diccionario biogrfico", tomo VII y Jos M. Morante en su Tesis universitaria de 1937.3. Volver arribaCayetano A. de la Barrera, en su "Catlogo bibliogrfico.....del teatro antiguo espaol", Madrid,1860 (reproducido facsimilarmente en London, Tmesis Books,1968).4. Volver arribaRicardo Silva Santisteban, "Antologa general de la poesa peruana", Ed. Biblioteca Nacional del Per, Lima, 1994. Ricardo Silva Santisteban, "Antologa general del teatro peruano", Pontificia Universidad Catlica, Lima, 2 000,T. II.5. Volver arribaFray Francisco del Castillo O. M., "Obra completa", Lima, 1996, Editada por Csar A. Debarbieri.6. Volver arribaJos Bermdez de la Torre, "Telmaco en la isla de Calipso", P.Univ. Catlica del Per, Lima, 1998, Editor Csar A. Debarbieri.7. Volver arribaRevista Letras, N 84-85, Lima, 2 sem. 1976.KkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkCompummmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmFestejos teatrales mitolgicos de 1689 en la Nueva Espaa y el Per, de Sor Juana y Lorenzo de las Llamosas(una aproximacin crtica)Susana Hernndez-Araico

En un contexto de concurrencias y diferencias en los virreinatos americanos hacia fines del siglo diecisiete, plantea un intrigante esquema la produccin teatral de Sor Juana en la nueva Espaa y de Lorenzo de las Llamosas en el Per. Ambos dramaturgos disfrutan el privilegio de una prestigiosa y desafiante comisin para festejar al sumo representante monrquico recin llegado a su respectivo virreinato en el mismo ao de 1689. Se trata de 1)Amor es ms laberintode Sor Juana, montada muy probablemente en enero1en la Imperial Ciudad de Mxico y 2)Tambin se vengan los diosesde Llamosas, representada al parecer en diciembre2en Lima. Las dos son piezas mitolgicas con dos actos cada una de la pluma de Sor Juana y de Llamosas. Pues consabido es que Sor Juana slo escribe la primera y tercera jornadas deAmor es ms laberinto3. La fiesta-zarzuela4de Llamosas consiste nicamente de dos jornadas a manera de unos antecedentes calderonianos para este tipo de teatro en gran parte cantado a partir de los aos cincuenta5.Destinadas ambas para montajes palaciegos en Mxico y el Per, cada pieza en s por su contexto mitolgico conlleva una recepcin cortesana de la ms alta nobleza. Pues por la teatralizacin de los hroes y divinidades paganos, desde los intermedii operticos patrocinados por losMedicia travs del siglo XVI, tales espectculos mitolgicos aludan al mundo de la nobleza poderosa6.De ah que reflejen a la monarqua y por consiguiente a sus representantes, inclusive en los virreinatos americanos.Segn las loas,Amor es ms laberintose compuso para el cumpleaos del virrey mismo, el Conde de Galve, mientras queTambin se vengan los dioseshomenajeaba virrey Conde de la Monclova, celebrando el nacimiento de su hijo y dedicando la pieza a su consorte7. Ambos montajes en Mxico y en el Per presuponan, pues, una recepcin muy exclusiva, de los virreyes y de la nobleza ms poderosa en torno a su corte virreinal. El espectculo mitolgico musical se ofreca como representacin simblica, alusiva de alguna manera a esos receptores patrocinadores8.A diferencia de fiestas parateatrales de alcance masivo, el teatro palaciego hispanoamericano de fines del siglo diecisiete dista mucho an de apreciarse como produccin cultural festiva de importancia altamente significativa en su propio contexto esttico-sociolgico. La crtica del gnero teatral en esa poca de nuestra Amrica aun no se libra de la nefasta influencia del positivismo realista de fines del siglo pasado. Sobre la historia del teatro de ese perodo recaen aun los prejuicios de crticos como Menndez y Pelayo o Cotarelo y Mori, quienes desprecian la culminacin palaciega del teatro barroco como espectculos vacuos, sintomticos de la decadencia monrquica habsburga. Ms que en dramaturgos espaoles del ciclo calderoniano o poscalderoniano que el neoclasicismo afrancesado logra casi enterrar, el desprecio de tales crticos monumentales se ensaa en contra de dramaturgos virreinales que siguen la pauta de aqullos.Recurdese, por ejemplo, los comentarios con que Cotarelo justifica su silencio despreciativo sobre fiestas reales en los virreinatos americanos:En Amrica se copiaron durante el siglo XVII los esparcimientos dramticos de la capital espaola; y as los virreyes del Per y Mjico... celebraron... sus comedias improvisadas y ensayadas, todo ello con ingenio y primor muy secundarios.

(NBAE17, XL)

Al concluir un apartado sobre las loas a casas particulares, contina Cotarelo con el mismo desprecio hacia la cultura virreinal americana:Otras muchas que he ledo del siglo XVII y primeros aos del XVIII me han parecido indignas ni aun del ms somero recuerdo.No son mejores las que se ejecutaban en nuestras colonias, como la que unD.Lorenzo de la Llamosas [sic] compuso hacia 1689 en Lima para festejar el nacimiento de un hijo del virrey del Per, conde de la Monclova.

(NBAE17, XLIV)

Tal ha sido la nulificacin del teatro virreinal por parte de crticos fundamentales en la historia del teatro. Por otro lado, los historiadores hispanoamericanos principales del teatro no se han esforzado a su vez a travs del siglo XX por revalorizar el gnero palaciego virreinal ms que ampliando en algunos casos muy especiales -como el de Sor Juana- las noticias de su existencia.No se ha dado, es decir, una reexaminacin interesada en el funcionamiento de ese teatro en general como mecanismo representativo del poder con intertextualidad pan-europea de races renacentistas italianas. Algo se ha emprendido apenas en esa direccin en torno a algunas loas de Sor Juana9; pero queda mucho por reexaminar an en ese contexto en todo el resto del teatro palaciego virreinal a fines del siglo XVII y a travs del XVIII. El estrecho nexo de la representacin mitolgica-musical con el podero espaol que la independencia de las colonias destierra parecera haberle sustrado su debido inters a este teatro como expresin simblica de la cultura elitista dominante de su poca. Adems con el auge del gusto romntico por lo popular se desvaloriza por completo la creacin potica-musical de escenas imaginarias y su espectacularizacin verosmil mediante perfecta perspectiva y decorados impresionantes de gran mobilidad10. No es pues de sorprender que la produccin teatral mitolgica de Sor Juana -loas y comedia- padezca an de relativo desconocimiento crtico. Y comprensible resulta entonces el olvido casi total en que adolece la primera comedia mitolgica de Llamosas,Tambin se vengan los dioses11montada en Lima poco despus queAmor es ms laberinto12en Mxico.Si la comedia anterior de Sor Juana,Los empeos de una casa, ha suscitado mayor inters es por su ambientacin aparentemente realista de comedia urbana de capa y espada, por el reflejo biogrfico de Sor Juana en una de las protagonistas, y por la ruptura de la ilusin dramtica por parte del gracioso -todo lo cual ha disfrazado para la crtica el esteticismo lrico de ese texto teatral de Sor Juana-. Por otro ladoAmor es ms laberintocasi no se ha estudiado, a pesar de ser, segn Salceda, unatpica comedia de capa y espada13, aunque mitolgica. Para Salcedala accin dramtica, las pasiones que la mueven y las personas entre quienes se mueve son equivalentes a las deLos empeos, salvo que -e importantsima diferencia- elmundo comn de la comedia de capa y espada se desarrolla dentro de la fbula mitolgicadel laberinto de Creta y... por su escena desfilan el rey Minos, el hroe Teseo... infantas y prncipes14.Para Arrom que tan acertadas observaciones hace sobreLos empeos, tal consistencia mitolgica deAmor es ms laberintole resulta del todo desagradable. La comediaya desigual por la doble autora, dice Arrom,resulta adems confusa y desvada. Y para reforzar la falta de mrito en la comedia mitolgica, Arrom se vale de la despedida donde un dramaturgo tradicionalmente se disculpa por sus fallas15. En estos versos finales deAmor es ms laberintoArrom observa quela sinceridad de Sor Juana declarael desgano conque redact su parte16. Consabido es, sin embargo, que a Sor Juana le incumbe proyectar la imagen de ignorante servidora que escribe slo por cumplir con peticiones ineludibles. Pero como a Arrom le desagrada el contexto mitolgico deAmor es ms laberinto, acepta como muy sincera por parte de Sor Juana la retrica tradicional de conclusin de comedia donde adems de pedir el acostumbrado perdn, la monja astutamente exagera su ignorancia.Ms recientemente en uno de los raros estudios sobreAmor es mas laberinto17, la aparente vacuidad mitolgica se defiende con otro supuesto reflejo biogrfico de Sor Juana en una de las protagonistas y con ms ejemplos de graciosos que rompen la ilusin dramtica -estrategia que algunos estudiosos de literatura colonial errneamente le han venido atribuyendo a Sor Juana como invencin original enLos empeos de una casa-. El recurso dramtico de destacar el artificio teatral o de dirigirse al pblico es de clsico abolengo cmico reconocible ya desde Aristfanes y despus en Plauto y Terencio. Lope lo asimila en el patrn cmico que impone en las tablas con xito comercial y hereda esa tcnica humorstica al teatro barroco inclusive al mitolgico musical de gran espectculo18. La ruptura de la ilusin dramtica lgicamente se da, pues enAmor es ms laberintoya que Sor Juana sabe muy bien su requisito en la construccin aceptable y exitosa de una comedia -aunque no fuera comercial sino palaciega.El recurso por parte dela figura del donaire19de dirigirse al pblico a destacar el artificio teatral, considerado tan eficaz en Sor Juana, por otro lado no se ha reconocido hasta ahora enTambin se vengan los dioses. En este sentido, como en otros, ambas comedias mitolgicas virreinales siguen el modelo cortesano de las de Caldern u otros dramaturgos espaoles como Diamante y Bances Candamo20. En la comedia de Sor Juana, sin embargo, llaman la atencin dos graciosos (Atn y Racimo) -cosa no usual en la comedia de capa y espada21ni menos en el teatro mitolgico-. Llamosas seguir la prctica ms comn de incorporar slo un gracioso (Cuervo) que cumple con las funciones caractersticas de tal personaje -entre ellas la ruptura de la ilusin dramtica dirigindose al pblico-. Tal rasgo humorstico frecuentemente malinterpretado como realista se ha pasado del todo por alto en la zarzuela de Llamosas, considerada artificiosa y estrambtica. EnTambin se vengan los dioses, mucho ms que en la comedia mitolgica de Sor Juana, la crtica positivista se ha enfocando, pues, con mayor insistencia.Lohmann Villena, por ejemplo, comienza su brevsimo repaso de la fiesta palaciega peruana apoyando el susodicho juicio de Cotarelo que califica deruin la loa de Llamosas22. En la comedia, censura la falta absolutade color local. Paralelamente, segn el nico editor de Llamosas, Vargas Ugarte, la zarzuela seafea conese inverosmil contubernio de Dioses y hombres que est tan lejos de la realidad...23. Arrom a su vez considera queel mundo seudo-griego de esa zarzuela con dioses, ninfas, pastores y zagales es falso y vaco, altisonante y confuso24. A este desprecio positivista por la consistencia mitolgica se agrega la desvalorizacin absoluta de su espectacularidad. Le adjudica Lohmann de manera negativa a Llamosas el aprovechamiento delas facilidades que para la escenificacin supona el representar una obra en palacio25. Siguiendo esta pauta crtica, Arrom llega al extremo de presentar a Llamosas comoms perulero que peruano yde acusadas proclividades cortesanas26.Muy aparte de tal crtica nada literaria, de hecho la zarzuela de Llamosas llama la atencin por sus cuantiosas acotaciones. Si se considera que hoy da, estudiosos de corrales y otros escenarios de teatro del siglo de oro persiguen hasta la ms mnima pista para tener una idea ms clara de aquellos montajes, el texto de Llamosas -riqusimo en informacin teatral- resulta un tesoro escondido o tontamente olvidado. Ofrece inclusive terminologa escenogrfica no utilizada en las comedias mitolgicas de Caldern y sus contemporneos que escriban para el Coliseo del Buen Retiro el escenario de tcnica ms desarrollada en todo el imperio espaol. Vista la comedia de Llamosas de esta manera dentro de la crtica teatral ms reciente sobre textos del siglo diecisiete, se tergiversa la interpretacin negativa de sus numerosas acotaciones comoalardes mecnicos que disfrazanla ausencia de aliento potico27.En trminos escenogrficos, no cabe duda queAmor es ms laberintoes un texto mucho ms sencillo, concebido para un escenario que en palacio invitara la disposicin de un corral; o sea el del Hospital de Indios en la Nueva Espaa que en ciertos lugares exceda las medidas del Prncipe en Madrid28. El texto teatral de Llamosas, por otro lado, denota un escenario muy sofisticado en Lima en 1689 con bastidores, perspectiva y rpidas mutaciones o cambios de escena a manera del Coliseo del Buen Retiro. Al observar Lohmann tales facilidades palaciegas para la escenificacin que Llamosas supuestamente aprovecha, no cae en cuenta de la contradiccin que posteriormente plantea29. Pues destacala postracin y el descaecimiento de la vida teatral en Lima de 1686 a 169030, la cual no parece empezar a reponerse hasta 1695. Recurdese adems que debido al terremoto de 1687, el palacio virreinal haba sufrido enormes daos y que a pesar del empeo del Virrey Duque de la Patata, en preparardecente morada para el virrey entrante el Conde de la Monclova, la obra del palaciono vino a quedar terminada hasta el siguiente siglo31. Un teatro palaciego como presupone el texto deTambin se vengan los diosesresulta, pues, casi inconcebible. Dudas sobre la realizacin del montaje espectacular que el texto de Llamosas propone, aumentan al tomar en cuenta la sencillez teatral de la comedia mitolgica de Sor Juana, once meses antes en la Nueva Espaa.Cmo es posible que -en este virreinato que ofrece el modelo del primer corral en Amrica despus imitado en Lima32, que contribuye a la formulacin de exitosos dramaturgos en Espaa como Ruiz de Alarcn y Salazar y Torres, y que cuenta con ms de una docena de loas profanas de Sor Juana obviamente para montajes de comedias palaciegas- cmo es posible, pues, que un texto teatral novohispano de 1689 se muestre tan atrasado en trminos escenogrficos comparado con otro limeo del mismo ao? La lgica conclusin a tales consideraciones es que el montaje deTambin se vengan los diosesno se llev a cabo en el palacio virreinal de Lima como propone el texto de Llamosas. Lo ms probable es que el dramaturgo ofreciera tanto detalle escenogrfico pensando en la posibilidad de un montaje en el Buen Retiro, ya que se encontraba en vsperas de acompaar a Espaa al virrey saliente, el Duque de la Patata.Un repaso de la crtica principal deAmor es ms laberintoyTambin se vengan los diosesrevela que hasta la fecha no parece haber un esfuerzo por acercarse a estos textos en sus propios trminos: 1) del gusto de su poca y 2) de su importancia para el desarrollo del teatro opertico espectacular del mundo hispano33y, en particular, de Hispanoamrica. Recurdese que para 1701 se documenta el montaje de la primera opera americana; o sea un drama totalmente cantado, a saber,La prpura de la rosade Caldern con msica de Torren y Velasco y tema mitolgico relacionado al deTambin se vengan los dioses. La zarzuela de Llamosas con numerosas y extensas arias adems de frecuentes coros constituye el principal antecedente documentado para esa primera opera americana. En la Nueva Espaa, la labor teatral de Sor Juana en sus loas de notable musicalidad y canto tambin constituye un claro antecedente. De hecho, se plantea la gran probabilidad de que Sor Juana haya escrito laLoa a los aos del virreyentre 1680 y 82 como preludio a un montaje de la misma opera calderoniana, anterior al documentado en el Per34.EnAmor es ms laberintode 1689 el canto y la msica destacan slo en la loa -gnero breve en el que Sor Juana tena ya bien ejercitada la dimensin lrica con personajes mitolgicos o alegricos-. En la loa a su comedia mitolgica la intervencin de alegoras relacionadas con el tiempo alterna con coros y -a falta de acotaciones- muy probablemente se da tambin en forma cantada. En la comedia en s, los coros operticos de la primera escena no vuelven a figurar. La musicalidad slo resurge en la segunda jornada (no escrita por Sor Juana) en los instrumentos y cancin que dan el ritmo y el tema amoroso para el sarao del rey, infantas y prncipes. Como teatro palaciego mitolgico el texto de Sor Juana deja, pues, mucho que desear por la carencia de msica y canto, elementos fundamentales en montajes cortesanos para fines de la dcada de los ochenta. La disculpa exagerada de Sor Juana al concluir la comedia ms bien podra referirse entonces no al tema mitolgico artificioso sino a la falta de tiempo para desarrollar su debida dimensin musical.En el caso de la primera pera documentada en el continente americano en el Per y el posible traslado a ese virreinato de noticias de un montaje novohispano anterior que emular, la figura histrica clave es el Conde de la Monclova. Dicho virrey que funge brevemente en la Nueva Espaa entre el Marqus de la Laguna y el Conde de Galve pudo, durante su estada en Mxico, haber recibido noticias impresionantes del hipottico montaje novohispano deLa prpura de la rosade tal manera que decide en 1701 comisionar otra produccin en Lima para el cumpleaos del nuevo rey borbnico, Felipe V. La transmisin de noticias al Per de festejos palaciegos novohispanos resulta an ms significativa al considerar la proximidad cronolgica deAmor es ms laberintoyTambin se vengan los dioses-sobre todo si se recuerda que el Conde de la Monclova presencia el montaje de la comedia mitolgica que Sor Juana ofrece al nuevo virrey recin llegando a suplirlo.La comedia de Llamosas se le ofrece al Conde de la Monclova muy poco despus de haber llegado a Lima. Curiosamente, Sor Juana no escribe para ningn festejo palaciego durante el breve virreinato novohispano de De la Monclova. La esposa de este virrey, segn Lohmann, erade agrio y violentsimo natural35. De los escuetos comentarios sobre el Conde en elDiariode Robles, emerge la figura de un gobernantede brazo de hierro36-no de plata como el que realmente tena a consecuencia de la batalla de las Dunas de Dunquerque37- un virrey cruel y sin compasin. Sor Juana, al felicitar entonces al nuevo virrey con el festejo deAmor es ms laberinto, tambin le ofrece de despedida al Conde de Monclova por medio el personaje Minos, la figura de un gobernante duramente vengativo a quien slo logra suavizar el perdn ejemplar de Teseo, reflejo heroico del entrante virrey Conde de Galve. Paralelamente, a fines del mismo ao de 1689 en el Per, Llamosas le ofrece al recin llegado virrey Conde de la Monclova la imagen de un Apolo vengativo, voluble e hipcrita. A este dios de la lucidez venido a menos lo ms provechoso resulta la venganza de Venus y Cupido, quienes logran doblegar su egosmo violento infundindole amor. Por medio de la comedia espectacular de Llamosas, los nuevos sbditos peruanos del Conde de Monclova pareceran proponerle la ventaja de una disposicin ms generosa, comprensiva y lcida en su gobierno que entonces s sera digno de un admirable Apolo.Tal advertencia potica-lrica-espectacular por parte de Sor Juana y Llamosas hacia el sumo representante monrquico no constituye un atrevimiento inslito por parte de criollos inconformes. La prctica de dirigirse al rey insinundole debida conducta poltica por medio de dioses o hroes paganos en dramas lricos espectaculares ya estaba bien establecida en Espaa desde los aos treinta el siglo XVII. As lo constatan todas las comedias mitolgicas de Caldern por mucho tiempo, hasta los ltimos diez aos, despreciadas como vacuos espectculos. Las comedias mitolgicas de Sor Juana y de Llamosas de 1689 respectivamente en la Nueva Espaa y en el Per no son pues mera imitacin de un teatro espaol superficial y estrambtico. Se trata en vez de complejos intentos de emular ricas creaciones musicales-escenogrficas de tema mitolgico, dirigidas principalmente a la diversin esttica pero tambin a la concientizacin poltica del sumo representante monrquico.VvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbbvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvvAlonso Carri de la VanderaAlonso Carri de la Vandera(Gijn, 1715-Lima, 1783), tambin conocido comoLa Vandera, fue un alto funcionario, escritor, comerciante, viajero y cronista de indiasespaol, que pas la mayor parte de su vida en el Virreinato de Per, donde fue durante varios aos administrador del Correo Real.Concolorcorvoes elseudnimoque utiliz como autor delLazarillo de Ciegos Caminanteshaciendo parecer que el autor era su propio amanuense, Calixto Bustamante Carlos Inca.1No se tienen precisiones de su llegada a las Indias, aunque es probable que estuviera en laNueva Espaahacia el ao1735, viajando luego alRo de la Platay alPerdonde combati a las incursiones inglesas. En1767acompa a losjesuitascuando estos fueron expulsados de los dominios espaoles; sin embargo, en1771recibi el cargo de Visitador de Correos en el extenso tramo que media entre las ciudades de Lima y Buenos Aires. La principal obra de Concolorcorvo fue el libro tituladoLazarillo de ciegos caminantes(ttulo completo:Lazarillo de ciegos y caminantes desde Buenos Aires hasta Lima), inspirado en la prosa satrica deQuevedoyTorres Villaroel.1En dicha obra, el relator (en primera persona) es un viajero que narra en mododocumentalel prolongado y lento viaje encarreta, previa etapa enMontevideo, desde laciudad de Buenos Aireshacia elAlto Perpasando porCrdoba,Santiago del Estero,San Miguel de Tucumn,Salta,Jujuy,Tarija. La narracin documental pierde su continuidad (o el texto prosiguiente est perdido) al entrar en el Alto Per.El texto resulta valioso dado que aporta informacin cultural, geogrfica, histrica y econmica de un extenso territorio con el tpico y ameno carcter de laliteratura de viajes, sealando observaciones que siempre resultan (por el estilo) novedosas, sobre aspectos relevantes del territorio recorrido en su poca; por ejemplo seala la relativa pobreza arquitectnica de la ciudad de Buenos Aires, la opulencia alcanzada por ciertos sectores de la sociedad cordobesa, la funcin de milicianos de frontera que cumplan las tropas reunidas por elcabildode Santiago del Estero, lo propici para la agricultura de la zona de San Miguel del Tucumn, la belleza de las mujeres de Salta las cuales, empero, solan padecer decoto(esto por el agua carente de yodo que beban), o la presencia degauderiosen las zonas de Jujuy y Tarija, los cuales en opinin de Concolorcorvo eran soeces y demasiado liberales, hecho que hacan notar con mucha efusividad en sus canciones improvisadas (payadas) cantadas de igual a igual por hombres y mujeres.Modernamente se ha considerado que el libro en cuestin, que se indica como editado en Gijn durante el ao1773pero del cual se conoce primera edicin impresa en Lima durante1776no fue obra de Alonso Carri de la Vandera sino de su secretario aborigen peruanoCalixto Bustamante, aunque la crtica considera que Bustamante era ellazarilloo gua de La Vandera. En todo caso corresponde tener en cuenta ciertas notas estilsticas (que ya se trasuntan en el ttulo, que evoca elLazarillo de Tormes) semejantes a laliteratura picaresca.Otra obra firmada por Concolorcorvo es la llamadaReforma del Per(1783), texto con consideraciones polticas que sealan la escisin delVirreinato del Perante la pronta creacin delVirreinato del Ro de la Plata.MmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjEl lazarillo de ciegos caminantesDesde Buenos Aires hasta LimaConcolorcorvo

IXLa incgnita deEl LazarilloEl Lazarillo de ciegos caminantes, sin ser un libro muy difundido, no es tampoco de aquellos que forman patrimonio exclusivo de especialistas y eruditos. Los iniciados en bibliografa americana, y en general cuantos se interesan por el conocimiento de nuestra propia historia, poseen alguna noticia de esta curiosa produccin. Hasta hace poco ms de treinta aos, era casi desconocida fuera de un crculo restricto de biblifilos. En 1908 la public la Junta de Historia y Numismtica Americana. Hoy es nuevamente libro agotado y de no fcil adquisicin.Su ttulo -que trasciende a novela picaresca- se prolonga en un enunciado de materias, cifra o esquema de su contenido principal. El Lazarillo describe los itinerarios de Buenos Aires a Lima, segn puntual observacin y brinda noticias tiles a los nuevos comerciantes X que tratan en mulas. Constituye, pues, un libro de viajes, una gua pintoresca y til, documentada y veraz, aderezada con jocosidades para entretenimiento de caminantes, segn su mismo prlogo lo asegura. El viaje tiene lugar en la segunda mitad del siglo XVIII, 1771 a 1773, poca escasa en tal gnero de literatura. Pero no es esta circunstancia la que da jerarqua y relieve a la obra. Son evidentes sus valores intrnsecos y su especial categora. En un prolongado itinerario que va desde Montevideo hasta Lima por Buenos Aires, Crdoba, Salta, Potos, Chuquisaca y Cuzco, el libro ofrece una visin muy concreta y exacta de la vida americana durante la colonia. El ambiente de las ciudades, los usos, costumbres e industrias de sus habitantes, hallan en estas pginas claro y vigoroso trasunto. Lo mismo puede decirse del campo y de las actividades rurales. Minuciosamente, morosamente a veces, se describen escenas de la vida campestre, las carretas, las arrias y el trfago rudo de los muleros y trajinantes. Por primera vez tambin, en la pintura de aquel vastsimo escenario, aparece la sociedad viviente con sus tipos representativos, en su existencia cotidiana y en un marco de exactitud rigurosa. La naturaleza queda incorporada al relato. Aunque ste no abunda en colorido, sintese la monotona del llano sin trmino XI y la montaa abrupta que trepa el viajero por speros caminos de herradura. Los ms varios detalles y pormenores naturales despiertan su solcita curiosidad, hasta las industriosas araas que tejen entre los aromos sus hilos de ocho varas, resplandecientes como el ms sutil hilo de plata. Muchas reflexiones de orden prctico hace el autor sobre la industria del ganado mular, pero le seduce en extremo el espectculo de las tropas y las extraas costumbres de los animales. Circula por sus pginas un sentimiento nuevo de la naturaleza, muy ajeno al que traducen hasta entonces las cartas y documentos de la poca colonial. Este aspecto de la obra no ha sido considerado hasta hoy, si bien es verdad que El Lazarillo nunca fue objeto de un examen integral, digno de su valor y significado. Tampoco pretenderan llenar ese vaco estas lneas enunciativas y sin ningn propsito crtico.Pasamos a plantear el problema de la identidad del autor, no aclarado todava y que representa para los aficionados un curioso enigma literario. El problema del autor, trae consigo el de los motivos que determinaron la publicacin de este libro y el sentido verdadero de muchas de sus pginas, especialmente las consagradas a sealar abusos y corruptelas de la administracin espaola.XIIEl Lazarillo de ciegos caminantes apareci en un volumen en octavo menor, como impreso en Gijn, el ao 1773. Se cree que la edicin fue perseguida en Amrica por las autoridades y es comn opinin que los ejemplares conocidos circularon clandestinamente. Quienes se han ocupado de la obra, estn contestes asimismo en que el libro fue impreso en Lima y no en Gijn como consigna la portada. El nombre de la imprenta, La Robada, aludido maliciosamente en el ltimo captulo, demostrara con evidencia el artificio.Quin fue el autor de El Lazarillo y por qu se imprimi y circul clandestinamente? En la portada de la edicin original, se asienta que el texto fue sacado de las memorias que hizo don Alonso Carri de la Vandera en este dilatado viaje y comisin que tuvo por la Corte para el arreglo de Correos y Estafetas, situacin y ajuste de Postas desde Montevideo, por Don Calixto Bustamante Carlos Inga, alias 'Concolorcorvo', que acompa al referido comisionado en dicho viaje y escribi sus extractos. Hasta no hace mucho, ponase en duda la existencia real de Concolorcorvo que se haca sospechoso por su alias extravagante y los dichos bufonescos de su prlogo. El mismo don Alonso Carri de la Vandera, digno funcionario colonial, llegado a Buenos Aires XIII en 1771 para el arreglo de correos y postas, no apareca muy bien identificado. Hoy est probada la existencia de Calixto Bustamante Carlos Inca y perfecta mente documentada la comisin y viaje del visitador Carri1.Pero, con todo, permanecen en la sombra los puntos ms interesantes de la cuestin. Fue Calixto Bustamante, alias Concolorcorvo, el verdadero autor de El Lazarillo? Acompa, en realidad, al visitador Carri? Hubo colaboracin en este libro y a quin correspondera la parte principal? Los investigadores cuyo aporte documental ha permitido identificar algunos personajes y esclarecer la misin del visitador, no podran responder categricamente. El seor Walter Bose llega a la conclusin de que el libro se escribi por Carri para vengar ciertos agravios de sus colegas en XIV el Per. Ese habra sido el motivo esencial de la publicacin, reducida as a la reivindicacin de un hombre honesto que con ingenio y buen humor se burla de sus enemigos. Algo hubo de todo ello, sin duda alguna, pero es el caso que las alusiones y referencias indirectas, forman la parte episdica y circunstancial -por lo menos atendida la longitud del relato- y cuesta creer que se escribiera todo un libro de viajes, lleno de curiosas observaciones, para zaherir de paso a determinados individuos.La participacin del visitador surge del mismo texto de la portada. Las pginas de El Lazarillo habran sido extractadas de sus memorias. Cabe tambin decir que las referencias ms antiguas que se conocen, lo dan como autor a Don Alonso2.Sin embargo, los autores peruanos y bolivianos que se han ocupado del asunto, (Ren Moreno, Palma, Garca Caldern), asignan directamente el libro a Concolorcorvo suponindolo mestizo, o cholo, y no indio neto y descendiente de los Incas como l se deca. Mestizo, retozn y ladino parejo a tantos, le cree Ventura Garca Caldern3. XVPero vengamos a cuentas. Este cholo parejo a tantos, tiene muy a la mano su Virgilio, sabe francs, cita discretamente a Gracin, transcribe muy oportunamente a Quevedo y entre las novelas picarescas, se detiene en la ms seria del gnero, en Guzmn de Alfarache. Parece informacin muy singular para un cholo del siglo XVIII, por ms retozn y ladino que se le suponga.Ya el general Mitre observ, en sustanciosa nota, que el libro se escribi por persona erudita y conocedora de las costumbres de la Amrica espaola. Don Alonso Carri de la Vandera conoca bien esas costumbres, como que pas la mayor parte de su vida en funciones administrativas, en Mjico y Per. Estuvo, adems, en Buenos Aires en 1749. Tocante a la educacin y cultura que posey, lo poco que conocemos de su correspondencia, est escrito en prosa nada vulgar y muestra el gusto por las citas clsicas4.Un cotejo detenido de textos, con documentos ms extensos, afirmara la presuncin de que El Lazarillo se debe a la pluma del visitador. Quizs una investigacin ms afortunada nos ofrezca la prueba fehaciente y definitiva.Por lo que hace a Calixto Bustamante Carlos Inca, Concolorcorvo, indio neto color de ala de cuervo, XVI o mestizo ladino, veamos la intervencin que pudo tener en este libro. Avanzaremos al mismo tiempo una conjetura que nos parece la ms verosmil.Poco sabemos sobre este borroso personaje. Una carta recibida de Lima por el administrador de correos en Buenos Aires, don Domingo de Basavilbaso, el 16 de enero de 1771 -meses antes de llegar el visitador Carri- recomendaba a su proteccin y amparo a don Calixto Bustamante Carlos Inca, que se pona en camino para el Ro de la Plata. Toma la vereda a seguir su derrota para essa ciudad dice el documento. Este Calixto Bustamante haba quedado sin arrimo por la muerte de su amo el Seor don Antonio Guill y Gonzaga, Presidente que fue del Reino de Chile y deseaba cambiar de fortuna porque el temperamento de Lima haba salido contrario a su salud. Don Domingo de Basavilbaso y su hijo Manuel, descubrieron con sorpresa que la firma de don Martn de Martiarena, secretario del Virrey del Per y supuesto protector de Carlos Inca, estaba contraecha, vale decir, que pareca falsificada. No hay noticia documental de que Bustamante cumpliera su itinerario, pero no es arriesgado suponer que, confiado en la carta que le preceda, llegara a Buenos Aires cuando el visitador Carri se encontraba en pleno desempeo de sus funciones junto a don Domingo XVII de Basavilbaso y en preparativos para su viaje al Per. Explic Bustamante la firma contraecha o -de ser culpable- se hizo perdonar su proceder? Logr que el visitador Carri lo tomara a su servicio? No podramos responder afirmativamente pero parece -repetimos- la explicacin ms natural. Bustamante traa un buen antecedente: haba sido servidor del Presidente de Chile hasta su muerte, y la carta le sealaba como muchacho recomendable, distinguido en su nacin y de buenas operaciones. Conoca tambin los caminos que el visitador se aprestaba a recorrer en su viaje. A esto podra agregarse un natural despejado y buen acopio de noticias y chismes de toda especie, recogidos en los corrillos administrativos y palaciegos de Chile y el Per. La comidilla preferida en aquellas pocas de forzado aislamiento y la que ms apeteca el visitador Carri!... El visitador encontrara en aquel muchacho de buenas operaciones el empleado que necesitaba: un hbil secretario y la mejor compaa para el camino, ya lo hiciera sentado en la perezosa carreta o montando en una silla de brida de asiento muy duro, con fuertes botas inglesas y estribos hechos en Asturias.Durante el viaje, que dur dos aos, y en ese andar casi constante por llanos y montes, ciudades y aldeorrios, el futuro Concolorcorvo tom gran afecto al visitador XVIII y ste le franque su amistosa confianza. Aquel secretario refranero y ladino cont divertidas historias de las que matan el tedio y alivian la fatiga del caminante. El visitador, por su parte, le hizo confidente de sus desazones; una red de intrigas se formaba contra l a medida que avanzaba, organizando lentamente postas y correos. Parece llegar un momento en que ambos comparten un mismo sentimiento de repudio por los abusos del rgimen colonial. El dilogo se hace cordial y frecuente. En camino, el visitador redacta sus informes y escribe cartas confidenciales a don Domingo de Basavilbaso para quejarse de quienes, subrepticiamente, paralizan su labor. Quizs da comienzo a su libro que sera continuacin de un Diario Nutico, escrito a bordo del paquebote Tucumn en su viaje de La Corua a Montevideo. Tiene a su lado al informante fiel que entretiene sus horas con invariable buen humor. Bustamante sugiere invectivas mordaces y menudea sus chanzas y agudezas. As se convierte en colaborador y queda concebido El Lazarillo: un amensimo libro de viajes, con algo de memoria oficial y fuerte salsa de chascarrillos y alusiones sarcsticas. Pero el visitador, hombre moderado y discreto, advierte que no puede subscribir todo aquello. Ah est para hacerlo su buen servidor que ya tiene seudnimo y se llama Concolorcorvo. XIX Bustamante, que admira al visitador, se encargar de arreglarlo todo, con o sin licencia, en la imprenta que sea, para que no permanezcan inditas sus famosas andanzas desde Buenos Aires hasta Lima. Hubo colaboracin escrita en la obra? Lo haran sospechar algunas transiciones en el estilo. Acaso introdujera Concolorcorvo ciertos prrafos, los ms desgarrados y picarescos, pasados por el tamiz literario del Seor don Alonso. Pero no ira ms all su colaboracin.Estas son las conjeturas ms verosmiles y probables que pueden hacerse sobre el secreto de El Lazarillo. Lo dems lo sabe ya el lector. Vuelva la hola, que hallar grata y amena compaa.Jos Luis Busaniche.

NotaEsta edicin reproduce el texto de la publicada por la junta de Historia y Numismtica Americana de Buenos Aires (1908) con prlogo de Martiniano Leguizamn. Para la seleccin de las ilustraciones se ha procurado reunir, en lo posible, las que ms se acercan cronolgicamente al viaje de Carri de la Vandera (1771-1773). Algunos grabados, como los planos del Cuzco y Chuquisaca, aunque del siglo XVIII, son anteriores a la indicada fecha. Otros, como los de Brambila, Holland y los pertenecientes al libro de Gregory, fueron dibujados treinta o cuarenta aos despus. Los restantes corresponden a los primeros lustros del siglo XIX. En cuanto a los dibujos del Sr. Kronfus, si bien modernos, reproducen construcciones del siglo XVIII que existan en 1771.Complacidos expresamos nuestro reconocimiento al Seor don Alejo Gonzlez Garao, autoridad reconocida en iconografa americana -y autor de notables trabajos sobre la materia- a cuya magnfica coleccin pertenecen algunas de las lminas que adornan este libro.

1Prlogo y dedicatoria a los contenidos en lAs como los escritores graves, por ejemplo el Plomo, y, aun los leves, v. g. el Corcho, dirigen sus dilatados prlogos a los hombres sabios, prudentes y piadosos, acaso por libertarse de sus crticas, yo dirijo el mo, porque soy peje entre dos aguas, esto es, ni tan pesado como los unos, ni tan liviano como los otros, a la gente que por vulgaridad llaman de lahampa, ocscara amarga, ya sean de espada, carabina y pistolas, ya de bolas,guamparylazo. Hablo, finalmente, con los cansados, sedientos y empolvados caminantes, detenindolos un corto espacio,

A modo de epitafio,

de sepulcro, panten o cenotafio.

No porque mi principal fin se dirija a los seores caminantes, dejar de hablar una u otra vez con los 2 poltrones de ejercicio sedentario, y en particular con los de allende el mar, por lo que suplico a los seores de aquende disimulen todas aquellas especies que se podan omitir, por notorias, en el reino.Eslo tambin en l que los cholos respetamos a los espaoles, como a hijos del Sol, y as no tengo valor (aunque descendiente de sangre real, por lnea tan recta como la del arco iris), a tratar a mis lectores con la llaneza que acostumbran los ms despreciables escribientes, por lo que cuando no viene a pelo lo de seores o caballeros, pongo una V para que cada uno se d a s mismo el tratamiento que le correspondiere o el que fuese de su fantasa.Esto supuesto, seores empolvados, sedientos o cansados, sabrn que los correos y mansiones o postas son antiguos como el mundo, porque, en mi concepto, son de institucin natural, y convendrn conmigo todos los que quisieren hacer alguna reflexin. He visto en la corte de Madrid que algunas personas se admiraban de la grandeza de nuestro monarca, porque cuando pasaba a los sitios reales llevaba su primer secretario de Estado, a su estribo dos correos que llaman de gabinete, preparados para hacer cualquier viaje impensado e importante a los intereses de la corona. A estos genios espantadizos, por nuevos y bisoos en el gran mundo, les deca el visitador que el rey era un pobre caballero, porque cualquiera dama cortejante, y cortejada en la 3 corte, y al respecto en otras ciudades grandes, tena una docena, a lo menos, de correos y postas, y que no haba seora limea que no despachase al da tres o cuatroextraordinariosa la casa de sus parientes y conocidos, slo con el fin de saber si haban pasado bien la noche, si al nio le haban brotado los dientes o si a la ama se le haba secado la leche y otras impertinencias. Cierta seorita, aadi, que viviendo en la calle de las Aldabas, encarg a un cortejante que viva a la otra banda del puente, que de camino y al retirarse a su casa, diese un recado de su parte al general de los Borbones y otro al prior de Monserrate, y que, sin perder camino, pasase a la ltima huerta, que est en los callejones deMatamandingay le trajese untulipn, porque slo all los haba excelentes.Las postas se dicen as, no solamente porque son mansiones, sino porque hay caballos de remuda para hacer los viajes con celeridad. Esta polica es muy til al Estado para comunicar y recibir con presteza las noticias importantes, de que se pueden servir tambin los particulares para sus negocios, precediendo las licencias necesarias prevenidas en cdulas reales, y ordenanza de correos para la precaucin de que no caminen por la posta delincuentes, sino personas libres de toda sospecha. La seriedad con que se trat este asunto en Espaa se comprende, de que habiendo pedido postas el prncipe de Asturias, hijo primognito del serio 4 Felipe II, se le dio parte con tiempo por el director de ellas, que ataj el mal, que poda resultar al reino de un inconsiderado viaje.Las postas, vuelvo a decir, no sirven solamente para asuntos tan serios, sino para la comodidad y diversin de los viajeros curiosos, que quieren ver las grandes fiestas y otras funciones que se hacen en las grandes cortes. Las que se hacen al casamiento de un gran prncipe no mueven a los curiosos hasta muy cerca de los principios. Las gacetas, mercurios y otras papeletas van anunciando los grandes preparativos y concurrencia de grandes prncipes y seores, su magnfico tren, que con la concurrencia de varias naciones, hacen las fiestas ms plausibles.Los espaoles son reputados por los hombres menos curiosos de toda la Europa, sin reflexionar que son los que tienen menos proporcin para hallarse en el extremo de ella. El genio de los espaoles no se puede sujetar a las economas de franceses, italianos, flamencos y alemanes, porque el espaol, con doscientos doblones en el bolsillo, quiere competir con el de otro de estas naciones que lleva dos mil, no acomodndose a hacerse l mismo los bucles y alojarse en un cabaret a comer solamente una grillada al medio da y a la noche un trozo de vitela y una ensalada. Por otra parte, los hombres de conveniencias desprecian estas curiosidades por el recelo de que sus hijos traten con los 5 herejes y vuelvan a sus casas imbuidos en mximas impas contra la religin y el Estado.Para estas diversiones repentinas sirven de mucho auxilio las postas, que aunque son por s costosas, ahorran mucho dinero en la brevedad con que se hacen los viajes. No puede dudar, sino un estpido, la complacencia grande que se tendr en la Europa en ver las principales cortes, mayormente si se juntan dos o tres amigos de una nacin o un mismo idioma, de igual humor, y aun cuando en estos viajes acelerados, como de una primavera, un verano o parte del otoo no se comprenda mucha de la grandeza de aquellas cortes y reinos, basta para formar una idea ajustada, y que no nos sorprenda cualquier charlatn.Los que tienen espritu marcial apetecen, con razn, ver y reconocer dos grandes ejrcitos opuestos en campaa, principalmente si los mandan testas coronadas o prncipes de la sangre. El autor de la inoculacin del buen juicio, dice: que lleg a tal extremo en este siglo el fausto de los franceses, que slo falt tapizar las trincheras y zahumar la plvora y tomar cuarteles en verano, para refrescarse con las limonadas. No se puede dudar que estos ejrcitos en campaa causarn una notable alegra. La corte estar all ms patente. Las tiendas de campaa de el rey, prncipes y grandes seores, se compararn a los grandes palacios. Servir de mucho gusto or y ver las diferentes maneras que tienen 6 de insinuarse tan distintas naciones de que se compone un gran ejrcito, como asimismo los concurrentes. Solamente reparo la falta que habr del bello sexo de distinguidas, que apenas tocar a cada gran seor u oficial general una expresin de abanico. Los dems oficiales, que son los Adonis de este siglo, se vern precisados a hacer la corte a las vivanderas.En este dilatado reino no hay, verdaderamente, hombres curiosos, porque jams hemos visto que un cuzqueo tome postas para pasar a Lima con slo el fin de ver las cuatro prodigiosas P P P P, ni a comunicar ni or las gracias del insigneJuan de la Coba, como asimismo ningn limeo pasar al Cuzco slo por ver elRodaderoy fortaleza del Inca, y comunicar alCoxo Nava, hombre en la realidad raro, porque, segn mis paisanos, mantiene una mula con una aceituna.Las postas de celeridad, en rigor, no son ms que desde Buenos Aires a Jujuy, porque se hacen a caballo y en pas llano; todo lo dems de este gran virreinato se camina en mula, por lo general malas y maosas, que es lo mismo que andar a gatas. Sin embargo, pudiera llegar una noticia de Lima a Buenos Aires, que distan novecientas cuarenta y seis leguas, en menos de treinta y seis das, si se acortaran las carreras, porque un solo hombre no puede hacer jornadas sin dormir y descansar, arriba de tres das. La carrera mayor y ms penosa fuera la de Lima a Guamanga, pero con la buena 7 paga a correos y maestros de postas, se hara asequible, y mucho ms la de all al Cuzco, a la Paz y Potos. La de esta villa hasta Jujuy, y la de esta ciudad a la de San Miguel del Tucumn son algo ms dudosas por lo dilatado de ellas, y contingencias de las crecientes de los ros en que no hay puentes y algunos trozos de camino algo molestos.Sin embargo de que la mayor parte de las mansiones son groseras y los bagajes malos, en ninguna parte del mundo es ms til que en esta caminar por las postas. Algunos tucumanos usan de mulas propias principalmente para las sillas. Estas, aun sean sobresalientes, no aguantan arriba de dos o tres jornadas seguidas, de a diez leguas cada una, porque en muchas partes no tienen que comer y se ven precisados a echarlas al pasto en distancia, en donde los estropean o roban. Otros prefieren caminar con arrieros por los despoblados, fiados en las provisiones que llevan y buenos toldos para guarecerse por la noche, y que al mismo tiempo cuidan sus mercaderas y dan providencias para el trnsito de ros y laderas peligrosas.Regularmente ha visto el visitador que todas las desgracias que han sucedido en estos trnsitos las ocasionaron las violencias de los dueos de las cargas. La seguridad de sus efectos por su asistencia es fantstica, porque en el caso, que es muy raro, de que un mal pen quiera hacer un robo, abriendo un fardo o un 8 cajn, lo ejecuta en una noche tenebrosa y tempestuosa, en que los dueos de las cargas estn recogidos en sus toldos, y hasta el dueo de la recua procura abrigarse bien, fiado en que el dueo est presente y que respecto de haberse fiado de l no tiene otra responsabilidad que la de entregar fardos cerrados. Distinta vigilancia tuviera si, como sucede en todo el mundo, se les hiciera entrega formal de la hacienda; pero, dejando aparte estos dos riesgos, de bastante consideracin, voy a poner delante las incomodidades de el pasajero, que camina con arrieros. En primer lugar, stos no caminan, un da con otro, desde Lima al Cuzco, arriba de tres leguas, contando las paradas precisas y muchas voluntarias, para reforzar sus recuas. El pasajero necesita llevar todas las providencias, menos el agua. Estas provisiones son las ms expuestas a los insultos de los peones, en particular las de vino y dems licores, que no hacen escrpulo en romper una frasquera para beberse un par de frascos de vino, aguardiente o mistela, haciendo pedazos de frascos y derramar algn licor, para dar a entender al amo que sucedi esta desgracia por la cada de una mula o encuentro con otra o con algn peasco. Todo se compone a costa de la faltriquera; pero quisiera preguntar yo a estos caminantes bisoos en el camino de la sierra, qu arbitrio toman cuando se hallan en una puna rgida o en alguna cordillera en que las mulas, huyendo del fro, van a buscar 9 distintas quebradas o que los fingen los arrieros con consentimiento de los dueos de la recua? Se vern precisados a aguantar por el da los fuertes soles bajo de un toldo, que es lo mismo que un horno, y las noches con poco abrigo. Los bastimentos se consumen y el ms paciente se consterna, y no encuentra voces con qu satisfacer al que tiene el genio violento o poco sufrido.Caminndose por la posta no faltan disgustos, pero todo se compone con tres o cuatro reales ms de gasto en cada una, para que el maestro de ellas apronte las mulas y provea de lo necesario. Estos bagajes, aunque malos, caminan de posta a posta con celeridad, porque los indios guas o el postilln los pone en movimiento, como a unas mquinas. Para que los pasajeros no se detengan ms de lo que fuere de su arbitrio, les aconsejo que saquen las providencias de boca de un tambo para otro, y porque desde Jauja al Cuzco, y an hasta Potos, escasea la grasa o manteca de puerco, en algunos parajes, aconsejo a mis amados caminantes prevengan en su alforja un buen trozo de tocino, que no solamente suple esta necesidad, sino que da un gusto ms delicioso y se aprovechan los trocillos que no se derritieron. La pimienta, el aj molido, los tomates, cebollas y ajos y un par de libras de arroz, provisin de cuatro o cinco das, cabe todo en una regular servilleta, y algunos limones y naranjas suplen la falta de vinagre, 10 que en la mayor parte de los parajes no se encuentra, o es tan amargo que echa a perder los guisados.Con esta providencia y una polla con dos trozos de carne sancochada, se hacen dos guisados en menos de una hora para cuatro personas, a que tambin se pueden agregar algunos huevos, que rara vez faltan en los tambos y se encuentran con abundancia en los pueblos. El visitador est muy mal con los fiambres, y principalmente con los que toda la juventud apetece, de jamn y salchichones, porque excitan mucho la sed y provocan a beber a cada instante, de que resultan empachos y de stos las tercianas, y con particularidad en tierras calientes. En el dilatado viaje de Buenos Aires a Lima, tom tales providencias y precauciones, que apenas no tengo presente haber comido fiambres tres veces, pero es verdad que no hacamos jornadas arriba de ocho leguas: a las diez del da ya habamos caminado de cinco a seis; un criado se ocupaba solamente de preparar la comida, y todos nosotros, con el mismo visitador, asegurbamos nuestras bestias y buscbamos pasto y agua, y con esta precaucin y cuatro horas de descanso, llegaban las mulas a la posada con bros. Las cargas salan una hora despus y pasaban los indios guas a tiempo de recoger los sobrantes. Otro criado, con uno de nosotros, sala por los ranchos a buscar nuevo bastimento de carne fresca y huevos para la cena, 11 que se haca con ms lentitud y, se sancochaban las carnes para la comida de el da siguiente.De este modo se hacen tolerables los dilatados viajes. El que quisiere caminar ms, haga lo que cierto pasajero ejecut con un indio gua. En la primera cruz que encontr hizo su adoracin y ech su traguito y dio otro al indio, que iba arrendole una carguita, y la hizo doblar el paso. Lleg a otra cruz, que regularmente estn stas en trivios o altos de las cuestas. Luego que divis la segunda cruz y se acerc a ella, dijo al espaol: Caimi cruz, y detuvo un rato la mula de carga, hasta que el espaol bebi y le dio el segundo trago, lleg, finalmente a una pampa dilatada de casi cuatro leguas, y vindose algo fatigado a la mitad de ella, dijo el indio: Espaol, caimi cruz, se quit el sombrero para adorarla y dar un beso al porito, pero no vio semejante cruz, por lo que se vio precisado a preguntar al indio: En dnde estaba la cruz, que no la divisaba? El indio se limpi el sudor del rostro con su mano derecha, y con toda celeridad levant los brazos en alto y dijo: Caimi seor. El espaol, que era un buen hombre, celebr tanto las astucias de el indio que le dobl la racin, y el indio qued tan agradecido que luego que lleg al tambo, refiri a los otros mitayos la bondad de el espaol, y al da siguiente disputaron todos sobre quin le haba de acompaar.12El visitador me asegur varias veces que jams le haba faltado providencia alguna en ms de treinta y seis aos que casi sin intermisin haba caminado por ambas Amricas. Aun viniendo en el carcter de visitador de estafetas y postas, sentaba a su mesa al maestro de ellas, aunque fuese indio, y la primera diligencia por la maana era contar el importe de la conduccin y que se pagase a su vista a los mitayos que hablan de conducir las cargas, y a cualquiera indio que serva para traer agua o lea, le satisfaca su trabajo prontamente, y as quedaban todos gustosos y corra la noticia de posta en posta, y nada faltaba ni le falt jams en el tiempo que camin como particular, disimulando siempre la avaricia de los indios y sus trampillas propias de gente pobre. Quisiera preguntar a los seores pasajeros, as europeos como americanos, el fruto que sacan de sus arrogancias? Yo creo que no consiguen otra cosa que el de ser peor servidos y exponerse a una sublevacin lastimosa. Cualquiera maestro de postas puede burlar a un pasajero, detenindolo tres y cuatro das, porque le sobran pretextos, bien o mal fundados.Por otro lado, la paga no es la mitad de lo que merece un trabajo tan violento: una mula con un gua a real y medio por legua, no tiene de costo treinta y cinco pesos cabales, y se puede hacer un viaje sin fatiga, desde Lima al Cuzco, que es la carrera ms pesada, por lo fragoso del camino, en quince das, durmiendo todas 13 las noches bajo de techo. Un arriero que tarda muchas veces ochenta das, salvo otras contingencias, cobra treinta pesos por una carga regular de doce arrobas, en que ahorra un pasajero cinco pesos, que no equivalen a la detencin de ms de dos meses. La equidad de las postas y mucha utilidad que resulta al pblico, es ms visible en la conduccin de una peara de efectos de Castilla. Esta tiene de costo, conducida por los arrieros en el mismo viaje, trescientos pesos y por las postas doscientos setenta y nueve, porque para diez mulas cargadas son suficientes cuatro mitayos, que ganan a medio real por legua, y aunque el pasajero comerciante distribuya los veintin pesos en gratificaciones para el mejor y ms pronto avo, logra las ventajas siguientes:La primera es la de conducir sus cargas con seguridad de robo, porque caminando con ellas todo el da las asegura de noche en el cuarto de las mansiones.La segunda es la celeridad de el viaje, y la tercera, que es la ms principal para los comerciantes pegujaleros, es la de poder hacer sus ventitas al trnsito. Por ejemplo, en el valle de Jauja puede vender algunos efectos, en Atunjauja, la Concepcin y Guancayo, a cuyas tres poblaciones concurren los seores curas, que no son los ms despreciables marchantes, de la una y otra banda del ro. Si alguno quisiere pasar desde Atunjauja a Tarma, lo har con arriero o particular de uno 14 de los dos pueblos, o componerse con el maestro de postas, dndole alguna cosa ms, en que aseguro no se perder nada, porque en Tarma, con el motivo de la tropa, hay muchos chanveres, que aunque tienen facilidad de proveerse de Lima, de cintas, clarines y encajes, no rehsan pagar a ms alto precio lo que ven con sus ojos, por lo que soy de dictamen que todas estas cosas menudas se conduzcan en petacas de dos tapas, para que caminen ajustados los efectos, y en caso de que la venta sea algo crecida, se pueden deshacer dos o tres fardos de bretaas angostas y cambrais, que se acomodan con facilidad y se van ahorrando fletes. El que pasare de Atunjauja a Tarma solicitar que le conduzcan hasta la Concepcin y de este pueblo hasta Guancayo, aunque pague la posta como si fuera a Guayucachi.Aunque Guancavelica est regularmente abastecida de efectos, no dejan de escasear algunas menudencias, que en todos estos parajes se venden con mucha ms estimacin que en las grandes poblaciones. Tambin se vende algo en Guanta, desde donde se pasar brevemente a Guamanga, a donde compran algunas cosas los seores cannigos y curas, para su uso y el de su familia. Los comerciantes vecinos slo compran a plazos, y regularmente quieren pagar, o a lo menos lo proponen, en petaquillas de costura aprensadas y doradas, guarniciones de sillas de casas, vaquetas y suelas, 15 cajas de dulce y magno, con otras zarandajas, que as se puede decir, porque no hay sujeto que haya salido bien de estos canjes. No hay que empearse mucho con estos pequeos comerciantes, porque pagando bien doscientos pesos, se hace eterna la dependencia, que llega a mil.En Andaguaylas y Abancay, que son los dos nicos pueblos grandes, desde Guamanga al Cuzco, se ven de alguna cosa. El visitador es de dictamen que no se entre al Cuzco con rezagos sino con el fin de sacrificarlos a un nfimo precio. Tiene por ms acertado que se pase con ellos a la feria de Cocharcas, sobre que tomarn sus medidas los pequeos comerciantes, a quienes se previene que no pierdan venta desde el primer da que se abra la feria, porque ha observado que todos los das van en decadencia los precios. Estas advertencias son intiles, y aun pudieran ser perjudiciales a los mercaderes gruesos que pasan con destino al Cuzco, Paz, Oruro o Potos, a donde se hacen dependencias crecidas y quieren surtimentos completos; pero siempre sera conveniente que estos comerciantes entregasen toda la carga gruesa de lanas, lienzos y merceras a los arrieros comunes y que llevasen consigo por las postas los tejidos de oro y plata, sedas y de mayor valor, que no ocupen ms de diez mulas, que con corta detencin pueden habilitar los maestros de postas.16Las leguas estn reguladas lo mejor que se pudo, con atencin a las comunales del reino, a que todos nos debemos arreglar, como sucede en todo el mundo. Si alguna posta se atrasa o adelanta por comodidad del pblico, en el actual real camino, en nada alterar el nmero de leguas, porque las que se aumentan en una, se rebajan en la siguiente. En los viajes a Arequipa y Piura, con cargas, siempre es conveniente, y aun preciso, caminar con recursos, y que los pasajeros carguen su toldo y se acomoden en cuanto a carnes, con las que se hallaren al trnsito, porque se corrompen de un da a otro por los calores y humedad del aire, y en estas dos carreras es en donde es ms perjudicial a la salud el fiambre salado, porque hay muchas pascanas de agua salitrosa y pesada, y la mucha bebida, sea de lo que fuese, es nociva, y la menos mala es la del aguardiente, tomado con moderacin.Lo contrario sucede en las punas rgidas, a donde el aire es sumamente seco, y recogindose todo el calor al estmago, fatiga mucho la respiracin y causa una especie de mareo, como el que acomete a muchos navegantes, que solamente se quita con beber el agua fra y tomar algunos caldos de carne o gallina, con bastante aj, que parece una cosa extraordinaria, pero la prctica est a su favor, como en el imperio de Mxico, entre la gente vulgar, no curar los empachos ms que con huevos fritos con agua y sal, con mucho chile 17 molido, que equivale a nuestro aj y en Espaa al pimentn, que slo se usa con exceso en los adobados de carne de puerco y algunos peces indigestos y por naturaleza secos.Los caminantes del chuo, papa seca y fresca, quesillo, zapallo o calabaza, con algunos trocitos de chalona y algunas hierbecitas van seguros de empacharse, porque su mayor exceso es darse una panzada de leche en una estancia, que a las dos horas se convierte en una pasajera tormenta de agua y viento para ellos. Con estos no habla mi prlogo, sino con los crudos espaoles, as europeos como americanos, que fiados en su robustez, almuerzan, meriendan y cenan jamones, chorizos y morcillas, cochinitos rellenos, cebollas y ajes cur