Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

download Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

of 23

Transcript of Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    1/23

    764

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    2/23

    765

    LaBibliahispanoamericana

    Traducida y comentada porMons. Juan Straubinger

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    3/23

    766

    El Cantar de los Cantares

    INTRODUCCINEl misterio que Dios esconde en los amores entre esposo y esposa, y que presenta como figura en este

    divino Poema, no ha sido penetrado todava en forma que permita explicar satisfactoriamente el sentido propio

    de todos sus detalles. El breve libro es sin duda el ms hondo arcano de la Biblia, ms an que el Apocalipsis,pues en ste, cuyo nombre significa revelacin, se nos comunica abiertamente que el asunto central de suprofeca es la Parusa de Cristo y los acontecimientos que acompaarn aquel supremo da del Seor en que lse nos revelar para que lo veamos cara a cara. Aqu, en cambio, se trata de una gran Parbola o alegora en lacual, excluida como se debe la interpretacin mal llamada histrica, que quisiera ver en ella un epitalamio vulgary sensual, aplicndolo a Salomn y la princesa de Egipto, no tenemos casi referencias concreta, salvo alguna (cf.6, 4 y nota), que permite con bastante firmeza ver en la Amada a Israel, esposa de Yahv.

    La diversidad casi incontable de las conclusiones propuestas por los que han investigado el sentidopropio del Cntico, basta para mostrar que la verdad total no ha sido descubierta. No sabernos con certeza si elEsposo es uno solo, o si hay varios, que podran ser un rey y un pastor como pretendientes de Israel (Vaccari), o

    podran ser, paralelamente, Yahv (el Padre) como Esposo de Israel, y Jesucristo como Esposo de la Iglesia yapreparada para las bodas del Cordero que veremos en Apoc. 19, 6-9. Ignoramos tambin qu ciudad es sa enque la Esposa sale por dos veces a buscar al Amado. Ignoramos principalmente cul es el tiempo en que ocurre uocurrir la accin del pequeo gran drama, y ni siquiera podemos afirmar en todos los casos (pues las opinionestambin varan en esto) cul de los personajes es el que habla en cada momento del dilogo.

    En tal situacin, despus de mucho meditar, hemos llegado a la conclusin de que es forzoso ser muyparco en afirmaciones con respecto al Cantar. Porque no est al alcance del hombre explicar los misterios queDios no ha aclarado an a la Iglesia, y sera vano estrujar el entendimiento para querer penetrar, a fuerza deinteligencia pura, lo que Dios se complace en revelar a los pequeos. Sera, en cambio, tremenda responsabilidaddelante de l, aseverar como verdades reveladas lo que no fuese sino producto de nuestra imaginacin o de

    nuestro deseo, como lo hicieron esos falsos profetas tantas veces fustigados por Jeremas y otros videntes deDios.

    Como ensea el Eclesistico (cf. 39, 1 ss. y nota), nada es ms propio del verdadero sabio segn Dios,que investigar las profecas y el sentido oculto de las parbolas: tal es la parte de Mara, que Jess declar ser lamejor. Pero esa misma palabra de Dios, cuya meditacin ha de ocupamos da y noche (Salmo 1, 2), nos hacesaber que hay cosas que slo se entendern al fin de los tiempos (Jer. 30, 24). El mismo Jeremas, refirindose aestos misterios y a la imprudencia de querer explicarlos antes de tiempo, dice: Al fin de los tiempos conocerissus designios (de Dios). Y agrega inmediatamente, cediendo la palabra al mismo Dios: Yo no enviaba a esosprofetas, y ellos corran. No les hablaba, y ellos profetizaban (Jer. 23, 20-21). En Daniel encontramos sobre estouna notable confirmacin. Despus de revelrsele, por medio del ngel Gabriel, maravillosos arcanos sobre losltimos tiempos, entre los cuales vemos la grande hazaa de San Miguel Arcngel defensor de Israel (Dan. 12, 1;cf. Apoc. 12,1), se le dice: Pero t, oh Daniel, ten en secreto estas palabras y sella el Libro hasta el tiempo delfin(Dan. 12, 4). Y como el Profeta insistiese en querer descubrirlo, torn a decir el ngel: Anda, Daniel, queesas cosas estn cerradas y selladas hasta el tiempo del fin (ibid. 9). Entonces ninguno de los malvadosentender, pero los que tienen entendimiento comprendern (ibid. 10). Finalmente, vemos que an en laprofeca del Apocalipsis, cuyas palabras se le prohibi sellar a San Juan (Apoc. 22,10), hay sin embargo unmisterio, el de los siete truenos, cuyas voces le fue vedado revelar (Apoc. 10, 4).

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    4/23

    767

    Nuestra actitud, pues, ha de ser la que ensea el Espritu Santo al final del mismo Apocalipsis,fulminando terribles plagas sobre los que pretendan aadir algo a sus palabras, y amenazando luego con excluirdel Libro de la vida y de todas las bendiciones anunciadas por el vidente de Patmos a los que disminuyan laspalabras de su profeca (Apoc. 22,18 s.).

    El criterio expuesto as, a la luz de la misma Escritura, nos muestra desde luego que, si es hermoso

    aplicar a la Virgen Mara, como hace la liturgia, los elogios ms ditirmbicos que recibe la Esposa del Cantar,pues que ciertamente nadie pudo ni podr merecerlos ms que Aqulla a quien el ngel declar bendita entre lasmujeres, no es menos cierto que hemos de evitar la tentacin de generalizar y ver en Mara a la protagonista delCntico, incluso en aquella incidencia del cap. 5 en que la Es posa rehsa abrir la puerta al Esposo por noensuciarse los pies, Semejante infidelidad jams podra atribuirse a la Virgen Inmaculada, ni aun cuando en esaescena se tratase de un sueo, como algunos interpretan. Basta recordar la actitud de Mara ante la Anunciacindel ngel en la cual, si bien Ella afirma su voto de virginidad, en manera alguna cierra la puerta a la Encamacindel Verbo; antes por el contrario, Cristo, lejos de sentirse rechazado como el Esposo del Cantar, realiza elestupendo prodigio de penetrar virginalmente en el huerto cerrado del seno maternal. Y es por igual razn queesa falla de la Esposa no puede atribuirse tampoco a la Iglesia cristiana como esposa del Cordero, as comotambin resultan inaplicables a ella los caracteres de esposa repudiada y perdonada, con que los profetas sealan

    repetidamente a Israel (Is. 54, 1 y nota).

    De ah que, por eliminaciny sin perjuicio de las preciosas aplicaciones msticas al alma cristiana, lascuales, como bien observa Joon, en ningn caso pretenden ser una interpretacin del sentido propio del poemabblicohemos de inclinarnos en general a admitir en l, como han hecho los ms autorizados comentadoresantiguos y modernos, lo que se llama la alegora yahvstica, o sea los amores nupciales entre Dios e Israel, a laluz del misterio mesinico, a pesar de que tampoco en ella nos es posible descubrir en detalle el significadopropio de cada uno de los episodios de este divino Epitalamio. A esta sentencia fundamental (sobre Israel) nosdebemos atener, dice en su introduccin al poema la Biblia espaola de Ncar-Colunga, y agregainmediatamente: Pero admitido este principio, una duda salta a la vista. Los historiadores sagrados y losprofetas estn concordes en pintamos a Israel como infiel a su Esposo y manchada de infinitos adulterios; lo cual

    no est conforme con el Cntico, donde la Esposa aparece siempre enamorada de su Esposo, y adems, todahermosa o pura. La solucin a esta dificultad nos la ofrecen los mismos profetas cuando al Israel histricooponen el Israel de la poca mesinica, purificado de sus pecados y vuelto de todo corazn a su Dios. Lasrelaciones rotas por el pecado de idolatra se reanudan para siempre. Es preciso, pues, decir que el Cnticocelebra los amores de Yahv y de Israel en la edad mesinica, que es el objeto de los deseos de los profetas yjustos del Antiguo Testamento. En torno a esta imagen del matrimonio. usada por los profetas, rene el sabiotodas las promesas contenidas en los escritos profticos (cf. Ex. 34, 16; Nm. 14, 34; Is. 54, 4 ss.; 62, 4 ss.; Os.1,2; 2, 4 y 19; 6, 10; Jer. 2, 2; 3, 1 y 2; 3, 14; Ez. 16).

    El Sumo Pontfice Po XII, en su importantsima Encclica Divino Afflante Spiritu, sobre los estudiosbblicos alude expresamente a las dificultades de interpretacin que dejamos planteadas, al decir que no pocas

    cosas... apenas fueron explicadas por los expositores de los pasados siglos que entre las muchas cosas que seproponen en los Libros sagrados, legales, histricos, sapienciales y profticos, slo muy pocas hay cuyo sentidohaya sido declarado por la autoridad de la lglesia y no son muchas ms aquellas en las que sea unnime lasentencia de los Santos Padres y que si la deseada solucin se retarda por largo tiempo, y el xito feliz no nossonre a nosotros, sino que acaso se relega a que lo alcancen los venideros, nadie por eso se incomode... siendoas que a veces se trata de cosas oscuras y demasiado lejanamente remotas de nuestros tiempos y de nuestraexperiencia.

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    5/23

    768

    Entretanto, y a pesar de nuestra ignorancia actual para fijar con certeza el sentido propio de todos susdetalles, el divino poema nos es de utilidad sin lmites para nuestra vida espiritual, pues nos lleva a creer en elms precioso y santificador de los dogmas: el amor que Dios nos tiene, segn esa inmensa verdad sobrenaturalque expres, a manera de testamento espiritual, San Pedro Julin Eymard: La fe en el amor de Dios es la quehace amar a Dios.

    No puede haber la menor duda de que sea lcito a cada alma creyente recoger para s misma las

    encendidas palabras de amor que el Esposo dirige a la Esposa. El Cantar es, en tal sentido, una celestialmaravilla para hacemos descubrir y llevamos a lo que ms nos interesa, es decir, a creer en el amor con quesomos amados. El que es capaz de hacerse bastante pequeo para aceptar, como dicho a si mismo por Jess, loque el Amado dice a la Amada, siente la necesidad de responderle a l con palabras de amor, y de fe, y deentrega ansiosa, que la Amada dirige al Amado, Felices aquellos que exploten este sublime instrumento, que es aun tiempo potico y proftico, como los Salmos de David, y en el cual se juntan, de un modo casi sensible, labelleza y la piedad, el amor y la esperanza, la felicidad y la santidad. Y felices tambin nosotros si conseguimosdarlo en forma que pueda ser de veras aprovechado por las almas!

    El ttulo Cantar de los Cantares (en hebreo Schir Haschirim) equivale, en el lenguaje bblico, a unsuperlativo como vanidad de vanidades (Eclesiasts 1, 2), Rey de Reyes y Seor de Seores (Apoc. 19, 16),

    etc., y quiere decir que esta cancin es superior a todas. El Alto Canto se le llama en alemn; en italiano "LaCntica por antonomasia, etc. Efectivamente el Cantar de los Cantares ha ocupado y sigue ocupando elprimer lugar en la literatura mstica de todos los siglos.

    Poema todo oriental, no puede juzgrselo, como bien dice Vigouroux, segn las reglas puestas por losgriegos, como son las nuestras. Tiene unidad, pero entendida a la manera orientales decir, mucho ms en elpensamiento inspirador que en la ejecucin de la obra.

    Intervienen en el Cantar de los Cantares mediante dilogos y a veces en forma drama-tica, la Esposa(Sulamita) y el Esposo, denominados tambin en ocasiones hermano y hermana. Aparecen adems otrospersonajes: los hermanos, las hijas de Jerusaln, etc., que forman algo as como el coro de la antigua

    tragedia griega. La manera en que se tratan el Amado y la Amada muestra claramente que no son simplesamantes, porque entre los israelitas solamente los esposos podan tratarse tan estrechamente.

    No se exhibe, pues, aqu un amor prohibido o culpable, sino una relacin legtima entre esposos. A esterespecto debe advertirse desde luego que el lenguaje del Cntico es el de un amor entre los sexos. No creemosque esto haya de explicarse solamente porque se trata de un poema de costumbres orientales, sino tambinporque la Biblia es siempre as: plata probada por el fuego, purificada de escoria, siete veces depurada(Salmo11, 1). Ella dice todo lo que debe decir, sin el menor disimulo (cf. Gn. 19, 30 y nota), es decir, como muy bienobserva Helio, sin revestir la verdad con apariencias que atraigan el aplauso de los dems, segn suelen hacer loshombres. Dios quiere aplicar aqu, a los grandes misterios de su amor con la humanidadya se trate de Israel,de la Iglesia o de cada alma la ms vigorosa de las imgenes: la atraccin de los sexos. Sabe que todos la

    comprendern, porque todos la sienten. Y en ello no ha de verse lo prohibido, sino lo legtimo del amormatrimonial, instituido por Dios mismo, a la manera como el vino slo sera malo en el ebrio que lo bebierapecaminosamente. De ah que, como muy bien se ha dicho de este sublime poema, el que vea mal en ello, nohar sino poner su propia malicia. Y el que sin malicia lo lea buscando su alimento espiritual, hallar el msprecioso antdoto contra la carne.

    Los expositores antiguos miraron siempre como autor del libro al rey Salomn cuyo nombre figura en elttulo: Cantar de los Cantares de Salomn y fue respetado por el traductor griego. La Vulgata no pone nombre

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    6/23

    769

    de autor, y diversos exgetas catlicos remiten la composicin del Cantar a tiempos posteriores a Salomn(Joon, Holzhey, Ricciotti, Zapletal, etc.). Otros empero, entre ellos Fillion, lo atribuyen al mismo rey sabio, queen el poema figura con toda su opulencia. A este respecto no podemos dejar de sealar, entre las muchasinterpretaciones (que hacen variar de mil maneras el dilogo y el sentido, segn que pongan cada versculo enboca de uno u otro de los personajes) la que adopta un estudioso tan autorizado como Vaccari presentndolacomo la que mejor corresponde, tanto a los datos intrnsecos del Libro, cuanto a las condiciones histricas delantiguo Israel. Segn esta interpretacin, el Esposo a quien ama la Sulamita, no es la misma persona que el rey,

    sino un joven pastor que la celebra en un lenguaje idlico y agreste, contrastando precisamente con la fastuosidaddel rey cuyas atracciones desprecia la Esposa que prefiere a su Amado. En este contraste, la paz del camposimboliza la Religin de Israel, tan sencilla como verdadera, y los esplendores de la Corte figuran los de lacivilizacin pagana, que humanamente hablando parece tan superior a la hebrea. Tendramos as, como en lasdos Ciudades de San Agustn, el eterno contraste entre Dios y el mundo, entre lo espiritual y lo temporal. Elvalor de esta interpretacin que permite entender muchos pasajes antes obscuros, podr juzgarse a medida que lasealemos en las notas. Entretanto ella explicara que Salomn, siendo el autor del Poema (como lo sostienetambin Vigouroux con slidas razones) se haya puesto l mismo como personaje del drama, pues que, siendoas, ya no aparecera como figura del divino Esposo, sino que, lejos de ello, se presenta modestamente con supersona y su proverbial opulencia, como un ejemplo de la vanidad de todo lo terreno, cosa muy propia de lasabidura de aquel gran Rey.

    Agreguemos que esta manera de entender el Cantar segn lo propone Vaccari no se opone en modoalguno al aprovechamiento de su riqusima doctrina mstica, pues nada ms congruente que aplicar las relacionesde Yahv con su esposa Israel, a las de su Hijo Jess, espejo perfectsimo del Padre (Hebr. 1, 3), con la Iglesiaque l fund, y con cada una de las almas que la forman, en su peregrinacin actual en busca del Esposo (cf. 4,7; 3, 3; Salmo 6 y notas); en la misteriosa unin anticipada de la vida eucarstica (cf. 29 6 y nota); y finalmenteen su bienaventurada esperanza (cf. 1, 1; 8, 13 s. y notas; Tito 2, 13), cuya realizacin anhela ella desde elprincipio con un suspiro que no es sino el que repetimos cada da en el Padre Nuestro enseado por el mismoCristo: Adveniat Regnum tuum, y el que los primeros cristianos exhalaban en su oracin que desde el sigloprimero nos ha conservado la Didaj o Doctrina de los doce Apstoles: As como este pan fraccionadoestuvo disperso sobre las colinas y fue recogido para formar un todo, as tambin, de todos los confines de la

    tierra, sea tu Iglesia reunida para el Reino tuyo ... lbrala de todo mal, consmala en tu caridad, y de los cuatrovientos renela, santificada, en tu reino que para ella preparaste, porque tuyo es el poder y la gloria en los siglos.Venga la gracia! Pase este mundo! Hosanna al Hijo de David! Acrquese el que sea santo: arrepintase el queno lo sea. Maranatha (Ven Seor). Amn.

    Para facilitar la lectura, orientando al lector, sealamos aqu la divisin en seis escenas que proponeVaccari y sintetizamos brevemente el contenido de cada una de ellas;

    ESCENA I(1, 1-2, 7): a)El anhelo de la Esposa(l, 1-14): Ella busca al Amado y l le indica el campo.El rey la solicita. Ella prefiere al pastor, b)l primer encuentro(1,15-2, 1): Dialogo y unin de los dos esposos.

    ESCENA II(2, 8-3, 5): a)En el campo(2, 8-17): Invitacin del Esposo y paseo campestre. b) Bsquedanocturna del Esposo(3, 1- 5): Ella recorre en vano la ciudad. Lo encuentra afuera.

    ESCENA III(3, 6-5, 1): a) Salomn en todo su esplendor(3, 6-11): Coro sobre la opulencia del rey(tentacin), b) Retrato de la Esposa (4, 1-6). c) El mstico jardn(4, 7-5, 1): El Amado le hace el gran elogio.Ella se goza. l invita a los amigos.

    ESCENA IV(5, 2-6, 3): a) Visita nocturna(5. 2-9): La Esposa no abre al Amado. Luego lo busca envano, b)Ella hace la semblanza del Esposo ante el coro (5, 10-6, 3).

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    7/23

    770

    ESCENA V (6, 4-8, 4): a)Nuevas loas de la Esposa(6, 4-7, 1). b)Justa de requiebros, en que parecenrivalizar el rey y el pastor(7, 2- 10). c)Fidelidad de la Esposa(7, 11-8, 4).

    ESCENA VI (8, 5-14): a) El triunfo del amor (8, 5-7): La Esposa descansa en el Amado. El fuegodivino. Unin transformante. b) Parbolas de la hermanita y de la via(8, 8-12). c)Idilio (8, 13) y llamado final(8, 14).

    Cantar de los Cantares, de Salomn

    ESPOSA

    BsemeAl con los besos de su boca!porque tus amores son mejores que el vino.2.Suave es el olor de tus ungentos;

    es tu nombre ungento derramadoB;

    A Bseme (l, en tercera persona) y luego (en segunda

    persona). Tus amores (San Jernimo traduce: tus pechos).Segn la interpretacin de Orgenes, Israel, la Iglesia de laAntigua Alianza, suspirara aqu por el Mesas, anhelando queel beso de la Palabra divina, que haba recibido de la boca delos profetas, le sea dado ya directamente por la misma boca del. Y as San Pablo empieza diciendo a los Hebreos en suEpstola (1, 1 ss.): Dios que habl a nuestros padres por los

    profetas, nos ha hablado ltimamente por medio de su Hijo. les el resplandor de su gloria y la imagen de su substancia.Ahora bien, es frecuente en la Escritura un paralelismo entreIsrael y la Iglesia, como lo hay entre los anuncios del AntiguoTestamento y los del Nuevo, y como los profetas, y el mismoJess, sealan paralelamente los acontecimientos de ladestruccin de Jerusaln y los del fin de los tiempos (cf. p. ej.Mat. 24). De ah que, como expresa Fillion, es sobre todo la

    Iglesia cristiana quien exhala este suspiro, expresando aqu elmismo anhelo con que termina el Apocalipsis: Y el Espritu yla Esposa dicen: Ven!... As sea! Ven oh Seor Jess!(Apoc. 22, 17 y 20). Tambin se aplica este concepto al almacristiana, y el Apocalipsis extiende a cada una la mismainvitacin de la Iglesia que antes recordamos: Diga tambinquien escucha: Ven!(Apoc. 22, 17). A este respecto dice elCatecismo Romano: Toda la Sagrada Escritura est llena detestimonios que a cada paso se ofrecern a los prrocos, nosolamente para confirmar esta Venida, sino an tambin para

    ponerla bien patente a la consideracin de los fieles; para queas, como aquel da del Seor en que tom carne humana, fuemuy deseado de todos los justos de la Ley antigua desde el

    principio del mundo, porque en aquel misterio tenan puestatoda la esperanza de su libertad, as tambin, despus de la

    muerte del Hijo de Dios y su Ascensin al cielo, deseemosnosotros con vehementsimo anhelo el otro da del Seoresperando el premio eterno, y la gloriosa venida del granDios(Tit. 2, 13).

    BMuy difcil es saber, en este primer pasaje, quin habla encada verso, y con quin habla. La enseanza que de todasmaneras se extrae de aqu es la contenida en la idea delungento, como en 4. 10 y 15. El ungento, muy usado enoriente como perfume, y conservado en la liturgia sacramental

    por eso te aman las doncellas.

    CORO

    3.Atreme en pos de ti. Corramos!Introdjome el ReyCen sus cmaras.

    cristiana, es el gran smbolo de la divina gracia, don gratuitopor excelencia. Nada podemos tener, dice el Bautista, que nonos sea dado del cielo (Juan 3, 27). Aun cuando se trata deMara Inmaculada, vemos que el ngel no le elogia nada

    propio de Ella, sino que la llama llena de la gracia, y le repite

    que ha hallado gracia a los ojos de Dios (Luc. 1, 28-30). YElla, no obstante reconocer que ha sido objeto de grandeza(ibid. 49), se llama esclava y reconoce ser nada (ibid. 38 y 48),y slo explica su eleccin por esa caracterstica contradictoria,que algunos santos solan llamar el mal gusto de Dios, segnel cual l se complace en escoger a los ms vacos, levantandoa los bajos y rebajando a los altos. Tal es el contenido delMagnficat de Mara y tal es lo que aqu aprendemos (cf. 4, 15y nota). La Iglesia tiene a este respecto definiciones capitales

    para dejar bien sentada la doctrina paulina segn la cual an elamar a Dios es un don de Dios. l, que nos ama sin ser amado(de nosotros), nos dio el don de amarlo. No pudiendo agradar,fuimos amados para ser hechos agradables. Vase Rom. 5, 5;Denz. 198 s.

    CIntrodjome el rey: Otros traducen: Introdceme, oh Rey!Segn esto, anota Ncar-Colunga: El coro de doncellas queforma, en las solemnidades nupciales, la corte de la Esposa,que aqu representa a las naciones, pide tener parte en el amorde la Esposa por el Esposo, como en Is. 2, 2 ss.; Zac. 8, 20 ss.y expresa sus deseos de tener parte en las bendicionesmesinicas. Atreme: Amad, dice S. Agustn, y serisatrados, y aade el mismo Doctor: El amor es una palancatan fuerte, que levanta los pesos ms enormes, porque el amores el contrapeso de todos los pesos (De Civ. Dei, II, 28).Fillion, interpretando el atreme como dirigido por la Esposaal Esposo cuyo nombre es ungento derramado(v. 2), reiteraaqu la doctrina que hemos expuesto en la nota anterior, yexpresa: Yo los atraer con cuerdas de amor, dir Jehov al

    pueblo israelita (Os. 11, 4; cf. Jer. 2, 2). Nadie puede venir aM si el Padre que me ha enviado no lo atrae, exclamartambin Jess (Juan 6, 44; 12, 32). En esta unin asombrosa esmenester que Dios haga, digmoslo as, los primeros pasos.De aqu que, entre los muchos modos de encarar este difcilcomienzo del Cntico, algunos hayan considerado que en elsegundo hemistiquio del v. 2 habla el Esposo que, apenas laAmada le abre los brazos, se precipita hacia Ella elogiando susamores ms que el vino, porque sus delicias son estar con loshijos de los hombres(Prov. 8,31). Y ese estado de deseo, enla Esposa, no es sino un don del mismo Espritu Santo ya que

    1

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    8/23

    765

    Nos gozaremos, nos alegraremos en ti.Celebraremos tus amores ms que el vino.Con razn te aman.

    ESPOSA

    4.Morena soy, pero hermosa,oh hijas de Jerusaln,

    como las tiendas de Cedar

    A

    como los pabellones de Salomn.5.No reparis en que soy morena;es que me ha quemado el sol.Los hijos de mi madre se airaron contra m;me pusieron a guardar las vias;pero mi via, la ma, no he guardadoB.6.Dime, oh t a quien ama el alma ma,dnde pastoreas,dnde haces sestear las ovejas al medioda,para que no ande yo vagando

    alrededor de los rebaos de tus compaeros.ESPOSO O CORO

    7.Si no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres,sal siguiendo las huellas del rebao,

    nadie puede decir siquiera Jess es el Seorsin una mocinprevia del divino Espritu (1 Cor. 12, 3). Atreme!, est solapalabra basta, dice Santa Teresita (Historia de un alma,cap. X). Ya sea pues que lo apliquemos a Israel, o a la Iglesiaescogida, o al alma fiel, el fruto de este estudio ser siempre elmismo: descubrir y alabar las excelencias y delicadezas delCorazn del Esposo. Para conocer un corazn hay que verlo en

    lides de amor, as como el brazo se prueba en el combate .Con razn te aman: la Vulgata traduce: los rectos te aman. SanGregorio Niceno y Teodoreto refieren esto a la Esposa.

    ACedar:desierto que se extiende al este de Transjordania. En

    vez de Salomn leen algunos Salma. Cedar representa lastribus nmades cuyas tiendas se hacan de pelo de cabra negra.Tienen su belleza esas tiendas negras y se mueven como losrebaos de cabras, que recorren el desierto al comps de lasestaciones, buscando un poco de pasto.

    BSegn la alegora yahvstica, la Esposa bronceada por el sol,es esa escogida nacin israelita que, no obstante su cautiverio,su idolatra contagiada por los paganos, y su infidelidad,conserva siempre una grande y divina vocacin, porque losdones y la vocacin de Dios son irrevocables(Rom. 11, 29).El sentido de la via es aqu harto misterioso, y loscomentadores, nada concordes, no alcanzan a explicarlo. Detodos modos, es cosa cierta que Israel no cultiv la via queDios le encomendara (cf. Mat. 21, 33; Marc. 12, 1 ss.; Luc. 20,9 ss.). Vase, con su nota, 8, 11 y 12, donde la Esposa recuperasu via, en lo cual se anuncia quiz la futura conversin deIsrael profetizada por San Pablo. Cf. Rom. ll.

    y apacienta tus cabritosjunto a las cabaas de los pastoresC.

    ESPOSO

    8.A mi yegua, en las carrozas del Faran,te comparo, oh amiga maD.9.Hermosas son tus mejillas

    entre los pen dientes,tu cuello entre los collares.10.Collares de oro haremos para tiincrustados de plataE.

    ESPOSA

    11.Estando el rey en su divnF,mi nardo exhala su fragancia.12.Un manojito de mirraG

    C Como expresa Vaccari, la respuesta del Esposo puedesintetizarse diciendo: hazte pastora. Cf. 7, 12 y nota. Enefecto, Dios dice en sus promesas a Israel; As la atraer y lallevar al desierto y le hablar al corazn; y desde all ledevolver sus vias y el valle de Acor como puerta deesperanza; y all cantar como en los das de su juventud,como en los das en que subi de la tierra de Egipto. Entonces,dice Yahv, me llamar Esposo mo(Os. 2, 14 ss.). Cf. 8, S ynota.

    D Segn Vaccari es sta la voz de la tentacin, en que elmonarca rival quiere atraer a la Esposa con promesas de ricosadornos, contrastando con la precedente invitacin del pastor.Fillion admite tabin estos contrastes, pues se trata del Mesas-Rey y del Buen Pastor por excelencia.

    ELlama la atencin que el oro aparezca como adornado por laplata, que es inferior a l. En la interpretacin espiritual venaqu algunos una hermosa figura de la virtud cristiana, que estoda interior y al revs de la ostentacin mundana. Vase Mat.6, 1-6 y 16,18.

    FEn su divn: es decir, en su triclinio o lecho en que serecostaban durante los convites. Esta escena recuerdanaturalmente la cena de Betania en que Mara ungi los pies deJess con precioso ungento de nardo, cuya fragancia llentoda la casa (Juan 12, 1-3). Su sentido sera sin embargo muyotro si la Esposa, mientras el rey la tienta con su festn, exhala,como fragancia de nardo, los acentos de su fidelidad para con

    el pastor, cuyo amor elogia (v. 13 s.) con delicados smilesagrestes. Segn los santos Padres alude este verso a laEncarnacin del Verbo, al cual la Iglesia alegr con el nardode sus virtudes.

    GLa mirra era una resina olorosa que no slo serva para

    embalsamar cadveres sino tambin para llevarla sobre elpecho en bolsitas como perfume. Es la fragancia que exhalanlos vestidos del Esposo en Salmo 44, 9. Cf. 4, 6 y nota.

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    9/23

    766

    es para m el amado mo:reposa entre mis pechos.13.Racimo de ciproAes mi amado para men las vias de Engadd.

    ESPOSO

    14.Hermosa eres, amiga ma,eres hermosa;tus ojos son palomasB.

    ESPOSA

    15.Hermoso eres, amado mo, y cun delicioso!y nuestro lecho es de flores.

    ESPOSO

    16.De cedro son las vigas de nuestra casa,

    AEl ciproo alhea de los rabes, es la lawsonia alba, de florespequeas y blancas en racimo, muy perfumadas como reseda,y cuyas hojas son tambin usadas en la perfumera de losorientales. El oasis de Engadd, situado a la orilla occidentaldel Mar Muerto, tena fama por sus vias, sus palmeras y sus

    plantas aromticas. Hoy toda aquella regin es un desierto.

    B Empieza un exquisito intercambio de requiebros entre los

    enamorados, que inicia el Esposo y que, como hace notarFillion, son los que la Biblia suele emplear para referirse a losamores del divino Esposo. Es ste aqu el Pastor, como loquiere Vaccari? As podra deducirse por el tono buclico delidilio. No debemos sin embargo olvidar que en el Salmo 44,que es otro epitalamio ofrecido por la Biblia como paralelo al

    presente, se trata expresamente del Mesas-Rey, y en tal

    carcter se enamora l de la Esposa (cf. Salmo 44, 11 ss. ynotas). Ambas cosas pueden sin duda conciliarse distinguiendoentre los misterios pasados y los futuros: Nova et vetera.Esto mismo explica por qu el Amado prodiga tales elogios ala Esposa en su estado actual, no obstante lo que veremosen el captulo 5, 3. Es ste uno de los misterios mil vecesadmirables del corazn generoso de Dios que, sabiendo lo quehemos de ser en lo futuro, nos ama. no tal cual somos pornuestros mritos, sino tal como llegaremos a ser por don Suyo(S. Prspero). Vase Denz. 185. Cf. 4, 1 ss.; 6,9; 7,7 ss. Para

    poder escuchar y entender y gozar la dicha inefable de estelenguaje, hay que grabar para siempre en el alma este sellofemenino de esposa, y no pretender invertir los papelesasumiendo con celo indiscreto el papel de esposo (vase 2, 6;4, 1 y notas, y el artculo Hermana y Esposaen nuestro libroEspiritualidad Bblica). Tus ojos son palomas: Cf. 2, 14; 5,12 y notas. En el v. 4 la Esposa se desprecia a s misma,llamndose morena, y alaba al Esposo por su hermosura. Y l,

    porque tiene de costumbre de ensalzar al que se humilla,poniendo en ella los ojos como ella se lo ha pedido, en laCancin que se sigue, se emplea en alabarla, llamndola nomorena, sino blanca paloma (S. Juan de la Cruz, Cantico

    Espiritual34). La paloma representa al alma recta y sencilla.Vase las palabras de Jess en Mat. 10, 6.

    de ciprs nuestros artesonados.

    ESPOSA

    Yo soy el lirio de SarnC, la azucena de los

    valles.

    ESPOSO

    2.como una azucenaD

    entre los espinos,as es mi amiga entre las doncellas.

    ESPOSA

    3.Como el manzanoEentre los rboles silvestres,tal es mi amado entre los mancebos.A su sombra anhelo sentarme,y su fruto es dulce a mi paladar.

    C Algunos traducen rosa de Sarn y hacen hablar aqu al

    Esposo. Como observa Fillion, este lirio, citado hasta sieteveces en el Cntico, es figura aplicada al pueblo de Israel

    segn se ve en Os. 14, 5 (cf. Is. 35, 2). Se trata, no de unautoelogio que se hiciera la Esposa, sino de una imagenmodesta, que podra sealar quiz el origen humilde de Israelen su primer encuentro con Yahv, y el origen pastoril de sus

    primeros aos patriarcales.

    DEl Esposo, al llamarla azucena, confirma delicadamente loque Ella misma acaba de decir, y agrega entre los espinos, locual parece referirse a la preexcelencia de Israel sobre todoslos dems pueblos, si bien puede aplicarse con gran elocuenciaa los sinsabores que le cost al Esposo haberla elegido, siendotan ingrata. Cada uno de nosotros es para Jess un lirio entreespinas, que le cost todas las espinas de su corona y que essin embargo tanto ms amado cuanto mayor fue ese precioque por l pag el Hijo, y el que antes haba pagado el Padre alentregar ese Hijo. Cf. I Cor. 6, 20; 7, 23. San Bernardo ve en laazucena un smbolo de la bondad y pureza de nuestrasacciones y agrega: Con la blancura de su alma el justo es unaazucena y perfuma a su prjimo.

    E Como el manzano: vase v. 5; 7, 8; 8, 5 y nota. A susombra... y su fruto es dulce:He aqu un pasaje qu podrantener a la vista cuantos se sientan, con la divina Escritura enlas manos, a buscar el dulce fruto de la Palabra, como almanzano entre los zarzales de la ciencia humana (cf. Salmo118, 85 y nota), eligiendo, como Mara, la mejor parte: Aveces cuando leo ciertos tratados en los que el camino de la

    perfeccin se presenta sembrado de mil obstculos, mi pobrepequeito espritu se fatiga muy pronto; cierro el libro que merompe la cabeza y me seca el corazn, y tomo la SagradaEscritura. Entonces todo me parece luminoso; una sola palabradescubre a mi alma horizontes infinitos; la perfeccin me

    parece fcil; veo que basta reconocer su nada y abandonarsecomo un nio en los brazos de Dios... Pero el Santo Evangelio,ms que ningn otro libro, mantiene mi oracin; en l bebe asu sabor mi pobrecita alma. Cada vez descubro nuevas luces,ocultos y misteriosos significados (Santa Teresita del NioJess).

    2

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    10/23

    767

    4.Introdjome en la celda del vino,y su bandera sobre m es el amorA.5. Confortadme con pasas!Restauradme con manzanasB!porque languidezco de amor.6.Su izquierda est debajo de mi cabeza,y su derecha me abrazaC.

    AAmbos textoshebreo y Vulgataexpresan una idea de lams alta poesa. La Esposa, admitida a la ms estrechaintimidad del Esposo, goza de un deleite pacfico (v. 3) en quela sabidura (cf. Salmo 50, 8 y nota), simbolizada por el vino,es inseparable del amor, como la intimidad con Cristo esinseparable del Espritu Santo (vase la introduccin al Librode la Sabidura). La bandera que sola enarbolarse en las

    posadas est puesta como smbolo o pendn (el altar queMoiss levant despus del triunfo contra Amalec, en Ex. 17,15, fue llamado en hebreo Yahv nisi, que quiere decir: Dioses mi bandera. Y puesto que Dios es amor (I Juan 4, 8 y 16),

    es evidente que su mensaje a los hombres, enviado por mediodel propio Hijo, vctima de amor, no puede ser sino unmensaje de amor. Por donde se ve que no entender nunca esemensaje, ni podr salir de la dura vida purgativa, quien seresista a creer en ese loco amor de Dios y se empee enhallar en l a una especie de funcionario de polica. En laVulgata reza el segundo hemistiquio, ordinavit in mecaritatem. Ordinare, dice el Card. Gom, es aqu disponer enorden de batalla; in mees acusativo, contra m. Equivale lafrase a decir que Dios ha alzado las banderas de su amor paraconquistarnos. Se presta este sentido a bellsimas aplicaciones.Como acomodacin verbal puede admitirse lo que se hace enasctica sobre la jerarqua de la caridad bien ordenada(Bibliay Pred., pg. 273).

    BCon manzanas:cf. v. 3 y nota. Otros traducen: con azahares.Segn un explorador de Palestina, tal sera la costumbre de lasnovias en Oriente, y de all vendra el ramo de azahares quellevan en la mano las desposadas de hoy.

    C Vase 8, 3, donde este versculo y el siguiente estnrepetidos. Por el contexto deducen algunos (Ricciotti, BuddeDalman, etc.) que all habran sido interpolados. El carcterliterario de epitalamio que presenta el Cantar de los Cantaresno puede sorprender al hombre espiritual (cf. I Cor. 2, 10).Para hacernos entender cosas de su amor. Dios elige, a manerade parbola, el relato de una unin entre esposos, utilizandocomo imagen de insuperable vigor la atraccin entre los sexos,

    precisamente porque El sabe muy bien cunta es su fuerzanatural en el ser humano. As como la desmayada Esposadescansa en los brazos del Esposo, as el alma herida del amordivino, no encuentra recreo ni medicina para su dolencia sinoen el divino Esposo Jesucristo. Descrbese aqu el ntimoabrazo (1, 4), que el alma cristiana puede gozar tambin en laComunin Eucarstica con una plenitud de unin, aunqueinvisible, que nos identifica con Jess hacindonos vivir de sumisma vida como l viv del Padre (Juan 6, 57 ss. y notas) ynos da un anticipo de la unin definitiva hasta que l venga(I Cor. 11, 26). Nuestra conformidad con el Verbo en el amor,

    ESPOSO

    7.Os conjuro, oh hijas de Jerusaln,por las gacelas y las ciervas del campo,que no despertis ni inquietis a la amada,hasta que ella quieraD.

    ESPOSA

    8.La voz de mi amado!

    dice S. Bernardo, une con l nuestra alma como la esposa estunida a su esposo.

    DCf. 3, 5 y 8, 4. No despertis... a la,amada; literalmente: al

    amor, y algunos lo aplican al Esposo. Difcil de explicar en susentido histrico-proftico, con relacin a Israel o a la Iglesia,este pasaje ofrece un hondo sentido espiritual para nuestraalma, como suprema leccin de quietud interior. No es laEsposa apasionada la que gusta al Esposo, sino la que sabedejarle a l la iniciativa; la que se deja conducir por el Espritusantificador (Rom. 8, 14) y reposa dulcemente confiada en el

    Esposo, sin pretender, como Eva, la ciencia del bien y delmal, que nos haga rivales de Dios. El Espritu Santo obra enesas almas dciles toda suerte de maravillas que l sloconoce (Rom. 8, 26 ss-). Hemos de creer en ellas con todasnuestras fuerzas, sin desear analizarlas,. ni siquiera ser testigosconscientes de ese divino drama que se opera en el teatro denuestra alma, ya se trate de la para oracin y grado de uninen el amor, o ya de esas pruebas o purificaciones pasivas porlas cuales sabemos que Dios nos va santificando, sean ellasinteriores, o exteriores, como aqullas en las que Job mereci

    por querer comprenderlas, el nico reproche de Dios (cf. Jobcap. 38 ss.). Bueno es, pues, dormir como la Esposa delCantar, confiada en saber que todo sucede para nuestro mayor

    bien (Rom. 8, 28). En la quietud y en la confianza, dice Diosa Israel, est tu fortaleza (Is. 30, 15). Y si en esto reside lo

    ms alto de la vida espiritual, y son tan pocos los que losiguen, hemos de comprender que tal abandono exige muchams fe y mayor negacin de s mismo, porque nada cuesta msque renunciar a conducir personalmente un negocio que tantonos interesa. Y es tambin harto contrario a nuestro orgullonatural el remitir totalmente a Dios el juicio sobre el valor denuestra vida espiritual (vase I Cor. 4, 3 ss. y nota), en vez decultivar, como el fariseo del templo, esas formas disimuladasdel amor propio, que el mundo suele disfrazar de virtud con elnombre de la propia estimacin, o la satisfaccin del debercumplido. Poned constantemente vuestra confianza en Dios,dice el Doctor de Hipona, y confiadle todo lo que tenis;

    porque l no dejar de levantaros hasta si, y no permitir queos suceda ms que lo que puede seros til, hasta sin que losepis vosotros mismos. El alma cristiana, dice un autormoderno, ha sido definida como la que est ansiosa de recibiry de darse. Es decir, ante todo alma receptiva, femenina porexcelencia, como la que el varn desea encontrar para esposa.Tal es tambin la que busca con ms razn que nadie eldivino Amante, para saciar su ansia de dar. Por eso el tipo desuma perfeccin est en Mara: en la de Betania, que estabasentada, pasiva, escuchando, es decir, recibiendo; y est sobretodo en Mara Inmaculada, igualmente receptiva y pasiva, quediceFiat: hgase en m.

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    11/23

    768

    Helo aqu que viene,saltando por los montes,brincando sobre los colladosA.9.Es mi amado como el gamo,o como el cervatillo.Vedlo ya detrs de nuestra pared,mirando por las ventanas,

    atisbando por las celosas.10.Habla mi amado, y me dice:

    ESPOSO

    Levntate, amiga ma; hermosa ma, venB.11.Porque, mira, ha pasado ya el inviernoC,la lluvia ha cesado y se ha ido;12.aparecen ya las flores en la tierra;llega el tiempo de la poda,y se oye en nuestra tierrala voz de la trtola.

    ALos versculos 8 a 17 los leemos en la Epstola de la fiesta de

    la Visitacin, aplicados en sentido acomodaticio a los primerospasos del Salvador en el seno de su Santsima Madre y a laprimera manifestacin del Amor divino en el InmaculadoCorazn de Mara y en la casa de Zacaras donde Ella entonel Magnficat (Luc. 1, 46 ss.). Helo aqu que viene!Se siente

    palpitar el corazn de la Iglesia bajo estas palabras plenas deemocin. He aqu que viene por fin el Cristo, tanimpacientemente esperado. Durante el sueo de la Esposa (v.7) l haba desaparecido; ahora vuelve a Ella amorosamente (Fillion). Digmosle como en la antigua liturgia y como en la

    primera antfona del Adviento: Veniet ecce Rex! y: Regemventurum, Dominum, venite adoremus!

    BLa excelencia que el enamorado ve y atribuye a la persona

    amada reside, ms que en sta, en la imaginacin de aqul, elcual ve en ella cosas que otros no ven, y que tal vez no existen.Este fenmeno adquiere su mxima verdad en Dios Padre y enJess, igual a l: Ambos nos aman con un amor infinito que es

    propio de la esencia divina y que, no pudiendo fundarse enninguna excelencia peculiar del hombre cado y miserable,slo puede explicarse por el carcter misericordioso de esedivino Amor que se complace en inclinarse sobre la miseria(cf. Mons, Guerry: Hacia el Padre).

    CHabr pasadoya el inviernocuando lleguen las Bodas del

    Cordero (Apoc. 19, 7 s.) y se haya consumado la pasin delCuerpo Mstico de Cristo, cuyos discpulos han de ser ahora

    perseguidos como l lo fue. Aparecen ya las flores: LaPalestina se cubre literalmente de flores en el mes de abril,como por encanto. Tambin segn Isaas (35, 1 ss.), lacampaa florida es un smbolo de la Era mesinica y de susgracias (Fillion). El tiempo de la poda: otros traducen: eltiempo de los cantares. Vase sobre esto el Salmo 136, 4 enque los cautivos de Israel se resisten a entonar, durante eldestierro, los gozosos cnticos de Sin.

    l3.Ya echa sus brotes la higueraD,esparcen su fragancia las vias en flor.Levntate, amiga ma; hermosa ma, ven!14.Paloma ma,que anidas en las grietas de la pea,en los escondrijos de los muros escarpados,hazme ver tu rostro,

    djame or tu voz;porque tu voz es dulce,y tu rostro es encantadorE.

    ESPOSA

    15.Cazadnos las raposasA,

    DEsta imagen de la higuera es la misma que usa Jess en Mat.24, 32 s. para sealar la proximidad de su segunda Venida. Lahiguera es generalmente mirada en el Evangelio como figuradel pueblo de Israel.

    E

    Es ste uno de los versos ms substanciosos para la oracin,y de ah que los msticos lo hayan explotado grandemente, sibien no siempre hemos de compartir los simbolismos quealgunos imaginan. Y as, las grietas de la pea y losescondrijos de los murosson considerados por algunos comoagujeros de la piedra y abertura de la pared, que representaranlas llagas de Cristo y la herida de su costado, en tanto quegeneralmente se reconoce a esas expresiones el sentido dehabitaciones precarias, de las cuales la Esposa es invitada asalir por el amantsimo Esposo que le habla compadecido,como Dios a Israel en Is. 51, 21; 54, 11, etc. Claro est que no

    puede negarse una gran fuerza al smil anterior, en cuanto elalma unida a Cristo comparte aqu abajo sus persecuciones yno tiene ms refugio contra el mundo que ocultarse en suDivino Corazn. Todo est en comprender que estas

    aplicaciones del texto sagrado son de sentido puramenteacomodaticio y que no puede pretenderse ver en ellas unainterpretacin (cf. Introduccin), que quedase as librada a laimaginacin de cada uno como un verdadero libre examen(vase 3, 11 y nota). Djame or tu voz:vase 8, 13 y nota. S.Toms refiere tambin esto a la voz de la predicacin y de ladivina alabanza, por las cuales hagas adelantar a otros. ElPapa Po XII acaba de decirnos que no se pueden obtenerabundantes frutos de apostolado si los sacerdotes mientrasmoraron en los seminarios no se empaparon de activo y

    perenne amor hacia las Sagradas Escrituras (EncclicaDivino Afilante Spiritu). Tu rostro es encantador, para elque no ha olvidado la insondable miseria propia y de toda lahumanidad cada, nada hay ms difcil que convencerseseriamente de que estos elogios son dirigidos a l mismo porAquel que es la infinita Santidad y Sabidura. Slo puedeentenderlo el que est familiarizado con el Evangelio, es decir,con esas preferencias desconcertantes que Jess manifiesta enfavor de los miserables, de los pecadores, de los publcanos, deZaqueo, del ladrn, de la Magdalena sobre la cual hace laasombrosa revelacin de que ama menos aquel a quien menosse le perdona. La Virgen Mara es el ejemplo para ensearnoscmo se puede unir la ms baja opinin de s mismo (ha vistola nada de su sierva), con el ms alto aprecio del don de Dios.

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    12/23

    769

    las raposillas que devastan las vias,porque nuestras vias estn en flor.l6.Mi amado es mo, y yo soy suya;l apacienta entre azucenasB.17.Mientras sopla la brisa,y se alargan las sombras,vulvete, amado mo!

    Asemjate al gamo,o al cervatillo,sobre los montes escarpadosC!

    A Por las raposas suele entenderse los enemigos del puebloescogido, que es la via de Dios. San Gregorio Magno lasrefiere a las faltas y defectos que son causas de la ruina delalma, es decir, a los afectos engaosos y transitorios delmundo, que nos distraen de lo nico que interesa (vase nota6). Algunos ven tambin aqu las herejas; pero en el perodoactual de la Iglesia, que no es todava el del triunfo (cf. 8, 1 ynota), no pueden suprimirse esos tropiezos, como lo ensea

    Jess en la parbola de la cizaa (Mat. 13, 28 ss. y 40 s.) y en(Mat. 18, 7. San Pablo afirma expresamente la necesidad deesas disensiones para que se distingan los de probada fidelidad.Vase I Cor. 11, 19; Sant. 1, 12; Luc.. 18, 8; Mat. 24, 12.

    BEl Amado es como un pastor que apacienta su rebao. Figura

    de Dios que guardaba al pueblo elegido, y tambin imagen deCristo, que es el Buen Pastor por excelencia (vase S. 22; Juan10). La grandeza del amor de Jesucristo, que sobrepuja a todoamor creado, consiste en que no se fija sobre un objeto amable,sino que lo hace amable por su amor. Segn la interpretacinde Vaccari, que sealamos en la introduccin, se confirmaraaqu la preferencia de la Esposa por el pastor antes que por elrey.

    CMontes escarpadoso tambin: de los blsamos (cf. 8, 14).

    La Vulgata dice: montes de Beter (tal vez Baiter, hoy daBittir, al sudoeste de Jerusaln). Mientras sopla la brisa, etc.:

    pasaje muy diversamente traducido e interpretado. Ntese antetodo la diferencia con la Vulgata. donde estas palabrascontinan el verso anterior, diciendo que el Esposo apacientahasta la cada del da. Aqu, en cambio, tales palabras se ligana las que siguen, esto es, a la vuelta del Esposo, y de ah quealgunos las interpreten como una urgencia de la Iglesia por laseguida Venida de Cristo. Pero ese concepto, que apareceindudable en 8, 14. no es confirmado aqu por el contexto, yms bien parece vincularse con el sentido de 4, 6 (vase all lanota), donde el autor sagrado usa esta misma expresin. Segn

    esto, la Iglesia, prxima a recibir el soplo del Espritu Santo,anunciado por Cristo como promesa del divino Padre (Luc. 24,49; Hech. 1, 4; Juan 14, 16 y 26; 16, 13), se resignara gozosaa la vuelta de Cristo al Padre el da de la Ascensin (Luc. 24,52; Juan 14, 28), porque le conviene que l se vaya paraenviarle el Espritu Santo (Juan 16, 7) y prepararle entre tantoun lugar en la Jerusaln celestial (Juan 14, 2; Luc. 19, 12),hasta que vuelva para tomarla con l (Juan 14, 3 y 18). Conesta dichosa esperanza (Tito 2, 13) la Iglesia afronta la nocheque va a seguir (cap. 3), o sea el tiempo presente, que SanPablo llama siglo malo(Gl. 1, 4) y tiempos difciles* (II

    ESPOSA

    En mi lecho, de noche,busqu al que ama mi alma;busqule y no le hallD.

    2.Me levantar, pues, y girar por la ciudad,por las calles y las plazas;buscar al que ama mi alma.

    Busqule y no le hallE.

    Tim. 3, 1). Vemos as que este misterioso poema, no obstantesus grandes obscuridades que se entendern a su tiempo",

    brinda asimismo grandes luces espirituales y profticas sobrela vida de la Iglesia en sus distintos momentos, cosa que envano ha querido buscarse interpretando con criterio histrico elApocalipsis, libro cuyo carcter esencialmente escatolgico seadmite cada da ms como indiscutible (Sickenberger).

    DDe noche:otros traducen: por las noches. Esta prdida delEsposo, durante la noche, suele interpretarse como imagen del

    pueblo de Israel que pierde a su Dios en la noche de laidolatra, y sobre todo que busca al Mesas y no lo halla (Juan7, 34-36) hasta que, arrepentido, vuelve a l (cf. 5, 2 ss. ynotas; Is. 54, 1; Os. 5, 15; Ez. 6, 9; 20, 7 ss.; 36, 31).Losmsticos, aplicando la imagen a la vida espiritual, llaman a este

    perodo la noche obscura del sentido, en que el alma, nohabiendo pasado an por la va iluminativa, carece de unconocimiento propio y experimental de Dios, que es l quenos hace hallarlo definitivamente por medio del amor. SanJernimo explica esto, diciendo: Ora leis, ora escribis, oravelis o durmis, siempre toque a vuestros odos la bocina delamor de Dios. Esta trompeta despierte vuestra alma y buscadvuestro jergn alborozado con este amor que vuestra almadesea, y cantad confiado: Yo duermo, ms mi corazn estvelando (S. Jernimo, a Pamaquio). La ansiosa bsqueda, a

    travs de las tinieblas, hasta que hayamos llegado a despreciarpor amor suyo nuestra soberbia racionalista (II Cor. 10, 5; ICor. 3, 15 ss.; Judit 8, 10; Job 42, 3 y notas), estmaravillosamente expresada en Ecli. 4, 18 ss., que llama a estaetapa de prueba la tribulacin de la doctrina (vase Salmo118, 38 ss. y nota). En anlogo sentido Fillion lo aplica a lavida actual de la Iglesia mientras el Esposo prolonga suausencia con miras de probar y acrecentar en Ella el amor.

    EBusqule y no le hall: Hay aqu una triste pero saludable

    meditacin para el pueblo de Israel, cuya religiosidad actual,segn lo declararon sus propios escritores, se ha desprendidoan de la sobrenatural esperanza mesinica, para reducirse a unsimple ideal histrico. Como decamos en otro lugar: La

    misma cultura talmdica y rabnica de los Rasch, de losMaimnides, de los ben Gabirol, de los Yehuda ha-Lev, de losben Ezra... ha sido ridiculizada por escritores de nota comoAbrahamowitsch y Gordon en el siglo pasadoy la reformade Moiss Mendelsohn ha tendido a destruirlo todoPero laverdadera reparacin de Israel slo puede traerla Cristo. Nohallar Israel al Amado por las calles y plazas, sino cuandoDios la llame a la soledad y le hable al corazn (vase 1, 8 ynota). Entonces caer el velo que les oculta, no ya elEvangelio, sino las antiguas profecas (II Cor. 3, 14-16).Entonces se apartarn de los falsos pastores (v. 3 s). Vase a

    3

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    13/23

    770

    3.Encontrronme los guardiasAque hacen la ronda por la ciudad:Habis visto al que ama mi alma?4.Apenas me haba apartado de ellosB,encontr al que ama mi alma.Lo as y no lo soltarhasta introducirlo en la casa de mi madre,

    y en la cmara de la que me dio el ser.ESPOSO (O PASTOR?)

    5.Os conjuro, oh hijas de Jerusaln,por las gacelas y las ciervas del campo,

    este respecto la admirable alusin al captulo 34 de Ezequielque San Pabl hace a los hebreos cuando les dice que sualianza eterna ha de ser en el gran Pastor resucitado (Hebr. 13.20).

    AVase 5, 7. Los guardias representan aqu a los prncipes del

    pueblo judo que no supieron mostrar a Israel la llegada delMesas (vase Juan 1, 26; 7, 52; 8, 14; 9, 30; Luc. 12, 56; 19,44; Mat. 21, 34, etc.). Tambin hoy podemos aplicar la leccina los sabios y prudentes (Luc. 10, 21), a quienes es intil

    preguntarles dnde est Dios. Unos predican un Diosinaccesible y sin corazn de Padre; otros dudan de suexistencia y le disputan la creacin del mundo; y otros admitensu existencia, pero viven como si no existiese. Cf. 8, 7 y nota.

    B Apenas me haba apartado... encontr: vemos asconfirmado lo expuesto sobre el v. 1 s. Cuando el alma seaparta del mundo y sus maestros (vase 1, 8 y nota), no tardaen hallar a Cristo, porque la Sabidura se anticipaamorosamente a los que la buscan (Sab. 6, 13 ss.), y l mismo

    nos dice: Al que viene a M no lo echar fuera(Juan 6, 37),porque vino a cumplir la amorosa voluntad del Padre que loenvi para que El sea nuestra salvacin (Juan 6, 38-40).Entonces el alma, hecha pequea (Prov. 9, 4 y nota), descubreque se le ha dado esa sabidura inaccesible para los sabios(Mat. 11, 25) y repite, tan gozosa como asombrada, laexclamacin de David (vase S. 118, 99 s.). La casa de mimadre:S. Bernardo acenta la trascendencia escatolgica delCntico, al ver en la Esposa a la Iglesia de los elegidos yacongregados (vase Juan II, 52; Rom. 11, 25; Luc. 21, 24).Comentando el presente versculo, el Doctor Melifluo ve enIsrael a la madre de la Iglesia y dice: ciertamente la caridadde la Iglesia es bien grande, pues que no envidia sus delicias asu misma rival, que es la Sinagoga. Qu mayor bondad queestar dispuesta a compartir con su enemiga Aquel que ama sualma! No debe, empero extraarnos puesto que la saludviene de los judos (Juan 4, 22)que el Salvador vuelva dedonde parti a fin de salvar a los restos de Israel... que lasramas no envidien a la raz la savia que de ella bebieron, ni loshijos a su madre la leche que mamaron de sus pechos. Que laIglesia, pues, conserve firmemente la salud que Israel perdi,hasta que la plenitud de las naciones haya entrado y que asIsrael sea salvo. Ms an, ella le desea el nombre y la bellezade la Esposa.

    que no despertis ni inquietis a la amada,hasta que ella quieraC.

    CORO

    6.Qu cosa es esta que sube del desierto,como columna de humoperfumada de mirra e incienso

    con todos los aromas del mercader?

    D

    7.Mirad, es su litera, la de Salomn;sesenta valientes la rodean,de entre los hroes de IsraelE.

    CVase 2, 6 s.; 8, 6 y nota. Hasta que ella quiera:Segn lainterpretacin de S. Bernardo, que hemos visto (cf. v. 4).tendramos aqu el misterio anunciado por San Pablo (Rom.11) del retorno de Israel, a quien el apstol llama muy amadatodava a causa de sus padres (Rom. 11, 28), si bien se hizoenemiga a causa de nosotros los gentiles, es decir, para que sucada oh misterio de amor! fuese ocasin de nuestro

    llamado a la Iglesia. Ese despertar de Israel no habr de serforzado, sino pura obra de la gracia (Rom. 11, 6; Jer. 30, 13 ynota) que mudar su corazn (Ez. 11, 19; 36, 26; II Cor. 3, 14-16). De ah sin duda la falta de un apostolado actual y

    permanente de predicacin entre los judos (Hebr. 5, 11 s.;Rom. 11, 7-10; Hech. 13, 45 s.). En otro sentido, hay aqutambin una gran luz sobre la doctrina de S. Agustn quecombate el falso celo violento, diciendo: Nadie debe serllevado a la fe por la fuerza (vase Sant. 3, 13 ss.). Estaverdad fue ya expuesta por S. Atanasio diciendo que es

    propio de la Religin no constreir sino persuadir. Es lo queAlcuino mostr a Carlomagno cuando pretendi, por motivos

    polticos, que los sajones optasen por el bautismo o la muerte:La fe es asunto de la voluntad no de la coaccin.Lo mismoexpone Santo Toms; y Federico Ozanam en una hermosa

    carta a un profesor de la Sorbona, sobre la caridad en elapostolado, hace resaltar que no ha de buscarse el triunfo

    propio sobre el adversario humillado, sino exponer lasexcelencias de nuestro Dios y su Hijo Jesucristo, de tal maneraque el oyente, an antes de convertirse a nuestra fe, ya lo ame,con lo cual su conducta ir luego en pos de lo que conoci yam. Si alguna vez aconteciese que, en oposicin a laconstante doctrina de la Sede Apostlica alguien es llevadocontra su voluntad a abrazar la fe catlica, Nos conscientes denuestro oficio, no podemos menos de reprobarlo (Po XII,Encclica sobre el Cuerpo Mstico de Cristo).

    DEste versculo se aplica en la Liturgia a la Virgen, rica entodas las virtudes y exenta de la maldicin del pecado. Segn

    Vaccari, habla aqu el coro hasta el fin del captulo,describiendo al rey Salomn en todo su esplendor(Mat. 6,29). Columna de humo: recuerda la columna de fuego quecondujo al pueblo de Israel desde el desierto hasta la tierra

    prometida, o segn otros, alusin a los inciensos que seofrecan delante del Arca de la Alianza.

    ESegn algunos, Salomn sera figura del divino Esposo: lalitera(el trono) simbolizara el Arca (I Rey. 4, 4; II Rey. 6, 2);y los sesenta compaeros figuraran a los sacerdotes y

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    14/23

    771

    8.Todos ellos manejan la espada,son adiestrados para el combate;todos llevan la espada ceida,a causa de los peligros de la noche.9.De maderas del Lbanose hizo el rey Salomn un cenculo.10.Hizo de plata sus columnas,

    de oro el dosel, de prpura su asiento;su interior est recamado de amor,por las hijas de Jerusaln,11.Salid, oh hijas de Sin,a contemplarAal rey Salomncon la corona que le teji su madreen el da de sus desposorios,el da del gozo de su corazn.

    ESPOSO

    Qu hermosa eres, amiga ma!

    Cun hermosa eres t!Tus ojos son palomas, detrs de tu velo.Tu cabellera es como un rebao de cabras,que va por la montaa de GalaadB.

    ancianos. Sobre la interpretacin de Vaccari, vase laIntroduccin.

    A Salid... a contemplar: Segn Bver-Cantera, es la Iglesia,esposa de Cristo, la que invita a sus hijos a salir del tumultodel siglo para contemplar a Salomn, esto es, al verdadero rey

    pacfico, Jesucristo. Segn Ncar-Colunga, sera la entrada

    del rey en Jerusaln. inspirada en la ceremonia de laentronizacin de Salomn, que se narra en III Rey. 1, 11 ss. Lacorona tal vez se toma de la solemnidad de las bodas (Is. 61,10). Todo ello significa la entrada triunfal del Rey-Mesas ensu ciudad.Hijas de Sin:El P. Arintero ve aqu figuradas alas almas piadosas que ya tienen su morada junto al sagradoTabernculo. En cambio, segn otra interpretacin. debenentenderse las almas dbiles en la virtud, que aun cuando seresignen con sus trabajos, quieren verse libres de ellos. Esteejemplo de abierta oposicin nos muestra, una vez ms, cun

    prudentes hemos de andar en materia de interpretaciones y ande aplicaciones que no puedan fundarse en los datos de lamisma divina Revelacin, que va nos da sobrada substanciaespiritual y adems nos asegura contra las desviaciones delsentimentalismo. Vase 2. 14 y nota.

    B Comienza el Esposo exaltando la hermosura de la Esposa.La descripcin de sta se hace sobre el modelo de lascanciones nupciales de Oriente, de las cuales hoy todava

    poseemos paralelos en la literatura oriental. Segn Vaccari. noes el Rey quien habla aqu, sino el Pastor, que en gran partetoma sus smiles de la vida campestre (vase 6, 4 ss.). Esto nohara sino aumentar nuestra admiracin de que Dios seatribuyese a S mismo este papel humilde frente a lasuntuosidad de su rival, que representara los oropeles del

    2.Son tus dientescomo hatos de ovejas esquiladas,que suben del lavadero,todas con cras mellizas,sin que haya entre ellas una estril.3.Como cinta de prpura son tus labios,y graciosa es tu boca.

    Como mitades de granada son tus mejillas,detrs de tu veloC.4.Tu cuello es cual la torre de David,construida para armera,de la que penden mil escudosD,todos ellos arneses de valientes.5.Como dos mellizos de gacelaEque pacen entre azucenas,

    mundo engaoso y fugaz. Como en Eclesiasts 12, los rganoscorporales que aqu figuran (ojos, dientes, cabellos, etc.), sonmuy diversamente entendidos por los autores. De todas

    maneras hemos de creer con toda la fuerza de nuestro ser queson para cada uno de nosotros los sublimes afectos de amorque aqu prodiga el Esposo a la Esposa. As fue como SantaTeresa de Lisieux descubri su doctrina sobre el amormisericordioso del Padre, en los afectos paternales que l,Yahv, dirige a Israel por boca de Isaas (vase Is. 49, 15; 66,13 y notas). Muy convencidos necesitamos estar de tal verdad,si queremos gozar y aprovechar con fruto este divino Libro.Por eso conviene entender bien que, si la eleccin de Israel eracolectiva como pueblo, la del cristiano es perfectamenteindividual, sin perjuicio de la unidad del Cuerpo Mstico y larica comunicacin de bienes espirituales que existe entre susmiembros segn el dogma de la Comunin de los Santos. Jessnos muestra que es l quien e1ige a cada uno (Juan 15, 16)

    para hacerlo hijo de Dios por la fe (Juan 1, 12) y hacerlo vivirde su propia vida por la Eucarista, como l vive de la vida delPadre (Juan 6, 57; en la Vulgata: 6, 58); prometindoleresucitarlo (Luc. 14, 14; 20, 35; Juan 6, 54) hasta reunir en unoa todos esos hijos de Dios (Juan 11, 52) y celebrar las Bodasdel Cordero con la Iglesia; a la cual habr sido dado vestirsede tela de hilo finsimo brillante y blanco(Apoc. 19, 8).

    CDetrs de tu velo:Otros vierten; en medio de tus risos.

    DEscudos:alusin a los aros y monedas con que las mujeres

    solan adornar su cuello. Este versculo se aplica en la Liturgiaa la Santsima Virgen. Podra entenderse que el lenguaje usadoaqu es propio del Rey.

    EAqu parecera que habla nuevamente el Pastor y que en el v.6 le responde ella como en 2, 17 y en 8, 14. Estos dos

    pechos, dice la Biblia del P. Sco, son figuras del amor a Diosy del amor al prjimo. Alimentados entre las hermosas y

    blancas azucenas de los divinos misterios, procuran por todoslos modos posibles dar a Dios lo que es Suyo, y no defraudaral prjimo nada de lo que le corresponde. Son semejantes entres como suelen serlo los mellizos.

    4

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    15/23

    772

    son tus dos pechos.

    ESPOSA

    6.Mientras sopla la brisay se alargan las sombras,me ir al monte de la mirra,y al collado del inciensoA.

    ESPOSO7.Eres toda hermosaB, amiga ma,y no hay en ti defecto alguno.8. Ven del Lbano, esposa ma!Ven conmigoCdel Lbano!Mira de la cima del Aman,de la cumbre del Senir y del Hermn,de las guaridas de los leones,de las montaas de los leopardos!9.Me has arrebatado el corazn,hermana ma, esposaD.

    APor el monte de la mirra y el collado del inciensoalgunosentienden el monte donde estaba el Templo. Mirra e inciensotambin son smbolos de la devocin espiritual (cf. 1, 13 ynota). Ahora, dice Fray Luis de Len, la quiere llevar (a laEsposa) consigo de monte en monte, esto es, de virtud envirtud, subiendo siempre de una en otra sin temor de tropiezoandando con tal compaa. Porque es verdad que todos los quecaminan por Cristo, van altos y van sin tropiezos. Segn otrosexpositores, sera la Esposa quien habla en este verso (cf. 2, 17y nota) y mientras sopla el espritu de Pentecosts y seextienden al mismo tiempo en el mundo las sombras de la

    apostasa, se retira a la soledad del monte y ansiosa escuchaall del Esposo el sumo amor que l le expresa en los versossiguientes.

    BEres toda hermosa: Lo es la Iglesia, porque a los ojos deCristo son bellos no solamente los doctores y religiosos quedescuellan por su profunda ciencia y virtud, sino los simplesfieles que caminan por la senda de la verdadera fe y apartadosde pecados graves" (Bver-Cantera). San Agustn observa quela Iglesia en este siglo necesita limpiarse cada da para ser

    presentada al fin sin mancha alguna a su Esposo Jesucristo.As lo vemos en Ef. 5, 25-27 y Apoc. 19, 6-9. Lo mismo puededecirse del alma del justo, segn II Cor, 11, 2; Col. l, 22. Las

    palabras se aplican en la Liturgia a la Santsima Virgen.

    CVen conmigo, etc.Segn Vaccari: Me reclamas,como si elEsposo se dijera atrado por ella desde el Lbano donde l est,y conducido al Aman desde las alturas del Senir y delHermn y desde las guaridas donde l mora como pastor(vase 2, 8), porque ella le ha robado el corazn (v. 9). Aman:

    parte del Antilbano, cerca de Damasco; Senir o Sanir: nombreamorreo del Hermn o Antilbano. Leones y leopardos eran

    para los judos figuras de los pueblos paganos circunvecinos.

    Me has arrebatado el corazncon una de tus miradas,con una perla de tu collar.10. Cun dulce son tus amores,hermana ma, esposa!Cunto ms dulces son tus caricias que el vino;y la fragancia de tus perfumes

    que todos los blsamos!11.Miel destilan tus labios,esposa ma;miel y lechehay debajo de tu lengua;y el perfume de tus vestidoses como el olor del Lbano.12.Un huerto cerradoEes mi hermana esposa,manantial cerrado, fuente sellada.13.Tus renuevos son un vergel de granados,

    con frutas exquisitas;cipro y nardo;14.nardo y azafrn, canela y cinamomo,con todos los rboles de incienso;mirra y loes,con todos los aromas selectos.

    ESPOSA

    15.La fuente del jardnes pozo de aguas vivas,y los arroyos fluyen del LbanoF.

    DAl nombre de esposa, que por primera vez le da en el verso8, aade el de hermana, poniendo as en este apasionado amorun sello de altsima pureza.

    EHuerto cerrado y fuente sellada: bellas imgenes de laIglesia cerrada y sellada para el mundo y reservadanicamente, como deba serlo Israel separado de las naciones,al amor de su divino Esposo. En ella debe conservarse intactoel tesoro recibido de Dios en depsito: la sana doctrina, laSagrada Escritura, los Sacramentos (cf. I Tim. 6, 20). Vase v.15 y nota. Muchos Padres entienden figurada aqu lavirginidad corno en 2, 1 (azucena del valle). A imitacin de la

    bienaventurada Virgen Mara cada virgen es un jardn cerrado,

    una fuente sellada por el Todopoderoso con la gracia de lavirginidad, de la pureza, del pudor, de la modestia. Una virgen,dice S. Ambrosio, es un jardn inaccesible a los ladrones; se

    parece a una via en flor, derrama el perfume de sus virtudes yes bella como la rosa.

    FLos mejores autores reconocen que la Esposa toma la palabra

    aqu, y no solamente en el v. 16. Es por cierto una de laslecciones ms preciosas del Cantar, ya se lo aplique a Israel, ala Iglesia o a cada alma, y ya sea con visin pasada o proftica,

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    16/23

    773

    16.Levntate, oh Aquiln,ven, oh Austro!Que se esparzan sus aromas!Venga mi amado a su jardny coma de sus exquisitas frutas!

    ESPOSO

    Vine a mi jardn, hermana ma, esposa;tom de mi mirra y de mi blsamo;com mi panal con mi miel;

    beb mi vino y mi leche.Comed, amigos;bebed y embriagaos,mis bien amados!A

    ESPOSA

    2.Yo dorma,pero mi corazn estaba despierto.Una voz! Es mi amado que golpeaB.

    pues en todos los casos la humilde Esposa al verse de tal modocolmada por los elogios del Esposo, despus de habersesentido colmada por sus dones, no puede sino exclamar, comoaqu lo hace, que nada de eso le pertenece sino que todo esslo el depsito (cf. v. 12) de dones y favores que l mismo ha

    puesto en ella. Y as pide que soplen en toda su plenitud losvientos del Espritu Santo para que ella, no obstante su propianada (recurdese el Magnficat de Mara: Luc. 1. 48), puedaagradar al Esposo con los aromas y los frutos que l le prodigcon su generosidad toda divina. Un pasaje anlogoencontramos en el Apocalipsis, donde los veinticuatroancianos, al verse colmados de dicha por los mritos del divino

    Cordero, se empean en destacar que es a l a quiencorresponde toda la gloria de esa hazaa: y cantaban uncntico nuevo, diciendo: Digno eres, Seor, de recibir el libroy de abrir sus sellos, porque T has sido entregado a la muertey con tu sangre nos has rescatado para Dios de todas las tribus,y lenguas, y pueblos, y naciones. Nos hiciste para nuestro Diosreyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra(Apoc. 5, 9 y10). San GregorioMagno hace notar aqu, en igual sentido, quelas aguas puras y vivas que la Iglesia Catlica enva a lasiglesias particulares y a las almas fieles, son las SagradasEscrituras, que corren impetuosamente del Monte Lbano, estoes, de la boca de Jesucristo.

    AHe aqu la visin anticipada de lo que anhelan, al final del

    Cntico, tanto la Esposa como los amigos del Esposo. Vase 8,13 s. y notas.

    BLos versculos 2 a 6 encierran una alusin a la infidelidad de

    Israel para con Dios, el cual por eso se retir de su pueblo (v.6). Yo dorma:en hebreo el yoindica aqu femenino, como elbreme indica masculino. Algunos piensan que toda estaescena es un monlogo de la Esposa que relata un sueo.Durmiendo suea con su Amado; y en este estado siente quellega a la puerta y llama. La Es posa le responde en sueos

    ESPOSO

    Abreme, hermana ma, amiga ma,paloma ma, perfecta ma,pues mi cabeza est llena de roco,y mis cabellos de las gotas de la noche.

    ESPOSA

    3.Ya me he quitado la tnica;cmo ponrmela de nuevo?Ya me he lavado los pies;cmo ensuciarlos?C4.Mi amado introdujo la mano por el cerrojo,y mis entraas todas se conmovieronD.5.Levantme para abrir a mi amado,y mis manos gotearon mirra;de mirra exquisitaEse impregnaron mis dedos

    excusndose (cf. Luc. 11, 6 s.). Son juegos del poeta parahallar una nueva forma de expresar los sentimientos de mutuoamor entre los dos Esposos(Ncar-Colunga).

    C Hay aqu una enseanza altamente sobrenatural: el objetodel amor ha de ser el Esposo en S mismo, en su Persona, y nolos obsequios que l nos haga, ni menos la complacencia enlas propias virtudes. Mientras el Esposo llama a la puerta(Apoc. 3, 20), soportando la intemperie de la nocheJess las

    pasaba as, orando en la montaa (Luc. 6, 12) la Esposapiensa en conservar limpios sus pies como otro Narciso quequiere complacerse en la propia belleza. San Pablo, que nosensea a vivir segn el espritu, como el nico modo desuperar los atractivos de la carne (Gl. 5, 16), nos libratambin de una asctica egocntrica, para llevamos a vivir la

    espiritualidad cristocntrica, conservando los ojos de nuestraatencin siempre fijos en Aquel que es el autor y consumadorde nuestra fe (Hebr. 12, 2); el nico digno de admiracin,

    porque es el ms hermoso entre los hombres (S. 44, 3); elnico digno de amor, porque todo l es amable (v. 16); elnico que no desilusiona ni traiciona, porque su amor esfuerte como la muerte(8, 6). Vase S. 118, 37 y nota.

    D Se conmovieron:Otros aaden: a causa de l. La Vulgata

    dice a su tacto, o a su toque o llamado (vase nota 5). ElEsposo haba llamado a la puerta, y trata ahora de abrir elcerrojo con su mano, que introduce por el agujero de lacerradura. Son sus manos, que siempre destilan lo msexquisito, las que dejan el cerrojo impregnado de la mirra que

    luego halla la Esposa. Es que Dios, como seala Fray Luis deLen, cuando los suyos estn ms olvidados de l, por sugrande amor los ampara y los rodea an con mayor cuidado,

    porque sabe que ms lo necesitan.

    EMirra exquisita: as tambin la Vulgata. Otros traducen:mirra lquida. Otros: mirra colada. El sentido es que lasmanos del Esposo haban dejado colarse esa mirra a travs dela cerradura. Este gesto del Amado es quiz lo que llena a laEsposa de emocin (v. 4) al ver con qu delicadeza responde

    5

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    17/23

    774

    en la manecilla de la cerradura.6.Abr a mi amado,pero mi amado, volvindose,haba desaparecido.Mi alma desfalleci al or su voz.Lo busquAy no lo hall;lo llam, mas no me respondi.

    7.Encontrronme los guardiasque hacen la ronda en la ciudad;me golpearon, me hirieron;y los que custodian las murallasme quitaron el mantoB.8.Os conjuro, oh hijas de Jerusaln,si hallis a mi amado,decidleCque yo desfallezco de amor.

    l a su ingratitud. Haba odo la voz del Esposo; supo que eral que estaba en la puerta, pues conoca su voz; y sin embargono le abri. Le pareca ms dulce entregarse al sueo quelevantarse para seguir a su llamado; ms dulce soar con lque abrirle la puerta. Y l se fue dejando mirra en la puerta,mirra que a pesar de su amargura exhala fragancia suave. Lamirra la acompa despus cuando iba en busca del Amado; laacompa la amargura, pero tambin la fragancia que habadespertado en ella el amor y el ansia de encontrar al que amabasu alma. Fue golpeada, herida y le fue quitado el manto (v.7). Anduvo errante en la oscuridad como unaoveja perdida, y todo por culpa suya, por no haber abierto la

    puerta cuando l llam(Elpis).

    ALo busqu: Los autores msticos ven en esta otra bsqueda,lo que llaman la noche oscura del alma. Es la ltima

    purificacin que, a travs de la experiencia de nuestra totalincapacidad y maldad, nos ensea la humildad plena. Slo enesta disposicin de espritu descubrimos en el Esposo losencantos irresistibles que la Esposa enumera en los vers. 10-16, y que nos enamoran de l hasta llevarnos al matrimonioespiritual (vase 3, 1; 6, 3 y notas).

    BAqu no slo se ve ignorancia como en 3, 4, sino tambinmaltrato. No sera quizs ajeno a esto lo que San Pedroanuncia de los burladores (II Pedro 3, 3 s.; Ez. 12, 22 y 27). Ensentido espiritual: los que buscan a Jess son perseguidos,como lo fue el Maestro y como anunci l mismo muchasveces y tambin los apstoles. Dios ejercita y prueba a sus

    servidores y amigos por medio de las persecuciones, paraconservar su alma, para purificarlos, perfeccionarlos yelevarlos al honor imperecedero de la gloria. Vase Rom. 8,18; II Tim. 3, 12; Juan 16,1 ss.; Luc. 21, 12, etc

    CDecidle: otros traducen: qu le diris? Que yo desfallezcode amor. Es propio del verdadero amor crecer ms yencenderse ms cuanto ms y mayores dificultades y peligrosse le ofrecen y ponen delante (Fray Luis de Len). El amor,observa San Agustn, es una palanca tan fuerte, que levanta los

    CORO

    9.Qu es tu amado ms que otro amado,oh hermosa entre las mujeres?Qu es tu amado ms que los dems amados,para que as nos conjures?

    ESPOSA

    10.Mi amadoDes blanco y rubio,se distingue entre millares.11.Su cabeza es oro puro;sus rizos, racimos de palmaE,negros como el cuervo.12.Sus ojos, palomas junto a los arroyos de agua,baadas en leche, en pleno reposoF.13.Sus mejillas son eras de balsameras,macizos de perfumadas floresG;sus labios son liriosque destilan mirra pursima.

    14.Sus manos son barrasHde oroesmaltadas con piedras de Tarsis;

    pesos ms enormes; porque el amor es el contrapeso de todoslos pesos.

    DLa Esposa describe la belleza del Amado (v. 10 a 16), como

    antes ste haba pintado la hermosura de aqulla (4, 1-5). Todoesto conviene en sentido mstico a los atractivos incontablesque el divino Esposo Jesucristo nos descubre cuando loestudiamos en el Evangelio. Entre millares: Otros traducen:entre diez mil.

    ERacimos de palma: Otros traducen: racimos de dtiles, osimplemente:palmas.

    F En pleno reposo: Otros vierten: a la orilla de aguas

    abundantes. Preferimos nuestra versin que, adems de lavivsima figura de los ojos en sus distintas partes, ofrece unaimagen fiel de la paz inefable que irradiar la mirada de Jessdiciendo a cada uno, como en el Evangelio: No se turbevuestro corazn ... Os doy la paz ma(Juan 14, 27).

    GDe perfumadas flores: Otros: de plantas aromticas. Sus

    labios son lirios:en los que estaba derramada la gracia (Salmo

    44, 3); de ellos salan como mirra pursima (otros traducenmirra liquida) las palabras de vida (Juan 6, 68; Vulgata 6, 69)que nunca hombre alguno habl como aquel Hombre' (Juan7, 46).

    HBarras: se refiere sin duda a la redondez de los dedos.Esmaltadas con piedras d Tarsis. La Vulgata lee: torneadas,llenas de jacinto. Piedras de Tarsis se llamaban los topacios,

    jacintos y nices que procedan de Tarsis (Espaa).

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    18/23

    775

    su pecho, una obra de marfilcuajada de zafiros.15.Sus piernas son columnas de mrmol,asentadas en basasAde oro puro;su aspecto es como el del Lbano,esbelto como los cedros.16.Su vozBes la dulzura misma,

    y todo l es amable.Tal es mi amado, tal es mi amigo,oh hijas de Jerusaln.

    CORO17. Adonde se ha ido tu amado,oh hermosa entre las mujeres?Hacia dnde se ha vuelto tu amado,para que le busquemos contigo?C

    ESPOSA

    Mi amado baj a su jardn,

    a las eras de blsamo,para pastorearDen los jardines,

    AEn las basas de oro podemos ver la fe que nos hace admirar a

    Dios, y la esperanza que nos hace desear sus promesas. Sobreambas basas se levantan, como sendas columnas de mrmol, elamor a Dios y al prjimo, doble aspecto de la caridad (Mat. 22,36 ss.) que se eleva hasta el cielo y permanecer eternamentecuando hayan pasado las otras dos. Vase I Cor. 13, 8-13.

    B Su voz: literalmente su paladar. Todos convienen en queeste elogio se refiere a la dulzura de las divinas palabras, quetanto exalta David en el Salmo 118. Amable: La Sesenta, etc.:expresin que corresponde a las costumbres reales en aquellostiempos de poligamia, como la practicaba Salomn (cf. II Rey.15, 16; III Rey. 11, 2 s.). Vese aqu la preferencia de Dios porIsrael, escogido entre todos los pueblos (Deut. 7, 6* 8). Ei S.44 ofrece un cuadro anlogo de la preferida entre muchasdoncellas, por lo cual se ha visto en l la llave del Cantar encuanto presenta anticipadamente la cena de las Bodas delCordero. Concubinas; es decir esposas de segunda categora.Pero esto no pertenece ms que a la figura, pues el autorsagrado nos describe las bellezas del Israel de Dios encomparacin de las dems naciones, que sern admitidas a

    participar de los amores del Mesas. El Salmo 44, 10 ss. habaya. hecho uso de la misma imagen(Ncar-Colunga).Vulgatadice bellamente: todo deseable. sase aqu el adjetivo amable

    en su verdadera acepcin, que significa digno de amor, y quees generalmente deformado por el uso que lo aplica ms bien ala inversa, llamando amable al que se muestra complaciente oafectuoso.

    C Es de notar que apenas la Esposa proclama el elogio delEsposo, ellas (las naciones) se sienten atradas a buscarlotambin. Cf. Salmo 95, 3 y nota sobre la vocacin apostlicade Israel

    y juntar azucenas.2.Yo soy de mi amado;y mi amado es mo,el pastor entre azucenasE.

    ESPOSO

    3.Hermosa eres, amiga ma,

    como Tirsa, amable como Jerusaln,temibleFcomo batallones de guerra.4.Aparta de m tus ojos,porque ellos me conturbanG.

    DPastorear: asi tambin Ricciotti, Vaccari, Crampn, etc. I,aVulgata dice a la inversa: apacentarse. Otros: recrearse.Consideramos ms exacta nuestra versin, que podra referirseal actual perodo o dispensacin evanglica, en que JessPastor y Obispo de nuestras almas(I Pedro, 2, 25; Hebr. 13,20; Juan 10, 11), nos apacienta con los ricos manjares de lagracia (Juan 1, 16 s.), y dones del Espritu Santo, que l nosconquist con los mritos de su vida y de su muerte (Juan 7, 38

    s.), y junta azucenas, esto es, va reuniendo en uno a los Hijosde Dios (Juan 11, 52). Por otra parte, el sentido del textovulgato: alimentarse, concordara con el contexto de 4, 16 y 5,1.

    EVase 2, 16; 4, 1; 5, 6; 7, 11; 3, 5 y notas. Es, en mstica, elmatrimonio espiritual (II Cor. 11, 2; Gl. 2, 20), y, enescatologa, la consumacin de la unidad, semejante a la deJess con el Padre (Juan 17, 22 ss.). En vano soarn los

    poetas una plenitud de unin entre el Creador y la creatura,como sta que nos asegura nuestra fe y que desde ahora

    poseemos en esperanza. Es misterio propio de la naturalezadivina, que desafa y supera todas las audacias de laimaginacin, y que sera increble si l no lo revelase. Quatractivos puede hallar l en nosotros? Y sin embargo, alremediar el pecado de Adn, en vez de rechazarnos de suintimidad (mirabilius reformasti!) busc un pretexto paraunirnos del todo a l, como si no pudiese vivir sin nosotros.

    FTemible (cf. v. 9). Crampron traduce: pero terrible, lo cual

    destaca el contraste con lo anterior, y podra quiz referirse aesa caracterstica de dura cerviz que la Escritura sealafrecuentemente en Israel (Ex. 32, 9; Deut. 9, 6 y passim; Is. 48,4, etc.). La referencia al pueblo hebreo parece acentuarseespecialmente en este verso, pues Tirsa fu (con Siquem ySamaria) la segunda de las tres capitales sucesivas del reino deIsrael (las diez tribus del norte), y Jerusaln era la capital delreino de Jud. Entre ambas representan, pues, la totalidad del

    pueblo escogido (cf. Jer. 3, 18). Segn Ncar-Colunga se

    tratara aqu de Israel ya purificado y hermoseado con lasantidad y la justicia de su Dios, segn que los profetasanunciaban para la poca mesinica. Otros, como Sco,suponen que el ltimo hemistiquio significa que la Esposatiene enemigos y ha de estar siempre lista para el combate.Sobre el elogio de la Esposa, vase 4, 1 ss.

    GMe conturban: literalmente: me confunden, es decir, meencantan demasiado (cf. 4. 91).

    6

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    19/23

    776

    Es tu cabellera ,como una manada de cabrasque va por las laderas de Galaad.5.Tus dientes son como un rebao de ovejasque suben del lavadero,todas con cras gemelas,y no hay entre ellas una estril.

    6.Como mitades de granada son tus mejillas,detrs de tu velo.7.SesentaAson las reinas,ochenta las concubinas,e innumerables las doncellas.8.Pero una es mi paloma, mi perfecta;nica para su madre,la predilecta de aquella que la engendr.Las jvenes la vieron,y la proclamaron dichosa;la vieron las reinas y concubinas,

    y la alabaron.

    CORO

    9.Quin es sta que avanzaBcomo la aurora,hermosa como la luna,pura como el sol,temible como batallones de guerra?

    A Sesenta, etc.: expresin que corresponde a las costumbres

    reales en aquellos tiempos de poligamia, como la practicabaSalomn (cf. II Rey. 15, 16; III Rey. 11, 2 s.). Vase aqu la

    preferencia de Dios por Israel, escogido entre todos lospueblos (Deut. 7, 6-8). El Salmo 44 ofrece un cuadro anlogode la preferida entre muchas doncellas, por lo cual se ha vistoen l la llave del Cantar en cuanto presenta anticipadamente lacena de las Bodas del Cordero. Concubinas; es decir esposasde segunda categora. Pero esto no pertenece ms que a lafigura, pues el autor sagrado nos describe las bellezas delIsrael de Dios en comparacin de las dems naciones, quesern admitidas a participar de los amores del Mesas. ElSalmo 44, 10 ss. haba ya. hecho uso de la misma imagen (Ncar-Colunga).

    BAvanza: Otros: tiende la vista. Algunos ponen este verso enboca del Esposo. Segn otros, siguiendo el sentido delversculo anterior. El coro, al ver acercarse a los Esposos,

    prorrumpe en expresiones de admiracin a la belleza de laEsposa. Ella les responde con algo que parece referirse a lainauguracin del Reino mesinico, la Iglesia, cuya belleza escomparada a la aurora y a la luna; pues as como stas recibensu luz mediante el sol, as la belleza de la Iglesia proviene delsol Jesucristo.

    ESPOSA10.He bajadoCal nogueral,para mirar las flores del valle,para ver si ha brotado la vid,si florecen los granados.11.No reconozco mi alma;me ha puesto en los carros de Aminadib!

    CORO

    12.Vuelve, vuelve, Sulamita!Vuelve, vuelve, para que te miremos!

    ESPOSA

    Por qu miris a la SulamitaDcomo las danzas de Mahanaim?

    ESPOSO (REY?)

    Qu hermosos son tus pies

    CHe bajado, etc.: Segn algunos, estas palabras seran delEsposo. Pero ellas no tienen aqu el sentido de dominacin quevemos en 5, 1, donde se repite insistentemente el posesivo: mi

    jardn, mi mirra, etc. Parece ms exacto ver aqu la respuestade la Esposa al v. 9. Vaccari la interpreta diciendo: laSulamita protesta que no ama la fastuosa vida de corte y

    prefiere los simples y puros goces de su nativa campaa (vase1, 8; 4, 16; 5, 1). En su transporte de entusiasmo, ella correveloz (v. 11) como los carros de Aminadib (Vulgata:Aminadab), nombre simblico que significa: mi pueblo esvoluntario, o sea, celoso por el honor de su Dios (vase Juec.5, 2 y 9; Ex. 35, 5, 22 y 29) . Puede verse tambin Os. 3, 5 ySal. 125, 1, que coincidiran con el sentido proftico expresado

    por Ncar-Colunga, quien compara este pasaje con Is. 43, 5ss.; 49, 22 s.; 60, 8 s.; 66, 18 ss. y Baruc 4, 37 ss., y aade: Sehabla de la vuelta de Israel de su cautiverio, ayudado por losmismos gentiles que lo tienen a gran honor, maravillados comoestn de ver las grandezas de Yahv sobre su pueblo, ydeseosos de tener parte en ellas. Vase Is. 66,* 20.

    DSulamita: Parece ser un denominativo patronmico derivadode Sulam o Sunam, villa de la llanura de Esdreln. Podratambin aludir al nombre de Salomn, y, adems, evoca ennosotros el recuerdo de Abisag, la Sunnamita, que calde alviejo rey David (III Rey. 1, 3). El nombre que aqu se da a laEsposa habra sido escogido, como tantos otros del Cantar, porsu valor musical y potico, como indica Buzy (Bover-Cantera). Como las damas de Mahanaim(cf. Gn. 32, 2). LaVulgata traduce: como coros de escuadrones. Otros: como ladanza de dos campos. Pasaje muy difcil. Segn la concepcingeneral que elige Vaccari, Israel respondera aqu desdeandoalgn uso cortesano, por mantenerse fiel a su amado, el pastor.Qu hermosos, etc.La misma interpretacin antes referida veaqu los elogios lisonjeros del rey o del rival, contrastando conlos contenidos en los vv. 6-9, que seran del Esposo-pastor. Nonos escandalicemos de las comparaciones que siguen. Son lasacostumbradas en Oriente y corresponden al estilo ardiente deaquellos pueblos.

    7

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada -Prueba a.T.

    20/23

    777

    en las sandalias, hija de prncipe!Los contornos de tus caderas son como joyas,obra de manos de artista.2.Tu seno es un tazn torneado,en que no falta el vino sazonado.Tu vientre es un montn de trigorodeado de azucenas.

    3.Como dos cervatillos son tus pechos,gemelos de gacela.4.Tu cuello es una torre de marfil,tus ojos como las piscinas de Hesebn,junto a la puerta de Bat-Rabim,tu nariz como la torre del Lbanoque mira hacia Damasco.5.Tu cabeza est asentada como el CarmeloA,y tu cabellera es como la prpura:un rey est preso en sus trenzas.

    ESPOSO (O PASTOR?)

    6.Qu hermosa eres y qu encantadora,oh amor, con tus delicias!7.Ese tu talle parece una palmera,y tus pechos, racimos.8.Subir, dije yo, a la palmera,y me asir de sus ramas.Sanme tus pechosBcomo racimos de uvas!Tu aliento es como manzanas,9.y tu boca como vino generoso...

    ESPOSA

    que fluye suavemente para mi amadoC,

    AEl Carmeloes figura de la belleza y majestad. El segundo

    hemistiquio dice en la Vulgata: tu cabellera es como prpurade rey puesta en flecos.

    B Tus pechos: en sentido mstico suelen tomarse por los dos

    Testamentos y los dos amores que miran a Dios y al prjimo.Vase 1, 1; 4, 5 y notas.

    C Texto muy discutido. Parece suspenderse el discurso del

    Esposo en el primer hemistiquio (despus de vino generoso) yla Esposa lo interrumpe diciendo que fluye suavemente parami amado, etc.; plausible versin que sigue en parte tambin laVulgata.Mis labios y mis dientes: Otros traducen: los labios delos que se adormecen. Segn la interpretacin espiritual, esevino es la misma palabra del Evangelio que, a las almas que sehan llenado de l, escuchando al Seor como Mara, les

    produce una santa embriaguez, por la cual se elevan sobre lascosas de la tierra para buscar las del cielo. Este es aquel vinoexcelente, que sala de la boca de los apstoles, cuando en un

    principio hablaban un lenguaje tan nuevo, y anunciaban una

    deslizndose entre mis labios y mis dientes.10.Yo soy de mi amadoDy hacia m tienden sus deseos.11.Ven, amado mo, salgamos al campo,pasemos la noche en las aldeas!E12.Madrugaremos para ir a las vias;veremos si la vid est en cierne,

    si se abrieron los brotes,si han florecido los granados.All te dar mi amor.13.Ya despiden su fragancia las mandragorasA;

    doctrina tan desconocida a la falsa sabidura de los mundanos(Sco).

    D San Juan de la Crur comenta este verso diciendo: Lasvirtudes y las gracias de la Esposa alma, y las magnificencias ygracias del Esposo Hijo de Dios salen a luz y se ponen en plato

    para que se celebren las bodas de este desposorio,comunicndose los bienes y deleites de sabroso amor en elEspritu Santo (Cantico Espiritual 30). Hacia m, etc.: LaVulgata dice literalmente: l est vuelto hacia m, en lo cual

    podemos ver el dogma de la amorosa Providencia (vase S.138 y notas) que parece olvidarse de todo el universo para

    pensar slo en nosotros al punto de tener contados, como diceJess (Luc. 12, 7), todos los cabellos de nuestra cabeza Segnel hebreo vemos ms an: que somos el objeto de todos losdivinos deseos del Esposo. Al que quiere vivir la fe cosaindispensable para poder ser justo ante Dios (Rom; 1, 17)nose le puede dar ciertamente una noticia ms asombrosa que lade que, no solamente Dios Padre lo est mirando con el amorinalterable de un padre a su hijo (vase Salmo 102, 13), sinotambin que Jess lo est mirando como el enamorado a ladoncella en quien tiene puesto todo su amor (vase 1, 6 ynota). Y este asombro se transforma en la ms inmensa eInconmovible felicidad cuando se descubre y se cree que estarealidad del amor que nos tienen el Padre y el Hijo es unasituacin ya existente, y no algo que nosotros debamos crear,ya que todos nuestros esfuerzos seran absolutamenteincapaces para inspirar ni merecer ese amor, que existe enDios como una necesidad de su propio Ser (I Juan 4, 8 y 16) yque precede a todos nuestros actos segn la maravillosarevelacin de San Juan: Dios nos am primero (I Juan 4, 10).De ah la exclamacin que S. Pablo deja escapar en Rom. 11,35 en medio del himno de admiracin que entona precisamentecon motivo del indecible amor que revelan los designios deDios sobre Israel.

    EVase 1, 8 y nota. Fray Luis de Len, autor l mismo del

    clebre elogio de la vida retirada, refiriendo este versculo a lasalmas que buscan ansiosamente la soledad, dice: Las almas

    perfectas en el estar a solas con Dios viven, y en el destierro detodas las cosas descansan... Porque en esta pureza hallan juntaas la pureza de Dios, y los resplandores de su santa luzreverberan luego en espejo tan limpio. Vase tambin alrespecto Salmo 54, 7 ss. y nota.

  • 8/12/2019 Biblia Straubinger Digitalizada