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    BIBLIOTECA UNIVERSAL DEL CfRCULO DE LECTORES

    Bertrand RussellMisticismoy16gica'~ .

    F : - . J S ,\ Yo C oNil 1\11' o({\1\ I 0

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    CAPiTULO II

    Misticismo y 16gica

    La metafisica, 0elintento deconcebir elmundo como un todopor media del pensamiento, se ha desarrollado desde elprinci-pia gracias a la union y el conflicto entre dos impulsos huma-nos muy di ferentes: uno que ll evaba a los hombres hacia elrnisti cismo; ot ro, que los ll evaba hac ia la cienc ia, Algunoshombres alcanzaron la grandeza mediante uno solo de estosimpulses; otros, mediante el otro nada mas; en Hume, pore jemplo, pr edornina e l impulso c ientifi co casi sin t rabas,mientras que en Blake una g):,anhostilidad hacia laciencia co-existe con una profunda luc idez mist ica. Pero los hombresmas eminentes que ban sido filosofos han sentido la necesidadtanto de la ciencia como del mist icismo: el intento de armoni-zar los dos fue 1 0 que consrituyo y siempre debera constiruir suvida, ya que su ardua incerridurnbre hace de la f ilosof ia , paraaJgunos espirirus, algo mas grande que la ciencia a la religion.

    Antes de intenrar caracterizar explfcitarnente los impulsoscientificos y mlsticos, los ilustrare con el ejemplo de dos f ile-sofos cuya grandeza res ide en la intima combinacion que coo-s iguieron de ambos . Los dos f ilosofos a los que me ref iero sonHeraclito y Platen. .

    Heracli to, como todo e l mundo sabe , c reia en el flujo uni-versal: el t iempo construye y des truye todas las cosas . De lospocos fragmenros que quedan no resulta facil deducir comoforme sus opiniones , pero algunas sentencias sugieren que suorigen fue la observacion cientiica.

    "Las casas que pueden verse, ofrse y aprenderse -dice -son las que mas aprecio. Este es el lenguaje del empirico,para quien la observac ion es la iinica garanti a de la verdad .".1sol es nuevo cada dia, dice orro fragmento; y esta opi-nion, a pesar de su caracter parad6jico, esta obviamente ins-pirada en la ref lexion cientif ica, y s in duda Ieparecfa obviar

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    Capitulo II

    la dificultad de comprender c6mo elsol puede abrirse caminopor deba jo de la ti erra de oeste a este durante la noche, La ob-servaci6n real debe de haber le suger ido tambien su doctr inacentral: el fuego es la unica substancia permanente, de la cualcodas las cosas visibles son fases pasajeras. Vemos a las casastransformarse profundamente en la combusti6n, mientrasque su llama y su calor suben aLaire y se desvanecen,

    Este mundo, que es el mismo para todos -dice-, no 10hahecho ningiin dios u hombre; s ino que fue s iempre, esahara ys iempre sera un fuego eternamente viviente, que se inf lamacon medida y se extingue con medida.

    Las transformaciones del fuego son, ante todo, el mar; yla mitad del mar es t ierra; laotra, torbell ino.

    Esta teoria, aunque la ciencia no pueda seguir aceprandola,es s in embargo cientif ica en espir itu. La ciencia tarnbien po-dria haber inspi rado la famosa sentencia a Laque a lude Pla -t6n: No podemos surnergirnos dos veces en eI mismo rio;distintas aguas f1uyensiempre sobre nosotros. Pero tarnbienencontramos otra afirmaci6n entre los fragmentos existentes:Nos surnergimos y no nos sumerg imos en el mismo rio; so-mos y no somes.

    La comparaci6n de este enunciado, que es mis tico, con elque cita Platon, que es cientif ico, muestra cuan intima mentese combinan Lasdos rendencias en el sistema de Heracli to , E1mist icisrno es poco mas , en esencia, que cierta imensidad yprofundidad de sentimiento en re lac ion con 10 que se creeacerca del universe; y este t ipo de sentimiento conduce a He-raclito, sabre la base de su ciencia, a decir cosas oscuramenteconmovedoras con respec to a la vida y el mundo, como: , ,1tiempo es un nif io jugando a las damas , e I poder rea l es e l deun nino.Es la imaginacion poerica, y no la ciencia, 10que presentaal ti ernpo como un amo desp6tico del mundo, con toda la fri-volidad irresponsable de un nino. Es tarnbien el misricismo 10que lleva a Heraclito a declarar la identidad de loscontraries:Bien y mal son una sola cosa, dice; y otra vez: "Para Diostodas las cosas son buenas y bellas y justas, pero los hombressost ienen cosas falsas y casas ciertas, Una gran dos is de mi -

    Misticistno y logica 39t icismo subyace en la etica de Heracliro . Escier to que s610 undeterminismo cienrffico podria haber inspirado el enunciado:1caracrer del hombre es su dest ine: pero solo un rnist icohabda dicho: Todos los animales son conducidos con s ilbi-dos a los pastes; y tambien: Es diffcilluchar contra eldeseode nuestro corazon, Todo 10que quiere conseguir 10compraal precio del alma"; y: La sabiduria esuna cosa: conocer conjuicio cer tero de que modo las cosas seencaminan a traves detodo.'

    Podrian multipli carse los e jemplos, pe ro los que se handado son suficientes para mostrar el caracter del hombre: loshechos de la ciencia, tal como se le presentaban, encendianuna llama en su alma, y a su luz vera las profundidades delmundo gracias al refl ejo de los rapidos movimientos de supropio fuego penetrante, En una naruraleza asi vemos laautentica union del mistico y del hombre de ciencia -Ia masalta cumbre que puede alcanzarse, en mi opinion, en el mun-do del pensamiento.

    En Plat6n existe el mismo impulso ambivalence, aunque elimpulso rnist ico esclaramente el mas fuerte de los dos , y ase-gura la victoria ultima cad a vez que seagudiza eI conflicto. Sudescr ipcicn de la caverna es el enunciado clasico de la creen-cia en un conocimiento y una realidad mas verdaderos y vera-ces que los que proporcionan los sentidos:Imagina una especiede cavernosa viviendasubterranea provista deuna larga entrada, abierta ala luz, que seextiende a 1 0 largo detodala caverna, y unoshombres queestan en elladesdenifios,atados parlaspiernas y elcuellodemodo quetenganque estarse quierosy mirarunicarnente hacia delante,pues lasLigaduraslesimpidenvolver la ca-beza; detras deelias, la luz de un fuego que arde alga lejos y en unplano superior, y entre elfuegoy losencadenados,un camino situadoenalto; ya 10 largo delcamino suponte queha sidoconstruido un ta-biquillo parecido a lasmamparas quese alzan entre lostitiriteros y elpublico, par encimade lascualesexhibenaquellossus maravillas.J:. Todas las citas precedentes han sido tomadas de la obra de Burnet, EarlyGreek Philosophy, 1908, pp. 146IS6.

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    Capitulo II

    - Y a 10 v eo -dijo.-Pues b ien, con ternp la ahora , a 10 l argo de esa paredi lla, unos

    hombres que transportan roda clase de objetos, cuya altura sobrepa-sa [ade la pared, y estatuas dehombres 0 anirnales hechas de piedray de madera y de toda clase de rnaterias, ent re estes por tadores ha-bra, como esnatural, unos que vayan hablando y otros que esten ca-llados.

    - IQue extrafia escena descr ibes -dijo- y que extrafios prisione-cos!

    -Jguales que nosotros -diie ( .. . J-Exarnina, pues, que pasar ia sifueran liberados de sus cadenas y

    curados de su ignorancia y si, conforrne a la naruraleza, les ocurr ie-ra 10siguiente. Cuando uno de ellos fuera desatado y obligado a le-vantarse subitamente y a volver elcuello y a andar y a mirar la luz, yeuando, al hacer todo esto, sinriera dolor y,por culpa de las chiribi-tas, no fuera capaz dever aquellos objetos cuyas sombras vela antes,, :que erees que conrestarfa si ledijera alguien que antes no vela masque sornbras inanes y que esahora cuando, hallandose mas cerca delar ealidad y vuelto de cara a ob je tos mas reales, goza de una v isionmas verdadera, y sifuera mostrandole los objetos que pasan y obli-gandole a contestar a sus preguntas acerca de que es cada uno deelIas? "No crees que estarfa perplejo y que 10 que antes habia con-templado Ieparecer ia mas verdadero que 10 que enronces se le rnos-traba?

    -Mucho mas [ .. . J-Necesitaria acosturnbrarse, creo yo, para pcder llegar a ver las

    cosas de arriba. Lo que verla mas fkilmente serian, ante rode,las sornbras, luego, las imagenes dehombres y deotros objetos ref le-jades en la s aguas, y mas tarde, los objetos mismos. Y despues deesto Ieserfa mas f

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    Capitulo II

    ha comprobado la verdad: pueden y deberfan aparecer comodeterrninantes de nuestra inclinacion hacia la verdad, pero nodictando que debe ser la verdad.

    Hay parrafos en Platen -entre los que ilusrran la ver tientecientifica de su espiritu- en que parece darse cuenta de ello. E Imas notable esaquel ell que Socrates, de [oven, explica la teo-ria de las ideas a Parrnenides.

    Despues de explicar Socra tes que hay una idea de l bien,pero no de cosas como el pelo, el barro y la suciedad, Par-menides Ie aconseja no despreciar ni siquiera las cosas maspequefias, y esta advertencia revela el verdadero tempera-mento cientif ico, Can esre tempera memo imparcial es con elque debe combinarse la aparente incursion de la misti ca enuna realidad superior y en un bien oculto s i la f ilosof ia quie-re realizar sus mayores pos ibil idades . Y es el f racaso en esto10 que ha convert ido a tanta f ilosof ia idealis ta en poco con-sistente, mortecina e insus tancial, Solo mediante la unioncon el mundo pueden frucr if icar nuestros ideales: divorcia-dos de el, permanecen yermos. Pero la union con el mun-do no puede real iza rla un ideal que se aparta de los hechos,o que exige por adelantado que el mundo cuadre con susdeseos.

    El propio Parmenides constituye el origen de una corrienteparticularmente interesante de misticisrno, que impregna elpensarniento de Platen -e1 mis ticismo que se puede I lamarlogico porque se materializa en teorias de logica. Esta for-ma de mis ticisrno, que parece tener sus origenes, por 1 0 querespecta a Occidente, en Parmenides, preside los razonamien-tos de todos los grandes rnetafisicos mls ticos desde su epo-ca hasta la de Hegel y sus discipulos modernos . La reali-dad, dice, es increada, indestructible, indivisible, no cambia;es inseparable de las ataduras de poderosas cadenas, sin prin-cipio ni f in , desde el momento en que el nacer a la vida y elmorir senos han quitado dela cabeza y elcredo verdadero losha descartado, El principia fundamental de su investigacionqueda recogido en una frase que no esta ria fuera de lugar enHegel: No se puede conocer 10 que no es -es imposible - niexpresarlo, puesto que 10 que puede pensarse y 10 que pue-

    Misticismo y logica 43de ser son una misma cosa. Y tarnbien: Es necesario que10 que puede pensarse y de 10 que sepuede hablar sea, puestoque es posible que sea , y no es posible que 10 que nada essea. De este principio se sigue la imposibilidad del cambio,porque puede hablarse de 1 0 que es pasado y, por 10tanto, se-gun el principio, aun es.La filosofia mfstica, en rodas las epocas y en rodas las par-tes del mundo, se caracteriza por ciertas creencias que ilus-tran las doctrinas que hemos tratado.

    Esta, primero, la c reencia en la lucidez f rente al conoci-miento analitico discursivo: la creencia en una forma de sabi-dur ia subita, penetrante, coactiva, que contras ta con el estu-dio lento y falible de las apariencias exteriores por una cienciaque se base por comple te en los sent idos, Todos los que soncapaces de absorberse en una pas ion interna dehen de haberexperimentado de vez en cuando una extrafi a sensacion deirrealidad en objeros comunes, laperdida de contacto con lascosas cotidianas, en la que desaparece la solidez del mundoexterior, y el alma, en una profunda soledad, parece sacar , desus propias profundidades, una loca danza de fantasticos fan-tasmas que has ta entonces habian parecido tener realidad yvida independientes, Este es e11ado negativo de la iniciacionrnistica: 1aduda relativa al conocimiento corriente, que pre-para el camino a la recepc ion de 1 0 que parece una sabiduriasuperior. Muchos hombres a quienes esra experiencia negati-va les resulta famil iar no van mas alia, pero para los mis ticossolo es1apuer ta a un mundo mas arnplio .

    La lucidez rnist ica empieza por una sensacion de mis teriodesvelado, de sabiduria oculta repentinamente hecha certezamas a lia de cualquie r posibil idad de duda . La sensacion decerteza y revelacion Ilega antes que cualquier creencia defini-da. Las creencias definidas a las que lIegan los misricos son re-sultado de la reflexion acerca de la experiencia inefable obte-nida en un momenta de lucidez. A menudo, las creencias queno tienen conexi6n rea l con ese memento son a tra idas mastarde por el nucleo central ; asi , ademas de las conviccionesque comparten todos los mist icos , encontramos en rnuchosde ellos otras convicciones de caracter mas local y temporal,

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    que se amalgaman indudablemente a 1 0 que era esencialmen-te mis tico en vir tud de su cer teza subjetiva. Podemos ignorarestos ariadidos no esenciales y limitarnos a las creencias quecomparten rodos los mfsticos.El primero y mas directo de los resultados del momentode lai luminacion es la creencia en laposibi lidad de una formade conocimiento que puede llamarse revelacion, lucidez 0 in-tuicion, en cont raste con el sentido.trazon y anali sis, que seconsideran guias ciegos que conducen a1 pantano de la ilu-sion, La idea de que hay una realidad detras de l mundo de lasapariencias, profundamente diferente de el, esta estrecharnen-te re lac ionada con esta creencia, Esta realidad es vi sta conuna admiracion que a menudo llega hasra [a adoracion; sepiensa que esta a mano siernpre y en rodas par tes, l igeramen-te velada POt 10que indican los senti dos , presta, para elespi-r itu receptive, a bri llar en su gloria, incluso a pesar de la apa-rente locura y maldad del hombre. El poeta, el artista y elamante buscan esta gloria: 1abelleza encantada que persiguenes el palido refle jo de su sol. Pe ro el mist ico vive i luminadopor esa vision: 1 0 que otros buscan confusamente 1 0 conoceel, con un conoc imiento all ado del cual cua lquier otro es ig-norancia,

    La segunda carac terfsrica del mist ici smo es su creenc iaen la unidad y su rechazo a adrnitir 1aoposicion 0 division enninguna par te. Vimos que Heracli ro decfa: E I bien y eI malson una cos a ; y vuelve a d e ci r: E I camino hacia arr iba y ha-c ia aba jo es una sola e ident ica cosa. La misma acti tud se daen el enunciado simultaneo de proposiciones contradictorias,como Nos sumergirnos y no nos sumergimos en e l mismorio; somos y no sornos. EIenunciado de Parmenides, segiinelcualla realidad esuna e indivis ible, procede de lamisma in-clinacion hacia la unidad. En Plat6n esta inclinacion esmenosfuerte, pues su reoria de las ideas la mantiene a raya; perovuelve a aparecer, en la medida en que 1 0 perrnite su logics, enla doc trina de lap rimada de l bien.

    Una tercera caracteristica de casi todos los metaffsicos mfs-t icos es la negacion de la realidad del r iernpo. Esto es resuI ta-do de su negacion de la div ision; si todo es uno, l a distincion

    Misticismo y 16gico 45entre pasado y futuro debe ser i lusoria, Hemos visro que estadoctrina predominaba en Parrnenides; y,entre los modernos,es fundamental en los s is temas de Spinoza y Hegel .

    La ultima de [as doc trinas del misti cisrno que debemosconsiderar essu creencia en que todo elmal esmera aparien-cia, una ilusion producida por [as divisiones y oposiciones delinrelecto analitico. El misticismo no sostiene que cosas comola crueldad, POt ejemplo, sean buenas, sino que niega quesean reales: pertenecen a es e mundo infer ior de fantasmas delos que nos liberara la lucidez de la vision. Algunas veces -porejemplo, en Hegel y,par 1 0 menos verbalmente, en Spinoza-seconsidera ilusorio no solo el mal, sino tambien eI bien, aun-

    . .que a pesar de ello la act itud emocional bacia [0 que se man-tiene que es la realidad es tal que normalmente la asocia-riamos can 1a creencia de que la realidad es buena. Lo quesiempre es e ricamente carac te risti co del misti cismo es laausencia de indignacion 0 protests, la aceptacion alegre, la in-credulidad en la verdad ult ima de la division en dos band oshos ti les, el bueno y el malo.

    Esta acr itud es consecuencia directa de la naturaleza de laexperiencia mistica: a su sentido de la unidad se asoc ia unasensacion de paz infinita. Desde luego, puede sospecharse quela sensaci6n de paz produce, como las sensaciones en los sue-nos , todo el sistema de creencias asociadas que constituyen elcuerpo de la doctrina mfstica. Pero este es un problema dificil,y sobre el que no podemos esperar que la humanidad se pon -ga de acuerdo.

    Asi pues, seplantean cuatro preguntas al considerar la ver-dad 0 falsedad del rnisticisrno, a saber:

    1. (Hay dos formas de conocimiento, que podemos lIamarrespectivamente razon 0 intuicion? Y,s i es asi , (hay que pre-fer ir una a la otra?II. ,:Estoda pluralidad y division ilusoria?III. ,Es el tiempo irreal?IV. ,Que tipo de realidad lecorresponde al bien y al mal?Sobre esras cuatro preguntas , aunque me parece err6neo

    un rnisticisrno completamente desarrollado, creo sin embargoque, con ladebida moderacion, se puede der ivar un elernento

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    Capit ..lo II

    de sabiduria de la fo rma misti ca de sent ir, que no parece al -canzable de ninguna otra rnanera. Si esto es c ierto, hay queensa lzar e l mistic isrno como ac ti tud ante la vida, no comocredo acerca del m u nd o . M a nt en dr e que eI credo rnetafisicoes una consecuencia equivocada de la emocion, aunque estaernocion, por embellecer e informar a rodos los demas pensa-mientos y sensaciones, inspira todo 10 mejor del hombre.Hasta l a c au ta y paciente investigacion de la verdad por laciencia, que parece la antites is absoluta de la rapida cer tezamistica, puede ser favorecida y alimenrada por el mismo espi-r itu de reverencia en que v ive y se desenvuelve el rnisticismo.

    I. Raz6n e intuicioNada se de la realidad 0 i rrealidad del mundo mis tico. Notengo intencion de refutar lo , ni s iquiera de declarar que la lu-cidez que 10 revela no esgenuina. Lo que SI quiero sostener -ye s a qu f donde la actitud c ie n tf fi ca s e hace imperativa- es queJalucidez, no comprobada ni respaldada, es una garantia in-suficienre de la verdad, a pesar del hecho de que sea ella laque sugiera gran parte de la verdad mas importanre . Es habi-tual hablar de una oposicion ent re instinto y razon, en el si-g10 XVIII, Laoposicion se resolvio dellado de la raz6n, perobajo la influencia de Rousseau y del movirniento romantico Iedieron preferencia al ins tinto, primero los que se rebelaroncontra las forrnas arr if iciales de gobierno y pensamiento, yluego, a medida que la defensa puramente racionalista de lareologfa rr adic iona l se hac ia cada vez mas difi ci l, los queve ian en la c iencia una amenaza a los credos con los que aso -ciaban una concepcion espir irual de la vida y eI mundo. Berg-son, bajo elnombre de intuicion, ha elevado eI instinto alapos icion de unico arbitro de laverdad rnetafisica. Pero de he-cho la oposicion de instinto y razon es mas que nada ilusoria.EIinstinto, la inruicion 0 la lucidez es 1 0 que primero conducea las creencias que la razon subsiguiente confirma 0 refuta;pero la confirrnacion, cuando es posible, consiste en ultimoterrnino en la conformidad con otras creencias igualmente

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    ins tint ivas , La razon es una fuerza armonizadora, controla-dora, mas que creat iva, Has ta en eI reino mas purarnente logi-co es la lucidez la primera en llegar a 10 nuevo.

    Donde el inst into y larazon entran a veces enconfl icto esenla relaci6n con las creencias individuales, mantenidas instinti-vamente, y con tanta determinacion que ningun grado deincoherencia con otras creencias provoca su abandono. EI ins-tinto, como codas las facultades human as, esra sujeto a error.Aquellos cuya capacidad de razonamienro esdebil no estan amenudo dispuestos a admitirlo de sfmismos, aunque todos 1 0admiten de los demas . Donde eI inst into esta menos sujeto aerror es en asuntos pract ices en los que un juicio acertado su -pone una a yuda para [asupervivencia: la amistad y la hosti li -dad en los demas, por e jemplo, se sientena menudo con unaextra ordinaria capacidad de discriminaci6n por debajo de dis-fraces muy cuidadosos, Pero hasta en estos asuntos la reservao laadulacion pueden provocar una impresi6n equivocada; yen cuestiones menos practices, como las que trata la filosoffa,creencias instintivas muy fuertes son a veces completamentefalsas, Como podemos descubrir al apreciar su incoherenciacon otras creencias igual de fuertes. Este tipo de consideracio-nes requieren la rnediacion armonizadora de la razon, quepone a prueba la compatibilidad mutua de nuestras creen-cias y examina, en los casos dudosos, las posibles fuentes deerror en uno y otro lado. En e llo no hay oposicion a l instin-to en su totalidad, sino solo a la confianza ciega en algun as-pecto interesante de ese insrinto, con la exclusion de otrosaspec tos mas tri ll ados pero no menos d ignos de credi ro. Esesta parcial idad, y no elpropio ins tinto, 10que la razon tratade corregir.

    Podernos ilustrar estas maxirnas mas 0 menos triviales re-rnitiendonos a la defensa bergsoniana de la intuicion frenteal intelecto. Hay, dice, dos maneras profundamente dife-rentes de conoeer una cosa, La prirnera implica que nos mo-vemos alrededor del objeto; la segunda, que entramos en el,La primera depende del punto de vista que adoptemos y delos simbo los con los que nos expresemos, La segunda no de-pende de un punto de vista nise basa en ningiin simbolo. Pue-

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    Cap!tulo n

    de deci rse del primer t ipo de conocimiento que se det iene en10 relativo; el segundo , en los casas en que es posible, que al-canza 10 absoluto) EIsegundo, que es la intuici6n, es, dice,e l t ipo de simpatia intelectual con la que uno se introduce enun objeto para apresar 10 que es unico en el y par 10 tantoin ex pre sa ble (p , 6). Como ilusrracion menciona e l c on o ci-miento de sfrnismo: Hay, por 10 menos , una realidad que to-dos captarnos desde dentro, por la inruicion y no par simpleanalisis. Es nuestra propia personalidad en su discurr ir por eltiempo: 10 que perdura de nuestra personalidad (p. 8), EIres to de la f ilosof ia de Bergson consisce en recoger , con el me-d io imperf ecto de las palabras, e l conoc irnienro adqu iridomediante la inruicion, y en la consiguiente condena absolutade todo elpretendido eonocimiento que seder iva de la cienciay del sentido comun.

    Este procedimiento, desde el momentoen que toma par ti-do en un confli cto entre c reencias instin tivas, requier e unajus tificacion que demuestre Ia mayor exactitud de las creen-cias de un tipo frente a las del otro t ipo, Bergson inrenta daresta justi ficaci6n de dos fo rmas: p rirne ro explicando que elintelecto es una facultad puramente pract ica dest inada a ga-rantizar el exito bio16gico, y mencionando en segundo lugarproezas notables del ins tinto en los animales y sei ialando ca-racteristicas del mundo que, aunque pueden ser aprehendidaspor la intuicion, Ieresultan desconcertantes a1intelecto wan-do las interprera.

    Acerca de la teorfa de Bergson de que el intelectoes una fa-cultad puramente pracr ica, desarrollada en la lucha por la su-pervivencia, y no el origen de creencias verdaderas, podemosdecir , primero, que s610 conocemos la lucha por la supervi-vencia y la ascendencia biologics del hombre gracias al inte-lecro: sies engafioso, entoncesel conjunto de esta historia me-rarnente deducida es falso, Si , par otra par te, coincidimos conelen pensar que 1aevoluci6n tuvo lugar como creia Darwin,resulta entonces que no 5610la inrel igencia s ino todas nues-tra s facul tades se han desarroUado por la necesidad de una3, lntrod"aion to Metaphysics, p, L

    Mistici$ff1o y logica 49

    uti lidad pn'ict ica. Cuando la inruicion es mejor consideradaes wando esd irectamente uril, por ejemplo en relac ion al ca -racter y disposicion de los dernas. Bergson sostiene, aparente-mente , que la lueha por la exi stencia no puede exp licar t antola capacidad para este t ipo de conocimiento como, por ejem-plo, lacapacidad para las matematicas puras . Sin embargo, elsalvaje engaf iado par una falsa amistad es susceptible de pa-gar ese error con su vida, mientras que has ta en las sociedadesmas civili zadas no se ejecura a lo s hombres por su incornpe-tencia en maternaricas. Todos sus ejemplos mas llamativos dela intuici6nen los animales t ienen un sentido de superviven-c ia muy claro, 1 heche es que , naturalmente, t anto la inte li-gencia como la intuiei6n sehan desarrollado porque son iiti-l es, y que, hablando de forma genera l, son ut ile s cuando danlugar a la verdad y sevuelven per judiciales cuando dan lugara la fal sedad. EI intelec ro, como la capacidad art isti ca , se hadesarrollado a veces en el hombre civil izado mas de 10 que re -sulraba uti l para el individuo; la inruicion, en cambia, parecedi sminuir en conjunto a medida que avanza la civil izacion,Por regia general esmayor en los nifios que en los adultos, enlos ignorantes que en los educados, Probablemente superaen los perros todo 10que se puede encontra ren los seres hu-manos, Pero rodos los que ven en estos hechos una recornen-dacion dela inruicion deberfan volver a vivir en estado salva-je en los bosques, t if iendose con pastel y alimentandose deescaramujos y bayas.

    Examinemosa continuacion si la inruici6n tiene algo de lainfa libilidad que pre tende Bergson, Su mejor ejemplo, deacuerdo con el, es nuestro conoeimiento de nosorros rnismos,aunque el conocirniento de si rnisrno es proverbialmente raroy diffcil , La mayoria de los hombres , por ejemplo, t ienen mez-quindades , vanidades y envidias en su forma de ser de las queson bastanre inconscientes, aunque hasta sus mejores arnigospueden apreciarlas s in dif icultad. Es cierto que la intuiciont iene una capacidad de convicc ion de la que carece la intel i-genda: mientras esta presente es casi irnposible dudar de suverac idad . Pero wando resul ta , despues de examen, ser tanfal ible por 10 menos como el intelecto, su mayor seguridad

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    50 Capitulo IIsubjet iva se vue1ve un defecto, convirt iendola solo en inso-portablemente engafiosa. Aparte del conocirniento de sf mis-mo, uno de los ejemplos mas notables de la intuic ion es el co-nocimiento que la gente cree tener de aquellos de quienes estaenamorada: la pared entre personalidades diferentes parecevolverse transparente, y la gente cree que ve en el a lma ajenacomo en la propia. Sin embargo, en esos casos se p ract icaconstantemente elengaiio can exito; e incluso cuando no hayengaf io intencionado, la exper iencia, poco a poco, demues-tra, por regia general, que la supuesta perspicacia era i1usoria,y que los metodos mas lentos e inseguros del intelecto sonmas fiables a largo plazo.

    Bergson mantiene que la intel igencia solo puede tratar concosas en la medida en que se parecen a 1 0 que se ha experi-mentado en elpasado, mientras que la intuicion tiene Iacapa-cidad de aprehender la unicidad y novedad que s iempre ca-racrerizan cada momento nuevo. Es sin dud a cierto que cadamomento t iene algo unico y nuevo; tambien esc ierto que nosepuede expresar integrarnente por medio de conceptos inte-lecruales. Solo la experiencia directa puede permitirnos cono-ce r 10 que es unico y nuevo. Pero una experienc ia di recta deeste t ipo viene dada comple tamente en la sensacion, y no re-quiere, por 1 0 que puedo ver, ninguna faculrad especial de in-tuicion para su aprehensi6n. No es 1ainrel igencia 0la intui-ci6n 1 0 que proporciona datos nuevas, s ino lasensacion; perocuando los datos son notablemente nuevos, el intelecto esmucho mas capaz de enfrenta rse a e llos de 1 0 que 1 0 ser ia laintuicion. La gallina can una crfa de patitos tiene sin dudauna intuici6n que parece permitirle colocarse dentro de el los ,y no conocer los de forma meramente analirica; pero cuandolos pat itos entran en el agua , se ve que roda esa aparenre in-tuicion es i lusor ia , y lagall ina sequeda impotente en la ori lla,La intuicion, de hecho, es un aspec to y un desa rrollo del ins-tinto, y, como todo instinto, es admirable en los entornoshabituales que han moldeado los habiros del animal en cues-tion, pero totalmente incompetente en cuanto cambian losentornos de una manera que exige a lguna forma inhabitualde actuar,

    Mi.ti",i.mo y logica 51

    La comprensi6n teorica de l mundo, que constituye elobje-to de la filosoffa, no es un asunto de gran importancia prac -t ica para los animales 0 para los salvajes, 0 incluso para lamayorfa de los hombres civi l izados , Diffcilmente puede supo-nerse, por 10 tanto, que los metod os expedi tivos toscos y apunto del instinto 0 la intuicion encuentren en este ambito unterrene favorable pa~a su aplicacion. Son los t ipos mas anti-guos de aetividad, que sacan a relucir nuestro parentesco conremotas generaciones de antepasados animales y semihuma-nos , los que revelan 10 mejor de la intuicion, En cuest ionescomo elinstinto de conservaci6n y e1amoc, la intuicion actua-ra a veces (aunque no siernpre) con una rapidez y una prec i-sion sorprendente para la inteligencia critica. Pero 1afilosofiano es una de las ocupae iones que i lustran nuestra afinidadcon el pasado: es una ocupacion muy ref inada, muy civil iza-da, que requiere, para tener exito , cierta l iberaci6n de la vidadel ins tinto, e incluso, a veces , cierta reserva ante todas las es-peranzas y temores mundanos. 0 esen la f ilosof ia , por con-siguiente, donde podemos esperar encontrar 10 mejor de la in-ruicion, Por el contrario, dado que los verdaderos obje tos dela f ilosofia yel habito de pensarniento necesario para su apre-hension son exrraf ios , inusuales y ajenos, e s a q ui , mas cas ique en cualquier otro lugar , donde la intel igencia se revela su-per ior a la intuicion, y donde las rapidas convicciones que nose analizan merecen men os una aceptaci6n sin reservas.

    Al defender la moderacion y el equil ibrio cientif icos frentea la presuncion de una tranquil a con fianza en la intuicion,s610es tamos exhortando, en la esfera del conocimiento, a esaampli tud en la contemplacion, a ese des interes personal y aesa l iberaci6n de las preocupaciones pract icas que han incul-cado todas las grandesreligiones del mundo. De ahi que nues-tra conclusion, aunque pueda entrar en conflicto con lascreencias explici tas de muchos mist icos, no sea, en esencia,contrar ia al espir itu que inspira esas creencias, s ino mas biena los resultados de ese mismo espir itu cuando se aplica a!rei-no del pensamiento.

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    Capitulo IJ

    2 Unidad y pluralidadUno de los aspectos mas convincentes de lai luminacion mlst i-ca es la aparente revelacion de la unidad de todas las casas,que da origen a l pante fsmo en rel igion y al rnonismo en fi lo-sofia . Una logica elaborada, empezando con Parmenides yculminando en Hegel y sus seguidores, se ha desa rroll adogradua lrnente para demostra r que e l unive rse es un Todo in-divisible, y que 10 que parecen ser sus par tes, s i se consideransubsranciales y e ternas, son rnera i lusi6n. La concepcion deuna real idad muy distinta de l mundo de las apariencias, unarealidad una, indivis ible e invar iable, fue ineroducida en 1afi-Iosofia occidental por Parmenides, no POt razones mis ticas arel igiosas, por 10menos no nominalrnente, s ino sobre la basede una teor fa log ica acerca de la imposibi lidad de no ser, y larnayorla de los s is temas metaf is icos pos teriores son conse-cuencia de esta idea fundamental.

    La logica usada en defensa del mist icismo parece ser defec-tuosa en tanto que 16gica, y estar abierta a crftlcas tecnicas, quehe expuesto en otro lugar . No reper ire aqui estas cri ticas, por-que son largas y dif iciles , pero intentare analizar en cambio elestado de espfritu del que ha surgido la logica mistica,

    La creene ia en una rea lidad muy d ifer ente de la que se pre -senta a los sentidos surge con una fuerza irresist ible en ciertosestados de animo, que son el origen de Ia mayor parte delmisticisrno y de la mayor parte de la metaffsica. Mientras predo-mina ese estado de animo no se siente la necesidad de logica ,y porconsiguiente los mis ticos mas inregrales no la uti lizan,sino que recurren a la declaracion inmediata de su revelacion.Pero un mist icismo tan compleramente desarrol lado es raroen Occidente. Cuando remite la intensidad de la convicci6nemocional , un hombre que esta acostumbrado a razonar bus-cara fundamentos Iogicos que abonen la creencia que en-cuentr a dentro de sfnusrno. Pero desde el momento en que yaexiste creencia, sera muy receptive a cualquier fundamentoque la eonfirme. Las paradojas aparenremente demostradaspor su logica sonen rea lidad las pa radojas del misti eismo, y

    Mist.idsmo y logica

    son el ob jet ivo que p iensa que su logica debe a lcanzar paraque concuerde con su idea. La logica r esult ante ha hecho amuehos f ilosofos incapaces de dar una explicacion al rnundode la ciencia y a la v ida diar ia, Si hubier an estado ansiosospor dar esa explicacion, habrian descubierto probablementelos errores de su logica; pero la mayoria de ellos estaban me-nos ansiosos par camp render e l mundo de la ciencia y la vidadia ria que par declara rlo convicto de irreal idad en favor delos inrereses de un mundo real suprasensible,

    De esta forma uti lizaron la logica los grandes f i losofos quefueron misticos ..Pero como, par 1 0 general, dieron par senta-da la supuesta lucidez de la emocion rnist ica, presentaron susd o ct ri na s l o gi ca s con elena sequedad, y sus disdpulos creye-ron que estas eran independientes de la subit a iluminac i6nque las origino. Sin embargo no perdieron de vista su origen,y siguieron siendo rnalevolos -pa ra uti lizar una palabrauti! de Santayana- con respecto al mundo de la ciencia y alsentido cormin. 5610as1 podemos justificar la complacenciacan la que los f i losofos han aceptado la incoherencia de susdoctr inas con todos los hechos comunes y cientff icos que pa-reeen muy cornprobados y muy dignos de credito . .

    La logica del mi st ic ismo mue st ra , como es natural , los de-fectos inherentes a todo 1 0 malevolo, La inclinacion hacia laIogica, que no se siente mientras predomina el estado de ani-mo rnfst ico, se rea f irma al desvanecerse eseestado, pero conun deseo de re tener esa lucidez que desapareee, a por 1 0 me-nos de demostrar que era lucidez , y que 1 0 que parece contra-decir la es i lus ion, La logica que nace asi no esdernas iado des-interesada 0 candida, y la in spira cierto odio del mundocotidiano al que debe aplicarse. Una acr irud semejante no esraencaminada, naturalmente, a los mejores resultados . Todo elmundo sabe que leer a un auror solo para refutarlo no es Iarnanera de comprenderlo; y lee r el libro de la naturaleza conla conviccion de que todo es ilusion es igualrnente improbableque conduzca a su comprension, Si nuestra legica debe en-contr ar inte ligible e l mundo ord inario, no debe serle hosril ,sino esta r inspirada par una autenti ca aprobacion que no seencuentra habitualmente entre los metaffsicos.

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    54 Capitulo II

    3. TiempoLa irrealidad del t iempo es una doctr ina cardinal de muchossistemas metaffsicos, con frecuencia basados nominalmeme,como ya 1 0 hizo Parrnenides, en argumentos logicos pero de-rivados originalrnenre, por 1 0 menos en los fundadores denuevos si stemas, de la ce rteza que nace en el memento de lai luminacion mist ica. Como dice un poeta suf l persa:

    El pasado y el futuro son 10que Dios oculta a nuestra vista.lQuemalos a ambos con fuego! lHasta cuandoseguiras dividido como un rastrojo por estos segrnentos?

    La creencia de que 1 0 que esautenucamente rea l debe ser in-mutable esmuy cormin: dio or igen a Ia noc ion meta fisica desubstancia, y encuentra aun hoy una satis faccion totalmenteilegitima en doctrinas cientificascomo las de la conservacionde la energia y la masa.Resulra dif lcil desenredar la verdad del error en este punrode vi sta. Los argumen tos a favor de la opinion de que e l t iem-poes irreal y de que elmundo de los senridos es i lusor io pien-so que deben considerarse falaces, Sin embargo, el tiempo sfesen cierto sentido =rnas faci! de apreciar que de precisar- unacaracteristica irrelevante y superf icial de la realidad, Debe re-conocerse que el pasado y eI futuro son tan reales como elpre-sen te, y al pensamiento filosofico Ie resulta esenc ia l cie rtaernancipacion de laesclavitud del t iempo. La importancia delti ernpo es mas pracnca que teorica , y ti ene mas relac ion connuest ros deseos que con la verdad. Creo que se obtiene unaimagen mas verdadera del mundo considerando que las cosasentran en eldiscurrir del t iempo desde un mundo eternoexte-rior que con un punro de vista que ve en e l t iempo a l t irano de-vorador de todo 1 0 que es. Tomar conciencia de la irrelevanciadel tiempo , aunque este sea real, es la puerta de la sabidurfatanto del pensarniento como del sentimiento,

    Puede comprobarse inmediatamente que esto escier to pre-guntandonos por que nuestros sentirnienros con respecto al

    Misticismo y /6gica 5 5

    pasado son tan diferenres de nuestros sentimientos con respec-to al futu ro. La raz6n de esta di ferencia es completamentepract ica: nuestros deseos pueden afectar a1futuro, pero no alpasado, e l futuro esta su jeto hasta cie rto punto a nuest ro po-dee, mientras que eI pasado esta inalterablemente f ijo. Perotodo futuro ser a a lgun d ia pasado- si ahora vernos e l pasadotal como es, debe haber sido, cuando aun era futu ro, 1 0 rnis-mo que pensamos ahora que es, y 10 que ahara es futuro debese r igual a 10 que verernos cuando se haya vuelto pasado. Ladiferencia percibida de cualidad entre pasado y futuro no es,por 1 0 tanto, intrfnseca, sino una simple diferencia en relacioncon nosotros : 'para una consideracion imparcial deja de exis-tiroY la imparcialidad en lacons ideraci6n es, en laesfera inte-lectual , exactamente la misma vir tud del des interes que, en laesfera de la accion, se presents como jus ticia y generosidad.Qu ien desee ver el mundo verdaderamente, elevarse con elpensamiento por encima de la t irania de los deseos pract ices ,t iene que aprender a desprenderse de la diferencia de actitudcon respecto a t pasado y al futuro, y a contemplar todo elfluir del tiempo con un punto de vista globalizador.

    La manera en que, me parece, e l ti empo no deberia entra ren nuestro pensamiento f ilosof ico reorico, puede ilusrrarlala f ilosof ia que se ha asociadoa la idea de evoluci6n, y queejemplifican Nietzsche, el pragmatismo y Bergson ..Esta filo-sofia, sobre [abase del desarrol lo que ha conducido desde lasformas mas elementales de vida hasta eI hombre, considers elprogreso la ley fundamental del universe, y admire por consi-guiente la diferencia entre antes y despues dentro del rnicleomismo de 5U punto de vista contemplative, No quiero discutirsu his toria del pasado y el futuro del rnundo, par conjeruralque sea. Pero pienso que, debido ala intoxicacien de un exitorapido, seha omit ido mucho de 1 0 que requiere una compren-s ion cer tera del universe. Hay que combinar su precipi tadapresuncion occidental con algo de he leni smo y tambien conalgo de resignacion orienta l antes de que pueda pasar del a r-dor de la juventud a la madura sabiduria de l adu lto. A pesarde sus recurs os a 1aciencia, la autentica filosofia cientlfica es,creo, algo mas arduo y mas reservado, que apela a esperanzas

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    Capitulo !!

    rnenos mundanas y que requie re una di sc ipl ina mas severspara que su pract ica tenga exito ,

    El Origen de las especies de Darwin convencio a l mundode que la dife renc ia entre dist intas especies de animales yplantas no es tan fij a e inmutab le como parece, La doctrinade los t ipos naturales, que habra hecho sencilla y clara Ia c1a-s if icacion que encerraba la tradicion arisrotel ica y protegiasu supuesta necesidad de un dogma ortodoxo, fue elirninadapara s iempre del mundo biologico, Se mostro que la diferen-cia entreel hombre y los anirnales infer iores, que a nuestravanidad humana Ie parece enorme , e ra una rea li zac ion gra-dual, que pasaba por seres intermedios que no se podlancolocar con segur idad dentro 0 fuera de la familia humana,Laplace ya habia demostrado que elsol y los planetas der iva-ban probablemente de una nebulosa primit ive mas 0 menosindiferenciada. De esta forma las demarcaciones fijadas anta-no se volvieron vacilantes e indistintas, y los contornos cla-ros se hicie ron borrosos, Las cosas y las especies perdie ronsus limites, y nadie podia precisar d6nde empezaban 0d6ndeacababan.

    Pero si Ia vanidad humana se tambaleo un momento porsu parentesco con el mono, encontro pronto una forma derea firmarse: l a filosofia de la evoluc ion, Un proceso queconduda desde la ameba hasta el hombre les pa recio a los fi-losofos un progreso obvio -aunque no sabemos si la amebaestaria de acuerdo can esta opinion. De ahi que eI cielo decambios que la ciencia habia demostrado que era la hi storiaprobable del pasado se interpre ta ra como reve ladora de unaley de eva l ucian hacia el bien en el universe -desarrollo adesdoblamienro de una idea que se mate rial iza lentamenteen la actual . Pe ro este punta de vista , aunque podr ia sausfa -cer a Spencer y a los que podemos l lamar evoluc ioni st as he-gelianos, no podfan considerarlo adecuado los par tidariosmas i.ncondicionales de l cambia. Un idea l a l que se acercacontinuamente el mundo esta, en opini6n de estas personas,dernasiado rnuer to y es dernasiado estat ico para resulrar ins-pirador. Con el curso de Ia evoluci6n debe cambiar y des-arrollarse no s6lo la aspiracion, sino tambien el ideal: no

    Mi5ticismo y.l6gica 57debe haber objet ivo f ijo, s ino un remodelamiento continuode necesidades nuevas por ese impulso que es la vida y queese l unico en dar unidad al proceso .

    La vida, dentro de esta f ilosoffa, es una corriente continuaen la que codas las divi siones sonartificiales e irreales. Lascasas sueltas , los principios y f inales son rneras f icciones c6-modas, solo hay una suave t ransic ion ininte rrumpida. Lascreencias de hoy pueden se r va lidas hoy, si nos Bevan par lacorrienre; pero manana seran falsas y deberan ser sust ituidaspor nuevas c reencias que den cuenta de la nueva situac ion.Todos nuestros pensarnientos consisten en comodas ficciones,congelaciones irnaginar ias de la corriente: la realidad s iguef luyendo a pesar de todas nuestras f icciones y, aunque puedevivirse, e l pensamiento no la puede concebir. De alguna fo r-rna , sin a firmac i6n expl ic ita , se int roduce fa convicc i6n deque e l futuro, aunque no podamos predecirlo, sera mejor queel pasado a el p resente: el lector es como un ni fio que esperaun dulce porque Iehan dicho que abrier a la boca y cerra ra losojos. La logica, las matematicas y laf isica desaparecen de estafilosofia porque son demasiado estaticas; 1 0 real no es unimpulse ni un acercamiento a un ob jerivo que,. como el arcoiris, se deja a medida que avanzamos y hace que, aillegar ael, cada lugar sea di stinto a 10 que parecia a 10 leios.

    No me propongo ent rar en unexarnen tecnico de esta fi lo-sof ia. Solo quiero demostra r que los mot ivos e intereses quela inspiran son tan exclusivamente pracricos, y los problemasa los que se enfren ta son tan espec ia les, que result a dudosoconside rar que aborde ninguno de los problemas que, en miopini6n, constituyen la aurentica filosofia.

    EI principal interes del evolucionismo reside en su preguntaacerca del destino humano, 0 pOC 1 0 rnenos acerca del destinode la vida. Esta mas inreresado por la mora lidad y 1afelicidadque por el conocirniento como tal. Hay que adrnitir que 1 0mismo sepuede decir de muchas orras f ilosof ias, y que esmuyraro eldeseo de un conocimiento del t ipo que Iaf i losoffa pue-de proporcionar, Pero si la filosofia quiere alcanzar la verdad,esnecesar io antes que nada que los f ilosofos adquieran la des-interesada curiosidad intelecrual que caracteriza al autenrico

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    S8 Capftulo II

    hombre de ciencia. EI conocimiento relat ivo al futuro -que esel t ipo de conocimiento que debe buscarse s iqueremos cono-cer e1 des tino humano- espos ible dentro de ciertos l imites es-trechos. Es imposibJe decir cuanto pueden arnpliarse estos li-mites con el progreso de la ciencia. Pero 10 que esevidente esque cualquier proposicion acerca del futuro perrenece, por sucontenido, a una ciencia especial, y debe cornprobarse, s i esnecesario, mediante los metod os de esa ciencia. La f ilosof iano es un atajo al mismo tipo de resultados que los de otrasciencias: si quiere sec una disciplina genuina, debe tener unterreno propio, y buscar resultados que las otras ciencias nopuedan pro bar 0 desmentir.

    EIevolucionismo, al basarse en la nocion de progreso, quees un cambio de peor a mejor, pe rmite, me parece , que la no-c ion de t iempo se vueIva su rirano en lugar de su sirviente, ypierde por ello esa imparcial idad de perspectiva que esel ori-gen de 10 mejor del pensarnienro y del sentimiento filosoficos.Los metaffsicos, como vimos, han rechazado frecuentementela real idad de l tiempo en conjun to. Yo no quiero hacer eso;solo pretendo salvaguardar el punto de vista mental que ins-piro ese rechazo, 1aactitud que, en pensamiento, consideraque elpasado tiene la misma realidad que elpresente y la mis-rna importancia que el futuro. En la medida -dice Spinoza-en que la intel igencia concibe una cosa de acuerdo con eldie-tado de la razon, result ant afec tada por igual tanto si es ideade una cosa futura como pasada 0 presente.s+ Es este conce-bir de acuerdo con el d ictado de la razon 10que encuent roque fal ta en la f ilosof ia que sebasa en la evolucion.

    4. E{bien y elmalEI misticismo sos tiene que todo mal es i lusorio, y a veces opi-na 10 mismo del bien, pero mantiene mas a menudo que todarealidad es buena. Pueden encontrarse ambos puntos de vis taen Heracl ito: "Bien y mal son una sola cosa, d ice , pero, en4. Etica, IV, LXU.

    Misticismo y logica 59otro lugar: "Para Dios todas las cosas son buenas, bell as yjus tas, pero los hombres mantienen cosas ciertas y cosas fal-sas, Una posrura ambivalente similar seencuentra en Spino-za, pero utiliza la palabra perfeccion cuando quiere hablardel bien que no es meramente humano. Por rea lidad y per-fecci6n entiendo 10 mismo a.! dice; pero en otra par te encon-tramos la definicion: Por bien entendere 10que sabemos conseguridad que nos es iitil." De forma que la perfeccion perte-nece a lareal idad por su propia naruraleza, pero la bondad esrelativa a nosotros ya nuestras necesidades, y desaparece trasun estudio imparcial . Creo que esnecesar ia una dist incion se-mejante para' comprender el concepto etico del mis ticismo:hay un tipo mundano inferior de bien y de mal, que divide elmundo de las apariencias en par tes aparentemente enfrenta-das; pe ro tam bien hay un tipo de bien mas e levado, mist ico,que pertenece a 1arealidad y a l que no se opone ningiin tipocorrelative de mal.

    Es dif fcil dar una jus tificacion sostenible desde elpunto devis ta logico de esta posrura s in reconocer que el bien y el malson subjet ivos , que s implemente es bueno aquello hacia 10que tenemos un tipo de sentimienro y es malo simplementeaquello hacia 10 que tenemos ot ro t ipo de sent imiento. Ennuestra vida activa, cuando tenemos que escoger y preferirentre dos actos posibles, uno y orro, es necesario que distinga-mos el bien del mal, 0 par 10 menos 10 que esmejor de 10 quees peor. Pero esta dis rincion, como rodo 10 que se re fiere a laaccion, pertenece a 10 que el mist icismo considers el mundode Iai lus i6n, aunque s610sea porque involucra por esencia alt iempo. En nuestra vida contemplativa, cuando no se requie-re accion, resulta pos ible ser imparcial y superar el dualismoetico que exige la accion, En tanto seamos meramente impar-ciales, podemos contentarnos con decir que tanto el biencomo elmal de una accion son ilusorios. Pero s iel mundo en-te ro nos parece merecedor de amor y adoraci6n, como debeser si tenemos clarividencia mistica, si vemos5. Ibidem, II,VI,6. Ibidem, IV, I,

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    la Tierra y todo 1 0 corruinrnente v i si b le . ..revesridos de luz celeste,

    dirernos que hay un bien mas elevado que el de la accion, yque este bien super ior per tenece al rnundo entero tal como esen realidad. En este sentido se explican y justifican la actitudambivalence y la aparente vacilacion del rnisticismo.

    La posibilidad de este amor y alegrfa universales eli todo 1 0que exi ste ti ene una importancia suprema para el gobiemo yla felicidad de la vida, y proporciona un valor inest imable a laernocion rnistica, almargen decualquier credo que pueda cons-truirse sobre ella. Pero sino queremos dejarnos Ilevar hacia fal-sas creencias , es necesar io que nos demos cuenta de que es 1 0que revela exactamente la emocien mfstica. Revela una posibi-l idad dela naturaleza humana: posibilidad de una vida mas no-ble, mas feliz ymas libre que cualquiera que pueda realizarse deotra manera. Pero no revela nada acerca de 1 0 no humano, 0acerca de la naturaleza del universe en general , Lo bueno y 10malo, 0 induso el bien superior que elrnisticismo encuentra entodas partes, son elreflejo de nuestras propias emociones acer-ca decosas dist intas, y no par te deIasubstancia delas cosas talcomo son en sf mismas, Y,par consiguiente, una perspectivaimparcial , l iberada de toda preocupacion por su persona, nojuzgara que las cosas son buenas 0malas, aunque pueda combi-narse muy facilmente con ese sentimienro de amor universalque I leva almis tico a decir que todo elmundo esbueno.

    La filosofla de la evolution, a traves de la nocion de pro-greso, esta ligada al duali smo e tico de 1 0 peor y 1 0 mejor , yesta cerrada par 1 0 tanto no solo al tipo de esrudio que des-carta a la vez el bien y el mal de su consideracion, s ino ram-bien a lacreencia mfst ica en ta bondad de todo. .De esta formaLadisr incion del bien y del mal, como e]t iempo, se vuelve untirano en esta f ilosofla e introduce dentro del pensamiento laincansable se lecrividad de la a cc io n . E I bien y el mal, comoel tiernpo, no sedan, parece, generales 0fundamenrales en elmundo del pensamienro, sino miernbros tardios y muy espe-cializados de la jerarqufa intelecrual,

    M is ti ci sm o y I 6g ic a 61

    Aunque, como hemos visto, puede interprerarse el misticis-mo de forma que coincida con Ia idea de que el bien y el malno son fundarnentales inrelectualmenre, hay que admitir queen esto de jamos de coinc idi r ve rbalmenre con la mayorfa delos grandes filosofos y maestros re l ig iosos del pasado. Creo,de cualquier manera, que la elirninacion de consideracioneseticas de la f ilosoffa es tanto cientff icamente necesar ia como-aunque esto pueda parecer una paradoja- una ventaja etica,Ambas opiniones seran defendidas brevernente.

    Una f ilosof ia ciennfica no puede hacer nada por sat is facernuestras mas humanas esperanzas de demostrar que el rnun-do tiene estao aquella caracterfst ica deseable. La diferenciaentre un mundo bueno y uno malo estriba en las caracterist i-cas par ticulates de las cosas par ticulares que existen en esosmundos: no es10sufic ientemen te abst rac ta pa ra entra r en eldominic de la f il o so f ia , 1 a r no r y e l odio, par ejemplo, soncontrar ios eticos, pero para la f ilosof ia son actitudes muy pa-rec idas con respec to a los ob jetos. La forma general y la es-tructura de las act itudes con respecro a los objetos que consti-tuyen fenomenos mentales es un problema de f ilosoffa, perola diferencia entre el amor y e1odio no esde forma y estructu-ra, y por consiguiente per tenece mas a 1aciencia especial de lapsico logia que a la fi losofia. De ahi que los inte reses e ricosque han inspirado frecuentemente a los f ilosofos deban que-dar en segundo plano: algun interes erico puede inspirar todoel estudio, peeo no puede concedersele atencion detal lada 0espera rse que figure entre los resul tados especi ticos que sebuscan,

    Sieste punto de vis ta parece decepcionante a primera vis ta ,re co rdemos que se ha vista 1 a n e c es id a d d e un cambio similaren todas las demas ciencias, Yano se lepide al f fs ico 0 al qui-mico que demuest re la importancia et ica de sus iones 0 ato-mos; no se espera del biologo que demuestre la uti lidad de lasplantas 0 animales que disecciona. En las epocas precienrffi-cas este no era elcaso, Seesrudiaba astronomia, por ejemplo,po rque los hombres c reian en la astrologia : se pensaba quelos movimientos de los planetas guardaban una relacion muydirecta e importante con las vidas de los seres humanos. Pre-

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    Capitulo H

    sumiblemente, cuando desapareci6 esta creencia y empez6 elesrudio desinteresado de la astronomia, muchos que habianencontrado la astrologia absorbence e interesante decidieronque la astronornia ofrecia un interes humano dernasiado esca-so para que mereciera la pena estudiarla. La f is ica, tal comoaparece en eI Timeo de Plat6n, por ejemplo, esta I lena de no-ciones eticas: esparte esencial de suobjetivo dernostrar que laTierra merece secadmirada. AIfisico moderno, por el contra-rio, aunque no pretende negar de ninguna manera que laTierraes admirable, no Iepreocupan, como fisico, sus caracteristi-cas eticas: 5610Ie preocupa descubrir hechos, no considerar sison buenos 0 malos. En psicologfa la actitud ciennfica es to-davia mas reciente y mas dificil que en [as ciencias fisicas: re-sulta natural considerar que la naturaleza humana es buena 0mala y suponer que la diferencia entre 10 bueno y 10 malo, deuna importancia tan capital en la practica, debe ser importan-te tambien en la teorfa. Solamente ha s ide durante el ult imosiglo cuando se ha desarrol lado una psicologia eticamenteneutral; y, rarnbien aqui, Ia neutral idad etica ha resultadoesencial para el exito cientifico.

    En filosofia, hasta ahora, se ha buscado raramente y casinunca se ha logrado 1aneutralidad etica, Los hombres han te-nido presentes sus deseos y han juzgado las filosofias deacuerdo con esos deseos. Rechazada por las ciencias particu-lares , la creencia de que las nociones de bien y de mal debenproporc ionar una c lave para la comprension de l mundo habuscado refugio en la f ilosof ia . Pero hay que sacar tarnbienesta creencia de su ultimo refugio si es que la filosofla noquiere seguir siendo un conjunto de placidos suefios, Es un lu-gar cormin decir que la fel icidad no [aalcanzan mejor los quela buscan directarnente; y podria parecer que 10 mismo puededecirse del bien. Dentro del pensarniento, en cualquier caso,los que se olvidan del bien y del mal y solo tratan de cono-cer los hechos son mas susceptibles de alcanzar elbien que losque consideran el mundo a traves del medio deformante desus propios deseos,

    Volvemos pues a nuestra paradoja aparente: que una f ilo-sofia que no t rata de imponer su concepto de l bien y de l mal

    Misucismo y log/co

    sobre eI mundo no s610es mas susceptible de alcanzar la ver-dad, s ino tarnbien consecuencia de un punto de vis ta mas eti-co que ot ra que, como elevoluc ioni smo y la mayoria de lossistemas tradicionales, esta evaluando constantemente el uni-verso y rratando de encontrar en el una encarnacion de susideales actuales, En religion, y en cua lquier punto de vistaprofundarnente ser io acerca del mundo y del des tino hurna-no, hay un elemento de sumision, una asunci6n de los l imitesdel poder humano, del que carece de alguna forma el mundomoderno, con sus rapidos exitos materiales y su creencia in-solence en las posibilidades ilirnitadas del progreso. El queam6 su vida la perdera: y existe el peligro de que, por culpade un amor demasiado confiado de 1av ida, l a propia vidapierda rnucho de 10 que Ieda su maximo valor , La sumisionque la religion inculca en la accion esesencialmence la mismaen espiritu que la que la ciencia ensefia en pensamiento; y laneutralidad etica gracias a la que ha conseguido sus victoriasesresultado de esa sumision. El bien que nos atafie recordar ese l bien que esta en nuest ro poder crear -e l bien en nuestr aspropias vidas y en nuestra actitud hacia el mundo. Persistir enla creencia de una plasmacion extern a del bien es una formadepresuncion que, s ino puede garantizar el bien externo quedesea, sfpuede perjudicar seriamente el bien interno que resi-de en nuestro poder , y des truir ese respeto de los hechos queconstituye tanto 10 que la humildad tiene de valioso como 10que es fructffero en el ternperamento cientifico.

    Los seres humanos no pueden, por supuesto, trascender porcompleto la naturaleza humans; debe quedar algo subjetivo,aunque 5610sea el interes que determina la direccion de nues-tra atencion, en cualquiera de nuestros pensamientos. Pero lafilosofia cientffica seacerca mas a [aobjetividad que cualquierotra actividad humana, y nos da, por consiguiente, la constan-te mas cercana y la relaci6n mas intima con elmundo exteriorque esposible alcanzar, Para la inteligencia prirniriva, rodo esamistoso u hos ti l; pero la exper iencia ha demosrrado que laamistad y la hostilidad no son conceptos a traves de los cualespueda comprenderse eI mundo. La filosoHa cientifica repre-senta por tanto, aunque de momento solo esta naciendo, una

  • 5/14/2018 bertrand russell - misticismo y lgica (1 a 3; todo, las 3 partes)- por tacoronte

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    CApitulo l!

    forma de pensarniento superior a cualquier creencia 0 imagi-naci6n precientffica y, como toda tentativa de trascendencia,trae consigo fagenerosa recompensa del acrecentamiento delcampo de accion, de la envergadura y de la comprension. EIevolucionisrno, a pesar de sus invocaciones de hechos cientifi-cos par ticulates, no I lega a ser una f ilosofia verdaderamentecientifica por suesclavitud con respecto al tiempo, sus preocu-paciones eticas y suinceres predorninante por los asuntos hu-manes y por nuestro destino. Una filosofia verdaderamentecientff ica sera mas hurnilde, mas fragmentaria, mas ardua,ofrecera rnenos deslumbrantesespejismos extern os para hala-gar esperanzas falaces, pero sera mas i.ndiferente al destino ymas capaz de acep tar el mundo sin la imposic i6n ti ranica denuestras exigencias hurnanas y eemporales.