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  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

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    U LLER/VlO A l, BELAGA

    w V W W

    . s r m c u r s o s .

    c o m

    C U R S O R E S ID E NC IA S P S IC O LO G IA

    1. Introduccin

    Este libro empez a gestarse cuando en estos aos comprobba-

    s un hecho clnico e institucional, que sorpresivamente se presen-

    a sin cesar en nuestra prctica cotidiana y demandaba con apre-

    . -

    .

    o respuestas. An ms. en los intercambios

    y

    encuentros con otros

    egas de diferentes servicios de psicopatologa y de salud mental se

    ificaba lo que insista: que el trmino urgencia haba cambiado

    estatuto. Yano era posible sostener el tradicional uso del mismo,

    el primero de la clnica psiquitrica y sus cuadros bien descriptos,

    de las lecturas econmico-sociales de finales del XIXhasta media-

    s del siglo XX,

    y /

    o el

    u

    coyuntural del psicoanlisis para pasar a

    lar de lo

    u

    serio de las estructuras freudianas.

    Qu era lo nuevo? Por qu esta categora de la urgencia insista

    la actualidad de esta manera? Efectivamente, verificamos que lo

    e se atiende diariamente en las instituciones es La urgencia , es

    s, se podra afirmar que en los servicios de psicopatologa y salud.

    ntal prcticamente lo nico que se atiende es la urgencia; el resto

    las consultas quedan de hecho en Esta de espera. La urgencia so-

    pasa las posibilidades

    y

    las disposiciones existentes, tensiona

    y

    e pe.r,saren nuevos artificios para responder a la altura del actual

    LLERvO A.

    B:::LAGA.

    Mdico psiquiatra. Psicoanalista en Buenos

    ALces .

    embro de la Escuela de la Orientacin Lacaniana. Miembro de la Asocia-

    ,,{ , .. , D '1 - f dl~ ' ..

    51

    '1..,f ldi-- .

    :/

    ur.dial ,:2 1

    sicoanansis. Je e e

    ::,eCVlClO

    de

    aUQ

    Mental

    del

    ti0Spl- ~

    Centra

    de

    SaIl Isidro, Prov.

    de Bs. As. .

    rr.ail:

    [email protected] '1 .~

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    :: ~lfr~Tli,:::~~:-=,5-j-..l~~))e~'~\/c;.S;~ d_U':'~21 _:-.:'~:'preCe

    q1.].ee2t~~_~~~:~.)-3

    ~ __ L~:C~c~

    r.ueva C2.t.:,::'g~n:a

    lnica,

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    r.o

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    rno fenmeno estudidcL:J clsicarr.er.te en los rnanuaic .

    :: J

    de

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    los trabajos tradicionales de p.:i:o?J1lisis, sino corno nueva for-

    t > , t

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    1

    IDa CJiTlICC1

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    nuevo sin

    orna. emparenta o al m.a...

    vivir clel

    que

    habla

    ]-c.

    Milner, para diferenciarlo la psicopatologta trad

    y que exige una respuesta de los

    -r r

    Es la po

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    2,

    tn

    la Ciudad

    plural:

    la accin laC'anarla

    frente al hecho social

    El terna tambin nos convoca desde el renovado inters por pen-

    r la relacin entre Psicoanlisis v Sociedad. Este marco de cosas re-

    o

    lapregunt:'. de 11qu hacer? frente al hecho social.

    Cmo

    encontrar

    la brjula para situar la clnica

    analtica.

    e

    dis-

    rso del analista, su posicin frente a nuestro Otro, la sociedad?

    A esta pregunta tratan de responder aqu los autores, cmo man-

    er la autoridad del psicoanlisis a partir de sus efectos; de sus re-

    luciones teraputicas, cmo abordar el problema interrogando

    in-

    so el ttulo de esta convocatoria en sus dos vertientes: por un la-

    , cul sera la accin lacaniana acorde a los tiempos actuales, y per

    o, qu entendemos por urgencia.

    Se trata de responder a una clnica donde las clasificaciones clsi-

    s ya no responden, ni tampoco el standard freudiano, ya no se trata:

    l Uno de la clase lgica que acostumbramos a llamar entre nosotros

    para todo x , pues ya no se puede universalizar. En cambio la l-

    a lacaniana utiliza el vocablo no-todo, no en el sentido de lo incom-

    to de una clase l la que se le sustrae una parte, sino para decir que

    se pueden formar los elementos de los que se trata en una clase. Es-

    no impide que los elementos estn ah, pero sin que exista ningw1d

    guridad respecto al predicado, a las descripciones. Este rgimen nos

    a actuando sin una seguridad previa, obligados a reforzar el con-

    pto de lo particular en cada consulta.

    Al respecto, la tesis que propone [acques-Alain Miller es la si-

    iente: podra ser que el psicoanlisis del siglo X X I deba vivir bajo el

    imen del no-todo, de la inconsistencia lgica. Lo que no significa

    e el psicoanlisis sea inconsistente, sino que lo que aparece corno

    duco es el proyecto freudiano empleado para sostener la prctica

    Esta afirmacin est en correspondencia con

    un

    nuevo rgimen

    r

    cial. Es

    un

    mundo transformado por la ciencia y la globalizacin

    l>

    onmica, donde el padre moderno es un padre que no puede ase-

    i

    rar la distribucin del goce de manera conveniente, las familias ya ~

    cuentan con el Otro de la Ley de antao, la sociedad actual dej n

    l>

    vivir bajo ese mito. Es lo que decamos en nuestro lenguaje, la es- Cl

    ctura del Todo cedi a la del no-todo, que implica que ya no ha- ~

    m

    nada que constin ..tya una barrera, que est en la posicin de lo ~

    ohibido, que lo prohibido sea difcil, que resulte contradictorio ~

    n el movimiento del no-todo. Algo se desarrolla sin encontrar

    I- ~

    tes, por ejemplo el consumo, pero tambin la precariedad del su- ~

    o, el miedo.

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    D 1 ' ..., ~ D

    ~

    ara qU.2 oe ~fC':nerseen estas ru ...evas orgc~nlzaC1ones5002-'.'=:5: 1.ues

    Forque

    como dec~a

    Lacan en su seminario, el inconsciente obedece

    al

    lazo social, o con igual sentido en una de las conferencias dictadas en

    Estados Unidos (1975): el inconsciente es Baltimore al amanecer .

    As ligaba igualmente al inconsciente a un

    lugar,

    a un lugar esrructu-

    rado como

    'una

    ciudad,

    e

    indisociable de una indicacin temporal.

    Encontramos en otros autores no vinculados directamente a lo

    psi ,

    lecturas que tambin

    ilustran

    la situacin actual, como lo que

    dice Anthony Giddens, acerca de que el nuevo orden social domina-

    do por la tecnocultura o la tecnoestructura produce dos efectos: uno

    es que vivimos en un mundo de incertidumbre fabricada . que pe-

    netra todos los mbitos de la vida, y el otro, coincidiendo con lo an-

    terior, es que como consecuencia del fin del orden tradicional patriar-

    cal se da un fenmeno en expansin, que es que las personas exigen

    ms autonoma que en ninguna poca anterior.

    Asimismo vemos que ambos fenmenos, tanto la incertidumbre fa- .

    bricada como la exigencia de mayor autonoma, se pueden constatar

    en la

    clnica.

    < :

    o

    2 :

    ~ nueva.

    -'

    = : En consecuencia a la familia se le exige tomar este relevo imposi-

    CI

    ble. hipertrofia de las funciones familiares que no es capaz de asumir.

    14

    y

    en este sentido, su hiptesis es que la crisis actual de la misma no

    Cmo se manifiestan en las consultas cotidianas, como subyacen

    en los nuevos sntomas? En este sentido, la incertidumbre fabrica-

    da est en el relato de los pedidos de atencin ligados a lo contin-

    gente, al acontecimiento, a la urgencia. Mientras que el otro se dedu-

    ce de lo que llamaramos el udelirio de identidad , expresado en el

    yo soy toxicmano , yo soy anorxico , yo soy normal , etc.

    Igualmente, estas dos figuras, confluyen en que el delirio de iden-

    tidad implica de por s situarse fuera del Otro, es el yo que se llama

    a s mismo, es la ligazn del sujeto a un goce yoico, a ese goce de la

    identidad,

    y

    que hace obstculo a que se produzca un pasaje al Otro,

    lo que explica tambin el problema para la entrada en tratamiento de

    estos sujetos. Ycoincidentemente, el paciente de la urgencia, tambin

    tiene que pasar por el Otro para resolver su sufrimiento, dado que si

    bien el sujeto es singular, padece de lo universal.

    Entonces, en ambas situaciones, el que consulta se ve forzado ne-

    cesariamente a pasar por el Otro en el recorrido de la cura, para lle-

    \.9 gar luego a su posicin de goce, a una nueva identidad ligada a un

    , : : '? , c . ' , .

    ociabilidad pblica.

    Ci id el,-J e s

    :;' G 'C 1 1. 1 1 ,' ,

    l. u egun L arcia

    ?JlCLLl,

    es p iurai. pOLlcen-c,,,,;,c?',ru:..:

    'f

    l ' l '

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    d

    1 p' \'.

    ili '

    I~ , , ' -

    LOCa y rnu ino al, y que aui 'Ir ic cienne COE~O__uaa a pcruc.: ;..::-

    e arquitecto francs analiza de qu manera la ciudad occidental de)5

    ser un

    lugar

    de lo poltico, de la

    ciinias.

    Describe que la desrerua-

    n y

    la des realizacin han penetrado en la ciudad,

    y

    se ha

    0Frd'

    a inversin: la ciudad, que alguna vez fue el corazn dela civiliza-

    in se ha vuelto el corazn de la desestructuracin de la humaru-

    ad.

    Bien, aqu tenemos definiciones que propician la consideracin c

    i

    c~

    a nueva clnica de la urgencia. subjetiva, que tambin es retorne

    a en varios de los autores del libro en sus respuestas

    clnicas. C'.3..:',-

    o subrayan lo fundamental en su prctica de una estrategia

    frente 2

    spacio y el tiempo. -

    En la resolucin de la urgencia se verifica, que la topologa

    y

    el

    iempo se anudan alrededor de la a-topa del sujeto.

    3. La posicin d e l analista en los lugares del trauma

    Entonces ya el mundo no se rige por el reloj de la eficacia, el

    tiempo es dinero de una poca, sino que se abri paso a una rela-

    in en que el mundo es un programa de computacin, y en este

    entido la conocida neurosis de destino freudiana queda ligada a lo

    ue

    es

    programable.

    De esto se puede deducir el real del psicoanlisis, partiendo de la

    acin de Freud que lo traumtico es sexual, o que la sexualidad

    s traumtica, a lo dicho ms tarde por Lacan: de lo real como no

    ay relacin sexual. Actualmente, se reformulara diciendo que no.

    ay programa de computacin que prograITle el encuentro entre los

    os . Por qu? Porque evidentemente, aparte de seres sexuados,

    omos seres hablante s, y entonces ese real traduce un trauma qC :2

    nguna palabra puede cubrir, que no es un acontecimiento, es un ~

    o homologable a la estructura. e

    En tanto no hay relacin sexual programable. con este trauma hay ~

    vrselas

    todos los das, y por eso frecuentemente el

    parien ai re 2S ;:;

    n sntoma. ~

    Retornando, decamos que haba dos vertientes del trauma, un ~

    z

    a corno proceso, ligado a ese real sin ley, no programable, y ~

    tro como acontecimiento. El primero, es el p~to de vista del nio ~

    aado por la heteronoma del lenguaje, lo que da cuenta dramtica- :;;

    o

    e del pequeo autista que no responde porque ya las veces

    >

    ue alucina son su respuesta. E~jes-'tu~cin:S.92JlOaparato de in-

    15

    _

    .r ; . . '1 2 < i i 4 ,. ;ip

    J~ ,

    ; . .. . ._ . . . .. - ~ .. . : . I . _ . _ '~ , . : , . . , . , . . , . , ' , .

    q.,.,:....

    ....-Joi ..,

    ... 1 . . _ .. ... _ . . __ ._ ._. _ _ ,__ , ._ ,_ _ __ _ s ..

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    fluencia en el

    r_ : _

    s i c t ic C l en el c t 1.21 e_ ; .2 . '~ z: .. .~ a ~ 5-2 c~ e :- _ 1 -,-~ _ :.~ ::t2 '2 .n 31_1

    . L ./

    normalicad como un parsito

    fL'2E,

    del

    ~~'~~ljcic

    ci.::1

    l':i2~

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    En e :)?:.::ltl~.i\~~1l.~~.;_::ialIT.ter~e, }-:or ~St2. vertiente t2::'z.~;-Lltic3. 5-2 en-

    ntra Ci.t :\~ e. dar ,~:J.

    P

    u \ ' ' )ntente DY' e ( ~ + C \ tiempo + - ' . '1 m

    1

    ol)J1' ll p s i c o a i . .

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    ~. Qu instituciones necesitamos?

    La urgencia subjetiva actual nos ha llevado a reconsiderar los

    siimdards

    tanto desde sus categoras clnicas, como desde los disposi-

    ti 'lOS. As, del mismo modo que ya no existe

    La

    sociedad como Todo,

    tamDOC'Jse Duede hablar de i.a Institucin.

    '-

    ~

    Para pensar sobre la misma, consideramos que bajo Este trmino

    S,2 rene Ul1 doble recorrido semntica entre rezla v comunidad de

    u _

    vida.

    Con lo

    que, por ejemplo, para el sujeto abandonado estar in-

    cluso la institucin de la calle para recibirlo. Siempre se va con la ins-

    titucin. sino 2S la. familia, puede ser la banda, la calle, la ley de la

    jungla. es decir cuantas comunidades instituidas haya. en la ciudad

    globalizada.

    En vista de la complejidad familiar ya descripta, las instituciones

    que estn en lugar de la familia pueden tener extremadamente varia-

    das tipologas. y todas, cada una a su manera, suplantar un aspecto.

    de sus funciones.

    Al respecto. se pueden encontrar aquellas que han tomado el mo-

    delo totrnico, o el de Psicologa de las masas y anlisis del yo de

    Freud. Son las que siguen el modelo de la Iglesia/ del Ejrcito, regi-

    das bajo un Ideal comn, o sus variantes, las instituciones materna-

    les o matcrrializantes.

    Frente a estas propuestas los psicoanalistas, y esto queda bien es-

    tablecido en los autores del libro, han intentado siempre dar respues-

    tas diferenciales, a veces muy efectivas, corno seala Lacan en su elo-

    gio a Bion en La psiquiatra inglesa y la guerra'; que inaugura la po-

    sibilidad de implementar una lgica colectiva que tiene en cuenta el

    rasgo de cada uno.

    Por esta vertiente se arriba a un primer objetivo del psicoanlisis:

    instaurar en la institucin una particularidad contra el Ideal.

    Que a su vez r.o es slo satisfacerse con el lugar del que descom-

    pleta la institucin ubicando su sntoma. Sino que sigue dando otros

    pasos para hacer con lo que falla en el Otro, con el significante que

    < :: falta en el Otro: S()

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    ,,- ;~ \ T - c 'co .:;-:> r.,. .,-,11

    a

    - n--l.~- - 2 ~c- ~ -- C,...L '~i . . . , ' a . t -1~ - ~

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    R i ;.S lg ~ N C I A $ P S \C O L O G \A

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    los d 1 d

    ...10 l21':7,0 2 eSTOSnos ra aranero con Ios docentes va umnos .2

    ,-' . ]

    rctica profesional Clnica de

    lc~

    Ur aerrcia

    en la Carrera de

    Psi-

    L

    u

    gia de la Universidad de Buenos Aires han surgido algunas pre-

    tas que orientan hoy este trabajo.

    Hay un lugar pa.ra el analista en las guardias

    y

    urgencias? Qu

    ecuencias tiene su presencia all?

    Cmo pensar la dimensin dei tiempo?

    Cmo se presenta el sntoma al inicio, entendiendo la guardia.

    U1'10 de los lugares de inicio.

    Qu particularid ad tiene en la guardia y adrnisiones?

    Por qu ?el1SaTal sntoma como un hecho de discurso?

    En qu coordenadas la urgencia que se presenta en la guardia,

    de

    transformarse en urgencia

    subieriva?

    ~

    Una coyuntura de emergencia

    He tomado esta forma de nombrar la coyuntura de la demanda de ~

    lisis, elegida por lvEller en La exp erien cia de lo rea l en la cu ra psicoa- e

    ;:

    tica' peJa desarrollar corno se presenta en las guardia, admisio- ~

    primeras consultas, el pedido de alguien que padece. ~

    >

    Gi

    m

    s

    SOTELO,

    tic.

    en Psicologa. Psicoanalista el.Buenos Aires, Miembro de la ~

    uela de la.Orientacin Lacaniana. Miembro de la Asociacin Mundial de ~

    r

    lisis. Profesora de la Prctica Profesional Clnica de la Urgencia - N

    de Psicologa (UBA) Mail: misotelcspsi.uba.ar ~

    :\tLLEF.,

    -1\.: La experiencia de lo rea l en la cur a an altica, Ed. Paids, Bs.As., ~

    2003,

    pg.

    75. 97

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    Q'-J

    con duce a a consu ita?

    [uana

    l Iega

    a

    la

    guardia

    acompaada

    oor

    una amiga.

    Refiere

    q ue d esd e

    J - .

    1

    d de oaoit /

    -

    d h

    ; ~1Ceunos meses pa iece ie paLp WC iOne s, SU1oraC1On , sensacion e a ogo ,

    sensacin de atrag aniarse, opresin en el pecho; sensacin de irrealidad; m ie-

    do a

    volverse loca

    1 /

    a mor ir .

    Esa tarde lueg o de

    una

    d iscusi n con

    el

    nov io , c omen z

    a

    sen tir g usto

    a

    sang re en la g arg anta, P resa de ang ustia se dirig e a la g uardia. -

    Lacan, refirindose a la urgencia, deca que la misma es lo impo-

    sible de soportar para

    UIt

    sujeto al que nada divierte.

    Si bien la presentacin clnica en las guardias es variada; tratare-

    mos de ubicar qu ocurre con el padecimiento de cada sujeto como

    lo que no divierte como lo no diverso, como lo que se inscribe como

    repeticin.

    Los sntomas del paciente suelen ser claramente identificables

    dentro de los cuadros descriptos por la psiquiatra clsica o por el

    DSM.

    Se manifiestan como dolor, sufrimiento insoportable seal de lo

    que no anda. Habitualmente se presenta como una ruptura aguda;

    Freud lo llamaba quiebre de la homeostasis con que la vida transcu-

    rra; algo ha roto el equilibrio en que se sostena la vida; las relacio-

    nes con los otros, con el propio cuerpo, con el trabajo con los lazos

    amorosos y familiares.

    Esta ruptura gua al sujeto por diversos caminos: desde la inhibi-

    cin, mutismo o aislamiento, a la impulsividad que puede conducir-

    lo a actos desesperados que en muchas ocasiones podran poner en

    riesgo su vida o la de otros. Por lo tanto la intervencin teraputica

    requiere, como siempre,

    de

    clculo.

    Se tratar, en principio, de leer esta coyuntura de emergencia.

    Quin la c o n s i d e r a urgencia?

    La irrupcin de fenmenos extraos, en el caso de Juana lo inex-

    plicable y presumiblemente alucinatorio del gusto a sangre, no ubi-

    cables dentro de la lgica cotidiana. sume al sujeto en un padeci-

    miento que desborda los lmites del propio cuerpo o de la intimidad

    psquica, familiar, social o laboral.

    o Alguien que atraviesa una crisis aguda experimentar de alguna

    . . . . J

    ::::forma este pasaje de lo privado a lo pblico, de la normalidad a la

    ~; anormalidad, de la intimidad de su estructura sostenida hasta el mo-

    ,~ mento de una manera particular/ al desborde que la sacude y desaco-

    ~ moda. En tiempos de crisis ser difcilmantener la privacidad y el su-

    S8 jeto o sus familiares, amigos o vecinos acudirn a una consulta por-

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    1

    ., ., h ,. d

    1 1 1 1 t

    b' ,

    a Sr:-,-12C10r: a soorepasa o .os lUJ:11t2S o.e io sopor a

    le;

    52 .C c .= - , : ~

    brado las supuestas barreras que sepa.ran lo normal de lo zrior-

    l. Esa primera consulta encierra un pedido de cura, llevar a le.nCi'

    aquella funcin psquica que se ha apartado de ella, pero ubicar

    o como anormal supone la consideracin de un juicio normativo

    al. familiar, mdico.

    En esa primer consulta habr que pesquisar en el paciente el SCTl-

    iento subjetivo del

    phatos,

    de

    sufrimiento.

    En las guardias o admisiones o consultas debemos ubicar: quin

    idera que hay all una urgencia?

    Muchas veces ser la familia, el mdico, la escuela, el juez ... quie-

    requieren de una intervencin; otras veces ser el paciente mis-

    el que llega pidiendo ayuda.

    En ambos casos, sin embargo, los sntomas aparecen como algo

    no, extrao para quien lo padece. Las palabras, miedos, preocup>

    nes, soluciones, quedan del lado de los otros; nada de esto, an, lo

    esenta.

    Todo hecho es un hecho de

    discurso.

    por lo tanto depender de:

    o se lean estos hechos. Un discurso es un modo de usar el len-

    e. Esto tendr consecuencias diversas si quien lo lee es un mdi-

    un psiclogo, un juez o un psicoanalista. ya que esta lectura en-

    ra cul es la concepcin de sujeto que est en juego, as corno del

    toma y su solucin.

    No hay clnica sin tica, lo que quiere decir que la tcnica, que co-

    nza con la lectura y el diagnstico, no est por fuera de latica en

    go.

    Lectura desde

    el d is c ur s o

    mdico

    Lacan llama discurso a ...la estructura que excede con mucho a

    labra, siempre ms o menos ocasional... prefiero decir... un dis-

    o sin nalabras=.

    .l

    Los lugares son: el del agente que comanda el discurso, el del otro ~

    uien se dirige, el de la Verdad, debajo de la barra, siempre dicha a e

    :; ;: :

    dias, y el lugar de la produccin, lo que aparece como producto o ~

    to de ese discurso. ;;

    Estos lugares

    sern

    alternativamente ocupados por el

    SI'

    el

    52'

    el ~

    el objeto a. ~

    z

    rn

    :; ;: :

    ~

    r=

    - . ..

    >

    c : ;

    LAC ..\.N, J . :

    El Seminario, Li bro

    17,

    El reo erso del psicoanlisis,

    Ed. Paids. Es. >

    As., 1992., pg. 10. 99

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    13/40

    Lugares: agente

    Verdad

    produccin

    En el discurso del a.1TIO estos lugares estn ocupados por:

    e

    1 -------------};>.- ,:;,.,

    (l

    La medicina es un discurso y por lo tanto, va a transformar en un

    hecho, sucesos que sin su lectura quedaran en el terreno de lo con..

    tingcnte. Desde all se produce un ordenamiento,

    articulacin,

    rcla-

    cin entre los sntomas produciendo un objeto que sern los sndro-

    IT1eS enfermedades.

    La medicina encarna el Discurso del Amo. discurso que es pro-

    ducto de la articulacin significante, discurso sin palabras que sin

    embargo genera palabras; tambin es un discurso que en si mismo

    que no tiene sentido

    y

    sin embargo, genera sentido.

    Es el discurso de la legislacin, del ordenamiento, de la sugestin.

    Es una palabra que tiende a dominar por el

    efecto

    de fascinacin.

    En Psicologa de la masas

    y

    anlisis del yo , Freud dir. que parl go-

    bernar, hay que instalarse en el lugar de S1' de la insignia, del Ideal.

    Es un discurso que pone en relacin un significante SI que repre-

    sentar al sujeto dividido frente a otro significante S2; de esta opera-

    toria, se produce, o se pierde, el objeto que para la medicina ser la

    enfermedad. Este discurso oculta en el lugar de la Verdad -que no

    puede ser dicha del todo-, al sujeto en su divisin, al sujeto atravesa-

    do por el deseo y el goce, al sujeto qu.eha perdido su organismo pa-

    ra tener un cuerpo.

    El Discurso del Inconsciente tambin se ordena con esta lgica,

    poniendo en relacin

    S1-S2'

    cadena que habla, que da cuenta de la

    huella de goce, S}I que como tal queda reprimido, repitindose L'lCa11-

    sablemente en sntomas, actuaciones, actos fallidos.

    La medicina intentar ocuparse del organismo, desconociendo

    que ste est perdido para el hablanteser; y que tendr que vrselas

    con un cuerpo atravesado por el signifcante; esto es: un cuerpo que

    o goza.

    ~El sntoma, desde esta perspectiva, es algo a resolver. An recorte-

    f-

    o ciendo el mdico, la relacin de los sntomas con sucesos de la vida

    V

    V presente o pasada del paciente, el objetivo de la medicina ser que las

    'UJ

    z cosas marchen, que los sntomas desaparezcan y que se restablezca el

    J O equilibrio perdido.

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    14/40

    Las h lte :V -e ~ .: :i~ =,:s .~ -:.' :;e:-'. ~ ::~ .:~.~ -:_ ~ '?~ ~ -= --5 j

    .~.2n:i2rl

    E c _ : . : . v : a r . .1 ~ )-3 .:= -2:. : :-.t 2 F:OT

    va f2_ r::12.Cc;l6 g~ .:=3., e

    2.

    -t.::~ '.~ /' :,

    :-~2

    i~.2_.ij':2.:~ ior,.~ ::.'l

    pa.c::.2I 'tt:::

    e a

    : : , :1

    fa-

    to, el e:-~C2SC~.s e:5 ::.

    Es as corno una

    VeZ cies '::: :: 2 recicios

    los

    sn tomas.

    por lo ;:::- [;2 ::''-05 en

    insoportable manifestacir, excesi va, la lectura desde este discur-

    e.e-

    o ue se

    '1 '

    alcanzado

    i.,

    cura v

    10 tratamientos

    conc.iuver:

    ~L-:'. tA. _.~....... _Ut.J'{. ~ J.C . L ..._.. J .L ; l..lu.l.Q. .Lt. '---.. _.J ,_.U. L \.-'.J~..l-. c.._

    sas marchan ...

    Desde otra perspectiva. las cosas recin comienzan ...

    lntr oduccin de Discurso Histrico

    T uzares:

    . 1

    oe

    1. ,-- - .

    ~ .1~seI1te

    ---->;:~

    otro

    produccin

    En el discurso de la Histeria estos lugares estn ocupados por:

    ---> S ,

    1

    a

    Este disC'..HSO sita en primer lugar, como agente que: lo comanda,

    sujeto en su divisin. El saber estar interrogado, el 52 ser la pro-

    cin; esta produccin de significantes enmascara, oculta la causa

    su deseo, el objeto a que estar en el lugar de la verdad.

    Es el discurso del analizante v su producto es el inconsciente, el

    1 :

    , va que el Discurso Histri;o provoca la produccin de saber. El

    ~,/ .:.

    --'-.

    jeto en su divisin se diri;2 al 51 en busca de un significante amo

    -12 d, la clave de su destino.

    El

    analista posiciona el inconsciente que no tiene un estatuto on- e

    ;;J

    lgico sino tico. La oferta del analista opera sobre el sujeto de la ~

    encia el cual comienza - aparecer ,...,r - , su divisin

    Z

    ...6~'L-

    J. .

    l -;::l

    a

    c:. ..

    ~.JU.,--,-

    J

    C.l.c ~ -~. n

    En el caso de Juana, el gusto a sangre, q'--le apareca como extrao >

    ajeno. comienza a hablar de la sujeto 2:1 su divisin, ligando el gus- ~

    z

    a s::u'1gre

    con los vmitos, las

    nuseas

    y

    la sexualidad,

    tal como lo ;;

    splegaremos ms adelante.

    f : .

    .

    w w w . s r m c u r s o s . c o r n

    C UR SO R ES ID E N C IA S P S C O L O G IA

    N

    o

    >

    101

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    15/40

    Lectura desc r

    ;:.

    Discurso del Analista

    ager-::2 -----~- otro

    Verda.;

    produccin

    En el Discurso de] Analista estos lugares estn ocupados por:

    a

    Estar c:'e guardia, montar guardia; implica estar muy atento, no

    dormirse v azuzar el 01,50 para eSCUC.I.L3.:'o quen

    r

    asa afuera, vara

    VES-

    '-- ....1 1

    car

    lo exrrao,

    lo inesperado.

    Aunque

    tambin

    remite

    a

    desplegar ac-

    ciones Eficaces para hacer desaparecer todo aquello que se presente

    como ajeno, molesto ...

    Lacan dir en el Seminario de La tica que el discurso del analis-

    ta

    debe encontrarse en el punto opuesto a toda voluntad de dominar

    aclarando que es fcil deslizarse de nuevo hacia el discurso del do-

    minio '.

    El analista, como objeto causa, comanda el discurso desde el lugar

    del agente

    y

    dirigindose

    al

    sujeto dividido lo interroga.

    El

    saber, S2'

    estar oculto en el lugar de la Verdad, enigma dicho a mediasmien-

    tras que el producto o prdida de este discurso, ser el significante a

    travs del cual el sujeto podr resolver su relacin a la verdad.

    Sin embargo, el

    analista

    presente en la guardia o en la primera en-

    trevista, deber dejar en suspenso el instrumento privilegiado de la

    tcnica analtica: la interpretacin; no ha llegado an el momento de

    concluir ya que an no ha sido convocado a ocupar el lugar de saber

    supuesto.

    Las enseanzas de Lacan en La direccin de cura y los principios

    de su poder? advierten al analista Que cuenta con la libertad de ele-

    ~ ~

    gir la tctica que la coyuntura le permita: palabras/silencios, interven-

    ciones, derivacin ... , contando con menos libertad en su estrategia li

    gada a la transferencia y menos libertad an en su poltica, la cual es-

    t ligada al fin de anlisis. Es decir que las primeras intervenciones

    del analista. an a cargo de dispositivos asistenciales institucionales,

    o tienen la orientacin de su poltica; inicio que orienta hacia el fin.

    '. : . . ~

    '

    UJ

    z

    L~_CA~,

    .: E l Seminari o, Lib ro 7, La tica del psicoan li si s, Ed. Paids, Bs. As.,

    1990.

    LAC/J'i, J . : La direccin de la cura

    y

    los principios de su poder , en: Es-

    criios 2, Siglo Veintiuno editores, Es. As., 1985.

    : 2

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    16/40

    ~ f 1' di 1 . 1

    Aquel que ue ievac.o a una guar ua, con 2S

    eI,g::::;:;:CG2S

    LACAN,

    J ,:

    El Sem inar io, Libro

    17,

    El re ve rso de l psicoan lisis,

    Ed. Paids. Bs. ~

    ;o

    As., 1992, pg. 33, >

    r:

    LACAN, J . : Posicin del inconsciente, en: Escrito s 2, Siglo Veintiuno edi- N

    tores, Bs, As., 1985, pg, 823.

    6

    LACAN,

    J ,: El tiempo lgico

    y

    el aserto de certidumbre anticipada, Un nue- ~

    va sofisma , en: Escr itos 1, Siglo Veintiuno editores, Bs.

    As

    1985, pg, 187, 10 3

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    17/40

    'E~).d.rector de la

    c z :. . : c l

    c/~>~~-~ . :.~.I2S detE::~~~d0:3U. : = = = - ~ . .:, en

    '-

    Lec: muestra .rp- di-ros h';:-,o, c .' ,-i.,- 0 7 1 ' : :> ' : :- 0 _ : -\ < ; :: advirtir.doles ,o,

    _1 U...e~l .....

    . - _ ; : ' . . .

    _ = : t , - . ,-,...~~_.', __,'~ .,: \.....I..v:) -~--b.1v,-/ JvL....._..l.~.....;.\._

    C~

    q~e

    colocar uno El11a espalda d.2

    C 3 . : : :1

    uno. Cadz individuo

    F= : .L~~

    ver el

    , del

    d . . ,

    1

    COlO:' el C11SCOe los O.IOS de.: y. p0c- supuesTO,no

    POCTa

    ver e color

    del disco cue lleva en su DrO~:8 esnalcla

    _ -- .....~

    ' i _J.~

    J

    ,L _ t -' . l . - I.-Jj:-J_ .

    Agrega que se les dar.

    codo e: tiempo

    p2.ra resolverlo.

    Finalmente Lacan llamar la solucin perfecta a la que dan los

    tres prisioneros al salir simultneamente del recinto.

    Despus de haberse considerado entre ellos, durante cierto tiempo

    los tres sujetos dan juntos

    alg unos pases

    y cruzan la puerta 2 la vez di-

    ciendo: 11soy blanco y lo s . ? o. '-1ue dado que mis cornpaneros e

    rano

    blancos, pens que si yo fuese negro ..cada uno de ellos hubiera infe-

    rido lo siguiente: si yo tambin : lc32 negro, el otro, se hubiera rece-

    nccido inmediatamente como blanco y habra salido enseguida: por

    lo tanto yo no soy negro.

    Y

    los dos hubieran salido juntos convenci-

    dos

    de

    ser blancos. Si no hacan

    tal

    cosa, es que yo era un blanco

    co-

    Ul0

    ellos.

    o

    Lacan referir la modulacin del tiempo en el movimiento del so-

    fisma: el instante de ver, el tiempo p3.ra comprender y el momento de

    concluir.

    El director comienza diciendo hay todo el tiempo , sin embargo,

    la urgencia del momento de concluir tambin est presente en el cl-

    culo del director.

    La incgnita real del problema. dir Lacan, es el atributo ignora-

    do del sujeto mismo, Hay un tiempo de meditacin, un tiempo qUE~

    el sujeto se pone en relacin a los otros, sujetos indefinidos Selva por

    su

    reciprocidad. Finalmente. el aserto sobre s mismo lleva

    2 - 1

    sujeto

    a una conclusin, la urger.ciadel momento de concluir. Es bajo la ur-

    gencia del movimiento lgico COIEO el sujeto precipita S J juicio y su

    partida.

    E l sujeto en su aserto alcanza una verdad que Ve. a ser sometida a

    la

    prueba de la duda, pero que Dpodra verificar si no alcanzase pri-

    mero la certidumbre,

    En la guardia, introducir la.dimensin del tiempo que hay, puede

    conducir a la instalacin de los tiempos lgico propuestos,

    Juana se precipita a le guard~a con la vivencia del final, de la

    muerte con la paradoja d0 1

    I

    CKo

    o~'

    + , ponz a fin a esto /r

    o ..:. l .

    I

    ... L a. '.... -- _ 0 _ - 1_~ ~ .L e o ~ .

    ~ Frente a lo que JU LT 1 l muestra ya su demanda de concluir, el ana-

    ~ lista introduce una pal.lsa; instala en tiempo para comprender lo que

    < .o ~ all se deposita.

    '

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    18/40

    tin

    d21

    tiempo en los inicics, reconociendo

    l? ,

    a '.,'h..12...::~6n:::linicaon-

    (1pel oaci =>,~.c. ;c ,'~ .l? Sl' e i'+ ,,'''ll '

    l lco-::< ~

    1

    n::

    - -

    tas.

    E c. Arr.orrortu. 1. XVI. Bs. As., 1963.

    pg.

    235.

    03

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    22/40

    F,.pl--'

    0':3' 0',1

    0

    lo~ leeos 01.1. ''': :',

    c r e ,: o . - C'l-'

    1

    1

    ' ' - -' ' , 0 :

    :::.:.'- '-'r '~ ,- .'',' ,- ,-

    -~--~ ,.~i---~ ~~

    -- r- '-' -----.., -~. ~'-'- .J - - - : ,-- ~ -.

    de 1 enfermedad

    s r O-lr ; -ryC ~r-.,_;,_~i,~ ~ '::\ -'-'~'---' -.

    _.1 _

    c: (..J ..

    J.Li.. ::.1 j

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    .::'t t: :\ .. l o .-

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    1..... ::: -LI.:Jlt:: .: ~- (~_-:::- . i. ~ :

    : sin ernbarvc lo q1ue ~.-- yc

    e,-

    1'~c~-r~r'i'-:~J'

    r- -.:.,,. ,','.

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    l ...~)

    I ..

    at)c.. ..~\.,.\....~.::..::t

    a.~ - 'c .. ' -_ v_ c;.l..... r:C: c. ~'-.J ... : . l . _ - : - : ';

    vos sntomas, En la Conferencia 23 dir que 103 sbtOTY',;:,S

    p::iC:.Li-

    s. actos perjudiciales e intiles ?z't.a la vicia en su conjunto, irnpli-

    n un enorme gasto anmico aSl

    como

    displacer

    y sufrimicr.to. Es+a

    cer lo paradjico del sntoma que VOt' un Iado aVdf2C

    L-\CA1 ,J , : Funcin y campo .. ., cp . cit . pgs, 269-279,

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    23/40

    Craciela Brodsk y

    e ~ :- :

    e2 seminari c I 'I ,:~~ ~o,l:~ci5:-i.

    _ .:

    :; '~ :: -r ~c_;:::_~ ::_, 1 . L t : L -

    car la doble dimensin: cmo se ~'2su_21\-e el ::::{'-~:::,;;::::'-::q,-l r2':L:;;\-0:'

    el sntoma. remitind onos a Freud. quien desde E~ comienzo c e r _ ? _ >

    que el sntoma aporta una solucin al deseo, a la pU~.3iI' y 2 :1 desen-

    cuentro entre hombres y mujeres; lo cual hace que el sntoma moles-

    te

    y

    la vez resista.

    Por lo tanto, la escucha y lectura de lo molesto de la irrupcin sin-

    temtica

    que aparece en la urgenr.ia. no puede soslayar por parte del

    analista, la consideracin de Que alzuna solucin aporta.

    J. L ~

    En el caso de Juana, el vmito. la nusea,

    /1

    soluciona, da cierto

    curso a la pulsin, al desencuentro con el partenaire, aJ ser Q:se:de

    por un hombre, a la aparicin de la otra mujer. 1 0 1 sntoma deja de

    ser ajeno para dar cuenta del goce en juego.

    Para que el sntoma, que aparece en su incidencia insistente, pue-

    da ser ponderado en su dimensin real, ser puesto en relacin l

    otros significantes, esto es, ser puesto en cadena. En cadena con el

    significante de la transferencia, con el significante que oriente la pre-

    gunta qu quiere decir el sntoma?.:14.Brodsky desarrolla el clcu-

    lo del sntoma como solucin, entendiendo al Nombre del Padre co-

    mo el sntoma que mantendr unidos los tres registros: real. simbli-

    co e imaginario.

    Miller, en Come iniziano le anaEsi

    fl15

    trabajar en relacin al ini-

    cio del anlisis, corno se ubican los sntomas. Dir que la particulari-

    dad del anlisis es la suposicin, por parte de quien los padece, de

    que esos sntomas se curan por la revelacin de la.causa que ha que-

    dado oculta, reprimida

    y

    que no puede ser dicha por el sujeto.

    Esto es, que el inconsciente se lee, se interpreta y que habra un

    sujeto capaz de leer e interpretar el texto que el paciente puede apor-

    tar por la va de la asociacin libre, por la va de sus propios modos

    de decir. Miller dir que en las primeras entrevistas: es fundamental

    distinguir s estos sntomas son analticos y si el sujeto puede hacer

    una lectura de ellos.

    El sufrimiento neurtico en nuestros das terna, entre otras, las

    nuevas formas del malestar: compulsiones, ansiedad, adiccicnes. ata-

    ques de pnico, anorexia, cuyo alojamiento tiene un primer efecto te-

    raputico de desaceleracin de goce. La palabra, el dispositivo de ad-

    misin, las maniobras estratgicas, modalidades en 12.:3 que la palabra

    o pueda articular se en tanto sancionadas por el oyente, analista. alojan

    ~ al sujeto permitiendo cierto cauce, cierta comn medida a ese sufr-

    o miento.

    V

    V

    'l.

    .2

    14 BRODSKY,

    G.:

    La so lucum del

    sntoma, JVE Ediciones 1999/ pg. 2 4 :_

    110

    15

    M ILLER , J.-A.: Come in iz iano le anal isi . Indito.

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    24/40

    E : i . S~J.~:.:::=~,.2=-;.

    : : ' - U .C . :

    ~/- :.~i .n /

    se c : i : : : - i g 2 a

    lI' ~:~~.

    si6 -n.i. fi-:=2r~t~ (:~ :. :- .O ::;'. ~ ':22-

    ele la ',::,,,.~,:.r1

    i-~.Jc

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    el

    m

    Z

    m

    ;;:;

    l>

    MIl.LEF., J.-A.: E l lug ar y el la :o.

    Curso indito. :

    LAC,A.;--l, J .:

    E l Sem inario , Lib ro

    11.

    Los cuatro co ncep tos fundamentales del psi- 6

    cxnuisis,

    Ed. Paids, B:3. As., 1986, pg. 65-68. l>

    3

    LAT

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    25/40

    r :-~.-,~:..::::-. .-..~

    r-~ \-r -v c-

    r'.

    0 ':'::) -:.,::)c ......r .... 1 . . . . . . . l ?-r tre -....~ . . . . .- . .. - -. : ,. . . . 1

    _._'-'-'_.~ Y ._LUa.'_''-c~e:~.Je

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    _e ..

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    u~, Jg_,-,- en

    re:

    paJ.CJ.lL'::::::i:::: en el

    cU21 52 ';';2 a EX2.:.-:::r.2T

    lo

    qU2

    se deposita

    Un sujeto que est en reserva de producir una serie de significan-

    tesoEs lo que designa la posicin de saber en el discurso analtico,

    q-Je

    es otra

    que en el discurso amo.

    Dirigirse al analista, ya constituye una cadena. El sujeto slo pue ..

    ciedingirse al otro por la va del significante. Cuando

    LI T '

    sigriican-

    te se relaciona con otro, se produce 111'1aignificacin que se agrega al

    c:,,;pf-. -,... 1 C:'; -'- . .;:; 1

    _'-t)~.oyue el sm..orna sena a.

    Habr entonces una doble suposicin: que el sntoma es descifra-

    ble, que podr saberse la significacin que queda debajo de la barra

    de la represin y que hay un sujeto al que se le supone el saber.

    El sujeto que el sntoma sealaba, se ha transformado en un suje-

    to que padece falta de saber.

    El saber, en tanto que trabaja, y el saber en tanto instalado por el

    anlisis en el lugar de la verdad. Una verdad no trabaja: se revela. Ver-

    dad q'Je en la experiencia analtica Lacan definir rigurosamente: la

    palabra verdadera se define por su identidad con aquello de lo que

    habla, de lo que habla en su propia lengua. El analista toma el texto

    de la paciente al pie de la letra, en todos sus detalles, al pie de su le-

    tra, con todo rigor tico.

    E. Laurent dir que ...en la experiencia de palabra que es el psi-

    coanlisis hay

    tm

    malentendido fundamental, porque en la palabra

    .UJ.i.O 52

    dirige al lugar errneo; se dirige por estructura a una falla. Pe-

    ro con este dispositivo se utiliza la palabra para alcanzar al final algo

    del orden de lo escrito: algo que finalmente se puede depositar, se

    puede transmitir, Y que implica el slencio=-. Experiencia analtica

    que tiene un fin. Al final se tiene un saber sobre este goce, sobre las

    S

    formas de goce que uno tiene y cuyo clculo ya est presente desde

    u ..:

    ::; el inicio, en esa entrevista de guardia si quien la dirige es UI1 analis-

    V)

    ta. Intervencin con consecuencias ...

    V

    w

    Z

    112 19 LAURENT,

    E:

    Lacan y los di scu rs os ,

    Ed.

    Manantial,

    Bs,

    As., 1992,

    pg.

    42.

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    26/40

    E'

    psicoanlisi es el revs de l,~, '--0 oroduce 1

    discurso

    2'--,-'

    _..J .. ........

    . . . . . . . . . .

    '-L;....J

    ...J

    ....L.1. _....... ~ ...'-

    - - l .. . . .~ r=> -~ __~ 0 : _-

    ..~ -~-i '--,

    la cie ~~- -,1

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    ravesado P T a

    crencia ... CO-'-.

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    _xi_~,o~r,cL.

    ,_O H _.~

    ,-,-c

    ao ar, '--'''-C:J-

    ne algo

    q~1e

    se puede escribir

    y tr2I1smitiy//20.

    Ese puede ser un comienzo que la presencia del analista oportu-

    a

    l/

    21

    que toma los lugares que se le abren, puede propiciar dndo-

    un estatuto, un lugar a la falta en ser, pero tambin yendo en can-

    . del

    anhelo

    neurtico de hacer de l un significan te amo, es decir

    rle un lugar

    y

    al mismo tiempo comenzar a trabajar para su desti-

    cin.

    VRElTL, J . : E l orden md ico, Ed. Argot, Bs.As., 1978.

    J

    0' ., b l

    i f 'T~'

    1L he

    E .

    CAN,.: oservacion so re e In orrne G2 Larue agac e , en:scntos 1,

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    Lo s sig nos del g oce ,

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    inc/asi ficab les de la cln ica

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    IOS

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    c u r s o S . c o r o

    j 'lW W .s rm N C I A S P S I CO I .O G \ t> ..

    CURS OR~S m~

    r

    >

    e

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    Gl

    m

    Z

    {]

    >

    LAURENT,

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    pg.

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    As.,

    1995. 13

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    27/40

    ELE

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    C U v R S O R ~ S ID E I 4 C IA 9 P S IC O L O G IA

    ,., ., I 1 ' .

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    l I.

    1 ... - . .

    .l_L' U --

    '-,

    I.,.).,.,t~._ ..l- ..,C.),.- __

    muchas partes. Pero auier.es ? U .7 .S [uerien.ente le la n-

    zan son aq uello s que resui.an incapaces de

    avCi : .ZD. .Y

    e',

    el saber . SCHELLlNC

    1

    I n

    t

    r

    O

    d

    U

    e e

    -:

    La reflexin sobre una prctica de la urgencia hospitalaria va a

    trapelo del grito accin, accin lanzado por pacientes.familia-

    y colegas cuando presienten, agitados, una. situacin de peligro

    e impone una respuesta,

    Rechazando la insensatez del imperativo accin, accin /1 que pa-

    e empujar a la actuacin motriz irreflexiva -algunos profesionales

    n llegado al extremo de proponer J/ tomar clases de karate como he-

    ienta de trabajo (sic)-, la torna de decisiones en la urgencia pue-

    y

    debe, considerarse un acto, pero un acto judicativo.

    la prctica de urgencia es una prctica informada que se despren-

    de un conocimiento teraputico y de una tica. Por lo tanto se es-

    ra que al finalizar una consulta de esta naturaleza el profesional

    eda arribar a una conclusin que le permita establecer estrategias

    uticas a seguir de acuerdo con cierta aproximacin diagnostica ~

    : :>

    a apreciacin del riesgo que incluya alguna prediccin evolutiva e

    l caso -al menos en el corto plazo. ~

    l'~

    >

    na

    Levy

    Yeyati. Mdica psiquiatra. Psicoanalista en Buenos Aires. Miern- ~

    de la Escuela de la Orientacin Lacaniana-Argentina. Miembro de laAse- ~

    n Mundial de Psicoanlisis. Miembro del Centro Descartes. Integrante :P

    Hosp. de Emergencias Psiquitricas T. de Alvear, Ciudad de Es. As. ~

    il: [email protected] ~

    Cita tomada de WIELAND, W, Filosofa prctica y epistemologa , En: L;; _~---

    razn

    y

    su praxis: cuatro ensayos filosfico s, Ed.

    Biblos.

    Es. As., 1996. 1 1 : : :

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    28/40

    f-

    -

    u.;

    > -

    > -

    >

    u.J

    -1

    ,\

    o .....1 ~ ......

    b- ... .. -~ -

    '-'r-~

    J . r=:

    ~,.-_ '-~--,-'-

    Para ello voy a considerar tres aspectos

    q : _ l E :

    sor.

    e= ;2nci ?~-,:.:;

    pzra

    orientarse en la prctica que determina dicho contexto, Estos a::~,).:.>

    tos estn vinculados a: ~

    1.

    La temporalidad en la que transcurre la consulta,

    2. La falta del recurso estratgico de la transferencia y su manejo.

    3. La evaluacin de la inminencia de riesgo o de peligrosidad,

    Voy a centrarrne en estos aspectos, que se observan de manera

    P

    . '1 (l da en la or .tica h -.

    't

    lari -,e ~. l'~-~ ;+L'- ..:.~ , . , , _ , 0 .

    nV1

    e

    o

    l8.

    a en a prac ,,'~a.oO:opl a

    arta,

    porqu_ 'o_ p-c J.J.Lc:lc ~C>,-Ll-

    bocar en el anlisis de la influencia que tiene la estructura de 1.JT,2c l -

    gi.ca colectiva o de una psicologa de masas en la.configuracin de un

    d

    ' P '

    1

    1

    l' ,

    caso e urgenCia, tenso qLle,hasta anora.ja c iruca o.e ,~ ;:;o urgencia no

    ha sido suficientemente examinada desde un enfoque q u o E ' la aborde

    como cuadro complejo y colectivo, adems de hacerlo desde el usual

    punto de vista individual.

    Para finalizar presentar un caso clnico donde se puede apreciar

    la resonancia social inmediata que tienen los actos locos,

    Acerca de la dimensin temporal

    en la consulta de urgencia

    Respecto de la temporalidad, la consulta de guardia se caracteri-

    za por su excepcionalidad: es slo una. En ese tiempo no s.510

    S8

    tra-

    ta de reconocer si estamos ante un caso llamado grave sino que tarn-

    bin se deben tomar decisiones de suma importancia para la vida de

    alguien como por ejemplo, internarlo o medicarlo.

    Auncue la consulta pueda consistir en una o varias entrevistas de

    i ~

    duracin variable, realizadas en el mismo da, esta prctica no trans-

    CUTreen la

    u

    comodidad de la diacrona de U1'l tratamiento sostenido

    en el tiempo. (Por supuesto: tampoco se trata de uri hecho clnico de

    sincrona pura-idea o ilusin que ha confundido a ms de uno al ini-

    ciar estas prcticas).

    A raz de esta particularidad temporal y de 12 problemtica que

    as se trata, muchos trabajos sobre la clnica de la urg2ncia se han ins-

    pirado en El tiempo lgico.1I2, Esta inspiracin lleg', en nuestro

    2

    LACAt i, J . : UEl

    tiempo lgico y el aserto de

    certidurrbre

    anticipada. Un

    nuevo sofisma, en:

    Escri to s

    1, Siglo veintiuno editores, Bs.As, 1988.

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    29/40

    dio.

    a ir.[lDC)ne~~l,,=n nuevo

    norr.cre

    L

    iatra de

    (n':l--'i-; clnica

    Q ~ 1~ D '~' PO ' , ':o'~. --:5~-;'J.'':l~~~....,c;::l' ;;:.,

    .LU_ --.. . \.......Vf..(.;...LU.--- ... '-.Li...:.. ........

    a

    c,:u..i ..Ll.~._ .. _

    '-L....,. v __ . ~

    L __.y.: ' ~i. :'_L\.-l,-~ ............~

    a de la prisa por tornar una decisin

    ~ L ,:::::-=

    de (l'.le

    LLi.

    paciente ac-

    e. Pero, en ese tiempo apremiante, deciciir, S 2g:J ,n qu razones?

    Surgen entonces dos enseanzas de la clnica de la urgencia: la

    imera es ms generalizante; la segunda, mmque colectiva, apunta

    lo particular de cada caso.

    El modo segn el cual una institucin COE-lO el hospital crzaniza

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    30/40

    ~~----

    -

    1-

    -

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    > -

    > -

    >

    w

    -l

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    31/40

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    32/40

    2:::titudhacia esta clase de entrevistas nicas. Digo esto al tiempo q;J.e

    hago una

    aclaracin:

    delimitar la envoltura formal del sntoma e in-

    tentar poner a prueba la relacin del sujeto con una suposicin de sa-

    ber sobre aqul, no es equivalente a practicar psicoanlisis en la

    guardia , como tan a menudo se dice en nuestro medio.

    Los motivos que determinan una consulta de urgencia en la guar-

    dia psiquitrica exceden el marco de las categoras psicopatolgicas.

    Los captulos sobre urgencias de los manuales de psiquiatra estn

    hechos de la enumeracin somera de todos los restantes captulos del

    tratado. Aqu, y a manera de gua, enumerar, a mi vez, las clases cl-

    nicas que ms amenudo plantean una evaluacin del riesgo: crisis de

    1ll.gustia(ya sea en pacientes neurticos, psicticos o prepsicticos),

    ideacin

    suicida, trastornos alucinatorios, perplejidad de un desenca-

    denamiento psictico, empuje al pasaje al acto de un delirio, formas

    graves de depresin o excitaciones manacas.

    Es comn que sta sea la materia psicopatolgica de la que est

    hecha el caso grave , cuya consulta se impone de urgencia. Estos

    :;0).1.

    casos que tienen o han tenido dificultades para ser tomados

    transferencialmente y que, por lo comn, movilizan un contexto in-

    tersubjetivo real, es decir, se configuran como caso de guardia dentro

    de un grupo. En estos casos podemos ver cmo la intersubjetividad

    se vuelve patente cuando ms obstculos haya la transferencia, la

    cual, como afirma Lacan. es la refutacin de la intersubjetividad.

    El problema del riesgo

    Tanto por el rol del mdico definido jurdicamente, que exige que

    sancione la existencia o no de peligrosidad para s o terceros para

    decidir una internacin psiquitrica, como por la finalidad de las in-

    tervenciones en las urgencias psiquitricas ms crticas en las que

    consiste el trabajo de guardia, la cuestin del riesgo constituye un ca-

    ptulo decisivo e interesante.

    Estetema suele resultar elusivo, escurridizo, difcil de precisar ya

    que, justamente, se trata de tomar una decisin sobre unaeventuali-

    dad que no ha acontecido. La eventualidad es el peligro mismo.

    C-

    ~ mo orientarse? suele ser la pregunta que surge. Cmo no encerrar

    G :: a todo el mundo? Cmo no ser demasiado indulgentes liberando

    > -

    > -

    a todos de todo tratamiento apelando a un principio de moral antip-

    ~ siquitrica? Todo lo que es grave se interna y todo lo que es le-

    :;. ve se deja ir?/ preguntaba un concurrente un poco irnicamente/ a la

    ~ vez que trataba de darse una regla para decidir en forma automtica.

    ~

    LU

    El riesgo de suicidio es el problema ms temido por todo aqul

    n o '

    que se inicia en esta prctica. Despus viene el temor al paciente

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    33/40

    violento es decir

    el

    rniedc

    - : ' } l asesinato

    (nrimero d0: --: -' i';:-.::::.c:.~'':'' 'rl: T 't'

    1 .,::, '- ~_ ~ ,~~~

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    34/40

    tinguirlo ... sueltan un pequeflo bramido

    y

    nadie se hace e~?era:'.:

    L'-

    do el mundo se larga en la.misma direccin. la serial corno reaccin

    ante un peligro en un complejo social, en el plano biolgico, S2 DL:e-

    _ ..... ~ .1. L..J..

    de distinguir por lo tanto en una sociedad observable. Pues bien, lo

    mismo ocurre con la seal de angustia ...9.

    Aqu Lacan aborda del modo ms freudiano el tema de la doble

    funcin

    de

    la angustia tanto

    en

    su relacin

    con el deseo

    ccnlO

    ante

    .le],

    huida de un peligro. Vuelvo a la cita donde aqul

    contina

    un poco

    ms all de Freud: La referencia al rebao muestra claramente que

    la seal se ejerce dentro de una funcin necesaria de comunicacin

    imaginaria ... si la angustia es

    seal,

    ello significa que puede provenir

    de otro. Consideremos esto topolgicamente: la angus.ia a la que es-

    tn abiertos los sujetos no es nicamente interna. De all el recurso a

    su representacin plstica mediante la figura de los vasos cornuni-

    cantes de Breton. Este modo de enfocar la cuestin le permite hacer

    una trasposicin del peligro interno al plano de lo universal. donde

    10

    individual y lo colectivo son un nico y mismo nivel... El peligro

    en el interior del sujeto es el mismo que el peligro en el interior del

    rebao ...

    l/lO.

    A diferencia de lo que ocurre en ciertos anlisis, en los

    casos de urgencia a los que me estoy refiriendo (incluyo aqu a todo

    el conjunto que se presenta a la consulta) esta emergencia de la.an-

    gustia impone, casi siempre, la necesidad de ponerle un remedio de

    inmediato. Demasiadas veces se crean efectos de paralizacin y con-

    fusin en los profesionales con orientacin psicoanaltica, an siendo

    psiquiatras, en el momento de decidir una intervencin en este pun-

    to como para no rnencionarlo ahora. El psicoanlisis nos ensea que

    la angustia es seal del sujeto del inconsciente o de un deseo reprimi-

    do; que la enfermedad es restitutiva. que los sntomas constituyen uri

    tratamiento que se da el sujeto, y que, as se trate de un neurtico o

    de un psictico, el objetivo de una cura podra resumirse en la idea

    de que el sujeto mida en ella lo que hay de tratamiento en su snto-

    ma. Pero esto no es un precepto generalizable. Representa parte de la

    formacin del juicio clnico de cada uno reconocer cul es la medida

    de lo soportable, o de 16conveniente, en cada caso, ya se trate de una

    consulta aislada o de un tratamiento continuado. Cada vez se decide

    :;: cul es el lmite que no se debe pasar. No se puede juzgar

    autornti-

    ~ camente. El comn denominador de la demanda en la urgencia COIl.-

    ~. siste en el pedido de algn modo de limitacin inmediata. Eso llama

    ~ a la intervencin psiquitrica, es decir, evaluar la necesidad de me-

    .-i

    dieacin o internacin.

    z

    UJ

    . . . . J

    . L. J

    9

    Id. op . cit. 4, pg. 405.

    122

    10

    Id. op . cit. 5,

    pg.

    408.

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    35/40

    - 1 '; . . . ~ ' - ; ~ . .. - : ,

    r.a; ::le

    ~~ ~gl ;.stl:. pa r?~

    t~Z.C2J.2 J . ; 5

    .~~::::.,~.'.= l]._i.C)

    OCte:

    :_:I1 rIe sgo

    FC'~::~lC12.J.~

    : . , . 1

    la seal de a.r~gt:stiano debe SE~ necesariamen. una seal ir.terior

    al suieto podemos entender G U e' en SI' entorno sus allezados O

    c;':c :,

    .... .1 . ' . ....1...- - ~ \... '_ .i - ~ --..~ _ .. ~- - / L,.o .....1.\....C) .....- --'-'/ ---'

    en alguno de los miembros de:~rebao, donde tambin podemos

    encontrarla. (Si el paciente est en tratamiento muchas veces pode-

    TI

    lOS

    reconoc=r la

    31

    C,c;-i':1 en ,: , 1 e 'l:'DC-Cl auucrur

    SE ;1:~'

    venza a:

    . _- _J ' . __ , ::;l_ . ,1.. o., '--- . .A_'_.( .,.{~/ l-,_ ~ '-1 , . . . L - -.. -~ ).(0_ ... -

    hospital. Este tema merece un G~rtulo especial que la extensin del

    presente trabajo no

    permite

    desarrollar

    aqu).

    Esa seal

    siempre es

    re-

    cibida

    y

    transmitida como una mala noticia. Todo el mundo sabe que

    representa un procedimiento de buena prctica entrevistar a los

    acompaantes del paciente

    c~l.e

    consulta: no tanto para obtener ms

    datos (en la medida en que hable,

    el

    paciente siempre es nuestra me-

    ;,,-:-fuente de

    II

    m'iforrnacin) sino cara localizar las malas noticias\... .... lu.____ e ~_ _ ~ct

    . .

    ,-,lil J. al __ CLl_. .1.......LO

    ....L ...L ........~ ~_ - ..;. ;:,

    De acuerdo con este enfoque social de la seal de alarma, en la me-

    dida en que sta no pueda ser acotada de ninguna manera, corno en la

    dinmica de los vasos comunicantes. la angustia del paciente aumen-

    tar, Esto reoresenta una fuente de desestabilizacin permanente.

    ),

    Es pertinente realizar la evaluacin de la seal de angustia tanto al

    inicio de la consulta -generalmente despus de entrevistar al pacien-

    te

    y

    no antes-/ como luego de transcurrido un tiempo de espera a con-

    tinuacin de las primeras intervenciones, tiempo en que dejamos al

    grupo 11a solas . En ese mornenio tanto el paciente corno el allegado

    pueden ser para nosotros indicadores de que el peligro ha sido domi-

    nado, o no, Los niveles de angustia iniciales se apaciguaron? Se

    mantiene o no un estado de tensin agresiva entre el paciente y los

    otros? Los sntomas ms agudos empeoraron o mejoraron? Se ad-

    vierte que alguien est siendo extorsionado? Son las preg1.L'ltas que

    deben comenzar por responderse para ir dando por finalizado el

    tiempo de comprender, manejando el esquema de un plan de accin

    que, como vemos, oscila entre la prisa

    y

    la

    espera.'

    En la evaluacin del riesgo la dimensin social e intersubietiva

    u

    debe ser tenida en cuenta muv especialmente va aue se trata de des- r-

    ~ _ J.

    cifrar la estructura, el armado, de lo que se nos presenta corno un

    e

    :;;;

    c.

    m

    Z

    (J

    11 En un estudio de neuropsicologa del lenguaje sobre asociaciones de pa-

    labras se encontr que el trmino ms frecuentemente asociado con la pa- ;;;

    labra-estmulo hospital es espera. Los autores aclaran que sta no es ;;;

    una asociacin establecida por razones semnticas, sino por razones que ~

    se desprenden de la experiencia

    COlectiva

    de los hablantes (experiencia :

    Iingustica, por supuesto), Hacier.zio la salvedad de la espera suscitada ~

    For la demanda excesiva que se rige al hospital, el par hospital-espe- ~_

    ra no poda estar mejor empleado que aqu.

    123

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    36/40

    cuadro

    S~--_C;-_--~\=--:._~~_~C;

    complejo ~,,-

    clectivc ~~()

    ,: individual. La nocin

    C' Sp,::,,,,l ,-~

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    torn:>~~ ,--,

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    lt

    tadcra

    er

    i

    1?(

    prctica.

    Para mostrar la resonancia social inmediata de los actos locos -lo

    que cons.ituy e el segundo aporte tomado de Lacan que quiero hacer

    valer aqu, ; qu-: tiene profunda relacin con ]21 sea' de angustia tal

    como acabo de exponerla- vaya presentar un caso clnico de guardia.

    Un caso tpicamente difcil:

    textravfo materno o trauma de nacimiento?

    Si tornamos al trmino psicosis puerperal como el nombre r r cien-

    e: r- /f de una fi l' , ,

    1 '

    1

    nncc e una tlg'~,-raantropo oglca que aqul propongo -la ae a ma-

    dre extraviada, figura que causa espanto

    y

    rechazo social hasta extre-

    mos sorprendentes-. podremos explicamos cmo en esos casos se

    plantean demandas de actuaciones urgentes, tanto judiciales como

    psiquitricas, en las que el remedio parece ser peor que la enferme-

    dad. Perentoriarnente se reclama la inmediata separacin del nio de

    su madre, la internacin psiquitrica de sta ltima y la entrega del

    pequeo a algn organismo oficial,El asunto se vuelve ms desespe-

    rante pe.E'.

    0 '1

    entorno si el padre es incierto. desconocido o de condi-

    cin social humilde. El cuadro llega al paroxismo si, adems, se du-

    da de la respetabilidad de la mujer.

    sta es una consulta de urgencia que se presenta repetidamente

    en las salas de maternidad. Esnecesario realizar un minucioso traba-

    jo hasta juzgar que, dado el caso, las soluciones puedan llegar a ser

    otras que las que indica el sentido comn del lugar.

    Recuerdo el caso de una mujer que acababa de tener familia y to-

    dava estaba internada en el servicio de maternidad. De pronto, una

    noche, se la vio corriendo por la sala con un cuchillo en la mano en

    un estado de agitacin que alarm a todo elhospital. Por la maana

    piden la consulta psiquitrica con urgencia, Cuando llego todos ya

    tenan una posicin tomada. Neonatologa se llevara a la beba, la

    mujer debera ser :internada antes de que huyera con su hija, los otros

    f-

    ~ dos hijos que tena quin sabe dnde quedaran -tal vez en un hogar

    ~ de amas

    exterrias-.

    Sedeca que la visitaban dos hombres, quienes, al

    ; parecer, la hacan trabajar en cosas raras, pero no se saba s algu-

    ~ no de ellos era el padre de la criatura recin nacida. Uno de los hom-

    e

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    3

    LACA.l I,

    j.: El problema del estilo y la concepcin psiquitrica de las for- ~

    mas paranoicas de la experiencia , en: De la psicosis paranoica en sus rela- ~

    ciones con la personalida, Siglo Veintiuno editores, Bs. As 197. ~

    14

    Identidad de percepcin y de pensamiento son los trminos freudianos ~

    q;.le , a lo largo d

    sus

    cursos. Germn

    Carda viene

    trabajando como pola- 7

  • 7/25/2019 Belaga- La Urgencia

    40/40

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