Beato Sebastián de Aparicio -...

URNA,Platícame la historia de

Beato Sebastián

Urna del Beato Sebastián de Aparicio

En el Templo de San Francisco en la Ciudad de Puebla, México,

se encuentra la urna que guarda el cuerpo incorrupto del Beatoen espera de ser elevado a los altares.

Una plática amena entre un Curioso y la Urna, que nos permite conocer parte de su vida, valiéndonos de los grabados que van a su alrededor.

2009

Beato Sebastián de Aparicio

Curioso: Urna, platícame la historia de Beato Sebastián.

Urna: Con todo gusto, toma asiento, ponte cómodo y presta atención a esta fascinante historia.

Sebastián de Aparicio, nació en España, siendo el tercer hijo del matrimonio formado por Juan Aparicio y Teresa Prado, él fue el centro de la atención y cuidados de sus dos hermanas mayores, dando por descontado el gran cariño, los más grandes cuidados y atenciones y, sobre todo, la formación cristiana proporcionada por sus padres.

Cuando era niño, llegó a su pueblo una terrible epidemia y a todos los apestados los alejaban de los demás para que no los contagiaran.

Curioso: ¿los alejaban de su comunidad?

Urna: No solo de la comunidad sino de la familia misma. Desafortunadamente el pequeño Sebastián se enfermó y su mamá lo llevó a un lugar solitario aparte.

Pero aconteció algo extraordinario que dejó marcado para siempre a Sebastián.

Curioso: Cuéntame que pasó.

Urna: Que llegó una loba y al morderlo le provoco una hemorragia que milagrosamente le curó de la enfermedad.

Nació entonces en Sebastián un tal amor y entendimiento con los animales, que lo llevaron a tener una admirable influencia sobre ellos.

Curioso: Cuéntame más sobre Sebastián

Urna: Te platico rapidito algo más de su vida en el mundo, para concentrarnos después en su vida religiosa dentro de la Orden Franciscana en México.

Creció ayudando a su papá en las labores del campo y cuidando de los animales que formaban parte del patrimonio familiar, hasta que decidió probar fortuna en otras tierras.

Curioso: ¿Y cómo era Sebastián?

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Una loba muerde a Sebastián y, al lamer su herida, milagrosamente queda curado.


Urna: Sebastián era un joven interesado en aprender de todo, preocupado siempre por ayudar a los demás, aunque debo decirte un secreto acá entre nosotros.

Curioso: ¿Cual es ese secreto?

Urna: Que Sebastián era un analfabeta por no haber tenido oportunidad de asistir a la escuela.

Sin embargo trabajando en haciendas, con su interés y empeño realizo diferentes labores, que le permitieron ahorrar para dos fines.

Curioso: ¿Cuáles?

Urna: Proporcionarles a sus dos hermanas las dotes necesarias para que pudieran realizar cada una su matrimonio y tener recursos para emprender un nuevo reto en su vida.

Curioso: ¿Cuál reto?

Urna: Embarcarse para América cuando tenía 31 años de edad.

Curioso: ¿Y su pueblo y su Patria?

Urna: Pasaron a ser la Nueva España, convirtiéndose en un gran mexicano por todas sus obras.

Curioso: ¿Cuales obras?

Urna: Unas que muy probablemente ni te imaginas, ya que antes de su labor como religioso Franciscano fue el autor de grandes aportaciones para México.

Curioso: Haber, haber cómo está eso.

Urna: Las grandes extensiones de terreno baldío y la seguridad que daba la Real Audiencia a todos los españoles que quisieran residir en la ciudad, atrajeron a Sebastián y lo indujeron a dedicarse a las labores agrícolas en las que se había especializado.

Pero además, su amplia visión e ingenio natural de Sebastián, lo hicieron concebir la idea de construir el camino de Veracruz a México, para el transporte de mercancías en carretas construidas por el mismo.

El uso de las carretas nació en la ciudad de Puebla con las actividades de Sebastián de Aparicio en 1537, cuando terminó de fabricar sus primeras carretas de madera y tras vencer innumerables obstáculos como el de abrir caminos hasta alcanzar poblaciones como Huexotzingo, Texmelucan, Panotla, Tlaxcala y Calpulalpan para aventurarse hacia la ciudad de México y el puerto de Veracruz.

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Esas carretas fueron las primeras que, tiradas por toros o novillos, amansados por el propio Sebastián, iniciaron el transporte en México y resolvieron dos problemas fundamentales: el difícil transporte de mercancías, así como aliviar a los nativos de la Nueva España, los llamados “tlameme” o “tameme”, cuyo trabajo era de los más rudos al tener que transportar pesadas cargas sobre sus maltratadas espaldas, a distancias enormes, actividad que sería verdaderamente abrumadora para hombres que no estuvieran familiarizados con el oficio. Los cargadores eran considerados inferiores de categoría.

Bernal Díaz del Castillo dice que los caciques aportaban los tlamemes para el porteo dentro de su área de influencia, y que éstos trasportaban hasta el distrito siguiente en donde eran relevados.

Curioso: ¿Entonces, fue por Sebastián por quien se inició el uso de la carreta en México y por consiguiente se tuvieron que crear los caminos necesarios?

Urna: Exactamente

Curioso: ¿Fue todo lo que hizo?

Urna: No, después de algunos años, Sebastián se dirigió nuevamente a la Real Audiencia de México para pedir permiso de abrir un nuevo camino que traería prosperidad y progreso para todos.

Curioso: ¿Y ahora en donde?

Urna: Propuso Sebastián nada menos que abrir un camino desde la capital mexicana hasta Zacatecas, que empezaba a manar riqueza de sus entrañas, con lo que se integró el famoso camino de la plata.

Hoy en día se admira aún más la obra titánica de Sebastián, titánica por sus vastas y grandiosas proporciones, por que tubo que rellenar hondonadas, rodear montes, construir puentes de madera, llevar provisiones para sus trabajadores y, sobre todo, lograr la amistad con las tribus chichimecas, tristemente célebres por su ferocidad y canibalismo.

Curioso: ¡Qué gran proyecto!

Urna: Pero eso no es todo, sus cuadrillas de carretas recorrieron vastas extensiones, grandes y peligrosas distancias sin ser molestadas por los chichimecas y las mismas cuadrillas se convirtieron en refugio seguro para los pasajeros y, gracias también a los esfuerzos de Sebastián, los pequeños poblados incrementaron considerablemente su población, como ocurrió con la ciudad de Querétaro.

Curioso: Ya me doy cuenta de que además del transporte de carga también transportaba pasajeros.

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Urna: Así es, fue agricultor, ganadero, ingeniero, constructor, transportista y sobre todo un gran maestro para todos los que lo rodeaban y, desde luego, un maravilloso benefactor y todos estos atributos contenidos en una persona simple y humilde.

Curioso: No me digas que después se siguió con más caminos

Urna: Claro que no, ya en 1552, después de diez y ocho años de haber entregado lo mejor de sus fuerzas para abrir caminos y fomentar el comercio en México, Sebastián decidió dejar esta actividad y sus ganancias las utilizo para adquirir unas propiedades en las afueras de la capital mexicana, entre Azcapotzalco y Tlalnepantla.

Curioso: Ya me imagino cómo se retiró a vivir de sus rentas el resto de su vida.

Urna: No, no pasaba por su mente tal cosa, ahora Sebastián inició unos nuevos proyectos agrícolas y ganaderos que trajeron beneficios para muchas más personas, ya que sus haciendas eran unas escuelas prácticas, donde aprendían los nativos nuevas formas de labranza. Su hogar se convirtió también en asilo seguro donde los pobres y menesterosos encontraban no sólo refugio, sino el pan diario y consejos para amar la vida y el trabajo y aprender las virtudes cristianas, que Sebastián no dejaba nunca de ejercitar.

Curioso: ¿Y de su propia persona cómo se preocupaba?

Urna: Todo lo que le interesaba era ayudar al prójimo, al grado de contraer matrimonio únicamente por ayudar a unas familias pobres, habiendo rechazado otros matrimonios ventajosos en donde los vecinos con miradas codiciosas solo prestaban atención a su riqueza.

Después de enviudar en dos ocasiones y a pesar de la vida ejemplar que llevaba Sebastián, no le faltaron dificultades y pruebas que soportó cristianamente hasta que una enfermedad que lo puso a un paso del sepulcro, lo hicieron reflexionar sobre la conveniencia de seguir fielmente y más de cerca las enseñanzas de Jesucristo y de su siervo el padre San Francisco de Asís, por lo que decidió desprenderse de la fortuna que a lo largo de su vida había acumulado y empezó a meditar cómo servir más perfectamente al Señor y alcanzar con menos peligros su salvación eterna.

Curioso: ¿Y ahora que fue lo que hizo?

Urna: Que después de escuchar los consejos de su confesor y siguiendo el llamado latente en su corazón desde su niñez, vendió todos sus bienes entregando parte de sus recursos a los pobres y el resto a las Hermanas del

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Fray Sebastián meditando sobre las virtudes de San Francisco de Asís


Convento de Santa Clara y, meditando sobre las virtudes de San Francisco de Asís, como su obediencia, su pobreza, su amor a la Pasión del Señor, su amor hacia todas las criaturas del mundo por ser obras de Dios; decidió remontar su alma a una entrega cada vez más perfecta en las manos de la Madre de Dios, cuyo rosario traía siempre consigo y devotamente recitaba varias veces al día.

Curioso: ¿Entonces que pasos dio para lograrlo?

Urna: Que contando ya con setenta y un años de edad, ingresó en el convento de San Francisco de México, donde tomó el hábito y profesó a los 73 años de edad, el 13 de junio de 1575 recitando esta solemne fórmula que dice:

“Yo, fray Sebastián de Aparicio, hago voto y prometo a Dios vivir en obediencia, sin cosa alguna propia y en castidad, vivir el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, guardando la Regla de los frailes menores”.

y después tenía que firmar en el Libro de Actas, pero… sabes una cosa . . .

Curioso: ¿Qué cosa?

Urna: Que recibió una ayudadita de otro religioso, te acuerdas que te platiqué que era analfabeta, pues ese religioso firmó por él.

Curioso: ¿Y luego?

Urna: Que apenas habían pasado unos dos meses de su profesión, cuando la obediencia le mandó al convento de Tecali, donde había necesidad de un hermano que cuidase de la cocina, portería y huerta pequeña.

Los religiosos admiraron la virtud del humilde Hermano Lego, que atendía todos los menesteres del convento con alegría y prontitud;

Curioso: ¿No le afectaba su avanzada edad?

Urna: Pues si le afectaba, no lo demostraba.

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Fray Sebastián trabajando en la huerta


Curioso: ¿Cuánto tiempo desempeño estas labores?

Urna: Estuvo poco tiempo en aquel lugar, pues recibió nuevas órdenes de trasladarse al convento de Las Llagas de Nuestro Seráfico Padre San Francisco de Puebla de los Ángeles.

Partió al punto con la misma alegría y contento que había manifestado y, llegado que hubo, le encargaron de un oficio por lo demás penoso y duro, tomando en cuenta su avanzada edad: el de limosnero.

Con su acostumbrada alegre obediencia tomó sobre sí el nuevo cargo.

Curioso: ¿Qué fue lo que hizo entonces?

Urna: Recorrer la extensa campiña de Puebla en busca de alimentos y demás provisiones, que serían el sustento de más de cien religiosos que moraban en ese convento.

Pidió de limosna algunos toros y con sus conocimientos y experiencia construyó nuevamente carretas, que fueron sus inseparables compañeras hasta los últimos días de su vida.

Tiraba su viejo manto sobre el suelo y dormía debajo de las carretas sin importarle que lloviera, hiciera frío o cayera nieve.

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Fray Sebastián con sus inseparables compañeros, la carreta y los toros.

Fray Sebastián recibiendo nuevas ordenes


Curioso ¿Cómo le hacía para no fallarle a nadie?

Urna: La sencillez de su corazón le abría caminos nuevos en la vía de la santidad.

Todo lo veía a través de su «fe de acero», como solía repetir, y su preocupación era «no perder a Dios de vista».

Por amor a Dios llevó a cabo hasta los mínimos actos de su vida religiosa y Dios le premió con favores inauditos.

Curioso: ¿Como cuáles?

Urna: Por ejemplo, en la ciudad de Puebla repartía sigilosa y caritativamente limosnas a familias pobres y jamás el convento notó que les faltara lo necesario.

Por ello la sencillez de Fray Sebastián pasó a ser su distintivo.

Esto no era más que el fruto precioso de su amor a Dios y de su obediencia inmediata a las órdenes de sus superiores.

Urna: ¿Sabes que le pasó en Cholula?

Curioso: No.

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Fray Sebastián llevando ayuda a los pobres

La Providencia Divina siempre lo socorría


Urna: Pues que en una fiesta en que se celebraba a la Virgen María, llegó fray Sebastián al convento de Cholula en el momento de la comunión y se acercó a comulgar.

Después al estar dando gracias, se le apareció la Virgen.

Curioso: ¿y qué pasó?

Urna: Que el padre Sancho de Landa se le interpuso y fray Sebastián le dice: «Quitaos, quitaos, ¿no veis aquella gran Señora, que baja por las escaleras? ¡Miradla! ¿No es muy hermosa?».

Pero el padre Sancho al no ver nada le dice: «¿Estás loco, Sebastián?... ¿Dónde hay mujer?»...

Luego comprendió el padre Sancho que se trataba de una visión del Santo Hermano.

Curioso: Cuéntame más

Urna: Ya te platique que desde niño tuvo un gran dominio sobre los toros y animales indómitos.

Cierto día, el superior le ordenó acarrear piedra del río –que pasa cerca del convento– sobre un mulo que nadie había podido domar, pero ni siquiera acercarse a él.

Fray Sebastián fue al bruto animal y le dijo que era menester trabajar.

El antes salvaje y rudo mulo a las palabras del fraile dócilmente se sujetó.

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La Virgen se le aparece a Fray Sebastián.

El dominio de Fray Sebastián sobre los animales


Curioso y ahora creyente: Cuéntame si alguien le ayudaba

Urna: Desde luego que no andaba solo. Deja platicarte. Hubo una ocasión en la que el Padre Guardián le ordenó que fuera por madera al monte de La Malinche, distante unos 25 kilómetros de la ciudad de Puebla.

Cuando ya estaba cargada la carreta, se le rompió el eje de una rueda. Sin embargo Fray Sebastián no dudó en emprender el camino en esas condiciones desastrosas.

Y como en ese lugar y momento no había remedio humano y material disponible, invocó a San Francisco de Asís, y la carreta siguió rodando como antes. Una persona toda asombrada le dice al ver la escena: «Padre Aparicio, ¿qué diremos de esto?», le contesta

simplemente: «Qué hemos de decir, sino que mi Padre San Francisco va teniendo la rueda para que no se caiga»

Apenas había llegado al convento y se disponía a componer la carreta, el Padre Guardián le ordenó que fuera a Tepeaca, distante unos 36 kilómetros, para traer unas limosnas.

Curioso-Creyente: Pero si la carreta estaba descompuesta…

Urna: A fray Sebastián no le importo eso y obedeció inmediatamente. Tomó su carreta, que de hecho no tenía más que una sola rueda servible, y así fue y regresó sin lamentar cosa alguna.

Por cumplir la obediencia, Dios obró el prodigio de que la carreta cargada de leña y el mismo Fray Sebastián volaran sobre la barranca de Quautzazaloyan (hoy en día: Barranca de los Pilares), obstruida en aquellos momentos por otras carretas descompuestas.

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Un vuelo milagroso

La carreta descompuesta


Curioso-Creyente: ¿Cuantos años trabajó ayudando a todo mundo?

Urna: Veinticuatro años, sirviendo al convento como limosnero, hasta que oyó la voz de Dios que lo invitaba a descansar en su reino.

Curioso-Creyente: ¿Cómo murió?

Urna: Sucedió que el día 20 de febrero de 1600 fue atacado por fuertes dolores de una hernia que por muchos años lo había martirizado y cinco días después, se tiro en el suelo y así esperó a la «Hermana Muerte Corporal» con toda la alegría de su espíritu.

Pidió a sus HERMANOS RELIGIOSOS que rezaran el credo y cuando decían: "Creo en la resurrección de los muertos y en la vida eterna"... se quedó muerto.

Eran las ocho de la noche del día 25 de febrero del año 1600 cuando entregó su espíritu en las manos del Señor.

Apenas muerto, los prodigios se multiplicaron y su fama de santo continúa constante hasta hoy día sin cesar.

Su cuerpo quedó incorrupto y despidiendo un aroma exquisito, que todavía en ciertas ocasiones se percibe.

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Se acercaba la hora de descansar en el Reino Celestial

La muerte de Fray Sebastián de Aparicio


Curioso y Devoto: URNA, que gran dicha la tuya el contener a tan gran benefactor de los desamparados, cuya aportación para el Pueblo Mexicano a través del tiempo es incalculable y que inclusive sin darnos cuenta es parte de nuestra cultura (la charrería) y costumbres (las ofrendas de muertos).

Gracias por platicarme parte de la historia de Beato Sebastián de Aparicio.

Urna: Veo con una enorme satisfacción que inicie mi plática con un Curioso que pasó a ser un Creyente y terminó siendo un Devoto de Beato Sebastián de Aparicio.

Urna: Te pido un favor,

Curioso-Devoto: Con todo gusto, ¿Qué deseas?

Urna: Divulga su historia, para que más personas conozcan su gran obra en México, promueve la oración por su canonización y . . .

Curioso-Devoto: ¿Qué más, qué más?, dímelo, no te lo guardes

Urna: Que también den a conocer los favores recibidos por su intercesión para que se llegue el día en que sea elevado a los altares y pase a ser San Sebastián de Aparicio.

Curioso-Devoto: Cuenta con ello y nuevamente Gracias

Urna: Por nada, Paz y Bien

Curioso-Devoto: Paz y Bien

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Rumbo a la santidad

En espera de un milagro de primer orden se encuentra la Comunidad Franciscana y los devotos del Beato Fray Sebastián de Aparicio para que la Iglesia Católica lo inscriba en el Canon de los Santos Universales.

Para que Fray Sebastián de Aparicio tenga veneración no solo en España y México, se necesita de un milagro tal que llene las exigencias canónicas para poder llevar a todos los altares del mundo al misionero franciscano.

Si Dios te ha concedido un favor extraordinario por intercesión del Beato Fray Sebastián o a alguna otra persona, comunícalo cuanto antes al padre vicepostulador de la causa, Fray Guillermo Rodríguez Rico a la dirección: Parroquia San Juan Bautista. Parque Centenario 8. Col. Coyoacán Centro, México D. F., C. P. 04000 o al teléfono: 01 55 5659-8282.

En resumen estos son las normas que se piden para la Canonización de un Beato.

I. ¿QUÉ ES UN MILAGRO?

El milagro es un hecho sensible y extraordinario que supera las leyes de la naturaleza. El milagro supone una intervención especial y gratuita de Dios, que puede ser solicitada a través de la oración y de la intercesión de algún Siervo de Dios. Y es también un signo o manifestación de un mensaje de Dios y un llamado a la conversión.

Los Teólogos distinguen tres clases de hechos milagrosos:

a. El que supera las fuerzas de la naturaleza, es decir un hecho que lanaturaleza no puede realizar (convertir el agua en vino, como en las Bodas de Caná).

b. El que supera las fuerzas de la naturaleza por el sujeto en que se realiza(la resurrección de un muerto). La naturaleza es capaz de generar vida, pero no en un muerto.

c. El que supera las fuerzas de la naturaleza quoad modum (en cuanto al modo). La naturaleza puede curar, pero nunca lo hace de manera instantánea.

II. LAS NORMAS DE LA IGLESIA CATÓLICA

La legislación pide que tanto para la beatificación como para la canonización, se compruebe a través de un proceso el presunto milagro realizado después de la muerte del Siervo de Dios.

El milagro para la canonización debe haberse realizado después de la beatificación del Siervo de Dios.

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III. LA SELECCION DE LOS SUPUESTOS HECHOS MILAGROSOS O PRESUNTO MILAGRO

Con frecuencia las personas atribuyen a algún Siervo de Dios o Beato hechos milagrosos, o ponen el aspecto prodigioso en favores o gracias que no pueden ser presentados como milagros. Se debe proceder con cautela y prudencia en esta materia.

La Iglesia no admite los milagros de orden moral (conversión de un pecador, el abandono de un vicio, la pacificación de una familia, etc.). La Iglesia sólo admite los milagros de orden físico y, en su mayoría, los que se refieren a curaciones inexplicables después de la invocación de un Siervo de Dios o de un Beato.

IV. PARA DOCUMENTAR LA CURACION

Estos son los pasos para iniciar formalmente una investigación diocesana a través de un proceso jurídico sobre una presunta curación milagrosa:

1º Pedir a la persona curada (a los padres si se trata de un niño o niña), una Relación Escrita muy detallada con nombres y fechas en las que se indiquen:

a. Síntomas de la enfermedad.b. Diagnóstico y pronóstico de los médicos.

c. Terapias aplicadas, chequeos médicos en su estado anterior y después de la curación.

d. Desarrollo y evolución de la enfermedad, empeoramiento o mejoría.

e. A quién se encomendó el enfermo o a quién lo encomendaron los que oraron por él, es decir, la intercesión que se imploró.

f. Si la curación fue instantánea o progresiva, completa, perdurable e inexplicable.

g. Testimonios escritos de quienes hayan estado cercanos a la persona curada durante el tiempo de la enfermedad: enfermeras, familiares, amistades, maestros, amigos, etc.

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Oración por la Canonización de Beato Sebastián de Aparicio

Oh Dios mío cuya bondad y poder se manifiestan admirablemente en la vida de tus siervos, con todo mi corazón te pido hagas sea elevado a la suprema glorificación de los altares al bienaventurado SEBASTIAN DE APARICIO, cuya vida sobre la tierra estuvo consagrada a tu servicio y amor, para tu mayor honra y exaltación de tu Nombre. Te pido esta gracia por mediación de la Santísima Virgen, dispensadora de todas las gracias.

Padre nuestro y Ave María.

Oración de los conductores

¡Oh bienaventurado Sebastián de Aparicio, protector de los conductores de vehículos! Te pido que protejas a los choferes y carreteros para que con mano firme y vista segura conduzcamos el vehículo para no herir a nadie en su camino. Enséñanos a manejar con el cuidado debido y alcánzanos en cada viaje las bendiciones de Dios para que con dignidad cristiana y alegría venga a ser signo de nuestro viaje al cielo, Por Cristo Nuestro Señor, Amén.

Oración por los enfermos

Oh Jesús, tú que dijiste "cualquier cosa que pidáis al Padre en mi nombre se os concederá", humildemente te lo suplico, que por intercesión de tu siervo el Beato Sebastián de Aparicio, me concedas el alivio de esta enfermedad… si ha de ser para bien de mi alma y tu mayor gloria, Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

(Aprobada por el Excmo. Arz. de Puebla, 28-2-74).

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Aportaciones a la cultura y tradiciones en MéxicoEs bien sabido que fue San Francisco de Asís quien inicio la práctica de colocar los nacimientos de Navidad, pero sabía usted ¿quién inicio las Ofrendas del día de muertos y la Charrería?

Ofrendas de muertos

Lo pagano con lo religioso se unen en Mixquic el Día de Muertos, como ya es una tradición desde la época prehispánica, hecho que describió el “Soldado Cronista” español, Bernal Díaz del Castillo, y donde las velas, los cirios y veladoras convierten al cementerio local en un gran “jardín de fuego”.

Bernal Díaz del Castillo, en su libro “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” narra con lujo de detalles y mucho respeto ese acontecimiento.

El llamado “Soldado Cronista” se quedó maravillado de todo lo que veía en Mixquic y que se refería a esa fúnebre evocación.

Se dice que la costumbre de hacer las ofrendas de muertos en México la inició el Beato Sebastián de Aparicio en 1563, en la Hacienda de Careaga, que se localizaba en Azcapotzalco,en la Ciudad de México.

Según cuenta el Cronista de la Delegación Azcapotzalco, José Antonio Urdapilleta, fue en la hacienda de San Nicolás Careága, —donde hoy se erige la unidad habitacional El Rosario, la más grande de América Latina—, donde el Hacendado nacido en Galicia, España, Sebastián de Aparicio, fusionó el ritual prehispánico de los trabajadores tepenecas, con la religión católica.

El primer altar puesto en México por Sebastián de Aparicio, fue bautizado con el nombre de “fieles difuntos” y para cristianizarlo, colocó una cruz de veladoras encendidas y una cruz confeccionada con pétalos de cempazúchitl. Así se acostumbra desde aquel tiempo y lo que se admira de las ofrendas desde entonces es su magnificencia, su misticismo y su arraigo mexicano de generación en generación.

Debido a que era muy conocido por su habilidad para amaestrar caballos y por abrir caminos hacia Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas, el culto que el terrateniente impulsó se difundió hacia la zona de Tacubaya, Mixcoac, San Ángel, Tlalpan y Coyoacán.

En la actualidad muchas familias solamente recuerdan y celebran con plegarias a las almas de los que ya partieron, sin conocer o tener presente el origen de dicha celebración.

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Nacimiento de la Charrería

Los terratenientes, que eran españoles, obtuvieron autorizaciones para que los indios a su servicio pudieran montar a caballo. Los indígenas tuvieron que adaptar aparejos, aperos e indumentarias especiales para tal efecto. Los materiales empleados fueron los mismos de los que disponían antes de la llegada de los conquistadores, agregando otros de lana y de origen europeo. Las fibras naturales como la lechuguilla o el maguey sirvieron para hacer cuerdas y reatas. Las pieles de venado para confeccionar pantalones resistentes.

Así con estos materiales accesibles a sus manos y a su propia inventiva surgió un estilo de indumentaria que, con el tiempo conformó lo que hoy es el atuendo del charro mexicano.

Algunos dicen que el pionero de la charrería fue el cacique chichimeca Nicolás Montañéz, quien se alió con el virrey Velasco I en las luchas por la conquista de Querétaro en el siglo XVI.

Otros sostienen que el Beato Sebastián de Aparicio (años 1531-1555) es el Verdadero Padre de la Charrería, inclusive hay una corriente importante entre los charros, sobre todo en Puebla, que lo defiende ya que él obtuvo la autorización para que los indígenas, en sus haciendas de Azcapotzalco y Tlalnepantla, montaran y realizaran faenas camperas a caballo, pues montar a caballo les estaba vedado bajo pena de muerte. Fue él quien se encargó de instruirlos en la fabricación del equipo y atuendos hasta conformar el actual traje charro, y de igual manera en los secretos de montar, en el cuidado del ganado caballar y bovino, así como en el arte de lazar, herrar y demás faenas camperas, las que pasaron del campo y las haciendas a las ciudades y constituyeron el único y auténtico deporte nacional.

La Charrería, “a la altura de arte” es la tradición y cultura y da al mexicano identidad e integración nacional.

A partir del ejemplo de Sebastián, los otros hacendados españoles gestionaron autorizaciones para que los indígenas a su servicio utilizaran el caballo tanto como medio de transporte como auxiliar eficaz en la atención del ganado, en lo que los caporales y vaqueros resultaron por demás diestros, con lo que la ganadería prosperó y floreció en todo el territorio nacional.

Las grandes haciendas poseían ganado mayor, los vaqueros y caporales, para atender su trabajo, empezaron a desarrollar destrezas que posteriormente se convirtieron en actividades divertidas y de lucimiento en las que los vaqueros mostraban sus habilidades para lazar o colear al ganado.

La charrería, con el tiempo, pasó de ser una labor rural local a un arte nacional, que se extendió en todo el territorio de la Nueva España.

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OJUELOS DE JALISCO

El 31 de diciembre de 1977 se adoptó oficialmente el escudo de armas de Ojuelos

En el blasón se plasmó el pasado, presente y futuro de Ojuelos. Está dividido en cuatro campos que presentan: en la parte superior derecha una llanura con tres ojos de agua (característica que dio origen al nombre de la población) y un monte al fondo.

En la parte inferior derecha se ve el lento pero decidido caminar de un monje, que hace alusión a la figura de Fray Sebastián de Aparicio, uno de los fundadores de la población.

En el ángulo superior izquierdo aparece una fracción de “Las Corraletas”, antiquísima fortificación construida para servir de descanso y refugio a las diligencias que transportaban minerales de Zacatecas a la ciudad de México, y que constantemente eran asaltadas por los indomables

chichimecas. En el último cuadro aparece la figura de un nopal, que es la planta característica de la semiárida región.

Alrededor de éstas cuatro escenas se aprecia la leyenda: “MIS HOMBRES ME LLEVAN AL PROGRESO CON SU ESFUERZO E INTELIGENCIA”.

A la derecha del blasón asoman las cabezas de una vaca y una cabra y al lado izquierdo está una milpa, símbolos de la ganadería y la agricultura, sostenes económicos del municipio.

Al pie del escudo aparece la leyenda: OJUELOS DE JALISCO.

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Bibliografía

Artículos publicados de: Fray Juan Escobar OFM, Fray Gaspar Calvo OFM y Obra de Las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María

Publicados en: Catholic.net

Coordinación y Supervisión:Fray Guillermo Rodriguez OFM Vicepostulador de la canonización del Beato Sebastián yFray Andrés Limón OFM, auxiliar.

Compilación, Ensamble, Samuel Luévano MTextos-Dialogo y Diseño:

Datos complementarios: Con fotografías de: Marcelino Santa Bárbara L Ilustraciones: Grabados en la Urna donde se encuentra el cuerpo

incorrupto de Beato Sebastián de Aparicio.

Año 2009 Paz y Bien

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Convento de San FranciscoBoulevard Héroes del 5 de Mayo esquina 14 Oriente

Puebla, Pue.MEXICO

2009

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