Basta de fabricar ropa

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74 BACANAL MAYO 2012 A fines de los años 90, el diseñador de ori- gen malinés Xuly-Bët recorría mercados de pulgas franceses, llevaba el botín a su taller, estampaba trajes usados con un logo gigante de su marca, desarmaba vestidos occidentales y los reconstruía con impronta africana. En 2003, en una casa funeraria de Nueva York, hacía su primer desfile la firma Imitation of Christ, con Chloë Sevigny como directora creativa, y la misma idea de resucitar ropa de cotolengos con deconstrucción, graffiti, ensamblados, navajazos… Ahí, cuenta el libro Fashion Now, de Taschen, “un histérico Fashion Wire Daily gritó: ¿Es la muerte de la moda?" Pero nadie se murió ni se fundió por esta tendencia que entonces arrancaba. El Pos vintage. Un poco por reciclado ecológico, otro por fetichismo, otro por la revalorización de la ropa antigua, por el gusto por la deconstrucción, o por el auge del hágalo-usted-mismo, sigue cre- ciendo la onda expansiva de prendas de segun- da mano rescatadas, reformuladas y puestas en valor. Lo que hace una década era una curio- sidad para pocos, ahora va dejando su etique- ta de experimental y toma nuevos espacios. Diseñadores y particulares se resisten a dejar morir la ropa y los materiales usados. MODA BASTA DE FABRICAR ROPA Pos Vintage ECOLOGIA, FETICHISMO Y DISEñO DE AUTOR SE UNEN PARA RECUPERAR PIEZAS PERDIDAS EN COTOLENGOS Y DEPOSITARLAS, COMO NUEVAS, SOBRE LAS PASARELAS ACTUALES. TEXTO SILVANA MORENO moda En la última New York Fashion Week, el espa- ñol Miguel Adrover reapareció después de una década fiel a sí mismo, con ropa reciclada de su propio ropero. Un abrigo de piel de McQueen se hizo falda hasta el piso, varias camisas esco- cesas se aliaron para un vestido muy country, algunos guantes fueron a parar a los zapatos, una capa de lana de su abuela se volvió vestido, y resulta que un par de blazers quedan muy bien como faldas. “Un día abrí mi armario, vi mi ropa y casi me puse a llorar. Tras haber estado con mis amigos de Cuba y Egipto, felices con tan poco, me sentí triste. Y dije: ‘Me niego a comprar telas, me niego a usar máquinas de coser y me niego a hacer moldería. Tengo que encontrar una manera distinta de trabajar y hacer algo nuevo”, le confió el diseñador espa- ñol Miguel Adrover a Women’s Wear Daily, la 2 1

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Ecología, fetichismo y diseño de autor se unen para recuperar piezas perdidas en cotolengos y depositarlas, como nuevas, sobre las pasarelas actuales

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A fines de los años 90, el diseñador de ori-gen malinés Xuly-Bët recorría mercados

de pulgas franceses, llevaba el botín a su taller, estampaba trajes usados con un logo gigante de su marca, desarmaba vestidos occidentales y los reconstruía con impronta africana. En 2003, en una casa funeraria de Nueva York, hacía su primer desfile la firma Imitation of Christ, con Chloë Sevigny como directora creativa, y la misma idea de resucitar ropa de cotolengos con deconstrucción, graffiti, ensamblados, navajazos… Ahí, cuenta el libro Fashion Now, de Taschen, “un histérico Fashion Wire Daily gritó: ¿Es la muerte de la moda?" Pero nadie se murió ni se fundió por esta tendencia que entonces arrancaba. El Pos vintage.

Un poco por reciclado ecológico, otro por fetichismo, otro por la revalorización de la ropa antigua, por el gusto por la deconstrucción, o por el auge del hágalo-usted-mismo, sigue cre-ciendo la onda expansiva de prendas de segun-da mano rescatadas, reformuladas y puestas en valor. Lo que hace una década era una curio-sidad para pocos, ahora va dejando su etique-ta de experimental y toma nuevos espacios. Diseñadores y particulares se resisten a dejar morir la ropa y los materiales usados.

moda

BASTA DE FABRICAR ROPA

Pos Vintage

Ecologia, fEtichismo y disEño dE autor se unen para recuperar piezas perdidas en cotolengos y depositarlas, como nuevas, sobre las pasarElas actualEs.

texto Silvana Moreno

moda

En la última New York Fashion Week, el espa-ñol Miguel Adrover reapareció después de una década fiel a sí mismo, con ropa reciclada de su propio ropero. Un abrigo de piel de McQueen se hizo falda hasta el piso, varias camisas esco-cesas se aliaron para un vestido muy country, algunos guantes fueron a parar a los zapatos, una capa de lana de su abuela se volvió vestido, y resulta que un par de blazers quedan muy bien como faldas. “Un día abrí mi armario, vi mi ropa y casi me puse a llorar. Tras haber estado con mis amigos de Cuba y Egipto, felices con tan poco, me sentí triste. Y dije: ‘Me niego a comprar telas, me niego a usar máquinas de coser y me niego a hacer moldería. Tengo que encontrar una manera distinta de trabajar y hacer algo nuevo”, le confió el diseñador espa-ñol Miguel Adrover a Women’s Wear Daily, la

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publicación estadounidense especializada. Y no hace falta ser diseñador para encar-

garse de estas cosas: producto de una compra precipitada, aunque pasaban los años, cierto chaleco de jean sin gracia seguía sin uso en el mismo lugar del ropero. Y, dada su condición de básico, jamás llegaba la decisión de regalar-

lo, porque un chaleco de jean podría usarse en cualquier momento… El chaleco convivía en el cajón del no-se-sabe con un suéter azul con rayas blancas, muy skater de los 90, ahora muy corto y al cuerpo, que se mantenía impecable, carga-ba buenos recuerdos y podría servir para ir de vacaciones a Cabo Polonio, pero… En un caso así, el mash-up opera milagros. Las mangas del suéter pueden coserse al chaleco, mientras que el resto queda ideal para capucha y forro para los botones. Lista la camperita amorosa y usable.

Otro caso post-vintage: un vestido Jackie de Guy Laroche, la firma francesa de prêt-à-porter de lujo, con canesú bordado con miles de canutillos, se vuelve mucho más amigable y 2012 cuando las tijeras separan el canesú y lo transforman en chaleco glam rocker, si es que se usa con el cierre para adelante, chaleco. Con el cierre en la espalda, siguiendo los dictados del diseño original, será un top soñado.

reciclarEn Buenos Aires, más o menos para la misma época, la diseñadora Prisl hacía cosas raras en

“Me niego a coMprar telas, Me niego a usar Maquinas de coser y Me niego a hacer Molderia. tengo que encontrar una Manera distinta de trabajar y hacer algo nuevo.” (Miguel adrover).

el subsuelo de la galería Bond Street. Después, en Palermo, en el local que compartía con el restaurante Krishna, colgó y vendió faldas cam-pesinas con volados hasta el piso hechas con ropa del ejército. Pero hoy no se sabe mucho de ella a nivel público.

Ahora, por estas latitudes, el abanderado de este asunto es la firma 12-NA (www.12-na.com.ar). Los argentinos Mechi Martínez y

1 Cosecha Vintage. 2 Silvana Romero . 3 y 5 12-Na. 4 y 6 Bandoleiro.

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Datos utiles12-NA: a pedido, [email protected]: Fire Walk With Me, Arce 941, y www.bandoleiro.com.ar.Baumm: en Puntos en el Espacio, Perú 979, Tienda Capital, Honduras 4958, Santo Grial, Elcano 3051 y www.baumm.com. Carro: Fire Walk With Me, Arce 941 y www.ensamblecarro.com.ar. Cosecha vintage: Quintana 48, www.cosechavintage.com.arSilvina Romero: Tiendamalba, Figueroa Alcorta 4315; Condimentos, Honduras 4874; Oxdans, Libertador 486, y hay más locales en www.silvinaromero.blogspot.com.ar.Tota Reciclados: www.totareciclados.com.arEl camarín, Galería Promenade, Alvear 1883 local 22, blog.elcamarin.com.

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Mariano Breccia viven en Chile, pero la onda expansiva los trajo a Buenos Aires, donde venden a pedido, y llegó hasta Japón, donde exportan el 80% de su producción. “Nuestro público se compone en su mayoría de gente ligada al arte y la creatividad en general, y sobre todo jóvenes”, cuenta Breccia. Lo de clientes jóvenes será porque visten a músicos como la chilena Javiera Mena y los Illya Kuryaki, para su regreso. Pero a partir de su última colección, se sumaron clientes mayores. Será por el diseño de ponchos y los materiales más autóctonos. “En cualquier caso, se trata de consumidores responsables. Estamos dándonos cuenta de que cada vez hay más gente con conciencia sobre el consumo desmedido”, cuenta Breccia.

En su manifiesto, los 12-NA hablan de “la evolución a través de la sustentabilidad y el reciclaje como medio de expresión”. Un

buen ejemplo, Kusiclos, la última colección, una síntesis entre el Kusillo, personaje míti-co aymará, y el ciclismo urbano. Además de ponchos, hay vestidos con faldas a cuadros y canesú hecho de remeras con inscripciones, camisas con un estampado a la derecha y otro a la izquierda, pantalones hechos vestido stra-pless… Creativo pero de riesgo, eso sí. “Las prendas que hacemos tienen una carga muy fuerte, así que recomendamos no vestirse así de pies a cabeza. Lo mejor es una prenda usada con básicos”, sigue Breccia. También aconsejan, por supuesto, reciclar todo por uno mismo, y en su canal de Vimeo (http://vimeo.com/user4035151/videos) esperan varios tutoriales desinteresados.

reducir“Creo que hay un exceso de producción de

indumentaria, se hace mucho más de lo que el mundo puede comprar. Por mi trabajo viajo mucho entre Estados Unidos, Europa y Oriente, y varias veces quedé impresionado con la cultura de las tiendas por departamento, esos salones gigantescos atestados de perche-ros, donde pareciera que la ropa se reproduce a sí misma. En algún momento todo va a parar a estos galpones, y hay superpoblación de ofertas que nadie va a comprar”, cuenta el diseñador Mariano Toledo desde Chile, donde trabaja desde hace seis meses para la firma Dimensión Azul. Y sigue con el relato de una anécdota que le pasó en Miami, en el Aventura Mall: “Iba paseando y a lo lejos vi un vestido increíble, estampado con flores gigantes. Me acerqué y era de la última colección de Jil Sander, pero estaba mezclado con saldos de Juicy Couture y marcas muy rascas, en una liquidación anó-

1 Sr Amor. 2 Cosecha Vintage. 3 Bandoleiro.

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nima. Ahí supe que el valor que el sistema de la moda le otorga a una prenda de diseño dura poquísimo.”

Toledo volvió a pensar en el asunto cuando lo convocó el proyecto de marca Sr. Amor, que por el momento no pasó de su fase de campaña. Desarrollada por la agencia de publicidad JWT Argentina, desde 2010 vienen convocando a diseñadores argentinos reconocidos y no tanto para que reciclen ropa del Ejército de Salvación. Así, con rediseños de Toledo, 12-NA, Pablo Ramírez, AY not Dead (camisas masculinas con aplicaciones de vinilo y flock, puestas al revés y anudadas en la espalda), Hermanos Estebecorena (sacos con solapas encimadas de inspiración Viktor & Rolf ), y muchos otros, el proyecto se presentó con grandes eventos en Ciudad Cultural Konex y La Rural, estuvo cua-tro veces sobre la pasarela de BAFWeek. Eso sí: la ropa no se consigue y espera guardada en algún lugar hasta un futuro remate benéfico. Pero puede verse en www.sr-amor.com.ar.

Los resultados positivos, por ahora, pasan por otro lado. Según cuenta el Mayor Miguel del Bello, Director del Ejército de Salvación, en el corto Caso Sr. Amor, de la agencia JWT: “A partir de Sr. Amor, el Ejército de Salvación sumó el doble de unidades encargadas de reco-

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“es buenisiMo que cada vez haya Mas diseñadores que trabajen sobre prendas vintage, sobre todo por el rescate de los buenos Materiales. es ir tras las cosas en extincion.” (pablo raMirez).

lectar donaciones. Los llamados con Sr. Amor aumentaron un 20%. La calidad de la merca-dería y cantidad de donaciones en un 25%, y un 30% en ventas. Hemos visto un crecimien-to en nuevos públicos, donde el 60% responde a gente joven de entre 20 y 35 años”.

reusarTambién convocado por Sr. Amor, Pablo Ramírez donó su tiempo, sus diseños, y fue al depósito de Pompeya del Ejército de Salvación, en Sáenz 580, eligió prendas para reciclar y, a diferencia de otros diseñadores involucrados en el proyecto, todo su trabajo fue auténticamen-te vintage. “Me gusta que las prendas recicladas tengan huellas de una vida anterior”, explica. Así, se llevó una bolsa de consorcio con ropa a su estudio, analizó con cuidado qué podía servirle realmente, y con su equipo lavó todo a mano, desarmó, planchó, volvió a apoyar todo sobre una mesa de corte, estudió la moldería y empezó con la transformación. De un blazer de terciopelo, por ejemplo, salió una capa muy Ramírez. De unas camisas, unos tocados.

“Es buenísimo que cada vez haya más dise-ñadores trabajen sobre prendas vintage, sobre todo por el rescate de los buenos materiales. Es ir tras las cosas en extinción. En la galería

1 Carro. 2 12-Na. 3 Bandoleiro.

Quinta Avenida y en Juan Pérez se consiguen muy buenas piezas”, indica Ramírez. Mientras tanto, las marcas que ya hacen del post-vintage su sello se multiplican. Aquí, algunas firmas:• Carro: con jeans, sastrería y corbatas en desu-so hacen maravillas de bolsos y carteras, increí-bles las mochilas.• Baumm: bolsos hechos con descarte de car-teles y lonas publicitarios.• Silvina Romero: la chica va revolviendo containers ubicados en el barrio de Once, y rescata cantidad de hilados para teñirlos, tejer-los, recortarlos y coserlos para convertirlos en bijouterie y accesorios que también se exponen en museos y galerías de varios continentes.• Tota Reciclados: accesorios con lo que a uno se le ocurra, y lo inesperado también.• Cosecha Vintage: rescate emotivo, perfectas sus mantas con tejido de medias de nylon.• Bandoleiro: ropa para hombre y mujer con altibajos, el extraño vestido que usó Björk en sus presentaciones porteñas de Biophilia era de ellos, increíblemente.• El Camarín:vintage europeo y estadouni-dense de principios del siglo XX con reciclados que incluyen bordados a mano.

Ojalá, con el tiempo, se sumen más a la lista. Porque este es un gran camino para la moda. *

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